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Las partes de una figura musical tienen un nombre asignado, y cada una de ellas tiene una función
particular al momento de escribir la música, son: núcleo o cabeza, plica o cuerpo, y corchete.
Es importante utilizar los símbolos de la música correctamente, ya que el sistema de notación que
utilizamos en la actualidad está pensado y desarrollado para facilitar la lectura de la música. Tomando
en cuenta estos detalles, nos aseguramos de tener una correcta caligrafía musical.
– Núcleo o cabeza: El núcleo o cabeza de las figura musicales indican la altura del sonido según su
posición en el pentagrama.
– Plica o cuerpo: Se escriben hacia arriba (como en la primera figura) o hacia abajo (como en la tercera
figura) en el pentagrama, según la altura de la nota.
– Corchete: La forma del corchete varía según la cantidad de figuras que se escriben próximas (una
al lado de otra), sea una figura individual, o varias agrupadas
Como dijimos anteriormente, las figuras musicales definen dos aspectos del sonido:
Es decir, cada figura tiene un valor asignado, el cual fue señalado con los números de la tabla. El
valor de una figura musical tiene que ver con la duración de tiempo de una figura con respecto a otra,
y por ende, de un sonido con respecto a otro,
Pentagrama
Lineas Adicionales
Usos
Una muestra temprana de su uso se puede ver en la pieza Recerchari motetti
canzoni para órgano escrita por Marco Antonio Cavazzoni en 1523.2 La utilización excesiva de las líneas
adicionales puede entrañar una dificultad añadida a la hora de leer las notas. Por otra parte, las notas
con más de tres o cuatro líneas adicionales por encima o por debajo del pentagrama se suelen
considerar difíciles de leer. Así pues, cuando en un pasaje hay un elevado número de líneas adicionales
o bien se han incluido demasiadas notas que requieran más de tres líneas adicionales, se pueden
emplear ciertos recursos para reducir la cantidad de líneas adicionales para facilitar la lectura. Se puede
efectuar un cambio de clave o aplicar la notación octavada,3 que mediante el uso de los símbolos
de octava superior 8.ª (ottava alta) o inferior 8vb o bien 8.ª bassa1 (ottava bassa) que indican que la nota
real suena una octava por encima o por debajo respectivamente respecto a la nota escrita. Estos
símbolos que señalan la notación a distancia de octava es 8.ª o 8vb van seguidos de una línea de puntos
horizontal y dejan de tener efecto cuando aparecen dos líneas formando un ángulo recto que marcan el
final del pasaje octavado. A veces se señala la vuelta a la escritura normal mediante el término loco.4
Algunos instrumentos transpositores, como el flautín, el contrabajo, la guitarra y la voz de tenor se
transponen a la octava para evitar las líneas adicionales.
No obstante, los intérpretes de ciertos instrumentos musicales prefieren las líneas adicionales a los
cambios de clave o la notación octavada. Los clarinetistas, por ejemplo, prefieren leer líneas adicionales
en el salmoé que leer notas en clave de fa en cuarta. Los flautistas prefieren también leer las líneas
adicionales para las notas de la tercera octava que leer la notación octavada, porque las notas más altas
de flauta requieren diferentes digitaciones. Los intérpretes de tuba, trombón y bombardino en el registro
más grave de estos instrumentos suelen preferir las líneas adicionales por debajo del pentagrama a la
notación con la indicación 8vb o una clave de fa octavada hacia abajo por razones similares.
Cuando la música para instrumentos de clave de fa, como el violonchelo o el trombón, se sitúa varias
líneas adicionales por encima de la clave de fa, se utiliza la clave de do en cuarta. En el caso, de que
fuera a desplazarse aún más alto por encima de la clave de do en cuarta, las notas pueden escribirse
en clave de sol. La clave de do en tercera no se utiliza en estas situaciones.
Claves Musicales
Existen una serie de casos en los que se emplean signos de clave especiales, o bien, signos sustitutivos.
Este es el caso de las claves de transposición de octava, que añaden una cifra (8 o 15) por encima o
por debajo del signo de clave para indicar cuántas octavas y hacia dónde debe transportarse la música
que aparece escrita en ese pentagrama. Entre los signos sustitutivos, está la clave neutral o clave de
percusión, que a diferencia del resto de claves, se trata de una convención que indica que lo escrito a
continuación en el pentagrama es para percusión y asigna a las diversas líneas y espacios instrumentos
de percusión de altura no determinada en vez de alturas o notas musicales. Otro signo sustitutivo de la
clave es el que se utiliza en la música para instrumentos con trastes que suele escribirse en tablaturas.
Se señala que es una tablatura mediante las letras TAB representadas en sentido vertical al principio
del pentagrama.
Claves individuales
En la notación musical actual se emplean tres tipos de clave (do, fa y sol), cada uno de los cuales asigna
una nota de referencia diferente a la línea sobre la que se coloca en el pentagrama. Las claves suplen
las limitaciones del pentagrama, ya que el número de alturas que pueden representarse en este —
incluso con líneas adicionales— no es ni remotamente cercano al número de notas que puede producir
una orquesta. Los criterios para usar una clave u otra son básicamente dos: que la tesitura del
instrumento que lo va a interpretar se adecue al rango de notas que impone la clave, y que sea lo más
claro y sencillo posible para facilitar la lectura de la partitura al músico. Así pues, la clave determina la
tesitura: la clave de sol para tesituras agudas asigna el sol4; la clave de fa para tesituras graves asigna
el fa3 y la clave de do para tesituras intermedias asigna el do4.9 Cuanto más abajo en el pentagrama se
sitúa una clave, más aguda será la tesitura que represente; por el contrario, cuanto más arriba esté la
clave, representará una tesitura más grave. Al conjunto de las tres claves y las siete posiciones se le
denomina «septiclavio».
A más de obtener los frutos que de la tierra, los alumnos se verán involucrados en una actividad de
sensibilización y conocimiento de la agricultura, el proceso de abastecimiento de distintas materias
y su transformación hasta la conversión en residuos. Todo ello se verá reforzado con por profesores que
deberán inculcar valores como el consumo responsable de productos y la sostenibilidad. Otro aspecto
positivo de los huertos escolares es que esta actividad ayudará a reforzar conocimientos dados en
las aulas, como la composición del suelo, el ciclo de lluvias o el proceso obtención de alimento por parte
de las plantas.