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Hepatitis D

La hepatitis tipo (virus de la hepatitis delta) es una de las formas más graves de hepatitis
viral.
Hay aproximadamente entre 10 y 15 millones de personas afectadas a nivel global y su
prevalencia se presenta en varias partes del mundo. Este tipo de infección solo se presenta
en personas que ya tienen con anterioridad hepatitis B, el 5% de los pacientes con hepatitis
B presentan también la hepatitis D.
Si este tipo de hepatitis persiste por más de 6 meses se le llama hepatitis crónica delta.
Puede ser transmitido por abusar de las drogas intravenosas, a través del contacto con la
sangre u otros líquidos corporales de una persona infectada.
El virus de la hepatitis D rara vez se transmite de madre a hijo durante el parto.
Tanto en caso de superinfección como en coinfección VHB-VHD, la hepatitis aguda aparece
tras un periodo de incubación de entre 30 y 180 días.
Síntomas
El paciente puede presentar cansancio, pérdida de apetito, fiebre (no más de 38 ºC
habitualmente), dolor de cabeza y en ocasiones náuseas, vómitos e ictericia (pigmentación
amarilla de la piel). En otras ocasiones la infección aguda puede pasar desapercibida porque
el paciente apenas presenta síntomas.
En el caso de agravamiento de la enfermedad o sobreinfección el paciente puede
evolucionar hacia la cronicidad. La situación más grave es que se presente un fallo hepático,
el paciente puede experimentar alteraciones al nivel de la conciencia, ictericia, ascitis, entre
otras complicaciones infecciosas
Diagnostico
• La infección por el VHD se diagnostica por la presencia de títulos elevados de
inmunoglobulinas G y M anti-VHD, y se confirma por la detección de RNA del virus
en el suero.
• Las pruebas para diagnosticar el virus de hepatitis D (VHD) son reducidas, entre ellas
está la biopsia del hígado, examen de sangre. Las pruebas para detectar el RNA de
este virus también se utilizan para evaluar la respuesta del tratamiento antivírico.
• El HBsAg (antígeno de la superficie de la hepatitis B) es útil para determinar la
respuesta al tratamiento en caso de que no se disponga de pruebas para cuantificar
el RNA del VHB.
Tratamiento
El único tratamiento aprobado para la hepatitis delta es el interferón pegilado alfa, aunque
muy rara vez es capaz de erradicar la infección y es frecuente que aparezcan recaídas al
suspender el tratamiento. Sin embargo, la lesión hepática puede mejorar y favorecer una
mejor evolución de la enfermedad. Durante el tratamiento pueden aparecer efectos
secundarios bien conocidos como un cuadro gripal, alteración del estado de ánimo,
disminución del número de leucocitos y plaquetas, insomnio, dolores musculares, etc.
Las personas con una infección aguda por el VHD a menudo mejoran en un período de 2 a
3 semanas. Los niveles de las enzimas hepáticas regresan a la normalidad al cabo de 16
semanas.
En abril de 2018, se presentó en el Congreso de la EASL en París, un resumen del desarrollo
clínico del tratamiento con Myrcludex B, el cual es un inhibidor de la entrada del virus en la
célula hepática.

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