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CONCEPTOS GENERALES DE ESTRATEGIA

El objeto del presente documento es el de introducir a los alumnos a la


Estrategia, de modo de ir introduciéndolos a la Estrategia y motivarlos a dar
lectura de la bibliografía recomendada.

Las preguntas más comunes han sido:


¿Qué es Estrategia? y ¿Por qué se le da tantos apellidos a la Estrategia?

I. Introducción:

La Estrategia, o Ciencia del General según la etimología griega del


término, tiene como fundamentos científicos la Historia, los Principios de
Guerra concebidos en el decurso de los siglos como conceptos aceptados
universalmente, así sea con variables intrascendentes según las
diferentes escuelas, y la Geografía de la que se deriva la Geopolítica al
igual que la Geoestrategia en la medida en que la proyección del poder en
la época contemporánea globalizó la confrontación armada. Siguiendo la
teoría de Clausewitz resumida en su frase. “la guerra es la continuación de
la política mediante el uso de la fuerza”, la política determina el momento
en que esa continuación se hace indispensable por la ambición
expansionista de un Estado o de su conducción política. La frase
clausewitziana, sin embargo, no debe inducir al político a invadir los
espacios de la Estrategia. La aparente dependencia no debe existir como
imposición visionaria, sino como armonización entre dos ámbitos
diferentes pero de imperiosa necesidad si se quiere lograr un determinado
objetivo. La Historia, maestra por excelencia, señala con perfiles de
tragedia los lamentables errores cometidos, bien por la invasión de la
política en el ámbito de la Estrategia bien por la separación de los dos
ámbitos hasta el extremo de obrar dislocadamente.

II. Qué es la Estrategia:

A. Definición de Estrategia de diferentes autores:

Definir Estrategia no es fácil, debido a que es un término que se


escucha en todos los ámbitos. De Estrategia hablan los economistas,
los parlamentarios, hasta los entrenadores de equipos deportivos y,
desde luego, los militares. Estos últimos, son los dueños originales del
término, pues la verdadera Estrategia, es la Estrategia Militar, que

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según el Libro de la Defensa Nacional de Chile es la “Ciencia y Arte
que aplica el conductor militar de alto nivel en la concepción y
conducción de los medios puestos a su disposición, para la
consecución de objetivos que contribuyen al éxito de la guerra”.

Este termino se ha hecho extensivo al empleo eficaz de medios en


el logro de objetivos, sean éstos militares o no.

El empleo organizado de la violencia, en la forma de combates,


da origen a la Estrategia Militar, o simplemente Estrategia. Para
Clausewitz la estrategia es: “...la teoría de empleo de los combates
para el fin de la guerra”1, incluyéndola dentro de lo que denomina el
“Arte de la Guerra”, que también comprende la formación, equipamiento
e instrucción de las fuerzas.

La relación entre la Estrategia y la preparación de las fuerzas es


íntima, puesto que el medio de la Estrategia son los combates y en
estos se empeñan fuerzas físicas, haciendo uso del material y la
tecnología. Según el mismo Clausewitz: “La necesidad de la lucha ha
llevado al hombre a inventos propios para conseguir ventajas en ella”2 y
agrega: “El combate ha determinado la organización del armamento y
material, y éstos modifican el combate”.

La maniobra estratégica no comprende solamente las acciones


materiales, sino también las psicológicas y todas aquellas que
contribuyan a lograr el objetivo de destruir a la Fuerza enemiga. Sun
Tzu señala: “Echad el anzuelo al enemigo para que caiga en una
trampa, simulad el desorden y asestadle el golpe. Irritad a su general y
confundidle”.3

También se debe considerar que la mayoría de las definiciones


de la palabra estrategia aportan un componente o matiz de la acepción
diferente e importante, razón por la cual se ha evitado,
intencionalmente, de intentar formular "la definición" de la palabra
estrategia.
Al respecto Raymond Aron escribió: "Convengamos en llamar la
palabra estrategia a la dirección de las operaciones militares y
convengamos también en llamar diplomacia a la dirección de las

1 Klausewitz, “De la Guerra”, pág. 92.
2 Klausewitz, “De la Guerra”, pág. 91.
3
Sun Tzu, “El Arte de la Guerra”, pág. 93.

2




relaciones internacionales. Estrategia y diplomacia, ambas al mismo
tiempo, estarán subordinadas a la política".4

Con la definición anterior Aron colocó en un plano paralelo a la


estrategia militar con la diplomacia, ambas subordinadas a la política.
Para este autor la acepción de la palabra estrategia tiene directa
relación con el empleo de la fuerza militar a nivel de conducción o
dirección de las operaciones.

Complementando esta definición Aron escribió: "Puede decirse


que la diplomacia es el arte de convencer sin utilizar la fuerza y que la
estrategia es el arte de vencer al mínimo costo"5. Con lo anterior se ha
colocado un límite al empleo de la fuerza militar, el cual debe ser el
mínimo para lograr los objetivos de la guerra.

El General chileno Manuel Montt aporta la siguiente definición:


"Estrategia es el arte de mover las masas en el teatro de la guerra, ella
enlaza los combates para obtener los fines de la guerra"6. Esta es una
definición eminentemente bélica, orientada a la guerra terrestre. Aporta,
en forma genérica, la relación de superioridad conceptual jerárquica
entre la estrategia y la táctica.

El Archiduque Carlos escribió la siguiente definición: "Estrategia


es la ciencia de la guerra, ella esboza los planes, abarca y determina la
marcha de las operaciones militares. Es, en propiedad, la ciencia de los
Comandantes en Jefes"7. Esta definición aporta el concepto de que la
estrategia es una "ciencia" situándola al nivel de los más altos mandos
militares de la jerarquía castrense.

Para Jomini, "Estrategia es todo lo que sucede en el teatro de la


guerra" 8 , ampliando enormemente la acepción de la definición y
dotándola de un sin número de significados asociados a todo lo que
acontece en la guerra.

Para el Mariscal alemán Von Moltke, "La estrategia señala el


mejor camino que conduce a la batalla, ella dice cuándo y dónde se

4
Aron, op. cit., pág. 47.
5
Aron, op. cit., pág. 47.
6 Montt, op. cit., pág. 28.
7 Montt, op. cit., pág. 28.
8 Montt, op. cit., pág. 29.

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debe combatir" , esta definición aporta el carácter de preparación,
planificación de la guerra y de las operaciones, destacándose la
"batalla" como un aspecto central de la estrategia.

Otro interesante aporte lo entregó Von Der Goltz al establecer


que: "La estrategia se define como la teoría con la que se conducen y
se dirigen los ejércitos"10. Concordando con la definición del Archiduque
Carlos y situando la acepción de esta palabra como una ciencia a ser
aplicada en el más alto nivel de la conducción de las fuerzas militares.

Un aporte novedoso lo entrega el famoso estratega naval Alfred


T. Mahan, quien sostiene que existe una diferencia fundamental entre
la estrategia naval y la estrategia terrestre, debido a que la estrategia
naval tiene aplicación directa también en tiempos de paz.

Mahan sostiene: "Las definiciones que se dan de la palabra


estrategia limitan el alcance al conjunto de combinaciones militares
comprendidas en uno o más campos de acción que pueden estar o no
enlazados entre sí, pero que sí se refieren siempre a escenas de la
guerra. La estrategia naval difiere de la militar en que es tan necesaria
en la paz como en la guerra".

"En la paz se pueden ganar las más decisivas victorias mediante


la compra o firma de tratados y adquiriendo excelentes posiciones que
tal vez serian dificilísimas de conseguir por las armas"11.

Las acepciones presentadas anteriormente son algunas de las


definiciones clásicas de la estrategia, conceptos que como se puede
apreciar fueron circunscritos, tradicionalmente, salvo algunos matices,
sólo a la planificación y conducción de las fuerzas militares en la
guerra, lo cual constituye una de sus principales limitaciones que no
permite su aplicación integral y satisfactoria a la planificación y
conducción de las guerras modernas por el carácter crecientemente
total que han asumido éstas desde hace ya más de un siglo.


9 Montt, op. cit., pág. 29.
10 Montt, op. cit., pág. 29.
11
Mahan, Alfred, Contraalmirante U.S. Navy, "La influencia del poder naval en la historia",
1946, pág. 34.

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Al término de la Segunda Guerra Mundial, conflicto que llevó a
su máxima expresión el concepto de la guerra total e ilimitada moderna,
y junto con la aparición de las armas nucleares y otras tecnologías que
cambiarían para siempre la naturaleza de los conflictos armados,
aparecieron nuevas teorías estratégicas ampliándose notablemente el
significado de la palabra estrategia.

Quizás uno de los más famosos teóricos estrategas de la pos-


guerra fue el General francés Beaufre, quien en la década de los años
60 expuso algunas de sus principales teorías estratégicas en el libro
titulado "Introducción a la Estrategia".

Beaufre definió al término estrategia como sigue: "Es el arte de


la dialéctica de las voluntades que emplea a la fuerza para resolver el
conflicto"12.

Ampliando esa definición, indicó: "En la dialéctica de las


voluntades, la decisión es un fenómeno psicológico que se requiere
producir en el adversario: convencerle de que emprender o continuar
en la lucha es inútil. Naturalmente tal resultado se podría alcanzar por
la victoria militar, pero ésta, con frecuencia, no es indispensable e
incluso es, muchas veces, completamente irrealizable. La finalidad de
la estrategia parece ser alcanzar la decisión creando y explotando una
situación que acarree una desintegración moral del adversario
suficiente para llevarlo a aceptar las condiciones que se le quieren
imponer".13

Como se puede apreciar, existe una diferencia sustancial entre


las definiciones clásicas de lo que es estrategia y lo que define Beaufre
como estrategia. En esta última definición y aclaraciones la palabra
estrategia abarca todas las fuerzas o formas de coacción a las que
tendría acceso un Estado moderno para imponerle su voluntad, por la
fuerza, a otro Estado.

La definición de la palabra estrategia de Beaufre obedece a la


forma total que puede adoptar el conflicto entre Estados, incluyendo,
lógicamente el empleo de su poder económico, político, militar y otros


12 Beaufre, Andre, General del Ejército Francés, "Introducción a la Estrategia", 1964, pág. 29.
13
Beaufre, op. cit., pág. 31.

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recursos morales y psicológicos. En este nuevo sentido el factor militar
es un recurso más del Estado que puede ser utilizado para solucionar
el conflicto con otros Estados.

Es remarcable que la definición de la palabra estrategia por


Beaufre abarca tanto a los tiempos de paz como a los tiempos de
guerra, y también en todo el rango del espectro del conflicto entre
estados, ya sea desde la paz absoluta, la crisis, la guerra convencional
y hasta la guerra nuclear, pasando por los otros tipos de conflictos o
guerras de carácter más insidiosos.

El enfoque del General Beaufre tiene el mérito de incluir en sus


conceptos a todas las definiciones citadas anteriormente, ampliando el
concepto de la definición de estrategia notablemente hacia el dominio
del político o estadista.

Actualmente se reconoce la naturaleza multi-dimensional del


poder y las necesidades del siglo veintiuno recomendamos que: la
Estrategia es el arte de la aplicación del poder para el logro de
objetivos, dentro de los límites impuestos por la Política. Nótese el
énfasis en arte, en vez de ciencia. La definición de Estrategia demanda
una definición de Política, ya que esta última dirige la anterior. La
Política es el principio rector destinado a justificar y limitar el uso de
recursos y esfuerzos en el tiempo para lograr objetivos que promuevan
los intereses nacionales del Estado, tales como defensa, prosperidad
económica, orden internacional, y protección de los Derechos
Humanos.

La planeación e implementación de la Estrategia, especialmente


en tiempos de guerra, requiere, parafraseando a Carl von Clausewitz,
un diálogo permanente con la política. La subordinación de la Política a
la Estrategia, la cual es el dominio de los medios sobre los fines, es un
riesgo que debe ser evitado. Es una fórmula para el desastre, tal como
se vio en la Primera Guerra Mundial y luego en Vietnam. El desastre
puede tomar otras formas, donde las operaciones son dirigidas bajo la
ausencia de la Estrategia: Corea y las primeras etapas de la segunda
guerra en Iraq. Si la Política es el qué, la Estrategia es el cómo. Es
imperativo que el estratega diferencie los dos, pues la historia está llena
de casos con su confusión.

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Existe otro aspecto crítico de la Política: limita a la estrategia. La
Estrategia existe y es desarrollada a todo nivel, táctico, operativo y muy
estratégico. Debemos señalar que en el siglo veintiuno las diferencias
tradicionales entre lo táctico, lo operativo y lo estratégico ya no son
válidas, ya que las acciones tácticas u operativas pueden ascender
rápidamente a estratégicas. La Estrategia es desarrollada con el
propósito de conectar los objetivos a los medios militares. Los límites
de la libertad de acción existen a todo nivel y deben ser tenidos en
cuenta para desarrollar la Estrategia. Estos límites son, generalmente,
denominados Política. Cuando se desarrolla la Estrategia, se
desarrollan límites y por lo tanto, se desarrolla la Política a otros niveles
-en niveles inferiores, evidentemente, en niveles colaterales, con
frecuencia, y en niveles superiores, a veces por accidente- a lo que
Clausewitz pudo haber denominado “la niebla de la Estrategia o de la
guerra”.

B. Estrategia, Ciencia o arte:

En un mundo cada vez más interdependiente en el que las


variables para el estratega han aumentado exponencialmente la
Estrategia continúa siendo la más difícil de todas las artes. La parte
fácil es el aprendizaje de la sabiduría de los grandes filósofos de la
guerra y la estrategia. Esta es la ciencia (del latín scientia) el cuerpo
del conocimiento prescrito por los maestros. El desafío para el
estratega es aplicar tal ciencia al arte de preparar la estrategia en el
crisol del conflicto moderno, precisamente cuando las escuelas de alta
educación militar deben hacer su contribución. No existe doctrina
alguna para hacer la Estrategia o formar a los estrategas. Pericles,
Bismarck, Churchill, Lincoln, y sus pares poseían una genialidad
innata, enriquecida por la experiencia (incluido el fracaso) y el auto-
estudio. El modelo americano de la guerra, basado históricamente en
la abundancia de recursos, tecnología, cinética, y una geografía
favorable, nos predispone frente a una creatividad estratégica. En
efecto, en el pasado la enorme ventaja en recursos ha disfrazado
falencias en la Estrategia. La sola superioridad en recursos y cinética
no va a ganar futuras guerras, mientras que la favorabilidad geográfica
no nos va a eximir de la amenaza. Una preparación inteligente y poder
frustrar al enemigo serán esenciales.

Hay muy poca literatura al respecto, a menos que se defina la


doctrina de formación para las operaciones y tácticas como educación

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estratégica. El entrenamiento y la educación son polos opuestos. El
primero está diseñado para eliminar la posibilidad de error a través de
la práctica repetida, mientras que la última está diseñada para
expandir las opciones para el estratega.

La doctrina comprende el liderazgo, la organización, la logística,


la inteligencia, pero no estudia la enseñanza o la formación de la
Estrategia.14

La reciente “transformación” de las Fuerzas Militares, con énfasis


en el despliegue táctico y operativo de poder militar y el uso de
tecnología, ha dejado más huérfana la Estrategia. La mayoría de la
literatura nos deja con la teoría y la aplicación de la historia militar
como guía en la Estrategia.

C. Niveles de la Estrategia:

El concepto de la Estrategia y la división del arte de la guerra ha


ido evolucionando en el transcurso de la historia, pudiéndose apreciar
los diferentes niveles en la que ella se desarrolla.

Al principio, el arte de la guerra se visualizaba como un todo.


Posteriormente, se dividió en la estrategia y la táctica. Inclusive,
algunos autores indican la división en tres grandes aspectos: la
estrategia, la táctica y la logística; por ejemplo, el General André
Beaufre señala: “Ahora bien es tradicional subdividir dicho arte en
estrategia y táctica. Más recientemente se ha admitido otra subdivisión,
la logística. Si la estrategia no es la táctica ni la logística ¿Qué es? La
táctica es muy claramente el arte de emplear las armas en el combate
para conseguir su mejor rendimiento. La logística es la ciencia de los
movimientos y de los abastecimientos” (Beaufre 1977: 17).

La logística es de origen militar y fue elevada al mismo rango que


la estrategia y la táctica por el Barón de Jomini (1779-1869), según
estableció en 1838 en su obra “Principios del Arte de la Guerra: Las
principales combinaciones de la Estrategia, de la Gran Táctica y de la
Política Militar”. Después de la Segunda Guerra Mundial, los medios y
métodos de la logística militar fueron incorporados al mundo


14 Williamson Murray, MacGregor Knox, Alvin y Bernstein, La elaboración de la estrategia:
Gobernantes, Estados, y Guerra (New York: Cambridge University Press, 1994).

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empresarial y han evolucionado hasta la actualidad.

Sin embargo, es discutible otorgarle tal jerarquía a la logística,


pues, por una parte, se le puede considerar así en función de que
permite implementar la estrategia y la táctica, como una división
diferente del arte de la guerra. Su contraparte es que se encuentra
inmersa dentro del planeamiento estratégico, pues sería imposible
efectuar la concepción estratégica de un conflicto sin tenerla en cuenta,
ocurriendo algo similar a nivel táctico; por tanto, desde este punto de
vista, se le podría otorgar solamente un rango similar a la inteligencia.
Independientemente del rango que se le desee otorgar a la logística, es
innegable la vital importancia que tiene para el desarrollo de la guerra;
sin ella, sería imposible realizarla.

Ahora bien, dado que el alcance de la guerra no solo es de


índole militar sino que alcanza a todos los campos de acción del
Estado, a los que podemos conferir también la denominación de
dominios o fuerzas del mismo, y que están bajo la conducción del poder
político, la estrategia amplía sus fronteras en el vasto contexto de la
guerra y podemos establecer los siguientes niveles, que se encuentran
graficados en la figura 1.

Fig. 1

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La Estrategia Total, que está directamente a cargo del
Gobierno, es decir, el conductor político, “es la encargada de concebir la
dirección de la guerra total. Su papel es definir la misión propia y la
combinación de las diversas estrategias generales: política, económica,
diplomática y militar” (Beaufre 1977: 26-27). Es decir, tiene a su cargo el
establecimiento de la finalidad de la guerra (u objetivo político de la
guerra), las políticas generales, coordinaciones y directrices para lograr
que los diferentes dominios (campos de acción o fuerzas) del Estado
armonicen e interactúen para la obtención de dicha finalidad por medio
del conflicto bélico. El General Beaufre, en sus diversas obras, extiende
este concepto, definiendo y explicando ampliamente los diferentes
modelos de estrategia en este nivel.

Liddell Hart la denomina Gran Estrategia o Estrategia Superior,


estando esta en un plano superior a la Estrategia, concebida bajo la
definición clásica de la misma, es decir, la estrategia militar. “El término
“gran estrategia” sirve para extraer el sentido de “política en ejecución”.
Porque la función de la gran estrategia —alta estrategia— es coordinar y
dirigir todos los recursos de la nación, o grupo de naciones, hacia el logro
del objetivo político de la guerra, el fin definido por la política
fundamental.” (Liddell Hart 1974: 344). La expresión de “todos los
recursos de la nación” se refiere a los medios militares, económicos,
industriales, humanos, políticos y diplomáticos, es decir, todos los
dominios del Estado.

Por otro lado, la doctrina de defensa norteamericana la define


como Estrategia Nacional. En otros casos, la denominan como Defensa
Nacional, término que crea confusión y no es correspondiente al
concepto, puesto que la Defensa Nacional está definida en Chile como
“el conjunto de medios materiales, humanos y morales que una nación
puede oponer a las amenazas de un adversario en contra de sus
intereses, principalmente su soberanía e integridad territorial. Su
propósito es alcanzar una condición de seguridad externa tal que el país
pueda lograr sus objetivos libre de interferencias exteriores. La defensa
es una función intransferible del Estado que se orienta por claros
principios estatales y es conducida por un conjunto de autoridades
institucionales, las que conforman un sistema cuya figura central es el
Presidente de la República. En términos de política pública, ella se
plasma en la política de defensa, donde se consideran las orientaciones
básicas para el conjunto del sector” (Libro de la Defensa de Chile
2010:107).

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El Contraalmirante argentino Roberto Luis Pertusio denomina a
este nivel simplemente como Estrategia basada en una definición dada
por el general Beaufre: “el arte de la dialéctica de las voluntades que
emplea la fuerza para resolver el conflicto”, al que él hace la sustitución
de “fuerza” por “poder” y “resolver” por “manejar” (Pertusio 2005: 16). Sin
embargo, el hecho de emplear el término de Estrategia sin algún adjetivo
(tal como Estrategia Total, Nacional, Global, etc.) que lo acompañe crea
confusión debido a las definiciones clásicas sobre Estrategia y a la
inexactitud de los límites conceptuales y de acción que origina. Es más,
pareciera la existencia de una cierta incoherencia al basarse Pertusio en
la determinación de este nivel en una definición de Beaufre, cuando éste
lo denomina como Estrategia Total.

Sin embargo, esta tendencia moderna de darle la denominación


de estrategia —con el calificativo que sea— al empleo de la totalidad de
los medios del Estado bajo el liderazgo del gobierno no seria muy bien
vista por los antiguos pensadores estratégicos. Tal es el caso de
Clausewitz, que, si bien deja muy en claro el aspecto de la subordinación
de los objetivos militares a los políticos, nunca le da el apelativo de
estrategia al nivel de la conducción política. El término de estrategia lo
restringe completamente al ámbito militar bajo los conceptos
tradicionales, agregando el concepto del empleo de la guerra como
instrumento político para lograr sus objetivos. Por tanto, al nivel que aquí́
definimos como Estrategia Total, Gran Estrategia, Estrategia Superior o
Estrategia Nacional, él simplemente lo señala como Política.

Se le ha dado diferentes empleos y acepciones en el último siglo


al término y el concepto original de estrategia, inclusive en áreas que no
guardan ninguna relación con la guerra ni el ámbito militar, desvirtuando
su verdadera connotación y significado; sin embargo, dadas las
corrientes modernas, emplearemos el término de Estrategia Total en el
presente texto por la relación que guarda con la totalidad de la guerra, y
mantendremos presente que ésta no es sólo un tema militar sino que
involucra a todos los dominios o campos de acción del Estado.

El siguiente nivel es el correspondiente a las Estrategias


Generales, como lo indica el General Beaufre: “En cada uno de los
ámbitos subordinados, una estrategia general (militar, política,
económica o diplomática) tiene por función repartir y combinar las tareas
de las acciones realizadas en las diferentes ramas de actividad del

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ámbito considerado... Todas estas estrategias generales son las que
practican o deberían practicar los Ministros correspondientes, asistidos
por el Jefe de Estado Mayor o su Secretario General” (Beaufre 1977: 27).
Es decir, existe una estrategia general militar —a la que denominaremos
simplemente como Estrategia Militar— que combina el accionar de las
diferentes fuerzas armadas, al igual que estrategias generales en los
demás campos de acción del Estado.

Pero, adicionalmente, podemos percatarnos de que existe otro


nivel de estrategia, la que es empleada por los comandantes
operacionales en las campañas, dentro de los teatros de operaciones,
empleando fuerzas específicas (ejército, armada y fuerza aérea), fuerzas
conjuntas o combinadas —según sea el caso—, que corresponden al
nivel operacional de la estrategia al que nombraremos como Estrategia
Operacional y está subordinada a la Estrategia Militar antes
mencionada. Este término no es de uso universal y frecuentemente se
utilizan diversas denominaciones relacionadas, entre las cuales figuran
“Arte Operacional”, “Nivel Operacional” y “Estrategia de Teatro”. Algo
similar sucede en los demás dominios; subordinadas a las estrategias
generales, tenemos las estrategias particulares. Al respecto, el General
Beaufre indica lo siguiente:

En cada una de las ramas de actividad subordinada, queda aún


lugar para una categoría distinta de estrategia. A este nivel se sitúa el
punto en que se articula el concepto y la ejecución, lo que se quiere o se
debe hacer y lo que hacen posible las condiciones técnicas. En el ámbito
militar terrestre, esta articulación esencial ha recibido por parte de los
alemanes el nombre de estrategia operativa (“operativ”). Aquí́ también,
conscientemente o no, existe una estrategia operativa en cada rama,
cuyo objeto es no sólo conciliar los objetivos elegidos por la estrategia
general con las posibilidades determinadas por las tácticas o por las
técnicas de la rama considerada, sino también orientar la evolución de
las tácticas y de las técnicas para adaptarlas a las necesidades de la
estrategia. (Beaufre 1977: 28).

Por tanto, podríamos indicar que “La Estrategia Operacional


vincula, entonces, la Conducción Estratégica Militar con las acciones
tácticas a llevar a cabo por las fuerzas subordinadas a los Comandantes
Operacionales” (Pertusio 2005: 26).

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En síntesis, podríamos decir que el nivel de Conducción
Estratégico Operacional de la Guerra consiste en la concepción, diseño,
conducción y supervisión de grandes maniobras por el Comandante del
Teatro de Operaciones, y es el eslabón o puente entre la estrategia
militar, que le da la orientación y la táctica a quien orienta (Pertusio 2005:
32-34).
Dentro de este mismo nivel, podemos incorporar,
adicionalmente, estrategias especificas o particulares según el ámbito en
que se desarrolla y el tipo de fuerzas o medios que se enfrentan. Así́,
tenemos la Estrategia Terrestre, la Estrategia Marítima y la Estrategia
Aérea, que es la más reciente y aparecida en el siglo XX con la invención
de la aeronave y el descubrimiento de su gran potencial bélico.

Liddell Hart coloca por debajo del nivel de la Gran Estrategia o


Estrategia Superior a la que denomina simplemente como Estrategia y
que se desarrolla en los cuatro órganos de maniobra del Estado:
economía, diplomático, interno y bélico. A la de orden bélico la denomina
Estrategia Pura o Militar y no señala alguna división adicional relacionada
a la Estrategia Operacional.

Clausewitz, por otra parte, de acuerdo con lo mencionado en un


párrafo anterior, establece el nivel de Estrategia subordinado al Político,
pero le da su contexto exclusivamente militar, tal como se aprecia en su
definición de estrategia indicada en el capítulo precedente. Si bien
considera la totalidad del quehacer del Estado en la obtención del
objetivo político de la guerra, no otorga el apelativo de estrategia a los
demás dominios del mismo.

Finalmente, con relación a la Táctica que se definió́ en el capitulo


anterior, claramente distinguible de la estrategia, podemos citar lo
siguiente con respecto a la relación existente entre ambas:

De las numerosas citas de Clausewitz se desprende que la


Táctica está subordinada a la Estrategia y no al revés. La Estrategia
otorga racionalidad, coherencia y concurrencia a los hechos tácticos.

Pero mientras la Estrategia siempre se mantiene en el campo de


las presunciones; la Táctica se desenvuelve en el plano de las realidades
inmediatas. Los éxitos estratégicos resolutivos son consecuencias de los
grandes éxitos tácticos. El lenguaje de la Táctica es fuego y movimiento
destinado a destruir las fuerzas adversarias. La Táctica constituye la

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Estrategia puesta en acción. La Táctica cuenta con sus propias reglas.
Sin embargo, está sujeta al medio donde opera —tierra, mar y aire—
como también a las armas y medios disponibles. Estas circunstancias la
hacen extremo especializada, dinámica y variable. (Solís Oyarzun: 54).

Estas reflexiones sobre la relación entre la estrategia y la táctica


que son del ámbito militar las podemos extrapolar a los demás dominios
del Estado: político, diplomático, económico y psicosocial.
A continuación, detallaremos la relación de cada nivel de la
estrategia y la táctica con sus respectivos responsables, el planeamiento
y los objetivos que se deben establecer y lograr.

Como una forma de resumir los párrafos anteriores, usaremos


una analogía, podemos decir que un compositor cuando escribe una
sinfonía está en el nivel estratégico. Los músicos, con la particularidad de
cada uno de sus instrumentos, se encuentran en el nivel táctico. En este
sentido, es poco probable que los objetivos estratégicos fijados por el
compositor, vale decir cómo debe escucharse su sinfonía, sean
alcanzados por el nivel táctico (los músicos), sin una adecuada dirección
de alguien que ordene cuando deben, exactamente, entrar y salir los
distintos instrumentos. Tal coordinación y sincronización, que realiza el
director de la orquesta puede asociarse al Nivel Operacional; sin
embargo, sus conocimientos y habilidades para interpretar la sinfonía y
dirigir a los músicos, es lo que puede asociarse al Arte Operacional.

Después de analizar a distintos pensadores, se puede visualizar


que existe una diferencia sustancial con lo que define Beaufre. En esta
última definición, la palabra estrategia abarca todas las fuerzas o formas
de coacción a las que tendría acceso un Estado moderno, para
imponerle su voluntad por la fuerza a otro Estado.15

En términos generales, Estrategia es el camino o forma


(solución) para alcanzar un fin con determinados medios (del Inglés
Ends, Ways and Means) 16 o más simple- mente la articulación entre
medios y fines.

15 Gustavo Jordan, “Política y Estrategia. Conceptos”. Revista de Marina nov. 1996.
16 UK JP 01 “A winner military strategy hinges on successful union of Ends (What is the
Objective?), Ways (Strategic guidance – How is to be achieved?) and Means (Resources –
What resources do I have at my disposal?). Having decided on the strategic End and the role
of the military force on achieving it, the means are allocated and the way they are to be used
decided”.

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Sin embargo, existe otra acepción del concepto estrategia que
tiene relación con el estudio de teorías y conocimientos, que ayudan a
articular los medios para llegar a un fin (para aplicar o definir una
“estrategia”). Vale decir, por un lado la estrategia puede ser vista como
un instrumento para alcanzar un fin, y por otra parte como un conjunto de
conceptos, conocimientos y teorías que ayuden a encontrar “una
estrategia” para llegar a un fin.

Volviendo a la primera acepción, es posible establecer que una


estrategia puede ser diseñada o aplicada en cualquier nivel de la
conducción militar, lo que implica que el uso de la estrategia no
necesariamente está reservado al nivel estratégico de conducción. En el
caso nacional, podemos deducir distintos tipos de estrategia,
dependiendo de los niveles de conducción militar reconocidos por
nuestras FF.AA.17

Asociado a cada nivel estratégico de conducción, el


Vicealmirante Horacio Justiniano ha definido la Estrategia Nacional,
Estrategia Militar, Estrategia Institucional y Estrategia Conjunta. 18
Respecto a la Estrategia Conjunta dice: “Corresponde al escalón Mando
de Teatro de Operaciones Conjunto o Mando de Fuerzas Conjuntas, Fig.
2.

Fig. 2


17 DNC 5-10, “Manual de Planificación Operacional de las FF.AA.”
18 Justiniano Horacio, “Temas de Estrategia Naval”, Academia de Guerra Naval 2000.

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