Me atrajo el sonido primigenio, me acerqué sigilosamente a fin de no perturbar el
discurrir de las aguas, brindé con mis copitas de soledad en el arrullo del agua. Un gatito me hechizó con su mirada y maullando se acercó, le respondí con el tintineo del cristal, le comprometió ronroneo, le susurré si quería venirse conmigo. Un zumbido rompió el momento, nos alejamos del arroyo canturreando OMmmmmmmmmmm.