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La problemática indígena

José Carlos Mariátegui en su obra Siete Ensayos de Interpretación de la Realidad Peruana

sostiene que se ha relacionado erróneamente al problema indígena con cuestiones culturales y
morales, con la pluralidad de razas existente en el Perú y con el mecanismo administrativo,
jurídico o eclesiástico. A partir de una concepción socialista, Mariátegui encuentra que el
origen de esta problemática radica en la estructura económica del país. Cualquier propuesta
que pretenda resolver la cuestión indígena sin considerar fundamentalmente la base
económica capitalista se encuentra condenado a ser un intento infructuoso. Mariátegui (1928)
expresa lo siguiente:

El "gamonalismo" invalida inevitablemente toda ley u ordenanza de protección indígena. El

hacendado, el latifundista, es un señor feudal. Contra su autoridad, sufragada por el ambiente y
el hábito, es impotente la ley escrita. El trabajo gratuito está prohibido por la ley y, sin
embargo, el trabajo gratuito, y aun el trabajo forzado, sobreviven en el latifundio. El juez, el
subprefecto, el comisario, el maestro, el recaudador, están enfeudados a la gran propiedad. La
ley no puede prevalecer contra los gamonales. El funcionario que se obstinase en imponerla,
sería abandonado y sacrificado por el poder central, cerca del cual son siempre omnipotentes
las influencias del gamonalismo, que actúan directamente o a través del parlamento, por una y
otra vía con la misma eficacia (p.19).

El planteamiento que postula Mariátegui respecto al problema indígena encuentra validez en

el Perú del siglo XXI en el sentido de que si bien en la Constitución de 1993 se reconoce el
derecho de autonomía de las Comunidades Campesinas y Nativas así como también se
reconoce la jurisdicción indígena y el derecho consuetudinario dentro del territorio comunal
en el Art. 89 y Art. 149 respectivamente, estas comunidades se encuentran igualmente
vulnerables actualmente ante situaciones como las concesiones mineras otorgadas por el
Instituto Geológico Minero y Metalúrgico que según la ley general de minería es un derecho
que se otorga al titular para la exploración y explotación de recursos minerales que yacen en
el subsuelo del territorio nacional, dado que los yacimientos que se encuentren son
patrimonio nacional y por tanto pertenecen al Estado; sin embargo, estas concesiones que
generan grandes inversiones en el Perú conllevan al despojo y desigualdad con los que tienen
que lidiar las comunidades campesinas para luchar por sus propiedades.

A partir de ello, la tesis de Mariátegui que determina que la causa del problema indígena es la
estructura económica se evidencia actualmente en el Estado peruano a través de leyes que
quedan sin valor practico ante la implementación de políticas neoliberales que dan prioridad a
actividades que generan un gran impacto en la economía capitalista desamparando a las
comunidades campesinas y perpetuándolas como las poblaciones más excluidas y
desatendidas por los sucesivos gobiernos de turno.