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ETIOLOGÍA
Las Eimerias son esporozoarios que se caracterizan por presentar un ciclo de vida en que se
alternan las fases asexuadas (denominadas esquizogonia) y sexuadas (llamadas gametogonia, con
fecundación), seguida de una fase quística (esporogonia) que permite la propagación de la especie.
Este sistema es responsable que desde una forma infestante inicial se produzcan diversas
generaciones endógenas, que afectan a multitud de células del hospedador.
Las Eimerias se desarrollan en las células de las mucosas del aparato digestivo (intestino e hígado)
y para que la fase esporulada sea infestante requiere la maduración previa del ooquiste, en
condiciones adecuadas de humedad y temperatura. La localización de los coccidios varía de una
especie a otra.
Se han identificado hasta 11 especies de Eimerias en los conejos, sólo una de ellas afecta al
hígado (E. stiedal), la cual no causa pérdidas económicas, al margen de ocasionar una
alteración del hígado apreciable en el matadero y caracterizada por la formación de
nódulos blanquecinos en este órgano. Si esta se produce en forma crónica puede reducir la
resistencia general del organismo, haciéndolo más sensible a otras afecciones.
PATOGENIAS
Por lo general las manifestaciones clínicas pueden esquematizarse en sus diversas fases:
Diarreas: Según las especies, aparecen entre el 4º y 6° día después de la infestación o sea
desde la ingestión de ooquistes esporulados; la gravedad máxima está entre el 8° y 10º
día, cediendo 3 ó 4 días más tarde.
Pérdida de peso: Este hecho se da de forma paralela a la aparición de diarreas. Durante 2 ó
3 días disminuye el consumo de alimento, el desarrollo y es incluso posible que los
animales pierdan hasta un 20 % de su peso en 3 días; ulteriormente los gazapos se
restablecen y vuelven a su crecimiento normal.
Mortalidad: Se presenta de forma limitada entre los 3 y 4 días, y de forma grave e intensa
alrededor del 10° día después de la infestación.
DIAGNÓSTICO
Las diarreas de origen parasitario son importantes sobre todo en los gazapos después del
destete (4-7 semanas). Antes del destete son raras y, en cualquier caso, tienen una
prevención fácil con un mínimo de higiene sanitaria y alimentaria.
En las explotaciones industriales las especies más frecuentes son E. magna y E. media que
pocas veces provocan diarrea, aunque producen un leve retraso en el crecimiento y un
aumento del índice de conversión del pienso durante una o dos semanas.
Además, es necesario aumentar el grado de higiene y tener presente que los coccidios
vistos en el cebadero proceden de las madres que también hay que controlar. Cuando se
identifiquen especies patógenas, aunque sea en pequeña cantidad, es recomendable
realizar un tratamiento y estar alerta.
TRATAMIENTO
En el tratamiento hay que considerar que la enfermedad muy a menudo comienza por una
combinación de varios factores no específicos que hay que tener en cuenta.
Por otra parte, el tratamiento frente a coccidios sólo es eficaz en animales que se han
infectado durante un periodo de tiempo corto (5-6 días) y hay que tener en cuenta que,
después de un tratamiento eficaz, van a continuar en la explotación durante unos pocos
días las diarreas y las muertes de animales (Lebas y col., 1997).
Las drogas más utilizadas en este momento aún son las sulfamidas. Hay que considerar
que el tratamiento en el agua de bebida sólo debe emplearse en los gazapos durante la
época cercana al destete para disminuir la aparición de resistencias.
COCCIDIOSIS EN PERROS
Los responsables de esta enfermedad son los llamados coccidios, unos parásitos protozoos
(organismos unicelulares) que se multiplican en el tracto intestinal de los perros. Cuando
sacamos a nuestros amigos a dar un paseo para que puedan hacer sus necesidades,
podremos detectar esta infección a la hora de recoger sus heces.
Si un perro está infectado hará que otros se contagien a través de sus heces y entre uno a
siete días ya estará contagiado. Los ooquistes (que así se llaman huevos donde están los
parásitos), presentan una buena capa protectora que los hace muy resistentes en
condiciones extremas. Se encuentran dentro de la materia fecal y pueden contaminar el
suelo y las tarimas de madera como las de cemento húmedo y poco soleado.
Los huevos pasan al tracto digestivo llegando al estómago donde los jugos gástricos
eliminan la cubierta protectora donde son liberados los ocho esporozoitos que son las
células infecciosas que se hayan dentro del huevo, pasan al intestino delgado invadiendo
cada uno de ellos una célula intestinal, dentro de la cual se lleva a cabo un proceso de
maduración que lo convierte en trofozoito, nombre que se le da al alimentarse de la célula
que lo hospeda. El desarrollo continua hasta destruir la célula, transformándose en
esquizonte, formando una estructura esferoidal, en cuyo interior se forman organismos
más pequeños, los merozoitos.
Los síntomas se observan cuando el cachorro presenta dificultades para crecer y puede
observarse la anomalía característica ya que las patas traseras serán más altas que las
delanteras.
Por otro lado notaremos su estómago hinchado incluso puede que no tenga demasiada
gana de comer, llegando incluso a comer piedras o sus propias heces, las cuales se
manifiestan a modo de diarrea, apareciendo corpúsculos sanguinolentos en ellas.
También hay una anemia fuerte como consecuencia de la pérdida de sangre y debilidad. Si
no se diagnostica a tiempo pueden producirse infecciones en masa, provocando la muerte
del animal.
La especie que suele infectar a los perros es Isapora Canis. Los cachorros son afectados
especialmente en el periodo comprendido entre la cuarta y sexta semana, esto no quiere
decir que con más edad no se puedan infectar, hay casos en que ocurre. Por el contrario
los perros adultos no sufren la enfermedad (salvo rara excepciones), sin embargo sí son
una importante fuente de infección.
A veces los resultados pueden ser negativos, esto no implica que no esté parasitado ya que
podría encontrarse en una etapa en la que no está eliminando los huevos, por lo que es
recomendable repetir el estudio. Es importante llevar el control rutinario mediante análisis
de materia fecal, aunque no se observe diarrea ya que muchos cachorros son propensos a
esta enfermedad.