Objetivos:

Objetivo general: Proponer la existencia de la espiritualidad sin una base religiosa a través del proceso
artístico-creativo de un músico.

Objetivos específicos:

1. Reconocer el significado de la palabra espiritualidad desde algunas ciencias, religiones y

pueblos.
2. Conocer el contexto en el que crece el personaje, y cómo se va desarrollando su visión de la
espiritualidad.
3. Conocer cómo el personaje lleva a cabo su pensamiento espiritual a través de la música.

HOLIII FALTAN COSAS Y ARREGLAMOS LOS OBJETIVOS Y SOLO TENEMOS UNA

PARTE DEL MARCO CONCEPTUAL Y Y Y Y ESO LOS AMO CHAI.
 Marco Teórico

1. La espiritualidad desde la antropología.

La búsqueda de la espiritualidad en una base antropológica humana, con el fin de ser personas
sociables buscamos desenvolvernos en una sociedad donde la aceptación social es necesaria para
nuestra realización personal y externa como seres socialmente activos.

La monotonía del mundo contemporáneo muestra una sociedad avanzada, donde se piensa que el
humano es dueño de la naturaleza, donde se deja de lado la necesidad espiritual, y algún contacto
directo con ella, dando supuestas respuestas al desarrollo humano interno y externo afirmando que el
ser humano es una persona que aprende de historias pasadas donde conoce a través de sus vivencias
y creando su pensamiento, cosmovisión y percepción del mundo.

Así lo afirma Milton Muñoz, Teólogo “En un mundo como el de hoy en el que hay cambio de época,
donde el hombre aún se comporta como si nada tuviera que aprender, como si lo nuevo que ocurre
pareciese que ya hubiera ocurrido antes, donde lo que parece que ha cambiado son los artefactos, pues
cada vez son más inteligentes e implican más materia gris, donde lo más importante es que se han
convertido para el hombre cada vez más determinantes para su vida, respecto a sí mismo, su mundo
y las relaciones que entabla y, donde el tiempo y el espacio son dos realidades que caracterizan a la
nueva época, pues se empieza a dejar de tener una visión cosmológica del universo, se pierde la visión
teológica para ser remplazada por un antropocentrismo”. (El hombre, un ser social por naturaleza.
(Milton Camargo, 2011)

El hombre rechaza una idea teológica, donde dios es centro y creador del mundo conocido,
remplazando por una idea donde lo científico tiene cavidad amplia en el significado de la vida,
tomando al hombre como ser y creador de todo lo conocido, donde la vida rápida toma un rol
fundamental y hace dependientes a los hombres.

A pesar de esto, aún existen interrogantes que el hombre no se puede responder a sí mismo. Carlos
Casanueva nos propone explicación a esta situación, (…) “dar sentido a la vida, a las cosas, a lo que
acontece creo que es una forma de vivir el “azar” hoy. Esto porque todo tiene una conexión. Nada es
porque sí. Según este axioma decimos que todo lo que acontece tiene una explicación y al mismo
tiempo un sentido” (…). (Dios no juega a los dados con el hombre. Carlos Casanueva)

El ser humano tiene la necesidad de saciar sus ansias de espiritualidad. Lo vemos y reconocemos
como un ser netamente espiritual por naturaleza, entendiendo espiritualidad según tres conceptos del
latín: “El sustantivo “spiritus”, que puede traducirse como “alma”, desde la partícula ‘Alis’ que se
usa para expresar ‘Relativo a’ y del Sufijo ‘dad’, que es equivalente a ‘Calidad’”

El espíritu tiene sentido en el hombre, ya que deducimos que, por tener vida, también tiene la libertad
de ser libre, tener sueños y metas.

Para poder plantear una aproximación al concepto de espiritualidad, debemos situar su contexto
histórico. Mediante el proceso de cambio de paradigma con la idea de la modernidad que vino a
imponerse como corriente filosófica de Rene Descartes, hasta la irrupción de la Revolución Francesa,
el ser humano dejó de lado la espiritualidad para centrarse aún más en la idea de vida terrenal y de
superación en el ámbito económico, social, político y cultural. Rompió el esquema de tradición y
debido al quiebre teológico, la riqueza espiritual dejó de ser importante. Este proceso fue conocido
como secularización y laicización de las sociedades e instituciones. Las sociedades en mayoría, no
en su totalidad, abandonaron la propuesta espiritual como eje de sus vidas, pero con el paso del tiempo
la necesidad de refugio espiritual comenzó a presentar un auge, explicado por la crisis de la sociedad
actual, como lo fue la decadencia del capitalismo, las guerras desatadas a fines del siglo XIX y
desarrollo del XX y reapropiación de lo antiguo, aunque todo esto en menor medida.

La adopción de una cultura espiritual en las sociedades nos hablan de un proceso que sufrió una gran
pérdida en cuanto al desarrollo de la idea de progreso del hombre, pero aun así busca su resguardo en
los momentos más inoportunos de sus vidas, ósea en sus momentos de crisis.

2. La espiritualidad desde lo indígena

Desde nuestros comienzos hemos estado ligados a la espiritualidad. Un ejemplo clave para los inicios
de este concepto serían los pueblos indígenas que habitaron en lo que hoy se llama Chile.

Cuando se habla de "espiritualidad indígena", sobre todo en Chile, se tiende a menospreciar su

cosmovisión justificando que los llamados "indios" no poseen la capacidad o inteligencia suficiente
como para haber desarrollado, alguna vez, la espiritualidad, tal como menciona Nathan Söderholm
en la publicación "El devenir de la creencia de Dios" (1929): "Todo lo que se atribuye a los hombres
en estado cultural primitivo, se considera sin más ni más como superstición y curiosidad".

Los pueblos Selk'nam, Yámana y Alacalufes o los denominados "Fueguinos" según Nathan
Söderholm (1929)"Sienten temor y misteriosa confianza ante los poderes sobrenaturales (...) pero
saben distinguir una especie de realidad espiritual dentro del mundo material. Descubrimientos de la
mayor trascendencia debemos la obra espiritual de los pueblos primitivos; aunque no hayamos
comprendido todavía totalmente las singulares creaciones de su ideología, sin embargo sabemos
tratan de valores espirituales de trascendental importancia"

Estos pueblos según lo leído en "Los Fueguinos", texto de Martín Gusinde, tenían una fuerte relación
con su Dios. Existía una gran dependencia de su divinidad, atribuyéndole incluso el día a día, es decir,
todo lo que hacían o sucedía durante su día quedaba a disposición de su Dios.

La conexión espiritual de estas culturas con su Dios era solo en un plano inmaterial ya que “carece
de lugares sagrados y de actos religiosos públicos así como de un estado sacerdotal, profesional y de
toda representación gráfica de la divinidad” (Martin Gusinde, Los Fueguinos).

Otro pueblo que desarrolló profundamente la espiritualidad fueron los Aymaras, pero hay diferencias
en su cosmovisión. Como se mencionaba anteriormente, los pueblos Selk’nam, Yámana y Alacalufe,
tenían una concepción cercana a un Dios, el gran creador y también denominado el gran asesino. Esto
revela, de cierta manera, una especie de dominación por parte de ese ser supremo sobre los hombres,
al que se le debía respeto, pero también temor. En la cosmovisión Aymara tenían la idea de que la
fuerza superior era el espíritu de la Pacha Mama. Todas sus actividades y celebraciones tenían una
fuerte conexión con los ciclos naturales y los seres vivos. Sus divinidades, por denominarlas de alguna
forma, solo estaban representadas por el sol, la tierra, las montañas y los ríos.

Toda esta información nos muestra que la espiritualidad indígena no era de desarrollo individual sino
algo más bien colectivo. Se procura mantener el equilibrio y el bienestar de todos en base a la
complacencia y respeto hacia las energías sobrenaturales que rigen su mundo espiritual.

3. La espiritualidad Laica

Cuando se habla de Espiritualidad Laica, nos referimos de la visión mental e introspectiva de la vida
alejada de la perspectiva dogmática de las religiones, sin creencias ni dios.
Desde el catolicismo se propone la espiritualidad como el desarrollo completo del ser, cuerpo, alma
y espíritu, contraria a la concepción filosófica y antropológica, quienes dividen al ser en materia y
espíritu.

“La palabra espiritual había sido utilizada durante mucho tiempo casi exclusivamente en el terreno
de lo religioso; se hablaba de espiritualidad cristiana, y cuando comenzaron a ser conocidas las
religiones de otras latitudes, de espiritualidad budista, espiritualidad islámica, espiritualidad hindú,
etc.
Recientemente, aunque con un antecedente en la época helenista de la filosofía , también ha
comenzado a utilizarse la palabra espiritualidad para referirse a fenómenos no estrictamente
religiosos; y ha comenzado a hablarse de espiritualidades laicas o no
Religiosas.” (J.de Dios Martín V. Una Espiritualidad Para Tiempos Difíciles, Pg.1.)
Actualmente la idea de una espiritualidad que no obedezca a ninguna religión ha pasado a ser un
hecho más que aceptado en algunos sectores; es que en un mundo en donde la conexión con cualquier
lugar del planeta es posible en cuestión de segundos y que el conocimiento está a la orden del día,
creer que la espiritualidad es solo posible desde la religiosidad, es prácticamente aislarse y negar
cualquier otra realidad.

Para lograr un verdadero desarrollo espiritual hay que comenzar con la evolución hacía un
pensamiento crítico, que nos permita superarnos, y generar un individualismo-colectivo para crecer
personalmente como seres intelectuales y espirituales y de esta misma manera generar lazos para que
este crecimiento sea masivo y de forma exponencial para dar paso a la felicidad que ha sido
expropiada por la sociedad del capitalismo y su errónea concepción de individuo. “Esta evolución, al
alejarnos de la idea de dios y dejar de ser creyentes, no significa que las cuestiones de espiritualidad
no nos interesen. No hay que confundir moral con espiritualidad. La moral es el respeto del otro,
moral quiere decir derechos humanos. Cualquiera sea la moral que uno escoja, todas se basan en el
respeto y la honestidad”

Despojarse de la religiosidad en todos sus sentidos no significa des-humanizarnos, como tales,

religiosos o no, todos estamos expuestos a la tragedia, el sufrimiento, la vejez, la muerte, etc. Un sin
fin de situaciones en las que la espiritualidad siempre está presente.

J.de Dios Martín V. en su texto, Una Espiritualidad para tiempos difíciles, propone la existencia
de cuatro formas espiritualidad sin religión, al menos las más representativas. Aunque todas tienen
búsquedas muy distintas todas apuntan a la misma dirección:

 Experiencias de trascendencia: Se considera como algo que todos, sin distinción, podemos
alcanzar y puede manifestarse en cualquier momento de nuestras vidas. Esta revelación nos
abre las puertas hacia una espiritualidad conectada con nuestro entorno. Por ejemplo
presenciar un acto de la naturaleza o una obra de arte. En definitiva tener una experiencia
sensible.
“Cuando un sujeto ha hecho una experiencia de trascendencia ya ha caído en la cuenta de
que el mundo de lo material, de lo físico, no es todo; a partir de esa toma de conciencia su
 mentalidad se ha abierto más allá y ya no es raro que esa dimensión de trascendencia que
ha descubierto en la realidad, le habite y que le acompañe el resto de su vida dotándole de
una especie de familiaridad con la dimensión espiritual.” (J.de Dios Martín V. Una
Espiritualidad Para Tiempos Difíciles, Pg.5.)

 Espiritualidad desde la Filosofía: “sin ser creyentes y distanciándose claramente de toda fe

y de toda Iglesia, piensan que el no ser creyente o el ser ateo no tiene por qué castrar su
dimensión espiritual, y que dan muestras en sus escritos de estar familiarizados con su
ejercicio.” (J.de Dios Martín V. Una Espiritualidad Para Tiempos Difíciles, Pg.5.)
Dentro de los filósofos contemporáneos los franceses: A. Camus, André Comte-Sponville,
Luc Ferry y Marcel Gauchet son los mayores exponentes de la nueva espiritualidad.

 Espiritualidad de “La Nueva Era”: es la espiritualidad desde lo Esotérico, si bien, utiliza

vocabulario religioso para exponer sus principios, no avala la creencia de dios ni religiones,
todo es a través de los signos zodiacales y la universalidad del cosmos.

 El humanismo laico, no religioso: se refiere a la espiritualidad ética, donde se da paso a la

solidaridad y el altruismo para ayudar al necesitado y así, de esta manera, fomentar el
crecimiento espiritual.

Existen muchas maneras de manifestar la espiritualidad, pero lo más importante es que cada uno debe
generar una propia, todo eso parte del auto conocimiento, tomarse un tiempo para uno, y aprender a
estar solos. La espiritualidad sin religiones, laica, sin dioses, sin creencias ni dogmas, es
completamente posible. Ser espiritualmente libres es valorar el amor, donde ningún sentimiento ni
emociones son dejadas de lado, de esta manera, recuperar la sencillez y la inocencia de la infancia y
lograr el conocimiento personal, quererse y querer es la mayor muestra de espiritualidad.
 Marco Conceptual

A continuación definiremos los conceptos clave y la orientación que se le dará a cada uno según el
sentido de esta investigación:

Espiritualidad

1. Inclinación de alguien hacia lo espiritual e inmaterial

Religión:

1. Según la etimología, viene del verbo religare, que significa “volver a unir, enlazar,
relacionar”, en este caso, a los hombres con Dios. Realmente, es el reconocimiento de
dependencia de un Ser Supremo, las doctrinas o preceptos que de ello se derivan y la
manifestación interna o externa de un culto a dicho ser.

Cosmovisión:

1. Manera de ver e interpretar el mundo.

Primitivo

1. Se aplica a un pueblo o civilización que tiene un desarrollo y una cultura poco avanzada.

Trascender

1. Comprender, averiguar alguna cosa.

2. Ir más allá, sobrepasar cierto límite.

Inmaterialidad

1. Falta de materialidad.
2. Cualidad de lo que es inmaterial.

Introspección

1. Observación interna de los pensamientos, sentimientos o actos.

2. Autoanálisis.
Dogma

1. Punto principal de una religión, doctrina o un sistema de pensamiento que se tiene por cierto
y seguro y no puede ponerse en duda.
2. Verdad absoluta.

Laicismo

1. Doctrina que defiende la independencia del hombre, de la sociedad y del estado de toda
influencia eclesiástica o religiosa.