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¿Estudiar economía inhibe

la capacidad de cooperación?
ROBERT H. FRANK, THOMAS GILOVICH Y DENNIS T. REGAN 1

Desde la perspectiva de muchos economis- clinados que otros a actuar egoístamente


tas otros motivos diferentes al del interés indi- (free-ride) en experimentos que proponían
vidual (self-interest) son periféricos a la moti- contribuciones privadas para bienes públicos.
vación central de la conducta humana y los En sus experimentos, se les daba a distintos
acatamos a nuestro propio riesgo. En palabras grupos de sujetos unos fondos de dinero ini-
de Gordon Tullock (1976; citadas por Mans- ciales que debían colocar en dos cuentas, una
bridge, 1990, p. 12), “el ser humano prome- “pública”y otra “privada”. El dinero colocado
dio es alrededor de un 95 por ciento egoísta en la cuenta privada del sujeto le era devuelto
en el sentido más estrecho de la palabra.” dólar por dólar al final del experimento. El di-
En este artículo investigamos si la exposi- nero depositado en la cuenta pública era jun-
ción al modelo del interés individual (self-in- tado, multiplicado por un factor mayor a uno
terest) usado comúnmente en la ciencia eco- y luego distribuido equitativamente entre to-
nómica aumenta los casos en que la gente se dos los sujetos. Bajo estas circunstancias, la
comporta de modo egoísta. Este artículo está conducta social óptima era para todos los suje-
organizado en dos partes. En la primera, re- tos poner todos sus fondos en la cuenta públi-
p o rtamos los resultados de varios estudios ca. Pero desde una perspectiva individual, la
empíricos -algunos nuestros, otros realizados estrategia más ventajosa era poner todo en la
por diferentes personas- que sugieren que los cuenta privada. Marwell y Ames descubrieron
economistas se comportan de un modo más que los estudiantes de economía colocaron un
egoísta. Esta evidencia no demuestra por sí promedio de sólo un 20 por ciento de sus fon-
misma que la exposición al modelo del inte- dos en la cuenta pública, significativamente
rés individual cause una conducta más egoís- menos que el promedio del 49 por ciento de
ta, ya que podría ocurrir que los economistas todos los otros sujetos.
fuesen más egoístas desde el principio, y esta Para explorar las razones de esta diferencia,
característica sería una de las razones por las los autores hicieron a las personas dos pregun-
que eligen estudiar economía. En la segunda tas. Primero, cuál sería una inversión “justa”
p a rte del artículo, presentamos evidencia en el bien público? De los no economistas, el
preliminar de que la exposición al modelo de 75 por ciento contestaron “la mitad o más” de
interés individual verdaderamente fomenta los fondos y el 25 por ciento contestaron “to-
de hecho una conducta egoísta. do”. Segundo, ¿estás preocupado en la “justi-
cia” cuando tomas tu decisión de invertir?
¿Los economistas se comportan Prácticamente todos los no economistas con-
de otra manera? testaron “sí”. Las respuestas correspondientes
a los estudiantes de economía fueron más difí-
Los experimentos del “free- rider” ciles de resumir. Como Marwell y Ames dicen:
“Más de un tercio de los economistas re-
Un estudio hecho por Gerald Mar well y chazaron contestar la pregunta con relación
Ruth Ames (1981) descubrió que los estudian- a qué es lo justo o dieron respuestas muy
tes de primer año de economía están más in- complejas imposibles de codificar. Parece que

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el significado de “justicia”en este contexto de otras disciplinas fue hecho por John Car-
era algo ajeno a este grupo. Aquellos que sí ter y Michael Irons (1991). Estos autores mi-
respondieron estaban más cerca de decir que dieron la actitud de interés individual (self-in-
pocas o ninguna inversión era “justa”. Por lo teredness) mediante el examen de la conduc-
demás, los estudiantes de economía estaban ta en un juego de transacción con ultimátum.
por lo menos un 50 por ciento menos dis- Este simple juego tiene dos jugadores, un
puestos que las otras personas a expresar que “asignador” y un “receptor”. Al asignador se
estaban “preocupados por la justicia” al to- le da una suma de dinero (en estos experi-
mar sus decisiones”. mentos 10 dólares) y tiene que proponer una
El estudio de Mar well y Ames puede ser división de esta suma entre él y el receptor.
criticado sobre la base de que sus grupos de Una vez que el asignador hace su propuesta,
control de no economistas consistían en estu- el receptor tiene dos opciones: 1) puede
diantes de secundaria y estudiantes no gra- aceptar, en cuyo caso cada jugador obtiene la
duados del college, que difieren en muchos suma propuesta por el asignador; o 2) puede
modos de los estudiantes de primer año de no aceptar, en cuyo caso cada jugador obtie-
cualquier carrera. Quizás la diferencia más ne cero. El juego es jugado sólo una vez por
obvia es la edad. Como ya veremos, sin em- la misma pareja.
bargo, la crítica basada en la diferencia de Suponiendo que el dinero no puede ser di-
edad se diluye por nuestra propia evidencia vidido en unidades menores a un centavo, el
de que los estudiantes más viejos general- modelo de interés individual predice unívo-
mente le dan más peso a las preocupaciones camente que el asignador propondrá $9.99
sociales como las que surgen en los experi- para sí mismo y el restante $0.01 para el re-
mentos sobre egoísmo. Permanece en pie, no ceptor y que el receptor aceptará sobre la ba-
obstante, la posibilidad de que los estudiantes se de que un centavo es mejor que nada. Des-
más maduros tengan una comprensión más de el momento en que el juego no será repe-
sofisticada de los matices y ambigüedades in- tido, no tiene sentido que el receptor baje la
herentes a conceptos como justicia, y por esta oferta con la esperanza de generar una mejor
razón dan respuestas menos fácilmente clasi- oferta en el futuro.
ficables en los cuestionarios. Otros investigadores han mostrado que la
Aún hay otro tema en los experimentos de estrategia predicha por el modelo de interés
Marwell y Ames que no es fácil de resolver. Si individual casi nunca es seguida en la prácti-
bien los autores no reportan el sexo del gru- ca: divisiones de 50-50 son la propuesta más
po de estudiantes de economía, tales grupos común y las ofertas más altamente reductivas
son casi siempre mayoritariamente masculi- son rechazadas en nombre de la justicia
nos. Los grupos de control de los autores de (Guth, et al. , 1982; Kahneman, et al., 1986).
estudiantes secundarios y de college, por el Carter y Irons comprobaron que en ambos
contrario, se distribuían igualmente entre va- roles (asignador y receptor) los estudiantes
rones y mujeres.2 Como mostrará más tarde de economía actuaron significativamente más
nuestra propia evidencia, hay una marcada de acuerdo con las predicciones del modelo
tendencia en los varones a comportarse me- de interés individual que lo que hicieron los
nos cooperativamente en estos experimentos que no estudiaban esta carrera. 3
de este tipo. De este modo, si bien los descu- Como siempre, se pueden hacer preguntas
brimientos de Marwell y Ames son sugestivos, acerca del diseño de estos experimentos. En
no establecen claramente que los economis- este caso, por ejemplo, Carter y Irons asigna-
tas se comportan de manera diferente. ron los roles de asignador y receptor eligien-
do como asignadores a aquellos que habían
Los economistas y el juego de la transacción alcanzado altos promedios en un juego preli-
con ultimátum minar sobre palabras.4 Los asignadores entre-
nados en la teoría de la productividad margi-
Otro estudio de si los economistas se com- nal de los salarios (es decir, los estudiantes de
portan de modo diferente de los miembros economía) podrían pues estar más inclinados
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que otros a pensar que tenían derecho a una copiado. Los economistas estaban apenas por
porción más grande del excedente en fun- sobre el promedio de la entera muestra en
ción a su anterior performance. Así, aunque términos del número de horas que declara-
no concluyentes, los resultados de Carter y ban usar para “actividades de voluntariado”. Y
Irons son de nuevo sugestivos. en términos de su frecuencia reportada de
voto en las elecciones presidenciales, los eco-
nomistas estaban sólo apenas debajo del pro-
Datos de encuestas y donaciones caritativas medio de la muestra. 8

La hipótesis del free-rider sugiere que los


economistas podrían estar menos dispuestos Los economistas y el dilema del prisionero
que otros a donar a obras de caridad. Para ex-
plorar esta posibilidad, mandamos cuestiona- Jugador X
rios a 1245 profesores de college elegidos al
azar de guías profesionales de 23 disciplinas, Coopera Abandona
pidiéndoles si podían reportar los montos
anuales en dólares que daban a una variedad 2 por X 3 por X
de obras de caridad privadas. Recibimos 576 2 por Y 0 por Y
respuestas con suficiente detalle como para
incluir en nuestro estudio. Los que respon- 0 por X 1 por X
dieron fueron agrupados en las siguientes 3 por Y 1 por Y
disciplinas: economía (N=75); otras ciencias
sociales (N=106); matemáticas, computación Coopera
e ingeniería (N=48); cien cias naturales Usted
(N=98); humanidades (N=94); arquitectura, Abandona
a rte y música (N=68) y otras pro f e s i o n e s
(N=87).5 La proporción de “free riders”puros Una de las más célebres y controvertidas
entre los economistas -esto es, aquellos que predicciones del modelo del interés individual
reportaron no haber dado dinero a ninguna es que la gente siempre abandonará en el jue-
obra de caridad- fue del 9.3 por ciento. En go del dilema del prisionero de una vuelta. La
contraste, sólo 1.1 por ciento de los corres- figura de más arriba muestra los pagos mone-
pondientes a “otras profesiones” no dio nada tarios en dólares a dos jugadores, X e Y, en un
de dinero a obras de caridad y la porción de dilema del prisionero standard. La caracterís-
aquellos en las otras cinco disciplinas que re- tica fundamental de tal juego es que para cada
portaron no haber hecho ninguna donación jugador, el abandonar da una mayor ganancia
iba del 2.9 al 4.2 por ciento. 6 A pesar de sus más allá de la elección hecha por el otro juga-
generalmente más altos ingresos, los econo- dor. Sin embargo, si ambos jugadores siguen
mistas estaban también entre los menos gene- esta lógica interesada y abandonan el juego,
rosos en términos de sus donaciones medias ambos terminan con una ganancia menor de
a grandes actos de donación como los cana- la que habrían obtenido si hubieran coopera-
les de televisión sostenidos por el televidente do. Así, el juego provee una rica oportunidad
y el United Way.7 de examinar la conducta interesada.
En muchas otras dimensiones cubiert a s Nosotros condujimos el experimento del
por nuestra encuesta, la conducta de los eco- dilema del prisionero incluyendo estudiantes
nomistas fue poco diferente del comporta- de economía y de otras disciplinas. A todos
miento de miembros de otras disciplinas. Por los grupos se les dio un resumen sobre el di-
ejemplo, los economistas se mostraron sólo lema del prisionero al principio del experi-
un poco menos inclinados que los miembros mento y a cada persona se le pidió completar
de otras disciplinas a reportar que asumirían un cuestionario al final para verificar si real-
costosas acciones administrativas para perse- mente había entendido las consecuencias de
guir a un estudiante sospechoso de haberse las diferentes combinaciones de elecciones;
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además, muchos de los participantes eran es- go de la interacción anterior al juego, con
tudiantes provenientes de cursos en los que hasta 30 minutos permitidos para los grupos
el dilema del prisionero es un tema del pro- intermedios y no más de 10 minutos para los
grama. Las personas se agruparon en equipos grupos limitados.
de tres y a cada uno se le dijo que participaría Para la muestra como un todo hubo un to-
en el juego una sola vez con cada una de las tal de 267 juegos, lo que significa un total de
otras personas. La matriz de pago que se 534 opciones entre cooperación y abandono.
muestra en la figura de arriba, fue la misma Para estas opciones, la tasa de abandono de
para cada ronda del juego. Se dijo a los parti- estudiantes de economía fue del 60.4 por
cipantes que los juegos se jugarían por dine- ciento, comparado con el 38.8 por ciento en
ro verdadero y que se mantendría la confi- estudiantes de otras disciplinas. Este patrón
dencialidad de modo que ninguno de los ju- de diferencias apoya fuertemente la hipótesis
gadores supiera cómo le había ido a sus com- de que los estudiantes de economía son más
pañeros en cualquier momento del juego. propensos a comportarse interesadamente
Después de un período en que se dio a los que los otros estudiantes (<.005).10
participantes una oportunidad para conocer- Una explicación posible para las diferen-
se entre sí, se llevó a cada uno de ellos a una cias observadas entre los estudiantes de eco-
habitación separada y se le pidió que llenara nomía y otros es que los estudiantes de econo-
un formulario indicando una respuesta (coo- mía suelen ser varones y los varones tienen ta-
peración o abandono) a cada uno de los sas de cooperación más bajas. Para controlar
otros dos jugadores en el grupo. Después que las posibles influencias del sexo, edad y expe-
cada uno había llenado el formulario, se cal- riencia, realizamos la ordinaria regresión cua-
cularon los resultados y se realizaron los pa- drática que se ve en la figura de abajo.11
gos. Cada participante recibió un solo pago
que era la suma de tres cantidades separadas:
el pago del juego con el primer compañero; Variable dependiente:
el pago del juego con el segundo compañero; cooperar (0) o abandonar (1)
y un término que fue establecido al azar a
partir de una larga lista de valores positivos y Variable Coeficiente s/e. t-ratio
negativos. Ninguno de estos tres elementos
pudo ser observado por separado, sólo su su- Constante 0.579127 0.1041 5.571
ma. El propósito de este procedimiento fue Econ 0.168835 0.0780 2.16
evitar que los participantes dedujesen los mo- Limitada 0.00 — —
dos de decisión tanto individuales como gru- Intermedia -0.091189 0.0806 -1.13
pales. Así, a diferencia de los anteriores expe- Ilimitada -0.329572 0.0728 -4.53
rimentos del dilema del prisionero, 9 la nues- Sexo 0.239944 0.0642 3.74
tra no dejaba al participante inferir que pasa- Clase -0.065363 0.0303 -2.16
ba incluso cuando cada uno (o ninguno) de
los otros jugadores desertaba. Rx R = 22.2% RxR (ajustado)= 20.3 %
En una versión del experimento (la ver- s=0.4402 con 207-6=201 grados de libertad
sión (‘ilimitada”), se les decía a los partici-
pantes que podían hacer promesas de no de- Fuente Suma de df Cuadrado Ratio-F
sertar durante el tiempo en que se estaban cuadrados medio
conociendo entre sí, pero también se les dijo Regresión 11.1426 5 2.229 11.5
que el carácter anónimo de sus respuestas Residual 38.9540 201 0.193801
volvería tales promesas no obligatorias. En
dos versiones del experimento (la versión
“intermedia” y la “limitada”), no se les per- Dado que cada individuo jugó dos veces,
mitía a los participantes hacer promesas so- las respuestas individuales no son estadística-
bre sus estrategias. Estas últimas dos versio- mente independientes. Para sortear este pro-
nes diferían una de otra en términos del lar- blema, limitamos nuestra muestra a 207 per-

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sonas que hubieran cooperado o a abandona- sa de las altas tasas de deserción en los estu-
do a cada uno de sus dos compañeros. Los 60 diantes de economía.
individuos que cooperaron con un compañe- Para los individuos en la submuestra ilimi-
ro y abandonaron al otro fueron sacados de tada, encontramos que la diferencia entre
la muestra. La variable dependiente es la op- los estudiantes de economía y otros virtual-
ción estratégica del individuo, clasificada co- mente desaparece una vez que a los partici-
mo 0 para “cooperar” y 1 para “desertar”. Las pantes se les permite hacer promesas de coo-
variables independientes son “econ”, que to- peración. En esta submuestra, la tasa de de-
ma el valor 1 para los estudiantes de econo- serción de los estudiantes de economía es
mía del college y 0 para todos los otros; “ili- del 28.6 por ciento, comparada con el 25.9
mitada”, que es 1 para los individuos en la por ciento de otros estudiantes. Dado que la
versión ilimitada del experimento, 0 para to- más alta deserción de los estudiantes de eco-
dos los otros; “intermedia” que es 1 para los nomía son en gran medida atribuibles a las
individuos en la versión intermedia, 0 para condiciones de falta de promesas del experi-
todos los otros; “limitada” que la categoría de mento, el resto de nuestro análisis se concen-
referencia; “sexo” clasificado como 1 para los tra en los grupos imitados e ilimitados. Las
hombres y 0 para las mujeres; y “clase” clasifi- condiciones encontradas por estos gru p o s
cado como 1 para los estudiantes “freshmen”, son de especial significación porque se apro-
2 para los “sophomore”, 3 para los “juniors” y ximan mucho a las condiciones que caracte-
4 para los “seniors.” rizan los dilemas sociales que se encuentran
En acuerdo con una variedad de otros ha- en la práctica. Después de todo, la gente ra-
llazgos sobre diferencias de sexo en la coope- ramente tiene la oportunidad de mirarse ca-
ración,12 estimamos que, manteniendo fijos ra a cara y prometerse no tirar basura en pla-
otros factores, la probabilidad de una deser- yas desiertas o desconectar los dispositivos de
ción en un varón es casi un 0.24 más alta que control del smog de sus autos.
la probabilidad correspondiente en una mu- Cuando se reúnen las opciones para los
jer. Pero incluso después de controlar la in- grupos limitados e intermedios, tanto los es-
fluencia del sexo, vemos que la probabilidad tudiantes de economía como los otros aban-
de una deserción en un estudiante de econo- donan más a menudo, pero el efecto es consi-
mía es casi un 0.17 más alta que la correspon- derablemente más amplio en los economis-
diente probabilidad en otro estudiante. tas. En estos grupos, la tasa de deserción fue
Los coeficientes para las categorías expe- del 71.8 por ciento entre los estudiantes de
rimentales ilimitada e intermedia represen- economía y sólo del 47.3 por ciento entre los
tan efectos relativos a la tasa de deserción demás, niveles que difieren significativamen-
para la categoría limitada. Como se espera- te en el nivel 0.01.
ba, la tasa de deserción es más baja en la ca- Como parte del cuestionario de salida que
tegoría intermedia (donde los individuos testeaba el entendimiento de los pagos aso-
tienen más tiempo para interactuar que en ciados a las diferentes combinaciones de op-
la categoría limitada) y cae aún más marca- ciones, también preguntamos a los partici-
damente en la categoría ilimitada (donde se pantes por las razones de esas opciones. Te-
permite a los individuos hacer promesas de níamos la hipótesis de que los economistas
c o o p e r a c i ó n ) . 13 estarían más inclinados a construir el objetivo
Nótese, finalmente, que la tasa total de de- del juego en términos de interés individual
serción declina significativamente en la medi- (self-interest), y así más propensos a referirse
da en que los estudiantes avanzan en su ca- exclusivamente a características del juego en
rrera. Se interpreta que el coeficiente de cla- sí, en tanto los no-economistas estarían abier-
se significa que con el paso de cada año, la tos a caminos alternativos en la interpreta-
probabilidad de deserción declina, en prome- ción del juego, y se referirían más a menudo
dio, en casi un 0.07 por ciento. Este patrón a sus sentimientos por sus compañeros, a as-
probará ser importante cuando tomemos la pectos de la naturaleza humana, etc. De he-
pregunta si la formación económica es la cau- cho, en la muestra de estudiantes de econo-
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mía el 31 por ciento se refirió solamente a ca- diferencia de comportamiento podría deber-
racterísticas del juego en sí al explicar sus es- se a la formación económica; por otro lado,
trategias de elección, comparados con sólo el podría también deberse a que las personas
17 por ciento de los no economistas. La pro- que eligen economía ya eran diferentes des-
babilidad de obtener respuestas tan divergen- de el principio; o quizás pueda deberse a una
tes por azar es menor a 0.05. combinación de ambas causas. Ahora aporta-
Otra posible explicación para los altos índi- remos evidencia de por qué la form a c i ó n
ces de deserción de los economistas es que és- económica juega un rol causal.
tos pueden estar más inclinados a esperar que
sus compañeros abandonen. Después de todo,
el modelo del interés individual, fomenta tal Comparando estudiantes avanzados
explicación, y sabemos a partir de otros expe- y principiantes
rimentos que la mayoría de los individuos
abandona si se les dice que sus compañeros Si la formación económica produce con-
van a abandonar. Para investigar esta posibili- ductas no cooperativas, entonces los índices
dad, preguntamos a estudiantes de una divi- de deserción en el dilema del prisionero de-
sión superior de un curso de finanzas públicas berían subir a medida en que aumenta la ex-
del departamento de economía de la Universi- posición a esta formación, manteniendo to-
dad de Cornell si ellos cooperarían o deserta- dos los otros factores constantes. Recordan-
rían en una vuelta del dilema del prisionero si do nuestro anterior descubrimiento de que
supieran con cer teza que su compañero iba a los índices de deserción en una muestra co-
cooperar. La mayoría de estos estudiantes ha- mo un todo caen constantemente entre los
bían sido estudiantes de economía en años an- p r i m e ros y los últimos años de estudio, la
teriores. De los 31 estudiantes que devolvieron pregunta es entonces si los índices de deser-
los cuestionarios, 18 (58 por ciento) reporta- ción caen en el mismo grado a lo largo del
ron que abandonarían, sólo un 13 por ciento tiempo entre los economistas como entre los
contestaron que cooperarían. En contraste, só- no economistas. Encontramos que el patrón
lo un 34 por ciento de los estudiantes de otras de índices descendentes de deserción se
disciplinas en Cornell a los que también se les mantiene más firme entre estudiantes de
dio el mismo cuestionario contestaron que disciplinas distintas a la economía que entre
abandonarían a un compañero que supieran estudiantes de economía en la submuestra
que iba a cooperar (p< 0.05). Para el mismo del experimento sin promesas. Para estu-
grupo de individuos, casi todos los que contes- diantes iniciales de otras disciplinas en este
taron (30 de los 31 estudiantes de economía y grupo la tasa de deserción es del 53.7 por
36 de los demás) dijeron que desertarían si su- ciento, comparada con sólo el 40.2 por cien-
pieran que su compañero iba a desertar. De es- to de los estudiantes avanzados. En contras-
tas respuestas concluimos que en tanto las ex- te, la tendencia hacia índices más bajos de
pectativas sobre la actuación del compañero d e s e rción está virtualmente ausente entre
juegan un fuerte papel en la predicción de los estudiantes de economía en esta misma
conductas, las tasas de deserción se mantienen submuestra (73.7 por ciento entre los estu-
significativamente más altas entre los econo- diantes principiantes y 70.0 por ciento entre
mistas que entre los no economistas incluso si los avanzados). En otras palabras, los estu-
ambos grupos tienen idénticas expectativas so- diantes generalmente muestran una tenden-
bre la conducta del compañero. cia hacia una conducta más cooperativa a
medida que se acerca su graduación, pero
¿Por qué los economistas se comportan esta tendencia está visiblemente ausente en-
de diferente modo? tre los estudiantes de economía.14
Naturalmente no estamos en posición de
Los economistas parecen comportarse de decir si la tendencia entre los no economistas
modo menos cooperativo que los no econo- refleja algo sobre el contenido de los cursos
mistas en una variedad de dimensiones. Esta no económicos. Pero el hecho de que esta
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tendencia no esté presente entre los econo- vestigación en organización industrial y teo-
mistas es al menos coherente con la hipótesis ría de juegos. En sus clases, este profesor po-
de que la formación económica juega algún nía un gran énfasis en el dilema del prisione-
rol causal en los índices más bajos de coope- ro e ilustraciones relacionadas con cómo los
ración observados entre los economistas. imperativos de supervivencia muchas veces
van en contra de la cooperación. El segundo
profesor de microeconomía (profesor B) es
Encuestas sobre honestidad un especialista en desarrollo económico en la
China maoísta que no ponía tanto énfasis en
En un ulterior intento de confirmación de estos temas, pero sí asignaba un texto intro-
que la formación económica inhibe la capaci- ductorio del mainstream economics. Sobre la
dad de cooperación, planteamos un par de base de estas diferencias esperábamos que
dilemas éticos a estudiantes de dos cursos in- cualquier efecto observado de la formación
troductorios de microeconomía en la Univer- en economía sería más fuerte en la clase del
sidad de Cornell y a un grupo de control de profesor A que en la del B.
estudiantes de un curso introductorio de as- Los resultados en estas dos clases más la
tronomía, también en Cornell. En uno de los clase de los no economistas, se sintetizan en
dilemas, el dueño de un pequeño negocio de la figura de bajo que muestra la proporción
computadoras recibe diez microcomputado- en cada clase reportando un resultado “me-
ras pero se le facturan solamente nueve; la nos honesto” al final del semestre que al prin-
pregunta es si el dueño informará a la empre- cipio. Como lo indica el gráfico, la educación
sa de computadoras acerca del error. Primero
se pregunta a los participantes si creen que es
probable que el dueño comunique el error;
luego, en la misma escala de respuestas, se les
pregunta si ellosinformarían sobre el error si
estuvieran en el lugar del dueño. En el segun-
do dilema se pregunta si es probable que se
devuelva un sobre perdido conteniendo 100
dólares con el nombre y la dirección del due-
ño escritos. Se propone primero a los partici-
pantes que se imaginen que si habiendo per- Pregunta 1 Pregunta 2 Pregunta 3 Pregunta 4
dido ellos el sobre sería probable que se lo ¿El dueño ¿Ud. informa ¿Devolvería ¿Devolería Ud.
informa sobre sobre errores un extraño los a un extraño
devolviesen. Luego se les pide que asuman errores de de facturación? 100 u$s los 100 u$s
que los roles se revierten y que indiquen si se- facturación? perdidos? perdidos?

ría probable que ellos entregaran el sobre a


un extraño. de un semestre fue acompañada con un gran
Estudiantes de cada clase completaron el movimiento hacia respuestas más cínicas
cuestionario en dos ocasiones: durante la se- (“menos honestas”) en la clase de introduc-
mana inicial de clase en septiembre y luego ción a la economía del profesor A que en la
durante la última semana de clase en diciem- del profesor B. Los participantes en la clase
bre. Para cada una de estas cuatro respuestas, del profesor B, a su vez, mostraron un mayor
cada estudiante fue clasificado como “más movimiento hacia respuestas menos honestas
honesto” si la probabilidad chequeada para que aquellos en nuestro grupo de control de
esa pregunta se elevaba entre septiembre y di- estudiantes de introducción a la astronomía.
ciembre; “menos honesta” si caía durante ese Puede parecer natural preguntarse si algu-
período; y “sin cambios” si se mantenía igual. nas de las diferencias entre las dos clases de
El primer profesor de introducción a la mi- economía pueden basarse en el hecho de
croeconomía (profesor A) cuyos estudiantes que los estudiantes eligieron a sus profesores
fueron encuestados por nosotros es un eco- y no les fueron asignados al azar. Quizás la re-
nomista del mainstream con intereses de in- putación ideológica de los profesores ya era
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conocida desde antes por muchos estudian- dencia es claramente menos impactante que
tes, con el resultado de que un desproporcio- una evidencia en la diferencia de coopera-
nado número de estudiantes menos cínicos ción en sí. Pero sería realmente extraño si
eligieran tomar el curso del profesor B. Sin ninguna de estas diferencias observadas en la
e m b a rgo, los valores promedio de las re s- conducta fuera el resultado de la exposición
puestas iniciales a las cuatro preguntas fue- repetida e intensiva a un modelo cuya predic-
ron virtualmente los mismos en ambas clases. ción inequívoca es la de que la gente deserta-
Más aún, incluso si los estudiantes hubieran rá toda vez que lo dicte el interés individual.
diferido entre las dos clases, esto no habría ¿Debemos estar preocupados de que la for-
alterado la interpretación de nuestros descu- mación económica inhiba la cooperación? Al-
brimientos, ya que los datos en la figura de gunos quizás respondan que mientras la so-
arriba no registran el nivel de cinismo sino el ciedad se beneficiaría si más gente cooperara
cambio en ese nivel entre el principio y el fi- en los dilemas sociales, no se puede culpar a
nal del curso. Incluso si los estudiantes de Mi- los economistas por señalar la verdad desa-
croeconomía A fueran más cínicos desde an- gradable de que el interés individual dicta la
tes, se volvieron aún más cínicos durante el deserción. Una dificultad con esta respuesta
transcurso del semestre. Este hallazgo es co- es que podría estar equivocada. Varios investi-
herente con la hipótesis de que el énfasis en gadores han sugerido recientemente que las
el modelo del interés individual tiende a inhi- víctimas de la conducta no cooperativa pue-
bir la cooperación. den ser finalmente las mismas personas que
la practican (ver, por ejemplo, Akerlof, 1983;
Hirshleifer, 1987; Frank, 1988; y los ensayos
Discusión final de Mansbridge, 1990). Supongamos, a modo
de ilustración, que algunas personas siempre
Variada evidencia sugiere una gran dife- cooperan en los dilemas del prisionero mien-
rencia en la intensidad con que los economis- tras otros siempre parecen seguir la aparente-
tas y los no economistas se comportan de mo- mente dominante estrategia de la deserción.
do interesado. Creemos que nuestra encuesta Si las personas son libres de interactuar con
sobre donaciones caritativas y nuestros resul- otras por propia elección, y si hay indicios
tados sobre el dilema del prisionero funda- que distinguen cooperadores de desertores,
mentan la hipótesis de que los economistas entonces los cooperadores interectuarán se-
tienden a ser más egoístas que otros. lectivamente entre sí y obtendrán mayores
Sin embargo, ambas experiencias tam- pagos que los desertores. En otro lado hemos
bién produjeron evidencia de que los eco- mostrado que incluso sobre la base de breves
nomistas se comportan de modo tradicio- encuentros incluyendo extraños, los partici-
nalmente comunitario por lo menos bajo al- pantes en la experiencia son adeptos a prede-
gunas circunstancias. Por ejemplo, los eco- cir quien cooperará y quien desertará en los
nomistas re p o rt a ron gastar el mismo tiem- juegos del dilema del prisionero (Frank,
po que los demás en actividades de volunta- 1988, c. 7; Frank, Gilovich y Regan, 1992). Si
riado, y fueron sólo marginalmente menos la gente es mejor para predecir la conducta
propensos que otros a votar en las eleccio- de la gente que conoce bien –una presuposi-
nes presidenciales. Más aún, en la versión ción suficientemente razonable- entonces la
ilimitada de los experimentos del dilema persecusión directa del interés individual ma-
del prisionero en donde se dejó a los parti- terial puede realmente ser a menudo auto-
cipantes prometer cooperación, los econo- destructiva.
mistas estaban casi igual dispuestos a coope- En un mundo cada vez más interdepen-
rar como los demás. diente, la cooperación social se ha vuelto pro-
También encontramos evidencia coheren- gresivamente más importante- aunque tam-
te con el punto de vista de que las diferencias bién cada vez más frágil. Con un ojo puesto
en espíritu de cooperación son causadas en tanto en el bien social como en la realización
parte por la formación en economía. Esta evi- de nuestros estudiantes, los economistas po-
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drían presentar una visión más amplia de la religión; y “otras profesiones”incluye educación, negocios y
enfermería.
motivación humana en su tarea docente. 6
Si bien no tenemos datos sobre el sexo de cada uno de
los participantes de la encuesta, las diferencias sexuales por
disciplina no parecen influir en el comportamiento de free
Referencias rider observado. Por ejemplo, las ciencias naturales, que son
también preponderantemente masculinas, tenían sólo un
tercio de los free riders observables entre los economistas.
Akerlof, George, “Loyalty Filters,” American Economic Re - 7
La donación media anual de los economistas a obras
view, March 1983, 73:1, 54-63. de caridad es actualamente un poco más grande, en térmi-
Carter, John and Michael Irons, “Are Economistas Diffe- nos absolutos que la media de todas las disciplinas tomadas
rent, and If So, Why?” Journal of Economic Perspectives,
Spring juntas. Pero dado que los economistas tienen sueldos signi-
1991, 5:2, 171-77. ficativamente más altos que los que reciben los miembros
Carter, John and Michael Irons, “Are Economists Diffe- de la mayoría de las otras disciplinas, la media de donación
rent and If So, Why?” working paper, College of the Holy exagera la generosidad relativa de los economistas. Para co-
Cross, December 1990. rregir por diferencias de ingreso por disciplina, procedi-
Dawes, Robyn, “Social Dilemmas,” Annual Review of Psy - mos como sigue: primero, estimamos las funciones de in-
chology,1980, 31, 163-93. gresos (salario vs. años de experiencia) para cada disciplina
Frank, Robert. H. , Passions Within Reason.New York: usando información de una gran universidad privada. Lue-
W.W. Norton, 1988. go aplicamos los cocientes estimados de estas funciones de
Frank, Robert H., Thomas Gilovich and Dennis Regan, ingresos a los datos experimentales de nuestra encuesta pa-
“The Evolution of Hardcore Cooperation.” Ethology and Socio - ra imputar un ingreso para cada encuestado en nuestra en-
biology. cuesta. Usando estas cifras de ingresos imputadas, junto
Gilligan, Carol, In a Different Voice.
Cambridge: Harvard con los reportes de sus donaciones caritativas totales, esti-
University Press, 1982. mamos la relación entre ingresos y total de donaciones.
Guth, Werner, Rolf Scmittberger and Bernd Scwarze, (En el último ejercicio todos los economistas fueron saca-
“An Experimental Analysis of Ultimatum Bargaining,” Jour - dos de la muestra sobre la base de que nuestro objetivo era
nal of Economic Bahavior and Organization, December 1982, ver si el patrón dado de los economistas se desvía del pa-
3:4, 367-88. trón que vemos en otras disciplinas.) Así luego calculamos
Hirshleifer, Jack, “On the Emotions as Guarantors of Th- nuestra medida de la generosidad de una disciplina como
reats and Promises.” In Dupre, John ed., The Latest and the la relación del valor promedio de donaciones efectivamen-
Best Essays on Evolution and Optimality.Cambridge: The MIT te reportadas por miembros de la disciplina con el valor
Press, 1987, 307-26. promedio de donaciones esperadas sobre la base de los in-
Kahneman, Daniel, Jack Knetsch and Richard Thaler, gresos imputados a los miembros. La ratio calculada para
“Fairness and the Assumptions of Economics,” Journal of Bu- los economistas fue del 0.91, lo que significa que los econo-
siness,Part 2, October 1986, 59, S285-S300. mistas en nuestra muestra dieron el 91 por ciento de lo que
Mansbridge, Jane J., Beyond Self-Interest.
Chicago: Univer- se esperaba que dieran sobre la base de sus ingresos impu-
sity of Chicago Press, 1990. tados.
Marwell, Gerald and Ruth Ames, “Economistas Free Ride, 8
Para hacer justicia al modelo de interés individual, debe-
Does Anyone Else?: Experiments on the Provision of Public mos señalar que puede haber razones de interés propio para
Goods, IV,” Journal of Public Economics,June 1981, 15:3, 295- ser voluntario o para donar incluso en el caso de donativos
310. como el United Way o la televisión pública. Las campañas
Tullock, Gordon, The Vote Motive. London: Institute for de United way, por ejemplo, son generalmente organizadas
Economic Affairs, 1976. en los lugares de trabajo y existe una considerable presión
social para contribuir. La televisión pública realiza a menu-
1
do anuncios de los nombres de los donantes y los economis-
Traducción del inglés de la antología “Economics, Et- tas buscan beneficiarse tanto como los miembros de cual-
hics and Public Policy” editada por Charles Wilber, Rowman quier otra disciplina por el hecho de ser aclamados como
& Littlefield Publishers, Maryland, 1998; traducción también ciudadanos preocupados por la comunidad. En el caso de
autorizada por el Journal of Economic Perspectives. organizaciones de caridad más pequeñas y personales, exis-
2
Este era el caso, de cualquier modo, en los grupos en ten muchas veces razones aún más interesadas para dar o pa-
que los autores reportaron la composición sexual. ra ser voluntario. Después de todo, no contribuir de acuer-
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Kahneman, Knetsch y Thaler (1986) reportan hallazgos do a la propia capacidad financiera puede significar la com-
similares a los de Carter y Irons: estudiantes de comercio pleta exclusión de los sustanciosos beneficios privados aso-
(término usado para describir a los estudiantes de negocios ciados a la pertenencia a grupos religiosos, organizaciones
en las universidades de Canadá) estaban más inclinados que fraternales y otras similares.
los estudiantes de economía a hacer ofertas de un solo lado 9
Para una investigación más extensa ver Dawes (1980)
en juegos de transacción con ultimatum. 10
Dado que cada persona contestó dos veces, las 534 op-
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Este procedimiento de asignación es descripto en una ciones no son estadísticamente independientes, y así el test
versión más larga, inédita del artículo de Carter y Irons más directo de significación estadística, el test del chisquare,
(1990). es inapropiado para la muestra como un todo. Para superar
5
La categoría “otras ciencias sociales” incluye psicología, este problema, realizamos un test chi-square en los partici-
sociología, ciencia política y antropología; “ciencias natura- pantes que hicieron la misma elección -cooperación o aban-
les ”incluye física, química, biología y geología; “humanida- dono- en ambos juegos. Hubo 207 de tales individuos (78
des” incluye filosofía, historia, inglés, lenguas extranjeras y por ciento de tal muestra). El patrón de resultados observa-

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dos en esta muestra restringida es esencialmente el mismo lo que restaba de nuestros resultados sólo en ese formato.
del observado para la muestra como un todo. 12
Ver, por ejemplo, los estudios citados en Gilligan
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Dado que los presupuestos convencionales en relación (1982).
a la distribución del error no son satisfechas en el caso de los 13
Con el permiso de los participantes, grabamos las con-
modelos lineales con variables dicotómicas dependientes, los versaciones de varios de los grupos ilimitados e invariable-
tests standadrd de significación de los cuadrados ordinarios mente cada persona prometió cooperar a su compañero.
no son válidos. En un apéndice pedido a los autores, repor- Tendría poco sentido, después de todo, prometer para luego
tamos los resultados de modelos basados en transformacio- desertar.
nes de prueba y lógicas. Los patrones de significación esta- 14
Una regresión similar a la que se ve en la tabla de arriba
dística mostrados por los coeficientes de estos modelos trans- confirma que este patrón continúa manteniéndose incluso
formados son los mismos que los del modelo de cuadrados cuando se controlan otros factores que puedan influir en los
ordinarios. Dado que los coeficientes del modelo de cuadra- índices de deserción.
dos oridnario son interpretados más fácilmente, reportamos

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