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1. Introducción
Paulo Freire nació el 19 de septiembre de 1921. Freire fue pobre, por lo que en un futuro se
empezó a preocupar por los pobres. Freire se matriculó en la Universidad de Recife en 1943, en la
Facultad de Derecho, donde estudió filosofía y psicología del lenguaje al mismo tiempo. En 1944 se
casó con Elza Maia Costa de Oliveira, que era profesora de primaria. En 1946 Freire fue nombrado
Director del Departamento de Educación y Cultura del Servicio Social en el Estado de Pernambuco.
Trabajó con los pobres que no sabían leer ni escribir ya que en esa época, leer y escribir eran
requisitos para votar en las elecciones presidenciales brasileñas. En 1961 fue nombrado director
del Departamento de Extensión Cultural de la Universidad de Recife, y en 1962 aplicó sus teorías,
enseñándoles a leer y escribir a 300 trabajadores de plantíos de caña de azúcar en solo 45 días.
Entonces el gobierno brasileño aprobó la creación de círculos culturales en el país. En 1964 se
produjo un golpe de Estado y metieron en la cárcel a Freire como traidor durante 70 días. Luego se
exilió en Bolivia durante un corto y se fue a trabajar a Chile durante cinco años para el Movimiento
Demócrata Cristiano por la Reforma Agraria y la Organización para la Alimentación y la Agricultura
de las Naciones Unidas. En 1967 Freire publicó su primer libro, “La educación como práctica de la
libertad”. En 1968 escribió su famoso libro “Pedagogía del oprimido”, que fue publicado en inglés
y en español en 1970. Le ofrecieron el puesto de profesor visitante en la Universidad de Harvard
en 1969. El libro no fue publicado en Brasil hasta 1974. En 1997, el día 2 de mayo, a sus 75 años,
falleció Paulo Freire; días antes de su muerte él mismo aún debatía sobre las nuevas perspectivas
de la educación en el mundo. Su pensamiento pedagógico continúa vigente en nuestros días. La
“Pedagogía del Oprimido” es uno de los trabajos más conocidos de Paulo Freire. El libro propone
una pedagogía con una nueva forma de relación entre educador/educando y entre sujetos
sociales. El libro está dedicado a "los oprimidos" y está basado en su propia experiencia como
profesor para adultos analfabetos. En él, Freire incluye un detallado análisis de la clase marxista en
su exploración de la relación entre "colonizador" y "colonizado." El libro sigue siendo popular
entre los educadores del mundo entero y es uno de los fundamentos de la pedagogía crítica. Este
libro está dividido en cuatro capítulos.
2. Ideas principales
Las ideas principales del libro de “Pedagogía del Oprimido” son: Paulo Freire divide la sociedad en
dos grupos bien diferenciados: Los opresores y los oprimidos. Hace dos propuestas cuyo objetivo
es mejorar la sociedad: - Una se refiera a tomar conciencia de la realidad en la que vive el
individuo, como ser oprimido
siempre sujeto a las determinaciones de los opresores. - La otra en consiste en la iniciativa de los
oprimidos para luchar frente a los opresores y liberarse para llegar a la praxis. Una de las
características de la educación actual consiste en una narración y memorización excesiva que se
presenta en las aulas, sin analizar la esencia de ello. En el sistema actual, el educador es el que
sabe, educa, piensa, disciplina, elige el contenido, el sujeto del saber. El alumno no sabe, no
piensa, es coartado al hablar y al actuar, no puede elegir el contenido, es el objeto del saber. El
alumno se convierte en un sujeto pasivo ya que está bajo las órdenes del educador. Para Freire
estamos ante una educación con un concepto bancario. La concepción bancaria de la educación
pretende transformar la mente de los individuos para que se adapten mejor a las situaciones
reales y así poder dominarlos con mayor facilidad. Cuanto más pasivo sean los individuos, más fácil
será dominarlos. Se disminuye su creatividad y estimulan la inocencia, lo cual crea las condiciones
para que los opresores surjan como sujetos generosos. El ser humano no lucha por sus intereses y
emancipación cultural y social. Esta situación es la que ha predominado en la educación que se
impone en las escuelas, sin embargo la pedagogía que propone Paulo Freire es opuesta, ya que
sugiere que el individuo adquiera la educación estando con el mundo y no en el mundo, lo cual se
alcanza a través de la liberación, para ello se requiera que la educación deje de ser mecanicista.
Da mucha importancia al diálogo como elemento para mejorar la educación; el uso el diálogo
como elemento del aprendizaje y como práctica de la libertad es indispensable ya que el hombre
no se hace en el silencio, sino en la palabra, la acción y la reflexión; dialogicidad que debe
establecerse entre el educador y el educando.
El autor explica que la concepción bancaria de la educación pretende transformar la mente de los
individuos para que se adapten mejor a las situaciones reales y así poder dominarlos con mayor
facilidad. En el capítulo tres, Freire le da importancia a establecer el diálogo con las personas, pero
implica emplear un lenguaje similar al de las costumbres de la persona ya que, para que exista una
interacción, es necesario integrarse a la vida del hombre, investigar su lenguaje, su actividad y
pensamiento; posteriormente, a través de la educación problematizadora estos elementos se
conjugan para generar conocimiento. Por lo tanto hay que realizar una investigación del tema
generador. La investigación del tema generador implica dos fases distintas: la primera se refiere a
acudir hasta el lugar de los hechos para conocer cuál es la forma de pensar de los oprimidos y la
segunda es aplicar el pensamiento en el aprendizaje sistemático a través de la interacción grupal
entre los mismos individuos, de tal manera que la persona vaya adquiriendo conciencia de su
realidad. En el capítulo cuatro, Freire habla sobre la antidialogicidad y señala que el opresor hace
uso de la antidialogicidad para mantener su status a través de diversos medios, por ello es
importante conquistar a los oprimidos con el diálogo concreto, convirtiéndose este acto en una
acción necrófila. También señala que la invasión cultural es una característica más de la
antidialogicidad, donde los oprimidos son concebidos como objetos, mientras que los opresores
son autores y actores del proceso. El autor, explica que una de las características de la acción
dialógica es la síntesis cultural que se da simultáneamente con la investigación temática, puesto
que pretende superar las acciones opuestas emprendidas por los opresores, es decir, va más allá
de la inducción, por lo que se trata de la fuerza de su propia cultura como un acto creador que los
reivindica con otra visión acerca del mundo.