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Las inundaciones en Famaillá

Las protestas contra el gobierno provincial de Famaillá a raíz de las inundaciones


pueden rastrearse desde noviembre de 1971 en el archivo del diario La Gaceta,
apareciendo reiteradamente en diferentes años durante la temporada estival. Los
regulares desbordes del río Famaillá generaron nefastas consecuencias para la sociedad
de aquella localidad, y en particular para los barrios aledaños al río y para aquellos que no
contaban con una infraestructura habitacional adecuada. Esto quiere decir que no toda la
ciudad se ve afectada sino aquellos barrios que se encuentran en los márgenes del río.
Las causas de la creciente no responden al azar según el ingeniero Ramón Zuccardi
sino a causas ecológicas como el relieve y las precipitaciones de la zona y también a “la
acción depredadora” del hombre a través de la tala, el desmonte desmesurado e irracional
y el sobrepastoreo en la zona alta de montaña. Esto produjo la erosión acelerada del
suelo que pierde su cubierta vegetal a raíz de la práctica de una ganadería extensiva que
provoca un aumento considerable de cabezas de ganado vacuno en un espacio en
ampliación constante.
“El Río Famaillá forma parte de un sistema geográfico integrado, que comenzando en
las cumbres de Mala Mala, termina en el Río Colorado. El sistema abarca unos 100 km2.
Este inmenso espacio físico es drenado por el Río Famaillá.” 1 Su dinámica se caracteriza
por una alternancia estacional en la que el caudal es mucho mayor durante el verano que
durante el invierno. Las precipitaciones coinciden además con la época en que el suelo se
encuentra saturado. Dentro de este sistema la cobertura vegetal actúa como pantalla
anulando la energía de la caída de las gotas y mermando el escurrimiento. La cuenca del
Río muestra un ecosistema frágil y degradado por el impacto ambiental provocado por la
acción del hombre que no sigue prácticas conservacionistas.
Por otro lado hay un avance del sector urbano con viviendas precarias sobre territorios
que antes pertenecian al cauce, lo que los convierte en los mayores damnificados al
momento de la inundación. Una decisión política es necesaria para prevenir nuevas
inundaciones, ya que los dragados y la construcción de defensas que se hicieron durante
repetidos gobiernos son solo medidas paliativas. Es por esto que las protestas de los
vecinos y de los evacuados aluden a el desinterés de los funcionarios sobre la situación.
Una de las mayores inundaciones fue en enero de 1987. “El día de la última gran
crecida del río -en enero de este año- nos encontrabamos trabajando a la vera del río
-recordó- y ya desde las primeras horas de la tarde se observaba en el cerro una gran

1
“El Río Famaillá” 1987-24-02 Sobre Famaillá, Diario La Gaceta
tormenta. Alrededor de las 18, se escuchó el atronador ruido, característico de las
crecientes del río.” “Pero, lo que impresionó -puntualizo- fue cuando se vio la creciente,
que constituía un verdadero paredón de mas de un metro de altura. Pasaron veinte
minutos y el volumen de las aguas se había duplicado”.”Cuando al día siguiente volví a la
zona -recordó- me encontré con un panorama desolador: el río parecía un cementerio con
enormes troncos de árboles y grandes piedras diseminadas. De los 30 metros de ancho,
el cauce llegaba a más de cien y la crecida máxima del río no había durado más que tres
horas.” (Testimonio del ingeniero Koralsky)2
A fines de 1987 y principios de 1988 la creciente del río volvió a hacer destrozos
perjudicando en especial a los barrios Chacarita, San Martín y Elías Pérez, mas cercanos
a la margen sur. Esto vuelve a repetirse en 1990-1991, pero en varias notas de La Gaceta
se recuerda la inundación del '87 como una de las más desastrosas de la historia de
Famaillá. También se coincide en que el dragado y la construcción de muros, sumado a la
entrega de algunas viviendas para las familias damnificadas, no son medidas suficientes.
La creación de la Comisión de Emergencia Ambiental en 1993, cuyos miembros son en su
mayor parte afectados por las inundaciones, tiene como objetivo alertar a los funcionarios
e instarlos a tomar medidas efectivas y definitivas contra este problema. “Hoy Famaillá
sufre las consecuencias del uso desaprensivo de sus recursos naturales. Este costo
ambiental, que significa la pérdida de obras y redes viales, puentes y pertenencias, es
pagado por toda la sociedad mientras los beneficios llegan a unos pocos..” 3 Su propuesta
es que al ser las obras realizadas solo un paliativo, se debe delinear un proyecto a largo
plazo para regenerar la vegetacion ribereña de la cuenca de Famaillá, y frenar la
explotación extensiva de ganado en las montañas. Esta Comisión se reunió en 1995 con
las autoridades responsables, demostrando la preocupación de los vecinos de Famaillá
por el medio ambiente y llevando distintas propuestas (declarar la emergencia ecológica,
suspender las actividades agrícolas y ganaderas que agravian el problema, convertir en
reserva natural el area de la cuenca) lo que da cuenta de que el problema siguió
existiendo de manera continuada desde 1971 y quizá antes hasta 1995 (con mayor o
menor dimensión de las inundaciones).
Carlos Juarez, en su tesis acerca de Famaillá como ejemplo de inundacion en
Latinoamerica (1998), explica que los vecinos del municipio ven a las inundaciones como
un suceso del pasado y no ven la probabilidad de que vuelva a suceder. Esto resulta
peligroso debido a que las inundaciones se repiten aproximadamente cada dos años.

2
“Río Famaillá: proponen soluciones” 1987-08-08 Sobre Famaillá, Diario La Gaceta
3
“Domando las Aguas” 1993-01-10 Sobre Famaillá, Diario La Gaceta.

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