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de
Apren
dizaje 1
MA 1. ¿Qué es el territorio desde una perspectiva económica?
Diseño
Didácticas Curricul
activas | Unidad 1
Introducción
Encaminándonos en el presente proceso de aprendizaje, los invito a disponer de todos los aspectos
motivacionales que permitan interiorizar cada uno de los temas que serán fundamentales para la
comprensión de la Unidad.
De acuerdo con la práctica docente, varios autores han encontrado que nuestros profesores utilizan tres
concepciones científicas para explicar sus didácticas:
2. Concepción idealista.
3. Concepción materialista.
Con base en estas posiciones, en la Unidad serán estudiados 10 investigadores, analizados desde la teoría
tricerebral plateada por Waldemar de Gregory, la cual consiste en observar el cerebro en una unidad
tríadica en la que el hemisferio izquierdo sería el lógico, el hemisferio derecho el creativo, y el central —o
cerebro antiguo— el operativo.
John Dewey, Jean Piaget, Lev Vygotskiy Humberto Maturana, analizados desde el hemisferio izquierdo
(lógico).
Sigmund Freud, Carl Gustav Jung y Carlos Castaneda, por el hemisferio derecho (creativo).
Karl Marx, Orlando Fals Borda y Paul Feyerabend por el cerebro central (operativo).
Esta unidad sigue desarrollándose con una propuesta del maestro como investigador en una escuela con
estrategias didácticas activas, mientras que se pregunta si el investigador nace o se hace. Una vez
tomados estos criterios, se reconstituyen las tres concepciones epistemológicas del quehacer pedagógico
descritas en un principio, retomando que todo conocimiento debe poseer un tiempo, porque es un ser
que se ha construido entre lo cognitivo y su propia experiencia vivida.
Por consiguiente, analizaremos los aportes que para el aprendizaje posibilitan el estudio de la teoría
tricerebral. Favoreciendo la comprensión, nos encaminaremos en el presente aprendizaje.
A pesar de existir en algunos mamíferos superiores, gracias al proceso evolutivo este cerebro alcanzó en
nosotros una extensión tan extraordinaria, que tuvo que plegarse en circunvoluciones y cisuras para
caber en una caja craneana tan pequeña. Si el neocórtex no tuviera esa disposición, la cabeza de cada
uno de nosotros poseería una superficie aproximada de los 1,2 metros cuadrados. El neocórtex se forma,
a su vez, por los hemisferios derecho e izquierdo, unidos por un haz de fibras llamadas “cuerpo calloso”;
asimismo se subdivide en cuatro lóbulos, uno en cada hemisferio: frontal, occipital, parietal y occipital. La
figura 1representala forma de pliegues que se posee el neocórtex, y los 4 lóbulos que posee en cada
hemisferio.
FIGURA 1. EL NEOCÓRTEX
FUENTE: HTTP://IMAGE.SLIDESHARECDN.COM/NEUROMKTG-1198871080397969-2/95/NEUROMARKETING-29-728.JPG?CB=1198863881
1
Texto tomado de Pérez, 2003, p, 101.
En su libro Democracia y educación, este pedagogo norteamericano perfiló 5 etapas para su programa
pedagógico; estas son:
Parte de una experiencia empírica, actual y específica del niño, no aquella que el profesor asume
como presumible cuando planea el currículo. Dewey, quien pensaba en este percance del profesor
planeador, recomendaba que dicha experiencia estuviera muy lejos del ámbito escolar, situación que
debería buscarse como corolario en las actividades concretas realizadas por el niño en el hogar o en
su comunidad.
En la segunda etapa el maestro le preguntará al niño ¿cuál es el motivo para averiguar sobre ese
tema? Con suma delicadeza, le hará ver las imprecisiones de su corta experiencia, colocará
dificultades, y en ese compás de espera, lo motiva y lo guía como maestro colega o contrastador para
que defina de una manera precisa su dificultad o problema.
Una vez resuelta la anterior etapa, la guía del maestro investigador consistirá en preguntarse-
preguntando: ¿qué datos tenemos ahora para plantear una situación al problema definido? En esta
tercera etapa, ambos, maestro colega y niño, hacen un inventario de los datos que cada uno posee.
Es importante tener presente que, quizá, los materiales escogidos para solucionar el problema no
estén presentes; por tanto, acudiremos a la creatividad para buscarlos: ¿un video, un libro, una
dirección electrónica o una consulta a un especialista? La última posibilidad es muy interesante, pues
le estamos diciendo al niño que tampoco poseemos todos los conocimientos, y que la inter y
2
Texto tomado de Pérez,2001, pp. 28-36.
Armados con las diversas semánticas científicas, y basados en experiencias propias y ajenas, maestro
colega y niño investigador estarán dispuestos a plantear una hipótesis posible, solucionadora de la
experiencia-pregunta interrumpida. En ese momento, ambos se invitarán, como colegas, a plantearse
varias rutas: el maestro colega, desde luego, como contrastador, resaltará las consecuencias de las
diferentes rutas. Ello es trascendente, pues en esta cuarta etapa viene el“ atrévete a la aventura de
conocer” no sin que antes el maestro colega hubiera advertido: “no poseemos bitácora”. En otras
palabras, cada inferencia hecha praxis conlleva riesgos, ¿estaremos dispuestos a asumirlos
éticamente?
Para ilustrar la propuesta de John Dewey, en seguida presentamos los niveles de los tres cerebros de
Waldemar de Gregori, con sus niveles de actuación.
En la figura 2 podemos apreciar las cinco etapas de John Dewey, miradas desde la perspectiva de los tres
cerebros y los cuatro niveles que propone Waldemar de Gregory.
NIVELES DE ETAPAS
ACTUACIÓN
Educación basada en el Método sobre Educación y política deben Solo la Educación basada en el Alcance social de
el problema forma maestros de la ser una sola, pues las dos Método sobre el Problema puede la Educación
inteligencia humana que asimilen en buscarán gestores realizar Revoluciones auténticas, pues basada en el
Comando sus escuelas niños de diversas clases inteligentes ellas deben ir acompañadas de Método del
sociales, diferentes tradiciones cambios internos en las disposiciones Problema
culturales y distintos credos religiosos mentales y morales
Jean Piaget consideraba que, a pesar de que el conocimiento se daba por interacción del niño con su
entorno relacional, tenía más importancia la maduración del mundo biológico, es decir la madurez del
cerebro. De ahí que sus etapas tienen que ver con el mundo que hemos llamado interno o biológico,
como se aprecia en la figura 3.
A través de nuestras experiencias, del sentir antes que del pensar, el sistema nervioso
participa en los fenómenos del conocer por:
Interno
Diversidad múltiple de configuraciones sensoriales y motoras.
(biológico) Interconexiones en serie y en paralelo de varias regiones del cerebro, permiten que el
CEREBRO organismo asocie estados internos que se acoplan con la multiplicidad de interacciones
que se pueden establecer con el medio.
Medio cambiante
FIGURA 3.
FUENTE: PÉREZ ,2003, P. 41
Contrario a Piaget, Lev Vygotskile daba más importancia al mundo externo o relacional, porque este
atraería un desarrollo del cerebro más rápido o más oportuno que esperar la madurez, que era el
planteamiento de Piaget.
De todas maneras, ambos autores sabían que en el conocimiento debía existir un tiempo, es decir que no
podría existir conocimiento propio en la escuela, si tanto el profesor como el estudiante no poseyeran el
tiempo necesario para la construcción de los saberes(Pérez,2003, pp. 39-40).Aunque la edad cronológica
es un factor a tener en cuenta, según lo planteó Piaget, un aprendizaje organizado se convierte en
desarrollo mental, ya que estaría poniendo en marcha una serie de procesos evolutivos que no podrían
darse al margen del aprendizaje. Pero ello significaría que el profesor guía debía conocer qué
conocimiento trae el estudiante sobre un tema específico para no caer en el tiempo de la zaga
pedagógica, tiempo que podría ser utilizado para hacer madurar los capullos y las flores (zona de
desarrollo proximal, según la metáfora de Vygotski), con el fin de tener los frutos esperados. Este
concepto es fundamental por dos razones:
Nos alejaría del fatalista, según el cual toda actividad de enseñanza introducida prematuramente
respecto al nivel del desarrollo del estudiante estaría condenada al fracaso.
Nos alejaría del punto de vista preformacionista, pues los teóricos de esta escuela próximos a los
analistas funcionales de la conducta, dicen que todo desarrollo es aprendizaje, y que si deseamos que
un aspecto del aprendizaje se desarrolle, bastaría con introducir las tareas enseñadas de la enseñanza.
ESTUDIANTE PROFESOR
GUÍA
Proyecto de Vida
Zona Real Información
y potencial en la cual se a proporcionar, desde el qué, el cómo y
encuentra para qué. (Depende de la concepción
del mundo: empírica, idealista y práctica
teórica o ma terialista)
FIGURA 4.
FUENTE: PÉREZ, 2003,P. 40
Nosotros, los humanos, observamos por la praxis del vivir en el lenguaje. Maturana (1997) establece dos tipos
de observadores, de acuerdo con lo que él o ella hacen en la praxis del vivir en el lenguaje; estos son:
1. Uno o una, como observadores, rechazan explícita o implícitamente que sus habilidades cognitivas
son biológicas. Al hacerlo, él o ella asumen que la existencia tiene lugar con independencia de lo que
hacen, que las cosas existen independientemente de si las conocen o no. De esta manera, la
reformulación de la praxis del vivir hace referencia a entidades como materia, energía, Dios, mente,
ideas, entre otras. La objetividad, por tanto, es trascendental y, por ende, toda pretensión de conocer
es una demanda de obediencia.
3. Luego, se debe pensar que los problemas de la conciencia surgen cuando se coloca la reconstitución
lingüística al lado de la internalización, y también del hecho de que podamos colocarnos a nosotros
mismos como si fuéramos objetos del mundo exterior. Esto pertenece a la naturaleza misma del
lenguaje, sin ella es imposible contar con un sistema simbólico.
El segundo hecho de colocar la objetividad entre paréntesis le indica al hombre que sus capacidades
cognitivas son fenómenos biológicos y que, por tanto, son alteradas cuando existen fallas en ese sistema, y
que esa capacidad desaparece cuando morimos; en últimas, fallamos en el conocer cuando no establecemos
acoplamientos estructurales entre nuestras composiciones internas y el presupuesto de realidad existente en
el entorno. La realidad, por consiguiente, es un medio abierto, amplio, para que el conocimiento aporte,
desde sí mismo, acoplamientos estrictos y configurados con base en su propia idea de orden.
El tercer hecho de colocar la objetividad entre paréntesis significa que la habilidad cognitiva es explicada
por un observador, y surge como un fenómeno biológico en su relación como sistema viviente. Y si
adopta este camino explicativo, ese observador dependiente tiene que aceptar sus incapacidades para
distinguir en la experiencia de sus vidas diarias lo que distinguimos como percepción e ilusión. En otras
palabras, la mentira y el error revelan nuestra capacidad para distinguir en la experiencia entre
precepción e ilusión, así como la hipocresía es una manipulación de las relaciones interpersonales de esta
incapacidad.
En la figura 5, de Humberto Maturana, se aprecia la explicación de lo que es el observador que coloca los
hechos entre paréntesis, y el que, al no hacerlo, considera que los hechos son trascendentes.
FIGURA 5.
FUENTE: MATURANA, 1997, P. 27.
Como conclusión, al tomar este camino explicativo, toda afirmación que un observador dependiente
realiza es válida en algún dominio de la realidad, y ninguna es falsa de por sí.
Basándonos en el apartado anterior, surgen ciertas preguntas lógicas, tales como: ¿todo observador
dependiente al decir “su verdad” establece de hecho una verdad universal? ¿Hasta qué punto esa verdad
alcanza el rango de científica? ¿Qué método la comprueba?
A ese respecto, Maturana (1997) establece 4 criterios que debe hacer un científico, no solo para generar
sus explicaciones, sino para validar sus afirmaciones en un dominio particular de la ciencia; estos criterios
son:
1. Especificación del fenómeno: explicación de este como una característica de la praxis del vivir del
observador, por medio de la descripción de lo que el científico debe hacer para experimentarlo.
2. Proposición de un mecanismo: es cuando en su operación el observador plantea un mecanismo para
que la experiencia del fenómeno por explicar se produzca en él o en ella.
3. Deducción desde la proposición del mecanismo: una vez que el mecanismo propuesto produce, como
una consecuencia de su operación, el fenómeno especificado en (1), el científico deduce otros
fenómenos no considerados explícitamente en su proposición, así como la descripción de sus
observaciones de observación en la comunidad de observadores.
4. Experimentación de los fenómenos adicionales: una vez deducidos otros fenómenos, el científico
experimentará en su praxis del vivir aquellas operaciones que, de acuerdo con lo que también ha sido
deducido en (3), serían generadas por ellas cuando el científico las realiza.
Estos criterios, desde luego, no necesariamente deben ocurrir secuencialmente, sino que pueden darse
en un orden imbricado.
RESÚMENES
Resumen 1:
El neocórtex es la nueva corteza cerebral que, junto con los otros cerebros,
se puede considerar como la madre de la invención y el padre del
pensamiento.Sus representantes adoptan una comunicación en la cual las
clasificaciones, la actitud científica, los lleva a una crítica de las culturas: la
científica, económica, política y artística y la espiritual.
Resumen 2:
Los teóricos presentados: Vygotski, Piaget, Maturana y Dewey, adoptan una
actitud científica, lógica, investigativa, según la cual existe un sentido
crítico y una pretendida comprobación científica. Es de anotar que hemos
utilizado el apellido Vygotski con (i)latina final, porque en el alfabeto Ruso
no existe la ygriega. Su utilización ha sido popularizada de ambas formas
en Occidente: Vygotskio Vygotsky.
Archivo PDF: El desarrollo Leer el Capítulo VI: “El desarrollo de los conceptos
de los procesos científicos de la infancia” (pp.65-90), que permite
psicológicos superiores, profundizar la manera como los niños reciben los
de Lev Vygotski. Disponible conceptos de la escuela, catalogados como científicos y
en la asimilación que el niño realiza a través de su
http://www.terras.edu.ar/bi conciencia.
blioteca/6/TA_Vygotzky_U
nidad_1.pdf
En la figura 6 podemos observar las partes constitutivas del cerebro central reptiliano, que son:
protuberancia, cerebelo y bulbo raquídeo.
Cerebro Medio
Cerebelo
Protuberancia
Bulbo raquídeo
Médula Espinal
Cerebro Reptiliano
FIGURA 6. CEREBRO REPTILIANO
El cerebro operativo es el más primitivo que poseemos, y también es denominado como chasis neural.
Anatómicamente es el tallo encefálico, del cual dependen nuestras funciones vitales más básicas: posee
núcleos celulares que reciben información de la piel, controla las respuestas motoras de la cara, el cuello
y los ojos; otros grupos celulares informan sobre sentidos específicos como el oído, el equilibrio y el
gusto; la regulación de niveles de alerta y de conciencia; centro responsable de funciones tan vitales
como la digestión, la respiración, la frecuencia cardiaca, las disposiciones para el movimiento, el
equilibrio, y la coordinación de los reflejos visuales y auditivos. Con base en la conducta de los reptiles
podemos inferir acciones humanas como estas:
La doble moral y las premeditaciones de venganza. El reptil necesita que su víctima lo vea desde otra
óptica o desde otra mímesis (Pérez, 2003,p. 96).
Si partimos de una realidad presente, tendremos que aceptar que tanto las instituciones locales, como
los movimientos sociales, disponen hoy por hoy de un escaso margen para transformar el mundo.
La participación permea respuestas desde lo público hasta las demandas particulares de los ciudadanos.
De ahí que en la participación y la consulta anticipen demandas ciudadanas evitando que estas se
cristalicen en respuestas apresuradas, sin planeación, y, tal vez, más costosas en la economía.
3
Texto tomado de Pérez, 2010, p. 39.
Las metodologías participativas —como trabajo profesional en el ámbito microlocal, como un barrio,
distrito o municipio— contribuyen a alcanzar la cohesión social. Por ejemplo, actualmente los
profesionales del área de la salud deben comprometerse en términos de calidad, ofreciendo mejores
servicios, eficiencia y optimización de los recursos con que se cuenta.
Desde su concepción, Orlando Fals Borda siempre ideó que esa responsabilidad pública y social debía
articularse en cuatro grandes ejes:
La meta fundamental que se propuso Fals Borda es que la IAP debe dirigirse a conocer para transformar;
es decir, siempre se articula a un fin o un “para qué”, no realizada por las elites, sino por las bases
sociales.
benefactoras, sino que todo debe partir del interés de la propia población o grupo de personas que
reclaman un cambio.
La IAP, por tanto, parte de la misma experiencia vivida o sentida de la comunidad reclamante. La
investigación, por consiguiente, debe ser utilizada como un medio de movilización social. Por eso, en la
IAP la población deja de ser sujeto que investiga; en otras palabras, debe participar durante todo el
proceso, así como en la selección del problema u objeto de estudio, el diseño de la investigación, el
trabajo de campo y el análisis de resultados y diagnósticos críticos, única manera para elaborar
propuestas, debates, toma de decisiones, planificación, ejecución de actividades y evaluación de la
acción.
La IAP, por tanto, no es una metodología de investigación exclusiva, ya que no es la única forma de
alcanzar el bienestar sociocultural de una comunidad. De ahí que la IAP solo se aplica a espacios
reducidos: un barrio o una organización.
Los sociólogos Bru-Martin y Basagoiti (2001) nos proponen los siguientes elementos o ideas fuerza “de un
proceso participativo”:
1. Conocimiento: la IAP propone no solo un reconocimiento de uno mismo sino de otras personas,
grupos, del entorno y del mundo. Es decir, apoyarse en un principio de reencuadre que permita
analizar desde otros puntos de vista a quién beneficia determinada situación, a quiénes les interesa
mantenerla, o cómo construimos la situación desde nuestro lenguaje.
2. Formación: cada vez que pensemos tener una idea nueva sobre una situación, se debe reflexionar
sobre si se ha creado un nuevo espacio para que los otros integrantes del grupo también la tengan.
4
Texto tomado de Pérez, 2010 p. 66-69.
En la figura 7 se presenta un holograma del método anarquista propuesto por Feyerabend en libro que
hemos enunciado. Este holograma requiere ser leído de abajo hacia arriba, y en la comprensión de los
tres cerebros: el lógico, el operativo y el creativo.
Los argumentos de Feyerabend, principal representante de este método, son de dos tipos: histórico y de
exhortación moral. En cuanto a los primeros, él, un experto en los trabajo de Galileo, considera que en la
lógica (izquierda) existen descubrimientos en física y astronomía que no siguieron método alguno. Es más,
que las dos reglas de viabilidad científica que han sido usadas por los filósofos de la ciencia:“condición de
consistencia” y “principios de autonomía”, tal y como se esbozan en el cerebro lógico, pueden ser
sustituidas por reglas opuestas que, a pesar de ser plausibles, llevan a resultados contrarios. Esta suposición
estaría planteando el caos deliberativo del cerebro lógico.
Mas, como se aprecia desde una lectura operativa (central), la condición de consistencia que plantea
Feyerabend no es utilizada por filósofos de la ciencia como Newton y Smith, ya que para ellos las nuevas
teorías deberían estar de acuerdo no solo con las teorías aceptadas, sino que deben mantenerse en los
mismos aspectos, observacionales aceptados para ser planteadas. Pero, Feyerabend insiste en que esa
operacionalidad, las reglas opuestas poseen algo de ventaja: existiría una variabilidad de opiniones que
mejoraría el conocimiento objetivo, hecho que, desde luego, no podría ser aceptado por los filósofos de
la ciencia, ya que para ellos tal planteamiento significaría que cada quien podría inventar teorías sobre un
mismo tema. En otras palabras, un caos operativo.
Para continuar esta misma línea “anarquista” del método científico, no porque pretenda un facilismo que
no existe, deseo realizar una aproximación a las nuevas vertientes del pensamiento filosófico (hablo de
Rorty) y del neurobiológico (Maturana, por ejemplo). Rorty (2001)en su libro Contingencia, ironía y
solidaridad, llega a una conclusión que nos compete:
Pero si alguna vez logramos reconciliarnos con la idea de que la realidad es, en su mayor
parte, indiferente a las descripciones que hacemos de ella, y que el yo, en lugar de ser
expresado adecuada o inadecuadamente por un léxico, es creado por el uso de un léxico,
finalmente habremos comprendido lo que había de verdad en la idea romántica de que la
verdad es algo que se hace más que algo que se encuentra […] La verdad es una propiedad
de entidades lingüísticas, de proposiciones (p. 27).
Por su lado, Maturana (1997, p. 27) sostiene que los humanos observamos la realidad por la praxis del
vivir en el lenguaje; de ahí que plantea dos tipos de observadores: uno que no coloca la objetividad entre
paréntesis porque considera que su existencia es independiente de lo que hace; por tanto, afirma que la
realidad es un dominio de ontologías trascedentes (depende de la energía, la materia o Dios). El segundo,
que al colocar la objetividad entre paréntesis admite que la realidad posee muchas versiones, es decir, es
multivérsica, ya que ella depende de lo que el observador hace en su praxis particular del vivir en el
lenguaje; no de otra manera, su realidad es un dominio de ontologías constituidas. En otras palabras, la
capacidad cognitiva está en nuestra unidad biológica. Por tanto, fallamos en el conocer cuando no
establecemos acoplamientos estructurales entre la unidad biológica y la unidad relacional que está dada
por el lenguaje, y en la cual encontraremos lo cibernético, lo sicológico, que no son otras cosas que
respuestas, adecuadas o no, que establecemos con las señales del entorno, sean naturales o artificiales
(propias de la cultura).
Desde el auge de la revolución de octubre de 1917 en la URSS y de los movimientos sociales en América
Latina que culminaron con la revolución cubana, existió un florecimiento del marxismo que fue tratado
por pedagogos de América y de Europa, desde una perspectiva materialista, histórica y dialéctica. Todos
ellos podemos catalogarlos como pedagogos activos, y serán leídos como autores críticos desde el
cerebro operativo o central.
Soy consciente de haber escrito este texto pedagógico desde modelos provenientes de Europa y de USA.
El motivo es conocido: no podemos comprender a Latinoamérica sin las referencias necesarias a aquellos
países. Para mí la razón no es solo histórica, sino que deviene con nuestra propia psique o mente. Pues,
como he tratado de explicar, el hombre desde su “unidad biológica” no ha cambiado en el transcurso de
120.000 años; es decir, luego de la aparición del Homo sapiens, lo que he denominado “unidad biológica”
constituida por la relación cerebro-cuerpo, o soma, solo ha sufrido una despreciable variación genética
en ese lapso. Pero, ¿qué ha sucedido con la llamada “unidad relacional” producida por la necesaria y
fundamental “invención” del lenguaje por parte del hombre? Circunstancia que al posibilitar el “invento”
de la cultura, hizo posible la aparición de la mente humana de una manera simultánea; mente que es
conducta o psicología, y que por tanto no estaba en la “unidad biológica”, a pesar de anclarse como
vínculo indisociable con el cerebro y el soma. Toda lengua particular, por consiguiente, al permitirnos un
pensamiento interiorizado, internalizado, que junto a la generalización de lo múltiple en una palabra que
lo reconstituye, hizo posible que nos colocáramos como objetos del mundo exterior, fenómeno que
denominamos “conciencia” y que pertenece a la misma naturaleza del lenguaje, sin la cual es imposible
contar con un sistema simbólico. Razón de más para entender que la concepción de la realidad es
psicofísica. En otras palabras, es la conciencia del hombre, anidada en su sique, que al ser lingüística,
constituye, constituyéndose al mismo tiempo, en un mundo objetivo.
Como se colige, sin el anterior proceso, el hombre no podía haber arribado al estado de ser histórico, es
decir, “inventor” de una cultura que no solo le permitió adaptarse al medio sino que lo transformó.
Somos, por consiguiente, hijos legítimos de la “unidad relacional” y dependiendo de cuál haya sido su
proceso histórico, de igual manera evoluciona nuestro mundo simbólico. Tomar, por tanto, el referente
histórico de un pueblo sin estudiar la mente que lo produjo (vistas dialécticamente), solo se queda en una
referencia anecdótica, que al ser facilitada de esa manera en un proceso de enseñanza-aprendizaje, es
reciclada por el estudiante como sucesos que acaecieron pero que no nos competen, ya que se hallan
descontextualizados del momento histórico que vivimos o que padecemos. Circunstancia que se ve
reflejada en nuestro país y que nos ha llevado a la desidia mental del conformismo, visible en todos los
órdenes de la estructura económica, política y social. No existe, por consiguiente, una política de Estado
que tome partido por este tipo de enseñanza-aprendizaje porque ello representaría una crítica a los
poderes de dominación egoísta que nos rigen. El presupuesto nacional está pensado y dirigido para cubrir
la burocracia que la universidad produce, nunca hacia un proyecto de escuela científica que sirva para
mejorar las condiciones sociales y económicas del educando. Razón de más para que la universidad se
vuelva una “productora” de técnicos, sin visión histórica, que solo buscan mejorar sus condiciones
personales, así estas sean conseguidas ilícitamente. Dependientes, entonces, de poderes políticos,
económicos y sociales que les brindan un mejor nivel, nuestros estudiantes reproducen y producen más
la dependencia mental que nos ha atrasado.
Mi hipótesis, por consiguiente, parte de que nuestra dependencia se halla en la derrota de nuestros
imaginarios, en no haber encontrado la manera de explicarnos qué realidad habíamos constituido antes
de imponernos otra lengua, otros símbolos. Pensemos, por ejemplo, en lo que significa un Estado. ¿Lo
comprendemos, lo vivimos? Creo que no, ya que este fue una imposición, no un constructo histórico
nuestro. ¿Escindidos de esta manera, la realidad que debemos vivir no ha sido entendida y, en lugar de
ser sim-bólica, se nos ha trocado en día-bólica? ¿Será que en el crisol de nuestro inconsciente colectivo
latinoamericano todavía tiene vigencia la resistencia mental a la filosofía, a la ciencia, a la técnica, porque
pertenece a lo foráneo, a lo invasor, que nos borró una conciencia? Anclados allí, no puede existir una
política pedagógica que utilice lo que “aprendemos” para innovar. Fuente indispensable para jalonar una
cultura, no solo del atraso social y económico, sino de grandes transformaciones mentales que nos
acerque a ser críticos de nuestra historia pública y privada.
una antropogogía histórica, anclada a lo idiosincrático para verterla a un cambio social permanente.
Aunque todos ellos produjeron sus obras influenciados por la crítica al llamado “optimismo pedagógico”
planteado por el positivismo europeo y norteamericano, sus escritos poseen una vigencia internacional
todavía. La crítica radical a dicho optimismo se dio a partir de la segunda mitad del siglo XX. Su máximo
representante fue el filósofo Louis Althusser, y los sociólogos, también franceses, Pierre Bourdieu, Jean-
Claude Passeron, Christian Baudelot y Roger Establet.
Althusser acuñó una propuesta: “la teoría de la escuela como aparato ideológico del Estado”; Bourdieu y
Passeron propusieron “la teoría de la escuela como violencia simbólica”, mientras que Baudelot y
Establet plantearon “la teoría de la escuela dualista”.
Louis Althusser (1918-1990), francés aunque nacido en Argelia, luego de haber pasado la guerra en un
campo de concentración alemán, se afilió al partido comunista francés. Como profesor de la Escuela
Normal Superior, formó su equipo de trabajo en ella; el producto colectivo de su equipo escribió La
revolución teórica de Marx, obra que, como en su conocido Para leer El Capital, realizó un análisis del
marxismo, y consideró que las dos grandes vertientes de este pensamiento deberían leerse como filosofía
(el materialismo dialéctico), mientras que el materialismo histórico debía hacerse como un aporte teórico
a la ciencia. Su tesis crítica a la pedagogía fue planteada en su libro Los aparatos ideológicos del Estado
(1969),en el que considera que el binomio escuela-familia sustituyó al par escuela-iglesia como aparato
ideológico dominante. Por tanto, la función propia de la escuela capitalista no es otra cosa que la
reproducción de la sociedad, ya que representa una imposición arbitraria de las clases dominantes.
La teoría de la reproducción basada en la violencia simbólica, como se dijo, fue planteada por Bourdieu y
Passeron. Para estos sociólogos, toda acción pedagógica es una imposición de una violencia simbólica
realizada por un poder arbitrario que ha divido a la sociedad en clases. De ahí que la escuela reproduce lo
cultural y social a la vez.
En el libro de su coautoría, La reproducción, escrito en 1970, refieren que dicho poder se esconde en dos
mecanismos sutiles: la autoridad pedagógica y la supuesta autonomía de la escuela. El primero camufla su
poder arguyendo que dicha autoridad es psicológica; pero, en realidad, dicha autoridad está creando en los
niños un hábito: interiorizar de una manera indeleble, los principios de la imposición arbitraria de la cultura.
Partiendo de Althusser, los autores consideran que la acción pedagógica viene precedida por el aparato
pedagógico que representa la familia. De ahí que a aquellos niños que provienen de una familia burguesa,
la escuela les brinda el principio de continuidad que ella representa; en cambio, los niños de las familias
dominadas deben ver, por la relativa autonomía escolar, todo conocimiento como una conquista. Esa es
la razón por la cual el sistema de enseñanza institucionalizada lleva consigo la autoridad pedagógica
mientras oculta su poder arbitrario de clase.
La teoría de la escuela dualista, planteada por Baudelot y Establet, en el libro La escuela capitalista en
Francia (1971), pretendía destruir la representación ideológica de la “escuela única”. Luego de un estudio
riguroso que incluía también lo cuantitativo, llegaron a una conclusión que posee visos universales, esto
es, que un 25% de los estudiantes franceses abandonan sus estudios al llegar a la edad de la escuela
obligatoria, mientras que más del 50% lo hacen en los cuatro años siguientes. El restante 25% son los que
asisten a las universidades y a las grandes escuelas. Son, en su mayoría, los hijos de padres profesionales,
industriales, cuadros medios y superiores. El estudio señala, además, que en promedio, los hijos de las
clases dominantes obtienen las mejores calificaciones y repiten menos años.
La llamada “escuela única” termina siendo una falacia cuando las estadísticas les indicaron que en
realidad existen dos redes pedagógicas: la llamada “secundaria superior” (SS), reservada para ese 25% de
privilegiados, y la “primaria profesional” (PP) para el 75% de la población. En esas dos redes, los autores
hallaron: para la SS, el cultivo de una enseñanza abstracta; en cambio, la PP estaba ligada a lo concreto.
Es decir, a la oposición teoría y práctica propia de la ideología capitalista. Los autores también
descubrieron cómo la red SS estaba protegida por coeficientes intelectuales altos (prueba Q.I), mientras
que las PP eran medios o bajos. Encubrimientos, desde luego, para justificar una pedagogía dualista: la de
la SS reservada a las clases dominantes con un alto contenido de cultura universal, y la PP exclusiva para
mano de obra calificada, cuya cultura era entregada de una manera vulgar y ridiculizada. Por otro lado,
los autores encontraron que en la red PP existía un descuido por el manejo de la lectura y la escritura,
hecho que hacía aparecer dificultades del lenguaje, tales como disortografías y dislexias, en estos
sectores pertenecientes a las clases sociales más pobres de Francia.
La obra de Walter Benjamin, así como la de los antiautoritarios citados ya, ejerció gran influencia en la
escuela crítica norteamericana, en la cual se destacaron autores como Henry Giroux, Stanley Aronowitz,
Martin Carnoy, Michael Apple y Myles Horton.
Henry Giroux, profesor de la Universidad de Boston y de la Universidad de Miami (Ohio), se definió como
un socialista democrático. Sus trabajos críticos sobre alfabetización, teoría del currículo y crítica
sociológica de la educación, se hallan compendiados en su libro Teoría y resistencia en educación, en el
que propone una visión de esperanza en contra de la “sin salida” que halla en los neomarxistas Althusser,
Bordieu y Passeron, cuando planteaban la radicalización de los conceptos de reproducción y dominación.
Retomando a Gramsci, Giroux considera que su propuesta de resistencia le permite a la clase dominada
un espacio de acción que, partiendo de su experiencia, tome una posición crítica a esa estructura de
dominación que representa la escuela.
Stanley Aronowitz publicó en 1991 Postmodern Education: Polítics, Culture and Social Criticism, y en
1992EducationunderSiege, en coautoría con Giroux, como profesor de sociología en la CUNY (City
University of New York).Junto con Giroux, sentó las bases para una pedagogía radical neomarxista que
pretende definir la comprensión de las relaciones complejas entre escuela y sociedad dominante.
Michael Apple, profesor de la Universidad de Wisconsin, es reconocido en USA por sus estudios sobre el
currículo. Precisamente en su libro Ideología y currículo realiza una crítica a la manera arbitraria como es
concebido el currículo en las escuelas norteamericanas. Igual que Giroux, en su reciente obra Educación y
poder, Apple reafirma sus propios análisis acerca de las teorías de la reproducción cultural y social. A su
vez, en el análisis sobre la reproducción, imposición y pasividad del conocimiento en la escuela, introduce
contraelementos, tales como contradicción, oposición y resistencia.
libro muy esperanzador, como lo indica su título: Hacemos el camino caminando. Sus ideas radicales lo
llevaron varias veces a la cárcel. Igual que Freire, utilizó un método etnográfico en su Highlander Folk
School, en las montañas de los Apalaches donde estudiaban jóvenes y adultos de los reductos indígenas
norteamericanos. En sus estudios de casos, Horton animaba a sus estudiantes con la escritura de sus
historias de vida, canciones, dramas, bailes populares, para que a través de ellos tomaran la
determinación de una cultura abierta, crítica y que estuviera centrada en y por la vida.
En esta revisión, y por la misma línea de Horton y Freire es importante hacer un comentario sobre un
teórico del pensamiento crítico: el inglés Basil Bernstein.
Bernstein podía ser un buen ejemplo de la llamada “resistencia” que las clases populares hicieron a la
educación clasista, dominante y racial de la escuela inglesa. Cursó sus estudios en escuelas públicas en un
área de trabajadores e inmigrantes en Londres. Durante la Segunda Guerra Mundial, trabajó en un centro
de protección judío que realizaba actividades educativas y religiosas. Ingresó a la Escuela de Economía de
la Universidad de Londres, donde se graduó como sociólogo. Su trabajo como pensador crítico recibió
influencia de Durkheim y, más tarde, de Marx y de George H. Mead. En su primera labor como educador,
trabajó en una escuela de secundaria para jóvenes trabajadores, en la que realizó sus primeros trabajos
sobre el análisis del lenguaje en sus estudiantes.
Bernstein es uno de los representantes más significativos en los proyectos de investigación sociológica
acerca de las relaciones entre poder, significación y conciencia, anclados en la interacción
lenguaje/relaciones sociales vs producción y reproducción de la cultura dominante en la escuela. En su obra
clásica recopilada en tres volúmenes, Class, Codesand Control, Bernstein examinó el papel de la educación
en las relaciones de clases que ella reproduce. La escuela, sucedánea de una sociedad capitalista, es la que
selecciona, clasifica, evalúa y trasmite el conocimiento que considera público, reflejándose como una
controladora social para determinar la distribución del poder. La escuela, por tanto, moldea la identidad del
ciudadano. En otras palabras, los mensajes estructurados en la escuela y otras instituciones sociales
esconden el poder y el control de una sociedad para manejar la conciencia de sus integrantes.
RESÚMENES
Resumen 1:
El cerebro operativo es utilizado especialmente para la planeación, la
organización, los proyectos y las asesorías, de ahí que sus representantes
Fals Borda, Feyerabend y los maestros teóricos modernos de una
pedagogía activa, estén estudiados desde el paraqué de la ciencia, que es,
en últimas, la propuesta del cerebro operativo o fáctico, que representa a su
vez el cerebro de la administración de lo económico del ecosistema y de las
empresas.
Resumen 2:
Los teóricos modernos de las didácticas activas presentados son
representantes de una educación que lucha por la autonomía de que el
estudiante sea y se forme en el saber y no tanto para el tener; de ahí que
motivan los presaberes de los estudiantes para que constituyan otros
saberes o los amplíen, vinculándolos a la verdadera memoria humana: la
semántica.
En la figura 8se aprecian los elementos fundamentales del cerebro límbico: tálamo, hipotálamo, lóbulo
frontal, bulbo olfatorio, amígdala e hipocampo.
Como una verdadera estructura de anillos (limbus), este cerebro rodea al reptialiano. Aparecido hace
unos 60 millones de años, estaba presente ya en los grandes reptiles, pero es más característico de los
mamíferos. Asegura cuatro funciones básicas para la supervivencia:
Autodefensa.
Alimentación.
Apareamiento.
Agresividad: esta función es connatural, biológica, y en lo conocido hasta hoy, parece ser que sus
elementos: núcleos amigdalinos o amígdala, que significa forma de almendra, es el que desencadena
las expresiones de cólera y defensa.
Tálamo: procesa la mayor parte de la información que llega al neocórtex o cerebro lógico. Si
quisiéramos darle una topología relevante, podríamos decir que allí podría estar “el alma”.
Según Sigmund Freud, la estructura del aparato psíquico apareció por primera vez en La interpretación de los
sueños, libro publicado en 1900, de acuerdo con la estructura tópica, es decir que tomaba tres elementos de
su aparato psíquico que llamó: consciente (Cc), preconsciente (Pc), e inconsciente (Ic). Luego de la publicación
de su libro El yo y el ello, Freud denominó a estas estancias como yo, superyó, y ello.
Este artículo es importante porque jamás se le había dado un reconocimiento a estas estancias, y como
vemos recientemente la neurociencia las ha revalidado. Esa es la razón por la cual se presentan a
continuación.
A. Lo inconsciente controla lo consciente con mayor rigor que su contrario, es decir que es muy poco lo
que el consciente controla al inconsciente.
B. En la temporalidad de los fenómenos, el inconsciente o “Ello” aparece antes que el “Yo” consciente y
establece muy pronto la estructura psíquica o mental.
C. Los conflictos inconscientes se exteriorizan en la conciencia “disfrazados”, ya sea en los sueños, actos
fallidos o en la neurosis.
D. El “Yo” no sabe nada de los determinantes inconscientes del vivir y del actuar.
En A podemos comprobar que ciertas cosas o eventos que hemos experimentado conscientemente, más
adelante pueden quedar olvidados y ni siquiera son recuperados por la memoria de largo plazo, aunque
no se hayan perdidos del todo. Como este postulado es correcto, la neurociencia cree que los centros
límbicos, tales como la amígdala y las cortezas insular, orbital y singular (cerebro emotivo, creativo),
desempeñan a este respecto un importante papel, pues guardan una estrecha relación con el hipocampo-
central de memoria a largo plazo. Además, estudios de radioimágenes permiten visualizar la actividad
que se produce en los centros límbicos en el caso de los recuerdos de algún acontecimiento traumático.
B también es correcto. El “Ello” o inconsciente aparece muy pronto en el sistema límbico. Al tercer año de
vida, cuando se opera la primera madurez cerebral, pues a esa edad se establece el sustrato del “Yo”
(representado en el hipocampo y la corteza asociativa), el “Ello” constituye lo psíquico humano. Luego de
ese tercer año de vida toma forma la memoria autobiográfica, pues antes de ese periodo no recordamos
nada de nuestra vida, como si estuviéramos en una “amnesia”. En otras palabras, nuestra personalidad se
conforma en lo neuronal con particular intensidad en el transcurso de esos tres primeros años. Solo en la
pubertad vuelve a producirse una profunda reestructuración, pues, de ahí en adelante, nuestro carácter
permanece establece, en sus aspectos esenciales, hecho que se ha comprobado con radioimágenes,
circunstancia fundamental en la guía ética de los niños, ya que la conducta ética y moral se establece en
la corteza prefrontal a la edad de quince años, más o menos, con un carácter definitivo. Dicha
estructuración fue la que Freud llamó “Superyó”.
Esta instancia psíquica, el “Superyó”, que también es instintual, y como afirmábamos, necesita una guía
de la madre o de personas cercanas para que se apele a los mecanismos éticos, muy sutiles, de nuestra
mente. Una negación por parte de los guías se convertirá a menudo en problemas psíquicos, pues es en
esta edad cuando dejan huellas las dificultades normales o anormales que se producen en la relación
familiar. De ahí que el tercer postulado, C, también es correcto, pues ahí toman formas de disfraces los
conflictos infantiles y puberales que aflorarán en la consciencia adulta.
Carl G. Jung, junto con Freud y Alfred Adler, fue uno de los tres grandes de la psicología dinámica
contemporánea. Nace en 1875 y muere en 1961, a los ochenta y seis años de edad. Toda su vida fue una
constante investigación sobre los temas que importaban al hombre, con mucho rigor y una lucidez
mental inaudita.
Su psicología es profundamente espiritual y para ello estudia los mitos, el folclore, las leyendas y las
religiones de todo tiempo y de toda latitud. Su erudición era verdaderamente fantástica. Nunca buscó
prosélitos ni fue dogmático en la exposición de sus principios, pero a pesar de él mismo, atrajo y sigue
atrayendo discípulos e investigadores. Es importante señalar los estudios posteriores a Jung del Círculo
de Eranos (en griego, comida en común), en los que se continúan investigando sus principios básicos: ello
consciente Colectivo y el Arquetipo.
Para Jung (1982) lo único verdaderamente real, al menos desde el punto de vista psicológico, es la misma
vida psíquica. Así lo expresaba:
Todo lo que se experimenta es psíquico, aun el dolor físico es un hecho psíquico que
pertenece a mi experiencia. Las impresiones sensoriales no son imágenes psíquicas y ellas
solo constituyen mi experiencia inmediata, porque son ellas los únicos objetos inmediatos
de mi conciencia. Mi propia psique aun transforma y falsifica la realidad y lo hace hasta tal
grado que debo recurrir a medios artificiales para determinar cuáles son las causas, aparte
de mí mismo.
De acuerdo con lo anterior, todo conocimiento debe ser condicionado a la psique, ya que ella es lo único
inmediato y verdaderamente real. Según Jung, la idea de la realidad psíquica es el logro más relevante
que ha alcanzado la psicología moderna.
La psicología analítica insiste en la existencia de actitudes morales y espirituales como factores reales de
la vida, actitudes que, según Jung, deben ser reconocidas por el psicólogo, si este no quiere ser víctima de
graves errores. Deben respetarse las actitudes religiosas, pues para muchas personas representan una
necesidad vital. Las actitudes morales y religiosas son realidades psíquicas y, a la vez, son fuente y medio
terapéutico de los 3 trastornos mentales. De lo anterior, se concluye que para Jung las concepciones
espirituales constituyen factores indispensables de la vida síquica, aunque en las actuales circunstancias
solo podamos vislumbrarlas y reconocerlas de una manera fragmentaria. Ellas son responsables,
etimológicamente, del desarrollo de la neurosis y la psicosis. Sin embargo, tales áreas, son propuestas
como puntos de discusión y crítica para las futuras generaciones.
En ella se encuentra el verdadero núcleo de la psicología jungiana, porque para Jung el inconsciente no es
una, sino la principal fuente del conocimiento. El inconsciente posee todos los patrones de vida y de
conducta heredados de nuestros antepasados, por eso todo niño antes de ser consciente posee un
sistema potencial de funcionamiento psíquico ya adaptado. De ahí que en la vida consciente del adulto
este funcionamiento instintivo inconsciente estará siempre presente y activo. En contra de Freud, el
inconsciente tiene propósitos, intuiciones, siente y piensa como lo hace la mente consciente. Contiene,
además, del indeterminado número de percepciones subliminales, un depósito inmenso de factores
heredados, dejados allí de generación en generación, y cuya presencia marca un hito en la diferenciación
de las especies. Este era el inconsciente racial, que más tarde llamó inconsciente colectivo.
El planteamiento de Jung acerca de la energía psíquica unificada creo otra diferencia fundamental
con Freud, pues lo llevó a una revisión de la teoría de la libido. Según Jung, la multiplicidad de los
instintos, incluyendo el sexual, encuentran en la libido prima su fuente energética primaria,
interpretación que es esencialmente genética. La libido sería, por tanto, análoga a la energía física. La
libido tiene cambios evolutivos y, por eso, lo que en un principio tenía carácter sexual, se desexualiza,
lo cual trae como corolario que toda experiencia placentera sea sinónimo de sexualidad (Suzukiy
Fromm, 1994).
Basado en dos poemas, un haiku de Bashō y un verso de Tennyson, Suzuki plantea que para el oriental la
naturaleza está cercana, en cambio el occidental se aleja de ella, piensa que esta y el hombre nada tienen
en común, a no ser algunos aspectos deseables, y que la naturaleza solo existe para ser explotada por el
hombre. Bashō expreso:
Se debe suponer que los dos poetas desean conocer el más profundo misterio de la vida o del ser, pero la
diferencia reside en que Bashō no arranca la flor. Para profundizar en sus pensamientos, la deja en su
espíritu porque ella es una flor silvestre, sencilla y complicada como el cosmos. Tennyson, por el
contrario, para sentirla, analizarla, la arranca de su sustento y la condena a la muerte. Según Jung, los
instintos sexuales y el querer poder exterior que aparentemente dan superioridad, es la etiología de la
neurosis. Desde luego, se debe aclarar que el afán normal de poderío debe nacer de una fuerza
consciente y es inherente a la cultura.
Moldear el carácter, por otro lado, para no caer en las futilidades de la cultura actual, es el principio que
debe regir la educación desde muy temprana edad, porque de él depende el enfoque particular que
tomemos ante los problemas de la vida, es decir, todas nuestras actuaciones están condicionadas por lo
que nosotros mismos somos. Aunque ese moldeamiento sea desconocido en su esencia, depende del
carácter afectivo que le brindan al niño los padres y los maestros. En este aspecto, a mi modo de ver,
Jung daba las bases para replantear un nuevo enfoque pedagógico, en lo que Vygotski llamó “Zona de
desarrollo potencial”, pues autores más modernos como R. D. Hess, consideran que las expectativas
creadas por los adultos, padres y maestros acaban por transmitírsele a los niños, pues esos supuestos,
conscientes o inconscientes, terminan por convertirse en profecías que se cumplen.
En lo sexual, al contrario de Freud, la iniciación solo se da en la pubertad. Por eso, al retirar el acento
sobre la sexualidad y la represión de los instintos, considera que el Complejo de Edipo posee una
interpretación exclusivamente regresiva.
que estas dos actitudes podían ser innatas, pero que también estaban motivadas por factores externos
específicos y por el ambiente circundante en general.
3.2.4.1 La extroversión
En el individuo extravertido, la libido fluye hacia afuera y por eso es sociable, le gustan los grupos y las
reuniones, es entusiasta y optimista. Aparentemente, el niño extrovertido se desarrolla más rápido que el
introvertido. La debilidad del extravertido reposa en la tendencia hacia la superficialidad, en su poca
capacidad autocrítica y en la gran importancia que le atribuye al querer causar una buena impresión ante
los demás.
3.2.4.2 La introversión
La libido fluye hacia el mismo interior del ser, quien demuestra poco o ningún interés en los
acontecimientos exteriores, no trata de impresionar, prefiere la reflexión a la actividad y se concentra
sobre factores subjetivos. El niño juega solo y por eso es considerado menos brillante, pero posee una
vida rica imaginativa.
El individuo equilibrado, cumpliendo la ley de los complementos, tendrá tanto actitudes introvertidas
como extravertidas, pero en general una de ellas será la más desarrollada, mientras que la opuesta
permanece inconsciente.
El hecho de que un individuo sea introvertido o extravertido no es criterio suficiente para caracterizarlo.
Fuera de este tipo actitudinal, Jung nos habla de cuatro funciones que agrupa en dos pares opuestos:
Pensamiento y Sentimiento, Sensación e Intuición, de los cuales cada persona tendrá ante la vida una
actitud determinada junto con una función preponderante. Y, de la misma manera que una actitud,
digamos extravertida, compensa otra introvertida que es inconsciente, una función determinada
compensará inconscientemente aquella opuesta que aparece en la superficie.
3.2.4.3.1 Pensamiento
Es propio del individuo reflexivo, cuya función más desarrollada es el pensamiento; él usará esta función
para tomar sus decisiones, las cuales serán pensadas muy cuidadosamente. Si su actitud es extravertida
se interesará por los hechos y el material circundante. No le importarán las ideas subjetivas sino aquellas
reales y prácticas. Su mayor defecto y limitación es la despreocupación por las especulaciones subjetivas
y metafísicas, de ahí que si posee una capacidad creadora, se sumergirá en un verdadero mar de hechos
que no podrá digerir. Por el contrario, si su actitud es introvertida, estará interesado en ideas y
coleccionará hechos con el propósito de formular interrogantes o crear teorías. El defecto más grave,
fuera de su falta de interés por el mundo exterior, es que su función sentimiento está descuidada y poco
desarrollada.
3.2.4.3.2 Sentimiento
Cuando Jung usa este término hace referencia a una función que lleva a cabo la valoración de una
experiencia afectivamente coloreada. Por tanto, no se debe confundir con la emoción propiamente dicha,
ya que esta no es función, y cualquier función puede conducir a un estado emocional. Cuando el
sentimiento es la función desarrollada y la persona es extravertida, el sentimiento estará gobernado por
la adaptación al ambiente. Es muy frecuente en las mujeres. Si la persona es introvertida, estará
dominada por factores subjetivos. No son demostrativos, pueden expresarse a través de sentimientos
religiosos o artísticos.
3.2.4.3.3 Sensación
Como su nombre lo indica, recibirá por los sentidos las cosas, tal y como estas le llegan. Son personas que
presentan una fachada de razonabilidad, aunque en realidad sean despreocupadas y con gran capacidad
para el goce sensitivo. Si es extravertido, lo único que le importará es el objeto que despierta la
sensación, a diferencia del sensitivo introvertido que no puede gozar de la sensación aislada. Este último
es propio de los músicos, y, por eso, la observación precisa la realidad, no detiene la acción de los
factores subjetivos cuya presencia los ocupa permanentemente.
3.2.4.3.4 Intuición
Es obvio que sería excepcional encontrar algún tipo puro. Por lo general, las actitudes se encuentran más
o menos compensadas y la función más desarrollada estará secundada por otra. En cuanto al uso
balanceado de las cuatro funciones, solo podría lograrse, de acuerdo con Jung, mediante el proceso de
individuación que es la más alta aspiración del ser humano: la aspiración de la totalidad.
Para Jung, el aparato mental está comprendido dentro del término psiquis, e incluye todo proceso
consciente e inconsciente. Esa es la primera división que hace Jung de la psique.
3.2.5.1 El inconsciente
Dentro del inconsciente, Jung considera dos esferas: el inconsciente personal y la sombra. Los
estratos más superficiales del inconsciente son denominados por Jung Inconsciente Personal. Los
contenidos psíquicos de este comprenden todo aquello que ha sido reprimido y aquello que,
habiendo sido puesto de lado, podemos traer al consciente mediante un esfuerzo de
concentración. Es un parte primitiva y animal de nosotros mismos; es todo lo incompatible con
nuestros ideales y los modos de vida. La sombra solo puede reconocerse si poseemos un grado
considerable de resolución moral.
Es el estrato más profundo del inconsciente. Está constituido por material desconocido, material del cual
emergerá nuestro consciente. Allí no se encontrarán contenidos específicos para nuestro Yo individual,
sino la herencia psíquica común a toda la humanidad. No es que heredemos las experiencias de nuestros
antepasados, sino que, por el contrario, al nacer puede existir la posibilidad hereditaria del
funcionamiento psíquico; en otras palabras, el hombre por el mismo hecho de ser hombre, tendrá
implícitas las capacidades y potencialidades del género humano, capacidades y potencialidades que las
generaciones han venido acumulando en su devenir filogenético. Estos contenidos primos, mediante la
influencia modeladora del cerebro y gracias a las diferentes experiencias del individuo, darán origen y
forma a lo consciente.
Los más superficiales, los más cercanos al inconsciente personal, serían aquellos contenidos psíquicos
formados por nuestras emociones, afectos y tendencias primitivas; al manifestarse como recuerdos,
estarían sometidos a un cierto control racional.
encuentran en los sueños; y las fantasías y las visiones. Por intermedio de esta última manifestación, se
podría tener una idea de los contenidos más profundos de ese inconsciente colectivo, contenidos que
llamó los arquetipos. Este tipo denota los patrones básicos sobre los cuales la psiquis está organizada.
Para Jung, si los instintos se manifiestan en la conducta, los arquetipos lo hacen en imágenes psíquicas
(Jung, 1987).
3.2.5.3.1 El arquetipo
Los arquetipos más fundamentales son: el ánima, que es el inconsciente del varón, elemento femenino
complementario. Gracias a su ayuda, el hombre puede comprender la verdadera naturaleza de la mujer.
Le es legada por una mujer específica: la madre, cuya imagen, en el curso de la vida, será proyectada por
el individuo sobre las diferentes mujeres que lo atraen. Pero la madre aparece no solamente por medio
de su proyección sobre las mujeres, sino también como actividad creativa, en emociones,
presentimientos y fantasías. En este arquetipo se encuentran áreas tanto positivas como negativas: de luz
y de sombra.
3.2.5.3.2 El animus
Es elemento masculino que se halla en toda mujer. Tiene, a diferencia del ánima, la peculiaridad de poder
ser expresada por grupos de hombres, lo cual puede dar cuenta, influenciada por la cultura, de los
frecuentes sentimientos de inferioridad manifestados por la mujer.
También es llamado el de la significación, y se presenta en imágenes simbólicas: como rey o como héroe,
como curador o salvador. El hombre que lo posea, si tiene consciencia de él, puede perderse, pues en su
intento de querer demostrarlo no permitirá la adecuación e interacción afectiva del otro.
Actuaría en la mujer de manera paralela a la acción que el arquetipo tiene sobre el hombre. Representa
la madre Tierra. El Sí Mismo: es utilizado por Jung en el sentido de principio supremo. Es la suprema
unidad del ser, tal y como es empleado por los filósofos orientales.
Uno de los más frecuentes símbolos del sí mismo es un niño. Las figuras geométricas —círculo, rueda,
cuadrados, y todo lo que tenga cuatro polos— son a menudo símbolos del sí mismo. Entre ellas, y de
manera primordial, todo lo que está ordenado concéntricamente: el mandala, palabra sánscrita que
significa círculo mágico y que cuando aparece en nuestros sueños nos llena de un intenso sentimiento de
paz y de armonía.
3.2.5.3.5 El consciente
desarrollada que posee. El hecho de que desarrollemos una persona es algo indispensable para nuestras
relaciones con el mundo exterior. Aquí, Jung visiona “el don”, aquello aptitudinal, oscura franja de lo
innato y lo cultural, que debería ser descubierto por el hombre para alcanzar el poder normal de sentirse
inseguro ante lo que hace, pues en lo paradojal de nuestra existencia, la inseguridad es la máxima
seguridad. Es la verdadera expresión de la tecne griega.
De acuerdo con la persona, la sociedad espera un comportamiento ideal con su papel en la vida. Es
natural que la persona, como el Yo, pertenezca tanto al consciente como al inconsciente, guardando
siempre entre los dos territorios un balance adecuado, complementario, aunque el Yo, para Jung, solo
vendrá a constituir una pequeñísima parte de la totalidad de la psiquis, siempre tendrá la característica
de particular, tanto en las esferas conscientes como en las inconscientes. Siguiendo la ley de la
complementariedad, mientras más numerosos sean los contenidos conscientes del Yo, menos lo serán los
inconscientes, y viceversa. A este Yo, Jung (1987) lo definía como “un complejo de representaciones que
constituye el centro de mi campo consciente y que, al mismo tiempo, parece poseer un alto grado de
continuidad y de identidad”. Pero, pese a todo, para Jung la actividad consciente, como actividad en sí, no
es percibida por la consciencia y, por tanto, será inconsciente. Así se explica que si hacemos caso a
nuestros sueños, a nuestro actuar en el mundo de la vida, descubramos siempre algo nuevo en nosotros
mismos. Jung (1987) anota al respecto:
Aunque siempre pensamos que hemos acabado con estos descubrimientos, no obstante
seguimos descubriendo que somos también tal o cual cosa, haciendo incluso a veces
constataciones asombrosas. Esto demuestra perfectamente que siempre hay una parte de
nuestra personalidad que es inconsciente, que está en vías de formación; estamos
eternamente inacabados, crecemos y cambiamos... El Yo, en cierto sentido, es como una
rendija móvil que se desplazaba sobre un film, progresivamente. Las potencialidades futuras
del Yo dependen de su sombra presente, sabemos lo que hemos sido, pero ignoramos lo que
seremos.
Según las notas de Castaneda, las tres plantas alucinógenas utilizadas por Don Juan, el peyote, toloache
(datura) y un hongo, posiblemente el psilocybe, eran utilizadas para curar en la brujería, y para alcanzar
estados anormales del ser, ante todo el estasis. Para Don Juan el uso del toloache y el psilocybe eran
tomados para adquirir un poder de aliado, mientras que el peyote serviría para conocer la sabiduría.
A través de estas plantas, Don Juan guía a Castaneda con el ánimo de exponer y validar sus
conocimientos, hecho al cual llamó realidad no ordinaria, es decir realidad contrapuesta a la normal. Para
Don Juan los estados de realidad no ordinaria eran los únicos que validaban una adquisición de poder.
El libro de Castaneda está dividido en dos partes: en la primera selecciona notas de campo que se
relacionan con la realidad no ordinaria—mientras que las conversaciones con Don Juan fueron anotadas
literalmente— yen la segunda presenta un análisis estructural desde la antropología y la etnología,
citando los siguientes argumentos:
1. Las enseñanzas eran presentadas por Don Juan como un pensamiento lógico.
2. Un sistema tenía sentido si estaba examinado por unidades estructurales.
3. El sistema debía guiar al aprendiz para que explicara el orden de los fenómenos como había
aprendido al experimentar con las drogas.
En el aprendizaje, Don Juan se refiere al aprendizaje como el tonal y el nagual predicado por el indígena
Yaqui, Juan Matus, apunta a un conocer desde el cuerpo (lenguaje tonal), que debería desbordarse de
nagual o creatividad, estadios que determinarán las cuatro condiciones que debe poseer un guerrero o
un hombre de conocimiento Yaqui: enfrentar el miedo de ser, contrarrestar la luz engañosa que nos
proporcionan nuestros sentidos, enfrentar un poder personal dudoso para acabar aceptando que existe
un enemigo imbatible: la vejez y la muerte (Castaneda, 1974).
RESÚMENES
Resumen 1:
El cerebro límbico es el cerebro de la creatividad, de la intuición, del arte, la
lúdica, la ética y los deportes. Utiliza como medio de asesoría la futurización
y las estrategias para que estas se lleven a cabo. Representa el lenguaje
olvidado del cuerpo, a través del cual un animal como el perro “entiende”
nuestros gestos o demandas. Bateson lo llamó “lenguaje analógico” para
diferenciarlo del digital o de códigos.
Resumen 2:
Las lecturas propuestas de Freud, Carl Jung y Carlos Castaneda permiten
visualizar los llamados lenguajes analógicos, de ahí que Freud hablara del
inconsciente como etapa fundamental en la estructura tópica del espíritu,
mientras que Carl Jung se refería a los cuatro elementos que posee el ser
humano y que unifican los dos tipos psicológicos que nos propone: el
introvertido y el extravertido, que no se dan en forma pura. Castaneda nos
habla del lenguaje tonal.