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Tutoría y orientación educativa. Prof. Santos Orbegoso Dávila.

LA ORIENTACIÓN EDUCATIVA
1- DEFINICIÓN.
“Orientar” significa guiar, conducir, indicar, señalar…, es decir, en un sentido genérico la
orientación es un proceso por el que se ayuda a otra persona a seguir un camino. Luego,
para dar una definición de orientación en un sentido general, podríamos decir que es
“Un proceso de ayuda técnica y profesionalizada cuya finalidad es la consecución de la
promoción personal en un determinado contexto social” (Cabrerizo, 1999:8).
A partir de aquí, son muchas las definiciones que sobre orientación se han publicado,
máxime cuando se ha tratado la orientación dentro del contexto educativo, debido a la
diversidad de concepciones, amplitud de objetivos y disparidad de tareas que su ejercicio
ha supuesto. A este respecto, Miller (1971) dice que, ya en 1925, Payne había localizado
más de un centenar de definiciones de orientación, número que se ha multiplicado
exponencialmente en la actualidad.
Veamos algunas definiciones correspondientes a autores clásicos en orientación:
• Miller (1971: 19): “Proceso por el que se ayuda a los individuos a lograr la
autocomprensión y autodirección necesarias para conseguir el máximo ajuste a la
escuela, al hogar y a la comunidad”.

• Crites (1974: 37): “Proceso o programa de asistencia concebido para ayudar al


individuo a elegir o adaptarse a una profesión”.

• Knapp (1986: 17): “Ayudar al desarrollo y formación de la personalidad de los escolares 1


es el primer objetivo de la orientación, cuyo proceso influye en el valor de las
habilidades, conocimientos, conceptos y aptitudes que aquellos adquieren”.

• Rodríguez Moreno (1988: 11): “Orientar es fundamentalmente, guiar, conducir, indicar


de manera procesual, para ayudar a las personas a conocerse a sí mismas y a identificar
el mundo que las rodea; es auxiliar a un individuo a clarificar la esencia de su vida, a
comprender que él es una unidad con significado, capaz de y con derecho a usar de su
libertad, de su dignidad personal, dentro de un clima de igualdad de oportunidades y
actuando en calidad de ciudadano responsable, tanto en su actividad laboral, como en
su tiempo libre”.

• Elvira Repetto (2002: 123) “La ciencia que estudia el proceso y el resultado del
aprendizaje afectivo del hombre, que posibilita el desarrollo y el cambio constructivo
de su personalidad”.

• Carmen Valdivia (1998:18) define la orientación educativa como “un proceso de ayuda
a la persona (…) en la toma de conciencia sobre sí mismo, sobre los demás y sobre la
realidad que le rodea para que vaya siendo capaz de ir ordenando su mundo interior
de valores, que le permitan una relación consciente y de integración consigo mismo,
con los demás y con el medio”.

• Rafael Bisquerra (1996:152).parte del término “ayuda” para referirse a la orientación,


como muchos otros autores y autoras, sólo que en este caso califica la orientación no
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como educativa, sino como psicopedagógica, y la que define como “un proceso de
ayuda continuo a todas las personas, en todos sus aspectos, con objeto de potenciar la
prevención y el desarrollo humano a lo largo de toda la vida. Esta ayuda se realiza
mediante programas de intervención psicopedagógica, basados en principios
científicos y filosóficos”.
En consecuencia, en torno al concepto de orientación educativa, existen algunas
constantes clave que desarrollamos a continuación.
La orientación es, en principio, un proceso. Es decir, un trabajo prolongado en el
tiempo, que consta de una serie de actuaciones encaminadas hacia unos objetivos,
que se corresponden con los que se persiguen desde otro tipo de actuaciones
educativas, que tienen su finalidad última en la formación de ciudadanos y ciudadanas,
competentes para la sociedad.
La orientación es un proceso continuado a lo largo de toda la escolarización, aunque
es especialmente importante en los momentos en que hay que tomar decisiones,
como son la elección de unos estudios encaminados a un futuro profesional, u otras
de tipo más personal y que afectan en gran medida al bienestar de las personas.
Además, la orientación no sólo debe tender a la resolución de problemas, sino
anticiparse a los mismos, trabajando de forma proactiva desde la prevención y
abarcando al sistema educativo en su conjunto con el diseño de programas de
intervención que tengan en cuenta a toda la comunidad educativa, convirtiéndose la
orientación y sus profesionales en dinamizadores para la mejoras de los centros.

2- PRINCIPIOS DE LA ORIENTACIÓN EDUCATIVA


2.1- Principio de prevención. 2
Este principio está basado en la necesidad de preparar a las personas para la
superación de las diferentes crisis de desarrollo. Su objetivo es promocionar
conductas saludables y competencias personales, como las relacionadas con la
inteligencia interpersonal y la intrapersonal, con el fin de evitar la aparición de
problemas. “Desde esta perspectiva, la orientación adquiere un carácter
proactivo que se anticipa a la aparición de todo aquello que suponga un
obstáculo al desarrollo de la persona y le impida superar crisis implícitas en el
mismo. Igualmente se considera que el entorno, la comunidad y su acción va más
allá del contexto escolar” (Hervás Avilés, 2006:77). El objetivo de la prevención
sería desarrollar la competencia funcional y social de la persona, su capacidad
para afrontar situaciones y su fortalecimiento interior (empowerment).
Conyne (1984), enumera una serie de características que este autor atribuye a la
acción preventiva:
 Proactiva; actúa con anterioridad a la aparición del problema.
 Dirigida a grupos.
 Planteamiento ecológico sistémico, teniendo muy en cuenta el entorno.
 El objetivo es reducir los factores de riesgo e incrementar los elementos
que favorecen la defensa y la protección ante la crisis.
 Asume la multiculturalidad.
 Se orienta al fortalecimiento personal.
 Pretende la disminución de la frecuencia y la tasa de incidencia de los
problemas en la población.
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 Incorpora la colaboración conceptual y procedimental en la intervención,


de manera que los destinatarios son agentes activos del cambio.
 Palia las condiciones desfavorables del contexto
2.2- Principio de desarrollo.
La orientación no se debe limitar a momentos concretos de crisis, sino que debe
estar presente a lo largo de todo el desarrollo de la persona (Repetto, 2002).
Asimismo, la orientación debe y puede facilitar el desarrollo de todas las
capacidades de las personas, de manera que puede abarcar todos los aspectos
del desarrollo, no sólo de un individuo, sino también de una comunidad, de
manera que implique a todos los componentes de la comunidad educativa, como
es el alumnado, sus familias, el profesorado, los equipos directivos y el entorno.
Las personas crecen y se desarrollan en la comunidad de la que forman parte y
la orientación educativa debe tener en cuenta las características de cada
contexto para ayudar a las personas a desarrollar sus potencialidades, integrarse
y convivir en sociedad, para satisfacer las propias necesidades y las del colectivo
al que se pertenece.
Esta pertenencia a una comunidad no sólo es para el alumnado, sino también
para los y las profesionales que trabajan en educación, así como para el entorno,
de forma que la intervención en orientación abarca a toda la comunidad y por
ello ha de ser una labor de equipo (Rodríguez Espinar, 1993), que recoja los
intereses de los diferentes estamentos de cada comunidad educativa, en
consonancia con los de la administración.
2.3- Principio de intervención social.
El principio de intervención social se enfoca desde una perspectiva holístico- 3
sistémica de la orientación, según la cual, se deben incluir en toda intervención
orientadora las condiciones ambientales y contextuales del individuo, ya que estas
condiciones influyen en su toma de decisiones y en su desarrollo personal. Se
considera el contexto como un elemento de referencia imprescindible de la acción
orientadora. Para Rodríguez (1998) asumir el principio de la intervención social
supone que:
 La intervención orientadora debe estar dirigida tanto a modificar aspectos
relativos a la organización y funcionamiento del centro educativo
(organización de grupos, sistemas de evaluación, metodología, etc.) como
del contexto social del alumno o alumna (becas, ayudas, asistencia social,
etc.). Según este autor, no deben aceptarse posturas pasivas
enmascaradas en argumentos dudosos como la competencia del
profesional de la orientación.
 Hay que sensibilizar a la persona que recibe la orientación acerca de la
necesidad de actuar sobre los factores ambientales que están impidiendo
el logro de sus objetivos personales. La concienciación es esencial para
lograr en el orientado u orientada una actitud activa que posibilite el
cambio de tales factores.
 Cuando aparezcan discrepancias entre los objetivos personales y los de la
sociedad, debe resolverse el conflicto desde una perspectiva dialéctica de
la relación individuo sociedad.
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3- Objetivos de la orientación educativa.


 La colaboración con todos los estamentos de la institució n escolar,
fundamentalmente con los profesores, directores y padres para conseguir la
mayor eficacia posible en la consecució n de los objetivos educativos. Éste es el
objetivo primordial de la orientació n educativa.
 Un conocimiento completo de los alumnos, de sus características personales y
sociales, de sus intereses, capacidades, actitudes, motivos e intereses, de
manera que le permita emitir un diagnóstico de sus cualidades personales y de
predecir sus posibilidades educativas y profesionales.
 Ayudar a los alumnos a que tomen conciencia de sus caracteri ́sticas y de sus
posibilidades intelectuales para que se esfuercen por obtener un rendimiento
escolar satisfactorio, un desarrollo constructivo de su personalidad y un ajuste o
adaptació n escolar, familiar y social.
 Identificar a los alumnos excepcionales para facilitar sus aprendizajes y cuando
sea necesario, estudiar, diseñ ar y desarrollar programas de intervención
adaptados a sus necesidades.
 Planificar, organizar y desarrollar programas de información y de orientación
vocacional y profesional que ayuden a los alumnos a decidir sobre los estudios,
itinerarios formativos y profesiones en función de sus caracteri ́sticas y cualidades
personales.
 Establecer y mantener relaciones e intercambios con otros centros educativos y
de orientació n para conseguir un apoyo mutuo.
4- Modelos de la orientación educativa.
4.1- Modelo clínico. 4
Es el método más centrado en la atención individualizada y directa. Se le
denomina modelo clínico o también de counseling, esto es, de
asesoramiento.
Su objetivo es básicamente terapéutico y la intervención surge a demanda
de la persona que tiene un problema y se trabaja según las fases más clásicas
de la clínica: demanda, diagnóstico, intervención y seguimiento, por lo que
presenta un importante paralelismo con el modelo médico.
En torno al modelo clínico existen voces (Sancho, 1988) que han expresado
cómo este tipo de actuaciones han perjudicado el trabajo de los y las
profesionales de la orientación en los centros, ya que sitúa el centro de la
orientación en los “niños-problema”, asemejando al orientador u
orientadora con él o la especialista capaz de “volver a la normalidad” las
conductas atípicas, alejando de este modo al profesional de dinámicas
educativas más globales, que suponen una mayor integración en todas las
actuaciones del centro para la consecución de los objetivos como un o una
profesional que complementa al y la docente.
Esta falta de integración de la y el profesional que conlleva el modelo clínico,
también alivia tensiones en los centros con respecto al orientador u
orientadora, especialmente con el profesorado, que asume con mayor
facilidad la intervención al margen del aula del alumnado con dificultades,
que pasa a ser responsabilidad del orientador u orientadora. Con otras
palabras, el modelo clínico establece fácilmente las lindes de los campos de
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actuación entre el profesorado y los y las profesionales de la orientación


(Sancho, 1988).
4.2- Modelo de servicios.
Es un modelo similar al modelo clínico en la forma de trabajo, puesto que
en ambos, la intervención se produce con la intención de solucionar un
problema planteado a priori. Sin embargo, en el caso del modelo de
servicios además de atender a las personas individualmente, lo hace de
forma colectiva o bien trabajando en general con las instituciones.
La diferencia fundamental del modelo de servicios con el modelo clínico,
está en que el modelo de servicios admite la intervención grupal y en que
no se produce una intervención terapéutica, sino basada en un servicio
concreto, como es la información sobre orientación profesional, o la
derivación del caso a entidades competentes, como en un caso de
trastornos de alimentación en un alumno o alumna.
4.3- Modelo de programas.
El modelo de programas tiene como objetivo fundamental la prevención, de
forma que se diseña un programa de intervención en orientación teniendo
en cuenta las necesidades de un contexto determinado, para el que se
diseñan unos objetivos, actividades y unas propuestas de seguimiento y
evaluación del programa en su conjunto.
Se trata de un modelo de intervención en que se ven afectados todos los
sectores de la comunidad educativa, pues a todos implica, en la medida en
que se establecen unos objetivos, se secuencian unas actividades y se
evalúa para proporcionar la retroalimentación y mejora del propio 5
programa. Esta implicación de toda la comunidad es una gran ventaja,
porque ayuda a integrar a todos sus componentes, aunque supone a la vez
el mayor de sus obstáculos, ya que precisa el compromiso de los integrantes
de una comunidad, lo que no es fácil de conseguir.
Por otro lado, trabajar por programas significa actuar basándose en
objetivos comunes, por lo que es preciso haber llevado a cabo un proceso
de negociación en el seno de la comunidad educativa acerca de las
finalidades de la institución, lo que requiere una gran dosis de madurez de
las comunidades, una capacidad de escucha y negociación que también es
complicado encontrar en un centro.
4.4- Modelo de consultas.
El modelo de consulta se centra en la intervención indirecta individual o
grupal con los diferentes estamentos de una comunidad educativa, ya sea
alumnado, sus familias, los tutores o tutoras, etcétera.
Tiene como finalidad el asesoramiento y la formación y puede afrontarse
desde varias perspectivas, como son la terapéutica, la preventiva y la de
desarrollo (Cabrerizo, 1999).
Para el funcionamiento de este modelo se precisa de un contexto propicio
de colaboración, donde se produzcan estos enlaces en las intervenciones.
En este modelo, él y la profesional de la orientación desempeña un papel de
especialista que asesora a otras personas, como profesorado y tutores y
tutoras en el ejercicio de la acción tutorial.
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Este modelo es compatible con otros, como el clínico, donde el profesional


de la orientación sí realiza la intervención directa con el alumno o alumna,
y también con el modelo de programas, pues también es posible que se
realicen este tipo de actuaciones de asesoramiento en un contexto en el
que se trabaja por programas.
4.4- Modelo tecnológico.
La Asociación Internacional de la Orientación Escolar y Profesional (AIOEP)
en el congreso celebrado en Konigsten (Alemania) en 1979, apostó por la
tecnología y los medios de comunicación para el desarrollo de la orientación
(Sobrado y Ocampo, 2000).
Las nuevas tecnologías aplicadas a la orientación educativa posibilitan otros
modos de trabajo que generan diferentes modelos de intervención en la
práctica de los profesionales.
El modelo tecnológico también es citado por Bisquerra (1996) y para este
autor consiste en la orientación que se realiza a través de los medios de
comunicación, gracias a los cuáles puede accederse a un mayor número de
destinatarios.
4.5- Modelo de intervención psicopedagógica.
El modelo de intervención psicopedagógica no aparece en todas las
clasificaciones de modelos de orientación, porque para muchos autores y
autoras como Solé (1998:41) o Pérez-Santamarina (2006) se trata más de un
enfoque que de un modelo de orientación.
El modelo de intervención psicopedagógica comparte los mismos objetivos
que los de la educación en general, esto es, que cada persona progrese en 6
su aprendizaje y en su desarrollo personal y social, en palabras de Eladio
Bodas,
“Todas las actividades, tareas, programas y actuaciones están al servicio de
la educación, de una educación personalizada e integral, por lo tanto, el
modelo de intervención ha de estar guiado por los objetivos educativos”
(Bodas, 2000:79).
Desde esta perspectiva, el orientador u orientadora es otro educador o
educadora más que contribuye a este propósito, sólo que desde una
especialidad que no es docente, pero que es una especialidad más:
orientación, desde donde comparte responsabilidades.
Este modelo, por tanto, implica la coordinación de la comunidad educativa
a la hora de definir las finalidades educativas y las características de los
procesos con los que se pretenden llevar a cabo, lo que supone trabajar por
un proyecto compartido y en una cultura de reflexión, de cooperación y de
trabajo en equipo.
Este modelo parte de una concepción constructivista del aprendizaje que
considera que el aprendizaje se construye socialmente, de forma que se
intentarán favorecer procesos para que puedan elaborarse “significados
personales sobre conceptos, valores y procedimientos de la cultura de su
grupo de pertenencia, que se incluyen en el currículum escolar” (Pérez
Santamarina, 2006).
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Desde esta perspectiva, el modelo de orientación de intervención


psicopedagógica, adquiere una dimensión sistémica, pues toma sentido
dentro de ese contexto de relaciones, lo que lleva a una configuración del
modelo de orientación preventiva ante las dificultades y proactiva en las
actuaciones ante las mismas.
5- NIVELES DE LA ORIENTACIÓN EDUCATIVA.
La organización de la orientación educativa en la práctica, se estructura en unos
niveles de actuación que pretenden garantizar el acceso de toda la comunidad
educativa a este servicio.
Esta forma de organizar la orientación corresponde “A un modelo global de
orientación educativa y de intervención psicopedagógica que establece un
continuo desde la acción tutorial del profesor con sus alumnos hasta la
intervención especializada de los psicólogos, pedagogos y trabajadores sociales
encuadrados en los equipos externos, pasando por la utilización de los distintos
recursos y apoyos del centro escolar” (Coll, 1996: 39).
De este modo, los niveles de intervención en orientación, dentro de ese
continuo que se configura como una red, son tres: un primer nivel
correspondiente a la tutoría o al aula, un segundo nivel en cuanto centro y que
se adecua a la organización en departamento y un tercer nivel, externo, que es
el que protagonizan los equipos de orientación educativa.
5.1- Primer nivel: el aula.
Es el nivel de intervención que se corresponde con la función orientadora
inherente a la condición docente de todo profesor o profesora. En este
nivel, la orientación es una ayuda que se ofrece al alumnado para que su 7
desarrollo sea realmente integral y llegue más allá de lo netamente
instructivo.
En este nivel se sitúan las actuaciones tendentes a optimizar el proceso de
enseñanza-aprendizaje, lo que pasa por la atención a la diversidad, pues
sigue el continuo que va desde que cada docente elabora su programación
para cada grupo-clase, hasta el diseño y desarrollo de adaptaciones
curriculares individualizadas, que es también otra forma de programación,
en este caso personalizada, pues pretende los mismos objetivos de una
educación integral para todos y todas, en este caso, aquéllos y aquéllas
que más dificultades presentan.
También en este nivel situamos la acción tutorial, destacando así la figura
del tutor o tutora como el agente orientador más próximo a cada uno de
los alumnos y alumnas. Esta proximidad facilita que la orientación cubra
aspectos más personales de la vida del alumnado, haciendo posible esa
educación más integral, que atiende a las tres facetas básicas de la
orientación: la académica, la profesional y la personal.
Este primer nivel de orientación desde la tutoría, además de ser el más
cercano al alumnado, llega a todos y todas y además se prolonga en el
tiempo que dura la escolarización, pues a todo grupo, ya sea de educación
obligatoria o no, se le asigna desde el comienzo de cada curso un profesor-
a/tutor-a. Ello permite adecuar la atención a las peculiaridades de cada
alumno y alumna y a sus necesidades concretas, lo que según la
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implicación de cada uno de los tutores y tutoras, puede dar lugar a


actuaciones que mejoren en gran medida la calidad del sistema educativo.
5.2- Segundo nivel: el centro.
Aunque la tarea docente lleva aparejada una labor de orientación, es
necesario que en los centros se proporcione una infraestructura de apoyo
y asesoramiento, para que el primer nivel de la orientación se haga
posible, como un derecho de todo el alumnado a recibir ayuda para que
su escolarización desarrolle al máximo sus potencialidades.
Para que sea real esta acción tutorial, el apoyo ha de venir de profesionales
cualificados. Estos son: los orientadores y orientadoras.
El segundo nivel de intervención, basado en el centro y materializado en
el departamento de orientación, podría existir también en educación
infantil y primaria.
Desde este nivel de intervención, también se hace accesible la ayuda a
cada uno de los alumnos y alumnas del centro, pero con la diferencia que
supone la tutoría como primer nivel, por lo que los casos individuales se
corresponden con aquellos que sobrepasan en magnitud, especificidad al
tutor o tutora. Esto en cuanto a la atención individualizada, que sí se
realiza, aunque la mayor dedicación se concentra en intervenciones
grupales, basadas en programas educativos y de prevención (Martínez,
2007).
Este nivel de intervención supone también una especialización, no sólo
para el centro, que cuenta en su plantilla con una persona cualificada para
los casos más difíciles, sino que además, se encarga de coordinar la acción 8
tutorial, luego a la vez, de formar y actualizar a los tutores y tutoras,
suponiendo un referente para la dinamización de las prácticas educativas
más innovadoras en el centro.
5.3- Tercer nivel: el entorno.
El tercer nivel de intervención en orientación se caracteriza por ser
“externo”, pues se refiere a la zona, en cuanto a área de influencia en la
que se sitúa una comunidad educativa.

ACTIVIDADES

1- Formule una definición de orientación educativa.


2- Explique la importancia de la orientación educativa en la vida del ser humano.
3- Plantear dos situaciones, en el +ámbito escolar, en los que es necesario la
orientación educativa.
4- Mediante un ejemplo, explique los principios de la orientación educativa.
5- Elabore un cuadro comparativo de los modelos de orientación educativa.
6- Ejemplifique con un caso, los niveles de la orientación educativa.

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