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POLLENTIA Y TÁRRACO.

DOS ETAPAS EN LA
FORMACIÓN DE LOS FOROS DE LA HISPANIA
ROMANA

Tárraco, Pollentia, analisis urbanistico. foro.

Ricardo Mar ~ e d i n a * Merce Roca i Roumens


."

Mitjancant l'anaiisi arquitectonica iurbanística dels forums de Poilentia i Tárraco, es pot observar I'evolució
icaractenstiques dels compiexes forais en epoca romano-repubiicana iaugustea a Hispania.
Tárraco, Pollentia, analisi urbanístic, forum.

By means of archaeologicai and urban analysis of the forums of Polientia and Tárraco, we can observe !he
development and characteristics of forum complexes in the Roman Republican and Augustan eras of His-
pania.
Tarraco, Pollentia, urban analysis, forum

Par I'intermédiaire de i'anaiyse archeologique ef urbanistique des forums de Polientia et Tárraco, nous pou-
vons observer I'évoiution et les caractéristiques des forums de I'époque romaine républicaine et augustaie
dans I'Hispanja.
Tárraco, Pollentia. analyse urbanistique, forum.

Las excavaciones en Alcudia de Mallorca (Pollentia Cuando los romanos, en el año 218 aC, desembar-
1980- 1995) y en el casco urbano de Tarragona F a - caron en Emporion, se encontraron con unos territo-
rraco 1996-97) han aportado en estos últimos años rios muy desigualmente urbanizados. La mayor par-
nuevos datos arqueológicos que ayudan a compren- te de la población indígena de la península ocupaba
der la organización del área central de sus respectivos un sistema de asentamientos basado en aldeas for-
foros. Poco a poco, está apareciendo la planta de dos tificadas, de mayor o menor tamaño. colocadas en
importantes monumentos de ia Hispania Romana. Fal- lo alto de pequeñas colinas, desde donde se podían
tan muchos de los elementos que delimitaban e inte- controlar los recursos del territorio. Únicamente la zo-
graban ambas plazas. A pesar de ello, el conocimien- na bética disponía de una tradición protourbana pro-
to que hoy en día tenemos de ambos foros ayuda a pia que se remontaba al periodo del bronce final, y la
comprender las etapas del desarrollo de las plazas cen- costa mediterránea, en toda su extensión desde Em-
trales de las ciudades hispanas. Desde esta perspec- porion hasta Gades, contaba con una red de asen-
tiva. hemos optado por presentar conjuntamente los tamiento~urbanizados, efecto de ia influencia colo-
nuevos datos de ambos conjuntos integrándolosen el nial. (Para la bibliografía actualizada nos remitimos
proceso de urbanización de las provincias hispanas. a las actas del congreso de Tarragona 1993 y al ca-

* Universitat Roviia 8 Viigili


Universiiat de Barcelona
RICARDO MAR MEDINA MERCE ROCA I ROUMENS
EMPURIES 51. 1998 105-124

tálogo de la exposición La ciudad romana 1993). temáticas en la ciudad de la mano de los Sres. Ga-
Frente a este panorama, la conquista romana supu- briel Llabrés y Rafael de Isasi. Éstos realizaron una
so la introducción de un nuevo modelo urbanístico: serie de campañas de excavación en la zona citada
la comunidad de colonos que ocupa un territorio agra- entre los años 1923 y 1934 (Llabrés/lsasi 1934; Ta-
rio. La implantación de este modelo se produjo pa- rradell/Arribas/Rossalló 1978, 319-322).
ralelamente a la conquista, con el asentamiento de Las excavaciones, algunas de las cuales afectaron al
colonos y la importación de una nueva idea de ciu- área donde posteriormente se descubriría el foro, con-
dad. Los nuevos establecimientos, con las armas ro- sistieron en trincheras y sondeos en diversas fincas.
manas como instrumento de coacción, integraron de A pesar de que aparecieron restos significativos, los
alguna forma las poblaciones indígenas presentes ya resultados útiles para el conocimiento de la ciudad
en la zona. No disponemos de muchos datos preoi- romana no se correspondieron con el trabajo reali-
sos, pero los indicios apuntan a la integración de las zado. Las trincheras se reaiizaban entre las hileras de
élites indígenas en el proceso de colonización. almendros y, una vez finalizada la excavación, se ta-
Para analizar este panorama contamos en primer lu- paban de nuevo después de que los propietarios de
gar con las escasas referencias de las fuentes es- los terrenos hubieran extraído los sillares de los mu-
critas para época republicana. Éstas se reducen en ros. Por otra parte, el objetivo de estas excavaciones
general a simples referencias del acto fundacional. no era tanto la resolución de problemas históricos co-
Podemos citar en particuiar las fundaciones de Tá- mo la recuperación de piezas notables para llenar vi-
rraco, Grachurris, Carteia, Valentia, Corduba, Palma trinas de museo. El resultado de todo ello, a pesar
y Poilentia y a ¡as descripciones provinciales de Me- del intares y minuciosidad derrochados por estos ex-
la. Plinio y Ptolomeo para los siglos I y II dC. La ar- cavadores, fue que no se realizó un plano de con-
queología permite enriquecer este panorama docu- junto que permitiese relacionar entre si las distintas
mentando con mayor detalle y precisión cronológica zonas afectadas por las intervenciones arqueológi-
la evoiución de estos asentamientos. Hablaremos aquí cas.
de Pollentia y Tárraco. La situación del yacimiento cambió de forma notable
Existen ciertos rasgos comunes a la fundación de es- a partir de 1952, cuando la Fundación hispano-ame-
tos nuevos asentamientos. En su ubicación sobre el ricana William L. Bryant, sensible a la importancia que
106 territorio se combinan factores geoestratégicos con podía revestir la investigación arqueológica en Po-
ia fijación de nuevas poblaciones. Éste es el caso de llentia, inició el primero de sus programas, centrado
Pollentia, en el que podemos seguir paso a paso el en el teatro (Amorós/Almagro/Arribas 1953) para. a
proceso de establecimiento de un sistema urbanisti- partir de ahí, consolidar sus actividades con la cre-
co compacto en ei que los instrumentos de "urbani- ación de un comité mixto de las excavaciones que
zación" nos aparecen aún embrionarios. Destaca la serían dirigidas conjuntamente por los Profs. M. Ta-
coherencia con que se impone un primer modelo de rradell, A. Arribas y D. Woods (A.A.V.V. 1982).
organización del área central y del territorio. El caso En este contexto se iniciaron. en 1957, las axcava-
de Tárraco es algo diferente. La implantación del asen- ciones sistemáticas en la finca de Sa Poriella. El lu-
tamiento estuvo condicionada por elementos pree- gar concreto escogido fue un sector que había sido
xistentes. A pesar de ello, gracias a progresivas in- afectado por los trabajos, iniciados y nunca acaba-
tervenciones, sefue consolidando el modelo ideo- dos. de construcción de una estación de ferrocarril
lógico y espacial de foro que tiene sus raíces en el en los años 1936-1938. Este hecho había dado ya
foro de Pollentia. Ambos ejemplos. tratados conjun- lugar a intervenciones arqueológicas, entre los años
tamente, permiten entender las etapas que siguió el 1944 y 1949, por parte de los Sres. Amorós y Mal-
desarrollo de las áreas centrales en las ciudades his- berti. Los nuevos trabajos se planificaron, en cierto
oanas. modo, a partir de estas intervenciones previas (Ta-
rradeli/Arribas/Rosselló 1978, 141-142 y 161-1 63).
Los trabajos de excavación se prolongaron hasta fi-
LOS RESTOS ARQUEOLÓGICOS DEL FORO DE nales da los años sesenta con resultados extraordi-
POLLENTIA. LA PLANlMETRíA DEL FORO DE nariamente positivos: se descubrió parte de un ba-
POLLENTIA rrio residencial ocupado por casas del tipo domus
cuya construcción tuvo lugar, con seguridad, en épo-
Desde el siglo XVll disponemos de hallazgos arque- ca tardo-republicana,manteniendo una continuidad
ológicos aisiados en los campos situados entre Al- de ocupación hasta fines de siglo VI y comienzos del
cudia (Mallorca) y el mar, aunque no sea posible re- VI1 (Arribas/Tarradell/Woods 1973; ArribasITarra-
iacionarios con la topografía de la ciudad antigua. Hay dellANoods 1978; Roca/Subias 1996-97; Sanmarti e l
que esperar hasta ya entrado el siglo XX para asistir aiii 1996. 67-68: GumáiRiera/Torres 1997, 250-252).
a la realización, por vez primera, de excavaciones sis- Finalizadas las excavaciones en Sa Portella, y a lo lar-
POLLENT~AY TARRACO. DOS ETAPAS EN LA FORMACION DE LOS FOROS DE LP
HISPANIA ROMANA
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Figura 1. Pollentia, planta general de la zona central de la ciudad. Incluye el área que se extiende entre "Sa POrtella" y la zo-
na del Foro. Se propone una hipótesis de reconstrucdó del trazado urbano basada en insulae de 100x200 pies romanos.

go de los años setenta, se realizaron intewenciones plo (Equip d'Excavacions de Pollentia 1994a, 140- 107

en diferentes puntos para intentar delimitar los lími- 142; Equip d'Excavacions de Pollentia 1994b, 215-
tes precisos de la ciudad y para identificar la ubica- 224).
ción del foro. El primer objetivo no se alcanzó; en Conviene precisar, no obstante, que esta zona se ha
cambio. se pudo definir con seguridad la posición del visto profundamente afectada por la recuperación sis-
foro (Arribasflarradell 1987). temática de material constructivo en diversas épo-
Para establecer la ubicación del foro, se tomaron cas, a lo cual hay que añadir los efectos de la me-
en consideración dos argumentos. Por una parte, la todología seguida por los primeros excavadores de
significativa concentración de hallazgos antiguos, es- la ciudad. El expolio es notable en la mayor parte
pecialmente epigráficos de carácter honorífco, en el de estructuras del sector excavado pero especial-
área conocida como Camp d'En Franca y, en gene- mente grave en el caso concreto del templo de triple
ral, en los terrenos situados alrededor de ia ermita de cella.
Santa Ana. Por otra parte, a pesar de que no se co- Dado que, como antes se dijo, no se ha completado
nocian con precisión los límites de ia ciudad, se se- todavía la excavación de este sector de la ciudad, no
leccionó un área que podía corresponder razonable- se conocen con precisión los límites de la plaza, des-
mente a su sector central. Partiendo de estas pre- cubierta en una longitud de unos 20 m a partir del lí-
misas se inició, en el año 1980, la realización de una mite sur del templo de triple cella; sí, en cambio, pa-
serie de trincheras que muy pronto proporcionaron rece poder afirmarse que presentaba un revestimiento
elementos suficientemente significativos como pera de losas de piedra local (marés) del cual han que-
iocalizar el foro. dado evidencias, muy fragmentarias, delante de los
A partir de estas primeras intervenciones, la investi- templetes I y II así como delante del templo. Excep-
gación continuada en este sector, aunque incomple- ción hecha de estos puntos, el enlosado ha deeapa-
ta todavía, ha permitido identificar, sin lugar a dudas, recido, arrancado, para ser reutilizado posteriormente
la parte norte dei sector monumental, que incluye un en la necrópolis que ocupó este área.
templo de triple cella, parte del pórtico occidental de
la plaza, dos templetes y diferentes basamentos; igual- EL TEMPLO DE TRIPLE CELLA (CAPITOLIO)
mente se conoce buena parte de una insuia situada
inmediatamente al oeste de la plaza porticada así co- El templo de triple cella se sltúa en el lado norte de
mo algunas estructuras al norte y noroeste del tem- la plaza. Construido sobre una pequeña elevación de
Figura 2. Pollentia, planta general de la zona del Foro tras las últimas excavaciones

terreno a unos 12 m s.n.m., presenta un podio rec- conservado sólo los cimientos, que dan lugar a va-
tangular de 23,4 m de longitud por 18,2 m de an- rias posibles restituciones: pronaos tetrástilo con dos
chura a nivel de trincheras de cimentación. De este filas de columnas, versión mixta in antis y con una hi-
podio se conserva casi entero el muro que io deli- lera de coiumnas frontal o bien, finalmente, prolon-
mitaba por el lado norte, formado por dos paramen- gación de las antas hasta la hilera frontal de colum-
tos de sillares de "marés", de 1.80 m de grosor y con- nas, rasgo éste último arcaizante aunque dispone de
servado hasta una altura máxima de 1,40 m, en tan- paralelos en el siglo II aC (Andrén 1959-60, p.21 SS).
to que los restantes muros perimetraies han sido ob- Hay que subrayar, finalmente, que el análisis metroló-
jeto de un expolio considerable, En el extremo meri- gico realizado por E. Subias (Subías 1994. 220-224) ha
dional. los dos muros laterales se ensanchaban con- permitido verificar que la unidad de medida utilizada en
formando dos macizos de forma casi cuadrada que su construcción fue el pie romano de 0,296. Se cons-
flanqueaban la escalinata de acceso. Ésta ocupaba tata asimismo que, a nivel de cimentación, las lineas
la parte frontal del edificio en una anchura de 9,30 m. maestras del templo se ajustan grosso modo al traza-
En el interior de la superficie así delimitada se distin- do canónico del templo toscano, con ciertas correc-
guen los cimientos de los muros, de 0,74 m de gro- ciones de detalle en relación con la planta del templo.
sor, que conforman tres cellae de 8,6 m de longitud
interior. La anchura de la ceila central era de 5,2 m, LOS PORTlCADOS
y la de las dos laterales de 3,7 m. Dichas celiae es-
tán precedidas por un vestibulo de 8.4 m de pro- Por su iado oeste y a una distancia de 5 m de) tem-
fundidad con cuatro columnas, de las cuales se han plo. la plaza quedaba delimitada por un pórtico de
POLLENTIA Y TARRACO DOS ETAPAS EN LA FORMACIÓN DE LOS FOROS DE LA
HlSPANlA ROMANA
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Figura 3. Pollentia, estructuras del Foro en el momento fundaclonal de la ciudad. Se propone un esquema de restituci6n
del projecto inicial.

3,40 m de profundidad, del cual se conservan los ba- ridional, la segunda hilada con ia moldura que deco-
samentos de seis columnas en una longitud de unos raba la base del podio. A pesar de que la pai?e nor-
20 m, siendo los intercolumnios de unos 3,80 m. No te está muy arrasada, sus dimensiones son restitui-
se han conservado restos seguros del porticado que bles al haberse conservado la preparación sobre la
se debía situar al otro lado del templo. A nivel urba- cual se asentaba ia primera hilada de sillares. Ei in-
nistico es la solución más probable. Asimismo, la exis- terior del basamento se conserva hasta una altura de
tencia de una calle siguiendo el muro posterior del 0,80 m por encima del nivel del enlosado, estando
templo hace imposible la existencia del porticado al- formado por un relleno de piedra y cerámica tiga-
rededor del templo por su lado norte. Hay que se- dos con mortero. En el extremo este de la fachada
ñalar, finalmente, que este pórtico. tal como nos ha meridionai, la primera hilada avanzaba formando un
llegado, presenta los intercolumnios tapiados sin que cuerpo rectangular de 1.60 x 1 m, sin que se hayan
sea posible precisar en que momento se llevó a ca- conservado restos del cuerpo simétrico análogo en
bo esta reforma. el extremo oeste. En relación con su datación, final-
mente, la estratigrafía documentada inmediatamen-
TEMPLO l te al oeste ha demostrado que una buena parte del
edificio se había ya desmontado en el momento en
En la parte oriental de la plaza se conservan los res- que se formó un estrato datable, con seguridad. a fi-
tos, desgraciadamente muy arrasados, de dos cons- nales del siglo I dC.
trucciones. muy posiblemente de carácter religioso.
conocidas como "templo I", situado junto al ángulo TEMPLO ll
N.E. del templo de triple cella , y "templo II", a unos
10 m al sur del anterior. El templo II está formado, en su estado actual, por
El templo I es un edificio de planta rectangular, de 7,4 un basamento moldurado de poca altura, 0.40 m
m de longitud por 5,4 m de anchura. Se conservan aprox., de forma rectangular, cuyas dimensiones son
buena parte de los sillares almohadillados de la hi- de 9.40 x 6 m con el eje longitudinal orientado en sen-
lada inferior del basamento así como, en la parte me- tido este-oeste. A pesar de su deficiente estado de
conservación. reducido de hecho a sus cimientos, los con la linea del podio del templo de triple cella, es
restos conservados permiten reconocer el esquema poco probable que esta estructura fuese la cimenta-
básico de la planta. con una cella de 3,5 m aprox, y ción de un altar o monumento aislado.
un pronaos estrecho, de 1,5 m aprox. Dimensiones, A pesar de que los trabajos de excavación no han
características y restitución de la planta permiten plan- proporcionado elementos pare establecer directa-
tear que se trate de un templete tetrástilo o distilo mente su cronología, estamos en condiciones de afir-
in antis, con el cual se han de relacionar, quizás, una mar que su construcción es anterior a la del pavi-
basa y un fuste de columna de marés que se halla- mento tardio que estaba en uso en toda la zona cuan-
ron caídos. inmediatamente al norte del edificio. El do parte del capitolio estaba ya desmontado. En re-
podio del templo estaba rodeado al norte, al este y alidad, los indicios topográficos parecen sugerir que
al sur por una canalización cuya función debia ser esta plataforma es un elemento precedente al tem-
la de recoger las aguas que se escurrian del tejado. plo que fue en eigún modo integrado en la monu-
mentalización dei foro.
LA ESTRUCTURA RECTANGULAR (111)

Comentario aparte merece la ESTRUCTURA lll si-


tuada delante del templo de triple cella. Se trata de Al oeste del foro se documenta une insula cuya ex-
una plataforma rectangular cuyas dimensiones son cavación no ha sido aún completada aunque puede
5.20 x 3,40 m. Está formada con una unica hilada de afirmarse que su anchura es de 25 m.
sillares de marés asentados directamente sobre la ro- La técnica constructiva empleada consiste en un zó-
ca. El hecho significativo es que se trata de la unica calo de piedra, de 0,50 m de grosor medio, sobre
construcción del foro estrictamente orientada se- el cual se levantaba una superestructura de adobes.
gún los puntos cardinales. Con ello esta estructura El hallazgo en los niveles de derrumbe de grandes
contrasta abiertamente con la orientación de las ca- fragmentos de pavimento de opus signinum, de unos
lles y los edificios de la ciudad. No parece que la pla- 20125 cm de grosor, que aparecen a menudo incli-
taforma sobresaliese en alzado respecto al pavimen- nados y volcados, parece evidenciar, sin demasiadas
to de la plaza. Dada su posición, casi en contacto dudas al respecto, la existencia de un piso superior
110 al cual se accedería por medio de escaleras. Puede
reconocerse la caja de alguna de éstas en la planta
del edificio, tal como ésta nos ha llegado. A pesar de
Figura 4. Pollentia. estructura lli en la zona del Foro. de- que estas caracteristicas constructivas se refieren ló-
lante del templo capitollno gicamente al último momento de ocupación, es po-
sible que no difieran sensiblemente de las originales.
1 Como hipótesis preliminar que, evidentemente, la in-
vestigación futura tendrá que confirmar o, en su ca-
so, modificar, podria pensarse en una articulación de
los diferentes ambientes en torno a un espacio rec-
tangular, posiblemente un patio, de 11 m en senti-
do norte-sur y 6m en sentido este-oeste. Este espa-
cio queda flanqueado, en sentido este-oeste. por dos
cuerpos da 9,5 m de anchura. De estos cuerpos. el
mejor conocido es el oriental, que aparece distribui-
do en base a un sistema modular que se repite dos
veces. Cada módulo está formado por dos ambien-
tes o tabernae abiertos a la fachada. dos ambientes
menores interiores. uno de ellos conun pozo y una
posible caja de escalera accesible desde la plaza. Va-
la la pena señalar que los dos módulos presentan la
misma longitud de fachada, 12,20 m cada uno de
ellos. Un esquema similar al descrito parece repetir-
se en ángulo noroeste.
La Nisula, en su estado actual de excavación, se aca-
ba hacia el sur en un ámbito casi cuadrado de di-
mensiones notables (7 m x 0 m), subdividido en un
momento posterior por un muro en sentido este-oes-
te. cuyos muros, casi totalmente expoliados. estaban
N LOS FOROS DE LA
POLLENTIA Y TAHRACO DOS ETAPAS EN LA F O R M A C ~ ~DE
HISPANIA ROMANA
EMPURiES 51. 1998. 105-124

hechos a base de sillares. La habitación disponía de sido objeto de un intensísimo expolio, adosada al mu-
un pavimento de opus signinum con crustae que se- ro norte del capitolio. Los restos excavados confor-
llaba un pozo, amortizado en ei segundo cuarto del man un gran macizo rectangular en su extremo sep-
siglo I aC. (Equip d'txcavacions de Pollentia 1993). tentrional (4,6 x 4,8 x 3 m)realizado con material reu-
Casi en el centro de la pared oeste se conserva la im- tilizado, sobre todo siilares pero también algún ba-
pronta de un basamento de 0,77 m x 0,68 m cuyas samento y fuste de columna, todo ello trabado sóli-
dimensiones coinciden de modo muy aproximado con damente con mortero de cal. Esta estructura se pro-
¡as de una base moldurada de piedra calcárea que se longaba hacia e! oeste con un muro de sillares que
ha localizado, evidentemente desplazada, al sur de! se documenta ai norte y al oeste de la insula antes
capitolio. La función precisa de este ámbito no se pue- descrita. Es probable, por otra parte, aunque del to-
de precisar con seguridad, pero el carácter singular do indemostrable, que ia estructura se extendiera a
que se desprende de sus caracteristicas permite re- lo largo de todo el lado norte del capitolio. En rela-
lacionarlo con funciones de carácter religioso o ad- ción con su datación, faltan por ahora elementos que
ministrativo, tal vez un santuario o una curia. permitan proponer una cronología en términos ab-
Las conclusiones estratigráficas obtenidas hasta el solutos pero se observa. repetida y claramente, que
momento. básicamente las referidas a los ámbitos M la trinchera realizada para asentar su cimentación cor-
y N, autorizan a datar algunos muros de ia parte orien- tó la sedimentación formada previamente contra las
tal en los últimos años del siglo ll aC (Cfr. Apéndice). paredes de los recintos 01 y 02 antes citados y que
A pesar de las refacciones que se observan en mu- se encuentran situados inmediatamente al norte de
chos muros, los sondeos estratigráficos realizados esta gran estructura. Es probable que fuera cons-
no han proporcionado niveles formados en época au- truida cuando todo este sector estaba ya abando-
gústea y, en general, ios complejos de época aito-im- nado. En cuanto a su función, con los datos actua-
perial son escasos. En todo caso, se puede obser- les, es posible suponer que pueda tratarse de una
var la gran incidencia de los estratos formados en un obra de carácter defensivo. En este caso, la hipóte-
momento avanzado de siglo II- inicios del siglo III dC. sis más verosímil es que pudiera tratarse de una for-
Desde el punto de vista cronológico la ocupación de tificación de época bizantina (Equip d'Excavacions
la insula fue continua y fluida desde el momento de de Pollentia 1994b, 220).
su construcción, a finales del siglo II aC, hasta el mo-
mento de su destrucción definitiva. La excavación
permite deducivque ésta fue súbita y violenta, da-
tándose gracias a los materiaies cerámicos y numis- El último indicio de actividad humana en el sector cen-
máticos entre los años 270 y 280. tral de la ciudad es una gran necrópolis de inhuma-
ción (Arribas/Tarradeil 1987, 135-136). A pesar de
EL ENTORNO DEL FORO que su datación absoluta no se ha podido precisar,
se puede afirmar que es posterior al expoiio de la gran
Al norte del capitoiio, los trabajos de excavación has- construcción, antes citada, situada al norte del capi-
ta ahora realizados han permitido documentar parte tolio y que corresponde a ia última fase ediiicia do-
de dos estructuras bien diferenciadas desde el pun-. cumentada en este sector,
to de vista cronoiógico y también funcional.
La primera consiste en dos recintos de los cuales só-
lo uno se ha excavado totalmente (01). Se trata de
un ámbito casi cuadrado (6 m x 5 m) con las paredes Considerada en su conjunto, la información referida
construidas según la misma técnica documentada en al área del foro es todavía muy fragmentaria; no obs-
la insula, es decir, zócaio de piedra y elevación de tante, a pesar de esta limitación y, por supuesto, te-
adobes. Un revestimiento pintado, del cual se han re- niéndola siempre muy presente. es posible formular
cuperado, aunque muy fragmentadas, abundantes algunas puntualizaciones referidas a ia evolución, a
evidencias, recubría la superficie interna. Se accedía grandes rasgos. de este sector de la ciudad.
a éi por ia parte sur, donde se ha conservado el um- l . La primera organización de la zona parece poder
bral de 3 m de anchura. De acuerdo con la secuen- datarse a finales d e siglo II aC; en este momento de-
cia estratigráfica obtenida en el exterior del recinto bió procederse a ia habiiitación del área de¡ foro y a
parece, en principio. que su construcción se puede la construcción del capitolio. Es cierto que faltan re-
fechar en el sigio II dC. En cuanto a su destrucción, ferencias estratigráficas que permitan establecer la
se puede afirmar, con seguridad, que tuvo lugar en- datación del templo, debdo especiaimente a ¡os efec-
tre ios años 270 y 280. tos del intenso expolio de que, en general, ha sido
La segunda estructura identificada en este sector objeto esta zona, pero conviene tener en cuenta los
consiste en parte de una gran construcción, que ha siguientes puntos:
a) Las dataciones más antiguas obtenidas en la ni- 4) Esta gran estructura, a su vez, había sido ya en
sula occidental apuntan, como antes se dijo, al últi- parte expoliada cuando se estableció en esta área la
mo cuarto del siglo II aC y, aún más concretamente, necrópolis de inhumación que constituye ei último in-
al último decenio de dicho siglo. dicio de actividad humana en este sector de la ciu-
b) Las mismas caracteristicas tipológicas del templo dad.
sugieren igualmente una datación tardorrepublicana.
En efecto, los paralelos más próximos son, en la Pe-
ninsula Ibérica, los de Sagunto (Aranegui 1987; Ara- EL AUGURACULUM Y LA FUNDACIÓN DE LAS
neguilHernandez1Lopez-Piñol1987) e Itálica (Ben- CIUDADES ROMANAS
dala 1982). ambos fechables en el siglo ll aC. y. en
Itaiia, el de Cosa (Brown 1979), cuya cronologia se Las evidencias arqueológicas que hemos descrito
temonta a la primera mitad de la misma centuria. En permiten plantear una interpretación global para el
cuanto a su identificación como capitolio, fallan des- primer foro de Pollentia. Es posible proponer que la
graciadamente referencias epigráficas o presencia de ESTRUCTURA 111, dada su peculiar orientación y si-
estatuas de culto de las tres divinidades. Sin embar- tuación en el conjunto, fue la primera construcción
go, su diseño arquitectónico, la segura constatación que se realizó en la zona. Recordemos que la plata-
de cella tripartita y su situación dominante en la pla- forma rectangular estaba orientada según los ejes
za del foro creemos que autorizan a identificarlo co- cardinales, y por ello se presentaba completamente
mo tal. En este caso, es probable que la construc- desligada del resto de las construcciones que defi-
ción del capitolio formase parte del proyecto funda- nían los espacios urbanos de la ciudad. Este tipo de
cional de la ciudad. situaciones, que conocemos en algunos preceden-
c) Igualmente es probable que deba situarse en este tes itálicos (Bantia. Cosa y Labello). se interpreta nor-
momento la estructura rectangular (111) localizada al maimente como estructuras utilizadas para la ob-
sur del capitolio. Una vez más, faltan referencias es- servación del cielo y del horizonte. Es probable que
tratigráficas para establecer su datación absoluta. Se esta operación estuviese en relación con el domi-
apoya directamente sobre la roca y su construcción nio del territorio a nivel práctico -por ejemplo para
es anterior al pavimento en uso cuando parte del ca- asentar ios instrumentos de agrimensura (A.A.V.V.
pitolio estaba ya desmontado. Este hecho, unido a 1983)- o tal vez tuviera un sentido religioso más pro-
sus caracteristicas y orientación, permite plantear que fundo, equivalente a un mundus destinado a servir
se trata de una estructura antigua relacionada con la de centro a una nueva ciudad (Magdelain 1969). La
fase fundacional de la ciudad. base de este tipo de identificaciones está en lo que
2) A pesar de que es difícil todavia, con la informa- sabemos de la práctica ritual religiosa. La acci6n de
ción disponible, seguir la evolución del foro en épo- los augures necesitaba del establecimiento de un
ca imperial, parece advertirse una fase especialmen- tempium minus contrapuesto al fernplum maius. que
te activa en el siglo II dC, Recordemos en este pun- era celeste, orientado segun los ejes cardinales. Se
to que el templete 1, situado junto al ángulo noroes- delimitaba normalmente sobre el terreno con unos
te de capitolio, estaba ya parcialmente desmontado palos (hastae) unidos con tablas o con cintas de li-
en torno al año 100 y que, en el curso del siglo II, no (Mommsen 1887, 9; Wisowa 1902, 452; Latte
se realizaron algunas intervenciones en la insuia oc- 1980, 144).
cidental y se procedió, al norte del templo. a la cons- La observación del cielo para la obtención de aus-
trucción de los recintos 01 y 02. Por otra parte hay picios constituia uno de los elementos fundamenta-
que subrayar que, de acuerdo con el estudio preli- les del proceso de fundación de cualquier ciudad
minar de Pereira (Arribasflarradeli 1987, 131), bue- (Mommsen 1887. en particuiar las 636-638 sobre la
na parte del material epigráfico recuperado en esta inauguración de una colonia). Los augures, a solici-
zona corresponde a dicha centuria, aunque no faltan tud del magistrado fundador, consultaban la volun-
materiales más antiguos. tad divina respecto a la nueva fundación, por el co-
3) Toda este área fue destruida de forma violenta en nocido método de observar el vuelo de los pájaros
torno a los años 270-280, como atestiguan repeti- (Wisowa 1902, 450 SS). Dioniso de Helicarnaso (1,88,1)
damente las secuencias estratigráficas obtenidas en explica que, tras la iustratio inicial que purifica el pue-
la insula occidental y en los recintos 01 y 02, al nor- blo y la realización de un sacrificio colectivo con la
te del capitolio. Parece que ia zona quedó abando- construcción del mundus, se procedía a ia ceremo-
nada hasta la construcción de la gran estructura do- nia inaugural. Ésta permitía verificar la conformidad
cumentada al norte del templo. Su construcción su- de los dioses con la nueva fundación que se estaba
puso sin duda un expolio considerable de las cons- a punto de realizar (Salmon 1969. 26 corrige el pun-
trucciones anteriores, afectando seriamente el esta- to de vista de Mommsen en torno a la secuencia fun-
do de conservación de los edificios del foro. dacional; su visión es apoyada por Richard 1970, 612
POLLENTIA Y TARRACO. DOS ETAPAS EN LA FORMACI~N DE LOS FOROS DE LA
HlSPANlA ROMANA
EMPURIES 51, 1998. 105-124

y Wilson 1971, 584). únicamente después de que un templum augurale es importante de cara a la in-
el augur hubiese observad0 los signos propicios des- terpretación de la ESTRUCTURA lli del foro de Po-
de el auguraculum, se procedia a trazar el sulcus pri- llentia. Es muy probable que esta plataforma sirviese
migienius que delimitaba el perimetro de la ciudad de base fija al observador, como en el ejemplo de
(Eckestein 1979). Bantia. En realidad, la identificación de este elemen-
Apenas disponemos de evidencias arqueológicas se- to, que hemos visto que Torelli denomina teSCum, no
guras para identificar este tipo de estructuras. Los es tan sencilla. Magdelain (1969, 266-267) difiere de
dos ejemplos mejor conocidos, como ya hemos ob- la conclusión de Torelli al considerar que el tescum
servado. son Cosa y Bantia (Brown 1951, 1960 y es un lugar agreste en el que residen "numini" no pu-
1979; Torelli 1966). En la acrópolis de Labello, anti- rificados por la ceremonia. Sin embargo no contra-
gua ciudad de Forentum, han aparecido estructuras dice ei sentido global de la interpretación de la.es-
que se han interpretado como un posible auguracu- tructura de Bantia.
ium (Bottini/FresaBagliente 1990), aunque la super- La colonia latina de Cosa, fundada en el año 273 aC
posición de numerosas fases constructivas hace di- en la costa toscana, presenta una problemática com-
ficil una interpretación segura. plementaria a estos ejemplos que acabamos de ci-
El monumento de Banzi (antigua Bantia) fue descu- tar. El monumento descubierto en ei Arx de la ciudad
bierto en 1962, de forma casual al efectuar unas fue identificado como un auguraculum (Brown 1951,
obras. Estaba formado por seis cipos inscritos y una para la topografia de la ciudad y Brown 1960 para los
plataforma para la observación del horizonte, que en templos del Arx) y ha sido brillantemente interpreta-
la interpretaciónde Mario Torelli correspondía al tem- do como uno de los elementos clave del proceso de
plum augurale del Arx de la ciudad mrelli 1966, tav fundación de la colonia. Se trata de una plataforma
I y II, Torelli 1969). El conjunto original deberia cons- aproximadamente cuadrada, de 11 m de lado, co-
tar de nueve cipos que formaban un cuadrado de locada en lo más alto de la colina que fue ocupada
unos 6 m de lado, con un cipo en su centro y una por la ciudad. A diferencia de las calles y edificios de
gran piedra. El cipo central contenía la inscripción la ciudad, que siguen una orientación NW-SE, ésta
s(edes) inau(gura1ionis). Ello debia corresponder a la se halla estrictamente orientada según los ejes car-
intersección de las lineas medianas imprescindibles dinales. Coincide con ello con la orientación de la
para una valoración visual de lo que se descubriese centuriación de agger cosanus. Esto hace pensar que 1
en el cielo (Magdelain 1969, 256). El cuadrado se ha- dicha plataforma tuvo una función territorial. como
llaba perfectamente orientado según los puntos car- base del trazado del cardo y del decumanus, en la
dinales. Los cipos eran de unos 40 cm de altura y de ocupación del territorio asignado a la Colonia latina.
unos 30 cm de diámetro. La gran losa que según ¡os Su posición sobre el Arxde la ciudad responde al ca-
escasos datos de la excavación formaba parte del rácter arcaico de la propia fundación (Magdelain 1969,
conjunto debia medir unos 2,5 metros de lado y se 254).
situaba en el lado oeste del conjunto de cipos. En su La fundación de ciudades fue un instrumento funda-
interpretación,Torelli identifica esta gran piedra con mental en el proceso de control de nuevos territorios
un elemento de la ceremonia augural que hasta en- por parte de Roma. El momento de constitución de
tonces no se conocía: el tescum. Un texto de Festo una nueva comunidad cívica era particularmente sen-
(488L, cfr.exc.48L) distingue el templum (espacio den- sible para los futuros habitantes. y se hallaba car-
tro del que se observa el auspicio), la sedes (el lu- gado de connotaciones religiosas y políticas. Con el
gar en el se sienta el auspiciante) y el tescum. Este acto de fundación se definía !a futura relación de la
último término significaba en origen "piedra. roca" y nueva comunidad con el territorio y con la esfera de
aparece citado en la fórmula que utiliza el augur al lo divino. La base de este proceso era un cuidadoso
trazar el templum en el cielo. Esta formula se ha po- respeto a los procedimientos establecidos para con-
dido reconstruir en base a la descripción que Va- sultar la voluntad divina y la consideración del marco
rrón realiza de su trazado (L.L.7,8) y en base al tex- juridico previsto para el nuevo asentamiento. Esta do-
to conservado en las célebres tabuiae iguivinae (De- bla necesidad tenía como efecto práctico la materia-
voto 1951, 244). Estas tablas describen el trazado lización sobre el terreno de un punto de referencia
del cuadrilatero augural (Vla.8-10) y el campo visual que sirviese para ordenar el territorio asignado a la
del augur (Via,ll SS). El tescum deberia correspon- futura comunidad y trazar los límites que se debian
der en la hipótesis de Torelli a la gran piedra sobre la distinguir este territorio. Las fuentes son unánimes al
que se situaba el augur. Recordemos que la gran pie- concretar estas dos categorias: el punto de referen-
dra de Bantia está situada a oeste del templum pro- cia se confunde a veces con el mundus o con el au-
piamente dicho. Esto coincide con el hecho de la ob- guraculum, y la acción de definir los limites del larri-
servación se debia dirigir hacia el este. torio corresponde al trazado depomerium de la ciu-
La discusión en torno a los elementos que formaban dad y al reparto en lotes de su territorio suburbano.
La arqueología, aunque con escasos ejemplos, nos trucciones para aproximarnos a una restitución del
ilustra como se construia este punto de referencia trazado de las calles del asentamiento originario: la
que debía servir para la consulta de !e voluntad di- zona del foro y las casas de "Sa Porteiia".A partir de
vina, para apoyar el instrumental de agrimensura y ambos conjuntos distanciados unos 300 m es posi-
para permitir trazar el sulcus prirnimigenius, el cardo, el ble tener una cierta idea de cómo fue pianificado el
decurnanus y la división en lotes del espacio. La ES- trazado urbano. Es evidente que en el estado ac-
TRUCTURA III del foro de Pollentia constituiría el res- tual de ia investigación (1998) tan sóio se puede pre-
to material conservado bajo el pavimento del foro re- sentar una hipótesis general que tendrá que ser con-
publicano de las ceremonias y prácticas reiaciona- trastada con futuras excavaciones. En cualquier ca-
das con la fundación de la Colonia. El establecimiento so destacan las coincidencias métricas que se pro-
de un auguraculurn sobre el terreno tuvo que jugar ducen entre los escasos datos que podemos con-
un papel fundamental en la fundación de ciudad y en trastar.
el control de! territorio que le fue asignado, Es pro- Las casas de Sa Porteiia quedan delimitadas por una
babie que sirviese de base a ia actividad de los au- calle en sentido aproximado N-S que coincide con la
gures y de apoyo a la colocación de la grorna. fachada posterior de la lnsula del Foro. Este eje via-
rio nos da la directriz principal de la trama urbana.
Conocemos con seguridad dos cruces de calle si-
EL SISTEMA URBANO DE POLLENTIA tuadas sobre este eje. El primero corresponde a la
vía porticada que separa la "Casa de los Dos Teso-
Fundada la ciudad, se procedió a la parcelación de¡ ros" de la casa contigua. Ei segundo corresponde a
sueio urbano. Disponemos de dos grupos de cons- la via que discurre por detrás del Capitolio. La dis-

Figura 5. Reconstrucción del Foro en su projecto inicial. La longitud de la plaza se adapta a la propuesta de distribución
de calles que se presenta en la fig.1
POLLENTIA Y TARRACO. DOS FTAPAS EN IA FORMACION DE LOS FOROS DE LA
HISPANIA ROMANA
EMPÚRlES 51. 1998 105124

tancia entre el punto central de ambos cruces se si- ro de Polientia, la relación entre la plaza descubierta,
túa en torno a los 177,5 m. La medida es sensible- los porticados y el templo no se halla aún comple-
mente próxima a los 600 pies romanos de 0,296 m tamente resuelta. En este sentido, los foros del si-
(=177,6 m). Tendríamos entonces entre ambos cru- glo II aC dependen de los progresos producidos por
ces de calles tres insulas de 200 pies de largo (in- la construccion de santuarios en ltaiia central a par-
cluyendo la anchura de calles). En sentido transver- tir del siglo III aC. Es significativo que los santuario
sal la situación es más dificil ya que no conocemos de Juno en Gabii (Almagro 1982) y de Esculapio en
ningún otro cruce de calles. El único punto que po- Fregellae (Fregeliae 1986 y Coarelli 1987) constituyan
driamos restituir de un modo teórico es el ángulo los mejores paralelos de la organización espacial que
opuesto del foro si imaginamos que el Capitolio ocu- podamos reconocer en el proyecto inicial del foro de
paba una posición simétrica respecto a las calles. Pa- Polientia. Tendremos que esperar a la construccion
ra obtener la anchura total del foro basta multiplicar del foro de Ampurias, a comienzos del siglo l aC. pa-
por dos la distancia que separa e! eje de simetría del ra ver resuelto el foro como una organización inte-
Capitolio del centro de la calle que delimita la insula. grada de un templo rodeado por una plaza en "PI",
Esta distancia se sitúa en torno a los 45 m. Ello nos decorada con pórticos alzados sobre una cripta ("crip-
da un anchura total para el Foro de unos 90 m, in- topórtico") y precedido por una plaza descubierta
cluyendo la calle. Esta medida es sensiblemente pró- (MarlRuiz da Arbulo 1993, con bibliografía precedente
xima a los 300 pies romanos (=88,8m).Seria posible y análisis del proceso).
imaginar que la anchura del Foro corresponde a tres
insulas de 100 pies cada una. Si ambas hipótesis fue- LA ORGANIZACIONDE LOS FOROS EN ÉPOCA RE.
sen correctas, es posible es imaginar una retícula de PUBLICANA
insulas de 200x100 pies. En este caso estariamos
ante una solución similar a la que conocemos en Am- La construcción de la ciudad republicana de Ampu-
purias (insulas de 120x240 pies). Futuras excavacio- rias constituye un punto de referencia en el desa-
nes verificarán la validez de la organización del es- rrollo de la planificación de ciudades. Destaca la im-
pacio urbano que aquí se propone. Las coinciden- portancia de la ciudad itálica que se construyó a co-
cias métricas que hemos podido detectar prueban la mienzos del siglo I aC a las puertas de la griega Em-
existencia de una planificación cuidada para la dis- porion. Esta ciudad se superpone a un precedente 11s
tribución del espacio urbano de la colonia. presidium militar establecido en los primeros dece-
En cualquier caso, sea cual sea la distribución ur- nios de la conquista para el control del importante
bana, es seguro que se planificó un cierto número de puerto ampuritano. Desconocemos el nombre anti-
manzanas para la construcción del templo principal guo de esta nueva ciudad, aunque tal vez se pudie-
y el asentamiento del foro. Es probable que se re- se tratar de la célebre Indika. La arqueología y las
servasen 3 manzanas para esta función. Si restitui- fuentes han podido demostrar la participación de po-
mos la implantación inicial del templo Capitalino con blación itálica no romana y de hispanos en la cons-
un porticado a cada lado, seguido de una ínsula re- trucción dei nuevo asentamiento (MarlRuiz de Ar-
sidencial, ocupariamos exactamente el espacio co- bulo 1993, con la bibliografia y la discusión del pro-
rrespondiente a tres ínsuias (300 pies romanos). Es blema Emporion-indika-Emporiae).Destaca el apa-
evidente que en el estado actual da las excavaciones rato monumental de que fue dotada la ciudad repu-
este esquema no es más que una hipótesis de io que blicana desde su fundación: importantes murallas
pudo ser la implantación inicial. Es también posible construidas sobre un zócalo en obra poligonal y con
que el conjunto completo no llegase nunca a reali- el cuerpo Superior de caementicium; sistema regular
zarse integro. de insuiae de 35x70 m (1x2 actus); un gran foro pre-
El esquema urbanistico que nos aparece coincide ple- sidido por el templo de Júpiter, rodeado por una pla-
namente con la organización que conocemos de los za porticaaa y grandes casas aristocráticas. Algunas
foros coloniales del siglo ll aC (TorellilGros 1988). La de éstas sobrepasan los 2.500 m2, y estaban de-
construcción de porticados que no llegan a cerrar coradas con pinturas de primer estilo y mosaicos de
una plaza en torno ai templo constituye un rasgo ar- opus vermincuiatum, comparables a las mejores pie-
caizante en ia definición de ios espacios urbanos que zas de Pompeya o Palestrina.
podemos reconocer en los foros de las ciudades de Ei foro de Ampurias merece un comentario particu-
Luni (Frova 1973 y 1977) y Minturnae (Johnson 1933). lar. La cror~ologiadel conjunto se apoya en los datos
Ambos conjuntos, datados en el siglo II aC. presen- obtenidos en las excavaciones de los años 1982-
tan como caracteristica común el ser !os primeros 83 (Forum 1984). La datación del templo se basa en
ejemplos del proceso de helenización de la imagen el estudio <ie los rellenos de su podio (Sanmarti 1978).
publica de la ciudades republicanas (Ruiz de Arbulo Los materiales no eran muy significativos; a pesar de
1991). En estos primeros casos, que incluirían el fo- ello, la ausencia de sigiiiatas y la combinación ca-
RICARDO MAR MEDINA MERCE ROCA 1 ROUMENS
EMPURIES 51.1998. 105-124

racteristica de tipos permitió datar el relleno a co- roca que fueron obliterados para a construcción de
mienzos del siglo l aC. Se trata de un momento par- la plaza porticada. Posteriormente, en época augus-
ticularmente complejo en la circulación de conjuntos tea, buena parte de los pavimentos de las galerías
cerámicos. La fecha de construcción podria situarse semienterradas fueron renovados a la vez que se rno-
en el primer cuarto del siglo I aC. (100-70 aC). La in- dificó arquitectónicamentetoda la plaza. Delante del
vestigación más reciente ha podido identificar la pro- templo se extendía una explanada delimitada por una
cedencia campana de la officina que construyó es- hilera de locales comerciales que abrían hacia el in-
te primer foro republicano (MarlRuiz de Arbulo 1986). terior de la plaza. No disponemos de datos estrati-
Ello hace inviable una datación cesariana que con fre- gráficos para datar la construcción de esta hilera de
cuencia ha sido propuesta para el conjunto. Es se- tabernae. Disponemos sin embargo de dos indicios
guro que estamos en los primeros decenios del si- seguros: A) La técnica constructiva es idéntica a la
glo. Los porticados que rodeaban el templo presen- utilizada en la construcción del templo y en la cons-
taban unos pavimentos con rellenos similares al in- trucción del ala este del criptoportico, B) Las taber-
terior del podio del templo. Este dato cronológico nas sufrieron una gran transformacibn, al igual que
coincide con el carácter claramente republicano de todas las dependencias de la plaza en época au-
los capiteles dóricos de la columrlata superior cuyos gústea.
mejores paralelos están en el Jabularium de Roma y La exploración arqueológica del territorio ampurita-
en el santuario de la Foituna Primigenia de Praenes- no ha identificado además los establecimientos agra-
te (Gimeno 1991). El piso inferior (criptopórtico) de rios que acompañaron la nueva fundación. La fun-
los porticados fue construido aprovechando estruc- dación republicana de Ampurias se convierte así en
turas del praetorium precedente. En particular las ga- un modelo que nos explica el comienzo de la urba-
lerías Norte y Oeste presentan paramentos y anchu- nización romana de Hispania.
ras diferentes a la de la galería Este. Los muros son Resulta muy útil comparar el foro de Ampurias con el
en algunos casos de mampostería sin argamasa. Úni- de Pollentia. Aquél constituye un conjunto algo niás
camente la galería este fue construida "ex novo". Las evolucionado que éste. Podríamos proponer una se-
estratigrafías de ia excavación de los arios 82-83 (Fo- cuencia en la elaboración del modelo de organiza-
rum 1984) muestran lo compiejo de la historia del mo- ción urbanístico. El foro de Pollentia constituiría el
116 numento. Las galerías anteriores a la construcción modelo más arcaico, con un templo de característi-
del foro presentan en-sufondo silos excavados en la cas itálicas: un capitolio similar a los que se cons-

Figura 6. Arnpurias. El Foro en epoca fundacional. Planta del conjunto.


POLLENT~AY TARRACO DOS ETAPAS EN FORMACI~NDE LOS FOROS DE V\
HISPANIA ROMANA
EMPURIES 51, 1998 105.124

Figura 7. Ampurias. El Foro en época fundacional, Perspectiva de conjunto,

truyeron en Minturnae o Luna. Las proporciones de republicana de atrio decorada con mosaicos (Guitar! 117

la columnata del Capitolio de Pollentia obliga a pen- 1976) dibujan una pequeña ciudad republicana. ima-
sar que se construyó con arquitrabes de madera y gen a menor escala de la fundación de Ampurias.
eiementos decorativos de cerámica. El foro de Am- El panorama republicano de la península permite en-
purias constituye la siguiente etapa en la elaboración tender que estamos ante una realidad mucho más
del modelo. Supone la definitiva helenización del con- amplia. La Valentia republicana, fundada en el año
cepto "templo-pórticos-plaza",la construcción de un 138 aC y completamente destruida por Pompeyo en
pórtico en PI en torno al templo y la rea!izaciónde los las guerras sertorianas. comienza en estos últimos
alzados integramente en piedra local estucada. años a salir a la luz gracias a las pacientes excava-
Las evidencias republicanas aparecidas en Ampurias ciones de su equipo de arqueología urbana (Ribera
no constituyen una realidad aislada. Algo más al sur, 1996, 179). Destaca un conjunto termal republica-
siguiendo la costa, aparecen asentamientos mucho no en la zona del foro [RiberaIEscribá 1993). que da
más modestos como lluro (Mataró) y Baétulo (Ba- cuenta del importante grado de urbanización alcan-
dalona). en los que también es segura la mezcla cul- zado por el asentamiento. Estas termas son compa-
tural de componentes romana. itálica e indígena. Pa- rables con las de la Neápolis de Ampurias (VivÓlPa-
ra el caso de lluro no se dispone por ahora de da- lahí 1993) y las citadas en Baétulo. Aigo más tardía,
tos COmplatO~en torno al sistema urbano. Se han ex- la Colonia Lepida Celsa, en pleno valle del Ebro, fue
cavado algunas cloacas y algunas casas que se re- construida controlando el paso del río (BeItránlMar-
montan al período republicano. La reciente publica- tín Bueno 1982). Se conoce un sistema ínsulas re-
ción de la excavación de algunas calles [A.A.V.V. 1997) gulares, delimitadas por una retícula ortogonai de ca-
permite proponer una primera aproximación al tra- lles. Éstas, pavimentadas con losas, reflejan el im-
zado urbano republicano. En el caso de Baetulo, la portante nivel urbano que tuvo el asentamiento. En
topografía de la ciudad es conocida gracias a estu- el interior de las insuiae. casas de atrio con pavi-
dios publicados hace aigunos años [Guitart 1976, Pa- mentos de sigoinum decorado y provistas de impor-
drós 1985). Dei conjunto del foro tan sólo es posi- tantes decoraciones pintadas reflejan la dependen-
ble citar una hilera de tabernae dobles que deberi- cia de lanueva población respecto a patrones cultu-
an limitar uno de los lados de la plaza (Aquilué 1987). rales centroitálicos (Be!trán/Mostalac/Lasheras 1984).
Junto a este elemento, un conjunto termal protoau- Una vez más nos encontramos con un modelo urba-
gúSte0 (Guitart 1976) y una importante casa tardo- no concebido a la vez como referencia territorial (con-
RICARDO MAR MEDNA MERCE ROCA l ROUMENS
EMPURIES 51, 1098 105~124

trol del paso del Ebro), de población (asentamiento fuentes. Igualmente, la presencia de un colegio de
de colonos) y de relación con el mundo indigena (in- cultores Apolini y de una corporación de Salios, en
tegración de las élites). Los asentamientos indigenas, particular si tenemos en cuenta que esta última tan
implantados hasta ahora en altura, tienden a des- sólo existía en Roma, refleja un complejo entramado
cender al llano en basa a los nuevos patterns de ex- de relaciones entre e Lacio Arcaico y el Sagunto an-
plotación del territorio: viiiae-civitas. La fundación de terior a las guerras púnicas que explicaría en parte la
Caesaraugusta, algunos decenios más tarde, en un intervención romana. En este mismo sentido, el ejem-
lugar mejor comunicado, produjo indirectamente la plo de helenización de un templo ibérico en Carava-
decadencia de Celsa. ca de la Cruz (Murcia) recientemente publicado (Ra-
mallo 1992) ayuda a explicar el proceso de cambio
en que se hallaba inmersa la sociedad indigena en
los siglos II y I aC. En este caso. la directa influen-
cia de Cartago Nova se resume en la adquisición de
El proceso de urbanización de las sociedades hispa- un conjunto decorativo que incluye capiteles jónicos,
nas condujo a la consoiidación de un nuevo modelo terracotas importadas de Italia, basas áticas... para
urbanistico entre los siglos ll y l aC. Hemos visto co- redecorar un templo ibérico que se convertirá asi en
mo aparecieron los nuevos estándares urbanos a re- un templo períptero, con ordenación diptera. En su
molque de a implantación de las nuevas colonias. El nueva forma, el templo de Caravaoa presenta el in-
proceso estuvo acompañado de la difusión de nue- tercolumnio centra1 más ensanchado, reflejando con
vos patrones decorativos de perfil marcadamente he- ello las disposiciones propuestas por Hermógenes en
lenístico. Junto a los ejemplos citados. la decoración el sglo III aC. Sin prejuzgar como una casualidad es-
arquitectónica aparecida en ciudades como Carteia, tos rasgos "helenisticos" del edificio. el hallazgo re-
Tárraco o Cartago Nova permite seguir la difusión de sulta excepcional, pues nos ilustra un proceso de he-
un nuevo lenguaje decorativo plenamente en linea lenización que entiende estos nuevos "patrones" co-
con lo que nos ofrecen las ciudades itáiicas de este mo una aproximación al ideal de nuevas ciudades que
momento. La proyección de este nuevo lenguaje for- se estaba extendiendo por la geografia peninsular.
mal sobre ¡as comunidades indígenas constituye una
118 forma de aculturación compleja que es necesario ana-
lizar a la luz de los tráficos comerciales y politicos en
ei Mediterráneo occidental. La Hispania republicana constituye un marco uiba-
Algunas evidencias de esta progresiva helenización nistico complejo, caracterizado por la progresiva ad-
de la cultura indigena eran conocidas desde hace quisición de un contexto monumental republicano.
tiempo, en particular en el valle del Ebro. Por ejem- La helenzación se fue adquiriendo de un modo gra-
plo, cabe citar el monumental edificio de adobe des- dual. Los dos foros de Pollentia y Ampurias reflejan
cubierto en Botorrita o la villa de Licinete. En el pri- las etapas de constitución de un modelo de organi-
mer caso es difícil la interpretación funcional de la zación espacial: un modelo complejo que se proyec-
construcción. Aun asi, su decoración con un com- tó con éxito en las comunidades indigenas.
plejo orden toscano refleja el sentido que en Occi-
dente puede ser dado al término helenismo. También
en el valle del Ebro, en el oppidurn ibérico fortifica- EL FORO DE TÁRRACO Y LA ELABORACIÓN DE
do de Azaila, encontramos un templo heroico dedi- UN MODELO AUGÚSTEO
cado a un régulo local que incluía una estatua ecues-
tre (Beltran 1976). Sin embargo, las evidencias más El desarrollo de la ciudad de Tárraco responde a unas
explícitas de lo que significó este proceso para las pautas muy diferentes de las que encontramos en el
poblaciones indigenas de los siglos ll y I aC es ofre- caso de Pollentia. La ciudad romana surgió englo-
cldo por dos excavaciones recientes: la acrópolis de bando un asentamiento precedente que condicionó
Sagunto y el santuario del cerro de la Cruz en Cara- el desarrollo del área central de la futura capital pro-
vaca. En el primer caso. el descubrimiento de un tem- vincial. La existencia del asentamiento prerromano se
plo de triple cella identificado como un Capitolio (Ara- puede deducir en primer lugar de algunas referencias
negui 1992) resulta suficientemente ilustrativo del pro- de las fuentes escritas. Estrabón (111,4,7) recoge la cri-
ceso de aculturación de un asentamiento indigena. tica que Artemiodoro realizó a Eratóstenes acerca de
El templo se combina con la construcción de un sis- las condciones del puerto de la ciudad de Tárraco.
tema de bóvedas en el lado opuesto de la colina. En La anécdota sucede en el siglo lll aC: por ello la no-
este caso no podemos olvidar la antigüedad de la tra- ticia se debería referir a un asentamiento ibérico del
dición religiosa propia de Arse/Saguntum represen- que tomaría nombre la ciudad romana. Cuando Po-
tada por el santuario de Venus-Afroditacitado por las libio explica que Cneo Cornelio Escipión estableció
POLLENTIA Y TARRACO. DOS ETAPAS EN Lb FORMACI6N DE LOS FOROS DE LA
HISPANIA ROMANA
EMPljRiES 51, 1998. 105-124

Figura 8. Tárraco Topografía de la ciudad moderna con los restos de a zona situada enfre e Foro de a Colonia y e tea-
tro. Se ha incluido ia posición de la excavación de las tabernae de la calle Gasómetro (exc. CODEX. J.M. Macias 1998).

en el invierno del 218-217 su campamento en Tárra- asentamiento ibérico recibiría la denominación de


co. da a entender que ésta ya existía como un cen- Kesse, mientras que el posterior asentamiento ro-
tro portuario indígena. Más adelante, Tito Livio mano se denominaría Tárraco.
(21,61,2) confirma estas dos fuentes en las tres ve-
ces que cita Tárraco. En la primera cita, Tárraco es
un lugar cerca del cual Asdrubal realizó una matan-
za de tropas romanas dispersas. En la segunda cita. De la estructura urbana de época republicana, sólo
Escipión regresa a Ampurias dejando una pequeña conocemos el sistema de muraiias y algunos rnuros
guarnición en Tárraco. En su tercera cita, Livio coin- de aterrazamiento construidos para organizar el as-
cide con Poiibio en la mención del campamento de tablecimiento miiitar en la acrópolis. Desconocemos
invierno en Tárraco (Ruiz de Arbulo 1990). completamente el trazado de la parte residencial que
Los datos arqueológicos confirman la información se debía desarrollar en la parte baja de la ciudad, Sin
transmitida por las fuentes. En la parte baja de la ciu- embargo, los resultados de muititud de excavacio-
dad. la más cercana al puerto. se han documentado nes parciales permiten proponer aigunas hipótesis en
materiales y algunos restos arquitectónicos pertene- torno al antiguo trazado urbano. Se puede afirmar
cientes a un asentamiento ibérico preromano (Miró que existía una pauta urbanística regular en la orga-
1994). Las excavaciones han descubierto la presen- nización del asentamiento. Los fragmentos de caie
cia de un pobiado ibérico que comienza a finales del romana que se han descubierto parecen sugerir que
siglo V aC y dura hasta el periodo romano. se trataba de un sistema de insulas rectangulares de
El problema del origen de la ciudad romana se com- proporciones alargadas orientadas N-S. Es casi se-
plica si consideramos las emisiones de moneda ibe- gura la anchura regular de esta red de manzanas,
ro-romana. Se ha planteado en ocasiones que el unos 35 m (=120 pies romanos) aunque desconoce-
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Figura 9. Tárraco. Hipótesis de reconstrucción del Foro de ia Colonia en base a los ult~mosdatos. La posición del gran
templo y dei arco de triunfo son hipoteticas.

mos su longitud. Se trata del actus, una unidad de principales monumentos urbanos. El viejo foro re-
medida significativa en ia urbanística romana. publicano fue ampliado con una gran basílica jurídi-
Si la futura investigación arqueoiógica acaba confir- ca. El edificio se conocía ya desde los efios 20 de es-
mando esta primera impresión, estaríamos ante una te siglo (Serra Vilaró 19321, aunque ha sido objeto de
solución urbanística "arcaica", que seguramente de- interpretaciones muy diversas en la historia de los es-
jó en una posición marginal toda la zona del pobia- tudios. Nos remitimos a un trabajo precedente
miento precedente. El foro se situó en ia parte baja (MariRuiz de Arbulo 1993) para el examen de dicha
de la ciudad, en una posición cercana al asentamiento problemática. Desde el punto de vista de la evolución
indígena. Es probable que su ubicación estuviese con- de los foros en las provincias hispanas es importan-
dicionada por la continuidad con las estructuras ur- te el fenómeno de su construcción, probablemente
banas precedentes. Seguramente para delimitar la en época augústea, sobre un conjunto urbanístico de
plaza se reservó una anchura correspondiente a dos tradición republicana que no conocemos (ver ade-
de estas manzanas, El templo o los templos de es- más la aportación de Ruiz de Arbulo en este mismo
te primer asentamiento republicano se debían orien- volumen).
tar hacia el espacio descubieito del foro adaptándo- La gran basílica de Tárraco fue integrada con un mo-
se a la topografía del terreno. Frente a esta organi- numental aedes augusti-curia en el centro de uno de
zación civil de la parte baja de la ciudad, el campa- sus lados (MarIRuiz de Arbulo 1990 y 1993). Con ello
mento militar oonsewó siempre el control de la acró- se asociaba el culto imperial a las actividades propias
polis de la ciudad. de los magistrados de la Colonia (David 1983). Es sig-
No conocemos la estructura del foro republicano. Tan nificativo que las basilicas jurídicas fuesen construi-
sólo a partir de época imperial comenzamos a tener das de forma masiva a comienzos del imperio (Gros
datos seguros de la estructura de la plaza. Ello res- 1990). Tenemos que buscar la causa en la implan-
ponde a la problemática general de la ciudad. Tárra- tación del naciente culto Imperial. En el marco ideo-
co construyó o renovó a lo Largo de\ siglo i dC sus lógico que rodeó la consolidación del imperio se aso-
POLLENTiA Y TARRACO DOS ETAPAS EN LA FORMAC6
l N DE
LOS FOROS DE LA
HlSPANlA ROMANA
EMPÚRIES51, 1998 105-124

cia ia autoridad de¡ magistrado con el poder del prin- mos descrito precedentemente. El paisaje urbano del
ceps. Era precisamente bajo su estatua en el aedes centro de la ciudad, al igual que en el caso de Ta-
augusti-curia donde se dictaban las sentencias y se rraco, se enriquecía con monumentos nuevos que ai-
reunía el ordo de la ciudad. En el caso de Tárraco, teraban el diseño originario del conjunto. Podemos
gracias a la fuentes escritas y a la numismática, sa- reconocer este fenómeno en otras ciudades de las
bemos que la construcción de la basílica rio fue el provincias hispanas.
único modo de introducir la devotio a la casa impe- En Ampurias, el viejo foro republicano fue remode-
rial. En vida de Augusto se le dedicó un altar monu- lado para incluir dos pequeños templos dedicados al
mental cuyos restos y ubicación precisa desconoce- culto imperial, un nuevo porticado en la plaza y el con-
mos. Nuevamente son los paralelos con otras ciu- junto'de basilica-curia (MarIRuiz de Arbulo 1990). Con
dades hispanas los que permiten alcanzar la dimen- ello se modificaba la imagen del templo de Júpiter.
sión territorial del problema. En Emérita Augusta, jun- En Saguntum, la intetvención augústea resulta igual-
to al foro de la ciudad, se construyó una plaza por- mente clara. Los Baebii, una vieja familia local, inter-
ticada que reproducía ¡os estándares decorativos del vinieron en la reforma del foro republicano. En torno
Foro de Augusto en Roma (Trillmich 1996, con bi- al Capitolio, rodeándolo, se construyó una gran ba-
bliografia). En este caso la topografía del centro de sílica de tres naves, una schola, tabernas y portica-
la ciudad reflejaba intereses y políticas directamen- dos (Aranegui/Hernández/López-Pinoi 1988).
te relacionados con a justificación del poder impe- En resumen, en época augústea. las ciudades, vie-
rial. jas o recién fundadas, se dotaron de los edificios em-
En el foro de la Tárraco, además de ¡a basílica, co- blemático~del naciente culto imperial. En este sen-
nocíamos parte del podio de un templo abierto en tido, Pollentia y Tárraco ejemplifican dos momentos
el lado oriental de la piaza, En el esquema de re- fundamentales del proceso de formación de las áre-
construcción de la plaza este dato no habia sido te- as centrales en las provincias hispanas.
nido en cuenta hasta ahora. Se consideraba que la
posición más probable para el templo de Júpiter de-
bía ser enfrente de la basilica abierto hacia el mar
(MarIRuiz de Arbulo 1990, Ruiz de Arbuio 1990). Las
últimas excavacionas han aportado nuevos datos que PUNTUALiZAClONES EN TORNO A LA CERAMICA 121

completan de forma significativa la topografía impe- DE BARNIZ NEGRO PROCEDENTE DE LOS


rial de esta plaza. Han aparecido restos de una hile- NIVELES MAS ANTIGUOS DE LA iNSULA
ra de tabernas abiertas hacia el exterior de la plaza OCCIDENTAL DEL FORO
que sin duda constituían su limite hacia el mar (Ma-
cias 1998). Con ello se puede proponer por primera Jordi Principal Ponce'
vez una reconstrucción completa de la planta de la
plaza púbiica basada sobre indicios materiales. Habitación M
Los nuevos hallazgos arqueológicos obligan a aban-
donar la idea de un conjunto canónico templo-foro- Nivel 6
basílica tal como se había imaginado hasta ahora. El En relación con la vajilla de barniz negro más repre-
Foro da la ciudad de Tárraco constituia un conglo- sentativa de este nivel, hay que tener en cuenta la
merado urbano de planta irregular, con una dilatada presencia de Campaniense A, así como de cerámi-
historia y que a finales de época augústea, a juzgar cas Campanienses de Tipo B.
por la decoración arquitectónica (Gimeno 1991, Pen- 7. - Campaniense A
sabene 1996), recibió un gran basílica de tres na- Se trata, en su totalidad, de individuos pertenecien-
ves que se dispuso en posición lateral respecto al eje tes a la variante "tardía" de este producción, entre los
de la plaza. cuales destaca la presencia del plato Lamb.5lF2255
y del bol Lamb.31ablF2574.
EL MODELO DE ACTUAClÓN URBANA Las dos formas se hallan ya presentes en el raperto-
rio de la Campaniense A "clásica-media" (Py 1993) y
Cabe preguntarnos por lo sucedido en el foro de Po- es precisamente en la variante "tardia" que alcanzan
llentia en este mismo período. Es posible argumen- su momento más óptimo de distribución- comercia-
tar que entre la planificación inicial del foro y el peri- lización, siendo ambos vasos. como partes comple-
odo flavio se construyeron los dos templetes que he- mentarias de un servicio formado por un plato y un

" Universitat de Barcelona


RICARDO MAR MEDINA MERCE ROCA 1 ROUMENS
EMPURIES 51. 1998. 105-124

bol, dos de las formas más representadas en los ya- Lamb.5lF2255, de la variante tardia de la Campa-
cimientos el Mediterráneo occidental, dentro de un niense A, tal como se puede ver en las piezas da1 ni-
arco cronológico situable entre el 125a.C.- 50 a.c. vel 6 de ia habitación M.
(Bats 1988, 111-112 y 123-125). En el conjunto de 2. Cerámicas Campanienses de Tipo B
Poilentia, el plato Lamb.51F2255 constituye el vaso Al iguai que ocurre con la Campaniense A, las cerá-
más ampliamente documentado en Campaniense A. micas de Tipo B también están representadas soia-
desde el mismo momento de la fundación de la ciu- mente por platos de la forma Lamb.5lF2250, muy
dad, seguido precisamente por al bol Lamb. probablemente con un origen en la Campania sap-
31ablF2574 (Sanmartietalii 1996, 13 y 20-21, fig.6). tentrional.
Asimismo, hay que citar también la presencia de un Dentro de las cerámicas de Tipo 3 de Polientia, glo-
fragmento de pared de plato Lamb.5lF2255 con res- balmente consideradas, el plato Lamb.5lF2250cons-
tos da un grafito inciso con posterioridad a la coc- tituye la forma más representada, con diferencia, ya
ción, sobre la suparficie externa, de difícil atribución que significa el 46% de los vasos de esta clase ce-
(Veiaza 1996, no 545, fig. 65) rámica; situación predominante ésta que parece ge-
2. Cerámicas Campanienses de Tipo B neraiizarse a la mayoria de yacimientos dei Medita-
Se han documentado, en el nivel 6, vasos corres- rráneo occidentai a partir de finales del sigio ll-pri-
pondientes a las formas depyxis Lamb.3lF7553 y de mera mitad de¡ siglo I a.c. (Sanmarti et aiii 1996, 24-
copa con asas M.Pl27lF3120. 26, fig. 15)
Respecto al pyxis Lamb.3lF7553, vaso relacionado
con el consumo individual de Iiquidos (bebidas), se- Nivel 9
guramente se trata de un producto de Etruria meri- Al igual que en los dos casos anteriores, la vajilla de
dional, asimilable al tipo ll de Cosa Faylor 1957, 71 y barniz negro aparecida en este nivel de relleno in-
152-155). Su presencia se conoce ya en ios contex- mediatamente anterior al pavimento número 3 (nivel
tos occidentales desde el tercer cuarto deis siglo II 8), corresponde a Campaniense A y a cerámicas
a.c., como muestran las evidencias de los campa- Campanienses del Tipo B.
mentos del sitio de Numancia (Sanmarti,Principal 1997, 7 . Campaniense A
41) , a pesar de que parece hacerse mas evidente a Una vez más, los vasos de Campaniense A respon-
122 partir de finales de dicha centuria y durante la prime- de a la variante "tardía", con ejemplares de piato
ra mitad del siglo I a.c. (Sanmartí et alii 1996, 35). Lamb.5lF2255 y de bol Lamb.31ablF2574, en las
Por otra parte, los restos de la copa con asas mismas condiciones que vimos anteriormente en el
M.P.127lF3120 parecen peqenecer a una producción nivel 6 de la Habitación M.
del área de a Campania septentrional, posiblemen- No obstante es interesante señalar también la pre-
te calena (Pedroni 1986, 364), también documenta- sencia de una base decorada con dos acanaladuras
da entre los materiaies de los campamentos numan- concéntricas incsas sobre fondo interno, muy pro-
tinos ya desde el tercer cuarto del siglo II a.c. (San- bablemente correspondiente a un plato Lamb.5lF2250.
marti, Principal 1997, 49) en adelante, por ejemplo, 2. Cerámicas Campanienses de Tipo B
en el tercer quarto da1 siglo II a.c., en el pecio de Sant Se trata de dos individuos asimiiables a platos de la
Jordi A; o ya, más tardiamente, en la Gallia meridio- forma Lamb.5lF2250, muy probablemente con un ori-
nal (Bats 1988, 142) . En el conjunto global de Po- gen en la Campania septentrional.
Ilentia, esta copa con asas está presente da mane-
ra suficientemente destacada, ya que representa ca- Consideraciones finales
si el 13% de los vasos de Campaniense del Tipo B Tanto los niveles 8 y 9 de la Habitación N, como el
del yacimiento, porcentaje comparativamente alto res- 6 de la M, son bastante coherentes y homogéneos
pecto a la generalidad de los yacimientos del Medi- en lo que a las cerámicas de barniz negro se refie-
terráneo occidental ( Sanmarti et alii 1996. 34) re.
El mantenimiento repetitivo del repertorio formal más
Habitación N caracteristico de la Campaniense A "tardía" (platos
Lamb.51F2255, bolas Lamb.31ablF2574) y su com-
Nivel 8 binación, en condiciones de equilibrio-práctica iguai-
Respeto a la vajilla de barniz negro aparecida en es- dad, con otras iormas de Campaniense B, mayotia-
te nivel de pavimento, hay que destacar la presencia riamente procedentes del área de la Campania sep-
de Campaniense A y de cerámicas Campanienses tentrional, permiten considerar dataciones, para los
del Tipo B. conjuntos, situables a partir del último cuarto del si-
1. Campaniense A glo II a.c.. inciuso más próximas al último decenio de
El contexto ha proporcionado únicamente individuos dicha centuria. Un hecho indicativo podria ser tam-
correspondientes a los platos de la forma bién la ausencia, entre los materiaies de estos nive-
POLLENTIA Y TARRACO DOS ETAPAS EN LA FORMACION DE LOS FOROS DE LA
HISPANIA ROMANA
EMPURIES 51, 1998. 105-124

ies, de vasos de Campaniense de Tipo B correspon- de los individuos de esta clase cerámica y que em-
dientes a la copa Lamb.l/F2310-2330, forma relati- pieza a aparecer de manera generalizada en los con-
vamente frecuente en Pollentia De hecho, se trata del textos occidentales datados en torno a la primera mi-
segundo vaso más representado en Campaniense de tad-mediados del siglo l a.c., Pollentia incluida (San-
tipo E, después del plato Lamb. 512250, con el 20% marti et alli 1996, 31).

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