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APLICACIONES DE LA PSICOLOGÍA EN LA

EDUCACIÓN
El desarrollo actual de la psicología Educativa y de otras disciplinas afines, como la pedagogía y la
Sociología de la Educación, ha propiciado una forma distinta de analizar la educación. Actualmente
somos testigos y partícipes de la emergencia de un sin número de enfoques y de una diversidad de
propuestas cuya intención fundamental es la de resolver la problemática que se presenta en el
terreno de la educación, la cual se ha vuelto más compleja.

El Psicólogo de la Educación desarrolla su actividad profesional principalmente en el marco de los


sistemas sociales dedicados a la educación en todos sus diversos niveles y modalidades; tanto en
los sistemas reglados, no reglados, formales e informales, y durante todo el ciclo vital de la persona.

Así mismo interviene en todos los procesos psicológicos que afectan al aprendizaje, o que de este
se derivan, independientemente de su origen personal, grupal, social, de salud etc.,
responsabilizándose de planos e implicaciones educativas, de su intervención profesional y
coordinandose, si procede, con otros profesionales.

Aportaciones de la psicología al proceso enseñanza-aprendizaje.

La psicología de la educación se ha interesado, de manera importante, en un proceso psicológico: el


aprendizaje. Esta disciplina ha tratado de definir dicho proceso y los factores que lo afectan o lo
favorecen, además del desarrollo de técnicas que ayuden a promoverlo.

Se considera al aprendiz un sujeto activo, producto y productor de cultura, que a través de su acción
sobre el medio construye tanto los conocimientos como los esquemas de interpretación del mundo
que lo rodea. El aprendizaje no es el resultado exclusivo de un número de operaciones mentales
individuales, sino que se da y está mediado por los procesos sociales y culturales de los que el
sujeto participa, y a cuyo estudio contribuyen tanto las teorías psicológicas como sociológicas que
incluyen lo grupal y lo social como elementos intervinientes en el aprendizaje.

Se deben tener presentes, desde una perspectiva didáctica crítica, las particularidades propias que
asume el aprendizaje en un contexto escolarizado, el que es regulado por una especie de contrato
didáctico implícito que pauta y condiciona los comportamientos de los alumnos en el aula y que pasa
a formar parte de lo que podríamos llamar el modo escolarizado de aprender que hacen que el
sujeto ponga en juego un repertorio particular de procesos y acciones, que difieren de los que se
ponen en juego en otros contextos.

La psicología de la educación considera al aprendiz:

1. Desde una perspectiva que contemple la estructura cognitiva del sujeto, es decir, sus
esquemas de aprendizaje.
2. Con dificultad de aprendizaje, que puede ser pensada como síntoma.
3. Considerando lo psíquico en el aprendizaje a partir de operadores como la transferencia y el
deseo de saber –entre otros aportes significativos del psicoanálisis a la relación pedagógica.

Desde hace mucho tiempo se ha considerado que una de las razones que explicaría el éxito o el
fracaso escolar sería el “saber estudiar”. De hecho, la dificultad de muchos estudiantes para
enfrentarse al libro de texto o a los apuntes, para desarrollar un examen escrito, o para recoger las
ideas expuestas en clase, se ha convertido en una preocupación importante tanto para profesores
como para padres. La psicología de la educación también se ha preocupado por dichas dificultades;
esta inquietud se ha materializado en una gran expansión de numerosos programas dedicados a
mejorar las técnicas de estudio sustentados en distintos enfoques teóricos. Casi todos estos
métodos y estrategias de estudio derivan, fundamentalmente, de dos enfoques de la psicología: el
conductista y el cognitivo.

La investigación desde una vertiente conductista ha considerado el estudio como una secuencia
compleja de conductas que implican:
1. elección del tema o materia de estudio
2. organización del material requerido para este tema
3. lectura de la información vinculada al tema de estudio
4. adquisición de los conocimientos contenidos en el tema.

Desde esta perspectiva, la investigación en torno a la actividad de estudio se ha centrado en los


siguientes tópicos:
a) Las condiciones de estudio. Lugar y ambiente adecuados, evitación de interferencias, adecuada
disposición y organización de los materiales; ajuste de los tiempos y horarios de estudio, etc.
b) Las técnicas de aprendizaje. Buena capacidad lectora, dominio del uso de diccionarios, manuales
y libros de consulta, empleo correcto de ficheros, etc.
c) La disposición motivacional. La atención a los aspectos motivacionales es una interesante
aportación del conductismo. Desde esta perspectiva se considera la importancia del ambiente y el
tipo de información en la implicación y la actividad por parte del estudiante, así como las
aplicaciones motivacionales del refuerzo.
d) La estructuración de las tareas de estudio. División de las actividades en partes o componentes,
desarrollo de aprendizajes paso a paso, etc.
e) El feedback continuo de la conducta. Recibir una realimentación que informe de la evolución de la
conducta de estudio.
f) La curva de aprendizaje. Se considera una serie de fases: precalentamiento, ascenso, meseta,
descenso, inhibición reactiva (fatiga) y la inhibición reactiva condicionada.
g) Los intervalos de descanso y la práctica distribuida. De los fenómenos de inhibición reactiva y de
aprendizaje latente se deduce la necesidad de intercalar periodos de pausa y de práctica.
h) El refuerzo o autorrefuerzo. Se considera que los refuerzos y los procedimientos de “autoguía”
facilitan y consolidan los hábitos de estudio. De hecho, el uso de refuerzos primarios y secundarios y
el desarrollo de programas de autocontrol son las aportaciones más destacados en el ámbito del
aprovechamiento y aumento de los tiempos de
estudio.

En resumen, el conductismo ha contribuido al desarrollo del conocimiento técnico y científico sobre


el estudio destacando la relevancia de las condiciones facilitadoras del aprendizaje y de
proporcionar refuerzos o recompensas ante las actividades adecuadas de estudio.
Sin embargo, no cabe duda de que la perspectiva cognitiva, abordando procesos mentales como la
memoria, la comprensión o el pensamiento, ofrece unos argumentos explicativos más sólidos sobre
la naturaleza compleja del aprendizaje que implica el estudio. Concretamente, al centrar muchas de
sus investigaciones en la memorización informativa, que representaría el proceso más característico
de la conducta de estudio, ha posibilitado el desarrollo de estrategias eficaces dirigidas a facilitar el
almacenamiento, la elaboración y la recuperación de la información.

Desde la perspectiva de la psicología cognitiva, el estudio se comienza a concebir como una


actividad de resolución de problemas que incidirá sobre el papel de la memoria, la comprensión y el
pensamiento en general. El estudio pasa a requerir del planteamiento de hipótesis previas acerca de
los contenidos a estudiar, de la elaboración de mapas conceptuales, de la búsqueda de soluciones
que implican el uso de estrategias profundas o complejas, como hacerse preguntas, integrar ideas,
seleccionar o buscar razonamientos que justifiquen los contenidos, relacionar los temas con
conocimientos o experiencias propias, etc.
Por otra parte, el propio análisis de la motivación para estudiar se ve modificado, con respecto a la
aproximación que se desarrolla desde la perspectiva conductista, al introducir aspectos como la
motivación intrínseca, las expectativas o las atribuciones ante el éxito y el fracaso.

Además, cabe señalar que al amparo de la psicología cognitiva se desarrollan modelos y estrategias
de aprendizaje que, resaltando el papel más activo y constructivo del estudiante, se fundamentan en
las características cognitivas del aprendiz y en la estructura y condiciones del material de estudio.

Por tanto, la necesidad de enseñar y aprender estrategias para sacar provecho de la lectura y del
estudio es compartida por la comunidad científica, los profesionales de la educación y, en general,
por los padres de los alumnos. Tradicionalmente, el desarrollo de habilidades para una mayor
eficacia en el estudio ha sido sugerida de manera intuitiva, e incluso, la mayoría de los manuales y
guías de técnicas de estudio o de trabajo intelectual que hoy podemos encontrarnos en el mercado
son fruto de la experiencia pedagógica de sus autores al intentar paliar algunos de los problemas
con los que se encuentra el alumno al estudiar. Pero no cabe duda de que las aportaciones más
relevantes para describir y optimizar el estudio provienen de la psicología educativa.
LA RELACIÓN PEDAGOGÍA-PSICOLOGÍA

Esquematizando, puede decirse que existen tres actitudes fundamentales ante el tema de las
relaciones de la pedagogía con la psicología.

La primera parte de la tesis errónea que convierte a la pedagogía en psicología, es la actitud del
psicologismo pedagógico y educacional. El psicologismo "pedagógico" consiste en la cesión de
todos los derechos de la pedagogía en beneficio de la psicología, esto es, en la pérdida de la
independencia de la ciencia educativa. Psicologismo "educacional" significa un enfoque parcializado
y unilateral de la educación que queda reducida a un exclusivo proceso de aprendizaje, a un mero
movimiento de lo subjetivo-individual.

La tendencia al psicologismo pedagógico y educacional se alimentó del desarrollo de la pedagogía


experimental y, particularmente, de uno de sus sectores de marcada tonalidad empirista (Ernst
Neumann y Wilhelm A. Lay, entre otros). En este movimiento, como muy Bien ha dicho Juan Roura-
Parella, en Educación y ciencia, el psicólogo domina al pedagogo y lo somete a su exclusivo
interés.

El error básico del psicologismo, que en nuestros días adopta formas muy diversas, se produce en
la superposición de círculos que deben ser tangenciales o, si se quiere, hasta insertos el uno en el
otro, perdiendo de vista la totalidad del fenómeno educacional, y, por consiguiente, su simultánea
naturaleza de realidad social y proceso cultural supraindividual y objetivo. No obstante, el error
debidamente analizado permite sacar algunas conclusiones defendibles. Es así como la esfera
pedagógica se presenta como más amplia, al menos cuando se habla de la relación pedagogía-
psicología desde el punto de vista de la primera. Al penetrar en el mundo educacional, atraída y
requerida por éste, la esfera psicológica se convierte en parte de la ciencia educacional, pues es el
interés pedagógico quien determina el propósito y la necesidad de la investigación. Lo contrario
sería caer en el psicologismo, sin perjuicio por cierto de que el psicólogo pueda asimilar elementos
valiosos para su ciencia, o penetrar en el campo educativo con exclusivas intenciones psicológicas.

Aquí se manifiesta claramente el tercero de los supuestos arriba enunciados, referido al mutuo
servicio de las ciencias. Con respecto a la de la educación, múltiples disciplinas vienen en su ayuda
para esclarecer su temática específica, pero es siempre la intención pedagógica la que da sentido a
los aportes llegados desde fuera. Hermann Nohl lo ha expresado en su Teoría de la educación con
un ejemplo muy convincente: "¿Qué es lo que no participa en la escuela activa o del trabajo?
Intereses sociales, económicos, éticos, psicológicos y cívicos; todos estos factores particulares
tienen que ser precisos, pero, en última instancia, la escuela activa es una idea pedagógica y
partiendo de la pedagogía tiene que justificarse la síntesis peculiar de todos los factores de la
escuela activa". Es decir que la inserción de otros campos o elementos científicos en la compleja
realidad educacional no puede hacerse con sacrificio de todos los que caben en ella, y mucho
menos de la idea central y del enfoque que ha de ser eminentemente pedagógico. El breve tramo
recorrido nos facilita el acceso a las otras dos soluciones anunciadas sobre la relación de la
pedagogía con la psicología. De éstas la primera fue sólidamente fundamentada ya a principios del
siglo XIX por Herbart que hizo de la psicología una ciencia auxiliar básica de la pedagogía. La otra
es atribuible al instrumentalismo científico y filosófico de John Dewey para el cual la psicología es
propiamente una fuente de la ciencia de la educación.

Herbart introdujo en el desarrollo histórico de la pedagogía la primera teoría coherente de las


ciencias auxiliares, reconociendo su incontrovertible necesidad, pero reclamando un prudente "trato
bienhechor", casi podría decirse de buen vecino y sin ningún propósito de avasallamiento. La idea
de Dewey sobre la psicología como fuente es similar, porque también se trata de una ciencia
auxiliar. Para el filósofo americano se trataría de una fuente de segundo grado que junto a otras,
coma la sociología, la biología y la misma filosofía, contribuyen al tratamiento adecuado de las
cuestiones que plantea la realidad educativa que es, en sentido estricto, la única y verdadera fuente
de la pedagogía. Concepciones similares, pero no idénticas, pues en la herbartiana la psicología
proporciona el conocimiento del individuo, conocimiento que conserva muy acentuadas las huellas
del interés psicológico puro.

El educador que se apega a Herbart puede tomar la investigación psicológica tal cual y aplicarla casi
forzosamente a su actividad, sin tener en cuenta su interés específico. El punto de vista de Dewey,
en cambio, nos parece más pedagógico, sin contar con que la expresión "fuente" es menos riesgosa
para la autonomía de las disciplinas pedagógicas.
Relación de la psicología en la educación informal

“La herencia nos da al ser, pero no el modo de ser, nacemos humanos, pero no humanizados,
sociables, pero no socializados, morales, pero no moralizados. Aprendemos a ser humanos,
sociales, morales…por medio de la educación. El nacimiento nos da las capacidades, la educación
desarrolla las facultades y potencialidades que la herencia nos proporciona. Esta es la tarea de toda
educación: hacer que la persona que nace, aprenda a ser humano entre los humanos, optando por
unos u otros valores (Gervilla, cit. en Tirado, 2010).”

El psicólogo actúa promoviendo y organizando la información y formación a madres y padres en una


línea de apoyo al desarrollo integral del hijo. Realiza la intervención para la mejora de las relaciones
sociales y familiares, así como la colaboración efectiva entre familias y educadores, promoviendo la
participación familiar en la comunidad educativa así como en los programas, proyectos y
actuaciones que el profesional de la psicología educativa desarrolle.

Como sabemos la sociedad cambia, igual que los modelos de familia, por ello se debe de rediscutir
el lugar del padre en la familia. Algunos trabajos han mostrado que cuando los padres mantienen un
contacto más cercano, más amoroso con sus hijos hombres, estos tienden a desarrollar actitudes
menos estereotipadas en relación con el género, cuando son adolescentes o adultos. El término de
nueva paternidad se utiliza para referirse a la participación más efectiva de los hombres en el
cuidado de los hijos.

Relación de la psicología en la educación no formal

El psicólogo educativo puede participar en el diseño instruccional de los cursos, en la organización


del programa y en su evaluación y a lo largo de todo el ciclo vital:
• Programas para rediseñar el estilo de vida; que son actividades para mejorar las
posibilidades personales de lograr metas como usar el correo electrónico, mejorar la capacidad
física, autoeficacia (Vejez)
• Programas para disminuir y prevenir el maltrato en el que se les enseña al anciano a
reivindicar sus derechos, a comunicarse, a pedir ayuda (Vejez)
• Programas de terapia ocupacional (Vejez)
• Programas para formar a las personas encargadas de cuidar a los ancianos (Vejez)
• Programas para la vida académica, para ayudar al adolescente y a sus padres a comprender
los cambios biológicos y sus consecuencias (Adolescencia)
• Programas para apoyar la planeación del futuro del adolescente (Adolescencia)
• Programas para la información y formación de los futuros padres (Etapa prenatal)
• Programas educativos comunitarios, educan a los padres acerca de la forma de desempeñar
sus funciones tomando en cuenta el contexto del grupo (Infancia)

Uno de los desafíos que tenemos ahora no solo es proporcionar a los jóvenes un acceso igualitario y
suficiente a computadoras y otros avances tecnológicos, sino ofrecer oportunidades que permitan
desarrollar habilidades de pensamiento crítico y la creatividad requerida para mantener el control
sobre la tecnología en lugar de dejarse avasallar por ella.

Para poder arribar a la “escuela del futuro” es necesario realizar cambios importantes, en las
infraestructuras de los centros, en los contenidos que se imparten, en los medios y metodologías
docentes, en la formación docente, en la organización del sistema educativo.
(Tirado, 2010)

Relación de la Psicología y las Neurociencias

Dentro del conjunto de subdisciplinas que se mencionan al inicio, la neurociencia cognitiva ha sido la
que probablemente mayores contribuciones ha generado durante la última década, en relación con
las aportaciones potenciales a la educación. Como parte de sus objetivos, plantea el estudio
integrado de las bases neurales de las representaciones mentales involucradas en diferentes
procesos cognitivos, emocionales, motivacionales y psicológicos. Muchos de sus modelos
conceptuales provienen de la psicología cognitiva, dedicada al estudio de los procesos mentales que
subyacen al comportamiento observable.
La Neurociencia no sólo no debe ser considerada como una disciplina, sino que es el conjunto de
ciencias cuyo sujeto de investigación es el sistema nervioso con particular interés en cómo la
actividad del cerebro se relaciona con la conducta y el aprendizaje. El propósito general de la
Neurociencia, declaran Kandel, Schwartz y Jessell (1997), es entender cómo el encéfalo produce la
marcada individualidad de la acción humana.
El aprendizaje es el concepto principal de la educación, entonces algunos de los descubrimientos de
la Neurociencia pueden ayudarnos a entender mejor los procesos de aprendizaje de nuestros
alumnos y, en consecuencia, a enseñarles de manera más apropiada, efectiva y agradable.

Los avances en Neurociencia han confirmado posiciones teóricas adelantadas por la psicología del
desarrollo por años, tales como la importancia de la experiencia temprana en el desarrollo. Lo nuevo
es la convergencia de evidencias de diferentes campos científicos. Detalles acerca del aprendizaje y
el desarrollo han convergido para formar un cuadro más completo de cómo ocurre el desarrollo
intelectual. La clarificación de algunos de los mecanismos del aprendizaje por la Neurociencia ha
sido mejorada por la llegada de tecnologías de imágenes no invasivas

Algunos descubrimientos fundamentales de la Neurociencia, que están expandiendo el conocimiento


de los mecanismos del aprendizaje humano, son:
1. El aprendizaje cambia la estructura física del cerebro.
2. Esos cambios estructurales alteran la organización funcional del cerebro; en otras palabras, el
aprendizaje organiza y reorganiza el cerebro.
3. Diferentes partes del cerebro pueden estar listas para aprender en tiempos diferentes.
4. El cerebro es un órgano dinámico, moldeado en gran parte por la experiencia. La organización
funcional del cerebro depende de la experiencia y se beneficia positivamente de ella (Bransford,
Brown y Cocking 2000). Sylwester (1995) precisa más esto al sostener que el cerebro es moldeado
por los genes, el desarrollo y la experiencia, pero él moldea sus experiencias y la cultura donde vive.
5. El desarrollo no es simplemente un proceso de desenvolvimiento impulsado biológicamente, sino
que es también un proceso activo que obtiene información esencial de la experiencia.

En resumen, la Neurociencia está comenzando a dar algunas iluminaciones (insights), si no


respuestas finales, a preguntas de gran interés para los educadores.

ROL DEL PSICÓLOGO DE LA EDUCACIÓN Documento


aprobado por la Junta Estatal del Colegio Oficial de Psicólogos.

FORMACIÓN BÁSICA DEL PSICÓLOGO DE LA


EDUCACIÓN

DEONTOLOGÍA

DIRECCIONES DE INTERÉS

RECURSOS EN PSICOLOGÍA EDUCATIVA

SUGERENCIAS

EL ROL DEL PSICÓLOGO DE LA EDUCACIÓN


1.-DEFINICIÓN

2.- ÁMBITOS Y ÁREAS

3.- FUNCIONES DEL PSICÓLOGO EDUCATIVO

3.1.- Intervención ante las Necesidades Educativas de los Alumnos

3.2.- Funciones ligadas a la Orientación, Asesoramiento Profesional y Vocacional

3.3.- Funciones Preventivas

3.4.- Intervención en la Mejora del Acto Educativo

3.5.- Formación y Asesoramiento Familiar

3.6.- Intervención Socioeducativa

3.7.- Investigación y Docencia

4. - MÉTODOS, TÉCNICAS, TAREAS Y ACTIVIDADES

DEFINICIÓN

El Psicólogo/a de la Educación es el profesional de la psicología cuyo objetivo


de trabajo es la reflexión e intervención sobre el comportamiento hurnano, en
situaciones educativas, mediante el desarrollo de las capacidades de las
personas, grupos e instituciones. Se entiende el término educativo en el
sentido más amplio de formación y desarrollo personal y colectivo.

El Psicólogo/a de la Educación desarrolla su actividad profesional


principalmente en el marco de los sistemas sociales dedicados a la educación
en todos sus diversos niveles y modalidades; tanto en los sistemas reglados,
no reglados, formales e informales, y durante todo el ciclo vital de la persona.

Así mismo interviene en todos los procesos psicológicos que afectan al


aprendizaje, o que de este se derivan, independientemente de su origen
personal, grupal, social, de salud etc., responsabilizándose de las
implicaciones educativas de su intervención profesional y coordinándose, si
procede, con otros profesionales.

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ÁMBITOS Y TAREAS

El profesional de la psicología educativa interviene en los ámbitos personal,


familiar, organizacional, institucional, socio-comunitario y educativo en
general; con Educandos, receptores del proceso educativo, y Agentes
Educativos, intervinientes directa o indirectamente en el proceso educativo.
FUNCIONES DEL PSICÓLOGO EDUCATIVO

Intervención ante las Necesidades Educativas de los Alumnos

El profesional de la psicología participa en la atención educativa al desarrollo


desde las primeras etapas de la vida, para detectar y prevenir a efectos socio-
educativos las discapacidades e inadaptaciones funcionales, psíquicas y
sociales.

Realiza la evaluación psico-educativa referida a la valoración de las


capacidades personales, grupales e institucionales en relación a los objetivos
de la educación y también al análisis del funcionamiento de las situaciones
educativas. Para ello trata de determinar la mas adecuada relación entre las
necesidades individuales, grupales o colectivas y los recursos del entorno
inmediato, institucional o socio-comunitario requeridos para satisfacer dichas
necesidades.

También y ligado al proceso de evaluación el/la psicólogo/a puede proponer


y/o realizar intervenciones que se refieran a la mejora de las competencias
educativas de los alumnos, de las condiciones educativas y al desarrollo de
soluciones a las posibles dificultades detectadas en la evaluación.

Funciones ligadas a la Orientación, Asesoramiento Profesional y


Vocacional

El/la psicólogo/a promueve y participa en la organización, planificación,


desarrollo y evaluación de los procesos de orientación y asesoramiento
profesional y vocacional, tanto en lo que tienen de información, asesoramiento
y orientación a los alumnos ante las opciones que deban tomar frente a las
distintas posibilidades educativas o profesionales, como en la elaboración de
métodos de ayuda para la elección y de métodos de aprendizaje de toma de
decisión vocacional. El objetivo general de estos procesos es colaborar en el
desarrollo de las competencias de las personas en la clarificación de sus
proyectos personales, vocacionales y profesionales de modo que puedan
dirigir su propia formación y su toma de decisiones.

Funciones Preventivas

En la que el/la psicólogo/a interviene proponiendo la introducción de


modificaciones del entorno educativo y social que eviten la aparición o
atenúen las alteraciones en el desarrollo madurativo, educativo y social.

La prevención se orienta a proponer las condiciones para un mejor desarrollo


de las capacidades educativas y también a prevenir las consecuencias que
pueden generar la diferencia entre las necesidades educativas de la población
y las respuestas que dan los sistemas sociales y educativos; incluye tanto
acciones especificas para la prevención de problemas educativos concretos
<como son a adaptación inicial a la escuela, la detección precoz de alumnos
con necesidades educativas especiales, etc) como los aspectos de intervención
desde las primeras etapas mediante técnicas de estimulación y, ya en las
etapas escolares, los procesos dirigidos a permitir a los alumnos afrontar con
progresiva autonomía y competencias eficaces las exigencias de la actividad
educativa.

Desde el enfoque preventivo se contemplan intervenciones tanto en


asesoramiento a agentes educativos (educadores, padres etc) como en el
desarrollo de programas específicos: educación para la salud, educación
afectivo-sexual, prevención de las drogo-dependencias y de los proyectos
ligados en general a la transversalidad (educación de valores, educación no
sexista).

Intervención en la mejora del Acto Educativo

Las funciones ligadas a esta intervención pretenden la adecuación de las


situaciones educativas a las características individuales y/o grupales
(evolutivas, cognitivas, sociales etc) de los alumnos y viceversa. Estas
funciones se realizan a través de asesoramiento didáctico, de la organización y
planificación educativa, de programación, de asesoramiento y actualización
del educador; y en general se refieren a la intervención sobre las funciones
formativas y educativas que se realizan con el alumno.

El/la psicólogo/a presta apoyo y asesoramiento técnico al educador tanto en:

Su actividad general: adaptación de la programación a las características


evolutivas psico-sociales y de aprendizaje de los alumnos, organización del
escenario educativo, métodos de enseñanza-aprendizaje, niveles de concreción
curricular, aplicación de programas psico-educativos concretos etc.

Como en su actuación educativa con alumnos con necesidades y/o en


situaciones educativas especiales, adecuaciones curriculares y programas
individuales, actuaciones compensatorias, diversificaciones y en general
procedimientos de atención a la diversidad.

Igualmente colabora en la formación permanente y apoyo didáctico al


educador, aportando su preparación específica sobre las áreas evolutivas,
cognitivas, afectivas, comportamentales, psicosociales e institucionales.

También son objeto de la intervención del/la psicólogo/a los fenómenos


institucionales que configuran los centros educativos: la relación entre los
objetivos y las formas organizativas con el funcionamiento real, la mejora
eficaz de las relaciones entre los componentes de la institución educativa etc;
así presta su colaboración y apoyo técnico en la elaboración y desarrollo de
proyectos educativos de centro, de proyectos de innovación curricular,
integración y atención a la diversidad, nuevas tecnologías, compensación y
apoyo educativo, etc; así como en los cambios organizativos y metodológicos
requeridos por estos proyectos, en la línea de hacer competentes a las propias
instituciones en la realización de los fines que se proponen.

Formación y Asesoramiento Familiar

El/la psicólogo/a actúa promoviendo y organizando la información y


formación a madres y padres en una linea de apoyo al desarrollo integral del
hijo/a. Realiza la intervención para la mejora de las relaciones sociales y
familiares, así como la colaboración efectiva entre familias y educadores,
promoviendo la participación familiar en la comunidad educativa así como en
los programas, proyectos y actuaciones que el profesional de la psicología
educativa desarrolle.

Intervención Socioeducativa

El/la psicólogo/a participa en el análisis de la realidad educativa, y de los


factores sociales y culturales que influyen en el proceso educativo de la
comunidad concreta, interviene en la prevención socioeducativa, impulsa la
cooperación y coordinación de los servicios, instituciones y organizaciones
sociales del entorno. En resumen interviene en las relaciones entre las
actividades educativas y la comunidad donde tienen lugar, así como en los
factores sociales y culturales que condicionan las capacidades educativas.

También puede participar en el diseño de planes de intervención comunitaria


en el ámbito territorial, promoviendo criterios metodológicos, procesos de
implantación, sistemas de evaluación etc.

El/la psicólogo/a puede asesorar técnicamente a los responsables de la toma


de decisiones de planificación y actuación a partir de su pronunciamiento
especializado y de su aplicación al análisis y estudio del sistema educativo en
una línea de mejora de la atención educativa.

Investigación y Docencia

La investigación incluye las actividades para el análisis y reflexión sobre el


propio trabajo; la mejora y actualización de su competencia técnica, la
profundización y extensión de la teoría y los procedimientos propios de la
psicología de la educación.
La docencia que realizan los profesionales de la psicología educativa está
orientada a difundir su conocimiento entre los demás profesionales de la
educación, los grupos sociales implicados en esta, los propios psicólogos y
estudiantes de psicología y otros colectivos profesionales.

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4.-MÉTODOS, TÉCNICAS, TAREAS Y ACTIVIDADES

La Psicología Educativa, como área aplicada de la psicología. utiliza los


métodos generales de la misma. El procedimiento general de intervención
engloba los siguientes pasos: evaluación inicial y diagnóstico, intervención,
seguimiento y evaluación final, y valoración, con la toma de decisiones que se
deriva de la misma.

Las tareas propias de la Psicología Educativa pueden dividirse en dos grandes


bloques:

A) Las relacionadas con la Evaluación.

B) Las que se refieren a la Intervención.


A) Las relacionadas con la Evaluación.

La evaluación se efectu'a sobre las distintas áreas en función de la demanda, la


problemática y las necesidades, priorizando su funcionalidad y operatividad, y
se analizan detalladamente las variables psicológicas que influyen en el
comportamiento humano dentro del contexto educativo, llegando, cuando
proceda, a la determinación de un diagnóstico en la situación educativa.

Ello incluye la descripción e identificación de dicha situación, la formulación


de hipótesis explicativas y la emisión de hipótesis de mejora.

Las técnicas más utilizadas para la evaluación son la entrevista psicológica, la


observación en sus diferentes modalidades (no estructurada, sistemática,
auto~bservación), los auto-informes y los tests psicológicos, seleccionando las
mas adecuadas al objeto (individuos, grupos, instituciones) y al tipo de
evaluación (normativa, criterial, curricular).
B> Las que se refieren a la Intervención.

La intervención se efectúa en los diferentes ámbitos sobre las diferentes


variables psicológicas que intervienen en el acto educativo. Las técnicas de
intervención en Psicología Educativa son las derivadas de las áreas básicas y
aplicadas de la psicología.
Las Psicólogas y los Psicólogos de la educación deben prestar atención a los
aspectos deontológicos en todas las fases de su actuación, tanto en la selección
de pruebas y técnicas para la evaluación y la intervención (rigor, validez)
como en la toma de decisiones que se derivan de su trabajo y en la transmisión
de la información <informes orales y/o escritos) al propio sujeto y a terceras
personas, considerando que en muchas ocasiones el destinatario del informe
no es el propio sujeto evaluado y que este no acude por propia iniciativa.

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FORMACIÓN BÁSICA

NIVEL 1: PROPIA DEL CURRÍCULUM DE LA PSICOLOGÍA


BÁSICA

Psicología evolutiva y del ciclo vital

Psicodiagnóstico aplicado a la educación

Personalidad. Psicopatología infantil y del adolescente.

Psicología del aprendizaje. Psicología Cognitiva

Orientación vocacional (escolar y profesional).

Paradigmas, teorías y técnicas en Psicología de la educación (Conductismo,


cognitivismo, constructivismo, sistémica...). Modelos de intervención en
Educativa.

Metodología Aplicada a la Psicología de la Educación.

Psicología del lenguaje.

Deontología Profesional aplicada al ámbito educativo.


ÁREAS COMPLEMENTARIAS

Trastornos cognitivos y del lenguaje.

Psicología social aplicada a la educación.

Psicología de las organizaciones aplicada a la institución escolar.

Intervención comunitaria
NIVEL 2 CURRÍCULUM DE OTRAS MATERIAS

Contextos Educativos: Sistemas, estructura y organización

Didáctica

Conceptos básicos de neuropsicología aplicados a la educación

Nuevas tecnologías aplicadas a la educación

NIVEL 3 FORMACIÓN PARA EL DISEÑO Y ASESORAMIENTO EN


PROGRAMAS REFERIDOS A:

Intervención ante las necesidades educativas de los alumnos

Orientación, asesoramiento profesional y vocacional

Prevención

Mejora del acto educativo.

Formación y asesoramiento familiar.

Intervención socio-educativa.

Investigación y docencia.

NIVEL 4: FORMACIÓN PRÁCTICA.

Formación práctica en los aspectos relacionados con las áreas formativas antes
expuestas, así como con la función propia del desempeño profesional del
psicólogo educativo.

Desarrollo histórico
En esta breve introducción al desarrollo histórico de la Psicología educativa, podemos delimitar
cuatro fases de acuerdo con la aparición de las funciones más significativas que la psicología
educativa ha ido asumiendo. Así la primera época (1880-1920) se caracteriza por la
preocupación por el estudio de las diferencias individuales y la administración de tests útiles
para el diagnóstico y tratamiento de los niños problemáticos, de modo que en sus orígenes la
psicología educativa aparece fuertemente ligada a la educación especial. En un segundo
momento (1920-1955) el impacto del movimiento de salud mental promueve la proliferación de
servicios psicológicos para tratar los problemas psicológicos infantiles dentro y fuera de la
escuela y divulga la idea de una psicología "escolar" no limitada al diagnóstico y tratamiento de
los problemas de aprendizaje escolar, sino ocupada también en la atención a los aspectos
emocionales, afectivos y sociales del alumno. En la tercera fase (1955-1970) empieza a
considerarse la necesidad de formar a los profesores en los avances del conocimiento
psicológico y en su integración en la metodología didáctica y se piensa en el psicólogo como el
profesional que actúe de puente entre tal conocimiento psicológico y la práctica escolar. A partir
de 1970, comienza la búsqueda de modelos alternativos basados en las teorías cognitivas,
sistémicas, organizacionales, ecológicas y en la psicología comunitaria intentando dar un giro al
esquema tradicional de atención individualizada a los casos problemáticos subrayando la
importancia del contexto, tanto instruccional como sociocomunitario.

Con respecto a nuestro país los inicios de la psicología educativa están unidos a los comienzos
de la psicología científica ya que fue el interés en la psicología aplicada al contexto escolar y a
la orientación profesional el motor de desarrollo de esta disciplina.

Hasta la guerra civil se producen diversas experiencias precursoras que se ven cortadas por
dicho acontecimiento y por las características represivas y reaccionarias de la dictadura que la
continúa.

A partir de los años cincuenta se produce una recuperación de la tradición científica que se
concreta con la llegada de la Psicología, en la década de los sesenta, al mundo académico lo
cual supone un salto cualitativo hacia su institucionalización pese a las fuertes tensiones
estructurales que se dan en su seno (entre investigación y profesión, entre formación básica y
especializada, así como por la diversidad teórica de partida debida en parte a la variabilidad de
escuelas y enfoques con que cuenta la psicología). A este respecto pueden hacerse dos
matizaciones, por un lado, la explosión demográfica de titulados en psicología ha venido más
de la demanda vocacional que de la demanda específica de tales especialistas en el mercado
laboral, salvo quizás en el campo educativo donde ha habido un desarrollo significativo de la
atención a los temas psicopedagógicos, por otro lado, existe un fuerte distanciamiento entre la
dimensión académica y la profesional que repercute en la cualificación de especialistas en
psicología aplicada.

A partir de los años setenta se configura una demanda social de intervención psicoeducativa,
esta demanda, asociada tanto a la difusión y generalización de ideas "psicologizantes" como a
la extensión de la oferta de los primeros titulados, se concreta en las primeras prácticas de
psicología educativa, centradas desde un enfoque psicotécnico en actuaciones de aplicación
de pruebas, informes estandarizados, orientación en cursos claves y ocasionalmente en
actividades de reeducación. Los protagonistas eran psicólogos que independientemente o en
grupo ofrecen sus servicios y establecen relaciones laborales irregulares con asociaciones de
padres de alumnos, propiedad y dirección de centros escolares privados, etc.

1. La Psicología Educativa en la enseñanza privada


Es en la enseñanza privada (concertada o propiamente privada) donde comienzan a trabajar
las primeras promociones de psicólogos del área educativa. Desde esos inicios como servicios
complementarios y extraescolares hasta el momento actual su evolución podría resumirse en:

• Tendencia a la desaparición de la actuación exclusivamente psicotécnica y


psicométrica, además de haberse consolidado la presencia de empresas que ofrecen
servicios estadísticos y técnicos así como material psicológico que cubren esta faceta.

• Han aumentado los servicios derivados de la presencia continua del psicólogo en el


centro escolar en una situación más regularizada de trabajo, aunque aún ahora, las
condiciones laborales (estabilidad, horario, dedicación, etc) sean muy diversas.

• Si bien es cierto que la introducción del psicólogo en los centros fue acompañada
inicialmente de una acentuación de los aspectos relacionados con la psicología clínica
tradicional, actualmente se observa una marcada tendencia hacia criterios
específicamente psicoeducativos. Sin embargo, las características de los centros
privados limitan las posibilidades de elección de actuaciones por parte del profesional,
pero en general, se observa una tendencia hacia modelos actuales de intervención
(programas, aspectos instruccionales, asesoramiento, etc).
• Se ha producido una gran proliferación de la oferta de gabinetes y centros de
reeducación y apoyo escolar, con actuaciones de tratamiento muy diversas (logopedia,
psicomotricidad, formación de padres, entrenamiento en habilidades básicas, etc),
bastantes de estos centros se han consolidado y actualmente presentan una oferta de
servicios de gran calidad y amplitud.

• Es preciso señalar que en el campo de la educación especial se produce inicialmente


cierta eclosión de ofertas de trabajo, al menos en los años ochenta, de asociaciones de
padres de discapacitados psíquicos, sensoriales y motóricos; la progresiva cobertura
por parte de las administraciones públicas de servicios en este sentido ha paralizado
bastante esta vía.

2. Las redes públicas de atención psicoeducativa


La demanda social va aumentando en intensidad y llega a influir en las instancias político-
administrativas, entonces en proceso de cambio en el contexto histórico de la transición
democrática, planteando la necesidad de cubrir el espacio de intervención psicoeducativa por
parte de las administraciones públicas.

Fue en 1970, en la Ley General de Educación, cuando se formuló por primera vez el derecho a
la orientación escolar, pero no es hasta 1977 cuando se crean los primeros servicios del
M.E.C., los Servicios de Orientación Escolar y Vocacional (S.O.E.V.), con funciones ligadas a
los modelos de orientación de la época, muy amplias y poco definidas y con imposibilidad de
efectuar una incidencia significativa en el sistema educativo, dado el escaso número de
profesionales que inicialmente los componían (2-3 por provincia) y su compleja situación
administrativa, se trata de profesores de Educación Primaria, psicólogos o pedagogos, al
principio en "comisión de servicio" posteriormente como plaza de "carácter singular", sin
reconocimiento del título superior exigido, lo que les conduce a una ardua batalla legal que
todavía continúa.

Paralelamente, a partir de las primeras elecciones democráticas municipales de abril de 1979,


se crean Servicios Psicopedagógicos Municipales; en este caso lo que se produce es la
adopción por los nuevos ayuntamientos de propuestas de profesionales (Psicología - Servicio
Público) en las que se plantean formas de intervención del psicólogo desde el municipio que
aún se sitúan en la indeferenciación educación/salud/servicios sociales, áreas que en ese
momento no están cubiertas desde otras instancias.

Los Servicios Psicopedagógicos Municipales (S.P.M.) estuvieron inicialmente muy influidos por
los modelos comunitarios y preventivos procedentes del área de salud; y su distribución
territorial (grandes urbes, áreas metropolitanas...) y condiciones de trabajo han sido muy
variables y diversas; en España los ayuntamientos no tienen competencias directas sobre la
red pública de enseñanza, aportan servicios complementarios por lo que la progresiva
implantación de los servicios de intervención psicopedagógica de la administración educativa
(inicialmente el M.E.C. , progresivamente las comunidades autónomas) en los mismos
sectores, limita la actuación de los S.P.M. a la oferta de programas concretos complementarios
a la actividad escolar, muchos de ellos de gran calidad por cierto, todo lo cual paraliza su
crecimiento.

Lo anteriormente dicho sirve exclusivamente para los S.P.M. de las grandes ciudades y sus
áreas metropolitanas y no refleja lo ocurrido en Valencia y Cataluña en que los procesos de
colaboración de la autoridad educativa autonómica y los ayuntamientos adoptaron al menos
temporalmente otras formas.

A partir del Plan Nacional de Educación Especial de 1987 y de la Ley de Integración Social del
Minusválido de 1982, surge un nuevo marco de intervención psicoeducativa, se crean los
Equipos Multiprofesionales (E.M.), incrementándose en sucesivas convocatorias su número de
forma importante en los años siguientes; la situación de sus componentes era la de contratados
laborales (con reconocimiento de su titulación) de la administración educativa tras concurso-
oposición como forma de acceso. Sus funciones, originalmente ligadas a la educación especial,
trataron fundamentalmente de dar respuesta a la necesaria evaluación inicial y toma de
decisiones de ubicación de los alumnos susceptibles de recibir atención especial, por ello sus
funciones se centran en: prevención, detección, valoración multiprofesional, orientación y
seguimiento.

Estos Equipos incorporan perspectivas de trabajo interdisciplinar, normalización y


sectorización; sin embargo se observa insuficiencia de recursos cuando las funciones
asignadas son superadas por las demandas de intervención psicoeducativa de los sectores que
atienden, también falta experiencia previa en el modelo planteado, y un enfoque inicial ligado a
una concepción médico-pedagógica de la educación especial hace difícil avanzar hacia
actuaciones psicoeducativas más globales.

A partir del Real Decreto 334/85 de Ordenación de la Educación Especial (origen de las
políticas de integración escolar) se abre un nuevo escenario. Por un lado se centran las
funciones de los Equipos dependientes del M.E.C. en la valoración diagnóstica con vistas a
determinar la ubicación escolar y en el apoyo a los proyectos y centros escolares de integración
reconocidos a partir de dicha norma.

Además se procede a la unificación de funciones de S.O.E.V. y E.M. (Orientaciones para el


funcionamiento de Equipos Psicopedagógicos, Enero de 1986) planteando funciones generales
en el sector, funciones en centros ordinarios y funciones específicas (Centros de Integración,
Centros de Educación Especial…), un conjunto de prioridades (integración, atención a familias,
diagnóstico, prevención y fracaso escolar) y un modelo de organización y funcionamiento
(sectorización, plan de trabajo…).

Las líneas generales de estas orientaciones resaltan los aspectos de apoyo a alumnos y
centros de integración, en general de atención individual y asesoramiento a centros, sólo en
escasa medida menciona aspectos de "orientación" y no recoge más que muy parcialmente las
aportaciones preventivas o sociocomunitarias tan abundantes en los documentos elaborados
por los propios Equipos por la misma época; a partir de ese momento se produce una
unificación funcional, pero aún no de los aspectos administrativo-laborales, de los equipos
ministeriales.

Con la puesta en marcha de la L.O.G.S.E. (1990) se va perfilando el modelo que la


administración educativa plantea para la intervención psicopedagógica y la orientación
educativa, contemplándose dos niveles de actuación profesional; por un lado los
Departamentos de Orientación en Educación Secundaria como apoyo técnico a la labor tutorial
del profesor y recurso profesional de la orientación en el centro, con funciones referidas al
propio centro, al alumnado, al profesorado, familias y otras instituciones; y por otro lado los
Equipos de sector para facilitar a los centros de Educación Primaria una asistencia y apoyo
técnico de naturaleza didáctica, psicológica, social y organizativa, además de funciones
específicas de ámbito sectorial. También existen Equipos Específicos (Autismo, Sordos,
Ciegos, Motóricos) de ámbito provincial y Equipos de Atención Temprana (que cubren la etapa
de Educación Infantil).

Con el fin de cubrir las plazas de profesionales en los Departamentos de Orientación de los
Institutos de Educación Secundaria y en los Equipos de Orientación Educativa y
Psicopedagógica (E.O.E.P., nuevo y enésimo nombre de los Equipos de Sector del M.E.C.) se
crea en 1991 la especialidad de Psicología y Pedagogía dentro del cuerpo de profesores de
Educación Secundaria de carácter estatal (aunque la convocatoria de plazas en las
Comunidades Autónomas con competencias educativas es prerrogativa de dichas
comunidades) y se producen sucesivas convocatorias tanto centrales como autonómicas hasta
desembocar en los más de 2000 miembros de dicha especialidad en 1997, de los cuáles
aproximadamente la mitad son psicólogos.

3. Las competencias autonómicas


El 1 de enero de 1982 se transfieren las competencias de gestión de la red educativa pública a
las Comunidades Autónomas de: Cataluña, Galicia, País Vasco, Comunidad Valenciana,
Canarias, Andalucía y Navarra, el resto permanece como territorio de gestión del M.E.C.
(aunque para 1998 se anuncia el traspaso de las competencias educativas para el resto de las
comunidades autónomas).

La mayoría de estas CC.AA. formulan modelos propios de organización de la intervención


psicopedagógica, pero en general se mueven, al menos hasta 1991, hacia Equipos tipo
S.O.E.V. (profesores de Primaria, psicólogos y pedagogos) en lo administrativo-laboral, y en la
intervención señalan ámbitos comunes (atención a centros escolares, atención a necesidades
educativas especiales, orientación y asesoramiento…).

A partir de la promulgación de la L.O.G.S.E. y sobre todo desde la creación de la especialidad


de Psicología y Pedagogía en Secundaria, se han producido convocatorias propias para esa
especialidad en la mayoría de las CC.AA. y en general se tiende a organizar la actuación en
Departamentos de Orientación en Secundaria y Equipos de sector para Primaria. Existen
multitud de matices (diversidad de recursos, situaciones peculiares, etc.) pero las líneas
generales parecen ir en el sentido antedicho.

4. Evolución de los modelos de intervención psicoeducativa


El comienzo de los años ochenta marca el paso de una psicología educativa muy relacionada
con modelos clínicos y de psicología "escolar" tradicional a una progresiva especialización y
concreción en el objeto de trabajo. En esos años se produce, tardíamente, el descubrimiento
de Vygotski y de la psicología cognitiva en relación con el contexto educativo. Desde entonces
el constructivismo se ha hecho dominante, esencialmente en el medio universitario relacionado
con la Psicología de la Educación desde el que se ha extendido a la práctica profesional, de
hecho ha llegado a ser el modelo psicopedagógico subyacente a las propuestas curriculares
del proceso de reforma educativo formulado en la LOGSE.

La oficialización de dicho modelo, claramente no buscada por algunos de sus iniciales


promotores, alcanzó niveles extremos y más allá de la teoría constructivista de base se
introduce una perspectiva pedagógico-curricular, que en nuestro caso, parte de propuestas
para sacar la intervención psicopedagógica de la "periferia" del sistema educativo llevándola
hacia el "núcleo" (docente-didáctico-curricular). De esta idea se pasa a una reflexión de gran
calidad pero curiosas consecuencias (propuesta de titulación de psicopedagogía, homologación
de prácticas de psicólogos y pedagogos, priorización absoluta de los aspectos curriculares de
la intervención...) llegando hasta la asunción de estas reflexiones como posturas oficiales de la
administración educativa y a desarrollos cristalizados y cerrados en los que se describe un
modelo único, con unas únicas funciones, unas influencias teóricas concretas o formas de
intervención como ajenas a la psicología educativa y propias de periclitados modelos
psicométricos o clínicos.

En conjunto se observa como la intervención psicopedagógica adopta un carácter "funcional"


respecto a las necesidades de implantación de la reforma educativa, priorizando las
actuaciones de asesoramiento curricular sobre las demás, formuladas, desarrolladas y
realizadas con mejor o peor fortuna por los psicólogos educativos.

5. Líneas de actuación
En este breve y muy incompleto recorrido queda patente que en la consolidación del rol del
psicólogo educativo han confluido tres grandes líneas de actuación:

• Una proveniente de un enfoque sociolaboral, que pretendía la inserción eficaz y


madura del alumno en la vida activa (funciones de orientación profesional,
asesoramiento vocacional).
• Otra línea de actuación es de tipo psicológico y pedagógico y pretende la mejora de la
vida escolar, en una línea de apoyo a la comunidad educativa (funciones de
asesoramiento, de formación de apoyo didáctico...).

• Una tercera línea puede ser caracterizada como de orientación terapéutica


(reeducadora, compensadora...).

Es la confluencia de estas líneas la que da al psicólogo educativo fuerza y riqueza conceptual.

6. Presencia profesional y rol, dificultades y perspectivas


En conjunto los psicólogos educativos representan aproximadamente un 38% del total de los
profesionales de la psicología que ejercen como tales, lo cual nos sitúa como una de las áreas
más numerosas del colectivo profesional.

En el sector público educativo se ha pasado en los últimos veinte años de la práctica


inexistencia de psicólogos a los más de 3000 que pueden calcularse en la actualidad en las
diversas administraciones municipales, autonómicas y centrales.

Las principales dificultades han venido por una doble vía, por un lado las relativas al estatus
administrativo-laboral, en algunos casos por las formas de reclutamiento, en otros por
problemas de reconocimiento profesional (afortunadamente cada vez en menor medida) y en
bastantes, sobre todo en los que la intervención profesional es más reciente, por puros
problemas laborales y socioeconómicos.

Otra fuente de dificultades, que además se hace más importante conforme se resuelven en
mayor o menor grado los problemas de estatus, es la referida a la definición del rol, perfil y
funciones; la progresiva superación de prácticas tradicionales y el surgimiento de la demanda
social de intervención en distintos ámbitos produce la necesidad de un debate constante sobre
las cuestiones referidas al rol del psicólogo educativo, a todo ello se unen unos desarrollos
científicos y técnicos que obligan a un permanente esfuerzo de actualización y de definición de
líneas nuevas de actuación psicoeducativa (como ocurre en general en todos los modelos y
servicios educativos) que sin abandonar, como a veces se pretende, las grandes líneas de
confluencia citadas en el apartado anterior, incorporen aspectos tales como los nuevos
conceptos dinámicos del aprendizaje y de las formas de aprender, una evaluación formativa,
analítica y basada en criterios, la respuesta a las necesidades derivadas de la integración de
las diferencias tanto personales, como sociales y culturales, una orientación educativa y
profesional de tipo educativo, el análisis del contexto educativo, etc.

Finalmente se observa un tercer grupo de dificultades que van a ser clave para nuestro
desarrollo profesional, se trata de los aspectos deontológicos y éticos; así los problemas de
estatus y rol, la delicada frontera entre interdisciplinaridad e intrusismo, la dinámica entre
funciones profesionales y funciones asignadas, la presencia de un rol mediador y una posición
administrativa concreta, y finalmente los dilemas éticos y deontológicos del psicólogo en
contextos educativos: las dificultades derivadas de los procesos de etiquetaje y consiguiente
estigmatización, los temas de confidencialidad y secreto profesional, los requerimientos
emanados del consentimiento para la intervención y en última instancia, y como tema clave, la
necesaria posición crítica del psicólogo ante el reforzamiento de un perfil institucionalmente
deseable del alumno.

Por su trascendencia nos detendremos brevemente en este último punto. Se da un área de


conflicto cuando el psicólogo educativo intenta crear, o apoya la creación, en los alumnos, de
determinados hábitos de pensamiento, sentimiento o conducta. Se trata de un punto en que la
deontología profesional linda con la filosofía educativa. El análisis de sus distintas implicaciones
trasciende el objetivo que nos proponemos en este texto. Sin embargo es necesario tener en
cuenta que el psicólogo puede dejarse utilizar por el "sistema institucional educativo" para
inducir aquellos comportamientos o conductas que terminan beneficiando a los directores o
educadores y no a los alumnos. Utilizar técnicas que promuevan la obediencia ciega, la
sumisión, la competitividad y el individualismo supone una opción pedagógica y ética muy
diferente a la de promover la autonomía y competencia personal, la creatividad, la cooperación,
el respeto a los demás y la autodisciplina. El psicólogo educativo debe saber esto y tener en
cuenta su propia posición en relación con los objetivos conductuales y actitudinales que se
están intentando inculcar en los alumnos.

7. Conclusiones
El innegable crecimiento tanto numérico como en términos de estatus de los psicólogos
educativos, no puede sin embargo encubrir la persistencia e incluso el aumento de dificultades
asociadas al rol profesional, acrecentadas por la participación, a veces incluso monopolización,
de las entidades político-administrativas en la definición y priorización de funciones (sin excluir
la necesidad de cierto grado de intervención administrativa, especialmente en los aspectos
relacionados con la asignación de recursos, la homogeneidad y coherencia de las actuaciones
y la gestión pública en general).

En este contexto, tan complejo como interesante, de crecimiento numérico y de estatus y de


dificultades de rol, pensamos que como garantía de nuestra autonomía profesional y del
servicio que nuestro trabajo presta, existe la necesidad de potenciar socialmente el
conocimiento de nuestro rol y nuestras posibilidades de intervención.

Somos profesionales realmente existentes, con prácticas reales, mejores o peores, pero
visibles y evaluables. Obtenemos avances y mejoras, intervenimos y somos reclamados por
una creciente demanda social; los intentos de aprovechar una supuesta inseguridad asociada a
problemas concretos -posición inestable de mediación, dificultades de formación y
reclutamiento,...- no pueden convertirnos en veletas, a merced de los vientos académico-
universitarios o político-administrativos que en cada momento soplen.

Somos psicólogos, somos los profesionales de la psicología cuyo objetivo de trabajo es el


comportamiento humano en situaciones educativas y sólo mejorando nuestro desempeño,
definiendo y perfilando nuestro rol, participando en las organizaciones e iniciativas
profesionales, reflexionando y compartiendo nuestras reflexiones a través de las plataformas de
expresión educativas y profesionales , avanzando en nuestra formación e investigando
hipótesis de mejora, será como consigamos continuar nuestro desarrollo profesional y prestar
un mejor servicio a la comunidad educativa y social en que nos desenvolvemos.

Definición
El Psicólogo de la Educación es el profesional de la psicología cuyo objetivo de trabajo es la
reflexión e intervención sobre el comportamiento humano, en situaciones educativas, mediante
el desarrollo de las capacidades de las personas, grupos e instituciones. Se entiende el término
educativo en el sentido más amplio de formación y desarrollo personal y colectivo.

El Psicólogo de la Educación desarrolla su actividad profesional principalmente en el marco de


los sistemas sociales dedicados a la educación en todos sus diversos niveles y modalidades;
tanto en los sistemas reglados, no reglados, formales e informales, y durante todo el ciclo vital
de la persona.

Así mismo interviene en todos los procesos psicológicos que afectan al aprendizaje, o que de
este se derivan, independientemente de su origen personal, grupal, social, de salud etc.,
responsabilizándose de las implicaciones educativas de su intervención profesional y
coordinándose, si procede, con otros profesionales.

Funciones
1. Intervención ante las Necesidades Educativas de los Alumnos
El profesional de la psicología participa en la atención educativa al desarrollo desde las
primeras etapas de la vida, para detectar y prevenir a efectos socio-educativos las
discapacidades e inadaptaciones funcionales, psíquicas y sociales.

Realiza la evaluación psico-educativa referida a la valoración de las capacidades personales,


grupales e institucionales en relación a los objetivos de la educación y también al análisis del
funcionamiento de las situaciones educativas. Para ello trata de determinar la más adecuada
relación entre las necesidades individuales, grupales o colectivas y los recursos del entorno
inmediato, institucional o socio-comunitario requeridos para satisfacer dichas necesidades.

También, y ligado al proceso de evaluación, el psicólogo puede proponer y/o realizar


intervenciones que se refieran a la mejora de las competencias educativas de los alumnos, de
las condiciones educativas y al desarrollo de soluciones a las posibles dificultades detectadas
en la evaluación.

2. Orientación, Asesoramiento Profesional y Vocacional


El psicólogo promueve y participa en la organización, planificación, desarrollo y evaluación de
los procesos de orientación y asesoramiento profesional y vocacional, tanto en lo que tienen de
información, asesoramiento y orientación a los alumnos ante las opciones que deban tomar
frente a las distintas posibilidades educativas o profesionales, como en la elaboración de
métodos de ayuda para la elección y de métodos de aprendizaje de toma de decisión
vocacional. El objetivo general de estos procesos es colaborar en el desarrollo de las
competencias de las personas en la clarificación de sus proyectos personales, vocacionales y
profesionales de modo que puedan dirigir su propia formación y su toma de decisiones.

3. Preventivas
El psicólogo interviene proponiendo la introducción de modificaciones del entorno educativo y
social que eviten la aparición o atenúen las alteraciones en el desarrollo madurativo, educativo
y social.

La prevención se orienta a proponer las condiciones para un mejor desarrollo de las


capacidades educativas y también a prevenir las consecuencias que pueden generar la
diferencia entre las necesidades educativas de la población y las respuestas que dan los
sistemas sociales y educativos; incluye tanto acciones específicas para la prevención de
problemas educativos concretos (como son la adaptación inicial a la escuela, la detección
precoz de alumnos con necesidades educativas especiales, etc.), como los aspectos de
intervención desde las primeras etapas mediante técnicas de estimulación y, ya en las etapas
escolares, los procesos dirigidos a permitir a los alumnos afrontar con progresiva autonomía y
competencias eficaces las exigencias de la actividad educativa.

Desde el enfoque preventivo se contemplan intervenciones tanto en asesoramiento a agentes


educativos (educadores, padres, etc.) como en el desarrollo de programas específicos:
educación para la salud, educación afectivo-sexual, prevención de las drogodependencias, y
de los proyectos ligados en general a la transversalidad (educación de valores, educación no
sexista, etc.).

4. Intervención en la Mejora del Acto Educativo


Las funciones ligadas a esta intervención pretenden la adecuación de las situaciones
educativas a las características individuales y/o grupales (evolutivas, cognitivas, sociales, etc.)
de los alumnos y viceversa. Estas funciones se realizan a través de asesoramiento didáctico,
de la organización y planificación educativa, de programación, de asesoramiento y
actualización del educador; y en general se refieren a la intervención sobre las funciones
formativas y educativas que se realizan con el alumno.
El psicólogo presta apoyo y asesoramiento técnico al educador tanto en:

• Su actividad general: adaptación de la programación a las características evolutivas


psicosociales y de aprendizaje de los alumnos, organización del escenario educativo,
métodos de enseñanza-aprendizaje, niveles de concreción curricular, aplicación de
programas psico-educativos concretos, etc.

• Como en su actuación educativa con alumnos con necesidades y/o en situaciones


educativas especiales, adecuaciones curriculares y programas individuales,
actuaciones compensatorias, diversificaciones, y en general procedimientos de
atención a la diversidad.

Igualmente colabora en la formación permanente y apoyo didáctico al educador, aportando su


preparación específica sobre las áreas evolutivas, cognitivas, afectivas, comportamentales,
psicosociales e institucionales.

También son objeto de la intervención del psicólogo los fenómenos institucionales que
configuran los centros educativos: la relación entre los objetivos y las formas organizativas con
el funcionamiento real, la mejora eficaz de las relaciones entre los componentes de la
institución educativa, etc.; así presta su colaboración y apoyo técnico en la elaboración y
desarrollo de proyectos educativos de centro, de proyectos de innovación curricular, integración
y atención a la diversidad, nuevas tecnologías, compensación y apoyo educativo, etc; así como
en los cambios organizativos y metodológicos requeridos por estos proyectos, en la línea de
hacer competentes a las propias instituciones en la realización de los fines que se proponen.

5. Formación y Asesoramiento Familiar


El psicólogo actúa promoviendo y organizando la información y formación a madres y padres
en una línea de apoyo al desarrollo integral del hijo/a. Realiza la intervención para la mejora de
las relaciones sociales y familiares, así como la colaboración efectiva entre familias y
educadores, promoviendo la participación familiar en la comunidad educativa, así como en los
programas, proyectos y actuaciones que el profesional de la psicología educativa desarrolle.

6. Intervención Socioeducativa
El psicólogo participa en el análisis de la realidad educativa, y de los factores sociales y
culturales que influyen en el proceso educativo de la comunidad concreta, interviene en la
prevención socioeducativa, impulsa la cooperación y coordinación de los servicios, instituciones
y organizaciones sociales del entorno. En resumen, interviene en las relaciones entre las
actividades educativas y la comunidad donde tienen lugar, así como en los factores sociales y
culturales que condicionan las capacidades educativas.

También puede participar en el diseño de planes de intervención comunitaria en el ámbito


territorial, promoviendo criterios metodológicos, procesos de implantación, sistemas de
evaluación, etc.

El psicólogo puede asesorar técnicamente a los responsables de la toma de decisiones de


planificación y actuación a partir de su pronunciamiento especializado y de su aplicación al
análisis y estudio del sistema educativo en una línea de mejora de la atención educativa.

7. Investigación y Docencia
La investigación incluye las actividades para el análisis y reflexión sobre el propio trabajo; la
mejora y actualización de su competencia técnica, la profundización y extensión de la teoría y
los procedimientos propios de la psicología de la educación.
La docencia que realizan los profesionales de la psicología educativa está orientada a difundir
su conocimiento entre los demás profesionales de la educación, los grupos sociales implicados
en esta, los propios psicólogos y estudiantes de psicología y otros colectivos profesionales.

Procedimientos, Técnicas e Instrumentos


La Psicología Educativa, como área aplicada de la psicología, utiliza los métodos generales de
la misma. El procedimiento general de intervención engloba los siguientes pasos: evaluación
inicial y diagnóstico, intervención, seguimiento y evaluación final, y valoración, con la toma de
decisiones que se deriva de la misma.

Las tareas propias de la Psicología Educativa pueden dividirse en dos grandes bloques:

1. Las relacionadas con la Evaluación.

2. Las que se refieren a la Intervención.

1. Las relacionadas con la Evaluación


La evaluación se efectúa sobre las distintas áreas en función de la demanda, la problemática y
las necesidades, priorizando su funcionalidad y operatividad, y se analizan detalladamente las
variables psicológicas que influyen en el comportamiento humano dentro del contexto
educativo, llegando, cuando proceda, a la determinación de un diagnóstico en la situación
educativa.

Ello incluye la descripción e identificación de dicha situación, la formulación de hipótesis


explicativas y la emisión de hipótesis de mejora.

Las técnicas más utilizadas para la evaluación son la entrevista psicológica, la observación en
sus diferentes modalidades (no estructurada, sistemática, auto-observación), los autoinformes y
los tests psicológicos, seleccionando las mas adecuadas al objeto (individuos, grupos,
instituciones) y al tipo de evaluación (normativa, criterial, curricular).

2. Las que se refieren a la Intervención


La intervención se efectúa en los diferentes ámbitos sobre las diferentes variables psicológicas
que intervienen en el acto educativo. Las técnicas de intervención en Psicología Educativa son
las derivadas de las Áreas Básicas y Aplicadas de la Psicología.

Las Psicólogas y los Psicólogos de la educación deben prestar atención a los aspectos
deontológicos en todas las fases de su actuación, tanto en la selección de pruebas y técnicas
para la evaluación y la intervención (rigor, validez) como en la toma de decisiones que se
derivan de su trabajo y en la transmisión de la información (informes orales y/o escritos) al
propio sujeto y a terceras personas, considerando que en muchas ocasiones el destinatario del
informe no es el propio sujeto evaluado y que este no acude por propia iniciativa.

Ámbitos de Actuación
El profesional de la psicología educativa interviene en los ámbitos personal, familiar,
organizacional, institucional, socio-comunitario y educativo en general; con Educandos,
receptores del proceso educativo, y Agentes Educativos, intervinientes directa o indirectamente
en el proceso educativo.

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