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Resumen. La atención pediátrica de un proceso crónico se ve limitada por el momento a partir del cual el seguimiento Servicio de Neuropediatría. Hospital
Clínico Universitario Virgen de la
clínico y terapéutico debe continuarlo el especialista del área con dedicación al adulto. El retraso de la transición de la Arrixaca. Murcia, España.
pediatría a la medicina del adulto puede originarse por causas familiares o del paciente, o bien por el profesional que
diagnosticó la enfermedad. La primera emana de la incertidumbre ante lo desconocido, más intensa cuanto mayor ha Correspondencia:
Dr. Carlos Casas Fernández. Servicio
sido la dificultad diagnóstica y terapéutica, al temer que el paciente se desestabilice. La segunda atañe al especialista de Neuropediatría. Hospital Clínico
pediátrico, que creó lazos de dependencia con el paciente por las dificultades del proceso, e incluso por el deseo de no Universitario Virgen de la Arrixaca.
Ctra. Madrid-Cartagena, s/n. E-30120
perder protagonismo en el mismo. Demorar la transición genera problemas perjudiciales para el niño, pues superada El Palmar (Murcia).
la adolescencia mantendrá una nociva dependencia familiar y del pediatra, retrasando el necesario conocimiento de la
E-mail:
propia enfermedad y de las limitaciones que pueden condicionarle, e impidiéndole desarrollar mecanismos para enfren- casascarlos@telefonica.net
tarse a su realidad vital. Más adelante, cuando llega el necesario paso a la medicina del adulto, aflora la inmadurez, que
Declaración de intereses:
incrementa las dificultades por desconocer tanto la enfermedad como los signos de alarma, revelando inseguridad en las
Los autores manifiestan la
situaciones que vayan apareciendo. El problema se soluciona con un cambio lento y progresivo, que debe coordinarse en inexistencia de conflictos de interés
consultas mixtas atendidas por especialistas pediátricos y de adultos. En esta publicación se analiza esta problemática y se en relación con este artículo.
Evolución de la epilepsia y del paciente: revisaron diez familias de centros médicos de Tai
factores que influyen en la transición a la wán, con diagnóstico de epilepsia en algún hijo, en
neurología de adultos en el niño con epilepsia edades entre 2 y 4 años. Se analizaron los resulta-
dos al transcurrir un mínimo de año y medio desde
Enfrentarse a un niño con epilepsia que llega a la ado- el diagnóstico y se comprobó un notable traumatis-
lescencia y se aproxima a los 18 años requiere pro- mo emocional y agotamiento físico en los padres,
gramar la transición a la medicina del adulto: deben que adoptaban una actitud de vigilancia y enfrenta-
conocerse los cambios madurativos del paciente con miento al desafío social que podría condicionar pro-
el paso de los años y las nuevas situaciones y exi- blemas para la readaptación de su hijo.
gencias sociales que va a afrontar, variaciones que Canadá es el país donde más ha analizado la
también experimentará el proceso epiléptico. transición a la medicina del adulto del niño con epi-
En el primer aspecto, el adolescente se somete a lepsia. Destaca el trabajo de Jurasek et al [19] en
nuevas exigencias sociales, familiares, académicas, una clínica de transición dirigida por enfermeras
laborales y legales, estableciéndose un nuevo ritmo dentro de un programa de epilepsia integral elabo-
vital que diseña un diferente escenario clínico que rado en 2005 en el Stollery Children’s Hospital de
sin duda influye en su calidad de vida [8,14,15]. En Edmonton. Revisaron 97 adolescentes y detectaron
el segundo sentido, la epilepsia tendrá cambios evo- en ellos y en sus padres sensaciones de temor a per-
lutivos, tanto en el fenotipo clínico como electroen- der las relaciones establecidas con el neuropediatra
cefalográfico, como sucede en el síndrome de West, y a una menor calidad asistencial. Simultáneamen-
que de unos espasmos infantiles con hipsarritmia te, neuropediatras y neurólogos aprecian bajo co-
evoluciona a un fenotipo electroclínico propio de nocimiento de los adolescentes sobre la enferme-
un síndrome de Lennox-Gastaut en los primeros dad, estilo de vida y futura actividad profesional,
años de vida, y finaliza a los 18 años, con una epi- con actitudes poco positivas ante los desafíos de su
lepsia parcial con un registro paroxístico irritativo edad y, en definitiva, escasa autonomía en su más
multifocal, asociándose los cambios endocrinológi- amplio significado.
cos y psicológicos propios de esa nueva etapa. Camfield et al [20] consideran que la atención
No debemos atenernos al paso de una epilepsia del neuropediatra se centra en la familia y la del
infantil a una epilepsia del adulto. Debe considerar- neurólogo se individualiza en el paciente, y recuer-
se en plural, pues existen diferentes epilepsias y sín- dan que la medicina basada en la evidencia detecta
dromes epilépticos [16]; así, no es lo mismo enfren- que muchas epilepsias con inicio infantil manifies-
tarse a una epilepsia ausencia juvenil a partir de los tan dificultades sociales en la edad adulta, incluso
18 años que a una encefalopatía epiléptica, en sus con crisis controladas, por lo que aconsejan diseñar
diferentes modalidades, como el ejemplo antes co- la transición desde la pubertad sin brusquedad y
mentado del síndrome de West. Se precisan distin- con atención a todos los aspectos comentados.
tos enfoques terapéuticos, junto con consideracio- Las investigaciones epidemiológicas de Beghi et
nes sobre la asistencia social, educacional, laboral e al [21,22] reflejan que el 60-80% de los niños con epi-
incluso de orientación sobre el futuro sentimental y lepsia tienen comorbilidad cognitiva, conductual o
matrimonial. Se necesita valorar cada caso, revisar psicológica; el porcentaje desciende al revisar la pa-
la situación social, educacional, psicológica o psi- tología crónica general, excluyendo la epilepsia,
quiátrica, que ofrecen diferencias si las comparamos como constató la Academia Europea de Pediatría
con sus iguales no portadores de epilepsia [17]. [23]. Son datos de especial interés: basta recordar
que la epilepsia rolándica, con habitual control de
crisis a los 18 años, presenta con frecuencia déficit
Primeras consideraciones sobre la transición a de atención, impulsividad e incluso alteraciones de
la neurología de adultos en el niño con epilepsia la memoria a corto plazo o cognitivas, lo cual preci-
sa continuar la atención médica en la edad adulta.
La transición a la medicina del adulto de niños con
epilepsia se ha considerado desde hace tiempo [1].
Mu [18] analizó el impacto que la enfermedad ge- Importancia de la comorbilidad en la transición a
nera sobre las familias con un niño con este diag- la neurología de adultos en el niño con epilepsia
nóstico, en su desarrollo, el ámbito familiar y el
contexto social, buscando un mayor conocimiento Camfield y Camfield [24] comprueban que el 60%
para que el personal de enfermería aplique una asis- de los niños con epilepsia llegan a la remisión clíni-
tencia más adecuada al inicio de la transición. Se ca completa al alcanzar la edad adulta, como ya re-
ferían previamente Sorvon y Goodrige [25], y dife- una transición problemática, priorizando la coordi-
rencian dos grupos, según asocien o no discapaci- nación entre el neuropediatra y el neurólogo desde
dad intelectual aunque se hayan controlado las cri- épocas previas al inicio de la transición, y se acon-
sis. En el primer grupo adquiere gran valor la de- seja reconsiderar la revaloración diagnóstica, espe-
pendencia, en mayor o menor grado, de terceras cialmente genética, con exploraciones que no exis-
personas en la edad adulta, con intensa relación en- tían o no tenían el grado de desarrollo actual en la
tre grado de discapacidad y nivel de refractariedad época en que se diagnosticaron, recomendación
de las crisis, criterio en el que insisten Devinsky et también apoyada por otros autores [26].
al [26]. En el segundo grupo, sin embargo, aparecen
altos porcentajes de desempleo, aislamiento social
e incluso gestaciones no deseadas, lo que refleja un Interés de las clínicas-consulta mixtas
alto nivel de comorbilidad psicosocial, que contri- para instaurar la transición a la neurología
buye a la estigmatización de la enfermedad. Por ello, de adultos en el niño con epilepsia
tan importante como el control de las crisis es anti-
ciparse a esta probable repercusión social en la Una de las más amplias experiencias de una clínica
edad adulta, preparando una prevención desde que de transición en epilepsia es la de Geerlings et al
se inicia la transición. [30] en el Epilepsy Center Kempenhaeghe de Heeze,
Han proliferado las publicaciones sobre estos con- en los Países Bajos, que ofrece los resultados tras
ceptos, destacando la de Thomson et al [27], quie- atender a 138 pacientes de 15-25 años de marzo a
nes revisan trabajos editados en inglés en los últimos diciembre de 2014. Los autores aprecian dos varia-
veinte años sobre calidad de vida y salud en perso- bles de riesgo: la evolución del proceso médico y el
nas con epilepsia en la horquilla de edad de 12-29 resultado evolutivo educacional, ocupacional, psi-
años. Recogen 116 trabajos y seleccionan 54, todos cosocial y el nivel de independencia. Detectan ma-
los cuales reflejan problemas psicosociales con ma- yor riesgo de evolución desfavorable al relacionar el
yor significado en tres aspectos: nivel de aceptación menor nivel cognitivo con una superior recurrencia
de los adolescentes por sus compañeros, sensación de crisis y con el entorno familiar insatisfactorio o
de aislamiento social y sentimientos de ansiedad, mie- inestable. En el análisis de regresión lineal multiva-
do y tristeza. Recomiendan primar en la transición riante de estos factores obtienen un 55,1% de casos
la intervención médica y psicológica y actuar en el con mal pronóstico evolutivo psicosocial, mayor
área educacional y formativo-laboral, e incentivar riesgo de problemas en la transición y peor evolu-
la dignidad personal y la autonomía, la información ción al combinar epilepsia refractaria con un entor-
y orientación sexual, incluyendo la repercusión de no familiar inestable.
la epilepsia sobre el posible futuro matrimonial. Los mismos autores [31,32] seleccionaron 117
Geerlings et al [28] revisaron 49 artículos que pacientes de los 138 del inicio y apreciaron que 89
analizaban la problemática de la transición de los (76,1%) precisaban actualización diagnóstica, 64
adolescentes con epilepsia; en todos ellos se reco- (54,7%) necesitaban un cambio de fármacos anti
noce la importancia de este proceso, pero se de- epilépticos (FAE), 19 (16,2%) controlaban las crisis
nuncia el escaso desarrollo de consultas o clínicas durante un período superior a un año y 14 casos
especializadas. En 2017, Andrade et al [29] publica- (11,9%) cambiaban el diagnóstico epiléptico. Final-
ron las recomendaciones del Ministerio de Salud de mente, de estos 117 pacientes seleccionaron 66
Ontario con la creación de un ‘grupo de trabajo de (56,4%) y aplicaron un cuestionario que valoraba el
transición’, un grupo multidisciplinario integrado funcionamiento en tres dominios de la transición
por epileptólogos de niños y adultos, psiquiatras, (psicoemocional, educativo y profesional) al finali-
especialistas en adolescentes, médicos de familia y zar el proceso en una consulta mixta. Constataron
neurólogos de atención primaria, personal de en- mejoría evolutiva en resultado médico (56,1%), área
fermería, trabajadores sociales, abogados, terapeu- educativa (53%) y orientación vocacional (53%), así
tas ocupacionales, y padres de los pacientes que van como en puntuación global de riesgo (54,5%).
a someterse a esta transición. Se propone un pro-
yecto que contempla tres áreas esenciales (diagnós-
tico y control de las crisis epilépticas, área de salud Ordenar conceptos y unificar criterios en la
mental y repercusión psicosocial de la epilepsia) y programación de la transición a la neurología
apoyos legales en los diferentes ámbitos de la socie- de adultos en el niño con epilepsia
dad, incluso de carácter financiero. De esta forma,
el análisis de cada caso identifica si hay riesgo de En junio de 2016 se celebró en París el II Simposio
sobre Transición en Epilepsias, donde se consen- me de Rett, el síndrome de Dravet y los procesos
suaron los criterios a seguir al llevar a cabo la tran- epilépticos asociados a un TEA.
sición a la medicina del adulto de una epilepsia in- – Tercer grupo. Epilepsias que modifican la expre-
fantil. Posteriormente se publicaron tres artículos sividad clínica, incluso del electroencefalograma,
que resumen las conclusiones [33-35]. El primero con la edad. Son ejemplos la epilepsia ausencia
expone cinco aspectos básicos con significado en la infantil, la epilepsia mioclónica juvenil, el síndro-
transición; el segundo revisa la evolución de distin- me de West y el síndrome de Lennox-Gastaut.
tos trastornos epilépticos a tener en cuenta al ini- – Cuarto grupo. Epilepsias que varían los síntomas
ciar este proceso, y el tercero, los aspectos terapéu- e incluso su gravedad dependiendo de la edad de
ticos que deben examinarse. inicio; cabe mencionar las encefalitis autoinmu-
nes y especialmente el síndrome de Rasmussen.
Cinco criterios básicos [35] – Quinto grupo. Epilepsias con menor posibilidad
de evolución en la edad adulta; representan este
– Primero. Refleja los cambios de la maduración grupo las epilepsias de causa estructural.
cerebral del adolescente que repercuten en la fi-
siopatogenia de la epilepsia, a los que se asocian Aspectos terapéuticos [33]
las características de esta etapa, con habitual de
sequilibrio entre el nivel de riesgo y la búsqueda El último artículo revisa los FAE en relación con la
de actividades agradables y placenteras, que lo edad del paciente y las variaciones que este dato pue-
incrementan. de condicionar:
– Segundo. Relacionado con los cambios neuroen- – Primer apartado. Fármacos usados en determina-
docrinológicos propios del adolescente, con ac- dos procesos de epilepsia infantil y no utilizados
tivación gonadal y de andrógenos suprarrenales en el adulto, como el estiripentol y la vigabatrina.
y del factor de estimulación de la hormona de – Segundo apartado. Tratamientos difíciles de man-
crecimiento, especialmente. tener en la edad adulta, como la dieta cetogénica.
– Tercero. En interacción con el anterior, se centra – Tercer apartado. Politerapia antiepiléptica emplea-
en el inicio sexual de esa edad, valorando la hi- da con más frecuencia en el niño y más difícil de
posexualidad provocada por los FAE, que gene- continuar en el adulto.
ran depresión, ansiedad y, finalmente, alteración – Cuarto apartado. Diferentes fármacos emplea-
psicosocial. dos en las crisis de larga duración: el diacepam por
– Cuarto. Circunscrito al desarrollo psicológico del vía rectal en niños y el midazolam bucal a partir
púber y adolescente, especialmente en la epilep- de la adolescencia.
sia asociada a trastornos del espectro autista (TEA), – Quinto apartado. Descenso de la adhesión tera-
que pueden representar graves problemas de com- péutica en el adolescente, que provoca descom-
portamiento. pensación epiléptica y repercute en el ámbito mé-
– Quinto. Centrado en los problemas extraneuroló- dico, psicológico, académico, laboral y social del
gicos, especialmente las alteraciones de minerali- paciente.
zación ósea provocadas por los trastornos metabó- – Sexto apartado. Comorbilidad de la epilepsia,
licos de la vitamina D que generan algunos FAE. infradiagnosticada en el niño, como es la depre-
sión y la ansiedad, o bien con relevancia en el
Problemas específicos de adolescente, como el trastorno por déficit de aten-
diferentes trastornos epilépticos [34] ción/hiperactividad u otras anomalías conduc-
tuales y del comportamiento, con las interven-
Se revisa la evolución de la epilepsia en distintos ciones terapéuticas que cada una de ellas pueda
síndromes y etiologías que influyen en el proceso necesitar.
de transición:
– Primer grupo. Aquellos que, iniciándose en la in-
fancia, pueden presentar epilepsia tardíamente e Modelos de transición de la neuropediatría a
incluso en la edad adulta. Son ejemplo de este la neurología de adultos en el niño con epilepsia
grupo algunos trastornos metabólicos y enfer-
medades mitocondriales. Se han elaborado diversos modelos para instaurar la
– Segundo grupo. Síndromes epilépticos con posi- transición del niño con epilepsia al llegar a la adoles-
bilidad cambiante en la edad adulta; cabe men- cencia. Entre los iniciales destacan los de Jurasek et
cionar el complejo esclerosis tuberosa, el síndro- al [19] y Camfield y Camfield [20], que subrayan la
necesidad de elaborar una historia clínica orientada – Comorbilidad: comorbilidad física y psiquiátri-
a este fin, incluyendo apartados que recojan datos ca, tratamiento e interacciones farmacológicas,
específicos del proceso epiléptico, desde la epicrisis calidad de vida.
clínica y terapéutica a las características iniciales y – Mortalidad: mayor riesgo de mortalidad, SUDEP,
evolutivas del electroencefalograma que provocan depresión, suicidio, accidentes.
los tratamientos, así como los resultados de neuro- – Seguros: seguridad social, dependencia familiar,
imagen, analítica y de investigación genética. Asi- seguro de trabajo, tratamiento y garantía de se-
mismo deben reflejarse los aspectos sociofamiliares, guimiento.
nivel de formación e implicación de la familia en el
proceso, grado de preparación educativa y costum- Revisando los parámetros contemplados en el mo-
bres en el área de ocio. Por ello hay que elaborar el delo de Carrizosa et al [36] se aprecia que, de utili-
perfil individual de cada caso al inicio de la transi- zarse, proporcionaría información al neurólogo que
ción, para atender al paciente con un enfoque perso- le permitiría adecuar el tratamiento y el control evo-
nal que redundará en unos mejores resultados. lutivo de forma personalizada.
Diversos autores han ofrecido otros modelos Kuchenbuch et al [37] desarrollaron modelos se-
procedentes de Canadá, Francia, Alemania y Reino mejantes con conceptos similares, pero dirigidos a
Unido, revisados en 2014 por Carrizosa et al [36] pacientes con síndrome de Dravet, por lo que po-
con una propuesta colombiana. Si bien no está vali- demos preguntarnos si el modelo de transición es
dado modelo alguno, los autores abogan por coor- igual ante diferentes síndromes epilépticos e incluso
dinar criterios para lograr un modelo unitario y cuando el paciente está sometido a alguna terapia no
universal y establecen doce apartados que contem- farmacológica.
plan un amplio perfil personal:
– Historia médica completa: diagnóstico y comor-
bilidad, adhesión al horario de medicación, efica- Características específicas de la transición a
cia de los FAE, interacción entre fármacos, efectos la neurología de adultos en el niño con epilepsia
adversos, pruebas de retirada de FAE, concen- en diferentes epilepsias y síndromes epilépticos
traciones plasmáticas, calendario de crisis, neu-
roimagen, electrofisiología, estudios neuropsico- Al programar la transición a la medicina del adulto
lógicos, función hepática, analítica sanguínea. en un adolescente con epilepsia se debe conocer el
– Educación informativa: concienciar sobre la en- pronóstico del proceso [16], ya que existen obvias
fermedad, tratamiento, factores desencadenan- diferencias entre una encefalopatía epiléptica y una
tes, estigma social, derechos legales. epilepsia benigna. Analizaremos sucintamente las
– Dinámica familiar: calidad de relación entre pa- diferencias entre un grupo y otro, sin detallar todos
dres y adolescentes, sobreprotección, dependen- los síndromes por las limitaciones de extensión de
cia, vergüenza, antecedentes culturales y religiosos. este manuscrito, aunque valoraremos los más signi-
– Supervisión de los problemas individuales de sa- ficativos.
lud: estado de nutrición, peso, talla, índice de ma
sa corporal, vacunaciones, imagen corporal. Epilepsias benignas
– Sexualidad, embarazo y problemas reproducti-
vos: anticoncepción, menstruación irregular, ren- Por su mayor frecuencia, Camfield et al [38] anali-
dimiento y deseo sexual, riesgo de embarazo, zaron los cuatro síndromes más habituales: epilep-
abusos sexuales, enfermedades de transmisión sia rolándica, epilepsia ausencia infantil, epilepsia
sexual, teratogénesis, interrupción del embarazo focal no lesional en niños normales y epilepsia mio-
y lactancia. clónica juvenil. Las tres primeras presentan un alto
– Tabaco, alcohol, drogas: riesgos de crisis, inte- porcentaje de control de las crisis (98%, 80% y 65%,
racción antiepiléptica de drogas, dependencia, respectivamente), con frecuentes recurrencias de la
adicción, presión de grupo. epilepsia ausencia infantil, que puede adoptar ca-
– Educación y opciones de carrera: orientación de racterísticas de la epilepsia mioclónica juvenil.
vocación, técnica, profesional, trabajos nocturnos. Camfield et al consideran que la evolución de la
– Actividad física: deportes extremos, control de epilepsia rolándica es favorable tanto en el control
crisis, prevención de muerte súbita inesperada completo de crisis como en la evolución social. Re-
en epilepsia (SUDEP). comiendan no establecer un programa de transición
– Permiso de conducir: legislación, control de las para estos niños, opinión no compartida [20,39,40]
crisis, autonomía. porque diversas series con seguimientos prolonga-
dos revelan anomalías en áreas como lectoescritu- de máximo interés la asesoría genética familiar, que
ra, nivel de atención, impulsividad e incluso memo- se podría hacer en caso de positividad [26,44].
ria a corto plazo, precisando por ello seguimiento e Algunos de estos síndromes tienen una evolu-
intervención psicoterapéutica para mejorar la si- ción muy específica; no se pueden examinar todos
tuación en el adulto. No obstante, en la epilepsia exhaustivamente, aunque se comentan aquellos que
focal idiopática, hay grandes controversias y mu- presentan aspectos que deban valorarse al progra-
chos interrogantes fisiopatogénicos, como descri- mar la transición.
ben Pal et al [41], quienes calificaron estas epilep-
sias como la ‘tribu perdida’. Síndrome de Lennox-Gastaut y similares
Entre las epilepsias benignas, y por su frecuen- El fenotipo del síndrome de Lennox-Gastaut varía
cia, destacan la epilepsia ausencia infantil, con un en las sucesivas etapas madurativas y la tríada clási-
porcentaje de control menor al de la epilepsia ro- ca de crisis de ausencia atípica, crisis atónicas y cri-
lándica. La serie de Martínez-Ferrández et al [42] sis tónicas en el sueño no se mantiene después de
constata que el 25% necesitan apoyo psicopedagó- los 18 años. Permanecen fundamentalmente estas
gico en la infancia, que precisan mantener con fre- últimas y también varía el electroencefalograma, en
cuencia posteriormente, sobre todo al establecer la el que persisten sobre todo los ritmos rápidos en
orientación profesional, sin que estos casos se rela- sueño, como comprobaron Nikanorova et al [45]
cionen con los que tuvieron peor evolución en el tras seguir 27 casos durante 35 años. La transición
control de crisis. en ellos es problemática y no siempre favorable
En una revisión amplia de las epilepsias idiopáti- [46], pues junto a las variaciones comentadas se
cas de la infancia, Dragoumi et al [43] analizaron asocia con frecuencia, en menor o mayor grado, dé-
303 casos diagnosticados durante 14 años, con una ficit cognitivo y motor, y diversas comorbilidades
edad media de 6,7 años y un seguimiento medio de [47]. Ello configura una encefalopatía secuelar rela-
8,3 años (rango: 2-22 años). Comprobaron que el cionada con la etiología del síndrome, como mal-
primer año se habían controlado el 70,3% y desta- formaciones corticales difusas, lesiones multifoca-
caron, como causas de mala evolución, el inicio les posnatales (infecciones, traumatismos, etc.), y
precoz de la epilepsia, la asociación de diversos ti- suele asociarse un notable grado de refractariedad a
pos de crisis y la coexistencia de estados de mal epi- los diferentes FAE [48,49].
léptico, empeorando el pronóstico al combinarse Todos estos datos deben valorarse al diseñar la
dos o más de estas variables. El grupo de epilepsias transición, considerando las anomalías neurológicas
benignas tiene el riesgo de no considerarse necesa- y extraneurológicas. Es necesaria una atención mul-
rio el seguimiento en la vida adulta, no programan- tidisciplinaria, coordinada por el médico de aten-
do la transición al valorar solo la persistencia o el ción primaria, teniendo en cuenta los aspectos de
control de las crisis, cuando existen múltiples fac- custodia legal del adolescente-joven y de asistencia
tores evolutivos, como los comentados, que hacen social cuando se superan los límites de atención fa-
la transición imprescindible. miliar, con frecuentes niveles de gran generosidad
que provocan una nueva patología, la del cuidador,
Epilepsias graves tema que supera el enfoque de este trabajo.
en la atención familiar es elevada por la alta recu- su mayor representante la afasia epiléptica adquiri-
rrencia de crisis, que precisa medidas terapéuticas da o síndrome de Landau-Kleffner. Todas tienen
especiales como un catéter permanente para acceso como nexo común que la POCS se autolimita por la
venoso rápido, factor que sin duda influye en la edad, sea cual sea su etiología, con rara aparición
transición [50]. de crisis en el adulto. No obstante, tanto la etiología
En este amplio grupo de epilepsias monogénicas, como la duración de la fase activa de la POCS pue-
diversos autores han insistido en la importancia de de variar el pronóstico cognitivo, con habitual apa-
reevaluar el diagnóstico genético en la transición rición de alteraciones de conducta, de la capacidad
[26,44], por las razones aducidas anteriormente. de atención y de la memoria, que repercuten en las
habilidades académicas [55]. Por ello, la transición
Epilepsia en el complejo esclerosis tuberosa no debe centrase en el tratamiento farmacológico,
y otros trastornos neuroectodérmicos sino en programas de rehabilitación neuropsicoló-
Vignoli et al [51] revisaron 160 pacientes controla- gica y social, de importancia capital en el futuro del
dos desde el año 2000 en un centro multidisciplina- paciente.
rio italiano, 40 en edad infantil y 116 (72,5%) con
epilepsia, refractaria al tratamiento en 59. Si la epi-
lepsia se iniciaba en el primer año de vida, con fre- Tratamientos farmacológicos y no
cuencia asociaba crisis de espasmos infantiles, de- farmacológicos en la transición a la
terioro cognitivo y mutación en TSC2. neurología de adultos en el niño con epilepsia
Ante un complejo esclerosis tuberosa, junto al
control de crisis y la valoración del neurodesarrollo, Los FAE pueden alterar los niveles de atención y
hay que considerar la posible afectación renal y psi- conducta, efectos adversos importantes al consi-
quiátrica en el adulto [52], por lo que en la transi- derar la transición, precisando en cada caso una
ción a la medicina del adulto han de valorarse estos vigilancia ajustada a cada una de estas posibilida-
riesgos. des. No obstante, el mayor problema cuando se
Cada uno de los diferentes síndromes neuroec- plantea la transición es el incumplimiento terapéu-
todérmicos puede asociar anomalías evolutivas que tico, tan habitual en el adolescente que provoca
deben considerarse en la transición junto con el pro- descompensación clínica [6,11]. Por ello, optimi-
ceso estrictamente epiléptico; un ejemplo es el sín- zar el tratamiento farmacológico en el adulto con-
drome de Sturge-Weber, que puede asociar disca- sigue el control de muchos pacientes aparentemen-
pacidad y migraña, a veces intensa, en el adulto [52]. te refractarios, cuando realmente refleja que pro-
ceden de un previo incumplimiento terapéutico,
Epilepsia en los TEA como comprobó Chiron [11] en 39 pacientes trans-
La relación de los TEA con la epilepsia es más fre- feridos desde neuropediatría a neurología de 2005
cuente a partir de la adolescencia [53,54], aunque a 2012. Se modificó el tratamiento en 26 (67%), con
en etapas previas suelen detectarse alteraciones pa- resultado favorable en más de la mitad, lo que rei-
roxísticas en el electroencefalograma, especialmen- vindica la necesidad de mayor información al ado-
te si se realiza en sueño, sin conocer con certeza la lescente sobre la enfermedad y su tratamiento, pa
razón, aunque estamos ante una fisiopatogenia in- ra poder implicarle más y obtener una mayor auto-
teresante y que genera diferentes hipótesis. Destaca nomía.
la defendida por Tuchman et al [54], quienes abo- Las epilepsias que iniciaron en la infancia una
gan por una disfunción like del metabolismo mito- dieta cetogénica que debe mantenerse al llegar la
condrial y establecen lo que denominan ‘fenotipo transición generan grandes dificultades, analizadas
autismo-epilepsia’. Aconsejan extremar la vigilancia por Kossoff et al [56,57], quienes revisaron diez pa-
de esta posibilidad cuando se lleva a cabo la transi- cientes de 6-16 años al inicio de dicha dieta, transi-
ción a la medicina del adulto de un niño con TEA y ción en una amplia horquilla de edad (18-43 años),
plantean una revaloración diagnóstica investigando duración media de la dieta de 5,5 años (rango: 4-32
el metabolismo mitocondrial, ya que su positividad años) e intentos de destete con recurrencia de crisis
abriría una interesante ventana terapéutica. o empeoramiento. Dos siguieron la dieta en la uni-
dad de neuropediatría, otros dos en la unidad de
Epilepsia con punta onda neurología, y los seis restantes en un centro de die-
lenta en el sueño lento (POCS) ta cetogénica para epilepsia de adultos, con atención
Las epilepsias con esta expresión eléctrica tienen multidisciplinaria, los cuales obtuvieron los resul-
una diversa traducción clínica y pronóstica, siendo tados más favorables.
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Transition from child to adult epilepsy. Difficulties with an objective that cannot be delayed
Summary. Paediatric care of a chronic process is limited by the moment when the clinical and therapeutic follow-up must
be continued by a specialist from the area for adults. The delay in the transition from paediatrics to adult medicine can be
due to causes attributable to the patient or his/her relatives, or the professional who diagnosed the disease. The former
arises from the uncertainty of facing the unknown, which becomes more intense when the diagnosis and treatment have
been difficult, as there is a fear of upsetting the stability of the patient. The latter concerns the paediatric specialist, who
created ties of dependence with the patient due to the difficulties involved in the process, and perhaps even owing to a
wish to avoid playing a less important role in it. Delaying the transition gives rise to problems that are detrimental for
the child, because after adolescence there will still be a harmful dependence on the family and the paediatrician, which
will delay the necessary knowledge of their own illness and of the limitations that can condition them. As a result this
can prevent them from developing mechanisms for coming to terms with the reality of their own life situation. Later on,
when it comes to taking the necessary step into adult medicine, immaturity appears, which increases the difficulties due
to a lack of knowledge of both the disease and the tell-tale signs of alarm, revealing insecurity in the different situations
that arise. The problem can be solved by a slow progressive change which must be coordinated in mixed outpatient
departments with the presence of specialists for both paediatric and adult patients. This publication offers an analysis of
this problem and a review of the solutions recommended to implement them in the best possible way.
Key words. Epilepsy. Mixed outpatient departments. Neurologist. Neuropaediatrician. Transition.