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LIC.EN PEDAGOGÍA.
CUARTO CUATRIMESTRE.
UNIDAD 4
Ejercicio 5
A pesar del predominio del modelo centrado en el déficit, en los últimos años
ha surgido un nuevo modelo centrado en el desarrollo positivo y en la
competencia durante la adolescencia. De acuerdo con este enfoque, una
adolescencia saludable y ajustada y CUADRO: CONSECUENCIAS DE LA
IMAGEN NEGATIVA DE LA ADOLESCENCIA 1. Aumento de las medidas
coercitivas y de la restricción de libertades individuales. 2. Intenso prejuicio
social hacia la juventud que dificulta las relaciones entre adultos y
adolescentes. 3. Menor sensibilización hacia las necesidades de los chicos y
las chicas. 17 recursos y estrategias de intervención unas adecuadas
transiciones a la adultez requieren de algo más que la evitación de algunos
comportamientos como la violencia, el consumo de drogas o las prácticas
sexuales de riesgo. Así, el modelo adopta una perspectiva centrada en el
bienestar, pone un énfasis especial en la existencia de condiciones
saludables y expande el concepto de salud para incluir las habilidades,
conductas y competencias necesarias para tener éxito en la vida social,
académica y profesional. Este enfoque emplea un nuevo vocabulario, con
conceptos como desarrollo adolescente positivo, bienestar psicológico,
participación cívica, florecimiento, iniciativa personal o recursos o activos
para el desarrollo. Estos conceptos comparten la idea de que toda persona
durante su adolescencia tiene el potencial para un desarrollo exitoso y
saludable. Este modelo se sitúa en la línea de los modelos sistémicos
evolutivos actuales que asumen el principio de que las relaciones entre el
individuo y su contexto constituyen la base de la conducta y el desarrollo
personal: el desarrollo humano no está predeterminado, y es probabilística
y relativamente plástico pues siempre hay posibilidad y potencialidad para
el cambio. Desde este enfoque del desarrollo, la conducta individual y social
no puede reducirse a influencias genéticas y se enfatiza que la
potencialidad para el cambio en la conducta es una consecuencia de las
interacciones entre la persona en desarrollo, con sus características
biológicas y psicológicas, y su familia, su comunidad y la cultura en que está
inmerso. Por lo tanto, debemos mostrarnos optimistas acerca de la
posibilidad de intervenir, no sólo de cara a la prevención de conductas
problemáticas, sino también para la promoción de conductas positivas.
Podemos afirmar que un chico o una chica adolescente tiene un desarrollo
positivo, si está implicado en una serie de relaciones saludables con su
contexto. Lo importante es encontrar fórmulas que permitan crear un ajuste
óptimo entre la persona y su entorno, a través de políticas públicas y de
programas comunitarios. Como tendremos ocasión de comentar más
adelante, este último aspecto es fundamental, y nos remite al concepto de
recursos o activos para el desarrollo. Aunque el modelo del desarrollo
positivo podría considerarse como opuesto al modelo del déficit, en
realidad se trata de modelos complementarios, ya que reducir y prevenir los
déficits y problemas de conducta y promover el desarrollo y la competencia
son caminos paralelos. La figura 3 refleja la relación entre estos dos modelos.
En ella puede observarse como la promoción de los recursos y
oportunidades para el desarrollo no sólo promueve la competencia, sino
que, como consecuencia de ello, hace más resistente a los factores de
riesgo y reduce conductas problemas, tales como el consumo de drogas,
las conductas sexuales de riesgo, la conducta antisocial o los trastornos
depresivos.
desarrollo
problemas
oportunidades
para el desarrollo
Promover el bienestar, competencia y
desarrollo
solucionar.
• Enfatiza las potencialidades más que las supuestas carencias de los y las
adolescentes, incluso de los más
desfavorecidos y vulnerables.
adultez.