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Historia de la Filosofía
2.° Bachillerato
Madrid
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u otros métodos, sin el permiso previo y por escrito de los titulares del Copyright.
Si necesita fotocopiar o escanear algún fragmento de esta obra, diríjase a CEDRO (Centro Español de
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Nota: Este libro se atiene al artículo 32 del derecho de cita de la Ley de Propiedad Intelectual de 1996
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Basauri, 17
Edificio Valrealty, 1.ª planta
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ISBN: 978-84-481-8361-5
Depósito legal:
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(Gilles Deleuze, Nietzsche y la filosofía)
ill.
El principal interés de la filosofía, siguiendo a Deleuze, es hacer hombres li-
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bres, es decir, personas capaces de comprender el mundo que les rodea y de
comprenderse a sí mismos. «Conócete a ti mismo», reza el aforismo del templo
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de Apolo. Comprenderse a uno mismo es comprender a los demás, y vice-
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versa, dada nuestra común naturaleza humana. Por eso someter a análisis las
ideas de los distintos autores es, al fin y al cabo, también someter a análisis
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lante ver la respuesta que dan autores y corrientes distintas en diferentes épocas
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a los problemas de la filosofía, que son, al fin, los problemas del ser humano.
Este libro, por otra parte, ha sido pensado para facilitar la comprensión
de la Historia de la Filosofía. Hemos procurado usar un lenguaje sencillo,
sin poner por ello en riesgo la profundidad y el rigor de sus distintos plantea-
mientos teóricos.
El libro está estructurado en doce unidades didácticas en las que se explica
a los diferentes autores y sistemas por orden cronológico. Cada una de ellas
comienza con un texto comentado y a continuación se sitúa el pensamiento
del autor en su contexto, que introduce las líneas fundamentales de su filoso-
fía. La unidad termina con un cuadro comparativo que ayuda a relacionar al
autor con otros autores; por último, se presentan un modelo de examen tipo
selectividad y un mapa conceptual en el que se resumen las principales ideas
de la unidad didáctica.
La Autora
[3 ]
Índice
1. Platón....................................................................... 5
2. Aristóteles................................................................. 21
es
3. Agustín de Hipona.................................................... 35
ill.
4. Tomás de Aquino...................................................... 51
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5. Descartes.................................................................. 67
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6. Hume....................................................................... 85
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7. Rousseau.................................................................. 103
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8. Kant.......................................................................... 119
w
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9. Marx......................................................................... 137
10. Nietzsche................................................................. 151
12. Wittgenstein............................................................. 181
[ 4]
UNIDAD 6
Hume
Índice
es
1. Texto comentado del autor.
ill.
2. Vida y obra.
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3. Contexto histórico y social.
w
4. Contexto filosófico.
ra
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5.2. Metafísica.
5.3. Ética.
w
5.4. Política.
«La razón es, y debe ser,
w
[8 5 ]
[ 86] Historia de la Filosofía
«He aquí, pues, que podemos dividir ción general. Concedámosnos, pues, a
Texto
es
drarlos bajo un término o denomina- sobre el entendimiento humano)
ill.
Las ideas más importantes que aparecen en este texto son:
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1 La clasificación de todos nuestros contenidos mentales en impresiones e ideas,
w
atendiendo a su mayor o menor fuerza o vivacidad.
ra
En estos años escribió una obra que fue fundamental, el Tratado sobre la naturaleza
humana, que sin embargo no tuvo ningún éxito entre sus coetáneos. En 1737 regresa
a primero a Londres, y más tarde a Escocia, donde vuelve a convivir unos años con
su madre y hermano. En 1739 publicó los dos primeros volúmenes del Tratado, al
que siguió el tercero en 1740. La obra pasó completamente desapercibida y Hume
comprendió que su proyecto había fracasado. No sucedió lo mismo con su segunda
obra, publicada en 1742, titulada Ensayos sobre moral y política, que sí tuvo éxito.
Hume se recuperó de la sensación de fracaso anterior y se puso a la tarea de escribir
una versión más corta del Tratado, obra que fue publicada en 1748 con el título
Ensayos filosóficos sobre el entendimiento humano.
En 1745 optó a la cátedra de ética de la Universidad de Edimburgo, pero no ob-
tuvo la plaza debido probablemente a su condición de escéptico y ateo. Esto no le
impidió residir en esta ciudad y ocupar un cargo importante. Después de una estancia
es
en las cortes de Viena y Turín, donde realizó actividades que mejoraron su situación
económica, volvió a Escocia en 1752 y fue nombrado bibliotecario del Colegio de
ill.
Abogados de Edimburgo. Al parecer en esta institución era muy fácil obtener présta-
mos de libros, por lo que Hume tuvo la excusa perfecta para dedicarse al estudio de
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problemas históricos, sociales y políticos, y publicó varias obras que trataban estos
asuntos. No obstante, el primer volumen de su Historia de Inglaterra también fue
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duramente criticado, cosa que no sucedió con los siguientes.
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tuvo ocasión de entrar en contacto directo con los enciclopedistas y los círculos ilus-
trados y de entablar amistad con algunos de los personajes destacados de la época,
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como Rousseau, al que acabará acogiendo en su casa durante las horas más bajas
de este último.
w
septentrional», que se ocupaba de los asuntos diplomáticos con los países situados al
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norte de Francia, cargo que no estaba remunerado y que desempeñó durante dos años,
hasta 1769. Ese año regresa a Edimburgo, donde continúa sus actividades de estudio
e investigación. Allí muere el 25 de agosto de 1776. Antes de morir escribió una breve
autobiografía, anticipando su inevitable muerte. Otras obras importantes que no hemos
citado son Investigación sobre los principios de la moral (1751) y Diálogos sobre la
religión natural, escritos antes de 1752, pero publicados en 1779.
es
der se había ido concentrando en el Parlamento. Sin embargo, no se trataba de un
Parlamento que representase la voluntad popular ni de nada parecido a un sistema
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democrático. La cámara estaba formada por nobles fundamentalmente, aunque sí es
cierto que la creencia generalizada era que la soberanía residía en el pueblo.
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Otra diferencia de Gran Bretaña con respecto a la Europa Continental era la situa-
ción de las masas de campesinos, que ya no formaban parte del sistema feudal todavía
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imperante en el resto del continente. Los nobles, propietarios de la mayor parte de
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Iglesia anglicana, como consecuencia de las disputas del monarca con el Papa. En
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esta etapa también tiene lugar la pérdida de las colonias de lo que luego se llamará
Estados Unidos de Norteamérica.
Ya en la segunda mitad del siglo xviii ha triunfado en Europa la Ilustración y los
monarcas que ascienden al poder, como Carlos III de España o Catalina de Rusia, se
muestran muy influidos por estas nuevas ideas y ponen en marcha proyectos relacio-
nados con el Siglo de las Luces.
es
lectuales de la talla de Voltaire, Rousseau, Diderot o Montesquieu.
Este último movimiento triunfa fundamentalmente en Francia. Sus ideas más im-
ill.
portantes son el desprecio por cualquier tipo de autoridad que no provenga de la
razón, la invitación a una emancipación intelectual por parte de los sujetos, el triunfo
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de los principios de igualdad, libertad y fraternidad en lo que respecta a la forma jus-
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ta de organizar una sociedad, y el deísmo en materia religiosa. Esta última corriente se
caracteriza por su tendencia a naturalizar la religión o crear una religión de la razón.
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anterior, triunfa en la Europa continental en el siglo xvii. Su nombre deriva del papel
prioritario que atribuye a la razón sobre los sentidos. Intenta crear un saber universal
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en las matemáticas.
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El empirismo, por el contrario, cree que el criterio de certeza para que una afir-
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mación sea tomada como verdadera es que le corresponda una impresión sensible; la
experiencia, por lo tanto, es un límite, y ya no se admiten temas que vayan más allá
de los sentidos, como la sustancia, Dios o el alma, que anteriormente se estudiaban
tanto. Los empiristas rechazan la presencia en la mente de ideas innatas y compa-
ran al individuo cuando nace con una página en blanco, que comienza a rellenarse
con los contenidos que provienen de los sentidos. El método que se usa para alcanzar
el conocimiento es el propio de las ciencias naturales.
Esta corriente se desarrolló en Inglaterra y sus máximos representantes son Locke,
Hume y Berkeley. Afirman además que todo el conocimiento es subjetivo: no cono-
cemos las cosas en sí mismas, sino las representaciones de estas en nuestra mente.
Se suele asociar el empirismo con otra corriente: el materialismo (La Mettrie),
que tiende a considerar al ser humano como una máquina sin alma, que se rige por
idénticas leyes que cualquier otro elemento de la naturaleza. A su vez la teoría del
conocimiento de Hume desemboca de una manera natural también en el escepti-
[ 90] Historia de la Filosofía
es
ideas innatas y que cualquier información procede siempre de la experiencia. Cuando
nacemos, la mente es como una página en blanco en la que no hay nada impreso.
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Esta página se va llenando con los contenidos que nos aporta la experiencia sensible.
Hume diferencia asimismo entre dos tipos distintos de contenidos mentales: las im-
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presiones y las ideas. La diferencia entre ellas simplemente es su grado de intensidad.
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Las impresiones son los contenidos mentales más fuertes, y las ideas, los contenidos
mentales más debilitados. La relación existente entre impresiones e ideas es la misma
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que la del original y la copia. Todas nuestras ideas son copias de nuestras impresiones
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que serían el resultado de impresiones que han perdido intensidad. La fuente del
conocimiento, por lo tanto, la tenemos en las impresiones. El criterio de certeza
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para Hume será el siguiente: una afirmación será verdadera si las ideas que contiene
corresponden a alguna impresión, y falsa si no se da esa correspondencia.
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de reflexión. Las impresiones de sensación son aquellas que derivan de las percep-
ciones sensibles y se corresponden con la acción de nuestros sentidos (oído, vista,
tacto, gusto, olfato). Las impresiones de reflexión son el resultado de la percepción
de una idea, como cuando sentimos desagrado ante la idea de un olor, por ejemplo.
Por otra parte, las impresiones también pueden clasificarse en simples y complejas;
una impresión simple sería la percepción de un sonido, por ejemplo; una impresión
compleja, la percepción de un paisaje.
Las ideas también se dividen en simples y complejas, ya que la mente combina
de múltiples formas las impresiones que nos llegan a través de los sentidos. Las ideas
simples son la copia de una impresión simple, como la idea de un sonido (la idea que
yo manejo de la nota musical «do»). Las ideas complejas surgen tanto como copias
de impresiones complejas, como la idea del paisaje antes mencionado, cuando yo
pienso en él, o pueden ser también el resultado de las combinaciones de contenidos
mentales que ya teníamos, realizadas a partir de otras ideas simples o complejas (por
H u m e [9 1 ]
es
la noche, nuestro interlocutor probablemente comentará otra anécdota que sucedió
antes o después, movido por la ley de contigüidad en el tiempo. Si alguien acude a clase
ill.
con un brazo roto, posiblemente muchas personas le preguntaran qué le ha sucedido,
esto es, cuál es la causa de su mal, actuando en este caso la ley de la causa y el efecto.
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Las leyes de asociación son como un cemento que opera de forma automática e
inconsciente, como una tendencia natural de cualquier sujeto humano. Según Hume
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estas tres leyes explicarían cualquier forma de interpretar la realidad: toda elaboración
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intelectual que llevemos a cabo estará relacionada sin lugar a dudas con alguna de
estas leyes de asociación.
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EXPERIENCIA
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genera
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• Inmediatas.
IMPRESIONES CARACTERÍSTICAS
• Fruto de la percepción.
LEYES
se asocian basándose en • Semejanza.
creando • Contigüidad.
• Causa/efecto.
IDEAS COMPLEJAS
[ 92] Historia de la Filosofía
es
El segundo tipo de verdades, las verdades de hecho, son a posteriori, puesto que
debemos recurrir a su comprobación en la experiencia. Lo contrario a un hecho cual-
ill.
quiera es, en principio, siempre posible, por lo que debemos encontrar ese hecho en
la experiencia para determinar si es verdadero o falso. No hay ninguna contradicción,
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dice Hume, en la proposición «el sol no saldrá mañana».
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TIPOS DE CONOCIMIENTO
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siempre va ligado a otro, acabamos por concluir que un hecho causa el otro, que
es su efecto. Las causas y efectos, por lo tanto, no pueden ser descubiertos por la
razón, sino solo por experiencia.
Hume se pregunta en qué consiste exactamente la relación de causalidad, y con-
cluye que cuando pensamos en términos de causa y efecto, en lo que estamos pen-
sando en realidad es en una «conexión necesaria» entre la causa y el efecto, de tal
modo que, conocida la causa, la razón puede deducir el efecto que se producirá, y
viceversa, conocido el efecto, la razón puede remontarse a la causa que lo produce.
Para empezar debemos preguntarnos de qué impresión deriva la idea de causa.
Hume encuentra que deriva de tres impresiones:
es
2. Prioridad temporal: de la causa sobre el efecto; es experimentable.
3. Conexión necesaria: la más importante de las tres y, sin embargo, la única que
ill.
no es experimentable.
-h
Recordemos que el criterio de certeza para Hume, con el que podemos determi-
nar si una idea es o no verdadera, es que haya una impresión que le corresponda.
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¿Hay alguna impresión que corresponda a la idea de «conexión necesaria»? No,
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y por lo tanto no es adecuado su uso para hablar de fenómenos que aún no han
sucedido.
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Para explicarnos lo que se oculta detrás del principio de causalidad, Hume nos
pone un ejemplo muy claro: si vemos cómo chocan dos bolas de billar, observamos
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experiencias pasadas con bolas de billar, supone que existe una «conexión necesaria»
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entre la causa (golpe) y el efecto (el movimiento de la segunda bola). Pero, como
ya hemos señalado, a la idea de «conexión necesaria» no le corresponde ninguna
impresión sensible. Lo único que observamos es la sucesión entre el movimiento
de la primera bola y el movimiento de la segunda; también tenemos una impresión
sensible de la prioridad de la causa sobre el efecto; vemos que el movimiento de la
primera bola de billar y su impacto sobre la segunda (causa) se producen antes de
que se dé el movimiento de la segunda (efecto). Pero por ninguna parte aparece una
impresión que corresponda a la idea de «conexión necesaria», por lo que hemos de
concluir que la idea de que existe una «conexión necesaria» entre la causa y el efecto
es ilusoria y surge en la subjetividad del observador.
El hecho de que estemos tan convencidos de que la segunda bola se va a poner
necesariamente en movimiento al recibir el impacto de la primera es el resultado de
nuestras experiencias previas: el hábito o la costumbre, al haber observado siempre
que los dos fenómenos se producen uno a continuación del otro, produce en nosotros
[ 94] Historia de la Filosofía
es
tal y como esperamos.
La idea de necesidad no se encuentra en los objetos mismos o en la conjunción
ill.
constante de estos, sino en la observación de una repetición de un número suficiente
de casos semejantes en el pasado. Si cada vez que vemos el rayo oímos luego el true-
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no, lo único que podemos saber empíricamente es que el trueno ha estado siempre
unido al rayo en todas las experiencias pasadas. Pero siempre existirá la posibilidad
w
de que falle la conjunción de hechos en un caso aún inexperimentado.
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Que exista una buena razón para creer que un hecho se desarrollará de una de-
terminada forma no significa que se trate de una verdad a priori, porque siempre es
cg
Dios que realizaba Santo Tomás, remontándonos de los efectos a la causa, no sería
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5.2. Metafísica
es
Los problemas fundamentales para la metafísica han sido tradicionalmente el mundo,
el alma y Dios. Hume se ocupará de estas tres sustancias en las Investigaciones, pero
ill.
llegará a conclusiones bien distintas a las de la metafísica tradicional y la cartesiana.
A la crítica del principio de causalidad se unirá la de la idea de sustancia, lo que
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lleva a Hume a cuestionar el uso que ha hecho la filosofía de estos tres conceptos.
Pero para llevar a cabo esta crítica Hume empezará por analizar lo que se oculta
w
tras la idea de sustancia. Si empezamos por su etimología, nos encontramos con que
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procede del latín substantia, que es, a su vez, la traducción del griego ousía. Se tra-
duce como «fundamento» de la realidad, «lo que está debajo», lo que «permanece»
cg
que para Hume una idea es verdadera si le corresponde una impresión; si no encon-
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Una vez descartada la idea de sustancia, a Hume le resultará muy fácil llegar a la
conclusión de que los conceptos tradicionales de la metafísica también son conceptos
vacíos. Veamos a continuación la crítica que realiza:
a) El mundo
es
tenemos reparo a la hora de deducir que nuestras percepciones están causadas por
los objetos, con los que concuerdan en su totalidad, y que tienen una existencia
ill.
separada de nosotros.
Pero la realidad es que estamos «encerrados» en nuestro mundo de contenidos
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mentales y no podemos ir más allá de él. Todo lo que percibimos son nuestras impre-
siones e ideas, por lo que resulta inevitable no poder sustraernos a ellas.
w
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b) El alma
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Descartes la llama res cogitans, una sustancia espiritual que dotaba de identidad al
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ser humano frente a la materia. Hume rechaza mantener la creencia en el alma desde
el punto de vista del conocimiento, desde el mismo momento en el que se hace la
w
crítica a la idea de sustancia. No existe ese sustrato que daba cohesión a todos nues-
w
los contenidos mentales son diferentes en cada momento. Si aplicamos una vez más
el criterio de certeza de Hume, nos encontramos con que no hay ninguna impresión
sensible de la que pueda proceder tal idea de un yo siempre idéntico a sí mismo.
Por el contrario, las impresiones que tenemos nos describen un mundo mental en
constante cambio, más bien una sucesión de instantes atomizados, que solo a través
de una ilusión encuentran un nexo de unión. Hume observa que aquello a lo que
llamamos alma es solo la unificación ficticia de todas nuestras percepciones.
Para los demás no somos nada más que agrupamientos o series de percepciones
que se suceden con rapidez. No hay nada en nuestra alma que permanezca idéntico,
sin ninguna alteración durante un solo instante. La mente es una especie de teatro en
el que se van sucediendo las distintas percepciones.
Lo que nos lleva a pensar en ese yo permanente es el hecho de que observamos
una enorme semejanza entre cada uno de esos «yoes» atómicos, puesto que se suce-
den inmediatamente uno detrás de otro. La memoria, además, nos permite recordar
H u m e [9 7 ]
c) Dios
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cionalmente (recordemos que fue acusado de ateísmo). No existe ninguna impresión
sensible que se corresponda con la idea de sustancia divina, y por otra parte tampoco
ill.
es correcto aplicar el principio de causalidad para deducir su existencia a partir de
la experiencia sensible de sus supuestos efectos, remontándonos desde ellos hasta
-h
Dios como causa y origen de los mismos.
En resumen, la metafísica para Hume no ha sido nunca una ciencia, sino un vano
w
deseo de penetrar en lo impenetrable. Los conceptos sobre los que se ha edificado
ra
Impresiones
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5.3. Ética
es
hechos no se podrá deducir nunca un juicio moral, lo que «debe ser». Hay un paso
ilegítimo del ser (los hechos) al deber ser (la moralidad). Tal paso ilegítimo conduce
ill.
a la llamada «falacia naturalista».
La falacia naturalista iguala lo «bueno» con una propiedad natural; de esta manera,
-h
«lo bueno» ha sido equiparado falazmente con cosas como «lo deseado», «lo que
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satisface un deseo», etc. Pero «lo bueno» no es ninguna cualidad objetiva a la que se
pueda acceder a través de la razón. En realidad, lo que se esconde detrás de esta
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supuesta propiedad de los objetos son las propias valoraciones del observador, y lo
que está detrás de dichas valoraciones son los sentimientos de agrado o desagrado que
cg
nos producen esos hechos, objetos o personas. Pero esta sensación de desaprobación
o agrado se encuentra en nosotros mismos, no en el objeto analizado.
.m
mente al relativismo moral. Sin embargo, esto no es así, porque Hume da por supuesto
w
de esa común naturaleza humana, que hace que a todos nos causen agrado o rechazo
el mismo tipo de hechos. Lo bueno despierta una sensación de agrado y es valorado
positivamente por todos los seres humanos, puesto que esta sensación responde a una
especie de instinto o sentimiento universal; por tanto, la aprobación o reprobación
general de un hecho lo convierte en bueno o malo. Es un producto social, resultado de
una convención. Y uno de los factores más importantes a la hora de juzgar una conducta
como buena es, para Hume, la utilidad, que despierta siempre la aprobación moral. Las
conductas socialmente beneficiosas serán entonces interpretadas como buenas por los
integrantes de esa sociedad, y surgirá el sentimiento opuesto ante conductas perniciosas
para la sociedad, que serán moralmente reprobables, tales como el robo.
La originalidad del planteamiento de Hume reside en la importancia que concede
a las pasiones, situándolas por encima de la razón, como rectoras de la voluntad. Lo
que ocurre es que a veces confundimos las pasiones tranquilas con la razón. El hombre
no es una máquina calculadora, sino que es movido por las emociones.
H u m e [9 9 ]
HUME MORAL
se pregunta por el
es
FUNDAMENTO
ill.
de los
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JUICIOS MORALES
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que radica
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NO SÍ
EN LA EN EL
RAZÓN SENTIMIENTO
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SUFICIENTE
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para INSTRUYE
CENSURA APROBACIÓN
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MORAL MORAL
PRODUCIR sobre
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una TENDENCIAS
OBRA
CENSURA APROBACIÓN después
o de que
MORAL MORAL ya sean sean conocidas
del
de
CUALIDADES o ACCIONES
[ 100] Historia de la Filosofía
5.4. Política
es
Hume este estado previo no existe, ya que los individuos poseen una tendencia na-
tural a unirse en sociedades, empezando por la propia familia, que surge del instinto
ill.
sexual, como ya había señalado Aristóteles.
-h
w
6. Correspondencia por temas con otros autores
ra
cg
• Problema de Dios (teología): ver también San Agustín y Santo Tomás (Filosofía
Medieval), Descartes y Kant (Filosofía Moderna) y Marx, Nietzsche y Wittgens-
tein (Filosofía Contemporánea).
• Problema de la virtud (ética): ver también Platón y Aristóteles (Filosofía An-
tigua), San Agustín y Santo Tomás (Filosofía Medieval), Descartes, Rousseau y
Kant (Filosofía Moderna) y Marx, Nietzsche y Ortega (Filosofía Contemporánea).
• Problema de la sociedad (política): ver también Platón y Aristóteles (Filosofía
Antigua), San Agustín y Santo Tomás (Filosofía Medieval), Rousseau (Filoso-
fía Moderna) y Marx (Filosofía Contemporánea).
H u m e [1 0 1 ]
es
Cuestiones:
ill.
1 Exponer las ideas fundamentales del texto propuesto y la relación que existe
-h
entre ellas.
w
2 Explicar el problema del conocimiento en Hume y desarrollar sistemática-
ra
sofía medieval.
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HUME
METAFÍSICA ÉTICA
SENTIMIENTO
PRINCIPIO CONCEPTOS
es
DE TRADICIONALES SUSTANCIA
CAUSALIDAD de la METAFÍSICA
AGRADO DESAGRADO
ill.
BUENO MALO
• DIOS
• ALMA
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• MUNDO ÚTIL
w
TENDENCIA
SOCIEDAD
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NATURAL
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VERDADES EMPIRISMO
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w
DE RAZÓN IMPRESIONES
w
LEYES DE ASOCIACIÓN
• Semejanza.
• Contigüidad.
• Causa/efecto.
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