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TRASTORNOS PSICOLOGICOS

CARACTERÍSTICAS DIAGNÓSTICAS

La principal característica del este trastorno es un patrón de desconfianza y suspicacia general


hacia los otros, de tal forma que las intenciones de los demás son interpretadas como maliciosas.
Suele comenzar al principio de la edad adulta y en diversos contextos.

Los sujetos que sufren este trastorno dan por supuesto que los demás van a aprovecharse de él, van
a hacerle daño o engañarle, aunque no tengan ninguna prueba que apoye sus previsiones (criterio
A1). Se preocupan por dudas no justificadas acerca de la lealtad o la fidelidad de sus amigos, y
sus actos son escrutados al detalle para buscar pruebas de intenciones hostiles en contra de ellos
(criterio A2). Cuando algún amigo se muestra cordial o amable con el sujeto que sufre el trastorno
paranoide de la personalidad, el mismo sujeto se muestra tan sorprendido, que no deposita en
dicho amigo ninguna confianza. Ninguno de estos sujetos íntima con los demás, ya que temen que la
información pueda ser utilizada en su contra (criterio A3). En los hechos más inocentes “descubren”
intenciones o significados ocultos que son amenazantes para él (criterio A4); por ejemplo, un sujeto
que sufra este trastorno puede malinterpretar la confusión del empleado de una tienda con un
intento deliberado de dar mal el cambio a su persona.

Estos sujetos, normalmente, suelen guardar rencores y son incapaces de olvidar los insultos o
desprecios que sufrieron, o que creyeron sufrir, una vez en el pasado (criterio A5). Cuando ellos
piensan que han sido ofendidos, contraatacan con ira ante aquello que les ha ofendido (criterio A6).
Los sujetos que poseen este trastorno suelen ser también patológicamente celosos sospechando de su
pareja, aún sin tener causa justificada (criterio A7); por ello intentan mantener un control total sobre
las personas con las que tienen una relación íntima para evitar así ser traicionados.

No se debe diagnosticar este trastorno a personas que lo sufran exclusivamente durante el


transcurso de una esquizofrenia, un trastorno de ánimo con síntomas psicóticos, o bien si es debido a
los efectos fisiológicos directos de alguna enfermedad (criterio B).

SÍNTOMAS Y TRASTORNOS ASOCIADOS

Los sujetos con este trastorno de la personalidad, suelen ser personas con las que generalmente es
difícil llevarse bien o tener una buena relación personal, debido a la suspicacia y hostilidad que
demuestran a menudo; y esta naturaleza del sujeto suspicaz puede provocar en los demás una
respuesta hostil, confirmándose así las expectativas iniciales del sujeto.

Debido a que los sujetos con trastorno paranoide de la personalidad no confían en los demás,
tienen la necesidad de ser autosuficientes y autónomos, además de necesitar tener un alto grado de
control sobre los que le rodean. Son capaces, además, de culpar a los demás de sus propios
errores; pueden ser litigantes y verse a menudo envueltos en numerosos pleitos legales.

Estos sujetos pueden mostrar fantasías de grandiosidad, escasamente disimuladas, por lo que
tienden a desarrollar estereotipos negativos de los otros y en especial de aquellos grupos de
población distintos del suyo.

Los sujetos que sufren este trastorno también pueden experimentar episodios psicóticos muy breves,
sobre todo en respuesta a una situación de estrés. En determinados casos el trastorno paranoide de
la personalidad aparece como un antecedente pre mórbido de un trastorno delirante o de una
esquizofrenia. Es frecuente el abuso de alcohol y/o otras sustancias.

Los trastornos de personalidad que con más frecuencia se presentan conjuntamente con el trastorno
paranoide de la personalidad parecen ser el esquizotípico, el esquizoide, el narcisista, el trastorno
por evitación y el límite.

Hay que tener en cuenta la importancia de que algunos comportamientos en determinados contextos
socioculturales o circunstanciales en la vida, pueden ser calificados erróneamente como paranoides.
Así, por ejemplo, los inmigrantes, los refugiados políticos o simplemente los sujetos con antecedentes
étnicos diferentes pueden mostrarse recelosos o defensivos debido al desconocimiento o a la
percepción de desprecio o indiferencia por parte de la sociedad mayoritaria. Así estos
comportamientos pueden generar ira contenida y desconfianza, que pueden malinterpretarse como
un trastorno paranoide de la personalidad.

Este trastorno puede manifestarse por primera vez en infancia y adolescencia a través de actitudes
solitarias, ansiedad social, hipersensibilidad, rendimiento bajo escolar, pensamiento y lenguaje
peculiares además de fantasías idiosincrásicas.

En la población clínica, este trastorno es, normalmente, más diagnosticado en hombres. Se señala
que la prevalencia del trastorno paranoide de personalidad es del 10-30% en los hospitales
psiquiátricos; del 2-10% en los pacientes psiquiátricos ambulatorios y del 0.5-2.5% en la población
general (según datos del DSM-IV-TR).

Parecen existir datos que confirman que la prevalencia del trastorno paranoide de personalidad es
mayor en los que tienen familiares con esquizofrenia crónica, especialmente de tipo persecutorio.

DIAGNÓSTICO DIFERENCIAL

El trastorno paranoide de la personalidad debe diferenciarse del trastorno delirante, tipo


persecutorio, la esquizofrenia, tipo paranoide y del trastorno del estado de ánimo con síntomas
psicóticos, ya que todos estos trastornos presentan un periodo de síntomas psicóticos persistentes.
Para diagnosticar el trastorno de la personalidad debe haberse manifestado antes de la iniciación
de los síntomas psicóticos, además de persistir cuando los síntomas psicóticos remitan.

El trastorno paranoide de la personalidad ha de distinguirse del cambio de personalidad debido a


enfermedad médica, ya que en la enfermedad médica los síntomas son consecuencia directa de una
enfermedad del sistema nervioso. Al igual que debe haber diferenciación de los síntomas que son
producidos por el consumo crónico de determinadas sustancias. Por último se ha de distinguir el
trastorno paranoide de la personalidad de los rasgos paranoides asociados a la aparición de
minusvalías físicas, sobre todo las derivadas de las deficiencias auditivas.

Es muy importante diferenciar el trastorno paranoide de la personalidad de otros trastornos de la


personalidad, ya que pueden tener algunas características en común. Si un individuo tiene trastorno
paranoide de la personalidad, además de síntomas característicos de otros trastornos de la
personalidad, deben diagnosticarse todos. El trastorno paranoide y el trastorno esquizotípico de
personalidad, cumplen algunos criterios comunes, como por ejemplo los rasgos de suspicacia; sin
embargo, para diagnosticar trastorno esquizotípico de la personalidad deben cumplirse además
otros criterios, como son el pensamiento mágico, experiencias perceptivas poco habituales y rarezas
del pensamiento y el lenguaje. Otro trastorno que comparte también algunas características con el
trastorno paranoide de la personalidad, es el trastorno esquizoide de la personalidad, pero la
diferencia es que en este último no hay una ideación paranoide importante.

Aunque en el trastorno paranoide hay algún tipo de comportamiento antisocial, éste no suele estar
motivado por el deseo de aprovecharse de los demás, algo que lo diferencia del trastorno
antisocial de la personalidad.
El trastorno paranoide de la personalidad, puede ser en cierto sentido adaptativo, sobre todo en un
entorno amenazante. Sin embargo sólo se debe diagnosticar este trastorno cuando los rasgos que
muestre el sujeto sean inflexibles, desadaptativos y provoquen deterioro funcional significativo, a la
vez que un malestar subjetivo.

Por último, hay que saber que los criterios por los que se rige el DSM-IV-TR y la CIE-10 son
diferentes, pero definen en líneas generales el mismo trastorno.

ESTRÉS EN PADRES E HIJOS EN LA HOSPITALIZACIÓN INFANTIL

La Agencia de Noticias de la Universidad de Granada, C@mpus Digital publicaba el día 15 de


febrero que un grupo de científicos de la Facultad de Psicología de esta universidad habían
llevado a cabo una investigación sobre el miedo y el estrés causado tanto en niños
hospitalizados (hasta un máximo de 6 días) como en sus padres. Los autores de esta investigación
ofrece a Infocop On-Line algunos aspectos relacionados sobre esta investigación.

Antonio Fernández Castillo es doctor en Psicología por la Universidad de Granada, donde es


profesor del Departamento de Psicología Evolutiva y de la Educación, impartiendo docencia
sobre aspectos psicológicos en relación con diversidad educativa. Ha sido psicólogo del Área
de Bienestar Social del Excmo. Ayuntamiento de Granada y director de un proyecto de
inserción social y educativa dentro de los programas de Escuelas Taller y Casas de Oficio

Isabel López Naranjo es licenciada en Psicología por la Universidad de Granada y diplomada en


Enfermería por la Universidad de Málaga. Cuenta con una amplia experiencia en atención
pediátrica desde el contexto sanitario y psicológico. En la actualidad trabaja en la unidad de
Obstetricia y Ginecología del Hospital Comarcal de Antequera, Málaga.
Antonio Fernández Castillo e Isabel López Naranjo

La experiencia de hospitalización sigue siendo en la actualidad una circunstancia que implica,


por regla general, una activación ante la percepción de una situación como amenazante e incluso
atemorizante, asociándose, así mismo, a perturbaciones en los procesos de adaptación personal.
En el caso de la infancia, además se suele presentar con niveles significativos de miedo y
ansiedad. Todo ello en una situación de pérdida de salud y en un marco contextual desconocido
donde se pierde la intimidad o donde las demandas comportamentales pueden ser, en
ocasiones, poco agradables para el individuo.

A pesar de que en el momento actual la hospitalización infantil tiene una duración relativamente
breve, (5 días de media), no deja de ser una circunstancia donde las alteraciones emocionales
tanto en padres como, sobre todo, en los propios niños hospitalizados, son significativas y así han
sido evidenciadas por diversos autores (Trianes, 2002).

A lo largo de una serie de investigaciones, nuestro trabajo presenta ciertas novedades de


interés, primero por centrarnos tanto en diversos aspectos de la alteración emocional infantil
durante la hospitalización, concretamente el miedo y el estrés, como por la exploración de la
asociación con el estrés percibido por los padres. También son novedosos los datos que hemos
obtenido en relación con diversas variables sociales y personales paternas asociadas al estrés
por hospitalización y, sobre todo, por el análisis de la transmisión y contagio de emociones entre
padres e hijos durante esta experiencia.

En los estudios se ha tenido en cuenta a pacientes pediátricos hospitalizados hasta un máximo de


seis noches. Entre los resultados destaca que la presencia de estrés, en función de la duración de
la estancia hospitalaria, crece rápidamente a partir del segundo y tercer día de hospitalización,
y tiende a mantenerse en los días posteriores. El estrés, por tanto, se incrementa tras la primera
noche, observándose una posterior sensibilización a la estancia hospitalaria. Paradójicamente,
dormir sólo una noche en el centro sanitario es la posibilidad menos estresante, pues a partir de
la segunda noche se produce un incremento significativo del estrés, que se mantiene a lo largo
del periodo de tiempo estudiado. La interacción con el ambiente hospitalario, con el personal y
con los procedimientos diagnósticos y terapéuticos, la separación del contexto social y familiar
habitual, aparte de otras circunstancias personales, podrían ser razones explicativas. A su vez,
los niños en la infancia temprana, entre los 4 y 6 años de edad, se estresan significativamente
más que los adolescentes. Éstos últimos tienen más conocimiento de la situación, y cuentan con más
estrategias para afrontarla.

Con objeto de conocer las causas que originan estrés en estos pacientes, se han analizado
diferentes tipos de miedos específicos y, en esta línea, nuestros resultados concuerdan con las
conclusiones de diversos autores (por ejemplo, Méndez, 2002). La naturaleza y severidad de la
enfermedad que padece el niño puede ser para él un acontecimiento especialmente traumático,
debido a que su concepto de sufrimiento y su interpretación de los procedimientos médicos, están
cargados de tintes emocionales, siendo generadores de miedo. De los tipos de miedos
estudiados en nuestras investigaciones, el "miedo al daño corporal" afecta más a los niños
pequeños, mientras que, en los mayores, además del anterior, se incluye el "miedo a la muerte".
En general, el miedo a la violencia física y a los lugares cerrados, resultaron ser menos
estresantes.

En la serie de investigaciones se ha prestado atención igualmente a la presencia de estrés en los


padres de los pacientes pediátricos. El ingreso de un hijo en el hospital, resultó ser "muy o
extremadamente estresante" para casi el 70% de los padres.

Figura 1.- Distribución del grado general de estrés paterno por hospitalización infantil.
Sin embargo, este grado de estrés disminuye a medida que el nivel de estudios de los padres es
mayor. Esto podría explicarse porque los padres con mayor formación académica entienden
mejor la situación, así como la información recibida por el personal sanitario (Fernández-Castillo
y López-Naranjo, en prensa).

De entre los "factores estresantes" que se han considerado en el estudio, los cambios observados
en el hijo como consecuencia de la enfermedad (cambios y síntomas específicos: debilidad,
palidez, fiebre, dolor, etc.) y las alteraciones en los roles y en la vida diaria (por ejemplo, tener
que pernoctar fuera de casa, repercusiones en la vida laboral y profesional, no poder atender
al hijo como se desearía, etc.), son los que más explican el estado de estrés de los padres.
También son importantes aspectos como la espera de la información, el trato humano recibido
por los profesionales sanitarios, etc. Aunque, por otro lado, los datos reflejan una confianza total
en el personal sanitario, pues su comportamiento profesional no es una fuente relevante de
estrés.

Como aspectos aplicados, consideramos que se deben favorecer los canales de comunicación
entre el personal del contexto hospitalario y los familiares de los pacientes, así como con el
propio niño, ya que esto contribuirá a reducir el estado de ansiedad familiar. El apoyo social
que la familia pueda obtener durante el proceso de enfermedad del hijo y, sobre todo, a lo
largo de la hospitalización, es también un factor importante de cara a la reducción de
alteraciones emocionales tanto en los padres como en los hijos.

Tendríamos que enfatizar la importancia de posibles programas de preparación psicológica


ante estas experiencias (Ortigosa y Méndez, 2000), así como la implicación de los padres en las
iniciativas que se lleven a cabo. Tales intervenciones habrán de sensibilizar a los padres sobre
cómo su propia alteración emocional puede afectar a la de sus hijos o sobre cómo ser modelos
adaptativos para ellos en relación con comportamientos y estrategias de afrontamiento
específicas.

Es importante subrayar la necesaria potenciación y promoción de intervenciones


psicopedagógicas durante la hospitalización, por ejemplo, a través de las aulas hospitalarias
(López-Naranjo y Fernández-Castillo, en prensa a). Por una parte, como mecanismos
dirigidos a cubrir las necesidades educativas especiales, pero también como recurso desde el
cual se pueden trabajar, tanto cuestiones adaptativas y comportamentales, como de forma
específica aspectos lúdicos o la reducción de la alteración emocional.
Nuestro estudio nos evidencia igualmente la necesidad de incorporar a los padres en la
valoración del miedo y el estrés durante la hospitalización infantil, a tenor de la influencia y
afectación mutua entre padres e hijos.

De un tiempo a esta parte se han llevado a cabo esfuerzos considerables desde las instituciones
sanitarias por mejorar el ambiente hospitalario, sobre todo en las plantas de pediatría. Los
cambios son claros; no sólo en la decoración, que permite que el ambiente sea más acogedor,
sino en muchos detalles que hacen más agradable la estancia de los niños, como el acceso a
aulas hospitalarias, la estancia de un progenitor en la habitación del menor, la elección de
comidas, etc. Y aunque cada vez resulta más evidente la implicación del personal sanitario en la
reducción de la alteración emocional en los niños hospitalizados, se deben enfatizar los esfuerzos
por garantizar tanto los canales de comunicación como las interacciones positivas entre los
pacientes y los profesionales del ámbito hospitalario y de la salud (López-Naranjo y Fernández-
Castillo, en prensa b).

Para concluir, destacaríamos la importancia de una intervención psicológica en estos


contextos y situaciones. Las iniciativas dirigidas a reducir problemas de comportamiento infantil
(Fernández-Castillo, 2002), así como las alteraciones emocionales o incluso la afectación mutua
negativa entre padres e hijos durante la hospitalización infantil, habrían de tomar en
consideración aspectos del contexto clínico y hospitalario que provoquen malestar innecesario. Y
en ese sentido, enfatizar la importancia de incluir las ayudas médicas, psicológicas, sociales y
educativas que puedan optimizar las experiencias de hospitalización.

El duelo: Diferenciaciones entre duelo normal y patológico; Melancolía y duelo

El concepto de duelo implica todo un proceso dinámico complejo que involucra a la


personalidad total del individuo y abarca, de un modo consciente o inconsciente, todas las
funciones del Yo, sus actitudes, defensas y, en particular. las relaciones con los demás.
Etimológicamente', el término duelo significa "dolor" y también "desafío o combate entre dos".
Ambas acepciones pueden aplicarse tanto al sufrimiento provocado por la pérdida del objeto y
de partes del Yo proyectadas en el mismo, como también al enorme esfuerzo psíquico que
implica recuperar el ligamen con la realidad y el "combate" librado por desligarse de los
¡aspectos persecutorios del objeto perdido y asimilar los aspectos positivos y bondadosos.

Para Freud, el duelo consistía esencialmente en la reacción experimentada frente a la muerte o


frente a la pérdida, de un ser amado o de una abstracción equivalente: la patria, la libertad, un
ideal, etcétera.

Se puede experimentar también un duelo por otras pérdidas que, manifiesta u objetivamente,
no parecen ser de tanta magnitud como la muerte de un ser querido. Así, por ejemplo. se
puede reaccionar de este modo frente a una separación que puede angustiar y deprimir por
diferentes motivos (un familiar o amigo que se va de viaje) o ante la pérdida de un objeto o un
recuerdo que encierra un contenido emocional muy valorado o ante el hecho de mudarse a
otra casa, o trasladarse a otro país, etcétera.

Las causas desencadenantes de un duelo pueden ser múltiples y dependerán de diversas


circunstancias, pero todas ellas tendrán como base común la valoración afectiva que
consciente o inconscientemente es atribuida a la pérdida.

Por convicciones personales, considero útil la presentación descriptiva de los cuadros de duelo
y melancolía, respectivamente.

Ambos procesos se caracterizan psíquicamente por un estado de ánimo profundamente


doloroso, por un cese del interés por el mundo exterior, por la pérdida de la capacidad de amor
y la inhibición de casi todas las funciones.

En su ya clásico artículo. "Duelo y melancolía" Freud destacó especialmente que, en contraste


con la pérdida consciente que caracteriza al que sufre un duelo normal, en el melancólico
parece existir la pérdida de un objeto inconsciente: en el primer caso el mundo ha quedado
pobre y vacío, mientras que en el segundo caso es el mismo melancólico quien se siente
empobrecido y despreciable.

El melancólico carece de pudor y siente gran necesidad de comunicar sus defectos, mediante
lamentos, autor reproches y quejas. Deducimos, entonces, que, si ha sufrido la pérdida de un
objeto, esta pérdida tuvo efecto en su propio Yo, una parte del cual se sitúa frente a la otra y la
valora críticamente como si la tomara por objeto. Pero esta instancia crítica se ha disociado y
separado del Yo, Freud ha llamado a esta instancia la conciencia moral, y forma parte del
Superyó.

¿Cuál es la clave? Los reproches con que se acusan van dirigidos a otra persona, al objeto
criticado y han sido vueltos contra el Yo. Los lamentos son, en realidad, acusaciones contra el
objeto.

Cuando se produce un desengaño con el objeto, de cualquier índole que sea, la carga de libido
queda retraída en el Yo y se establece una identificación de una parte del Yo con el objeto
abandonado. Es —como Freud dijo— "la. sombra del objeto que cae sobre el Yo". De este
modo, el conflicto entre el Yo y el objeto se transforma ahora en conflicto entre una parte del
Yo y la instancia autocrítica.

Se debe tener en cuenta, además, el problema da la ambivalencia por el cual se experimenta


simultáneamente amor y odio contra el objeto. Debido al odio, se ataca la parte del Yo
identificada con el objeto, humillándola, y encontrando en ese sufrimiento una satisfacción
sádica.

Este sadismo nos aclara uno de los enigmas de la tendencia al suicidio. Sería la tendencia a
orientar hacía sí mismo la hostilidad primitivamente dirigida hacia el objeto.

Pero, volviendo a la reacción penosa que existe tanto en el duelo como en la melancolía, surge
la pregunta de cuál es la labor que se lleva a cabo tanto en uno como en la otra.
En su intento de destruir et objeto malo, el Yo identificado con ese objeto padece el destino de
Donan Gray quien al destruir su retrato tuvo que morir.

El examen de la realidad demuestra que, en el caso de la muerte de un ser querido, el objeto


amado no existe ya y exige que la libido abandone todas sus relaciones con el mismo. Surge,
entonces, la resistencia natural que, a veces, puede llevar a la psicosis. En el duelo, la realidad
triunfa finalmente y sobreviene la resignación, pero demanda que se realice en forma
paulatina, con un gasto de tiempo y también de energía psíquica muy grande; cada uno de los
recuerdos y esperanzas que constituía el punto de enlace con e1 objeto, es sucesivamente
sobrecargado, realizándose en la sustracción de la libido. Freud recalca que no es fácil indicar
por qué la transacción que supone esta lenta y paulatina realización del mandato de la
realidad, ha de ser tan dolorosa. Al final de su labor en el duelo, el Yo vuelve a quedar libre y
exento de toda inhibición.

Para Melanie Klein, existe una conexión estrecha entre el duelo y los procesos de la temprana
infancia. El niño pasa por estados mentales comparables al duelo del adulto y son estos
tempranos duelos los que le sirven posteriormente en la vida cuando experimenta algo penoso.

El acto de la reparación puede perturbarse por distintos motivos. La gratificación sádica de


vencer y humillar al objeto, de superarlo en planteo de competencia y rivalidad, el triunfo sobre
él, puede alterar el proceso de elaboración del duelo. Los objetos que desean ser restaurados,
se transforman en perseguidores y, a su vez, se reviven los temores paranoides.

El deseo de invertir la relación niño-padre, de vencer el poder de los padres y de triunfar sobra
él va asociado, en cierta medida, con deseos dirigidos hacia el logro del éxito. El niño fantasea
que llegará el momento en que él será fuerte, grande, poderoso, rico y potente, y en que el
padre y la madre se transformarán en niños indefensos; o, en otras fantasías, en personas
viejas, débiles, pobres o rechazadas. El triunfo sobre sus padres a través de estas fantasías,
por la culpa que origina, a menudo malogra todas sus conquistas. Muchos seres no pueden
alcanzar el éxito porque tenerlo significa humillar o dañar a otros, en primer lugar, el triunfo
sobre padres y hermanos. El triunfo del sujeto sobre sus objetos implica el deseo de querer
triunfar sobre ellos y lo conduce así a la desconfianza y a la persecución. Lo vive como el
cumplimiento de sui fantasías destructoras. Esto puede conducir a una depresión o al aumento
de las defensas maníacas.

Estas defensas se usan cuando las angustias depresivas son muy intensas. Entre estas
defensas están las de la posición esquizo-paranoide (disociación, negación, omnipotencia e
idealización), que forman un sistema potente e integrado, dirigido contra la realidad psíquica y
la experiencia depresiva. Se niega el odio, la culpa, la desesperación, la necesidad de
reparación, la ambivalencia, etc.

En la reparación maniaca, los objetos reparados no son los originarios, los destruidos, sino que
son objetos alejados y despreciados. Se reactiva, entonces, la posición depresiva temprana
junto con las ansiedades, la culpa y los sentimientos de pérdida / dolor derivados de la
situación frente al pecho y a la situación edipica. También se reaniman los sentimientos de
persecución.

Por ejemplo, la madre, frente a la muerte del hijo, no sólo siente dolor y pena, sino que se le
reactivan sus angustias tempranas de ser robada y castigada por la propia madre vengativa-
Sus propias fantasías agresivas infantiles de robar los hijos a la madre, hicieron surgir temores
y sentimientos de ser castigada, los cuales incrementan la ambivalencia y la conducen a odiar
y desconfiar de los otros.

Para M. Klein, el dolor experimentado en el lento proceso del juicio de la realidad durante la
labor del duelo, parece deberse en parte no sólo a la necesidad de renovar los vínculos con el
mundo externo y así continuamente re experimentar la pérdida sino, al mismo tiempo, a la de
reconstruir ansiosamente el mundo interno, que se siente en peligro de desastre.

En rigor de verdad, el sujeto en duelo es realmente un "enfermo", pero su estado mental es


común y nos parece natural, no lo llamamos enfermedad. Durante el duelo normal se reactivan
las tempranas ansiedades psicóticas.

El mayor peligro para el sujeto en duelo es la vuelta hacía si mismo del odio hacia la persona
amada y perdida. Una de las formas en que se experimenta, el odio está determinada por los
sentimientos de triunfo sobre la persona muerta. La muerte del otro es sentida entonces como
victoria, origina triunfo y aumenta la culpa.

Este odio transforma a la persona amada y perdida en perseguidor y hace tambalear su


creencia en los objetos buenos internos, trastornándose el proceso de idealización.

Cada etapa del desarrollo significa un duelo; renunciar al pecho, a la relación sexual con los
padres, a cada uno de los vínculos contenidos en los diferentes periodos de la evolución
libidinosa, etcétera.

Sólo gradualmente, sostiene Melanie Klein, obteniendo confianza en los objetos externos y en
múltiples valores, es capaz el sujeto en duelo de fortalecer su confianza en la persona amada
perdida. Sólo así puede aceptar que el objeto no sea perfecto, sólo así puede no perder la
confianza y la fe en él sin temer la venganza. Cuando se logra, esto, se ha dado un paso
importante la labor del duelo y se ha vencido.

Los procesos de proyección y eyección que están estrechamente conectados con la descarga
de los sentimientos, se encuentran detenidos en ciertos estados de duelo por un gran control
maníaco y pueden volver a funcionar más libremente cuando ese control se relaja. Por medio
de las lágrimas, el sujeto en duelo no sólo expresa su sentimiento y alivia tensiones, sino que,
en el inconsciente, equipara las lágrimas con los excrementos, así expele sus objetos malos y
sus sentimientos, aumentando el alivio obtenido al llorar.

El penar por el objeto amado y perdido también implica una dependencia que se transforma en
un incentivo para lograr la reparación y la conservación del objeto. El sufrimiento puede
hacerse productivo. Sabemos que experiencias dolorosas de toda clase estimulan a veces las
sublimaciones, o aun revelan nuevos dones en algunas personas, que entonces se dedican a
pintar, a escribir u otras actividades creadoras, bajo la tensión de frustraciones y pesares.
Otras se vuelven, más productivas en otros terrenos, más capaces de apreciar a las personas
y las cosas, más tolerantes en sus relaciones con los demás, más sensatas. Este
enriquecimiento se logra por procesos similares que corresponden al duelo.

Cada avance en el proceso del duelo da por resultado la profundización de la relación del
individuo con sus objetos internos, la felicidad de reconquistarlos, después de haber sentido su
perdida, una mayor confianza y amor por ellos. Es similar a la forma en que el niño pequeño
construye, paso a paso, sus relaciones con los objetos externos, cuya confianza conquista no
sólo a través de experiencias placenteras, sino a través de la forma en que es capaz de vencer
las frustraciones y las experiencias desplacientes.

Tanto en el duelo como en, el desarrollo infantil la seguridad interna se presenta no en un


movimiento continuo sino ondulatorio. Muchas personas en duelo sólo lentamente pueden
establecer los vínculos con el mundo externo, ya que están luchando todavía con el caos
interior.

Una de las diferencias con la temprana posición depresiva del duelo normal es que cuando el
niño pierde el pecho o el biberón; que ha llegado a representar el objeto bueno y protector, y
experimenta dolor, lo siente, aunque su madre esté junto a él. En el adulto, el dolor sobreviene
con la pérdida real de una persona real. Sin embargo, lo que ayuda a vencer esta pérdida que
siente abrumadora es haber establecido en sus primeros años una buena imagen de la madre
dentro de sí. Abraham llegó a la conclusión de que, en el duelo normal, el sujeto logra
restablecer la persona amada y perdida en su Yo, mientras el melancólico fracasa en ese
intento.

Pero según Melanie Klein, la diferencia fundamental entre el duelo y los estados maníaco-
depresivos está en que en estos últimos los sujetos no han sido capaces, en la temprana
infancia, de establecer objetos internos buenos y de sentir seguridad en su mundo intento. Es
decir, no vencieron nunca la posición depresiva infantil. El individuo en el duelo normal
reinstala dentro de si sus objetos de amor perdidos reales y al mismo tiempo sus primeros
objetos amados, sus padres buenos, a quienes, al ocurrir la pérdida real, sintió también en
peligro de perderlos.

Para plantearlo en términos de las dos calidades de culpa que he postulado diría que, en el
duelo normal, opera la culpa depresiva tendiente a lograr la reparación de los objetos, mientras
que en el duelo patológico predomina la culpa persecutoria, que transforma los objetos en
persecutorios, impidiendo su restauración.

Los estados de depresión y melancolía atrajeron la atención de muchos psicoanalistas, de


modo que la literatura psicoanalítica en relación con estos temas es relativamente abundante a
partir dtí los primeros trabajos de Freud "y de Abraham.

Alteraciones lingüísticas en niños con trastorno por déficit de


atención con hiperactividad por subtipo clínico y grupo control
 Elizabeth Zambrano S.*
José Antonio Martínez C.**
Minerva Dehesa M.***
Norma Sánchez C.*
Francisco Vázquez U.****
Alfonso Alfaro R.*

Instituto Nacional de Rehabilitación

Laboratorio de Neurofisiología*
Servicio de Neurología**
Servicio de Rehabilitación Integral Psicología y Psiquiatría***
Servicio de Psicología del Instituto Nacional de Rehabilitación****
México, Ciudad de México
RESUMEN
 Los síntomas del trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH) se han vinculado a
comorbilidad de forma importante. Entre los trastornos más frecuente se encuentran: el trastorno
desafiante-negativista, de conducta, de aprendizaje escolar, lenguaje, ansiedad, depresión, síndrome
de Gilles de la Tourette, del sueño, etc. Específicamente los déficits relacionados con el lenguaje,
están y pueden ser agrupados en déficit de activación y déficit de formulación paralingüísticos. El
objetivo del presente estudio fue evaluar las alteraciones lingüísticas en niños con Trastorno por
déficit de atención con hiperactividad, por subtipo clínico y grupo control. Se evaluó un grupo de
267 sujetos, 186 del sexo masculino y 81 del sexo femenino. De este total 156 con TDAH,
distribuidos en los subtipos clínicos: 73 (27.3%) niños del tipo Combinado, 39 (14.6%) Inatentos y
44 (16.5%) Hiperactivos-Impulsivos y 111 (41.6%) Controles. Las alteraciones Lingüísticas se
evaluaron utilizando el Test BLOC-S-R y WISC-IV específicamente la subprueba de Comprensión
Verbal, que se conforma por Semejanzas, Vocabulario y Comprensión. De acuerdo a los
resultados, se observaron diferencias significativas en el Test Bloc S-R, en los rubros de
morfología, semántica, sintaxis y pragmática. El análisis post-hoc muestra diferencias entre los
grupos TDA-I, TDA-H, TDA-C y Control. Así mismo se encontraron diferencias significativas en
el componente comprensión verbal en las subpruebas: semejanzas, vocabulario y comprensión. El
análisis post-hoc muestra diferencias entre los grupos TDA-I, TDA-H y TDA-C y Control. Se
encontraron correlaciones entre los rubros: morfología y comprensión; semántica y
semejanzas; pragmática y semejanzas; semántica y vocabulario, en niños con TDAH subtipo
Combinado. En el subtipo Inatento, entre los rubros morfología y semejanzas; semántica y
comprensión; pragmática y vocabulario; pragmática y comprensión, en los sujetos TDAH subtipo
Inatento. Se calculó la consistencia interna del Test BLOC-S-R con el coeficiente de confiabilidad
Alfa-Cronbach en los 108 ítems que conforman el instrumento obteniendo (α: 0.81). Podemos
decir que el Test BLOC-S-R y las escalas del WISC-IV detectaron alteraciones lingüísticas en
niños con TDAH, siendo útil en su diagnóstico clínico. Palabras clave: Alteraciones Lingüísticas,
Trastorno por Déficit de Atención con Hiperactividad, escolares.
El Trastorno por déficit de atención-hiperactividad (TDAH) “es una alteración crónica que
interfiere en el desarrollo normal del niño en diversos aspectos como: cognoscitivo,
emocional, conductual, adaptativo y social” (Poblano, A., Romero, E., 2006).

Es el trastorno neuro-psiquiátrico más frecuente de la infancia, con prevalencia estimada a nivel


mundial de 5.29%. Un metanálisis de 102 estudios en TDAH mostró diferencias significativas
entre Norteamérica, África y Medio Oriente, pero no entre Norteamérica, Europa, Asia, Oceanía y
Sudamérica (Polanczyk, 2007). Los síndromes de TDAH tenían alta consistencia interna y dos
factores: inatención e hiperactividad/ impulsividad (Bird H R. 2002).

El TDAH es un trastorno neuropsicológico que se caracteriza por inatención, hiperactividad e


impulsividad, es uno de los trastornos neurológicos más frecuentes en la edad escolar.

De acuerdo con información de la Secretaría de Salud de México, los niños con TDAH ocupan los
primeros lugares de atención en clínicas psiquiátricas, estimándose que en el país se registran cerca
de un millón y medio de niños y 3 millones de adultos con dicho trastorno (Panorama
Epidemiológico, 2006).
De acuerdo a Joffre, García y Martínez (2007) han reportado una prevalencia de TDAH de 26.8%
en una población de 618 niños escolares , atendida en el Hospital Psiquiátrico Infantil de Tampico,
siendo el subtipo TDAH Combinado el que más casos reportó, con frecuencia de 40% . Mientras,
que en una muestra de niños escolares en Sonora, se encontró una prevalencia de TDAH-Inatento
de 19.5%, TDAH Hiperactivo-Impulsivo en 15.25 y TDAH Combinado en 5.4% con ratio de niño-
niña de 3:1 a 7:1, según el subtipo (Castañeda y Vázquez ; 2009).

Se sabe que el TDAH “puro” es muy poco frecuente, presentando co-morbilidad importante en
más del 60%, situación que se debe de tomar en consideración para su estudio y tratamiento
adecuado e integral. Entre la comorbilidad más frecuente en el TDAH se encuentran: el trastorno
desafiante-negativista, de conducta, de aprendizaje escolar, ansiedad, depresión, síndrome de Gilles
de la Tourette, del sueño, etc. (Wilens TE, Biederman J; et al; 2002).

Así mismo se asocia a otros trastornos, como los de comunicación y lenguaje, principalmente en las
habilidades para el discurso narrativo y en las habilidades pragmáticas. De acuerdo a Frick y cols,
(1991) mencionan que en un 20% los alumnos con TDAH experimentan trastornos específicos de
aprendizaje que afectan a las áreas de la lectura, escritura y matemáticas.

Específicamente los déficit relacionados con el lenguaje, están y pueden ser agrupados en déficit de
activación y déficit de formulación paralingüísticos.

Por lo anterior es muy importante diagnosticar en forma temprana el TDAH en escolares y su


comorbilidad, para evitar complicaciones en el niño, así como sentimientos negativos hacia este por
parte de los padres y profesores (Wilens, Biederman, Brown, y cols., 2002).

Objetivo: El propósito de este estudio fue evaluar las alteraciones lingüísticas en niños con
Trastorno por déficit de atención con hiperactividad, por subtipo clínico y grupo control

MÉTODO
Población
Criterios de Inclusión
Grupo TDAH: Sujetos entre 6 y 12 años, inscritos en escuelas oficiales de educación básica con
problemas de atención y/o conducta, y/o bajo rendimiento que cumplen con los criterios de TDAH
de acuerdo al DSM-V.
Grupo control: Sujetos de entre 6 y 12 años, inscritos en escuelas oficiales de educación básica,
que no cumplen con los criterios diagnósticos del DSM-V.
Criterios de exclusión para ambos grupos. Con déficit auditivo, con alteraciones en la
comprensión para la edad, alteraciones neurológicas, asistencia irregular al colegio, con tratamiento
farmacológico.
Criterios de eliminación para ambos grupos. Diagnóstico no especificado, Coeficiente
Intelectual total menor a 70, valoración incompleta por parte del grupo multidisciplinario, padres y
maestros.
Para identificar a los niños con TDAH se llevó a cabo una valoración multidisciplinaria en la cual
se incluyeron los servicios de neurología, psicología, paidopsiquiatría, neuropsicología y
neurofisiología, así como la opinión de padres y maestros a través de los cuestionario DSM-IV-R
respectivos. El diagnóstico se realizó ante la coincidencia de todas las evaluaciones en al menos 2
ambientes diferentes. Los niños se clasificaron de acuerdo a cada uno de los 3 subtipos de TDAH
reconocidos por el DSM-V, TDAH combinado (TDAH-C); inatención (TDAH-I) y con predominio
de hiperactividad-impulsividad (TDAH H-I). A los padres o tutores de los niños asignados a los
grupos TDAH y Control, se les informó el alcance de la investigación y sus propósitos y posibles
beneficios para sus niños, los que estuvieron de acuerdo procedieron a firmar el formato
correspondiente del INR.
Por lo tanto, la muestra se conformó de 267 sujetos, 186 niños (69.7%) y 81 niñas (30.3%) de entre
6 y 12 años, con 8.2 + 1.7 (Media + D.E.)

De este total 156 CTDA-H, distribuidos, en los subtipos clínicos: 73 (27.3%) niños del tipo
Combinado, 39 (14.6%) Inatentos y 44 (16.5%) Hiperactivos-Impulsivos y 111 (41.6%) Controles.

Instrumentos
– Criterios del Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales (DSM-V) para
diagnóstico de TDAH.

– Cuestionario ‘Criterios diagnósticos del Trastorno de Déficit de Atención e Hiperactividad


adaptado del DSM-IV R’, uno para ser diligenciado por el maestro y otro por los padres de familia,
en relación a la conducta que presenta el niño en casa y escuela. Para realizar la clasificación de
TDAH es necesario que ambos cuestionarios coincidan, ya que uno de los parámetros que establece
el DSM-V, es que los síntomas se presenten en dos o más ambientes. Este cuestionario tiene
consistencia interna ( Alfa de Cronbach 0,85 a 0,92) siendo sólida para ambos sexos y todas las
edades (Puerta, 2004; Castañeda y Vázquez, 2009).

– Escala Wechsler de inteligencia para niños WISC–IV. Esta prueba incluye cinco subpruebas. (1)
Comprensión Verbal (CV), que a su vez está compuesta por las siguientes subpruebas: Semejanzas,
Comprensión, Información, Palabras en contexto. (2)Razonamiento Perceptual (RP), que está
compuesta por las siguientes subpruebas: Diseño con cubos, Conceptos con dibujos, Matrices y
Figuras Incompletas. (3) Memoria de trabajo (MT) que está compuesta por las siguientes
subpruebas: Retención de Dígitos, Sucesión de números y letras (4) Aritmética y la (5) Escala
Velocidad de procesamiento que incluye los siguientes subpruebas: Claves, Búsqueda de Símbolos
y Registros.

Fue aplicada por un psicólogo sin la presencia de sus padres. La prueba se aplicó de acuerdo a las
instrucciones del Manual de Aplicación del WISC-IV, en cada subprueba se tomó en cuenta la edad
del niño para determinar el número del reactivo con el cual debería iniciarse la aplicación, ya que
esto determinará la puntuación definitiva en cada subtest. Las puntuaciones en las pruebas de CI
obtenidas se clasificaron de la siguiente manera: > 130 Muy Superior; 120-129 Superior; 110-119
Normal Alto; 90-109 Normal; 80-89 Normal Baja; 70-79 Limítrofe; 50-69 Deficiente Mental.
Se analizaron los resultados de la subprueba de Comprensión Verbal

– Semejanzas (S) En la base de esta tarea está la capacidad sistemática y racional para agrupar
ítems de información según un orden. Se trata de procesos que son básicos para progresar
adecuadamente en cualquier tipo de aprendizaje (comprensión y uso de la lengua, Matemáticas,
etc.) Es un buen predictor del rendimiento académico.
– Vocabulario (V) Buena medida del conocimiento o dominio que tiene el sujeto sobre el lenguaje
y la comprensión de las diferentes palabras que lo componen. También da una idea acerca de sus
recursos para manejar palabras y construir una explicación verbal coherente a la demanda.
– Comprensión (C) Mide el grado de aprendizaje de las normas sociales y la comprensión general
del mundo que le rodea. Se trata de un análisis funcional de los recursos e información que tiene el
niño para interactuar con su entorno de forma apropiada y según lo esperado por su cultura.
–Test BLOC-S-R o Bloc Screening Revisado, de M. Puyuelo (2002) y otros utilizados para la
detección de alteraciones lingüísticas. Es una prueba de aplicación individual, dirigida a niños entre
5 y 14 años.
El BLOC-S-R valora estos cuatro componentes del lenguaje:

1- Morfología

2- Sintaxis

3- Semántica

4- Pragmática.

Bloc-SR (Screening) Se trata de la versión reducida de BLOC, elaborada que sirve como prueba de
detección.

Permite evaluar de forma global si hay o no riesgo de problema de lenguaje, también posibilita
conocer el nivel lingüística de un niño examinado a partir de cuatro componentes del lenguaje
(morfología, sintaxis, semántica y pragmática).

– Morfología se compone de 15 apartados, en total 32 ítems. Cada apartado o bloque evalúa una
habilidad morfológica diferente, referente al estudio de la estructura de formación de las palabras.
– Sintaxis se compone de 10 apartados, en total 35 ítems. Cada bloque evalúa una habilidad
sintáctica diferente, referente a reglas de combinación de las palabras para formar oraciones y
establecer su gramaticalidad.
– Semántica se compone de 10 apartados, en total 22 ítems Cada bloque evalúa una habilidad
sintáctica diferente, referente a los aspectos del significado, sentido o interpretación de las palabras.
– Pragmática se compone de 1 apartado, en total 19 items. Cada bloque evalúa una habilidad
sintáctica diferente, referente al uso del lenguaje, formas de hablar en distintas situaciones de
comunicación e interacción social.
La administración de cada uno de los módulos requiere alrededor de una hora, pero en los casos que
puedan presentar problemas específicos de diversa índole el tiempo puede alargarse, especialmente
cuando ocurran dificultades perceptivas, de atención, etc. Para la calificación del Test BLOC-S-R
se convirtió la puntuación bruta de cada módulo a puntuación centil, para ubicar a la población en el
nivel correspondiente e interpretar los resultados.

Centil Nivel Interpretación


70-100 Superior | El alumno domina habilidades lingüísticas y las puede
usar correctamente.

60-70 Transición | El alumno necesita ayuda para dominar completamente


las habilidades lingüísticas.

30-60 Emergencia | El alumno muestra un dominio muy bajo y necesita ayuda.

25-30 Inferior a Alarma | La competencia del lenguaje es muy reducida.

Procedimiento
Para identificar a los niños con TDAH se llevó a cabo una valoración multidisciplinaria en la cual
se incluyeron los servicios de neurología, psicología, paidopsiquiatría, neuropsicología y
neurofisiología, así como la opinión de padres y maestros a través de los cuestionario DSM-IV-R
respectivos.

A los padres y maestros de los niños se les proporcionaron los cuestionarios ‘Criterios diagnósticos
de TDAH del Manual de Criterios Diagnósticos y Estadísticos para los Trastornos Mentales (DSM-
IV-R)’. Se les explicó el significado de los reactivos, haciendo hincapié en que dichas conductas a
evaluar deben haberlas observado por lo menos durante los últimos seis meses.

El diagnóstico se realizó ante la coincidencia de todas las evaluaciones en al menos 2 ambientes


diferentes. Los niños se clasificaron de acuerdo a cada uno de los 3 subtipos de TDAH reconocidos
por el DSM-V. TDA combinado (-C), con predominio de la inatención (-I) y con predominio de
hiperactividad-impulsividad (-H).

Las alteraciones Lingüísticas se evaluaron utilizando el Test BLOC-S-R. El WISC-IV se aplicó


para evaluar las Funciones Ejecutivas y Coeficiente Intelectual y descartar a los niños con CI Total
menor a 70. Específicamente se tomaron los datos del rubro Comprensión Verbal que incluye las
subpruebas de Semejanzas, Vocabulario y Comprensión para buscar la correlación con el Test
de BLOC-S-R.

Estadística
Se calcularon las medidas de tendencia central y de dispersión para las variables cuantitativas. Para
las medidas cualitativas se calcularon porcentajes. El análisis inferencial se llevó a cabo calculando
el Coeficiente de Correlación de Sperman test-retest, Análisis de varianza (ANOVA) uni- y
multivariado, con determinación post-hoc de Tukey.

RESULTADOS
La muestra se conformó de 267 sujetos 186 niños (69.7%) y 81 niñas (30.3%) de entre 6 y 12 años,
con 8.2 + 1.7 (Media + D.E.). De este total 156 CTDA-H distribuidos en los subtipos clínicos:
73 (27.3%) niños del tipo Combinado, 39 (14.6%) Inatentos y 44 (16.5%) Hiperactivos-
Impulsivos y 111 (41.6%) Controles.

En Test BLOC-S-R o Bloc Screening Revisado el nivel Pragmático en los tres subtipos de TDAH
(Combinado, Inatento e Hiperactivo Impulsivo) presentan un centil con un nivel de emergencia, en
donde se recomienda el apoyo de terapia de lenguaje y aprendizaje. En el rubro de Semántica en
los tres subtipos de TDAH, se encuentran en un nivel de transición. En el rubro de Sintaxis, los
sujetos con TDAH Inatento y Combinado se encuentran en un nivel de Transición, los sujetos
necesitan ayuda para dominar completamente las habilidades lingüísticas y los Hiperactivos
Impulsivos a nivel superior donde se menciona las dominan y pueden usarlas correctamente.

Se observaron diferencias significativas en el Test BLOC-S-R o Bloc Screening Revisado. (F=


26.3 gl 3 (264) ; p=0.05) en el rubro de Morfología, F= 22 gl 3 (264) p=0.05) en el rubro de
Semántica , ( F= 26.2 gl 3 (267) p=0.01) en el rubro Sintaxis , ( F= 21.2 gl 3 (264) p=0.05) en el
rubro Pragmática.
Así mismo se encontraron diferencias significativas en el componente Comprensión Verbal en las
subpuebas Semejanzas (F= 6.5 gl 3 (264); p=0.05), Vocabulario (F= 3.4 gl 3 (264); p=0.05) y
Comprensión (F= 5.4 gl 3 (264); p=0.05).

El análisis post-hoc muestra diferencias entre los grupos TDA-I, TDA-H y TDA-C, Control.

Se encontraron correlaciones entre los rubros Morfología y Comprensión de la escala WISC-


IV (rho = 0.61, p = 0.01). En Semántica y Semejanzas (rho = 0.72, p= 0.01) así como entre
Pragmática y Semejanzas y (rho = 0.72, p = 0.01). Semántica y Vocabulario (rho = 0.74, p =
0.01) en niños con TDAH Subtipo Combinado.

En el subtipo Inatento entre los rubros Morfología y Semejanzas de la escala WISC-IV (rho =
076, p = 0.01). En Semántica y Comprensión (rho = 0.61, p = 0.01) así como entre Pragmática y
Vocabulario y (rho = 0.72, p = 0.01). Y Pragmática y Comprensión (rho = 0.74, p = 0.01) en
niños con TDAH subtipo Inatento.

Se calculó la consistencia interna del cuestionario con el coeficiente de confiabilidad Alfa-


Cronbach en los 108 ítems que conforman el instrumento obteniendo (α: 0.81).

CONCLUSIONES
Los resultados muestran que los niños con TDAH presentan deficiencias en los cuatro
componentes del lenguaje (Morfología, Semántica Sintaxis y Pragmática). Sin embargo en el nivel
Pragmático en los tres subtipos de TDAH (Combinado, Inatento e Hiperactivo Impulsivo) presentan
un centil con un nivel de emergencia, en donde se recomienda el apoyo de terapia de lenguaje y
aprendizaje. En el rubro de Semántica en los tres subtipos de TDAH, se encuentran en un nivel de
transición. En el rubro de Sintaxis, los sujetos con TDAH Inatento y Combinado se encuentran en
un nivel de Transición, los sujetos necesitan ayuda para dominar completamente las habilidades
lingüísticas y los Hiperactivos Impulsivos a nivel superior donde se menciona las dominan y
pueden usarlas correctamente.

Se encontraron correlaciones entre las los rubros de Semántica y Pragmática con la subprueba de
Semejanzas; entre Pragmática y Vocabulario y Pragmática y Comprensión, en los sujetos
clasificados con TDAH combinado. También se observan correlaciones entre Morfología y
Semejanzas; entre Semántica y Comprensión; y entre Pragmática, Vocabulario y Comprensión, en
los sujetos clasificados con TDAH Inatento.

En resumen, en los niños con TDAH se observan dificultades en las habilidades Lingüísticas en
todos los niveles de la lengua a diferencia de los niños del grupo control, en ambas pruebas (BLOC
S-R y WISC IV en el rubro de Comprensión verbal) repercutiendo en el ambiente escolar, lo cual
interfiere en la lecto-escritura y en el aprendizaje en general.

Discusión
Este estudio permite conocer las deficiencias del lenguaje en sus cuatro componentes en los niños
con TDAH por subtipo clínico. Los resultados son congruentes con el estudio realizado por
Ygual A. y Miranda A. (2004) en el cual analizaron el relato que conllevan numerosas
implicaciones en la vida diaria de tipo social y académico, siendo una tarea cognitivamente
compleja que requiere conjugar habilidades lingüísticas y cognitivas con un sobre esfuerzo
organizado al servicio de la información que se quiere transmitir, en sus resultados
reportan dificultades en las habilidades lingüísticas y cognitivas que en niños con TDAH.

Los resultados de nuestro estudio también son apoyados por la investigación de Purvis y Tannack
(1997) en la que los niños con TDAH eran comparados con niños con dificultades lectoras. Se
observa que los niños con TDAH tienen dificultades para organizar los sucesos de forma coherente
y con cohesión, cuando se les pidió identificaran ideas relevantes de una narración con la idea de
realizar una evaluación en población preescolar para iniciar con un proceso de rehabilitación
exitosa.

Así mismo, Paredes C y Moreno P (2017) realizaron un estudio comparativo del lenguaje en niños
con sintomatología Hiperactiva-atencional y menores con trastorno específico del lenguaje, sus
resultados mencionan que los niños con TDAH mostraron mejor nivel morfológico, pero mayores
dificultades en el nivel pragmático, siendo congruente con los resultados de nuestro estudio.

Referente a las habilidades pragmáticas, Miranda et al., (2004) señalan que los niños con TDAH
manifiestan una producción verbal excesiva durante las conversaciones espontáneas, falta de
adecuación discursiva y serios problemas para respetar los turnos convencionales.

De acuerdo a Tannock, R., y Schachar, R. (1996) reportan que el comienzo del desarrollo del
lenguaje suele ser más tardío en los niños con TDAH, principalmente en el inicio de las primeras
palabras y primeras combinaciones entre palabras. Los datos que han aportado las investigaciones
han sido desde un 6% a un 35% de niños TDAH con retraso en el comienzo del lenguaje frente a un
2% – 6% en niños sin TDAH.

Otro estudio realizado por Love y Thomson (1988), reportan una prevalencia de los trastornos del
lenguaje en el trastorno por déficit de atención del 48.3% en 116 pacientes. Predominando el sexo
masculino con un diagnóstico de TDAH y deficiencias en el lenguaje de acuerdo con el componente
Pragmático parece estar más asociado al TDAH, por su nivel de exigencia en las tareas ejecutivas.

En un estudio realizado por Zambrano E, Martínez J. et al (2015) los resultados mostraron una
diferencia significativa en las subpruebas de ordenación de dibujos, diseño con cubos y
composición de objetos, las cuales evalúan organización perceptual, planeación, razonamiento no
verbal, atención, secuenciación visual, análisis y síntesis, coordinación visomotora, velocidad de
procesamiento mental y relaciones espaciales, y memoria de trabajo, las que la literatura reconoce
que se encuentran implicadas en niños con TDAH. Siendo congruente con los resultados de nuestro
estudio.

En otro estudio realizado por Zambrano E, Martínez J. (2009) se reporta que los niños con
TDAH Combinado tienen un CI Total de 99, un CI Verbal de 95 y un CI Ejecutivo de 98. Los
niños del grupo control obtuvieron un CI Total de 104, Verbal de 101 y Ejecutivo de 105. La
prueba de Wilcoxon para muestras relacionadas indicó Z -2.217 p=0.027 para la comparación de CI
verbal y no significativo para las otras mediciones. Lo que es congruente con los resultados de
nuestro estudio, donde se correlacionó la subprueba de Comprensión Verbal con alteraciones
lingüísticas.

Por lo anterior, es muy importante diagnosticar en forma temprana el TDAH en escolares y su


comorbilidad, para evitar complicaciones en el niño, así como sentimientos negativos hacia este por
parte de los padres y profesores (Wilens, Biederman, Brown, y cols., 2002).

Aproximaciones epistemológicas y metodológicas al estudio de la


creatividad
Teoría - Fundamentos
Publicado: octubre 23, 2018, 4votos , No hay comentarios

 Ana María Aguilera Luque


Doctora en dirección de empresas
Psicóloga Organizacional
La Ciencia en la Calle ONG
Valencia, España

RESUMEN
 Las aproximaciones al estudio de la creatividad han sido muy diversas, si bien destacan dos
paradigmas desde los que se ha intentado comprender este constructo. El primero engloba las
aproximaciones especulativas, como son las concepciones de la creatividad mística, humanística,
naturalista, fenomenológica y psicodinámica. El segundo está formado por las aproximaciones
empíricas, entre las que destacan los estudios historiométricos e ideográficos, el enfoque
experimental, la tradición psicométrica y los estudios de síntesis. El presente trabajo presenta una
revisión teórica de ambos paradigmas, así como, de los planteamientos epistemológicos que
subyacen a cada tipo de enfoque y método.

Palabras clave: creatividad, metodología, epistemología.

La creatividad es un fenómeno psicológico característico de la especie humana que ha


interesado a filósofos y científicos desde tiempos remotos. Pese a su gran importancia
para el desarrollo de la humanidad, el esfuerzo científico por comprenderla ha sido escaso
(Basadur y Basadur, 2011). De hecho, hasta la segunda mitad del siglo XX no se observa
un verdadero interés empírico hacia ella. Con Guilford (1950) se produce un cambio en la
forma de conceptualizar y estudiar la creatividad, al extraerla de su encasillamiento
místico, mágico e intuitivo que la convertía en un fenómeno inabordable por la ciencia.

Las aproximaciones y los métodos empleados para estudiar la creatividad han sido
diversos y han estado muy ligados a la concepción epistemológica que sobre ella
imperara en un momento histórico concreto. Aunque es posible establecer otras
clasificaciones, en este trabajo se ha optado por analizar el estudio de la creatividad
desde dos paradigmas: el primero englobaría todas las aproximaciones especulativas o
no empíricas. Dentro de este marco se encuentran, principalmente, la concepción mística
de la creatividad, la humanística, la naturalista, la fenomenológica y la psicodinámica. El
segundo paradigma estaría formado por aquellos estudios de corte empírico, o ajustados
al método científico actual, entre los que se encuentran los estudios historiométricos e
ideográficos, el enfoque experimental, la tradición psicométrica y los estudios de síntesis.
Estas estrategias de investigación se han aplicado en distintas corrientes psicológicas y
dominios del conocimiento interesados en la cuestión del fenómeno creativo.

Las aproximaciones especulativas al estudio de la creatividad


La creatividad ha estado asociada durante muchos siglos a creencias místico-religiosas.
Ya desde la antigüedad, los filósofos trataban de explicar las creaciones humanas
mediante respuestas teológicas en las que destacaba la inspiración sobrenatural. La
filosofía del Modernismo continuará interesada por la creatividad desde una concepción
más humanista que se iniciará el Renacimiento y perdurará hasta nuestros días. El
humanismo ayudó a desmitificar la creatividad, lo que facilitó que la ciencia se acercase al
constructo, si bien de forma no empírica hasta la segunda mitad del siglo XX, momento en
el que podría situarse el inicio del estudio empírico de la creatividad.

La concepción mística y aristocrática de la creatividad


Los clásicos explicaron la creatividad a través de la intervención divina. La persona
creativa se concebía como un recipiente vacío que una deidad colmaba de inspiración. La
persona se servía de esa inspiración para generar ideas creativas que serían entendidas
como algo de otro mundo (Sánchez-Elvira, Amor y Olmedo, 2005). Por ejemplo, en
el Fedro, Platón concibe al poeta -el creador- como un instrumento divino. El poeta es
capaz de crear solo lo que sus musas le dicten y es considerado un ser sagrado porque
está poseído por los dioses. Esta concepción divina convierte a la creatividad en un don
del que sólo disfrutan unos pocos elegidos. Desde la Antigüedad hasta el Renacimiento,
se ha mantenido esta visión mística y aristocrática de la creatividad.
Pero todo aquel que intente aproximarse al santuario de la poesía, sin estar agitado por
este delirio que viene de las musas, o que crea que el arte sólo basta para hacerle poeta,
estará muy distante de la perfección: y la poesía de los sabios se verá siempre eclipsada
por los cantos que respiran un éxtasis divino. (Platón, 1871, p.86)

La Edad Media, considerada una época obscurantista para el desarrollo y comprensión


del hombre, es de escaso interés para el análisis de la producción artística y, por tanto,
para la comprensión de la creatividad. En este periodo, el hombre estaba supeditado
completamente a una divinidad superior y toda la producción creativa se orientaba a
rendir tributo a esta deidad. Como es sabido, durante el Medievo hubo creaciones
artísticas pero dada la falta de autoría en muchas obras, como negación de la identidad
individual propia de esta época, el estudio del genio creativo resultó de poco interés en
aquel momento y complicado de realizar a posteriori por falta de datos biográficos sobre
los que apoyarse.

La concepción humanística
Durante el Renacimiento, la concepción divina de la creatividad se desdibuja, dando paso
a la idea de que la creatividad era un rasgo hereditario. Emerge el Humanismo, corriente
filosófica en la que el hombre no está abandonado a su destino o a los designios divinos,
sino que forma parte y es coautor de su propio devenir. En este periodo se retoma el
gusto por la estética y el arte, lo que da lugar a una gran actividad creativa. En las obras
del Renacimiento el creador vuelve a reivindicar su autoría, al tiempo que se retoman
otros valores de la Grecia clásica, lo que se ha interpretado como el renacer de la cultura
helena.

La proliferación artística que se vivió en el Renacimiento condujo a que se incrementase


el interés por estudiar las mentes de los genios creativos. Durante esta época, el tema
principal de debate fue nature vs nurture (herencia vs entorno). Hubo diferentes propuestas
sobre el origen del genio creador, si bien, ninguna de ellas se sustentó empíricamente.
Uno de los primeros tratados sobre el ingenio humano pertenece a Juan Huarte de San
Juan, médico español que en 1575 escribió “Examen de ingenios para las ciencias”.
A principios del siglo XVIII, el conocimiento generado por eminentes como Copérnico,
Galileo, Hobbes, Locke y Newton, afianzó la confianza del hombre en la ciencia. El
Humanismo, o fe en la capacidad del ser humano para resolver problemas a través de su
esfuerzo mental, creció rápidamente. En 1767, William Duff realizó la primera
investigación importante sobre el proceso creativo, convirtiéndose en uno de los primeros
autores que aborda las cualidades del genio creador de forma menos especulativa.
Además, estableció la distinción entre genio y talento, considerando que el talento no
requiere innovación, mientras el genio creativo sí. La visión de Duff es similar a la que se
sostiene en algunos estudios recientes sobre la mente creativa, de hecho, fue el primer
autor que apuntó hacia la naturaleza biopsicosocial del proceso creativo, adelantando lo
que dos siglos más tarde constituiría la teoría biopsicosocial de la creatividad (Dacey y
Lennon, 1998). La obra de Duff constituye uno de los hitos en el estudio sobre el
pensamiento humano que ha resultado esencial para desmitificar la creatividad y
acercarla a un tratamiento empírico.
La concepción naturalista
En el siglo XIX la creatividad se entendió, principalmente, como un rasgo hereditario de
las personas. Inicialmente, se pensó que solo los varones tenían este rasgo y costó
mucho tiempo reconocer la existencia de creatividad en las féminas. Durante gran parte
del siglo XIX, hubo un debate apasionante sobre la heredabilidad de rasgos, Jean
Lamarck sostenía que los rasgos aprendidos podían traspasarse genéticamente a la
siguiente generación, pero Darwin (1859) demostró que se equivocaba, demostrando que
los cambios genéticos no son inmediatos, ni resultado de la práctica y el aprendizaje, sino
que ocurren por mutaciones aleatorias durante el desarrollo filogenético de una especie.

Podría decirse que con Galton (1869) y sus investigaciones en el campo de las
diferencias individuales se inicia el tratamiento moderno de la creatividad. Galton intentó
demostrar la naturaleza hereditaria de la creatividad (nature), por lo que rechazó cualquier
posible influencia del entorno (nurture). Específicamente, estudió personajes eminentes o
genios creativos y su trabajo sirvió para atraer el interés hacia el fenómeno creativo,
convirtiéndose en uno de los precursores de la investigación psicométrica. Dos
aportaciones de este autor fueron determinantes para los desarrollos posteriores: (a) su
idea de libre asociación que, posteriormente, desarrollaría Sigmund Freud desde el
psicoanálisis y (b) en el terreno metodológico, introdujo la utilización de técnicas
estadísticas para el estudio de las diferencias individuales. De hecho, los principios
estadísticos de correlación y regresión provienen de sus hallazgos en los estudios
biográficos que llevó a cabo. Su aportación metodológica le convierte en el autor puente
que une el abordaje especulativo y el estudio empírico de la creatividad.
A pesar de su interesante trabajo, la psicología de finales del siglo XIX y primera mitad del
XX estaba más preocupada por otros procesos psicológicos más simples, debido al
creciente al auge del conductismo, lo que aplazó el estudio empírico de la creatividad a la
segunda mitad del siglo XX, exceptuando un par de líneas supervivientes al positivismo
radical, la Psicodinámica y la Gestalt, más unos pocos estudiosos de otras disciplinas,
tales como Wallas, Hadamard, Ghiselin, o Rossman.

La concepción fenomenológica
En oposición al asociacionismo de Galton, durante la segunda mitad del siglo XIX,
aparece otro grupo de teóricos conocido como los psicólogos de la Gestalt, aunque su
influencia no se dejó notar hasta bien entrado el siglo XX. Los gestálticos argumentaban
que la creatividad es un proceso más complicado que la simple asociación de ideas en
formas nuevas y diferentes. Creían que una idea, en su conjunto, era mucho más que la
suma de sus partes. El programa de estudio de la escuela Gestáltica, al igual que sucede
con el trabajo de Galton, no suele considerarse totalmente empírico, si bien hicieron
algunas aportaciones de corte positivista al estudio de la creatividad.

La corriente Gestalt se inició con el trabajo de Von Ehrenfels (1890), quien empezó a
formular un punto de vista alternativo al de la teoría empirista-asociativa, introduciendo el
término gestalt (Ash, 1995). Inicialmente, fundamentan sus supuestos sobre el concepto
de ideas innatas como pensamientos que se originan por completo en la mente y no
dependen de los sentidos para su existencia. Sostenían que el pensamiento creativo es la
formación y alteración de gestalts (patrones mentales o formas). Los elementos de las
gestalts tienen relaciones complejas que forman una estructura con cierta estabilidad y
son mucho más que meras asociaciones de elementos. Por tanto, explican la creatividad
a través del examen de las propiedades estructurales del problema. Wertheimer (1945)
defiende que cada estructura mental es incompleta, existen tensiones, en ocasiones
contradicciones que forman parte de la propia estructura. La mente del creador tiene la
habilidad de pasar de una estructura a otra más estable, una mejor estructura, de modo
que los insights (término gestáltico que alude a una nueva comprensión de un problema de
manera imprevista o espontánea) ocurren cuando una estructura mental compleja, de
repente, se transforma en otra más estable. El autor afirma que las soluciones creativas
se obtienen, a menudo, mirando una gestalt existente de una nueva manera y esto es
posible cuando cambiamos la posición desde la que observamos un problema.
Argumentaba que obteniendo un nuevo punto de vista sobre un problema en su conjunto,
en lugar de reorganizar sus partes, es más probable que surja la creatividad.
La concepción psicodinámica
Tal vez, el primer esfuerzo importante del siglo XX por comprender la creatividad y sus
orígenes se deba al Psicoanálisis. Los psicoanalistas de aquella época sostenían que la
creatividad surge de la tensión entre la realidad consciente y los impulsos inconscientes
del individuo. Freud (1958) sostenía que los escritores y artistas producían ideas creativas
como un modo de expresar sus deseos inconscientes de una manera socialmente
aceptable. Por ello, los psicoanalistas consideran el arte como un fenómeno compensatorio.
Freud desmitifica así la creatividad, al proponer que esta no es producto de musas ni
dioses, ni un don sobrenatural, sino que la experiencia de iluminación creadora o insight
se produce al pasar del inconsciente al consciente, supuesto que continúa teniendo
aceptación en la actualidad por una parte de los estudiosos de la cuestión.
Las aproximaciones empíricas al estudio de la creatividad
La clásica concepción sobrenatural de la creatividad ha llevado a que tanto legos como
doctos, hasta hace relativamente poco tiempo, hayan creído que la creatividad no podía
abordarse científicamente, lo que ha supuesto un gran retraso en su estudio formal. Los
primeros intentos de acercamiento científico se producen a partir de la segunda mitad del
siglo XIX, coincidiendo con dos hitos: (a) se renuncia a la idea de inspiración divina como
única causa de la creatividad y (b) la psicología inicia su escisión de la filosofía, en un
esfuerzo por convertirse en ciencia experimental.

Durante el siglo XX, la creatividad se ha convertido en uno de los constructos relevantes


de la investigación psicológica en las corrientes diferencialista y cognitiva, aunque
también ha sido analizada desde otras corrientes y disciplinas. Su estudio se ha
abordado, principalmente, desde los siguientes métodos de investigación: la historiometría
y los estudios ideográficos, la metodología experimental, la psicometría y los estudios de
síntesis. A través de estas metodologías se ha obtenido información relativa a los rasgos
de personalidad (apertura a la experiencia, autonomía, aversión al riesgo, etc.),
capacidades cognitivas (estilos y controles cognitivos), estadio de desarrollo del individuo,
características sociales (actitudes, valores, etc.), relaciones interpersonales, diferencias
intra e inter-grupales, etc.

A partir de la segunda mitad del siglo XX, se han abordado otros tipos de estudio como
los de corte genético, evolutivo, fisiológico o psicopatológico, lo que indica que la
creatividad es un constructo multidisciplinar y multimetodológico. El inicio del estudio
científico de la creatividad puede situarse en la obra de Guilford, autor que inició la
tradición psicométrica, aplicada al análisis factorial y correlacional, para el estudio de las
diferencias individuales.

La historiometría y los estudios ideográficos


Los estudios historiométricos tienen una larga tradición en investigación psicológica. Los
inicios pueden situarse en el Genio Hereditario de Galton (1869), que representa la obra
germinal del método científico aplicado al estudio del comportamiento humano.

Con carácter más científico, posiblemente el autor más prolífico y destacable en el estudio
historiométrico de la creatividad sea Simonton (1988). En su obra Scientific Genius, expone
su teoría evolucionista de la creatividad. Para Simonton la historiometría es “una disciplina
científica en la cual se ponen a prueba hipótesis nomotéticas acerca de la conducta
humana aplicando un análisis cualitativo a los datos relativos a personalidades históricas”
(Simonton, 1990, p.3). Este autor extrae datos de diversa documentación histórica sobre
individuos eminentes y transforma las variables cualitativas en variables numéricas bien
definidas. De este modo y con carácter cuantitativo, sus estudios se orientan a descubrir
posibles relaciones entre variables que apunten hacia principios generales de
comportamiento o hacia rasgos en los individuos creativos. Como datos de interés para
sus análisis emplea, entre otros, el orden de nacimiento, el contexto familiar, la educación
y la evolución de la productividad creadora.
Antes que Simonton, Hadamard (1945) también aplicó el método historiométrico. Este
autor se centró, en gran medida, en el estudio de la creatividad en matemáticas, a través
del análisis del matemático Poincaré, con quien consiguió probar el modelo de las cuatro
fases del proceso creador de Wallas (1926).

Sobre la base de este tipo de estudios, Chase y Simon (1973), tras observar la pericia en
jugadores de ajedrez, formularon la regla de los 10 años, según la cual, se requieren diez
años de inmersión profunda en un dominio concreto antes de crear una gran obra,
entendiéndose como gran obra las posibles modificaciones de las reglas del propio
dominio o la creación de un nuevo espacio-concepto, es decir, revolucionar el campo de
conocimiento al que se adscribe el creador. Tal teoría ha sido posteriormente validada por
varios investigadores (Gardner, 1995; Hayes 1989; Kaufman y Kaufman, 2007).
La historiometría ha ganado un gran poder explicativo en los últimos años al apoyarse en
la estadística multivariante y en los diseños cuasi-experimentales. Gracias a este método
se ha conseguido conocer una parte importante de los factores que influyeron en la
creatividad de personajes eminentes. Además, es la técnica indicada cuando se pretende
poner a prueba hipótesis nomotéticas sobre creatividad desde una perspectiva histórica
(Simonton, 1999).

En cuanto a la investigación ideográfica, Gruber es, posiblemente, el mejor representante


del estudio de la creatividad mediante estudios de caso, tradición que inició con el estudio
de la obra de Darwin (Gruber, 1974, citado en Gruber y Bödeker, 2005). Estos estudios de
caso único pueden ser de dos tipos: (a) las psicobiografías psicoanalíticas, como las que
se recogen en la obra de Freud y que han sido consideradas poco científicas y (b) los
estudios cognitivos de casos de Gruber, o el trabajo realizado por Gardner (1995)
en Mentes Creativas. El estudio de casos de Gruber combina el empleo del test
psicométrico y el análisis historiográfico. Está dirigido a comprender el desarrollo del
individuo creador globalmente, dentro de su contexto histórico, por lo que se observan
claras influencias del trabajo de Piaget sobre el desarrollo cognitivo (Piaget, 1936; 1967;
1970), si bien desde una perspectiva distinta. Piaget buscaba alcanzar una teoría general
del conocimiento, mientras que Gruber buscaba comprender lo individual más que lo
universal.
El método de Gruber ha recibido críticas sobre la falta de validez para generalizar los
resultados, debido a su enfoque individualista. Gruber (1985, citado en Gruber y Bödeker,
2005) defiende la utilidad de su método alegando que para construir teorías generales
hace falta, igualmente, conocer al individuo.

Con todas las debilidades de las que puedan ser acusados, los estudios de caso han
aportado una valiosa información en el seno de la psicología cognitiva para comprender
mejor los procesos subyacentes al proceso creativo y avanzar hacia la conformación de
modelos explicativos de tal capacidad humana.

Los estudios experimentales aplicados a la creatividad


Los estudios experimentales cobran protagonismo durante la primera mitad del siglo XX
de la mano de la Psicología de la Conducta o Conductismo. Esta corriente radicalmente
positivista se interesó, principalmente, en el estudio del aprendizaje dentro del paradigma
iniciado por Watson (1913) denominado Estímulo-Respuesta (E-R). El positivismo
conductista se auto-categorizó como psicología objetiva, en clara oposición a la tradición
introspectiva anterior que los conductistas clasificaban de mentalista y subjetiva, es decir,
de psicología no científica. Con su programa de investigación, aportó nuevos métodos al
estudio del comportamiento de corte experimental en los que se ejercía un gran control de
las variables, al tiempo que introdujo los modelos animales y la psicología comparada.
Dado su marcado enfoque mecanicista y reduccionista en exceso el conductismo no se
interesó por la creatividad, pues omitían los estados mentales del individuo como factor
influyente en la conducta y solo se interesaban por procesos observables.

A partir de los años 50 del siglo pasado, emergió una nueva corriente inspirada en el
procesamiento de la información (PI) y en la inteligencia artificial (AI): la Psicología
Cognitiva (Festinger, 1957; Gilford, 1950). Esta nueva corriente, que hereda del
conductismo su enfoque experimental, amplía su campo de intereses más allá de los
procesos observables y retoma el estudio de los procesos mentales donde la creatividad
ya tiene cabida como objeto de investigación. El cambio de paradigma se produce
definitivamente en los albores de los 70, con la publicación de “Psicología Cognitiva” de
Neisser (1967). Con su aparición, floreció un interés por investigar las cogniciones que
podrían mediar en las relaciones estímulo-respuesta. Otro hito de este cambio de enfoque
fue La Teoría de la Información (Shannon y Weaver, 1949) que desembocó en el
crecimiento de la corriente Cognitiva que culminaría su dominio en 1970. Con el
cognitivismo se ampliaron tanto los objetos de estudio como los métodos de investigación.
De este modo, se ampliaron las formas de entender la creatividad, por lo que fueron
apareciendo nuevos métodos y modelos experimentales para abordarla.

Por experimentales se entienden los métodos que pretenden aislar la relación entre dos o
más variables buscando encontrar relaciones de causalidad. A pesar de que la
metodología experimental es la que más restricciones plantea al investigador y somete al
constructo a un acusado reduccionismo, se emplea para explicar ciertas dimensiones de
la creatividad, sirvan a modo de ejemplo los estudios sobre la relación entre motivación y
creatividad de Teresa Amabile (1996).

Los estudios de creatividad desde el paradigma cognitivo han servido para despejar
algunas incógnitas sobre la creatividad. Por ejemplo, se ha podido establecer la existencia
de conexiones entre procesos cognitivos básicos como atención, percepción, memoria o
procesamiento de la información (PI) y la solución creativa de problemas (CPS), así como,
conexiones con la inteligencia, la personalidad, el lenguaje y otros varios factores
diferenciales. La creatividad también se ha abordado como producto o como variables del
entorno (Eysenck, 1995; Sternberg, 2006) y en estos estudios las herramientas de
simulación por ordenador han servido para probar modelos de creatividad que hace unas
décadas eran inabordables (Boden, 2004).

La psicometría en el estudio de la creatividad


Catell (1890), intentó medir el rendimiento intelectual mediante discriminación sensorial y
tiempos de reacción, por lo que diseñó diversos test a tal efecto. Sin embargo, no se han
encontrado correlaciones entre las medidas sensoriales y el rendimiento intelectual
(Wissler, 1901), por lo que estos instrumentos no han servido para medir la creatividad.

En su primera propuesta de test, Binet (1869, citado por Brown, 1989) incluyó un estímulo
visual (una mancha de tinta) con el propósito de medir la imaginación, pero al no
conseguir desarrollar un buen sistema de medida, terminó excluyendo esa prueba del
test. Junto a Simon, publicó la primera escala de inteligencia (Binet y Simon, 1905) en la
que incluyeron diversas pruebas relacionadas con la creatividad verbal, pero nuevamente
encontraron problemas para definir una forma operativa de medirla y terminaron
eliminando dichos ítems.

Guilford (1950) inicia el estudio psicométrico de la creatividad. Este autor consideraba que
el estudio de la creatividad en individuos eminentes no era útil para analizar los elementos
que conforman la creatividad de las personas comunes. Por este motivo, propuso el
estudio de la creatividad en individuos normales, empleando test de papel y lápiz, al igual
que se venía haciendo con el estudio de la inteligencia (Sánchez-Elvira, et al., 2005). Uno
de los test propuestos por este autor es el Test de usos inusuales (Christensen, Guilford,
Merrifield y Wilson, 1960), basado en el pensamiento divergente (Guilford, 1967). De este
modo, Guilford equiparaba la creatividad a pensamiento divergente, propuesta que cuenta
con muchos seguidores pero también con detractores como Baer (1993) o Cattell (1971).
Los detractores sostienen que altas puntuaciones en test divergentes no correlacionaban
claramente con un alto rendimiento creativo en la vida real, de hecho, hasta el propio
Guilford se dio cuenta de ello posteriormente (Guilford, 1970). Pero a pesar de estas
dudas, en los años 50 y 60 los test de pensamiento divergente se convirtieron en
instrumentos aparentemente útiles que permitían comparar las personas, al menos, en
uno de los aspectos relacionados con la creatividad, el pensamiento divergente
(Sternberg, 2012).

Siguiendo la tendencia psicométrica, Torrance (1966) elaboró el Test de Pensamiento


Creativo (TTCT), con el que evalúa tanto habilidades de pensamiento divergente como la
solución de problemas. Otro test, ampliamente mencionado en los estudios de creatividad,
es el Test de Asociaciones Remotas (Mednick, 1962). Mednick sostiene una concepción
asociacionista de la creatividad, al considerar que la creatividad está en función del
número y de la rareza de las asociaciones que realiza el individuo creativo.

El estudio psicométrico de la creatividad, aunque ha suscitado gran interés durante dos


décadas, no ha gozado de una valoración positiva unánime. Por un lado, se ha destacado
su importante papel en el fomento de la investigación sobre la cuestión, al proporcionar un
modo breve y sencillo de evaluar la creatividad en personas no eminentes, al menos en
alguno de sus factores, pero, igualmente, ha recibido contundentes críticas entre las que
destacan el carácter trivial y poco adaptado a la realidad de los instrumentos empleados,
la dudosa equivalencia entre pensamiento divergente y creatividad y la poca relación que
parece haber entre creatividad común y creatividad eminente, lo que impide generalizar
los resultados de estudios realizados con cualquiera de esas dos poblaciones hacia la
población no estudiada.
Los estudios de síntesis
Los estudios de síntesis son fundamentales para el avance científico. Se entiende por
estudio de síntesis todo aquel método de investigación secundaria, en el que la unidad de
análisis es cada uno de los estudios primarios que se han realizado previamente sobre
una cuestión concreta o fenómeno de interés. Con este tipo de estudios se pretende
recopilar, reorganizar y sintetizar los resultados obtenidos en esos estudios primarios.

Existen dos clases de estudios de síntesis: revisiones asistemáticas y revisiones


sistemáticas. Ambas buscan sintetizar el corpus de conocimiento en alguna área pero
aplicando distintos métodos. Mientras que la primera recopila la bibliografía y la
sintetizarla a criterio del investigador, la segunda sigue un procedimiento definido para la
elección de los estudios y la realización de la realización de la síntesis.

Desde hace décadas, parte de la comunidad científica ha llamado la atención sobre las
debilidades de los estudios de síntesis asistemáticos y pone en duda que pueda
progresarse en el conocimiento aplicando ese método (Rosenthal, 1991; Rosnow y
Rosenthal, 1989). Por ello, se considera necesaria la aplicación de métodos y técnicas
que permitan una revisión verdaderamente científica del corpus bibliográfico, mediante
procedimientos que doten de rigor, claridad, objetividad y posibilidad de réplica al proceso.
La revisión sistemática cumple esos requisitos y es más robusta, aún, si se trata de una
revisión de carácter cuantitativo o meta-análisis.
El término meta-análisis fue empleado por primera vez por Glass (1976), quien se refería
a él como el análisis del análisis o el análisis estadístico de una gran colección de análisis
resultantes de estudios individuales, con el propósito de integrar los hallazgos. El meta-
análisis, conceptualizado como herramienta estadística aplicable la revisión sistemática
cuantitativa, es considerado por algunos autores como el primer paso crítico para el uso
efectivo de la evidencia científica (Rousseau, Manning y Denyer, 2008, p 476; citado en
Aguinis, Pierce, Bosco, Dalton y Dalton, 2011). Otros sinónimos de meta-análisis que
podemos encontrar en la literatura son síntesis cuantitativa y revisión cuantitativa.

Gracias al meta-análisis se ha podido conocer el efecto que se consigue al manipular


distintos factores que se relacionan con la creatividad, como pueden ser la motivación del
individuo, el tipo de incentivos, la manera de administrarlos, aspectos del entorno, o qué
tipos de entrenamiento mejoran los resultados de creatividad.

CONCLUSIONES
La creatividad es un constructo complejo, multidimensional que puede ser abordado
multidisciplinarmente. Según el momento de la historia, la concepción sobre este
fenómeno mental, específicamente humano, ha cambiado y con ello la forma de
estudiarlo.

Hasta bien entrado el siglo XX, la creatividad se vio relegada al campo de la especulación.
De su estudio se ocupaban, principalmente, los filósofos, por lo que no se conocían los
factores que la conformaban o que influían en ella. Con la llegada de Guilford a la
presidencia de la APA en 1950, la forma de verla cambió radicalmente y empezó a
entenderse como un fenómeno psicológico más que podía someterse a un estudio
riguroso y científico.

Actualmente, son muchas las disciplinas interesadas en la creatividad, entre otras, la


psicología, la educación, la ingeniería, la sociología, la política o el mundo de la empresa
invierten esfuerzos en intentar comprenderla. Precisamente, por su carácter
multidisciplinar y multidimensional, son varias las metodologías de estudio con las que se
puede abordar este constructo. En este trabajo se han presentado las metodologías más
comúnmente aplicadas al estudio de la creatividad, desde las primeras aproximaciones
especulativas al constructo, a las actuales técnicas meta-analíticas para realizar estudios
de concreción desde un enfoque empírico. Todas ellas han aportado valor en el
conocimiento de este fenómeno y han sido necesarias para que actualmente nos
encontremos más cerca de resolver el enigma mental que supone la creatividad.

Factores psicosociales en prevalecencia en depresión, ansiedad,


distorsión cognitiva y hábitos de vida
Psicología Clínica y Psicoterapia
Publicado: septiembre 6, 2018, 2votos , 3 Comentarios

 Deisy Carolina Martinez Garzon


Universidad Piloto de Colombia

RESUMEN
 El objetivo principal de este estudio es describir la correlación que existe entre depresión, ansiedad,
distorsión cognitiva y hábitos de vida mediante una investigación descriptiva correlacional, con
información de una población de estudio que estuvo conformada por participantes referentes a las
fuerzas armadas de Colombia. Bajo un análisis descriptivo de acuerdo a los ítems examinados y a
las correlaciones propias, se pudo evidenciar que hay presencia de una variable que influye en otra
o en otros casos independientemente de que se presente una variable no prevalece la otra. Los
resultados indicaron correlaciones representativas en las variables de depresión, ansiedad, distorsión
cognitiva con la variable de sueño.

Palabras clave: depresión, ansiedad, distorsión cognitiva, sueño.

La depresión se refiere a un conjunto de síntomas afectivos, una esfera de sentimientos o emociones


que son percibidas como la tristeza patológica, debilidad, irritabilidad y la percepción subjetiva de
malestar o insuficiencia frente a las imposiciones de la vida, en diversos casos se llegan a presentar
síntomas somáticos o cognitivos, no obstante según Zúñiga (2005) “la depresión es un sentimiento
persistente de inutilidad, perdida de interés por el mundo y falta de esperanza en el futuro, que
modifica negativamente la funcionalidad del sujeto”. De igual forma, la depresión se considera una
enfermedad de alto grado, en donde la persona experimenta sentimientos severos y prolongados de
tristeza que pueden llevar consigo mismo el suicidio (Alberdi, 2006).

Si bien es cierto, la depresión es una enfermedad habitual en todo el mundo, y se deduce que afecta
a unos 350 millones de personas según estudios realizados por la OMS. Sin embargo, puede
transformarse en un dilema de salud severo, principalmente cuando es de larga duración y magnitud
mesurada a peligrosa, y puede ocasionar gran padecimiento y cambiar las funciones profesionales,
estudiantiles y familiares. En el peor de los casos puede conducir al suicidio, que es el origen
alrededor de 1 millón de muertes anuas (OMG, 2015).

Dentro del trastorno depresivo se encuentran desequilibrios en el sueño, la alimentación y el estado


de ánimo siendo el primero una secuencia de alteraciones vinculadas con el procedimiento de
dormir, en donde existen dificultades para conciliar el sueño o para mantenerse despierto sin
mostrar inicialmente cansancio físico. En segundo lugar, los trastornos alimenticios se entienden
por causas graves de perturbaciones en su dieta diaria, se puede evidenciar por las cantidades
pequeñas o grandes de comida puesto que se muestra angustia severa o preocupación por la forma o
peso de su cuerpo, de tal manera que se convierten en conductas obsesivas por mantener la
proporción diminuta de su figura, en tercer lugar se encuentra el estado de ánimo que se refleja
mediante desequilibrios emocionales, en donde el sujeto pierde la percepción de control sobre su
estado de ánimo y experimenta molestia frecuente. (Medina, 2007). No obstante, la ansiedad
también se manifiesta en un mal funcionamiento de las esferas psicológicas del comportamiento del
ser humano, definiendo ansiedad como una sensación y reacción de tensión sin causa aparente, se
presenta en situaciones de mayor estrés, en donde el sujeto lo interpreta como una señal de alerta
(Sierra, 2003).

Ahora bien, dentro de la ansiedad existen rasgos característicos que diferencian el comportamiento
de las personas, primeramente esta la ansiedad- rasgo que tiende a tener un estilo temperamental
frecuente, es decir, responde todo el tiempo de la misma forma ya sea en situaciones de estrés o no,
por lo tanto una persona que ha estado ansiosa todo el tiempo adquiere una conducta de temor,
mientras que la ansiedad-estado es una alteración eventual que depende más de un evento preciso y
que se puede reconocer(Vázquez, 2012).

Sin embargo, se presentan síntomas en la ansiedad que habitualmente se encuentran como la


distorsión cognitiva definiéndola como un estilo de falsedad en el procesamiento de información, es
decir, son malinterpretaciones que se dan sobre la realidad, por lo tanto, cuando la persona sufre
alguna adversidad significativa se altera emocionalmente y ahí es cuando procesa y difunde la
información que se recibe de un modo transversal y distorsionado a menudo muy poco exacto a la
sustentabilidad (Loinaz, 2013). Por consiguiente, de acuerdo con especialistas de la Sociedad
Española para el Estudio de la Ansiedad y el Estrés (SEAS), el estilo de vida, en su totalidad o
complejidad, representa la principal causa de ansiedad, debido a que esto se origina a partir de
estímulos negativos que son ocasionadas por algunos hábitos poco saludables. A partir de esto, los
hábitos de vida se definen como comportamientos o conductas propias en las cuales inciden en el
bienestar físico, fisiológico y mental, del mismo modo, es importante evitar consumir alimentos no
sanos, tipos de bebidas alcohólicas o drogas que de algún modo pueden traen consecuencias graves
para el bienestar y la calidad de vida.

MÉTODO

Diseño
La investigación consistió en un estudio correlacional, el cual tiene como objetivo examinar las
variables cuantitativas y describir el nivel de riesgo psicosocial en la población de las fuerzas
armadas.

Participantes

La población de estudio estuvo conformada por participantes de las fuerzas armadas, cuyo tiempo
laboral no excediera de los dos años calendario. La población fue seleccionada a través de un filtro
de estancia de dos años laborales con la institución.
Instrumentos

Se utilizó un software Statiscal Package for Social Sciencia SPSS versión 17, el cual permitió
analizar datos estadísticos, no obstante mediante este programa se utilizó una prueba no paramétrica
denominada Pearson, según Lehmann (1954), “mide la discrepancia entre una distribución
observada y otra teórica, indicando en qué medida las diferencias existentes entre ambas, de
haberlas, se deben al azar en el contraste de hipótesis. También se utiliza para probar la
independencia de dos variables entre sí, mediante la presentación de los datos en tablas de
contingencia”. El segundo instrumento utilizado se refiere a una encuesta diseñada para medir las
variables estudiadas.
Procedimiento

Se dividieron los datos en una base de Excel, en la cual se presentaban tres carpetas archivadas
identificadas por nivel bajo, medio y alto en donde cada correlación iba ordenada por el grado de
significancia ya sea (*) o (**) y con su correspondiente correlación + o correlación -, finalmente se
realiza un informe con los resultados que arrojo cada correlación de las variables de estudio, dando
claridad y comprensión a lo que se obtuvo al analizar los datos.
RESULTADOS
Los resultados del análisis correlacional, presentan correlaciones tanto representativas como no
representativas con grados de significancia bajos en donde la tabla1 presenta una correlación de
Pearson de un valor de 0,216 en las variables de ansiedad y conducta sexual en el grupo de hábitos
de vida con una significancia bilateral de 0,005, por lo tanto se podría afirmar que habría una
probabilidad de confiabilidad del 95% y un margen de error del 5%, se puede evidenciar que existe
una correlación significativa en las variables de depresión y sueño que representan un grado de
correlación de 0,201 con una significancia de 0,01 con solo un 1% de error. En otras palabras se
observa que a presencia de una variable puede estar la presencia de la otra con un grado de
dependencia bajo.
Tabla 1
Correlaciones Positivas

Tabla 2
Correlaciones Negativas
Se puede evidenciar que las variables que más se correlacionan son las de actividad física con
depresión, ansiedad y distorsión cognitiva con una correlación de -,0221** hasta -0,274** lo cual
representa una correlación débil y con un grado medio ** que muestra un mínimo de error con una
covarianza negativa, esto quiere decir que si presenta una variable no prevalece en la otra, por lo
tanto están muy desligadas una de la otra. También existe una significancia bilateral entre 0,001 a
0,005, significando que existe entre confiabilidad desde 95% hasta 99%.
Tabla 3
Correlaciones Positivas

Se puede demostrar que existe una correlación significativa entre ansiedad y alcohol, debido que se
correlacionan más, viendo que las correlaciones se aproximan entre 0,222** y 0,227** con una
significancia bilateral entre 0,003 hasta 0,005 lo cual muestra que existe una confiabilidad desde el
97% hasta el 95%.
Tabla 4
Correlaciones Positivas

Se
puede revelar que existe una correlación de 0,279** con un nivel alto de riesgo y una covarianza
positiva, lo cual muestra que existe una confiabilidad del 100% de error por azar, de acuerdo al
grado de significancia bilateral de 0.
Tabla 5
Correlaciones Negativas
Al contrastar los resultados arrojados, se puede observar que el factor de ansiedad representa una
correlación significativa con actividad física proveniente de hábitos de vida, sin embargo, se
evidencian correlaciones representativas en variables como patrones vinculares, alcohol y
alimentación. También se puede evidenciar en el grado de significancia bilateral una confiabilidad
del 100% de error por azar en la mayor parte de las variables.

DISCUSIÓN
Al hablar de correlaciones, se entiende en estadística como la relación o el grado de semejanza o
diferenciación unificada auténtica entre dos variables, de acuerdo a la relación lineal que se otorgue
a la correlación, es decir si los sujetos puntúan un grado alto en X (Depresión) tienden a puntuar
alto en Y (Hábitos de vida), y lo mismo se presenta en un grado bajo, puesto que si X lanza bajo
probablemente Y también arrojara un grado bajo. No obstante, debido que las correlaciones que se
utilizaron para analizar los datos, fueron de un coeficiente de correlación de Pearson, el cual
consiste en una medición directa de unión entre dos variables, los valores se dan entre -1 a 1, este
rasgo de coeficiente muestra el sentido de la relación y su valor universal marcan la fuerza, por
consiguiente, los valores ascendientes señalan que la relación es más ceñida.

Acoplado con cada coeficiente de correlación, el objetivo muestra la aclaración ineludible para la
verificación de la hipótesis nula de que la valoración poblacional del coeficiente es nula. Al realizar
la prueba se administraron los datos mediante un programa llamado Statiscal Program Science
Social, el cual permitió seleccionar el nivel crítico anhelado, mediante una prueba de significación
bilateral la cual permitió alcanzar la posibilidad de resultados supremos como lo comprendido y en
cualquier ruta cuando la hipótesis nula es real. Un nivel de significancia bilateral compara la
hipótesis nula en la que la dirección del resultado no se determina previamente (UCLM, 2015).

De acuerdo a los resultados que se obtuvieron en este estudio, se puede constar que existe una
correlación significativa entre los factores psicosociales y las variables de hábitos de vida,
depresión, ansiedad y distorsión cognitiva, lo que manifiesta que los participantes estudiados
prevalecerían en cuanto a presentar perturbaciones a nivel psicológico así mismo perjudicando
distintos aspectos de la vida habitual como en ámbitos tanto laborales, familiares y personales. No
obstante influyendo el desempeño de las instituciones y el desenvolvimiento en el área social.

Por esta razón la depresión se considera un trastorno mental habitual que se determina por la
existencia de sentimientos de tristeza, insatisfacción, pérdida de interés o placer en muchas casos
sentimientos de culpa o falta de autoestima con ello se pueden presentar trastornos de sueño de
apetito, sensación de cansancio y déficit de atención. Zúñiga (2005). No obstante se consideran los
hábitos de vida, aquellas acciones que se toman habitualmente en la vida, para obtener resultados
saludables tanto físicos como psíquicos, al realizar actividad física, o al consumir alimentos
saludables para el buen desarrollo mental y físico.

Para terminar, es importante señalar que a la luz de los datos obtenidos, se puede decir que tanto la
conducta sexual y el sueño son factores influyentes en la depresión, debido a un alto grado de
covarianza, por lo tanto, la depresión está muy sujeta a estos dos factores de hábitos de vida, por
consiguiente se puede afirmar que el factor de actividad física no tiene ninguna representación con
depresión, ansiedad y distorsión cognitiva.
Prácticas parentales y uso generalizado y problemático de Internet
Psicología de la Familia
Publicado: julio 10, 2018, 9votos , 8 Comentarios

 Jose David Fandiño Leguia Ph.D.


Docente universitario
Universidad Linda Vista
Pueblo Nuevo Solistahuacán, México
RESUMEN
 Se estima que existe un poco más de 200 millones de internautas y que esta cifra va en aumento con
el paso de los años, convirtiendo el internet en la segunda tecnología más usada alrededor del
mundo, superada únicamente por
la telefonía celular (Navarro Mancilla y Rueda Jaimes, 2007). En México, Argentina, Brasil,
Chile, Colombia, Perú y Venezuela se reporta que el 60% de los adolescentes de entre 14 y
15 años prefieren internet a cualquier otra actividad (Arribas e Islas, 2009). Los sujetos del estudio
fueron 778 alumnos de 12 a 22 años, el 50.7% de los cuales fueron hombres frente al 49.3% de
mujeres. Para obtener los datos de esta investigación, se utilizaron dos escalas diferentes: a) la
Escala
de Uso Problemático y Generalizado de Internet, que evalúa cuatro dimensiones: preferencia
por la interacción social online, regulación del estado de ánimo, autorregulación deficiente —que
incluye a
su vez preocupación cognitiva y uso compulsivo— y consecuencias negativas; y b) la Escal
a de Prácticas Parentales, formada por nueve factores, cuatro factores por parte del padre, —
comunicación y control conductual paterno, autonomía paterna, imposición paterna y control
psicológico paterno—y cinco por parte de la madre, —
comunicación materna, autonomía materna, imposición materna, control psicológico materno, y
el control conductual materno. Los resultados del estudio indicaron que
las prácticas parentales tienen relación con el uso problemático de internet en los adolescent
es del estudio.
Palabras clave: Adicción a internet, prácticas parentales, adolescentes.

En esta sociedad, tener internet es un elemento primordial para el trabajo, la educación y el


entretenimiento. Se estima que existen un poco más de 200 millones de internautas y que esta cifra
va en aumento con el paso de los años, convirtiendo al internet en la segunda tecnología más usada
alrededor del mundo, superada únicamente por la telefonía celular (Navarro Mancilla y Rueda
Jaimes, 2007). En México, Argentina, Brasil, Chile, Colombia, Perú y Venezuela se reporta que el
60% de los adolescentes de entre 14 y 15 años prefieren internet a cualquier otra actividad (Arribas
e Islas, 2009).

Así como el internet puede ser benéfico para nuestra sociedad, también puede tener efectos
negativos. Las
estadísticas indican que, en promedio, el 42% de los niños son víctimas de ciberbullying
(Chisholm, 2006; van Rooij y van den Eijnden, 2007; Vanlanduyt y De Cleyn, 2007). Una
segunda consecuencia que se ha documentado es el daño emocional debido a la exposición a la
pornografía, a la violencia y a
las insinuaciones verbales (Beebe, Asche, Harrison y Quinlan, 2004; Chisholm, 2006; Flemi
ng, Greentree, Cocotti Muller, Elias y Morrison, 2006; Livingstone, 2003; Mitchell, 2000;
Valentine y Holloway, 2001). Una
tercera consecuencia es el impacto de internet en la salud física de los niños (Barkin et al.,
2006; Vanlanduyt y De Cleyn, 2007; Wang, Bianchi y Raley, 2005).

De igual manera, otras investigaciones recientes (Castellana Rosell, Sánchez Carbonell, Gran
er Jordana y Beranuy Fargues, 2007; Echeburúa y de Corral, 2010; Ruiz Olivares, Lucena Jurado,
Pino Osuna y Herruzo Cabrera, 2010, Viñas Poch, 2009; Widyanto y Griffiths, 2006) han
demostrado el daño potencial que puede tener el uso inadecuado de la red entre los jóvenes y su
impacto psicológico y conductual, a los que se agregan pérdida de control, frecuentes sentimientos
de culpa y aislamiento.

Otros investigadores han encontrado que internet, a pesar de ser una novedad interactiva,
podría tener efectos negativos en los adolescentes, debido a las características propias de su
desarrollo, donde la búsqueda de cosas nuevas y la impulsividad propia de su etapa de vida los
hacen más vulnerables
a desarrollar problemas adictivos (Chambers, Taylor y Potenza, 2003; Morahan Martin y Sc
humacher,
2000). Desde hace casi dos décadas, internet está generando nuevas adicciones, convirtiéndo
se en un nuevo desafío en el campo de la psiquiatría (Navarro y Morales, 2001), debido al
desarrollo de patologías
que están asociadas al uso problemático de esta tecnología, como placer excesivo de estar e
n línea, irritabilidad o síntomas depresivos al no estar conectado, deterioro de las relaciones
familiares y sociales y negligencia laboral.

Antes del DSM-V no existia una categoría diagnóstica precisa que se refiera a la adicción a internet
o ciberdependencia. Este antecedente ha generado una variedad terminológica cuando se hace
referencia
al uso peligroso de internet, incluyendo términos tales como adicción a internet (Chou y Hs
iao, 2000;
Goldberg, 1996; Kandell, 1998; Young y Rodgers, 1998a, 1998b), uso patológico (Davis, 20
01; Morahan
Martin y Schumacher, 2000), dependencia de internet (Chen, Tarn y Harn, 2004), uso exces
ivo (Hansen, 2002), uso compulsivo (Greenfield, 1999; Meerkerk, van den Eijnden y Garretsen,
2006), uso problemático (Caplan, 2002; Shapira, Goldsmith, Keck, Kohsla y McElroy, 2000), uso
no mediado (LaRose, Lin y Eastin, 2003) y uso poco saludable o enfermizo (Scherer, 1997).

Caplan (2003, 2010) utiliza el término de uso problemático y generalizado de internet para
referirse al patrón que incluye el impulso recurrente de conectarse a internet y a la necesid
ad de estar conectado a menudo. Además, incluye repetidos intentos de detener el uso de internet,
reemplazo de las relaciones familiares y sociales y escape de los problemas y las consecuencias
negativas emergentes de la
vida diaria. La adicción a internet se origina como una problemática amalgamada a nuestra
sociedad moderna (Jiménez y Pantoja, 2007).
Desde 1998 hasta 2014 han surgido, a nivel mundial, numerosas investigaciones sobre adicción a
internet (Astonitas Villafuerte, 2013; Carbonell, Fúster, Chamarro y Oberst, 2012; Henderson,
2011; Ko et al., 2005a, 2005b; Kraut et al., 1998; Nabuco de Abreu, Gómez Karam, Sampaio Góes
y Tornaim Spritzer, 2008; Sánchez Carbonell, Beranuy, Castellana, Chamarro y Oberst, 2008;
Stieger y Burger, 2010; Yen et al.,
2008; Young y Rodgers, 1998a, 1998b). En México, diversos investigadores (Fernández Pon
cela, 2013;
García Piña, 2008; Hilt, 2013; Santana Carreón et al., 2012; Trujano Ruiz, Dorantes Segura
y Tovilla Quesada, 2009) han mostrado un interés marcado por el estudio de la adicción a internet
y su relación con otros conceptos.

Estilos parentales
Son muchos los agentes con los que tiene interacción una persona; sin embargo, la familia, durante
una
gran parte de la vida, es el factor más determinante en su desarrollo. Los padres constituye
n un elemento importante de esa influencia. Por esta razón, los investigadores del comportamiento
humano han visualizado la necesidad de crear propuestas para evaluar esta influencia. Varios
autores (Orlansky, 1949;
Schaefer, 1959; Sears, Maccoby y Levin, 1976; Whiting y Child, 1954) han definido alguno
s aspectos del
comportamiento de los padres, que pueden responder al porqué del comportamiento de los
hijos. Esta inquietud no es nueva, ya que Baldwin (1955), Freud (1933) y Watson (1928)
plantearon que el control y el apego son dimensiones fundamentales en el desarrollo de los niños.

Baumrind (1972) es una de las pioneras en este tipo de estudios y, por la década de los 70, estudió
y analizó los constructos antes propuestos y tuvo la iniciativa de proponer estilos parentales.
Los tres estilos que Baumrind (1966) propuso son los siguientes: a) autoritatorio, b) autoritativo y
c) permisivo.

Con el tiempo, Maccoby y Martin (1983) redefinieron la tipología de Baumrind (1966) al agregar
un cuarto estilo, al que ellos conceptualizaron como estilo negligente.
Esta tipología tradicional de los estilos parentales fue ampliamente utilizada para investigar l
a relación que existe entre el estilo parental y el desarrollo de los hijos, tanto en los Estados Unidos,
donde
surgió esta propuesta teórica (Blake Snider, Clements y Vazsonyi, 2004; Lamborn, Mounts,
Steinberg y Dornbusch, 1991; Steinberg, Lanborn, Darling, Mounts y Dornbusch, 1994; Steinberg,
Lamborn, Dornbusch y Darling, 1992), como por investigadores de otros países (Cakir y Aydin,
2005; Chao, 2001; Chen, et al., 1997; Cubis, Lewis y Davis, 1989; Glasgow, Dornbusch, Troyer,
Steinberg y Ritter, 1997; Leung, Lau y Lam, 1998; Musitu Ochoa y García Perez, 2001; Shek, Lee
y Chang, 1998; Sorkhabi, 2005).

Algunos investigadores mexicanos, igualmente, han visualizado la


importancia de estudiar esta variable (Asili Pierucci y Pinzon Luna, 2014; Asili Pierucci y Prats
Beltran, 2002; Palacios y Andrade, 2006;
Vallejo Casarín y Aguilar Villalobos, 2001; Vallejo Casarín, Aguilar Villalobos y Valencia,
2002) y han utilizado este planteamiento conceptual para evaluar el nivel de influencia de los
padres en el desarrollo de los hijos.

Prácticas parentales
La influencia de las prácticas parentales es tan importante, que en México se tienen evidencias de
que la percepción que tiene los hijos de sus padres influye en sus conductas problemáticas,
como
patologías de personalidad, ajuste escolar, consumo de alcohol y tabaco, conductas sexuales,
depresión, conductas antisociales e intentos de suicidio (Moreno Carmona, 2012; Rodríguez
Aguilar, van Barnerveld, López Fuentes y Unikel Santoncini, 2011).

La teoría sobre la cual se han apoyado diversas investigaciones sobre conductas parentales s
e
basan en dos grandes dimensiones: apoyo y control parentales (Barber, 1996). Las investiga
ciones
recientes han integrado elementos importantes dentro de las prácticas parentales que permite
n determinar, por ejemplo, los niveles de control psicológico y conductual (Barber, Olsen y Shagle,
1994).

Se entiende por apoyo parental la cantidad de soporte y cariño que muestran los padres. Lo
s padres catalogados como tolerantes y sensibles suelen sonreír, elogiar y estimular a sus hijos,
expresando una gran cantidad de cariño, aun cuando pueden volverse bastante críticos cuando un
niño se porta mal.

Las conclusiones de diversas investigaciones son consistentes al informar que un alto apoyo
parental se
relaciona con un menor número de problemas, tanto emocionales como de conducta (Amato
y Fowler, 2004; Barber, 1996; Fletcher, Steinberg y Williams Wheeler, 2004; Oliva Delgado,
Parra Jiménez, Sánchez Queija y López Gaviño, 2007).

El control conductual es definido como el conjunto de límites, reglas, restricciones y regulaciones


que los padres tienen para sus hijos y el conocimiento de las actividades que estos realizan
(Andrade Palos
y Betancourt Ocampo, 2011). Las investigaciones que giran en torno de este tema han enco
ntrado
resultados poco claros, ya que hay datos que apoyan la afirmación de que el control influy
e de manera positiva en la conducta de los hijos, sobre todo cuando se refiere a estrategias de
supervisión de los hijos (Pettit, Laird, Dodge, Bates y Criss, 2001). Sin embargo, el control
conductual también se asocia de forma negativa con la presencia de problemas cuando se utilizan
estrategias intrusivas para controlar la conducta (Barber, 2002).

MÉTODO
Tipo de investigación
La presente investigación fue de corte cuantitativo, no experimental, descriptivo, correlaciona
l y transversal, y propuso un modelo de matrices de ecuaciones estructurales.

Participantes
Participaron del estudio los estudiantes de nivel secundario y preparatorio de las escuelas
privadas y públicas de la cabecera municipal de Pueblo Nuevo Solistahuacán, Chiapas, dura
nte el curso escolar 2014-2015: a) COBACH 47 Pueblo Nuevo, b) Escuela Salomón González
Blanco, c) Colegio Niños
Héroes, d) Escuela General Estatal Leona Vicario y, e) Colegio Linda Vista. Dos institucion
es fueron de gestión pública y tres de gestión privada. Los sujetos del estudio fueron 778 alumnos
de 12 a 22 años, el 50.7% de ellos de género másculino frente al 49.3% de género femenino.

Instrumentos
Se utilizó la Escala de Uso Problemático y Generalizado de Internet (GPIUS2) para adolescentes,
de
Caplan (2002). Esta escala evalúa cuatro dimensiones que son las siguientes: a) preferencia
por la
interacción social online, b) regulación del estado de ánimo, c) autorregulación deficiente, q
ue incluye
preocupación cognitiva y uso compulsivo, y d) consecuencias negativas. La escala total tien
e una consistencia interna muy buena (α = .90).

El segundo instrumento utilizado fue la Escala de Prácticas Parentales para Adolescentes (PP-
A), de Andrade Palos y Betancourt Ocampo (2008). Esta escala está formada por nueve factores,
cuatro factores por parte del padre, —comunicación y control conductual paterno, autonomía
paterna, imposición paterna
y control psicológico paterno— y cinco por parte de la madre, —
comunicación materna, autonomía
materna, imposición materna, control psicológico materno, y el control conductual materno—
El instrumento cuenta con un coeficiente de confiabilidad muy aceptable (α = .920).

RESULTADOS
Resultados descriptivos e inferenciales
Los resultados estadísticos descriptivos del comportamiento de las variables revelan que los
participantes, en general, presentan un nivel más bien bajo de uso problemático y generalizado de
internet,
que corresponde a un 26% del rango de la escala. La media corresponde a la categoría mí
nima. La
dimensión con mayor puntuación fue la regulación del estado de ánimo. La percepción de l
as prácticasparentales revelaron un porcentaje (70%) más alto en el rango de la escala de la
comunicación materna y autonomía paterna, con un 62% en el rango de la escala de esta dimensión.

Los resultados mostraron que la matriz observada y la que surge del modelo no son iguales, según
el criterio absoluto de la Chi cuadrada (2(62) = 160.864, N = 398, P = .000). Sin embargo, el
modelo alcanzó una bondad de ajuste aceptable del índice absoluto (GFI = .962), del índice de
parsimonia (RMSEA = .063) y el índice de medida incrementada (CFI = .962). Esto permite aceptar
que el modelo es válido para describir la relación entre las variables involucradas.

Otros análisis
Análisis complementarios permitieron observar que la percepción masculina del control
conductual materno resultó significativamente mayor que la percepción de las mujeres. De igual
forma, la percepción de los varones en cuánto la imposición paterna resultó mayor que la de las
mujeres.

El uso problemático y generalizado de internet se asocia de manera inversa con la edad, lo que
significa que a mayor edad se presenta menor uso problemático y generalizado de internet.

DISCUSIÓN
De acuerdo con los resultados obtenidos en la presente investigación, se encontró que entre
los adolescentes de Pueblo Nuevo Solistahuacán, no se evidencia un uso problemático y
generalizado de internet,
dado que no alcanzaron valores importantes en la escala como para considerar que pueda h
aber este
comportamiento en su estilo de vida. Estos resultados son diferentes a los encontrados por
otros estudios
(Carbonell et al., 2012; Fernández Montalvo, Peñalva Vélez e Irazabal, 2015; Gómez Salgad
o, Rial Boubeta, Braña Tobío, Várela Mallou y Barreiro Couto, 2014; Muñoz Rivas, Gámez
Guadix, Graña y Fernández, 2010; Villadangos y Labrador, 2009).

Se encontró en el presente estudio que la dimension del uso problemático y generalizado d


e internet que presentó una puntuación más alta que las demás es la regulación del estado de ánimo.
Sin embargo, esto
no indica que los adolescentes usen el internet para refugiarse de sus sentimientos de tristez
a, enfado o soledad, porque los resultados no marcan valores suficientemente altos como para
indicar un comportamiento problemático. Según Cortés Blanco y Piñeroa Sierra (2009), “el uso
problemático de internet se ve fortalecido por las
posibilidades que el medio brinda en término de intimidad, variedad en su oferta, independe
ncia en tiempo
real” (p. 14). Con estas condiciones no cuentan los adolescentes de la investigación, debido
a que el medio donde se encuentran no ofrece acceso a internet de manera regular y gratuita; así
que hacen uso del mismo en cibercafés que requieren de un costo monetario y carecen de
privacidad, uno de los elementos necesarios para presentar una conducta problemática en este
ámbito.

En gran medida esa privacidad se obtiene generalmente por tener acceso a internet en el ho
gar, evidente en los resultados de la Asociación para la Investigación de Medios de Comunicación
(AIMC, 2016) y de Sánchez Martínez y Otero Puime (2010), quienes declaran que el lugar donde
más se conectan los jóvenes es en su casa. Como no se encontró marcado uso problemático y
generalizado de internet, los adolescentes expresan que este no afecta el control de su vida y
evidencian el hecho de que no han dejado compromisos o actividades sociales importantes por el
uso de internet. También expresaron que no han incumplido compromisos por esta práctica. Sin
embargo, estos resultados son contrarios a la opinión de otros estudios, que han observado que el
uso problemático de Internet entre los adolescentes preocupa cada vez más a investigadores
e instituciones.

Problemas de conducta, aislamiento social, fracaso escolar y problemas familiares son algun
as de las consecuencias del impacto a nivel psicológico y conductual que ello produce (Gómez
Salgado et al., 2014, p. 21).

En cuanto a la asociación del uso problemático de internet con los aspectos psicológicos de
los
adolescentes, se evidencia que los participantes del estudio mostraron poca inclinación a usa
r internet para hablar con otros cuando se sienten solos, tristes o enfadados. No obstante, un
porcentaje bajo de los jóvenes expresan navegar en internet cuando están tristes o para regular su
estado de ánimo, lo que, según Navarro y
Morales (2001), puede originar el desarrollo de patologías, tales como depresión, irritabilida
d, problemas familiares y sociales, lo que también es confirmados por otros estudios (Milevsky,
Schlechter, Netter y Keehn, 2007; Sheeber, Hops, Alpert, Davis y Andrews, 1997).

Se agrega a los aspectos psicológicos que los adolescentes expresan que no estar conectados a
internet
es algo que no les preocupa, ni consideran que el no tener acceso a él los haga sentir aisl
ados de sus
semejantes, o con la sensación de pérdida social. Por lo tanto, entre los adolescentes de Pu
eblo Nuevo
Solistahuacán, la idea obsesiva de conectarse a internet no es una conducta característica. C
on todo un porcentaje importante (26%) de adolescentes muestra tener dificultad para controlar la
cantidad de tiempo que está conectado a internet, situación que igualmente se observa en el estudio
de De Gracia Blanco, Vigo Anglada,
Fernández Pérez y Marcó Arbonès (2002). Sin embargo, la gran mayoría puede resistir los
impulsos de conectarse a internet.

CONCLUSIONES
En los adolescentes de Pueblo Nuevo Solistahuacán no se observaron que permitan afirmar que hay
un uso problemático de internet, al contrario de la mayoría de las investigaciones. Esto no asegura
que no existan casos con esta problemática entre algunos adolescentes. Las prácticas parentales
constituyen factores importantes para evitar la conducta del uso problemático de internet en
adolescentes de la cabecera municipal de Pueblo Nuevo Solistahuacán, Chiapas, destacando que de
estas prácticas las de mayor impacto son las maternas. La dimensión de las prácticas parentales que
contribuye al uso problemático de internet en adolescentes es el control psicológico paterno y
materno. Sin embargo, las dimensiones que contrarrestan esta conducta en los adolescentes objetivo
de investigación en la localidad de Pueblo Nuevo Solistahuacán son la comunicación materna y la
comunicación y control conductual paterno.

Las escuelas que presentaron los resultados más bajos en la evaluación del uso problemático de
internet
fueron el Colegio Linda Vista y el COBACH 47. Las de resultados más altos fueron la Es
cuela General Estatal
Leona Vicario y la Escuela Salomón González Blanco. Cabe destacar que estos valores no
llegan a constituir indicadores de la presencia problemática del uso de internet.

REFERENCIAS

Dispareunia: factores físicos y psicosociosexuales. (Investigación


prospectiva 2011-2015)
Sexualidad
Publicado: octubre 29, 2017, 1votos , No hay comentarios

 Jorge Lopez-Olmos
Médico Master en Sexualidad Humana
Centro de Especialidades Monteolivete
Valencia, España.

RESUMEN
 Estudio prospectivo de 5 años de duración (2011-2015) para investigar los factores físicos y
psicosociosexuales de dispareunia, en una serie de 63 mujeres que consultaron exclusivamente por
dicho síntoma. Cumplimentaron por escrito el cuestionario de Castejón y López-Olmos, a
continuación, la entrevista personal, la exploración clínica y ginecológica, con citología
cervicovaginal, cultivo microbiológico y ecografía transvaginal. Con todo ello se obtiene un
diagnóstico y se procede al tratamiento adecuado. Sobre 22.461 consultas en ese tiempo, hubo 63
casos de dispareunia exclusivamente, lo que equivale al 0,28 %. Se encuentran pocas causas físicas
de dispareunia, salvo las infecciones vaginales, que siempre hay que buscar.
Palabras clave: Dispareunia, Causa física, Causa psicosociosexual, Cuestionario de Castejón y
López-Olmos.

La disfunción sexual femenina (DSF) es un trastorno en el deseo sexual, la excitación, el orgasmo,


y/o dolor en el sexo, que da distress o tiene impacto en la calidad de vida y las relaciones
interpersonales (Walton y Thorton, 2003). En la clasificación de la DSF, el título 4 corresponde al
dolor sexual e incluye dispareunia y vaginismo (Lightner, 2002).

La dispareunia es dolor genital asociado al coito. El vaginismo es un espasmo muscular que impide
el coito, ambas, preferiblemente deben llamarse alteraciones sexuales con dolor (Binik et al, 2002).

El dolor no forma parte del modelo sexual. La dispareunia no es solo un trastorno de dolor sino
también una alteración específica de receptividad. Las mujeres consultan en ginecología por
vulvovaginitis, metrorragias, hipermenorreas, amenorrea, miomas, quistes de ovario, etc, pero al
final añaden: “y molestias con las relaciones sexuales, dolor, no puedo tenerlas “.
La prevalencia de dispareunia varía según la población estudiada, pero llega al 50 %, y aumenta con
la edad (Dunn et al, 2002). Hay más riesgo en mujeres jóvenes que en mayores, porque copulan
más, pero sorprendentemente pocas afectadas consultan, y el sufrimiento dura años.

En una aproximación clínica a la dispareunia, dolor en el coito, hay muchas causas (que se resumen
en el anexo 1: factores biológicos y psicosociales: causas psicosexuales y causas socioculturales. De
forma sencilla, clínicamente se puede pensar en causas de vulva y vagina (infecciones, vaginismo,
sequedad vaginal), causas por el pene (desproporción pene-vagina, introito estrecho), y en causas
con el pene en la vagina (miomas, prolapso uterino, infección pélvica, endometriosis, tumores
ováricos, cicatrices de operaciones anteriores, etc.).

Y en cuanto al estado mental, a veces la paciente no está preparada, está tensa y no excitada, o
presenta una actitud negativa frente al sexo. Si la mujer tiene distress en la relación sexual, los
marcadores son (Bancroft et al, 2003): estado mental, salud física, nivel de educación y relación con
su pareja.

En este trabajo, se presenta un estudio prospectivo de 5 años de duración (2011-2015), viendo los
factores físicos y psicosociosexuales en mujeres que consultaron exclusivamente por dispareunia.
Se aplicó un cuestionario por escrito diseñado por los autores (cuestionario de Castejón y López-
Olmos) para el estudio de los factores psicosociosexuales, se excluyó el estudio de problemas
mentales.

MÉTODO
Durante los 5 años, 2011-2015, se ha recogido todos los casos que consultaron exclusivamente por
dispareunia, en la consulta de ginecología del autor en el Centro de Especialidades de Monteolivete,
Valencia (España). En total 63 casos.

Se hace un estudio prospectivo, investigando las causas físicas, incluidas las infecciosas y las
causas psicosociosexuales. Se excluyeron las causas psicológicas de patología mental. Para ello se
hizo lo siguiente: previamente se propuso por escrito la realización del cuestionario de Castejón y
López-Olmos (anexo 2) el cual la colaboradora J. Castejón llevó a su forma definitiva. Todas las
pacientes dieron su consentimiento informado, ninguna se negó a su realización. Una vez
cumplimentado y numerado, se guardaba en bolsa aparte, sin estudiarlo el investigador hasta el
cierre del estudio.

Posteriormente, se hace la anamnesis ginecológica dirigida, mediante entrevista personal. Las


preguntas que se repiten en la entrevista y el cuestionario, al final del estudio se procede a comparar
las respuestas.

En el segundo tiempo, la paciente pasa a la sala de exploración, donde se hace la inspección visual
de la vulva y la vagina (con espéculo normal). Se toma muestras para citología cervicovaginal y
para cultivo microbiológico. Se excluyeron los casos con vulvovaginitis candidiásica clínica y de
menopáusicas con atrofia vulvovaginal. Luego se procede a practicar una ecografía transvaginal con
el ecógrafo Siemens Sonoline G20 que lleva un transductor con un cabezal de 3 x 2,5 mm
equivalente al glande del pene.

Tras el estudio, a todas las pacientes se les explicaron los hallazgos obtenidos, y se indicó el
tratamiento aconsejable. Además, se recomendó un buen lubricante para las relaciones sexuales.

En el estudio estadístico, los datos cuantitativos se expresan como rango, media y desviación
estándar. Los datos cualitativos se expresan en porcentajes. La comparación de medias se realiza
con la prueba t de Student. La comparación de porcentajes se hace con la prueba X² de Pearson. Se
considera significativa una p < 0,05. También se compararon| los datos de la anamnesis y del
cuestionario sobre el dolor.

RESULTADOS
En la tabla I, presentamos los datos cuantitativos de: edad, paridad (como gestaciones, partos y
abortos), edad a la menarquia, edad de la primera relación sexual de coito; IMC, índice de masa
corporal, que es el cociente entre el peso en Kg y el cuadrado de la talla en m. IMC = P/ T².

Tabla 1
Datos cuantitativos

Sobre un total de 22.461 consultas en esos años, 2011-2015, tenemos 63 casos de dispareunia como
consulta exclusiva, suponen el 0,28 %. La media de edad fue 31,53 años (entre 18 y 52). La paridad
media fue 0,95 (entre 0 y 4). Hubo 23 casos de nuligestas (36,50 %). La media de edad a la
menarquia fue 12,85 años (entre 9 y 17). La media de edad al primer coito fue 17,70 años (entre 13
y 28). El IMC medio fue 23,48, normal. Se incluyen 3 casos de menopáusicas, con media de 46
años a la menopausia (entre 42 y 50 años).

En la tabla II, presentamos los datos cualitativos de: estado civil, estudios, trabajo y métodos
contraceptivos. El 49,20 % eran solteras. El 49,20 % tenían estudios secundarios y el 33,33 %
estudios universitarios. No trabajaban el 41,26 %. Respecto al método contraceptivo: no utilizan
ninguno, el 28,57 %. El más utilizado es la píldora contraceptiva en 30,15 %, seguido del
preservativo en 23,80 %.

Tabla 2
Datos cualitativos
En la tabla III, presentamos los antecedentes médicos y quirúrgicos. Los médicos en 9 casos (14,28
%), destacando 2 casos de infección por VPH, virus del papiloma humano (3,17 %). Los
quirúrgicos en 18 casos (28,57 %), destacando: prótesis mamarias en 3 casos (4,76 %), y
endometriosis ovárica bilateral en 2 casos (3,17 %).

Tabla 3
Antecedentes médicos y quirúrgicos

En la tabla IV, presentamos los datos sexuales de: tipo de pareja, deseo, lubricación, orgasmo,
sequedad vaginal y frecuencia coital. La pareja era estable en 95,23 %, y esporádica en 4,76 %.
Presentaban no deseo sexual en 38,09 %, no lubricación en 20,63 %, anorgasmia en 26,98 % y
sequedad vaginal en 47,61 %. La mayor frecuencia coital era a días alternos y una vez a la semana,
respectivamente en 22,22 %.

Tabla 4
Datos de función sexual

En la tabla V se aborda características del dolor y sus circunstancias. El dolor era profundo en 65,07
%, superficial en 20,63 %, y ambos en 14,28 %. El dolor era habitual en 69,84 %. En relación a la
postura sexual, en 66,66 % era en todas o cualquiera de ellas, y luego en la postura del misionero
(hombre encima). No usaban preservativo en 60,31 %. No usaban lubricante en 71,42 %. En
relación con el tamaño del pene, no la había en 90,47 %. El dolor más acusado es mientras ocurre la
cópula en 55,55 %. Además, señalaron escozor en 28,57 %, y sangrado en 12,69 %. El tipo de
dolor: era como pinchazos en 39,68 %, o como opresión en 30,15 %. La intensidad del dolor,
medida en una escala Likert de 0-5 puntos, fue en 39,68 %,4 puntos, y en 34,92 %, 3 puntos.

Tabla 5
Características del dolor
En la tabla VI, se indican los resultados de la citología cervicovaginal, del cultivo microbiológico y
los hallazgos ecográficos.

Tabla 6
Hallazgos citología; cultivo y ecografía vaginal
La citología fue negativa en 76,19 %. En 15 casos positivos (23,80 %), hubo 11 infecciones, por
vaginosis bacteriana (9) y por candidiasis (2); y 4 casos de lesiones celulares cervicales: ASCUS
(atipias de significado incierto), LSIL (lesión escamosa de bajo grado) y HSIL (lesión escamosa de
alto grado).

El cultivo microbiológico fue negativo en 66,66 %. En 21 casos fue positivo (33,33 %), destacando
7 infecciones por Candida albicans (11,11 %) y 6 por Gardnerella vaginalis (9,52 %).

Los hallazgos ecográficos fueron 6 casos (9,52 %): un hidrosalpinx derecho, 2 quistes de ovario
(uno endometriósico); un pólipo endometrial, y 2 casos de SOP, síndrome de los
ovarios poliquísticos (que pueden no tener relación con la dispareunia).

Con el espéculo, hubo dolor en 23,80 %, al tacto combinado en 14,28 %, con la movilización del
cérvix en 14,28 %, y con el transductor ecográfico hubo dolor en 9,52 %, y a la presión en cérvix en
12,69 %.

En la tabla VII, comparamos nuestros casos actuales con otra serie nuestra de 2004-2007 de 4 años
y 80 casos (López-Olmos, 2008). Únicamente encontramos diferencias significativas: p< 0.05 en no
lubricación, mayor entonces; en dolor profundo, p< 0,001, mayor entonces, y en picor-escozor tras
el coito, p < 0,01, mayor ahora. También había diferencias significativas en la edad, p< 0,01,
entonces 37,35 ±17,88, ahora 31,53 ± 8,44; y en la edad a la 1ª relación sexual coital, p< 0,01,
mayor entonces, 20,16 ± 6,08 versus 17,70 ± 2,64, actual.
Tabla 7
Comparaciones series 2004-2007 y 2011-2015

En la tabla VIII, presentamos los datos del cuestionario de Castejón y López-Olmos, sobre 60
casos. Quedaron excluidos 3 casos que no lo completaron en su totalidad.

Tabla 8
Cuestionario Castejón y López-Olmos. Factores psicosociosexuales
Destacamos:

Sobre la educación sexual en la infancia –adolescencia: nunca se hablaba en 53,33 %, pero se


hablaba con normalidad 46,66 %. Aunque en 6,66 % se hacían comentarios malos e incómodos. En
la relación con los padres: el padre era autoritario en 28,33 % (en 1 caso era la madre). La relación
era cariñosa 60 %. Y agresiva verbal y físicamente en 11,66 %. Relataron agresiones sexuales en la
infancia –adolescencia 9 casos (15 %), y en la edad adulta 4 casos (6,66 %).

El dolor era profundo en 28,66 %, a la introducción en 13,33 %, y ambos en 60 %. El tiempo de


duración del dolor fue: < 3 meses en 20 %, > 6 meses en 38,33 %, y > 1 año en 31,66 % (en 1 caso
durante 7 años).

En 55 % se trataba de su 1ª consulta por este motivo. Pero en 45 % ya había consultado


anteriormente. En 80 % habían comentado su caso con alguien, lo habían hablado. En 20 %, no lo
habían hablado: en 11 casos, por vergüenza (18,33 %), y en 1 caso (1,66 %) porque pensaban que
la mujer lo sufre normalmente.
Respecto a la pareja: en 1 caso no lo sabía; se mostraba preocupado 73,33 %, indiferente 3,33 %
y 21,66 % no le da importancia. Referían pareja agresiva 23,33 %, pero se refiere a otra pareja
anterior, no a la actual.

La relación de pareja era buena en 90 %; indiferente, discuten mucho, o ya no le atrae, en 3,33 %,


respectivamente.

La relación sexual se considera un deber en 11,66 %, pero es apetecible en 88,33 %. En la relación


sexual se siente excitada en 80 %, pero no excitada en 20 %. Las mujeres adoptan posiciones de
dominadora y de dominada, respectivamente, en 76,66 %. No existen posturas sexuales sin dolor en
45 %.

Estas mujeres, en un 41,66 % tienen problemas para dormir, antesala de la depresión. Tienen otros
problemas: económicos y desempleo 31,66 %; familiar enfermo o fallecido 23,33 %; por hijos
pequeños 8,33 %, familiar que vive con la pareja 6,66 %.

La valoración de su aspecto físico fue favorable en 51,66 %, pero en 10 % no se consideran


atractivas. Para el 25 %, no le da importancia. En l5 % se consideran muy bien para su edad, y un
3,33 % no le gusta que la miren.

Respecto a la influencia del dolor en la frecuencia sexual, en un 61,66 % ha disminuido la


frecuencia por miedo al dolor; el 10 % ha disminuido pero cumple; en 21,66 % tienen sexo con la
misma frecuencia, y en 6,66 % el dolor no influye en el deseo sexual.

La pareja se muestra igual en 55 %, más cariñoso en 36,66 %, pero no lo entiende el 8,33 %.

Se tiene miedo al embarazo en 40 %. Se considera sufridora en 26,66 %, y no tiene distracciones o


aficiones (hobby) en 13,33 %. Tienen complejos en 21,66 %, sobre problemas físicos y sobre el
problema de pareja.

Comparando lo que escribieron en el cuestionario y lo que dijeron en la entrevista, hay diferencias


en el dolor profundo, 26,66 % versus 65,07 % (X²= 18,11, p< 0,001), y en ambos, dolor profundo y
superficial, 60 % versus 14,28 % (X²= 27,66, p< 0,001). Esto se explica, porque en la entrevista
personal, se puede preguntar más, aclarando puntos, y hay mayor concreción de los datos.

DISCUSIÓN
La dispareunia es el dolor con el coito, pene-vagina, dolor persistente durante o después del acto
sexual, y que causa preocupación (Meana y Binik, 1994). La dispareunia es un problema de sexo
relacional. La libido se ve afectada más por los sentimientos por la pareja que por las hormonas.
Los sentimientos hacia la pareja y los problemas sexuales de la pareja afectan directamente a la
función sexual (Dennerstein et al, 1999). El dolor está en el cuerpo, en la cabeza, y en la relación de
la paciente con el otro. El dolor es síntoma de malestar (Colson, 2001). Hay sufrimiento: por
miedos diversos, rechazo al otro, imposibilidad de aceptar el propio cuerpo, miedo a la sexualidad,
culpabilidad por una relación extraconyugal, etc. El otro actor está ausente en la consulta. Se
producen conflictos de poder (penetración brusca y sin preparación), y conflictos de pareja.

Como ya dijimos en nuestro trabajo anterior (López-Olmos, 2008), encontramos pocas causas
físicas, orgánicas, de dispareunia, 15 %, y causa infecciosa vulvovaginal, en 46 %. En la serie
actual, las cifras cambian, causa orgánica, 10 %, y causa infecciosa, 57 %, pero sin diferencias
significativas.

El retrato robot de nuestra serie es: mujeres de 18-52 años, media 31 años; paridad media 0,95;
media de 17 años al primer coito. Solteras en 49,20 %, con estudios universitarios en 33,33 %, y no
trabajan en 41,26 %. No usan contracepción en 28,57 %, usan la píldora en 30,15 %. Tienen pareja
estableen 95,23 %. Presentan disfunciones sexuales: no deseo sexual, en 38,09 %, no lubricación en
20,63 %, anorgasmia en 26,98 %, sequedad vaginal en 47,61 %. La mayor frecuencia coital es a
días alternos en 22,22 %.

Tienen dolor profundo en 67,07 %, superficial en 20,63 %, y ambos en 14,28 %. El dolor es


habitual en 69,84 %, en cualquier postura en 66,66 %, y la intensidad del dolor es 4 puntos de 5, en
39,68 %.

Ahora nos ocuparemos del análisis de los factores psicosociosexuales, basándonos en el


cuestionario y en la entrevista.

Si se señala dolor con poner un tampón intravaginal, con el examen ginecológico, con la inserción
de los dedos suyos o de su pareja en la vagina, o con el coito pene-vagina, las 5 preguntas
identifican mejor la función sexual (Elran et al, 2014). Con respuestas positivas hay correlación con
peor función sexual de ellas y de sus parejas: ellas, dispareunia y anorgasmia; ellos, disfunción
eréctil y no deseo sexual.

Los factores biológicos y sociales no se pueden separar, el problema sexual está en la interacción de
la pareja (Sutherland, 2012).

Hay precondiciones del dolor:

– Abuso sexual.
– Episodio traumático, en el primer coito mucho dolor.
– Se considera mala y sucia, por ser activa sexualmente.
– Sentimiento de obligación a la sexualidad, e ignorar sus propias necesidades.
– No preparada mentalmente.

La experiencia del dolor:

– Estoy atrapada en el dolor, y no me rescata, no apaga el fuego, lo causa.


– Ansiosa y vulnerable, pánico.
– Invadida, usada, se resiste al contacto.
– Culpa, vergüenza, miedo al rechazo, inadecuada, insegura.
– Soledad y aislamiento.
– El sexo es su papel de mujer y de esposa, se siente como prostituta.
– Evitar el sexo, u obligación por complacer al marido.

En nuestra serie, no había educación sexual en 53,33 %. Con un padre autoritario en 28,33 %, y
agresivo verbal y físicamente en 11,66 %. Las agresiones sexuales en infancia-adolescencia se
dieron en 15 %, y de adulta en 6,66 %. También refieren pareja agresiva anterior en 23,33 %. El
abuso sexual y la violencia parecen estar institucionalizadas, a la vista de estas cifras. El abuso
sexual es un trauma que predispone al dolor.

El dolor es una experiencia subjetiva, influyen las experiencias previas. Los factores psicológicos
contribuyen al dolor crónico (Linton y Shaw, 2011). En la atención, hay vigilancia o distracción. En
la cognición, la interpretación y creencias: el dolor catastrófico (pensar en el peor resultado),
pensamientos negativos, expectación – esperanza, cognición. En la emoción y su regulación: miedo,
ansiedad, depresión, distress, o emociones positivas. En la conducta: conducta de evitación,
actividad limitada, o conductas de dolor.

La dispareunia es un problema sexual frecuente (Leeners et al, 2015). Con dispareunia, hay
disminución de bienestar en la mujer, disminución de deseo, interés y excitación sexual,
disminución de frecuencia sexual, e influye en la pareja, con disminución de satisfacción física,
disminución de satisfacción emocional, y de felicidad.

En nuestra serie, la duración del dolor es > 1 año en 31,66 %. La pareja está preocupada en 73,33
%, pero en 21,66 % no le da importancia, y el 3,33 % es indiferente. Aunque la relación sexual sea
buena en 90 %, en 11,66 % la consideran un deber. En 61,66 % ha disminuido la frecuencia coital
por el dolor, pero en 21,66 % tienen sexo con la misma frecuencia, para complacer a la pareja.

En la dispareunia se da el modelo miedo-evitación (Thomten et al, 2014): pensamiento catastrófico


–miedo – tensión muscular- hipervigilancia -disfunción, desuso y depresión. Disminuye la función
sexual, la frecuencia coital, hay mal ajuste diádico, reducción del repertorio sexual, desarrollo de
disfunción sexual (en la excitación, lubricación y orgasmo) y distress psicológico.

El dolor da no deseo y no lubricación, el dolor catastrófico (magnificar el problema y rumiarlo, con


pensamientos negativos) lleva a evitación: falta de intimidad sexual o a otras alternativas, o a tener
sexo igual: por su imagen de mujer, por necesidades de la pareja o por miedo a perder a la pareja.
La vergüenza, culpa y distress dan disminución de la satisfacción, depresión. Hay hipervigilancia,
desuso, incapacidad, hipertonicidad del suelo pélvico, y consideran a la pareja inadecuada
(Thomten y Linton, 2013).
Los factores predictivos de la persistencia en el coito, con dispareunia y miedo-evitación (Brauer et
al, 2014) son: la respuesta de la pareja y las creencias maladaptativas de la mujer a la penetración:
dudas y presiones para el coito. Tienen menos autonomía sexual.

Las reacciones de la pareja (Pazmany et al, 2013) son: hostilidad, rabia, frustración, incluso
depresión. Con dispareunia, la mujer tiene peor bienestar psicológico y sexual, pero su pareja tiene
peor función eréctil, satisfacción coital y general. Pero también puede ser una pareja preocupada (en
73,33 % en nuestra serie) o más cariñosa (en 36,66 % en nuestra serie). La mujer tiene miedo a
perder a su pareja, al considerarse inadecuada sexualmente.

La experiencia del dolor de la mujer es subjetiva, y su interpretación es más importante que el punto
de vista de la pareja, pero sí que influencian la interacción y la hostilidad de la pareja (Lemieux , et
al, 2013). Las parejas perciben la autoeficacia de la mujer (confianza en la persona), y el dolor
catastrófico (exagerado y negativo).

Con dispareunia, son peores la imagen corporal y la autoimagen genital de la mujer (Pazmany et al,
2013). Cuando la imagen es negativa, inhibe la experiencia y la función sexual. Se siente menos
deseable sexualmente y menos femenina. Con dispareunia evalúa sus genitales peor, por el dolor
esta parte para ella no funciona normalmente. Tiene menos exploración y estimulación sexuales, y
más ansiedad.

La autoimagen y los sentimientos y creencias sobre su cuerpo, sus genitales, se asocian a la


sexualidad y al dolor. Influyen en la función sexual y en el distress (Pazmany et al, 2013). En
nuestra serie, no se sienten atractivas en 10 %, y en 21,66 % tienen complejos por el físico.

El dolor está influenciado por factores cognitivos, afectivos y diádicos (Kao et al, 2012). Pero
cuando llega la menopausia, los niveles hormonales no predicen la severidad del dolor.

Con dispareunia, hay menos lubricación natural. Los lubricantes alivian y aumenta la frecuencia de
uso (Sutton, et al, 2012). Puede haber más experiencias y sexo más placentero. En nuestra serie no
usaban lubricantes en 71,42 %. Nosotros los recomendamos.

Respecto a la exploración física y ecográfica, hay ansiedad y dolor en la exploración ginecológica,


y es mayor con dispareunia. Para la mujer con dispareunia, la exploración ginecológica es física y
emocionalmente más dificultosa (Boyer y Pukall, 2014). Tiene más ansiedad y miedo si el médico
es un varón. Tiene vergüenza, vulnerabilidad y miedo: miedo al dolor, miedo al descubrimiento de
patología, y por la conciencia de higiene personal.

En nuestra serie, hubo dolor en 23,80 % por la inserción del espéculo, dolor en 14,28 % al tacto
combinado y en la movilización del cérvix, respectivamente; y con el transductor ecográfico en 9,52
%; cifras bajas, por el cuidado con que realiza la exploración el autor.
Sobre el estrés ocupacional y su relación con la dispareunia, un estudio en China (Sznadjer et al,
2014) señala que las trabajadoras de fábricas, con dispareunia, se asocian a tener periodos
irregulares, a terminar exhaustas por el trabajo y con muchas horas extra.

En nuestra serie, otros factores a señalar son: problemas económicos y desempleo en 31,66 %,
problemas familiares en 30 %; hijos pequeños en 8,33 %, y familiar que vive con la pareja en 6,66
%. Y la mujer tiene miedo al embarazo en 40 %, se considera sufridora en 26,66 %, y no tiene
aficiones en 13,33 %.

Finalmente, unas consideraciones sobre el problema y sus posibilidades de tratamiento.

En un cuestionario a ginecólogos, sobre de qué hablan con sus pacientes respecto a las DSF
(Kottmez et al, 2014), respondieron: el 40,4 % se entrenan en medicina sexual 1-2 días en su
formación. El 7,9 % preguntan de rutina sobre sexualidad. El 28,2 % preguntan específicamente. El
85 % envían a colegas especialistas. La dispareunia es lo más frecuente en 77,1 % de respuestas,
seguido de los problemas del orgasmo. El problema sexual es importante pero no preguntan de
rutina; consideran por los cambios hormonales, y las transiciones psicosociales o el estrés no es
importante para su trabajo.

Pero si el 30 % de mujeres dicen que tienen dispareunia en su último coito, resulta que es de lo más
frecuente, y devastador a varios niveles (Goldstein, 2013). Las cifras del párrafo anterior
demuestran que no se oye realmente a las pacientes. Hay que oír a las pacientes, el tiempo que sea
necesario, tener la historia completa, sin nociones preconcebidas y sin prejuicios. El cerebro es el
órgano sexual más importante, y la función sexual cambia con la edad y hay que acomodarse
(Nishimoto y Start, 2015).

El manejo de la dispareunia: hay causa biológica, patológica u orgánica, y causa psicológica


(referidas en anexo 1). Pero es más complejo, hay que tener una perspectiva biopsicosociosexual
(Boyer et al, 2011). La terapia debe ser de factores orgánicos y psicopatológicos (Leeners et al,
2015) descartando problemas mentales (psicoticismo e ideación paranoide). Hay tratamientos
médicos, quirúrgicos, rehabilitación del suelo pélvico, y psicológicos, según proceda en cada caso.

Hay que tratar a los dos de la pareja (Pazmany et al, 2014, Lemieux et al, 2013), y hacer una
aproximación centrada en la paciente (Linton y Shaw, 2011): estilo de vida, demandas
ocupacionales, soporte social, hábitos de salud, formas de actuar, y contexto. Hablar de la realidad,
dar explicaciones biomédicas, promover la comunicación, crear experiencias sexuales placentearas
(Brauer et al, 2014, Pazmany et al, 2014), alternativas sexuales juntos, exponerse al dolor para
autocontrol, educación sexual, ejercicios del suelo pélvico, técnicas de relajación, dilatación
vaginal, e incluso antidepresivos.

Modelo teórico de entrenamiento en Neurofeedback para la


regulación de la atención en ajedrecistas
Neurociencias - Psicobiología
Publicado: septiembre 25, 2017, 2votos , 1 Comentarios
 Osvaldo León Bravo
Máster en Psicología Deportiva
Universidad Agraria de La Habana
Mayabeque, Cuba.

RESUMEN
 El ajedrez constituye un juego que demanda una continua actividad atencional en la solución de
problemas ajedrecísticos. El entrenamiento adecuado de la atención del ajedrecista a través del
empleo de neurotecnológias como el biofeedback, permite una mayor regulación del potencial de
Alpha, aspecto que se traduce en indicadores de rendimiento como la precisión perceptiva,
capacidad para integrar y procesar estímulos simultáneos, fiabilidad de la respuesta, tiempo de
reacción y concentración de la atención. La investigación tiene como objetivo diseñar un modelo
de entrenamiento en neurofeedback para la regulación de los patrones atencionales en atletas de
ajedrez. Dentro de los métodos y técnicas empleadas en la investigación se encuentran la
bibliometría, la modelación teórica y el procedimiento de triangulación con el fin de contrastar cada
uno de los resultados investigativos. Se presenta como resultado la metodología para el empleo del
modelo, su forma de evaluación y los parámetros a entrenar (planificación, habilidades viso-
espaciales, memoria de trabajo, capacidad de resolución de problemas y tolerancia a las
interferencias) a partir del control de Alpha.
Palabras clave: Entrenamiento neurofeedback, potencial de Alpha, demanda atencional en ajedrez.

A diferencia de otros deportes, en que impera la actividad física, en el ajedrez existe una alta
demanda de los recursos cognitivos del ajedrecista. En este convergen muchos procesos
cognoscitivos como: el pensamiento lógico y abstracto, memoria a largo plazo y memoria de
trabajo, imaginación, percepciones y un alto nivel de concentración y atención ejecutiva.

Entrenar el ajedrez significa potenciar las capacidades cognitivas que permiten estudiar de manera
sistemática distintas situaciones de juego asociadas a la apertura, el medio juego, los finales y el
cálculo de variantes. Si se combinan con un estricto entrenamiento físico que compense la intensa
labor del estudio diario del ajedrecista, luego, con un componente muy particular una aguda
preparación psicológica relacionada con la orientación, control emocional y entrenamiento de los
procesos cognitivos asociados al ajedrez, fundamentalmente la atención y la memoria; estos
aspectos garantizan una forma deportiva óptima para el ajedrecista, brindando mayor control mental
y resistencia física para las largas partidas que caracterizan los torneos y la relación cuerpo-mente
del ajedrecista.

La atención vista en el proceso competitivo del ajedrez es un estado neurocognitivo cerebral que
sirve de preparación y precede a la percepción y a la acción. Focaliza selectivamente nuestra
conciencia para filtrar el constante fluir de la información sensorial, resolver la competencia entre
los estímulos para su procesamiento en paralelo y reclutar y activar las zonas cerebrales para
temporalizar la respuesta apropiada.

El ajedrez es un deporte que requiere concentración de la atención y precisión en el control


espacial respecto al tablero para alcanzar el éxito. Cada uno de estos aspectos son demandantes para
el logro del rendimiento óptimo de la atención en los atletas de ajedrez, deporte de precisión táctica
que exige velocidad de procesamiento y control de los mecanismos de inhibición. Esto requiere por
lo tanto una elevada actividad del giro cingulado anterior del hemisferio izquierdo, zona activa
durante tareas que requieren algún tipo de concentración, su activación se reduce en tareas que se
ejecutan de forma rutinaria.

Según Posner (1990), este circuito de conexiones lleva a cabo la función cognitiva atribuida al
componente de la memoria de trabajo, llamado ejecutivo central. Esto permite el control de la
activación de las representaciones de la información con la que trabajamos en un determinado
momento, alguna que otra actividad de concentración.

En la actualidad, uno de los métodos empleados por la ciencia en el entrenamiento del control de la
atención es el neurofeedback. Es una técnica no invasiva usada para controlar la actividad de las
ondas cerebrales y resulta efectiva para mejorar el rendimiento de individuos que necesitan rendir
en diferentes áreas de desempeños, es un recurso de entrenamiento psicológico.
“El juego de ajedrez constituye un juego didáctico por excelencia,
permite el desarrollo de las operaciones lógicas del pensamiento haciéndolo más rápido,
preciso y productivo” (Lebredo, 2003, pág. 2).

Es indudable que en la preparación del ajedrecista se deben integrar aspectos


afectivos, cognitivos y volitivos. El profesor debe considerar esos elementos al enfrentarse a
las demandas de la preparación de este deportista, en particular su preparación psicológica.

En los últimos años la atención ha pasado de ser considerada un mecanismo de procesamiento de la


información, a ser considerada un mecanismo central de control de los sistemas de procesamiento,
según Posner (1990) Este mecanismo, distribuido en diferentes lugares del sistema nervioso, ejerce
sus funciones a través de procesos facilitatorios e inhibitorios. Autores como Posner; Raichle,
(1994); Fan; McCandliss; Sommer; Raz; Posner (2002) ; Callejas; Lupiañez ; Tudela, 2004 han
identificado tres sistemas atencionales separados anatómica y funcionalmente: anterior, posterior y
sistema de vigilancia. El estudio de estas tres redes nos permitirá revisar lo que actualmente se
conoce acerca de los sistemas atencionales del cerebro humano.

“La función más estudiada de la Red Atencional Posterior es la de orientación de la atención hacia
un lugar en el espacio donde aparece un estímulo. La Red Atencional de Vigilancia y/ o Alerta
se encargaría de mantener un estado preparatorio o de arousal , necesario para la detección
rápida del estímulo esperado. Por último, la Red Atencional Anterior sería la encargada de ejercer
el control voluntario sobre el procesamiento ante situaciones que requieren algún tipo de
planificación, desarrollo de estrategias, resolución de conflicto, estimular o de respuesta, o
situaciones que impliquen la generación de una respuesta novedosa” (Posner y Raichle, 1994, pág.
4).

El ajedrez exige de una adecuada atención focalizada y distribuida en un espacio o diagrama de


juego determinado, donde la Red Atencional Posterior juega un papel modulador para centrar la
atención en la posición del campo visual, el cual se caracteriza por ser dinámico y cambiante a
partir de la complejidad del tablero y la posición de las piezas. Para ello realiza las operaciones de
desenganche de la atención del objeto en el que estaba centrada, y mover el campo visual hasta la
nueva posición y realizar el enganche de la atención en el estímulo designado. Estas tres acciones
son realizadas por mecanismos que están situados en distintas áreas cerebrales (lóbulo parietal
posterior, colículo superior y ciertas áreas talámicas) y guardar una relación estrecha con los
mecanismos que controlan los mecanismos rítmicos de Alpha.
Relacionado con este nivel de modulación cognitiva se ha demostrado en numerosas
investigaciones en autores como Banerjee S, Snyder AC, Molholm S, Foxe JJ. (2011); Başar E,
Eroğlu BC, Karakaş S, Schürmann M. (2001); Pfurtscheller G, Stancak J.A, Neuper C. (1996) Ray
WJ, Cole HW. (1985); que a nivel cerebral la actividad espectral de Alpha juega un papel regulador
en la dinámica atencional.
Uno de los objetivos fundamentales del entrenamiento de la atención en los ajedrecistas consiste en
lograr que el jugador sea consciente de su actividad atencional y esté en función de su capacidad
para discriminar estímulos y elegir, de entre estos, los más adecuados para programar su respuesta.
El desarrollo de la atención y la concentración en ajedrecistas ha de reducir al mínimo el riesgo de
que una distracción imposibilite la consecución de un buen rendimiento en la competición. Es
necesario, pues, que el atleta sepa orientar la atención hacia los aspectos relevantes de la tarea,
aquéllos que pueden ayudarle en el desempeño de la acción deportiva, y deje de lado los estímulos
que puedan distraer e interferir en su capacidad de concentración.

MÉTODO
Pasos a tener en cuenta, en el diseño del modelo: 1) Identificar los fundamentos teóricos
relacionados con el entrenamiento en neurofeedback para la regulación de los patrones atencionales
en ajedrecistas. 2) Seleccionar los componentes teóricos metodológicos que integran el modelo de
entrenamiento para la regulación de los patrones atencionales en ajedrecistas. 3) Conformar el
modelo de entrenamiento en neurofeedback que permita la regulación de los patrones atencionales
en atletas de ajedrez.
La utilización de métodos científicos permitió obtener la información necesaria acerca de los
antecedentes y estado actual del problema, así como datos empíricos. Los mismos se plantean a
continuación: a. Métodos para el estudio del contenido teórico
(Bibliometría): Permitieron profundizar en el conocimiento de las regularidades y cualidades
esenciales de los fenómenos, posibilitan la interpretación conceptual de los datos empíricos
investigados. b.Modelación:permitió reproducir de forma esquematizada la realidad investigada,
permite estudiar las relaciones y cualidades del objeto de estudio. c. Procedimiento de
triangulación que facilitó garantizar la confiabilidad de los resultados a través de la contratación
entre cada uno de los métodos y técnicas aplicadas.
RESULTADOS
El neurofeedback o biofeedback electroencefalográfico es una técnica no invasiva usada para
controlar la actividad de las ondas cerebrales, permite entrenar la capacidad de autorregulación
sobre los patrones de actividad cerebral y por lo tanto sobre los estados mentales.

Los cambios en los patrones de las ondas cerebrales electroencefalográficas se analizan mediante el
condicionamiento operante, brindando al individuo información en tiempo real sobre su actividad
cerebral. Esto sucede cuando los individuos reciben estímulos negativos para disminuir ondas
cerebrales excesivas o estímulos positivos para aumentar ondas cerebrales deficitarias.

En una sesión de entrenamiento por neurofeedback, las personas usan sus propias ondas cerebrales
para controlar la retroalimentación recibida sobre las características específicas de las mismas,
logrando cambios significativos en su EEG. El neufeedback es un procedimiento que permite al
participante en el entrenamiento aprender a potencial su autocontrol y poder influir en las
respuestas fisiológicas relacionada con los procesos atencionales.

El protocolo de neurofeedback Alfa-Theta que se presenta tiene como objetivo monitorear el


potencial de Alpha como indicador para entrenar la concentración, la tolerancia a la interferencia
atencional y mejorar el rendimiento cognitivo de los ajedrecistas.
Las ondas alpha son oscilaciones electromagnéticas en el rango de frecuencias de 8-13 Hz que
surgen de la actividad eléctrica sincrónica y coherente de las células cerebrales de la zona
del tálamo. Las ondas alpha son comúnmente detectadas usando un electroencefalograma (EEG) y
se originan sobre todo en el lóbulo occipital durante períodos de relajación, con los ojos cerrados,
pero todavía despierto. Se piensa que representan la actividad de la corteza visual en un estado de
reposo. Las ondas alpha favorecen la sincronización de la actividad cerebral en actividades que
requieren concentración y precisión en la solución de problemas.
A continuación se muestran los principales componentes que integran el modelo de entrenamiento
en neurofeedback para la regulación de los patrones atencionales a partir del comportamiento del
potencial de alpha.
Figura 1
Modelo de entrenamiento en neurofeedback para la regulación de los patrones atencionales en
ajedrecistas.
El modelo para el entrenamiento del potencial de Alpha se fundamenta a partir del enfoque de
redes atencionales de Posner y Petersen (1990) y la teoría atencional de Nideffer (1976a).
Para Posner y Raichle (1994), el sistema atencional posterior parece estar relacionado con todo lo
referente al control del procesamiento espacial. Sería el encargado de centrar la atención en la
posición del campo visual donde está situado el estímulo objetivo. Para ello realiza las operaciones
de desenganche de la atención del objeto en el que estaba centrada, movimiento por el campo visual
hasta la nueva posición y enganche de la atención en el estímulo designado como objetivo actual.

El modelo de Nideffer (1976b) sirve para cubrir las necesidades de control espacial de los
ajedrecistas respecto al tablero, aspecto que requiere de una organización dinámica de la atención
en relación a la distribución espacial de las piezas en el tablero de ajedrez.

El modelo se organiza en una estructura de dos ejes que oscila entre dos polos, la
amplitud (estrecho y amplio) y la dirección (interno y externo).
Atendiendo al tipo de actividad que realiza el atleta, así deberá orientar su foco
de atención hacia las acciones variadas y simultáneas que llevan a cabo en un espacio
determinado.
Estas leyes perceptuales deben estar en armonía con el principio del espacio ajedrecístico, este
explica a partir de la cantidad de casillas en las que cada jugador ubicará sus fuerzas. La conquista y
dominio espacial debe producirse fundamentalmente en el centro del tablero, considerando a este
como un centro ampliado. El control central puede ejercerse a distancia, por ejemplo, con un arfil,
descubrimiento del ajedrez hipermoderno que generó no pocos sistemas de apertura (Pita, 2008,
pág. 42).

No siempre existe una explicación coherente entre los principios teóricos ajedrecísticos y las leyes
psicológicas que explican el funcionamiento de los procesos cognitivos en el procesamiento de la
información que exige el juego de ajedrez. Esto hace que en ocasiones no están representadas de
forma consiente en el jugador. Por ejemplo, en un jugador de élite parece prevalecer la percepción
global del espacio, su análisis va más a la integralidad de los elementos que componen el espacio,
predominando un razonamiento inductivo. Sin embargo, esto atenta contra los detalles tácticos y
estratégicos que se ponen de manifiesto en el ajedrez, y por lo tanto exige de una higiene del
recurso atencional. Para Posner y Boies (1971) la atención es un proceso complejo que se
caracteriza por sus mecanismos de selección de información, su capacidad limitada, y como
mecanismo de alerta en su interacción con el medio.

Ambos modelos, Posner y Petersen (1990) y Nideffer (1976), permite aproximarse a cómo opera la
dinámica neuronal de la atención en el proceso de solución de problemas ajedrecísticos. Gobet y
Simon (1996, 2000) presentaron una teoría que explica correctamente la configuración de la
memoria en expertos ajedrecistas. Brevemente, la teoría de los patrones, la cual sostiene que los
ajedrecistas, a lo largo de su carrera, aprenden chunks (segmentos de información) de
configuraciones ajedrecísticas típicas. Algunos de estos chunks de 3 o 4 piezas evolucionan en
plantillas de 10 o 12 piezas. Esta memoria de largo plazo se activa automáticamente cuando los
ajedrecistas perciben una posición de ajedrez. Cuanto más amplia sea esta memoria de largo plazo,
mejor será la respuesta en tareas de reconocimiento.
Sin embargo, no siempre la respuesta ajedrecística es de carácter global (patrones conformados),
fundamentalmente, a partir del medio juego pueden aparecer percepciones parcializadas del tablero,
fundamentalmente cuando fallan las conexiones de los chunks. Este enfoque se relaciona más con el
modelo atencional de Nideffer (1976), explicado anteriormente, el cual explica las necesidades de
control espacial de los ajedrecistas respecto al tablero, aspecto que requiere de una organización
dinámica de la atención en relación a la distribución espacial de las piezas en el tablero de ajedrez.
La optimización de este proceso de combinación atencional y precisión del control espacial del
tablero ajedrecístico exige velocidad de procesamiento de la información y control de los
mecanismos de inhibición-excitación. Esto requiere por lo tanto una elevada actividad del giro
cingulado anterior del hemisferio izquierdo, zona según Posner Posner, Michael, I.; Rothbart, Mary
K.; Sheese, Brade. (2007),que se activa durante tareas que requieren algún tipo de concentración, y
su activación se reduce en tareas que se ejecutan de forma rutinaria.

Esta compleja actividad de procesamiento atencional y la funcionalidad de ambos modelos puede


ser estudiada a partir de los circuito de conexiones, planteados por Posner y col. (2007a), que
explican la funciones cognitivas atribuidas al componente de la memoria de trabajo, el
procesamiento de los estímulos atencionales, el llamado ejecutivo central. Esto permite el control de
la activación de las representaciones de la información con la que trabajamos en un determinado
momento alguna que otra actividad de concentración dinámica.

El ajedrez exige de una adecuada atención focalizada, y distribuida en un espacio y tiempo


determinado, a partir de la dinámica que exige las circunstancias del juego que se realiza. En este
caso, la red atencional posterior juega un papel modulador para centrar la atención en la posición
del campo visual, el cual se caracteriza por ser dinámico y cambiante a partir de la complejidad del
tablero y la posición de las piezas. Para ello realiza las operaciones de desenganche de la atención
del objeto en el que estaba centrada, y mover el campo visual hasta la nueva posición y realizar el
enganche de la atención en el estímulo designado. Estas tres acciones son realizadas por
mecanismos que están situados en distintas áreas cerebrales (lóbulo parietal posterior, colículo
superior y ciertas áreas talámicas) y guardar una relación estrecha con los mecanismos que
controlan los mecanismos rítmicos de Alpha. Cada uno de estos elementos que integran el modelo
permite desarrollar espacios de entrenamientos como se muestra en la figura 2.
Figura 2
Sección de entrenamiento empleando Neurofeedback.
La instrumentación del modelo se realiza en tiempo real, y muestra registros del comportamiento
del potencial de Alpha sirviendo como patrón para evaluar del rendimiento atencional.
El protocolo empleado permite evaluar la asimetría de Alpha como indicador de rendimiento del
nivel de activación del cerebro en la toma de decisiones. El modelo permite la construcción de
matrices de rendimiento para ser procesadas a partir de técnicas de minería de datos.
Para evaluar los efectos del modelo se propone emplear el test de colores y palabras (Stroop) Esta
prueba evalúa el control atencional y la capacidad de una persona para cambiar de un tipo de
respuesta a otra, de acuerdo a las demandas, y de inhibir una respuesta habitual a favor de una
inhabitual, situación muy común en el ajedrez y que se asocia a los enfoques teóricos empleados en
el modelo. Se emplea además un sistema computarizado de pruebas ajedrecísticas, incluye un
conjunto de diagramas de juego que implican cada uno de ellos la solución de problema
ajedrecístico.
CONCLUSIÓN
El modelo presentado es pertinente para el desarrollo de espacios de entrenamientos en el contexto
de la preparación psicológica de los ajedrecistas; su instrumentación permite la evaluación y
regulación de los patrones atencionales en el jugador de ajedrez. Está diseñado para incrementar la
tolerancia a la interferencia atencional, la concentración, la resistencia atencional y la velocidad de
procesamiento de la información en la solución de problemas ajedrecísticos. Permite su aplicación
en tiempo real y un análisis directo de los patrones de rendimiento atencional de los jugadores, así
como el empleo y acercamiento metodológico a los sistemas de entrenamiento contemporáneo.

El estrés y su relación con el cáncer de mama


Psicología de la Salud
Publicado: septiembre 7, 2017, 6votos , No hay comentarios
 Iván Montes-Nogueira
Psicólogo
Tania Romo-González
Lic. en Químico Farmacéutico
Universidad Veracruzana
Xalapa, México.

RESUMEN
 El estrés es un fenómeno complejo que ha sido abordado a lo largo de la historia por diversos
modelos y visiones del estrés (fisiológico, ambiental y psicológico), los cuales en su mayoría lo han
asociado con la enfermedad. El cáncer, y en particular el de mama, se han relacionado con el estrés
como causa y como consecuencia de la enfermedad. No obstante, esta relación aún se ve con
sospecha en algunos ámbitos. Con el propósito de aclarar este constructo y su relación con el cáncer
de la mama, en este artículo se hace un recorrido por los distintos modelos del estrés y se muestra
como la unificación en un modelo integral del estrés puede aportar en la mejor comprensión del
mismo constructo y su vinculación con el proceso salud-enfermedad.
Palabras clave: Estrés, cáncer de mama, salud y enfermedad.

No tenemos que preguntarnos si un síntoma es físico o psicológico: toda experiencia humana


entraña ambos.
Eugene Gendlin

El estrés es uno de los constructos más estudiados tanto como causa (el estrés suprime el sistema
inmunológico y es más fácil enfermarse), y como consecuencia (la enfermedad provoca que la
persona se estrese) de la enfermedad. Desde el enfoque causal del estrés podemos ver que en
diversos ámbitos, como el educativo, laboral y familiar, entre otros, se generan conflictos
interpersonales, bajo rendimiento e incluso accidentes. Por ejemplo, un estudiante estresado puede
sentir malestar y cansancio durante un periodo de evaluaciones, viéndose afectado posiblemente en
algún rasgo de su salud. En la actualidad estamos rodeados de amenazas tanto reales como
imaginarias que activan constantemente las cascadas del estrés llevando al organismo a su desgaste
y en particular ocasionando que el sistema inmunológico se debilite y seamos más propensos a
enfermar.

Una enfermedad con la que se ha asociado al estrés es el cáncer y en particular el de mama. En el


cáncer de mama existe una proliferación de células malignas en el tejido mamario, la cual se asocia
con un origen multicausal (factores genéticos, hormonales, de estilo de vida, psicológicos,
ambientales, etc.). Si bien, esta multicausalidad es reconocida, en la actualidad el factor hormonal
que incluye el inicio temprano de la menarca, una menopausia tardía, si la mujer tuvo embarazos, el
uso de métodos anticonceptivos hormonales (píldoras e inyecciones), entre otros, es uno de los más
estudiados y al que más peso se le da como causa. A este respecto, cabe destacar que diversos
estudios muestran que el factor hormonal y muchos otros (p.e., factores genéticos, hormonales, de
estilo de vida, psicológicos) pueden asociarse con el estrés crónico. Por lo que estudiar la relación
del estrés en el cáncer de mama se vuelve fundamental para proponer medidas preventivas y de
tratamiento acordes con esta problemática.

Si bien, la asociación entre el estrés y la enfermedad es clara, la falta de unificación entre los
modelos del estrés (fisiológico, ambiental y psicológico) hace que los abordajes sean limitados. Por
lo anterior, en este artículo no solo se pretende mostrar la relación del estrés con el cáncer de mama,
sino que se realizará un recorrido por los diversos modelos teóricos que existen sobre el estrés, para
mostrar la necesidad de generar un modelo integrativo del estrés y su relación con el cáncer de
mama.

Los modelos del estrés en el proceso salud-enfermedad


Modelo fisiológico del estrés
Uno de los primeros y más importantes autores en acuñar el término estrés fue Hans Selye, quien lo
definió como “Respuesta general del organismo ante cualquier estímulo estresor o situación
estresante” (Rodríguez-Marín & Neipp, 2008, p. 42). En este primer modelo es el aspecto
fisiológico del que parte la explicación del fenómeno del estrés, al considerársele como una
respuesta del organismo ante el ambiente. En la actualidad el modelo fisiológico del estrés puede
explicarse desde diversas rutas y cascadas fisiológicas en las cuales el organismo humano reacciona
identificando las amenazas internas y externas mediante receptores que transmiten la información al
hipotálamo. Desde ahí se analiza y elabora la respuesta que se manifestará en el cuerpo, para
trasmitirla por medio de las vías nerviosas y/o hormonales, que activarán los órganos o sistemas que
deban intervenir para confrontar la amenaza (Campillo, 2014).

Esto halla relación con el sistema inmunológico, ya que su principal función es la de defender al
organismo contra agentes infecciosos internos y externos: bacterias, hongos, parásitos y virus,
incluso células cancerosas (Sapolsky, 2013). La labor del sistema inmunológico es muy compleja,
ya que éste debe conocer a fondo cada aspecto de las células del organismo y atacar a cualquier otra
que carezca del sello celular distintivo. Cuando el sistema inmunológico detecta a una nueva célula
invasora, la analiza y guarda la información para estar preparado ante una nueva incursión de ese
tipo de célula.

No obstante, cuando el organismo de la persona está estresado, la función del sistema inmunológico
se suprime. La forma más estudiada de esta supresión es a través de los glucocorticoides; aunque
también las hormonas betaendorfinas del sistema nervioso simpático influyen en esta supresión de
la inmunidad por el estrés (Simón, 1999; Zozulya, Gabaeva, Sokolov, Surkina, & Kost, 2008;
Sapolsky, 2013).

Arbizu también apoya la idea anterior argumentando que “El estrés modifica la dinámica
neuroendocrina y, por tanto, puede afectar las condiciones y comportamientos inmunes del
organismo” (2000, p. 175). Otra visión fisiológica, la mencionan Valdés y Flores (1985), ellos
refieren que:

El estrés implica una sobreactivación biológica promovida por la acción funcional del sistema
reticular […] La actividad del sistema simpático incrementa la presión sanguínea, la tasa
cardíaca, el pulso, la conductividad de la piel y la respiración. Además, las respuestas endocrinas
de las glándulas adrenales colaboran con el aumento de esa actividad, al excretar altos niveles de
catecolaminas (epinefrina y norepinefrina) de corticosteroides (sobre todo cortisol). Se produce
además una disminución de la actividad del intestino, una mayor dilatación bronquial,
vasoconstricción cutánea y vasodilatación muscular. En suma, el organismo se prepara para
consumir una energía necesaria para la confrontación con el estímulo amenazante, para la “lucha
o huida” (Citados en Rodríguez-Marín & Neipp, 2008, p. 51).
Es importante señalar que las reacciones no sólo se presentan a nivel micro en el organismo como
los procesos celulares y moleculares, sino también a nivel macro. Por ejemplo, las reacciones del
estrés también generarán cambios en la respiración y otros procesos para preparar al organismo a
brindar una respuesta al estímulo estresor.

Toda esta movilización de recursos para hacer frente a la situación estresante puede llevar al
organismo al cansancio, y si las situaciones estresantes se producen con regularidad al agotamiento,
como lo mencionó Selye en su Síndrome de Adaptación General (SGA), en el cual el organismo
pasa por tres etapas en el proceso de estrés alarma, resistencia y agotamiento (Lazarus, 2000).

El estrés se puede considerar de acuerdo a la regularidad con la que acontece como estrés (agudo o
crónico). La persona presenta una adaptabilidad ante las situaciones estresantes; esto se ha definido
con el término alostasis, el cual está relacionado a los procesos con los que el cuerpo responde a las
situaciones cotidianas para poder mantenerse en homeostasis. La exposición acumulada del estrés
por tanto implica una carga alostática y una desregulación fisiológica que desencadena en cambios
en la salud (Gallo, Jiménez, Shivpuri, Espinoza de los Monteros & Mills, 2011) y en última
instancia por su activación frecuente provocar una enfermedad (McEwen, 2002; McEwen, 2006;
Galán & Camacho, 2012).

Wimbush y Nelson (2000) consideran que las enfermedades psicosomáticas se pueden


desencadenar por una activación del sistema nervioso autónomo o por una supresión del sistema
inmune. Ambos procesos pueden presentarse relacionados con el estrés, ya que cuando un estresor
es percibido, el sistema nervioso autónomo se activa depositando un exceso de hormonas de estrés
(adrenalina y cortisol), en los órganos que son estimulados por los tejidos nerviosos. El aumento de
estas hormonas estimula la tasa metabólica y la función del órgano; cuando estos órganos no se
pueden relajar surgen las disfunciones (como se citó en González & Landero, 2006).

Modelo ambiental del estrés


Otro modelo del estrés es el de los sucesos vitales o modelo psicosocial del estrés de Holmes y
Rahe (1967) quienes consideran al estrés como elementos o situaciones externas a las que están
expuestas las personas (citados en Nieto, Abad, Esteban, & Tejerina, 2015). Es decir, desde el
punto de vista del modelo psicosocial no solo les interesa saber quién se enfermaba, sino también,
cuándo enfermaba (contexto social). Los sucesos vitales son definidos como “experiencias objetivas
que amenazan con alterar las actividades cotidianas del individuo, causando un reajuste sustancial
en su conducta” (Nieto, et al, 2015, p. 182). En otras palabras, son cualquier situación social que
modifica la rutina habitual de la persona y la magnitud del estrés dependerá del cambio que
conllevan esos sucesos vitales.

En torno a lo anterior, dentro de los sucesos vitales se incluyen los desastres naturales como un
terremoto, hasta eventos personales como la pérdida de empleo. Además, los eventos no se
presentan por separado, sino que podemos estar viviendo varios sucesos a la vez, a lo que llaman
sucesos vitales múltiples. Por lo que se considera que el estrés que la persona está percibiendo es la
suma de diversos sucesos que acontecen a la vez.

Posteriormente en 1989, el grupo de investigación de Holmes, modificó y amplío su modelo al


considerar la importancia de componentes cognitivos, los cuales servían de mediadores entre los
cambios vitales y la enfermedad. Es decir, el sucedo vital primero es codificado por la percepción
del sujeto, la cual determina si es importante o no para la salud; si es considerado importante, se
activarán los mecanismos de defensa de la persona (afrontamiento) para lidiar con el evento (Nieto,
et al, 2015).

En este sentido, los sucesos vitales van a ser acontecimientos discretos que suceden en determinado
momento de la vida y que afectan la salud (física y psicológica) de quien los vive. Al respecto, se
han llegado a asociar una mayor probabilidad de enfermar con los sucesos vitales (Arias, 2012).
También se ha considerado que se pueden asociar con cambios evolutivos y con periodos de
transición (por ejemplo, la adolescencia). Además de que los sucesos vitales se pueden considerar
tanto positivos como negativos, ya que se asocian a cambios; sin embargo, la valoración dependerá
de la percepción de la persona.

Modelo psicológico del estrés


Para Lazarus y Folkman, el estrés es “Una relación particular entre el individuo y el entorno que es
evaluado por éste como amenazante o desbordante de sus recursos y que pone en peligro su
bienestar” (1986, p. 43). En el modelo de Lazarus y Folkman, va a existir una relación entre el
individuo y el entorno, en la que ante alguna situación del entorno el individuo se puede sentir
amenazado o desbordado en sus recursos. Esto debido a que cada emoción nos dice algo diferente
sobre el modo en que una persona ha valorado lo que sucede en una transacción adaptativa y el
modo en que lo maneja dicha persona (Lazarus, 2000; Rodríguez-Marín & Neipp, 2008). De
acuerdo a Lazarus existen 15 emociones diferentes, en su listado aparecen las siguientes: ira,
envidia, celos, ansiedad, temor, culpa, vergüenza, alivio, esperanza, tristeza, felicidad, orgullo,
amor, gratitud y compasión. Cada una de las emociones nos dice algo diferente sobre el modo en
que una persona ha valorado una situación. Cada emoción es una historia sobre la relación que tiene
la persona con el entorno; por lo que la respuesta emocional al trascender el contexto, nos permite
conocer rasgos de la personalidad de la persona y como se relaciona con el mundo (Lazarus, 2000).

Dentro del ámbito psicológico consideraremos el estrés como una relación de desequilibrio entre las
demandas ambientales y la capacidad de superarlas (Lazarus y Folkman, 1986, citado en Gutiérrez,
Raich, Sánchez, & Deus, 2003). Ante lo cual la persona realizará dos evaluaciones de acuerdo con
el Modelo de Lazarus y Folkman, la primaria, en cuanto a su significado personal (si lo percibe
como daño o pérdida reales, daño o pérdida como posibilidad o un desafío personal), esta
valoración estará influida por sus creencias y valores personales; y secundaria, de cómo lo va a
afrontar, esta valoración está relaciona con el grado en que la persona puede controlar o cambiar las
situaciones (Barroilhet, Forjaz, & Garrido, 2005). Después de esa evaluación y si es considerado
como estresante, se dará la respuesta de estrés (Lazarus, 2000).

Estrés y cáncer de mama


Como se mencionó en la introducción de este artículo, existen dos visiones en cuanto al papel del
estrés ante el cáncer de mama como causa y como consecuencia de la enfermedad. En la psicología
de la salud, una de sus ramas la psiconeuroinmunología y subrama la psicología oncológica, tratan
de diversos modos demostrar la contribución que tienen el estrés y las emociones en la génesis y
desarrollo del cáncer; y también aborda el pronóstico, la supervivencia y la calidad de vida de los
pacientes (Llantá, Grau, & Massip, 2005).

En lo que respecta al estrés como causa, uno de los aspectos más estudiados de esta rama de la
psicología de la salud es el efecto supresor en el sistema inmunológico por parte del estrés (Arbizu,
2000). Continuando con la idea de que la evaluación toma en cuenta las emociones, otros
investigadores también la secundan ampliando que el estrés puede conducir a afectaciones del
organismo, dadas las interacciones entre los sistemas nervioso, endocrino e inmune, lo que puede
conllevar a enfermedades como el cáncer (Llantá, et al., 2005). Esto debido a que, al hacer frente a
situaciones estresantes por mucho tiempo, no le da un espacio de descanso al organismo para
reajustarse (Arbizu, 2000; Carvalho, Mesquita, De Almeida, & De Figueiredo, 2005). Por ejemplo,
se sabe que los sentimientos negativos (tristeza, enojo, etc.) generados por las situaciones
estresantes activan diversos mecanismos bioquímicos, a nivel glandular en los sistemas endocrino,
nervioso central y parasimpático e inmunológico (Gómez & Escobar, 2002).

El sistema inmunológico cuenta con diversas células y moléculas que identifican posibles daños y
que regresan la homeostasis al organismo (Sapolsky, 2013). Pero cuando el individuo presenta
estrés crónico, el sistema inmunológico no logra realizar su función. Por lo anterior, Munk
considera que es necesario que el sistema inmune no esté activado de forma crónica y vuelva a su
línea de base (como se citó en Sapolsky, 2013), pues desajustes en este sistema se asocian con la
presencia de daño cromosómico, alteraciones en su reparación, fallas en la apoptosis y disminución
en la vigilancia del sistema inmunitario, lo cual puede predisponer a la génesis de cáncer o
favorecer su progresión (Barroilhet, et al., 2005). Aunque no se sabe con certeza es qué niveles de
estrés crónico son necesarios para producir tales efectos (Sánchez & López, 2010; Sapolsky, 2013).

Por otra parte, también el estrés puede considerarse como consecuencia de la enfermedad. Dicha
afectación comienza con el diagnóstico positivo de cáncer que se asocia con la muerte. Existen
diversas investigaciones que muestran cómo el diagnóstico de la enfermedad genera un impacto
capaz de desestructurar al paciente, si él mismo no elabora una respuesta de afrontamiento adecuada
(Rebolledo & Alvarado, 2006). Una enfermedad como el cáncer de mama trae consigo una
sensación de invalidez o mutilación, debido a que está asociado con la muerte (Galvis-López y
Pérez-Giraldo, 2011). Esto genera altos niveles de distrés, lo cual empeora su pronóstico (Mullan
1985; Kangas, et al., 2002; Chan, et al., 2011; Nordin, et al., 2012; Citados en Parikh, et al, 2015).
Es decir, cuando la persona cree que es posible desarrollar esta enfermedad, puede iniciar un
proceso de asimilación de su condición, o puede percibir e interpretar los acontecimientos como
negativos lo que predispone a estados adversos afectivo emocionales (Flórez, 2007; Cruzado, 2010)
generadores de distrés.

Si bien, en ambas visiones del estrés, tanto como causa como consecuencia, se muestra que este
tiene un papel importante en el cáncer y en particular en el de mama, también es claro que en el
caso del estrés como causa existen contradicciones en los hallazgos de esta asociación. Esto debido
a que la mayoría de las asociaciones reportadas provienen de estudios retrospectivos y no
prospectivos.
Esto quizá se deba en parte a que el estrés se sigue estudiando desde la perspectiva de los distintos
modelos (fisiológico, ambiental y psicológico) y no como un fenómeno complejo que incluye todas
esas partes. Al respecto, se ha observado cómo dentro del modelo fisiológico, el estrés afecta al
organismo por medio del aumento de la secreción de sustancias como los glucocorticoides,
adrenalina y noradrenalina, lo cual disminuye el sistema inmunológico; el modelo ambiental por su
parte plantea la presencia de estresores de distinta naturaleza que afectan al individuo; y finalmente,
el modelo psicológico muestra cómo el individuo participa en esa toma decisiones en cuanto a
cómo percibe el estresor y cómo lo afronta. Es decir, es quizá el estudio del estrés en partes lo que
no ha permitido encontrar las asociaciones definitivas con la enfermedad.

CONCLUSIONES

Tal como hemos analizado en este artículo, el estrés es un constructo muy estudiado por diversas
ramas del conocimiento y cada una de ellas desde su óptica propone las vías por las que el estrés
afecta al individuo y lo enferma. En el caso del cáncer de mama el estrés es causa ya que el
individuo al lidiar con el estrés crónico se va desgastando hasta que su organismo y en especial el
sistema inmunológico se deprime, lo cual conlleva mayores posibilidades de enfermar. Pero el
individuo no sólo tiene una respuesta fisiológica ante el estrés, sino también es él quien decide si los
estresores ambientales son significativos para considerarlo estresantes y más aún si tiene o no las
estrategias para enfrentarlo, lo cual en última instancia es lo que vuelve al estrés negativo y crónico.
Es en este sentido que consideramos que el realizar investigaciones multi e inter-disciplinarias,
permitirán no sólo comprender mejor las partes de este fenómeno complejo, sino proponer un
modelo integral de la relación que tiene éste en el desarrollo del cáncer de mama. Esto a su vez,
permitirá generar estrategias de prevención y tratamiento más eficaces.

El estrés laboral y las estrategias de afrontamiento en personal de


enfermería de Armenia, Quindío
Psicología de la Salud
Publicado: mayo 1, 2017, 2votos , No hay comentarios

 Laura Alejandra Gallego Echeverri


Diana Catalina López Aguirre
John Edison Piñeres Bejarano
Yessica Natalia Rativa Osorio
Yulieth Viviana Téllez De La Pava
Universidad de San Buenaventura
Armenia, Colombia.

RESUMEN
 El personal de enfermería se ve enfrentado a múltiples factores estresores en la realización de sus
labores diarias, lo que implica la necesidad de desarrollar estrategias que les permita afrontarlos y
así lograr un funcionamiento adecuado en sus diferentes esferas. Por esta razón la presente
investigación pretende identificar la presencia de estrés laboral y las estrategias de afrontamiento
más utilizadas por el personal de enfermería de la ciudad de Armenia Quindío. La investigación
cuenta con un diseño cuantitativo, descriptivo, de corte transversal, con un muestreo de bola de
nieve en el cual participaron 25 enfermeros y auxiliares de enfermería entre 18 a 55 años de edad,
pertenecientes a centros de atención en salud de la ciudad de Armenia Quindío. Se emplearon dos
pruebas, el “perfil de estrés” de Kenneth M. y Nowack (2002), y el Inventario de estrategias de
afrontamiento CSI creado por Tobin (1984), versión española Cano; García, y Rodríguez (2007),
además de una encuesta semiestructurada para la identificación de los datos
sociodemográficos. Los anteriores instrumentos evidenciaron que, a diferencia de lo esperado, la
presencia de estrés no se relaciona con las situaciones laborales directamente, pero se encuentra una
tendencia alta al estrés causado por problemas financieros, familiares y de salud lo que puede
sugerir una habituación a las condiciones laborales relacionadas con la ejecución de su tarea, pero
una influencia alta en los factores extra laborales. Finalmente, las estrategias centradas en la
emoción y en la evitación presentaron una tendencia alta en su uso.
Palabras clave: Estrés, estrategias de afrontamiento, auxiliares de enfermería, enfermeros.

En la actualidad los seres humanos se ven expuestos a una serie de acontecimientos, ritmos de vida
agitados y creciente presión en el entorno laboral, lo que conlleva a la generación de cambios
constantes y la necesidad del sujeto de adaptarse a ellos. Al no enfrentar efectivamente estos
cambios puede generar la saturación física o mental del trabajador, fomentando la presencia de
consecuencias mayores en su salud. Por otro lado, la necesidad de respuestas rápidas puede afectar
su efectividad impactando en un alto grado la calidad de vida del individuo, su entorno más
próximo y su desempeño general en las diferentes esferas del funcionamiento.

En lo que respecta a los contextos laborales se encuentra que estos son escenarios demandantes para
el trabajador, debido a que desde allí se desencadenan situaciones que requieren de una mayor
exigencia para el personal y que como consecuencia pueden llevar a posibles respuestas de
estrés. No obstante, la no presencia de dicha respuesta esta mediada por una serie estrategias de
afrontamiento que le permite a la persona reaccionar ante la situación percibida como
amenazante. De tal modo que las estrategias de afrontamiento conllevan a una respuesta inmediata
que posibilite disminución en los niveles de estrés.

Considerando que dentro el medio laboral existen determinadas profesiones estimadas como las
más propensas a presentar estrés , debido a las condiciones a las que se encuentran expuestas en su
labor diaria como lo son: médicos, enfermeras, docentes, policías, meseros, cajeros, entre otros
(Campos,2006).El personal de enfermería se encuentra expuesto a múltiples factores estresores con
mayor frecuencia, debido a la complejidad de los pacientes que atiende y el grado de
responsabilidad que esto implica, es por esta razón que se pretende conocer si se presenta estrés,
qué y cuáles son las estrategias de afrontamiento que se utilizan para el manejo del mismo para así
poder llevar a cabo la vida laboral como personal de una manera adecuada, pese a los factores de
riesgo a los que los profesionales de la enfermería se ven expuestos en su labor diaria. Así mismo
se retoman las estrategias de afrontamiento como medida de evaluación acompañada del estrés
laboral, determinando los recursos que la población a estudio está utilizando para responder ante
las demandas sobre-exigentes.

El estrés laboral y las estrategias de afrontamiento en personal de enfermería han sido producto de
diversas exploraciones a nivel nacional e internacional, debido a que es un tema de gran interés e
impacto en la población a estudio. Dentro de ellas se encuentra a España como uno de los países
con mayor índice de investigación, una de sus exploraciones encontradas, fue la realizada por
Schiller e Isaac (2003) titulada “identificación de estresores y estrategias de frotamiento del
personal de enfermería en unidades de hospitalización psiquiátrica”, en esta se indica que los
estresores laborales están relacionados con los peligros físicos, pacientes agresivos y/o violentos,
sentirse insuficientemente preparado, por otra parte, en cuanto a las estrategias más utilizadas se
encontró que la mayoría van dirigidas a tomar precauciones para que no ocurra de
nuevo, emprender acciones para resolverlos y analizar el problema objetivamente

Por su parte en México la investigación realizada por, Austria, Cruz, et al (2010) titulada
“Estrategias activas de afrontamiento: un factor protector ante el síndrome de burnout o de desgaste
profesional en trabajadores de la salud”, arrojó como resultados que el uso de las Estrategias
Activas (solución de problemas, búsqueda de información, análisis de las circunstancias para actuar
de la manera más efectiva, entre otras) tiene efectos protectores en el síndrome de Burnout,
mientras el uso de Estrategias Pasivas (como la falta de concentración en sus actividades, evitar
cumplir con sus responsabilidades o hacer como si no existieran) fomentan el desarrollo del
síndrome de Burnout, por lo que puede ser considerado como un factor de riesgo. También se
encontró que conforme aumenta el nivel educativo, se incrementa el cansancio emocional, la
realización personal, el síndrome de burnout y el uso de Estrategias activas excrementando el uso
de Estrategias Pasivas.

Se debe mencionar además que países como Argentina, Chile y Colombia también han mostrado
interés al realizar investigaciones referentes al tema, cuyos resultados indicaron una mayor
prevalencia de estrés en aquellas personas que poseen una mayor carga laboral,
inadecuada relación con los compañeros de trabajo y jefe, antigüedad en el lugar de trabajo y tipo
de paciente, evidenciados en estudios como “Síndrome de Burnout y estrategias de afrontamiento
en enfermeras de unidades de terapia intensiva (UTI), de diferentes instituciones hospitalarias,
sanatorios y clínicas de la Provincia de Entre Ríos de Argentina” citado en Soledad (2008), “Estrés
laboral en el personal de la unidad de emergencia gineco-obstétrica ” de García, C (2006) y “estrés
laboral en enfermería y factores asociados.” Ahumada, de Castillo y Gómez. (2014) entre otras.

Teniendo en cuenta que, pese a las investigaciones realizadas previamente en Colombia en regiones
como Bogotá, Cartagena, Barranquilla, Cúcuta, y Medellín, no se encontró información que
describa este fenómeno en el contexto regional en la zona cafetera Colombiana, por lo tanto se
considera pertinente efectuar estudios que permitan identificar el estrés y su relación con las
estrategias de afrontamiento empleados por personal de enfermería, quienes se ven expuestos a
ambientes laborales que demandan situaciones de mayor riesgo y responsabilidad.

MÉTODO
Para la realización de este estudio y abordaje del problema, la investigación cuenta con un diseño
cuantitativo, descriptivo, de corte transversal, con un muestreo no probabilístico de bola de nieve y
basado en un enfoque cognitivo-conductual. La población objeto de estudio abarca un grupo de 25
enfermeros y auxiliares de enfermería pertenecientes a centros de atención en salud de la ciudad de
Armenia Quindío, hombres y mujeres, con edades oscilantes entre 18 y 55 años de edad, en estado
civil casados y en unión libre, con y sin hijos.
Se empleó una encuesta semiestructurada, que permitió recolectar datos sociodemográficos
significativos para esta investigación, acompañada de dos pruebas que evaluaron estrés laboral y
estrategias de afrontamiento, en primer lugar se utilizó el “perfil de estrés”, la cual es una prueba
elaborada y estandarizada por Kenneth y Nowack (2002), con el objetivo de proporcionar
información acerca de los factores psicosociales que influyen en la aparición de estrés y
enfermedad. Cuenta con un total de 123 reactivos que están distribuidos por 7 áreas relacionadas
con la aparición de estrés entre las que se encuentran, hábitos de salud, conducta tipo A, red de
apoyo social, estrés, fuerza cognitiva, estilo de afrontamiento y bienestar psicológico, además de
ello permite determinar si el estrés es causado por variables laborales, familiares, financieras,
sociales, ambientales y de salud.

Además se realizó la aplicación del Inventario de estrategias de afrontamiento CSI creado por
Tobin (1984), utilizando la adaptación española de Cano, García y Rodríguez, desarrollada en el
2007, cuyo objetivo es identificar aquellas situaciones que causa afectación a las personas en su
cotidianidad y como estas enfrentan las mismas. En cuanto a su aplicación, ésta consiste
básicamente en describir un hecho que la persona considere como estresante en cualquiera de los
ámbitos en los cuales se desenvuelve, especificando lugar, personas implicadas, importancia que la
persona le da a el hecho y su reacción ante esta situación, seguido a lo anterior el sujeto deberá
responder a un listado de afirmaciones de cómo afrontó la situación descrita. Desde allí se pretende
identificar las estrategias de afrontamiento tales como resolución de problemas, autocrítica,
expresión emocional, pensamiento desiderativo, apoyo social, reestructuración cognitiva, evitación
de problemas y retirada social.

RESULTADOS
Los datos obtenidos mediante la entrevista sociodemográfica permiten concluir que el 76 % de la
muestra pertenecen al género femenino y el 24 % restante al género masculino. En cuanto a la edad
se encontró que el 28% de los participantes están comprendidos en edades entre los 18 a 25 años y
el 24% en edades de los 26 a 33 años de edad, llevando a determinar que la mitad de los
encuestados son personas jóvenes. Con referencia al estado civil se encontró una prevalencia de
personas solteras con un porcentaje del 40% y en menor medida de personas casadas con un
24%. Además se halló que el 48% de los participantes no tienen hijos y que este mismo porcentaje
viven con una sola persona, por tanto se encontró que el 80% de los participantes presentan núcleos
familiares no mayores a tres integrantes.

Los funcionarios encuestados son en su mayoría auxiliares de enfermería 84% y el 16% restante
enfermeros, cabe aclarar que la diferencia entre estos dos radica en que la auxiliar de enfermería
según el Ministerio de Salud (1999), es aquella persona especializada en el cuidado sanitario de los
pacientes que realiza funciones del área operativa, por ejemplo: orden y aseo de las unidades, aseo
del paciente, alimentación de los mismos, curaciones, toma y registros de hemodinámias, entre otras
funciones; mientras que la profesión de enfermería según la ley 266 que regula la práctica de
enfermería en Colombia citada en el Tribunal nacional de enfermería (1996) “tiene como propósito
general promover la salud, prevenir la enfermedad, intervenir en el tratamiento, rehabilitación y
recuperación de la salud, aliviar el dolor, proporcionar medidas de bienestar y contribuir a una vida
digna de la persona”. Así mismo, están capacitados para realizar funciones más administrativas,
que básicamente consisten en definir el tipo de cuidados que se les deben brindar a los pacientes,
gestionar la entrega oportuna de los tratamientos farmacológicos y la administración de los mismos,
pueden evaluar el trabajo que realizan los auxiliares de enfermería y hacer las modificaciones que
consideren necesarias, entre otras funciones propias del profesional en el área.

Por otra parte, con referencia a la experiencia laboral, se encontró que un 68% de los participantes
llevan un tiempo de experiencia comprendido entre 0 a 10 años, mientras que el 32% poseen entre
11 y 20 años de experiencia, de igual manera se halló una prevalencia del 56% en el personal que se
encuentra laborando en un mismo lugar por periodos comprendidos entre 2 y 6 años de antigüedad,
seguido de un 32% que posee entre 7 y 16 años de antigüedad, y por último se encontró que solo un
8% posee entre 13 y 8 años de antigüedad.

Además, se halló que el 56% de los encuestados trabaja en intervalos de tiempo comprendidos entre
6 y 12 horas diarias, mientras que el 44% trabaja de 12 a 24 horas diarias; algunos con turnos de
corrido 57%, mañana 20%, tarde 10% y noche 13%; es así como se encontró que a pesar de los
horarios el 84% de los participantes se encuentra conforme con su turno; para finalizar se considera
relevante mencionar que el 84% de los encuestados no realiza otra actividad fuera de la labor de
enfermería, pero el 16% realiza labores de enfermería en diferentes establecimientos, lo que les
permite adquirir mayores ingresos económicos.

Con relación a los resultados acerca del tipo de contratación, se encontró una variabilidad, ya que el
tipo de contrato de planta es el más representativo con un 33 % y se caracteriza por que las personas
son elegidas por el estado por un tiempo indefinido, llevando así a una mayor estabilidad, mientras
el 42% de aquellos que fueron contratados por el hospital o por contrato provisional, se
caracterizan por un contrato laboral de termino definido; por último aquellas contratadas por medio
de agencia representan un 17%, en las que el sujeto es contratado por un lapso de tiempo corto y
por la prestación de sus servicios.

El 52% de los participantes presenta estrés causado por problemas financieros, lo cual coincide con
el porcentaje presentado para problemas familiares 52%, siendo estas dos esferas las causas
principales de estrés en la población evaluada. Seguido a esto se encuentran los problemas de salud
con un 44%. El 32% presenta estrés a causa de problemas ambientales, el 16% por problemas
sociales y por último se encuentra los problemas de trabajo con un 12%, siendo esta la causa menos
prevalente, este hallazgo se considera como relevante dentro de la investigación, puesto que
contrario a lo que se esperaba al inicio de la misma, los problemas en el trabajo es el factor que
menos estrés desarrolla en los participantes a quienes se les aplico la prueba.

Teniendo en cuenta la presencia de estrés y los datos sociodemográficas se encontró algunas


diferencias con relación al género, considerando pertinente enunciar las tendencias bajas y altas de
estrés en hombres y mujeres y su relación con los algunos datos sociodemográficos específicos,
hallando que el 50% de los hombres presentan tendencias bajas de estrés, dentro de los cuales sus
mayores problemas son de tipo familiar y de salud con un 66% en cada una de las escalas
mencionadas, pero con niveles bajos en las mismas. Contrario al 50% restante de hombres que
presentan niveles altos de estrés, donde se encontró que sus mayores problemas son de salud y
financieros, los cuales generan en ellos la presencia de altos niveles de estrés. Con respecto al
estado civil, se encontró igual número de hombres casados, solteros y en unión libre con un 33%
cada uno de ellos, además, todos los hombres participantes de la investigación son auxiliares de
enfermería que trabajan en turnos de 12 a 24 horas. Con referencia al tipo de contratación se
encontró que el 33% se encuentra en contrato provisional mientras que el 66% son de planta.

A su vez el 50% de los hombres presenta una tendencia alta de estrés, el 66% se encuentra entre los
26 a 33 años y el 33% restante entre los 48 a 55 años de edad. Con referencia al estado civil, el
33% son solteros y el 66% restante se encuentran en unión libre. Con respecto al cargo se encontró
que el 33% son enfermeros y el 66% auxiliares de enfermería. El 66% de ellos trabaja entre 6 a 12
horas mientras que el 33% entre 12 a 24 horas. Con referencia al tipo de contratación el 33% de los
sujetos está contratado por agencia y el 66% restante es de planta.

En la presencia de estrés en las mujeres, se encontró que el 68% de ellas presenta tendencia baja del
mismo, dentro de los cuales sus mayores problemas son de tipo financiero con un 53,8%, además,
de problemas familiares y ambientales con un 46,1% respectivamente. Lo cual indica que son
problemas manejables, debido al bajo nivel de estrés que genera. Mientras que un 32% de ellas
presenta una tendencia alta de estrés, presentando una mayor prevalencia en los problemas
familiares con un 66,6% y problemas de salud con el 50%, siendo estos factores los mayores
desencadenantes de la presencia de estrés en este tipo de población.

Por otra parte, se encontró que, las mujeres que presentan una tendencia alta de estrés, el 50% de
ellas se encuentra entre 48 a 55 años. En cuanto al estado civil el 33,3% son solteras, y casadas con
un mismo porcentaje del el 33,3%. El 100% son auxiliares de enfermería y el número de horas
trabajadas corresponde 66,66% entre 12 a 24 horas. Con referencia al tipo de contratación se
encontró que el 33,3% cuenta con contrato directo con la entidad prestadora de salud, al igual que
contratación de planta con un porcentaje del 33,3% respectivamente.

En cuanto a las estrategias de afrontamiento se dividen en ocho escalas según Cano, García et al.
(2006), la resolución de problemas como aquella estrategia cognitiva y conductual encaminada a
eliminar el estrés intentado modificar la situación que lo genera; la reestructuración cognitiva es la
estrategia dirigida a cambiar el significado de la situación estresante; el apoyo social es una
estrategia encaminada en la búsqueda de apoyo emocional; la expresión emocional es la estrategia
que busca liberar las emociones que resultan del proceso de estrés; la evitación de problemas hace
referencia a la negación y evitación de pensamientos relacionados con el acontecimiento
activador; el pensamiento desiderativo es otra estrategia cognitiva que manifiesta el deseo de que la
realidad no fuese estresante; la retirada social es una estrategia que hace mención al aislamiento de
personas significativas relacionadas con la reacción emocional frente el estrés; finalmente la
autocrítica es una estrategia de autoinculpación que se da debido a la presencia de la situación
estresante o el afrontamiento inadecuado.

Con respecto a las estrategias previamente mencionadas, se encontró que el 60 % de la población


tiene una tendencia baja a utilizar la estrategia de resolución de problemas como medio para mitigar
el estrés. Un 64% de la población tiene una tendencia baja a autocriticarse; en la estrategia
restructuración cognitiva se evidencia que un 56% de las personas tienen una tendencia baja a
modificar el significado de la situación estresante; por el contrario entre las estrategias de
afrontamiento más utilizadas en la población estudio se evidencia aquellas centradas en la
evitación y la en la emoción; entre estas se encuentran la expresión emocional con una tendencia
alta del 60%; en la estrategia de evitación de problemas. Finalmente, en la retirada social se
identificó con un puntaje significativo de un 72% con tendencia alta a evitar el contacto con
personas pertenecientes al contexto laboral; por tal motivo dentro de este muestreo se evidencia una
mayor incidencia en el uso de estrategias enfocadas a la evitación y la emoción siendo estas un
medio para disminuir los síntomas de insatisfacción momentáneos ante situaciones percibidas como
amenazantes.

Al relacionar los datos sociodemográficos con las estrategias de afrontamiento se encontró que en la
variable género los hombres presentan una tendencia baja con un 66,66% ante la estrategia de
afrontamiento resolución de problemas y una tendencia alta con un 83,33% frente a la estrategia de
afrontamiento de expresión emocional indicando un mayor uso de estrategias dirigidas a la
regulación y expresión emocional que aquellas estrategias que buscan afrontar y confrontar el
problema. Mientras que las mujeres se evidencia una tendencia alta con un 62% en pensamiento
desiderativo y una tendencia alta con un 63,15%; en retirada social, evidenciando una forma de
afrontamiento que busca evitar cognitiva y socialmente el problema.

Ahora bien se encontró en la relación edad y estrategias de afrontamiento, que las personas con
edades que oscilan entre los 18 a 25 años presentan unas tendencias altas en las estrategias de
afrontamiento de resolución de problemas, apoyo social, reestructuración cognitiva, cada una de
estas con un porcentaje del 57,14%; en cuanto a las personas entre 26 a 33 años presentan
igualmente una tendencia alta en apoyo social con un porcentaje de 50%; sin embargo, cabe
resaltar que todas las personas presentan una tendencia alta en la estrategia de retirada social. En
cuanto los otros rangos de edad y estrategias se evidencian una presencia de ambas tendencias, es
decir tendencia baja y alta, lo cual no permite identificar una prevalencia en el uso de ellas.

En cuanto al cargo, se encontró que tanto las enfermeras como los auxiliares de enfermería
presentan una tendencia baja en resolución de problemas, ahora bien en la autocrítica se presenta
una diferencia entre auxiliares y enfermeros ya que los primeros presentan una tendencia alta con
un 100%. En la estrategia llamada expresión emocional, tanto enfermeras como auxiliares
presentan una tendencia baja; en cuanto al pensamiento desiderativo se encuentra una tendencia alta
con un 47,61% en enfermeras, en la estrategia de apoyo social se encuentra un 100% con tendencia
baja en auxiliares, mientras que en enfermeras se da una tendencia alta con un 57,14%. Ahora bien,
en reestructuración cognitiva se encuentra una tendencia baja en auxiliares y por el contrario una
tendencia alta en enfermero; en retirada social y evitación se evidencia una tendencia alta como una
forma de afrontamiento que busca evitar el problema.

En la variable de experiencia laboral se encontró una tendencia baja en el uso de expresión


emocional en personas con experiencia de 0 a 5 años, a diferencia de las personas que tienen
experiencia de 6 a 10 años de experiencia quienes presentaron una tendencia alta, así mismo se
encuentra una tendencia alta en apoyo social en personas con una experiencia de 0 a 5 años con un
77,77% y el 83,33% de personas con una experiencia laboral de 16 a 20 presenta una tendencia baja
en apoyo social.

Para finalizar se realizó la relación entre las personas que presentan un mayor índice de estrés y las
estrategias más utilizadas por los mismos, encontrando una tendencia alta en expresión emocional
con un 66,66%, evitación de problemas 77,77% y retirada social con un 88,88%, a partir de lo
anterior se deduce que las estrategias más utilizadas en las personas con estrés hacen referencia a
estrategias centradas en la emoción y la evitación.

En cuanto al estrés asociado a los problemas financieros y de salud, los cuales fueron los más
representativos en la presente investigación, y su relación con las estrategias de afrontamiento, se
identificó que aquellas personas que presentaron mayor índice de estrés por problemas financiero
tienen una tendencia alta con un 61,53% a utilizar estrategias de afrontamiento como el
pensamiento desiderativo y la retirada social, mientras que se evidencia una tendencia baja con un
61,53% ante la estrategia de apoyo social y un 69,23% en autocrítica. Por otro lado, se encontró
ante el estrés debido a problemas de salud una tendencia alta frente a estrategias de afrontamiento
retirada social con un 72,72% y expresión emocional con un 54,54% y una tenencia baja en la
estrategia de resolución de problemas con un 63,63% y autocrítica con un 72,72%.

Con referencia a lo anteriormente mencionado, se consideró pertinente indagar en la ciudad de


Armenia la presencia de estrés y las estrategias de afrontamiento en el personal de enfermería, esto
debido a que no se han realizado investigaciones a nivel regional con la problemática estudio, la
cual fue importante indagar debido a las condiciones laborales dentro de la ciudad de Armenia
como la falta de empleo y la falta de una remuneración adecuada por medio de la cual se
satisfagan las necesidades básicas.

DISCUSIÓN
Teniendo en cuenta los resultados arrojados en la investigación se encontró que en su mayoría los
enfermeros y auxiliares no presentan estrés laboral contrario a lo encontrado en los antecedentes
revisados, como la investigación realizada por M.J. Frade Mera a, R. Vinagre,(2008) titulada como
“Síndrome de burnout en distintas Unidades de Cuidados Intensivos” realizada en Madrid, España,
la cual arroja como resultado relevante la presencia de estrés debido a factores relacionados con la
insatisfacción profesional y poco reconocimiento laboral. Se puede mencionar también que en
Guatemala, De León, L (2014), autora de la investigación titulada “Estrés laboral en el personal
auxiliar de enfermería de emergencia de adultos y pediatría del hospital regional de occidente de
Quetzaltenango” mostró resultados que apuntan a que el personal objeto de estudio presenta un
grado de estrés laboral moderado, caracterizado por dificultades para conciliar el sueño, descanso
poco reparador, fatiga, cefalea, tensión y disminución del apetito, encontrando como hallazgo
principal que una media de1.33 y 2.33 de personal, muchas veces proporciona a los pacientes un
cuidado deshumanizado, ocasionando que los pacientes se sientan insatisfechos del servicio. Sin
embargo, pese a no haber hallado estrés laboral, los resultados indicaron mayor prevalencia en la
tendencia alta de estrés por problemas de salud, financieros y familiares.

Lo anterior puede estar desencadenado debido a la poca remuneración económica que recibe este
tipo de trabajadores, por lo que se ven en la obligación de desempeñar labores de enfermería en
diferentes centros prestadores de salud, sosteniendo extensas jornadas laborales, lo que implica una
mala alimentación, disminución del tiempo de descanso y sueño no reparador, lo que los hace más
propensos a presentar falencias en las condiciones de salud, además de deteriorar las relaciones
familiares debido al poco tiempo que tienen para fortalecer estos lazos. Se considera pertinente
mencionar también que pese a no hallar estrés laboral, esto no implica que esta tendencia a
presentar altos nivel de estrés no repercuta en comportamientos en el ambiente laboral.
En cuanto a la presencia de estrés, se tomó como referente la teoría transaccional de Lazarus y
Rolkman (1986), la cual en un inicio define el estrés como la interacción entre la persona y su
medio. Para ello, postula un proceso de evaluación del organismo que se dirige paralelamente en
dos direcciones, una dirigida hacia el ambiente y otra hacia los propios recursos. El estrés tendría
lugar cuando la persona valora a sus recursos como escasos e insuficiente para hacer frente a las
demandas del entorno. Es decir, el estrés es un concepto dinámico, resultado de las discrepancias
percibidas entre las demandas del medio y de los recursos para afrontarlas. La clave del modelo
radica en la evaluación cognitiva tanto del estímulo como de la respuesta (Dahab, Minici y
Rivadeneira, 2016).

La propuesta de Lazarus y Forman (1986) citado en Dahab, Minici, Rivadeneira (2016). “Tuvo
también el mérito de ordenar coherentemente un conjunto de elementos que intervienen en el
proceso de estrés”. Inicialmente se presentan los estímulos, los cuales son acontecimientos
externos, eventos cotidianos, físicos, psicológicos y sociales. El segundo elemento de la teoría
corresponde a las respuestas, las cuales son reacciones subjetivas, cognitivas y comportamentales,
estas pueden o no ser adecuadas. Un tercer elemento hace referencia a los mediadores, los cuales
evalúan el estímulo como amenazante y los recursos de afrontamiento como insuficientes y
finalmente se encuentran los moduladores quienes se encargan de aumentar o atenuar el proceso de
estrés, pero estos no lo provocan ni lo impiden.

Al realizar el contraste de la teoría con los resultados arrojados por la investigación, se encontró que
los factores estresores a los que se ven expuestos el personal de enfermería en sus labores diarias,
no generan un malestar significativo en ellos, hay que mencionar además, que la existencia de un
factor importante como lo es la antigüedad en el lugar de trabajo, juega un papel importante, ya que
la mayoría cuentan con entre 2 a 6 años de antigüedad lo que puede llevar a suponer que ha habido
una habituación a estos estímulos y su continuidad ha disminuido su valor estimular convirtiéndolos
así en factores irrelevantes.

Con referencia a las respuestas presentadas por los participantes de la investigación, se encontró que
la mayoría de ellos emplean estrategias de afrontamiento consistentes en la retirada social,
expresión emocional y evitación del problema, las cuales se agrupan como centradas en la emoción
y en la evitación, dado que estas estrategias no son adecuadas, se considera relevante mencionar,
que estas estrategias arrojan un resultado positivo frente a los niveles de estrés debido a una posible
habituación y aprendizaje, que les facilita resolver de una manera acertada las dificultades que se
puedan presentar en la realización de sus labores diarias.

Con referencia a los medidores, se evidenció que los profesionales en enfermería, presentan
posibles patrón de conducta tipo A, los cuales se pueden relacionar con la ira internalizada, rapidez
laboral y conductas competitivas, siendo algunas de estas características contribuyentes al
desarrollo de diferentes enfermedades, las cuales pueden ser potencializadas en su entorno laboral
debido a las condiciones a las que se ven expuestas en sus actividades diarias.

Con respecto a los factores moduladores, la investigación arrojó que las condiciones del ambiente
laborales como lo son la poca remuneración económica, la inestabilidad que puede generar el tipo
de contratación directo con la institución o por medio de agencia, contrario a la estabilidad generada
por la de provisionalidad o planta, donde el empleado cuenta con mayores beneficios y estabilidad
laboral, turnos de más de 12 horas debido el desarrollo de labores de enfermería en diferentes
establecimientos prestadores de salud, en aras de adquirir mayores ingresos económicos, pueden
influir en la presencia de estrés, sin embargo no son factores relevantes para la presencia o ausencia
del mismo, probablemente por la habituación que se presenta dentro de las respuestas empleadas a
dichos factores estresores.

De acuerdo a los resultados encontrados ante el estrés asociado a problemas financieros y su


relación con las estrategias de afrontamiento, como lo son pensamiento desiderativo y retirada
social, es de mencionar que los recursos económicos son la fuente principal que requiere todo ser
humano para satisfacer sus necesidades básicas, sin embargo, cuando no se dispone de ellos se
produce una situación de indefensión seguido de un deterioro de la calidad de vida y del bienestar
psicológico. Además, la falta de dinero se convierte en una fuente de estrés que impacta la
percepción de eficacia y las relaciones sociales al disminuir el tiempo de ocio (Fajardo, Padilla, et
al, 2007).

Así mismo, ante el estrés relacionado con problemas de salud, cabe resaltar que el personal de
enfermería además de presentar una tendencia alta hacia la conducta tipo A que influye en la
presencia de enfermedades coronarias; el estar en constante exposición frente al sufrimiento y la
muerte consolidan una carga psicológica para el personal que trabaja en el área de la salud. Sumado
a ello, los problemas cotidianos como la carga laboral, los problemas con el equipo de trabajo, las
rotaciones de los turnos y las jornadas, forman parte de los factores que inciden en las
enfermedades, la insatisfacción del puesto de trabajo, y los desgastes físicos y psicológicos (Borges
y Romero citado en Quispe,2009).

En el presente estudio se esperaba encontrar una mayor prevalencia en el uso de estrategias de


afrontamiento dirigidas a la resolución de problemas frente a las situaciones problemáticas que se
producen en el puesto de trabajo del personal de enfermería. Desde allí se puede observar que las
estrategias de afrontamiento con mayor predominio en esta población se refieren a aquellas como
retirada social, evitación social. Estos tipos de afrontamiento se centran en la evitación, reflejando
intentos cognitivos y conductuales para evitar pensar en un estresor y sus implicaciones, Garceta
(2008). Por tal motivo, estas estrategias de afrontamiento permiten reaccionar ante las situaciones
habituales llevando a la no presencia de estrés y a la adaptación en los auxiliares y personal de
enfermería.

Por otro lado, al comparar la variable de género con las estrategias de afrontamiento, se encontró
que los hombres utilizan estrategias de afrontamiento como la expresión emocional hecho que no se
esperaba ya que según una investigación realizada por García, Gascon, y Martínez (2016) “las
estrategias de los varones son predominantemente no emocionales, y las de las mujeres de
predominio emocional-afectivo”. Por el contrario las mujeres prefieren hacer uso de estrategias
enfocadas a la evitación como retirada social y pensamiento desiderativo, los cuales según Endler y
Zeinder (1996) citado por Macías, Madariaga et al (2012) “la persona asume aplazar el
afrontamiento activo por la necesidad de ordenar y hacer acopio de sus recursos psicosociales antes
de afrontar activamente la situación”, es decir que las personas posponen el afrontamiento con el fin
de evaluar las estrategias a utilizar ante la situación estresante.
En cuanto a la edad se encontró que las personas con rangos de edades menores entre los 18 a 25
años presentan estrategias como resolución de problemas enfocándose en estrategias centradas al
problema y poco en estrategias centradas en emoción como expresión emocional y autocrítica,
según Berger (2009, pág. 78) quien menciona “la mayoría de los adultos jóvenes tienen una buena
opinión sobre sí mismos, algunos desarrollan ideas innovadoras que los llevaran al éxito”. Desde
allí se logra evidenciar que posiblemente el personal más joven puede desarrollar una tendencia al
afrontamiento y solución de problemas.

En cuanto al cargo se encontró que tanto las enfermeras, como las auxiliares no presentan la
estrategia de resolución de problemas, esto debido a que la labor que desempeñan requiere de un
orden lógico de acciones repetitivas por lo cual hay una habituación ante situaciones que
representen algún tipo de estrés, llevando así a que estas no sean percibidas como un
problema. Con referencia a la autocrítica se presenta una tendencia baja en auxiliares debido a que
estos mantienen un contacto directo y constante con los pacientes lo cual reafirma su
autoconfianza y su seguridad para intervenir en situaciones de mayor demanda sin presentar
pensamientos de incompetencia. Con respecto a la estrategia de afrontamiento de expresión
emocional se encontró una tendencia baja lo cual indica una coherencia con los resultados
encontrados frente a las estrategias de evitación de problemas y la retirada social, ya que el
personal opta por evadir aquellas situación que le genere estrés.

Al realizar el contraste entre las estrategias y la experiencia laboral se encontró una tendencia baja
en la estrategia expresión emocional en personas con una experiencia entre 0 a 5 años y una
tendencia alta en apoyo social, esto debido a que este personal con menor experiencia laboral no
tiende a expresar sus emociones dentro de su contexto laboral prefiriendo buscar apoyo social en
personas significativas que no estén relacionadas con el trabajo o la situación estresante Otra
explicación a este resultado se debe la posible necesidad de autoafirmación que conlleva a un
convencimiento personal de poseer las capacidades necesarias para afrontar la situación sin la
necesidad de tener el apoyo de alguien más dentro de su contexto laboral.

En contra posición a los resultados encontrados en esta investigación que indican un mayor uso en
estrategias centradas en la emoción y la evitación, un estudio realizado en México
denominado “Estrategias activas de afrontamiento: un factor protector ante el síndrome de burnout
o de desgaste profesional en trabajadores de la salud”, por Austria, Cruz, et al (2010), explica a
partir de sus resultado que conforme aumenta el nivel educativo, se incrementa el cansancio
emocional, la realización personal, el síndrome de burnout y el uso de Estrategias activas
decrementando el uso de Estrategias Pasivas. Es así como se diferencia de lo encontrado en la
presente investigación ya que a pesar de que las personas poseen un nivel educativo alto utilizan
estrategias en las que no se enfrenta el problema, sin embargo, estas no inciden en la presencia de
estrés. De igual forma la no presencia de esta respuesta es producto de constante exposición a
situaciones adversas de las que se desencadena un conocimiento y con ello una adaptación a su
entorno laboral que les permite resolver las dificultades con mayor facilidad.

CONCLUSIÓN
Debido a un posible proceso de habituación a los factores estresores que se presentan en el trabajo
generado en la población a estudio, se encontró que no presentan estrés laboral, hallando tendencias
altas de estrés por problemas financieros, familiares y de salud.

La tendencia alta de estrés por problemas financieros, familiares y de salud, puede verse relacionada
con factores como la poca remuneración económica, motivo por el cual se ven en la obligación de
desempeñar labores de enfermería en diferentes establecimientos prestadores de salud, generando
en ellos inadecuados hábitos de salud, además de deteriorar significativamente los lazos familiares
debido a la poca disponibilidad de tiempo para compartir con sus parientes.

Las estrategias de afrontamiento más utilizadas por la población estudio de la presente investigación
fueron aquellas centradas en la evitación y la en la emoción; como lo son expresión emocional,
evitación de problemas y la retirada social con tendencia alta a evitar el contacto personas
relacionadas con el contexto laboral.

En la relación entre las personas que presentan un mayor índice de estrés y las estrategias más
utilizadas por ellos, se encuentra una prevalencia alta en expresión emocional, evitación de
problemas y retirada social, motivo por el cual se deduce que las estrategias más utilizadas en las
personas con estrés hacen referencia a estrategias centradas en la emoción y la evitación.

En los hombres se encontró una tendencia baja ante la estrategia de afrontamiento, resolución de
problemas y una tendencia alta en la estrategia de afrontamiento de expresión emocional indicando
un mayor uso de estrategias dirigidas a la regulación y expresión emocional que aquellas estrategias
que buscan afrontar y confrontar el problema.

La evitación de problemas es una de las estrategias de afrontamiento más empleadas por el personal
de enfermería, la cual actúa como un método funcional de afrontamiento ante las
situaciones inmediatas percibidas como amenazantes, esto se pudo evidenciar debido a que la
población estudio presenta tendencia baja en la presencia de estrés laboral, sin embargo, se
considera pertinente mencionar que dicha estrategia es inadecuada puesto que se evita la situación
y no se resuelve el problema.

Recomendaciones
Educar a los auxiliares y enfermeros en habilidades para la vida como: la comunicación asertiva,
toma de decisiones, manejo de emociones relaciones interpersonales y pensamiento creativo, para
fortalecer estrategias de afrontamiento centradas en el problema, que faciliten la adecuada solución
ante una situación estresante.

Con referencia al estrés financiero sería importante implementar cursos enfocados al buen uso y
adecuado manejo de los recursos económicos.

Concientizar en los auxiliares y enfermeros acerca de la importancia de una adecuada utilización y


distribución del tiempo libre, en aras de fortalecer las relaciones familiares.
Realizar estudios y/o investigaciones encaminadas hacia la presencia de estrés por problemas
financieros, por problemas de salud y problemas familiares en personal de enfermería en aras de
generar estrategias que permitan disminuir la presencia de los mismos.

El nuevo rumbo de la violencia dominicana


Psicología Social - Comunitaria
Publicado: mayo 1, 2017, 3votos , No hay comentarios

 Mayra Brea de Cabral


Edylberto Cabral
Universidad Autónoma de Santo Domingo
Santo Domingo, República Dominicana

RESUMEN
 Se estudian las dimensiones, evolución, factores de riesgo y perspectivas de la violencia dominicana
en el contexto internacional. Se ponderan datos reportados por organismos internacionales
especializados, para comparar las tendencias mundiales de violencia respecto a República
Dominicana. Se mostró que en el interregno 2000-2012 las tendencias de la violencia interpersonal
mundial y dominicana son opuestas, descendiendo los homicidios en el mundo y creciendo
notablemente en el caso dominicano. En cambio, del 2012 al 2016 en República Dominicana
decrecen rápidamente los homicidios, pero paralelamente surge una fuerte ola de raterismo (robos y
atracos) difíciles de tratar, originándose en la población la percepción de estar frente a un
incremento de violencia e inseguridad. Todo esto requerirá de nuevos métodos de abordaje más
eficaces y eficientes para lograr una reducción significativa, irreversible e incuestionable del
flagelo. A este proceso podría llamársele el “nuevo rumbo de la violencia dominicana”.
Palabras clave: Evolución, violencia, República Dominicana, factores de riesgo, perspectivas de
tratamiento.

Dada la importancia que reviste en la actualidad asumir políticas públicas más eficaces contra la
violencia en la República Dominicana, los autores pretenden en el presente artículo, responder tres
interrogantes claves: I) ¿Cuál es la verdadera y peculiar situación de la violencia dominicana en
relación a la panorámica mundial y regional? II) ¿Cómo ha sido su evolución en las últimas dos
décadas y cuáles combinaciones de factores de riesgo han sido los determinantes? y III) ¿Con
cuáles medidas a corto, mediano y largo plazo se podría enfrentar el fenómeno y lograr reducirlo a
niveles que sean significativos e irreversibles?

Metodológicamente, el ensayo es fruto de estudios y observaciones transversales y longitudinales


de hechos violentos; del análisis exhaustivo de datos estadísticos y del resultado de múltiples
encuestas de percepción de violencia e inseguridad en la población dominicana. La investigación es
de carácter explicativo y diseño no experimental con el uso de una revisión puntual de la
bibliografía más relevante y actualizada acerca del tema. Por conveniencia, como es frecuente en la
literatura internacional, se utilizan como variables e indicadores principales de la violencia
interpersonal (familiar, de pareja y de la comunidad) las frecuencias de los homicidios y/o crímenes
cometidos contra una persona y sus tasas. La tasa de homicidio es el número de homicidios por
cada 100 mil habitantes. No obstante, los autores también comparten la clasificación de la
OPS/OMS (2003) que amplía el concepto de violencia, agregando la violencia auto infligida
(suicidios, intentos de suicidios o laceraciones hacia sí mismo) y la violencia colectiva (social,
política y económica, entre las cuales se encuentran las guerras internas y entre naciones, la
violencia de Estado, entre otras más).

Situación comparativa de la violencia


La violencia interpersonal en República Dominicana es muy alta en la comparación internacional.
El promedio anual de la tasa de homicidios durante el período 2007-2012 en el país fue de 23.6
(según datos de la Declaración de Ginebra, 2015), colocándose en el lugar 148 entre los 158 países
comparados. Con esa tasa prácticamente triplicó la tasa del promedio mundial (8.8) y superó la tasa
promedio de América Latina y el Caribe (23.3), la región del planeta de mayor violencia
interpersonal. En cambio, las cifras de violencia autoinfligida (suicidios) en el país son menos
preocupantes, contrario a las que se registran en casi todo el resto del planeta, incluyendo a los
países desarrollados. Ver la Tabla 1.

Tabla 1
Magnitud de la violencia en República Dominicana en el contexto internacional

Fuente: Elaboración propia con base en datos de EsGlobal. (2016). Mapa interactivo y gráficos del
Índice de Paz Global 2016(1). Declaración de Ginebra 2015(2). PNUD, 2016. Informe de
Desarrollo Humano 2015(3).

Pero el hecho más notable a nivel mundial, destacado por instituciones como la OPS/OMS y la
UNODC, es la reducción de los valores absolutos y relativos de todos los tipos de violencia (las
muertes violentas) en el interregno (2000-2012). Este hecho puede ser observado en la Tabla 2.
Tabla 2
Situación mundial de la violencia en los años 2000 y 2012

Fuente: Elaboración propia con base al Informe sobre la situación mundial de la prevención de la
violencia 2014 (OPS, UNODC y PNUD, 2016); OPS y OMS (2014) Prevención del suicidio. Un
imperativo Global. Declaración de Ginebra (2015) The global Burden of armed violence 2015.

No deja de ser cierto que en los últimos cuatro años (2012-2016) la situación mundial se viene
deteriorando drásticamente tras los acontecimientos en el Medio Oriente, sobre todo en relación a la
violencia colectiva y que en los próximos informes internacionales saldrá a relucir.

En contraste con las tendencias descendientes mundiales, en República Dominicana, tal como se
verá más adelante, la violencia interpersonal prácticamente se duplica durante el interregno 2000-
2012, mientras que en los últimos cuatro años (2012-2016) entra en un proceso continuo de
descenso.

Resulta esencial observar en la Tabla 3, el vínculo de las armas de fuego con los homicidios en los
países de América Latina y el Caribe con respecto a las demás regiones del mundo y en donde
sobresale también el caso dominicano.

Tabla 3
Tasas de homicidios y de homicidios con armas de fuego en diversas regiones del mundo
(promedios anuales 2007-2012).

Fuente: Elaboración propia con base en datos de la Declaración de Ginebra (2015): The global
Burden of armed violence 2015. Small Arms Survey.
Evolución, peculiaridades y factores de riesgo
En la Tabla 4 se presenta la evolución de los homicidios en República Dominicana entre 1992 y
2016. Para que se tenga una idea más acabada de las dimensiones que ha alcanzado la violencia en
el país en los primeros ocho años del análisis (1992-1999) el promedio anual de homicidios fue de
1016. En los ocho años siguientes (2000-2007) ese promedio llegó a 1747 y en los últimos ocho
años (2008-2015) logró cifras de 2184 homicidios. Las tasas promedios anuales de homicidios por
cien mil habitantes, en los tres períodos antes señalados fueron: 12.9, 19.7 y 22.7 respectivamente.

Tabla 4
Evolución de los homicidios en República Dominicana, 1992-2016

Fuente: Elaboración propia con base en datos de la Policía Nacional y la Procuraduría General de la
República. *: Las Tasas son corregidas según la nueva estimación de la población de la Oficina
Nacional de Estadísticas. **: Datos proyectados al año completo en base a los primeros 7 meses del
año.

En el interregno 1992-2016 se observan claramente dos tendencias opuestas en la evolución de los


homicidios: una que aumenta desde el año 1992 y se acelera bruscamente a partir del 2002,
llegando a su máximo valor en el 2011; la segunda tendencia de descenso continuo, que se extiende
probablemente hasta el año 2016, pero que aún representa casi el doble de los homicidios
acontecidos en el 1992. (Ver la Figura 1).
Fuente: Elaboración propia con base en datos de la Policía Nacional y la Procuraduría General de la
República. Las Tasas son corregidas según la nueva estimación de la población de la Oficina
Nacional de Estadísticas. **: Datos proyectados al año completo en base a los primeros 7 meses del
año.

La violencia homicida es clasificada según su tipo en: delincuencial (homicidios por robos, drogas,
acción judicial, secuestros, sicariatos, etc.) y conforma el 42.2% del total de todos los homicidios
cometidos del 2006 al 2015; la llamada violencia de la conflictividad social (homicidios por riñas,
venganza, feminicidios, violencia intrafamiliar, violación sexual, linchamientos, balas perdidas,
etc.) que alcanza el 41.1%, y los homicidios de causas desconocidas con el 16.7% en dicho período.
Las tasas de feminicidios en República Dominicana en la comparación mundial son también altas
(Declaración de Ginebra, 2014). Del 2005 al 2015 mueren violentamente un promedio anual de 188
mujeres, de éstas, 98 son feminicidios, siendo esto parte de una violencia cotidiana que impacta
sensiblemente a la sociedad. Esta violencia no relacionada con la delincuencia, es decir, producto de
la conflictividad social, aumenta considerablemente, sobre todo las riñas (comprende el 31.3% de
todos los homicidios de los últimos 10 años). La violencia intrafamiliar y de género y la violencia
sexual se han incrementado en los últimos 8 años en 45% y 158% respectivamente.

La violencia dominicana tiene un alto costo en vidas humanas, principalmente para las familias
afectadas. Representa un elevado gasto económico, que según el Índice de Paz Global (2016),
equivale al 13,2% del PIB en el 2015, lo que representa, de acuerdo a nuestros cálculos, un gasto de
más de $400 mil millones de pesos dominicanos. La violencia se convierte así en un obstáculo
importante para el desarrollo dominicano. Hay que agregar, además, un costo ético: el fracaso de la
sociedad dominicana para proteger a las víctimas, a tantos ciudadanos productivos y talentosos, y
del lado de los victimarios por no haber orientado adecuadamente a los jóvenes desviados por el
camino de la violencia y delincuencia.

Ha quedado demostrado teórica y empíricamente en la literatura mundial y regional (Cabral & Brea
(1999), que existen estrechas y complejas relaciones entre la violencia y los cambios que se
producen en las condiciones socioeconómicas (factores estructurales) en las individuales (factores
personales), en las condiciones familiares, comunitarias, de orden y justicia y de las políticas
públicas en general (factores institucionales, del aprendizaje y psicosociales) y en situaciones de
alto armamentismo y el despliegue de las actividades ligadas al narcotráfico (factores coyunturales
y facilitadores). Se trata, en consecuencia, de un fenómeno complejo, multidimensional y
multicausal. Bajo este marco se explica el nivel de violencia y los cambios en las tendencias arriba
mencionados en República Dominicana.

En un estudio realizado por Brea y Cabral (2016) se encontró que en períodos de cuatro años del
1992 al 2015, la violencia (el incremento del número de homicidios promedio porcentual anual)
correlacionó con las variables socioeconómicas siguientes: con el crecimiento económico o
variaciones del PIB real (r = – 0.677); con la inflación o variación en el Índice de Precios al
Consumidor -IPC- (r = 0.960); y con la tasa de desempleo ampliada (r = 0.740) tal como se observa
en la Tabla 5.
Tabla 5
Variables socioeconómicas y niveles de violencia (incremento del número de homicidios) por
períodos de cinco años del 1992 al 2015

Fuente: Elaboración propia con base en datos de la Procuraduría General de la República y del
Banco Central de la República Dominicana en esos períodos.

No menos significativas son las relaciones encontradas entre la violencia y los niveles de
desigualdad y exclusión social, así como también con el incremento de la pobreza y los bajos
niveles educativos (años de escolaridad) y la poca participación social de los jóvenes (situación de
los Ni-Ni, jóvenes con edades entre 15 a 24 años, quienes ni estudian ni trabajan, y que en nuestro
país se estimaban para el 2015 en unos 432,000 de acuerdo a la ONE, 2016).

Hay que señalar, de manera contundente, que en República Dominicana en los últimos 17 años se
incrementó en 661% la expedición de permisos para porte de armas en civiles (MIP, 2000-2016). Y
los heridos de balas aumentaron en 69% del 2000 al 2015 (Policía Nacional, 2000-2015). Se hiere
por armas de fuego un promedio de 12 personas diarias. Alrededor del 64% de los homicidios del
país se cometen con armas de fuego y mayormente armas legales, muchas de las cuales pasan a
engrosar las filas del mercado ilícito de armas. En los últimos 10 años se ha registrado un promedio
de 5 personas asesinadas mensualmente para despojarlos de su arma (Procuraduría General de la
República, 2007-2016).
Del 2000 al 2015 se han producido 20,452 homicidios con armas de fuego (Policía Nacional, 2000-
2005; Procuraduría General de la República, 2006-2015), para un promedio anual de 1278 muertes
con este instrumento tan letal. En República Dominicana circula un arma (legal e ilegal) por cada
18 habitantes según datos del informe del UNPoA1 de agosto del 2016 y de Gunpolicy.org del
2013. En otros estudios de Brea y Cabral (2013 y 2014) se encontró fuertes correlaciones entre el
número de autorizaciones de armas y los heridos de balas (r = 0.85306363) y entre la frecuencia de
homicidios y el número de armas legalizadas (r = 0.6044848), lo que significa que a medida que
circula mayor cantidad de armas (en este caso legales) hay mayor cantidad de heridos de balas y
tienden a aumentar los homicidios. Esto contradice abiertamente la tesis sostenida por los
vendedores de armas de fuego, en el sentido de que a mayor armamentismo en la población menor
violencia.
Los apresados por drogas crecen del 2006 al 2015 en 138.4%, pasando de 11,145 a 26,559 personas
detenidas en operativos de drogas. Las incautaciones de cocaína aumentan en 144.8% en dicho
período según datos de la Dirección Nacional de Control de Drogas y reportado por la Oficina
Nacional de Estadísticas (ONE, 2016).

Todos estos factores (estructurales, institucionales y coyunturales) se combinaron de manera


negativa en el período 1992-2011. Y es eso lo que explica la tendencia ascendente de la violencia en
ese largo interregno. Sin embargo, en los últimos años en el país se observan considerables
reducciones en las tasas de homicidio, que probablemente desciendan hasta 15.9 para finales del
2016, no obstante, hay que subrayar que aún esa tasa resulta muy alta respecto al contexto
internacional y en relación a los niveles prevalecientes en el país a principios de siglo.

Pero más importante aún es, considerar que esa reducción positiva se ha logrado mediante una
combinación de factores casi inédita en la historia económica moderna del país. Son muchos los
factores internos y externos favorables tanto económicos como sociales e institucionales que han
incidido en dicha reducción, tales como son de manera directa: altas tasas de crecimiento
económico, niveles considerablemente bajos de inflación, descenso del desempleo, reducción de los
grandes desequilibrios internos y externos, reducción de la pobreza y la desigualdad social, y
también el conjunto de políticas públicas muy concretas y efectivas en diferentes niveles (el
programa 911, ejecución de algunos programas sociales en sectores vulnerables, la ampliación de la
tanda educativa extendida, la militarización de calles y barrios como mecanismo disuasivo, la lucha
abierta contra las drogas de los grandes carteles y un mayor control en las autorizaciones de las
armas de fuego, entre otros).

Llama la atención, en el sentido de que esta conjugación de factores externos e internos difícilmente
se mantenga por mucho tiempo. Por lo que es recomendable que se profundice en las políticas
públicas aplicadas a corto y mediano plazo, las que deberán ser mejor planificadas y mucho más
eficientes que hasta ahora para poder lograr reducir la violencia e inseguridad ciudadana a niveles
irreversibles, ante la ocurrencia de un cambio desfavorable de coyuntura, sobre todo internacional
(con aumentos de precios de los combustibles, entre otros). Es imprescindible mantener y
profundizar el rumbo descendente de la violencia. Es lo que aconseja toda la experiencia acumulada
a nivel nacional e internacional. De lo contrario, podríamos pasar a un nuevo ciclo de mayor
violencia que en el pasado.

Algunos diagnósticos de la percepción de violencia en la población, apoyados en el uso de


encuestas (ENHOGAR, 2015; CID-GALLUP, 2016; GALLUP-HOY, 2016; Latin barómetro, 2016)
sitúan a la delincuencia e inseguridad ciudadana como el primer problema de preocupación en los
dominicanos, y apuntan a un recrudecimiento del raterismo, de las acciones de pandillas y grupos
del crimen organizado. De ahí surge la aparente contradicción entre la alta percepción de violencia e
inseguridad en la población dominicana y la realidad de los datos en cuanto a reducción de los
homicidios y de la violencia criminal que refieren las estadísticas oficiales, lo que pudiera
explicarse por una atomización y propagación de esos grupos delincuenciales, fruto de un mayor
desmantelamiento de los grandes carteles de drogas, de sus redes de negocio y distribución (modus
vivendi), y que esto se esté reflejando en un mayor auge del raterismo desmesurado y de atracos a
mano armada. Por tanto, se sugiere prestar mayor atención a estos fenómenos microsociales y a los
riesgos que suponen.

Medidas sugeridas
Para continuar avanzando en la lucha contra esta epidemia tan compleja y preocupante, los autores
de este trabajo proponen algunas medidas como las siguientes:

1. Sociales, económicas e institucionales. La profundización y adecuada coordinación de todas las


políticas públicas contra la violencia en todas sus manifestaciones: políticas económicas, sociales,
de las preventivas y correctivas en términos de orden y justicia, etc. Es fundamental enfrentar los
factores estructurales, coyunturales, psicosociales e institucionales, atacando principalmente los de
mayor riesgo al alza de la violencia. Urge seguir abordando con renovada energía los problemas
sociales básicos con más y mejor educación, salud, vivienda, empleo digno y con soluciones a
problemas infraestructurales (que afectan directamente a las comunidades). Solo de esa forma se
crearán serias oportunidades para reducir drásticamente la pobreza y las inequidades surgidas al
amparo de las enormes desigualdades de ingreso que caracterizan a la sociedad dominicana.
2. Acercamiento comunitario. La organización de las Mesas Locales de Seguridad Ciudadana
donde participen el gobierno central a través de sus instituciones, los gobiernos locales y
municipales y la propia comunidad para la búsqueda de soluciones y de opciones contra la
violencia. Que se contemple un abordaje e intervención multidimensional e integral desde los
propios barrios y comunidades, y sirva para fortalecer las oportunidades de diálogo entre los
sectores, y de recuperación de los espacios perdidos en el entorno urbano y social, aprovechado por
la delincuencia. Es imprescindible que dichos proyectos cuenten con la debida evaluación
permanente y una inversión eficiente y masiva de recursos.
3. Institucionales de orden y justicia. El establecimiento y ejecución de una verdadera reforma
policial, que haga del cuerpo policial un ente competente, bien formado y equipado, integrado a la
comunidad, que resuelva los problemas del orden y la seguridad en el marco del respeto a los
derechos humanos. Priorizar las políticas de prevención frente a la represión; rechazar las
acostumbradas políticas de “mano dura” como la panacea, ya que con mucha frecuencia muestran
que no pueden resolver la problemática delictiva. Concomitantemente, se deben mejorar los
ingresos y las condiciones de vida de los encargados del orden público, requisito tan exigido por
todos. Reformular, además, el sistema judicial y carcelario, a fin de que se sancione el delito sin
impunidad ni corruptela alguna, de tal manera que delincuentes profesos no puedan burlarse de la
Ley mediante el soborno y la compra de los jueces y de funcionarios, tal como ha sido común en la
práctica cotidiana.
4. Tecnológicas y educativas. La continuación de la modernización tecnológica aplicada a la
seguridad (video-cámaras, mapeo del delito, etc.) como prevención-disuasión y monitoreo delictivo
en las diferentes localidades. Al mismo tiempo, fortalecer los programas de reinserción escolar y de
atención a los jóvenes desertores, evitando así su impacto negativo (Unesco, 2012). Y utilizando
adecuadamente el presupuesto del 4% otorgado a nuestra educación preuniversitaria. Profundizar la
revolución educativa en todos los niveles escolares y extenderla a la educación superior pública,
para hacerla capaz de atender a la población joven entre 18-24 años de edad, donde se registra un
notable ausentismo laboral y escolar. La preparación adecuada de este segmento poblacional es vital
para que pueda en lo adelante con sus estudios universitarios o técnicos, lograr una inserción
provechosa en un mercado laboral cada vez más cambiante y exigente
5. Protección de género. Fomentar los proyectos educativos transversales de igualdad de género
para prevenir la violencia contra la mujer y la violencia intrafamiliar (orientando debidamente a la
población escolar desde inicios de su educación básica y en otros grupos secundarios de
socialización). Intensificar los programas de apoyo y de protección a la Mujer (Casas de acogida,
leyes contra el abuso y maltrato a la mujer, etc.) dirigidos desde la Procuraduría y el Ministerio de
la Mujer.
6. Control de armas. Redefinir y transparentar los principios y sustentaciones contemplados en la
nueva Ley de Control de Armas de Fuego, aprobada repentinamente días antes del proceso de
elecciones del 2016 en el país, la cual podría facilitar dando aún mayor apertura a la circulación,
importación, fabricación, exportación y venta de armas de fuego “legalizadas”. Nuestro objetivo
debería ser el desarme gradual y ordenado de la población civil en un plazo máximo 5 años y
desincentivar la demanda de armas de fuego tanto legales como ilegales en la población que se
siente desprotegida. Y siendo necesario disminuir el cuadro de inseguridad ciudadana con una
mejor cooperación entre el Estado y los ciudadanos y la mejoría de la confianza en el orden de
protección público.
7. Promoción-educación para la paz. Iniciar campañas de educación hacia el desarme y de
educación sobre el uso cotidiano de fórmulas de resolución pacífica de los conflictos. Involucrar a
los medios de comunicación masivos y a otros sectores de la nación en el proceso de educación para
la paz y contemplar una regulación más estricta de la proyección de los modelos violentos que
alteran la convivencia social.
8. Medidas preventivas anti drogas. La elaboración de nuevos programas de prevención del
consumo de drogas y alcohol en los barrios y comunidades. Importantizar la labor de psicólogos,
orientadores y trabajadores sociales en la prevención y tratamiento de los factores de riesgo que
inducen a la violencia y su relación con las drogas. La aplicación de sanciones menos punitivas para
adictos, ya que más bien son enfermos a tratar.
9. Sociales y de apoyo familiar. El trabajo dirigido a reforzar y apoyar a las familias sobre todo a
las más vulnerables, involucrando los medios de comunicación, las escuelas de padres, las
organizaciones barriales y comunitarias en el proceso de educación para la paz en pos de un cambio
de paradigma, que tienda a eliminar los métodos educativos punitivos y autoritarios predominantes
(castigo físico) tanto familiar como a nivel escolar.
10. Investigación participativa. El incrementar los diagnósticos participativos, la investigación
permanente de los factores que generan riesgo para engendrar la violencia. Que la investigación sea
la base para la elaboración, planificación y ejecución de las políticas públicas y sociales donde se
reduzcan los márgenes de la improvisación tan frecuentes en estos tiempos.
Que el objetivo primordial sea fortalecer el compromiso decidido y luchar por una República
Dominicana más integrada, inclusiva, sostenible y pacífica.

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