RESUMEN DE ARTÍCULO.

Realizado en: Unidad de Investigación Médica en Enfermedades Renales, Hospital

de Especialidades, Centro Médico Nacional de Occidente, Instituto Mexicano del
Seguro Social, Guadalajara, Jalisco, México
Autores: Claudia N. Orozco-González, Laura Cortés-Sanabria, Roxana M.
Márquez-Herrera y Gabriela K. Núñez-Murillo
Página: https://www.revistanefrologia.com/es-estadisticas-S0211699518301474
DOI: 10.1016/j.nefro.2018.08.001
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Pica en enfermedad renal crónica avanzada: revisión de

la Literatura

El presente artículo se hizo a través de un estudio descriptivo, observacional

retrospectivo, haciendo una revisión de la literatura.
La pica es un síntoma que nos indica clínicamente, complicaciones como, anemia,
alteración en electrolitos, mala absorción de micro y macronutrientes y desnutrición,
estas complicaciones pueden verse exacerbadas en la ERC, debido al mal aporte
calórico que reciben los pacientes de su alimentación diaria, lo cual puede llevar al
paciente a empeorar su estado de salud y limitaría alcanzar una mejor calidad de la
terapia de remplazo renal. La pica como entidad individual en el paciente con
enfermedad renal crónica, no ha sido ampliamente estudiada, a pesar de que se ha
reportado una alta prevalencia en esta población, en la práctica diaria es evidente
este síntoma característico, que es soportada por el paciente que tiene vergüenza
a reconocerlo, o el miedo a que dicho comportamiento pueda influir en su
tratamiento, los clínicos, al no investigar la presencia de pica o sus complicaciones
contribuyen a la falta de información acerca de la magnitud y la relevancia de este
trastorno de la conducta alimentaria en la ERC.

Conclusión.
La pica en la práctica clínica es evidente y está presente en el día a día del paciente
con ERC y es un dato clínico muy importante, de mucho beneficio tanto para
nosotros como clínicos y para el paciente mismo, nos aporta información valiosa
sobre el estado nutricional del paciente y nos advierte de las posibles
complicaciones que se pueden presentar, es nuestro deber el no pasar por alto este
dato clínico y así poder realizar un tratamiento adecuado, para mejorar la calidad de
vida del paciente con ERC.