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MATERIA: DERECHO

ADMINISTRATIVO

ACTIVIDAD 9: DISCRECIONALIDAD
Y COACCION ADMINISTRATIVA

MAESTRO: JOSE ALBERTO GARCIA


GARZA

NOMBRE: RICARDO TAMEZ


BARBOSA

FECHA: 04-08-2018

MONTERREY NL
Discrecionalidad/administrativa

Los reglamentos administrativos del estado tienen una regulación normativa


estricta. Sin embargo, hay una excepción a esta norma general: la
discrecionalidad administrativa. La idea básica de este concepto consiste en
otorgar cierta libertad interpretativa en algunas circunstancias. La ley no siempre
impone una actuación concreta, sino que contempla la posibilidad de que un
responsable pueda hacer su propia valoración. Dicho con otras palabras, se trata
de un cierto margen para tomar decisiones en función de la situación.

En el ámbito del derecho, los jueces tienen la facultad de aplicar la prisión


preventiva en algunas situaciones, una circunstancia que se realiza
discrecionalmente. Como es lógico, la discrecionalidad de este tipo de medida es
bastante polémica y los juristas debaten sobre ello, pues se corre el riesgo de
cometer una injusticia o un abuso de autoridad.

INTRODUCCION

En el resumen que leeremos a continuación conoceremos más de la Coacción


Administrativa y el Dominio Publico los cuales son conceptos muy importantes en
el Derecho Administrativo.

En cuanto a la coacción administrativa veremos como actúa la administración en


distintos hechos, que proceder debe de llevar, como actuar ya sea por ejecución
forzosa o coacción directa, que mas adelante conoceremos estos conceptos.

El autor del derecho administrativo Garrido Falla define el Dominio


Público como “el derecho de propiedad que el Estado tiene sobre determinados
bienes, en cuanto sometidos a un régimen jurídico exorbitante del derecho
privado”.

El uso de los bienes demaniales puede hacerse por la propia Administración o por
particulares. En todo caso, este uso ha de ser conforme o, al menos, compatible,
con la finalidad que constituye su afectación al uso o al servicio público.

De este modo, existen bienes de dominio público que son de utilización exclusiva
de la Administración, como es el caso de las dependencias administrativas y de
los bienes que la integran. Pero también existen bienes de dominio público que
son usados por los particulares. De las diferentes modalidades de este uso o
aprovechamiento por particulares tratará el presente tema.
LA COACCIÓN ADMINISTRATIVA

Esto se refiere al hecho de que la Administración no tenga que recurrir al auxilio


judicial para ejecutar sus actos (tiene una posición privilegiada). A esto se le suma
la PROTECCIÓN POSESORIA, cualquier alteración de la posesoria de hecho
obtenida por un sujeto a costa de otro y en contra de su voluntad, que no sea el
recurso a un juez, es sin mas condenable en el plano civil a través de la figura de
los interdictos.

La coacción administrativa también es llamada ACCIÓN DIRECTA. La coacción


se va a aplicar en dos supuestos (ambos son un ejercicio lícito de la coacción):

1. Ejecución forzosa de los actos administrativos.

2. Incidir directamente en una situación de hecho para modificar son la


existencia de un acto administrativo previo (coacción directa).

1. LA EJECUCIÓN FORZOSA

La ejecución forzosa consiste en llevar a su aplicación práctica la declaración que


el acto contiene a pesar de la resistencia activa o pasiva de la persona obligada a
su cumplimiento. No todos los actos son susceptibles de ejecución forzosa:

o Los actos que obligan a la propia Administración que dictó el acto.

o Los actos cuyos efectos jurídicos se consuman con su contenido puramente


declarativo (solo se ejecutan aquellos actos que imponen obligaciones).

o Los actos que imponen obligaciones personalísimas de hacer, lo que suele


ocurrir es que esa obligación se transforma en una obligación sustitutoria de
daños y perjuicios a la Administración, y esta si que se puede ejecutar
forzosamente.

Para que haya ejecución forzosa, es necesario que el acto tenga un contenido
concreto y determinado, que no precise una interpretación posterior, a esto se le
llama la necesidad de un TÍTULO EJECUTIVO para proceder a la ejecución
forzosa La ejecución forzosa está en línea directa de continuación con el acto
(esto no supone una obligación nueva), la ejecución forzosa no puede ir más allá
del contenido del acto, aunque esto en la práctica no sucede. Esta definición se ha
empleado para diferenciar entre ejecución forzosa y sanción de incumplimiento
(ésta si que impone una nueva obligación).
La ejecución forzosa será posible si está pendiente la validez del acto. La doctrina
ha distinguido en el PROCEDIMIENTO DECLARATIVO (el que tiende a la
producción de un acto) y PROCEDIMIENTO EJECUTIVO (el que tiende a la
producción de una ejecución forzosa).

También se incluye la necesidad de APERCIBIMIENTO, aviso al particular que si


no cumple se la va a ejecutar forzosamente, y NOTIFICACIÓN del inicio del
proceso de ejecución forzosa. El procedimiento ejecutivo se puede iniciar tanto de
oficio (lo habitual) como a instancias de parte.

Los medios de ejecución forzosa son 4:

1- Apremio sobre el patrimonio.


2- Ejecución subsidiaria.
3- Multa coercitiva.
4- Compulsión sobre las personas.

La Administración no puede elegir el medio para ejecutar, pues está sometida al


principio de proporcionalidad y al de menor restricción posible. Además existe una
tercera restricción, pues no todos los actos se pueden ejecuta forzosamente de la
misma forma, las OBLIGACIONES PECUNIARIAS van a admitir el apremio sobre
el patrimonio y la multa coercitiva, mientras que las OBLIGACIONES
PERSONALES DE NO HACER van a admitir la compulsión sobre las personas y
la multa coercitiva (la obligación personal de hacer no es susceptible de ejecución
forzosa).

1.1 EL APREMIO SOBRE EL PATRIMONIO

Es el medio de ejecución forzosa más habitual, se aplica al cobro de cantidades


líquidas a cuyo pago obliga el acto administrativo.

Cuando la Administración pretende hacer un apremio sobre el patrimonio:

o Certificado de descubierto: es el título ejecutivo en los supuestos de apremio


sobre el patrimonio

o Providencia del apremio: que produce dos efectos:

 Surge el llamado recargo de apremio (20% de la deuda original).

 Surgen los intereses de demora.


o Embargo de los bienes: la Administración no puede embargar lo que quiera,
existe un sistema de prelación de embargos de bienes). Hay bienes
inembargables como el salario mínimo interprofesional, los bienes necesarios
para ejercer una profesión, ni ropa, ni muebles. Si la Administración tiene que
entrar en un domicilio, necesidad de una autorización judicial. Lo embargado
que no sea dinero líquido, se subasta, y lo que sobre después de cubrir la
deuda se devuelve al propietario.

1.2 LA EJECUCIÓN SUBSIDIARIA

Acontece en una obligación de hacer no personal. La Administración realiza por si


o por un tercero el contenido del acto a costa del obligado. La opinión del obligado
no influye en la realización por parte de la Administración o de un tercero (un
ejemplo típico de ejecución subsidiaria es una demolición forzosa).

Además, no tiene que esperar al final de la acción para liquidar los gastos de la
misma. Si el obligado no paga los gastos, la Administración entonces acudirá al
apremio sobre el patrimonio.

1.3 LA MULTA COERCITIVA

Es el intento de vencer la resistencia del obligado mediante la imposición de


multas sucesivas. Plantea muchos problemas porque está entre la ejecución
forzosa y las sanciones:

1. No es un medio de ejecución forzosa, porque no supone la realización


material del contenido de un acto administrativo.

2. No es una sanción porque carece de la finalidad preventiva que acompaña a


las sanciones (además de la finalidad represiva).

1.4 LA COMPULSIÓN SOBRE LAS PERSONAS

Es el empleo de la fuerza física hacia las personas, eliminando su libertad, aunque


ésta debe realizarse con respecto a los derechos constitucionales. Es necesaria
una habilitación normativa para que la Administración pueda utilizarla. La
compulsión sobre las personas solo cabe en obligaciones personales de no hacer,
u obligaciones de soportar (por ejemplo no pasar a un lugar que no debes o un
desahucio).

2- LA COACCIÓN DIRECTA
Es supuesto específico de coacción administrativa lanzada inmediatamente sobre
una situación de hecho contraria al orden sin que exista un acto administrativo
previo.

La coacción directa no significa que pueda utilizarse la fuerza sin ningún motivo,
esta coacción tiene que estar siempre encaminada bien a restablecer el orden o
bien a defender la situación de personas o bienes. Requiere una decisión previa,
una ORDEN EXPRESA DE UTILIZACIÓN DE LA FUERZA, tomado normalmente
de forma verbal y encomendada habitualmente a autoridades ejecutivas.

La coacción directa carece de una regulación general (a diferencia de la ejecución


forzosa) y por tanto su regulación hay que buscarla en concretas normas
sectoriales. Otto Mayer determinó los supuestos en los que puede existir coacción
directa:

 La autodefensa administrativa.

 El impedimento de hechos delictivos.

 Medidas en estado de necesidad.

2.1 LA AUTODEFENSA ADMINISTRATIVA

La Administración puede rechazar con medidas coactivas las perturbaciones que


se dirigen contra su órgano o el funcionamiento regular de los servicios públicos,
aunque tales perturbaciones no supongan un peligro público.

Dentro de la autodefensa administrativa destaca la llamada AUTODEFENSA


POSESORIA, que supone que cuando la Administración ve perturbado su derecho
de posesión no necesita poner un interdicto, sino que por sus propios medios
coactivos puede rechazar la perturbación o tomar la posesión (interdicto propio).

2.2 IMPEDIMENTO DE HECHOS DELICTIVOS O DE INFRACCIÓN DEL


ORDEN PÚBLICO

La Administración actúa en defensa del orden general. En nuestro país esta


misión siempre la tiene encomendada la Policía (aunque cuando esta actúa no
siempre lo hace por coacción directa, a veces hay ejecución forzosa debido a que
el Juez así se lo ha indicado), esa coacción directa de la Policía solo se justifica
cuando existe un riesgo para orden general.

2.3 MEDIDAS EN ESTADOS DE NECESIDAD


Las medidas de necesidad se refieren a catástrofes, desórdenes...etc

En las medidas en estados de necesidad, las autoridades administrativas pueden


adoptar medidas de intervención, bien sobre las personas, bien sobre las cosas.

2.4 LAS COACCIONES ILEGÍTIMAS (VÍAS DE HECHO)

Toda coacción administrativa que vaya más allá de los límites de la ejecución
forzosa o de la coacción directa es ilegítima y la Administración constituirá una vía
de hecho, es decir, un abuso de la prepotencia de hecho por parte de la
Administración y al margen del derecho. El efecto fundamental es que la situación
privilegiada de la Administración la pierde y se convierte en la de un sujeto jurídico
privado.

Los supuestos de vías de hecho están resumidos en tan solo dos:

o La inexistencia o irregularidad sustancial del acto de cobertura de la actuación


administrativa (por ejemplo el artículo 135 de la Ley de Expropiación Forzosa).

o Una irregularidad o exceso en la propia actividad de ejecución.

Los interdictos protegen una situación de hecho, los jueces no van a entrar a
valorar a quien corresponde el derecho de posesión. El juez tendrá que realizar
una previa valoración jurídica sucinta porque los interdictos sólo se admiten
cuando la Administración actúa por vía de hecho. El interdicto es una acción civil,
el deber de reclamación previa desparece en estos casos.

DOMINIO PÚBLICO
Concepto

Los bienes de dominio público (también denominados bienes demaniales o, en


conjunto, demanio), son aquellos de titularidad pública, afectados al uso general o
al servicio público, y los expresamente declarados por la Constitución ( la zona
marítimo-terrestre, las playas, el mar territorial y los recursos naturales de la zona
económica y la plataforma continental) o una ley, así como siempre los inmuebles
sede de servicios, o dependencias de los Órganos constitucionales o de la
Administración Pública. El régimen jurídico de estos bienes se inspira en los
principios de inalienabilidad (el dominio público no se puede vender),
imprescriptibilidad (no puede obtenerse su propiedad mediante la usucapión) e
inembargabilidad (no puede ser embargable): las llamadas 3 notas demaniales.
Estas 3 notas desaparecen con la técnica de la desafectación, por la que un bien
de dominio público por afectación deja de ser de demanial para convertirse en un
bien patrimonial (que aún siendo de titularidad pública, supletoriamente por el
Derecho Privado, pudiendo ser enajenable, embargable, etc).

Los bienes de que disponen las Administraciones, lo mismo que sus medios
personales o de cualquier otro tipo, sirven a la satisfacción de los fines públicos
que aquélla tiene asignados.

Categorías de bienes comunales y del Patrimonio Nacional.

Uso común general

La utilización colectiva, o uso común, es la que tiene lugar por el público en


general y, por tanto, indiscriminadamente, en forma anónima, sin necesidad de
título alguno. Es el que puede ser ejercitado por cualquier administrado, sin que
requiera una cualificación especial.

Uso común especial

Los principios de libertad, gratuidad e igualdad característicos del uso común


general no son siempre fáciles de garantizar, de ahí que en ocasiones deban ser
restringidos, tal y como sucede en los supuestos de usos comunes especiales. El
uso especial es también un uso común que, sin desnaturalizar ni impedir el uso
general del dominio público por cualquiera, supone, sin embargo, que un
interesado utiliza o aprovecha más que otros determinado bien de dominio público,
como consecuencia de su especial relación o localización respecto al mismo.

Uso privativo

La utilización privativa sobre bienes primariamente afectados al uso general se


caracteriza por ser una derogación al principio de igualdad en favor de un
particular. El uso privativo debe ser entendido como el conjunto de facultades de
goce que, sobre una dependencia demanial, posee un particular o una
Administración distinta de la propietaria del bien.

El autor clásico de derecho administrativo Héctor Escola (Compendio de Derecho


Administrativo, Volumen II, Ediciones Depalma, Buenos Aires, 1990, pp. 971-
1019) nos indica que... “El dominio público presenta dos caracteres típicos de
los cuáles uno es resultado del otro: su inalienabilidad y su
imprescriptibilidad de los que se derivan importantes consecuencias.
Aparecen a mediados del siglo XlX juntamente con la diferenciación entre el
dominio público y el dominio privado, primero como una regla no escrita, de
raigambre jurisprudencial y consuetudinaria y luego como una norma
impuesta por la mayoría de las legislaciones que tratan la cuestión...”
Es una realidad que el Dominio Público coexiste con la propiedad privada, como
parte de la vida económica de la colectividad y del país en general, aún cuando los
conceptos evolucionen en el contexto histórico de la Humanidad la correlación
permanece, manteniéndose también la inalienabilidad y la imprescriptibilidad del
Dominio Público pues son su esencia y rasgos de distinción en relación con el
Dominio Privado del Estado y del dominio privado de los particulares.
Estas dos características del Dominio Público le permiten al Estado en sus
relaciones con los particulares protegerse y mantener incólumes sus bienes de
Dominio Público. La consolidación del Dominio Público en su carácter de
institución jurídica normativamente regulada, permite la especificación de su
composición, formación y utilización de las cosas públicas pero además prevé
todo lo necesario para la protección de ese conjunto de bienes, contra hechos o
actos ilegítimos o dañosos, procedentes de los particulares o administrados, o
incluso contra aquellos actos dañosos que se originen en el propio Estado.

Como sabemos, los bienes de dominio público se encuentren afectos a un fin


público, al uso o al servicio público. Ello implica que se protejan de una manera
especial, en garantía del fin al que se destinan.

La garantía especial de que hablamos, y que aparece ampliamente regulada,


incluso a nivel constitucional, se reconduce a la idea de la INCOMERCIABILIDAD
de los bienes de dominio público mientras tengan este carácter, es decir, mientras
se encuentren afectados al servicio o uso público.

Es tradicional, por tanto, tanto en la doctrina como en la jurisprudencia y a nivel


legal que los bienes de dominio público se encuentren “fuera del comercio de los
hombres”, en términos técnicos son bienes EXTRA COMMERCIUM.

Esta característica fundamental de los bienes que integran el dominio público,


admite diversas modalidades o manifestaciones:

-Inalienabilidad.

-Imprescriptibilidad.
-Inembargabilidad.

Todas estas manifestaciones del principio de incomerciabilidad son principios y


exigencias constitucionales y, por ello, han de inspirar, necesariamente, la
regulación jurídica del dominio público.

CONCLUSION

De acuerdo a lo visto en el resumen de la coacción administrativa vimos como


opera la administración de acuerdo a lo permitido por la ley, de cómo se debe
actuar ante cierta situación ya sea con la ejecución forzosa o la coacción directa,
así la administración no tenga que acudir al auxilio judicial para realizar sus actos.

El Dominio público es una parte muy importante dentro del derecho administrativo,
ya que dentro de él se encuentra establecidos los límites que pertenecen al estado
y los derechos que tenemos sobre esos bienes.

Los bienes del estado se dice que tienen inalienabilidad (el dominio público no se
puede vender), imprescriptibilidad (no puede obtenerse su propiedad mediante la
usucapión) e inembargabilidad (no puede ser embargable).

Vemos así como los bienes del estado tienen sus límites y cuando y como
podemos tener acceso a ellos ya sea en uso común general, uso común especial
y uso privativo.

Bibliografía

https://www.definicionabc.com/wp-content/uploads/2015/04/Discrecionalidad-
justicia.jpg

Derecho administrativo 1 y 2 curso; Raphael I Martinez Morales

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