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02/02/2016

VIOLENCIA: ANTROPOLOGIA, DOBLE MORAL Y PREVENCIÓN


LESBIA GONZÁLEZ
La violencia es un fenómeno altamente estudiado, investigado y analizado, pero no ha logrado ser
comprendido del todo, frenado, erradicado o por lo menos prevenido.
Curiosamente vemos como todos parecen tener la solución, basta asomarse a los noticiarios, redes
sociales, periódicos, en la esquina, en el transporte, etc. que todo el mundo tiene las respuestas y la
mejor movida para la violencia que acontece en el país y el mundo.
Claro, hablan siempre y cuando no sea su problema o tengan ellos que hacer lo que pregonan como
solución; ya sea desde cómo deben actuar las parejas y las mujeres víctimas de violencia doméstica,
como también desde su comodidad opinar sobre cómo hay que tratar a los “jóvenes infractores”,
siempre y cuando no sean sus hijos; que se impongan más penas, más cárceles para todo el que
delinca, es la solución más trillada; que esto, que lo otro, pero la verdad es que la prevención no
ha tenido la cabida que merece para lograr una sociedad pacífica y calidad vida para todos.
La prevención se refiere a evitar o en todo caso minimizar las consecuencias de una acción, en este
caso violentas.
Queremos excelentes personas, pero los queremos ya, con todo el éxito y salud mental que se ven en
culturas avanzadas que tienen menos situaciones violentas, pero sin hacer lo que esas culturas han
hecho para tener ese nivel, tanto en lo personal como sus comunidades y esfuerzos estatales. A esto lo
llamoHipocresía Social.
Queremos jóvenes modelos, “bien portados” automáticamente, sin haber trabajado desde la casa, la
escuela, la comunidad, con programas y políticas de mejorar la calidad de vida de la población. Sin el
amor y respeto que merecen todos para crecer con mente sana y prospera. Esto es doble moral.
¿Que ven y que oyen nuestros hijos?, por un lado la hipocresía social pide sanidad mental y por el otro
esa misma sociedad lo incita con un lenguaje seductor mercadotécnico que él no logra entender si es
bueno o malo, pero les parece necesario imitar. Hacen malabares los padres, los amigos verdaderos,
los buenos maestros y líderes sociales, religiosos y comunitarios para endulzar a los chicos en un
camino sano, pero así mismo desde la misma casa, barrio, medios de comunicación, escuela, existe
paralelo otro mundo que le envía otro mensaje sugestivo a hacer lo contrario.
En la familia hay doble mensaje, en unos casos no hay afecto o disciplina con amor, exceso de castigos
o indulgencia, en todo caso algo peor: la indiferencia.
En la escuela fácilmente aducen que ese no es su trabajo, que ésta enseña matemáticas, historia,
geografía, español, etc., no hay tiempo para otra cosa.
Es una larga cadena de excusas, a mí no me toca eso, pregona la escuela, ese es problema de la casa,
en la casa hay ausencia de padres comprometidos con la salud emocional de sus hijos o un hay un
exceso social económico de trabajar y trabajar metidos todos en un círculo vicioso de producción
laboral, para pagar las cuentas o el estilo de vida impuesto por el modelo económico –jurídico-social
imperante en la mayoría de nuestras sociedades que impide a la gente estar en el desarrollo de sus
hijos, los cuales crecen con nanas, en centros infantiles donde hay más niños que atienden pocas
personas, con otros parientes que o están muy cansados o muy ocupados en sus vidas y tareas y el
chico llega de la escuela y a lo sumo encuentra comida, pero quien se ocupe de sus deberes escolares,
de su salud física, de la dosis de afecto diario que deber –ojo- DEBEN recibir para fortalecer su estima,
su creatividad, y los tan pregonados valores.
Debemos ser justos y mencionar a los miles y miles de padres que si hacen esto alrededor del mundo y
para ser aún más justos, son más las personas sanas, serias y buenas en el mundo, de otro modo hace
ya bastante el mundo sería un gran caos o no estaría. Pero suceden dos cosas importantes aquí que
hacen crisis con la violencia, que aun cuando son menos los violentos el peso de estos es tan
contundente que opaca la buena labor por muy buena que sea está, ya que acaba con la vida de
muchos de los buenos, mantiene en zozobra a la sociedad y los recursos son dirigidos a combatir y no a
prevenir. Por otro lado la indiferencia de los no violentos, algo así como ese no es mi problema, al no
comprender que todos somos parte de la solución y que el hecho afortunado de no tener “esos
problemas” no me exonera de responsabilidad social, de que me importe con los demás, que se puede
hacer mucho con el ejemplo, con las buenas acciones, con formar parte de los programas que existen
o crear más desde la comunidad para fortalecer y ayudar a los “otros”.
La crisis es peor cuando los mensajes vía redes sociales, cine, televisión, prensa, radio, etc., no tiene
filtro en nuestra comunidad, al filtro me refiero a que aun cuando impedir que se difundan es ya un
tema muerto por su fuerza, son imparables y ya están entre nosotros, pero si podemos enseñar desde
casa, escuela y por esos mismos medios a entender, manejar, filtrar esos mensajes aun desde muy
niños, cuando hay un adulto responsable ayudando a formar, óigase bien a FORMAR en ese niño una
capacidad de análisis, discernimiento, discriminación de lo que aparece en los medios. El niño no está
solo frente al televisor, internet, redes sociales, medios de comunicación en general no es su nana, no
lo seduce, no le impone, no lo deforma, porque alguien responsable lo ayuda, lo ama lo suficiente
para tener paciencia y educarlo, enseñarlo, formarlo: en fin criarlo sanamente.
Otro ejemplo doloroso es que queremos el dinero rápido y fácil, no importa cómo se obtenga, que
irónico es pedir decencia, si lo que el mundo enfrenta hoy es una alta corrupción, que se conoce
porque ya hizo crisis, no porque no ha imperado siempre y ha sido el modelo oculto, más bien un
secreto a voces, pasado de generación a generación. ¿Qué es lo que esperan que los más jóvenes
copien? No es un secreto que el mundo vive desde hace décadas de una infame corrupción político
social que corroe la sociedad, que manda mensajes distorsionados de riqueza, éxito, fama y otras
hierbas aromáticas de una manera tan seductora y penetrante que hace palidecer al más fuerte,
creyéndose entonces en su vorágine de poca autoestima y salud mental, que él esta fracasado, que es
un inútil, incapaz de lograr el éxito que ve tener a muchos llenos de dinero, casas lujosas, autos,
distintos modelos de accesorios electrónicos y de comunicación últimos modelos, joyas, ropa, etc.,
hago un alto para dejar claro que no tratamos de pregonar austeridad ascética o que nos guste el lujo,
la comodidad o las cosas, nada más lejos de nuestra mente; hablamos de un orden en la cosas si hay
salud mental, hay salud física mayormente claro, una vez nuestra mente está organizada y saludable
las cosas materiales son mucho más fáciles de lograr y el valor que se les otorga es distinto, dado que
al tener balance emocional, estás cosas no remplazan una baja autoestima o problemas de carencia
afectiva que siempre deriva en la búsqueda de reemplazos en cualquier cosa que mediadamente
parezca cubrir, dicha privación. Es decir que al tener las cosas no por cubrir, sino por nuestros
esfuerzos, el efecto es enriquecedor, saludable, genera endorfinas, nos hace felices y la gente feliz
esparce su felicidad, otorga, reparte, sonríe y ama, eso genera menos conflictos, más acercamientos
positivos y menos: Violencia!
Hemos sido testigos de opinológos bien intencionados, que tienen la respuesta mágica a todo: Denle
una buena tunda de golpes a esos revoltosos, sin hacer un análisis profundo: ellos son el reflejo una
sociedad en decadencia moral, ética y en valores que recién cosecha lo sembrado. Métanlos presos,
castigo grita la turba enardecida, dentro cárceles que no trabajan la rehabilitación, más bien son
caldos de cultivo para más criminalidad y así vamos en espiral y en un círculo vicioso que para que les
cuento!
Incluso hasta con el mal llamado “promedio educativo” han querido festinar, que si los niños de
“buenas calificaciones”, generando de inmediato serios problemas, dado que en primer lugar ya es
sabido que tal cosa no es óbice de buen comportamiento, pues incluso en los llamados fracasados o
promedio hay gente “bien portada”; pero eso no es todo, existen la inteligencias múltiples, el
desarrollo de la creatividad, del pensamiento crítico y reflexivo que no se lleva en la mayoría de
nuestros centros académicos y que solo se mide la inteligencia lógico matemática que no todo el
mundo posee, pero que se puede desarrollar, pero ese no es el paquete escolar que existe, es si la
tienes bien y si no es tu problema.
La escuela no tradicional se enfoca (ver modelos ya probados en el mundo), en las capacidades del
individuo dándoles prioridad a ellas para que las use en su desarrollo, en su éxito, para después
ayudarlo en lo que no es tan hábil, probado está ya que una persona que se conoce a sí misma y sabe
sus grandes capacidades, le es mucho más fácil aprender por la disponibilidad que le produce saberse
capaz, enfocarse en sus debilidades y no verlas como amenazas o sentirse herido o menos que otros,
de modo que las corrija, las equilibre o simplemente viva con ellas. Un individuo así no usa la violencia
para escudar su dolor.
Hay otra salvedad que hacer, la antropología ha demostrado que la violencia, la agresión, el miedo y
el estrés son humanos, son capacidades que desarrollamos a los largo de la evolución homo sapiens
para sobrevivir y aquí no negamos su función y su aporte a la psiquis humana. Estos fenómenos han
sido vitales en muchos momentos históricos de la humanidad, pero en el proceso también hemos
aprendido a controlarla, usarla en beneficio y manejarla como bien habla la Inteligencia Emocional.
Sin esta habilidad hoy día la comprensión de las mal llamadas “discapacidades humanas”, que han
pasado a “capacidades especiales”, porque eso son, capacidades, no hubiera sido posible, ya no somos
como los Espartanos y nos deshacemos de las personas con “defectos”, más bien entendimos por
evolución por encima de la violencia que las personas todas son valiosas y que su aporte a la sociedad
son dignas de ser escuchadas. Este descubrimiento nos hace altamente eficaces para sobrevivir sin
violencia o dicho de otro modo esta es otra forma de enaltecer a los humanos. No nos queda la menor
duda hacia una sociedad más adaptada y capaz vamos, pero aun a paso lento.
Que se está haciendo en macro?, no hablo de micro programas de gente que si hace por su comunidad,
de cada uno de esos héroes y líderes de comunidades que prestan su tiempo creando ligas en deportes
varios, los que ayudan a los chicos de las calles, que dan de comer al hambriento, de buenos maestros
que orientan aunque los padres no hagan su parte, que no usan de excusa que ese no es su trabajo, de
religiosos que su norte es el amor al prójimo. Hablo de políticas estatales serias grandes que
trascienden gobiernos, ministros, personas…
Hablo también de cada persona que mora en esta sociedad ¿qué hacen que no sea individual?, de
“sálvense quien pueda”. Que aportan a su comunidad, dejan a un lado las quejas y toman la
herramienta que mejor se le da para apoyar a su comunidad, a sus vecinos, vencemos el mal con el
bien, regalamos afecto y sonrisas aun cuando nos devuelven lo contrario, abrazamos a nuestros hijos,
les decimos lo mucho que los amamos, que nos parece fabuloso ser su padres, se los decimos siempre
aun cuando sean adolescentes y adultos, recuerde que el amor se contagia, mucho más que la
violencia, en ella tenemos opciones, más si nos han enseñado y guiado, pero el amor no necesita ser
detenido, el solo se esparce y al hacerlo genera muchos cambios, recupera mucha gente, cambia
corazones, ideas y percepciones.
Pensemos además en, limpio mi barrio, recojo la basura, no la tiro, soy amable con los vecinos, enseño
a mis hijos el respeto a todos. Para que ellos vean un buen ejemplo y lo copien logrando que lo
reproduzcan donde vayan?
Apoyo la las ligas deportivas, soy consciente que debo ser buen ciudadano desde el voto responsable y
que debo pedir cuentas a esos políticos por lo que hacen con mi país, con mi sociedad, con mi mundo?
Amo yo realmente mi país, más allá de la bandera en torneos internacionales, cuido la tierra, la
agricultura, el arte, el deporte, mi calle, mi barrio, mi acera. Conozco la historia, las luchas, los
sucesos que nos marcaron como País, como latinoamerica, como continente Americano, como planeta
tierra, mi hogar, el único por ahora que existe para vivir nuestra especie y otros seres vivos.
Tengo conciencia que si hoy no trabajo en prevención, nada hago con quejarme, que de nada sirven
mis opiniones por muy bien intencionadas que sean, si no estoy sembrando para un mejor futuro.
La violencia es parte de nuestra especie, ha jugado un papel importante en nuestra evolución, sin ella
no estaríamos aquí, ella viene en el ADN, en lo social y el aprendizaje, está impregnada en la psquis.
Como humanos con el apellido Sapiens es nuestra responsabilidad encaminar esa fuerza poderosa en
nuestro progreso y al hablar de desarrollo humano, debemos hablar de los otros seres vivos que hay en
el planeta de los cuales dependemos más que ellos de nosotros.
La violencia debe ser mirada con ojos muy abiertos, mentes sabias y deseo infinito de que usemos la
inexorable manifestación humana hacia el bienestar de todos, sabemos que existe el opuesto de este
axioma, pero aunque hasta ahora ha manifestado su poder de mantener atrasada a gran parte de la
humanidad, la evidencia demuestra que también hemos logrado elevarnos sobre esa mediocridad, el
tema aquí, es reforzar esto último que el “instinto” violento florezca en el desarrollo superior que han
pregonado religiones, filosofias y el pensamiento Amor al projimo en su máxima expresión, desde el
hogar, la escuela, la sociedad, que nadie se sienta excluido, que cada quien se sienta comprometido y
entienda que forma parte de…, que sí es su problema, que si todos contribuimos, todos nos
beneficiamos; fuera de ideologías políticas, sociales, jurídicas, población, credo, sociedad, amistad,
condicion económica, roles sociales, inclinaciones sexuales, cuidado del planeta y demás.
La violencia puede ser parte de ser y crecer, la violencia es humana, la violencia ha creado, la
violencia también ha evolucionado, usemos ese escalón logrado en muchas partes y con mucha gente
que ya usa la educación formal como plataforma para enfocar las capacidades humanas que todos
poseen para que las usen en su progreso y si cada persona se siente exitoso, feliz y realizado
contribuye a una mejor sociedad y de plano la violencia toma otro curso y nos eleva a donde debemos
estar y hacia donde debemos seguir evolucionando a otros mundos, otras propuestas económicas, otras
formas de progreso que aún apenas soñamos pero que son posibles, porque desde siempre lo que
hemos soñado se puede realizar y si es bueno, mejor.

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