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ropositos
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Los propésitos de la Revista de Occidente son
bastante sencillos, Existe en Espaiia e Hispano-Amé-
rica un nimero crecido de personas que se complacen
en UNG Soz0sa y serena contemplacién de
del arte. Asimismo, fy interesa
las ideas y
recibir de cuando en
cuando noticias claras y meditadas de
te, se hace y se padece en ¢
de los hechos, ni la
lo que se sten-
I mundo: ni el relato inerte
interpretacién superh
sionada que el periddico les of rece,
deseo. Esta curiosidad, que va lo
ial y apa-
concuerdan con su
miano ol pee
ento ptiblico y al
naciones, es, bajo su aspecto de
na, la més natural, la més or-
ganica. Es la curiosidad ni exclusi
miento o la poesia que al acontecimi
secreto rumbo de la:
vamente estélica ni
especialmente cientifica 0 politica. Es la vital curiosi~
dad que el individuo de nervios alerta siente por el
vasto germinar de la vida en torno y es el deseo de
vir cara a cara con la honda realidad contempo-
rdnea,
En la sazén presente adquiere mayor urgencia este
afén de conocer «por dénde va el mundo», pues surgen
dondequiera los sintomas de una profunda transfor-
macion en las ideas, en los sentimientos, en las mane~
ras, en las instituctones, Muchas gentes comienzan a
sentir la penosa impresién de ver su existencia invadida
1por el caos. Y, sin embargo, un poco de claridad, otro
poco de orden y suficiente jerarquia en la informacion
les revelaria pronto el plano de la nueve arquitectara
en que la vida occidental se esté reconstruyendo.
eg Revises de\Occidente quisiera poners®'al ser
vicio de ese estado de espiritu caracteristico de nuestra
época. Por esta razén, ni es um repertorio meramente
Iiterario, ni cefiudamente cientifico. De espaldas a toda
politica, ya que la politica no aspira nunca a entender
las cosas, procurara esta Revista ir presentando a sus
lectores el panorama esencial de la vida europea y ame-
ricana. Nuestra informacién tendrd, pues, un cardcter
intensivo y jerarquizado. No basta que un hecho acon-
tezca o un libro se publique para que deba hablarse
Bi acke yf eeree hes tenaice as opei cal peer
do lo insignificante
stra Revista
fundir més al espiritu, favo
en detrimento de lo selecto vy eficaz. Nu
y rigor necesarios para su fecunda asimilacién.
La occidentalidad del titulo alude a uno de los
rasgos més genuinos del moménto actual. La postgue~
rra, bajo adversas apariencias, ha aproximado a los
OE be ccutblos de Tostldad mo impidem an
hoy cuenten més los unos con los otros y, aunque de
mal humor, se penetren y convivan. Antes de la guerra
existia, en cambio, un internacionalismo verbal y de
gesto, un cosmopolitismo abstracto, engafioso, que nacia
previa anulacién de las peculiaridades nacionales. Era
el cosmopolitismo obrerista, bancario, de Hotel Ritz
y sleepingcar. Tras él pervivian los pueblos en rigu-
rosa incomunicacién. El cosmopolitismo de hoy es mex
jor, v en ver de suponer un abandono de los gentor
z aise étnicos, significa su reconocimiento y con
Ello es quey sin deliberado acuerdo, casi todas las
revistas de Europa y América se van Ilenando de fir.
amas extranjeras. Asi, nosotros atenderemos a las cosas
de Espafia, pero, a la vez) trascenng eee paginas
Ja colaboracién dle todos los hombres de Occidente
euya palabra ejemplar signifique una pulsacién intere-
sante del alma contempordnea.
Esperamos poco a poco, corrigiendo en cada niime~
x0 los defectos del anterior, conseguir que algin dia
sea esta Revista el recinto tranguilo y corrects donde
vengan a asomarse todos los esplritus resueltos a ver
claro.
iClaridad, claridad, demandan ante todo los tiem=
pos que vienen! El viejo cariz de la existencia va sien~
do arrumbado vertiginosamente, y adopta el presente
nueva faz y entraias nuevas. Hay en el aire occiden-
tal disueltas emociones de viaje: la alegria de partir,
el temblor de la peripecia, Ia ilusién de llegar y el
de a pedacds
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