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Fundación Universitaria Cervantina San Agustín

Programa de Teología
Programa de Introducción a la Teología Sacramental
Julio César Berdugo Marín
Realidad sacramental actual
“para comprender los sacramentos hay que señalar primero que el tratado de teología
sacramental “comienza hablando del mundo como una realidad tocada, salvada por Dios”
(García, 2007, pág. 9) en la cual los signos y símbolos tienen un gran valor, pues indican y
significan algo para un creyente que todos los días se pregunta su relación con los
sacramentos y como tocan estos su vida y su experiencia espiritual a la luz de la revelación
de la cual se parte para comprender todo el desarrollo histórico de los sacramentos.
Desarrollo que se logró a partir de un acontecimiento histórico, la presencia de Jesucristo
en medio del hombre, presencia que tenía como finalidad la redención de todos los seres
humanos, imbuidos en el pecado de Adán, al cual Jesucristo vence por su entrega en la cruz.
Pero esto hecho trascendental en la vida del creyente tiene algo más que un aspecto
histórico-religioso-espiritual tiene una fuerte connotación antropológica que se refleja en
la Eucaristía, sacramento que es principio y fin de la vida del creyente; pero la pregunta que
algún creyente se puede realizar es ¿Por qué relacionar la antropología con la Eucaristía?,
como respuesta se puede indicar que esta tiene su origen en el Jesús histórico que se
entregó en una Cruz , sintiendo dolor y angustia, pero fortalecido por el Padre que junto al
Espíritu forman una unidad indivisible que quiere la salvación del hombre. Una salvación
que trasciende todo y a todos los hombre a partir de encarnación.
Ya que es desde esta, que Dios comienza a habitar en medio de su nuevo pueblo al cual
busco y llama por medio de hombres deseosos y hambrientos de Verdad como son: los doce
apóstoles y el apóstol de los gentiles, Pablo de Tarso, el cual siente el llamado a dejar la
oscuridad por una vida nueva que es la luz, la cual en un principio lo encegueció pero luego
lo encamino por la senda de la Verdad que es Cristo, el mismo que llamo a Pablo, cuando
este se dirigía a Damasco con las siguientes palabras:
“Saulo, Saulo ¿por qué me persigues?” Preguntó él: “¿Quién eres tú, Señor?” Y él
respondió: “Yo soy Jesús, a quien tú persigues. Ahora levántate y entra en la ciudad.
Allí se te dirá lo que tienes que hacer.” Allí permaneció tres días sin comer ni beber,
y estaba ciego. [Hasta que el señor envió a Ananías, para que le impusiera las manos
en el nombre del Espíritu Santo y lo sanara con la finalidad de hacerlo] un
instrumento excepcional, y llevará mi Nombre a las naciones paganas y a sus reyes,
así como al pueblo de Israel." Hch 9, 2-15.
Llamado que tenía como finalidad la conversión de este gran hombre que a la postre será
un gran seguidor y misionero de la fe de Cristo Jesús, el cual se presenta todos los días al
hombre de a pie en los siete sacramentos, en especial mente en el Eucarístico, el cual unido
a los otros seis sacramentos origina una relación especial con los símbolos y signo, siendo
el primero trascendente por su simbología no por una cuestión mágica que no tiene nada
que ver con la teología sacramental, pues esta está unida a esa relación o mediación
simbólica por la que Dios se acerca al hombre. El cómo se puede hallar en la narración que
dice “hay un solo Dios, y también un solo mediador entre Dios y los hombres, Cristo Jesús
hombre, quien se dio a sí mismo en rescate por todos” 1timoteo 2,5.
Lo cual no se hubiera dado sin la Encarnación, desde la cual se comprende que “en lo
humano se hace presente lo divino” (García, 2007, Pág. 3) esto a partir de un símbolo que
no se puede entender de manera directa sino indirecta (metafísica),para no caer en la
herejía del materialismo craso; caso concreto el tratado de la Eucaristía, el cual se enmarca
en un símbolo indirecto por medio del cual el creyente ve la trascendencia del pan
Eucarístico como verdadero cuerpo y Sangre de Cristo presente en el sacrificio Eucarístico.
Ya que si no observara este modo se estaría cayendo en dos graves errores que son la
herejía materialista: que no puede aceptar la trascendencia misma de la Eucarística, por
ver todo desde las leyes físicas o desde una teología de la magia que no comprende la
transustanciación, sino que ve la Eucaristía como algo mágico e inexplicable.
Olvidando que la ésta no es producto de unas palabras, gestos o elementos que buscan
motivar una reacción sorprendente y fantástica. Sino fruto de una unidad total entre la
inmanencia y trascendencia, en medio de las cuales se encuentra la trasparencia; la cual
“es sacramento y sacramento es transparencia” (P. Hernando Uribe, 2017) esto por ser el
sacramento obra de Cristo Jesús el cual afirma “El que me ha visto a mí, ha visto al Padre,
porque yo estoy en el Padre y el Padre está en mí” (Jn 14, 9-10). Afirmación que permite
inferir: cristo como autor de los sacramentos y transparencia del Padre se refleja en su obra,
¿Cuál? Los sacramentos, que son a imagen suya, así que lo “trascendencia de Dios [en
comunión con] la inmanencia del hombre” (Posada, 1995, págs. 65-66) forman la
transparencia por la cual el ser humano, puede descubrir que los sacramentos son la
presencia real de Cristo Jesús. El cual hace que estos se han una fiesta por medio de la cual
una comunidad de creyentes se unen.
Reflejando en la unidad la adhesión con Dios al cual se puede dilucidar desde el símbolo:
parte de una realidad material a una trascendente a las cuales une la analogía, que
mantiene la continuidad, entre un primer significado con un segundo significado, haciendo
que por el símbolo se evoque una realidad, que existe pero no se ve a simple vista, un buen
ejemplo es el dado por Benedicto XVI cuando era cardenal “el agua es más que agua, en un
tratado de sacramentos” (García, La teología sacramental en clave simbólica, 2007, pág. 5)
Pero para que el sacramento realmente sea comprendido como sacramento por el creyente
del siglo XXI, es esencial unas autoconciencia que comprenda que se busca y que se recibe
en estos, para así no caer en lo que Leonardo Boff llama dia-bólico “para referirse a la
desviación de la característica propia del sacramento” (Posada, 1995, pág. 12) pues con la
palabra dia-bólico, Boff, está señalando como la sociedad actual ha desvirtuado el real
sentido de sacramento, pues “en vez de expresar una fe vivida manifiesta una
conceptualización” (Posada, 1995, pág. 13) que traiciona si significado original. Haciendo
del acto sacramental una caricatura o farsa de tipo social, para cumplir así con un requisito
y una tradición que la sociedad ve necesario pero no por su trascendencia espiritual, sino
por su “conveniencia social y económica”.
Olvidando algo trascendental: por los sacramentos, el creyente está llamado a ser un
abanderado de la evangelización en un mundo necesito de Dios haciendo vivas las palabras
de San Pablo “Predicar el Evangelio no es para mí un motivo de gloria; es más bien un deber
que me incumbe. ¡Ay de mí si no predico el Evangelio!” (1 Co 9,16). Y eso es lo que debe
poner en práctica todo cristiano con una vida de oración y entrega generosa como lo
entendió en su momento el Papa Pablo VI, luego del concilio Vaticano II, al invitar a todos
los creyentes haber en los sacramentos la presencia real de Cristo.
Un cristo que inspira al hombre a búscalo como lo demuestra el hoy san Juan XXIII, cuando
en su momento señalo la necesidad de abrir una ventana de aire fresco que no solo busco
darle una renovación al culto externo de la liturgia de la sino a la reflexión personal de cada
hombre y mujer; en pos de un reencuentro con el verdadero significado de sacramento, el
cual todos los hombres y mujeres conocen, pero no ponen en práctica. En parte por un
miedo a la conversión a la cual llama todos los días la Iglesia; a la cual los hombres rehúyen
con una y mil escusas todas de peso a la hora de no comprometerse fiel mente al señor.
Un ejemplo se allá en la falta de compromiso con la Eucaristía y el matrimonio, pues para
no contraer matrimonio se dan mil escusas toda de valor para esquivar el sacramento
“establecido ya por Dios en el paraíso. [Por medio del cual] Jesús infunde una gracia
sacramental especifica en el alma de los que se casan y les invita a seguirle, transformando
su vida conyugal en un andar divino en la tierra” (Moliné, 1999, pág. 183) al cual los hombres
huyen y temen, más por los malos comentarios sociales, producto de una mala
interpretación del sacramento que otra cosa. Generando así un pesimismo “casi colectivo”
y digo que casi, porque no es en todos los casos los cristianos tienen una postura negativa
hacia este sacramento.
Ya que como en 1970 lo señalo el beato Josemaría Escriba de Balaguer, hoy santo, “el
matrimonio no es, para el cristiano, una simple institución social. Ni mucho menos un
remedio para las debilidades humanas: es una auténtica vocación sobre natural” (Moliné,
1999, pág. 183. Vocación que en el documento la nueva evangelización
para la transmisión de la fe cristiana, producto de la XIII asamblea sinodal del 2012, señalo
al matrimonio como el lugar más adecuado para dar testimonio de fe, ya que es en el centro
de la unidad matrimonial que se puede articular la “dignidad y complementariedad del
hombre y la mujer, creados a imagen de Dios” (Gn 1,27) (XIII ASAMBLEA GENERAL
ORDINARIA, 2012).
Dignidad que según el documento de la Nueva Evangelización debe exaltada todos los días,
en momentos oportunos y adecuados como la predicación, la cual sirve para dar a los fieles
una luz que muestra mensaje de esperanza y ánimo.Que no se debe quedar en el solo decir
sino que debe trascender al hacer, que todos los días la Iglesia invita y promueve. Acción
que no es posible lograr sin un adecuado análisis de la vida sacramental de cada comunidad.

La vida sacramental en Colombia


Tristemente en muchos lugares de Colombia la vida sacramental y en experiencial la
catequesis, (tan rica en el proceso de desarrollo de la Iglesia en los primeros siglos
(patrística) ), se vio reducida “a repetir de memoria algunas oraciones y parte de la doctrina,
teniendo como referente las enseñanzas del catecismo del Padre Astete y la historia
sagrada” (Amaya, 2012, pág. 174) en el siglo pasado, cosa que las arquidiócesis, diócesis y
vicariatos han ido cambiando, a razón del nuevo contexto religioso de Colombia el cual
parte de la constitución de 1991, porque la que se declaro la nación como un estado laico
y aconfesional. Dando como resultado una apertura a diferentes denominaciones religiosas
a las cuales la Iglesia hace frente desde un proceso de nueva evangelización; por el que se
busca que el hogar sea centro de formación, algo difícil de entender y pone impráctica, pues
en muchos hogares no seda testifico de vida cristiana, no en todos los casos, y digo esto a
razón de las nuevas estructuras familiares, las cuales si bien tienen conciencia de los
sacramentos no los cumplen plenamente, ya que se ven estos como algo social, quiere decir
como un dia-bólico, término que Boff entiende como desviación del verdadero sentido del
sacramento, pues con la falta de testimonio el sacramento se reduce a un acto social y no a
una experiencia de encuentro íntimo y personal con Dios.

Bibliografía
Amaya, D. d. (2012). Formación religiosa católica en la familia colombiana. 157.

García, A. F. (27 de 03 de 2007). La teología sacramental en clave simbólica. Obtenido de


file:///C:/Users/Personal/Documents/CursoTeologiaTeologiaSacramental2006-2007.pdf

García, A. F. (27 de 03 de 2007). La teología sacramental en clave simbólica. Alicante.

Moliné, E. (1999). Los Siete Sacramentos . Madrid : Rialp.


P. Hernando Uribe. (20 de 01 de 2017). Obtenido de
http://www.elcolombiano.com/opinion/columnistas/sacramento-es-transparencia-
JL5782975

Posada, I. C. (1995). Teología de los Sacramentos . Bogotá : San Pablo.

XIII ASAMBLEA GENERAL ORDINARIA. (2012). LA Nueva Evangelización para la Transmisión de la fe


Cristiana. Obtenido de
http://www.vatican.va/roman_curia/synod/documents/rc_synod_doc_20120619_instrum
entum-xiii_sp.html

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