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ANÁLISIS SEROLÓGICO

El organismo dispone de un sistema de defensa inespecífico que le


permite defenderse de los patógenos externos en ausencia de un
contacto previo con ellos (en ausencia de reconocimiento), y de un
sistema de defensa específico, más desarrollado y sofisticado, que le
permite defenderse con eficacia frente a los microorganismos y que
exige para su desarrollo de un reconocimiento previo del agente. Este
segundo mecanismo de defensa puede adquirirse por contacto con el
agente o sus antígenos a través de una infección, por inoculación
voluntaria (vacunación) o por administración de anticuerpos
preformados en otro organismo (anticuerpos maternos transferidos a
través de la placenta o por administración de sueros hiperinmunes). Esta
respuesta es específica y con capacidad de distinguir entre lo propio y
extraño; en las ocasiones en las que existe conflicto en este
reconocimiento aparece la enfermedad autoinmune. La respuesta es
más o menos persistente y capaz, además, de dejar recuerdo de este su
primer contacto con el antígeno (memoria inmunológica) que le
permitirá reaccionar de forma más eficaz y violenta en las exposiciones
posteriores al mismo antígeno.

El hecho de que el organismo disponga de una respuesta inmune


específica no solo capacitará para defenderse de esos agentes sino que
nos permitirá conocer en muchos casos la presencia de una enfermedad
infecciosa; esta es la base del diagnóstico microbiológico indirecto. La
denominación de indirecto se refiere a que el diagnóstico no se hace por
aislamiento e identificación del microorganismo causante de la infección,
sino a través de la respuesta del huésped, es decir, de forma indirecta.

La serología es el estudio que permite comprobar la presencia


de anticuerpos en la sangre. Es una prueba fundamental a la hora de
realizar donaciones de sangre y transfusiones. Este se basa en un
examen serológico, que tiene como fin el conocer la exposición o
presencia previa de un microorganismo patógeno en particular y a partir
de ella la capacidad de respuesta del individuo a tal infección.

Las enfermedades detectables con la serología son las


siguientes: sarampión, rubéola, carbunco, VIH, hepatitis viral, brucelosis,
amebiasis, infección micótica, VSR, tularemia, sífilis, toxoplasmosis y una
variedad de enfermedades más.
¿Cómo se hace el análisis serológico?

Un simple análisis de sangre da todos los datos que se necesitan.


Anteriormente se buscaban sólo los Anticuerpos Antigliadina (AGA) pero
ahora se ha visto que hay muchos más que están relacionados con la
enfermedad celíaca. Es posible que pidan todos ellos, o sólo algunos.
Es muy importante que no hayas dejado de consumir gluten en el
momento de la prueba. Si no hay gluten en el cuerpo, es muy probable
que la prueba de un “falso negativo”.
El método más fiable y más extendido es el ELISA, “Ensayo por
inmunoabsorción ligado a enzimas”

Bases del diagnóstico indirecto

Para comprender mejor las bases del diagnóstico indirecto conviene


recordar las bases fundamentales de la respuesta inmune: Distinción
entre propio y extraño, especificidad y memoria. Mientras que la primera
hace mención a que el sistema inmune no debiera responder en
condiciones normales frente a sus propias sustancias, las otras dos
propiedades son de la mayor importancia para comprender el
diagnóstico indirecto.

La especificidad es la propiedad que permite al sistema inmune


responder frente al agente externo que la provocó y que esa respuesta
no afecte a otros antígenos, incluso a aquellos que pudiesen tener un
parecido molecular (reacción cruzada). Cuanto más específica y afin sea
esa respuesta más efectiva será su unión al agente provocador. La
persistencia de esos anticuerpos varia en el tiempo y ello depende de
muchos factores: Estímulo inicial, reinfecciones subclínicas repetidas
etc.; por ello encontrar anticuerpos frente a un determinado antígeno
nos harásuponer de forma indirecta que el organismo tiene o ha tenido
contacto con él o con antígenos de su procedencia.

La memoria inmunológica permite que el sistema inmune recuerde


haber tenido contacto previo con un antígeno y responda frente a él de
forma anamnésica. Esta respuesta será más rápida y violenta, uniéndose
al organismo una gran concentración de anticuerpos en muy poco
tiempo. Esta propiedad es la base fundamental de la eficacia de las
vacunas.

La memoria inmunológica supone, sin embargo, un serio inconveniente


a la hora de utilizar la respuesta inmune para el diagnóstico indirecto de
una infección. En efecto, el mantenimiento de una cierta concentración
de anticuerpos durante largo tiempo nos dificulta, con algunas técnicas,
conocer si esos anticuerpos específicos que encontramos en el suero del
enfermo han sido provocados por una infección actual y/o reciente, o
son restos persistentes de una infección antigua y curada. Actualmente
se disponen de mecanismos para poder discriminar entre estas dos tipos
de situaciones, como veremos a continuación.

Utilidad de los estudios serológicos

Los estudios serológicos pueden emplearse fundamentalmente


para:

1.- Estudios de diagnóstico

Aunque el diagnóstico directo tiene muchas ventajas, existen situaciones


en las cuales éste no es posible o es muy caro. En general se trata de
infecciones víricas de aislamiento difícil o no víricas pero de patógeno
difícilmente cultivable o no cultivable. En estos casos, el diagnóstico
indirecto puede darnos a conocer la etiología de la infección.

2.- Estudios epidemiológicos

La demostración del estado inmunitario de una población con respecto a


uno o varios patógenos puede hacerse fácilmente mediante este tipo de
diagnóstico. El estudio retrospectivo de los anticuerpos presentes nos
indicará la prevalencia de este microorganismo/s en dicha población y
dependiendo de su distribución etaria la conveniencia o no de establecer
campañas de vacunación.

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