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La civilización y el carácter:
Apuntes sobre el significado del mestizaje en
el siglo XIX colombiano
Revista Inversa
Oscar Javier Barrera Aguilera
ojbarreraa@unal.edu.co
Antropólogo
Universidad Nacional de Colombia, Sede Bogotá
Abstract
This paper provides an approach to miscegenation as a way of linking difference
and diversity in the construction of Colombian national-state during republican
period. The exploration of texts written by mid 19th century politicians, demonstrates
the bond between racial-mix and the ideals of civilization –democracy and progress-
which guided their political projects. These political proposals answered to a
contradiction between the aims of continuing with a European civilization ideal
and the interests in legitimizing a new republic project. The article stresses the
fact that, concerning miscegenation and nation, political proposals haven’t ceased;
Recibido:
21/05/2006 it also argues that this history of discursive battles regarding the mediation of
En revisión desde: difference within the national-state builds up the ground in which Colombian
26/05/2006 anthropology has established its roots. The significance of this exploration consists
Aceptado para publicación: in tracing the relationship between anthropologic productions, discursive regimes
12/06/2006 contained in national-state projects, and the struggling political positions.
«Aquí tenemos unos más leche
que café, otros más café que
leche, y otros café tinto sin
mezcla, pero leche pura, nadie»
(Manuel M. Madiedo citado en Uribe Uribe, 1907:44).
La civilización y el carácter: apuntes ... Pp. 37-59.
Bogotá.
indígenas, son desplazadas a la periferia, lo que ha producido una
2
El presente documento hace regionalización de la raza en la nación: en la zona de los Andes hay predominio
parte del libro inédito «Avatares de gente blanca, en el norte del país de gente mulata, en el sur de mestizos
de la Antropología en Colombia. con fondo indígena, al occidente gente negra en su mayoría y, finalmente, un
Serie de cuadernos del Seminario
de Antropología de la Antropología. oriente deshabitado y olvidado. Así, esta situación de «endogamia cultural»
Cuaderno No.1» editado por dibujaría un país fragmentado y en éxodo, que rechaza al otro y en el que no
Camilo Luna,Aura Reyes, Luz Ángela hay confluencia de identidades regionales agrupadas en un objetivo común.
Rojas y Daniel Varela integrantes
del grupo de Historia de la
Debido a la falta de comunicación y de intercambio, no hay una idea clara de
Antropología en Colombia de la la unidad nacional. En palabras de Yunis:
Universidad Nacional de Colombia.
Este texto fue publicado en asocio «A diferencia de la diversidad regional que existe en muchos países, le hemos agregado el
con Inversa, como parte de una
estrategia de difusión que se
mosaico racial con su buena dosis de exclusión, y una enorme desigualdad en logros de
desarrollará en el número 3 y 4 de cada una de ellas, agravado todo ello por el hecho de no haber existido en Colombia ningún
la publicación.Todos los derechos proceso, ningún contenido, que nos haya puesto en contacto a unos con otros».
de reproducción pertenecen a los
editores responsables del libro del
cual hace parte el presente artículo. (...) «De nuevo la pregunta: ¿por qué somos así?, es pertinente. Parte de las mismas bases,
su fundamento es el mismo, pero se enfoca más en la vida cotidiana, el bolero, el tango, la
3
Estos planteamientos fueron radio, el fútbol, aspectos todos con los que se construía la nacionalidad, de nuevo
expuestos por Emilio Yunis en la
fragmentada, nunca con la capacidad de sustituir el contacto humano, la comunicación
emisión del viernes 28 de mayo de
2004 del programa «U.N. análisis» directa humana, la convergencia de productos, seres humanos, genes y culturas para
de U.N. Radio. mezclarse y producir nuevas síntesis» (Yunis, 2003: 11-12).
Es así como para Yunis el mestizaje es un proceso inacabado, y Colombia
un país en «obra negra», con maestros por doquier. En este mismo orden de
ideas, ya que la nación no se brinda a sí misma, no ha de esperarse que lo haga 4
No hará mucho tiempo que la
con el forastero o el vecino: es un país que no se da al otro. Este no «brindarse» periodista Piedad Bonnet hacía una
observación de las mismas
constituiría el tercer hecho estructural de la cultura colombiana. Asumiendo características. Iniciaba con un
que la historia ha sido una constante de separación, este fenómeno se habría diagnóstico de los males del país para
infiltrado en el organismo de los colombianos. De este modo, el hecho de no luego relacionar la debilidad estatal
con algunos comportamientos
ser incluido y de ser extraño ante todo el mundo describiría a Colombia
sociales y expresiones culturales de
como una «cultura ladina»: el colombiano engaña, miente, muerde, envidia, los colombianos como la sensación
etc. Así, en tanto que hechos estructurales, la endogamia y lo ladino, de desamparo y desconfianza ante la
constituyen elementos culturales de los colombianos. Según Yunis, esto haría ley. El clientelismo, la corrupción, la
burocracia y la impunidad, serían otros
que el «otro» sea el corrupto mientras el «yo» sería correcto. No somos mejores elementos que identificarían a los
ni peores por los genes, pero sí mejores o peores por la historia. «Sin embargo colombianos y revelarían la falta de
–afirma–, el orgullo que para algunos significa ser mestizo marca de nuevo consenso y el predomino de
una distancia entre lo que somos y lo que queremos ser, entre la forma como motivaciones individuales. En el fondo
de su artículo, se encuentra la
nos miramos y lo que hacemos, entre el país que tenemos y el que quisiéramos pregunta sobre si los colombianos
tener» (Yunis, 2003: 1). En otras palabras, somos diversos y conflictivos y somos modernos. Para ella, la literatura
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queremos ser blancos y homogéneos. brindaría un poco de luz en la
penumbra, y sus artífices, los
Tal parece ser más el deseo del investigador que el del conjunto de la
intelectuales, serían los guías de la
población colombiana si tomamos en cuenta el regionalismo del país. En el sociedad. Tras reconocer que la
fondo, es el deseo de quien deposita en manos de científicos e intelectuales la violencia es múltiple y tiene diversas
solución a la fragmentación que hizo de Colombia un país propenso a las manifestaciones, encuentra que es la
causa de nuestra mala imagen para
imágenes y no a los hechos. Así, la «regionalización de los genes» sería una quienes observan desde fuera. En el
equivocación histórica donde cada parcialidad es diferenciada por su raza y fondo de esta preocupación de
nivel de desarrollo. A su vez, representaría la imposibilidad del Estado nuevo aparece la inquietud por
moderno en Colombia que riñe con las identidades locales y regionales. Por ¿quiénes somos? En el mundo
colombiano de la sobrevivencia del 39
todo esto, considero que este empecinado deseo de unidad nacional por una «vivo» identifica los siguientes grupos
parte, nos hace pasar por presas de la historia no en el sentido de cambio sociales: los que padecen, la
constante sino en el de sino nefasto, como estructura que todo lo constriñe, seudoaristocracia, la pequeña
burguesía, el pueblo y, finalmente, los
y por otra, duda de la autonomía del país y de su gente. La supuesta carencia
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y liberación nacional y social, en donde:
que ya se palpaba en manifestaciones sociales como la revuelta de los «Podría adelantarse la hipótesis de que
Comuneros o las protestas de los mineros de Antioquia, entonces, el mestizaje Mestizaje y fusión entre representantes
deja de ser marginamiento y exclusión para convertirse en síntesis e identidad, de etnoregiones son procesos de curso
lento en las actuales condiciones socio-
éstas últimas manifiestas en un arte y pensamiento que reúne todo lo americano históricas, con escenarios desiguales y
para proyectarse hacia el futuro, y que, en esta medida, se constituye en el limitados en ciertos casos por prejuicios
índice de la diferencia11. Es así, y no de otro modo, como el mestizaje se hace raciales y de clase (...). La idea de «raza
sinónimo de pensamiento criollo, que tras asumir el ser producto de una cósmica» de que hablaraVasconcelos
ciertamente no está a la vuelta de la
mezcla, sus componentes son enfocados desde lo blanco como síntesis de esquina» (Caycedo, 1986: 197, cursivas
todos los colores. Independientemente de lo reprochable que esto sea, en el original). En su escrito, Caycedo 41
representa otra mirada de la esencia de la nacionalidad colombiana de alto también anticipaba la siguiente
conclusión: «La diversidad regional
interés para la historia del quehacer de la antropología, pues la historia de la colombiana no está en vías de
construcción de la nacionalidad ha estado ligada a los intentos por definir sus extinción. Sus raíces se hunden en la
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hubo distintos movimientos que se enfrentaron entre sí: unos eran leales a
España, otros querían un Estado propio, y mestizos, mulatos y otros grupos
querían igualdad frente a los blancos. Se dio también la alianza temporal
entre Santander, Bolívar y Páez para liberar primero a la Nueva Granada y
posteriormente, a Venezuela y Quito, pero la construcción del Estado se logró
mientras algunos territorios aún se encontraban ocupados por España, y no
podían decidir su pertenencia a la nueva agrupación. La convicción en la
liberación y el reconocimiento de la soberanía, llevó a la constitución de la
República de Colombia, no en una federación de departamentos autónomos 43
–como en 1819–, sino en una unión como Estado centralista (1821). Por
otra parte, la unidad también se persiguió a través de la idea de ciudadano,
que fue el medio de integración adecuado en una sociedad de conformación 14
Véase la introducción de la obra
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todos son colaboradores a la causa de la liberación, mas posteriormente, el
caos político y social lleva a cuestionar la unidad nacional y generar la reflexión
sobre diferentes posibilidades de organización política. Esta situación, además,
hace eco al galimatías histórico de reconocer que España había conquistado
América en nombre de la civilización, de lo cual era necesario diferenciarse, a
la vez que continuar la empresa al interior de un nuevo proyecto. Para los
criollos, la situación equivalía a buscar «ser nosotros» guiándose por el dechado
europeo: a la vez contrarrestar el espíritu salvaje y luchar contra el imperialismo
occidental. 45
El desafío de dejar atrás el orden colonial, veía en la mezcla de razas el
surgimiento de los ciudadanos, y con ello la materialización de la nacionalidad.
De esta opinión era el jurista, político e historiador José Manuel Restrepo,
quien siendo Secretario del Interior en 1823 aseguraba que:
El plan era eliminar los vestigios del pasado, como el resguardo indígena y
sus habitantes, al representar muestras de salvajismo, y tener sólo validez en la
óptica de pasado. Eliminar las castas sería conseguido, también, a través de la
educación, la religión y la economía, que desplazarían el salvajismo de la
nación. Dado que la imagen de América para las naciones europeas, a partir
de las investigaciones de la historia natural y las notas de los viajeros en el 19
Este término era utilizado
siglo XVIII, era la de un mundo deshabitado, la élite colombiana buscó durante la Colonia para identificar
mejorarla apuntando al interés en la historia del continente y su gente, pues el resultado del cruce entre un
quinterón (es decir el resultado de
el cuestionamiento en su capacidad para gobernar se encontraba detrás de cuatro blanqueamientos continuos
este telón. tras una raíz negra) y un negro, es
El período comprendido entre 1849-1878, donde domina el deseo decir, una persona que venía
logrando dejar atrás su origen
civilizador de la élite criolla ilustrada, le permite afirmar a Cristina Rojas que
negro y que con este nuevo
es el motor principal en la construcción de identidades de raza, género, religión, contacto no está ni de un lado ni
región y clase: del otro.
«En el siglo XIX colombiano, el deseo civilizador estaba relacionado con el proyecto que
buscaba la desaparición de los viejos sistemas de jerarquía de poder, y con el surgimiento
de nuevas formas cuyo modelo era el de la civilización europea. Este deseo civilizador se
materializó en el impulso de ciertas prácticas económicas, en determinados ideales religiosos
y educativos, en costumbres y hábitos de vestir, y en el sueño de una «civilización mestiza»
en el que se daría un blanqueamiento de la herencia negra e indígena»(Rojas, 2001
[2000]: 36-37).
«Si los que con tanta injusticia como festinación, nos declaran ineptos para ocupaciones
útiles, se hubieran detenido a observar el carácter de nuestras contiendas, habrían hallado
que en esta raza mezclada hay, desde luego, pasiones ardientes, pero también virtudes
heroicas; (...), y habrían concluido que, si a la larga el mal sucumbe siempre y el bien
triunfa siempre, algo muy grande debe ser el resultado de la anarquía que parece devorar
a nuestros pueblos (...) vese aquí (...) toda la fe y abnegación del martirio, en hombres que
46 luchan por mejorar la condición política y social de su patria, contrarrestando las tendencias
del espíritu salvaje (...) la ignorancia de las masas, los millares de obstáculos que presenta
la naturaleza americana y, por último, las utopías de los demagogos europeos (...) y la
política errada de las potencias transatlánticas» (Arboleda citado en Rojas 2001 [2000]:
59-60) 20 .
Oscar Javier Barrera Aguilera
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retrocediendo tras el logro de la Independencia. En opinión de Cristina Rojas,
estos pronunciamientos excluyentes resultan de una incongruencia estructural
de Colombia: la nación colombiana, es fruto de una contradicción entre el
capitalismo como modelo económico y el deseo civilizador como ideal cultural
inyectado a la población por las manos de las élites. Esto genera una estructura
regional de las razas, o sea, diferentes maneras de organizar el capitalismo,
que, junto a la exclusión, produce un régimen de representación que fija
identidades y que, diferenciando grupos de poblaciones, engendra exclusión
(Rojas, Íbid. Pág. 15-42 y 80-83). 47
No obstante esta lectura abarcadora, la idea sobre la civilización en
Colombia no fue homogénea, estuvo vinculada a distintos modelos estatales,
evaluaciones del mestizaje y relaciones con el pasado español. Sergio Arboleda,
«Las razas inferiores están destinadas a desaparecer para dar lugar a las razas superiores.
Los indios de América ya casi han desaparecido. Los negros de África y América
desaparecerán del mismo modo; el día en que la Europa y la América estén poblados por
algunos millones de hombres blancos, nada podrá resistirles en el mundo» (José Eusebio
Caro citado por Jaramillo Uribe, 1982 [1963]: 180).
21
En adelante, la obra de José que en Colombia los mitos fundacionales de la nación contradecían la idea
María Samper, «Ensayo sobre la
de una civilización por ocultar ciertas identidades, las difuminaban dentro de
Revoluciones Políticas», citada por
Cristina Rojas 2001 [2000], un proceso de blanqueamiento racial, restringiendo de esta manera, la
aparecerá aquí bajo las iniciales ERP. argumentación del mestizaje al asunto de la unidad racial. También afirma
que en el siglo XIX colombiano, en lugar de una nación inventada, encontramos
22
Como ejemplo de este proyecto
inacabado y de la incapacidad de una sociedad fragmentada en su geografía, historia, tradición y etnias. De este
imaginar una nación, Rojas acude a modo, el mestizaje como proceso de blanqueamiento suprimió identidades
la literatura. En Frutos de Mi Tierra al declararlas bárbaras. Consideramos que esta versión de la historia, que
(1896) Tomás Carrasquilla
plasmaría «las tensiones que surgen
parece implacable, cae en la dicotomía que divide a la población entre salvajes
de las diferencias étnicas y y civilizados. La importancia asignada al deseo civilizador, no rima con la
regionales, del desarrollo capitalista continuidad de la presencia histórica y la reanimación de tales identidades en
y de la ambivalencia presente en el nuestros días. Para ella, la supresión de las diferencias, más que la búsqueda
proceso de imaginar una nación
(…) [en el que] (…) los de simultaneidad de manifestaciones culturales, fragmentó la imagen de la
protagonistas confunden los nación. Al pasar tan rápido por los aportes de los intelectuales de mediados
ordenamientos espacial, físico y de del siglo XIX, reduce el papel de la ciencia y la tecnología a símbolos de poder
clase social tanto del status
monetario como de la raza» (Rojas,
de la élite. Así, quienes se interesaron por el conocimiento acerca de la
2001 [2000]: 296 y 298). Entonces, población son llamados misioneros criollos. A diferencia de Rojas, quien al
en su opinión, no hay una síntesis rescatar la voz de los subalternos legitima su marginalidad, y al defender varias
entre los personajes, ni un proyecto
identidades –su coexistencia, sin distinguir entre las mismas–, termina
de nación; evoca la desconfianza
en el intercambio monetario como apoyando una identidad compartida22, una nación; Samper y Arboleda están
medio para construir futuro. interesados en el conocimiento de las diferencias.
Es claro, con Arboleda y Samper nos encontramos ante dos modelos de
Estado. Por un lado, el liberal y federalista que se asienta en el ciudadano y
una democracia parcial, que reduce la ciudadanía a hombres que escriben.
Por otro, el conservador y centralista que considera a los ciudadanos como
sujetos morales, y donde el Estado sirve para controlar las pasiones
individuales.
Queremos rescatar, sin embargo, el interés de los «misioneros criollos» por
el conocimiento de la población y la búsqueda de diferencias. Durante el
siglo XIX, los intelectuales al mismo tiempo fungieron como hombres de
Estado, de profesión y de letras, sin poder trazarse una clara línea de separación
entre la esfera intelectual y la política. «El intelectual decimonónico fue el
formador de los aparatos representativos del poder estatal y el creador de
determinadas ideas de nación; se encargó de preparar las nuevas elites de
gobernantes y crear instituciones para la instrucción básica de las masas»
(Loaiza, 1998: 198). Como estadistas, educadores y civilizadores, abanderaron
el «laico apostolado civilizador» desde el libro, el gabinete, la tribuna y el
periódico. Como inteligencia de la revolución –dicho en palabras del
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historiador John Lynch–, «los criollos querían más igualdad para sí mismos y
menos igualdad para sus inferiores».
La inteligencia criolla, quien se adjudicaba el encargo de construir la nación,
bebía de la experiencia francesa que tras la actividad demoledora de la
Revolución, vio en los filósofos aquellos llamados a construir una nueva
realidad. Así, el antisensualismo profesado en el Cours d‘ Histoire de la Philosophie
Moderne (1841-1846) y posteriormente profundizado en Du Vrai, Du Beau et
Du Bien (1853) escritos por Víctor Cousin, y donde se describen las etapas
sucesivas del espíritu humano, habría inducido a Manuel Ancízar la escritura 49
de sus Lecciones de Psicolojía (1845). Allí, la justificación de la autoridad religiosa
y política –promovida por la filosofía del entendimiento– descansa en el
supuesto de que todos los hombres traen un mismo origen, son iguales, pero
entrado, y siempre permanecerán en modo, en La República, Arboleda ve una amenaza en la heterogeneidad racial
esta condición; 2) Las tribus salvajes
pueden continuar existiendo en un
del país y se pregunta por las instituciones que convienen a su gobierno.
estado de vida civilizada únicamente En el ERP, José María Samper, relaciona la desigualdad natural de las razas
si el pueblo que creó este modo de con las disparidades políticas y sociales, pero no en la vena decadentista del
vida es una rama más noble de la Essai Sur l‘Inégalité des Races Humaines (1853-1855) del conde de Gobineau,
misma raza; 3) Las mismas
condiciones son necesarias cuando para quien el mestizaje conduce a la degeneración racial y la mediocridad, y
dos civilizaciones ejercen fuerte en el que la desigualdad de las razas es suficiente para explicar los destinos de
influencia una sobre la otra, se copian los pueblos: las razas superiores son capaces de progresos, mientras que las
recíprocamente y crean una nueva
civilización compuesta con los otras están limitadas. En la jerarquía que estableció, la raza superior sería la
elementos de cada una, pues dos blanca24. En cambio, para el político colombiano, el mestizaje tiene un sentido
civilizaciones nunca pueden diferente tras su lectura de La Science Politique Fondée Sur la Science de l´Homme
mezclarse; 4) Las civilizaciones
originadas en razas completamente
ou Etude des Races Humaines Sous le Rapport Philosophique et Social (1837) de
extrañas las unas de las otras Víctor Courtet. Urueña resume el aporte del científico francés al pensamiento
solamente pueden establecer de Samper:
contactos superficiales, nunca
pueden interpenetrarse y siempre
serán mutuamente excluyentes»
«Así pues, para Courtet, el mestizaje, la mezcla étnica y racial, y por lo tanto la
(Gobineau citado por Boas, 1964 transformación fisiológica de los individuos, es la causa profunda de las revoluciones y
50 [1911]: 35) De Gobineau también transformaciones políticas y sociales; porque la tendencia hacia la uniformación por la
es célebre el cuadro que asocia raza, mezcla, crea una contradicción entre la igualdad natural racial (homogeneización por el
intelecto, pulsión animal y moral, y en mestizaje) y la desigualdad de las condiciones sociales» (Urueña, Op. Cit. Pág. 10).
el que por ejemplo, los negros
presentarían un intelecto débil, una
pulsión animal muy fuerte y una Para Samper, esas revoluciones y la mezcla de la población conducen a la
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moral latente. Para mayor igualdad, la abolición de los privilegios de nacimiento y de clase. Es así como
información sobre las variadas
posturas sobre las relaciones entre
la mezcla biológica es el camino hacia la civilización, hacia la democracia. En
raza y cultura, consúltese la obra de Filosofía de Cartera (1887), José María Samper ejemplifica la consideración del
Franz Boas 1964 [1911] en especial presente indígena como salvaje y anacrónico por representar un vestigio del
el capítulo «Análisis Histórico» en el pasado colonial:
que se muestran los estudios
pioneros de Boulainvilliers, Klemm y
su división de la humanidad en una «Mientras más se observa al indio puro de estos pueblos de la cordillera oriental de los
mitad activa representada por persas, Andes (...) más se persuade el observador de esta verdad: que el indio puro no es asimilable
árabes y romanos, con presencia de por medio de la simple sociabilidad, de la religión, la legislación y la educación escolar, sino
fuerza de voluntad, y otra pasiva que
en grado insignificante. Es rebelde, mientras no cruza su sangre, a la asimilación de una
corresponde a lo femenino, los
negros, mongoles, indios y refiere a raza superior (...) como la española (...) no hay más recurso con ella que la absorción, por
una capacidad mental inferior, Carus, medio del cruzamiento, y eso, después de la tercera o cuarta generación (...) pues el primer
y el determinismo de las razas diurnas cruzamiento, el mestizo es generalmente envidioso, maligno, disimulado, pérfido, ingrato;
y nocturnas apelando a su grado de y si una segunda infusión de sangre generosa no la mejora, vuelven a predominar ciertas
civilización o Chamberlain y sus ideas malas inclinaciones de la indígena»(José María Samper citado por Pineda Camacho,
de civilización sin cruzamientos de
razas. En este escrito de Boas, puede 1984: 205).
verse cómo en la identificación de
raza y cultura, se produce una Para él, la historia del contacto y de la fusión de razas es a su vez la explicación
asociación de cuerpo y cultura donde
a un cambio en el cuerpo
histórica de la formación del país. Por ejemplo, ve la incursión de la sangre
correspondería un cambio a nivel negra como un elemento nuevo que vivifica y acelera el mestizaje y la llegada
mental. de la democracia. Así las cosas, los problemas del país serían políticos y no
sociales (es decir, raciales, porque en los escritos de la época, lo social y lo
racial son sinónimos, raza y cultura están fuertemente intrincados, no son
considerados como unidades independientes). Es en las instituciones políticas
jerárquicas legadas de la Colonia, donde residen los problemas. El mestizaje
no borraría la heterogeneidad, la diversidad de las razas, sino la desigualdad
física.
Jaime Urueña dice que «Arboleda se pregunta ¿qué somos? ¿Qué tenemos
en común? Exploración que lleva a la constatación determinante de la
heterogeneidad y desigualdad etnoraciales de la población (...) [y a los
interrogantes sobre] 1) ¿qué principio de unidad (nacional) darle a esta
población explosiva que todo tiende a separar, puesto que «la variedad de
razas en una sociedad, es un peligro permanente de antagonismos y discordias»?
[y] 2) ¿qué régimen político (que tipo de orden político) conviene a esa situación
específica?» (Urueña, 1994: 14). Para Arboleda, frente a esto, debía recobrarse
la unidad en religión, moral y fe. Siguiendo la operación de España a cada
quien debía dársele lo que merece: establecer una igualdad relativa de acuerdo
a cada raza. Se trataba de reafirmar el sistema de castas:
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«En primera línea hallamos la aristocracia nobiliaria, formada de españoles europeos y 25
Herskovits distingue esta última
blancos criollos, mezclados en parte con la nobleza indígena. Esta clase, aunque menos situación al señalar que: «El
numerosa, es la única que cuenta con los recursos morales, físicos e intelectuales necesarios determinismo racial, como se llama la
para dar a la sociedad tono y dirección, y, por supuesto, la única responsable de la suerte posición que defiende que el tipo
físico determina la cultura, con
del país. Viene inmediatamente después la que podemos llamar clase media, a la que
facilidad resbala hacia el campo de
pertenecen los blancos no nobles, los mestizos, los indígenas que se han elevado de su lo político, donde esta posición
situación ordinaria a más alto puesto en la sociedad, y, en fin, los mulatos y negros libres. toma el nombre de racismo» (...)
Constituyen la tercera clase los negros esclavos, y la última y más numerosa los indígenas «La operación del mecanismo
tributarios. Como vínculo entre todas, figura el clero secular y regular que, aunque pertenece psicológico de estereotipación 51
en su mayor parte a la raza blanca, está fuertemente matizada de las otras dos, y es por aprueba la creencia de que existen
diferencias raciales fijas en el tipo
todas acatado, reverenciado y atendido»(L.R. citado en Urueña, Op. Cit. Pág. 14 nota físico, que serían la base para la
41). suposición de que los llamados
52
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Tipo africano y mestizo (Provincia de Santader, Lámina 128). Ilustración compuesta por Carmelo Fernández para la Comisión Corográfica.
Figura tomada de Barney-Cabrera (1975).
«Para descubrir esas causas es preciso estudiar nuestros pueblos a la luz de su propia
historia y teniendo en consideración su carácter, su posición, las razas que los componen y
sus diferentes maneras de vivir» (Urueña, Ibíd. Pág. 13).
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el interés por la relación entre raza, cultura e identidad nacional, se adhiera a
esta última alternativa, debe ser reconocido que él también abogaba por la
necesidad de conocer el carácter y particularidades del pueblo para gobernarlo:
Reflexiones Finales
Mientras en América Latina el otro se venía construyendo desde el momento
del contacto que distinguió entre conquistadores y conquistados y entre
cristianos y paganos, el pensamiento sobre el mismo asunto en las áreas que
se estiman como cuna de la disciplina antropológica, estuvo ligado a las
necesidades de expansión económica y política de los imperios transatlánticos.
A propósito, en los Orígenes de la Nación Norteamericana, dice Franz Boas:
«(...) las familias de sangre mezclada tuvieron cierta importancia en el período de gradual
desenvolvimiento, pero nunca llegaron a ser suficientemente numerosas en ninguna parte
populosa de los Estados Unidos para que se las considere un elemento importante de
nuestra población. Sin duda alguna, corre sangre india por las venas de buen número de
ciudadanos nuestros, pero la proporción es tan insignificante que puede no tenerse en
cuenta» (Boas, 1964 [1911]: 261).
Notables de la capital (Provincia de Vélez, Lámina 140). Ilustración compuesta por Carmelo Fernández para la Comisión Corográfica. Figura
tomada de Barney-Cabrera (1975).
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Mestiza, hombre principal, mulato y mujer principal de Cartagena a fines del periodo colonial. Grabado perteneciente a la Colección del
Museo Nacional de Colombia. Ilustración tomada de Velásquez Toro (1995).
«con un principio de inteligencia y una forma humana, en virtud de un común
origen, los resultados de la experiencia humana han sido substancialmente
los mismos en todos los tiempos y áreas en la misma situación étnica» (Morgan
citado en Herskovits, Op. Cit. Pág. 503).
Ahora bien, en Colombia, puede señalarse una prehistoria para la
antropología dentro de la cual no es menos cierta la presencia de una continua
reflexión acerca del mestizaje. La primera línea de afinidad es resumida por
Jesús M. Otero en Etnología Caucana (1952), reconociendo, eso sí, que los
mestizos han sido los actores de la explotación y el despojo del indio a la par
con la propagación de las viejas imágenes del indio como representante de
una raza inferior, bárbara, caníbal y diabólica:
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Con escasas excepciones, como lo son la «Descripción general de los indios
del Caquetá» de Agustín Codazzi, y el trabajo sobre «Las tribus indígenas del
Magdalena» escrito por Jorge Isaacs, que versan sobre el presente de los indios,
a lo largo de la segunda mitad del siglo XIX, se presenta la revalidación del
ancestro nativo a través de la historia y la novela28. Parafraseando a Bernardo
Tovar, «tal idealización del nativo primigenio contribuye a la conformación
del imaginario indigenista como componente cultural de la identidad de la 28
Recordemos a Joaquín Acosta
sociedad mestiza» (Tovar Zambrano, Op. Cit. Pág. 60). («Historia de la Nueva Granada»), 57
Por otra parte, el poco atendido campo del estudio de la relación entre Jaime Arroyo («Historia de la
raza y cultura en una población mezclada, es el que ha pretendido ser Gobernación de Popayán»),
Ezequiel Uricoechea («Las
evidenciado, en términos generales, a través del estudio del pensamiento de Antigüedades Neogranadinas»,
criollos ilustrados. La naturaleza heterogénea de la población colombiana,
«situación de origen es la de un pueblo que, en comparación con los otros pueblos occidentales,
alcanzó tardíamente una unidad y consolidación políticas y en cuyas fronteras desde hace
siglos, y hasta ahora mismo, ha habido comarcas que se han estado separando o amenazando
con separarse. En lugar de cumplir la función del concepto de civilización que es la de
expresar una tendencia continua a la expansión de grupos y naciones colonizadoras, en
[este] concepto (...) se refleja la conciencia de sí misma que tiene una nación que ha de
preguntarse siempre: «¿En qué consiste en realidad nuestra peculiaridad?», y que siempre
hubo de buscar de nuevo en todas partes sus fronteras en sentido político y espiritual, con
la necesidad de mantenerlas, además» (Elias, 1989 [1977-1979]: 59).
«Este proceso histórico se corresponde con la orientación del concepto alemán de cultura,
con la tendencia a la delimitación así como a poner de manifiesto y elaborar las diferencias
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de grupo. Las preguntas de «¿Qué es lo francés?, ¿Qué es lo inglés?» hace mucho tiempo
que desaparecieron del ámbito de discusión de la conciencia propia de los franceses y de los
ingleses. La pregunta de «¿Qué es lo alemán?» no ha dejado de plantearse desde hace
siglos. En un momento determinado, el concepto de «cultura» proporciona una de las
varias respuestas posibles a esta pregunta» (Elías, 1989 [1977-1979]: 59)30.
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tema de la raza y la cultura tiene una historia profunda y poco auscultada en
nuestro país, además de estar imbricado a la formación de la nacionalidad en
un contexto diverso. Esto ha significado que quienes mayoritariamente han
pensado el asunto –hombres blancos de la elite educada– vean en la pluralidad
del país, y, particularmente en su población, la causa de todos los problemas,
además de explicar o adjudicar fenómenos como la violencia de mediados del
siglo XX, o la actual, a la diversidad de gentes que cohabitan en el país. Vemos,
entonces, la necesidad de una reflexión que persiga desentrañar la relación
entre estereotipos y realidad, entre el conocimiento de la población y el uso e 59
historia de las categorías.
BIBLIOGRAFÍA
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Indigenista de Colombia y Ediciones Espiral.
Revista Inversa
primera mitad del siglo XIX. Aspectos Polémicos de la Historia Colombiana del
Siglo XIX. Bogotá D.C.: Fondo Cultural Cafetero.
YUNIS TURBAY, EMILIO. 2003. ¿Por Qué Somos Así? ¿Qué Pasó en Colombia?
Análisis del Mestizaje. Bogotá D.C: Editorial Temis.
Entrevistas
A Emilio Yunis en la edición del viernes 28 de mayo de 2004 en el programa
«U.N. análisis» de U.N. Radio.