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INDICE

INTRODUCCIÓN ...............................................................................................................1
AGRADECIMIENTO .........................................................................................................3
DEDICATORIA ..................................................................................................................4
1.- JURISTAS ....................................................................................................................5
1.1 Definición................................................................................................................5
2.2 Función Social .......................................................................................................6
2.- DIFERENCIA ENTRE EL JURISTA Y EL ABOGADO ............................................ 10
No todo abogado puede ser llamado jurista .......................................................... 10
3.- OFICIO DEL JURISTA COMO SABER PRUDENTE ............................................... 11
3.1 Importancia del jurista ........................................................................................ 13
4.- CONCLUSIÓN ........................................................................................................... 14
ANEXOS .......................................................................................................................... 16
BIBLIOGRAFÍA ............................................................................................................... 18

INTRODUCCIÓN
Se abren muchas interrogantes sobre el tema de la ética ante las situaciones y
retos que plantea la complicada realidad contemporánea, de sociedades que se
caracterizan por la pobreza y la injusticia social frente al derroche de recursos,
la intolerancia y la violencia, la polarización social y la existencia de intereses
económicos y de poder, la manipulación del ciudadano por grupos de intereses
políticos y los medios masivos de comunicación y otros factores. Las realidades
de hoy se alzan como barreras que presentan una sombra de duda e
incertidumbre sobre el futuro.

Ante esta situación, los esfuerzos mancomunados de diferentes fuerzas sociales


constructivas necesitan de una coherencia de paradigmas y una acción
multilateral que orienten el cambio necesario en las direcciones más sensatas y
beneficiosas para toda la sociedad.

Como inicio de este tema, intentemos efectuar una clasificación de los juristas.
En Latinoamérica sólo se utiliza el término para hacer referencia a los expertos
del derecho, en cualquiera de sus ramas, que han logrado alcanzar un alto nivel
de desarrollo teórico. El término consiste entonces más bien en una distinción,
en un reconocimiento y, en cuanto tal, nadie se llama a sí mismo jurista, sino que
la comunidad jurídica en su conjunto reconoce a ese alguien como "jurista".
AGRADECIMIENTO

Agradecer a Dios por habernos permitido llegar a este punto de nuestros


estudios y darnos salud para lograr nuestros objetivos. Además de nuestra
infinita bondad y amor.
DEDICATORIA

Dedicado a nuestros padres por apoyarnos en cada paso que damos en nuestra
vida, por sus consejos y motivaciones para salir adelante. Por ejemplo, de
perseverancia y constancia que los caracterizan y que nos han dedicado.
1.- JURISTAS

1.1 Definición

El jurista es aquella persona que con su profesión está relacionada con el


derecho y La ley, tiene una tipología de personas rectas, honesta, sinceras y
responsables ya que para sus obligaciones legales son requeridas y exigidas
antes la ley, debe ser personas humanistas que van de la mano actuando
como coadyuvantes de la justicia luchando en la defensa del cumplimiento de la
ley, gozando de libertad y carácter como firmeza en defender las causas justas,
con vocación de ética profesional moral y estudios extensos de las leyes para
defenderlas y hacerlas valer justamente.

El término jurista engloba una cantidad variada de profesionales de la ley como


los secretarios judiciales, jueces, fiscales, abogados, notarios públicos,
registradores, defensores públicos entre muchos que ejerce algún cargo de ley,
siendo un reconocimiento entre la comunidad jurídica como jurista por su
conocimiento y su nivel alcanzado en el desarrollo teórico de la ley; como es la
habilidad y la capacidad de dominar el Derecho y entender el lenguaje
jurídico con sus terminología técnicas y sus expresiones legales, llevándolos a
encontrar las normas y como se debe manejar los casos, que los lleva a conocer
cómo se deben agrupar por expediente y el grado de estos, son expertos en
pasearse con una fluidez por las diferentes ramas del Derecho como del sistema
judicial.

Los juristas son capaces de emitir juicios habiendo asimilado la interrelación de


los casos litigados llegando a acuerdos simples, con datos posibles para
fundamentar mejores opciones entre las partes afectadas, siendo estos muy
hábil en el razonamiento de los elementos expuestos, cosa que se gana con la
práctica diaria de sus funciones llegando a tener un manejo de memoria de los
códigos y preceptos de ley. Siendo esta carrera de la práctica, discusiones y
elaboración de soluciones alternativas para los casos entre el conocimiento
teórico y práctico del trabajo diario.
2.2 Función Social

El jurista utiliza unas normas que son producto de la voluntad popular. El


Derecho nace del pueblo y existe para el pueblo. Por ello, el Derecho “debe ser”
la normativización jurídica de los intereses de los grupos de la sociedad,
mediante la adopción del criterio mayoritario sin menosprecio de los intereses
minoritarios. En definitiva, el Derecho “material” es una realidad ajena a la
creatividad del jurista.

Pero, el Derecho “formal”, es decir, la presentación formal del Derecho, sí es


producto de la actividad del jurista (aunque no exclusivamente). Y lo mismo
ocurre con la actividad reglamentaria de la Admón. del Estado. Sus normas no
emanan de la voluntad personal, sino de la necesidad funcional de la propia
Admón. estatal. Además, dichas normas “menores” también emanan, por
asimilación, de la voluntad popular, ya que están inspiradas por la “ideología” del
partido gobernante (a su vez, reflejo de la voluntad social).

El Derecho “material” es una realidad social. En la función social del jurista se


dan dos magnitudes variables y una relación constante.

El Derecho es una realidad social, porque va dirigida a una colectividad humana.


El valor rector del Derecho, la “justicia”, es una elaboración racional. La
aplicación del Derecho se realiza por los “funcionarios”, que tienen la posibilidad
de aplicar “criterios” coactivos (sanciones). En cuanto a la función social del
jurista, conviene aclarar conceptos:

El término “función” conecta dos magnitudes o realidades variables pero


relacionadas: jurista y comunidad humana.

El “jurista” tiene su razón de ser en dedicarse a satisfacer las exigencias y


necesidades de la sociedad, utilizando para ello el Derecho, que no depende de
su voluntad, y que permite a miembros de la sociedad tener expectativas ciertas
de comportamientos (exigibles, respecto de las demás personas físicas o
jurídicas).

Así, el Derecho es una realidad “imprescindible” que permite la interrelación con


ciertas garantías de seguridad.
El jurista debe entender el mundo del Derecho desde una perspectiva
integradora.

El ámbito social de lo jurídico donde se profesionaliza el jurista utiliza


básicamente las normas. Sin embargo, lo jurídico no se agota en ellas, sino que
hay otras instituciones, igualmente enraizadas en la sociedad, que las
complementan. Así, la sociedad puede otorgar cierta vigencia a otros modos de
comportamiento con consistencia de obligatorias: determinadas costumbres,
especialmente las llamadas praeter legem, o “en ausencia de ley”. El Cc otorga
a la costumbre validez como fuente del ordenamiento jurídico español, siempre
que no exista ley aplicable al caso, no sea contraria a la moral o al orden público
y, además, se pruebe su existencia; es decir, la aceptación social de tal
costumbre con la convicción absoluta de que ello genera obligaciones y derechos
correspectivamente (opinio iuris).

DERECHO CONSUETUDINARIO

En este sentido, la función social del jurista comprende investigar las razones
socio-económicas de una concreta forma de actuar, así como las
argumentaciones para generar la convicción social de su exigibilidad (vemos,
por tanto, que su función no se limita a las normas jurídicas, sino que tiene que
tener también en cuenta otras instituciones sociales, como la costumbre).
Asimismo, comprenderá la voluntad intersubjetiva como generadora de
derechos y obligaciones (art. 1.091 Cc), ya que todo miembro de una sociedad
puede obligarse a otro, originando un Derecho inter partes. Para el jurista, este
DERECHO INTERSUBJETIVO tiene la misma entidad jurídica que el integrado
en un Código o Constitución.

En conclusión, la perspectiva integradora significa que el jurista debe concebir


lo jurídico como un todo complejo donde se conectan las normas, los
comportamientos uniformes y exigibles, los hechos jurídicos, las instituciones
sociales ya legalizadas y otras con pretensión de serlo, así como la
concordancia de todas estas realidades con un sentido popularmente
compartido de justeza.

Función social práctica de aseguramiento. “La ignorancia de las leyes no


excusa de su cumplimiento”.
La función social del jurista, en su aspecto práctico, se orienta a procurar que,
mediante la adecuada utilización del Derecho, la convivencia entre los hombres
se perturbe lo menos posible, así como a que las estructuras morales que una
sociedad tiene asumidas con pretensiones de vigencia gocen de máxima
estabilidad. Este tipo de seguridad no puede verse alterado por ignorancia de
las normas. Las personas persiguen que el jurista les proporcione esa certeza
de actuar activa o pasivamente según la ley, y evitar el racional temor surgido
cuando, pese a la buena fe, se desconocen los mecanismos adecuados. El
jurista, por tanto, colabora en la reconstrucción diaria y casuística del Derecho
(el abogado, el registrador), con la cual satisface una exigencia o necesidad
concreta de un miembro de la sociedad. En eso consiste su “función” social de
seguridad.

Función social práctica de resarcimiento y función social práctica de


cooperación y tutela. “Del cumplimiento de las obligaciones responde el deudor
con todos sus bienes presentes y futuros”… “El que por acción u omisión causa
daño a otro, interviniendo culpa o negligencia, está obligado a reparar el mal
causado”… “Toda persona responsable criminalmente de un delito o falta lo es
también civilmente”.

resarcimiento y la función social práctica de cooperación y tutela, ya que es un


fiel ejecutor del sistema legal vigente que una sociedad determinada ha querido
darse para sí.

La función social de resarcimiento: cuando una obligación no se cumple o


cuando se causan daños dolosamente a otras personas, se produce un
desequilibrio social que tiene los siguientes efectos:

destrucción de la paz existencial del perjudicado (Ulpiano ya introdujo en sus


tria iuris preacepta el principio fundamental de “no dañar a nadie” = alterum non
laedere).

lesión al ordenamiento jurídico.

Es el jurista el que debe desarrollar esta función de resarcimiento o de


pacificación social, para que el Derecho sea eficaz y permanezca legitimado.
Para ello debe:
Localizar las normas aplicables al caso concreto.

Interpretar la norma aplicable según la hermenéutica legal del Capítulo II del


Título preliminar del Cc hasta construir un cuerpo conceptual defendible
jurídicamente y, a ser posible, complementado con la argumentación
jurisprudencial.

Resolver ateniéndose al sistema de fuentes establecido y hacer ejecutar lo


juzgado.

La función social de colaboración: ejercida por aquellos juristas que asisten y/o
representan a las partes, ya que son personas que cooperan con la Admón. de
Justicia, siendo sus funciones las de defender y representar a los justiciables
en los procesos judiciales. La tutela jurídica de las personas es un derecho
fundamental (art. 24 CE). Asimismo, debe darse la defensa de la legalidad
vigente, del interés público y la vigilante tutela para la independencia de los
Tribunales, funciones todas ellas propias de los juristas pertenecientes al MF,
al que la LOPJ (art.435) califica como institución cooperadora de la Admón. de
Justicia.

La función social de control de la legalidad: corresponde también al jurista en


cuanto inserto en el TC.

Éste último tiene importantes competencias: tutelar la constitucionalidad de las


Leyes, la de otras disposiciones normativas y de los actos con fuerza de Ley;
proteger, mediante el recurso de amparo, los derechos y libertades públicos;
defenderla legalidad, resolviendo los conflictos constitucionales de competencia
entre el Estado y las CCAA y de éstas entre sí, así como los conflictos
constitucionales entre los diversos órganos del Estado, etc.

La función social teórica reconstructiva y crítica del Derecho.

Castán habla de función reconstructiva del Derecho que tiene el jurista en un


plano teórico, donde encaja su función docente y su actividad publicista (libros,
publicaciones, conferencias, congresos). El jurista teórico debe estar en
consonancia permanente con el devenir ininterrumpido de la sociedad para que
las instituciones jurídicas no queden desfasadas. Para comprender esta
realidad cambiante y el binomio Sociedad-Derecho, el jurista puede aportar su
investigación filosófico-jurídica, sociológico-jurídica o histórico-jurídica sobre los
fenómenos sociales cambiantes relacionados con el Derecho. En cuanto a la
conciencia social crítica del Derecho, resulta normal en democracia (y
especialmente en regímenes de fuerza) como respuesta ante una pérdida de
función social de ciertas instancias del Derecho (de su legalización legitimada
de las aspiraciones sociales). Por tanto, el jurista ha de mantener la noble y
lógica actitud de mejorar el Derecho. “La aspiración a lo perfectible resulta de
una reflexión mental sobre lo defectuoso.

2.- DIFERENCIA ENTRE EL JURISTA Y EL ABOGADO

No todo abogado puede ser llamado jurista

¿Quiénes son juristas? El diccionario de la real academia define jurista:

Del lat. ius, iuris ‘derecho’ e -ista.

1. y f. Persona que ejerce una profesión jurídica.

Pero no me parece adecuado esa definición porque no todo abogado es jurista;


parece más apropiada para un abogado de cierto nivel. Parece que con este
nombre se designa a una persona que siendo abogado alcanza una determinada
posición especial que se le reconoce por su especial aportación al mundo
jurídico.

Los juristas son abogados distinguidos; creo que el calificativo debe reservarse
a aquellos abogados que tienen un plus que les hace distinguirse de los demás
abogados.

Pueden ser muchas las condiciones de diferencia, pero todas ellas tienen un
elemento común y es la excelencia. Son juristas por ejemplo los abogados que
teniendo esa condición de abogados le añaden algún elemento diferenciador
como una oposición, años de ejercicio o publicaciones.
Pero es una denominación subjetiva que no se define en la ley. A veces la ley
exige para los nombramientos de determinados altos cargos que quien vaya a
ser nombrado tenga la condición de jurista.

3.- OFICIO DEL JURISTA COMO SABER PRUDENTE

La prudencia es una virtud singular. Muy estimada por los antiguos y


medioevales, inspiradora no sólo de filósofos y teólogos, sino también de
pintores y escultores, sufre luego el embate del "siglo de las luces" y es para
Voltaire una "estúpida virtud", mientras Kant la expulsa de la moralidad porque
su imperativo no es más que hipotético.

La prudencia es una virtud intelectual con materia moral. Es una virtud intelectual
porque reside en la razón práctica y tiene materia moral porque rige el campo
del obrar para ordenar rectamente nuestra acción. Su ámbito es la realidad
humana contingente. Y dentro de ella se ocupa de lo agible mientras el arte y la
técnica se refieren a lo factible.

La prudencia se refiere a los medios que debemos escoger para realizar, en el


aquí y el ahora, el bien discernido por el hábito de los primeros principios
prácticos, la sindéresis, y evitar el mal.
La prudencia, "recta razón en el obrar", es conocimiento. A este aspecto de la
virtud responde la definición de San Agustín "conocimiento de las cosas que
debemos apetecer o rehuir".

Pero la prudencia no es sólo conocimiento y por eso se distingue de la ciencia,


que es separable de la bondad moral. Por ello, su dimensión más importante no
es la cognoscitiva, sino la imperativa, pues como escribe Josef Pieper "lo
esencial para ella es que este saber de la realidad sea transformado en imperio
prudente, que inmediatamente se consuma en acción".
La prudencia, como constituye un todo moral tiene partes cuasi integrales y no
partes integrales como las de los todos físicos. Estas partes son ocho; cinco se
refieren a su dimensión cognoscitiva: la memoria, la docilidad, la intelección o
intuición de lo concreto, la providencia, la circunspección y la cautela.

Todas ellas tienen que estar presentes en los actos propios de la prudencia:
deliberación, juicio e imperio o prescripción, acechados por la precipitación, la
inconsideración y la inconstancia, respectivamente.

El relevante papel de esta virtud en el campo jurídico, hace sostener a Alvaro


D’Ors que "el estudio del derecho no es más que una educación de la prudencia
y no va encaminado directamente a la justicia". Aquí hay un error, que consiste,
no en valorizar a la prudencia sino en desvalorizar a la justicia, olvidando que el
hombre de derecho debe ser un "experto en justicia". Como bien señala
Francisco Elías de Tejada, D’Ors "destruye la justicia porque la confunde con
agente, mientras la justicia es la virtud social por excelencia".

Sin embargo, el papel de la prudencia, "inteligente proa de nuestra vida moral"


al decir de Paul Claudel, comparada por Fray Luis de Granada con los ojos en el
cuerpo, el conductor en el carro y el timonel en el navío, es tan importante como
el de la justicia. Y ambas tienen que actuar en forma conjunta, pues la prudencia
"supone una necesaria conexión con las virtudes morales que rectifican el
dinamismo afectivo y hacen así posible la rectitud práctica de la inteligencia" y a
su vez, la justicia se apoya en la prudencia, pues sin la regulación de la última,
"no es ni siquiera virtud, es una mera afirmación de la voluntad".
3.1 Importancia del jurista

El jurista debe ser, además de hombre de leyes, hombre de ley, es decir, un


icono o referente social y moral, por su comportamiento ejemplar y por la
integridad y rectitud de sus ideas y criterio. Su divisa deontológica podría
resumirse en los tres postulados establecidos por el jurisconsulto romano
Ulpiano, que dicen: "Vivir honestamente, no hacer daño a otro y dar a cada uno
su derecho", sin olvidar que, como también sostuvo el jurisconsulto romano
Paulo, "no todo lo que es lícito es honesto".

Como jurisprudente o prudente del Derecho debe tener notitia de las cosas
divinas y humanas y scientia de lo justo y de lo injusto.
El jurista, así entendido, lo podemos definir como el profesional que utiliza la
brújula del derecho para no apartarse del norte de la Justicia.

El jurista debe, pues, cultivar el derecho y rendir culto a la justicia, entendida ésta
como "la constante y perpetua voluntad de dar a cada uno lo suyo".

Hasta tal punto la Justicia es el horizonte del derecho, como dice Legaz
Lacambra, que, aunque pueda haber una legalidad injusta, lo que no puede
existir es un derecho injusto, pues derecho e injusticia son conceptos que se
excluyen mutualmente.

Una sociedad injusta sólo puede subsistir si se impone el dominio del más fuerte
sobre los demás. Cuando esto ocurre, adquiere carta de naturaleza "la ley de la
selva", que defiende y favorece el triunfo de los poderosos sobre los débiles.

Es cierto que en esas sociedades puede existir una cierta legalidad pero carecen
de la legitimidad exigida por el consentimiento mayoritario de la población.
Si, como antes se dijo, la justicia consiste en dar a cada uno lo suyo, es evidente
que si no se le da lo que se debe a quien se le debe, en esa sociedad, la justicia
no existe.

En la vida de convivencia social, si no se respeta "lo suyo", difícilmente podemos


esperar a que se reconozca "lo nuestro". Por eso se dice que el hombre no vive
sino que convive y que en la vida social sobre el "yo" prevalece el "nosotros".

De no ser así, en la sociedad reinarían el egoísmo y la insolidaridad,


incompatibles "con un proyecto sugestivo de vida en común", del que hablaba
Ortega.

Por eso es encomiable la lucha por el derecho a que se refiere Rudolf Ihering,
cuando afirma que, el fin del derecho es la paz pero su medio es la lucha y, sobre
todo, cuando sostiene que esa lucha debe basarse en el sentimiento del derecho
y de la justicia que es innato en las personas, hasta tal punto, que, cuando el ser
humano pronuncia la frase "no hay derecho", está denunciando y rebelándose
no contra una mera ilegalidad, sino contra algo que atenta, directamente, contra
la propia justicia.

4.- CONCLUSIÓN

1- La formación ética del profesional del derecho reviste gran significación, pues
nuestros especialistas orientan su quehacer a la solución de delicadas
situaciones conflictivas, generándose la insoslayable necesidad de formar en el
Jurista, un paradigma conductual profesional que garantice su desempeño
laboral profundamente ético.

2- El ejercicio jurídico profesional implica el enfrentamiento a disímiles


situaciones que exigen del jurista cualidades morales peculiares y bien definidas
que garanticen una labor profesional objetiva y ajustada a Derecho.

3- La ética profesional jurídica debe organizarse como un conjunto coherente de


valores que configuran una determinada jerarquía estructural, en la que existen
niveles de gradación e importancia. La Justicia, aparecerá como valor principal
del Sistema de Valores Profesionales del Jurista, pues la misma debe ser
reconocida como fin último del trabajo jurídico y como contenido diario del
quehacer profesional.

4-Consecuentemente la pirámide de valores profesionales del operador jurídico,


sustenta el logro de la Justicia sobre la materialización de otros Valores Morales
de 1era y 2da generación, que funcionan como tributantes a ese supra valor
profesional.
ANEXOS
BIBLIOGRAFÍA

Real Academia Española y Asociación de Academias de la Lengua


Española (2014)

Real Academia Española y Asociación de Academias de la Lengua


Española (2014

http://derecho.isipedia.com/cuarto/filosofia-del-derecho/licenciatura/19-la-
funcion-social-del-jurista

https://www.elcorreogallego.es/opinion/firmas/ecg/importancia-
jurista/idEdicion-2018-01-03/idNoticia-1092287/

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