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A pesar de la imagen que mucha gente tiene del imperio maya, los mayas no
vivían bajo un gobierno unificado o emperador. Por el contrario, la civilización
maya era muy parecida a la Antigua Grecia, donde la religión y el arte eran
compartidos en todo el territorio, pero el gobierno estaba compuesto por ciudades-
estados independientes y en el mundo del gobierno maya, había dos jugadores
principales: el sacerdocio y los gobernantes. Los sacerdotes tenían control sobre
el calendario maya y las ceremonias religiosas y tenían poder sobre cada aspecto
de la vida diaria. Los gobernantes eran reyes y la línea de sucesión era masculina.
Cuando nacía un heredero, el rey ofrecía un sacrificio de sangre
(sorprendentemente, de su propia sangre) a sus ancestros. La sangre era una
parte integral del gobierno en el poder, y cuando el heredero se convertía en rey,
para recibirlo se hacía un sacrificio humano. La víctima era un prisionero de guerra
y la ceremonia era el ritual más importante en la vida del rey. Establecía y
reafirmaba su derecho a reinar, y mantenía a la gente tranquila, ya que la religión
maya mantenía que el reinado era necesario no sólo para la continuación de la
cultura maya sin también del universo entero.
Colapso maya
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El colapso de la civilización maya del periodo clásico, o simplemente colapso
maya, se refiere a la decadencia y el abandono de las
ciudades mayas del período Clásico en las tierras bajas mayas del sur
de Mesoamérica entre los siglos VIII y IX. No debe confundirse con el colapso de
la civilización maya del periodo Preclásico en el siglo II. El Período Clásico de
la cronología mesoamericana generalmente se define como el período
comprendido entre los años 300 y 900, los últimos 100 años de los cuales, de 800
a 900, son conocidos como el Clásico Terminal.1 El colapso maya del periodo
Clásico es uno de los mayores misterios de la arqueología. La sofisticación cultural
alcanzado por los mayas antes de la caída, en combinación con la relativa
brusquedad del propio colapso, hace que este desarrollo sea tan interesante.
Los centros mayas más avanzados en las tierras bajas del sur de Mesoamérica
entraron en un proceso de declinación durante los siglos VIII y IX y fueron
abandonados poco después.
En términos arqueológicos, este descenso fue indicado por el cese de las
inscripciones en los monumentos y una reducción de obras de construcción
de arquitectura a gran escala. Sin embargo, un número de ciudades mayas no
declinaron y la civilización maya continuó hasta 1697 cuando los españoles
conquistaron a Tayasal, la última ciudad-estado independiente de los mayas.
Efectivamente, después del "colapso maya", los mayas del norte de Yucatán
prosperaron y el estado de Chichén Itzáconstruyó un imperio que unió brevemente
a la mayor parte de la región maya.
Dado que partes de la civilización maya siguieron prosperando, un número de
científicos no concuerdan con el uso del término "colapso". 2 Con respecto al
colapso, E.W. Andrews IV llegó incluso a decir que: "en mi opinión no sucedió tal
cosa."3
Se identificaron unas 88 teorías o variantes de teorías, que intentan explicar el
colapso maya del periodo Clásico. 4 Desde el cambio climático a la deforestación, a
la falta de acción por parte de los reyes mayas, no existe una teoría
universalmente aceptada para explicar el colapso, aunque la sequía está ganando
soporte como la principal explicación.5
Invasión extranjera[editar]
Para algunos científicos, la evidencia arqueológica relacionada con la intrusión de
los toltecas en Yucatán —en Ceibal, Petén— parece confirmar la validez de la
hipótesis de la invasión extranjera como causa del colapso maya.
La última hipótesis sugiere que las tierras bajas del sur fueron invadidas por un
grupo que no pertenecía a la cultura maya, cuyas tierras de origen se encontraron
probablemente en las tierras bajas del Golfo de México. Esta invasión comenzó en
el siglo IX y provocó durante los siguientes cien años una serie de eventos que
resultaron en la destrucción de los mayas del Clásico. Se cree que esta invasión
de alguna manera fue influenciada por los pueblos toltecas del centro de México.
Sin embargo, la mayoría de los científicos que estudian a los mayas no creen que
la invasión extranjera fue la causa principal de este colapso; postulan que ninguna
derrota militar puede explicar, ni ser la causa, del proceso de colapso prolongado y
complejo del clásico terminal. La influencia de Teotihuacan en toda la región maya
puede haber implicado algún tipo de invasión militar, sin embargo en general se
considera que existía una significativa interacción entre Teotihuacan y la región
maya que data del período Clásico Temprano o antes, es decir, mucho antes de
los episodios de colapso del Clásico Tardío. 6
Durante muchísimo tiempo se pensó que los mayas del Clásico fueron un pueblo
pacífico que únicamente se dedicaba a observar fenómenos astronómicos, al arte,
a recoger sus cosechas periódicamente sin entablar conflictos habitualmente, sólo
en contadas excepciones. Esta visión ha cambiado desde que, en 1946, se
descubrieron las pinturas de Bonampak (imagen de la portada) y poco a poco se
ha ido desentrañando la compleja escritura jeroglífica (de manos, entre otros, de
Alfonso Lacadena).
La etnohistoria nos proporciona datos para poder vislumbrar que la sociedad maya
estaba estrechamente ligada a la guerra. Estos documentos han de ser cotejados
entre sí y, si es posible, analizarlos con las evidencias arqueológicas que poco a
poco van emergiendo. Se han registrado ciudades amuralladas en la costa oriental
de Yucatán (Tulum y Xcaret) y hay evidencias sobre la difusión de puntas
pequeñas para arco y flecha que han sido consideradas como un elemento
militarista. Si bien en la era del Posclásico las evidencias parecen claras, el
problema está cuando hablamos del Clásico e intentamos deshacer el mito
pacifista de esta cultura. Como hemos comentado, el desciframiento de la
escritura maya ha servido para poner en evidencia la gran maquinaria guerrera
maya. La epigrafía ha dado a conocer glifos que se relacionan con la guerra:
captura (chucah), decapitación o
Fortalezas mayas
Las imágenes han revelado una sorprendente visión acerca de la militarización del
territorio Maya. Uno de los descubrimientos más sorprendentes ha sido la
construcción de murallas y terraplenes defensivos, así como de complejas
fortalezas.
“La guerra no ocurrió únicamente al final de la civilización Maya” dijo Garrison. Los
mayas estuvieron en una guerra sistemática a gran escala que duró muchos años
y ciertamente dominaban el arte de las edificaciones bélicas.
El sistema de numeración de los Mayas
El sistema de de escritura de esta civilización fue llamado por los especialistas como
jeroglífico, por tener un vago parecido con la escritura utilizada en el Antiguo Egipto.
En cuanto al sistema de numeración y los números mayas en sí, cabe destacar que los
mayas inventaron un sistema de numeración como modo de instrumento para medir el
tiempo y no para hacer cálculos matemáticos, a diferencia de muchas otras
civilizaciones. De este modo, los números mayas se encuentran directamente relacionados
con los días, meses y años, siendo estos organizadores del calendario maya que es también
de sobras conocido, no sólo debido a sus muchas leyendas sino que además es uno de los
primeros calendarios (junto al romano) que se conocen.
En la numeración Maya había sólo tres símbolos para representar los números,
aunque estas formas variaban según el uso: algunas eran para los monumentos,
otras para los códices y otras eran representaciones humanas.
Los tres símbolos básicos eran el punto, cuyo valor es uno; la raya, cuyo valor es
cinco; y el caracol (algunos autores lo describen como concha o semilla), cuyo valor
es cero. Combinando estos símbolos se obtenían los números del 0 al 20, como
podéis apreciar en la imagen a comienzo del artículo. Es así como el sistema de
numeración maya las cantidades son agrupadas de 20 en 20. De ahí que se lo
llame sistema vigesimal porque está basado en el número 20.
Ciencia:
" Es el esfuerzo procesual y sistemático que se realiza para conocer, describir y explicar
que nos rodea el mundo a través de la investigación, observación y experimentación que
permiten la elaboración de nuevas teorías científicas plenamente comprobables. Todo es
posible gracias al método científico".
Tecnología:
Considerada como la consecuencia práctica del desarrollo de la ciencia. comprende todas
las técnicas, instrumentos y procedimientos utilizados por la sociedad en la producción de
bienes y servicios para garantizar su existencia y el bienestar".
Tal como lo expresa el Popol Wuj, Libro Sagrado de maya, ya no existen actualmente los
textos sobre ciencia maya que como existieron antiguamente. Hoy en día solo contamos
con los códices que se salvaron; a través de la observación y estudio de los templos, las
ciudades, y sus inscripciones; a través de los idiomas, de la vida cotidiana y tradición oral
del Pueblo Maya. En este contexto, la reconstrucción de la ciencia y tecnología maya no es
una tarea fácil.
La escritura maya
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Representación de la escritura
La escritura aparece de múltiples formas en monumentos de
piedra aislados (estelas y altares), en escalones, dinteles e
intradoses de las puertas, en tableros de piedra, estuco o madera,
en pinturas murales y códices, así como, en la cerámica funeraria,
en pequeños utensilios y adornos.
Las piezas más relevantes para los investigadores son, sin
duda, el millar de monumentos de piedra, a menudo bastante
bien conservados, y, en menor medida, debido a la densidad y
complejidad de su información, los cuatro libros manuscritos
(códices de Dresde, de París, de Madrid y Grolier), así como la
abundante cerámica policroma, descubierta sobre todo con los
saqueos modernos de tumbas.
La escritura maya presenta destacados contrastes, incluso
externamente, respecto a las otras escrituras
mesoamericanas. Los jeroglíficos mayas consiguieron un alto
grado de estandarización y abstracción. Los textos jeroglíficos
mayas están escritos de modo muy compacto en líneas y columnas
exactas y, a menudo, sin ningún tipo de representación gráfica
aclaratoria.
Cuenta larga
Cuenta larga es la denominación de un calendario vigesimal mesoamericano no repetitivo,
empleado por varias culturas de Mesoamérica a partir del período Preclásico Tardío. Es
vigesimal porque se basa en los 20 días del ciclo más corto, el Vinal o Uinal, 18 de los cuales
forman el ciclo Tun. La base vigesimal también se refiere a los 20 tunes que forman el ciclo
Katun (19,7 años), y a los 20 katunes forman el ciclo Baktun (394,25 años), y el Baktun es la
13ª parte de la Cuenta larga.
Es especialmente conocido por los registros mayas que emplearon este sistema, aunque las
inscripciones más antiguas proceden de Chiapa de Corzo y son anteriores a la era cristiana.
Su amplia difusión en la región maya ha ocasionado que sea conocido erróneamente
como calendario de cuenta larga maya. Empleando una cuenta vigesimal modificada, este
sistema de registro calendárico identifica los días ocurridos desde la fecha correspondiente
al 11 de agosto de 3114 a. C. en el calendario gregoriano.1
En tanto que la cuenta larga no repite nunca ninguno de los días —a diferencia del calendario
de 365 días de uso común en toda Mesoamérica, que se repetía cada 52 años—, fue
empleado para registrar sucesos importantes en la vida política de varias ciudades,
especialmente en el sureste de Mesoamérica.
ASTRONOMÍA MAYA
El calendario solar maya era más preciso que el que hoy utilizamos. Todas
las ciudades del periodo clásico están orientadas respecto al movimiento de la
bóveda celeste. Muchos edificios fueron construidos con el propósito de
escenificar fenómenos celestes en la Tierra, como El Castillo de Chichén Itzá,
donde se observa el descenso de Kukulkán, serpiente formada por las sombras
que se crean en los vértices del edificio durante los solsticios. Las cuatro
escaleras del edificio suman 365 peldaños, los días del año. En el Códice
Dresde y en numerosas estelas se encuentran los cálculos de los ciclos lunar,
solar, venusiano y las tablas de periodicidad de los eclipses.
Entre los mayas, la cronología se determinaba mediante un complejo
sistema calendárico. El año comenzaba cuando el Sol cruzaba el cenit el 16 de
julio y tenía 365 días; 364 de ellos estaban agrupados en 28 semanas de 13 días
cada una, y el año nuevo comenzaba el día 365. Además, 360 días del año se
repartían en 18 meses de 20 días cada uno. Las semanas y los meses
transcurrían de forma secuencial e independiente entre sí. Sin embargo,
comenzaban siempre el mismo día, esto es, una vez cada 260 días, cifra
múltiplo tanto de 13 (para la semana) como de 20 (para el mes). El calendario
maya, aunque muy complejo, era el más exacto de los conocidos hasta la
aparición del calendario gregoriano en el siglo XVI.