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DEFINAMOS LA PAZ:
La Declaración de la ONU reconoce que “la paz no es sólo la ausencia de conflictos”. Y hace un
llamamiento a todos (individuos, grupos, asociaciones, comunidades educativas, empresas e
instituciones) a llevar a su actividad cotidiana un compromiso basado en el respeto por todas las vidas, el
rechazo a la violencia, la generosidad, el entendimiento, la preservación ambiental y la solidaridad.
1) La Paloma: en el Antiguo Testamento, una paloma trajo a Noé una rama de olivo después del diluvio; y
con ella trajo la esperanza de llegar a tierra firme. En el Nuevo Testamento representa al Espíritu Santo,
símbolo de amor y sencillez.
3) La Madre Teresa: es considerada un verdadero símbolo de paz. Con voz entrecortada el Papa
Juan Pablo II beatificó al “ángel de los pobres” en la plaza de San Pedro en Roma, el 19 de octubre del
2003, en una ceremonia que congregó a 300 mil devotos de todo el mundo. La Madre Teresa de Calcuta
(India) se consagró al amor de Dios y a los más pobres entre los pobres y enfermos. Es la mujer más
extraordinaria de nuestro siglo, por eso fue elevada a los altares. Es un ejemplo a seguir por todos
nosotros.
Se destruye cuando se priva al otro de su libertad, cuando se le despoja de sus bienes, cuando se le
niega su dignidad; es decir, cuando se domina, se explota o se margina al otro injustamente.
Se construye cuando se vive una vida al servicio del otro, de solidaridad con el otro, cuando se
trabaja por la justicia, no se permite la dominación, la explotación ni la marginación.
Recuerda y reflexiona:
BUSCAR LA PAZ NO ES DEBILIDAD
Al recibir las cartas credenciales de siete nuevos embajadores ante la Santa Sede, el Papa Juan
Pablo II destacó la necesidad de que los líderes de las naciones busquen la paz. “La paz es uno de
los bienes más preciosos para las personas, los pueblos y los Estados”, dijo el Papa. “Sin la paz no
puede haber un verdadero desarrollo de los individuos, de las familias, de la sociedad y de la
economía. La paz es un deber de todos. Querer la paz no es signo de debilidad sino de fuerza”,
agregó. Luego añadió que “la pobreza pesa hoy de un modo alarmante sobre el mundo, poniendo el
peligro los equilibrios políticos, económicos y sociales”. “Hay que reconocer el derecho de cada uno
de tener lo necesario para vivir y a poder beneficiarse de una parte de la riqueza nacional”, advirtió.