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Reclamo de Belice

En 1933, Inglaterra le exigió a Guatemala la demarcación y el amojonamiento de la frontera de


Belice setenta y dos años después de haber retirado a su comisionado Enrique Wrayen 1861, que
conjuntamente con el comisionado por Guatemala Manuel Cano Madrazo habían iniciado la
demarcación en cumplimiento con lo estipulado en el tratado de 1859, y haberla dejado inconclusa.
El gobierno de Guatemala respondió que si aceptaría la demarcación y el amojonamiento de la
frontera con Belice, siempre y cuando Inglaterra cumpliera con lo pactado —la construcción de la
carretera— en el artículo 7o. del tratado Aycinena-Wyke suscrito en 1859. En vista de la negativa de
Inglaterra de cumplir con lo pactado y de que continuaran los ingleses penetrando en el Petén para
extraer la madera y saquear piezas arqueológicas, el gobierno de Guatemala concentró su atención
en la búsqueda de fórmulas justas y razonables, con el único objetivo de sustituir el artículo 7 o. o
cláusula compensatoria del tratado de 1859 para cerra con dignidad otro capítulo de la historia del
país.
En 1934 el gobierno de Guatemala emitió la ley Reglamentaria para el Gobierno y la Policía de los
Puertos de la República y fijó para el Mar Territorial una distancia de 12 millas náuticas.
Como el tratado de 1859 estaba vigente por el incumplimiento inglés, en 1936 el gobierno de
Guatemala le propone a Inglaterra que le devuelva el territorio de Belice ofreciéndole pagar 400 mil
libras esterlinas, una simple compra venta; si los ingleses no querían vender, entonces que se lo
compraran a Guatemala por las mismas 400 mil libras pero, quedando fuera del trato una faja de
tierra —en la parte sur del territorio— y los cayos Zapotillo, y, los guatemaltecos aprobarían la
demarcación y amojonamiento de la frontera oriental con Belice. La otra propuesta que le hizo
Guatemala a Inglaterra fue que ésta le pagara 50 mil libras esterlinas, más intereses al 4 por ciento
anual desde el 30 de abril de 1859 (fecha en que se firmó el tratado). Todas las propuestas fueron
rechazadas por los ingleses.
Guatemala, en vista que las negociaciones de gobierno a gobierno no resultaban positivas, cambió
de táctica y en 1937 le propone a la Inglaterra un arbitraje internacional para solucionar la cuestión
de Belice y como árbitro propone a Franklin Delano Roosevelt, Presidente de los Estados Unidos.
Los ingleses aceptaron el arbitraje pero no al árbitro porque consideraron que era mejor, para decidir
ese tipo de casos, el Tribunal de la Corte de La Haya, en Holanda, puesto que las divergencias eran
estrictamente jurídicas y así debían resolverse. Guatemala declaró que deberían también
considerarse otros aspectos muy importantes y que el caso debería resolverse con fundamento en el
principio de equidad (ex-aequo et bono). Al no llegar a ningún acuerdo, en 1938 Inglaterra declaró
que ya no tenía ninguna obligación pendiente con Guatemala y que consideraba como frontera de
Belice, la demarcación hecha por Inglaterra… con su propia y muy especial vara de medir...
lavándose las manos de toda responsabilidad por los incidentes que pudieran suscitarse en el futuro.
Guatemala le respondió a Inglaterra diciéndole que si para los ingleses el artículo 7o. había dejado
de tener vigencia, entonces el artículo 1o., que otorgaba la cesión, había dejado de tener vigencia
para los guatemaltecos, por lo que estaban en todo su derecho de exigirles la devolución de la
totalidad del territorio de Belice, desde el río Hondo hasta el río Sarstún. Ese mismo año los Estados
Unidos ofrecieron mediar en la controversia y Guatemala decidió aceptar una transacción;
renunciaría a cualquier reclamo sobre el territorio entre los ríos Sibún y Hondo, si Inglaterra
devolviera el área sur comprendida entre el río Sibún y el Río Sarstún. Los ingleses rechazaron la
oferta y Guatemala reavivó su reclamo sobre todo el territorio de Belice.
Para exponerle al mundo el estado real y verdadero de la controversia entre Guatemala e Inglaterra,
en relación al territorio de Belice, el gobierno del General Jorge Ubico, editó el Libro Blanco, que es
un compendio del problema de Belice, perfectamente bien documentado, que demuestra que Belice
fue ocupada jurídicamente con posteridad a 1859. Los ejemplares del Libro Blanco que envió
Guatemala a casi todos los gobiernos dieron sus frutos, pues en la Segunda Reunión de Consulta
entre los Ministros de Relaciones Exteriores de las Repúblicas Americanas celebrada en 1940 en La
Habana, Cuba, se emitió la Resolución XIX que expresó el vivo deseo y la buena voluntad de los
países de América en favor de un justo, pacífico y pronto arreglo de la cuestión de Belice, entre
Guatemala y la Gran Bretaña. En 1941 se estableció la Oficina de Belice como dependencia de la
Secretaría de Relaciones Exteriores con el objetivo de recopilar y aumentar toda la documentación
relacionada con el territorio de Belice. La Segunda Guerra Mundial impidió al General Ubico hacer
valer los derechos de Guatemala sobre Belice, incluso pudo haber aprovechado esa situación para
tomar militarmente el territorio, que sólo contaba con una pequeñísima guarnición. Pero, una acción
beligerante nunca había sido la política del gobierno guatemalteco y además existía un pacto de
caballeros entre los Estados Unidos y Guatemala, porque el presidente Roosevelt le ofreció su
colaboración al General Ubico, con el problema de Belice cuando terminara la guerra;
desafortunadamente Roosevelt falleció unos meses antes de que ésta terminara.
El gobierno democrático del doctor Juan José Arévalo (1945-1951) le dio un gran impulso a las
reclamaciones de Guatemala para recuperar el territorio de Belice y en la Constitución promulgada
en 1945, por primera vez se estableció que Belice es parte de su territorio. El artículo 1o. de las
disposiciones transitorias de la Constitución dice:
“Guatemala declara que Belice es parte de su territorio y considera de interés nacional las gestiones
encaminadas a lograr su efectiva reincorporación a la República”.
Inglaterra protestó contra la inclusión del referido artículo en la Constitución de la República,
declarando que el territorio de Belice era “territorio inglés”;la protesta fue rechazada por el gobierno
de Guatemala, por considerarla infundada y ofensiva a los derechos de los guatemaltecos.
En mayo de 1945 Guatemala aceptó ser miembro fundador de la Organización de las Naciones
Unidas (ONU) haciendo forma reserva de su soberanía sobre el territorio de Belice, por consiguiente,
excluido del principio de libre determinación y por el mismo motivo, se opuso categóricamente que
Belice llegara a ser colocado bajo el “régimen internacional de administración fiduciaria”, formulando
la reserva correspondiente. La Carta de las Naciones Unidas fue aprobada por Decreto No. 174 del
Congreso de la República el 11 de octubre de 1945.
Guatemala reanudó sus reclamaciones a los ingleses relacionadas con Belice y a principios de 1946,
Inglaterra le respondió al gobierno guatemalteco, que de acuerdo con el artículo 36 de la Carta de las
Naciones Unidas, la controversia sobre Belice fuese sometida a la Corte Internacional de Justicia.
Guatemala aceptó pero en el entendido que el caso de Belice se planteara bajo la modalidad de
Equidad, pero los ingleses no aceptaron. En mi criterio, Inglaterra no quería que la Corte
Internacional dirimiera por el procedimiento de Equidad el caso de Belice, porque dicho
procedimiento analizaría no solamente la cuestión jurídica, sino todos los aspectos históricos y
humanos, que no podían dar más que una resolución legal favorable para Guatemala.
El gobierno de Arévalo consideró que el tratado de 1859 había caducado por incumplimiento del
artículo 7o. por parte de Inglaterra y solicitó al Congreso de la República que decretara la caducidad.
La Declaración de Caducidad del Tratado de 1859 fue aprobado por Decreto No. 224 del Congreso
de la República en abril de 1946, dice:
“Artículo único. Se aprueba y confirma la declaración de caducidad de la Convención de cesión
territorial, bajo cláusula compensatoria, llamada de límites, suscrita por Guatemala y la Gran Bretaña
el 30 de abril de 1859, declaración hecha por el Gobierno de la República por conducto del Ministerio
de Relaciones Exteriores, en notas diplomáticas y otros documentos oficiales”.
A partir de esa fecha, Guatemala le reclamó a los ingleses TODO el territorio de Belice: la región
concesionada por España entre los ríos Hondo y Sibún que Guatemala había heredado y la región
entre el río Sibún y el río Sarstún que le fue usurpada. Una extensión territorial de aproximadamente
23 mil kilómetros cuadrados, además de las islas, islotes, cayos, mar territorial con sus riquezas
subyacentes y el espacio aéreo. En 1947 en uno de los varios intercambios diplomáticos, el gobierno
de Guatemala le manifestó a los ingleses que como el Tratado de 1859 ya había caducado, ellos no
tenían ningún derecho de estar instalados en Belice y que debían devolverlo a Guatemala,
indemnizándola por todos los daños y perjuicios causados durante más de cien años.
Las relaciones casi llegaron a romperse en 1948 porque Inglaterra envió los cruceros Sparrow,
Sheffield y Devonshire en demostración de fuerza, cerca de la aguas de Guatemala, con el pretexto
de que “turbas irresponsables azuzadas por los guatemaltecos” trataban de alterar la paz en Belice
porque estaban listos para invadir el territorio. El gobierno de Arévalo protestó enérgicamente al
gobierno de Inglaterra por la provocación y la denunció también a las Naciones Unidas. ¿Cayucos
contra cruceros? Los ingleses para aplacar a los guatemaltecos, declararon que todo el incidente
había sido una terrible equivocación. Posteriormente el gobierno de Guatemala le propuso a
Inglaterra que el problema referente al territorio de Belice, fuese sometido a la Mediación del
Gobierno de los Estados Unidos, pero los ingleses tampoco aceptaron esa modalidad.
En 1948, Guatemala aceptó ser miembro de la Organización de los Estados Americanos (OEA) y
cuando ratificó la Carta de la OEA hizo la reserva que fue aceptada por los Estados signatarios, dice:
“Ninguna de las estipulaciones de la presente Carta de la Organización de los Estados Americanos
podrá considerarse como un impedimento para que Guatemala pueda hacer valer sus derechos al
territorio de Belice por los medios que en cualquier momento estime conveniente”.
El presidente Arévalo fue un luchador infatigable contra el colonialismo en el continente americano y
en la IX Conferencia Internacional Americana celebrada en Colombia en 1948, Guatemala presentó
una ponencia para la eliminación del coloniaje en América. La ponencia fue aceptada por muchos
representantes y se resolvió crear una Comisión Americana de Territorios Dependientes para
examinar el problema de la existencia de territorios ocupados y hallar una solución con el objeto de
buscar métodos pacíficos para la abolición tanto del coloniaje como de la ocupación de territorios
americanos por países extracontinentales.
En marzo de 1949 se celebró en La Habana, Cuba la reunión de la Comisión Americana de
Territorios Dependientes, en la cual Guatemala demostró con documentos sus derechos sobre
Belice y presentó un informe adicional sobre el asunto. El licenciado Jorge García Granados, que
presidía la delegación guatemalteca, en su discurso dijo:
“Guatemala ha agotado todos los recursos para constreñir al Reino Unido a hacer honor a su palabra
de empeño en solemnes tratados internacionales, y ha recurrido a los medios civilizados y pacíficos
que el Derecho Internacional señala para la solución de conflictos entre Estados, con los resultados
negativos que son del dominio público. La Gran bretaña acusa a Guatemala de no haber querido
acceder a presentar el caso a la Corte Internacional de Justicia. Esto no es verdad, señores
delegados, Guatemala está dispuesta a recurrir al juicio de la Corte, pero se opone a la pretensión
británica de que sea exclusivamente una fase de la controversia –la jurídica–, la que reciba la
consideración de los jueces, con exclusión de todos los demás importantes y determinantes
aspectos del litigio: el histórico, el económico, el moral...
El caso de Belice, más que de técnica legal es un caso de justicia, y la justicia debe ser completa.
Guatemala acepta que la corte juzgue y falle la disputa, pero exige que no se ponga ninguna
restricción a sus facultades. A esto se opone la Gran Bretaña y se aferra al juicio restrictivo, en
donde espera escapar a la justicia, mediante subterfugios parecidos a los que empleó para
apoderarse del territorio de Belice y obtener un título de dominio cuya compensación se negó a
cumplir con posteridad”.
En esa misma reunión, México también expuso su posición en relación al Territorio de Belice, el
delegado mexicano dijo:
“En virtud de que se han referido al territorio de Belice, me veo en la necesidad de reproducir la
declaración que mi Gobierno ha hecho en otras ocasiones, particularmente durante la celebración de
la conferencia de Río de Janeiro en el año de 1947, reiterando por tanto, que en caso de que se
produjese un cambio del status de Belice, no podrían dejar de tomarse en cuanta los derechos de
México sobre una parte de dicho territorio, de acuerdo con los antecedentes históricos y jurídicos”.
Es decir, si los ingleses le devolvieran Belice a Guatemala, México reclamaría sus derechos que
considera tener sobre parte del territorio.
A principios de la década de los cincuenta, la población beliceña empezaba a mostrar una mayor
uniformidad con una identidad propia y varios líderes obreros –que estaban haciendo sus tanes
como políticos– establecieron una acercamiento con Guatemala. Al gobierno de Inglaterra no le
convenía esa relación directa de los beliceños con los guatemaltecos y en 1951 condenó a dos
líderes beliceños por “traición a la corona”, por supuestos contactos con el gobierno de Guatemala.
En esa época Inglaterra trataba de formar una Federación con sus colonias del Caribe y Belice; los
vientos anticoloniales empezaban a soplar con fuerza y los ingleses principian a diseñar una
estrategia con el propósito de establecer una comunidad británica de naciones; realmente no era otra
cosa que un nuevo tipo de colonialismo. El pueblo beliceño en esa época inició un movimiento
anticolonialista y el líder sindical George Price, con otros líderes obreros, fundó en 1954 el Partido
Unido del Pueblo (PUP); un partido político nacionalista con la meta de ser el único partido político
beliceño integrador de un “nuevo estado”.
Durante el gobierno del coronel Castillo Armas (1954 - 1957) en agosto de 1955 en la Primera
Reunión de ministros de Relaciones Exteriores Centroamericanos celebrada en la Antigua
Guatemala, se constituyó la Organización de los Estados Centroamericanos (ODECA). Se firmó la
“Declaración de Principios de Convivencia Centroamericana” y el artículo 7o. dice:
“El territorio de Belice es parte integrante de Guatemala, y por consiguiente, de Centro América y
que las gestiones para reivindicarlo, interesan a todos los Estados signatarios”.
Inglaterra reaccionó ante la declaración de Antigua diciendo que:
“El Gobierno de Su Majestad desea recordar al Gobierno de Guatemala, que Belice es, y continúa
siendo parte integrante de las colonias, protectorados, territorios de ultramar y territorios bajo
administración fiduciaria del Reino Unido de la Gran Bretaña e Irlanda del Norte; y que el Gobierno
de Su Majestad es responsable de la conducción de las relaciones exteriores del Gobierno de
Belice”. Que reclamaran los ingleses era de esperarse, pero México –siempre agazapada en la
sombra– volvió a reafirmar su ridícula posición, diciendo que: “la declaración que reiteradamente ha
formulado el Gobierno de México en el sentido que, si llegare a cambiar el status de Belice, será
necesario tomar en cuenta los derechos de México a una parte de dicho territorio, de conformidad
con los antecedentes históricos y jurídicos”.
El 30 de diciembre de 1955, por medio del Decreto No. 511, –considerando que Belice es parte
integrante del territorio guatemalteco aunque de hecho está todavía en poder de una potencia
extracontinental; así como considerando que las negociaciones encaminadas por más de cien años
para hacer efectivos los derechos de Guatemala de reivindicar esa parte del territorio nacional, no
habían tenido ningún resultado que demandaba la justicia; considerando además, que la cuestión de
Belice entrañaba aspectos históricos, jurídicos y políticos, y problemas conexos que afectaban
particularmente a determinadas zonas del territorio nacional y, en general, a la economía de todo el
país; teniendo también en consideración que la reivindicación de Belice constituye un problema de
máximo interés nacional y objeto de la mayor preocupación del pueblo de Guatemala, y por tal razón,
era del caso contar con la asesoría de ciudadanos idóneos que pudieran contribuir a la solución de
este problema. El presidente Constitucional, coronel Castillo Armas, en Consejo de Ministros, acordó
que, adscrito al Ministerio de Relaciones Exteriores se creaba el Consejo Nacional de Belice, como
un cuerpo de estudio, planificación y consulta, en todo lo relacionado con la reivindicación del
territorio de Belice y la solución de sus problemas conexos. En el mismo acuerdo se definían las
atribuciones del Consejo, y se disponía que el Departamento de Belice de la Dirección de
Organismos Internacionales del Ministerio de Relaciones Exteriores, asumiera la Secretaría del
Consejo Nacional de Belice.
Se estableció por primera vez un Consulado en Belice y en febrero de 1956 se decretó la nueva
Constitución de la República de Guatemala y mantuvo con respecto a Belice el mismo principio que
en la promulgada en 1945.
En 1956 Inglaterra creó la “Federación de las Indias Occidentales” conformada por Trinidad,
Jamaica, las islas de Barlovento y Sotavento (Antigua, Barbuda, Redonda, St. Kitts, Nevis, Anguila,
Montserrat, Granada, San Vicente, Granadinas, Santa Lucía y Dominica) y Barbados, todas las islas
ubicadas en el Caribe y se estableció la capital de la Federación en Puerto España de Trinidad. Los
ingleses querían que Belice formara parte de la Federación, pero George Price categóricamente
rehusó integrarla porque su partido PUP (Partido Unido del Pueblo) había iniciado el movimiento
anticolonial entre la población beliceña. En esa época, Belice atravesaba por una pésima situación
económica por su total dependencia de las importaciones de los productos básicos alimenticios,
aunada con otros problemas sociales por la tenencia de la tierra. Cinco grandes empresas inglesas
eran las dueñas de casi la totalidad del territorio, consecuentemente el monopolio y dominio que
ejercían desde la metrópoli (Inglaterra) no permitía el desarrollo de la agricultura para producir las
necesidades del diario vivir de la población local. George Price líder del Partido Unido del Pueblo
(PUP), con el objetivo de atraer a la población beliceña al movimiento nacionalista que impulsaba su
partido, implementó una serie de programas económicos para lo cual, instaló a un grupo de
“menonitas” alemanes en el área de Spanish Lookout y San Ignacio en el distrito de El Cayo a sólo
25 kilómetros de distancia de la frontera con el Petén. La menonita es una secta protestante que se
asentó como una comunidad dedicada básicamente a la producción agrícola alimenticia; se le otorgó
una considerable extensión de tierra en propiedad y se invirtió una fuerte cantidad en la
infraestructura respectiva.
En 1957 el gobierno de Guatemala reinició las pláticas con Inglaterra relacionada con Belice y en
marzo de ese mismo año en Londres los ingleses le proponen a los guatemaltecos, sujetos al
consentimiento del gobierno de Belice, los siguientes puntos de discusión:

1. Necesidad de Guatemala de un puerto libre.


2. La continuación de la carretera de Punta Gorda hasta la frontera guatemalteca.
3. El mejoramiento de la carretera de Belice a través de El Cayo hasta la frontera guatemalteca.
4. Los requerimientos de tránsito de las industrias en desarrollo en Honduras Británica y Guatemala.
5. El régimen aduanero en ambos lados de la frontera.
6. Elevación del rango de las respectivas misiones en la Ciudad de Guatemala y Londres.
7. Quejas guatemaltecas sobre actividades ilegales en Guatemala de ciudadanos de Honduras
Británica.
8. Quejas de ciudadanos de Honduras Británica respecto de las restricciones sobre sus actividades
comerciales en Guatemala.

Después de haber negociado las conversaciones con Inglaterra, fue muy frustrante para Guatemala
que los ingleses, habiendo estado de acuerdo que se discutiera todo tipo de relaciones entre
Guatemala y Belice a efecto de resolver la disputa en su totalidad, éstos se salieran por la tangente;
los puntos que presentaron para ser discutidos eran tan sin importancia y fuera totalmente del punto
medular que era la reclamación territorial.
A mediados de 1957 Guatemala envió como Embajador ante Inglaterra al licenciado Jorge García
Granados para proponerle a los ingleses un plan para la creación de un status autónomo para
Belice, en estrecha asociación con Guatemala; esa fórmula había sido recomendada por el Consejo
Nacional de Belice. El plan era un proyecto de tratado a celebrarse entre Guatemala e Inglaterra
para establecer el Estado Libre de Belice asociado a Guatemala. Belice gozaría de completa
autonomía y tendría su propia Constitución bajo el sistema republicano, democrático y representativo
pudiendo adoptar la forma ejecutiva o parlamentaria y debiendo ser organizadas las tres ramas de
Gobierno, Legislativo, Ejecutivo y Judicial. Belice tendría en el Congreso Nacional de Guatemala los
diputados que le correspondieran por el número de sus habitantes conforme la constitución de la
República y además tendría su propia legislatura. Guatemala había mantenido contacto directo con
el jefe del gobierno beliceño George Price, para estudiar y definir perfectamente las bases del plan y
lograr así la coordinación requerida cuando se le presentara a Inglaterra el proyecto del
establecimiento del Estado Libre de Belice asociado a Guatemala.
García Granados presentó sus cartas credenciales y solicitó una audiencia con el gobierno inglés
para presentar formalmente el proyecto del Estado Libre de Belice. Inglaterra estaba perfectamente
enterada del plan de Guatemala; por supuesto que no querían “abrirle la puerta” a los guatemaltecos
y aprovechan una almuerzo que la Embajada de Guatemala dio a la delegación beliceña
encabezada por George Price líder del PUP en noviembre de 1957, para “cerrar de golpe la puerta”,
declarando persona non grata al embajador García Granados. A George Price los ingleses le
advirtieron que si seguía uniéndose a los guatemaltecos le cortarían la ayuda financiera y
descontinuarían las negociaciones sobre el futuro constitucional de Belice.
Durante el gobierno del general e ingeniero Miguel Ydígoras Fuentes (1958 - marzo 1963) se
intensificaron los esfuerzos para cumplir con el mandato constitucional de reivindicar el territorio de
Belice. El doctor (en Derecho Internacional) Carlos García Bauer, Ministro de Relaciones Exteriores
con el apoyo del presidente Ydígoras creó la Dirección General de Asuntos de Belice. El objetivo
principal de dicha Dirección fue la de lograr un mayor acercamiento de los beliceños con los
guatemaltecos para conocerse y comprenderse mejor; porque los ingleses, por temor a una estrecha
relación entre ambos pueblos, habían mal informado a los beliceños acerca de los verdaderos
aspectos y características humanas de la población guatemalteca. La Dirección General de Asuntos
de Belice estableció programas de becas para estudiantes beliceños, de intercambio cultural y
comercial; existió un mayor contacto con líderes beliceños, especialmente con George Price y se
ayudó en todo lo que se puedo al pueblo beliceño.
La Conferencia de las naciones Unidas sobre el Derecho del Mar se celebró en Ginebra, Suiza, en
abril de 1958. Guatemala participó y firmó las Convenciones sobre el Mar Territorial y la Zona
Contigua; sobre Alta Mar; sobre Pesca y Conservación de los Recursos Vivos de Alta Mar y sobre la
Plataforma Continental. No se llegó a un acuerdo sobre la anchura del mar territorial y sobre las
zonas de pesca.
En el XIV período de sesiones ordinarias de la Asamblea General de las Naciones Unidas en
septiembre de 1959, el Ministro de Relaciones Exteriores de Guatemala, licenciado Jesús Unda
Murillo, al referirse a Belice, entre otras cosas dijo:
“…Guatemala, en su propia carne, ha sufrido durante un lapso prolongado de su historia, los efectos
del colonialismo, al privársele del dominio legítimo de una parcela importante de su territorio
conocido con el nombre de Belice e impropiamente llamado Honduras Británica, en menoscabo del
desarrollo del Petén, rica e importante provincia del norte de mi país…”
El presidente Ydígoras Fuentes, en su Mensaje de Año Nuevo del 31 de diciembre de 1960,
mencionó:
“No podríamos cerrar estas palabras sin dirigirnos a nuestros hermanos de Belice, para recordarles,
y no lo olviden nunca, que el pueblo de Guatemala está con ellos en su lucha contra el sistema
colonial y que mi Gobierno continuará apoyando sus esfuerzos para liberarse de la bota inglesa.
Guatemala no pretende sustituir un imperialismo por otro, ni quiere ver a Belice con su territorio
dividido. Quiere ver a Belice como voluntario integrante de la República de Centroamérica y,
mientras se logra la reconstrucción de la patria grande, está dispuesta a celebrar un tratado con
Belice para que éste se convierta en un estado libre asociado a Guatemala, con el goce primordial
de su autonomía; garantizándole el mantenimiento de sus instituciones actuales, es decir, sus
tribunales de justicia, sus organismos de administración y educativos, el uso de su idioma, sus
libertades religiosas y políticas tradicionales, en una palabra, un libérrimo gobierno propio”.
En el XV período de sesiones de la Asamblea General de las naciones Unidas se emitió la resolución
1514 (diciembre 1960), “Declaración sobre la Concesión de la Independencia a los países y pueblos
coloniales” que en sus incisos 2, 3, 4 y 6 dice:

2. Todos los pueblos tienen el derecho de libre determinación; en virtud de este derecho, determinan
libremente su condición política y persiguen libremente su desarrollo económico, social y cultural.
3. La falta de preparación en el orden político, económico, social o educativo no deberá servir nunca
de pretexto para retrasar la independencia.
4. A fin de que los pueblos dependientes puedan ejercer pacífica y libremente su derecho a la
independencia completa, deberá cesar toda acción armada o toda medida represiva de cualquier
índole dirigida contra ellos, y deberá respetarse la integridad de su territorio nacional.
6. Todo intento encaminado a quebrantar total o parcialmente la unidad nacional y la integridad
territorial de un país es incompatible con los propósitos y principios de la Carta de las Naciones
Unidas.

Para poder defender su posición sobre Belice, Guatemala se acogió desde entonces al inciso 6o. de
la Declaración 1514 (XV).
La Comunidad Británica de Naciones fue el nuevo procedimiento colonialista creado y diseñado por
Inglaterra para convertir a sus colonias que querían independizarse, en socios valiosos de dicha
mancomunidad. Los ingleses implementaron el sistema en 1956 con el Sudán en Africa, con un
resultado muy positivo; debido al éxito alcanzado, en 1960 le otorgaron la independencia a gran
parte de sus colonias en el Africa Ecuatorial. Todas estas nuevas naciones ingresaron como
miembros en las Naciones Unidas, lo que le dio a Inglaterra una gran fuerza y amplió
considerablemente su grupo de influencia porque todas pertenecían a su comunidad de naciones.
En la Novena Sesión de la Comisión Económica para la América Latina celebrada en Santiago de
Chile en mayo de 1961 fue aprobada la Resolución 195 (IX) por la cual se pedía a los países
centroamericanos su cooperación para que Belice entrara a formar parte del Comité de Cooperación
Económica de Centroamérica y así Belice participaría también en el desarrollo económico de la
región. Patrocinado por Guatemala, Belice en 1961 ingresó como miembro asociado.
En 1961 se celebró una reunión en Londres para tratar el asunto de Belice y el Ministro de
Relaciones Exteriores de Guatemala, Licenciado Jesús Unda Murillo le manifestó al ministro inglés
que sería ideal ver a Belice autónomo asociado a Guatemala dentro de Centroamérica y que los
Estados Unidos o Inglaterra podrían servir de garantes. Los ingleses le manifestaron que su único
propósito era llevar a Belice a la independencia y que en adelante los beliceños tendrían que
participar en las negociaciones que hubieran entre Guatemala e Inglaterra. También le manifestaron
que el futuro de Belice tendría que ser decidido entre los ingleses y los beliceños, sin que
necesariamente tuviese que participar un tercer país, refiriéndose a Guatemala.
A finales de 1961 los ingleses no habían fijado fecha para reiniciar las negociaciones acordadas,
tantas evasivas generaron una gran tirantez en las relaciones con Inglaterra. El Presidente Ydígoras
en su mensaje de Año Nuevo en diciembre de ese año, dijo: “en vista de que la Gran Bretaña se ha
constituido y guarecido dentro de una muralla de incomprensión, Guatemala se verá obligada, muy a
su pesar, a suspender con ella sus relaciones diplomáticas y comerciales, en breve plazo”. La
reacción inglesa a esa declaración fue inmediata, al iniciarse enero de 1962 Inglaterra manifestó que
las pláticas podrían efectuarse en abril o mayo. El gobierno de Guatemala emitió un comunicado de
prensa en donde se informaba que Guatemala, en vista de la anuencia de los ingleses de continuar
con las pláticas sobre Belice, reconsideraba el rompimiento de relaciones diplomáticas con
Inglaterra.
La famosa reunión se celebró en abril de 1962 en San Juan de Puerto Rico con la participación
además de la delegación guatemalteca presidida por el licenciado Ernesto Viteri Bertrand, la inglesa
encabezada por Lord Dundee, Ministro de Estado para Asuntos Extranjeros y la beliceña dirigida por
el Primer Ministro, George Price. El Ministro inglés manifestó que la política de Inglaterra en relación
a Belice era: a) otorgarle un autogobierno parcial, que ya se loa había concedido; b) darles pleno
autogobierno y c) la independencia. Agregó que “se piensa que habrá una conferencia constitucional
sobre Belice en 1963, con la esperanza de poder dar a ese territorio autogobierno completo y que la
independencia vendrá tan pronto como sea posible después de eso”.
George Price manifestó que los objetivos de su partido político (PUP) eran los de pleno autogobierno
y después la independencia dentro de la Comunidad británica de Naciones (Commonwealth).
También dijo que querían pertenecer a la Organización de los Estados Americanos (OEA) y como
Belice está en Centroamérica querían pertenecer también al Mercado Común Centroamericano.
Price agregó que los beliceños ya habían escogido su camino, y no era incorporándose a
Guatemala. Los guatemaltecos expusieron su posición manifestando que para Guatemala no podía
haber independencia de Belice mientras se mantuviera dentro de la mancomunidad Británica, porque
la región del Petén en Guatemala y el Territorio de Belice están llamados a tener un desarrollo
conjunto, en el futuro, como lo tuvieron en un lejano pasado.
Uno de los resultados de la reunión fue la creación de una Comisión Mixta con el objeto de promover
el desarrollo económico social mutuo entre los guatemaltecos y los beliceños. Dicha Comisión nunca
se reunió.
Guatemala declaró que lamentaba la postura inflexible de Inglaterra porque en todas las anteriores
propuestas que había hecho, en relación a la controversia sobre Belice, habían sido consideradas
esas dos regiones –Petén y Belice– que forman una sola unidad geográfica continua e indivisible y
cuya historia se remonta a la época que formaban parte del antiguo Imperio Maya.
Las convenciones sobre Alta Mar y la Plataforma Continental establecidas en Ginebra en 1958,
fueron aprobadas, por Guatemala en decreto del Congreso de la República, No. 1493 (17/10/62) y
ratificadas el 3 de noviembre de 1962.
Guatemala le solicitó al Secretario General de las Naciones Unidas U. Thant que fuese mediador en
la controversia con Inglaterra sobre Belice. U. Thant aceptó, pero los ingleses rechazaron la
mediación.
El hecho que Inglaterra, a como diera lugar, llevaría a Belice a la independencia dentro de la
mancomunidad británica, obligó al gobierno de Guatemala adoptar una política más agresiva, con el
objetivo de lograr el apoyo –concreto y definido– de los Estados Unidos. Para el efecto, Guatemala
tomó la decisión de pedir la intervención amistosa del Presidente de los Estados Unidos John F.
Kennedy en la disputa de Belice. El Ministro de Relaciones Exteriores, Jesús Unda Murillo le entregó
personalmente el memorándum al hermano del presidente, Robert R. Kennedy, Procurador de los
Estados Unidos. Este lo recibió y ofreció dárselo a su hermano el presidente, también se le entregó
copia del memorándum al Secretario de Estado quien se abstuvo de hacer ningún comentario. El
memorándum exponía los pasos a seguir para lograr un efectivo cambio del status de Belice y se
decía también, que con la amistosa intervención de los Estados Unidos podría resolverse el
problema. Decía además que en la forma sugerida por Guatemala se lograría la incorporación de
Belice a Guatemala y por ende a Centroamérica. En mi opinión, la iniciativa fue acertada con una
posición flexible tomando en consideración al pueblo beliceño y con la debida ofensiva de presión.
El 18 de marzo de 1963 se efectuó en San José de Costa Rica la reunión de los presidentes
centroamericanos con el presidente Kennedy para tratar el plan de la Alianza para el Progreso y el
presidente Ydígoras aprovechó la oportunidad para entregarle al presidente Kennedy otra copia del
memorándum y él le prometió estudiarlo con la debida atención. En el discurso de apertura de la
reunión Ydígoras Fuentes expuso punto por punto los planes que tenía Inglaterra de otorgarle
unilateralmente la independencia a Belice sin respetar los derechos de Guatemala sobre dicho
territorio. A los ingleses no les gustaron las “verdades” expresadas por el presidente Ydígoras por lo
que enviaron un memorial que dice: “
El Gobierno de su Majestad ha notado con pena la renovación reciente en declaraciones públicas
por dirigentes guatemaltecos, incluyendo el discurso de apertura de S.E. el Presidente General
Ydígoras Fuentes en la reunión de San José el 18 de marzo, sobre la reclamación guatemalteca en
relación con Honduras Británica. El gobierno de Su Majestad desea señalar que, como lo ha
declarado en ocasiones anteriores, no tiene dudas acerca de su soberanía sobre Honduras Británica.
Además, el futuro del territorio debe arreglarse de acuerdo con el pueblo de Honduras Británica,
cuyos representantes han aclarado su postura en numerosas ocasiones, incluyendo la reunión
tripartita sostenida en San Juan de Puerto Rico en abril de 1962. Foreign Office, Londres. 27 de
marzo de 1963”.
El 30 de marzo el coronel Enrique Peralta Azurdia asumió el gobierno como Jefe de Estado y
nombró al licenciado Alberto Herrarte G. como Ministro de Relaciones Exteriores. El nuevo Ministro
de Relaciones consideró que el asunto de mayor urgencia era la de determinar qué actitud tomaría
Guatemala si Inglaterra –como se lo había prometido a George Price– llevaba a cabo la conferencia
constitucional que otorgaría a Belice la independencia. El 1 de julio se envió una nota al Encargado
de Negocios inglés que dice:
“Señor Encargado de Negocios: Es público que a mediados del presente mes se iniciarán en
Londres conversaciones denominadas “constitucionales” entre miembros del Gobierno Británico y
delegados beliceños, con el fin, según se anuncia, de dar mayor autonomía al territorio de Belice.
Con este motivo y al dejar constancia una vez más de sus inalienables derechos sobre el territorio de
Belice, detentado en la actualidad por la Gran Bretaña, mi Gobierno desea reiterar que la Gran
Bretaña, después de haber reconocido categóricamente en Puerto Rico que Belice es un territorio en
disputa, no puede pretender resolver la controversia mediante la concesión unilateral de una
pretendida y supuesta independencia. …En tal virtud, si la Gran Bretaña persiste en su pretensión de
crear un nuevo Estado a expensas de una porción del territorio guatemalteco cuya separación
definitiva, en las actuales circunstancias, no podría menos que considerarse una secesión de su
propio territorio, mi país quedará en la más absoluta libertad de tomar –también unilateralmente– las
medidas que más convengan a sus intereses…”
(f) Alberto Herrarte G. “Ministro de Relaciones Exteriores de Guatemala”
En vista que Inglaterra estaba lista para darle a Belice un gobierno propio con mayor autonomía,
haciendo a un lado a Guatemala e introduciendo nuevos elementos en la disputa, el Consejo
Nacional de Belice le recomendó al gobierno que solicitase la mediación del gobierno de los Estados
Unidos para resolver la controversia sobre el territorio. El 1o. de julio el gobierno de Guatemala le
solicitó al gobierno de los Estados Unidos dicha mediación. El 10 del mismo mes el Doctor Carlos
García Bauer al presentar sus Cartas Credenciales como Embajador Extraordinario y
Plenipotenciario al Presidente John F. Kennedy se entrevistó con él y le habló ampliamente del
asunto de Belice e interesó a Kennedy a tal punto que tomó notas y pidió urgentemente información
al respecto. Al mes de la entrevista el gobierno de los Estados Unidos le comunicó al gobierno de
Guatemala que no podían aceptar la mediación, pero que sí estaban dispuestos a prestar sus
“buenos oficios” para que se reanudaran las pláticas entre Guatemala e Inglaterra.
Inglaterra celebró las pláticas constitucionales con los beliceños y le otorgó autogobierno a Belice a
partir del 1o. de enero de 1964. El 24 de julio de 1963 el coronel Peralta Azurdia lanzó una proclama
a la ciudadanía que entre otras cosas dice:
“Guatemala ha sido una víctima de la política colonialista británica. Durante largos años los ingleses
han conculcado nuestros derechos. El único título que para ello tiene es su poderío. Como
consecuencia, y ante la gravedad de los últimos actos y medidas del Gobierno británico, mi
Gobierno, habiendo oído al Consejo Nacional de Belice y en Junta de Gabinete, decidió romper
relaciones diplomáticas con un Gobierno que atenta y viola en forma flagrante los derechos
inalienables y la soberanía del país. Mi Gobierno está seguro de que, en estos momentos
trascendentales, en que se está afectando el decoro, la dignidad nacional y los intereses del país, el
pueblo de Guatemala hará frente único, con valentía y decisión, a cualquier otra medida que se vea
obligado a tomar, si en el curso de los acontecimientos la Gran Bretaña persiste en su actitud injusta
y opuesta a los principios del Derecho Internacional. He dicho. Guatemala, 24 de julio de 1963”.
Guatemala dejó un único consulado en Belice, a cargo del coronel Mauricio Dubois como Cónsul
General.
Por los buenos oficios del gobierno de los Estados Unidos en diciembre de 1963 se celebró en
Washington, D.C., en el Departamento de Estado, la conferencia de Plenipotenciarios de los
gobiernos de Guatemala e Inglaterra. Era la primera vez que se efectuaba una reunión de ese calibre
para resolver la controversia sobre Belice. Los guatemaltecos le dijeron a los ingleses que el único
propósito de la conferencia era lograr una solución política definitiva al problema de Belice, sin que
Guatemala renunciara a sus legítimos derechos sobre el territorio, ni su posición de reivindicar la
totalidad del mismo. También propusieron la solución al problema: una federación entre Belice y
Guatemala y como solución jurídica un arbitraje.
El 1 de enero de 1964 entró en vigor la nueva estructura gubernativa en Belice. Se optó por un
Gobierno Ministerial –exceptuando a los Ministerios de Relaciones Exteriores y Defensa– en
sustitución del Consejo Ejecutivo. Es decir, el Poder Ejecutivo continuaría asignado a la Reina de
Inglaterra, pero su ejercicio correspondería a un Gabinete presidido por el Primer Ministro (el
Gobernador de la Colonia no podía ser miembro del Gabinete) y los Ministros serían responsables
ante la Asamblea Legislativa y tendrían iniciativa de Ley. El Poder Legislativo se convirtió en una
Cámara de Representantes con 18 miembros electos por el pueblo y el Senado compuesto de 8
miembros electos así: 5 por el Primer Ministro, 2 por el Jefe de la Oposición al Gobierno y 1 miembro
seleccionado por el Gobernador. Los Ministerios de Relaciones Exteriores y de la Defensa serían
presididos e integrados por el Gobernador inglés de la Colonia. La Constitución de Belice fue
decretada por la Asamblea en diciembre de 1963 y entró en vigor en enero de 1964.
El 31 de enero de 1964 Inglaterra le respondió al gobierno de Guatemala diciendo que el
establecimiento de una federación entre Belice y Guatemala era una de las posibilidades que
podrían considerarse, pero era “condición esencial” que se aplicara el principio de
autodeterminación. Los ingleses insistieron también que en las reuniones participaran formalmente
los beliceños –comisión mixta o tripartita–. Guatemala mantuvo su posición las pláticas eran sólo
entre Guatemala e Inglaterra por ser parte de la disputa, en cuanto a la aplicación del principio de la
autodeterminación no era aplicable a Belice por ser un enclave colonial. George Price no aceptó la
propuesta de la federación y anunció a los cuatro puntos cardinales que el próximo paso de Belice
era la independencia total dentro de la Mancomunidad Británica de Naciones con su integridad
territorial intacta y sin ningún nexo político con Guatemala.
Tenían que ser los mexicanos para trastornar el orden de las negociaciones que se estaban
realizando porque en marzo México le reclamó al gobierno de los Estados Unidos que estuviese
prestando sus buenos oficios sin la participación mexicana teniendo ésta derechos históricos y
jurídicos sobre una parte del territorio de Belice. Guatemala categóricamente rechazó la intromisión
de los mexicanos por no ser México parte en la disputa.
En septiembre, Inglaterra envió a Guatemala, como su representante, a Sir Douglas Busk para tratar
que el gobierno guatemalteco recibiera a una delegación beliceña encabezada por George Price. El
gobierno de Guatemala rehusó recibir a los beliceños hasta que los ingleses dieran respuesta
concreta a las dos propuestas de solución a la controversia (federación y arbitraje) y también planteó
una tercera propuesta: Guatemala e Inglaterra conjuntamente solicitaría la mediación del Gobierno
de los Estados Unidos para solucionar la disputa.
El Gobernador de la colonia de Belice proclamó la disolución de la Asamblea Legislativa el 30 de
enero de 1965 y en febrero efectuó la convocatoria a elecciones para la Cámara de Representantes,
cumpliendo con lo acordado por Inglaterra para otorgarle a Belice un autogobierno. Las elecciones
se efectuaron en marzo ganando el PUP (Partido Unido del Pueblo) su líder George Price fue
juramentado por el gobernador inglés como Primer Ministro.
En mayo de ese año se celebró una reunión bilateral entre Guatemala e Inglaterra en Miami los
beliceños asistieron en calidad de observadores. Los ingleses rechazaron las propuestas de
federación y arbitraje pero aceptaron en principio, la propuesta de mediación porque los beliceños si
estaban de acuerdo con esa fórmula. Las pláticas se reanudaron en Londres en junio y se acordó
solicitar conjuntamente al gobierno de los Estados Unidos que actuara como mediador entre
Guatemala e Inglaterra, ambos países lo solicitaron formalmente en julio de ese año.
El 15 de septiembre de 1965 se emitió la Constitución de la República decretada por la Asamblea
Nacional Constituyente en las disposiciones transitorias y finales, dice:
Artículo 1. Se declara que Belice es parte del territorio de Guatemala. El Ejecutivo deberá realizar
todas las gestiones que tiendan a resolver su situación de conformidad con los intereses nacionales,
mientras tanto regirán las normas siguientes:

a) Para reconocer como guatemaltecos naturales a los originarios de Belice, éstos deberán hacer
opción expresa por la nacionalidad guatemalteca. En todo caso es potestativo del Ejecutivo otorgar
el reconocimiento; y
b) Se aplicarán, en cuanto a este territorio, las disposiciones constitucionales y legales relativas a las
fronteras de la República, así como de orden aduanero y migratorio, salvo las excepciones que
acuerde el Ejecutivo.

Guatemala después de tantos esfuerzos logró el 29 de septiembre de 1965 que el Gobierno de los
Estados Unidos aceptara la mediación de la controversia sobre el territorio de Belice entre
Guatemala e Inglaterra y nombrara como mediador al señor Bethuel M. Webster. El gobierno
guatemalteco dejó claramente señaladas las funciones y objetivos del mediador puntualizando que
para Guatemala el asunto de Belice era un problema territorial que no podía ceder ante el principio
de autodeterminación como lo querían dirigir los ingleses. El objetivo de la mediación era la solución
definitiva de la disputa por los gobiernos de Guatemala e Inglaterra tomando en cuenta los derechos
y la posición guatemalteca respecto a Belice. Se acordó con el mediador que todo el trámite de la
mediación sería considerado como confidencial y que ningún documento presentado por Inglaterra o
Guatemala sería dado a conocer públicamente sin el consentimiento del gobierno que lo hubiese
presentado y que las conclusiones de la mediación no serían publicadas sin el consentimiento del
mediador, de los guatemaltecos y de los ingleses, mientras estuviera en proceso la mediación.
El Subsecretario de Relaciones Exteriores de Inglaterra, Lord Walston, en su visita por
Centroamérica en enero de 1966 declaró que próximamente le otorgarían la independencia a Belice.
No tardó muchos días en verse el efecto de dicha declaración. Cuando llegó el mediador Webster
para entrevistarse con Price había una gran agitación popular promovida por Philip Goldson líder de
la oposición.
El 28 de enero de 1966 el mediador del gobierno de los Estados Unidos presentó un anteproyecto de
acuerdo (Autoridad de Asuntos Mutuos) que no mencionaba nada sobre la reclamación territorial,
sólo estaba diseñado para el desarrollo de áreas contiguas de Belice y el Petén. El gobierno de
Guatemala presentó una contrapropuesta que llamó “Bases para una posible solución de la disputa
sobre Belice”. En las Bases se fijaron claramente los parámetros:

1) que el gobierno de Inglaterra dejara de tener injerencia en los asuntos internos de Belice;
2) que el proceso constitucional para la independencia de Belice quedara en suspenso y que los
poderes que tienen los ingleses sobre dicho territorio pasarán inmediatamente a la Autoridad
Administradora (punto II de las Bases); y
3) que Guatemala, aunque tenga derechos sobre la totalidad del territorio de Belice, no hará valer
esos derechos mientras esté funcionando la Autoridad Administradora y no se produzcan los
resultados planificados (punto III de las Bases).

Los objetivos contemplados en las Bases eran:

1) resolver la disputa en forma que se concilien los derechos de soberanía de Guatemala sobre el
territorio de Belice con los intereses de la población y
2) resolver la vinculación política de Belice con Guatemala y con Centroamérica para que pueda ser
impulsado su desarrollo y a la vez se garantice la seguridad de su población.

Sobre esas bases, Guatemala e Inglaterra suscribirían un Acuerdo General. Se contemplaba en las
Bases que la defensa exterior de Belice estaría a cargo de Guatemala y las relaciones
internacionales corresponderían a la Autoridad Administradora en coordinación con Guatemala. La
Autoridad Administradora estaría integrada por 7 miembros, 3 por Guatemala, 3 por Belice y el
séptimo sería nombrado por los seis miembros o si no por la Organización de Estados
Centroamericanos (ODECA).
En junio de 1966 Guatemala protestó por la infidencia cometida con la publicación, en el “Belice
Billboard” (reproducida del “Daily Mirror” de Trinidad), de las propuestas del Mediador Webster. El
Primer Ministro de Belice, George Price, tuvo que declarar ante la Cámara de Representantes
negando la información, explicando que la mediación no había terminado y que sólo se había
sugerido una forma de desarrollo conjunto en el área del Petén y Belice. Hizo ver que Inglaterra
había prometido que no impondría ninguna solución que no fuese aceptada por el pueblo beliceño y
que ya sólo faltaba un paso para que le otorgara la independencia a Belice.
Philip Goldson con su agrupación CIVIC (Integración de Ciudadanos para que se oigan los Intereses
del País) y el partido de oposición NIP (Partido Nacional para la Independencia) organizaron
manifestaciones de protesta, con una sola consigna, ¡No a Guatemala, No a Centroamérica como
satélite de Guatemala! Las manifestaciones del 26, 27 y 28 de junio de 1966 generaron en disturbios
violentos que ocasionaron daños de consideración en el Consulado de Guatemala, en la Radio
Belize y en varias casas de altos funcionarios incluyendo la del Primer Ministro, George Price.
El 29 de junio de 1966 el gobierno de Guatemala emitió un boletín de prensa, dice:
“En vista de los recientes atentados cometidos por grupos irresponsables en la ciudad de Belice, que
causaron daños en el edificio del consulado General de Guatemala, el Gobierno de la República
presentó el día de ayer, por los canales diplomáticos correspondientes, enérgica protesta en contra
del Gobierno Británico, por la falta de protección a la Misión Consular Guatemalteca y su omisión en
tomar las medidas adecuadas para reprimir dichos desmanes, exigiendo plenas garantías a efecto
de que tales hechos no se repitan y que el Gobierno de Guatemala no se vea en la necesidad de
tomar medidas unilaterales”.
El Presidente Constitucional Julio César Méndez Montenegro (1 de julio de 1966 - 1970), tomó
posesión de su cargo y nombró al Licenciado Emilio Arenales Catalán como Ministro de Relaciones
Exteriores. El nuevo gobierno decidió continuar con el proceso de mediación. En julio se reunieron
en Nueva York las delegaciones guatemaltecas e inglesas con el Mediador Webster para discutir el
último texto del proyecto de éste. Los guatemaltecos aprovecharon la oportunidad para manifestarle
al mediador que los disturbios acaecidos en Belice, pudieron haber sido provocados por los mismos
ingleses para entorpecer la mediación. No se llegó a ningún acuerdo en cuanto a las relaciones
exteriores y a la defensa y seguridad, por lo que se suspendió la reunión y se programó que las
pláticas continuasen en el mes de septiembre.
Los diarios londinenses habían publicado en primera plana que se había vendido a Belice, y en
agosto de 1966, en la Cámara de los Comunes, se discutió acaloradamente la posición de George
Price: sus simpatías por Guatemala y las revelaciones hechas por el NIP (partido de la oposición) de
las propuestas secretas sobre Belice presentadas en la mediación. También unos miembros de la
Cámara trataron muy duramente a Guatemala, dijeron que el gobierno guatemalteco y la clase
dominante eran deshonestos y que existía una constante amenaza de invadir Belice, por parte de los
militares. El 15 de septiembre del mismo año, el gobernador colonial de Belice, señor Paul, presionó
a los políticos beliceños para que no participaran en la mediación y que responsabilizaran a
Guatemala por dicho rompimiento. A finales de septiembre (21 y 22) de 1966, se efectuó la reunión
entre los guatemaltecos, ingleses, beliceños y el Mediador Webster, no se llegó a ningún acuerdo. A
los dos meses se volvieron a reunir (22 y 23 de noviembre) con igual resultado pero con un evidente
cambio, la posición del mediador ya se había inclinado a favor de los ingleses, en el sentido que
Guatemala aceptara a un Belice independiente dentro de la Mancomunidad Británica. Al gobierno de
Guatemala no le quedó otro remedio, para evitar el rompimiento de la mediación, que suspender
temporalmente todo el procedimiento.
En diciembre se le envió una nota al Mediador Webster indicándole que el Presidente Constitucional
de Guatemala le pedía que no presentara ningún nuevo documento en la mediación hasta que el
gobierno de Guatemala estudiara los documentos presentados por Inglaterra en la última reunión.
Las reuniones con el mediador continuaron en enero de 1967, con resultados negativos. Los
ingleses seguían emperrados con la independencia de Belice dentro de su Mancomunidad e insistían
que no era decisión de ellos, sino la voluntad del pueblo beliceño.
En la Tercera Conferencia Interamericana Extraordinaria celebrada el 27 de febrero de 1967, se
suscribió el Protocolo de Reformas a la Carta de la Organización de los Estados Americanos (OEA),
“Protocolo de Buenos Aires”, en su artículo 8o., dice:
“El Consejo Permanente no formulará ninguna recomendación ni la Asamblea General tomará
decisión alguna sobre la solicitud de admisión presentada por una entidad política cuyo territorio esté
sujeto, total o parcialmente y con anterioridad a la fecha del 18 de diciembre de 1964, fijada por la
Primera Conferencia Interamericana Extraordinaria, a litigio o reclamación entre un país
extracontinental y uno o más Estados Miembros de la Organización, mientras no se haya puesto fin a
la controversia mediante procedimiento pacífico”.
Al año y medio de iniciado el procedimento de Mediación, al pueblo guatemalteco no se le había
informado sobre las gestiones que se estaban efectuando, debido a que se había acordado por
Guatemala e Inglaterra que las negociaciones deberían mantenerse confidenciales, en tanto no se
lograra una acuerdo definitivo. En cuanto se llegara a una solución al problema sobre Belice, el
gobierno de Guatemala lo daría a conocer, para que fuera sancionado por la voluntad soberana del
pueblo guatemalteco.
En julio de 1967 se celebró una reunión en Londres a nivel ministerial, el Ministro de Relaciones
Exteriores de Guatemala, licenciado Emilio Arenales Catalán y el Ministro de Relaciones exteriores
de Inglaterra, señor Brown acordaron en principio, un proyecto de tratado de 18 puntos.
Prácticamente se reconocía la independencia de Belice y lo único favorable para Guatemala era la
unión aduanera, el uso de puertos libres y de dar acceso al mar a departamento del Petén por ciertas
rutas aprobadas por los ingleses. Guatemala ayudaría a Belice en la conducción de sus relaciones
internacionales – sujeta a arreglos previos ente Guatemala y Belice– y en cuanto a la defensa
exterior de Belice también estaría sujeta a una coordinación especial. El gobierno de Guatemala
emitió un comunicado de prensa, que entre otras cosas dice:
“Dado que los términos de referencia de la Mediación imponen la confidencialidad sobre su
contenido, ni el Gobierno de Guatemala ni el del Reino Unido pueden informar todavía sobre el
resultado de las negociaciones de Londres. Ese resultado será transmitido por ambos Gobiernos al
Mediador para su consideración y para que pueda formular nuevas recomendaciones susceptibles
de aceptación por las partes. Guatemala, por su parte, presentará sus argumentos al mediador. No
obstante la confidencialidad de la mediación, es propósito del Gobierno de Guatemala que toda la
cuestión de Belice sea sometida a pública discusión en su debida oportunidad y antes de que la
cuestión sea definitivamente zanjada por un tratado obligatorio entre las partes.
Parece conveniente recordar a la opinión pública que el problema de Belice ha llegado a revestir una
especial complejidad, cristalizando nuevos aspectos de dificultad, todo lo cual ha obligado a los
distintos Gobiernos de Guatemala a una paulatina evolución del enfoque político de la cuestión. Sin
embargo, el Gobierno de la República mantiene su preocupación por encontrar una solución justa y
equitativa, acorde con el bienestar y el progreso de los habitantes de Belice, y susceptible de ser
sancionada por la voluntad soberana del pueblo guatemalteco. Guatemala, 5 de agosto de 1967”.
El 9 y 10 de agosto se reunieron en Guatemala los delegados ingleses y guatemaltecos para discutir
los asuntos pendientes del proyecto del tratado acordado en Londres hacía menos de un mes y que
sería firmado en Nueva York en septiembre. A principios de septiembre la prensa inglesa, que se
había enterado del proyecto de tratado, público una serie de artículos que causaron gran revuelo,
decían que de acuerdo al tratado, Inglaterra vendería a Belice ingresar a la mancomunidad Británica
de Naciones y que compartiría la defensa y las relaciones internacionales con Guatemala. Acusaban
a los Estados Unidos de presionar en Inglaterra para concluir dicho arreglo secreto con Guatemala,
también decían en las publicaciones que Philip Goldson del partido de la oposición NIP (National
Independence Party) acusaba a George Price, Primer Ministro beliceño, de ser un agente secreto de
Guatemala para venderle Belice. Más adelante, otros diarios londineses publicaron, en grandes
titulares, que el pueblo beliceño estaba muy temeroso de su futuro porque Inglaterra quería ceder el
territorio de Belice a Guatemala.
En la reunión del 9 y 10 de noviembre en Nueva York. Al mediador se le informó sobre la reunión de
ministros celebraba en Londres en julio y del proyecto de tratado que se había acordado entre
Guatemala e Inglaterra. El mediador sorpresivamente manifestó no estar de acuerdo que Guatemala
representara internacionalmente a Belice, ya que seria un estado independiente. Los Guatemaltecos
se opusieron enérgicamente a que el mediador Webster perjudicara nuevamente el acuerdo -básico
para el arreglo definitvo- al que habían llegado los Ministros Arenales Catalán y Brown, de
Guatemala e Inglaterra respectivamente. El delejado guatemalteco protesto y le manifestó al
Mediador Webster que se había inclinado totalmente en favor de los beliceños y, volvió a repetir que
Guatemala no aceptaría la independencia de Belice, a menos de que fuera como parte de un arreglo
muy claro y correcto.
Hubo otra reunión con el Mediador, los días 21 y 22 de noviembre para tratar los mecanismos
relacionados con la defensa. Los ingleses insistieron en excluir el Tratado lo referente a la defensa,
sustituyendolo por una Nota de Intención para el futuro. Guatemala insistió que los detalles, métodos
y procedimientos relativos a la defensa deberían ser acordados, por formar parte del cuerpo del
tratado, y en que la permanencia de las tropas inglesas en el territorio de Belice y su sustitución por
guatemaltecas debería ser un proceso gradual. Se le hizo ver al Mediador Webster que los cambios
que pretendían los ingleses, no estaban contenidos en lo acordado en Londres en julio del mismo
año.
En la tercera conferencia interamericana extraordinaria celebrada en Buenos Aires, Argentina en
1967, se suscribió el protocolo de la reformas a la carta de la organización de los Estados
Americanos (Protocolo de Buenos Aires), el articulo 8o., quedó así:
“El consejo permanente no formulará ninguna recomendación ni la Asamblea general tomará
decisión alguna sobre la solicitud de admisión presentada por una entidad política cuyo territorio esté
sujeto, total o parcialmente y con anterioridad a la fecha del 18 de diciembre de 1964, fijada por la
Primera Conferencia Interamericana Extraordinaria, o litigio o reclamación entre un país
extracontinental y uno o más Estados Miembros de la organización, mientras no se haya puesto fin a
la controversia mediante procedimiento pacífico".
Guatemala firmó y ratificó dicho protocolo de reformas a la carta de la Organización de los Estados
Americanos(OEA).
Después de que Inglaterra otorgó el autogobierno a Belice, el primer Ministro, George Price (PUP),
inicio una agresiva política económica para diversificar la producción, que dependía en un 85% de la
industria maderera y, en menor escala, De la industria chiclera. En Corozal, región norteña del
territorio, el gobierno de Price vendió 6000 Hectáreas (133 caballerías) a la compañía inglesa Tate &
Line (Belice Sugar Industries) para instalar un complejo agro industrial azucarero. También vendió en
el sur de Belice a la compañía Suiza Nestlé (Belice Food Products) gran extensión de terreno para
procesar cítricos.
Con la ayuda financiera fortaleció la producción bananera e impulsó la industria pesquera.
El 18 de abril de 1968 el gobierno de los Estados Unidos entregó a Guatemala y a Inglaterra el
Proyecto de Tratado propuesto por el Mediador Webster, e indicó que creía haber cumplido con la
mediación.
Manifestó también, que el Mediador continuaría a disposición de los guatemaltecos y de los ingleses,
en caso quisieran hacer consultas sobre el Tratado. El proyecto contenía 17 artículos, así:

1. Inglaterra concedería a Belice su independencia, en una fecha que no sería más tarde del 31 de
diciembre de 1970.
2. derechos de tránsito para los productos de exportación entre los dos estados y que los productos
importados a través de un estado para el otro, estarían exentos de tarifas, derechos, impuestos y
otros.
3. Puertos libres en ambos países;
4. Libertad de tránsito, y derechos relativos a las personas y a las propiedades de ambos países.
5. Construcción de una vía de comunicación entre Guatemala y Belice con fondos aportados en
Inglaterra.
6. A los Títulos, Certificados, y Diplomas Académicos se les dará el mismo valor y serán reconocidos
por ambos estados y se arreglarán intercambios educativos.
7. Intercambio y utilización de conocimientos científicos y técnicos, así como el inicio conjunto de
programas relativos a los recursos culturales y científicos, uso y mejora de su tierra, manejo y
protección de cuencas, protección de la flora y fauna silvestre, nutrición y salubridad.
8. Libre circulación de toda clase de vehículos ( con excepción de los militares ) terrestres, acuáticos
y aéreos.
9. El establecimiento de la autoridad, con el propósito de cumplir las funciones de los artículos 2 do. y
3ro.., y la promulgación de una legislación adecuada y reglamentada, además la composición y
funcionamiento de la comisión que se crearía como una autoridad política común.
10. Condicionado por Inglaterra, Belice se integraría a la comunidad económica centroamericana y
su adhesión a las instituciones y tratados regionales;
11. documentos emitidos en ambos estados no requerían autenticación para ser emitidos ante
tribunales y autoridades competentes.
12. Cooperación y consultas en el campo de los servicios de la policías en asuntos de seguridad
interna.
13. Las relaciones internacionales de Belice quedaban completamente a su arbitrio, quedando
sujetos a un arreglo con Belice con posteridad al 31 de diciembre de 1970.
14. Se concluirían los arreglos relativos al a defensa externa de Belice. Después del 31 de diciembre
de 1970.
15. Cómo resolver las discrepancias en la aplicación e interpretación del tratado.
16. la disputa sobre Belice entre Guatemala e Inglaterra honorable y finalmente resuelta,
consecuentemente, al mediación por el Gobierno de los Estados Unidos ha concluido.
17. La ratificación del tratado se haría en Washington, D.C. a la mayor brevedad posible y entraría en
vigor en la fecha de la ratificación, siempre y cuando, fuese aceptado por Belice.

El Proyecto de Tratado del mediador Webster partió sobre la base del reconocimiento de la
independencia del Belice, sin tomar en consideración los derechos de Guatemala sobre le territorio.
En mi criterio, George Price (PUP), había presionado el Mediador en relación a la urgencia de la
independencia, que era la meta de su partido, aunque el partido de la oposición NIP encabezado por
Philip Goldson se oponía porque consideraba que Belice no estaba preparada para ser
independientes y era más conveniente seguir siendo una dentro de la Mancomunidad Británica.
El Proyecto de Tratado, antes de que fuese analizado por el gobierno de Guatemala. fue rechazado
por el gobierno de Inglaterra con el pretexto de que había sido aceptado por Belice. también
Guatemala lo rechazó y el 20 de septiembre de 1968, el Gobierno de los Estados Unidos dio por
terminada su función de Mediador. Tanto Guatemala como Inglaterra estaban de acuerdo en que la
Mediación continuará y que sostendrían negociaciones en el futuro cercano para tratar de encontrar
una solución definitiva ala controversia.
Se celebró una reunión en Nueva York el 5 y 6 de marzo de 1969 y los ingleses ofrecieron a los
guatemaltecos 2 millones de libras esterlinas para la construcción de un camino, a cambio de
resolver en definitiva la disputa, Guatemala rechazo la propuesta.
El 16 de septiembre de 1969 el Ministro de Relaciones Exteriores de Guatemala, Doctor Alberto
Fuentes Mohr inauguró el XXIV Período Ordinario de SEsiones de la Asamblea General de las
Naciones Unidas y en su discurso, en relación al problema nacional de la reclamación de Belice, dijo:
“... En tal virtud, en el plano internacional (Guatemala) conserva su postura tradicional de respeto a
las normas de juricidad y propicia el mantenimiento de las mejores relaciones con las demás
naciones del mundo. Si bien existe una controversia con el Reino Unido sobre el territorio de Belice,
y que reiteramos nuestra postura de afirmación de nuestro derechos sobre el mismo, fieles a nuestra
tesis de convivencia internacional. seguimos dispuestos a considerar posibles acuerdos que pongan
término a esa diferencia y garanticen el bienestar y la seguridad de los habitantes de Belice. Eso sí,
consideramos indispensable encontrar una actitud de reciprocidad y de respeto a nuestra posición”.
En esa época el partido unido del pueblo (PUP) de George Price, recibió una fuerte injección de
miembros provenientes de la Asociación de Negros para el desarrollo (UBAD), que impulsaba un
movimiento radical entre los negros y desempleados de la ciudad, y logran alcanzar cierto apoyo
entre los sindicatos. Entre los líderes de ese movimiento estaban Said, Musa, Leslie, Shoman,
Courtenay y otros; economistas y de la Universidad de las Indias Occidentales.
Una reunión en Nueva York que se llevó a cabo el 12 y 13 de marzo de 1970 , a nivel ministerial, con
participación de delegados beliceños. Los ingleses presentaron dos proyectos de tratado. El primero,
de Cooperación y el segundo de Reconocimiento de Fronteras de Belice. Los guatemaltecos
manifestaron que el tratado de cooperación debía ser mas detallado y que debería haber una
autoridad conjunta encargada de la planificación y ejecución de planes de desarrollo.
El 1 de de julio de 1970, tomó posesión de la Presidencia el Coronel Carlos Arana Osorio (1970-
1974), quién nombró el doctor Roberto Herrera Ibarguen Ministro de Relaciones Exteriores. Las
negociaciones continuaron así:
El 10 y 11 de septiembre de 1970, reunión en Nueva Orleans en donde se discutió el tratado de
cooperación, los ingleses seguían encontrandole problemas.
El 26 y 27 de septiembre, se reúnen los ministros de Relaciones Exteriores de Guatemala e
Inglaterra, conjuntamente con delegados beliceños, en Washington, D.C. George Price informó que
Belice iba definitivamente hacia la independencia, pero quiere ser el sexto Estado de Centro
América; y que prefería dejar la cooperación económica para después de la independencia.
El 16 y 17 de octubre, se reunieron en Ocho Ríos, Jamaica, guatemaltecos, ingleses, y beliceños. Se
discutieron: a) funcionamiento del Mercomún; b)problemas económicos beliceños, y c) el tratado de
cooperación.
El 13 y 14 de noviembre, se reunieron en Freeport, Jamaica, guatemaltecos, ingleses, y beliceños.
Guatemal presentó un proyecto de tratado referente a la cooperación económica, dejando por un
lado lo referente a relaciones exteriores y defensa. Los beliceños dijeron que el proyecto de
Guatemala iba demasiado lejos: el libre comercio sería progresivo; la equiparación arancelaría sería
la meta a largo plazo y siempre que pudiera conciliarse con la participación de Belice en Carifta y
que la participación de Belice en el sistema centroamericano se limitaría a algunos de los
organismos de integración.
El 30 y31 de marzo de 1971 se reunieron en San Francisco, California, las delegaciones de
Guatemala, Inglaterra y Belice. Los ingleses entregaron un proyecto de tratado de Cooperación
elaborado por los Belice .
El proyecto beliceño solo contenía ventajas para Belice y había perdido de vista el objetivo
primordial, que era resolver, mediante medidas económicas, la disputa territorial.
El doctor Roberto Herrera Ibarguen, Ministro de Relaciones Exteriores, en su discurso pronunciado el
30 de septiembre de 1971 ante la Asamblea General de las Naciones Unidas en su XXVI Período
Ordinario de Sesiones, expuso el estado en que se encontraba la controversia de Belice:
"En otra resolución adoptada unánimemente el Parlamento Centroamericano declaró que el territorio
de Belice histórica y geográficamente es parte integrante de Guatemala y por ende de
Centroamérica y que por lo mismo los destinos de ese territorio interesan a toda la Comunidad
CEntroamericana y que en ejercicio de la soberanía con que está investido dicho Parlamento, reitera
el apoyo de todos los pueblos centroamericanos con la posición guatemalteca con respecto a Belice.
Insta por último el Parlamento a los Gobiernos a que se nieguen a reconocer cualquier cambio del
status jurídico - político de Belice, mientras no se resuelva dicha reclamación.
"Guatemala mantiene una antigua disputa sobre el territorio con el Reino Unido de Gran Bretaña e
Irlanda del Norte y ha hecho toda esta controversia tomando en cuenta los fundamentos innegables
de su reclamación y al mismo tiempo los intereses primordiales de la población beliceña que están
en Centroamérica."
"Mi Gobierno desea dejar constancia de que seguirá promoviendo la solución adecuada y justa para
todas las partes en esta controversia, pero desea declarar que aunque manifiesta su decisión de
apoyo al pueblo beliceño en su lucha por liberarse del domin io colonial, se opondrá a todo cambio
en su status jurídico - político sin que antes se resuelva en forma total el problema de los derechos
de Guatemala".
A finales de septiembre de 1971, se reunieron en Nueva York el Ministro de Relaciones Exteriores,
Doctor Roberto Herrera Ibargüen y el Primer Ministro de Belice, George Price. Guatemala rechazó la
propuesta beliceña presentada en la última reunión en San Francisco, California. El 13 y 14 de
octubre, tuvo lugar otra reunión de guatemaltecos e ingleses en Washington, D. C., la delegación
inglesa reafirmó que la independencia de Belice era una "necesidad inevitable" y trataron de
reencauzar las negociaciones sobre el paquete de dos Tratados (Cooperación y Reconocimiento de
fronteras). Los ingleses indicaron que la afiliación de Belice al Mercado Común Centroamericano
sería el precio que los beliceños pagarían por su independencia.
La prensa difundió el 27 de enero de 1972 la noticia emanada del Ministerio de la Defensa de
Inglaterra, del envío con destino a Belice del portaviones "Ark Royal" (la unidad más importante de
su tipo de la armada inglesa) juntamente con el destructor "London", custodiados por dos fragatas,
más un batallón de granaderos de la Reina y que antes de febrero habrían 3000 soldados en la
colonia de Belice. La explicación que dieron los ingleses fue de un simple ejercicio de
adiestramiento. El Congreso de la República resolvió:

Primero: Condenar con toda energía las demostraciones de fuerza que usa Inglaterra para dirimir la
controversia sostenida por Guatemala en forma pacífica, en la reclamación centenaria de una parte
de su territorio; que usurpaba una potencia extracontinental.
Segundo: Pedir a todos los Congresos de Centroamérica para que se pronuncien rechazando el
incalificable atropello que se hace a la soberanía y dignidad de nuestros Estados.
Tercero: Instar al Organismo Ejecutivo para que dicte las medidas más adecuadas y urgentes en
defensa de la soberanía de nuestro país seriamente amenazado, para cyo caso el Congreso de la
República, puede considerar el incumplimiento del inciso 6o. del artículo 170 de la Constitución de la
República.

México ante la OEA en 1972 volvió a reiterar sus derechos sobre Belice, el Viceministro de
Relaciones Exteriores de Guatemala, Ingeniero Alfredo Obiols, recordó a los mexicanos lo que había
dicho su Presidente Luis Echeverría; "Es más interesante la amistad de Guatemala que una
reclamación territorial y la expansión de México".
El 18 de febrero de 1972 en Buenos Aires, Argentina, los Ministros de Relaciones Exteriores de
Guatemala y Argentina suscribieron una Declaración Conjunta que en el punto X dice así:
"X. Al considerar nuevamente la situación de los territorios de las Islas Malvinas y Belice insisten en
la necesidad de que se llegue a un arreglo definitivo que respete la unidad nacional y la territorial de
los Estados, y reiteran su confianza en los medios pacíficos para la solución de controversias
internacionales propiciados por las Naciones Unidas".
El 10 de marzo de 1972 se reunieron los Ministros de Relaciones Exteriores de Guatemala e
Inglaterra en Washington, D.C. Los guatemaltecos informaron a los ingleses que si no retiraban las
tropas enviadas a Belice, las negociaciones no podrían continuar. Guatemala advirtió que tendría
que tomar medidas militares si Inglaterra le otorgaba, a espaldas de Guatemala , la independencia
de Belice. Los ingleses insistieron en que debía seguir negociando, a lo que los guatemaltecos
manifestaron que no lo harían a menos que se restableciera el statu-quo militar en Belice. El ministro
Herrera Ibargüen pidió al ministro Goldber que retirara el fuerte contingente de tropas que habían
enviado al territorio guatemalteco de Belice, que constituía un acto de agresión a Guatemala y una
amenaza para el Hemisferio. Ante la negativa de Inglaterra, el gobierno de Guatemala decidió
suspender las negociaciones que venían efectuándose para solucionar la controversia.
El 28 de julio de 1973 se reunieron nuevamente los Ministros de Relaciones Exteriores de
Guatemala e Inglaterra. El ministro Herrera Ibargüen manifestó que creía tener una fórmula de
arreglo al problema, pero que no podía discutirlo antes de las elecciones presidenciales que se
efectuarían en marzo de 1974. Cualquier discusión antes de eso sería peligrosa por las reacciones
de la opinión pública en Guatemala. Después de las elecciones podría haber negociaciones
formales. Antes de esto, dijo el Ministro de Relaciones Exteriores, Guatemala no levantará un dedo
sobre esta cuestión. Si se suscita en las Naciones Unidas, cerramos un ojo y un oído; entretanto,
añadió, pediré a nuestros amigos que nos ayuden para que esto asunto no se suscite, pese a los
deseos de Guayana y Jamaica. Los ingleses insistieron que se les diera en privado una idea de cuál
era la fórmula de arreglo que propondría Guatemala, pero no se le informó nada al respecto.
Inglaterra ofreció hacer posible para que el asunto no surgiera en las Naciones Unidas.
El 1 de julio de 1974 tomó posesión como Presidente Constitucional el General Kjell Eugenio
Laugerud García (1974-1978). El nuevo ministro de relaciones exteriores, Doctor Adolfo Molina
Orantes, nuevamente formuló la reclamación guatemalteca sobre el territorio de Belice y la voluntad
del gobierno de Guatemala de reanudar las negociaciones con Inglaterra para solucionar al disputa
Durante 1974 no se efectuó ninguna negociación.
El partido de la Unión Democrática (UDP) de Belice, se formó en 1974 para enfrentar al Partido
Unión del Pueblo (PUP), cuyo líder era el primer Ministro George Price, en el proceso electoral de
ese año que habría de significar el control de autogobierno dicho partido surgió de la integración de
varios partidos políticos conservadores: el Partido de la Nacional para la Independencia (NIP), de
Philip Goldson; el Movimiento Democrático del Pueblo (PDM) y el Partido Liberal (PL). El liderato del
UDP fue confiado a Dean Lindo, que fue derrotado en las elecciones, sólo obtuvieron 18 curules en
la Asamblea.
En 1974, el comité Jurídico Interamericano, cuerpo consultivo de la Organización de los Estados
Americanos (OEA), en relación al “Colonialismo Territorial en América” emitió una resolución que
dice en los siguiente puntos:
“ 3. Preocupado porque en tierras de América todavía se conservan territorios ocupados por
potencias extranjeras, no obstante las reiteradas reclamaciones de Estados Latinoamericanos que
exigen su devolución por constituir parte integrante de sus territorios nacionales;
“4. Convencido de que el principio de autodeterminación popular proclamado por las Naciones
Unidas no puede invocarse para provocar la secesión de territorios cuya restauración de soberanía
reclama algún estado americano; lo cual no mengua el derecho de los habitantes de dichos
territorios a que se salva guarden y garanticen en todo caso sus derechos e intereses
fundamentales, sin ninguna discriminación, así como su participación en el gobierno y en la
administración pública;
“5. Conociendo en especial las reclamaciones que la República Argentina y la República de
Guatemala sostienen contra el Reino Unido de la Gran Bretaña e Irlanda del Norte por la soberanía
de los territorios de las Malvinas y Belice, respectivamente, ocupados por el Reino Unido;
“6. Preocupado porque estas situaciones y otras de carácter colonial o de sujección de territorios a
determinadas potencias extranjeras puedan constituir una amenaza a la paz y a la seguridad del
continente, además de que alzan como verdaderos obstáculos socioeconómicos para el proceso de
desarrollo integral de los países afectados; etc.

En consecuencia, el Comité Jurídico Interamericano:

“ 1.) Decide continuar el estudio de las situaciones de los territorios no autónomos y de las
situaciones coloniales y neo-coloniales en América, y ofrece su máxima cooperación a la Asamblea
General de la OEA a fin de contribuir a la más pronta eliminación de todas esas formas de
dependencia; y
“2.) Solicita a la Asamblea General de la OEA que considere nuevamente el problema de los
territorios ocupados en el continente americanos, con miras a su pronta solución.

Para tales fines se sugieren, entre otras, las siguientes medidas:

“ a.) Que la Asamblea de la OEA designe una Comisión especial de composición reducida para que,
informándose del estado actual de las reclamaciones, se encargue, con la urgencia que el caso
demanda, de aconsejar los medios y las soluciones que conduzcan a la abolición a corto plazo, tanto
del colonialismo como del neocolonialismo y de la usurpación de territorios por estados extranjeros,
en el continente americano;
“ b.) Promover una acción solidaria de los estados americanos dentro de los órganos de las
Naciones Unidas a fin de que se intensifiquen las medidas tendientes a poner fin al colonialismo, al
neocolonialismo y a la existencia de territorios ocupados en el Continente americano.”

El gobierno de Belice había iniciado una activa y agresiva política exterior diseñada y ejecutada por
Musa, Leslie, Courtenay y Shoman -exmiembros de la Asociación de Negro Unidos para el desarrollo
UBAD- puntuales del Partido Unido del Pueblo (PUP), para desarmar diplomáticamente las
reclamaciones de Guatemala, por supuesto con el consentimiento de Inglaterra.
Los delegados beliceños se reunieron con todos, o casi todos, los líderes de las nuevas naciones
africanas (ex colonias francesas, belgas e inglesas ), Organización de Unidad Africana (OUA) y con
las pequeñas naciones de habla inglesa del Caribe para solicitarles su apoyo.
En 1974 se celebró en Lima, Perú la Conferencia de las Países No-Alineados, Guatemala asistió
como país latinoamericano invitado por Perú El Primer Ministro de Belice, George Price, fue invitado
a participar y expuso el deseo del pueblo beliceño de independizarse de Inglaterra dentro de la
Mancomunidad Británica de naciones. son su integridad territorial intacta a sin ninguna atadura con
Guatemala. Price pidió la solidaridad de más de ciento veinticinco países miembros de Naciones
Unidas para la causa de los beliceños. Guatemala protestó por la inclusión de Belice en los debates.
Belice venía utilizando como punta de lanza, ante los países no alineados y ante la Mancomunidad
Británica de Naciones, a dos grupos del Caribe: CARIFTA (Caribbean Free Trade Association) y
CARICOM (Caribbean Community) para que los países miembros presionaran en las Naciones
Unidas y a Inglaterra para que le otorgaran la independencia y su integridad territorial.
En 1975, el gobierno de Belice estableció en Nueva York una agencia llamada “Oficina del
representante del Belice” para solicitar ayuda a todos los países por la causa de Belice.
En febrero de 1975 se reiniciaron las negociaciones en Nueva York, el Doctor Luis Aycinena Salazar
quien presidía la delegación guatemalteca expuso lo siguiente:
"la preocupación del Gobierno de Guatemala ante la situación conflictiva, potencial pero inminente en
el Golofo de Honduras, concretamente la Bahía de Amatique, Punta de Manabique, Punta Gorda,
Punta Ycacos, Punta Negra, Monkey River y cayos aledaños, los cuales están más cerca de las
costas de Guatemala que de las de Belice". Agregó, "Guatemala no podrá compartir nunca dicha
zona, porque ellos significa no sólo encerrarla (a Guatemala), bloquerla prácticamente, sino que
significaría también crear una fuente permanente de asperezas, de roces y de problemas de todo
tipo. También acarrearía problemas: de Mar Territorial, de Plataforma Submarina (pesca, navegación
y explotación de recursos), problemas de simple salida al mar para Guatemala, pero
fundamentalmente, problemas de seguridad y defensa territorial".
Finalmente dijo: "El problema era vital e irrenunciable para Guatemala, y no podría ser negociable,
porque de ello podría depender, en un momento dado, la propia integridad de la Nación". Manifestó
categóricamente que, era necesario un arreglo territorial como un requisito "sine qua non", como
punto básico de los otros arreglos.
Las conversaciones continuaron en Nueva York en abril de 1975, y en julio y agosto en Nueva
Orleans. Se plantearon varias fórmula de arreglo de la controversia, en el entendido de que cualquier
solución debería tener en cuenta los intereses de Guatemala y de la población beliceña. Se acordó
preparar un proyecto de convenio entre Guatemala e Inglaterra, en el cual se incluirían todos los
acuerdos alcanzados por los guatemaltecos y los ingleses en las negociaciones.
El Ministro de Relaciones Exteriores, Doctor Adolfo Molina Orantes, en el debate general del XXX
Período Ordinario de Sesiones de la Asamblea General de las Naciones Unidas, el 2 de octubre de
1975, pronunció un discurso, y entre otras cosas dijo:
“…La libre determinación de los pueblos es un principio cardinal de las Naciones Unidas que se ha
venido aplicando para liberar a naciones sojuzgadas de los nexos de vasallaje que las ataban a las
potencias colonizadoras. Pero tal principio nunca puede aplicarse, conforme a la propia ley de las
Naciones Unidas, en los casos de territorios que forman parte integrante de un Estado y son objeto
de ocupación violenta por otro Estado que los puebla con extraños que sojuzgan o suplantan a la
población autóctona, porque ello conduciría a autorizar las desmembraciones de territorios que
pertenecen a una nación y son usurpados por otra.
Esas situaciones de fuerza que estrangulan los territorios nacionales de los Estados únicamente
pueden encontrar solución pacífica y permanente a través de los medios jurídicos previstos por el
Derecho Internacional. Este es el camino que el pueblo y Gobierno de Guatemala desean y esperan
que conduzca a solucionar su secular reclamación contra el Reino Unido de la Gran Bretaña
respecto al territorio de Belice sobre bases de justicia y equidad que eviten las fricciones resultantes
de la indignación de un pueblo ante la pertinaz resistencia a reconocer sus legítimos derechos sobre
su integridad territorial y la indivisibilidad de su soberanía."
A mediados de octubre de 1975, Inglaterra envió fuerzas militares de tierra, mar y aire a Belice,
aduciendo supuestas amenazas de Guatemala, pero no se produjo ningún incidente armado.
Guatemala había continuado con el plan de becas a los beliceños para estudiar en el país,
habiéndose logrado que un regular número de ellos se inscribiera en la Universidad de San Carlos y
en otros centros educativos.
El 9 de noviembre, el Consejo Electoral de Guatemala aprobó la incorporación del 24o. Distrito
Electoral, Belice, al sistema electoral vigente en el país. La resolución respectiva contemplaba que
fuera incluida en la nueva ley electoral, cuyo anteproyecto se estaba finalizando.
El 8 de diciembre de 1975, en Resolución 3432 (XXX) la Asamblea General de las Naciones Unidas,
aprobó el proyecto presentado por Trinidad y Tobago, Inglaterra y otros 62 países, en el cual
reafirmaban el derecho inalienable del pueblo de Belice a la libre determinación y a la independencia
y que la inviolabilidad e integridad del territorio de Belice deberán ser protegidos.
La Resolución fue aprobada así:
A favor 110 países
Abstenciones 16 países (entre ellos México)
En contra 9 países (Costa Rica, El Salvador, Honduras, Marruecos, Nicaragua, Panamá, Paraguay,
República Dominicana y Uruguay)
En un comunicado el gobierno de Guatemala declaró que:
“Guatemala se reserva el derecho de aceptar o rechazar cualquier Resolución proveniente de la
Asamblea General de las Naciones Unidas. Es más, tal como lo hemos hecho en anteriores
oportunidades Guatemala no aceptaría jamás cualquier intromisión de las Naciones Unidas en los
asuntos internos de nuestro país, máxime cuando el problema es por un territorio cuya devolución
está en pláticas con la potencia que lo detenta. El gobierno de Guatemala no está dispuesto a
aceptar una independencia unilateral del territorial de Belice por parte de Gran Bretaña e Irlanda del
Norte”.
El Presidente Laugerud García, durante su visita a la ciudad de Melchor de Mencos, Petén, reafirmó
los derechos sobre el territorio de Belice y la unidad de los guatemaltecos “los problemas de los
guatemaltecos no son los beliceños, sino son los usurpadores ingleses que pretenden despojarnos
de una parte de nuestro territorio. "Nosotros no vamos a ser como los ingleses con Belice, que lo ha
depredado y que lo siguen engañando con una falsa independencia. Como estamos demostrando
nuestra unidad y esa férrea determinación del chapín de no temer a Inglaterra, hemos buscado los
caminos pacíficos y los seguiremos buscando, pero que no crean los ingleses que por haber
buscado esos caminos pacíficos, con sus acciones no nos obliguen a empuñar el fusil y el
machete, porque los sabremos empuñar”.
En 1976, el Congreso de la República emitió el Decreto No 20-76, que dice:
“Guatemala reitera su soberanía, más allá de su territorio y de sus aguas interiores, a una franja
adyacente a sus costas designadas con el nombre de Mar Territorial, el cual tiene una extensión de
doce millas marinas (el subrayados es mío), medidas a partir de la línea de base respectiva. Dicha
soberanía se extiende al espacio aéreo situado sobre el Mar Territorial así como al lecho y al
subsuelo de ese mar”.
En ese mismo año, Guatemala también constituyó la Zona Económica Exclusiva, estableciendo un
área que se extiende 200 millas marinas (Una milla marina equivale a 1,853 metros) contadas a
partir de la línea base desde la cual se mide la anchura del Mar Territorial.
Se reanudaron las negociaciones con Inglaterra y la primera reunión de Guatemala e Inglaterra, que
incluyó a Belice. La delegación guatemalteca fue presidida por el Ministro de Relaciones Exteriores,
Doctor Adolfo Molina Orantes, la delegación inglesa la encabezó el Ministro Ted Rowlands, lo
acompañaba el Primer Ministro de Belice, George Price.
La delegación inglesa propuso concretamente siete puntos:

1. Acceso garantizado al alta mar a través de aguas territoriales guatemaltecas.


2. Limitación al derecho de Belice para disponer acuerdos militares con terceros países que pudieran
incluir aspectos de preocupación (guatemalteca) respecto de la seguridad exterior.
3. Intercambio de información sobre cuestiones de seguridad, por medio de un Consejo de Defensa
Conjunto.
4. Acceso de Guatemala a los puertos de Belice en términos no menos favorables que para los
nacionales de Belice.
5. La promesa de que Belice participaría en el Tratado de Río (TIAR).
6. Consultas conjuntas e intercambio de información sobre asuntos de interés mutuo en el campo de
la política exterior.
7. Cooperación económica, incluyendo el restablecimiento de un fondo de desarrollo, para el cual el
Reino Unido haría una contribución substancial, a fin de disponer proyectos de desarrollo conjunto
que beneficiarían a ambos países.
La segunda ronda ministerial se realizó en la ciudad de Panamá en septiembre de 1976, los ingleses
volvieron a incluir a los beliceños dentro de su delegación, los señores: Assad Shoman, Rafael
Fonseca y Santiago Perdomo. Se acordaron en principio los siguientes puntos:

1. Guatemala e Inglaterra reconocerían la independencia de Belice.


2. Las Partes Contratantes velarán por la integridad territorial de Belice y sus ejército podrán penetrar
en territorio beliceño a petición del gobierno de Belice.
3. Se establece un Consejo Conjunto de Defensa, compuesto por tres representantes de Guatemala
y tres de Belice.
4. Guatemala y Belice se esforzarán para que éste llegue a formar parte de los tratados e
instituciones de la Comunidad Centroamericana.
5. Guatemala y Belice cooperarán en la conclusión de convenios económicos y comerciales.
6. Guatemala tendrá derecho a puerto libre en Belice y éste a su vez, a puerto libre en Guatemala.
7. Para el mantenimiento de los puertos libres y la conclusión de convenios de desarrollo conjunto,
Inglaterra, Guatemala y Belice contribuirán a un Fondo de Desarrollo.
8. Se establecerá un régimen de libre comercio, con ciertas limitaciones.
9. Guatemala y Belice cooperarán en el ámbito monetario y establecerán dispositivos de
compensación.
10. Guatemala y Belice estimularían la inversión de capitales en el territorio de uno y de otro.
11. Guatemala y Belice se consultarán entre sí sobre todos aquellos asuntos de política exterior de
interés mutuo. Guatemala y Belice se harán cargo, a solicitud del otro, de la protección diplomática y
consular en países en que el solicitante no tenga misiones diplomáticas.
12. Los documentos oficiales de Belice serán reconocidos en Guatemala y viceversa.
13. Los grados académicos, certificados y diplomas de Guatemala tendrán validez en Guatemala y
viceversa.
14. Guatemala auspiciará, a solicitud de Belice, el ingreso de Belice en la Comunidad
Centroamericana, y conjuntamente con el Reino Unido, el ingreso en las Naciones Unidas.

El 26 y 27 de octubre de 1976 se reunieron expertos en asuntos económicos guatemaltecos y


beliceños en San Pedro Sula, Honduras, la delegación de Guatemala estuvo integrada por el Doctor
Luis Aycinena Salazar, Licenciado Alfonso A. Lima y Julio Chocano Batres, funcionarios del
Ministerio de Relaciones Exteriores; los licenciados Gert Rosenthal y Rafael Castellanos García
Prendes de GUATEXPRO. La delegación de Belice estuvo representada por Rafael Fonseca,
Allistair McIntyre, Secretario General del CARICOM como asesor y los funcionarios Grinaga, Fuller y
Cord. Se discutieron básicamente todos los aspectos económicos y comerciales mencionados en el
Art. 8 para desarrollar conjuntamente: turismo, ganadería, industria (especialmente agro-industrial),
silvicultura e infraestructura física.
El 1 de diciembre de 1976, fue aprobada la Resolución 31/50, Cuestión de Belice, por la Asamblea
General de las Naciones Unidas. Dicha resolución reafirmaba el derecho inalienable del pueblo de
Belice a la libre determinación y a la independencia y que se debe proteger la inviolabilidad y la
integridad territorial de Belice. La Resolución fue aprobada por 115 votos en favor, 8 en contra y 15
abstenciones.
En mayo de 1977, el Gobierno de Guatemala resolvió romper sus relaciones diplomáticas con
Panamá. La ruptura de relaciones se debió a que el Jefe de Gobierno de ese país, General Omar
Torrijos, estaba ayudando al Primer Ministro de Belice, George Price, en su política independista;
negando así la posición panameña de “apoyo irrestricto” a la causa de Guatemala respecto a sus
derechos sobre dicho territorio.
En un ambiente de mucha tensión, tuvo lugar la tercera ronda de negociaciones, a nivel ministerial,
en Washington D. C., el 6 y 7 de julio de 1977. La delegación guatemalteca la presidía el Doctor
Adolfo Molina Orantes, Ministro de Relaciones Exteriores, y la delegación inglesa la encabezaba Ted
Rowlands, Ministro de Estado para Asuntos Exteriores. La delegación beliceña —adjunta a la
inglesa— estaba integrada por el Primer Ministro, George Price y los señores Assad Shoman, Harry
Courtenay y Dean Lindo. La tensión se debía a que existían indicios de que Inglaterra se proponía,
unilateralmente, concederle la independencia a Belice y, ese mismo día 6, habían arribado al
territorio nuevos contingentes militares ingleses.
En la reunión se hicieron varios planteamientos de carácter territorial y los ingleses ofrecieron una
“enorme cantidad de dinero” al gobierno de Guatemala, según ellos, para “obras importantes de
desarrollo”, como una compensación para resolver la disputa. Guatemala rechazó la oferta, el
Ministro Molina Orantes manifestó “nuestra reclamación es de carácter territorial y no monetario”.
Es oportuno hacer mención lo dicho por un ex Ministro de Relaciones Exteriores de Guatemala:
“Los guatemaltecos tienen la impresión de que, en este tema de Belice, la Gran Bretaña tiene una
especie de reflejo pavloviano. Cada vez que el asunto parece resolverse, envía tropas, barcos y
aviones; es decir, hace un gran aspaviento de fuerzas e interrumpe el proceso.
Resulta inexplicable para Guatemala, pero así ha sido constantemente, a pesar de que Guatemala
ha hecho saber al Reino Unido que no acepta negociar bajo condiciones coercitivas ni coaccionadas
en ninguna forma."
Ante la flagrante amenaza, por las tropas inglesa en la frontera Guatemala-Belice y de barcos de
guerra en el Golfo de Honduras, el gobierno de Guatemala se vio obligado a destacar contingentes
militares a la región fronteriza.
El Ministro de Estado para Asuntos Exteriores de Inglaterra, Ted Rowlands, visitó Guatemala el 26
de julio para entrevistarse con el Presidente Laugerud García y con el Ministro de Relaciones
Exteriores Molina Orantes. Concluyó su visita con una declaración, en la cual “reiteró la voluntad
británica de tomar en cuenta plenamente los intereses vitales de Guatemala en cualquier solución de
la controversia”. Tanto los guatemaltecos como los ingleses manifestaron su firme intención de
continuar con las negociaciones, a fin de encontrar una pronta, justa y honorable solución a la
disputa.
En septiembre de 1977 se reunieron los guatemaltecos con los ingleses en Londres. Se trató sobre
el trazo de una línea fronteriza a la altura del río Moho, siguiendo el curso de éste y luego el de los
ríos Aguacate y Jacalté (o Jacaté), y por el mar una línea en dirección Noreste, para pasar entre los
Cayos Pompión y Ranguana. En principio esta línea fue aceptada por Inglaterra, como parte del
Anexo I al proyecto del tratado de Panamá. El proyecto de una línea fronteriza provocó protestas
debido a publicaciones hechas en Londres.
En la parte final del discurso pronunciado por el Ministro de Relaciones Exteriores de Guatemala en
el XXXII Período de Sesiones, ante la Asamblea General de las Naciones Unidas, el 30 de
septiembre de 1977, dijo:
“… Dentro de este contexto político y en consecuencia con los propósitos fundamentales de las
Naciones Unidas, mi Gobierno ha venido realizando negociaciones con el Gobierno del Reino Unido,
que se han intensificado en los últimos años, con el objeto de buscar una fórmula conciliatoria que
satisfaga a la vez los derechos e intereses vitales de Guatemala y los intereses de la población
beliceña, actualmente bajo la responsabilidad colonial de la Gran Bretaña."
“Esperamos también, que este proceso de negociaciones, que va encaminado por un cauce propicio,
no se vea perturbado por presiones indebidas de países ajenos a la disputa y que, en vez de
contribuir a la solución del problema, pueden hacerlo más agudo y complicado”.
El 28 de noviembre de 1977, la Asamblea General de las Naciones Unidas aprobó la Resolución
32/32 (XXXII), en la cual se volvía a reafirmar el derecho inalienable del pueblo de Belice a la libre
determinación y a la independencia. Esta tercera Resolución sobre la Cuestión de Belice, fue
aprobada por 126 votos a favor, 4 en contra y 13 abstenciones.
En enero de 1978, Belice e Inglaterra hacen un pacto para que todo arreglo con Guatemala, sea
sometido a una consulta popular y también la Mancomunidad Británica fuese debidamente
consultada
En la reunión ministerial a principios de febrero de 1978 en Washington D. C., los ingleses
propusieron como límite el río Temash, que era, más o menos, la mitad del área si el límite fuera el
río Moho. Guatemala manifestó que esa propuesta era inaceptable para ella. Se celebró otra reunión
el 17 y 18 de junio en Miami, también a nivel ministerial. Los ingleses manifestaron que todos los
problemas que se habían causado en Londres, era debido a las idas y venidas de George Price y por
ello las negociaciones se habían estancado, pero que deberían continuar. Guatemala reiteró la
necesidad de un ajuste de fronteras y que se buscaba una solución de compromiso.
En el discurso que pronunció el General Romeo Lucas García (1978-1982) el 1o. de julio de 1978, al
asumir la Presidencia de la República, dijo que su Gobierno buscaría una solución civilizada al
problema de Belice, y así dar cumplimiento al mandato constitucional que impone al Ejecutivo la
obligación de realizar todas las gestiones que tiendan a resolver la situación de Belice de
conformidad con los intereses nacionales. El Ingeniero Rafael Castillo Valdés, fue nombrado Ministro
de Relaciones Exteriores, quien declaró que se iniciarían las negociaciones directas con Inglaterra,
con un solo y único propósito, solucionar el “conflicto territorial” de manera pacífica.
El 5 de julio de 1978, los partidos políticos de Belice suscriben un “memorándum político”, por el cual
se comprometen a tratar el tema de la independencia de Belice, bajo el punto de vista nacionalista y
no partidista.
En septiembre de ese mismo año, se reunieron en Nueva York el Ministro Castillo Valdés y el
Secretario de Estado inglés, David Owen. El Ministro inglés planteó las propuestas:

a) Un proyecto caminero para modernizar la carretera a Flores, Petén, y de allí a la ciudad de Belice;
b) Facilidades de puerto libre en Belice;
c) Libre tránsito de personas y bienes, y
d) El trazo de una frontera marítima para garantizar a Guatemala una salida al Caribe por un pasaje
de mar territorial.

Además, un tratado de mutua seguridad y amistad entre Guatemala y Belice, por el cual no se
permitirían fuerzas extranjeras en Belice, solamente inglesas o de otros países de la Mancomunidad
Británica. Las propuestas fueron rechazadas por Guatemala el 30 de noviembre de 1978.
La cuarta Resolución —33/36 (XXXIII)— sobre la Cuestión de Belice, fue aprobada por la Asamblea
General de las Naciones Unidas, el 13 de diciembre de 1978. Fue aprobada por 123 votos a favor, 1
en contra y 5 abstenciones. Se volvió a reafirmar el derecho inalienable del pueblo de Belice a la
libre determinación y a la independencia.
El 31 de enero de 1979, en Río de Janeiro, Brasil, el Comité Jurídico Interamericano (cuerpo
consultivo de la Organización de los Estados Americanos) formuló la siguiente declaración:
“Declaración del Comité Jurídico Interamericano sobre el Problema de Belice"
DECLARA:

“1o. Que el territorio de Belice, sobre el cual la República de Guatemala reclama derechos
territoriales con fundamento en los tratados internacionales que datan desde el siglo XVIII, existe una
situación colonial, creada por la ocupación defacto del mismo, por la Gran Bretaña e Irlanda del
Norte;
“2o. Que la Gran Bretaña pretende decidir unilateralmente el destino de esa región, lo cual es
incompatible con los derechos de soberanía de Guatemala, expresamente reconocidos en
pronunciamientos anteriores del organismo regional;
“3o. Que, en consecuencia, el Gobierno del Reino Unido no puede decidir unilateralmente sobre el
destino de Belice, sino solamente a través de negociaciones con el Gobierno de Guatemala, las
cuales deberán tomar en cuenta los intereses y deseos de la población beliceña, de acuerdo con el
principio de libre determinación de los pueblos, contenido en la Resolución 1514 (XV) de la
Asamblea General de las Naciones Unidas.
“4o. Que las negociaciones que actualmente se llevan a cabo entre ambos países deben acelerarse
a fin de encontrar una pronta y justa solución al problema, con el propósito de no poner en peligro la
paz y la seguridad del Continente”.
Durante 1979 las negociaciones con los ingleses quedaron estancadas, porque Inglaterra y Belice
estaban en un período eleccionario.
El 21 de noviembre de 1979, fue aprobada por la Asamblea General de las Naciones Unidas, en
Resolución 34/38 (XXXIV), sobre la Cuestión de Belice por 123 votos a favor, 1 en contra y 7
abstenciones. Por quinta vez, reafirmaban el derecho inalienable del pueblo de Belice a la libre
determinación y a la independencia.
En 1980, como resultado de contactos preliminares, se llevó a cabo en las Bermudas otra ronda de
negociaciones, el 19 y 20 de mayo. La delegación de Guatemala estuvo presidida por el Ministro de
Relaciones Exteriores, Ingeniero Rafael Castillo Valdés y la de Inglaterra por el Ministro de Estado
para Asuntos Exteriores, Nicholas Ridley. Dentro de la delegación inglesa participaron también
delegados beliceños, Harrison Courtenay, Assad Shoman y el señor Vernon. Ambos Gobiernos
pusieron de manifiesto el propósito de concluir un arreglo conveniente y satisfactorio. Se acordó
discutir el Tratado de 1859.
Como continuación a la reunión de las Bermudas, se llevó a cabo una reunión de expertos
guatemaltecos e ingleses, con la concurrencia de beliceños, en Nueva York el 28 de julio de 1980.
Se revisó el Tratado de 1859, los ingleses reconocieron que el Tratado era defectuosos. Estuvieron
de acuerdo en que habían unos puntos que no habían sido cumplidos, como el contenido en el
Artículo 7o. o Cláusula Compensatoria, la cual, según ellos, obligaba igualmente a Inglaterra y a
Guatemala. Se discutieron las fronteras marítimas y la delimitación del mar territorial.
El 22 de agosto tuvieron una reunión informal en Miami, el Ministro Castillo Valdés y el Primer
Ministro de Belice, George Price, con la presencia de funcionarios ingleses; se discutió la revisión del
Tratado de 1859, las fronteras marítimas y la delimitación del mar territorial.
Se reunieron en Nueva York el 13 y 14 de octubre de 1980, el Ministro Castillo Valdés y el Ministro
Ridley. Inglaterra propuso 16 puntos de discusión a Guatemala:

1. Pasaje marítimo.
2. Soberanía de Guatemala en el fondo marino del pasaje.
3. Administración conjunta en el mar, parte de Belice y parte de Guatemala.
4. Exploración y explotación de petróleo en empresa conjunta.
5. Garantía de inversiones y promoción de éstas.
6. Colaboración para desarrollo del Petén. Proyectos conjuntos.
7. Becas en Inglaterra.
8. Puerto libre en Belice para Guatemala.
9. Mejorar o reconstruir camino de Belice a frontera con Guatemala.
10. Oleoducto hacia Dangriga (Stann Creek).
11. Ingreso de Belice a la Comunidad Centroamericana.
12. Abolición de visas.
13. Embajadas en los tres países.
14. Arrendamiento a largo plazo en uno varios cayos del sur.
15. Comisión permanente de negociación.
16. Seguridad, Belice garantizaría que su territorio no se usaría para la subversión en Guatemala.

Ese mismo año, el 30 de octubre, la Misión Permanente de Guatemala ante las Naciones Unidas,
antes que se votara en la Cuarta Comisión el Proyecto de Resolución referente a la Cuestión de
Belice, dirigió una nota a las Misiones Permanentes de los Estados Miembros, pidiéndoles su apoyo
por la causa de Guatemala.
El 11 de noviembre de 1980 fue aprobada por la Asamblea General de las Naciones Unidas la
Resolución 35/20 (XXXV) por 139 votos a favor, ninguno en contra y 7 abstenciones (Bolivia, El
Salvador, Honduras, Israel, Marruecos, Paraguay y Uruguay), por la cual se disponía la
independencia de Belice para el año siguiente. Guatemala no participó en la votación. Inglaterra
anunció la convocatoria a una conferencia constitucional para disponer la independencia del territorio
de Belice.
A finales de noviembre, la Asamblea General de la Organización de los Estados Americanos (OEA)
emitió una resolución apoyando lo acordado por la Asamblea General de las Naciones Unidas, sobre
que Inglaterra debe otorgarle la independencia a Belice en 1981. En mi opinión, la resolución fue
totalmente en contra de uno de los principios fundamentales de la Carta de la OEA, la cual es la
defensa de la soberanía y la integridad territorial de los Estados (desde su fundación, Guatemala es
uno de sus miembros).
Hubo otra ronda de negociaciones a nivel de expertos en Nueva York, el 5, 6, 11 y 12 de febrero de
1981, para discutir la propuesta inglesa formulada en octubre de 1980. En la reunión en Londres el
11 de marzo de 1981, el Ministro de Relaciones Exteriores de Guatemala, Ingeniero Rafael Castillo
Valdés, el Ministro de Estado para Asuntos Exteriores y de la Mancomunidad Británica, Nicholas
Ridley y el Primer Ministro de Belice, George Price, firmaron unas Bases de Entendimiento (16
puntos) para lograr un arreglo negociado y definitivo de la controversia. Las Bases de Entendimiento
fueron hechas públicas simultáneamente en Guatemala, Inglaterra y Belice, el 16 de marzo. Es el
único documento que tiene estampada la firma de George Price.
A los tres días, el 19 de marzo, Honduras protestó por el Punto 3 de las Bases de Entendimiento y el
gobierno de Honduras envió a Inglaterra una nota de protesta, en vista que afectaban derechos
inmemoriales de soberanía de Honduras, en los Cayos de Zapotillo.
“Por tal motivo, de conformidad con la declaración del señor Presidente Lucas, hecha ante el
Congreso de la República el 1o. de julio corriente, todos los derechos que le corresponden a
Guatemala permanecen sin afectarse y el territorio de Belice sigue siendo, como lo declara nuestra
Constitución, parte del territorio nacional”.
Al hacerse pública la decisión de Inglaterra de otorgar la independencia a Belice el 21 de septiembre,
el Gobierno de Guatemala el 7 de septiembre de 1981, en un comunicado de prensa informó al
pueblo de Guatemala, que habían quedado rotas las relaciones consulares con la Gran Bretaña, que
se había ordenado el cierre de los Consulados Británicos en el país, quedando prohibidas las
relaciones comerciales y tránsito de personas con Belice, dándose el tratamiento de fronteras
absolutamente cerradas a las líneas guarnecidas por fuerzas militares británicas. Que ninguna nave
aérea o marítima podría hacer escala o cabotaje en Belice y pasar a Guatemala y viceversa. Los
estudiantes beliceños becados por el Gobierno de Guatemala debían abandonar el país a más tardar
el 14 de ese mes.
Guatemala reiteró que no reconocería la independencia de Belice, no solamente por los derechos
que la asisten, sino porque el asunto era objeto de controversia territorial que no quedó resuelta. La
independencia tampoco es legítima internacionalmente, porque dicha controversia ha sido sometida
al procedimiento de la negociación directa de conformidad con el Artículo 33 de la Carta de las
Naciones Unidas.
La Constitución de Belice fue promulgada el 20 de septiembre de 1981, dispone, en el artículo 1 (2)
“Belize incluye el territorio y mar definidos en el Listado I de esta Constitución, que anterior al día de
la independencia constituía la colonia de Belize”. El Listado I, dice: “I. El territorio de Belize incluye la
tierra firme de Belize y todas las islas y cayos dentro del área entre las fronteras con Guatemala y
México y dentro del límite del mar territorial de Belize descritas como sigue:
(a) la frontera con Guatemala es la línea prescrita por el Tratado entre Gran Bretaña y Guatemala
suscrito el 30 de abril de 1859”;
El 21 de septiembre de 1981, Inglaterra otorga unilateralmente la independencia a Belice.
Guatemala, ante el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, hizo la advertencia de que la
proclamación de la independencia de Belice era un acto ilegítimo, contra todo derecho, pues los
acuerdos alcanzados en las negociaciones directas no habían sido cumplidas por Inglaterra.
La Asamblea General de las Naciones Unidas aprobó la Resolución 36/3 el 25 de septiembre de
1981, en la cual decide admitir a Belice como Miembro número 156 de las Naciones Unidas. Cuando
se tramitó la solicitud de Belice para ingresar a las Naciones Unidas, Guatemala protestó ante el
Consejo de Seguridad. El Consejo se limitó a manifestar que no podía interrumpirse el procedimiento
para el ingreso del nuevo Estado a la Organización. Guatemala formuló amplias exposiciones en el
Consejo de Seguridad y en la Asamblea General de la ONU, hizo la reserva expresa de sus
derechos sobre Belice y declaró que no reconocía la independencia y al Estado de Belice, que de
manera tan precaria se constituía, cuando aún no se había resuelto la disputa territorial con
Inglaterra.
En 1981 se realizó un censo en Belice que arrojó la cantidad de 160 mil habitantes, así:
40% Creoles
33% Mestizos
10% Mayas
8% Garifunas
4% Blancos
2% Hindúes
3% Chinos, Arabes y otros

Con una densidad de 7 habitantes por kilómetro cuadrado, distribuidos así:

Belice 50,000
Cayo 26,000
Orange Walk 29,000
Corozal 28,000
Toledo 12,000
Stann Creek 15,000

http://luisdallanegra.bravehost.com/Belice/estiebe2.htm

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