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CIVIL Y REGISTRAL
Ninamancco
Fort
E n este interesante artículo, el autor examina exhaus-
tivamente la problemática concerniente a la transfe-
Córdova(**) rencia de la propiedad inmobiliaria, poniendo especial
énfasis en sus aspectos más saltantes y en su trata-
miento jurisprudencial. En tal sentido, aborda, con la
finalidad de sustentar su posición, temas como el de la
oponibilidad erga omnes de los derechos de crédito y
su protección extracontractual, y el de la manera en
que debe entenderse la disposición que alude a la obli-
gación de enajenar.
REFERENCIAS LEGALES:
I. INTRODUCCIÓN
Uno de los temas más abordados últimamente • Código Civil: arts. I del Título Preliminar, 949, 1402, 1529 y 2022.
por la doctrina nacional es, qué duda cabe, el
de la transferencia de la propiedad inmue-
ble a la luz del Código Civil vigente. Este
tópico –como es lógico– está sustancialmente
ligado al tema de la eficacia real del contrato. generar efectos reales; ya el ilustre maestro
En efecto, se trata de verificar si el contrato José León Barandiarán y la brillante civilista
por sí mismo (solo consensus) es capaz de Lucrecia Maish von Humboldt patrocinaban
transmitir la propiedad inmueble o si, por el esta posición1.
contrario, el contrato solo genera efectos obli-
Hasta el año 1993, no parecía haber ningún
gatorios y, por ende, el solo consensus no bas-
debate –mucho menos toda una polémica– en
taría para transmitir este derecho.
torno al tema. Sin embargo, era posible apre-
Consideramos que no puede ponerse en ciar en el ámbito académico dos corrientes de
duda la capacidad que tiene el contrato para opinión sobre los alcances del artículo 949 del
* Deseo expresar mi gratitud a todos aquellos que integran el Estudio Loli & Portocarrero Abogados, en especial al Dr. Carlos
Portocarrero Mendoza, por su apoyo constante y, sobre todo, su valiosa amistad.
** Asistente de docencia de Derecho Civil en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos.
1 El maestro, al comentar el Código Civil de 1936 –cuyo artículo 1172 es muy semejante a nuestro actual artículo 949-, decía:
"(…) con respecto a la cosa inmueble el régimen del código es claro: el mero consentimiento importa el acto de disposición"
(LEÓN BARANDIARÁN, José. Comentarios al Código Civil peruano. T. II. Buenos Aires. 1956. p. 12.) y Lucrecia Maish aseveró:
se continua en el Perú con el sistema consensual de transmisión de la propiedad inmobiliaria" (ver: CÓDIGO CIVIL, Exposi-
ción de motivos y comentarios. Vol. V. Lima. 1985. p. 186).
C.C. El silencio se rompió en dicho año, cuan- (sus defectos y virtudes), o sobre las tesis de
do Hugo Forno, en un interesante ensayo2, los diversos autores en torno a cada una de
confrontó directamente ambas posiciones, to- ellas, no es nuestro objetivo (dicho sea de paso,
mando partido por aquella que sostiene la efi- semejante tarea necesitaría mucho más espa-
cacia real del contrato. Posteriormente, algu- cio del que podemos usar en estas líneas). Al
nos autores siguieron manteniendo la posición contrario, en este ensayo solo nos referiremos,
contraria: un debate propiamente dicho se ha- de manera crítica, a las tesis de Ortega y Gon-
bía iniciado. zales, así como al proyecto del ex congresista
Chamorro7 y, paralelamente, analizaremos al-
Años más tarde, Freddy Escobar sistematizó
gunas decisiones judiciales vinculadas al tema
las opiniones de los principales autores nacio-
de marras. Todo ello con los siguientes objeti-
nales en materia de transmisión de propiedad
vos: i) contribuir siquiera con un "granito de
inmueble, y en sus interesantísimas líneas pro-
arena" al esclarecimiento de los temas involu-
pina demoledoras críticas a las posiciones (con
crados, insertando elementos y enfoques nue-
algunas variantes cada una de ellas) que nie-
vos (o por lo menos intentándolo) al mentado
gan la eficacia real del contrato3.
debate, ii) compartir con los lectores algunas
Más recientemente, Gunther Gonzales4 ha rea- reflexiones en torno a las características del
lizado una sistematización similar, aunque lle- derecho de propiedad, su transferencia y so-
gando a conclusiones harto distintas a las de bre la oponibilidad erga omnes del derecho de
Escobar. Resulta oportuno mencionar que am- crédito. Así nos referiremos, si bien brevemen-
bos autores no han incluido en sus respectivos te, a uno de los aportes más importantes que
análisis el singular planteamiento expuesto por ha realizado Francesco Busnelli, conspicuo pro-
Marco Ortega5. fesor de la Universidad de Pisa, quien no hace
mucho estuvo en nuestro país8; y iii) dar una
Finalmente, hace poco más de un año, el ya ex
nueva lectura a los planteamientos que nues-
congresista Alcides Chamorro Balvín entregó
tra judicatura plasma en sus decisiones rela-
al departamento de trámite documentario del
cionadas –directa o indirectamente– con el
Parlamento su proyecto de ley titulado: "Pro-
artículo 949 del CC. Así, podremos hacer
yecto de ley que determina la transferencia de
notar cómo cuestiones que en una visión su-
bienes inmuebles no registrados"6, donde se
perficial constituirían solo asuntos de "gim-
propone una modificación al artículo 949 del
nasia mental" completamente inútiles ("una
Código Civil.
búsqueda del sexo a los ángeles", podría de-
Ahora bien, efectuar un análisis sobre los dis- cirse), adquieren una relevancia práctica de
tintos sistemas de transferencia de propiedad importancia innegable. En efecto, resulta
2 FORNO FLOREZ, Hugo. El contrato con efectos Reales. En: Ius Et Veritas. Revista de los estudiantes de la facultad de
Derecho de la PUCP. Numero 7. Lima 1993. p. 77 y ss.
3 ESCOBAR ROZAS, Freddy. El contrato y los efectos reales. En: Ius Et Veritas. Revista de los estudiantes de la facultad de
derecho de la PUCP. Numero 25. Lima 2002. p. 46 y ss.
4 GONZALES BARRÓN, Gunther. Tratado de los Derechos Reales. Jurista Editores. Lima. 2005. pp. 789 y ss.
5 ORTEGA PIANA, Marco. Compraventa y transferencia de propiedad inmueble. En: Advocatus. Revista de los estudiantes de
la facultad de Derecho de la Universidad de Lima. Año 2, tercera entrega. Lima. 2000. p.29 y ss.
6 CHAMORRO BALVÍN, Alcides. Proyecto de ley No. 14566/2005-CR. 5 Folios. Recibido el 12 de abril del 2006, según consig-
na el sello del departamento de trámite documentario del Congreso de la República.
7 Si bien es cierto que el proyecto se archivó, el mismo puede ser replanteado por algún parlamentario. Además, no hay duda
que el conocer cómo se ha venido manejando el tema recientemente en el Congreso nos va permitir tener un panorama más
amplio en torno al tema.
8 El Dr. Francesco Donato BUSNELLI es profesor en la Universidad de Pisa, con fama y respeto bien ganados en Italia y en el
concierto jurídico internacional. Es conocido en nuestro medio principalmente por la obra Derecho Civil (en coautoría con Lina
BIGLIAZZI GERI, Umberto BRECCIA y Ugo NATOLI), en varios volúmenes, que tradujo Fernando HINESTROSA, así como
por su Bioética y Derecho Privado traducida por Nelvar CARRETEROS y Olenka WOOLCOOT. El Prof. BUSNELLI participó el
II Seminario Internacional de Responsabilidad Civil llevado a cabo en la UNMSM los días 12, 13, 14 y 15 de setiembre del
2005.
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9 Planteadas así las cosas, múltiples interrogantes surgen: "¿El comprador adquiere la propiedad de un determinado inmueble
por la sola celebración del contrato, cómo efecto de la celebración del contrato, por formalizarlo documentalmente o por
cumplir con uno de los medios de publicidad frente a terceros?": ORTEGA PIANA, Marco. Op. Cit. p. 29.
10 La posibilidad de insertar elementos novedosos en torno a temas "trillados" ha sido resaltada por Umberto ECO, quien sostie-
ne firmemente que el hecho de que un determinado tema halla sido objeto de muchos estudios, no es suficiente para descar-
tarlo como objeto de una nueva investigación (Ver: ECO, Umberto. Cómo se hace una tesis. 6ta. edición. Traducción de la
edición italiana de Luciana Baranda y Alberto Clavería. Gedisa. Barcelona. 1986. p. 137 y ss).
11 Artículo 949 del Código Civil peruano de 1984: "La sola obligación de enajenar un inmueble determinado hace al acreedor
propietario de él, salvo disposición legal diferente o pacto en contrario".
12 Ver: FORNO FLÓREZ, Hugo. Op. Cit. pp. 77 y 83. y ESCOBAR ROZAS, Freddy. Op. Cit. p. 52.
13 FORNO FLÓREZ, Hugo. Op. Cit. pp. 83-86 y ESCOBAR ROZAS, Freddy. Op. Cit. p. 53.
jurídica, es obvio entonces que el efecto jurí- sensu, sino uno de naturaleza estrictamente
dico considerado en dicha norma, consistente personal. Se sabe –afirma el citado autor– que
en la transferencia de propiedad inmueble, debe el solo consensus transmite un "derecho de
ser directamente atribuido al contrato14 15. propiedad" que solo es oponible a las partes
contratantes mas no a los terceros, por lo cual
Esta es, grosso modo, la posición (que, como
el solo consensus no puede transmitir un de-
ya dijimos, compartimos plenamente) que sus-
recho de propiedad de manera cabal18.
tenta la suficiencia del contrato para trasmitir
la propiedad inmueble. La razón "muy simple" por la cual es equívoca
la tesis del solo consensus obedece –según
Sin embargo, Marco Ortega afirma que la po- Ortega– a que los derechos reales se caracte-
sición del solo consensus es errónea. Siendo rizan por ser erga omnes, y como el derecho
así, en su opinión son precipitadas las aseve- de propiedad es el derecho real por excelen-
raciones de Forno, cuyo trabajo considera como cia, esta característica debe estar presente con
representativo de la tesis consensualista. Para mayor razón en dicho derecho. Pero, como el
Ortega, aunque la norma contenida en el ar- contrato solamente transmite derechos que
tículo 949 del Código Civil pareciera afirmar solo son oponibles inter partes, el mismo nun-
el solo consensus, no es posible que este sea ca podría transmitir un derecho que pueda ser
capaz, por sí mismo, de transmitir un derecho calificado como derecho de propiedad en sen-
de propiedad en sentido técnico16. tido técnico19.
Así es, Ortega tiene como premisa básica También afirma este autor que aquellos que
–como él mismo da a entender17– que el solo consideren que el consenso es traslativo (es
consensus no puede transmitir la propiedad, decir, que tiene la capacidad de generar efec-
ya que apenas puede transmitir solamente una tos reales), solo pueden sostener su tesis cre-
propiedad relativa, que en sentido técnico no yendo en la existencia de un derecho de pro-
es propiedad. Este autor sostiene que "se ha piedad relativo (que solo es oponible a la otra
olvidado" que el derecho de propiedad es erga parte que participó en la transferencia), pero
omnes, por lo que un derecho de propiedad este concepto, en opinión de Ortega, no es más
que no es oponible a terceros no es tal en strictu que una exquisitez jurídica20.
14 Ortega (Op. Cit. p. 31) –así como un sector considerable de nuestra doctrina– afirma que el artículo 1351 del Código Civil,
restringe los efectos del contrato a los solamente obligatorios, por lo cual asumir la eficacia real del contrato, sería contradecir
a la citada norma. Dicha opinión no parece que pueda ser compartida. Así es, la obligación no es la única relación jurídico-
patrimonial (como afirmaba la doctrina más antigua), ya que existen situaciones jurídicas subjetivas distintas al crédito y al
débito. Por ello, de seguirse la opinión bajo examen, se estaría negando la existencia del derecho potestativo (que fue desa-
rrollado por los procesalistas alemanes de fines del siglo XIX, y exportada a Italia por G. Chiovenda, de donde es conocida por
la doctrina de nuestra región), el interés legítimo, la carga, el estado de sujeción, etcétera. Sobre esto último, ver la ya mencio-
nada obra de los Profs. BUSNELLI, Francesco y otros. Derecho Civil. T. I. V. I. Traducción de la edición italiana de Fernando
Hinestrosa. Universidad Externado de Colombia. Bogotá 1995. p. 329 y ss. Causa perplejidad que una norma de origen
netamente italiano, quiera interpretarse con doctrina de base francesa (¡!).
15 Queda claro, entonces, que no puede compartirse una opinión como la de Carlos CÁRDENAS, quien afirma que es justamente
la "obligación de enajenar" –y no el contrato– la que transmite la propiedad inmueble (ver: CÁRDENAS QUIROS, Carlos.
Registros Públicos, Clasificación de los bienes y transferencia de la propiedad. En: Folio Real. Año 1 Número 3. Lima. 2000.
pp. 39 y ss), porque dicha "obligación de enajenar" no es tal, ni siquiera en el mundo puramente jurídico puede existir. No
podemos dejar de indicar que la tesis de Cárdenas nos resulta algo complicada de entender, ya que líneas antes señala
refiriéndose al Art. 949: "(…) creada la relación obligatoria como resultado del acuerdo de voluntades entre comprador y
vendedor, no solamente habrá surgido un derecho al bien para el acreedor (ius ad rem), sino que, simultáneamente, este
adquirirá la propiedad (ius in re)" (el resaltado nos pertenece). Ahora bien, no nos parece posible afirmar que causa ("obliga-
ción de enajenar") y efecto (transferencia de la propiedad) se den de manera simultánea en una determinada situación, ya que,
por definición, se dan de manera sucesiva.
16 ORTEGA PIANA. Op. Cit. p. 33.
17 Ibíd. p. 34.
18 Loc. cit.
19 ORTEGA PIANA, Marco. Op. Cit. p. 34.
20 Ibíd. p. 35.
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la aplicación del artículo 949 del Código Civil según Chamorro– dispone que cuando se ven-
en el contexto del sistema de transferencia de de un bien inmueble el comprador no es pro-
propiedad adoptado por nuestro país, que es pietario por el solo consenso. Así pues, el cita-
–a entender de Chamorro– el sistema de sepa- do ex congresista concluye que debe privile-
ración del contrato, en el cual la transferencia giarse lo dispuesto por la norma especial, el
se produce a través de dos actos: uno que de- artículo 1529, sobre el artículo 949, que para
termina el efecto obligatorio y otro que deter- estos efectos es una norma general32.
mina el efecto real. Por lo tanto, esta precisión
se hace necesaria, ya que el artículo 949 regu- Chamorro culmina señalando que esta descon-
la la transferencia de la propiedad inmueble textualización del artículo 949 genera inter-
dentro de un sistema de unidad del contrato29. pretaciones contradictorias en el plano juris-
diccional33, lo cual produce inseguridad jurídi-
A continuación, el ex congresista sostiene que ca a los justiciables. Así, la solución estriba en
el artículo 949 del Código Civil no distingue que el artículo 949 del CC (que regula un sis-
que la situación de un bien inmueble es dife- tema de unidad del contrato) se condiga con el
rente cuando este se encuentra registrado y sistema de transferencia de separación del con-
cuando se trata de un bien no registrado. De trato que, según Chamorro, es el acogido por
este modo, el artículo 949 –tal como está re- nuestro país.
dactado– resulta de aplicación únicamente para
los bienes inmuebles no registrados. Cuando La propuesta de Chamorro es la siguiente:
se trata de inmuebles registrados, la adquisi- "Artículo 949.-
ción será desde el acto de registro30.
"La transferencia de propiedad de un
Chamorro sostiene que en nuestro país opera bien inmueble no registrado opera con
en la práctica (para los inmuebles registrados) la sola obligación de enajenar, salvo
el sistema se separación del contrato: el pri- disposición legal diferente o pacto en
mer acto es la celebración del contrato que contrario. Si se trata de un inmueble re-
determina el nacimiento de la obligación de gistrado, la transferencia opera median-
dar un bien inmueble, el segundo es el regis- te la inscripción registral del título"34.
tro. En ese orden de ideas, lo dispuesto por el
artículo 949 resulta "fuera de contexto", ya que
–según el ex congresista– esta norma no reco- V. SOBRE UN INTENTO DE "RESU-
noce un verdadero modo de adquisición, toda CITACIÓN" DE UN PLANTEA-
MIENTO CARNELUTTIANO
vez que la obligación que regula no tiene cabi-
Antes de continuar, creemos necesario seña-
da en la realidad jurídica31.
lar que para quienes (siendo partidarios del solo
El objeto del contrato, según el artículo 1402 consensus) consideran inútil el esfuerzo de
del CC, consiste en crear, regular o extinguir precisar bien los conceptos, tendrían serios
obligaciones. Esto lleva a concluir, según Cha- problemas para hacer frente a estos interesan-
morro, que el contrato al que alude el artículo tes argumentos en contra con respecto a un
949 no es consensual, además esta norma se problema que, como ya se dijo, posee una fun-
contrapone al artículo 1529, el cual –siempre damental relevancia práctica. Cierto, se trata
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de verificar si el contrato puede o no transferir los alemanes. Para muestra de ello, el jurista
directamente el derecho real más importante francés Huc, a mediados del siglo XIX, afir-
que existe35 (¡!). maba que "la publicidad es la esencia de los
derechos reales y, por ende, el solo consenti-
Pues bien, en primer lugar decimos que la te-
miento no puede constituirlos de ningún
sis de Ortega bien puede significar un intento
modo"37. Viendo Carnelutti que hasta los fran-
de "resucitación" de un conocido y (muy) anti-
ceses renegaban de su solo consensus, pos-
guo planteamiento del célebre Francesco Car-
tulaba su tesis.
nelutti (que, en cierto modo, tiene un origen
pandectista). Así es, el planteamiento de Or- Sin embargo, se formularon dos críticas a la
tega es ni más ni menos que la tesis sustenta- posición bajo análisis de las cuales no pudo
da por el citado maestro italiano, a propósito sobreponerse, de modo que ya fue superada
de sus comentarios al artículo 1583 del viejo por la moderna doctrina.
Código Civil italiano de 186536.
Así, se argumentó, en primer lugar, que el con-
Hace siglos, los pandectistas señalaban que el trato sí puede transmitir el derecho de propie-
solo consensus no podía en modo alguno trans- dad de manera cabal, ya que la actuación de la
mitir la propiedad, ya que la propiedad de por forma publicitaria (el oponer a terceros) vale
sí era erga omnes y el solo acuerdo entre par- solo a efectos de resolver hipótesis de conflic-
tes no generaba un derecho absoluto sino uno to entre adquirientes y otros causa-habientes.
personal; el derecho de propiedad transmitido Esto se señala siguiendo a una autorizada doc-
por el contrato no podía ser calificado como trina que afirma que los fenómenos jurídicos
tal, debido a que no se condecía con el con- deben tomarse en cuenta, a efectos de deter-
cepto que del mismo había dado Savigny. Años minar su naturaleza, en su etapa fisiológica,
después, Carnelutti sostenía que un derecho es decir en el devenir normal del fenómeno,
de propiedad que el comprador solo puede dejando de lado la etapa patológica (cuando se
oponer al vendedor, después de realizada la presentan problemas en el desarrollo normal
transferencia, no es propiedad; es más, incluso del fenómeno)38. Es por esto que no habría pro-
hacía notar que hasta los franceses se dieron blema alguno en estimar que el contrato pro-
cuenta de ello y por eso empezaron a hacer duce efectos reales, ya que el hecho de que no
repararos en las críticas que les formularan transmita una propiedad oponible a todos es
35 Disentimos tanto con ESCOBAR (Op. Cit. p.46), como con ORTEGA (Op. Cit. p. 29), cuando afirman que el derecho de
propiedad es el más importante derecho subjetivo patrimonial que existe. De seguirse esta opinión, se llegaría –irremediable-
mente– a la conclusión de que la propiedad merece mayor protección que el crédito, de modo que un crédito por cien debería
ceder frente a una propiedad por cien, lo cual no parece adecuado (no nos parece correcto plantear una preeminencia de la
importancia del derecho de propiedad in abstracto, de modo que si se sostiene que un determinado derecho subjetivo es más
importante que otros, inevitablemente debe concluirse que aquel merece una mayor protección jurídica que estos). No solo
porque se trata de valores iguales económicamente, sino porque los derechos involucrados tienen la misma relevancia jurídi-
ca, tanto la propiedad como el crédito son derechos fundamentales en el marco de una economía de libre mercado, ambos
juegan un rol importante en el crecimiento económico, no aceptamos que uno merezca mayor protección que el otro. Es más:
Vicenzo ROPPO ha demostrado que actualmente la propiedad no puede concebirse como el derecho patrimonial más impor-
tante. En efecto, el progresar de la civilización capitalista, caracterizada por un vertiginoso desarrollo tecnológico y económico,
con la consecuente expansión de la industria y los comercios, inaugura una fase en la cual la riqueza y los recursos producti-
vos no se identifican más con la propiedad de cosas materiales. Así pues, se ve erosionada la posición de supremacía que
ostentaba la propiedad y el centro del sistema económico se altera dando preponderancia a las relaciones: expectativas
vinculadas a promesas, en pretensiones vinculadas a deberes. Las grandes unidades comerciales o industriales poseen su
riqueza en función a vínculos contractuales y no ya en función al stock (ver: ROPPO, Vincenzo. Il Contratto. En: Trattato di
Diritto Privato diretto da Giovanni Iudica e Paolo Zatti. Giuffrè Editore. Milano. 2001. pp. 55 y ss).
36 CARNELUTTI, Francesco. Appunti sulle obbligazioni. En: Rivista di diritto commerciale. Parte Prima. Padova. 1915; y en su
Teoría Giuridica della Circolazione. Cedam. Padova. 1933. p. 88 y ss.
37 Para mejor detalle de este punto ver: BIANCA, Massimo. Reflexiones sobre el consenso traslativo. Traducción de la versión
italiana de Gastón Fernández. En Themis. Revista de derecho de los estudiantes de la PUCP. No. 38 Lima 1998. p. 73 y sgtes.
ID. Diritto Civile. T. III. Il Contratto. Giuffrè Editore. Milano. 1987. p. 500 y 501.
38 BIANCA, Massimo. op. cit (1998). p. 74; BARBERO, Doménico. Sistema del Derecho Privado. T. I. Traducción de la edición
italiana de Sentís Melendo. EJEA. Buenos aires. 1967. p. 158 y ss.
un aspecto que solo es importante cuando se jurídico, frente a la violación de una norma
dan conflictos de intereses entre adquirentes que impone determinadas conductas en bene-
y causahabientes, mas es poco relevante en ficio de un sujeto distinto del gravado con la
situaciones fisiológicas. misma, descuida injustificadamente lo que di-
cho sujeto puede hacer en una situación ajena
La segunda crítica se fundamenta en un con-
a la patológica, esto es, en una situación de
cepto adecuado del derecho subjetivo y no ya
en el concepto arcaico que confunde estructu- acatamiento normativo (situación fisiológica).
ra del derecho subjetivo con los medios de Ahora bien, si se siguiera un concepto como
defensa que le otorga el ordenamiento, ya que el criticado, se llegaría irremediablemente a
–como es evidente– estos últimos no son parte un absurdo. Efectivamente, se concluiría que,
de la estructura de aquel39. por ejemplo, el derecho de propiedad sería
Así es, los pandectistas consideraban que el una expectativa de pretender la tutela esta-
derecho real entrañaba en sí el carácter de erga tal contra quien robe nuestras cosas o se in-
omnes, y más aún si se trataba del derecho de troduzca sin nuestro permiso en nuestra casa,
propiedad. Así, consideraban al derecho sub- lo cual es inexacto, ya que el derecho de pro-
jetivo (del cual, como se sabe, la propiedad es piedad es ante todo un cúmulo de posibilida-
un tipo) como "algo que se protege" (teoría del des de actuación sobre ciertos bienes y estas,
interés de Ihering40 y de la protección de con la definición bajo crítica, permanecen en
Thon41), de tal manera que no resultaba extra- la penumbra sin razón alguna. De otro modo,
ño que los doctrinarios del siglo XIX confun- ¿es admisible sostener, acaso, que solamen-
dieran el derecho en sí mismo considerado con te cuando alguien ingresa sin nuestro permi-
sus mecanismos de defensa (tutela), como lo so a nuestra casa, o robe alguna cosa que nos
están haciendo aún hoy –y esto lo decimos res- pertenece, recién se pueda ejercitar el dere-
petuosamente– en nuestro país aquellos que cho de propiedad? La respuesta es evidente-
entienden que la celebración del contrato no mente negativa.
es suficiente para transmitir la propiedad, por
Resulta interesante destacar que el gran maes-
el hecho de que la propiedad es erga omnes.
tro José LEÓN BARANDIARÁN, gracias a su
En efecto, en modo alguno debe confundirse constante empeño por mantenerse al corrien-
el derecho de propiedad en sí mismo conside- te con los grandes avances de la doctrina civi-
rado, con los medios que emplea el ordena- lista internacional, consideraba al derecho, en
miento jurídico para protegerlo (como es la sí mismo, como algo completamente diferente
oponibilidad a terceros). Efectivamente, una de sus mecanismos de tutela, al mencionar que
noción de derecho subjetivo que fundamen- el derecho de propiedad se adquiría por el con-
talmente apunta a la perspectiva de obtener senso, pero asunto bien diverso lo constituía
cierta protección por parte del ordenamiento el tema de conseguir u obtener la protección
39 Los derechos subjetivos (y cualquier otra situación jurídica subjetiva de ventaja) requieren de una garantía que asegure que la
facultad en ellos contenida no sea ilusoria para su titular. Ahora bien, estas garantías se realizan solo de una forma: mediante
el establecimiento de deberes (o de otras situaciones jurídicas de desventaja) en cabeza de los otros miembros de la comuni-
dad. Además, el ordenamiento cuenta con una serie de mecanismos que operan en caso dichos deberes sean incumplidos
(esto es la tutela). De este modo, no puede ponerse en duda que todos los mecanismos involucrados en la defensa del
derecho subjetivo no forman parte de la estructura del mismo, ya que aquellos actúan sobre sujetos distintos al titular de este.
Ver: ESCOBAR ROZAS, Freddy. El derecho subjetivo. En: Ius et veritas. Revista de los estudiantes de la facultad de Derecho
de la PUCP. Número 16. Lima 1998. pp. 280 y ss. Conforme: ESPINOZA ESPINOZA, Juan. Los principios contenidos en el
Título Prelimar del Código Civil. Fondo editorial PUCP. Lima. 2003. pp. 73 y ss.
40 IHERING. El espíritu del Derecho Romano. Traducción de la edición alemana de Fernando Vela. Revista de Occidente.
Buenos Aires. 1947. p. 144.
41 THON, August. Norma giuridica e diritto soggetivo. Indagi di teoria generale del diritto. Traduzione (de la edición alemana) di
Alessandro Levi. Casa editrice Dott. A. Milani. Padova 1951.p. 207.
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legal frente a los terceros42… ¿qué tan justifi- de propiedad, sino un mecanismo exterior a
cado es no atender a las enseñanzas del maes- dicho derecho. En esta óptica, el solo consen-
tro del Derecho Civil peruano? Dejo al lector sus sí es capaz de transmitir el derecho de
dar respuesta a esta interrogante. propiedad, entendido como aquel derecho
subjetivo que permite obrar de la manera más
Por ello afirmamos que esas posibilidades de
plena sobre un bien para satisfacer los inte-
actuación, y no la expectativa de su protección
reses del titular, sin la cooperación ajena46. Y
(que, como quiere Ortega, sería el carácter erga
esto último no afecta en nada lo afirmado por
omnes), son las características que hacen di-
nosotros en la parte final del punto dos, ya
ferente al derecho de propiedad de los demás
que uno es propietario o no es propietario, no
derechos que otorgan facultades para satisfa-
hay términos medios, sin embargo asunto bien
cer el propio interés43. El derecho de propie-
diverso es decir, por ejemplo, que mi propie-
dad se caracteriza por ser una situación jurídi-
dad está mejor protegida que la del vecino, o
ca autosuficiente, ya que el gravado con dicho
que una propiedad se encuentra mejor tute-
derecho no necesita de la cooperación ajena
lada que otra47 48.
para satisfacer el interés que sirve de presu-
puesto a esta situación jurídica subjetiva. Esta, Por fortuna, la diferencia entre el derecho en
no la oponibilidad, es la característica funda- sí mismo considerado y los mecanismos de
mental44. protección que le proporciona el ordenamien-
to para hacerlos efectivos en el plano de los
De esta manera, consideramos que el derecho
hechos ha sido captada por nuestra judicatura:
subjetivo (en este caso el de propiedad) es com-
pletamente diferente a los medios de tutela Así es, hace uno años la Corte Suprema indi-
que emplea el ordenamiento jurídico para pro- có: "(…) que la inscripción en los registros pú-
tegerlo45. Por ende, la oponibilidad erga om- blicos no es constitutiva de derechos, por lo
nes no es parte de la estructura del derecho que no se exige dicha inscripción para que la
transferencia (de bien inmueble) quede per- clasificar a los derechos subjetivos ha sido só-
feccionada"49. En otra decisión, más reciente, lidamente cuestionada por un sector muy au-
esta misma instancia señaló: "(…) el artículo torizado de la moderna doctrina53.
novecientos cuarenta y nueve del Código Civil
En efecto, desde un inicio dicha clasificación
establece que la sola obligación de enajenar
no fue unánimemente admitida en la doctri-
un inmueble determinado hace al acreedor
na, ya que se ponía continuamente en duda la
propietario de él, no siendo necesario que di-
existencia de derechos subjetivos que carez-
cha transferencia sea inscrita para que quede
can de relevancia general. Siendo así, un sec-
perfeccionada"50. Nótese cómo no se opone ob-
tor importante –aunque también minoritario–
jeción alguna a la capacidad del consenso para
de autores europeos de fines del siglo XIX e
transmitir el derecho de propiedad.
inicios del XX intentaron, con base en diver-
sas concepciones acerca del derecho subjeti-
VI. (…) SIGUE: SOBRE LA OPONIBI- vo, hacer caer la mentada clasificación54.
LIDAD ERGA OMNES DEL DERE-
CHO DE CRÉDITO Debe indicarse que fueron los pandectistas
Ortega y muchos de los que cuestionan la po- quienes por vez primera se ocuparon del pro-
sibilidad de que el contrato pueda generar efec- blema de la legitimación activa del acreedor
tos reales se basan en que los contratos no como tal, en la responsabilidad aquiliana. En
pueden generar nunca efectos absolutos, ya realidad, fueron pocos los que inicialmente
que sus efectos solo son oponibles inter par- aceptaron la posibilidad de proteger al crédi-
tes51. Esta manera de visualizar la eficacia del to por la vía aquiliana. Además, aquellos in-
contrato se basa en la antiquísima clasifica- tentos se caracterizaban por alterar sustan-
ción de los derechos subjetivos que los distin- cialmente la noción clásica que se tenía so-
gue entre absolutos y relativos. De este modo, bre los derechos de crédito, de modo que bien
se sostiene que son absolutos los derechos que se les podía –a pesar de la incuestionable au-
se pueden hacer valer frente a cualquier per- toridad de sus defensores– acusar de "forzar" el
sona y que son relativos aquellos otros que, significado de los conceptos involucrados, de
por el contrario, solo pueden oponerse frente modo que no llegaban a resultados del todo
a ciertos sujetos52. Empero, dicha manera de satisfactorios55. Debe admitirse que incluso
194
CIVIL Y REGISTRAL
56 Ello ha sido resaltado con incuestionable pertinencia por APARICIO, Juan Manuel. Ob. Cit. p. 68.
57 Cf. Ibid. p. 70; y DI MAJO, Adolfo. Ob. Cit. p. 187.
58 La segunda parte del artículo 1373 del Código Civil italiano posee una redacción prácticamente igual al artículo 1363 de
nuestro código.
que un tercero ajeno a una relación obligato- su satisfacción o lesión se de al margen de cual-
ria pueda lesionar la misma. Solamente el deu- quier conducta del deudor. Esto encuentra co-
dor podía afectar el crédito de su acreedor59. tejo en aquellos casos donde el crédito se ve
satisfecho por un tercero y, en lo que al ejem-
La relevancia del trabajo de Busnelli radica en
plo expuesto líneas arriba se refiere, en el he-
que es él quien por primera vez sustentó el
cho de que es perfectamente válido sostener
carácter absoluto de los derechos de crédito
que la lesión injusta sufrida por el organizador
sin modificar sustancialmente la noción clási-
del evento puede encontrar solución en aten-
ca que se tenía sobre estos. ción a las normas que regulan la responsabili-
Para Busnelli el derecho subjetivo es siempre dad civil extracontractual. Por tanto, el dere-
una facultas agendi, sin embargo su estructu- cho de crédito es relativo en su momento di-
ra no debe concebirse como simple, en tanto námico, pero es absoluto en el estático, pues
que la misma está conformada por dos aspec- es evidente que en tanto valor o riqueza bien
tos que, a su vez, representan dos momentos puede ser lesionado o satisfecho por cualquier
del Derecho mismo: el interés y la facultad de sujeto distinto al deudor60 61.
obrar. El interés se refiere al momento estáti-
Lo que se ha buscado con la inclusión del plan-
co, mientras que la facultad de obrar al mo-
teamiento de Busnelli en este trabajo, es re-
mento dinámico. El interés está identificado
saltar el hecho de que los contratos bien pue-
con la "pertenencia" del derecho a la esfera de
den producir efectos cuya oponibilidad es
su titular, de donde resulta que se convierte
"absoluta". De este modo, se puede objetar
para él en una suerte de riqueza o valor. La
el argumento que niega la eficacia real del con-
facultad, por su parte, se identifica con la pre-
trato basándose en que el mismo solo produce
tensión que se dirige al deudor. Entonces, a
efectos oponibles interpartes.
diferencia de esta última que solo puede ser
satisfecha o lesionada al interior de la rela- Efectivamente, si bien hemos sostenido que la
ción obligatoria, aquél, en tanto valor o ri- oponibilidad nada tiene que hacer dentro de la
queza, adquiere una relevancia que sobrepa- configuración interna de un derecho subjetivo
sa los límites mismos de la relación obligato- (por lo cual es totalmente legítimo afirmar que
ria correspondiente, por ello es posible que el solo consenso puede transferir la propiedad),
59 Es de mencionar que años antes el profesor italo israelí, Guido Tedeschi abordó el tema, pero su ensayo se limita a describir
la situación en el Derecho italiano y a llamar la atención sobre como se plantea el problema en el Derecho inglés, refiriéndose
superficialmente a la clasificación de los derechos entre absolutos y relativos (ver: TEDESCHI, Guido. La tutela aquiliana del
creditore contro i terzi. En: Rivista di Diritto Civile. Anno. I. Cedam. Padova. 1955. pp. 291 y ss).
60 BUSNELLI, Francesco. Ob. Cit. pp. 30 y ss. En sede nacional: ESCOBAR ROZAS, Freddy. Ult. Cit.
61 El derecho del acreedor a la protección frente a los terceros que dañen su derecho de crédito ha sido ampliamente reconocido
por la doctrina y jurisprudencia europea. Según los estudiosos del tema, tal derecho es reconocido por primera vez en Ingla-
terra y se desarrolla teniendo como punto de partida a la relación entre master y servant. En efecto, en el Derecho medieval
esta relación era concebida como eminentemente desigual; al punto de considerarla como un estado de sujeción del servant
respecto al master, aunque esta relación –como casi siempre sucedía– se hubiese constituido por medio de un contrato entre
ellos. La doctrina de aquel entonces veía en esta disparidad o sujeción una suerte de derecho real, a species of property or
interest, del master sobre el servant. Como colorario de esto, el master podía accionar contra cualquier tercero que viole su
derecho sobre el servant. Posteriormente, la cuestión quedó mejor delineada, de modo que cuando el master sufría un loss of
service por efecto de un tort que un tercero hubiese cometido contra la persona del servant, aquel podía accionar contra el
tercero, sin importar que el tort fuese voluntario o involuntario. A mediados del siglo pasado se consolidó el uso del que es hoy
el principal remedio de la equity a efectos de proteger el crédito frente a los terceros que inducen al deudor a incumplir su
obligación: la injuction o mandatory injuction, el cual es un mandato que ordena –a veces bajo pena de arresto–, al tercero que
está lesionando el crédito que haga (dar o hacer) o no haga un determinado acto o adopte cierta conducta (ver: TEDESCHI,
Guido. Ob. Cit. pp. 296 y 297; y ROCA SASTRE MUNCUNILL, Luis. El perjuicio del derecho de crédito por acto de tercero. En:
Revista jurídica de Cataluña. Año LXI. No. 3. Barcelona. N 1962. pp. 577 y ss.). Pero cuidado, con lo expuesto no negamos la
posibilidad de que una inducción al incumplimiento pueda, en ciertos casos, ser socialmente útil desde una perspectiva econó-
mica, de modo que admitir el remedio de la ejecución forzada (para evitar que la inducción logre resultado alguno) resulta
siendo ineficiente en estos casos. Esta es una de las principales implicancias de la teoría del incumplimiento eficiente. Remi-
timos al lector a: BULLARD GONZALES, Alfredo. ¿Cuándo es bueno incumplir un contrato? En: Derecho y Economía. Pales-
tra Editores. Lima. 2003. pp. 225 y ss.
196
CIVIL Y REGISTRAL
no podemos dejar de hacer notar que la tesis ochenta y uno del Código Civil, mien-
de Busnelli bien puede servir de soporte para tras que el derecho del embargante –
objetar la opinión, con la que venimos disin- Arzobispado de Huancayo– es uno per-
tiendo, incluso dentro de su propio terreno y sonal, por consiguiente para resolver
demostrar que es contradictoria. Es decir, que esta oposición de derechos materia de
inclusive dentro de la perspectiva que afirma la Tercería de Propiedad son de aplica-
que el contrato no puede transmitir directa- ción las disposiciones del derecho co-
mente la propiedad, debido a que únicamen- mún como lo dispone la parte final del
te produce efectos interpartes, no encontra- artículo dos mil veintidós del código
ría explicación el hecho de que… los dere- acotado; CUARTO: Que, conforme al de-
chos de crédito casi siempre deriven de un recho común, el artículo novecientos
contrato (¡!), ya que estos, como magistral- cuarenta y nueve del Código sustantivo
mente ha explicado Busnelli, también son dispone que la sola obligación de ena-
oponibles a la generalidad de los individuos. jenar un inmueble determinado hace al
Siendo así, debe admitirse inevitablemente acreedor propietario de él, salvo dispo-
que el derecho transmitido en virtud de lo que
sición legal diferente o pacto en con-
dispone el artículo 949 es una propiedad en
trario y en aplicación de este dispositi-
sentido técnico, ya que no pueden existir efec-
vo el derecho de propiedad del actor se
tos contractuales oponibles solo a determi-
constituyó con anterioridad a la medi-
nados sujetos.
da cautelar trabada (…)"63. La institu-
Sea real u obligacional el efecto del contrato, ción religiosa pierde el litigio.
bien puede decirse que el mismo –a estas al-
turas del desarrollo de la dogmática jurídica– "(…) que, como en este caso se trata de
tiene una oponibilidad absoluta, la cual –di- derechos de diferente naturaleza, por un
cho sea de paso– es externa a los derechos con- lado real y por otro personal, se tiene que
siderados en sí mismos. aplicar el derecho común. Sétimo.- Que,
el artículo 949 del código antes citado
Este tema se vincula directamente con lo dis-
dispone que la sola obligación de enaje-
puesto por el artículo 2022 del Código Ci-
vil62. Pero, fuera de ello, lo que nos interesa nar un inmueble determinado hace al
resaltar es como nuestra judicatura, sin ma- acreedor propietario de él, salvo dispo-
yor análisis, ignora que los derechos de cré- sición legal diferente o pacto en contra-
dito también son oponibles a la generalidad rio (…)" 64. Vence el propietario no ins-
de la personas. crito, que celebró el contrato antes de la
traba de la medida cautelar.
Cuando los órganos jurisdiccionales abordan
un conflicto entre derechos reales y persona- Revisando más decisiones judiciales en torno
les, se indica que debe estarse a lo dispuesto al tema, nos damos cuenta que la abrumadora
por el derecho común (tal como lo manda la
mayoría considera que lo dispuesto por el ar-
parte final del citado artículo 2022):
tículo 2022 en su parte final hace referencia
"(…) que, el actor ostenta un derecho al artículo 949 del CC. Ello nos parece, en ver-
real, conforme al artículo ochocientos dad, incomprensible (¡!).
62 Sobre el particular, permítasenos remitirnos a: NINAMANCCO CÓRDOVA, Fort. El detalle que faltaba. Una relectura del
artículo 2022 del Código Civil. En: Legal Express. N° 72. Diciembre 2006. p. 18.
63 La ya citada Cas. N° 706-2002 JUNÍN.
64 La ya citada Cas. N° 1836-97 LIMA.
En efecto, ¿acaso el artículo 949 del Código Recalcamos: en buena cuenta, la tesis del solo
Civil resuelve algún conflicto entre derechos consensus sostiene que la transferencia de la
de distinta naturaleza? Es más, en estas deci- propiedad se da por la mera celebración del
siones la traba de la medida cautelar es poste- contrato. Basta un solo hecho jurídico (cele-
rior a la celebración del contrato de compra- bración del contrato) para transmitir la pro-
venta (que nunca se inscribió). Esta norma solo piedad. En ningún momento se habla de una
nos permite determinar cuándo se efectuó la celebración simultánea con el cumplimiento
transferencia, pero no dispone qué derecho del contrato. Si hemos indicado que la opinión
haya de prevalecer en un eventual conflicto. que sostiene la eficacia real del contrato se basa
Por ello, consideramos que muchas líneas ar- en la inexistencia de una prestación en la "obli-
gumentativas de la Corte Suprema son senci- gación de enajenar"… ¿de qué cumplimiento
llamente incompletas, ya que no hacen men- puede hablarse entonces?
ción a ninguna norma o doctrina con soporte
La celebración del contrato es un acontecimien-
en nuestra legislación que resuelva un con-
to (hecho jurídico) del mundo real o físico, al
flicto entre derechos de naturaleza diferente.
cual el ordenamiento asigna consecuencias
Si el derecho de propiedad es anterior al em-
jurídicas, las cuales no pertenecen al mundo
bargo, ¿en qué norma se dispone que dicho
de la naturaleza (recuérdese aquella famosa
derecho deba resultar vencedor en caso de
frase de Andreas Von Thur: "nadie vio jamás
conflicto? Nuestras cortes nunca lo dicen. Ellas
un derecho"), sino que son entelequias, enti-
constatan que la propiedad (no inscrita) es
dades que pertenecen al mundo del espíri-
anterior a la traba del embargo para declarar-
la como vencedora en un conflicto entre am- tu65. Todo lo contrario sucede con un hecho
bas, como si el artículo 949 del Código Civil jurídico, el cual sí puede ser apreciado por
dispusiera la solución de un conflicto (¿?). medio de nuestros sentidos. Lo que sucede
con este último es que puede ser valorado por
el ordenamiento jurídico bajo determinadas
VII. ATACANDO A UN FANTASMA circunstancias66 (constituyéndose así, en he-
Los malos entendidos siempre surgen en las cho jurídico).
relaciones interpersonales (sobre todo en las
El cumplimiento de un contrato es un hecho
sentimentales (…) ¿no es verdad?), con mu-
jurídico ¿o es que acaso el cumplimiento per-
cha mayor razón puede presentarse uno en un
tenece al mundo de las ideas y, por ende, no
debate doctrinal cuya fuente de conocimiento
puede ser apreciado por nuestros sentidos? ¿Es
son textos. Creemos firmemente que estamos
que alguien puede atreverse a decir que no es
ante uno de esos casos.
posible observar un pago? (¡!). Nótese que
En efecto, la llamada "corriente realista" (otra Gonzales pone como ejemplo a los contratos al
denominación que en sede nacional se le da a contado y a lo que sucede con las máquinas
la tesis del solo consensus) de ninguna mane- expendedoras. En los primeros, se celebra el
ra se basa en una supuesta simultaneidad en- contrato y se realiza un pago de inmediato, esto
tre la celebración del contrato y su cumplimien- es un contrato al contado. Francamente, pare-
to. Es más, ello nunca es posible ni siquiera en ce de perogrullo decir que el contrato es un
los casos planteados por Gonzales. ¿Es que un acontecimiento perfectamente distinguible de
efecto del contrato es su ejecución? (¡!) su cumplimiento o ejecución, el cual es un
65 VON TUHR, Andreas. Tratado de Derecho Civil. V. II. P. I. Traducción de la edición alemana de Tito Ravá. Depalma. Buenos
Aires. 1947. p. 4-5: "(…) pertenecen al mundo de las ideas los efectos jurídicos que prescribe la ley; las relaciones jurídicas, los
derechos subjetivos, las calidades jurídicas de personas y de cosas, no son objetos que puedan percibirse exteriormente".
66 Al respecto, las magistrales líneas de FALZEA, Angelo. Voz: Efficacia Giuridica. En: Enciclopedia del diritto. T. XIV. Giuffré.
Milano. 1965. pp. 432 y ss.
198
CIVIL Y REGISTRAL
67 BRECCIA, Umberto. Le Obbligazioni. En: Trattato di diritto privato… cit. Giuffrè. Milano 1991. p. 447.
68 No parece resultar ocioso repetirlo: la causa y el efecto no pueden darse simultáneamente. Aquella antecede a este siempre.
Ello, que puede parecer una verdad de perogrullo, adquiere la máxima importancia a efectos de evaluar algunos postulados en
torno al tema que nos ocupa. Puede verse la clásica obra de JEVONS, Stanley. Nociones de lógica. D. Appleton and Com-
pany. New York. 1919. pp. 138 y ss.
69 Salvo Juan Lohmann (para una crítica a esta posición: ESCOBAR ROZAS, Freddy. Op. Cit. p. 55).
70 Obviamente las partes pueden pactar algo distinto.
71 Véase al respecto: ESCOBAR ROZAS, Freddy. El débito y la responsabilidad en la estructura de la obligación. En: Revista
Derecho y Sociedad. PUCP. Lima. 2000. pp. 143 y ss; ESPINOZA ESPINOZA, Juan. Derecho de la Responsabilidad Civil.
Gaceta Jurídica. Lima. 2002. pp. 19 y ss.
Actualmente, nadie discute que no existen re- invocar el artículo 949 del C. C para regular
laciones de débito sin responsabilidad. Sin dicho caso. Quizá nos encontremos ante una
embargo, existen supuestos donde pueden hipótesis de dolo (el vendedor indujo a error al
apreciarse relaciones de responsabilidad pura comprador haciéndole creer que él era el pro-
(como las que derivan de la dación de la pren- pietario), o incluso se vean involucrados algu-
da o hipoteca por tercero). Es decir, donde vea- nos tipos penales (estafa por ejemplo). Pero lo
mos un débito, ineludiblemente, en caso de cierto es que la tan mentada "obligación de
incumplimiento, existirá responsabilidad. En- enajenar" (que, como lo hemos venido repitien-
tonces, ¿le estamos dando la razón a Gonza- do, no es tal) contemplada en el artículo 949
les? Por supuesto que no, ya que Gonzales su- no tendría nada que ver con el caso invocado
giere que a partir de la constatación de una res- por Gonzales, ya que jurídicamente hablando
ponsabilidad ineludiblemente exista un débi- dicha "obligación" jamás surgió por la sencilla
to, sin embargo, ello no es necesariamente así. razón de que el vendedor nunca pudo enaje-
Ahora bien, Gonzáles afirma que de ocurrir un nar válidamente el bien inmueble. Estamos
supuesto de evicción, nos encontramos ante hablando del contrato de la transferencia de
una situación de incumplimiento. Pero, inmuebles a la luz del artículo 949 (porque las
¿incumplimiento de qué? pues, evidentemen- partes pueden estipular cosa distinta), nada
te, de la "obligación de enajenar" el bien in- tiene que hacer aquí la evicción por las razo-
mueble. Dicha idea no puede ser compartida, nes expuestas.
ya que de seguirse, a menos que podamos pres- Nuestros tribunales también han sugerido que
cindir de la coherencia en el discurso, nos lle- la aplicación del artículo 949 presupone que
varía a consecuencias que no podemos aceptar. el transferente sea propietario en estricto:
Así es, en primer lugar los casos de evicción "(…) la pretensión de la actora para que se
son una excepción (etapa patológica), de allí inscriba la propiedad a su favor de dichos
que no podamos basarnos en ellos para deter- puestos en los registros de transferencias de
minar la naturaleza del sistema de transferen- propiedad de dicha asociación, no resulta pro-
cia de la propiedad inmueble. Segundo, en caso cedente, ya que las personas de don Víctor
de que se presente un supuesto de evicción Prado Canchari y don Dante Mari Sánchez
por el hecho de que el adquiriente sea privado Cerna (transferentes en este caso), no tenían
parcial o totalmente del derecho de propiedad la calidad de propietarios de los mismos sino
debemos decir lo siguiente: solamente de adjudicatario solo del derecho,
uso y posesión de estos"72.
El debate en torno a la transferencia de pro-
piedad inmueble se centra en el artículo 949 Para decirlo en pocas palabras, las normas in-
del Código Civil, el cual da por sentado que al volucradas (artículos 949 y 1491 del Código
celebrarse el contrato correspondiente, el Civil) tienen, como presupuestos de aplicación,
transferente puede enajenar válidamente el hechos jurídicos harto distintos. Ahora bien,
bien. Esto es axiomático. las otras dos últimas razones dadas por Gon-
záles tampoco nos parecen decisivas:
Ahora bien, si después de la celebración de un
"contrato de compraventa de bien inmueble", Nadie niega que el contrato de compraventa
el comprador es privado de la "propiedad" por tenga como propósito la transferencia de la
la autoridad estatal, obviamente ello significa propiedad del bien, evidentemente ese es el
que el vendedor nunca pudo enajenar válida- resultado que las partes buscan alcanzar. Pero
mente el bien, y en ese caso mal se haría en nosotros patrocinamos la opinión que sostiene
72 Resolución de la Corte Superior de justicia de Lima recaída sobre el Exp. No. 1621-2000, emitida el 27 de Junio del año 2000.
200
CIVIL Y REGISTRAL
que la transferencia se da por la sola celebra- y el vendedor no quiere abandonar el bien in-
ción del contrato tal como lo manda la norma mueble (desea mantener la posesión ilegal-
general que regula el tema (artículo 949 C. C). mente), el comprador tendrá a su disposición
¿Cómo va ser exigible la transferencia de la los mecanismos contemplados por el ordena-
propiedad, si esta ya se logró por la sola cele- miento (ej: art. 923 del C. C) para poder hacer
bración del contrato? Tal parece que no resul- uso de sus facultades.
ta ocioso repetirlo: al celebrase el mentado
contrato, según el código, surge la "obligación
VIII. UNA "APARICIÓN"
de enajenar", al surgir esta "obligación" el
acreedor de la misma ya es propietario. Cuan- Es fácil darse cuenta de que la transferencia
do se celebra el contrato de compraventa de de la propiedad inmueble es un asunto de gran
bien inmueble ¿qué otro acontecimiento es relevancia para nuestro sistema económico. Por
necesario para que el comprador se haga pro- ello, cualquier actividad legislativa en torno al
pietario? Gonzales nunca lo dice. Y es que nin- mismo debe premunirse de todas las herra-
gún acontecimiento es necesario. Pero cuida- mientas jurídicas disponibles, así como reali-
do, nótese que estamos hablando en torno a zarse con el máximo cuidado. Lamentablemen-
los bienes inmuebles, no a los muebles, resul- te, no ha sido así con el proyecto del ex con-
ta curioso que Gonzales se refiere a la com- gresista Chamorro –cuya mera presentación ya
praventa en general para criticar a la corrien- genera dudas–. En efecto, trata tan delicado
te realista. Esto se explica porque Gonzáles tema en menos de tres folios73.
entiende que es inútil la diferenciación entre ¿En que se basa el ex congresista para soste-
una venta real y una obligatoria. Esa afirma-
ner que la transferencia de propiedad de los
ción nos deja, nuevamente, absolutamente per-
inmuebles registrados opera en virtud de la
plejos. En efecto ¿Acaso es lo mismo que la pro-
inscripción? No tenemos la menor idea, el ex
piedad se transfiera en virtud de solo consenti-
congresista no efectúa cita alguna en su expo-
miento de las partes (venta real) a que se trans-
sición de motivos. No se ve cómo Chamorro
fiera con la entrega (venta obligatoria)? (¡!).
pudo haber planteado semejante cosa. Si el
Tampoco es cierto que los sostenedores del solo artículo 949 no hace distinción alguna, se apli-
consensus planteen que el vendedor no está ca, por ende, tanto a bienes registrados como
obligado a nada. ¿Quién ha dicho eso siendo no registrados. Como es sabido, la clasifica-
partícipe del solo consensus? Pues nadie. Se ción de los bienes entre registrados y no re-
trata de otro "fantasma". Ocurre que, si por la gistrados (tan defendida por Jorge Avendaño
mera celebración del contrato el comprador ya Valdez) no ha sido recogida por el código, en-
es propietario, el ordenamiento jurídico auto- tonces… ¿Cómo puede Chamorro distinguir
máticamente lo premunirá de todas las facul- donde la ley no lo hace? Es claro que el con-
tades que como tal le corresponden (y que an- gresista, al interpretar el artículo 949, esta
tes de la celebración del contrato le corres- violando un principio básico de la hermenéu-
pondían al vendedor). Si se celebra el contrato tica jurídica74. Esto basta para sacar a la luz las
inconsistencias del proyecto en cuestión75. Pero la cuponera de los impuestos para que este
continuemos: pague el impuesto predial, ya que Osarim en-
tiende que por la ausencia de inscripción
Chamorro tiene como justificación la no con-
Stens sigue siendo propietario del inmueble.
cordancia del artículo 949 con el sistema de
Sin embargo, es claro que la pretensión de
separación del contrato, sin embargo dicha di-
Osarim es ilegal, ya que por el solo consenso
sonancia se mantiene en su proyecto, ya que
este ya es propietario como lo dispone el ar-
en el mismo los bienes inmuebles no registra-
tículo 949. Resultaría inadmisible que Osa-
dos se transmiten deacuerdo al sistema de uni-
rim diga "pero en la práctica –a pesar de lo
dad del contrato. Además, nótese que el pro-
que dice la ley– la transferencia opera por el
yecto está referido a los inmuebles no registra-
registro". Ello es evidente, más aún tenien-
dos, sin embargo el proyecto de Chamorro ter-
do en cuenta que las normas jurídicas se
mina modificando solo la transferencia de los
derogan solo por otras normas jurídicas, no
inmuebles registrados. Entonces, resulta indis-
por los usos, ni mucho menos por la "práctica",
cutible que estamos ante un despropósito.
tal como lo manda el artículo I del Título Pre-
En efecto, la propuesta de Chamorro no mo- liminar del Código Civil76.
difica para nada el sistema de transferencia
¿Cuál es la novedad en el proyecto de Chamo-
de propiedad de los bienes inmuebles no re-
rro? Pues, como lo dijimos, únicamente la ins-
gistrados, ya que para estos sigue rigiendo el
tauración del registro constitutivo para la
sistema espiritualista, el cambio se da para
transferencia de bienes inmuebles registrados.
los bienes inmuebles registrados. Lo más gra-
¿Qué justificaciones se manejan en este pro-
ve es que Chamorro no sustenta en absoluto
yecto para intentar llevar adelante dicha pro-
este cambio. Sucede que Chamorro cree que
puesta? Pues ninguna. Y es que estamos fren-
en la práctica los inmuebles registrados se
te a una suerte de aparición, estamos frente a
transmiten por la inscripción, de modo que
una propuesta sin soporte material conocido,
con su propuesta no cree variar en nada en la
una propuesta "en el aire", que se nos aparece
realidad, sino tan solo facilitar la labor del
de pronto sin razón alguna.
operador al precisar los alcances del artículo
949. Craso error. Como expresamente lo indicamos al iniciar este
trabajo, nosotros no abordaremos el tema de
La transferencia de la propiedad se determina
las ventajas o desventajas de cada uno de los
por la ley, no por la "práctica". Seguir el razo-
sistemas de transferencia de propiedad. Pero
namiento del congresista nos llevaría a un ab-
permanece la siguiente pregunta: ¿es adecua-
surdo. Así es, imaginemos que Stens le vende
do que se imponga el registro constitutivo para
a Osarim un bien inmueble registrado a nom-
los inmuebles registrados?
bre del primero el año 2005, para este efec-
to celebran un contrato de compraventa, Ya hemos destacado que el registro es un me-
pero Osarim no se preocupa por la inscrip- canismo de publicidad íntimamente ligado a
ción. En el año 2008, Osarim le envía a Stens la tutela del derecho (de propiedad). Así pues,
75 Un bien inmueble no deja de ser tal por estar o no registrado. El artículo 949 se enmarca dentro de un régimen que ha acogido
la antiquísima clasificación de los bienes que los divide en muebles e inmuebles. Así, no cabe duda que el artículo 949 se
aplica a cualquier bien inmueble, en virtud de que esta norma, ni ninguna otra, no establece ningún tipo de restricción a su
"radio de acción".
76 Sobre el particular permítasenos remitirnos a: ESPINOZA ESPINOZA, Juan. Op. Cit. (2003). pp. 33 y ss. Así mismo, parece
que el congresista Chamorro ha olvidado –cometiendo de ese modo un grueso error que colinda, para decirlo sin ambages,
con lo imperdonable– que el sistema legal peruano pertenece a la familia del civil law y no a la del commow law. En efecto, solo
en el seno de este último sistema es posible plantear la validez de una costumbre (o "práctica") contra legem, debido a que el
derecho consuetudinario es el que prima en este sistema. Sin embargo, esto es impensable en un sistema propio del civil law,
donde solo la costumbre praeter legem es admitida como fuente de derecho, en virtud de la preeminencia del derecho escrito
(Con encomiable poder de síntesis: GALGANO, Francesco. Istituzioni di Diritto Privato. Cedam. Padova. 2002. pp. 7 y 8).
202
CIVIL Y REGISTRAL
no resulta extraño que en la vida diaria se pue- Además, esta pareciera ser la opinión recien-
da apreciar que, en la mayoría de las veces, la temente emitida por la comisión de reforma
adquisición de propiedad inmueble se inscri- del Código Civil80, la cual en sus propuestas no
ba en los registros, esto con el fin de tener un propone cambio alguno para el mentado ar-
derecho mejor protegido77. Empero, constitu- tículo 949.
ye un aspecto insoslayable el hecho de que el
sistema de registros, y sobre todo el de catas-
IX. REFLEXIÓN FINAL
tro real, está muy poco desarrollado en nues-
tro país –esto para nadie es un secreto–, si bien Es por todo lo expuesto que disentimos de las
es cierto que existen inmuebles registrados en críticas de Ortega y Gonzáles (contra quienes
las zonas rurales alejadas de nuestro país, no sostienen que el contrato puede producir efec-
puede negarse que en la mayor de la veces ha tos reales) que si bien son interesantes (ya que,
sido complicado realizar la inscripción corres- por ejemplo, otros autores nacionales no
pondiente, y otro tanto lo será modificar el habían tomado en cuenta lo señalado por
asiento registral respectivo. En efecto, hay zo- Carnelutti además dada nuestra opinión, no
nas donde toma varios días llegar a la oficina nos parecía que la corriente obligacionista tu-
de registro más cercana, de modo que para viera la última palabra) a efectos de demos-
efectuar una inscripción se incurre en gastos trar como temas aparentemente "solo dogmá-
significativos, más aún si el título tiene erro- ticos" cobran interés para solucionar un tema
res y no pasa la calificación en la oficina de de tanta trascendencia práctica, ya que si se
registro, lo cual implicaría realizar varios via- considerara que los medios de defensa del de-
jes para por fin obtener un cambio en el asien- recho subjetivo fueran parte de la estructura
to registral a favor del comprador78. Es, a to- de este y se ignorase los modernos plantea-
das luces, evidente que no es conveniente en- mientos de la doctrina de modo que se admita
carecer de ese modo las transacciones sobre como válida la criticada clasificación de los de-
bienes inmuebles, lo único que se generaría rechos subjetivos, irremediablemente se de-
es menor circulación de la riqueza, la cual es bería concluir que el solo consensus nunca
incentivada por el sistema consagrado actual- podría transmitir la propiedad inmueble en
mente. Así, bien visto el asunto, no parece que sentido técnico, pero como ello no es así, es
deba-por lo pronto- modificarse el artículo 949. fácil comprender entonces que el contrato sí
Acceder a una mayor seguridad a través de un produce efectos reales. Asimismo, el proyecto
óptimo estudio de títulos y la inscripción, debe del ex congresista Chamorro no nos parece
dejarse a la decisión de los particulares, quie- adecuado, son palmarias las graves deficien-
nes deacuerdo a las circunstancias optaran por cias que lo aquejan. Es preocupante que tan
el registro o consideraran suficiente la pose- delicado tema se haya manejado tan ligeramen-
sión como mecanismo de publicidad79. te en el congreso.
77 BIANCA, Massimo. op. cit (1998). p. 74: "(...) el adquiriente que no haya transcrito su título es propietario aún en los conflictos
con terceros, pero su adquisición queda sujeta a la posibilidad de perder eficacia frente a una adquisición que haya anterior-
mente absuelto la carga de la trascripción".
78 Lo ha hecho notar Alfredo BULLARD GONZALES en sus recientes exposiciones, más detalladamente en: La transferencia de
la propiedad inmueble en el Perú. Ponencia expuesta en el seminario internacional por los 200 años del code napoleon
organizado por la Universidad de Lima. Junio 2004.
79 En aquellas zonas rurales alejadas, no parece que sea un imperativo el registro, al contrario, la posesión bien puede ser un
mecanismo adecuado de publicidad. Nos remitimos al interesantísimo trabajo de Gastón FERNÁNDEZ CRUZ: La obligación
de enajenar y el sistema de transferencia de propiedad inmueble en el Perú. En: Themis. Revista de los estudiantes de la
facultad de derecho de la PUCP. N° 30. Lima 1994. pp. 149 y ss. Allí el lector encontrará argumentos, en nuestra opinión,
incontestables en defensa del solo consenso como un sistema adecuado de transferencia de la propiedad inmueble para el
Perú.
80 Comisión de reforma del Código Civil. Propuesta de reforma del Código Civil. Separata especial del diario oficial El Peruano.
Lima. 11 de abril del 2006.
Por otro lado, es un hecho que en el poder ju- "(…) Quinto.- Que, el contrato de com-
dicial se entiende que el consenso transmite praventa queda perfeccionado desde que
la propiedad: los contratantes convienen en la cosa y
en el precio, pudiendo las partes exigir-
"(…) la formalidad del otorgamiento de
se el otorgamiento de la escritura públi-
escritura pública, no constituye, en
ca, más aún si el Código reconoce el de-
nuestra norma sustantiva, un requisito
recho a compelerse a llenar dicha for-
del contrato de compraventa, toda vez
malidad no como requisito del contrato,
que en nuestro ordenamiento jurídico
sino como garantía de comprobación de
dicho contrato es de carácter consen-
la realidad del acto; (…)"84.
sual; sin embargo tal formalidad es una
garantía de comprobación de la reali- Lo que si nos preocupa –y mucho– es como
dad del acto y su inscripción en el regis- relacionan los tribunales los artículos 949 y
tro correspondiente permitirá al adqui- 2022 del Código Civil. Por un lado parecen atri-
riente ejercer su derecho de propietario buir a la primera una función que, a todas lu-
plenamente (…)"81. ces, no posee: solucionar conflictos entre de-
rechos de naturaleza distinta. Por otro lado, si
"(…) que la formalización del contrato
un planteamiento como el de Ortega llegase a
de compraventa, no es un acto de dispo-
ser esgrimido con fuerza en nuestro medio,
sición, de manera que no resulta exigi-
muy posiblemente nuestros jueces terminarían
ble de autorización que contempla el ar-
cediendo frente a los postulados de la denomi-
tículo cuatrocientos cuarentisiete del
nada corriente obligacionista, ya que la mayo-
Código Civil, consecuentemente la reso-
ría de ellos, siguiendo las ideas de la corriente
lución que desestima la defensa previa
realista, defienden a rajatabla la vieja clasifi-
ha sido dictada con arreglo a ley; Quin-
cación entre derechos absolutos y relativos para
to.- que el acto jurídico de compraventa
solucionar conflictos entre derechos de distin-
del inmueble, a favor de la demandante,
ta naturaleza85 (…) ¡que valioso es saber como
ha sido perfeccionado con el acuerdo de
la tesis de Carnelutti ha sido superada desde
voluntades realizado por los vendedores
hace mucho tiempo!
don Juan Ernesto Ruiz Ortiz y doña Mar-
tha Pérez Reyes Moyano de Ruiz y la com- Quizá alguno piense que los asuntos dogmáti-
pradora doña Lourdes María Cier Hún- cos no son importantes a efectos prácticos, sin
garo (…)"82. embargo es evidente que estos temas tienen
una relevancia innegable en el plano operativo:
"(…) es preciso tener en cuenta que la
sola obligación de enajenar un inmueble i) Permiten explicar de manera coherente el
es suficiente para perfeccionar un con- proceso de transmisión del derecho real más
trato aunque no se hubiere pagado el importante que existe, ii) nos sirve de soporte
precio del inmueble, pues ello solo da para tender una conexión entre los artículos
lugar a la acción personal directa por 1363 y 1969 del Código Civil, de modo que
cobro del precio y no a una acción de interpretemos que el contenido del primero
nulidad por simulación (…)"83. se refiere a los efectos que hemos llamado
81 Decisión de la sala N° 1 de la Corte Superior de Lima, recaída sobre el expediente 48-98, emitida el 13 de marzo de 1998.
82 Decisión de la Sala de Procesos Sumarísimos, recaída sobre el expediente 65211-97, emitida el 12 de noviembre de 1999.
83 Ejecutoria Suprema sobre el expediente 1964-88, emitida el 3 de enero de 1989.
84 Cas. 366 - 97 / ICA, emitida el 28 de abril de 1998.
85 Ver: NINAMANCCO CÓRDOVA, Fort. Loc. Cit.
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CIVIL Y REGISTRAL
"directos" (al momento dinámico diría Busne- críticas inevitablemente implican una confron-
lli) y de ningún modo a los efectos "reflejos" o tación, pero al fin y al cabo un enfrentamiento
"indirectos"86. Así es como se explica una ins- de ideas (y solo de ideas, aunque, como ya
titución cuya existencia no puede seriamente habíamos dicho por desgracia, no faltan aque-
cuestionarse en la actualidad: la tutela aqui- llos que llevan estos asuntos al plano perso-
liana del crédito87. nal) siempre es productivo88. Por otra parte,
sirva este medio para invocar a los nuevos con-
No tiene porque escandalizar a nadie el plan- gresistas que realicen su trabajo con el mayor
tear que, bien vistas las cosas, el contrato nor- de los cuidados y se documenten los más que
malmente produce efectos cuya oponibilidad puedan (porque, hay que decirlo, su –aún–
va mucho más allá de ser solo interpartes. enorme sueldo se los permite y si no lo hacen
Antes de terminar, deseamos expresar nues- incurren en una conducta más que reprocha-
tra satisfacción para con los trabajos críticos ble) antes de abordar un tema.
de los diferentes autores que hemos venido Finalizamos este modesto pero firme (y, lo
citando, ojalá ellos continúen con esta línea de admitimos, algo "sazonado") escrito esperan-
trabajo. En efecto, fuera de que se compartan do siquiera haber logrado el primer objetivo
las ideas o no, tenemos la firme convicción de que nos trazamos: contribuir con granito de
que solo cultivando una cultura del debate arena al esclarecimiento de los temas invo-
podremos mejorar la doctrina peruana. Las lucrados.
86 Evidentemente, como ya lo indicamos, es este el punto de apoyo para sostener que el organizador del evento deportivo puede
dirigirse contra la empresa de transporte a efectos de reparar el daño injusto sufrido. Efectivamente, si no tuviéramos el apoyo
de la tesis de Busnelli, no podría invocarse el artículo 1969 para proteger al organizador del evento deportivo, ya que la
empresa de transporte bien podría argumentar que el artículo 1363 es una norma que lo exime de toda responsabilidad, ya
que nadie distinto del deudor puede –en esta perspectiva– lesionar un derecho de crédito. Adviértase también que en sede de
responsabilidad por inejecución de obligaciones no existe norma que niegue dicho tipo de tutela.
87 Sobre el tema ver: FRANZONI, Massimo. La tutela aquiliana del contrato. En: I Contratti in Generale a cura di Enrico Gabrielli.
Cit. T. II. pp. 1600 y ss. principalmente; también DIEZ PICAZO, Luis. Fundamentos de Derecho Civil Patrimonial. T. II. Civitas.
Madrid. 1996. p. 602.
88 Es inconcebible plantear la idea de crítica no confrontacional, basta ver el diccionario de la RAE para darse cuenta que ello,
por definición, es absurdo.