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PUBLICADO: 15/03/2014

La Biblia, el manual de las finanzas

La Biblia contiene 2.350 versículos relacionados con el tema


del dinero y las posesiones.

Muchos se sorprenderían al saber que Jesús habló de dinero más veces de las que
habló sobre el cielo y el infierno. De hecho, habló más del dinero que de cualquier
otro tema, 16 de las 38 parábolas se refieren a cómo manejar las finanzas y los
bienes. La Biblia contiene 500 versículos sobre la oración, menos de 500 versículos
acerca de la fe, pero más de 2.350 relacionados con el tema del dinero y las
posesiones.

¿Quiere decir entonces que las claves del éxito y los secretos para salir finalmente
de las deudas siempre los hemos tenido allí, en algún rincón de la casa,
empolvándose y deteriorándose de la humedad mientras diariamente nos
rascamos la cabeza y pasamos noches en vela pensando cómo pagar las deudas
que parecen no acabar? Pues, al parecer, y para muchos multimillonarios
alrededor del mundo, así es. La Biblia, desde siempre, ha influido en la ética moral
y espiritual del mundo occidental, pero ahora también está siendo incluida en el
mundo de los negocios.

El experto en finanzas Howard Dayton, en su libro Su dinero cuenta, mediante un


análisis detallado, revela cómo La Biblia tiene las respuestas a los problemas
financieros del siglo XXI. Según Dayton, “la Biblia ofrece verdaderas soluciones a
los problemas financieros de hoy, conforme apliquemos los principios de la
economía de Dios comenzaremos a dejar de tener deudas, a gastar más
sabiamente el dinero, empezaremos a ahorrar para metas futuras y a ceder una
parte para quienes más lo necesitan”.

Y si nos basamos en los resultados de algunos millonarios que atribuyen su éxito a


seguir “al pie de la letra” la Biblia como su “manual de negocios”, empezaríamos a
conocer otra clase de adinerados que pasan inadvertidos debido a que los medios
no los registran con una marcada de excesos y escándalos sexuales.

Entre mitos y verdades, y verdades a medias, la sociedad ha adoptado una


percepción del dinero muy distinta a la que se puede extraer de las Escrituras. En
la Biblia encontramos una correlación íntima entre el desarrollo del carácter de
una persona y la manera como maneja el dinero. Es decir, el dinero es el índice
exacto de nuestro verdadero carácter y, dependiendo de cómo se maneje, se
puede convertir en una bendición o en una maldición para su dueño.

Erróneamente se cree que la Biblia dice que el dinero es “la raíz de todos los
males”, lo que subraya en realidad es que el “amor” al dinero es la raíz de todos los
males. Mateo 6:24 dice “Ninguno puede servir a dos señores porque, o aborrecerá
al uno y amará al otro, o querrá mucho a uno y despreciará al otro. No podéis
servir a Dios y al dinero”, si leemos 1 Timoteo 6:10 dice “Porque el amor al dinero
es raíz de toda clase de males, el cual codiciando algunos, se extraviaron de la fe, y
fueron traspasados de muchos dolores”.

El primer gran principio respecto al dinero y a los bienes materiales que se lee en
la Biblia es que Dios es el dueño de todo, del mundo y de todo lo que hay en él,
“Mía es la plata, y mío es el oro” (Hageo 2:8). “De Jehová es la tierra y su plenitud; el
mundo, y los que en él habitan” (Salmo 24:1).

El segundo gran principio respecto al dinero y a las posesiones es que todas las
cosas provienen de Dios. Dice que no sólo Dios es el dueño de todo, sino que todo
lo que recibimos proviene de Él. Advierte La Biblia del peligro de olvidar a Dios en
los bienes que adquirimos: “Si no, acuérdate de Jehová tu Dios, porque él te da el
poder para hacer las riquezas...” (Deuteronomio 8:18)

Con respecto al diezmo y las ofrendas, las Escrituras prometen aumentar las
bendiciones de quienes deciden hacerlo. “Dar nos hace realmente libres, mientras
que acaparar nos hace prisioneros” (Santiago5:2). “El dar cambia la vida de otros”
(Juan 3:16). “Dar nos regresa las bendiciones” (Lucas 6:38). “Dar nos permite
acumular tesoros en los cielos y no en la tierra” (Mateo 19:21).

Y advierte sobre algunos mandamientos respecto al dinero y cómo debemos


administrarlo para que nos vaya bien: Uno de ellos es el de no incurrir en deudas.
Como se lee en (Romanos 13:8): “No debáis a nadie nada«”. Cuando nos
endeudamos, perdemos libertad. Dice la Biblia: “El que toma prestado es siervo del
que presta” (Proverbios 22:7).

Otro principio advertido en las Escrituras es no esforzarse por ser ricos advierte
contra los planes rápidos y fáciles de conseguir dinero, “Se apresura a ser rico el
avaro, Y no sabe que le ha de venir pobreza” (Proverbios 28:22).
 
En resumen, según los principios de la economía de Dios, recopilados en los Libros
de la Biblia, hay que ser sabios, ahorrar pero no atesorar, gastar con discreción y
control, usar los recursos propios para ayudar a otros, pero con discernimiento.

Dice la Biblia que no es malo ser rico, pero sí es malo amar el dinero; que no es
malo ser pobre, pero sí gastar el dinero en cosas triviales.

Con más de 6.000 millones de ejemplares y más de 2.300 idiomas, la Biblia es la


obra más vendida y leída de todos los tiempos. Para muchos son las “Sagradas
Escrituras”, otros la compran y la guardan por años en su biblioteca. Lo cierto es
que hoy, hombres y mujeres confiesan haber logrado el éxito económico siguiendo
simplemente “al pie de la letra” las instrucciones consignadas en el manual del
fabricante.

Twitter: Silvia_parra

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