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Reseña capítulo Los colecctivos

Fuente: www.opuslibros.org/Index_libros/Recensiones_1/sartre_var.htm

D. Los Colectivos.
El ser social no es sólo la clase, sino una realidad más general llamada por Sartre el «colectivo».
La clase es sólo un tipo de colectivo. Existen muchos «seres» sociales, que son siempre
totalidades inorgánicas, con una unidad puramente pasiva: la unidad del montón, del conjunto, de la masa.
Estos «seres» sociales son los colectivos: tipos de amontonamiento cuantitativo de los individuos,
creados por la cosa-humana. Por ejemplo: la masa, la multitud de espectadores, un público, una clase social, la
opinión pública, el mercado de libre cambio, etc. El colectivo es Ser, no Praxis. En cuanto Ser, es sólo multitud
discreta de individuos. Sartre también admite como colectivos ciertas realidades que reúnen montones de
individuos, de modo disperso: la moneda, un café, una plaza.
La serie de máquinas crea una serie de hombres organizados casualmente por ella (sin conciencia). La
relación entre los individuos del colectivo es serial: cada uno se limita a ser el número de una serie (alumnos
de una universidad). El nexo serial tiene dos características, que no son más que las notas de los elementos de
un montón inerte:
1. Alteridad: cada uno es, respecto de los demás, un otro;
2. Impotencia: se deriva de la inercia del Ser; cada uno, en cuanto ser, no puede hacer nada, es miembro
impotente. Soló podrá hacer algo si niega el Ser, si sale de la serie, si entra en la praxis.
Pero el destino del Ser está en ser negado por la praxis. La antidialéctica había nacido de la negación
del trabajo (praxis individual). Ahora le tocará morir por acción de otra negación, que ya no es la praxis
individual —impotente ante la monstruosidad de la masa— sino la praxis colectiva o social, negadora del ser
social. Esta «negación de la negación» la realiza el Grupo, tema del libro II. El grupo, es praxis, no ser (por
tanto, lo propio del grupo es la revolución).
En este ascenso del colectivo al grupo, habrá que tener en cuenta que el grupo nace del colectivo, y se
corrompe en otro colectivo Su praxis está condicionada por su colectivo de origen (que le impone límites, etc.).
Pero a su vez, todo grupo está siempre en peligro de disolverse en serie, de recaer en un ser, que petrifica la
libertad. Y esto es lo que irá sucediendo cíclicamente (revolución, y burocratización de la revolución) como se
verá en el libro II.
Llegamos así al final del libro I, en el que se han analizado las dos primeras fases que indicábamos
páginas atrás: 1) De la Praxis individual a la cosa-humana, y 2) de la cosa-humana al hombre-cosa, que es el
hombre en cuanto ser. La acción ha creado tanto al ser de la naturaleza como al ser humano. El ser humano
queda identificado con el ser de clase y con las situaciones sociales pasivas en las que los individuos son
números de serie de los llamados «colectivos». En el segundo libro se va a estudiar la tercera fase, la de la
praxis colectiva del grupo, que va a despertarse para negar el ser del hombre-cosa o de las cosas-humanas.

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