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Dicotomía vs Integralidad

Tradicionalmente hemos utilizado el término “Desarrollo Personal”,


para referirnos al desarrollo de las habilidades para el diario vivir,
aquellas que usamos durante nuestro tiempo en casa,
compartiendo con familia y amigos; en ese tiempo donde muchas
veces nuestros intereses y pasiones se conjugan de manera
natural. Hablamos de habilidades como comunicación en pareja,
manejo de emociones, cuidado de nuestro cuerpo y nuestra salud,
para conocernos a nosotros mismos y aprender a determinar
nuestro propósito en la vida, nuestro rol en la sociedad, el
desarrollo de nuestra espiritualidad, a ser mejores padres, etc.

Por otro lado nos referimos al “Desarrollo profesional” cuando


hablamos del desarrollo de habilidades y conocimiento aplicado
directamente a nuestra vida laboral. De esta manera el desarrollo
profesional abarca habilidades tales como planeación, gerencia,
manejo de equipos y proyectos, estrategia, comunicación en todas
las direcciones jerárquicas, presentaciones, juntas, entre muchas
otras.

Se estima que cuando un adulto llega a los 74 años (expectativa


de vida actual en México- Fuente ) habrá invertido
aproximadamente 160 mil horas en su trabajo, siendo su vida
productiva entre los 23 y los 65 años, el tiempo en el trabajó
constituye aproximadamente el 35% del total. Quizás esta razón,
ha hecho que aunque el desarrollo personal desde el punto de vista
semántico, abarque un todo, es decir incluya el área
profesional/laboral, se haga la separación y distinción de esta
última, otorgándole importancia equivalente o algunas veces
superior a todas las demás áreas del ser humano juntas.

Si en realidad la mayor parte de nuestra vida, mucho más de la


mitad de nuestra vida consciente, la dedicamos a trabajar,
pareciera parecería correcto que nuestro desarrollo profesional
recibarecibiera esa preponderancia, pues constituye además, la
fuente de recursos económicos necesarios para sostener e incluso
muchas veces desarrollar la vida privada o área personal. La idea
en el fondo no es equivocada, pero al parecer ésta idea (o sino,
esta idea…sin tilde) ha sido factor determinante para que no sóolo
los términos “Desarrollo Personal” y “Desarrollo Profesional” hayan
tomado caminos independientes, sino que con el paso de los años
se hayan convertido en rivales. Vemos, entendemos y dedicamos
atención dividida a estas dos áreas, y convertimos a nuestra vida
privada y profesional en mundos paralelos y con mucha frecuencia
en mundos competidores de recursos, tiempo, dinero y, dedicación.
El resultado de éesto, una dicotomía permanente en nuestra vida,
con consecuencias desastrosas.

Curiosamente, cuando consciente o inconscientemente, la rivalidad


en cuestión, termina otorgándole privilegios al desarrollo de una de
las áreas en detrimento de la otra, sin importar cuál sea la
ganadora, sin demora empiezan a aparecer síntomas de
insatisfacción en todos los campos. Empiezan a aflorar problemas
de desempeño, de productividad, de sentido de logro, de relaciones
personales, de salud; siendo hoy en día todos estos síntomas, el
diario vivir de individuos, equipos y organizaciones enteras.

En futuros artículos exploraremos se explorarán, o exploraré conen


más detalle estos problemas, por ahora simplemente limitémonos
nos limitaremos, o me limitaré… pero no nos incluyas a los lectores
no sé, no me gusta…a reconocer que existen, están ahí y que son
compañeros permanentes cuando esta lucha por encontrar un
balance entre el desarrollo personal y profesional, es infructuosa.

Quizás si se partiera partiéramos desde el mismo punto, es decir,


dándole al desarrollo profesional su distinción e importancia a lo
largo de nuestra vida, pero entendiendo el desarrollo personal
como una necesidad con iguales derechos y privilegios, y esto no
sólo fuera la forma de pensar de individuos sino de organizaciones
completas, es muy posible que aflorara entonces la solución a
muchos de esos problemas que tanto nos aquejan actualmente.
Surgiría con fuerza lo que podemos llamar un “Desarrollo Integral” ,
aquel que comprende la sinergia entre las habilidades para la vida
y las habilidades para el trabajo, aquel que comprende que el
desarrollo personal y profesional son inseparables, que no son dos
rieles de una carrilera, sino un solo riel, que el balance entre estas
áreas de crecimiento nos proporciona todo lo que buscamos en
ambos mundos, paz, tranquilidad, desempeño, productividad,
resultados, satisfacción, felicidad, compromiso, dedicación,
plenitud.
Debemos adicionalmente contemplar “la tecnología” (pq entre
comillas?), la cual se ha convertido en el tercer eje de este análisis,
uno que cada día juega un papel más definitivo en cualquier campo
de acción, en cualquier actividad del ser humano. Oportunidad
infinita para unos, confusión e improductividad para otros, sentirse
o creerse ajeno a los avances tecnológicos, es no solo equivocado
sino irreal.

Desarrollo Personal + Desarrollo Profesional + Tecnología =


Desarrollo Integral = Acercarnos a nuestro verdadero potencial, a
nuestra realización y satisfacción = El final de una dicotomía que
ha prevalecido por años y el comienzo de la verdadera integralidad
del ser humano. Este modelo es mucho más fácil de lo que se cree,
más cercano; aunque filosófico; es práctico, es real, totalmente
posible y pragmático. Empiece por concederle unos minutos de
reflexión a estas ideas y a la posibilidad de usar el concepto de
“Desarrollo Integral” la próxima vez que identifique una necesidad
de desarrollo en su empresa, en su casa, o en si mismo., verá y
sentirá la diferencia.

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