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MARTINEZ BRISEÑO CYNTHIA NOEMI

16 DE FEBRERO DE 2019
SISTEMA DEL COMPLEMENTO

El sistema del complemento actúa tanto a modo de alarma como de arma frente a la infección
(especialmente frente a la infección bacteriana). Este sistema es activado directamente por bacterias y
los productos bacterianos (ruta alternativa o de la properdina), por la unión de lectina a azúcares presentes
en la superficie de la célula bacteriana (proteína de unión de la manosa) o por complejos formados por
antígenos y anticuerpos (ruta clásica). Sea cual fuere la ruta, la activación del sistema del complemento
inicia una cascada de procesos proteolíticos que producen factores quimiotácticos con capacidad de
atracción de las células inflamatorias y fagocíticas al foco infeccioso; aumenta la permeabilidad vascular
(para permitir un fácil acceso al sitio de la infección); se unen al agente para facilitar su fagocitosis
(opsonización) y eliminación; y destruyen directamente al agente infeccioso. Las tres rutas de activación
del sistema del complemento tienen un punto de unión común, la activación del componente C3.
Historia
Ya antes del fin del siglo XIX Ehrlich había usado el término "complemento" para designar la actividad del
suero que podía complementar la capacidad de los anticuerpos específicos de lisar bacterias. Pero es
Jules Bordet quien descubre (1895) este componente, caracterizado frente a los anticuerpos por su
termolabilidad. En 1907 Ferrata comienza a caracterizar algunos de sus componentes recurriendo a
métodos de diálisis. Por motivos meramente cronológicos, los componentes iban recibiendo
denominaciones a base de números tras la letra "C" conforme se iban descubriendo. Por esta razón, su
orden de actuación no guarda en general relación con su nomenclatura.
Nomenclatura
En la ruta clásica (incluyendo el sistema de ataque a la membrana), los componentes son (según su orden
de actuación): C1q, C1r, C1s, C4, C2, C3, C5, C6, C7, C8 y C9.
Muchos de ellos son proenzimas (zimógenos) que requieren su rotura proteolítica para convertirse en
enzimas activas.
Las formas activas se distinguen de las inactivas por una barra horizontal superior encima del componente
implicado. Ej: C1r, C4b2b.
Las formas inactivas se denominan colocando una "i" delante del componente respectivo. Ej.: la forma
inactiva de C4b es iC4b.
Cuando un componente se escinde proteolíticamente en dos, el fragmento de mayor tamaño se designa
colocando tras la denominación del componente original una "b"; el fragmento de menor tamaño se
designa con una "a" tras el nombre del elemento original. Ej.: la rotura del C3 genera un fragmento grande,
denominado C3b y un fragmento pequeño, el C3a.
Por motivos históricos hay una excepción: el fragmento grande derivado de C2 se llama C2a, y el
fragmento pequeño, C2b.
En la ruta alternativa, los componentes se suelen llamar factores, y en muchos casos su nomenclatura es
a base de una letra mayúscula: factor B, factor D, factor H, factor P.
Definiciones y conceptos introductorios
Se define el complemento como un sistema funcional de unas 30 proteínas del suero, que interaccionan
entre sí de modo regulado formando una cascada enzimática, permitiendo una amplificación de la
respuesta humoral. La activación y fijación del complemento a microorganismos constituye un
importantísimo mecanismo efector del sistema inmune, facilitando la eliminación del antígeno y generando
una respuesta inflamatoria.

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La mayoría de los componentes del complemento se sintetizan en el hígado (excepto C1q, D y P). El C1q
lo sintetizan células epiteliales y el factor D el adipocito.
Existen varios receptores específicos para distintos componentes activados del complemento, y que se
localizan en distintas poblaciones de leucocitos.
Las consecuencias de la activación y fijación del complemento incluyen:
lisis del microorganismo o célula diana

opsonización, con la consiguiente mejora de la fagocitosis y destrucción

los productos difusibles del complemento activado provocan un incremento de la quimiotaxis sobre los
fagocitos y funcionan como anafilotoxinas en el control de la respuesta inflamatoria
amplificación de la respuesta humoral específica

eliminación de los inmunocomplejos

Hasta hace muy poco se hablaba de dos rutas de activación del complemento (la clásica y la alternativa),
pero recientemente se ha descubierto una tercera vía, denominada vía de las lectinas.
la ruta clásica conecta con el sistema inmune adaptativo por medio de su interacción con
inmunocomplejos.
La ruta alternativa conecta con el sistema de inmunidad natural o inespecífica, interaccionando
directamente con la superficie del microorganismo.
La ruta de las lectinas es una especie de variante de la ruta clásica, pero que se inicia sin necesidad
de anticuerpos, y por lo tanto pertenece al sistema de inmunidad natural.
Las tres rutas comparten las últimas fases, consistentes en el ensamblaje, sobre la superficie del
microorganismo, del denominado complejo de ataque a la membrana.

RUTA ALTERNATIVA
La ruta alternativa está activada directamente por las superficies de la célula bacteriana, por sus
componentes (p. ej., endotoxinas, polisacáridos microbianos) y también por otros factores. Al no depender
de los anticuerpos y no implicar la participación de los componentes más precoces del sistema del
complemento (Cl, C2 y C4), esta ruta puede activarse con anterioridad a la aparición de una respuesta
inmunitaria a la bacteria causante de la infección. La activación inicial de la ruta alternativa se encuentra
mediada por la unión de la properdina factor B a C3b y, a continuación, properdina factor D, que escinde
el factor B del complejo y se convierte en el fragmento activo Bb que permanece unido a C3b (unidad de
activación). El componente C3b se fija a la superficie celular y ancla el complejo. De este complejo se
separa el componente inactivo Ba, lo que ocasiona la escisión y activación de numerosas moléculas de
C3 (amplificación). A continuación, la cascada del complemento continúa de un modo análogo al de la
ruta clásica.

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RUTA CLÁSICA
La cascada clásica del complemento se inicia por la unión a la porción Fe del anticuerpo que se une a
antígenos de superficie celular o en un complejo inmunitario con antígenos solubles. La agregación de
anticuerpos (IgG o IgM, no IgA ni IgE) modifica la estructura de la cadena pesada y permite la unión al
complemento. El primer componente del complemento, denominado Cl, se compone de un complejo de
tres proteínas distintas conocidas como Clq, ClryCls. Una molécula de Clq o Cls junto a dos moléculas de
Clr forman el llamado complejo Cl o unidad de reconocimiento. Clq facilita la unión de la unidad de
reconocimiento a los complejos antígeno-anticuerpo presentes en la superficie celular. La activación de
la cascada clásica del complemento requiere la unión de Clq a dos anticuerpos IgG (en sus regiones Fe).
Por el contrario, una molécula pentamérica de IgM unida a la superficie celular puede interaccionar con
Clq e iniciar la activación de la ruta clásica. La unión de Clq activa a Clr (conocido actualmente como Clr*)
y, a su vez, a Cls (Cls*). A continuación, Cls* escinde C4 en C4a y C4b, así como a C2 en C2 a y C2b.
La capacidad de una sola unidad de reconocimiento para escindir numerosas moléculas de C2 y C4
constituye un mecanismo de amplificación de la cascada del complemento. La unión de C4b y C2a
produce C4b2a, conocido como convertasa C3. Este complejo se une a la membrana celular y escinde a
C3 en los fragmentos C3a y C3b. La proteína C3b posee un único enlace tioéster que se une de forma
covalente con C3b de la superficie celular o bien es hidrolizado. La convertasa C3 amplifica la respuesta
escindiendo numerosas moléculas de C3. La interacción de C3b con el C4b2a unido a la membrana
celular produce la molécula C4b3b2a, la cual se conoce como convertasa C5. Esta unidad de activación
escinde la molécula C5 en los fragmentos C5a y C5b, y constituye, asimismo, otro paso de amplificación
de la cascada.

RUTA DE LA LECTINA
La ruta de la lectina constituye también un mecanismo de defensa bacteriano y micótico. La proteína de
unión de la mañosa (denominada anteriormente RaRF) es una gran proteína sérica que se une a la
fucosa, glucosamina y mañosa no reducida de las superficies bacterianas y de otras células. La proteína
de unión de la mañosa se asemeja al componente Clq (al que reemplaza), y al fijarse en las superficies
bacterianas activa la escisión de la serina-proteasa asociada a ella. A continuación, la serina-proteasa
asociada a la proteína de unión de la mañosa escinde los componentes C4 y C2 y produce convertasa
C3, la cual representa el punto de confluencia de la cascada del complemento.

ACTIVIDADES BIOLÓGICAS DE LOS COMPONENTES DEL COMPLEMENTO


La escisión de los componentes C3 y C5 genera unos importantes factores que facilitan la eliminación
del agente infeccioso y favorecen el acceso al foco de infección al atraer a las células mediadoras de las
reacciones inflamatorias de tipo protector. El componente C3b es una opsonina que favorece la
eliminación de las bacterias al unirse directamente a la membrana celular para hacer la célula más
atractiva para células fagocíticas como los neutrófilos y los macrófagos, los cuales poseen receptores
para el componente C3b. Posteriormente, C3b es degradado en mayor medida para producir C3d, una
molécula activadora de los linfocitos B. Los fragmentos del complemento C3a y C3b actúan como potentes
anafílotoxinas que estimulan en los mastocitos la liberación de histamina, sustancia que a su vez favorece
la permeabilidad vascular y la contracción del músculo liso. C3a y C3b actúan también como sustancias
atrayentes (factores quimiotácticos) de neutrófilos y macrófagos. Estas células expresan receptores para
C3b, son fagocíticas y favorecen las reacciones inflamatorias.

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COMPLEJO DE ATAQUE DE MEMBRANA


El estadio terminal de la ruta clásica del complemento implica la creación del denominado complejo de
ataque de membrana, también conocido como unidad lítica (figura 12-9). Las cinco proteínas terminales
del complemento (C5-C9) se asocian formando un complejo de ataque de membrana en las membranas
de las células diana con el fin de dañarlas. El comienzo del ensamblaje del complejo de ataque de
membrana comienza con la escisión de C5 en los fragmentos C5a y C5b. Se forma entonces un complejo
(C5b,6,7,8)] (C9)n que perfora la membrana y ocasiona una lisis celular por hipotonía. El componente C9
es semejante a la perforina producida por los linfocitos T citolíticos y los linfocitos NK.

REGULACIÓN DE LA ACTIVACIÓN DEL COMPLEMENTO


Los seres humanos poseen varios mecanismos para impedir que la generación de convertasa C3 proteja
frente a una activación inadecuada del complemento. Entre estos mecanismos destacan los siguientes:
inhibidor del Cl, proteína de fijación C4, factor H, factor I y las proteínas de superficie celular, el llamado
factor acelerador de la degradación (DAF), y la proteína cofactora de membrana. Asimismo, la molécula
CD59 (protectina) impide la formación del complejo de ataque de membrana. La mayoría de los agentes
infecciosos carece de estos mecanismos de protección y son, por tanto, vulnerables a la acción del
sistema del complemento. La existencia de una deficiencia genética en estos sistemas de protección
puede ocasionar la aparición de enfermedad.

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Bibliografía:
 Patrick R. Murray, PhD., Ken S. Rosenthal, PhD., George S. Kobayashi, PhD., Michael A. Pallar, MD. (2009).
"MICROBIOLOGÍA MÉDICA"., 6tª Edición., Ed. ELSEVIER. Barcelona España.
 Pareja Enrique Iáñez (1999) “El sistema del complemento”. Departamento de Microbiología Universidad de Granada,
España. Recuperado el día 16 de febrero en https://www.ugr.es/~eianez/inmuno/cap_16.htm

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