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Crónica de Alfonso III (versión rotense).
1.Naturaleza del texto.
Nos encontramos ante un fragmento de la Crónica de Alfonso III, rey de León., donde
se relata la Batalla de Covadonga. Se trata de un texto de naturaleza histórico-
literaria, descartando que se trate de un texto hisoriográfico debido a que no se puede
considerar que sean fruto de la investigación y por su falta de rigor científico.
2. Coordenadas espacio-temporales
-Fecha: Nos narra la batalla de Covadonga, ocurrida en el 722, pero la fuente es
secundaria, ya que nos habla de la Crónica de Alfonso III 866-910, lo cual nos hace
pensar que fue escrita en el siglo IX o X.
-Lugar: Asturias
3. Autor Desconocido.
4. Destinatario Su carácter es público, dirigida a un lector culto, su finalidad es
propagandística tratando de exaltar la fe cristiana.
5.COMENTARIO
1.Síntesis
La idea principal del texto es la Batalla de Covadonga. Además aparecen otras ideas
secundarias como las siguientes:
En los primeros párrafos, se relata como, llegadas las tropas musulmanas a los parajes
de Cangas de Onís, hay un intento del obispo Oppas, que participaba de la causa
musulmana, de comprar a Pelayo para su causa.
Pelayo, responde negándose al ofrecimiento de Oppas, argumentando que confía en
su causa y que Dios le ayudará a pesar de iniquidades y pecados de los godos. Ante tal
respuesta, el obispo Oppas, llama a las tropas musulmanas al ataque.
En los párrafos siguientes se esgrime la victoria de Pelayo, que con ayuda de Dios y de
la Virgen de Covadonga logra derrotar a 125.000 hombres musulmanes. Saliendo a la
fuga 63.000 que también murieron debido a un desprendimiento de tierras provocado
por la gracia divina. En el combate murío el general de las tropas musulmanas
Alcaman, y fue apresado el obispo Oppas
2. Análisis.
Profesor :Fernando Martínez Tormo.
Tras la derrota de Guadalete 711 fueron muchos los visigodos e hispanorromanos que
buscaron refugio en las regiones norteñas desde Galicia a los Pirineos y en el vecino
reino de los francos. En la zona cantábrica, al refugio que proporcionaba la orografía y
el clima, se une la estructura militar en castras o lugares fortificados, con lo que los
musulmanes se enfrentarían en la región norteña con los mismos problemas que los
visigodos, y antes de ellos los romanos
Los pueblos del norte, astures, cántabros y vascones resistieron duramente al dominio
musulmán constituyendo núcleos de resistencia en las montañas del norte. En el
sector oriental, navarros, aragoneses y catalanes, crearon, en torno al año 800, reinos
y condados en los que la autoridad cordobesa apenas si fue efectiva
En general, suele considerarse la batalla de Covadonga en el 722 como el inicio de la
Reconquista. Podemos decir, que esta batalla es la primera derrota musulmana en
Occidente, más tarde seguida por la derrota de Poitiers en el 732 de manos del rey de
los francos Carlos Martel.
El inicio de la resistencia, parte de la negación de Pelayo y sus gentes de pagar los
impuestos de los dimnies, chizyá y jarach, lo que motivó que se pertrecharan las tropas
al mando de Alcaman para hacer sucumbir a los insumisos. Es posible, que Pelayo,
aprovechara su conocimiento del terreno planeando la batalla en un lugar con difícil
acceso y que dificultara los movimientos, haciendo que el número de combatientes no
supusiera una ventaja.
Tras la derrota, parece que el gobernador de Al-Ándalus, no viendo una amenaza en
los astures, desistiera en la conquista del territorio. Lo que dio pie a la formación de
una entidad política, que fue consolidándose poco a poco, llegando, en épocas
posteriores a erigirse en herederos del estado visigodo.
En época de Alfonso I (yerno de Pelayo) se configura la unión de dos núcleos de
resistencia frente al Islam, agregándose así al reino astur territorios mas orientales.
Durante su reinado se consiguió:
La creación del llamado «desierto del Duero»: El área comprendida entre el río Duero
y la Cordillera Cantábrica quedó prácticamente despoblada, para dificultar así los
futuros avances de tropas musulmanas hacia el norte.
unir a los cristianos contra los musulmanes y atraer una corriente de peregrinos
europeos durante toda la Edad Media.
Ya en el siglo IX con la subida al trono de Ramiro I. Durante esta época se produce una
gran transformación territorial ampliándose por tierras de Castilla y rebasando los
antiguos límites en torno al río Ebro. Aunque en estos momentos los territorios de la
primitiva Castilla se consideran integrantes del reino astur, en ellos predominaba el
poder de los jefes locales, los cuales, impulsaron un proceso expansivo independiente
y paralelo al del propio reino astur propiamente dicho.
Con Ordoño I (850-866) empezó el descenso hacia la Meseta, repoblando Tuy, Astorga,
León y Amaya.
Pero sería su sucesor, Alfonso III (866-910), crónica del texto que estamos
comentando, quien realmente consumará definitivamente la consolidación del reino
astur, ampliando las fronteras hasta alcanzarla línea del Duero (Oporto, 881, Zamora,
893) y formulando por vez primera una ideología justificadora de las conquistas a los
musulmanes, según la cual, el reino astur sería el heredero del reino visigodo de
Toledo y de ahí su derecho a reconquistar lo que le fue arrebatado. Esta filosofía,
promovida por los intelectuales mozárabes de la corte, supone por un lado una
ruptura con la tradición cántabro-astur, que como decíamos al principio nunca formó
parte ni del pueblo ni de la cultura visigoda, y por otro la adquisición de una identidad
totalmente deslindada de sus verdaderos orígenes.
Poco a poco irán surgiendo otros focos de resistencia, principalmente en la zona
pirenaica, que como Asturias, aprovecha la inaccesibilidad y la orografía como forma
de defensa. Uno de esos territorios serán los ducados de Aragón, Sobrarbe y
Zaragoza en torno al año 800, bajo el control de los carolingios. Así como Pamplona,
bajo la protección de los Banu Qasi de Zaragoza, o la Marca Hispánica que con el
tiempo serán los Condados Catalanes. Que también contribuirán a la reconquista del
territorio peninsular.
6.CONCLUSIÓN
En cuanto al texto, debemos decir que su aportación histórica hay que considerarla
dentro del contexto medieval, con una fuerte influencia bíbilica, como observamos en
algunos de los términos empleados como "caldeos" o "ismaelitas" refiriéndose a los
musulmanes, en el sentido de infieles. O la comparación que podemos ver con el
pasaje de Moíses, así como la intecesión divina. La fiabilidad del texto, está claramente
relacionada con la función del autor, que en este caso, es claramente una parte
interesada, si bien, parece cierto el acontecimiento histórico que se narra, ya que hay
noticias de la batalla de Covadonga en crónicas musulmanas, parece exagerado el
número de combatientes, 185.000, donde seguramente sería un número mucho
menor, así como la intercesión divina, que supone una relación no inmanente y secular
de la Historia, obviando uno de los axiomas incuestionables de la investigación
histórica.
Profesor :Fernando Martínez Tormo.
La conquista de Toledo. Comentario
El sistema de pressura.
Profesor :Fernando Martínez Tormo.
“Yo Alfonso concedo esta carta a vosotros cristianos mozárabes, a los cuales yo
saqué con el auxilio divino, del poder de los sarracenos y conduje a tierras cristianas.
Me complace porque abandonasteis vuestras casas y vuestras heredades y vinisteis a
poblar mis tierras, concederos buenos fueros en toda mi tierra, que seáis libres y
francos vosotros y vuestros hijos, en todo cuanto podáis poblar y trabajar en las
villas y términos que yo os daré. Vosotros mozárabes no daréis lezda en todas mis
tierras en los mercados que hagáis, ni haréis hueste ni cabalgada y tendréis todos
vuestros juicios en vuestra puerta. Andaréis libres y seguros por toda mi tierra sin
que nadie os haga daño, pero si alguien os agravia pagará multa de mil maravedís...”
Año 1126
Extraído de Lacarra, J.M., Documentos para la reconquista y repoblación del valle del
Ebro.
El texto propuesto es una Carta Puebla, es decir, un contrato o concesión regia por la
que se otorgaban privilegios o fueros a los individuos que repoblaban una zona con el
fin de atraerlos al lugar. La carta-puebla regula las relaciones con el señor o el rey en
este caso y las normas jurídicas por las que se regirá la comunidad. Se trata, por tanto,
de un texto de naturaleza jurídica.
El autor del texto es Alfonso I de Aragón, conocido como el Batallador. Según nos
1
informan las crónicas, incluso las árabes, Alfonso I destacó por su valor y su fe. Su fe
y su valor le llevaron a protagonizar una considerable expansión territorial en
detrimento de los musulmanes, conquistando incluso Zaragoza. Su espíritu militar y su
profunda religiosidad de llevaron a albergar la idea de una gran cruzada contra los
musulmanes que comenzaría en Hispania y acabaría con la recuperación de Jersusalén.
Fue sólo un sueño.
La fecha de elaboración del texto es el año 1126, primer cuarto del siglo XII,
momento que corresponde con la segunda fase de la reconquista. Ese año, como ya
sabemos, Alfonso I de Aragón llevó a cabo una campaña militar en Al-Andalus, de la
que volvió con un importante contingente de mozárabes que colaboraron en la
repoblación del valle medio del Ebro. El avance cristiano se vio favorecido por la
fragmentación de Al-Andalus en los segundos
Profesor :Fernando Martínez Tormo.
reinos de taifas.
b) Ideas principales.
Para asegurar el dominio sobre los territorios ganados al Islam, se llevó a cabo la
repoblación de las tierras incorporadas a los poderes cristianos. Un método eficaz
para atraer pobladores era otorgarles franquicias, privilegios o fueros. Entre los
privilegios concedidos por Alfonso I en esta Carta-puebla a los mozárabes figuran:
-En primer lugar, los mozárabes gozan de la condición jurídica de libres y francos. El
término franco, en este contexto, debe tomarse bajo la acepción de individuos que
disfrutan de franquicias y privilegios. Por su parte, la condición de libre quiere decir
que no están sometidos a ningún poder señorial, no son, por tanto, vasallos o siervos.
Se les proporciona una especial protección por parte del rey al sancionar que todo
aquel que moleste o agravie a los mozárabes serán objeto de una sanción pecuniaria.
“Andaréis libres y seguros por toda mi tierra sin que nadie os haga daño, pero si
alguien os agravia pagará multa de mil maravedís...”. Teniendo la alta cuantía de la
multa establecida, es posible pensar que el rey pretendiera con esta medida
defender los derechos de los mozárabes frente a alguna agresión o intento de la
nobleza de someter a los mozárabes, menoscabando sus derechos.
Profesor :Fernando Martínez Tormo.
Utilizamos el término REPOBLACIÓN para designar el asentamiento de población en
tierras despobladas o incorporadas militarmente en un previo proceso de conquista.
Parece evidente que los reyes debían asegurar el territorio de la única forma posible:
que allí existiese una población que sintiese como suya aquellas tierras, de forma que
la defendiese en caso de conflicto. Y como las zonas incorporadas a los distintos reinos
pasaban a ser propiedad del rey, éste las cedía para que fuesen explotadas. La forma
en que se produce esta cesión es lo que marca la evolución de la Repoblación:
Consistía en la fundación de concejos a los que los reyes concedían amplios privilegios
(cartas de poblamiento, fueros). Estas libertades estimularon la atracción de nuevos
pobladores que, a cambio de estos privilegios, debían garantizar la defensa de estas
tierras.
3-La gran expansión del siglo XIII se realizó sobre zonas muy pobladas y urbanizadas,
adoptando las formas de la REPOBLACIÓN SEÑORIAL o del REPARTIMIENTO. Pero la
instalación de pobladores varió según el reino que la llevó a cabo:
-En las zonas occidentales, entre el Tajo y Sierra Morena. la población previa
musulmana huyó por lo que la repoblación fue muy costosa, demográficamente
hablando. Así, los reyes concedieron amplios territorios a las ÓRDENES MILITARES,
creándose una estructura latifundista de la propiedad que ha pervivido hasta el
presente. La dificultad de cultivar áreas tan extensas con tan escasa población
ocasionó la extensión a la ganadería ovina como dedicación principal.
-En las zonas orientales (parte de Andalucía, Valencia, Murcia, Baleares), los
musulmanes permanecieron en sus tierras, aunque ahora como siervos de los nuevos
propietarios de las tierras, cedidas por el rey de forma similar que en la zona oeste
(REPARTIMIENTO).
Profesor :Fernando Martínez Tormo.
“Yo, Alfonso, rey por la gracia de Dios, os otorgo esta carta de donación y
confirmación a vosotros todos, pobladores de Calatayud que ahora la pobláis y a
todos los que de aquí en adelante vengan a poblarla. Os otorgo y concedo fueros
tales cuales vosotros mismos me lo habéis pedido.
-Elección de Juez : elija el Consejo el Juez que quisiere y esté en su cargo durante
un año; después haga el Consejo como le plazca
-Portazgo : ningún vecino de Calatayud que pase por los puertos de Pamplona o
por los de Jaca pague lezda (portazgo) ni a la ida ni a la venida; el que los cobrare a la
fuerza, pague mil maravedís en tres partes como arriba se dice.
Concesión de términos: Y yo, Alfonso, Rey por la gracia de Dios, os concedo términos
a los 20hombres de Calatayud: Berdejo,Langa Carabantes, Ariza, Cubel, Albalate,
Guisema,Chodes Alconchel,Villafeliche Milmarcos,Codos. Con la gracia de Dios fue
escrita esta carta en el mes de diciembre en la era de 1169 y fue roborada el día de
San Esteban, de mano del Rey, en la villa que se dice BISENSE”
Para poder ubicar el texto, necesitamos exponer un marco espacio-temporal que nos
Profesor :Fernando Martínez Tormo.
Estamos en un momento álgido de la conquista por parte de los reinos cristianos de los
territorios pertenecientes a Al Ándalus. Sin embargo, está firmado en 1131, lo cual nos
confiere un matiz diferente. Tras ser derrotados los musulmanes en Calatayud, los
cristianos deben proceder a poblar esta villa. Estamos en pleno proceso de
repoblación. Los reyes cristianos avanzan en su expansión frente a la disminución de
los territorios de Al Ándalus. Para fomentar el traslado de población cristiana a estas
zonas, se procede a conceder diferentes normas y privilegios a los futuros habitantes
de las mismas. Por tanto, este escrito tiene como finalidad regular la vida de los
habitantes de Calatayud, estableciendo los derechos y deberes de los mismos. Por
tanto, el destinatario de este texto es colectivo, ya que hace referencia a la población
de esta villa.
El texto es jurídico, por lo que está estructurado en artículos. Para poder organizar el
comentario de sus ideas, vamos a realizar el siguiente procedimiento: en primer lugar,
estableceremos la idea principal y, posteriormente, señalaremos cuáles son las
secundarias, intentando agruparlas por temáticas. Comencemos. En las primeras líneas
del texto aparece la que puede ser la idea principal: “Yo, Alfonso, rey por la gracia de
Dios, os otorgo esta carta de donación y confirmación a vosotros todos, pobladores de
Calatayud”. Aquí, el rey promulga una carta puebla, es decir, un documento por el que
se conceden a una villa o ciudad determinados privilegios, con el objetivo de poblar
una zona. En este caso, tras la ocupación de Calatayud por parte de los cristianos,
Alfonso I regula los derechos y deberes de sus habitantes. Por tanto, es una tierra de
realengo, es decir, está bajo la autoridad directa del rey –y no de un señor feudal.
En este primer párrafo encontramos otra idea interesante. Dice así:“ Os otorgo y
concedo fueros tales cuales vosotros mismos me lo habéis pedido”. Para comprender
esta frase, vamos a desglosarla sintácticamente: es una frase compuesta. En la primera
proposición coordinada (Os otorgo y concedo fueros), el rey afirma que es él quien
concede el fuero, es decir el que funda la ciudad y establece su autoridad en ella. Sin
embargo, en la proposición subordinada (...tales cuales vosotros mismos me lo habéis
pedido), aparece sutilmente una cuestión que no podemos obviar: es el pueblo, es
decir, los súbditos, los que piden al rey que funde, regule y gobierne la ciudad. Esto es
una práctica habitual del proceso de repoblación en la Península, o al menos así queda
reflejada en las crónicas medievales.
En realidad, los artículos aquí recogidos de esta carta puebla son privilegios concedidos
a las aragoneses que habiten Calatayud. Por organizar los contenidos, diferenciaremos
entre la inmunidad, las costumbres y la expansión del término. En el artículo que nos
aparece en primer lugar, aparece: “todos los pobladores que vengan a poblar
Profesor :Fernando Martínez Tormo.
Calatayud queden absueltos y libres de todas las deudas que hayan contraído”. Aquí el
texto señala la inmunidad penal de aquellas personas que habitaran esta zona. Por
supuesto, se trata de un privilegio excepcional, y nos muestra el ansia del rey por
poblar Calatayud. Su preocupación no sólo se debe a que se encuentre ante una
ciudad escasamente habitada, si no a que pueda ser ligada a algún noble. De esta
forma, evita que se convierta en un señorío, si no que pase a ser tierra de realengo, de
su propiedad. En esto estaban de acuerdo los ciudadanos, ya que bajo la tutela real
gozan de mayores beneficios que con los señores feudales. Los puntos siguientes
(segundo, tercero, cuarto y quinto), establecen normas que articulan la vida de la
población. Podemos observar el poder del Concejo, en la vida municipal, ya que tiene
potestad de elegir jueces (elija el Consejo el Juez que quisiera) y recaudar impuestos
(...) “pague montazgo: por manada, una vaca y por rebaño, un carnero, la mitad al
señor y la otra al Concejo”. El rey regula la convivencia, concediendo la libertad al
ciudadano para contratar trabajadores, independiente de su religión. El texto lo recoge
así: “el vecino de Calatayud que pueda tener hombres en su solar, cristianos, moros o
judíos, sea responsable ante sí”. También les concede exención de impuesto, al
atravesar ciudades cercanas, como Jaca o Pamplona (“ningún vecino de Calatayud que
pase por los puertos de Pamplona o por los de Jaca pague lezda”).
En los siglos XI y XII, se produce la llamada repoblación concejil, es decir, los reyes
toman la iniciativa para poblar las zonas fronterizas con los musulmanes. Para ello
conceden cartas pueblas o villas con bastantes privilegios.
Durante los siglos XII y XIII, son las Órdenes Militares las que repueblan la zona situada
entre el río Duero y el río Tajo, formando enormes señoríos jurisdiccionales.
El proceso de repoblación culmina con la ocupación de Granada por parte de los Reyes
Católicos. Muchos musulmanes y, posteriormente, judíos, emigraron a otras zonas,
debido a la creciente intransigencia religiosa que se fomentará con los siglos. Así, se va
Profesor :Fernando Martínez Tormo.
En otro orden de cosas, podemos decir que, una vez desaparecido Al-Ándalus, se
produce la expansión y posterior unificación de los reinos cristianos, hasta convertirse
en un solo país: España. Como consecuencias lejanas, podemos afirmar que, el modo
de realizar la repoblación, pervivirá, sin grandes cambios, hasta el siglo XX. De hecho,
el norte peninsular siguió siendo minifundista y el centro y el sur latifundista, lo que
motivó no pocos enfrentamientos entre campesinado y nobleza.
Profesor :Fernando Martínez Tormo.
que les espera cuesta arriba; la resistencia de los almohades es férrea, tanto que
empieza a haber conatos de huida entre algunas tropas cristianas, aunque el centro
y los flancos se mantienen en general firmes; el rey quiere ir con los refuerzos a
primera fila aunque uno de sus caballeros se lo desaconseja; el rey sin embargo
asume estoicamente su destino fuera cuál fuera, porque lo se viene a resaltar que
todo es voluntad de dios y carga a la cabeza de los nobles caballeros hasta llegar a
la estructura defensiva que aquí se nombra como “el corral del moro” situado en lo
alto de la colina, no se especifica por qué medio lo logra, pareciendo más un
milagro que éxito táctico; hablando de milagros, se narra entonces el primero,
cuando un canónigo, que como portaenseña del arzobispo de Toledo lleva una gran
cruz, cruza por mitad del ejército enemigo sin sufrir daño; se hace referencia
entonces al estandarte de la virgen María, regalado por el Papa a la expedición
cruzada, que avanza acompañando al de los tres reyes y que es el responsable de
que pierda pie la guardia de élite del Califa y sea exterminada, aconsejado por sus
hombres el “rey moro” emprenda la huida y a partir de ahí la batalla se convierta
en una desbandada y una matanza; se nos presenta pues, como antes comentamos,
muy detalladamente la escena del rezo de acción de gracias, donde a modo de
prólogo se describe la escalofriante panorámica final del campo de batalla,
felicitándose el autor de la gran mortandad entre los “moros” y aportando el dato
curioso de que fueron doscientos mil los musulmanes muertos frente a las tan solo
veinticinco bajas cristianas, concluyendo que no pudo ser sino un milagro. El
cronista aquí duplica el número de enemigos muertos, respecto a lo que escribiera
Alfonso VIII al Papa, pero mantiene en cambio la cifra de cristianos. Poco importa,
lo fundamental es la desproporción de bajas y en ambos casos las cifras resultan
muy poco realistas. De nuevo es importante resaltar el mensaje ideológico que se
pretende dar; los cristianos y especialmente, su capitán el rey Alfonso, cuentan con
el favor divino, y como tal, no han de temer daño alguno.
.
La aplastante derrota de Las Navas de Tolosa permitió un importante avance de
los reinos cristianos.
Ante la aplastante derrota, Muhammad al-Nasir –Almiramomelín, como se le
nombra en el texto –deja atrás Baeza y no ceja en su huída hasta llegar a Jaén. Las
fuerzas cristianas, saquean y arrasan Baeza y Úbeda, donde toman prisionera a
toda la población, antes de retirarse a Sierra Morena, hasta donde avanza la
frontera del reino de Castilla. Sin lugar a dudas, Castilla es la gran beneficiada
de esta victoria y no solo por las ganancias territoriales, sino por la gran
Profesor :Fernando Martínez Tormo.
También el rey Sancho III mereció disfrutar largo tiempo y con felicidad de la
compañía de sus hijos, a los que en vida, con gran benignidad, repartió entre ellos
sus reinos. A su primogénito García lo puso al frente de los pamploneses; a
Fernando, el preferido de su padre le encargó el gobierno de la bélica Castilla; a
Ramiro, que había nacido de concubina, le dio Aragón, que era el reino más alejado
de todos sus territorios, sin duda para que ante los ojos de los otros hermanos, al ser
desigual en el linaje materno, no fuera igual en la herencia de sus estados.
Entonces, unos asesinos, parientes suyos, mataron al infante García, pues éste era
merecedor de tal venganza. Seguidamente, Sancho III se llevó consigo a la infanta
Sancha, a la cual devuelve a Castilla, intenta casarla con su hijo primogénito Ramiro,
el que había nacido de una noble señora de Ayvar, pero los castellanos se oponen
con toda razón. La infanta Sancha, tres años más tarde, y con el beneplácito de su
hermano Vermudo, cuando ya tenía 18 años, casó con el infante Fernando, hijo
menor de Sancho III, nacido de su matrimonio con Urraca. Vermudo entregó a
Fernando el condado de Castilla. (...)
El rey Sancho III tuvo una larga vejez, y cuando su hijo, el rey García hubo regresado
de la ciudad de Roma, murió a consecuencia de una enfermedad en el año 1073. Su
hijo Fernando lo enterró, con todos los honores que le eran debidos, en el
monasterio de Oña.
«Silo. Acto grande y preclaro es hacer donación, por remedio de mi alma, de un lugar
para su vivienda a los hermanos y siervos de Dios, Pedro, presbítero, Alanti,
converso, Lubino, converso, Avito, presbítero, y Valentín, presbítero, así como a los
demás religiosos que residen en la misma localidad o que vinieron a ella conducidos
por Dios, por haber los arriba nombrados besado nuestros pies, y concederles
asimismo un oratorio en el granero que poseemos entre el Eo, el Masma y los
riachuelos Alesancia y Mera [...], cediéndolo con todas sus entradas y salidas, así
como dos castros con todas sus prestaciones, montes y setos de helechos que allí
existen, también con todas sus salidas. Cuanto queda indicado lo doy y concedo a
Profesor :Fernando Martínez Tormo.
vosotros y a Dios por mediación de nuestro fiel hermano el abad Esperautano, a fin
de que roguéis por la salvación de mi alma en la iglesia que allí se edificare, de tal
modo que todo ello sea apartado de mi derecho, traspasado al vuestro y confirmado
en él, y poseáis enteramente lo susodicho firmemente y de modo irrevocable, y que
cuantos Dios hasta ese sitio condujere con ánimo de hacer vida religiosa puedan
reivindicar su tenencia, recurrir a la justicia y defenderse de cualquier persona,
interponiendo yo contra los transgresores toda la fuerza de mi posición. Y si en lo
futuro alguien quisiere inquietaros por la posesión de dicho lugar o por todo lo que
aquí aparece escrito, sea primeramente excomulgado y separado de la comunidad
cristiana, permanezca extraño a la Santa Iglesia, sea destinado a sufrir el castigo del
traidor Judas, y alcáncele la justicia divina, que cuantos la vean se aterroricen y haga
temblar a quienes la oigan. Fue otorgada esta donación el 23 de agosto del año 775
.»
Diploma del rey Silo (cfr. LUIS GARCÍA DE VALDEAVELLANO Y AGUSTÍN MILLARES
CARLO,Textos singulares de la España medieval, tomo I, Barcelona, Teide, 1971).
Hecha esta escritura de donación en el mes de abril de del año XIII del reinado del
emperador Karolo (920).
En el nombre de Dios, yo, Pedro,abad por la gracia de Dios, con toda la congregación
del monasterio de San Martín de Canigó, a ti, Raimundo Gauzfredo, por esta
escritura de donación hacemos este convenio, esto es, del manso que tenemos en
Villa Marianas y en el lugar llamado Mirles, que fue de Seniofredo Adolfo.
Te damos el citado manso con las tierras y viñas que a él pertenecen para que lo
trabajes bien y construyas todo esto, y por cada año dones de las viñas la cuarta
parte y de las tierras la tasca. Y te damos por esto, para que de tu propio alodio
dones a San Martín, de tus viñas, donde estén, siete somatas sin ningún engaño. Y si
tuvieres hijo varón de legítimo matrimonio, lo tenga igualmente como tú, de tal
modo que de las citadas viñas que tú donas, dé el cuarto después de tu muerte. Y tú
en cada año hagas el reconocimiento; esto es, que des albergue al señor abad con un
monje y dos caballeros, y les des un cuartario de cebada y un corr entre cebada y
avena.
Y yo, Raimundo, por este convenio, dono a San Martín un mulo que vale tres onzas.
Además a mi muerte dono mi cuerpo a San Martín con mi parte de mis bienes
muebles.
Qué cosa es feudo, et onde tomó este nombre. Et quántas maneras son de él. Feudo
es bienfecho que da el señor al algunt home porque se torna su vasallo, et le
facehomenatge de serle leal: et tomó este nombre de fe que debe siempre guardar
el vasallo al señor. Et son dos maneras de feudo: la una es cuando es otorgado sobre
villa, o castiello otra cosa que sea raíz: et este feudo a tal non puede ser tomado al
vasallo, fueras ende si fallesciere al señor las posturas que con él puso, e sil
feciesealgunt yerro tal porque lo debiese perder, así como se muestra adelante. Et la
otra manera es la que dicen feudo de cámara: et este se facequando el rey pone
maravedís a algunt su vasallo cada año de su cámara: et este feudo atal puede el rey
toller cada que quisiere.
«Esta es la carta foral que elabora el Concejo de Madrid para honra de nuestro
señor, el rey Alfonso y del Concejo madrileño, a fin de que ricos y pobres vivan en
paz y en seguridad [...].
LX.- Del carnicero y vinatero. Todo carnicero o vinatero o menestral sospechoso del
quebranto de la tasa, pruébenselo con dos vecinos prestigiosos y pague dos
Profesor :Fernando Martínez Tormo.
LXIII.- Nadie embargue al que viniera con mercadería. Al hombre que viniese a
Madrid en recua, acarreando alguna cosa, no le tomará prendas hombre alguno; y
quien lo embargare peche dos maravedises a los jurados del rey y restituya la prenda
sin fianza.
LXIX.- El prado de Atocha. El prado de Atocha esté adehesado desde la fuente del
Manzano, tal y como se unen los arroyos de los valles, desde allí hacia abajo, hasta el
asiento de los huertos, que delimitaron los sabedores del Concejo; y permanezca
siempre para la obra del adarve conforme a fuero. Y otro ganado que allí entrara
pague una cuarta por cabeza; mas si el amo del ganado se negase al prendamiento,
peche un maravedí a los fiadores. Y el que lo cogiera allí tome de ello la mitad. Todo
esto mediante testigos, y, si no, preste su juramento y denle su ganado.
LXXVIII.- Quien no fuere vecino. El hombre que no fuera vecino de Madrid, pague su
portazgo; y si manifestase que lo es y reside en Madrid las dos terceras partes del
año, líbrese con el testimonio de dos vecinos y no lo pague.
LXXXIV.- Sobre el estiércol. Todo hombre que arrojase estiércol dentro de la villa, por
las calles o en otro lugar, a la puerta de Guadalajara o en otras puertas donde
colocaron los hitos, pague una octava a los fiadores siempre que medien testigos y si
no preste juramento; a causa de ello los andadores tomen prendas y el que se
resistiere al prendamiento pague una cuarta.»
La peste negra.
abrían grandes fosas donde se enterraban a centenares los que iban trayendo, y los
ponían en ellas a la manera que se colocan las mercancías en las naves, en hileras;
después echaban tierra por encima hasta llenar la fosa.
G. BOCCACCIO, El Decamerón
Muchos súbditos pasaban muy gran mengua, porque no se labraban las heredades
del pan e del vino e de las otras cosas que son mantenimiento de los omnes. Et esto
venía lo uno porque andavan muchos omes et mujeres baldios et que no querían
labrar, et lo otro porque aquellos que ivan labrar demandaban tangrandes precios e
soldadas et jornales, que los que avían las heredades no las podía conplir; et por esta
razón que las heredades avían afincar yermas et sin labores. Et otrossi, los
menesteriales que labran e usan de otros oficios (...) vendían las cosas de sus oficios
a voluntad e por muchos mayores precios de lo que valían, et desto se seguían e
venían muy grandes dannos.
Algunos de dichos ricos hombres despueblan los dichos lugares que les habían sido
dados, aumentando los pechos (impuestos) de tal manera que los campesinos
marchan, los campos se despueblan y se yerman los lugares (...). También hacen
muchos agravios y sinrazones a sus habitantes, tomándoles mucho de lo suyo y
pidiéndoles dinero, y pan, y vino, y otras cosas y tomándoles los oficios que tienen
por sus fueros y privilegios (...).
Pedimos que dichas ciudades y lugares, que fueran siempre de nuestra Corona Real
antes de que el rey Don Enrique vuestro padre los entregase a algunos señores y
caballeros, vuelvan a vuestras manos.
«A lo que nos pedieron que fuese la nuestra merçed de guardar para nos e para la
Profesor :Fernando Martínez Tormo.
corona de los nuestros rregnos todas las çibdades e villas et castiellos e fortalezas,
segund que el Rey don Alfonso nuestro padre, que Dios perdone, lo otorgó e
prometió en las Cortes que fizo en Valladolid después que fue de hedat, e que las
tales çibdades e villas e lugares e castielloscommo estos quelas non diésemos a
Respuesta del rey a la petición de las Cortes de Toro de que reintegrara a la Corona
las mercedes concedidas (1371) algunos, e si las auiamos dado, que las tornásemos a
la corona de los nuestros rregnos, e que de aquí adelante que fuese la nuestra
merçed de las non dar nin entregar a otras partes. A esto rrespondemos que las villas
e lugares que fasta aquí auemos dado a algunas personas, que ge las dimos por
seruiçios que nos fezieron; mas de aquí adelante nos guardaremos quantopodiermos
de las non dar, et si algunas dieremos, que las daremos en manera que sea nuestro
seruiçio e pro de los nuestros rregnos.»
villas y lugares de nuestros reinos y los hacen suyos, y también hacen nuevamente
suyas muchas casas en perjuicio de los vecinos de dichos lugares (...). Algunos
poderosos ponen tributos nuevamente en algunos lugares donde nunca los hubiera,
portazgos, rondas y otros tributos desfavorables (...).
Algunos de dichos ricos hombres despueblan los dichos lugares que les habían sido
dados, aumentando los pechos (impuestos) de tal manera que los campesinos
marchan, los campos se despueblan y se yerman los lugares (...). También hacen
muchos agravios y sinrazones a sus habitantes, tomándoles mucho de lo suyo y
pidiéndoles dinero, y pan, y vino, y otras cosas y tomándoles los oficios que tienen
por sus fueros y privilegios (...). Pedimos que dichas ciudades y lugares, que fueron
siempre de vuestra Corona Real antes de que el rey Don Enrique vuestro padre los
entregase a algunos señores y caballeros, vuelvan a vuestras manos. Peticiones del
estamento popular en las Cortes de Burgos (1373).
Tratado de Almizrra.
En nombre de Cristo, Amén.
Esto es el entendimiento sobre la partición de la conquista de la tierra de España,
que ha sido hecha entre los ilustres Jaime, Rey de Aragón, Mallorcas y Valencia,
conde de Barcelona y Urgell, y señor de Montpeller y el infante Don Alfonso,
primogénito del ilustre Fernando, rey de Castilla y Toledo, León, Galicia, Córdoba y
Murcia, hechas amigablemente entre ellos del siguiente modo.
Que el predicho rey Jaime, por sí y sus sucesores, conceden y determinan para el
citado infante D. Alfonso y sus sucesores perpetuamente el castillo y villa de Alicante
contadas sus términos, y Agnes y Busot con todos sus términos también, según por
tierra se camina y sale del puerto de Biar, y el castillo y villa de Villena con todos sus
términos y todos los otros que estás más allá del término de Biar, así como van al
puerto de Biar entre los términos de Biar y Villena y hacia la parte de Murcia y
Castilla, salvo íntegramente estos dos términos y todos los otros, así como se camina
entre el término de Almizra y el de Bugarra, salvo estos dos términos íntegramente,
y así como se camina hacia el principio de la sierra de la Rua, que está sobre Ayora,
según que las aguas vierten de dichas sierra de la Rua a la parte de Castilla, y así
como dicha sierra de la Ruaestá donde muere el río Cabriel en el Júcar.
De modo semejante, el infante S. Alfonso, primogénito de D. Fernando rey de
Castilla, concede y determina, por sí y todos sus sucesores perpetuamente, el castillo
de Castilla con todos sus términos, y los de Biar y Almizra con todos los suyos y todos
los que son de los dichos castillos de Alicante, de Agnes y de Busot, salvo
íntegramente estos castillos y sus términos, como se dice más arriba, y todos los que
están debajo del puerto de Biar hacia Játiva, Denia y la otra tierra del reino de
Valencia, y todos los otros, así como se camina entre los términos arriba asignados, y
la otra tierra del reino de Valencia, y todos los otros, así como se camina entre los
términos arriba asignados, conforme las aguas vierten a la parte de Valencia.
Profesor :Fernando Martínez Tormo.
También esta división procede hasta donde el Cabriel entra en el Júcar y desde el
Júcar hasta Biar, según antes dicho.
Por lo tanto, como cada uno, esté contento plenamente de la parte y porción a sí
asignada, prometen de buena fe, recíprocamente y sin fraude ni engaño alguno, que
permitieran que ninguno de los dos haga, perciba o consienta ninguna dificultad en
la ya dicha parte a cada uno asignada, antes bien, para que la predicha división tenga
perpetua firmeza y sea siempre firme, dicho Rey e Infante le dieron fuerza con sus
sellos.
Dada en Almizra, cuando allí tuvieron coloquio, en el año del Señor de 1244, en la
era [hispánica] 1282, [12 de marzo].
El sello de Jaime, rey de Aragón, Mallorcas y Valencia, conde de Barcelona y Urgell, y
señor de Montpeller
El sello del infante don Alfonso, primogénito de Fernando, rey de Castilla y Toledo,
León, Galicia, Córdoba y Murcia.