Вы находитесь на странице: 1из 3

“LA BASE BIBLICA DEL MATRIMONIO”

Génesis 2:24 Por tanto, dejará el hombre á su padre y á su madre, y allegarse ha á su mujer, y
serán una sola carne.

Génesis 2:25 Y estaban ambos desnudos, Adam y su mujer, y no se avergonzaban.

INTRODUCCIÓN:
El matrimonio es una institución de Dios; no es creación del hombre. Dios diseñó el matrimonio para la
unión de un hombre y una mujer para toda la vida. El Señor también dio cuatro principios que son la
base del matrimonio. Estos principios son como las cuatro patas de una mesa; si uno falla la mesa del
matrimonio no será firme.

SEPARACIÓN, Por tanto, dejará el hombre á su padre y á su madre


Dios estableció que los casados deben vivir a parte. Cuando nos casamos debemos independizarnos de
nuestros padres. Ya no debemos depender económica, emocional o espiritualmente de nuestros padres.
No importa si tenemos que vivir en un lugar sencillo, pero siempre será mejor estar aparte.
La palabra de Dios dice que el hombre dejará a su padre y a su madre; esto porque muchas veces es
solamente la mujer la que deja la casa de sus padres para ir a vivir con su esposo, bajo el techo de los
papás de él. El Señor nos enseña que deben ser ambos. Esto es con la finalidad de que haya privacidad;
ya que cuando se vive con los padres, ellos no pueden evitar intervenir en algunos asuntos, y esto
también genera problemas. Una casa con dos familias es como una persona con dos cabezas. Los
matrimonios que no viven el principio de Separación enfrentan muchos problemas.
Por otra parte el principio de Separación, no quiere decir que nos olvidaremos de nuestros padres, pues
el Señor nos manda honrarlos. De hecho al vivir el principio de separación debemos hacerlo en buenas
relaciones con nuestros padres; ya que si nos separamos de ellos por problemas, estos problemas
afectaran nuestro matrimonio. Por ejemplo una mujer que guarda resentimiento a su padre; es posible
que sin darse cuenta se desquite con su esposo. Por eso debemos separarnos pero en buenas relaciones.

PERMANENCIA, y allegarse ha á su mujer


Dios también estableció que el matrimonio sea para toda la vida. El matrimonio es un pacto para toda
la vida; solo la muerte disuelve el matrimonio. Esto es algo que deben tener muy presente todos los
casados y los que se van a casar. El apóstol Pablo dice: ¿Estás ligado á mujer? no procures
soltarte (1 Corintios 7.27) Lamentablemente hoy muchos matrimonio se divorcian porque dicen que
ya no se tienen amor, no se comprenden, tienen otros intereses, tienen problemas. Todos los
matrimonios que permanecen enfrentan las mismas adversidades; pero han entendido que el
matrimonio es un pacto para toda la vida.
El Señor Jesucristo dice que un divorcio es válido si hay adulterio. La parte ofendida, puede promover
su divorcio, ya que su cónyuge, quebrantó su pacto, Y yo os digo que cualquiera que
repudiare á su mujer, si no fuere por causa de fornicación, y se casare con otra,
adultera: y el que se casare con la repudiada, adultera, (Mateo 19.9). Pablo nos dice
que otra razón para el divorcio es la deserción de uno de los cónyuges. Por ejemplo si una hermana
tiene esposo incrédulo y él ya no quiere vivir con ella, puede divorciarse, Pero si el infiel se
aparta, apártese: que no es el hermano ó la hermana sujeto á servidumbre en
semejante caso; antes á paz nos llamó Dios, (1 Corintios 7.15). Fuera de esto si alguien se
divorcia y se casa, comete adulterio.
La Confesión de fe de Nuestra Iglesia dice:
E. El adulterio o la fornicación cometidos después del compromiso, siendo descubiertos
antes del casamiento, dan ocasión justa a la parte inocente para anular aquel compromiso.
(1) En caso de adulterio después del matrimonio, es lícito para la parte inocente promover
su divorcio, (2) y después de éste, puede casarse con otra persona como si la parte ofensora
hubiera muerto. (3)
(1) Mt. 1:18-20
(2) Mt. 5:31, 32.
(3) Mt. 19:9; Ro. 7:2, 3.
F. Aunque la corrupción del hombre sea tal que le haga estudiar argumentos para separar
indebidamente a los que Dios ha unido en matrimonio, sin embargo, nada sino el adulterio o
la deserción obstinada que no puede ser remediada, ni por la iglesia ni por el magistrado
civil, es causa suficiente para disolver los lazos del matrimonio. (1) En este caso debe
observarse un procedimiento público y ordenado, y las personas involucradas en él no deben
ser dejadas en su caso a su propia voluntad y discreción. (2)
(1) Mt. 19:6-9; 1 Co. 7:15; Mt. 19:6.
(2) Dt. 24:1-4; Esd. 10:3.
El divorcio es algo que no debemos mencionar ni en broma. Cuando un hombre y una mujer se unen en
matrimonio, es como si estuvieran soldados, pegados. Un divorcio hará que ambos queden severamente
dañados. Además los daños a los hijos son muy grandes. Todo matrimonio debe recordar que ha dado
su palabra de permanencia. No es el amor lo que sostiene al matrimonio, sino el matrimonio al amor.

UNIDAD, y serán una sola carne


El tercer principio para el matrimonio es la Unidad. Esto no quiere decir que debemos ser iguales. De
hecho Dios hizo al hombre y a la mujer diferentes. Estas diferencias son para que hombre y mujer
podamos ser uno en el matrimonio. Por ejemplo: los hombres vemos las cosas de una manera enfocada;
las mujeres ven todo el panorama; y juntos tenemos una mejor visión.
La Unidad quiere decir que el matrimonio debe ser un equipo. Debe ser un dueto y no un duelo.
Lamentablemente muchas parejas viven una continua guerra; porque se han olvidado que su cónyuge
no es una pertenencia, sino parte de sí mismo; ya no son dos sino uno.
Para vivir el principio de unidad hay tres cosas que debemos hacer. Primero la Adaptación: yo
cambiaré, los anhelos de la pareja son metas para uno mismo. Segundo: Aceptación: él o ella no
cambiará, hay cosas que tal vez nuestra pareja no cambie y que debemos aceptarlas; cabe aclarar que
no existe el cónyuge perfecto. Tercero, Ajuste: los dos cambiamos, esto es lo mejor.

INTIMIDAD, Y estaban ambos desnudos, Adam y su mujer, y no se avergonzaban.


El Cuarto principio es la Intimidad. Primeramente queremos decir que la intimidad en el matrimonio no
es un pecado, no es algo sucio: Honroso es en todos el matrimonio, y el lecho sin
mancilla; mas á los fornicarios y á los adúlteros juzgará Dios, (Hebreos 13.4). Dios
dio la intimidad en el matrimonio tanto para la reproducción de la raza humana; así como para que sea
una manifestación del amor en pareja.
La Iglesia no debe callar, sino enseñar lo que la Palabra de Dios enseña sobre el sexo. Algunas veces se
da una información a medias. Se les dice a los solteros que no deben tener sexo antes del matrimonio;
pero no se les dice que lo tengan después del matrimonio.
El apóstol Pablo dice que tanto el esposo como la esposa tienen el deber de procurar este principio a su
cónyuge. No son válidas las escusas; como el cansancio, el dolor de cabeza, las muchas actividades. Ya
que si no se refuerza este principio de intimidad, se deja a la pareja más vulnerable a las tentaciones. El
marido pague á la mujer la debida benevolencia; y asimismo la mujer al marido.
La mujer no tiene potestad de su propio cuerpo, sino el marido: é igualmente
tampoco el marido tiene potestad de su propio cuerpo, sino la mujer. No os
defraudéis el uno al otro, á no ser por algún tiempo de mutuo consentimiento,
para ocuparos en la oración: y volved á juntaros en uno, porque no os tiente
Satanás á causa de vuestra incontinencia. (1 Corintios 7.3-5)
HERMANO:
¿Cómo esta su matrimonio? ¿No es firme?
Ajuste estos cuatro principios. Pero déjeme decirle que solo no podrá, nuestro esfuerzo sin la ayuda de
Dios es inútil. Por eso le invito a orar. Ore tomado de la mano de su cónyuge, y si puede hacerlo de
rodillas, mejor. Oren para que el Señor aplique estos principio es su matrimonio. Jesús bendecirá su
vida matrimonial.

Вам также может понравиться