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I.

FUNCIÓN NOTARIAL

I.1 CONCEPTO
I.2 NATURALEZA JURIDICA
I.3 AGENTES DE LA FUNCION NOTARIAL
I.4 ÁMBITO DE LA FUNCIÓN NOTARIAL

Para Castán tobeñas, no es tarea fácil precisar bien el ámbito y los linderos de la
función notarial, la mas antigua y clásica doctrina sobre función notarial, afirma que es la
que centra en el concepto de fe pública, la función del notario es la de dar fe de ciertos
actos; y el valor del instrumento el de hacer fe de sus existencia y de todo o parte de su
contenido. Esta doctrina clásica caracteriza al notario como funcionario publico o sea uno
solo de los aspectos que reviste el escribano, olvidando el no menos importante
profesional de Derecho, cuyo desempeño requiere tanta diligencia como aquel otro.

Al lado de estos quehaceres típicamente notariales, existen otros que no hacen a la


esencia de la función y que sin embargo han sido impuestos al escribano; la pesada y
gratuita labor que realiza, de pedir informes sobre deudas previamente al otorgamiento de
una escritura de transmisión de dominio, a diversas reparticiones del Estado, como
contribución territorial.

A ello, se debería de dar la eliminación de algunas actividades fiscales y


administrativas. Así el notario no es miembro de la administración publica y por ende el
desplazamiento de tareas administrativas hacia el notariado, no es justificable.

Las obligaciones fiscales y administrativas deben excluirse de la función notarial


porque: el escribano no pertenece a la administración pública y solamente a esta, por
medio de sus reparticiones respectivas, corresponde la percepción del impuesto, que es la
tarea fundamental del Estado. Justificada en las siguientes razones:

- Ya sea, porque la doctrina y legislación comparada, fuente preciosa del


Derecho, nos enseña que no es la actividad notarial recaudar impuestos.
- Porque prácticamente la confección de una escritura se convierte hoy en
una lucha constante de términos que vencen e impuestos que se pagan y se relega lo
primordial del otorgamiento jurídico.
- Porque la división del trabajo para su mayor efectividad es reconocida por
todos los sociólogos del mundo.

La reintegración de otras funciones no comprendidas actualmente es un problema


que se viene presentando desde hace algunos lustros en el Derecho nacional. Si las
escrituras publicas solo deben serlo aquellas que se otorgan ante el notario, y la legislación
de fondo, con muy buen criterio enumera los principios generales, al hablar de
instrumentos, hablaremos de los que son tales, y no de aquellos que no reúnan las
condiciones esenciales requeridas por la ley o la doctrina y que por lo tanto, no lo son por
faltarles sus elementos constitutivos. No podríamos por otra parte, incluir en una teoría
general del instrumento publico, el análisis de los no lo son pese a una declaración de la
ley. La ley es aquí fuente de derecho, pero no la única y ante el error del legislador,
salvamos el concepto tradicional con el aporte del derecho científico, cuyo valer
indiscutible es muchas veces fuente preciada que la ley misma. Así se define el
documento, es el que, como funcionario interviene el notario competente y en el que se
puede consignar bajo su fe y con arreglo a las leyes, los negocios jurídicos de los
particulares o los actos o hechos que no requieren declaración de voluntad o prestación de
consentimiento y se quieren revestir de notoriedad, fijeza o eficacia.

I.5 LIMITACIÓN DEL ÁMBITO DE LA FUNCION NOTARIAL

Por ser el notariado la institución legitimadora por antonomasia, no es tarea difícil precisar
bien el ámbito y los linderos de la función notarial. Por otra parte, en el sistema español, la
concepción de esta función es amplísima.

Una opinión tradicional y todavía muy generalizada viene de la facultad de autenticar o dar
fe a la esencia de la función y de la institución notarial. Uno de nuestros antiguos
tratadistas de derecho notarial, se decía del escribano tenia la principal cualidad o acto
que constituye a este empleo, es la autoridad que interpone la persona que le ejerce a
favor de cualquier instrumento o documento que pasa ante él, para que haga y conste en
todo tiempo de su certeza. En primer lugar, la función notarial no tiene por contenido o
finalidad única la autenticación. Por otra parte a los contratos y demás actos
extrajudiciales, apenas hace otra cosa que señalar los límites más amplios de la institución
notarial, marcando que las funciones notariales no tienen otra cerca vedada que aquellas
que pertenecen a los tribunales1. Así tenemos que la competencia notarial en asuntos no
contenciosos, y no significa la sustitución de la función judicial por la notarial, meidante ley
Nº 26662 establece que, Los interesados pueden recurrir indistintamente ante el Poder
Judicial o ante Notario para tramitar según corresponda los siguientes asuntos: 1.
Rectificación de partidas 2. Adopción de personas capaces; 3. Patrimonio familiar; 4.
Inventarios; 5. Comprobación de Testamentos; 6. Sucesión intestada. 7. Separación
convencional y divorcio ulterior conforme a la ley de la materia. Haciendo dicha ley una
salvedad sobre la responsabilidad del notario: “El notario en el ejercicio de la función debe
abstenerse de autorizar instrumentos públicos contrarios a normas de orden público” y su
debida sanción sino cumple dicho requisito: “En caso de incumplimiento, asume las
responsabilidades que determinan los Artículos 144 y 145 de la Ley del Notariado”.

Las siguientes funciones son las que delimitan la función notarial, las siguientes: la función
autenticadora y legitimadora notarial recae sobre los actos o negocios y los hechos
jurídicos. Fundamentalmente, la autenticación y legitimación notarial se refiere o aplica a
los actos que se realizan en la esfera de las relaciones de derecho privado o sea aquellas
en las que prepondera el interés particular y se dan entre los particulares entre si o entre
ellos y las entidades publicas cuando estas actúan, no como entes de soberanía, sino como
cualquier otra persona jurídica, es decir, con carácter particular; no así a los actos que se
desenvuelven en la esfera de las relaciones del Derecho publico, o sea, dentro del circulo
administrativo, los cuales han de ser autenticados y legalizados por los propios
funcionarios de la administración del Estado2. Pero esto no supone una verdadera

1 EMÉRITO GONZALES, Carlos. Derecho Notarial. FEDYE, sociedad anónima. Buenos Aires. 1971. Pág. 201
2 CASTAN TOBEÑAS, José. Función notarial – elaboración notarial del Derecho. Instituto editorial REUS-
Centro de enseñanza y publicaciones. Madrid.1946.Pág 32
exclusión, y hay casos excepcionales en los que el notario, órgano depositario inicial de la
fe pública, haya de actuar, a falta de personas más especializadas, en ciertas relaciones o
actos de Derecho público y la actuación notarial se desenvuelve en la fase del Derecho.
Quedan fuera de su ámbito o de perturbaciones que se manifiestan en fase contenciosa o
de perturbación.

1.5.1 PROHIBICIONES INHERENTES AL EJERICICIO PROFESIONAL:

Cuando el notario ejerza la docencia deberá observar las obligaciones prescritas en los
incisos a) y b) del artículo 16 del Decreto Legislativo, para no interferir ni perjudicar el
normal desempeño de las labores inherentes a su función. Precísese que no constituye
otra oficina notarial, para los efectos de lo previsto en el inciso f) del artículo 17 del
Decreto Legislativo 1049, que el notario cuente con locales distintos al oficio notarial, que
sean utilizados para guardar en todo o en parte su archivo o documentación
complementaria, siempre y cuando no se utilicen para captar clientela ni se presten
servicios notariales al público.

El notario por razones debidamente justificadas y bajo su responsabilidad, puede


guardar todo o parte de su archivo notarial en entidades acreditadas y especializadas en
archivo, custodia y conservación documental. No se considera publicidad para los efectos
del inciso h) del artículo 17º del Decreto Legislativo, la información en documentos,
incluyendo páginas webs, destinados a orientar al usuario respecto a los servicios
notariales que se presten y a los requisitos necesarios para obtenerlos.

El notario podrá recurrir a la prestación de servicios complementarios de terceros,


personas naturales o jurídicas, siempre que se trate de servicios requeridos por éste para
el mejor desempeño de sus labores y que además no implique delegación alguna de sus
funciones. En ningún caso, la denominación o razón social de persona jurídica alguna,
podrá contener las palabras “notaria” o “notario” u otra que induzca a error.

Y en caso de licencia por acceder a los cargos a que se refiere el inciso d) del
artículo 17 del Decreto Legislativo, el notario podrá solicitar el cierre temporal de su oficio
notarial. Bajo ningún concepto se extenderán nuevos instrumentos notariales, mientras
dure la licencia con cierre temporal del oficio.

1.6. EL CONTENIDO COMPLEJO DE LA FUNCIÓN NOTARIAL

1.6.1 VARIEDAD DE ACTIVIDADES EN QUE SE DESDOBLA LA FUNCIÓN NOTARIAL.

De la tradición doctrinal y legislativo, se puede dilucidar que el notario no tiene


mas que una función: la documental o autenticadora. No es así, sin embargo los que de
modo tan simplista contemplan la función notarial, olvidan que al lado de la misión
primitiva, esencialmente probatoria, la evolución de las instituciones jurídicas ha confiado
al notariado otras tareas, legitimadoras y constitutivas de los actos jurídicos, que en la
actualidad son ya tan típicamente notariales como la primera. El fedatario hace algo más
que autenticar actos o documentos. Ya que el notario no da forma y sanción publica a los
actos que autoriza, modela el Derecho y lo vacía en una forma.

Los actuales doctrinarios del Derecho notarial señalan con fino análisis los aspectos
en que se diversifica la actuación notarial. Destacando funciones como la arbitral, función
justicia, función de juicio, función de asistencia, función de cooperación, función
integrativa, función documental, función de autenticidad y función certificante. Analizando
el contenido de la función notarial, se puede señala las facultades y subfacultades,
jerárquicamente graduadas, que la integran. En principio, la facultad general del Notariado
es legitimar, esto es, adornar de legalidad el acto jurídico, encajarlo dentro de él y
prestarle el carácter de tal prerrogativa en toda su extensión. Ahora bien; tal finalidad
tiene cuatro aspectos: uno formativo, otro conformativo o formulista; otro constatar, otro
sancionador es decir que autoriza. A cada una de estas le corresponde las cuatros
facultades notariales, a saber: facultad de aconsejamiento, facultad de redacción, facultad
de constatación o extensión material del documento y la facultad de autorización o
sanción. La primera facultad que capta el acto jurídico, lo prepara y acepta, tiene como
necesaria subfacultad la de rechazar el acto propuesto por contrario a los moldes
generales de la justicia. La segunda facultad, según la cual se moldea el acto notariado,
entraña la potestad de presentar el acto con las características apropiadas y la extensión
necesaria para que no sea deficiente, ficticio o simulado, anulable o litigiosos, suponiendo
a los otorgantes la redacción apropiada a los fines propuestos, único molde ineludible. La
tercera facultad de fijación entraña las subfacultades de conservar y reproducir el acto
notariado, logrando así respectivamente la constante vigilancia a la integridad del acto,
mediante la protocolización y su archivo y la posibilidad de que sea utilizado por el
particular como titulo escrito de su derecho, recogiendo un traslado bastante del mismo,
donde con toda su exactitud se refleje el acto notariado, traslado para el que debe
reservarse la denominación técnica de instrumento publico. La cuarta facultad de
fehaciencia o veracidad y publicidad, tiene como subfacultades las de legalizar actos
notariales y extranotariales, documentos, firmas, certificados de existencia de personas,
cosas, depósitos y cuanto signifique expresión de la verdad de un modo acomodado a las
leyes, que es lo que se expresa con las palabras dar fe, a manera de síntesis o formula
concreta de la jurisdicción notarial como magistratura del Estado.

Para el autor Pou, las funciones notariales solo son dos: una asesorada, mediante la
cual informa a las partes de cual es la forma adecuada a sus propósitos, así como de la
posibilidad legal de realizarla, y se encarga de redactar el contrato o documento; y otra
autenticadora, por la que crea la prueba plena y preconstituida del acto mediante dación
de la fe de que se halla revestido.

Para Núñez moreno, hay una función relativa a las relaciones jurídicas
intrínsecamente consideradas, al consideras, al contenido del acto jurídico, función que
consiste en ordenar la voluntad privada para constituir relaciones jurídicas con validez
interna y eficacia constitutiva, y otra función relativa al documento, la función certificante
o autenticadora. Esta ultima facultad, no es exclusiva del notario y es siempre un
complemento de la función genuinamente notarial relativa a la constitución de la relación
jurídica.

1.6.2 LA LABOR DIRECTIVA O ASESORA

El notario, en nuestro Derecho, tiene como uno de sus oficios, el de ser consejero,
asesor jurídico y avenidor de quienes requieren sus asistencia. Es, en efecto, misión suya la
de instruir, con su autoridad de jurisconsulto, a los interesados, sobre las posibilidades
legales, requisitos y consecuencias de la relación que quieren establecer, no menos que la
de conciliar y coordinar, con la autoridad moral que le es propia, las pretensiones de las
artes, en el ritmo del Derecho y de la ética. Cierto es que esta función la comparte el
notario con el abogado libre, pero reúne aquel garantías de capacitación y de
especialización que dan a su ministerio un matiz muy especial. En la clasificación que de
los juristas profesionales. La labor de asistencia técnica y cooperación amigable, aunque se
refiera al periodo preparatorio de la actuación notarial, no por ello tiene importancia
secundaria. Muy por el contrario, matiza de tal modo la institución notarial, que imprime a
esta una curiosísima y típica fisonomía, apartándola del cuadro de los organismo y
funcionarios administrativos. Haciendo una comparación con el Derecho notarial español,
que consagra una especie de notariado mixto, intermedio entre el tipo profesional y el
funcionalista, son igualmente esenciales y destacados la labor de asesoramiento y la
facultad autenticadora.

1.6.3 LA LABOR FORMATIVA Y LEGITIMADORA

Es a través de esta actividad modeladora de los negocios jurídicos inter vivos o de


última voluntad donde se manifiesta la típica función, de naturaleza legitimadora, que
corresponde al notario. Propiamente el autorizante del instrumento publico no creas o
constituye el acto jurídico, pero si lo modela, dotándole de forma o armazón jurídica.
Dentro de esta interesante facultad notarial se agrupan, en realidad, un complexo de
facultades o funciones. Destacando entre ellas:

La función calificadora de la naturaleza y legalidad del acto que se intenta ultimar,


la función de admisión del acto a la legitimación, consecuencia de la anterior, y por la cual
el notario se tiene por requerido, si encuentra ajustado el acto a la legalidad vigente, o se
niega a prestar su intervención, si la calificación de aquel es adversa, y la función de
redacción o formulación, que merece el notario con libertad omnímoda, sin mas condición
o limitación que la de encajar la voluntad de las partes dentro de las normas del Derecho
positivo y observar las prescripciones.
1.6.4 LA LABOR DOCUMENTAL O AUTENTICADORA

Entre las funciones encomendadas al notariado, la de mas trascendencia publica, la


que determina su existencia y es causa u origen de todas las demás, es aquella que
consiste en investir todos los actos en que interviene de una presunción de veracidad que
los hace aptos para imponerse por sí mismos en las relaciones jurídicas y para ser
impuestos, por su propia virtualidad, por el poder coactivo del estado.

Ciertamente, esta función final del notariado, que supone todas las demás y, en
cierto modo, las comprende en sí, es la que ha dado nombre a la institución notarial .Por
otra parte, es dicha función la que más propiamente responde al origen histórico y al
concepto clásico del instrumento publico, ligado a la teoría de la prueba preconsituida, y la
que con mayor grado de generalidad se manifiesta en todas las actuaciones notariales.

En realidad , la instrumentación notarial, como luego veremos, ofrece no un tinte


meramente adjetivo o probatorio, sino también un aspecto substantivo y civil, pues tiene
como finalidades, no solo facilitar la demostración del acto o negocio, sino también dar a
este una forma que ha de ser base de su eficacia 3. La función autenticadora, por lo demás,
se traduce, o puede traducirse teóricamente, en una gama variada de operaciones
notariales, como pueden ser le solemne testimonio de estados, de manifestaciones y de
hechos, por simple apreciación sensorial. Comprende los testimonios de legitimidad de
firmas y huellas dactilares; los de identidad de fotografías; los literales de documentos; la
extensión de toda clase de actas de presencia: la práctica de notificaciones y
requerimientos; la recepción de testimonios; la protocolización de documentos.

La declaración de hechos y de Derechos en los que no medie oposición, previa


comprobación y con aplicación de preceptos legales. Comprende este grupo: los extractos
de documentos, las certificaciones de estado civil , la constitución y fedación de organismo
tutelares, la celebración de subastas, la autorización de actas de juntas generales
extraordinariamente.

3 MÁXIMO PAZ, José. Derecho notarial Argentino. Compañía argentina 1ra edición. Buenos Aires.1939. Pág.
97
La ordenación jurídica de los actos y contratos encaminados a la previsión,
creación, modificación, transmisión y extinción de toda clase de derechos y acciones que
se produzcan mediante voluntario consentimiento de los interesados. Este grupo abarca
toda la gama de actos y negocios jurídicos inter vivos y mortis causa.

Según la ley del notariado – Decreto Legislativo 1049, las funciones del notario son
las siguientes: La función fedante y formalizadora de instrumentos protocolares y extra
protocolares que realiza el notario implica la labor de orientación imparcial a los usuarios a
que se refieren los artículos 27º y 99º del Decreto Legislativo, de calificación de la
legalidad, del otorgamiento del acto o contrato que se solicita; correspondiéndole, la
facultad de solicitar la presentación de requisitos, instrumentos previos o comprobantes
que acrediten el cumplimiento de obligaciones tributarias, que sean necesarios para la
formalización del acto o contrato. En ningún caso, en su condición de notario está
facultado a emitir resoluciones y la función cautelar y preventiva que cumple el notario
implica que en la facción de los instrumentos públicos notariales cumpla con las
regulaciones que rigen para cada uno de los casos.

1.6.5 LA FUNCIÓN FISCAL Y ADMINSTRATIVA

Las obligaciones del notario público impuestas por las leyes no se circunscriben al
cumplimiento de preceptos jurídicos y morales aplicables a los aspectos comunes que
abarca su ministerio, sino que, adicionalmente, debe también llenar, bajo severas
sanciones, una misión fiscal de tan enorme como positivos beneficios para el erario
publico. Su intervención autenticadora en el otorgamiento de las escrituras, no solamente
asegura su veracidad, delimitando claramente los derechos de las partes, simplificando o
evitando posibles cuestiones litigiosas y asegurando de este modo a la sociedad los
consiguientes beneficios que surgen de la estabilidad contractual de los derechos, sino
que, tiene correlativamente con dicha función, la de fiscalizador y recaudador en el
cumplimiento de las más variadas disposiciones de carácter impositivo: tasas, impuestos y
toda clase de tributos.
Se procura aprovechar la intervención del escribano, en cualquier acto relacionado
con la transmisión del notario, en cualquier acto relacionado con la transmisión o
desmembración del dominio de un bien, para convertirlo en un agente del fisco,
encargado no solamente de averiguar el monto de la deuda, sino también de gestionar del
deudor, percibir, retener y pagar por su cuenta las cantidades necesarias para saldarla. Es,
sin duda, una carga pública que se confiere al notario, en su carácter de oficial publico y
que le ocasiona una serie de molestias y responsabilidades, debido a que la tramitación de
esos pedidos de informes, que la administración es la primera interesas en despachar, y
que invariablemente sigue un curso lento y engorroso, obliga al notario a distraer tiempo y
personal para seguirlo. Una vez obtenidos, tiene que hacerlos conocer a las partes, recibir
el dinero y concurrir, oficina por oficina, para aclarar, o a pagar lo que indica el certificado.
Todo esto con los consiguientes riesgos de pérdidas, robos y equivocaciones además de los
adelantos que se ve obligado continuamente a efectuar, debido a que ninguna de las
relacionadas oficinas informa gratuitamente que es lo que se le debe.

II. FUNCIÓN NOTARIAL POR AUTORIDADES Y FUNCIONARIOS AJENOS AL


NOTARIADO

II.1 LOS JUECES DE PAZ LETRADO

Los Jueces de Paz o Paz Letrado en la mayoría de las comunidades realizan labor fedataria,
es decir dan facilidades a las personas que tienen que viajar horas y en algunos casos días
para realizar trámites. Según cálculos del propio Poder Judicial, se estima que alrededor
del 40% de la carga judicial jurisdiccional es recibida por la Justicia de Paz o Jueces de Paz
Letrado, siendo el usuario promedio de este sector el poblador rural o el comerciante de
campo. Es por ello, que en razón a la importante labor fedataria que realiza un Juez de Paz
Letrado ante la ausencia de un notario público, es que en esta oportunidad tocaremos el
tema, enfocándonos específicamente en el protesto de los títulos valores.
2.1.1 LA COMPETENCIA NOTARIAL DE LOS JUECES DE PAZ LETRADOS EN LOS PROCESOS
NO CONTENCIOSOS

La función notarial que realizarán los Jueces de Paz Letrados son las mismas que
regirán para los Jueces de Paz y están estipuladas en el Artículo 58 de la Ley Orgánica del
poder Judicial, de ahora en adelante LOPJ.

Artículo 58.- Funciones Notariales.

Los Juzgados de Paz Letrados, cuya sede se encuentra a más de diez kilómetros de
distancia del lugar de residencia de un Notario Público, o donde por vacancia no lo
hubiera, o en ausencia del Notario por más de quince días continuos, tienen además
respecto de las personas, bienes y asuntos de su competencia, las siguientes funciones
notariales:

A. Escrituras Imperfectas.-

Llevar un registro en el que anota, mediante acta la fecha de presentación de la minuta, el


nombre, apellidos, estado civil, nacionalidad, ocupación, domicilio y documentos de
identidad de los otorgantes y de sus cónyuges, la naturaleza del acto o contrato, el derecho
o cosa a que se refiere, su valor si se lo anuncia, el monto de los impuestos pagados y
derechos cobrados, anotándose fecha y número de los recibos correspondientes. Anota
asimismo su apreciación sobre la capacidad de los otorgantes. El acta es firmada por el
Juez, los otorgantes y dos testigos mayores de edad y vecinos del lugar. Las actas se
extienden en estricto orden cronológico, una a continuación de otra sin dejar espacios
libres. Asentada y firmada el acta, el Juez devuelve la escritura imperfecta a los
interesados, dejando constancia del folio y libro así como de la fecha de inscripción en su
registro.
B. Protestos.-

Efectuar el protesto de letras de cambio y demás documentos susceptibles de esta


diligencia, con las formalidades establecidas en la ley de la materia. De la diligencia se
asienta un acta en el registro al que refiere el inciso anterior, en estricto orden cronológico.
El Juez imprime el sello "protesto" o dicha palabra en cualquier otra forma, en el
documento objeto de la diligencia.

C. Legalizaciones.-

Legalizar las firmas de un documento cuando el otorgante lo solicite y se halla en su


presencia. Asentar el acta respectiva en el libro referido en los incisos anteriores y poner la
constancia en el documento firmado.

1.1. Comentario al artículo 58 de LOPJ:

La actividad notarial ha sido ejercida conjuntamente con la judicial por el Juez de


Paz Letrado. Ésta se va a expresar en la celebración de las escrituras imperfectas, el
protesto y legalización de firmas. Afirma FAIREN GUILLÉN que la actividad notarial del juez
de paz letrado es una expresión de la jurisdicción voluntaria, porque aquí no existe litigio,
tampoco hay partes insatisfechas. Si aparece el conflicto desaparece la jurisdicción
voluntaria. Lo que desempeñan, aunque sea a través de procedimientos, es una función
extralitigiosa, extrajurisdiccional.

Según el artículo en comentario, el Juez de Paz Letrado puede ejercer la actividad


notarial si se encuentra a determinada distancia de la residencia de un notario. “La LOPJ de
1963 exigía que éste se ubique a más de 20 kilómetros, pero,la LOPJ de 1993 previene que
sea a más de 10 Kilómetros de distancia”. Al margen del criterio de la distancia, también se
encuentra habilitado el Juez de Paz Letrado, para intervenir en caso de ausencia del
notario por más de 15 días continuos o porque el cargo esté vacante. Obviamente de ello
se desprende que de no presentarse alguno de esos supuestos seguirá ejerciendo sus
funciones el notario de la provincia correspondiente.

Entonces, de lo anteriormente expuesto se podría inferir que el ejercicio de dicha


facultad notarial por parte del Juez de Paz Letrado está condicionada a la concurrencia de
dos supuestos: territorialidad y ausencia. Para que opere el primer supuesto, la sede de
los juzgados debe encontrarse a más de 10 kilómetros de distancia del lugar de residencia
de un notario público; en el segundo supuesto, la ausencia del notario puede darse de
manera permanente, por vacancia o de manera coyuntural cuya ausencia no supere los 15
días continuos.

Para nuestro ordenamiento jurídico, en un mismo espacio no subsisten las dos


alternativas para el ejercicio de la actividad notarial. Una excluye a la otra. No pueden
concurrir ambas a la vez, sino, que la facultad notarial del juez está condicionada en su
ejercicio al presupuesto del territorio y la ausencia de notario en dicho espacio; sin
embargo, la condición suspensiva para la eficacia de la actividad notarial presenta un vacío
cuando la ausencia del notario no supere los 15 días continuos, a que refiere el artículo 58
LOPJ.

Centrémonos ahora en el protesto, la norma prescribe que los jueces de paz están
autorizados para efectuar el protesto de letras de cambio y demás documentos
susceptibles de esta diligencia, con las formalidades establecidas en la ley de la materia –
en este caso se refiere a la Ley Nº 27287 - Ley de Títulos Valores Ley publicada el 19-06-
2000. Para ello es necesario dar a conocer los siguientes puntos: qué es el protesto, qué
títulos valor están sujetos a protesto, plazos para el trámite del protesto, trámite del
protesto, día del protesto, requisitos formales de la notificación del protesto

A. El protesto:
El protesto es un acto solemne y excepcional que sirve para acreditar la falta de
aceptación o de pago de un título valor, siendo considerado como una constancia del
incumplimiento de las obligaciones contenidas en el título valor[6]. Es una diligencia
esencialmente notarial, de carácter netamente formal, solemne y pública, en virtud de la
cual se requiere a una o más personas intervinientes o nominadas en el título valor para
que acepten la obligación que este contiene o la pague posteriormente en la fecha de su
vencimiento[7].

El protesto, como institución cambiaria, “es el acto auténtico y constancia que deja
el Notario Público, Secretario Notarial o Juez de Paz (…) sobre el incumplimiento del girado
o aceptante de alguna obligación contenida en un título valor. Puede protestarse por falta
de aceptación o por falta de pago[8].

a. Títulos valores sujetos a protesto:

En la Nueva Ley de Títulos Valores se establece tres grupos de títulos valores en


materia de Protestos[9].

1. Títulos Valores sujetos a Protesto Notarial o Judicial obligatorio, para poder ejercer la
acción cambiaria.
2. Títulos Valores sujetos a Formalidades Sustitutorias al Protesto.
3. Títulos Valores no sujetos a Protesto; esto es, no requieren de Protesto para ejercer la
acción cambiaria.

Aquí nos vamos a ocupar del primer grupo, esto es, de aquellos títulos valores sujetos
a Protesto Notarial o Judicial obligatorio, para poder ejercer la acción cambiaria. De
conformidad con el artículo 70 de la nueva ley, salvo disposición distinta de dicha ley, en
caso de incumplimiento de las obligaciones que representa el título valor, debe dejarse
constancia de ello, mediante el protesto o, en su caso, debe observarse la formalidad
sustitutoria que se establece, la que surtirá los mismos efectos del protesto.

En los títulos valores sujetos a protesto, el protesto o la formalidad sustitutoria, que


deben ser obtenidos dentro de los plazos previstos al efecto, constituyen formalidad
necesaria para el ejercicio de las acciones cambiarias respectivas.

b. Requisitos formales de la notificación del protesto:

La notificación del protesto que el Fedatario curse al domicilio designado para su pago o,
en su defecto, al lugar señalado en esta Ley, contendrá la siguiente información:

a) El número correlativo que le corresponde;


b) Lugar y fecha de la notificación;
c) Nombre del obligado contra quien se realiza el protesto;
d) Domicilio donde se dirige la notificación;
e) Indicación de la denominación del título valor sujeto a protesto, fecha de emisión, fecha
de vencimiento en su caso, importe o derecho que representa y cualquier otro elemento
necesario para su identificación. Podrá optarse en su lugar por enviar una copia
fotostática, u obtenida por cualquier otro medio similar, del título valor objeto de protesto;
f) Nombre del solicitante;
g) Nombre y dirección del fedatario que realiza la notificación;
h) Firma del fedatario; o, de ser el caso, del secretario notarial.

Esta notificación cursada dentro del plazo previsto en el artículo 72° deberá ser entregada
personalmente o enviada por el fedatario utilizando medios fehacientes que aseguren tal
notificación, en el domicilio señalado en el título valor como lugar de pago o, de ser el
caso, en el lugar correspondiente.
c. Plazos para el trámite del protesto:

De acuerdo con el artículo 72, de la Nueva Ley, el protesto debe realizarse dentro de
los siguientes plazos:

a. Si se trata de protesto por falta de aceptación: Dentro del plazo de presentación de la


Letra de Cambio para ese efecto e inclusive, hasta los 8 días posteriores al vencimiento de
dicho plazo legal o del señalado en el mismo título como término para su presentación a
su aceptación.
b. Si se trata de protesto por falta de pago de la suma dineraria que representan: Dentro de
los 15 días posteriores a su vencimiento, con excepción del cheque y otros títulos valores a
la vista.
c. Si se trata de protesto por falta de pago de título valor pagaderos a la vista, distintos del
cheque: Desde el día siguiente de su emisión, durante el lapso de su representación al
pago: inclusive el mismo día de su presentación al pago.
d. Si se trata de protesto por falta de pago del cheque: Dentro del plazo de presentación. El
plazo de presentación de un cheque, según el artículo 27, para su pago es de 30días, sea
que haya sido emitido dentro o fuera del país. Este plazo comenzará a contarse desde el
día de la emisión; y, en el caso de Cheque de Pago Diferido. Desde el día de señalado al
efecto.
e. Si se trata de los demás títulos valores sujetos a protesto: Dentro de los 15 días siguientes
a la fecha en que debió cumplirse ka respectiva obligación.

En los casos previstos en los incisos b) y e), el tenedor debe hacer entrega del título valor
al FEDATARIO, dentro de los primeros 8 días de los 15 previstos en ello. En los casos
previstos en los incisos a), c), d), tal entrega del título al fedatario deberá hacerse dentro
de los plazos allí establecidos para su aceptación o pago, respectivamente.
Una vez que el FEDATARIO ha recibido el título valor, objeto de protesto, realizará la
notificación señalada en el artículo 77 de los plazos arriba señalados.

d. Trámite del protesto:

El artículo 74, señala que el protesto se efectúa mediante una notificación que está
dirigida al obligado principal. El trámite del protesto, según la nueva ley, lo realiza el
fedatario, que puede ser:

- El Notario
- El secretario Notarial
- El Juez de Paz Letrado

El Juez de Paz Letrado del distrito, correspondiente al lugar de pago, realiza el


trámite del protesto, sólo en el caso que no haya Notario en la plaza.

Ante ello considero que también se debe tener en cuenta lo que la Ley de Títulos
Valores establece: Se establece que dentro de los ochos días posteriores al vencimiento se
debe entregar el título valor para que este disponga de siete adicionales (total de 15) para
la diligencia del protesto, la que llevará a cabo en su propio oficio notarial y sin limitación
alguna de hora, previa notificación dirigida al obligado a su domicilio. Se cambia el acta
correspondiente a la diligencia de acudir al domicilio del deudor y levantar el protesto, por
una vulgar y silvestres notificación de advertencia de que, en caso de falta de pago, el
título valor quedará protestado, y punto. La notificación deberá reunir determinados
requisitos de exigencia obligatoria.

e. Día del protesto:


La notificación relativa al protesto del título valor, según el artículo 75, deberá
cumplirse sólo de lunes a viernes, siempre que sea día hábil, dentro del plazo señalado por
el artículo 72, deberá cumplirse sólo de lunes a viernes, siempre que sea día hábil, dentro
del plazo señalado por el artículo 72.

Si el último día del plazo dentro del cual debe efectuarse la entrega del título al
fedatario o verificarse la notificación del protesto fuere día feriado, sábado o domingo; o,
en el caso de título valor pagadero con cargo en cuenta mantenida en una empresa
designada, el término queda prorrogado hasta el primer día hábil o, en su caso, día
laborable siguiente, siempre que se trate de los días señalados en el párrafo anterior. Los
días intermedios feriados, sábado o domingo y, en su caso no laborables, se consideran
para el cómputo del plazo.

2.2 LOS CONSULES

Considerando que Las Oficinas Consulares que el Perú mantiene en diversos países, son la
ventanilla del Estado Peruano ante la cual los ciudadanos nacionales y extranjeros pueden
dirigirse a fin de realizar diversos trámites, tal y como lo harían ante las entidades públicas
en nuestro país.

El Artículo I del Titulo Preliminar del Reglamento Consular del Perú aprobado por Decreto
Supremo Nº 076-2005-RE menciona que la función consular constituye un servicio de
naturaleza pública que presta el Estado peruano a sus nacionales y a los extranjeros en el
exterior, particularmente en lo referido a las competencias de la administración pública
que deben realizarse fuera del territorio nacional.

Los funcionarios consulares ejercen estas competencias bajo los principios de legalidad, no
discriminación, inmediatez, celeridad, simplicidad, presunción de veracidad, eficacia, así
como aquellos establecidos en la legislación nacional vigente.
Las Oficinas Consulares brindan su atención, apoyo y asistencia a todo ciudadano peruano,
cualquiera que sea su situación migratoria en el Estado receptor.

El Artículo III del Titulo Preliminar del Reglamento Consular del Perú aprobado por Decreto
Supremo Nº 076-2005-RE, señala que se entiende por funcionarios consulares a los
miembros del Servicio Diplomático de la República acreditados como tales ante el Estado
receptor en sus respectivas circunscripciones.

Son responsables del ejercicio de las funciones consulares, atendiendo los intereses del
Estado peruano y de sus nacionales, dentro de los límites señalados por las leyes
peruanas, las leyes del Estado receptor y los tratados internacionales aplicables. Son
también funcionarios consulares, conforme al Derecho Internacional y en particular a las
disposiciones de la Convención de Viena sobre Relaciones Consulares de 1963 (en
adelante Convención de Viena), los Funcionarios Consulares Honorarios y Agentes
Consulares, los mismos que pueden ser personas nacionales o extranjeras.

2.2.1 LOS FUNCIONARIOS CONSULARES, EN EL DESEMPEÑO DE SUS FUNCIONES, ESTÁN


FACULTADOS PARA EJERCER FUNCIONES NOTARIALES

Como tales pueden dar fe pública de hechos, actos y de contratos que se celebren ante
ellos, y que estén destinados a producir efectos jurídicos en territorio nacional o fuera de
él, conforme a la legislación nacional, ciñéndose estrictamente a las normas legales sobre
la materia, especialmente a la Ley del Notariado.

La función notarial que ejercen es personal, autónoma, indelegable e imparcial y será


asumida única y exclusivamente por los funcionarios consulares, salvo caso de
subrogación.
Los funcionarios consulares, en su función notarial, no tienen competencia para tramitar
los asuntos a que se refiere el artículo 1º de la Ley de Competencia Notarial en "Asuntos
No Contenciosos".

En todo lo referente a actos notariales los funcionarios consulares deberán sujetarse, a las
disposiciones aplicables del Código Civil, del Código Procesal Civil y de la Ley del Notariado.

2.2.2 LA FUNCIÓN NOTARIAL EJERCIDA POR LOS FUNCIONARIOS CONSULARES

La función notarial ejercida por los funcionarios consulares comprende: la circunscripción


de la Oficina Consular ante la que se encuentren acreditados. Excepcionalmente podrán
actuar fuera de su circunscripción consular cuando ello se justifique, previa autorización
de la Jefatura de los Servicios Consulares y conocimiento del Estado receptor.

Los instrumentos a los que confiere autenticidad producirán efectos jurídicos en el


territorio nacional o fuera de él, conforme a la legislación peruana y al Derecho
Internacional.

Los Funcionarios Consulares, al asumir sus funciones, registran ante el Ministerio de


Relaciones Exteriores y ante la autoridad competente del Estado receptor, sus firmas,
rúbricas y sellos los cuales utilizarán en el ejercicio de las funciones Notariales.

LOS FUNCIONARIOS CONSULARES EN EL EJERCICIO DE LAS FUNCIONES NOTARIALES


TIENEN LAS SIGUIENTES OBLIGACIONES:

a. Inscribir en el Registro de Instrumentos Públicos los actos


jurídicos que les presenten las partes para tal fin; entre estos, los poderes,
contratos, testamentos.
b. Protocolizar los testamentos cerrados.
c. Legalizar las firmas cuando les conste de modo indubitable su
autenticidad, y aquellas que se encuentren debidamente registradas en la Oficina
Consular;
d. Otorgar testimonios, boletas y partes de los instrumentos
públicos que hubiera protocolizado, a quienes los soliciten con arreglo a Ley;
e. Mostrar los documentos del archivo notarial a cuantos tengan
necesidad de instruirse de su contenido, siempre en presencia de otro funcionario
consular o a falta de éste, de un empleado consular; y
f. Legalizar reproducciones de documentos, cuyos originales hayan
tenido a la vista.

LOS FUNCIONARIOS CONSULARES EN EL EJERCICIO DE LAS FUNCIONES NOTARIALES


TIENEN LAS SIGUIENTES PROHIBICIONES:

a) Autorizar instrumentos en que se concedan derechos o impongan obligaciones a ellos


mismos, sus cónyuges, y parientes dentro del cuarto grado de consanguinidad y
segundo de afinidad. Asimismo, autorizar instrumentos públicos de personas
jurídicas en las que ellos o sus cónyuges, o los parientes indicados en el presente
inciso, participen en el capital o patrimonio.

b) Informar o manifestar el contenido o existencia de los testamentos mientras viva el


testador. El informe o manifestación deberá hacerse por el funcionario consular sólo
con la presentación del certificado de defunción del testador.

c) Retirar o permitir que se retire, sin motivo justificado, de la Oficina Consular los
registros, minutarios, expedientes, y otros documentos de carácter notarial.

d) Certificar sobre hechos en los que no han intervenido.


e) Ejercer la función fuera de los límites de su circunscripción consular, salvo casos
excepcionales y con autorización de la Jefatura de los Servicios Consulares; y

f) Autorizar instrumentos públicos, cuyo contenido sea contrario a la ley.

Los funcionarios consulares no están autorizados a exigir a los usuarios la presentación de


minutas para su elevación a Escrituras Públicas en los casos expresamente establecidos
por la legislación pertinente.

2.2.3 INSTRUMENTOS:

A. ESCRITURAS PÚBLICAS:

En el marco de sus atribuciones notariales los Funcionarios Consulares están facultados


para elevar a Escritura Pública los actos jurídicos que determinan las leyes pertinentes. En
este sentido los ciudadanos peruanos o extranjeros pueden recurrir a las oficinas
consulares del Perú tal y como lo hacen ante las notarias en el territorio de la república.
Las escrituras públicas más comunes versan sobre poderes, contratos, testamentos,
anticipos de legítima, donaciones, constitución de personas jurídicas, renuncia a la
nacionalidad, reconocimiento de paternidad y otros.

En general puede decirse que puede elevarse a escritura pública cualquier manifestación
de voluntad destinada a causar efectos jurídicos que usualmente esta contenida en un
documento llamado minuta.

El costo de las escrituras públicas como en cualquier Notaria depende del acto que
contenga. Junto con la escritura pública generalmente se otorga un Testimonio cuyo costo
depende del número de páginas.
En el caso de que el recurrente no sepa o no pueda firmar, sea ciego o tenga otro defecto
que haga dudosa su capacidad, sin perjuicio que imprima su huella digital, se le exigirá la
intervención de testigos, quienes deben tener plena capacidad de ejercicio de sus
derechos civiles.

En el caso que el compareciente sea extranjero y desconozca el idioma castellano deberá


intervenir con un intérprete.
Se tiene que tener presente que una vez firmada, una escritura pública no podrá ser
modificada, ni alterada, ni aclarada, sino por otro instrumento público de igual naturaleza.

La Escritura Pública es asentada en el libro que para tal efecto se lleva en cada Oficina
Consular. Esta deberá elaborarse con caracteres legibles, en forma manuscrita o por
cualquier otro medio de impresión que asegure su permanencia. En este último caso las
fojas se pega o empasta en el libro de Instrumentos Públicos y deben ser firmadas en el
margen izquierdo de cada página por los interesados y por la autoridad consular.

Las Escrituras Públicas llevan una numeración de orden progresivo y correlativo; y se


extenderán en castellano; pudiendo utilizarse aforismos o frases de aceptación jurídica.

Las palabras o frases testadas, se cubrirán con una línea de modo que queden legibles y se
repetirán antes de la suscripción indicándose que no tienen valor. De igual manera los
interlineados deberán ser transcritos literalmente antes de la suscripción, indicándose su
validez; caso contrario se darán por no puestos.

Si hay espacios libres en el instrumento, se llenan antes de firmarlo con una línea doble
que no permita agregar ninguna palabra o cláusula.

Toda aclaración, adición o variación de un instrumento ya firmado se extiende por otro


separado y de ninguna manera al margen.
Los funcionarios consulares llevan índices cronológicos y alfabéticos de los instrumentos
públicos protocolares. El índice consigna los datos necesarios para individualizar cada
instrumento.

Por separado se archivan las minutas de instrumentos públicos, así como todo otro
documento que se refiera a las actas notariales, debidamente firmadas por los
interesados. En las minutas se anota la foja del registro y la fecha en que se extendió el
instrumento.

El funcionario consular debe adherise al acta original del libro matriz los timbres
consulares correspondientes al monto de los derechos percibidos por la Escritura Pública,
procediendo a sellarlos.

Para extender una Escritura Pública el funcionario consular identifica a los otorgantes y
cerciorarse de la capacidad de éstos; de la libertad con que proceden y del conocimiento
con que se obligan. Cuando el interesado fuere menor de edad o persona que sea
representada por otra, se examinan previamente los instrumentos que los capaciten.

La redacción de las escrituras en el Registro comprende tres partes: introducción, cuerpo y


conclusión. Antes de la introducción de la Escritura Pública, el funcionario consular podrá
indicar el nombre de los otorgantes y la naturaleza del acto jurídico.

Los funcionarios consulares no extienden ninguna escritura de acto o contrato entre vivos,
sin minuta suscrita por los otorgantes.

Sin embargo, no será exigible la minuta, entre otros, en los siguientes actos: renuncia de
nacionalidad; otorgamiento, aceptación, sustitución, revocación y renuncia del mandato;
nombramiento de tutor y curador en los casos que puede hacerse por escritura pública;
reconocimiento de hijos; autorización para el matrimonio de menores de edad otorgada
por quienes ejercen la patria potestad; declaración jurada de bienes; y otros que señale la
legislación nacional.

Los funcionarios consulares no están obligados a redactar las minutas de Escrituras


Públicas, pero podrán asesorar a los otorgantes en la redacción y facilitar modelos de las
mismas.

Las escrituras de actos o contratos sujetos a inscripción, expresan todas las circunstancias
que exige la ley de la materia para la inscripción. Si en la minuta no aparecen todas ellas, el
funcionario consular procurará que se subsanen las omisiones y, si los interesados no
pueden o no quieren hacerlo, salvará su responsabilidad, consignando en el instrumento
las observaciones que hubiese hecho.

Son nulos los Instrumentos Públicos que infrinjan las disposiciones de orden público sobre
la materia, contenidas en la Ley del Notariado. La nulidad sólo puede ser declarada
mediante sentencia firme emitida por el Poder Judicial.

No cabe declarar la nulidad cuando el Instrumento Público adolece de un defecto que no


afecte su eficacia documental. En todo caso, para declarar la nulidad de un Instrumento
Público, se aplican las disposiciones del derecho común.

B. EL TESTAMENTO

Los Funcionarios Consulares pueden extender testamentos por Escritura Pública, recibir en
custodia testamentos cerrados, protocolizar testamentos militares y recibir testamento
marítimos para su remisión a las autoridades nacionales, de conformidad con el Código
Civil.
Antes de proceder a extender un testamento en Escritura Pública o autorizar el cerrado, el
funcionario consular examina la capacidad legal del otorgante de conformidad con el
Código Civil, la libertad con que procede y si está instruido del objeto del instrumento. Las
disposiciones testamentarias deben ser la expresión directa de la voluntad del testador,
quien no puede otorgar poder a otro para testar, ni dejar sus disposiciones al arbitrio de
un tercero.

El Testamento es la declaración de voluntad de una persona, destinada a disponer de sus


bienes luego de su muerte. Según la formalidad al otorgarlos los testamentos son de
diverso tipos, la función consular tiene que ver con las siguientes modalidades:

1. Por Escritura Pública. Es la más formal, y toma en cuenta la declaración de voluntad del
testador.

2. Testamento Cerrado. Es un tipo de testamento o que no se eleva a escritura pública sino


que se entrega al Cónsul en custodia mediando el levantamiento de un acta en presencia
de testigos.

C. LOS PODERES OTORGADOS ANTE FUNCIONARIOS CONSULARES:

a) Poder por Escritura Pública;


b) Poder fuera de registro, y
c) Poder por carta con firma legalizada.

Los poderes deben contener como requisitos generales y sin perjuicio de aquellas
formalidades que la ley disponga para cada uno de ellos, la siguiente información:

a) Lugar y fecha de extensión del documento;


b) Nombre, documento de identidad, nacionalidad, estado civil, profesión u ocupación y
domicilio del otorgante y del apoderado;
c) Lugar donde se ejercitará el poder;
d) Alcance de la facultad o facultades que son objeto del poder; y,
e) Plazo de vigencia, si fuere el caso.

El poder general comprende actos de administración mientras que el poder especial


comprende los actos específicos para los cuales ha sido conferido.

El poder fuera de registro no requiere de su incorporación al protocolo notarial para su


validez, y se rige por las disposiciones a que se refiere el artículo 119º de la Ley del
Notariado.

El poder por carta con firma legalizada se otorga en documento privado, conforme a las
disposiciones sobre la materia. Respecto a asuntos inherentes al cobro de beneficios de
derechos laborales, seguridad social en salud y pensiones, el poder antes referido tiene
una validez de tres meses para cantidades menores a media Unidad Impositiva Tributaria.

Cuando en los poderes por Escritura Pública y Fuera de Registro se citen normas legales sin
indicación de su contenido y estén referidas a actos de disposición u otorgamiento de
facultades, el funcionario consular transcribirá las mismas literalmente.

El funcionario consular se remite al Código Civil, Código Procesal Civil, Ley del Notariado y
en general a la legislación nacional, para resolver cualquier situación o circunstancia que
no se encuentre prevista en el presente capítulo.

C.1 PODER NOTARIAL FUERA DEL REGISTRO


Se considera un instrumento de uso limitado debido a las facultades que por él se
pueden otorgar, toda vez que, generalmente, se utiliza para delegar facultades de
representación para realizar gestiones netamente administrativas.
Mediante esta modalidad de poder, se pueden otorgar facultades para el cobro de
dinero hasta por una Unidad Impositiva Tributaria –UIT, el tiempo de vigencia de
dicho documento es de un año a partir de su expedición.

C.2 PODER POR CARTA CON FIRMA LEGALIZADA

Es un instrumento más limitado que el poder fuera de registro. Generalmente se


utiliza para delegar facultades de representación simple administrativa, así como
para el cobro de sumas de dinero hasta por media Unidad Impositiva Tributaria –
UIT (. Este documento tiene un plazo de vigencia de tres meses.

D. AUTORIZACION PARA VIAJE DE NIÑOS Y/O ADOLESCENTES

- Autorización Notarial
La autorización de viaje de menor notarial es un acta que contiene la declaración de
voluntad de él o los padres, los cuales al mantener la patria potestad sobre sus
menores hijos, declaran su voluntad de autorizar el viaje de este.

Esta autorización notarial debe ser realizada por ambos padres, si estos han
reconocido al menor y se encuentran de acuerdo con el viaje ha realizar.

En caso de orfandad de parte de uno de los padres, puede realizarlo el padre


superviviente, presentando además acta de defunción correspondiente.
También procede por parte de uno de los padres siempre que este sea el único que
haya reconocido legalmente al menor, lo cual deberá acreditarse con el acta de
nacimiento.

- Autorización Judicial
La autorización Judicial es necesaria, cuando uno de los padres se encuentra ausente o
cuando no exista voluntad de parte de uno de ellos para autorizar el viaje del menor. En
este caso, el encargado de otorgar la autorización es el Juez de Familia que corresponda,
previa justificación de la petición.

E. CERTIFICADO DE SUPERVIVENCIA

Como su nombre lo indica, este documento es expedido a solicitud del interesado para
acreditar que aún vive y que en consecuencia está en ejercicio de sus derechos. El caso
más frecuente de solicitud es el de los jubilados y pensionistas que son requeridos
periódicamente de presentar este certificado para el cobro de sus pensiones y para
ejercitar otros derechos.

El certificado de supervivencia se otorgará a solicitud y con presencia del interesado quien


deberá identificarse con los documentos que exige la ley. En casos excepcionales y de
comprobada necesidad el funcionario consular podrá extender estas certificaciones, sin la
presencia del interesado, en base a instrumentos actualizados emitidos por las
autoridades locales competentes.

F. LEGALIZACIÓN DE FIRMAS

Dentro de las funciones notariales y administrativas de los cónsules está la de dar fe a


certificar que la firma que aparece en un determinado documento efectivamente
correspondiente al funcionario o persona particular que aparece como signatario del
mismo.

Los documentos públicos y privados extendidos en el exterior, para surtir efectos legales
en el Perú, deben estar legalizados por los funcionarios consulares peruanos competentes
para hacerlo, y cuyas firmas deben ser autenticadas posteriormente por el área
correspondiente de legalizaciones del Ministerio de Relaciones Exteriores del Perú.

El Jefe de la Oficina o Sección Consular, o quien lo subrogue legalmente, es competente


para legalizar las siguientes firmas:

 Autoridades oficiales de la circunscripción consular;


 Representante autorizado de la Cámara de Comercio o entidad que haga sus veces
en la circunscripción Consular;
 Funcionarios extranjeros acreditados en la circunscripción Consular;
 Autoridades judiciales y Notarios de la circunscripción Consular que les sean
conocidas;
 Particulares cuando sean escritas en su presencia y previa verificación de la
identidad de los firmantes;

 Viceministro Secretario General de Relaciones Exteriores, Director General de


Política Consular, Director de Trámites Consulares, Jefe del área de legalizaciones
del Ministerio de Relaciones Exteriores, o de los funcionarios que los subroguen
legalmente; y,
 De otros funcionarios oficiales según instrucciones específicas del Ministerio de
Relaciones Exteriores.

El Jefe de la Oficina Consular, bajo su responsabilidad, llevará un registro actualizado de


firmas de las personas indicadas en los incisos antes mencionados.
La facultad para legalizar firmas es de competencia del Jefe de la Oficina Consular, quien
podrá delegarla conforme a lo establecido en el presente Reglamento Consular.

Los funcionarios consulares sólo legalizan firmas que hayan sido debidamente
registradas y verificadas. En caso contrario, deben exigir al interesado que obtenga todas
las firmas intermedias que sean necesarias hasta llegar a la de un funcionario reconocido.

En toda legalización de firma, debe figurar el nombre, cargo oficial y nombre de la persona
jurídica que representa, y el lugar donde se desempeña el funcionario cuya firma se
legaliza.

La legalización de firmas tiene como único efecto autenticar la firma y el carácter oficial de
la autoridad otorgante, sin entrar a pronunciarse sobre el contenido del documento.

Sin embargo, el funcionario consular podrá rehusar la legalización de la firma, cuando el


contenido del documento en forma manifiesta sea un acto ilícito contrario al orden
público, a la moral pública, a las buenas costumbres del Estado o al procedimiento que
corresponde conforme al ordenamiento legal del Perú.

Cuando se legaliza la firma de un particular, ésta debe firmar en presencia del funcionario
consular. Como es natural, esta condición no es exigible tratándose de firmas de
autoridades peruanas o de autoridades del país donde se encuentra el consulado. No
obstante ello, por norma general la legalización por parte del consulado requiere como
paso previo la legalización por parte del Ministerio de Relaciones Exteriores del Perú o del
país de donde procede el documento. Esto se explica por el hecho que nuestros
consulados no tienen el registro de todas las firmas de autoridades nacionales o
extranjeras, por lo que si les compete a las oficinas de legalizaciones de los ministerios de
relaciones exteriores.
Legalización de Firmas de Autoridades:

a) Legalización de firma de Autoridades Extranjeras.- Para legalizar firmas de


autoridades locales del lugar de jurisdicción del consulado, éstas deberán estar
previamente legalizadas por el Ministerio de Relaciones Exteriores del país extranjero
o, de ser el caso, por la entidad que haga sus veces. No obstante, cabe la posibilidad
de legalizar las firmas que aparezcan en los documentos expedidos por autoridades
oficiales de su jurisdicción, de manera directa, cuando estas se encuentres
registradas en la oficina consular. Por ello, es recomendable que antes de iniciar el
proceso de legalización de firmas de cualquier documento, se contacte con la oficina
consular de su jurisdicción para conocer cual es la firma previa que requiere su
documento antes de la legalización consular.

b) Legalización de firma de autoridades peruanas en el exterior.-Para obtener esta


legalización es necesario que el documento haya sido previamente legalizado en la
Unidad de Legalizaciones del Ministerio de Relaciones Exteriores del Perú .

c) Legalización de firmas de particulares.- Es necesario que el signatario se apersone a


la oficina consular con su Documento Nacional de Identidad si es peruano. Si es
extranjero debe presentar documento de identidad del país de la jurisdicción
consular o pasaporte vigente.

El interesado debe realizar la firma a legalizar en presencia del funcionario consular.

G. PROTESTO DE TITULOS VALORES


Esta función notarial se encuentra legislada en los artículos 488º al 499º del Reglamento
Consular vigente, así como en la Ley No 27287-Ley de Títulos-Valores. Se debe tomar en
cuenta que el protesto debe hacerse en el lugar de presentación para el pago, según la
naturaleza del título, para dejar constancia de que éste no ha sido aceptado o no ha sido
pagado, aún cuando la persona designada para aceptar o pagar estuviere ausente o
hubiere fallecido.

El protesto constituye el requerimiento notarial para el pago de una obligación contenida


en un título valor y acredita la no aceptación y pago del mismo, a su vencimiento. La
finalidad del protesto es reservar los derechos del tenedor del mismo, para hacerlo
efectivo mediante el ejercicio de las acciones cambiarias del caso, y cuyo incumplimiento
queda expresado en el protesto.

El protesto es efectuado mediante notificación dirigida al obligado principal por el


funcionario consular respectivo. El registro puede constar en libros o en medios
electrónicos o similares, que aseguren la oportunidad de sus anotaciones observando las
normas de la Ley del Notariado.

La notificación del protesto que curse el funcionario consular debe contener la siguiente
información:

a) El número correlativo de la notificación.


b) Lugar y fecha de notificación.
c) Nombre del obligado contra quien se realiza el protesto.
d) Domicilio donde se dirige la notificación.
e) Indicación de la denominación del título valor sujeto a protesto; fecha de emisión fecha
de vencimiento; importe que representa, pudiendo optarse por adjuntar una copia del
título valor objeto del protesto
f) Nombre del solicitante.
g) Nombre y dirección del funcionario consular que realiza la notificación.
h) Firma del funcionario consular.

La notificación cursada es entregada personalmente o enviada por el funcionario consular


utilizando los medios adecuados que aseguren la notificación en el domicilio señalado en
el título valor como lugar de pago. La entrega sólo puede realizarse en días hábiles. Si el
último día del plazo de entrega fuera día inhábil, el término queda prorrogado al primer
día hábil siguiente. Los días intermedios inhábiles se consideran para el cómputo del plazo.

H. TESTIMONIOS, BOLETAS Y PARTES

Los funcionarios consulares expedirán testimonios, boletas y partes de los instrumentos


públicos extendidos por la Oficina Consular.

El testimonio es la copia literal certificada de la Escritura Pública elaborada en textos de


veinticinco (25) líneas por página, que se entrega al interesado para su propio uso, y
que contiene:

a. La trascripción íntegra del instrumento público, con la fe que da el funcionario


consular que es idéntico con la matriz;
b. La indicación de su fecha y foja donde corre;
c. La constancia de encontrarse suscrito por los comparecientes y autorizado por el
respectivo funcionario consular, rubricado en cada una de sus fojas y expedido con
su sello, firma y sello oficial de la representación consular, con la mención de la
fecha en que se emite;
d. La inserción de la resolución en cuya virtud se extiende, y sus respectivas
notificaciones, en caso de ser expedido por orden judicial; y
e. Los timbres correspondientes, conforme a la Tarifa de Derechos Consulares.
La boleta es el resumen del contenido del instrumento público notarial o trascripción de
las cláusulas o términos que el interesado solicite y que otorga el funcionario consular,
y contiene:

a) La designación del nombre de los otorgantes;


b) Naturaleza del acto jurídico;
c) Fecha y foja donde corre.
d) La constancia de encontrarse suscrito por los comparecientes y autorizado por el
funcionario consular que realizó el acto, rubricada en cada una de sus fojas y expedida con
su sello y firma, con mención de la fecha en que la expide.

El funcionario consular, agregará cualquier referencia o completará la transcripción parcial


solicitada, cuando lo estime pertinente.

El parte es el oficio que dirige el funcionario consular al Jefe de la Oficina Registral de la


circunscripción nacional correspondiente, indicando que se ha asentado una Escritura
Pública, y contiene:

 La transcripción íntegra del instrumento público con la fe que da el funcionario


consular de que es idéntico con la matriz, salvo en el caso de Testamento;
 La indicación de su fecha; y
 La constancia de encontrarse suscrito por los comparecientes y autorizado por el
funcionario consular que realizó el acto, rubricado en cada una de sus fojas y expedido
con su sello y firma, con la mención de la fecha en que se emite.

El parte se entregará a los interesados, quienes antes de hacerlo llegar a los Registros
Públicos, deberán legalizar la firma del funcionario consular en el área de legalizaciones
del Ministerio de Relaciones Exteriores.
I. CERTIFICADOS

Los funcionarios consulares, además de expedir testimonios o copias certificadas de los


documentos que hubieren extendido o autorizado en la misma forma que los Notarios
Públicos, están facultados para otorgar certificados bajo su firma y sello, de los hechos que
les consten y sean de su competencia.

Los funcionarios consulares están obligados, a requerimiento de los interesados, a emitir


el certificado que exige la Ley General de Sociedades para la inscripción en el Registro de
Personas Jurídicas de las empresas que requieran establecerse o crear sucursales en el
Perú, de que se encuentran constituidas y autorizadas con arreglo a las leyes del Estado
respectivo.

Dichos certificados se expedirán sobre la base del informe solicitado oficialmente a la


autoridad competente del Estado de origen. Por imposibilidad manifiesta de esa
autoridad, se requerirá a la Cámara de Comercio del lugar, a un Abogado, o un Notario de
reconocida solvencia profesional y moral para que emita un informe.

Los gastos que demande el requerimiento prescrito en el presente artículo correrán por
cuenta de los interesados. En caso de inexistencia de la autoridad competente para
informar, el funcionario consular legalizará la firma del personero de la Cámara de
Comercio local, la del Abogado o Notario, que emita el informe.

En general, los funcionarios consulares están autorizados a expedir certificados relativos a


los asientos efectuados en los diversos registros a que se refiere el presente Reglamento,
aplicando el numeral correspondiente de la Tarifa de Derechos Consulares.

J. ENTREGA DE CARTAS NOTARIALES


El funcionario consular certificará la entrega de cartas e instrumentos que los interesados
soliciten por medio del Ministerio de Relaciones Exteriores o la misma Oficina Consular, a
la dirección del destinatario, dentro de los límites de su circunscripción, dejando
constancia de su entrega o de las circunstancias de su diligenciamiento en el acta que se
anexará al duplicado de la misma que devolverá a los interesados. Para efectos legales en
el Perú, dicha acta deberá contar con la legalización del área respectiva del Ministerio de
Relaciones Exteriores.

El funcionario consular puede cursar las cartas por correo certificado a una dirección,
agregando al acta correspondiente la constancia expedida por la oficina de correos de su
circunscripción.

El funcionario consular no asume la responsabilidad sobre el contenido de la carta, ni de la


firma, identidad, capacidad o representación del remitente.

K. COPIAS CERTIFICADAS

El funcionario consular expedirá copia certificada que contenga la transcripción literal o


parte pertinente de actas y demás documentos, con indicación, en su caso, de la
legalización del libro u hojas sueltas, folios de que consta y donde obran los mismos,
número de firmas y otras circunstancias que sean necesarias para dar una idea cabal de su
contenido.
REGISTRO DE INSTRUMENTOS PUBLICOS:

Cada Oficina Consular llevará un registro denominado "Registro de Instrumentos


Públicos", en el que se insertará todos los actos, contratos y diligencias que, conforme a la
ley nacional, requieran de dicha formalidad para su validez jurídica o que, a pedido de
parte, sean incorporados a dicho Registro.
El libro de Registro de Instrumentos Públicos contendrá en su primera y última página un
acta de apertura y otra de cierre respectivamente, firmadas y selladas por el funcionario
consular titular, cumpliendo con las formalidades indicadas en el presente Reglamento,
bajo responsabilidad. Cada foja deberá estar foliada y sellada.
El acta final consigna las observaciones pertinentes respecto al Estado de registro;
anulando cada una de las fojas no utilizadas.

2.3 LOS FEDATARIOS

III. LEGISLACION NOTARIAL COMPARADA

III.1 ESPAÑA:

Inicialmente los invasores españoles conservaron ciertas instituciones jurídicas romanas,


además el notariado español recibió la influencia de la Escuela Notarial fundada en 1228
en la Universidad de Bolonia. Al final de la Edad Media y principios del renacimiento el
notariado se considera como una función pública y se substituye una breve nota o minuta
en el protocolo por el instrumento matriz y la organización corporativa de los notarios.

Por lo tanto, en la Edad Media se distinguen seis periodos que van desde la independencia
española de Roma, hasta la época contemporánea.

Primer Período.- Se atribuye a Casiodro, senador del Rey Godo Teodorico, distinguir la
función del Juez (solo fallan contiendas), de la del Notario (tienen por misión el
prevenirlas). En el año 600, se establecen las 46 formulas visigóticas según las cuales, los
órganos necesarios para la formación de los instrumentos públicos son:

1.- Los otorgantes.

2.- Los testigos.


3.- El escriba que presencia, confirma y “jura” en Derecho.

Esto último implica un principio de fe pública, ya que el juramento se otorga, para que la
afirmación sea creída por quienes no la presenciaron.

En el año 641, se promulga el “Fuero Juzgo“, primer código general de la nacionalidad


española; en este ordenamiento legal, los escribanos se dividen en: del pueblo y
comunales. Solo los Escribanos escribian y leian las Constituciones (Leyes), para evitar el
falseamiento tanto de su promulgación, como de su contenido. En este periodo se habla
de la intervención del Notario para confirmar los contratos.

SEGUNDO PERÍODO.- Comprende del siglo XIII al XV, en él se determina la función del
Notario como pública; se promulgan las Leyes de Alfonso X “el Sabio”; el Fuero Real y las
Siete Partidas. Siendo así que el Fuero Real (Año de 1255) habla de escribanos públicos
jurados, “para que no haya duda y para evitar las contiendas”, obligatoriamente, los
testamentos se otorgaban ante escribano. Éstos, acostumbraban tomar nota de los
documentos que redactaban o en que intervenian, los cuales conservaban en su archivo,
sirviendo para aclarar dudas sobre el documento original.

Por otra parte, el Código de las Siete Partidas establece como obligatorio que “las notas”
de los escribanos se inscriban en un libro llamado “registro”, las cartas debían ser “fechado
por manos de escribanos públicos”. Asi tenemos como características de este periodo:

1.- Se reconoce la función instrumental, como de interés social, en inmuebles y


testamentos.

2.- El escribano tenia que procurar conocer directamente a los otorgantes.

3.- En las cartas públicas intervenian como mínimo tres testigos.

4.- Los escribanos debían llevar un registro o minutario anual, conservarlo y poner su “seña
o signo” al final.
5.- El documento debía redactarse manuscrito por el Notario o por otro escribano, sin
abreviaturas.

6.- Las cartas podían ser reproducidas, previa autorización judicial.

7.- A la muerte del escribano, sus archivos eran recogidos por el Alcalde y entregados al
sucesor.

8.- Se determinan los requisitos generales que debían observar todas las escrituras, los
modelos o las fórmulas, sobre los actos y contratos mas usuales.

9.- Eficacia de las cartas o escrituras:

9.1.- En juicio, el interesado tenía que probar, que quien había autorizado el
documento, era realmente escribano en esa fecha.

9.2.- Si el escribano negaba, la carta era falsa.

9.3.- La declaración de testigos no tenía eficacia frente a la del escribano de buena


fama, que conservara “la nota” en su registro..

TERCER PERÍODO.- Denominado “Reforma de los Reyes Católicos”, comprende dos épocas:
la primera, del siglo XIV al siglo XV. En este período se prohibe heredar, renunciar y
traspasar los oficios; se dictan disposiciones que obligan a aprobar un examen y llenar
otros requisitos para poder despachar las escribanias públicas. La disposición mas
importante consistió en la determinación de la competencia jurisdiccional del escribano,
estableciéndose que las escrituras de contratos, obligaciones y testamentos, debian pasar
ante escribanos del número de los pueblos reales y públicas y para que “puedan dar fe de
todos los asuntos extrajudiciales sin pena alguna”.

Debemos añadir, que como parte de la especialización de funciones no es apropiado que


funcionario del poder judicial puedan ejercer el notariado porque se quiere que cada
funcionario se dedique al ejercicio de sus actividades.
La doctrina no esta de acuerdo con eso porque quiere un avance del Derecho Notarial y
del Notariado sin embargo debido a circunstancias propias de cada país algunas veces por
falta de notarios y otros por falta de comunicación rápida.

El legislador se ve obligado a autorizar a personas distintas de la de los notarios aunque


sea excepcionalmente para que ejerzan dicha función y autorizan escrituras publicas.

Tenemos así que, el cargo de Magistrado y Juez es incompatible con el ejercicio privado de
la abogacía y del notariado. Sin embargo lo puede hacer en el protocolo del Juzgados, en
los casos que se amerite para mejor proveer en alguna litis que estuviere conociendo. En
el juzgado de Distrito de lo Civil se lleva un Protocolo del Juzgado que lo usa la persona
que actúa corno Juez y que es distinto al que es usado por los notarios.

También existen en la legislación internacional agentes diplomáticos que cumplen esta


función así como la Comunidad Internacional, Representantes Diplomáticos, y el
Representante Consular.

En la comunidad internacional cada país, para que representen sus intereses en el exterior,
designan dos clases de representantes:

1. Representante Diplomático, que son de intereses protocolarios; de intereses del


gobernante, a fin de conocer la filosofía y dirección del gobierno.

2. Representante Consular, no son los de intereses políticos sino de carácter económico, su


origen es cartaginés.

Todos los países tienen representantes económicos, de carácter permanente cuya función
es ayudar en la importación de bienes, etc. Esa representación consular, en el mundo
moderno, muchas veces actúa junto al representante diplomático-, algunas veces se le
encargan funciones de tipo consular.

De acuerdo con nuestra legislación, el representante consular actúa o cumple varios fines:
a) Registrador del estado civil de las personas,

b) Puede celebrar matrimonios.

c) Actúa como Notario

d) da a conocer fines y avances económicos de nuestro país.

Por otro lado en el notario consular su actuación se puede calificar como Notarios
Administrativos, porque su función depende de un nombramiento temporal y está
vinculado al cargo consular que desempeña; no tiene una investidura permanente como el
Notario de nuestro país- no se exige la preparación jurídica universitaria, pero sí alguna
preparación y conocimiento jurídico.

La competencia territorial está limitada al lugar de su nombramiento, el que se llama


también territorio notarial.

III.2 MEXICO

Ley Orgánica De Notarios Y Actuarios Del Distrito Federal fue promulgada por Benito
Juárez el 29 de Noviembre de 1867, se destacó en los siguientes avances: terminó con la
venta de notarias; separó la actuación del Notario, de la del Secretario de Juzgado; y
sustituyó el signo (otorgado antiguamente por el Rey) por el sello notarial.

En virtud de la proliferación de escribanos, dispuso que se cerraran y que solo se


reconocerian como notarias, las escribanias que existian al 22 de Diciembre de 1846 y las
que por Leyes posteriores se hayan permitido abrir, con calidad de vitalicias y sin condición
alguna. Esta Ley, daba especial importancia entre los requisitos para ejercer la escribania a
la calidad moral, y a la capacidad científica y técnica.

Distinguió dos tipos de escribanos, cuyos cargos eran incompatibles: Actuarios y Notarios,
a quienes definió como “el funcionario establecido para reducir a instrumento público los
actos, los contratos y últimas voluntades en los casos que las Leyes lo prevengan o lo
permitan”; el Actuario, en cambio, era un funcionario que intervenia en materia judicial;
ambos oficios debían ser practicados personalmente.

Señaló como atribución exclusiva de los Notarios, autorizar en sus Protocolos toda clase de
instrumentos públicos. El sistema de Protocolo era Abierto y era el único instrumento en
donde se podía dar fe.

En la Ley del 4 de diciembre del 1888, en el estado de Estado de Chihuahua , siendo


gobernador del Estado Manuel de Herrera, entra en vigor el 1 de Enero de 1889; define al
escribano Notario, como el funcionario establecido para reducir a instrumento público, los
actos, los contratos y las últimas voluntades, en los casos que las Leyes lo prevengan o lo
permitan. En esta ley el ejercicio del notariado era incompatible con los cargos de
magistrado, juez o procurador y no debía intervenir en asuntos en que hubiera participado
como agente del ministerio público o como abogado, ni en aquellos en que fueran parte su
esposa, ascendientes o descendientes.

En la Ley de 1902, siendo Gobernador del Estado Miguel Ahumada, entra en vigor el
primero de Febrero de 1903. La función notarial era incompatible con las profesiones de
comerciante, corredor o agente de cambio, con el ministerio de cualquier culto y con los
cargos de funcionario o empleado del poder judicial. En las municipalidades que no
hubiera Notario, el Juez Menor desempeñaba la función, siempre que alguno de los
otorgantes fuera vecino del lugar.

En la Ley de 1991, Siendo Gobernador del Estado el Licenciado FERNANDO BAEZA


MELENDEZ, establece la primera diferencia con la Ley anterior, al señalar que podrá
crearse una notaria por cada 25,000 habitantes. Asimismo establece, que el ejercicio de la
función notarial por parte de los Jueces de Primera Instancia y Menores, depende de
acuerdo previo del Jefe del Departamento del Notariado.

III.3 ARGENTINA:

La reglamentación del notariado queda a cargo de cada una de las provincias. La


ley nacional Nº 340 de 1869, aprueba el Código Civil redactado por Vélez Sársfield y es ley
de la Nación desde el 19 de enero de 1871. Su influencia para el desempeño del notario
argentino y para la feliz instrumentación de las escrituras públicas, ha sido extraordinaria.
A un siglo de su vigencia su articulado ha sido escasamente modificado y su función
encausadora, ha resultado de gran provecho para la eficiencia en la formación correcta de
los actos jurídicos. En julio de 1968 entró en vigencia la llamada ley 17.711, que modifica
diversas instituciones. En cuanto a instrumentos públicos poco o nada ha reformado.

Tras ingratas luchas entre hermanos, en el año 1880 se federaliza el territorio de la


ciudad de Buenos Aires, quedando ésta convertida en Capital Federal de la Nación
Argentina. Organiza sus propios tribunales ordinario., dictando en 1881 la ley N9 1144.
Esta ley, en el artículo 92, dispone que corresponde a la Cámara de lo Civil la expedición
del título de escribano y en el título 12 y 13 en 71 artículos legisla por primera vez sobre
los escribanos públicos, los escribanos secretarios, los escribanos de registro, a quienes
define como los funcionarios públicos autorizados para dar fe conforme a las leyes, de los
actos y contratos que ante ellos se extendieren o pasaren. Se designarán en relación a la
población y compete al Poder Ejecutivo la creación de nuevos registros a razón de uno por
cada diez mil habitantes en la Capital. Las escrituras públicas sólo podrán ser autorizadas
por los escribanos de registro. Establece su inamovilidad, la exigencia del diploma que lo
acredite y la necesidad de fijar su residencia dentro de la Capital. En esta y otras
disposiciones sobre la formación del protocolo, que define como la colección ordenada de
las escrituras matrices autorizadas durante el año, sigue la ley ampliando y reglamentando
las disposiciones del Código Civil. En título posterior trata sobre el registro de la propiedad,
de hipotecas, de embargos, e inhibiciones, indicando con precisión cuáles son los títulos
inscribibles, la forma y efecto de esa inscripción, las anotaciones preventivas, la forma de
llevar el registro y la publicidad que confiere, finalizando con la creación del archivo
general de los tribunales que se formará con los protocolos de todas las escrituras de
registro existentes, son excepción de los cinco últimos años que quedarán en ,poder de los
escribanos de registro y los expedientes archivados en las secretarías y demás oficinas de
actuación o registro de la Capital Federal.
Posteriormente en 1886 una nueva ley que lleva el número 1893 reestructura los
tribunales, el registro de la propiedad, el archivo y en un contenido Similar a la anterior
legisla sobre los escribanos públicos, los registros y las escrituras públicas. Estas leyes
constituyeron, prácticamente, la primera reglamentación orgánica del notariado argentino.
Por muchos años tuvieron no sólo vigencia sino que fueron imitadas por distintas leyes
orgánicas de tribunales de las provincias. Solo la ley 7048 de 1910 que dispone el
otorgamiento de título de escribano por las universidades nacionales, purifica
parcialmente la ley de 1886.

En 1927 el Colegio de Escribanos de la Provincia de Buenos Aires, entonces una


simple asociación civil, logró con gran esfuerzo aprobar en la Legislatura provincial una Ley
Orgánica de moderno contenido aunque consagrando la libertad de actuación, es decir, sin
otorgamiento del registro ni fijación de jurisdicción. El Poder Ejecutivo no la promulgó y
nunca fue puesta en vigencia. Llega, al fin, el momento en que se ha de dictar la primera
gran ley orgánica del notariado en la Argentina: la número 5015 de la provincia de Buenos
Aires en el año 1943. Es la primera conquista del notariado del país en cuanto a su
independización del poder judicial.

III.4 CUBA

El estudio de la instrumentación pública cubana, coincide históricamente con los


grandes acontecimientos de tipo político, social y económico, lo que nos permite hacer
una clasificación de la legislación cubana en las siguientes etapas:

a) Colonia española: Habiendo sido Cuba la Última de las colonias en


independizarse de España, la legislación notarial fue idéntica a la española y continuó
vigente durante muchos años más.
b) Ocupación norteamericana: Las disposiciones dictadas durante este período,
concordantes con el sistema anglosajón, prescindente de regulación de la función notarial,
no lograron por cierto extinguir el espíritu hispánico-latino imperante en Cuba.

c) Código notarial cubano de 1929: Este Código, de gran raigambre hispánica,


comienza definiendo a la función notarial de manera semejante a nuestras leyes; se lo
declara profesional del derecho y asesor e intérprete de las voluntades particulares,
Asimismo se legisla prolijamente sobre el ingreso al notariado, mediante concursos de
oposición; la forma de los instrumentos públicos y todo el régimen especial de la actividad
notarial como actividad profesional.

d) Sistema actual: El notariado cubano, a partir de la revolución de orientación


marxista que actualmente detenta el poder ha ido paulatinamente decayendo, en cuanto
al monto e importancia del tráfico mercantil e inmobiliario al que servía.

Pero, distintas disposiciones legales, han recurrido a la función de los notarios, para
dar certeza a diversas declaraciones o manifestaciones a que están obligados los
propietarios (acta de renta anual) acta de intimación previa a la iniciación de toda
ejecución hipotecaria; acta declarativa de títulos y antecedentes referidos al dominio
sobre campos, para presentar ante el Instituto de la Reforma Agraria, etc.).

III.5 PUERTO RICO

El Estado Libre Asociado de Puerto Rico es una isla del Caribe que cuenta con un
notariado desarrollado. Su régimen legal está constituido por la ley Nº 99 de 1956
"Orgánica del Notariado".

La admisión al ejercicio profesional exige como condición sine qua non el título de
abogado; y la autorización al interesado por el Tribunal Supremo; es decir que no existen
temas de concurso, ya que todo abogado puede ejercer notariado.
En materia de competencia territorial no hay límites; el notario puede ejercer en
todo el Estado. Tiene el carácter de funcionario público, el monopolio en titularidad de la
fe pública y la autenticidad en actuaciones extrajudiciales.

Hallamos en la ley una prolija regulación de las escrituras y protocolos; y un


sistema ecléctico en materia de testigos, ya que toda escritura podrá ser autorizada, sin la
presencia de testigos, salvo que lo soliciten las partes, el notario o que alguna de aquéllas
sea ciega o no sepa o no pueda firmar.

La redacción, que puede ser por medios mecánicos, el uso del idioma castellano y
el inglés indistintamente El organismo que representa al notariado del país es el Colegio de
Abogados, y para ejercer la profesión es necesario ser miembro del mismo.

III.6 URUGUAY

En Uruguay se hablaba de "notariado numerario“, o sea el notariado estructurado


sobre la base de un número fijo de registros u oficios, un número ya determinado
previamente por la ley. Luego se llegó al "notariado de protocolo libre o de libre ejercicio
profesional" que fue proclamado formalmente por el Supremo Tribunal de Justicia en
1865, pero pretendiendo fundarlo en la ley 575 de 1858. Se destaca dentro de este
período el notariado universitario, que si bien preparaba ya la Ley Orgánica Notarial
Uruguaya, N° 1421 de 1878, se precisó en 1897, organizado en base a una preparación
científica a nivel universitario. Por tanto en Uruguay el notariado es libre; con el titulo
expedido por la Universidad se puede ejercer la profesión.

Allá no existe colegiación notarial. La mayor parte de los escribanos están


organizados en forma voluntaria en la Asociación de Escribanos del Uruguay; es una
asociación civil y la única organización notarial del país. Hay una marcada inclinación hacia
el establecimiento de la colegiación.

IV. CONCLUSIÓN
La esfera legal de la función del notario es la facultad de autenticar, mediante acta, hechos
de orden público o administrativo. Así la sustancia jurídica a la cual sirve el Derecho
notarial son los derechos concretos subjetivos, sea cualquiera la fuente de donde emanan,
en cuanto para su determinación o actuación se requiere la iniciativa de los interesados. El
derecho notarial por imperativo de la función autenticadora, solo garantiza aquella parte
del ordenamiento jurídico que confiere Derechos.

V. BIBLIOGRAFÍA

 CASTAN TOBEÑAS, José. Función notarial – elaboración notarial del Derecho.


Instituto editorial REUS - Centro de enseñanza y publicaciones. Madrid.1946.

 EMÉRITO GONZALES, Carlos. Derecho Notarial. Editorial FEDYE, sociedad anónima.


Buenos Aires. 1971.

 GÁLVEZ SUCCAR, Manuel. Manual de la función notarial en el Perú. Graphikos


Impresiones. Lima. 2006

 MÁXIMO PAZ, José. Derecho notarial Argentino. Compañía Argentina. Buenos


Aires.1939.

 PANTIGOSO QUINTANILLA, Manuel. La función notarial. Rodhas. Lima.1995.


INTEGRANTES

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