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cial. La Constitución es muy generosa en miseria. Si se contempla la realidad socio-


la enunciación de los derechos sociales. económica de Brasil se ha de admitir que
Como aduce Afonso da Silva, un régimen se ha avanzado mucho en orden a la con-
de justicia social será aquel en el que cada secución de tal régimen de justicia social,
uno pueda disponer de los medios materia- pero que aún son gigantescos los pasos
les necesarios para vivir confortablemen- que se han de dar en la misma dirección,
te según las exigencias que deriven de su pues aún Brasil sigue ofreciéndonos ejem-
naturaleza física, espiritual y política, sien- plos brutales de lo que es una desigual
do absolutamente incompatible con tal ré- distribución de la riqueza. La justicia so-
gimen la existencia de profundas desigual- cial creemos que todavía hoy es en Brasil
dades, de la pobreza absoluta y de la una utopía lejana de alcanzar.

CARLOS AYALA CORAO: Del diálogo jurisprudencial al control de convencionalidad,


Editorial Jurídica Venezolana, Caracas, 2012, 295 pp.

por FRANCISCO FERNÁNDEZ SEGADO

I. El Profesor Carlos Ayala es Catedrá- apéndices de la mayor utilidad, particular-


tico de Derecho Constitucional y Derechos mente una amplia lista de sentencias, opi-
Humanos de la Universidad Católica «An- niones consultivas y decisiones de la Corte
drés Bello» de Caracas. Ha sido Profesor Interamericana de Derechos Humanos, de
asimismo de la Universidad Central de la Corte Europea de Derechos Humanos,
Venezuela, de la Georgetown University, de la Comisión Interamericana de Dere-
del Washington College of Law y de la chos Humanos, del Comité de Derechos
Universidad Panamericana de México. Humanos de Naciones Unidas y de Tribu-
Miembro primero y Presidente después de nales nacionales de 33 países.
la Comisión Interamericana de Derechos
Humanos, Presidente de Comisión Andina II. El diálogo jurisprudencial es un fe-
de Juristas y miembro desde el pasado año nómeno de nuestra época que, como dice
de la Comisión Internacional de Juristas el autor, consiste en la interacción juris-
con sede en Ginebra, el Profesor Ayala es prudencial entre tribunales de distintas ju-
autor de un amplio elenco de publicacio- risdicciones, y añadiríamos por nuestra
nes. cuenta, que de distintos países y organiza-
La obra que ahora comentamos consti- ciones internacionales, con el resultado de
tuye el amplio trabajo de incorporación del un enriquecimiento mutuo en la construc-
autor como miembro de número a la Aca- ción de soluciones equivalentes acordes a
demia Venezolana de Ciencias Políticas y los principios universales que rigen los
Sociales. El libro, con una perspectiva ordenamientos democráticos. Es bien sa-
amplia, se puede considerar vertebrado en bido que los derechos, como bien dice el
dos grandes partes: una relativa al diálo- autor, han sido el motor fundamental de
go jurisprudencial entre Tribunales nacio- las luchas de la humanidad por un orden
nales e internacionales, y otra referente al más justo; también ellos han desempeña-
control de convencionalidad, tratando de do y siguen desempeñando un rol impul-
mostrarnos cómo ese diálogo ha propicia- sor en este diálogo.
do un amplio control de convencionalidad Particularísima relevancia han desempe-
tanto a nivel interno como a nivel interna- ñado los tratados y convenciones interna-
cional. La obra incorpora una serie de cionales sobre derechos humanos, esto es,

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el que se conoce de modo genérico como corpus iuris que hoy suponen los tratados
el Derecho internacional de los derechos de derechos humanos auspiciados por Na-
humanos. Destaca el autor que este Dere- ciones Unidas, que han venido a desarro-
cho ha operado en un doble sentido: en llar órganos especializados de naturaleza
primer lugar, en la configuración de ver- cuasi-judicial. Pensemos en la particularí-
daderas obligaciones jurídicas internacio- sima relevancia de algunos de ellos: la
nales por parte de los Estados, de respeto Convención sobre la tortura y otros tratos
y garantía de esos derechos. Y en segun- o penas crueles y degradantes, o la Con-
do lugar, en el otorgamiento a los indi- vención sobre la eliminación de todas las
viduos de un derecho a reclamar el incum- formas de discriminación racuial, por po-
plimiento de esas obligaciones internacio- ner tan sólo dos ejemplos. El Prof. Ayala
nales de los Estados ante las jurisdicciones da el significativo dato de que todos los
internacionales y los órganos cuasi-judi- Estados miembros de la ONU han ratifi-
ciales, Aún nos atreveríamos a añadir una cado al menos uno de los principales tra-
tercera operatividad, que aunque especí- tados sobre derechos humanos, y el 80 por
ficamente contemplada por el art. 10.2 de 100 de aquéllos ha ratificado cuatro o más
la Constitución española, no es ni mucho tratados.
menos exclusiva de ella; nos referimos al
enriquecimiento que ese Derecho interna- III. Presupuesto del diálogo jurispru-
cional de los derechos humanos proyecta dencial es lo que el autor denomina la
sobre el contenido que a los derechos otor- democratización de la información jurídi-
gan los respectivos ordenamientos inter- ca, que ha permitido una mayor y mejor
nos, cuyas normas relativas a los derechos circulación de la jurisprudencia de las di-
y libertades deben interpretarse en muchos versas jurisdicciones, lo que, como es ob-
casos en conformidad con ese Derecho vio, ha facilitado enormemente a los ope-
internacional, y todo ello, al margen ya de radores jurídicos y particularmente a los
que, como es obvio, esos instrumentos jueces, el acceso a la misma y su utiliza-
internacionales han pasado a formar parte ción en la labor de sentenciar. Es eviden-
del ordenamiento jurídico interno de aque- te que la mera cita de una jurisprudencia
llos Estados que han ratificado tales instru- de otro tribunal internacional o extranjero
mentos. no supone la existencia de un diálogo
Este fenómeno, aunque particularmen- jurisprudencial, que sólo se da cuando el
te relevante en Europa primero y más tar- tribunal receptor de la jurisprudencia la
de en América Latina, no es patrimonio analiza razonadamente y explica y aplica
exclusivo de estos dos continentes, por su significado y alcance en la decisión del
cuanto no podemos olvidar, como recuer- caso que tiene ante sí. No hablamos de un
da el autor, la existencia de un tercer sis- monólogo, sino de un diálogo; de ahí que
tema internacional regional de los dere- como subraya el autor, será la confronta-
chos humanos en el ámbito africano, cuyo ción con sus propios antecedentes que
punto de partida fue la adopción de la debe hacer el tribunal receptor de la juris-
Carta Africana de los Derechos Humanos prudencia, a través de un proceso de argu-
y de los Pueblos, de 1981, que entró en mentación, la que permita el verdadero
vigor seis años después. Este instrumento diálogo jurisprudencial. De esta forma, la
no sólo reconoce los derechos de los pue- jurisprudencia recibida produce una verda-
blos y de las personas, sino que también dera «fertilización» en la jurisprudencia
ha creado un Tribunal internacional de del tribunal receptor.
derechos humanos, que tras la elección de Carlos Ayala reconduce los distintos
sus jueces en el año 2006, se ha instalado diálogos jurisprudenciales a estos cuatro
en la ciudad de Arusha, en Tanzania. ámbitos: 1) El diálogo entre tribunales de
Recuerda el autor igualmente el enorme un mismo nivel estatal como son los tribu-

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nales constitucionales nacionales. 2) El haber legitimado sistemáticamente las de-


diálogo entre el Tribunal Europeo de De- cisiones restrictivas de derechos funda-
rechos Humanos y la Corte Interamericana mentales, particularmente políticos, de la
de Derechos Humanos. 3) El diálogo en- autocracia chavista.
tre el Tribunal de Estrasburgo y los tribu- Se ocupa el libro a continuación del
nales constitucionales europeos. 4) El diá- diálogo jurisprudencial entre el Tribunal
logo entre la Corte de San José de Costa de Estrasburgo y la Corte de San José de
Rica y los tribunales americanos. Costa Rica. Destaca el autor, que la Corte
El diálogo jurisprudencial entre tribuna- Interamericana, desde su primera senten-
les constitucionales, cortes constituciona- cia de fondo en un caso contencioso, ha
les, salas constitucionales y, en su caso, recurrido constantemente con una natura-
cortes supremas de justicia, es particular- lidad y frecuencia fluida, a citar la juris-
mente relevante en Europa, habiendo des- prudencia de su par europeo para darle
empeñado el rol más destacado el Tribu- recepción. Particular importancia tendría
nal Constitucional Federal alemán. Es la posición adoptada por la Corte en el
indudable que la doctrina de la Corte Su- caso Velásquez Rodríguez vs. Honduras
prema norteamericana ha tenido una pro- (1988), en el que la invocación razonada
yección exterior muy relevante, aunque, de la jurisprudencia del Tribunal de Es-
como con toda razón señala el autor, la trasburgo le permitió en el caso concreto
Supreme Court es un órgano bastante ais- aplicar y desarrollar de una manera magis-
lacionista, poco proclive a importar doctri- tral las consecuencias de los arts. 1º y 2º
na, aunque sí exportador de la suya propia. de la Convención Americana de Derechos
Para el autor, sin lugar a dudas, el órgano Humanos, derivando de ellos las obliga-
constitucional más abierto al diálogo ciones internacionales de los Estados Par-
jurisprudencial con otros tribunales cons- tes, de respeto, garantía y protección, así
titucionales es el Tribunal Constitucional como las obligaciones de investigar, san-
de Sudáfrica, en lo que muy posiblemen- cionar y reparar a las víctimas de violacio-
te tienen que ver las propias previsiones nes graves a los derechos de la Conven-
constitucionales de Sudáfrica (1996), que ción. Destaca el autor cómo el diálogo de
disponen que la interpretación del Bill of la Corte de San José con el Tribunal de
Rights debe tomar en consideración el Estrasburgo, además de las materias
Derecho internacional y puede considerar sustantivas, se ha extendido a otras más de
asimismo el Derecho extranjero. índole procesal, como son las relativas a
En el ámbito latinoamericano, el autor la interpretación de las sentencias y al ago-
se hace eco de cómo los tribunales cons- tamiento de los recursos internos. Hacién-
titucionales y sus equivalentes, suelen ha- dose eco de lo sostenido por Cançado
cer abundantes referencias y citas a la ju- Trindade, quien fuera Presidente de la
risprudencia constitucional comparada, Corte Interamericana, se subraya cómo
particularmente a la española, norteameri- esta interacción interpretativa entre ambos
cana, francesa, alemana e italiana, no obs- Tribunales regionales ha generado un en-
tante lo cual esas citas no siempre se ha- tendimiento común sobre el contenido de
cen como un ejercicio de diálogo los tratados sobre derechos humanos a
jurisprudencial o de recepción razonada de ambos lados del Atlántico, que ha permi-
los precedentes, de manera que incida tido a su vez lograr una interpretación
ponderadamente en la argumentación y de- uniforme del Derecho internacional de los
cisión del caso. El autor pone como ejem- derechos humanos, evitando así la «frag-
plo la Sala Constitucional del Tribunal Su- mentación» del Derecho internacional.
premo de Justicia de Venezuela. A nuestro El diálogo jurisprudencial entre los tri-
juicio, difícilmente este órgano puede po- bunales internacionales de derechos huma-
nerse como ejemplo de nada, salvo de nos y los tribunales nacionales es objeto

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del tratamiento más detenido en esta par- miento que en la obra se hace del diálogo
te del libro. Considera el Prof. Ayala, que entre las altas jurisdicciones nacionales
este diálogo entre los tribunales internacio- latinoamericanas y la Corte Interamericana
nales regionales de derechos humanos y de Derechos Humanos, cuyo inicio se ci-
los tribunales constitucionales, debe tender fra en los años noventa del pasado siglo,
a mantener una cierta coherencia sustan- particularmente en países como Argentina,
cial de sus jurisprudencias, impidiendo Colombia, Costa Rica y Venezuela. Pién-
contradicciones y buscando interpretacio- sese, que en el ámbito de su jurisdicción
nes convergentes, que permitan materia- contenciosa ejercida por la Corte desde su
lizar el principio de equivalencia y sufi- instalación en 1979 hasta el año 2011, el
ciencia sustancial de los derechos. Sin em- órgano jurisdiccional de San José había
bargo, este diálogo es diferente al anterior- dictado un total de 238 sentencias sobre
mente referido, ya que en la interpretación aspectos sustantivos, las tres cuartas par-
de los derechos en general, los tribunales te de las cuales se dictaron en el lapso que
nacionales deben guiarse por el principio media entre el año 2000 y el 2011. Prác-
de armonización, «que no uniformación», ticamente en todas las sentencias, con dos
conforme a la interpretación dada por el únicas salvedades, la Corte ha encontrado
tribunal regional respectivo. Se trata por la violación de, al menos, uno de los de-
tanto de una interpretación secundum rechos reconocidos en la Convención.
conventione que han de hacer los tribuna- Este diálogo jurisprudencial en el mar-
les internos para dar recepción a una inter- co regional latinoamericano ha permitido
pretación de los derechos acorde con la desarrollar por parte de los tribunales na-
correspondiente jurisprudencia internacio- cionales, diversas categorías mediante los
nal. cuales éstos han fundamentado la recep-
Asiste la plena razón al autor cuando ción de la jurisprudencia interamericana.
subraya, que las interpretaciones de los Ayala las reconduce a las tres siguientes:
derechos convencionales realizadas en una 1) la interpretación de la Convención In-
sentencia internacional tienen efectos ge- teramericana por parte de los tribunales
nerales, que van más allá del fallo, tanto nacionales debe guiarse por los «criterios
respecto al Estado implicado como respec- obligatorios» de la jurisprudencia intera-
to a terceros Estados. En efecto, tanto el mericana; 2) el carácter vinculante de la
Tribunal de Estrasburgo como la Corte de jurisprudencia interamericana, y 3) la in-
San José no sólo realizan una función in- corporación de la Convención Interame-
dividual crucial de protección a la víctima, ricana de Derechos Humanos y de la juris-
sino que además cumplen una función de prudencia dictada a su amparo por la Corte
protección del interés general de naturale- al bloque de la constitucionalidad. El libro
za objetiva para el sistema y de carácter dedica a renglón seguido una detenida
preventivo. El Tribunal Europeo lo expre- atención a cada una de estas categorías.
só con meridiana claridad en el caso Irlan- En esta primera parte, se ocupa final-
da vs. Reino Unido (1978) cuando expre- mente la obra del diálogo judicial transna-
só: «Las sentencias del Tribunal, de hecho, cional, esto es, del que tiene lugar entre los
sirven no sólo para decidir los casos plan- diversos tribunales internacionales y na-
teados ante el Tribunal, sino, más en ge- cionales mediante la recepción de la inter-
neral, para dilucidar, salvaguardar y desa- pretación de los derechos elaborada por
rrollar las normas instituidas por la otros tribunales internacionales, incluso
Convención, contribuyendo así a la obser- fuera de la esfera de su jurisdicción. Ejem-
vancia por los Estados de los compromi- plificaría este tipo de diálogo el Tribunal
sos asumidos por ellos como Partes Con- Constitucional de Sudáfrica, justamente
tratantes (art. 19)». por el argumento del que ya nos hicimos
Particularmente interesante es el trata- eco. En Iberoamérica también se puede

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apreciar una apertura a este tipo de diálo- que tilda de «totalizante», ya que com-
go, como muestra la sentencia dictada por prende y compete a todos los órganos del
el Supremo Tribunal Federal del Brasil en poder público del Estado, esto es, tanto
el caso Siegfried Ellwanger (2003), en el legislativos como de gobierno, administra-
que se lleva a cabo una ponderación entre tivos y judiciales. De esta manera, todos
la imprescriptibilidad del delito de antise- los órganos del Estado deben respetar y
mitismo y la libertad de expresión, a cuyo garantizar los derechos reconocidos en los
efecto el Tribunal brasileño iba a atender tratados sobre derechos humanos, como es
a una pluralidad de fuentes interpretativas obviamente el caso de la Convención. El
judiciales, que incluyó la jurisprudencia control de convencionalidad se presenta de
del Bundesverfassungsgericht. del Tribu- esta forma como un deber derivado direc-
nal constitucional español y de la House of tamente de las obligaciones internaciona-
Lords del Reino Unido, entre otras. les de los Estados partes de la Convención
Americana; es decir, como una consecuen-
IV. La rica evolución jurisprudencial cia tanto de la obligación estatal de respe-
que ha venido desarrollándose a nivel na- tar y garantizar los derechos reconocidos
cional e internacional sobre la base del en la Convención, como de garantizar su
diálogo jurisprudencial expuesto, ha per- efectiva vigencia, adoptando para ello las
mitido a su vez que, cada vez más, los tra- medidas jurídicas necesarias.
tados sobre derechos humanos y su inter- Este control se lleva a cabo teniendo
pretación judicial internacional se como parámetro la tantas veces citada Con-
conviertan en parámetro obligatorio de vención Americana auspiciada por la OEA,
base mínima, para la aplicación e interpre- en los términos interpretados por la Corte de
tación de los derechos por parte de los San José. De ahí, nos dice el autor, que to-
Estados. Las obligaciones internacionales dos los actos y actividades del Estado estén
derivadas de los instrumentos internacio- sometidos a este control, comenzando por
nales en materia de derechos obligan a los la propia Constitución y las leyes, los actos
Estados a su implementación en el ámbi- administrativos, las sentencias y, en gene-
to interno, a cuyo efecto no basta con aten- ral, todos los demás actos estatales. No po-
der tan sólo al Derecho positivo interna- demos compartir que la Constitución de un
cional, sino que se hace necesario tener Estado quede sujeta a este control de
presente la interpretación que de tales ins- convencionalidad, aunque entendemos per-
trumentos vienen llevando a cabo los tri- fectamente, que desde la óptica de un régi-
bunales internacionales regionales. Como men de corte autocrático como el chavista,
dice el autor, esta labor, en la que el rol con una Constitución hecha a la medida de
más relevante corresponde a los tribunales los detentadores del poder, para que puedan
nacionales, conduce directamente al con- seguir perpetrando sus abusos sin fiscaliza-
trol de convencionalidad, que ha de llevar- ción alguna, Carlos Ayala defienda la suje-
se a cabo en cada Estado de conformidad ción de la propia Constitución a este con-
con los mecanismos de su Derecho inter- trol de convencionalidad.
no, por las vías procesales adecuadas. Es- Aborda a continuación el libro las dos
tas técnicas son muy diversas, pudiéndo- modalidades que, según el autor, que
se recordar entre ellas: la interpretación atiende al efecto fundamentalmente al
conforme, la interpretación vinculante, la marco regional latinoamericano, puede
interpretación orientadora, la norma inter- revestir el control de convencionalidad,
pretada, la cosa juzgada internacional y el que en términos generales puede ser inter-
recurso al bloque de la constitucionalidad. no o internacional. El primero es el con-
Destaca Ayala, en específica alusión a trol llevado a cabo por todos los órganos
la Convención Americana, que la misma del poder público del Estado, mientras que
establece una obligación sobre los Estados el segundo es el que se lleva a término por

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la Comisión y la Corte Interamericanas. de esta manera, constituye un error jurídi-


Poco hay que decir de la primera modali- co inexcusable, que podrá comprometer la
dad, generalmente reconocida. En cuanto responsabilidad internacional del Estado
al control internacional de la convencio- por violación de la Convención en perjui-
nalidad, aunque pueda ejercerse de mane- cio de la víctima, entre otras causas, por
ra general también por la Comisión la falta de respeto a la tutela judicial efec-
Interamericana, con sede en Washington, tiva, o en su caso, por la violación causa-
es cuando tal fiscalización se lleva a cabo da por la misma sentencia. Recoge el au-
de modo específico por la Corte cuando tor a continuación un amplísimo elenco de
estamos en presencia de lo que propiamen- precedentes jurisprudenciales de la Corte
te se denomina «control judicial interna- de San José que corroboran lo que se aca-
cional de convencionalidad», que puede ba de decir, pudiendo al respecto conside-
ejercerse a través de los diversos mecanis- rarse como leading case la sentencia dic-
mos procesales de la Corte, tanto de su tada por la Corte en el famoso caso
competencia contenciosa como consultiva. Almonacid Artellano vs. Chile (2006).
Piénsese, que a través de esta última, la El diálogo jurisprudencial entre los tri-
Corte de San José no sólo procede a inter- bunales de Derecho interno y la Corte
pretar en abstracto la Convención Ameri- Interamericana de San José ha ido crecien-
cana u otros tratados concernientes a la do y expandiéndose incluso hacia nuevas
protección de los derechos humanos en los fronteras. Señala al respecto el autor,
Estados americanos, sino que también se cómo en los últimos años los tribunales
pronuncia sobre la compatibilidad del internos no sólo han llevado a cabo una
Derecho interno de un Estado miembro de recepción de la jurisprudencia de la Corte
la Organización de Estados Americanos sino también un desarrollo de la misma,
(OEA) con los mencionados instrumentos que a su vez ha sido reenviada a la Corte
internacionales. Estas interpretaciones y recepcionada por ésta, dando así lugar a
plasman en lo que se conoce como las «un creciente círculo virtuoso de diálogo
«opiniones consultivas». ahora bidireccional», entre los tribunales
Recuerda Ayala, que el desarrollo nacionales y la Corte de San José, un fe-
jurisprudencial del control judicial interna- nómeno éste esencialmente dinámico, que
cional de la convencionalidad por la Cor- ha permitido a su vez el reconocimiento
te Interamericana comenzó a ejercerse internacional del desarrollo jurisprudencial
desde su primera sentencia y opinión con- nacional y el reforzamiento de la recep-
sultiva. Las interpretaciones convenciona- ción de la jurisprudencia internacional so-
les realizadas por la Corte adquieren fuer- bre los derechos, de lo que el autor ofrece
za de cosa juzgada y por tanto de norma significativos ejemplos jurisprudenciales.
interpretada, a los fines de que los opera- Es de interés reseñar el hecho expuesto
dores jurídicos del sistema y en especial por Carlos Ayala acerca de cómo esos es-
los Estados, pueden seguir las mismas. A fuerzos jurisprudenciales de diálogo por
tal efecto puede sostenerse, que si un acto los tribunales nacionales han sido a su vez
o conducta estatal de determinadas carac- escuchados y tomados en cuenta por la
terísticas y efectos ya ha sido juzgado por propia Corte de San José. En efecto, a
la Corte, habiendo entendido ésta, que su partir de los años 2008-2009, la Corte ha
contenido constituye una restricción con- comenzado a invocar la jurisprudencia de
traria a la Convención, el tribunal de De- los propios tribunales estatales sobre la
recho interno al que corresponda juzgar recepción explícita o implícita de su pro-
posteriormente un acto de contenido equi- pia jurisprudencia sobre materias específi-
valente, deberá hacerlo aplicando la Con- cas y más en concreto, sobre el control de
vención en conformidad a la interpretación convencionalidad. Así, por poner un ejem-
que de ella ha dado la Corte. No hacerlo plo concreto, en el caso Chocrón Chocrón

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vs. Venezuela (2011), relativo a una jueza V. En su epílogo el autor destaca algo
«provisoria» removida arbitrariamente sin que compartimos y que nos parece de la
causa ni procedimiento alguno ni recurso mayor relevancia: la existencia de una ten-
judicial efectivo, la Corte requirió en su dencia de los derechos hacia un ius
sentencia al Estado venezolano que, en un comune no sólo regional (europeo, ameri-
plazo razonable, adecuara su legislación, cano o africano), sino universal. Creemos
sus resoluciones y sus reglamentos inter- que desde luego bien puede hablarse hoy
nos a los estándares internacionales en la de un nuevo Derecho de gentes presidido
materia, incluida la Convención America- los derechos humanos. El mundo actual,
na de Derechos Humanos, a fin de que no sin flagrantes, incluso brutales, contra-
dichos jueces no fuesen más de libre remo- dicciones, se ha juridificado y a la vez se
ción y se les garantizaran en plenitud las ha judicializado democráticamente. Y a la
garantías judiciales, objetivo imposible de par, ha surgido un diálogo multidireccio-
cumplir en un Estado de corte autocrático nal, en distintos niveles judiciales, que está
como es el de inspiración chavista, que, propiciando que pueda hablarse de un ius
tras la muerte de su particular mesías, pa- comune universalis sobre los derechos.
rece seguir (y mucho nos alegraríamos de Como dice el autor, hoy en día ya pode-
equivocarnos) los pasos norcoreanos de mos hablar de una verdadera teoría gene-
«perpetuación dinástica» del infame mo- ral sustantiva de los derechos que emana
delo. El propio autor lo reconoce sin pa- de este diálogo judicial mundial conver-
liativos, como lo ha hecho tantas veces su gente con génesis en los instrumentos con-
maestro, el Profesor Brewer-Carías, cuan- vencionales de derechos humanos. Innece-
do señala, que en el caso de Venezuela el sario es decir, que este diálogo sólo podrá
diálogo del Estado, y particularmente de consolidarse cuando esté cimentado en
su Tribunal Supremo de Justicia con la unos valores comunes, que deben tener
Corte Interamericana, no solamente no ha como referente último la dignidad del ser
comenzado, sino que ha sido un diálogo humano a la que son inherentes unos de-
roto a priori incluso de manera inacepta- rechos fundamentales inviolables, que
ble por el primero. como concluye este excelente libro, son la
mayor conquista de la humanidad.

BERNARD BAILYN: Los orígenes ideológicos de la Revolución norteamericana, traduc-


ción de Alberto Vanasco, estudio preliminar de Víctor Méndez Baiges, Editorial
Tecnos, Madrid, 2012, 368 pp.

por FRANCISCO FERNÁNDEZ SEGADO

I. La prestigiosa colección de «Clásicos de el primer momento acompañó a esta


del Pensamiento», que dirige el Prof. Eloy obra, que hoy puede considerarse un ver-
García, acaba de publicar la versión espa- dadero clásico del pensamiento norteame-
ñola de un auténtico clásico norteamerica- ricano. La versión española parte de la
no, The Ideological Origins of the Ame- segunda edición de la obra, algo amplia-
rican Revolution, obra que vio la luz en da, publicada en 1992 bajo el sello edito-
1967 y que en la edición de 1976, de la rial de la «Harvard University Press».
que dispone quien esto escribe, había al- Catedrático de Historia de la Universi-
canzado ya la decimotercera impresión, lo dad de Harvard, de la que fue nombrado
que da una idea del enorme éxito que des- Profesor Emérito en 1992, el Prof. Bailyn

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