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Universidad Externado de Colombia

Daniela Buitrago Rojas

Tutoría de Seminario Central

HIPÓTESIS, en LA INVESTIGACIÓN CIENTÍFICA

De Mario Bunge

Mario Augusto Bunge, nació el 21 de septiembre de 1919 en Buenos Aires,


Argentina. Es un filósofo y humanista, quien además tiene una formación como
físico, y un amplio campo de acción en otras ciencias aplicadas como la biología, la
psicología y las ciencias sociales. Este estudioso argentino se ha destacado en el
mundo científico no solo por sus críticas a lo que se sale un poco del modelo
científico universal, las llamadas pseudociencias; sino que también es muy
reconocido y atribuido por las obras que ha desarrollado a lo largo de su vida,
algunas de las cuales se han logrado posicionar como clásicos por establecer las
bases de un método científico, sobre todo para la ciencias sociales.

En su libro LA INVESTIGACIÓN CIENTÍFICA, SU ESTRATEGIA Y SU FILOSOFIA,


Bunge nos brinda conceptos fundamentales sobre el conocimiento, el método
científico, la táctica científica, las ramas de la ciencia, los objetivos y alcances de la
ciencia, la pseudociencia, entre otros. En el capítulo 5 del libro, objeto de la presente
reseña, el autor desarrolla una amplia gama de argumentos y definiciones sobre la
hipótesis, con lo cual busca resaltar la importancia de la misma dentro de la ciencia.

Bunge, empieza por hacer una distinción de acuerdo a la naturaleza de los


problemas, puesto que según él, algunos se pueden resolver mediante lo que llama
las experiencias científicas, como lo son las observaciones, las mediciones y los
experimentos; otros simplemente mediante la elaboración y planteamiento de
teorías. Las experiencias científicas no surgen de la nada, es el argumento en base
al cual se realizan dichas afirmaciones. Dicho con más claridad, incluso las
experiencias se interpretan necesariamente con las teorías. Detrás del ejercicio más
empírico, hay un conjunto de teorías las cuales han impulsado a focalizar el objeto
de estudio, y posteriormente a analizar los resultados del trabajo, lo que el autor
llama diagnóstico.

Siguiendo el orden ascendente hipótesis-ley-teoría, Bunge centra su atención en el


elemento base y centro de la actividad mental de los seres humanos: la hipótesis.
Dado a que el autor se refiere desde el principio a problemas factuales (de hechos),
la definición que proporciona es sobre una hipótesis factual, la cual se refiere
básicamente a conjeturas sobre determinados hechos. Sin embargo, también brinda
un acercamiento al concepto de hipótesis como tal, definida como un conjunto de
hechos que no están dados por la experiencia, por tanto son creaciones mentales
(Bunge. 2000:194).

Para Bunge, en definitiva, todo dato empírico requiere de una hipótesis, esto debido
a que la misma va más allá de la evidencia, va más allá del mismo dato. Por la mima
razón, lo que se busca con el planteamiento de una hipótesis es, explicar a
profundidad y bajo una parámetros científicos lo que se está o se ha observado. Es
importante mencionar que para el autor lo arrojado por el ejercicio empírico es tan
corregible como la hipótesis. Bajo este ideal, se cataloga a la hipótesis como una
construcción lógica a partir de las experiencias, aunque según Bunge, en un
pequeño paréntesis asevera que “Las hipótesis científica más interesantes
contienen predicados no observacionales, y no pueden reducirse a conjunciones de
datos” (Bunge. 2000: 195).

Las hipótesis, aun cuando no están dadas únicamente por la experiencia, no deben
basarse en un solo experimento. Además, las hipótesis deben ser rectificables, es
decir, puede que no estén basadas en hechos experimentados, o que no sean
experienciales, pero tienen que ser rectificables en el contexto, por lo menos,
científico. El dato es una evidencia o una prueba que se utiliza a favor o en contra
de una hipótesis; incluso, hasta la misma observación y la recolección de datos,
claves en los ejercicios empíricos, requieren de al menos una conjetura científica.
Esto es algo que, como se ha dado a conocer, el autor defiende a lo largo de este
capítulo. Con un aparente entusiasmo por argumentar la importancia de las
hipótesis dentro del método científico, afirma: “Toda actividad implica supuestos que
van más allá de nuestra información en la medida en que se trata de una actividad
racional (…)” y “puesto que el mundo no está nunca dado para nosotros
enteramente, tenemos que formular hipótesis en alguna medida” (Bunge. 2000:
196).

Dada la importancia que cobran las hipótesis dentro de la obra de Mario Bunge, este
establece unos requisitos básicos para la formulación de las mismas. Basándose
en las conjeturas de origen empírico, pero para escoger la más creíble o certera: 1)
La hipótesis tiene que ser bien formada y significativa en términos científicos; no
puede ser vacía semántica ni epistemológicamente. 2) Tiene que estar fundada en
conocimiento científico previo, o ser compatible con el mismo, en caso de que sea
una formulación nueva. 3) Tiene que ser empíricamente comparable, con
procedimientos objetivos. Es decir, que sea posible la comparación con datos
empíricos, así como con técnicas y teorías.

Refiriéndose ya al caso de los hechos observables, Bunge plantea hipótesis de dos


tipos. El primer tipo, se refiere a las hipótesis físicas, las cuales se pueden definir a
partir de los hechos objetivos, lo que quiere decir, hechos independientes al
observador. El segundo tipo, se refiere a las hipótesis psicológicas, las cuales
comprenden hechos subjetivos, que dependen del observador. Para conocer la
veracidad de las hipótesis, es necesario contrastarlas, infiriendo a su vez las
consecuencias de cada una. Esto último es posible con el conocimiento básico, y
comparando consecuencias lógicas con información empírica.

Para concluir, es importante mencionar aquí que el trabajo que realiza Bunge, es al
igual que otras obras de corrientes científicas diferentes, fundamental para el
enriquecimiento en investigación científica. Su crítica al datismo (dar solo
importancia al mero dato), es también una invitación a transformar el campo de la
ciencia, a veces tan mediocre e insuficiente. Es interesante, además, como el autor,
a lo largo de este capítulo, no ignora ni arremete contra lo empírico. Por el contrario,
intenta siempre tenerlo en cuenta y conectarlo con el método científico deductivo,
siempre bajo el ideal de la importancia de la actividad cognoscitiva humana para la
ciencia.
REFERENCIAS

Bunge, Mario. LA INVESTIGACION CIENTIFICA, SU ESTRATEGIA Y SU


FILOSOFIA. 2000. Siglo XXI Editores, Buenos Aires-Argentina.

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