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Los 200 mejores libros de la Historia de la Literatura

En buena lógica, resumir la creación literaria del ser humano a lo largo de miles de años
en 200 libros es muy difícil. Tanto que, probablemente, cada lector podría hacer su propia
lista y ésta -siendo igual de acertada- presentaría variantes respecto a otras. Porque en
el aprecio de una novela, de un poema o de una pieza dramática hay siempre tintes
subjetivos.
No obstante, encontramos una serie de libros cuya calidad es unánimemente aceptada.
Además, y en este sentido, ordenarlos numéricamente no significa que los primeros sean
mejores que los que van detrás. Dicho de otra forma, no quiere decir que el situado en
el número uno sea la mejor obra literaria de la Historia puesto que, en esa elección, sí
que interviene fundamentalmente la subjetividad. El hecho de que los ordenemos
numéricamente responde a la intención de estructurar mejor nuestra lista. Pero, sin más
preámbulos y a modo de aperitivo, pasamos a comenzarla e iremos elaborándola poco
a poco y con sumo cuidado basándonos en fuentes como ‘The Guardian’, la Asociación
de Bibliotecas Públicas de Nueva York o ‘Newsweek’.
1. Guerra y Paz
En esta gran novela, Tolstoi narra las alternativas de la vida de numerosos
personajes de toda clase y describe como nadie la situación a lo largo de
casi cincuenta años de historia rusa, desde las guerras napoleónicas hasta
más allá de promediado el siglo XIX. En aquellos tiempos, la campaña de
los rusos en Prusia con la reputada batalla de Austerlitz, la campaña de los
ejércitos franceses en Rusia con la batalla de Borodín y el incendio de
Moscú, se entretejen las aventuras de dos familias nobles rusas, los
Bolkonska y los Rostov. Combinando con suprema destreza la historia y la
imaginación, el autor nos ofrece la epopeya de dos emperadores, Napoleón
y Alejandro.
Es difícil igualar la hondura y magnificencia de este relato que tiene por
escenario los salones de San Petersburgo y en las cárceles de Moscú, en
radiantes palacios y en los campos de batalla. Guerra y Paz es una novela
que trata sobre la invasión napoleónica a Rusia, donde el joven Pierre
Bezuchov asume su compromiso con Elena Kagarin, a quien después
abandona. Es participe del frustrado atentado contra Napoleón, es apresado
y allí, en ese momento es cuando descubre el significado de la vida. En la
familia Bolonski sobresale un viejo príncipe que vive solo, al ser abando-
nado por su hija María que, al huir del padre, se casa con Nicolás Rostov.
Andrés Bolonski hastiado de la convivencia con su esposa, marcha a la
guerra, es herido en Austerliz. La obra expone con magistral destreza y
demuestra que la historia del ser humano es la historia de la guerra, realidad
infausta que provoca desconcierto sentimental e intelectual en las almas
humanas. La presunción del invasor Napoleón tiene menor consideración
en cualquier humilde soldado.
Adentrarse en la lectura La Guerra y la Paz, novela de Tolstoi es situarse
ante un monumento colosal de la literatura, una de esas catedrales góticas
que se edificaban sin tener en cuenta el nombre del arquitecto y su época.
2. El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha

Don Quijote de la Mancha, es una narrativa en tercera persona que sigue


un orden cronológico en el que nos hace testigos de las aventuras y
desgracias del ingenioso hidalgo, Don Quijote, hombre de edad avanzada
cuyo razonamiento ha sido afectado por su afición a la lectura de historias
de caballería llevándolo al extremo de creerse un caballero andante. La
distorsión de la realidad no solo se limita a su imagen, sino a todo cuanto lo
rodea, las personas que se cruzan en su camino y las circunstancias que
tiene que enfrentar.
La novela tiene un ritmo fácil de seguir, los personajes están en constante
movimiento y podemos distinguir un patrón en la estructura de casi todos
los capítulos que la conforman en la que Don Quijote encuentra una
dificultad, se plantea una solución, la ejecuta y al final se resuelve o queda
inconclusa.
El toque cómico que maneja Cervantes a lo largo de la obra da al lector la
sensación de empatía que el personaje requiere; sus capítulos llenos de
ironía funcionan, a su vez, como una parodia a las historias de caballeros
de antaño y como un perfecto homenaje a dichas obras.
El tema principal de esta novela es difícil de descifrar puesto que en ella se
tocan distintos temas y puntos de vista de interés social que siguen vigentes
aún con el paso del tiempo, temas como la importancia del amor en nuestras
vidas, incluso si este no es bien correspondido, la relación entre el bien y el
mal, la complejidad del ámbito político y el cómo este siempre será
percibido desde distintos puntos de vista, así mismo, durante toda la novela
se nos plantea la posibilidad de poder cambiar nuestra realidad por una más
cercana a lo que siempre hemos querido.
Don Quijote de la Mancha, lunático o caballero real y su fiel escudero
Sancho, se han convertido en uno de los personajes más sobresalientes de
la literatura universal, sus anécdotas han permanecido vigentes de genera-
ción en generación, ha sido el causante de interminables debates, risas,
llantos, incluso dolores de cabezas.
3. Crimen y castigo

El libro empieza de lleno con el crimen: Raskolnikov un estudiante muerto


de hambre, asesina y roba a una vieja prestamista que piensa que no
merece el dinero que tiene y sin embargo él lo necesita de manera
perentoria. Pero el hombre es tan tonto -o tan inexperto en estas lides- que,
no sólo no roba dinero, pues sólo sustrae joyas fácilmente reconocibles de
las que no puede sacar ningún provecho, sino que incluso están a punto de
cogerle pues se deja la puerta abierta mientras comete el asesinato.
El resto del libro habla del castigo, empezando por la tortura psicológica a
la que él mismo se somete que le lleva inevitablemente a la enfermedad
física y terminando por el castigo real. La trama central del libro es el acoso
y persecución psicológicos a los que se ve sometido, y en algunas ocasio-
nes no sabes si está cuerdo o no, si realmente ve sospechas y conspira-
ciones donde no las hay o si de verdad están siempre a punto de pillarle. A
mí me parece que no, que el crimen le ha trastornado totalmente.
El libro constituye, al mismo tiempo, una reflexión sobre el ser humano como
individuo y como criatura social. El protagonista, Rodión Raskólnikov, es un
intelectual que piensa hay que hay dos tipos de personas: las comunes, que
son la mayoría, y las superiores, destinadas a cambiar el mundo y que
pueden permitirse transgredir las normas legales e incluso las morales: él
se considera de este segundo tipo.
4. Madame Bovary

Madame Bovary es de esos libros que contienen tantos detalles que cada
vez que los lees puedes encontrar algo completamente nuevo y fascinante,
es de esas novelas que, en la medida que vas leyendo, te hace cuestio-
narte cómo algo puede estar tan perfectamente escrito que duele; hay quien
aborrece a Flaubert por sus minuciosas y amplias descripciones, pero a mí
me fascinan y de escribir un libro, me gustaría tener la calidad literaria que
hay en una novela tan maravillosa como lo es Madame Bovary.
Porque es, además, una novela que te golpea contra la realidad a punta de
construir ilusiones (y esto es bien ambiguo, pero es así) que terminan por
derrumbarse, simplemente porque la vida no funciona así, y es que Madame
Bovary es una obra de arte en el mayor sentido de la expresión, da la
sensación de que ha sido esculpida palabra por palabra, con frases que
parecen poesía y con descripciones que te dejan sin aliento y con ganas de
saber cómo coño algo puede estar tan malditamente bien escrito de una
manera preciosa.
La novela se basa en la vida de Emma Bovary, una joven de provincias,
casada con Charles Bovary, quien la ama pero es incapaz de satisfacerla y
comprenderla, con una hija inteligente y que ha heredado su mítica belleza,
tiene, en definitiva, todo lo que necesita para ser feliz, sin embargo, ella se
siente extremadamente aburrida de todo lo que la rodea, la insatisfacción va
creciendo dentro de sí hasta convertirse en una mujer liberal y adultera, cuya
soledad y desesperación la llevan a rebelarse contra su propio destino. Sé
que en un principio puede parecer que el tema principal es la vida
"pecaminosa" de una mujer insatisfecha en todos los sentidos, sin embargo,
para mi Emma representa esa desesperada búsqueda de algo mejor, esa
lucha contra el destino cruel que se nos presenta y no nos llena, ese deseo
de felicidad plena que, al final, nunca logramos alcanzar.
Es una historia que, al fin y al cabo, nos narra la historia de una mujer que
tiene todo con lo que cualquier chica de su época sueña, pero que cae en
el error de descuidar su propia alma, su templo.
5. Ulises

Esta es la crónica de un día en la vida de Leopold Bloom, de su mujer Molly


y del joven Stephen Dedalus en la ciudad de Dublín. Con la descripción de
la odisea interior de estas vidas insignificantes, el genio de James Joyce
convirtió la prosaica y vulgar epopeya del hombre de nuestro tiempo en una
obra inmortal. Al descubrir una nueva dimensión de la existencia humana,
Joyce ha conmocionado con esta obra innovadora la literatura del siglo XX.
Ulises no recoge ningún acontecimiento especialmente significativo, sino
que se limita a narrar un día corriente de unos personajes normales. Su
acierto es su capacidad para plasmar el ajetreo de una ciudad (tal como
eran las ciudades a principios del siglo pasado) y, especialmente, su manera
de describir hasta el último resquicio de sus protagonistas sin recurrir a las
técnicas tradicionales que hasta el momento se usaban en la novela.
En ese sentido, sin duda Ulises es una novela rupturista, un derroche
de estilo literario donde la forma pesa más que el fondo. Algo sin duda
conveniente, dada la sencillez del argumento. El problema radica en que
Joyce no se cuida de incluir al lector en el proceso y aunque la novela tiene
capítulos y fragmentos verdaderamente brillantes —como el capítulo diez
donde se sigue el itinerario de diferentes personajes moviéndose y
cruzándose por la ciudad, o el capítulo final con el largo e intenso monólogo
interior de Molly Bloom- otras veces se arrastra de manera confusa e incluso
tediosa.
Para finalizar, resulta innegable que Ulises es una obra rompedora,
vanguardista y hasta compleja. Lo que resulta excesivo es afirmar que esta
y no otra novela marcó un antes y un después en la literatura. Todas las
vanguardias venían desde hace tiempo experimentando nuevas maneras
de narrar, alejadas de la concepción tradicional de la novela. Ulises es fruto
de todo ello —y sin duda germen de lo que vino después—, pero lo es de
forma conjunta con otras muchas novelas excelentes que parecen quedar a
la sombra de la fama de la que nos ocupa. Léanla y juzguen.
6. El ruido y la furia

Obra de otro de los grandes renovadores de la novela en el siglo XX, el


norteamericano William Faulkner (New Albany, 1897-1962). A través de la
degenerada familia Compson, muestra la decadencia del “profundo sur” de
Estados Unidos. Igualmente destacan en ella las audacias formales, entre
las que destaca la ruptura de la continuidad temporal, con constante saltos
atrás y adelante.
Suele decirse de esta gran novela que “refleja la decadencia de una familia
sureña, los Compson, compuesta por un hermano suicida, una hermana
desaparecida, un hermano idiota y otro solterón, violento, racista y avari-
cioso. Todos hijos de un padre alcohólico y una madre histérica e hipocon-
dríaca”. Ese es el retrato que bien pudiéramos haber encontrado sobre la
repisa de una consola decimonónica sobre la que aún permaneciera un
búcaro de flores secas. No dice mucho más. Sólo si encontramos un
narrador como William Faulkner, podríamos entender los rictus de tristeza,
inocencia, desesperación… de los personajes allí retratados. Y aunque él
nos dice que nunca pudo contar bien la historia, al final del relato los
personajes del hierático retrato, que son quienes se han puesto a hablar, se
nos muestran despegados de un autor, mostrando sus diferentes puntos de
vista y expresando sus sentimientos desde el desgarro de sus miserias.
El ruido y la furia es una obra maestra de la literatura. Relata la degene-
ración progresiva de la familia Compson, sus secretos y las relaciones de
amor y odio que la sostienen y la destruyen. Por primera vez, William
Faulkner introduce el monólogo interior y revela los diferentes puntos de
vista de sus personajes: Benjy, deficiente mental, castrado por sus propios
parientes; Quentin, poseído por un amor incestuoso e incapaz de controlar
los celos, y Jason, monstruo de maldad y sadismo.
El libro se cierra con un apéndice que descubrirá al lector los entresijos de
esta saga familiar de Jefferson, Mississippi, conectándola con otros perso-
najes de Yoknapatawpha, territorio creado por Faulkner como marco de
muchas de sus novelas.
7. El príncipe

En este caso, no se trata de una novela sino de un tratado sobre las


cualidades del político escrito por Nicolás Maquiavelo (Florencia, 1469-
1527), uno de los hombres más poderosos del Renacimiento italiano.
Precisamente en esta obra expone las ideas que marcaron su conducta,
algunas tan polémicas que su autor ha dado lugar al adjetivo “maquia-
vélico” para señalar al político conspirador e intrigante.
El príncipe, de Nicolás Maquiavelo, constituye un importante aporte a la
concepción moderna de la política. En este sentido, es una obra contradice
la tradición filosófica del pensamiento político antiguo en la cual la práctica
política se encuentra ensombrecida por la idealización de gobiernos y
ciudades utópicas.
Al contrario, en El príncipe, Maquiavelo establece que el ejercicio real de la
política implica situaciones reales con hombres y pueblos reales, cuyas
conductas, decisiones y acciones, generalmente no responden necesaria-
mente a la moral sino a las leyes del poder.
Así, pues, la importancia de este tratado radica en que deja al descubierto
las verdades prácticas del poder y muestra la forma en que frecuentemente
el ejercicio del poder contradice u obvia los preceptos morales. De allí que,
en lugar de dedicarse a hacer juicios sobre la moral o la religión, se enfoque
más en cuestiones de estrategia política.
De esta manera, Maquiavelo expone detalladamente la forma en que el
gobernante debe hacer frente a las diferentes situaciones o circunstancias
que se le presenten, y establece que el principal fin de la práctica política es
conservar exitosamente el poder.
Para demostrar sus teorías, Maquiavelo echa mano de situaciones
históricas reales, que abarcan desde el mundo antiguo hasta su presente.
Conviene acotar que El príncipe es la obra que da origen al término ma-
quiavélico, utilizado con cierta carga despectiva para condenar prácticas
inmorales o malévolas, cuando en realidad esta es una obra de gran valor
por su conocimiento de la psique humana, el sentido común y el pensa-
miento pragmático. Hoy en día, es un libro ampliamente leído y consultado
en temas de estrategia política y negocios.
8. Un mundo feliz

Novela de ciencia ficción del británico Aldous Huxley (Godalming, 1894-


1963) que se inscribe en el subtipo de “distopía” visionaria, ya que muestra
lúcidamente una futura sociedad humana en la que, tras un barniz de
aparente libertad, todas las acciones del Hombre están controladas por el
poder. Los niños son creados en probetas y, desde ese momento, se decide
a qué grupo van a pertenecer y, en consecuencia, cómo será su vida. Se
trata, en suma, de una pesimista visión del futuro.
"Un mundo feliz", novela escrita en 1932, recrea una democracia que no lo
es, una dictadura que no lo parece, una cárcel de la que los prisioneros no
quieren escapar porque no saben que lo son, condicionados desde su
extraña concepción para ser lo que tienen que ser.
Huxley nos presenta una sociedad altamente tecnológica que utiliza todos
los medios posibles para condicionar y controlar a la masa a fin de conseguir
la estabilidad social. Los niños no nacen, se hacen, y están genéticamente
manipulados para pertenecer a una de las cinco categorías de la población,
jerárquicamente estructuradas: Alfa (la élite, los más inteligentes), Beta,
Gamma, Delta y Epsilon (las castas inferiores, menos desarrollados física e
intelectualmente).
Esta obra se encuadra dentro de las llamadas antiutopías o distopías (como
"1984" (1949) de George Orwell o "Fahrenheit 451" (1953) de Ray
Bradbury), que muestran mundos y civilizaciones futuras dominadas por
regímenes totalitarios que ejercen un control total sobre sus ciudadanos. Las
comparaciones con "1984", de George Orwell, parecen inevitables. Sin
embargo, existen diferencias sustanciales entre ambas. Las dos son
antiutopías que nos sitúan en un mundo futuro, pero en cada uno el control
se ejerce de una manera distinta. En "Un mundo feliz", la rebelión no es
imposible, pero, simplemente, no es deseable. Sus habitantes no conocen
otra manera de ser felices que hacer, precisamente, lo que han nacido para
hacer. Tienen todas las comodidades que pueden desear y, si esto no fuera
suficiente, tienen las drogas de diseño para alterar su percepción y olvidar
y modificar sus inoportunas emociones negativas. Es la sociedad capita-lista
que nos ha tocado vivir. Huxley, al contrario que Orwell, muestra cómo
aquello que deseamos puede hacerse realidad.
9. La Ilíada

La Ilíada de Homero es uno de los grandes libros de la historia. No


solamente por su contenido, sino por su gran relevancia en la cultura
grecolatina y, por ende, en la cultura occidental. Un libro que ha sido leído
por las grandes mentes y los grandes personajes de la historia. Un libro que
ha influido a grandes personajes de la humanidad. Una épica. Una epopeya.
Aquiles contra Héctor. La cólera de Aquiles. Los dioses jugando con los
humanos. La Ilíada es el relato de ciertos acontecimientos acae-cidos en la
última fase de la guerra, de 10 años de duración, que enfrentó a la
confederación de los griegos y a Troya y sus aliados los «danaos». Es un
relato que examina el absurdo de la furia y el orgullo, y el carácter tétrico de
la guerra.

Agamenón, el líder de los griegos, hace montar en cólera a Aquiles, el más


feroz de los guerreros griegos, al arrebatarle su justo botín. Airado, Aquiles
se retira de la lucha llevándose consigo a sus seguidores –los mirmidones–
. El príncipe troyano Héctor encabeza un ataque contra la flota griega,
varada en la playa, y los griegos, dirigidos incompetentemente por
Agamenón, están a punto de ser destruidos por completo. Aquiles se niega
a volver a la lucha, pero envía a su mejor amigo, Patroclo, a luchar en su
lugar. Héctor mata a Patroclo y Aquiles, atormentado por la rabia y la pena,
se lanza a buscar a Héctor para matarlo. Héctor, aunque es sabedor de que
no puede vencer a Aquiles, decide luchar contra él de todas formas y resulta
muerto. Aquiles, entonces, deshonra el cuerpo de Héctor arras-trándolo con
su carro en torno a la ciudad. Todos estos acontecimientos ocurren en el
lapso de dos días de lucha separados por dos días de tregua, y ocupan los
primeros 22 libros de la Ilíada.

Los libros finales narran la reunión nocturna entre Aquiles y Príamo, el


anciano rey de Troya y padre de Héctor, celebrado en el campamento de
los griegos. Al final de esta reunión, el cuerpo de Héctor le es finalmente
entregado a su padre para que se celebren lo correspondientes ritos
funerarios, ya que los dioses, ofendidos por el inaceptable comportamiento
de Aquiles, lo han castigado manteniendo el cuerpo de Héctor hermoso y
fresco; precisamente, el verso que cierra la obra: «Así hicieron las honras
de Héctor, domador de caballos»
10. La Eneida

La Eneida Es una epopeya del siglo I a.C., escrita por el poeta Virgilio. Esta
gran obra épica latina en la cual se relatan las peripecias vividas por el joven
Eneas, hijo del pastor troyano Anquises y Venus, la diosa del amor, Afrodita,
no sólo enaltece al Imperio Romano adjudicándole un origen divino al
establecer que Rómulo y Remo fundadores de Roma –cabeza del Imperio
Romano- eran originarios de Alba Longa tierra fundada por Lulo, hijo de
Lavinia, la hija del rey Latino y Eneas, quien a su vez era hijo de Venus, y
por lo tanto linaje divino descendiente de los dioses, sino que además brinda
al lector la posibilidad de conocer la historia de los troyanos sobrevivientes
a la cruel guerra narrada por Homero en la Ilíada.

A lo largo de esta epopeya, Eneas no sólo navega hacia Italia, sino que
también visita el inframundo y hace una parada en Cartago en donde Dido,
también conocida como Elisa de Tiro, la primera reina de Cartago, se
enamora de él. El héroe de Troya se enfrenta a la muerte de sus seres
queridos y de diferentes personajes que intentan ayudarle a alcanzar su
destino, el cual Juno pretende truncar.

La Eneida, el gran poema épico de Publio Virgilio Marón, es considerada


como una de las obras emblemáticas de la civilización grecolatina. El
poema, que Virgilio no terminó, exalta los orígenes del pueblo romano a
través de Eneas, héroe troyano de estirpe divina, y narra sus viajes y las
guerras que hubo de sostener para establecer su linaje en el Lacio. La
influencia de Homero es evidente y las referencias a la Ilíada y la Odisea,
constantes; pero su finalidad concreta era conseguir que los romanos
estuvieran orgullosos de serlo, que se sintieran herederos de los dioses y
de los héroes que habían forjado su historia nacional, y, sobre todo, exaltar
la figura de Augusto como materialización y eclosión del glorioso destino de
Roma. A Virgilio nunca le satisfizo plenamente su obra; trató de destruirla y
en su testamento prohibió su publicación, pero el emperador Augusto lo
impidió.
11. Las Sonatas

Volvemos a la edad contemporánea para hablar de esta magnífica obra de


Ramón María del Valle-Inclán (Villanueva de Arosa, 1866-1936). Narra, a
modo de memorias, la vida del ficticio marqués de Bradomín, “un don Juan
feo, católico y sentimental”. Consta de cuatro partes: ‘Sonata de otoño’, ‘de
estío’, ‘de primavera’ y ‘de invierno’, cada una de las cuales se centra en
una etapa de la biografía del aventurero protagonista, un ser cuya única
moral reside en la estética, perturbado constantemente por la pasión sexual
que siente ante las mujeres.

Incluidas en la lista de las cien mejores novelas del siglo XX, las Sonatas se
mueven siempre en el filo entre el amor y la muerte, siempre en escenarios
exóticos como Italia, México, la Navarra carlista y, por supuesto, Galicia, la
tierra de Valle-Inclán. Perversas, provocadoras, sutiles y siempre inquietan-
tes, el pintor realista gallego Víctor López-Rúa ha ilustrado esta edición,
distorsionando la realidad para aproximarse al mundo valleinclanesco. La
edición ha sido fijada por Luis Alberto de Cuenca, siguiendo la última edición
corregida en vida por el propio autor de las Sonatas.

Así, por ejemplo, Sonata de Otoño (1902), está localizada en Galicia: es la


primera aparición del personaje de Bradomín, se desarrolla en un plazo al
que se dirige el marqués donde se está muriendo su amada Concha, una
mujer con la que tuvo una relación amorosa anteriormente la cual sigue
enamorada de él. Es un sentimiento de melancolía porque es un amor
pasado. En la Sonata de otoño, Bradomín comienza citando una carta de
Concha que ya hace mucho tiempo ha perdido. La acción comienza al recibir
la carta, pero en su transcurso se evocan, en pasados consecutivos, las
etapas de la relación amorosa, y también el futuro. Hay que decir que
Bradomín suele distanciarse irónicamente de la realidad, idealizando el
pasado, enjuiciando sus propios actos o moldeándose de actitudes ideales,
de prestigio histórico y literario.

Está escrita con una prosa exuberante y bellísima de indiscutible raigambre


modernista. Mucho y muy bueno escribió Valle, pero, sin duda, esta obra
figura entre lo mejor de su producción.
12. El Decamerón

El Decamerón, escrito entre 1249 y 1353, es una recopilación de cuentos,


quizá la colección por excelencia de la literatura mundial, y punto de
referencia del que han surgido desde entonces un sin fin de otras muchas
creaciones narrativas. La obra es una gran miscelánea de cien cuentos que
los diez personajes relatan cada noche de su reclusión en una villa donde
se protegen de la peste que devasta Florencia.

Cada uno de estos personajes -siete mujeres y tres hombres- deleita al


lector con un singular retrato psicológico, con personalidad absolutamente
definida, que recurre para ilustrar las distintas temáticas que se encuentran
en cada cuento. En ellos cobran inusual protagonismo el ingenio, la refle-
xión, el amor, el erotismo -de modo prodigioso ha sido considerado este libro
como una obra solamente erótica- la virtud y la fortuna, todos ellos
plasmados con una magistral técnica de narrador. El Decamerón, del
italiano Giovanni Boccaccio, muestra un punto de partida curioso y un
imaginario vastísimo que serviría de modelo para muchas de las obras que
verían la luz durante el Renacimiento. La historia empieza en los tiempos
cuando la peste bubónica o peste negra empezó a asolar Florencia a
mediados del siglo XIV. Los diez protagonistas, siete mujeres y tres
hombres, se refugian en una villa de las afueras por diez días. Estas
historias no son íntegramente imaginación de Boccaccio, sino que acopian
parte de la cultura oral italiana, con referencias a fuentes francesas y latinas.

Para relacionar estas cien historias, Boccaccio estableció un marco de


referencia narrativo: cada miembro del grupo narra a los demás concu-
rrentes una historia por cada una de las diez noches que ellos pasan en la
villa, lo que da nombre en griego al libro: de esta manera se relatan las cien
historias en total. La importancia del Decamerón descansa en gran parte en
su muy defendida y elegante prosa, que implantó un modelo a remedar para
los futuros escritores del Renacimiento, pero también en haber compuesto
el molde genérico de la futura novela cortesana, (la leyenda de Los amantes
de Teruel, por ejemplo, está sugestionada en el cuento VIII de la cuarta
jornada.
13. Las uvas de la ira

Un nuevo salto en el tiempo para citar esta magnífica novela del norteameri-
cano John Steinbeck (Salinas, California, 1902-1968). Ambientada en el
contexto de la Crisis de 1929, narra la peripecia de la familia Joad, campe-
sinos expulsados de sus tierras en Oklahoma y obligados a emigrar a
California, donde se necesitaba mano de obra jornalera. Constituye un canto
a la justicia social y a la dignidad humana.

El exilio obligado, el desplazamiento visto, vivido, no solo como pérdida


material, sino también como una pérdida de identidad. La imposición de salir
de su medio, de ese lugar con el que se identifican, los dejará expuestos,
desprotegidos, con una carencia absoluta de seguridad. Emociones que se
debatirán con la esperanza de un futuro mejor. Salvavidas al que se aferran
para seguir avanzando a pesar del hambre, de la miseria, de la cercanía de
la muerte, del miedo, de la impotencia y de ese rechazo forjado en el pánico
de la gente de las poblaciones por donde pasan con el único fin de encontrar
un trabajo para vivir dignamente. El instinto de supervivencia los guía, los
impele a avanzar, a resistir.

La crisis de 1929 asoló a una amplia mayoría de la población norteameri-


cana y Steinbeck fue uno de los encargados en dar a conocer las conse-
cuencias que la gente de campo sufrió con esta debacle. A través de una
descripción tan minuciosa como magistral, el lector accederá a una época
marcada por el desahucio, la impotencia, el miedo, el hambre, la hostilidad
y la usura. La familia Joad, grupo de tres generaciones que representará a
miles de familias del sur estadounidense se verá obligada a dejar sus tierras.
La sequía prolongada y su consecuente pésima cosecha les negará la
posibilidad de hacer frente a la deuda con el banco.

Un exilio que revelará que el amor, la solidaridad, la ayuda, la cooperación


y sobre todo la unión son las semillas para lograr un mundo mejor. Pero
también que la ruindad y la deshumanización del mundo avanza espoleado
por los intereses y conveniencias de unos pocos ante la impotencia y
desamparo de muchos otros. Una historia intensa y amarga que respalda la
reflexión de José Luis Sampedro “el Sistema ha organizado un casino para
que ganen siempre los mismos”
14. Hamlet

Como ocurre con otros autores, no será la única obra que mencionemos
de William Shakespeare. El rey de Dinamarca ha sido asesinado por Claudio,
su hermano, para así sucederle en el trono. Poco después, el fantasma del
monarca se aparece a su hijo, Hamlet, y pide venganza.

Hamlet es un joven cuyo padre ha muerto en misteriosas circunstancias. Su


madre rápidamente volvió a casarse y, nada menos que con el hermano de
su difunto esposo. Un día Hamlet, su amigo Horacio y tres soldados son
testigos de un hecho sobrenatural: la aparición del espíritu del difunto Rey,
quien viene a contar cómo es que murió y pide a su hijo Hamlet que cobre
venganza.

Tras muchas peripecias y varias tramas secundarias, el dubitativo protago-


nista se lanza a ejecutar su justicia. Si, precisamente, la venganza es el
tema principal de la obra, no debemos menospreciar otros como el ansia de
poder, el amor, el honor o la muerte.

A todo lo anterior debemos sumarle la historia de amor entre Ofelia y Hamlet.


A pesar de que ambos se gustan las circunstancias los separan. La familia
de Ofelia le dice que caer en los encantos de Hamlet solo le traerá deshon-
ra, por lo que la chica lo rechaza. Luego ella lo busca, pero es él quien la
rechaza pues está desilusionado del amor. Es una historia desesperante y
trágica que sirve para enfatizar en lo confundido que se encontraba el joven
héroe.

Es un libro profundo, el protagonista ve las cosas desde una perspectiva


filosófica que hace que nosotros también dudemos de qué es correcto y qué
no lo es. Acá pertenece la famosa frase Ser o no ser que se refiere a nuestra
capacidad de elegir entre aprender a vivir con nuestro dolor y nuestros
problemas o vengarnos y enfrentar de forma violenta lo que nos perturba,
ser seres pensantes y activos o solo dejarse estar.
15. Los viajes de Gulliver

Una curiosa novela si tenemos en cuenta que fue publicada en el “Siglo de


las Luces” (1726) cuando imperaba el Racionalismo y nada de éste hay en
la obra. Claro que, si peculiar es el libro, no menos lo fue su autor, Jonathan
Swift (Dublín, 1667-1745): clérigo, astrónomo aficionado, azote de adivinos
e impenitente satírico. Su gran novela puede leerse como un libro de aven-
turas juveniles, pero es mucho más que eso. Narra las sucesivas e increí-
bles visitas del cirujano y marino Lemuel Gulliver a un país de hombres
diminutos (Lilliput), a uno de gigantes (Brobdingnag) y a otro donde gobier-
nan caballos inteligentes que han sometido a los seres humanos, mucho
menos capaces. En consecuencia, se trata de una demoledora sátira de la
sociedad.

“Viajes a varios lugares remotos del planeta", conocida como "Los viajes de
Gulliver", es considerada la obra maestra de Swift. Demoró seis años en
escribirla, y el autor fue añadiendo reflexiones respecto de la naturaleza
humana y formuló una amarga burla a la sociedad inglesa y al género
humano, haciendo uso de un estilo narrativo intuitivo, agudo y sencillo. Así
fue como “Los viajes de Gulliver permaneció y sigue permaneciendo como
un clásico de la literatura infantil. Sumergirse en las páginas de Los viajes
de Gulliver es adentrarse en una aventura fascinante, participar del riesgo,
compartir los descubrimientos y las sorpresas que el capitán Gulliver
descubre en su arriesgado camino... En parte sátira demoledora, en parte
relato fantástico, Los viajes de Gulliver se ha convertido por derecho propio
en uno de los clásicos universales más leídos.

Para algunos técnicos especialistas, versados en literatura infantil, “Los


viajes de Gulliver” no es ni más ni menos que una obra que expresa el
complejo de inferioridad y superioridad, y la melancolía casi enfermiza
además de misógina de Swift, quien, en su rol de pastor anglicano, no se
cansó de vapulear con ironía las corrupciones humanas al punto de decir:
“Odio y detesto a ese animal que se llama hombre”. más allá de todo, los
niños reconocen como suyos los viajes de Gulliver al país de los enanos y
al país de los gigantes.
16. Matadero 5

Si de criticar la conducta humana a través de la fantasía hablamos, es


necesario mencionar esta novela del norteamericano Kurt Vonnegut (India-
nápolis, 1922-2007). Trasunto del autor es su protagonista, Bill Pilgrim,
soldado en la Segunda Guerra Mundial apresado por los alemanes que
cuenta su experiencia bélica y también como entró en contacto con los
“trafalmadorianos”, seres superdotados de otro planeta. Todo ello para
transmitir un mensaje de profundo antibelicismo.

Matadero Cinco catapultó a Kurt Vonnegut como uno de los grandes ídolos
de la juventud norteamericana y se convirtió de inmediato en un clásico de
la literatura contemporánea. Una historia amarga, conmovedora y a la vez
divertidísima, de la inocencia confrontada con el apocalipsis, «una novela
con ribetes esquizofrénico-telegráficos», en palabras de su autor.

Kurt Vonnegut fue hecho prisionero en la Segunda Guerra Mundial y se


encontraba en Dresde cuando esta ciudad fue bombardeada y arrasada por
la aviación norteamericana; este hecho le marcó profundamente y decidió
escribir un libro en torno a ese tema: Matadero Cinco. La historia de un
superviviente de la matanza que, muchos años más tarde, es raptado y
transportado al planeta Trafalmadore es una de las muchas tramas que se
entrecruzan en una obra profundamente innovadora, en la que resplan-
decen cegadoras metáforas de la nueva era y en la que los pasajes de
ciencia-ficción funcionan a la manera de los payasos de Shakespeare. El
humor, a menudo muy negro, es esencial en la obra de Vonnegut, quien ha
afirmado que «lo cómico es parte tan integral en mi vida que empiezo a
trabajar en una historia sobre cualquier tema y, si no encuentro elementos
cómicos, la dejo».

Un buen libro que mediante el absurdo y el humor nos acercan a uno de los
episodios más dolorosos de la II Guerra Mundial como es el bombardeo de
Dresde. En el fondo no es sino un ataque frontal a las guerras, en especial
a la fase final de las mismas donde aflora el odio y la sinrazón en su estado
más puro y donde en realidad no hay ni buenos ni malos, sólo víctimas.
17. Al faro

Fue la quinta novela de la británica Virginia Woolf (Londres, 1882-1941). Al


modo de Marcel Proust, la obra toma como excusa las visitas de la familia
Ramsay a la isla de Skye para jugar con el tiempo, introducir reflexiones
filosóficas y, sobre todo, ahondar en la psicología de los protagonistas. Así,
temas de la novela son el proceso de creación artística, el paso del tiempo
o el papel de la mujer en la sociedad de la época. La ausencia de acción y
el propio estilo de su autora la convierte en una obra densa pero magistral.

Al faro transcurre en dos días separados entre sí por 10 años. La trama


consiste en la intención de realizar una visita por parte de la familia Ramsay
al faro, y el análisis de los miembros de la familia. La voz que parece
narrarnos toda la novela es la de la señora Ramsay. Dicen que es una
novela muy autobiográfica de la autora, con lo que sabiendo este dato
atribuyes los pensamientos de la señora Ramsay a la mente de Virginia. Los
personajes de la novela tuvieron su equivalente en la vida real.

La trama, más que en ningún otro libro que haya leído, es completamente
secundaria. La narración es un cúmulo de pensamientos, sensaciones y
sentimientos, un divagar en decenas de ideas y observaciones que hacen
que sea una novela un tanto difícil de seguir. Pero a pesar de la comple-
jidad de la narración, es todo un deleite. Es como leer un poema novelado.
Ese modo de narrar, de construir las frases, de transmitir… Hacen que te
des cuenta que estás leyendo a una de las Grandes de la historia de la
literatura, así con mayúsculas.

No creo que nadie acuda a una lectura de Virginia Woolf esperando que
haya acción. Suceden cosas, claro. Pero lo que suceden son percepciones,
experiencias, vivencias, pensamientos, reflexiones, gestos… Es recrear una
mente cualquiera en un día cualquiera, con todos los estremecimientos,
sacudidas y estímulos que recibe, en un fluir constante y vaporoso que, no
obstante, Virginia Woolf sabía captar, plasmar y recrear de forma ejemplar
y única. Muchas de las reflexiones y preguntas que se planteaba la propia
Virginia están ahí: el sentido de la vida, la imposibilidad de conocerse
absolutamente los unos a los otros, la imperfección de las relaciones
humanas (especialmente entre hombres y mujeres), el transcurso del
tiempo, la inamovilidad de los objetos, la maternidad, la memoria de la
infancia, la insensibilidad y la fuerza de la naturaleza…
18. Las desventuras del joven Werther

Novela epistolar de Johann Wolfgang von Goethe (Frankfurt, 1749-1832)


publicada en 1774 que constituye uno de los hitos con los cuales da inicio
el Romanticismo. A través de las cartas dirigidas a su amigo Guillermo, el
protagonista va revelando su temperamento sensible y sus desengaños
sentimentales. Tal fue la popularidad que adquirió la obra entre la juventud
de la época que se incrementaron enormemente los suicidios y, en algunos
sitios, fue prohibida por considerar que incitaba a ello.

La novela traza la personalidad de un joven romántico que sufre un amor


imposible hasta el punto de que prepara concienzudamente y ejecuta su
suicidio. Es una historia de carácter epistolar. En la primera parte, Werther
escribe desde el campo a su amigo Guillermo, recopilador de la historia, y
pone de manifiesto su afición por la poesía de Homero y su temperamento
apasionado. Durante una celebración conoce a la hermosa joven Carlota,
de la que ya antes de presentársela le cuentan que tiene novio y que debe
evitar enamorarse. La advertencia es inútil. Werther conversa y baila con
ella y cae rendidamente enamorado.

Carlota, toda ternura, hermosura y bondad, está prometida con Alberto. Y


ahí empiezan las penas. Opta por irse, pero el afecto y la necesidad es tal
que, aun sabiendo que no le será nada bueno para su pobre corazón,
Werther vuelve cerca de ella. Iniciando un descenso depresivo por su amor
truncado que le lleva a vagar sin encontrar nada que le llene. Sabe que ella
también le tiene afecto, pero, aunque por la mente le pasa la idea de acabar
con el marido, no lo pone jamás en práctica y toma otra resolución. Carlota
tampoco hace nada, nada de nada, y por momentos no sabemos si es que
no se da cuenta, o no se atreve ni a pensarlo. He aquí algunas frases
extraídas de la obra y que merecen ser rescatadas:

“El hombre nace para morir sin que le hayan conocido”, “Mal podemos
conocer la extensión de nuestras fuerzas si no las ponemos a prueba”,
“Vemos gente feliz que no nos debe su felicidad, y esto nos es insoportable”
“Es más fácil morir que soportar sin tregua una vida llena de amarguras”,
“Lo que yo sé, cualquiera lo puede saber; pero mi corazón lo tengo yo sólo”.
19. Fuenteovejuna

Uno de los grandes dramas de Lope de Vega (Madrid, 1562-1635) y, en líneas


generales, del Siglo de Oro español. A través de un triángulo formado por el
Comendador, Laurencia y Frondoso, critica al poder absoluto y tiránico y
defiende el derecho del pueblo a sublevarse contra él. Claro que, en pleno
siglo XVII, Lope sólo se permitió criticar a un feudalismo caduco mientras
que el Rey ejercería un papel mediador y justo.

Fuente Ovejuna es un pequeño pueblo, que está bajo el dominio del Co-
mendador del pueblo, Fernán Gómez de Guzmán, no respeta las leyes y
abusa de su poder, traicionando los principios feudales y comportándose
como un tirano, un hombre cruel sin escrúpulos que además si no lograba
seducir a las mujeres las tomaba igualmente por la fuerza. Pastores y
labradores padecen las injusticias del poder feudal.

Laurencia y Frondoso decidieron casarse, ella quedó embobada por la


valentía y fortaleza que Frondoso poseía. Sin embargo, el Comendador ya
había asignado a la bella Laurencia como su próximo objetivo, pero gracias
al valiente Frondoso ella es salvada de las garras del tirano cuando se lo
encuentra en el bosque. El Comendador muy enfadado manda aprisionar a
Frondoso, mientras que se lleva a Laurencia a Palacio.

El pueblo de Fuente Ovejuna, cansado de la crueldad de su dominador que


no hace más que abusar de su poder cruelmente, explotó de tal forma que
decidieron asesinar al Comendador. Reúnen piedras, hachas, chuzos y,
venciendo el temor a las armas que posee el “enemigo” y al poder que
ostenta, logran finalmente entrar en la casa para salir con la cabeza del
Comendador sin piedad.

Una vez perpetrado el asesinato, el pueblo acuerda no decir palabra de


quién lo llevo a cabo, Fuente Ovejuna fue el asesino de su tirano domi-
nador. Un criado del Comendador, consiguió escapar con vida del palacio
para avisar a los reyes de lo sucedido. Una vez informados, los reyes
mandan juzgar al pueblo. Pero sin embargo la respuesta a quién fue el
asesino siempre era la misma: Fuente Ovejuna. Finalmente, el pueblo pide
perdón y los Reyes Católicos absuelven al pueblo, ya que es imposible
determinar la identidad de los culpables concretos, e incorporan la villa a la
corona.
20. En busca del tiempo perdido

Si antes aludíamos a Marcel Proust, inevitable es incluir aquí su monumen-


tal obra compuesta por siete partes publicados entre 1913 y 1927 que,
realmente, pueden leerse por separado. Porque como sucedía con ‘Al faro’,
la trama es casi inexistente. Lo realmente destacado es el estilo: a través de
largos párrafos, Proust va evocando recuerdos, sensaciones y experiencias
del protagonista que no es otro que él mismo. La prosa es magistral y la
obra ha quedado como un auténtico monumento literario. Considerada esta
obra, como una de las cumbres de la literatura francesa y universal, así
como una de las más geniales creaciones literarias del siglo XX. Con un
total de 464 páginas, recopilan la vida de una persona mientras crece, se
enamora y supera conflictos de su vida; su originalidad en el estilo y en los
temas tratados, así como en la particular forma de abordarlos, la convierten
en una novela que no podemos dejar de leer.

Los siete volúmenes que componen esta gran obra son: Por el camino de
Swann, a la sombra de las muchachas en flor, el mundo de los Guermantes,
Sodoma y Gomorra, La prisionera, La fugitiva -la desaparición de Albertina,
el tiempo recobrado.

Desengaño y belleza. 'En busca del tiempo perdido' es la manera artística


en que Marcel Proust nos recuerda que todo es finito, que el universo y la
perpetuidad están en los detalles y de que solo nuestras ilusiones y sueños
pueden aspirar a la eternidad. Una obra que nos lleva por la ruta de la verdad
real e inesperada. Gran conocedor del corazón y la razón de los lugares
abisales de nuestra alma e identidad y de nuestros deseos desconocidos y
dormidos pero atentos a despertar a la más leve señal. Siete libros que nos
muestran en un lenguaje convertido en arte la vida misma y, sobre todo,
quiénes somos en realidad, qué queremos y anhelamos de verdad. Una
lección magistral y cautivadora sobre el teatro que es la vida, sobre el
simulacro que se necesita para que el mundo siga girando.

“Para dar a conocer la verdad no es necesario decirla, y quizá podamos captarla con mayor
certidumbre, sin necesidad de esperar a las palabras y sin siquiera tenerlas mínimamente en
cuenta, en mil señales externas e incluso en determinados fenómenos invisibles, que son,
en el mundo de los caracteres, lo mismo que los cambios atmosféricos en la naturaleza física.
Quizá podría haberlo sospechado, pues yo mismo, a la sazón, solía decir a menudo cosas
totalmente ajenas a la verdad, mientras las daba a conocer mediante tantísimas confidencias
involuntarias de mi cuerpo y de mis actos”. (del volumen III de “en busca del tiempo perdido”).
21. Hojas de hierba

Este libro del americano Walt Whitman resulta ser, más que un poemario, la
obra de toda una vida, ya que su autor pasó la suya añadiéndole composi-
ciones y retocando las ya existentes. Si tenemos en cuenta la época en que
fue escrito, presenta una absoluta modernidad, ya que toca temas como la
exaltación de la Naturaleza y del propio cuerpo humano. No obstante, se
trata de un libro misceláneo en el que, lo mismo cabe una elegía a Abraham
Lincoln que una exaltación de lo oriental en ‘Paso hacia la India’. No menos
moderna es la versificación.

Animado por una carta personal de felicitación que le envió el ensayista y


poeta Ralph Waldo Emerson, Whitman se apresuró a preparar una nueva
edición de Hojas de hierba (1856), que contenía numerosas revisiones y
añadidos, y que fue la primera de una serie de reediciones retocadas que el
poeta iría realizando a lo largo de su vida. El poema más significativo de
esta edición de 1856 es En el transbordador de Brooklyn, en el cual el autor
reúne a todos sus lectores del pasado y el futuro a bordo de un transbor-
dador marítimo. En la tercera edición del libro (1860), se empiezan a encon-
trar poemas más alegóricos. Así, en La cuna que se mece sin fin, un poema
cuya musicalidad está tomada de la ópera italiana, de la que el autor era un
devoto conocedor, un pájaro (la voz de la naturaleza) revela a un niño (el
futuro poeta) el significado de la muerte.

En esta edición salieron dos nuevos ciclos de poemas, Hijos de Adán y


Calamus, que afrontan de lleno los temas de la amistad y la sexualidad.
Redobles de tambor (1865, añadida a la edición de 1867 de Hojas de hierba)
refleja la preocupación del poeta por las consecuencias de la Guerra Civil
estadounidense, y su esperanza de una rápida reconciliación entre Norte y
Sur de los recién creados Estados Unidos. Secuela (1866) a Redobles de
tambor contiene -Cuando las lilas florecían en la puerta del patio- una gran
elegía al asesinado presidente Abraham Lincoln, así como su poema más
conocido, ¡Oh, capitán, mi capitán! Otra obra suya, Paso hacia la India
(1871) se basaba en una visión mística de la unión de Oriente y Occidente,
paralela a la del alma con Dios, simbolizadas por los modernos medios de
comunicación y transporte. En 1881 quedó, por fin, satisfecho con sus poe-
mas, pero no dejó de publicar nuevas ediciones de Hojas de hierba hasta la
versión final de 1892. Póstumamente, en 1897, apareció un nuevo ciclo de
poemas, Ecos de la vejez, que entró a formar parte de la versión definitiva
de Hojas de hierba, editada en 1965 y traducida por Jorge Luis Borges (1972)
22. El Aleph

Tomos de cuentos creados por el argentino Jorge Luis Borges Borges. El


cuento El Aleph es relatado por un narrador en primera persona llamada
"Borges". Este Borges ficcional comienza relatando el estado de las cosas
tras la muerte de Beatriz Viterbo, a la que había amado sin ser correspon-
dido. A Borges solo le quedaba mantener intacto, lo más posible, el mundo
y las costumbres asociadas a su relación con Beatriz.

Es así como se propone visitar la vieja casa de la familia de Beatriz en cada


aniversario de ella. En esas visitas, el narrador establece una relación con
el primo hermano de la mujer, llamado Carlos Argentino Daneri. En la medi-
da en que la costumbre avanza entre ambos, Daneri comparte con Borges
una serie de poemas que ha hecho, con la esperanza de que este convenza
a un importante escritor de prologarlos. Para Borges, son poemas caóticos
y cacofónicos. Sin embargo, al sentirse comprometido le hace creer que
hablará con el escritor.

Meses después, Borges recibe una llamada de Daneri que lo cambiará todo.
Este le dice que la antigua casa será demolida. Es allí cuando revela su
secreto: en el sótano se encuentra un Aleph, un punto desde el cual se pue-
de ver todo el universo simultáneamente, y del que necesita para escribir. Al
llegar al lugar, Borges descubre que desde el escalón diecinueve del sóta-
no puede verse el Aleph, una circunferencia de apenas unos centímetros de
diámetro que le permite verlo todo. El Aleph esconde un microcosmos
infinito dentro de sí. Quien ve a través del Aleph, después no puede sorpren-
derse de nada, porque en un instante lo habrá visto todo. Solo resta esperar
que la sombra del olvido pase, indefectiblemente, por la mente humana.

De allí en adelante, a Borges solo le queda conjeturar: ¿lo que vieron Daneri
y él fue un verdadero Aleph? Es así como Borges ficcional comienza a cons-
truir una serie de referencias y teorías sobre la existencia del Aleph.

El cuento El Aleph está enmarcado literariamente en lo que se conoce como


literatura fantástica latinoamericana. El término es muy ambiguo, pues se le
ha dado más de un uso. A grosso modo, la literatura fantástica es aquella
en la que emerge un elemento extraordinario, inverosímil y perturbador, que
puede ser mágico o no, y que hace que el relato se transforme. El relato
fantástico concebido de este modo hace que tanto el personaje de la ficción
como el lector participen simultáneamente de la duda.
23. El árbol de la ciencia

Magistral novela del vasco Pío Baroja que pertenece a su trilogía ‘La raza’,
si bien puede leerse de forma independiente, ya que su autor agrupaba sus
obras de forma un tanto caprichosa. Indudablemente autobiográfica, cuenta
una etapa de la vida de Andrés Hurtado, primero como estudiante de
Medicina y, más tarde, como profesional de ella. Relato profundamente filo-
sófico, revela influencias de Nietzsche y Schopenhauer por su pesimismo
vital y no elude la crítica noventayochista al estado de postración de España.

Para Andrés Hurtado solo hay un principio irrefutable. Finales del siglo XIX.
El joven está empezando sus estudios universitarios de Medicina, pero le
resulta imposible tener fe en un sistema que premia el ego, las apariencias
y el amiguismo. Finge divertirse con sus compañeros, aunque tampoco
entre ellos logra encajar. Solo saben hablar de temas que él dejó atrás
cuando era un crío; salen por la noche a lugares que lo dejan indiferente y
aspiran a una vida cenicienta que a Andrés se le antoja vacía. Incluso entre
su familia se siente un extranjero, a pesar del cariño que profesa por su
hermano Luisito. La única excepción es el tío Iturrioz. Fue él quien lo condujo
por el camino de la ciencia, al que ahora se aferra como a los restos de un
naufragio.

Entonces Luisito enferma, no hay medicina capaz de hacer que mejore y a


Andrés Hurtado solo le queda la duda. Una duda angustiosa, hambrienta y
desbocada que siempre ha estado presente, pero ahora amenaza con
hacerle perder la cordura. ¿Qué es más humano? ¿Vivir al margen de los
problemas, ignorando la propia vida para evitar el sufrimiento... o luchar
contra viento, marea, fuego y tierra para conseguir algo más justo? ¿Es
posible vivir así? No; ¿es posible sobrevivir así a la vida?

Pío Baroja se inspiró en sus propias experiencias para escribir El árbol de


la ciencia. Gracias a ello consigue reflejar el atraso y el conformismo de la
España de la época con una fidelidad y coherencia deslumbrantes. Así
entendemos cómo fue capaz de retratar con tanta maestría la figura de
Andrés: un joven sensible, incapaz de encontrar su hueco en una sociedad
hostil que rechaza su progreso. Y es que, aunque haya pasado un siglo
desde la publicación de El árbol de la ciencia, las dudas de Andrés siguen
clavándose en el pecho de sus lectores como una lanza, dejando un vacío
de incertidumbre que cala hondo.
24. La marcha Radetzky

Obra del austríaco Joseph Roth (Brody, 1894-1939), narra la historia de la


familia Trotta a través de cuatro generaciones. No obstante, lo que real-
mente le interesa al autor es mostrar la decadencia y caída del gigantesco
pero frágil Imperio Austro-Húngaro. En este sentido, es probablemente la
mejor novela que se haya escrito sobre estos hechos y deja un poso de
amargura pues refleja la sensación de falta de patria en que quedó mucha
gente tras aquella desmembración.

Joseph Roth narra en esta novela la historia de la familia Trotta comenzando


en el año 1859, en el que tiene lugar la Batalla de Solferino. En esta batalla,
el entonces joven subteniente Trotta, salva la vida del Emperador, que en
agradecimiento le convierte en Barón. Así es como los Trotta, anteriormente
agricultores, se convierten en miembros de la nobleza. Tras varias decepcio-
nes por el cambio de clase, el viejo Trotta insta a su hijo a hacerse funcio-
nario. Éste a su vez apoyará a su hijo en la decisión de ser militar, y así es
como Carl Joseph se ve convertido en subteniente, como su abuelo, y se
siente llamado a, como él, salvar algún día la vida del Emperador. Pero Carl
Joseph no es como su abuelo: no es fuerte, ni valiente, y se siente presio-
nado a hacer algo importante con su vida por ser nieto de quien es. No tiene
propia iniciativa, y su vida transcurre como de casualidad y obedeciendo a
lo que su padre espera de él: el propio Carl Joseph no decide nada, lo que
le pasa le pasa porque le tiene que pasar. Y así es como conoce el amor, la
amistad y la muerte, demasiado presente en su destino.

Descrita por Vargas Llosa como una de las mejores novelas políticas jamás
escritas, la historia de los Trotta se enmarca en los últimos años de la Monar-
quía Austrohúngara, en Viena, capital del reino, pero también en provincias
y cerca de la frontera. Todos los acontecimientos apuntaban a que el fin del
Imperio estaba próximo y éste se comparaba con el Fin del Mundo, por la
gente normal, por el Ejército, pero sobre todo por una familia como la familia
Trotta, donde la admiración y el respeto por el Emperador y el orden estable-
cido adquirían tintes de ciega veneración. Así el autor retrata el comienzo
del fin de la Monarquía y la sensación de inevitabilidad de la Primera Guerra
Mundial. La ley ya no se respetaba y los nacionalismos y rebeliones de los
trabajadores estaban al orden del día, y lo enlaza con el declive del propio
Carl Joseph Trotta, cuyos sufrimientos le llevan a servir al Imperio en la fron-
tera donde toma contacto con el alcohol, el juego y la lujuria.
25. Cien años de soledad

También la conocida novela de Gabriel García Márquez (Aracataca, 1927-


2014) cuenta la historia de una familia a lo largo de varias generaciones. En
su caso, se trata de los Buendía, pero no pertenecen al mundo real sino al
ficticio pueblo de Macondo, un lugar mítico que es fiel exponente del llama-
do Realismo Mágico propio de la narrativa hispanoamericana.

Una de las aventuras literarias más fascinantes de nuestro siglo. Millones


de ejemplares de Cien años de soledad leídos en todas las lenguas y el
Premio Nobel de Literatura coronando una obra que se había abierto paso
«boca a boca» -como gusta decir al escritor- son la más palpable demostra-
ción de que la aventura fabulosa de la familia Buendía-Iguarán, con sus
milagros, fantasías, obsesiones, tragedias, incestos, adulterios, rebeldías,
descubrimientos y condenas, representaba al mismo tiempo el mito y la his-
toria, la tragedia y el amor del mundo entero.
La novela está ambientada en el pueblo de Macondo, lugar ficticio que
refleja muchas de las costumbres y anécdotas vividas por García Márquez
durante su infancia en su pueblo natal, Aracataca, en la Costa Caribe de
Colombia. El sentido multifacético del tiempo que discurre entre lo eterno, lo
lineal y lo cíclico y una prosa rítmica cercana a la tradición oral le confieren
a la novela su carácter distintivo de mito críptico que llevó a los críticos a
considerarla como una de las obras fundadoras del género literario conocido
como realismo mágico.
Y es este realismo mágico el que se hace presente en Úrsula por tener un
hijo con cola de cerdo, ya que ella y su marido son primos; o el diluvio en el
cual se ve sumido Macondo durante años. Al principio de la novela tienen
gran importancia la presencia de los gitanos que traen al pueblo nuevos
inventos, lo que despierta en José Arcadio Buendía el deseo por la alquimia
que lo termina por llevar a la locura. De entre todos los gitanos destaca
Melquíades, que termina viviendo con la familia hasta su muerte y deja unos
manuscritos que solo podrán ser descifrados cuando pasen cien años. La
soledad está muy presente en toda la obra, pues ninguno de los miembros
de la familia parece encontrar el amor verdadero, como queda reflejado al
final del mismo: “… porque las estirpes condenadas a cien años de soledad
no tenían una segunda oportunidad sobre la tierra”.
26. La cartuja de Parma

Obra del francés Henri Beyle, más conocido por Stendhal (Grenoble, 1783-
1842). Ambientada en la época de las invasiones napoleónicas, cuenta la
historia del aristócrata italiano Fabrizio del Dongo, un joven al que su familia
pretende encumbrar en la política. Combina las aventuras con la sentimen-
talidad y el reflejo social de aquel tiempo, ahondando con precisión en la
psicología de los personajes. Se trata de una magnífica novela a la que su
compatriota Balzac calificó como la más relevante de su época.
La cartuja de Parma narra la historia de Fabricio del Dongo durante los
últimos años del dominio napoleónico en Europa. Su tía Gina, la fascinante
duquesa Sanseverina, y el amante de esta, el primer ministro del ducado,
urden un plan para promocionar la carrera del adorado sobrino en la corte
de Parma. Gina es objeto de las proposiciones del detestable príncipe
Ranucio, al que se ha jurado rechazar con todas sus fuerzas. Fabricio es
arrestado por homicidio y encerrado en la torre Farnesio. A partir de ahí, sus
aventuras estarán siempre rodeadas por la amenaza de la muerte y el
acecho de un amor inesperado.
La historia de Fabricio del Dongo, su amor por y con Clelia Conti, y sus rela-
ciones con personajes tan maravillosos e imborrables como Gina Pietra-
nera, duquesa Sanseverina, o el Conde Mosca, rebosa frescura, fuerza,
dramatismo, ironía y belleza por los cuatro costados. Una historia vibrante,
repleta de hallazgos literarios, frases para la posteridad, momentos insupe-
rables de tensión dramática, amores y desvaríos varios, personajes verosí-
miles pero excepcionales, son sólo algunos de sus maravillosos ingre-
dientes. En La Cartuja de Parma la acción más variada, las intrigas más
elaboradas y el amor más impredecible y desbocado, se suceden prodigio-
samente. Ese pequeño microcosmos que es la corte de Parma da una
muestra diáfana del profundo conocimiento que tenía Stendhal de la rica y
compleja condición humana, de sus acciones más elevadas… y de las más
abyectas. Su elaborada escritura y su fina ironía hacen el resto.
No me extraña en absoluto, que, entre otros, Honore de Balzac la considera-
ra la novela más importante de su tiempo, André Gide la novela francesa
más grande de todos los tiempos, y que el mismísimo Tolstoi se viera influido
por ella (salvando las diferencias), para bien de su aclamada Guerra y Paz.
27. El proceso

Novela póstuma de Franz Kafka (Praga, 1883-1924) que se inscribe plena-


mente en el existencialismo de principios del siglo XX. Un agrimensor llama-
do Joseph K. es detenido una mañana sin motivo aparente y, desde ese
momento, comienza para él una pesadilla judicial y burocrática. Por más que
intenta recurrir a distintas instancias, nunca llega a saber de qué se le acusa
ni, en consecuencia, cómo defenderse.
Nadie sabe quién dirige los engranajes que propician la detención y el poste-
rior proceso. La situación en la que se encuentra el protagonista, a pesar de
ser aparentemente absurda, se nos hace muy verosímil. En la novela apare-
cen abogados, jueces, ujieres, guardianes… que, en conjunto, dan una
imagen impactante de los mecanismos de la Ley y del Estado. En Josef K.
irá creciendo un sentimiento de culpa que conllevará su sumisión ante el
proceso y que dará lugar al inesperado final del libro… Así, la obra resulta
un retrato de la situación del hombre moderno, un mero número subyugado
a la colosal maquinaria del estado y víctima de ella. Kafka no aporta en “El
proceso” ninguna pista que indique qué ocurre con exactitud; el lector des-
ciende al abismo al mismo tiempo que K., partícipe inaudito de la situación.
Josef K. nos es presentado como un ser trabajador y capaz, consciente de
lo erróneo de su situación y que, por eso mismo, se propone utilizar todo lo
que esté a su alcance para evitar ese juicio que, de alguna manera, le
deshonra y echa por tierra su buen nombre. Sin embargo, pronto la tene-
brosa ignorancia acerca del verdadero devenir del proceso le sume en un
estado nervioso, casi psicótico. De hecho, después de acudir a una primera
vista, K. acude por voluntad propia al tribunal una segunda vez, partícipe ya
de la oscura maquinaria burocrática y social que le ha atrapado en sus
redes. No es una casualidad el que se sienta enfermo cuando respira el aire
viciado de las oficinas del tribunal, en las que, sin embargo, los empleados
pasan horas, incluso duermen.
Quizá la mejor definición para el asunto de K., se halle en las palabras que
un sacerdote le dice al protagonista durante su visita a la catedral: «La sen-
tencia no se dicta de repente: el proceso se convierte poco a poco en una
sentencia”
28. La Fundación

Libro del científico ruso-americano Isaac Asimov (Petróvichi, 1920-1992)


que inaugura su “Ciclo de Trántor” o “de las Fundaciones”. Es un conjunto
de cinco relatos futuristas sobre la decadencia de un Imperio Galáctico,
víctima de su propia soberbia. Tanto este libro en particular como toda la
saga en general constituyen una obra de culto dentro de la ciencia ficción.
En este primer libro que recoge los cinco relatos citados, el autor nos cuenta
cómo se originó La Fundación, así como su andadura durante los primeros
años hasta llegar a obtener una cierta consolidación. Nos presenta un futuro
muy lejano, donde el hombre puebla los miles de planetas de componen la
Galaxia. Todos ellos están gobernados por un único Imperio Galáctico, en
apariencia bien sólido y asentado, donde cada planeta forma una especie
de provincia o comunidad, y cuyo centro administrativo es Trántor. Hari
Seldon, un psicólogo y matemático de gran talento, ha desarrollado una nue-
va ciencia, la psicohistoria, que es capaz de prever acontecimientos futuros
en el desarrollo de grandes estructuras sociales. De esta forma prevé el
derrumbamiento del Imperio Galáctico, un Imperio que, lejos de lo que
aparenta, se encuentra estancado y poco preocupado por evolucionar, y
elabora un plan de actuación para reducir al mínimo los desastres que este
derrumbamiento traerá consigo, a la vez que establece las bases de un
Segundo Imperio.
En la segunda novela titulada Fundación e Imperio trata sobre los conflictos
entre el antiguo Imperio Galáctico (que aún sobrevive, aunque más redu-
cido), y también de peligros que ni Hari Seldon fue capaz de predecir. Y
paramos aquí porque no queremos desvelaros las múltiples sorpresas que
os tiene preparadas Asimov en los sucesivos libros.
Básicamente, este es el argumento con el que nos vamos a encontrar, y que
será el hilo conductor entre los diferentes relatos que forman el libro, aunque
entre uno y otro nos encontraremos con grandes saltos generacionales en
el tiempo. Una historia con un trasfondo político, social y religioso bastante
amplio, que, salvando las distancias, tampoco difiere mucho de nuestra
propia historia y de algunas sociedades actuales.
29. Corazón

Corazón es la pequeña historia de un muchacho de la escuela municipal


italiana, con sus ilusiones, alegrías y tristezas. Enrique Bottini va narrando
en un diario todo lo que le ocurre en clase. Describe, uno por uno, a todos
sus compañeros, a los maestros, y a todas las personas que a lo largo de
un curso escolar se pueden conocer.
Si alguien me preguntara por algún libro un poco más "profundo" que un
cuento de hadas para leerle a un niño, sin duda uno de los títulos que daría
sería este. La voz que narra la mayoría de la historia es la de un chico como
cualquier otro, que nos cuenta desde el primer día que inicia un nuevo curso
hasta el día en que lo termina, con todo lo que eso implica. ¿Qué cosas
pueden pasarle a un niño?, pensarán algunos. Bueno, pues nuestro narra-
dor nos plantea algunas cuantas.
Cualquier niño se sentirá identificado con Enrique, que nos va describiendo
al nuevo profesor que le ha tocado, los compañeros que lo rodean, lo que
vive en casa con sus padres y hermanos... Las dificultades y anécdotas que
lleva a revelar podrían ser las de cualquiera, y no solamente abarca las pro-
pias, sino que a través de él, llegamos a conocer a otros personajes que nos
agradan, a quienes quisiéramos tener de frente en la vida real, ya sea para
darle un abrazo, si es que es un buen chico, o por el contrario, castigarlo si
ha obrado mal.
Como complemento a la historia, se nos narran los cuentos que, mes a mes,
el profesor de Enrique les entrega a sus estudiantes para que aprendan
algún valor, una lección moral fundamental, de manera amena y quizá sin
darse cuenta siquiera. También esas historias calan, nos empapamos en
ellas, pensando en que el mundo sería un mejor sitio si hubiera más niños
que actuaran de esa forma.
Que la obra sea narrada casi toda por un niño no le quita mérito a que la
conozca un adulto; al contrario: los mayores que se aventuren en sus
páginas de inmediato se sentirán en el pasado, acordándose de buenos
tiempos, y quizá con ello pasen a la reflexión sobre lo que es una vida infantil
aparentemente sin preocupaciones.
30. Fortunata y Jacinta

Una de las mejores obras del español Benito Pérez Galdós (Las Palmas,
1843-1920). Su protagonista e hilo conductor es Juanito Santa Cruz, un
joven de familia acomodada que se casa con su prima Jacinta al tiempo que
mantiene relaciones con Fortunata, una muchacha de clase humilde. Pero
esta trama es lo de menos, pues el autor se sirve de ella para presentarnos
un colosal fresco de la sociedad madrileña de la Restauración.
La obra narra las relaciones de Juanito Santa Cruz con dos mujeres, una
esposa, Jacinta, y otra, su amante y madre de dos hijos, Fortunata.
El protagonista simboliza el prototipo del macho: egoísta, vago, grosero y
ególatra. Se casa con su prima Jacinta, a quien siempre ha visto como su
hermana, mientras que con Fortunata ha tenido relaciones y la abandona
en el momento de casarse. De aquellas relaciones nace un hijo, pero cuando
Santa Cruz se entera, decide buscarlos y no lo consigue porque Fortunata
sale de Madrid y se va a vivir a los prostíbulos, donde conoce a Maximiliano,
quien al cabo de un tiempo le propone matrimonio. Le ofrece una vida
decente, pero ella no puede olvidar a Juanito Santa Cruz, porque ha sido el
único hombre a quien ha amado, a pesar de lo sucedido.
Fortunata indecisa por su relación, pasa un tiempo en un convento para
aclarar u olvidar su pasado. Allí se encuentra con Jacinta, esta sin saberlo,
le comenta que su esposo la está buscando; tal noticia cambia sus
sentimientos, aunque se casa con Maximiliano tiene nuevamente relaciones
con el hombre de su vida y queda embarazada nuevamente. Al dar a luz se
entera que su lugar, junto a Maximiliano, ha sido ocupado por su mejor
amiga, Aurora, y sin ninguna precaución va al encuentro de esa mujer, con
tan mala suerte, que a consecuencia de unos golpes recibidos muere.
Maximiliano es internado en un manicomio, porque Fortunata le propinó
varios golpes que destruyeron sus zonas vitales. Al final, Maximiliano llega
a la conclusión que ambos se habían equivocado.
Fortunata y Jacinta es la obra cumbre de Benito Pérez Galdós sobre el
trasfondo de la Primera República, el golpe de Pavía y el inicio de la
Restauración, el gran narrador construye un vasto universo de ficción que
se mueve entre esos dos polos que son las mujeres que dan título al relato
y los mundos que representan. Ellas son los hilos conductores de esta
«selva de novelas entrecruzadas» animada por secundarios inolvidables y
muchas otras figuras de la más variada condición y mentalidad.
31. El corazón de las tinieblas

Novela del polaco-británico Joseph Conrad en su estancia en el Congo,


entonces propiedad del Rey Leopoldo II de Bélgica. Un personaje llamado
Marlowe cuenta la expedición que hizo por aquellas tierras en busca de
Kurtz, el hombre que representaba a aquel monarca en las explotaciones
de marfil. A lo largo de su trayecto y cuando encuentra a éste comprueba
que todo vestigio de humanidad ha desaparecido de los territorios Congo-
leños: enfermedades terribles y sobre todo el tratamiento brutal a los indí-
genas constituyen la vida diaria de los colonos. Así, la obra se convierte en
una durísima denuncia del imperialismo europeo en el continente africano,
pero también es una profunda indagación en los recovecos de la locura.
La trama es sencilla: estamos a finales del siglo XIX y Marlow, capitán de
un pequeño barco a vapor de una compañía inglesa, se adentra en la selva
africana en busca de Kurtz, un agente comercial que ha caído enfermo y a
quien debe relevar. La ambigüedad es la característica constante en esta
novela. ¿Se trata de un viaje al Congo belga y las aventuras que viven los
personajes en el corazón de África?, ¿o se trata de un texto donde se narran
las vivencias de un tipo estrafalario, Kurtz, que se vuelve loco al entrar en
contacto con un mundo salvaje?, ¿o es una reflexión sobre la brutalidad y
los abusos de la colonización? Yo diría que es la suma de todo esto, y
mucho más. Porque El corazón de las tinieblas es, al mismo tiempo, un
canto a La Selva, en el sentido más amplio de la palabra.
Las analogías son bastante evidentes: la búsqueda del hombre civilizado en
pos del origen y los límites de su naturaleza es el alegórico camino que
recorre Marlow tras el misterioso Kurtz, seducido por las tinieblas de la selva,
que representan sus propias tinieblas. Marlow, aunque transformado por el
viaje y seducido por el entorno, resistirá a “la fascinación de lo abominable”.
Kurtz, sin embargo, se dejará llevar y finalmente caerá en la tentación, al
igual que el timonel que sale de la cabina en plena lluvia de flechas: no
controla sus pasiones, ha cedido a las sombras, desatará sus más profun-
dos instintos y por ello nada de lo que haga tendrá consideración moral.
Esta novela ha causado racionalizaciones a posteriori de toda índole: crítica
de la colonización europea en África, retrato humillante de unos seres explo-
tados y de una tierra expoliada y desconocida para los blancos, crónica del
choque entre el orden civilizado occidental y la vorágine de la selva africana,
viaje interior en busca de la esencia oculta y aterradora del ser humano y un
sinfín de interpretaciones más.
32. Andrómaca

Cambiamos de época y género para citar esta tragedia de Jean Racine, figu-
ra destacada del Clasicismo francés. Trata el tema helénico de la suerte de
Andrómaca, esposa de Héctor que, tras morir éste a manos de Aquiles
durante la Guerra de Troya, es entregada como esclava a Pirro, hijo del
guerrero aqueo. Ceñido a las normas expuestas por Boileau en su ‘Arte
poético’, se trata de uno de los grandes dramas de las letras francesas.
El tema de la obra se remonta al personaje mitológico Andrómaca que, tras
la guerra de Troya, en la que Aquiles dio muerte a su esposo Héctor es en-
tregada como esclava a Pirro (Neoptólemo en la versión de Eurípides), hijo
de Aquiles. El mito de este personaje ya había sido tratado por Eurípides en
una obra homónima y se inspira en la Eneida de Virgilio y en Séneca.
Promediando la Guerra de Troya, Aquiles terminó quitándole la vida a
Héctor y a partir de este hecho los griegos empezaron a temen que el hijo
de éste y de Andrómaca, Astianacte, quisiera vengarlo. Por ello, enviaron a
Orestes para que reclamase a Pirro, rey de los troyanos, que le entregase
al muchacho. Ante esta posibilidad y para salvar a su hijo, Andrómaca se
ofreció a casarse con Pirro, que estaba enamorado de ella. Su idea era
quitarse la vida inmediatamente después para continuar siendo fiel a Héctor.
Pero Hermione, que a su vez amaba al Rey, despechada, pidió a Orestes
que lo matase. Cuando éste perpetra el magnicidio, los acontecimientos
terminan disparándose. Como vemos, la fuerza trágica de la obra prorrumpe
del propio sobrevenir de los hechos, que a su vez son promovidos por los
sentimientos de los personajes.
Ello se ve consolidado por la indudable capacidad dramática de Racine,
dando lugar a una composición que se ha mantenido vigente aun ante el
paso del tiempo y aún hoy se la rememora como ejemplo de tragedia per-
fecta. Racine conocía, sin duda, las variantes del mito, sin embargo, decidió
ser original en sus planteamientos, distanciarse de las versiones clásicas;
según Racine, la tragedia debe producir piedad y temor, debe provocar la
catarsis en el espectador. Los dos prefacios que se conservan de la
Andrómaca raciniana, se instruyen con unos versos de la Eneida de Virgilio.
Según Racine, en estos versos descansa el argumento de su Andrómaca:
“He aquí, en pocos versos, todo el argumento de esta tragedia”: Pero
Orestes, imbuido de un gran amor por la esposa que le había sido
arrebatada y acongojado por las furias de su crimen, le tomó desprevenido
y le dio muerte ante los altares paternos.
33. El Señor de los Anillos

Un gran clásico de la literatura juvenil escrito por John Ronald Reuel


Tolkien (Bloemfontein, Sudáfrica, 1892-1973). Aunque ha sido publicada en
tres partes - ‘La Comunidad del Anillo’, ‘Las dos torres’ y ‘El retorno del Rey’-
, fue concebida por su autor como una sola novela. Nos sitúa en la Tierra
Media y en una época denominada “Tercera Edad del Sol”. En ella, habitan
hobbits, elfos, magos y otros seres mitológicos, además de las fuerzas del
Mal. A grandes rasgos, narra las aventuras de Frodo Bolsón y sus amigos
en su afán por impedir que el Anillo caiga en poder de Sauron, señor de lo
Oscuro.
«Un Anillo para gobernarlos a todos. Un Anillo para encontrarlos, un Anillo
para atraerlos a todos y atarlos en las tinieblas (…)». En la celebración de
su centésimo décimo primer cumpleaños, Bilbo Bolsón, el hobbit más famo-
so de la Comarca por ser uno de los pocos que ha trascendido sus fronteras,
desaparece sin dejar rastro en medio de la fiesta. Legando a su sobrino
Frodo todos sus bienes, Bilbo parte una vez más para acabar de escribir sus
memorias. Gandalf, anciano mago y amigo de aventuras del hobbit, se fija
en un peque-ño anillo que este ha dejado a Frodo y un temor se apodera de
él. Tras casi dos décadas de ardua búsqueda, descubre en un antiguo
manuscrito que el anillo no es otro que el Anillo único, forjado en los fuegos
del Monte del Destino por el Señor Oscuro Sauron para gobernar toda la
Tierra Media. Cuando este fue derrotado, el Anillo se perdió y su amo quedó
reducido a un gran Ojo en lo alto de la torre de Barad-dûr en el corazón de
Mordor. Ahora, siglos después, el Anillo ha vuelto a ser encontrado.
Pero al igual que Gandalf, Sauron también ha descubierto el paradero del
Anillo y manda a sus sirvientes más letales a por él. Para ponerlo a salvo, el
mago envía a Frodo en un viaje de dudoso retorno, al que se le unirán tres
más de su especie, hacia Rivendell, tierra de los elfos, donde se decidirá
qué se ha de hacer con el Anillo. Mientras, el enemigo avanza y sus fuerzas
se multiplican, por lo que un paso en falso o una mala decisión supondrían
el fin de todo lo que han conocido.
Obra máxima del padre de la fantasía moderna, Tolkien roza la perfección
en El Señor de los Anillos, una de las trilogías más famosas de la literatura
contemporánea. Con una mitología que bebe de las tradiciones nórdicas y
del ciclo artúrico, el autor británico compone un relato que reinventa la lucha
entre el bien y el mal dando lugar a una de las obras cumbre del siglo XX.
34. La Divina Comedia

Largo y extraordinario poema de Dante Alighieri (Florencia, 1265-1321) considerado


una de las creaciones literarias que marca el paso del pensamiento medieval
(teocéntrico) al renacentista, donde ya se sitúa al ser humano como centro de todas las
cosas. Por esta magistral creación, Dante es tenido, además, por fundador del italiano
moderno.

35. Robinson Crusoe

La obra más famosa del británico Daniel Defoe (Londres, ¿1660? -1731) cuenta las
peripecias de un náufrago que pasa veintisiete años en una isla apartada de la
civilización, pero no desierta: cuando empieza a acostumbrarse a la soledad, descubre
que en ella vive también una tribu. Tras rescatar a un hombre al que ésta tiene prisionero,
traba amistad con él y lo bautiza como Viernes. Se trata, por tanto, de una novela de
aventuras, pero tiene un sentido más profundo: exalta la capacidad del ser humano para
adaptarse a situaciones adversas.

36. Los Buddenbrook

Extensa novela del germano Thomas Mann (Lübeck, 1875-1955), quien recibió el
Premio Nobel de Literatura en 1929 “principalmente gracias a ella”, según veredicto del
jurado. A grandes rasgos, narra la historia de la familia que le da título, prósperos
comerciantes de Lübeck, a lo largo de cuatro generaciones al tiempo que refleja el
devenir de los estados germánicos hasta convertirse en el Imperio Alemán o II Reich.

37. Un enemigo del pueblo

Drama del noruego Henrik Ibsen (Skien, 1828-1906), gran renovador del teatro europeo
en el siglo XIX. Así mismo, su protagonista, el doctor Stockmann, resulta uno de los
personajes más logrados del teatro contemporáneo. Cuando éste descubre que las
aguas del balneario del pueblo donde vive están contaminadas, se propone divulgarlo.
Pero, como la instalación constituye la principal fuente de ingresos del lugar, toda la
población se opone a él considerándolo un traidor.

38. Doctor Zhivago

Novela del ruso Boris Pasternak (Moscú, 1890-1960), también Premio Nobel de
Literatura, en su caso, en 1958. Muy popular debido a la extraordinaria versión
cinematográfica que de ella hiciera David Lean, cuenta la vida de Yuri Andréyevich
Zhivago, pero se centra especialmente en sus peripecias durante la Revolución Rusa de
1917 y la subsiguiente Guerra Civil entre bolcheviques y “rusos blancos”. No menos
accidentadas que la vida de Zhivago fueron las vicisitudes que atravesó la obra hasta
ser publicada en Occidente, pues -según ciertos investigadores- incluso la C.I.A. intervino
en ello. En cualquier caso, se trata de una magistral novela.

39. Los miserables

Probablemente, la mejor novela de un gigante de las letras francesas: Víctor Hugo


(Besançon, 1802-1885). Cuenta la historia de Jean Valjean, un hombre encarcelado por
robar pan para alimentar a su familia que se redime y, tras enriquecerse de forma
honesta, se convierte en benefactor de la sociedad. La obra se presta a distintas
interpretaciones, pero, quizá, las dos más evidentes sean una defensa de la bondad
innata del ser humano y una denuncia de la propia injusticia social, un sistema que
margina y condena a la miseria a buena parte de sus integrantes.

40. Momentos estelares de la Humanidad

Obra del escritor germano Stefan Zweig (Viena, 1881-1942) difícil de encasillar
genéricamente pues toma distintos pasajes puntuales de la Historia para ofrecérnoslos
precedidos de un prólogo y novelados. Algunos de ellos son: ‘Cicerón. 15 de marzo de
44 antes de Cristo’, ‘La elegía de Marienbad: Goethe entre Karlsbad y Weimar. 5 de
septiembre de 1823′ o ‘El tren sellado: Lenin. 9 de abril de 1917′.

41. Poeta en Nueva York

Libro del español Federico García Lorca (Fuente Vaqueros, Granada, 1898-1936),
integrante de la Generación del Veintisiete. Escrito a raíz de su estancia en la gran ciudad
norteamericana, presenta un tono desolado ante la civilización moderna, alienante para
el ser humano. En cuanto a la forma, destacan el verso libre y las imágenes visionarias
de raigambre surrealista. Algunas composiciones como ‘Danza de la muerte’ o ‘La
aurora’ son realmente demoledoras.

42. El halcón maltés

Relato del norteamericano Dashiell Hammett (Condado de Saint Mary, Maryland, 1894-
1961) que constituye una de las novelas inaugurales del género negro. Es además el
primer caso del detective Sam Spade, genial creación del escritor estadounidense. En
esta ocasión, toda la trama se centra en torno a una estatuilla que perteneció al
Emperador Carlos V y a la que varios grupos de delincuentes siguen la pista.
43. Lolita

Del ruso Vladimir Nabokov (San Petersburgo, 1899-1977), cuenta la obsesión sexual
del protagonista, un maduro profesor, por una adolescente así llamada. Aunque fue
tachada de pornográfica, la obra tiene otros niveles de lectura al margen de la mera
fijación erótica del docente. Así, puede entenderse también como crítica a una sociedad
excesivamente acomodaticia o como un estudio de la moral y las perversiones.

44. Doña Bárbara

Novela del venezolano Rómulo Gallegos (Caracas, 1884-1969) considerada uno de los
clásicos de las letras hispanoamericanas. Es la historia de una terrateniente sin
escrúpulos capaz de aplastar a todo el que se opone a sus designios. Pero, en un sentido
más profundo, refleja el conflicto entre civilización y barbarie tan grato a los autores de
aquellas latitudes.

45. Seis personajes en busca de autor

Drama del italiano Luigi Pirandello (Agrigento, 1867-1936) de enorme valor tanto por la
audacia de sus procedimientos teatrales como por su contenido. Éste es puramente
existencialista pues, a través de los personajes de una obra dramática, se centra en la
incapacidad del ser humano por adquirir personalidad propia en el mundo moderno. La
pieza es considerada uno de los clásicos del teatro del siglo XX.

46. Cuentos

De quien es considerado uno de los mejores autores de relatos breves de la Historia de


la Literatura: Antón Chéjov (Taganrog, 1860-1904). Cualquier recopilación de los suyos
es, en consecuencia, magnífica. Escribió unos seiscientos, algunos de tan sólo unas
pocas líneas y otros, en cambio, que son verdaderas novelas breves. Difíciles de
encuadrar en las habituales tendencias en que se clasifica la Literatura, todos ellos no
obstante son precisas indagaciones en la psicología del ser humano. Los hay cómicos,
costumbristas o dramáticos. Muy complejo es destacar alguno pero podríamos citar ‘La
boda’ (más tarde convertido en obra teatral), ‘La sala número seis’, ‘La dama del
perrito’ o ‘La condecoración’.

47. Cantar de los Cantares

También conocido como ‘Cantar de Salomón’, forma parte de la ‘Biblia’. Profundamente


simbólico, a grandes rasgos trata sobre dos amantes que, obligados a separarse, se
buscan ansiosamente. De colosal altura lírica, su influencia en la poesía posterior ha sido
enorme.
48. Grandes esperanzas

Magnífica novela de Charles Dickens (Portsmouth, 1812-1870). Autobiográfica, cuenta


la vida del niño huérfano Philip Pirrip, conocido por “Pip”, desde su infancia hasta la
madurez, ya convertido en todo un caballero. Es, por tanto, un “bildungsroman” o novela
de formación y posee ingredientes de la narrativa picaresca, sobre todo porque el
protagonista pasa por varios tutores. Fue la última gran novela de Dickens, ya que se
publicó en 1861.

49. La conciencia de Zeno

Del escritor transalpino Ítalo Svevo (Trieste, 1861-1928), pseudónimo de Ettore


Schmitz. En la línea del ‘Ulises’ de Joyce, presenta a un hombre corriente y más bien
mendaz como si de un héroe clásico se tratara. El protagonista es Zeno Cosini, mujeriego
y fumador empedernido que miente tanto a su mujer como a su psiquiatra y nos cuenta
su historia en primera persona. En este sentido, destaca en la obra el magnífico uso del
monólogo interior y la influencia del Psicoanálisis. Se trata, en suma, de una obra
magistral.

50. El burlador de Sevilla y convidado de piedra

Aunque se ha discutido su autoría, se atribuye a fray Gabriel Téllez, “Tirso de


Molina” (Madrid, 1579-1648), uno de los grandes dramaturgos de nuestro Siglo de Oro.
Merecería figurar en esta lista aunque sólo fuera porque constituye la primera aparición
en libro de uno de los grandes mitos literarios de todos los tiempos: el de don Juan, mil
veces recreado después por escritores como Molière, lord Byron, Pushkin y, sobre todo,
José Zorrilla. El personaje, que ha dado lugar incluso a ensayos médicos como el de
Gregorio Marañón, campea a sus anchas por Sevilla e Italia seduciendo a jóvenes y
luego abandonándolas. Hasta que un ser sobrenatural viene a reclamar venganza.

51. Viaje al fin de la noche

Un gran relato del francés Louis-Ferdinand Céline (Courbevoie, 1894-1961). Ahora que
conmemoramos el centenario del estallido de la Primera Guerra Mundial, esta novela es
una de las mejores que se han escrito sobre ella. El protagonista es Ferdinand Bardamu,
enrolado sin pensarlo mucho en el ejército galo y que termina desertando para iniciar un
periplo increíble por distintas partes del mundo, cada una de las cuales sirve al autor
para llevar a cabo una crítica demoledora -aunque no exenta de humor- de distintas
realidades. Así, la explotación colonial o el racismo en Estados Unidos. Su prosa,
extremadamente violenta y basada en el más crudo lenguaje oral fue, además, una
innovación para su época.
52. La ciudad y los perros

Del Nobel peruano Mario Vargas Llosa (Arequipa, 1936), es considerado uno de los
libros inaugurales del llamado “Boom” de la narrativa hispanoamericana. Nos traslada al
Colegio Militar Leoncio Prado, donde un grupo de jóvenes recibe formación castrense
pero también son educados para la vida. El eje argumental de la trama es el robo de las
preguntas de un examen y las consecuencias que ello acarrea. A lo largo del relato se
alternan los narradores e igualmente colectivo podríamos decir que es el protagonismo.
Y todo ello para criticar los valores que se inculcan en el ejército.

53. Los novios

Novela de Alessandro Manzoni (Milán, 1785-1873) considerada una de las cimas de la


Literatura Italiana. Los protagonistas son Renzo y Lucía, una pareja de enamorados que
ven obstaculizados sus deseos de contraer matrimonio por los manejos de don Rodrigo,
señor del lugar. Se trata de una obra genuinamente romántica.

54. La feria de las vanidades

Del británico William Makepeace Thackeray (Calcuta, 1811-1863), quien, a través de


dos heroínas muy diferentes, nos ofrece un retrato de la alta sociedad británica de su
tiempo con su clasismo y preocupación por las apariencias. Las protagonistas son
Rebecca Sharp, una muchacha de origen humilde pero fuerte carácter que busca el
ascenso social, y Amelia Sedley, de familia poderosa aunque pusilánime. A pesar de
todo, no puede evitar el autor, que riega la novela con humor e ironía, una mirada
conmiserativa hacia la condición humana.

55. Sonetos

Del español Garcilaso de la Vega (Toledo, ¿1501?-1536), no puede decirse que sea un
libro en sentido estricto, sino que unos cuarenta de ellos han sido recopilados junto a sus
églogas. Con estas composiciones y junto a Boscán, adaptó la lírica italiana al castellano
y constituyen la mejor muestra de poesía renacentista en nuestra lengua. Muchas de
ellas son de tono amoroso y van destinadas a la dama de la corte Isabel Freyre.

56. El avaro

Comedia del francés Jean-Baptiste Poquelin, “Molière” (París, 1622-1673), experto en


recrear arquetipos humanos. En este caso y a través del anciano Harpagón, lo hace con
la clase de personas que vive por y para el dinero. En una etapa tan brillante para la
escena gala como el siglo XVII, considerada su época áurea, Molière es el mejor autor
de comedias.
57. El gran Gatsb

La novela más conocida del norteamericano Francis Scott Fitzgerald (Saint Paul,
Minnesota, 1896-1940) constituye un relato certero de los “felices años veinte” que
precedieron a la Gran Depresión. Su protagonista es Jay Gatsby, un millonario de
oscuros orígenes que ejemplifica a la perfección la figura del nuevo rico surgido al socaire
de la prosperidad económica del momento y, sobre todo, de la Ley Seca.

58. Sin novedad en el frente

Ahora que conmemoramos el inicio de la Primera Guerra Mundial, es inevitable citar esta
novela del alemán Erich María Remarque (Osnabrück, 1898-1970), uno de los mejores
testimonios sobre los horrores de aquel conflicto que se hayan escrito. Su protagonista
es Paul Baümer, un muchacho que, tras alistarse como voluntario junto a un grupo de
amigos, será trasladado al frente donde vivirá experiencias capaces de transformar a los
hombres en bestias.

59. La Regenta

La gran novela de Leopoldo Alas, “Clarín” (Zamora, 1852-1901) es, como ‘Madame
Bovary’, un relato sobre el hastío vital. En este caso, la protagonista es Ana Ozores,
joven esposa del antiguo Regente de Vetusta, que se debate entre su fidelidad
matrimonial y las acometidas de dos personajes bien distintos: Álvaro Mesía, un “don
Juan” provinciano, y Fermín de Pas, poderoso magistral de la catedral. Pero, sobre todo,
la joven esposa lucha contra la insatisfacción de una vida vacía en una pequeña ciudad
cuyos habitantes, de paso, no salen muy bien parados.

60. El libro de la selva

Conjunto de relatos del británico Rudyard Kipling (Bombay, 1865-1936), Premio Nobel
de Literatura en 1907. Aunque contiene varias historias, la más conocida es la que
conforman los primeros cuentos: la historia de Mowgli, el niño perdido en la selva que es
criado por una manada de lobos. En suma, se trata de un libro infantil que contiene
lecciones morales.

61. Historia

De Herodoto de Halicarnaso (484-425 antes de Cristo), constituye el primer intento de


compendiar todo el devenir del mundo antiguo, desde Creso -Rey de Lidia- hasta la
época dorada de Atenas bajo el mando de Pericles, pasando por las Guerras Médicas y
personajes como Darío el Grande o Jerjes. Su importancia reside precisamente en ello.
Aunque su autor se deja llevar por sus simpatías, fue calificado por Cicerón como “el
padre de la historiografía”.
62. Eugenio Oneguin

Novela en verso del ruso Alexander Pushkin (Moscú, 1799-1837), que viene a ser una
suerte de autobiografía idealizada del propio autor. Pero, más que el contenido, interesa
la magistral forma poética que le confiere Pushkin, considerado el fundador de la
moderna literatura rusa.

63. El extranjero

Del francés Albert Camus (Mondovi, Argelia, 1913-1960), también ganador del Nobel
de Literatura en 1957. Su protagonista es el señor Mersault, quien comete un crimen
atroz y, tras ser apresado, no muestra ni arrepentimiento ni miedo sino un absoluto
escepticismo ante todo. Su apatía ante la misma vida le convierte en perfecto ejemplo
del existencialismo posterior a la Segunda Guerra Mundial.

64. Elegías de Duino

Poemario del checo Rainer María Rilke (Praga, 1875-1926), así titulado porque
comenzó a escribirlo en el castillo de ese nombre, situado en Trieste (Italia). Son diez
composiciones sobre temas variados cuyo nexo de unión es el Hombre en todos sus
aspectos. La obra es considerada una de las cimas de la lírica del siglo XX.

65. Pedro Páramo

Breve pero enorme novela de Juan Rulfo (Jalisco, 1917-1986), pues compendia todas
las inquietudes de la idiosincrasia mexicana y, en buena medida, universal. A grandes
rasgos, cuenta el viaje de Juan Preciado en busca de su padre al fantasmagórico pueblo
de Comala, que se nos aparece como un territorio mitológico a la altura del Macondo de
García Márquez. En esta obra, vida y muerte aparecen estrechamente entrelazadas y su
influencia en el Realismo mágico fue enorme.

66. Orlando furioso

Poema épico del italiano Ludovico Ariosto (Reggio Emilia, 1474-1533) inscrito en el
más puro Renacimiento. Narra los amores del caballero Orlando y la bella Angélica
enmarcados en las leyendas carolingias y las cruzadas y rodeados por un sin fin de
historias secundarias.

67. Bomarzo

Magnífica novela histórica del argentino Manuel Mújica Láinez (Buenos Aires, 1910-
1984) escrita con gran virtuosismo. A partir del duque Pier Francesco Orsini, personaje
que existió realmente, construye un mosaico del Renacimiento italiano por el que desfilan
cortesanos, soldados, artistas y cardenales poderosos. Este aristócrata fue el creador de
los jardines cuyo nombre da título a la novela, plagados de figuras fantásticas y
monstruosas y que sirven al autor para desarrollar su visión del periodo renacentista y,
en sentido más amplio, de la civilización occidental. Además, ‘Bomarzo’ es un magistral
ejercicio de estilo.

68. Ensayos

Obra de Michel de Montaigne (Burdeos, 1533-1592) que crea este género literario en
sentido moderno. Considerados una cima del humanismo galo e inspirados en figuras de
la Antigüedad como Plutarco y Séneca, abarcan los temas más variados, desde la
Filosofía hasta la Historia, pasando por la Literatura.

69. Matar un ruiseñor

Gran novela de la norteamericana Harper Lee (Monroeville, Alabama, 1926), quien


obtuvo el Premio Pulitzer con ella en 1961. Ambientada en los años de la Gran Depresión
en un pequeño pueblo de Alabama, la historia es narrada por la niña Scout Finch, quien
vive con su padre, Atticus, y su hermano mayor Jem. Al paso que conocemos la vida
cotidiana de la localidad y las aventuras de los muchachos, también se nos presenta la
problemática social del racismo con el negro Tom Robinson, acusado injustamente de
violar a una mujer blanca y que es defendido por Atticus. Inscrita en el llamado “gótico
sureño” e indudablemente autobiográfica, es una magnífica novela.

70. Cuentos

De Nikolái Gógol (Soróchintsy, 1809-1852), considerado el fundador del género en las


letras rusas. Fueron recogidos en volúmenes como ‘Historias de San
Petersburgo’ o ‘Veladas en un caserío de Dikanka’. Dotados de un irónico sentido del
humor, algunos como ‘La nariz’ bordea lo surrealista y otros como ‘El capote’ la denuncia
social. En cualquier caso, todos son extraordinarios.

71. Lazarillo de Torme

Novela anónima publicada en el siglo XVI que funda el género picaresco. Viene a ser la
autobiografía de un muchacho que nos cuenta su infancia al servicio de varios amos y
cómo -en su creencia- ha ido ascendiendo socialmente hasta llegar a lo que cree “la cima
de la prosperidad”. Ésta no es otra cosa que ser pregonero de un pueblo y dejarse
engañar por su mujer pero, al menos, comer todos los días. Ha sido atribuida a distintos
escritores como Alfonso de Valdés, fray Juan de Ortega, Lope de Rueda e incluso
Fernando de Rojas, autor de ‘La Celestina’. Sin embargo, las investigaciones más
recientes parecen inclinarse por el poeta y diplomático Diego Hurtado de Mendoza.
72. 1984

Famosísima novela del británico George Orwell (Motihari, 1903-1950), uno de los más
lúcidos analistas de la sociedad moderna. Ambientada en una Londres futura que, a su
vez, está incluida dentro del gigantesco estado de Oceanía, nos presenta un sistema en
el que un Partido Único lo rige todo. Mantiene a los ciudadanos permanentemente
vigilados y entretenidos con objeto de que sean incapaces de pensar y, aunque pobres,
se mantengan sumisos. ‘1984’ acuñó el concepto de “Gran Hermano” y, si bien publicada
en 1949, como puede apreciarse es un retrato lúcido de la sociedad actual.

73. Drácula

Novela del británico Bram Stoker (Clontarf, 1847-1912) que se encuentra entre los
relatos de terror más importantes de la Historia de la Literatura en tanto crea uno de los
mitos del género: el vampiro por excelencia. No es la de Drácula la primera aparición de
estas criaturas en la narrativa (tal honor corresponde a John William Polidori, secretario
de Lord Byron con su relato ‘El vampiro’) pero si es la mejor versión de tales personajes
legendarios y, sobre todo, la que más fortuna ha tenido. Stoker lleva al conde Drácula
desde las montañas de los Cárpatos hasta el mismo Londres para perpetrar sus orgías
de sangre.

74. Gog

Profunda novela del italiano Giovanni Papini (Florencia, 1881-1956) en tanto muestra
sus inquietudes existenciales. El protagonista es un millonario que gasta su dinero
comprando entrevistas con destacadas personalidades. Pero también es un ser
despreciable que encarna todo lo peor de la sociedad moderna.

75. El hombre sin atributos

Obra del austríaco Robert Musil (Klagenfurt, 1880-1942) que constituye otra magnífica
muestra del existencialismo de principios del siglo XX. Su protagonista es Ulrich, un
matemático de treinta y dos años que decide consagrar doce meses a pensar qué va a
hacer con su vida. La acción, con el trasfondo de la sociedad austro-húngara anterior a
la Primera Guerra Mundial, es mínima, hasta el punto de que muchas veces no sabemos
de qué trata la novela. Pero, en definitiva y como la anterior, es una demoledora crítica
del mundo moderno.

76. Las Metamorfosis

Monumental poema en quince libros del latino Publio Ovidio Nasón (Sulmona, 43 antes
de Cristo- 17 después de Cristo). Es una composición épica que narra la historia del
mundo desde sus orígenes hasta el momento en que Julio César es deificado.
77. Los intereses creados

Drama del español Jacinto Benavente (Madrid, 1866-1954), Premio Nobel de Literatura
en 1922. Tomando como modelo los personajes de la Comedia del Arte italiana, narra
las andanzas de Crispín y Leandro, dos pícaros que hacen creer a los demás que poseen
riquezas y así logran convencer al acaudalado Polichinela de que permita la boda de su
hija con el segundo de ellos. El rico descubre el engaño pero no puede evitar el
casamiento ya que con él ganan todos sus vecinos, quienes así cobrarán las deudas
contraídas por los pillos. La obra es una crítica al mundo de las apariencias en que se
desenvuelve la sociedad.

78. Martín Fierro

Extenso poema narrativo de José Hernández (San Martín, 1834-1886) considerado no


sólo la mejor muestra de literatura gauchesca sino el libro nacional de Argentina. Cuenta
las vicisitudes que debe atravesar el personaje que da título a la obra, un gaucho
apegado a sus costumbres y por tanto poco habituado a la civilización en sentido
moderno. Es, en definitiva, el retrato de un mundo condenado a desaparecer y constituye
una de las más importantes obras de la Literatura Hispanoamericana.

79. En el camino

Novela del estadounidense Jack Kerouac (Lowell, Massachusetts, 1922-1969)


considerada manifiesto de la “generación beat” (fundadora de la llamada contracultura).
Escrita en forma de monólogo interior, es un relato autobiográfico que narra los viajes de
los protagonistas a través de la legendaria Ruta 66.

80. Los tres mosqueteros

Magistral novela de aventuras escrita por Alexandre Dumas (Villers-Cotterêts, 1802-


1870), uno de los grandes creadores de súper ventas de todos los tiempos. Ambientada
en el siglo XVII francés, los personajes a que alude el título son Aramis, Athos y Porthos,
quienes defiende al rey Luis XIII y, sobre todo, a la reina Ana de Austria frente al grupo
dirigido por su valido el cardenal Richelieu. Pero el gran protagonista de la historia
es D’Artagnan, un muchacho gascón que arriba a París con objeto de cumplir su sueño
de convertirse en mosquetero. Sin duda, se trata de una de las grandes novelas de
aventuras de la Historia de la Literatura.

81. Utopía

Obra del humanista y político británico Tomás Moro (Londres, 1478-1535) cuyo título
extenso es “Libro del estado ideal de una república en la nueva isla de Utopía”,
suficientemente indicativo de su contenido. En efecto, se trata de un ensayo donde
expone su forma de entender el gobierno de las naciones.

82. Edipo rey

Drama del griego Sófocles (Atenas, 496-406 antes de Cristo) que constituye el máximo
exponente de la tragedia tal como la concebían los antiguos helenos. A partir de un
infausto oráculo que señala que el protagonista matará a su padre y se casará con su
madre, Edipo atraviesa una serie de vicisitudes y casualidades que llevarán
inexorablemente al cumplimiento de aquella predicción y que, lógicamente, conducirán
a la obra a un final atroz.

83. El perfume

Extraordinaria novela del germano Patrick Suskind (Ansbach, Baviera, 1949) que
constituye, al tiempo, una reflexión sobre la condición humana y un portento de
capacidad descriptiva a través de los sentidos. Su protagonista es Jean-Baptiste
Grenouille, un joven de infancia desdichada con una extraordinaria capacidad olfativa
que le lleva a obsesionarse con la creación del perfume perfecto, aunque para lograrlo
deba convertirse en asesino.

84. La sombra del ciprés es alargada

Primera novela del castellano Miguel Delibes (Valladolid, 1920-2010) pero no por ello
menos magistral. Es una indagación sobre la muerte desarrollada a través de la
trayectoria vital de Pedro, el protagonista, un muchacho huérfano acostumbrado a ver
morir a todos aquellos que ama o aprecia.

85. Guillermo Tell

Drama de Friedrich Schiller (Marbach am Neckar, 1759-1805), considerado junto


a Goethe el gran autor del clasicismo germano. Cuenta las aventuras del personaje que
le da título, una figura legendaria de la independencia suiza famoso por su habilidad con
la ballesta.

86. Las crónicas de Narnia

Heptalogía del británico Clive Staples Lewis (Belfast, 1898-1963) que constituye una de
las obras maestras de la fantasía. Sus siete relatos están protagonizados por Aslan, un
león legendario que ha creado el país de Narnia, y los hermanos Pervensie, todos ellos
rodeados por un mundo mágico poblado por malvadas brujas, animales parlantes y seres
mitológicos. En un sentido más profundo, viene a ser una muestra de la lucha entre el
Bien y el Mal.

87. El gatopardo

Excelente novela de Giuseppe Tomasi di Lampedusa (Palermo, 1896-1957) que narra


las vicisitudes familiares de don Fabricio Corbera, Príncipe de Salina, entre 1860 y 1910,
época de la Unificación Italiana que dio lugar a profundos cambios sociales. Además de
un magnífico relato histórico, es una dura crítica del arribismo político.

88. Viaje al centro de la Tierra

Relato de aventuras con no poco de fantasía del francés Julio Verne (Nantes, 1828-
1905), considerado, junto a Herbert George Wells, el creador de la ciencia ficción. Tras
encontrar un pergamino que explica como llegar al núcleo terrestre, el profesor Otto
Lidenbrock se dispone a realizar tan arriesgado viaje junto a su sobrino Axel y el guía
Hans. En su periplo atravesarán mil peligros para descubrir que las entrañas del planeta
ocultan un mundo increíble y muy distinto del que existe en la superficie.

89. Todo se desmorona

Novela del nigeriano Chinua Achebe (Oglibi, 1930-2013) que constituye, al tiempo, un
fresco de las distintas etnias que habitan en su país y una muestra del choque entre los
colonizadores blancos y los pueblos indígenas. Además, refleja con tristeza como éstos
últimos van perdiendo sus ancestrales costumbres para occidentalizarse. Su
protagonista es Okonkwo, un luchador del pueblo igbo.

90. Cumbres borrascosas

Unica novela de la británica Emily Brönte (Thornton, Yorkshire, 1818-1848) considerada


uno de los grandes clásicos de la Literatura Inglesa. Narra la historia de dos familias, los
Earnshaw con su hijo adoptivo Heathcliff y los Linton pero sobre todo se centra en un
triángulo sentimental que arruina la vida de ambos clanes. Formalmente, se trata de una
obra muy audaz para su tiempo (fue publicada en 1847) pues su estructura recuerda a
la muñecas rusas que, al abrirlas, hallamos otra en su interior.

91. Desde la fundación de la ciudad

Aunque sólo sea por tratarse del gran historiador de Roma y por las dimensiones de su
creación, merece figurar aquí la colosal obra de Tito Livio (Padua, 59 antes de Cristo-
17 después de Cristo), un conjunto de ciento cuarenta y dos libros que, como su propio
título indica, narran el devenir de Roma desde su legendaria fundación por Rómulo y
Remo hasta después de Julio César, por cierto, otro gran historiador.

92. La familia de Pascual Duarte

Brutal relato del Nobel Camilo José Cela (Iria Flavia, 1916-2002) que dio lugar a una
corriente literaria calificada como “Tremendismo”. A medio camino entre la picaresca y
las técnicas naturalistas, un reo cuenta desde la cárcel su vida, marcada por el
determinismo de la herencia y el medio, hasta convertirse en asesino. Fue, además, la
novela que supuso el renacer de la narrativa española tras la Guerra Civil.

93. Cantos

Libro de poemas del italiano Giacomo Leopardi (Recanati, 1798-1837), quizá el más
grande exponente del Romanticismo en su país. Aunque su perfección formal lo acerca
al neoclasicismo, el contenido y el tono son genuinamente románticos por su pesimismo
y por mostrar al Hombre perdido en un mundo inhabitable donde no halla acomodo.

94. Solaris

Magnífica novela de ciencia ficción del polaco Stanislaw Lem (Leópolis, 1939-2006),
uno de los grandes del género. El título alude al nombre de un planeta en el que no existe
tierra firme sino un inmenso océano dotado de vida propia y, según apuntan los indicios,
de inteligencia. Allí llega Kris Kelvin para investigar la extraña conducta de los tres
astronautas que se encuentran en el único observatorio habilitado en el planeta. Sin
embargo, le ocurrirán extraños sucesos.

95. Frankenstein o el moderno Prometeo

Otro clásico del terror creado por la británica Mary Wollstonecraft (Londres, 1797-
1851), quien adoptó el apellido Shelley de su esposo, el conocido poeta Percy Bhysshe.
Fue escrita en Villa Diodati, durante una velada en la que también estaba presente el
polémico Lord Byron. Narra la historia del doctor Frankenstein, un científico que crea un
ser vivo a partir de partes de cadáveres y mediante descargas eléctricas. Sin embargo,
su criatura termina rebelándose contra él. Como toda gran novela, puede interpretarse
de diversas formas pero una de las que más fortuna ha hecho la califica como una crítica
a la experimentación científica descontrolada.

96. Babbit

Excelente novela del norteamericano Sinclair Lewis (Sauk Centre, Minnesota, 1885-
1951), Premio Nobel de Literatura en 1930. A través de un respetado vendedor de fincas
y su familia, el autor satiriza a la clase media estadounidense, más preocupada por las
apariencias que por vivir con plenitud.

97. Rimas

Magnífico libro de poesía del español Gustavo Adolfo Bécquer (Sevilla, 1836-1870).
De contenido sentimental, evidencian la superación del Romanticismo por su tono
intimista y una sencillez formal que, no obstante, oculta un enorme trabajo de depuración
poética.

98. Libro del desasosiego

Inclasificable obra del portugués Fernando Pessoa (Lisboa, 1888-1935), como por otra
parte son casi todas las suyas. Presentado como una autobiografía de Bernardo Soares,
uno de los heterónimos del autor, viene a ser un diario íntimo compuesto de todo tipo de
reflexiones dispersas tanto sobre asuntos de la vida cotidiana como de otros de mayor
enjundia filosófica.

99. Pigmalión

Comedia del británico George Bernard Shaw (Dublín, 1856-1950) estrenada en el


Burgtheater de Viena en 1913 y cuyo título hace referencia al personaje mitológico del
mismo nombre, rey de Chipre y que se enamoró de la estatua que había creado él mismo.
Y es que ‘Pigmalión’ cuenta la historia de Henry Higgins, un profesor de lengua que
estudia la dicción popular. A la salida del Covent Garden, encuentra a Liza, una florista
analfabeta cuya forma de expresarse es vulgar. Se propone entonces -apuesta con el
coronel Pickering de por medio- convertirla en una dama en el plazo de seis meses.

100. La modificación

Obra del francés Michel Butor (Mons-en-Baroeul, 1926) que constituye uno de los
mejores exponentes del “Nouveau roman”, corriente narrativa surgida en Francia en los
años cincuenta del pasado siglo y que se caracterizaba por la ruptura con la novela al
modo tradicional para escribir al impulso del flujo de conciencia y con gran virtuosismo
estilístico. Su protagonista es León, un hombre que toma el tren hacia Roma para
reunirse con su amante. Durante el viaje, va reflexionando sobre su pasado, su presente
y su futuro.

101. Ivanhoe

Relato del escocés Walter Scott (Edimburgo, 1771-1832), considerado el fundador de


la novela histórica. Ambientada en la Inglaterra medieval, presenta la lucha del héroe
que le da título contra Juan “Sin Tierra”, Rey que ha usurpado el trono a su propio
hermano Ricardo “Corazón de León”.

102. Esperando a Godot

Tragicomedia del irlandés Samuel Beckett (Dublín, 1906-1989) considerada una de las
cimas del “Teatro del absurdo”. Y, en efecto, ningún sentido tiene su argumento: Vladimir
y Estragón son dos vagabundos que pasan la obra aguardando a un tal Godot pero en
ningún momento se nos dice quién es éste, por qué le esperan ni, por supuesto, aparece.
Es un voluntario absurdo que pretende simbolizar la propia vida humana, considerada
por el autor como carente de significado.

103. Papá Goriot

Una de las novelas más conocidas del francés Honoré de Balzac (Tours, 1799-1850),
maestro del Realismo y uno de los grandes autores de las letras galas. Esta obra
pertenece a su monumental ‘Comedia humana’, el más colosal proyecto literario que se
hayan emprendido nunca, pues tenía la pretensión de reflejar fidedignamente toda la
sociedad francesa de la época. Para hacerlo, Balzac se propuso escribir casi ciento
cuarenta novelas de las que llegó a completar unas ochenta y cinco. En efecto, son éstas
un fresco amplísimo no sólo de la Francia de su tiempo sino de la condición humana en
general. ‘Papa Goriot’ forma parte del subgrupo titulado “Escenas de la vida privada” y
ofrece todo un microcosmos de la sociedad en el que destaca la figura de Goriot, un
anciano al que sus hijas apartan de su lado después de haber sacrificado todo por ellas.

104. Poema de Gigalmesh

Ubicado en la Mesopotamia del siglo VII antes de Cristo y anónimo, es considerado el


texto literario escrito más antiguo de la Historia. Compuesto de unos 3.500 versos, se
trata de una epopeya que narra las aventuras del rey Gigalmesh, un personaje de la
mitología sumeria.

105. La conjura de los necios

Novela del estadounidense John Kennedy Toole (Nueva Orleans, 1937-1969) quien
ganó con ella el Pulitzer a título póstumo en 1981. Cuenta la vida de Ignatius J. Reilly,
un hombre estrambótico cuyas tesis chocan frontalmente con la sociedad moderna pero
debe abandonar sus ideales poéticos para hacer algo tan prosaico como buscar trabajo.
Es una obra ácida y disparatada pero también amarga. Tan magistral es la figura del
protagonista que se le ha comparado con don Quijote.
106. Archipiélago Gulag

Estremecedora obra del ruso Aleksandr Solzhenitsyn (Kislovodsk, 1918-2008), Premio


Nobel de Literatura en 1970. Es una detallada descripción del sistema penal soviético y
de los campos de concentración a los que se enviaba a los condenados, en gran parte
de los casos, para no volver. Pero también es una crítica de una sociedad enferma en la
que la delación estaba a la orden del día y era casi ley.

107. El Alcalde de Zalamea

Drama de honor del español Pedro Calderón de la Barca (Madrid, 1600-1681)


considerado una de las cimas de nuestro teatro del Siglo de Oro. El capitán y aristócrata
don Álvaro ultraja a la joven Isabel, hija del labrador Pedro Crespo, y éste trata de que
repare su afrenta. Cuando el soldado se niega, el campesino, a la sazón elegido Alcalde,
hace que le prendan y ejecuten. Aunque en aquel tiempo un plebeyo no podía ajusticiar
a un noble, el Rey Felipe II termina dando la razón al honesto Crespo.

108. Alicia en el País de las Maravilla

Famosísima novela del británico Charles Lutwidge Dodgson (Daresbury, 1832-1898),


más conocido como Lewis Carroll. La obra cuenta la increíble aventura de Alicia, una
niña que, tras seguir a un conejo mágico, entra en un mundo absolutamente surrealista
en el que se encuentra con personajes tan populares como el Gato de Cheshire, el
Sombrerero Loco o la Reina de Corazones. Es uno de los grandes clásicos de la literatura
infantil.

109. Leviatán

Excelente novela del norteamericano Paul Auster (Newark, 1947) que, a través de una
trama policíaca, indaga en los recovecos de la creación literaria. Benjamín Sachs, un
escritor de efímera popularidad, muere mientras manipulaba una bomba. Su amigo y
colega Peter Aaron (trasunto de Auster) decide escribir su biografía antes de que la
versión oficial la tergiverse. Como decíamos, la obra reflexiona sobre dos formas de
entender el oficio de escribir: de una parte, la comprometida social y políticamente y, de
otra, la puramente artística. Además y ello es común a todas las novelas de Auster, un
azar insondable rige las vidas de los personajes.

110.Orgullo y prejuicio

La mejor obra de la británica Jane Austen (Steventon, 1775-1817), que ha sido varias
veces llevada al cine y la televisión. Se trata de una comedia romántica cuyos
protagonistas son la orgullosa Elizabeth Bennet y el atractivo Fitzwilliam Darcy, quienes
mantienen varios acercamientos y desencuentros sentimentales. Al tiempo, la autora los
rodea de un sin fin de personajes secundarios muy bien trazados.

111. Mil grullas

Libro del Nobel japonés Yasunari Kawabata (Osaka, 1899-1972) que constituye una obra
cimera del preciosismo literario. La trama es, en consecuencia, poco importante. Discurre
en torno a la ceremonia del té y el encuentro de Kikuji con dos mujeres, la señora Ota y
Chikako, que fueron amantes de su padre. Pero lo realmente destacable de la obra es la
precisión y el virtuosismo con que el autor nos describe los objetos cotidianos y las cosas
sencillas de la vida.

112. Las mil y una noches

Recopilación medieval de cuentos orientales cuyo eje central lo constituye el personaje


de Sherezade, concubina del Sultán que, para no ser decapitada, narra a éste distintas
historias. El libro está construido mediante la técnica del relato enmarcado, es decir, de
cada cuento surge la trama del siguiente. Su influencia en la literatura posterior ha sido
enorme.

113. Cancionero

Es el título que se ha dado a la recopilación de la obra poética del italiano Francesco


Petrarca (Arezzo, 1304-1374). El tema central es el sentimiento amoroso del autor hacia
Laura pero se salpica con textos acerca de otros asuntos. Escrito en lengua toscana,
lleva el soneto a la perfección y constituye una obra capital para el desarrollo de la
sensibilidad renacentista.

114. La Celestina

Subtitulada “Tragicomedia de Calisto y Melibea”, es atribuida al bachiller Fernando de


Rojas (La Puebla de Montalbán, Toledo, h. 1470-1541). Obra de difícil encasillamiento
genérico pues, de ser teatro, resulta casi imposible de representar. A grandes rasgos,
cuenta los enredos de la alcahueta Celestina para conseguir que la joven Melibea caiga
rendida ante el amor de Calisto.

115. Moby Dick

Magistral novela del estadounidense Herman Melville (Nueva York, 1819-1891) que
constituye el mejor relato marino de la Historia de la Literatura. El ballenero ‘Pequod’
persigue a un gran cachalote que ha privado a su capitán, Ahab, de una pierna. Pero,
más que sobre la caza de Moby Dick -así se ha bautizado al animal- la obra trata sobre
las obsesiones autodestructivas, en este caso el ansia de venganza del marinero.

116. Los Maia

Extraordinaria obra de José María Eça de Queiroz (Póvoa de Varzim, 1845-1900),


seguramente el mejor novelista portugués del siglo XIX. Carlos de Maia es un joven de
buena familia educado en Europa, idealista y diletante que se enamora de una mujer
cuyo origen hace imposible su relación. Para contextualizar la peripecia del protagonista
el autor se remonta a su abuelo, Alfonso de Maia, y de este modo recorre toda la historia
de Portugal en el siglo XIX, con sus intentos modernizadores que chocan con un
decadentismo muy propio de la época.

117. La tierra baldí

Extenso poema del Premio Nobel Thomas Stearns Eliot (Saint Louis, Missouri, 1888-
1965) que es, al tiempo, un reflejo demoledor del desengaño respecto al progreso de la
Humanidad que siguió a la Primera Guerra Mundial y un magnífico ejemplo de la
experimentación formal de las vanguardias. Su influencia en la lírica posterior ha sido
enorme.

118. La señorita Julia

Probablemente la mejor obra dramática del sueco August Strindberg (Estocolmo, 1849-
1912). La protagonista, que da título a la obra, es una joven de buena posición que
seduce a un criado. Con ello y según los cánones de la época, ha mancillado el honor
de su familia al relacionarse con un sirviente pero al tiempo, éste, como hombre, tiene
poder sobre ella. En suma, la obra analiza la lucha de clases y el papel sumiso que la
mujer tenía en la sociedad.

119. Gargantúa y Pantagruel

Grupo de cinco novelas escritas por el francés François Rabelais (Chinon, ¿1494?-
1553). Narra las aventuras de estos personajes, padre e hijo y dos gigantes bondadosos
y glotones, con fuertes dosis de humor escatológico y un tono absolutamente vulgar. El
nombre del segundo de ellos ha dado lugar al adjetivo “pantagruélico” que se usa para
calificar la abundancia de comida.

120. Retorno a Brideshead

Magnífica novela del británico Evelyn Waugh (Londres, 1903-1966). Su protagonista y


narrador es Charles Ryder, quien, al regresar a Brideshead, mansión de lord Marchmain
ahora convertida en cuartel, recuerda los tiempos allí vividos junto a su amigo Sebastian
y la hermana de éste, Julia, de la que estuvo profundamente enamorado.

121. Cántico espiritua

Probablemente la obra más destacada del carmelita San Juan de la Cruz (Fontiveros,
Ávila, 1542-1591), figura principal de la poesía mística española. Bajo la forma simbólica
del encuentro de dos amantes, expresa el proceso por el que el alma entra en contacto
con la Divinidad y, formalmente, es de una belleza extraordinaria.

122. Las aventuras de Tom Sawyer

Clásico de la narrativa juvenil norteamericana escrito por Mark Twain (Florida, Missouri,
1835-1910). Cuenta las aventuras del personaje que le da título y su amigo Huckleberry
Finn, un muchacho marginal que ha aprendido a arreglárselas solo. Al tiempo, Twain
construye un magistral retrato de la vida a orillas del gran río Mississippi. Tal fue su éxito
que el autor escribió una secuela también excelente titulada ‘Las aventuras de
Huckleberry Finn’.

123. Cuentos infantiles

Si bien hay distintas recopilaciones de los relatos del danés Hans Christian
Andersen (Odense, 1805-1875), cualquiera de ellas merece figurar en esta lista tanto
por su calidad como por su valor imperecedero. Obras como ‘La sirenita’, ‘El patito feo’,
‘El soldadito de plomo’ o ‘La cerillera’ han inspirado películas, musicales e incluso
pinturas y esculturas e hicieron del escritor nórdico uno de los más grandes creadores
de historias para niños de todos los tiempos. Mucha menos fama obtuvieron,
curiosamente, sus novelas y dramas para adultos.

124. Medea

Drama de Eurípides (Salamina, 480-406 antes de Cristo), considerado, junto


a Sófocles y Esquilo, uno de los tres grandes trágicos de la Antigüedad griega. Jasón, el
que buscara el vellocino de oro, se dispone a repudiar a Medea para casarse con Glauce,
hija de Creonte, Rey de Corinto. Pero la esposa despechada trama una atroz venganza.
Se trata, por tanto de una obra de enorme fuerza dramática cuyo motor son los celos.

125. Manhattan Transfe

Obra del norteamericano John Dos Passos (Chicago, 1896-1970) considerada una de
las grandes novelas sobre Nueva York. Tomando como nexo la estación central de
Manhattan, cuenta la vida de distintos personajes que pasan por ella. Algunos sólo
aparecen una vez pero otros se relacionan entre sí y volvemos a encontrarlos páginas
adelante. Sin embargo, la gran protagonista es la propia ciudad de Nueva York como
escenario de las ilusiones de mucha gente que, al fin, se van al traste.

126. Así habló Zaratustra

Una de las mejores obras del filósofo alemán Friedrich Nietzsche (Röcken, 1844-1900),
que compendia en buena medida toda su cosmovisión. Esta constituido por una serie de
relatos y discursos que el autor pone en boca del profeta Zoroastro, también llamado
Zarathustra.

127. El poder y la gloria

Magnífica novela del británico Graham Greene (Berkhamsted, 1904-1991) que posee
enorme profundidad espiritual. Ambientada en el México de los años veinte, cuando el
Gobierno emprendió una brutal persecución contra los cristianos -la conocida
como “Guerra Cristera”-, narra la peripecia del padre José, un sacerdote católico que se
debate entre sus sentimientos de culpa y la ayuda a los demás.

128. Zorba el Griego

Novela de Nikos Kazantzakis (Heraclión, 1883-1957), uno de los grandes escritores de


su país en época moderna. Basada en un personaje real, Georges Zorba, nos presenta
a un hombre del pueblo que posee la filosofía del sentido común y ama apasionadamente
la vida. En definitiva, un ser capaz de armonizar materia y espíritu, la gran preocupación
del autor griego.

129. Cuentos de Canterbury

Colección del alquimista, astrónomo y escritor inglés Geoffrey de Chaucer (Londres, h.


1343-1400) que vienen a ser el equivalente británico al ‘Decamerón’ de Boccaccio o al
‘Libro de buen amor’ de nuestro Arcipreste de Hita. Son relatos de contenido variado
escritos tanto en prosa como en verso y, entre ellos, pueden mencionarse el ‘Cuento del
caballero’, el del molinero, el de Melibeo, el del médico o el del bulero. Incluso existe un
museo dedicado a ‘Los cuentos de Canterbury’ en esa localidad inglesa.

130. Fahrenheit 451

Magnífica novela del norteamericano Ray Bradbury (Waukegan, 1920-2012) que


conforma, junto a ‘1984’ y ‘un mundo feliz’, la trilogía de grandes relatos distópicos del
siglo XX. En una sociedad donde los libros están prohibidos porque “impiden ser feliz” y
la tarea de los bomberos es quemarlos, uno de éstos llamado Montag se confabula con
un viejo profesor, Faber, para salvar la cultura. No será tarea fácil y a causa de ello se
convertirá en un prófugo. El título hace referencia a la temperatura a la que arde el papel.

131. Azul

Libro del nicaragüense Rubén Darío (Metapa, 1867-1916) que inaugura el Modernismo
hispanoamericano, posiblemente la escuela más importante de la lírica en castellano de
los últimos cien años. Contiene relatos en prosa y poemas de una exuberancia formal y
belleza extraordinarios.

132. El principito

Extraordinaria novela del francés Antoine de Saint-Exupéry (Lyon, 1900-1944). Un


aviador tiene un accidente en el desierto y allí se encuentra, sorprendentemente, con un
niño que dice ser un príncipe de otro planeta. Éste se dedica a recorrer la galaxia para
conocer la vida y costumbres de las diferentes poblaciones de ella. La obra puede leerse
desde una perspectiva infantil pero también adulta, pues reflexiona sobre la conducta de
las personas a través de los ojos inocentes de un niño. Con los años, se ha convertido
en uno de los libros más vendidos de la Literatura Universal.

133. El retrato de Dorian Gray

Una de las pocas novelas del británico Óscar Wilde (Dublín, 1854-1900).
Entremezclando realidad y fantasía, narra la vida hedonista de un personaje que se
mantiene perennemente joven mientras la pintura que le ha hecho Basil Hallward
envejece por él. En un sentido más profundo, es un canto a la belleza física acorde con
las tesis del decadentismo finisecular.

134. Vida de los más excelentes pintores, escultores y arquitectos

Ensayo de Giorgio Vasari (Arezzo, 1511-1574) donde acuñó el


término “Renacimiento” y que constituye una obra fundamental para comprender la
historia del arte italiano desde sus orígenes hasta la época de Miguel Ángel y Leonardo
da Vinci.

135. El lobo estepario

Novela del alemán Herman Hesse (Calw, 1877-1962) que constituye un fiel reflejo de
las inquietudes existenciales de su autor. Cuenta la vida de Harry Haller, un hombre
solitario que no encaja bien con la sociedad. Técnicamente quizá sea la mejor obra de
Hess pues presenta diversos y acertados puntos de vista con objeto de completar la
personalidad del protagonista.
136. Historia de la vida del buscón llamado don Pablos

Novela picaresca del español Francisco de Quevedo (Madrid, 1580-1645),


posiblemente el mejor prosista de las Letras Españolas. Narra las andanzas del
personaje que le da título y que atraviesa un proceso similar al del lazarillo, primero como
alumno del dómine Cabra y, más tarde, en compañía de los más singulares personajes:
un inventor que pretende secar el mar mediante esponjas, un mal poeta, un esgrimista o
un ermitaño que hace trampas en el juego. Se trata, en suma, de una demoledora sátira
de la sociedad española del Barroco.

137. Cuentos sobrenaturales

Título bajo el que agrupó algunos de los relatos de Edgar Allan Poe (Boston, 1809-1849)
otro gran creador de narraciones breves: Julio Cortázar. También podría calificárselos
como “de terror” pero es que se trata de un tipo de historias que no recurren a apariciones
fantasmales, vampiros u otras figuras clásicas sino que despiertan el miedo en el lector
apelando a lo más profundo de su subconsciente. Dicho de otra forma, el terror procede
de los más atávicos temores del ser humano. Algunos como ‘El pozo y el péndulo’, ‘La
caída de la casa Usher’ o ‘Ligeia’ son realmente magistrales.

138. Veinte poemas de amor y una canción desesperada

Quizá no sea éste el mejor libro del chileno Pablo Neruda (Parral, 1904-1973) en cuanto
a su calidad poética pero probablemente sí es el más sentido y el más bello por su
hondura humana. Como su propio título indica, se trata de composiciones sentimentales
de gran belleza.

139. La máquina del tiempo

Una de las mejores novelas del británico Herbert George Wells (Bromley, 1866-1946),
considerado, con Julio Verne, el creador de la ciencia ficción. Un científico logra construir
una máquina que le permite viajar en el tiempo. Movido por el afán de conocer el futuro
de la Humanidad, viaja hasta miles de años después de su época para descubrir que el
mundo no ha progresado sino retrocedido. Se halla poblado por los “Eloi”, unos seres
primitivos que, además, son presa de otra raza más agresiva, los “Morlock”. La obra, en
consecuencia y en sentido profundo, es una reflexión sobre el futuro del género humano.

140. Hambre

Novela del Premio Nobel noruego Knut Hamsun (Vaga, 1859-1952) que, publicada en
1890, se anticipó a las corrientes narrativas de principios del siglo XX por su abundante
utilización del monólogo interior. El protagonista es un hombre cualquiera del que sólo
sabemos que vive míseramente en la actual Oslo y -como el título indica- pasa hambre,
sensación que el autor nos expone morosamente. En consecuencia, se trata de un relato
de gran profundidad existencial.

141. La decadencia de Occidente

Magnífico ensayo histórico del germano Oswald Spengler (Blankenburg, 1880-1936)


considerado uno de los más importantes del pensamiento contemporáneo. En él, traza
un marco estructural dentro del que se desarrolla la Historia, distinguiendo varias grandes
culturas de las cuales la Occidental o Faústica es la última. Además, señala para cada
una de ellas distintas etapas que les son comunes. Y, gracias a todo ello, puede concluir
que la vigente (la Occidental) se halla en plena decadencia, es decir, en su final.

142. El cortesano

Obra dialogada del italiano Baltasar de Castiglione (Mantua, 1478-1529) cuya


importancia reside, fundamentalmente, en que constituye un modelo de conducta para
el caballero del Renacimiento. Así, este debe ser ducho tanto en el uso de las armas
como en el de las letras, tener agradable trato sobre todo con las damas e incluso tocar
algún instrumento. No falta, así mismo, un discurso sobre el amor “platónico”, tan en
boga en aquel tiempo, a cargo de uno de los personajes, el poeta Pietro Bembo.

143. Berlín Alexanderplatz

Excelente novela publicada por el alemán Alfred Döblin (Stettin, 1878-1957) a finales
de los años treinta. Su eje argumental es la peripecia de Franz Biberkopf, quien sale de
la cárcel e intenta rehacer su vida. Pero el título, que se refiere a uno de los centros
neurálgicos de Berlín, no es casual. Porque la obra tiene protagonista colectivo: todos
los individuos, variados y de distintos ámbitos, que se cruzan en la trayectoria de
Biberkopf. En este sentido, podríamos decir que esta novela sería a la ciudad alemana
lo que ‘Manhattan Transfer’ a Nueva York. Además, Döblin introduce en su obra muchas
de las técnicas narrativas más renovadoras entonces, tales como el monólogo interior,
la variedad de puntos de vista y la mezcla de registros lingüísticos.

144. El Paraíso perdido

Largo poema narrativo (10000 versos arrítmicos) del inglés John Milton (Londres, 1608-
1674) que recrea la parábola de Adán y Eva para reflejar, en un sentido más profundo,
temas como el Mal y el sufrimiento.
145. Nana

Novela del francés Émile Zola (París, 1840-1902), creador del Naturalismo literario.
Como en su momento hiciera Honoré de Balzac en su ‘Comedia humana’, Zola se
propuso reflejar la sociedad francesa en una serie de relatos: ‘La saga de los Rougon-
Macquart’, a la que pertenece ‘Nana’. Éste es el apelativo que recibe la protagonista,
Anne Copeau, quien trabaja como actriz de variedades y se prostituye para conseguir de
los hombres lo que desea. Pertenece a la rama familiar de los Macquart y se ve afectada
por sus taras genéticas.

146. Contraluz

Una de las mejores creaciones del norteamericano Thomas Pynchon (Long Island,
1937), tan buen escritor como escurridizo personaje del que apenas existen fotos y que
ha publicado tan sólo ocho novelas a lo largo de 50 años. En ella y a su peculiar manera,
hace un recorrido por la Historia Universal en el periodo que abarca desde la Exposición
de Chicago en 1893 hasta después de la Gran Guerra. Entrelaza un sin fin de tramas y
escenarios que van desde Londres hasta el Hollywood del cine mudo e incluye
personajes reales como Groucho Marx o Bela Lugosi.

147. El Siglo de las Luces

Magistral novela del cubano Alejo Carpentier (1904-1980) uno de los grandes escritores
que abrieron el camino al llamado “Boom de la narrativa hispanoamericana”. Es un relato
histórico que, a grandes rasgos, cuenta los efectos que tuvo en el Caribe la Revolución
Francesa. Pero en ella destaca el barroquismo estilístico del autor que completa una
extraordinaria obra.

148. Cuentos de mamá ganso

Recopilación de textos infantiles del francés Charles Perrault (París, 1628-1703) que
proceden, en la mayoría de los casos, de la tradición oral. En consecuencia, el mérito del
autor fue recogerlos y darles forma literaria. Algunos de ellos han alcanzado la
inmortalidad: ‘La bella durmiente’, ‘Caperucita Roja’, ‘Pulgarcito’, ‘Cenicienta’ o ‘El gato
con botas’.

149. Historia de la decadencia y caída del Imperio Romano

Clásico de la historiografía escrito por el británico Edward Gibbon (Putney, 1737-1794)


que aún hoy continúa siendo enormemente valioso. Esta monumental creación recorre
desde la muerte del Emperador Marco Aurelio (180 después de Cristo) hasta el final del
Imperio Romano de Oriente con la caída de Constantinopla en manos de los turcos
(1453). Al tiempo, expone las causas de su decadencia y establece un paralelismo con
el Imperio Británico. Es decir, que además de una obra histórica lo es también filosófica.

150. Pinocho

Popular novela infantil del italiano Carlo Collodi (Florencia, 1826-1890). La forma
clásica del argumento puede resumirse en que el carpintero Gepetto crea un muñeco de
madera que cobra vida. A partir de aquí, Pinocho se convierte en un verdadero truhán
que atraviesa numerosas peripecias. La idea original de Collodi era escribir una suerte
de relato picaresco por lo cual el protagonista terminaba colgado de un árbol en castigo
a sus fechorías. Sin embargo, sus editores le convencieron para que continuara la obra
hasta convertirla en una novela infantil, una historia de redención en la que el
protagonista acababa por arrepentirse y ser premiado. Y esta versión es la que ha hecho
enorme fortuna literaria.

151. El hombre invisible

No hablamos de la popular novela de H. G. Wells, también excelente, sino de la que


publicó el norteamericano Ralph Ellison (Oklahoma, 1914-1994) en 1953 y que le
reportó el National Book Award. A través de un hombre de raza negra, aborda los
problemas raciales en los Estados Unidos desde una perspectiva profundamente
existencial.

152. El guardián entre el centeno

Magistral y casi única novela del también norteamericano Jerome David


Salinger (Nueva York, 1919-2010). Holden Cauldfield, un muchacho de diecisiete años,
nos cuenta sus experiencias en la ciudad de Nueva York tras ser expulsado de la escuela
de Pencey en lo que resulta ser un retrato nada almibarado sino cruel de la adolescencia.
Quizá por ello ha sido un libro polémico desde su publicación.

153. Gran sertón: Veredas

Compleja y extraordinaria novela del brasileño Joao Guimarães Rosa (Cordisburgo,


1908-1967). Su protagonista es el “yagunzo” (una suerte de matón) Riobaldo, quien
cuenta sus andanzas a un médico de ciudad. Ha sido maestro y ello explica sus
constantes alusiones literarias. En la obra, la vida en el sertón (una región de Brasil) se
convierte en un microcosmos que se puede identificar con el mundo en general. La
introducción de dialectalismos y la experimentación a que Rosa somete el lenguaje
convierten a esta obra en una cima de la literatura iberoamericana.
154. La muerte de Arturo

Monumental novela de Thomas Malory (¿Warwickshire, 1416?-1471) que compendia


gran parte de la llamada “materia de Bretaña”, es decir, la leyenda del Rey Arturo, uno
de los asuntos más ricos de la Literatura Universal y que ya había sido abordado por
autores como Chretien de Troyes. La obra de Malory cuenta los orígenes del personaje,
su conversión en caballero y caudillo militar y su coronación. También su búsqueda del
Santo Grial y, finalmente, la caída del reino y la partida de Arturo a la isla de Avalon.

155. El extraño caso del doctor Jekyll y Mr. Hyde

Magnífica novela del británico Robert Louis Stevenson (Edimburgo, 1850-1894) que
indaga sobre el Bien y el Mal y, en definitiva, sobre la complejidad del ser humano. Jekyll
es un afamado científico convencido de que en toda persona conviven en permanente
lucha aquellos extremos y logra una pócima que consigue separarlos. Así, él mismo se
transforma en Mr. Hyde o, lo que es lo mismo, en su propia parte malvada. Pero las
consecuencias serán funestas.

156. El viejo y el mar

No es la más popular pero sí una de las mejores novelas del norteamericano Ernest
Hemingway (Oak Park, Illinois, 1899-1961), Premio Nobel de Literatura en 1954.
Santiago es un viejo pescador cubano que tanto por sus ya escasas fuerzas como por
mala suerte hace tiempo que no captura nada. Tenía un ayudante joven, Manolín, pero
su padre lo ha enrolado en otra embarcación. Sin embargo, un día logra sacar un gran
pez espada que le permitirá recuperar su prestigio ante sus colegas. Para su desgracia,
los tiburones se lo arrebatan dejando sólo el esqueleto. Este argumento representa una
parábola de la lucha del ser humano contra las adversidades aún cuando las energía
flaquean por la edad. Con ella, Hemingway obtuvo el Premio Pulitzer en 1953.

157. Himnos a la noche

Colección de poemas en prosa y verso de “Novalis”, pseudónimo del poeta romántico


alemán Friedrich Leopold von Hardenberg (Oberwiederstedt, 1772-1801). Escritos tras
la muerte de su hermano y de Sophie von Kuhn, su amada, constituyen una alegoría
mística de la vida y la muerte.

158. El Señor Presidente

Magnífico relato de Miguel Ángel Asturias (Ciudad de Guatemala, 1899-1974), también


Premio Nobel de Literatura en 1967. Adscrita al género de la “novela de dictador” como
el ‘Tirano Banderas’ de Valle-Inclán, presenta la opresión brutal en que vive un país
sudamericano bajo el yugo de un régimen despótico. Como eje de la narración, tenemos
los amores de Miguel Cara de Ángel, colaborador de confianza del dictador pero caído
en desgracia, y Camila, hija de un general considerado traidor al mandatario. La figura
del tirano se inspira en Manuel Estrada Cabrera, quien rigió con mano de hierro los
destinos de Guatemala a principios del siglo XX pero, en general, la novela critica a todas
las dictaduras, tan frecuentes en Sudamérica.

159. Os Lusíadas

Largo poema épico de Luis Vaz de Camoes (Lisboa, ¿1524?-1580) considerado una de
las cimas de la literatura portuguesa. Escrito en octavas reales, cuenta los orígenes
legendarios de su país. Luso, hijo del dios Baco, conquistó el territorio del oeste
peninsular y creó Portugal.

160. El maestro y margarita

Extraordinaria novela del ucraniano Mijaíl Bulgákov (Kiev, 1891-1940). Sátira de la


dictadura de Stalin, el diablo visita Moscú acompañado de varios colaboradores como un
gato que habla. Ello repercute en la relación que Margarita sostiene con su profesor,
quien a su vez está escribiendo una narración sobre Jesús y Poncio Pilatos. Hay, por
tanto, una novela dentro de otra, una estructura novedosa para su tiempo.

160. Dune

Clásico de la ciencia ficción escrito por el norteamericano Franz Hebert (Tacoma, 1920-
1986) que recibió los premios Hugo y Nébula. Es la primera y también la mejor de una
saga que incluso fue continuada por el hijo del autor. Nos traslada a un lejano futuro en
el que un Imperio Galáctico domina el Universo. En este contexto, un muchacho llamado
Paul Atreides que pertenece a la aristocracia está destinado a convertirse en líder de los
guerreros Fremen pero también en mesías y quizá en mártir.

161. Platero y yo

La obra más popular del español Juan Ramón Jiménez (Moguer, 1881-1958), Premio
Nobel de Literatura en 1956. Publicada hace ahora justamente 100 años, es una
narración plena de lirismo destinada a los adultos (como el propio autor se encargó de
señalar), aunque por su contenido y sencillez se adapta muy bien a los niños. En este
sentido, tiene dos lecturas: una literal y otra simbólica. A grandes rasgos, presenta los
diálogos que el narrador entabla con un burro llamado “Platero” sobre los más diversos
temas tanto de la vida cotidiana como de mayor hondura espiritual.
162. Yo Claudio

Obra del británico Robert Graves (Wimbledon, 1895-1985) en la que este emperador
romano narra la historia de su propia familia, la Julio-Claudia, desde el asesinato de Julio
César (44 antes de Cristo) hasta el gobierno de Calígula (también asesinado en el año
41 después de Cristo). Se trata, en suma, de una novela que recorre la vida de Roma en
esta etapa decisiva con un rigor y una amenidad extraordinarios.

163. Alguien voló sobre el nido del cuco

Estremecedora novela del norteamericano Ken Kesey (La Junta, Colorado, 1935-2001)
basada en sus propias experiencias como enfermero en un hospital psiquiátrico y como
consumidor de psicotrópicos. Su protagonista es Randle McMurphy, un presidiario que
se las ingenia para ser enviado a un centro mental. En éste se comportará como un
rebelde pero, sobre todo, sufrirá los siniestros tratamientos que allí se aplican, capaces
de dejar a un hombre en estado vegetativo. En 1975, Milos Forman rodó una magistral
película basada en la obra con un Jack Nicholson enorme en el papel de McMurphy.

164. Confesiones de una máscara

Magnífica novela del japonés Yukio Mishima (Tokio, 1925-1970). Su protagonista y


narrador es Koo-Chan, un muchacho solitario, taciturno y especialmente sensible que,
poco a poco, va descubriendo su homosexualidad. Sin embargo, en el Japón de su
tiempo, debe ocultarla tras una “máscara”.

165. El Cid

Drama del francés Pierre Corneille (Ruan, 1606-1684), considerado uno de los
máximos exponentes del clasicismo galo. A su vez, se basa en ‘Las mocedades del Cid’,
obra de Guillén de Castro y, en efecto, se centra en la juventud del héroe castellano.

166. El perro de los Baskerville

Una de las mejores aventuras del sin par Sherlock Holmes creado por Arthur Conan
Doyle (Edimburgo, 1859-1930). En ella, el detective y su fiel Watson deben averiguar
qué se oculta tras una supuesta criatura demoníaca dispuesta a cumplir la maldición que
desde hace siglos persigue a la familia Baskerville.

167. El nombre de la rosa

La mejor novela del italiano Umberto Eco (Alessandria, 1932). Ambientada en una
abadía medieval en la que se suceden varios crímenes, combina elementos de la
narrativa histórica, la policíaca y de la reflexión filosófica. Al lugar llega un franciscano
llamado, curiosamente, Guillermo de Baskerville con su discípulo el joven Adso de Melk
(narrador de la historia) para investigar los asesinatos. Es un relato de gran amenidad
pero también de profunda erudición que ha sido llevado al cine en 1986 por Jean-
Jacques Annaud con Sean Connery como protagonista.

168. Cuentos de hadas

Eruditos de la lengua alemana y estudiosos de su folclore, los hermanos Jacob (Hanau,


1785-1863) y Wilhelm Grimm (Hanau, 1786-1859), más que escribir relatos infantiles, se
dedicaron a recopilarlos de la tradición oral y a darles forma literaria. En cualquier caso,
contribuyeron enormemente a su difusión y a que llegaran hasta nuestros días cuentos
como el de ‘Juan Sin Miedo’, ‘Hansel y Gretel’ o ‘Blancanieves’, además de otros ya
tratados por Charles Perrault y otros folcloristas tales como ‘La Cenicienta’ y ‘La bella
durmiente’.

169. Amadís de Gaula

De autor anónimo aunque reelaborado por Garci Rodríguez de Montalbo (¿1450-1505),


merece figurar aquí como el más conocido exponente de todo un género, el libro de
caballerías, capaz de volver loco al mismísimo Alonso Quijano, el legendario personaje
de Miguel de Cervantes.

170. Un tranvía llamado deseo

Impactante obra teatral del norteamericano Tennessee Williams (Columbus, Mississippi,


1911-1983) que obtuvo el Premio Pulitzer en 1948. Blanche Dubois, madura mujer
sureña desequilibrada y con delirios de grandeza, visita a su hermana Stella, casada con
el rudo obrero Stanley Kowalski. Se establece entonces un triángulo de atracción y
desprecio entre ellos que no conducirá a nada bueno. Considerada uno de las grandes
dramas de la literatura estadounidense, fue llevada al cine de forma memorable por Elia
Kazan en 1951 con Marlon Brando y Vivien Leigh en los papeles principales.

171. Macbeth

Otro de los grande dramas de William Shakespeare (Stratford-upon-Avon, 1564-1616).


Ambientada en la Inglaterra medieval, el protagonista, que da título a la obra, y su esposa
encarnan la ambición desmedida de poder que tiene consecuencias funestas. Se trata
de una de las grandes tragedias de todos los tiempos.
172. El señor de las moscas

Magnífica novela del británico William Golding (Newquay, 1911-1993), Premio Nobel de
Literatura en 1983. Un avión en el que viaja un grupo de muchachos se estrella en el
desierto. Éstos tienen entonces que sobrevivir y se crean jerarquías de mando con las
que no todos estarán de acuerdo. Profundamente simbólica, la obra reflexiona sobre la
pérdida de la inocencia infantil y, en sentido más profundo, sobre la naturaleza humana,
con la presencia del Bien y del Mal.

173. La buena tierra

Quizá la mejor novela de la norteamericana Pearl S. Buck (Hillsboro, 1892-1973),


también Nobel de Literatura en 1938. Hija de misioneros que ejercían su labor en China,
supo retratar mejor que nadie la vida tradicional en el gigante asiático. Esta obra narra,
precisamente, la existencia del campesino Wang y su familia con un lirismo magistral.
‘La buena tierra’ forma una suerte de trilogía con ‘Los hijos de Wang Lung’ y ‘La familia
dispersa’.

174. Novelas ejemplares

Compendio de relatos breves escritos por nuestro Miguel de Cervantes (Alcalá de


Henares, 1547-1616). Algunas de ellas se incluyen en lo mejor del género: ‘La española
inglesa’, ‘El licenciado Vidriera’, ‘El celoso extremeño’ o ‘La gitanilla’. Pero, quizá, la mejor
de todas por su audacia sea ‘El coloquio de los perros’, en la cual Cipión y Berganza,
dos canes que poseen la capacidad de hablar, reflexionan lúcidamente sobre los
humanos.

175. La Metamorfosis

Novela breve de Franz Kafka (Praga, 1883-1924) pero que sintetiza todas las
inquietudes del escritor checo. Narra la historia de Gregorio Samsa, quien una mañana
se despierta convertido en un repugnante insecto. Ello provoca el rechazo de todos hacia
él. La trama simboliza la crisis existencial tan propia de Kafka, quien siempre muestra al
ser humano como una criatura perdida y sola en un mundo que no entiende.

176. Beloved

Compleja obra de la norteamericana Toni Morrison (Lorain, Ohio, 1931), ganadora del
Nobel de Literatura en 1993. A través de distintos puntos de vista y de varias historias
entrelazadas, constituye una estremecedora descripción de la esclavitud y, en suma, una
denuncia del racismo.
177. La muerte de Artemio Cruz

Extraordinaria novela de Carlos Fuentes (Panamá, 1928-2012), Premio Cervantes en


1987. El protagonista, que da título al libro y es un poderoso personaje, rememora en su
lecho de muerte los momentos más destacados de su vida: participó en la Revolución
Mexicana, cuyos ideales pronto desaparecieron sustituidos por intereses crematísticos,
ascendió social y políticamente valiéndose de todo tipo de medios y se enriqueció gracias
a la corrupción. Pero su vida ha sido un fracaso. A través de las páginas de esta
magnífica novela, Fuentes hace un recorrido por la historia contemporánea de México
con sus contradicciones y paradojas.

178. Quo vadis?

Obra del polaco Henrik Sienkiewicz (Wola Okrzejska, 1846-1916), también ganador del
Nobel en 1905. Ambientada en tiempos de Nerón, su tema central son los amores del
patricio Vicinio y la plebeya cristiana Ligia. Pero el autor construye un enorme fresco de
la Roma imperial y refleja la persecución sufrida por los cristianos como alegoría de la
que sufría su propio país por parte de Rusia.

179. Bajo el volcán

La mejor novela del británico Malcolm Lowry (Cheshire, 1909-1957) iba, en principio, a
formar parte de una trilogía pero las otras dos obras jamás fueron escritas. Cuenta el
hundimiento moral y material de Geoffrey Firmin, antiguo cónsul inglés en la ciudad
mexicana de Cuernavaca. Lowry tardó diez años en escribir esta novela de indudable
tono autobiográfico, lo cual nos da idea de las reelaboraciones a que sometió el texto.

180. La vida es sueño

Junto a ‘El alcalde de Zalamea’, el mejor drama del español Pedro Calderón de la
Barca (Madrid, 1600-1681) cuyo argumento, hondamente filosófico, se centra en la
libertad humana para elegir frente al Destino. Segismundo ha sido confinado en prisión
por su padre, el Rey Basilio para evitar que se cumplan oscuros presagios. Tras ser
liberado, se comporta despóticamente y vuelve a su cárcel. Pero, rescatado por el
pueblo, se muestra como un gobernante justo burlando así su destino.

181. El maravilloso viaje de Nils Holgersson

Magnífico libro infantil de la sueca Selma Lagerlöf (Marbacka, 1858-1940), así mismo
Premio Nobel de Literatura en 1909. Su protagonista es un niño que, debido a su
egoísmo, es hechizado por un hada. Convertido en un ser diminuto, viaja por toda Suecia
a lomos de un ganso y, al tiempo que conoce la geografía y las costumbres de su país,
aprende valores como la solidaridad.
182. Muerte de un viajante

Drama muy popular de Arthur Miller (Nueva York, 1915-2005) que constituye una
atronadora denuncia del llamado “sueño americano”. Éste viene a consistir en que todos
los estadounidenses tienen libertad e igualdad de oportunidades para alcanzar sus
objetivos en la vida y los pueden conseguir con esfuerzo y constancia. A grandes rasgos,
su argumento es el siguiente: Willy Loman es un hombre que ha trabajado siempre hasta
la extenuación y ha inculcado en sus hijos el citado “sueño americano”. Sin embargo,
todo se trastoca cuando es despedido y comprueba que sus ideales se desmoronan
como un castillo de naipes.

183. El hombre de arena

Uno de los mejores y más conocidos relatos del alemán E. T. A. Hoffman (Königsberg,
1776-1822), representante del llamado “Romanticismo negro” por sus historias de terror.
Nathanael es un joven traumatizado por la terrible muerte de su padre, de la que
considera culpable a un extraño individuo con el que éste se relacionaba llamado
Coppelius. Cuando conoce a un creador de autómatas llamado Coppola, cree estar ante
aquel siniestro personaje. Al tiempo, cae rendido ante Olimpia, una muchacha que no es
lo que parece.

184.Tirano Banderas

No deja de resultar curioso que la “novela de dictador”, un género hispanoamericano con


magníficos relatos como ‘El Señor Presidente’ de Miguel Ángel Asturias -ya citada en
esta lista-, tenga como mejor logro esta obra del español Ramón María del Valle-
Inclán (Villanueva de Arosa, 1866-1936). Cuenta la caída de Santos Banderas, quien
controlaba con mano de hierro Santa Fe de Tierra Firme, derrocado por una revolución.
Pero lo realmente extraordinario de la novela es su exuberante lenguaje en el que
abundan los americanismos.

185. La madre

Obra del ruso Máximo Gorki (Nizhny Nóvgorod, 1868-1936) cuya calidad demuestra
que, incluso con intención propagandística de unas ideas políticas, se puede hacer
magnífica literatura. Cuenta las peripecias de Pável, un revolucionario en tiempos del Zar
que es detenido. Entonces será su madre la que continúe con sus actividades.

186. El lamento de Portnoy

Singular novela del norteamericano Philip Roth (Newark, 1933) tanto por su estructura
como por su contenido. La primera consiste en un largo monólogo de Alexander Portnoy
ante su psicoanalista, el doctor Spielvogel. Y el segundo consiste en que el citado
paciente cuenta al terapeuta toda su vida haciendo hincapié en su conducta sexual más
bien problemática. Se trata de una obra muy divertida.

187. Las amistades peligrosas

Muy popular por sus distintas versiones cinematográficas es esta gran novela del
francés Pierre Choderlos de Laclos (Amiens, 1741-1803) centrada en la vida libertina
de la aristocracia gala de su tiempo. El Vizconde de Valmont y la marquesa de Merteuil,
antiguos amantes, se envían cartas donde describen sus aventuras sexuales.

188. Yerma

Drama de Federico García Lorca (Fuente Vaqueros, Granada, 1898-1936), a quien la


posteridad ha dado fama como poeta pero cuya obra teatral no desmerece en absoluto
a su lírica. Porque Lorca sabe dotar a sus dramas, generalmente ambientados en el
mundo rural, de una fuerza trágica que los emparenta con la misma tragedia griega.
Yerma es una mujer casada con un hombre al que no ama y que, además no ha podido
darle un hijo. Es, por tanto, la maternidad no satisfecha el motor dramático.

189. Los tejedores

Drama naturalista del germano Gerhart Hauptmann (Obersalzbrunn, 1862-1946),


Premio Nobel de Literatura en 1912. Basada en un hecho real (la sublevación de estos
artesanos de Silesia en 1844 ante la irrupción de las máquinas), tiene un fuerte contenido
político y social.

190. El conde de Montecristo

Junto a ‘Los tres mosqueteros’, la gran novela del francés Alejandro Dumas
padre (Villers-Cotterêts, 1802-1870). Su protagonista es un joven marinero llamado
Edmundo Dantés, quien va a parar a la cárcel por una denuncia falsa de sus amigos
Danglars y Fernando, éste último pariente de Mercedes, prometida del héroe. Tras huir
de la prisión del Castillo de If y enriquecido gracias al tesoro de otro reo, pone en marcha
una terrible venganza contra los traidores.

191. Servidumbre humana

Magnífica novela del británico William Somerset Maugham (Embajada inglesa de


París, 1874-1965) que posee indudables tintes autobiográficos. Philip Carey estudia
Medicina tras fracasar en su intento de ser artista. Un día conoce a Mildred, una mujer
vulgar pero que lo deja fascinado. Ella lo rechaza pero reaparecerá varias veces en su
vida impidiéndole ser feliz. En 1934, John Cromwell rodó una magnífica película inspirada
en la obra con Bette Davis y Leslie Howard como protagonistas.

192. El tambor de hojalata

Probablemente, la mejor novela del germano Günter Grass (Danzig, 1927). Óscar
Matzerath nos cuenta su propia historia desde un hospital psiquiátrico: a los tres años se
negó a seguir creciendo a causa de que el mundo de los adultos (estamos en la Alemania
de los años veinte) le desagradaba. Pese a ello y siempre acompañado de un tambor,
muestra plena madurez mental. Profundamente simbólica, la novela ha tenido enorme
éxito.

193. A Sangre Fría

Nagnífica novela-reportaje del norteamericano Truman Capote. En un pequeño pueblo


de Kansas aparecieron salvajemente asesinados los cuatro miembros de una familia, los
Clutter. No había motivo aparente ni se hallaron grandes pistas pero cinco años después
dos hombres fueron ahorcados como culpables del crimen. Tras investigar los hechos
detalladamente, Capote publicó esta historia novelada de los asesinatos que se lee como
una perfecta novela negra. Especial interés tiene el retrato psicológico que traza de los
dos inculpados, Dick Hickcock y Perry Smith, a los que presenta como verdaderos
psicópatas.

194. El cuarteto de Alejandría

Más que una novela, es una tetralogía del británico Lawrence Durrell (Jalandhar, India,
1912-1990). Ambientada en esa ciudad egipcia, cuenta las peripecias de varios
personajes, que se repiten vistas desde diferentes perspectivas. Y todo ello
experimentando con el tiempo, el espacio y las técnicas narrativas de una forma que
recuerda a Joyce o Proust.

195. Los hermanos Karamázov

Monumental novela de Fiódor Dostoievski (Moscú, 1821-1881), la mejor de su


producción junto a ‘Crimen y castigo’. Compendia todas las inquietudes del autor: la
religiosidad verdadera y el libre albedrío, la espiritualidad frente al racionalismo, la
tradición rusa frente a las ideas occidentalizantes y los conflictos psicológicos. A grandes
rasgos, cuenta el asesinato de Fiódor Pávlovich Karamázov, un terrateniente brutal y
tiránico, supuestamente a manos de uno de sus hijos. Cada uno de éstos representa un
arquetipo de la sociedad rusa: Aliosha al hombre espiritual, Dimitri al hedonista e Iván al
racionalista.
196. Diez negritos

Una de las novelas más conocidas de la británica Ágatha Christie (Torquay, 1890-
1976), figura de la narrativa policíaca a la que se bautizó como “la Gran Dama del
Crimen”. Diez personas sin aparente relación entre sí son convocadas a pasar un fin de
semana en una mansión de la isla del Negro. Una vez allí, comprueban que su anfitrión
no está, sólo les ha dejado una carta donde señala que les ha conocido en distintos
momentos del pasado. Pronto empezarán los asesinatos.

197. Más allá del horizonte

Uno de los grandes dramas del norteamericano Eugene O’Neill (Nueva York, 1888-
1953), Premio Nobel de Literatura en 1936. Andrew y Robert Mayo son dos hermanos
que aman a la misma mujer. Finalmente, ésta opta por uno de ellos y el otro se embarca
junto a su tío Scott. Pero, al cabo de los años, todos se dan cuenta de que deberían
haber seguido su destino y no lo hicieron.

198. Ana Karenina

Otra magnífica novela de León Tolstoi (Yásnaya Poliana, 1828-1910). Como


la ‘Madame Bovary’ de Flaubert y ‘La Regenta’ de Clarín, su núcleo argumental es el
adulterio. En la obra del ruso, la protagonista, casada con el poderoso Alekséi Karenin,
abandona a éste y a su hijo para seguir a su amante, el conde Vronski. Al tiempo que
esta trama principal, Tolstoi refleja la vida y costumbres de la sociedad rusa, que no sale
muy bien parada.

199. El cuaderno dorado

Novela de la británica Doris Lessing (Kermanshah, 1919-2013), Premio Nobel de


Literatura en 2007. A grandes rasgos, se trata de unas memorias de la escritora ficticia
Anna Wulf redactadas en cuatro volúmenes que van a desembocar en un quinto: el
cuaderno dorado, donde pretende atar los cabos sueltos. Escrita en forma original,
contiene un poderoso mensaje feminista al tiempo que ataca al estalinismo y a la “Guerra
Fría”.

200. El buen soldado Svejk

Ahora que conmemoramos el centenario del inicio de la Primera Guerra Mundial, viene
muy al caso incluir esta novela satírica del checo Jaroslav Hasek (Praga, 1883-1923),
probablemente la primera obra antibelicista de la Literatura. Ambientada en aquel
conflicto, asistimos a las aventuras de este soldado cobardón respecto del que nunca
queda del todo claro si es tonto o demasiado listo.

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