Вы находитесь на странице: 1из 1

UNA PASIÓN LLAMADA EDUCACIÓN

¿Cuánto cuesta ser maestro en el Perú? Es una pregunta que hecho al aire y el viento me la regresa cual
boomerang de madera, la hecho a la nada porque la respuesta de seguro no es muy alentadora, pero en fin,
sea para botar agua por los ojos o para mostrar los dientes, el maestro toma esta interrogante como suya y
la deshoja cual margarita de colores, hecha un pétalo y educa en medio de árboles y montañas plagadas de
fieras salvajes, hecha otro pétalo y doctrina a mas de tres mil metros sobre el nivel del mar, donde el gélido
ambiente toma el control de las venas, hecha otro pétalo y enseña en desérticas áreas donde el agua es tan
escaza como un libro, hecha otro pétalo y trabaja en medio de tormentas y relámpagos, tal vez en un aula
de calamina, quizás en una de plástico, de repente al aire libre, donde las piedras se transforman en
butacas y las espaldas de los niños en carpetas. El maestro peruano, al fin y al cabo traga esa margarita y
deja que se deshoje dentro de él, no por presión de las espinas de un jardín llamado Perú, sino por darle
protección a una, mas que profesión, pasión; así es, el maestro peruano es apasionado con sus principios,
lucha por ellos y combate día a día por regalarle a la nación un abono nuevo, ese que tanto queremos para
nuestro jardín, ese abono que servirá de sustento para que algún día las nuevas flores maduren y
desarrollen defensas para que nunca mas los polinizadores traigan pensamientos absurdos e ideas
simplistas, para que sepan defender su tierra, su idiosincrasia, su gente. El maestro peruano no se queja ni
se jacta, nunca muere de la mente de sus hijos y renace cada vez que una chispa de conocimiento retoza
en la mente de cada ser.
La educación en el Perú está en peligro, y no por los que la representan en sí, sino por las retoricas que
desde las espinas del jardín se ordenan, muchas cosas se están diciendo a las demás flores y es por eso
que el maestro se ha ganado el perfil de un ser que se come a las flores en vez de embellecerlas, empero,
aún no abren los ojos para darse cuenta que el maestro sólo se lleva a la boca la margarita de la educación
para ingerirla y sustentar con dogmas fermentados los cimientos de un nuevo jardín, uno que de verdad
haga enaltecer e hinchar el pecho a todos los peruanos, o mejor dicho, a todas las demás flores del jardín.
Si me darían la tarea de vincular al maestro como sustancia espiritual y a la tan promocionada comida
peruana, de seguro que se me vendría a la cabeza una exquisita causa rellena. ¿Una causa rellena? De
seguro que esbozaste una macabra sonrisa al leer la línea anterior. El amauta coetáneo de cartón en cuna
sale a buscar casa que le brinde una manito para cumplir con el objetivo que por décadas es puesto en
cada mente de cada soldado de la educación, muchos no hallan el puente que lleva a la meta y pocos
logran hallarlo, pocos que se transforman en mi metáfora en aquellos, aquellos que por cualquier ventaja,
sea de conocimientos o por apellidos, ciertas veces duermen pero jamás defraudan. Por estas bolillas de
papa que aún no se disuelven es que muchos extraños en temas pedagogos etiquetan a toda la masa como
añeja, pasando por alto esa masa que quemó pestañas y evoluciona en hormiga antes de y cuando se
dirige a sus hijos adoptados por toda una mañana. En efecto, esta masa amarillita que cada vez se va
condimentando con más y más experiencias toma forma y se convierte en una doble masa que cobija el
relleno revuelto e inexperto de una nueva generación; es justamente esta masa amarilla la responsable de
que el relleno no se rebalse y vaya madurando poco a poco, para que cuando la gran boca de la sociedad
guste servirse de este relleno, reciba la sorpresa de que el relleno se sirva de la gran boca. Aportando
sabores y texturas de infinitos colores que cautivarán al mundo. Es por esto que la masa amarilla es muy
importante para el desarrollo y el bienestar de una nación, una bendita masa amarilla que en nuestro país
fue tan apreciada por los incas tanto como en la antigua y sabia Grecia, y aunque no se le reconozca
mucho, no en cantidades donde el cobre y el papel son los reyes, sino en el alimento de la mayoría de las
doctrinas religiosas, él siempre esbozará esa sonrisa que dibujaste en tu rostro, quizás no por el mismo
motivo, pero si por tu mismo objetivo, educar y ver a tus hijos adoptados cumpliendo sus sueños.

Вам также может понравиться