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HERMANN HELLER: Teoría del Estado, Edición y Estudio Preliminar «La teoría políti-
co-jurídica de Hermann Heller», a cargo de José Luis Monereo Pérez, Comares,
Granada, 2004, XLIX + 328 págs.
Política. Heller realizó una serie de dor austríaco para el estudio de la so-
afirmaciones que, en el momento en ciedad civil se centró en el análisis de
que vivió, podían resultar polémicas: la realidad social como totalidad, evi-
abogó que la Teoría del Estado era so- tando reducirla a lo meramente econó-
ciología y, como tal, ciencia de la reali- mico, o a cualquier otro criterio unila-
dad y no ciencia del espíritu (págs. 51- teral, naturalista o idealista (págs. 145-
63); pero también que era una ciencia 146). Las dos conexiones cósmicas de
de estructuras y no una ciencia históri- la teoría y la práctica de la política ac-
ca (págs. 63-66). E, incluso, Heller iba tual más importantes fueron las condi-
más allá, al escribir que «la Ciencia po- ciones geográficas y antropológicas
lítica precisa, esencialmente, de una del obrar estatal; y de entre las numero-
Teoría del Estado, ya de modo expreso sas condiciones naturales y culturales
o como algo tácitamente supuesto. Si de la unidad estatal, reseñaba las si-
quiere ser una verdadera ciencia, ha de guientes: las condiciones referentes a
procurar emplear las palabras Estado, la geografía, el pueblo, el territorio, la
Derecho, poder estatal, Constitución, economía, la opinión pública y, final-
soberanía, territorio, pueblo, etc., se- mente, el derecho (págs. 167-230). He-
gún acepciones inequívocas y sin con- ller concluyó con la siguiente frase, un
tradicciones» (pág. 73). La teoría del tanto clarificadora: «Todos esos fenó-
Estado se configuraba, en consecuen- menos naturales y culturales son condi-
cia, como una ciencia de la realidad, ciones, en parte históricas y en parte
que aspiraba a conocer la realidad es- universalmente necesarias, del naci-
pecífica de la vida estatal que circunda miento y permanencia de la unidad es-
al individuo. Por otro lado, en el con- tatal. Pero ni en conjunto ni, mucho
cepto de la realidad social se encontra- menos, aisladas, pueden tales condi-
ban inseparablemente unidos los dos ciones revelarnos la ley sustantiva del
momentos de la efectividad subjetiva Estado» (pág. 230). Pero de igual
del hombre y de sus condiciones obje- modo que el Estado sólo se explicaba
tivas. En otras palabras, «la Teoría del por la totalidad de nuestro ser social, la
Estado y de la sociedad ha de ocuparse justificación únicamente podía ser mo-
del hombre, en cuanto éste efectúa la ral. Heller abogaba por la existencia
realidad social y estatal» (pág. 88). real del Estado, es decir, consideraba al
Heller defendía que esta realidad so- Estado como unidad organizada de de-
cial se conformaba como una unidad cisión y acción (págs. 263-285). Pero
dialéctica de naturaleza y cultura, con- la unidad del Estado no se presentaba
dicionada siempre por la total conexión como una unidad de voluntad, sino que
cósmica (págs. 91-119). Pero no olvi- había que considerarla como una uni-
daba el autor que no todas las activida- dad real de acción. También como una
des sociales podían estar organizadas, unidad real, es decir, no como una uni-
ni había una sola actividad social. Pero, dad meramente imaginada por noso-
el concepto de Estado había que con- tros, sino como una unidad que actuara
cretarlo partiendo de un análisis sobre de modo causal.
la totalidad de la realidad social, dentro Al estudiar la cuestión de la Constitu-
de la cual era necesario, asimismo, el ción, Heller se planteó la forma de ar-
conocimiento de la actividad económi- monizar la permanencia de las normas
co-técnica. El planteamiento del pensa- con el cambio constante de la realidad
social. De este modo, llegó a afirmar apéndice (págs. 319-328) todos los da-
que «sin la permanencia de las normas tos que figuraban en los papeles que se
sociales no existe permanencia del esta- conservaron de Heller, referentes a
tus social, no existe Constitución» aquellos capítulos que no llegó a escri-
(pág. 291). bir. Niemeyer incluso llega a afirmar
Esta edición, con «Estudio prelimi- que «presenta el manuscrito tantas adi-
nar» de José Luis Monereo, y que recu- ciones y correcciones de su propia
pera la Editorial Comares en su colec- mano, que puede fundadamente conje-
ción Crítica del Derecho, tiene su base turarse que sólo faltaba una última ela-
en la obra publicada en México, en boración para su forma definitiva»
1942, con prólogo de Gerhart Nieme- (págs. 1-2).
yer, traducción de la edición alemana
de 1934. Además, se incluyen en un Guillermo Hierrezuelo Conde