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LA INTELIGENCIA EMOCIONAL Y SUS COMPONENTES

Castro Carrasquilla Nixy, Aprendiz Sena


La inteligencia emocional puede ser comprendida como aquella capacidad que tienen los
seres humanos de gestionar sus emociones en el momento adecuado y buscando siempre su
bienestar. Para que esta última se haga efectiva se hace necesaria la adquisición de
habilidades prácticas comprendidas como sus componentes más esenciales y que serán
descritas a continuación.
Las personas buscan siempre el camino de la felicidad y sentirse satisfechos con lo que han
alcanzado, están siempre en la búsqueda de aquello que consideran inalcanzable, pero la
inteligencia emocional nos dice que hay seis habilidades que permiten alcanzar un grado de
éxito en nuestras vidas y que será reflejado de manera notable en nuestro comportamiento y
expresiones, estas habilidades son las siguientes: Autoconocimiento, autorregulación,
motivación, empatía y habilidades sociales.
1. El autoconocimiento hace referencia al conocimiento de sí mismo, un entendimiento
profundo de todas aquellas fortalezas y debilidades, los individuos con esta
competencia pueden planear cuidadosamente su trabajo porque reconocen aquello
que más los afecta, pero también como pueden mejorarlo, está ligado a tres
indicadores: conciencia emocional, valoración adecuada y confianza en uno mismo.
2. Autorregulación: Poder controlar y gestionar nuestros sentimientos e impulsos,
requiere de bastante dominio propio ante aquello que más nos genera tensión. Para
adquirirlo se necesita de Autocontrol, confiabilidad, adaptabilidad, integridad,
innovación
3. Motivación: Tendencias emocionales que guían o facilitan el logro de nuestros
objetivos. Requiere de satisfacción al logro, fuerte compromiso hacia lo que se quiere
alcanzar, iniciativa y optimismo ante todo.
4. Empatía: Ponerse en el lugar del otro, ser consciente de las necesidades y
pensamientos de los demás, ejercer un rol de ayuda.
5. Por último encontramos las habilidades sociales que nos permiten tener una
influencia directa sobre el otro, inducir respuestas deseables, utilizando tácticas de
persuasión, emitir mensajes claros, liderazgo, resolución de conflictos y habilidades
de equipo
Las emociones: Puertas abiertas hacia nuestra conducta y
pensamiento

Alguna vez te has preguntado ¿porque actúas de esa manera?, ¿porque te expresas de cierta
manera en algunas situaciones?, ¿porque a veces puedes reír sintiéndote triste o llorar cuando
estas feliz?, estos son algunos de los pequeños interrogantes que cada persona debería hacerse
a sí misma, no solo para conocerse sino también para poder medir y lidiar con aquello que
llamamos “emoción”, un sentimiento inherente a cada individuo y que abarca un significado
muy amplio del que vale la pena ser explicado y entendido, muchos filósofos se han
preguntado del valor que estas tienen para nuestras vidas y sobre todo las reacciones que
provocan a nivel fisiológico, comportamental y cognitivo, razón por la cual el manejo de las
emociones debe ser una habilidad adquirida para nuestro bienestar y que tenemos a nuestro
alcance a través de la Inteligencia emocional. A continuación en este escrito plasmare un
poco de como pongo en práctica estos conocimientos en mi vida y como trato de fortalecerlos
día a día para mi mejoramiento personal y profesional.
A nivel personal suelo mantener controladas mis emociones, pero esto es algo que a veces
puede generarme cierto malestar, para todo es necesario un equilibrio y por lo tanto se ha
demostrado a nivel psicológico que si expresas mal tus emociones ellas pueden perjudicarte,
pero también se da el caso si tiendes a reprimirlas, por lo tanto siempre intento identificar
cuando puedo expresar una emoción positiva y cuando puedo liberar una tensión con una
emoción negativa, canalizándola en algo productivo y útil para mí y para los que me rodean.
Cuando expreso mis emociones positivas, lo que intento es contagiar un poco a otros de esa
felicidad que estoy experimentando, esos pequeños momentos de alegría que pueden hacer
que el día de otros cambie y puedan cambiar la perspectiva de su pensamiento y conducta,
por tanto, lo que determina lo que hacemos es si lo que pensamos gira en torno hacia algo
positivo o negativo, es por eso que en el caso de las emociones negativas prefiero evitar
hablar cuando sé que puedo herir a alguien cuando experimento momentos de ira o rabia,
aunque en algunos casos es inevitable y termino haciendo algo que puede afectar el buen
ambiente que se está manejando en esos momentos.
Para cambiar esos estados de ánimo o emociones perjudiciales, intentaría tomarme unos
segundos para pensar, para oxigenar mi cerebro y pensar en la respuesta más adecuada que
amerite la situación y que no afecte a las personas implicadas; creo que es algo que puede
alcanzarse si se hace realmente consciente y puede adquirirse el hábito más adelante para no
dejarnos dominar por nuestros instintos sino ser seres más racionales.
El objetivo como tal entonces de nuestras emociones es buscar nuestra supervivencia, pero
como seres pensantes podemos adquirir control sobre ellas a través de los componentes que
nos brinda la inteligencia emocional y que pueden hacer de nuestras vidas un ejemplo de
bienestar y satisfacción personal que otros puedan imitar, adquiriendo autocontrol,
motivación y ejerciendo nuestras habilidades emocionales, esa es la conclusión que saco de
todo esto y que puede aportarnos una gran lección para nuestros sistemas familiares,
académicos y laborales.

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