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SEMINARIO
EL PRESUPUESTO PÚBLICO oo
DESARROLLO
El siguiente trabajo tiene como objetivo analizar el presupuesto nacional de Brasil ha mediado del
año 2015 y comienzo 2016 bajo el mando del presidente Dilma Rouseff. Para entender el
presupuesto de ese momento, analizamos varios artículos propuesto por la cátedra y a la vez
indagamos varias fuentes que serán puestos en la bibliografía.
Brasil a travesó a finales del segundo semestre del año 2015 una crisis presupuestaria económica, la
economía del país fue administrada por dos economistas nombrada por la jefa de Estado, estos
economistas estaban formados en escuela de visiones distintas.
Por un lado estaba Levy que fue sustituido por un hombre de confianza de la mandataria, el titular
de Planificación, Nelson Barbosa. Levy estaba formado en una escuela ortodoxa apoyaba a una
política económica llamado "trípode fiscal": cambio fluctuante, superávit primario y meta de
inflación. Barbosa, estaba vinculado estrechamente al gobernante del Partido de los Trabajadores
(PT) aunque no está afiliado y al ex presidente Luis Ignacio Lula da Silva (2003-2010), es defensor
de la llamada "nueva matriz económica". Este economista se formó en una escuela de carácter
"desarrollista", es decir, que se basa en tasas de interés más bajas, cambio más desvalorizado en
relación con dólar y metas fiscales adecuadas a las necesidades económicas, que no se ve obligada a
buscar el superávit primario como forma de mantener las finanzas al día.
Esta nueva matriz comenzó a sembrar polémica desde que comenzó a aplicarse, en la última etapa
del segundo Gobierno de Lula. Las diferentes visiones respecto a la política económica enfrentaron
a Levy y Barbosa desde que asumieron, el 1 de enero, cuando comenzó el segundo Gobierno
de Rouseff. Lo que agudizo a la crisis fue cuando el gobierno toma la decisión de enviar al
Gobierno un proyecto de presupuesto para 2016 que contempla un déficit fiscal equivalente al 0,5
por ciento del Producto Interno Bruto (PIB). En ese proyecto de presupuesto para el 2016 se
estimaba un déficit presupuestario primario para el sector público no financiero de un 0,34 por
ciento del Producto Interno Bruto (PIB). Previamente en el año, el Gobierno que siempre había
propuesto superávit presupuestarios, había estimado un saldo positivo equivalente al 0,7 por ciento
del PIB para el 2016. La expectativa de un déficit destaca la necesidad de Rousseff de encontrar
nuevas fuentes de ingresos en momentos en que se enfrenta a la resistencia del Congreso a
impopulares medidas de austeridad.
Para entender mejor el panorama. Brasil tuvo en su momento un crecimiento bajo e inflación
elevada por delante. Así como en 2014, el crecimiento del PIB estuvo cerca de cero y la Inflación
alrededor del techo del rango objetivo de 6,5% en 2015. El ajuste de la política económica y la
depreciación del tipo de cambio son condiciones necesarias para que el país vuelva a crecer. Sin
embargo, esa atraería un efecto negativo en el corto plazo, junto con el impacto de la caída de los
términos de intercambio, la crisis en Petrobras y la escasez de agua y electricidad.
El crecimiento mundial en 2015 y 2016, fue aumentando lentamente y de forma muy heterogénea
un crecimiento global del 3,3% en 2014 al 3,6% en 2015 y 3,8% en 2016.
El aumento de impuestos y el recorte fue muy fuerte en el deterioro de las cuentas públicas
registrado en 2014. El uso de la política fiscal para apoyar la actividad económica ha provocado un
fuerte empeoramiento de las cuentas públicas en 2014. El PIB permaneció estancado en 201 tan
solo 0,6% ese año debido a una nueva contracción de los términos de intercambio, el ajuste en
marcha de la política económica, al impacto de la crisis en Petrobras y el efecto de la escasez de
agua y electricidad.
El entorno macro económico mejorará en 2016. El impacto contractivo del ajuste de la política
económica y de los shocks que actualmente frenan la actividad tienden concentrase en 2015 y
moderase en 2016.
El gasto público en Brasil en 2016, creció 17.301,3 millones, un 2,78%, hasta un total de 640.380,5
millones de euros. Esta cifra supone que el gasto público en 2016 alcanzó el 39,52% del PIB, una
subida de 1,11 puntos respecto a 2015, en el que el gasto público fue el 38,41% del PIB.
Brasil sé presento frente al resto del mundo en 2016, en cuanto a gasto, se ha mantenido sin
cambios que en la posición en el puesto 8.
En 2016 el gasto público per cápita en Brasil, fue de 3.107 euros por habitante. En 2015 fue de
3.047 euros, luego se ha producido un incremento del gasto público por habitante de 60 euros. Si
miramos diez años atrás vemos que entonces el gasto público por persona era de 1.846 euros. En la
actualidad según su gasto público per cápita, Brasil se encuentra en el puesto 63 de los 189
publicados.