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E XTRANJERO
EN LA T IERRA
2
Primera Edición Enero de 2012
Segunda Edición Corregida Febrero de 2012
Título original: Extranjero en la Tierra
Todos los derechos reservados.
no está permitida la reproducción total o parcial de la obra
ni su tratamiento o transmisión por cualquier medio o método
sin la autorización escrita del autor
Bubok Ediciones
México D.F. 2012
Imprenso en México
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Los dioses vuelven locos a los hombres
antes de destruirlos
EURÍPIDES
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1
No distinguirá ya bien sus manos de la idea que sobre ellas
tenía, lo que ellas saben de él. Les temeríamos. Ubicuidad de la
mente, eternamente en espacios conceptuales, en entramados
eléctricos, devorando en centellantes ráfagas el espacio de la
nada…
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quizás su lenguaje no correspondía ya con los parámetros de la
razón, se habría quizá olvidado de sí, de ella, de todo eso.
6
una columna de madera sin brazos
¿Dónde sostendrá el pescador sus redes?
velo hendido del universo,
árboles nocturnos guardando confesiones,
bancas silenciosas,
sueños chillones.
De regreso solitarios caminamos
a tierra de musicales hambres
drogadas y engañadas,
ilusiones en un paraíso sin serpientes…
Bajo el remo eterno del sueño… Utanapishtim.
7
largo discurso, infinita parte era su vida de un absurdo
argumento lógico, cuyas conectivas principales –sus recuerdos,
su credencial, sus epitafios– eran siempre conjunciones, cuya
conclusión era inadecuada. Invalidez.
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el sonido del último gemido se hizo escuchar…
– Ya está, hemos terminado.
9
Libertad de expresar al ente–arrojado
en la sonrisa sincera de un punto,
en el vacío y frío camino de la coma,
de vaciar ese perenne e insondable deseo
de decir algo, de recordarte una historia,
de saber que existo, sabiendo que sabes de mí
de contener una verdad arrugada
en la gastada cartera de nuestros precipicios…
Sus alas crecían cada vez más dentro de aquella jaula perfecta,
temía algún día tener que abandonarse y enfrentar el frió
desierto, en la marcha que todos desfilamos en nuestro día por
aquellas dunas desoladas… – Bajo tu imagen, te devoro.
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infancia: su sangre. Sostenía a aquel pequeño niño, sucio y
maltrecho de su chamarra desgarrada.
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– Dibuja nuestros sueños, la amistad conseguida aquel día
como el valor supremo. – Sólo la calle puede decir del vació
de nuestros cuerpos abandonados de heridas calcinadas… –
Callé, guardé silencio, observando terminar su dibujo, con
aquel lápiz gastado, entre sus dedos sucios, llenos de arrugas,
de cicatrices, preguntando sobre la oscuridad de La Croix:
¿Qué significaba?
– ¡Es una feria! – dijo con los ojos llenos de aquel brillo que
sólo los niños de ocho años pueden poseer del mejor regalo
recibido– del momento en el que cada uno de nosotros subimos
abismados a esta feria, Carmina Burana.
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muy largo tu destino, ni con palabras desilusionadas, des–
enamoradas, partidas con guiones… ¿Cuánto llevas?... Está
bien… otras siete hojas y ya serás un árbol de conocimiento,
una prohibición y deseo, con eso me entregan el oráculo de
Delfos, podremos ser iniciados en los misterios de Liverpool…
si quieres puedes ir, invita todos los dragones que conozcas… a
la ceremonia… así comemos mis facciones… ser un
intelectual, como ustedes… dinero… sólo para presumirlo…
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aquel gastado chiste de los salvadores indígenas, ya antes lo
había escuchado. – ¿Cómo calificar aquel fenómeno desde una
postura ética? En lugar de fastidiarlo aquello le agradaba: ser
un objeto enajenado de su realidad, una cosa entre las cosas,
escapando a todo menos a aquella infructífera labor, creía que
era el misticismo proletario, el formar parte de un todo
enajenante, sin distinción ni subjetividad, ni principio, ni fin,
sin metas y sin anhelos, sin resultados, un gran avispero, una
gran película que nos pierde de nosotros mismos. The Siren of
the woods. Sí aquello le agradaba.
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le gustaba aquel roce artificial
de la incongruencia electrónica.
Mentido acaso
por su radiante atmósfera de luces
que oculta mi conciencia derramada,
mis alas rotas en esquirlas de aire,
mi torpe andar a tientas por el lodo;
lleno de mí —ahíto— me descubro
en la imagen atónita del agua…
Te levantas de noche,
me visitas,
bebes mi sangre,
revuelves mis sueños,
escondes mi voluntad bajo tu axila
y derramas tus lágrimas en mis oídos… Con tu deseo
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Robaría los caprichos ancestrales, era una de tantas ventajas de
heredar tantos vicios, de ser formado desde el vientre bajo el
psicoanálisis jungiano, compartimos hasta la muerte misma, la
música que nos mueve, las lágrimas que nunca derramamos,
aquellas palabras que no dijimos, los besos que de un momento
a otro se esfumaron… cuando te abrazaba en la noche…
cuando tu llorabas… cuando yo soñaba con pequeños
fragmentos de piel en tu cama… cuando practicaba como besar
un futuro incierto que tanto me perturbaba… cuando temía a tu
grande fuerza…
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estallado, millones de partículas cortantes, vidrios
despedazados volaron libres hacia todas direcciones, varios de
ellos se incrustaron en su ojo abierto, salió chillando y
metiendo su cola entre las patas, largos meses pasaría
derramando nuevamente lágrimas mezcladas con sangre y
pus… Cada vez que la escuchaba, movía de nuevo su cadera,
se tambaleaba, su columna la amaba más que a nada en el
mundo, más que a sus ojos, más que a sus huesos enterrados
dentro de su piel piojosa, más que a sus comezones sarnosas y
sus pelotas mordisqueadas…
– Sin ojos aún así crezco en ti… y te veo, mordido por todos
lados, sangrando en tus líquidos:
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Quítame el aire y viviré sólo por ti,
descuartízame en un altar de mercado,
arranca mis entrañas,
digiere mis carnes y te alimentaré,
pesquemos juntos hombres,
abandónalo todo…
hagamos la guerra…
entre redes conceptuales,
atrapado…
Nos espera A. Meiwes. de ROTEMBURGO
Se ocultan estrellas,
en el palacio del cosmos
desiertos los mares
nublados los cielos…
En vanidad sangre derrame,
en perfección de lo absoluto…
La sonrisa hermosa al morir
pertenece a un sueño en el hombre,
todo es parte del sueño…
Gritando enmudecido,
la postración de los elementos,
que lo gobernaron…
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Cruzó la gran puerta del juicio, se hallaba fuera, sin nada, sólo
como la calle, siempre allí por fuera… –Marcando los diques
de nuestra existencia…Dos grandes esculturas cubrían su
rostro, un velo azulado y una canción, escuchada sobre la copa
de algún árbol, proveniente de algún ave enferma, muriendo en
la selva. ––Todo seguirá por el mismo camino, es la ley que los
grandes dioses impusieron a todas las cosas antiguas.
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2
La carpeta se abrió en alguna página desconocida, cayó
erróneamente…
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¿Reconoces mi rencor?...
¿Duermes acaso?...
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melodías en el suelo, conquistamos deseos, alimentamos
futuros perdidos…
– Cansado trabajo el mío, por eso soy tan viejo, contigo o sin ti
pueden seguir viviendo, yo termino los trabajos, ustedes sólo
algunos empleados sustituibles…
– ¿En qué árbol se ocultan las manzanas que nos perderán, bajo
qué suelo estarán por nacer los ojos y los labios que nos
traicionen…? Inmemoriales ritos cercan nuestras esquinas…
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– Deberías de trabajar para Marlboro… pareciera que fue
hecha en tierra de vírgenes.
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soñando en besar las nubes…
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Jamás conoció nunca el hambre
que sienten las sombras en los desiertos,
el camino de los asteroides,
las canciones de las rocas,
los suaves golpeteos de su cien al quedarse dormido,
frente a un rostro que conformaba a cada pincelada,
con cada gesto que colocaban sus manos…
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nuestros propios sueños, de nuestras representaciones.
¡Obedécete, obedeciéndome!
Pide que pare y destrúyeme,
lucha contra mí,
consérvame en tus cálidos y en tus fríos recuerdos,
en tus temporales tormentas y en tus desérticos
caminares,
en tus nublados días,
en tus noches oscuras,
en la claridad del apacible abandono…
Dios te salve…
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aparador del centro comercial cerca de donde trabaja… ¿Quien
estará esperándonos en el infierno… aun se muere en la
mente?.
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miserias, sus frágiles dedos y sus incansables ojos, hoy sólo
puede verte a ti, sede de su nebulosa ignorancia de oscuridad.
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Ignorante del sentido de tu existencia.
Fascinado de tu anhelante poder inacabable.
Transfigurado de mil formas en espejismos arcaicos.
Un gran muñeco en el aparador de nuestros deseos.
Larga e incurable enfermedad de los ancianos.
Gripa de los jóvenes.
Operación de los pecadores.
Celda de los grandes espíritus.
Nieve para mi corazón.
Calidez en mis desiertos.
Cerilla en la tormenta.
Oscuridad en mi ceguera.
Cigarrillo apagado.
Puerta desvencijada.
–En ti veo el juego que todos jugamos, que seguiré jugando por
siempre dentro de mi alma, soldadura de mí, dolor en mis
heridas sanadas, tierra de mis plantíos donde sembraré a mis
muertos, costra de belleza inmaculada… En ti creo, pequeño
niño ahogado bajo el puente.
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3
La nación nos fue herencia destruida, los antaños sueños de las
rocas olvidados entre gastos inútiles, por inculcar alguna
clemencia absolutista al perdón de nuestros anhelos
traicionados, por el miedo al terror de nuestra existencia,
cubiertos bajo ropajes imaginarios de dos mil años de
educación pre programada, de sumisión ante los grandes
poderes, ante los inalcanzables poderes, ante el vacío de
aquellos poderes.
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huyendo rápidamente de la tormenta que se avecina, los rostros
en las estrellas miran consternados el desastre ocurrido,
arrepentidos pecados se revuelcan por los suelos de asfalto,
alimentados de carne, de tierra, de lluvia.
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quienes nos visitan – la pregunta mismas es la causa de que se
encuentren aquí. Todos los suicidas son hijos malparidos de la
filosofía.
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– Jamás se puede hablar contigo –afirmo mi espalda bajo mis
rodillas–, eres tan extraño, tus conversaciones son
incoherentes, ¿Qué te sucede?
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comprendí lo que significaba infinitud. Hacia ambos lados, en
cuanto a lo gigantesco, no somos más que pequeños glóbulos
rojos transportando energía a las diferentes venas que están
conectadas a una gran vía. Eso es lo que diría un científico si
pudiera analizar a la tierra bajo el microscopio, eso vería de
nosotros. Los principios de la vida son: el movimiento (Que
incorpora en sí los conceptos de espacio y tiempo) y el de
pensamiento, esos son los dos parámetros de la existencia,
como causa final de ambos esta el enriquecimiento de los
recuerdos. Ahora bien, al mismo tiempo la vida misma se
despliega también hacia lo infinitamente pequeño en
comparación con nosotros. Hacia la infinitud de esa grandeza
espectacular, nosotros creemos que nuestros pequeños
pensamientos tienen un importancia infinitamente universal.
No es así... lo sabía Nietzsche.
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individualidad, la imagen de esquizofrenia, como una metáfora
que implica el desdoblamiento de la individualidad,
bipartición, dualidad, pluralidad. Reproducción asexual de
nuestra conciencia unicelular, rompimiento del uno
irrecuperable, pérdida de la que ya no podemos escapar una
vez que la adquieres.... Comprendí que nuestras mentes se
conectan mediante sonidos vibratorios. Que a niveles
macroscópicos nuestro lenguaje ya no tiene sentido, que las
cosas de las que hablamos y nos comunicamos, que los
sentidos que tiene el mundo y que nosotros le damos dejan de
tener utilidad y sentido alejados de sus seres que lo crearon, no
tiene sentido el lenguaje interpretado desde estas visiones, al
contrario no así el sonido, vibración única y originaria...Me
encontraba pues en perspectiva tal de aquel científico que vio a
la tierra bajo el microscopio.
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hasta ese momento– Hume diría conjunciones ?'''?.
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4
Ha continuado la transformación de mi existencia.
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fundamental continuidad interior. Esta continuidad interior y
fundamental, al llegar el momento de la reproducción se ve
fragmentada en dos discontinuidades, las cuales son el
resultado de la reproducción por división.
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Sin vivir ya mas buscando tu satisfacción.
Satisface erótica solo mis mas ocultas perversiones.
Es tiempo de recuperar lo perdido.
El aliento aun pervive.
– Solo hay una existencia y es sagrada.
Más allá del bien y del mal, es artístico.
El más bello engaño.
El deseo.
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La infinitud se nos abre como una posibilidad inalcanzable.
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el fondo que la religiosidad misma, pero el anhelo de posesión
de un ser en su totalidad es el fundamento mismo de la historia
humana.
Entraste silenciosamente,
suavemente hiciste sonar el picaporte de la puerta,
caminaste haciendo rechinar tus zapatos de piel
en el mármol blanco de nuestro suelo,
ese acabado de anchas rocas planas
que quisiste para nuestro departamento.
La vajilla negra te sonrió cálidamente
cuando desviaste tu mirada para observarla
descansando en la barra de granito
que tantas veces fue nuestra cómplice
incluso de tálamo perverso.
Te serviste una copa de whisky con hielo...
Tu favorito...
41
– El amor es fuego en el vientre. Y es ahí donde se calienta el
nido que ha de recibir al nuevo ser. Te Amo.
42
5
La humillante derrota de Jesucristo en la cruz es la justificación
de nuestras aventuras. De nuestras pérdidas, de nuestra mirada
al cielo, búsqueda de nulidad... Hundido en la profundidad
innombrable de la nada, en el lugar sin color, sin aroma,
insípido e impalpable... Inescuchable. Flotando desde esa triste
griscedad:
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puede en verdad ser así? Me niego a convertirme en un ser
celular, el hombre del renacimiento manifiesta mi espíritu.
Ahora en cambio mi anhelo e interés negados falsamente no
son Nada nunca... Con mucha más profundidad en la nada
como negación. Más allá de los principios lógicos... Es una
locura el conocimiento, un placer el poder, una satisfacción la
carne, un sueño la conciencia.
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conocemos. Una vez aclarado esto –cuestión que resultaba
indispensable para tener una concepción perspicua del asunto–,
continuemos con la narración descriptiva de nuestro personaje.
Una vez que se acomodaba en el lugar elegido, extraía del
bolsillo derecho de su abrigo una cajetilla de cigarrillos que
comenzaba fumar, despidiendo todo el humo exhalado de su
boca hacia donde precisamente pasaban las personas corriendo,
es preciso decir en economía de nuestro discurso que fumaba
toda la cajetilla de cigarros, con lo cual podemos concluir, en
un simple ejercicio deductivo, las consecuencias que esto
generaba a todos los que por ahí pasaban. Él lo llamaba un
regalo edipico, y se dice que al menos el 30% de esas personas
realmente perecieron de cuestiones relacionadas con el
tabaquismo, debido precisamente a que respiraban los tóxicos
de esta sustancia en el momento en el que mayor daño les
provocaba.
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simple hipocresía social.
46
política debe buscar y proteger únicamente la vida en sociedad,
proteger un sistema que ha podido contener la vida humana en
el planeta y seguir a flote.
47
la interpretación de este párrafo confuso.
48
el sueño de la comunión inalcanzable, frágiles sueños, débiles
fumarolas sostienen nuestro caminar diario, un deseo
incansable, demos la oportunidad de escaparnos de este
perenne sufrimiento de vacío, acepta tu vacuidad inherente,
deja de andar, deja de desear ya no caminar, deja de afirmar tu
voluntad negándola. Tomemos nuestra absoluta libertad desde
la nada misma, seamos un hombre libre, mas allá de mi
necesidad de ti, de mi falta de ti, mirando con indiferencia el
tiempo que me castiga su partida a tu lado.
49
6
Un olor a quemado invadió la clase, dentro del aula
universitaria. Recordó viejos basureros psicológicos en los
cuales se crean mitos llenos de ambigüedad, las verdades más
absolutamente ineficaces. El ser humano es un ser miserable,
deambulante entre el dolor y el deseo, del deseo a la frustración
y de la frustración a la angustia. Las suaves teclas sonaron en el
viejo piano de la estancia, hierbajos espinosos habían crecido y
muerto a los pies de aquel inservible instrumento, quizá algún
pequeño recuerdo de Chopin se había transformado en aquellas
plantas destruidas en el suelo de la estancia. Nuestros placeres
no son más que refrescantes sorbos de agua puerca, de albercas
de pútridas de lombrices, en donde saciamos nuestra
animalidad, escondida bajo nuestros gastados trajes de la
cultura.
50
El insulto, la mentira, el miedo, la neurosis, la incultura,
vulgaridad, anacronismo, la injusticia, la negligencia, la
acusación y la calumnia, los traumas, la incomprensión…
51
tu piel caliente… congelados
en el desierto de la soledad nocturna de la fantasía.
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y palabras que habitaban tras la sombra de la belleza de aquel
poema: (quizá el psicoanálisis de retroceso por medio del
lenguaje y la asociación libre de los sueños –pues son señales
oníricas–, fundaba toda aquella absurda labor de
autoconocimiento... quizá solo enloquecía...)
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Tristeza de engaño
perturbación de vacuidad
tragos amargos de nulidad descendiendo
lentamente, estrangulando, sin fin...
Derramado dolor silencioso,
En una angustia,
Como la pérdida del camino,
en un destino sin horizontes
diariamente,
despertando de la inocencia...
Recuerdo la existencia
tocando la llaga...
Recalcando la risa,
maldiciendo los gestos,
los deseos ocultos
infinita vergüenza,
temblor perpetuo…
Enmascarado en la ataraxia,
comulgando en la ira
Grito neurótico –embriagadora–,
mareas, confusión, salinidad de garganta.
Cuidado… el dragón ha despertado…
No buscar ya más reencontrar el pasado
nuevos rumbos marcan mi camino…
Son los años dorados...
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Te observo en el horizonte,
coronada con el Partenón en tu frente.
Athenas.
Diosa sabia y guerrera.
55
– Es imposible, a mi parecer, escaparnos de tal jugarreta. Mas
propongo que hagamos el ejercicio falaz del como sí del
poder...Y llegar entonces a conclusiones in–encontradas, algo
fuera de sí, en sí mismo, al noumeno, de este panteísmo
cognoscitivo – encontró un viejo centavo al fondo de la
coladera– Brahma is atman –pensó–.
56
– Bueno, aún así, además de la cultura tenemos que trabajar
con el concepto de Sociedad, y la sociedad de la que hablamos
no es un organismo homogéneo y simple, es decir, hay una
infinidad de variaciones dentro del sector social en torno al tipo
y calidad de cultura a la que cada grupo étnico y/o
antropológico acceden, ¿no lo crees?
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– Dirías entonces que la razón más estructurada oculta y –he
aquí lo verdaderamente importante– protege de los instintos
más incontrolables, en un solo fenómeno, superados… Otra
falacia de nuestra sabia madre naturaleza para auto
protegerse… Esto es la dialéctica del búho de Minerva.
Apolo–Dionisio.
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¿Cuántas increíbles hazañas, imposibles de repetir has tenido
con mariposas revelándote a cada instante el milagro del
sueño? ¿Cuántas veces has tenido la liberación frente a tu cara?
El universo te llama,
extraviada.
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7
Encontró su viejo sombrero sobre su cabeza, comenzó a
trabajar su verdadero oficio… Describió su mundo ilusorio:
Sumergido…
En el lenguaje infinito de tus símbolos
se encuentra ilustrada la estructura original del universo
el resto no es importante…
sólo soy una creatura solitaria… contemplativa
soy el brazo que duerme bajo tu almohada,
acaricio tus sueños en el cálido rumor de la noche
veraniega
me sumerjo en la lluvia de infinitas sonrisas saltarinas
de tu boca,
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paraíso,
transcurro atrapado en la noche romántica,
escapando con el mágico instante de tus pestañas,
desgarrando suavemente el espacio de la noche.
Herido como una daga insertada entre el crepúsculo y el
alba,
encerrada en el frío de la madrugada,
la navaja incomprensible
desprende de sí el un eterno adiós de sus compañeras
la primera cálida gota de frágil rocío, extasiada,
sin destino cósmico,
fuera del ser de su Ser…
como extranjero…
incomprensiblemente avanzando...
para acoplarse a lo que llamamos mundo,
unidos en un pacto eterno de inquebrantable tristeza
tras del último viaje en la vacuidad autentica,
absoluta…
cobijados por la solitaria llanura del yermo espacio
tocamos con el primer gemido al nacer
nuestro beso imborrable con el cruel sustento
agrietado, polvoso, desolado, inhabitable…
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por tormentas heladas de palabras
descendiendo por colinas de deseos,
a través de abismos de tristezas
caemos,
desgarrados
en fragmentos ininteligibles
hasta al cono del Dite
donde seremos devorados.
Corremos cansados,
en esperanzas sin sentido
desesperados...
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esclavizados marchamos,
cargando cada cual la insoportable inmensidad de sus
sueños
que nos calcinan y desgarran,
nuestra resequedad interna....
Libertad……
Me detengo…
en el frío insaciable de la noche
Vencido...
derrotado ante las inabarcables fronteras del espacio
en el silencio absoluto del tiempo
preso de un infierno de deseos fulgurantes
arrojado cual mariposa en la tormenta
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me detengo…
vencido…
desgastado…
sordo de mi voz que grita por no decir nada
aterrado del espacio abierto del sueño
que jamás termina mientras estoy despierto
hambriento de saciedad de nada
oculto en mis silencios
en mis palabras
en la gran vacuidad de estar vacio…
sólo el polvo de los autos me acompaña...
64
8
Estaba ahí tirada en el piso,
con un profundo miedo
incomprensible por la razón humana
entre luces de inciertas máquinas
ambos ante un destino inconfesable...
Se detuvo, la miró.... la amó por un momento...
interrupción en la mente...
valores, comprensión o insatisfacción
búsqueda DE PODER
no más... no más
poco a poco fue tomando la resolución,
breve, concisa, meditada ............
La tomó con una mano... la derecha
mientras la izquierda hacia señales de alto ante aquella
vida
pidiendo una oportunidad de vida para la vida
la arrastró hasta un punto en el que ya no recibiría
mordidas,
la bella marca de su brazo ...
Tomo otro cigarrillo, desde su rincón
continuó la maquinaria plasmando sus emociones
computarizadas
nuestra experiencia del fuego es determinante...
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–¿Cuál ha sido la mayor llamarada que has podido observar en
tu vida? –pregunto angustiado a los elementos de la frágil
lluvia– Experimentando los cuatro elementos... arche de
nuestra existencia... El clamor de la paz. Sonido inasible.
Guerrero acostumbrado al son de la batalla. Inacabable. Sangre
de rocío. El grito del gallo en constelaciones infinitas
ordenando los astros.
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9
De casualidad encontró entre sus vestigios un antiguo poema
medieval, recordando aquellos heroicos tiempos de otoño
luminoso, entre las infinitas ramas de los arboles del bosque al
atardecer coronando los pasos sobre su cabeza, profundamente
imbuido entre los colorantes rojos y amarillos prevalecientes en
el ambiente, atrapado en su calor. Lo observó:
67
vacuidad insondable
cuyo centro engendró
con sus entrañas al infierno.
Penetraron juntos los miedos innatos del infante,
en los zapatos de su más oscuro temor
configuró su ser hacia el infinito de la oscuridad,
y fijo su destino en el espacio
en un intersticio entre las estrellas y nosotros,
agrietado habitó en la tercer lúgubre cabaña
cabalgando infinitamente alrededor del fuego...
aquella palomilla en el espacio... a través de las llama...
adornos extraños envuelven tu cuerpo,
quizá tu aroma aleje a los demonios
suplicantes, susurrantes, con poéticas lenguas...
Quizá tu piel esta noche aleje los temores
que duermen en mi pecho y bajo tu falda
muerde pues la manzana,
bebe el veneno de mi suave piel,
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esperan bautizar al Cristo...
Cargador de cruces,
¿Es tu triste camino el del olivo?...
¿Has encontrado la palabra?....
Callado, irreconocible,
hundido en la profundidad insondable de la noche,
alejado de mi deseo de ti,
el cosmos infinito mirando mi rostro bajos sus estrellas,
el abismo de la tierra anhelando mi sangre entre sus
piedras,
en una profunda atmosfera fría de garantía de muerte.
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10
– Tengo graves problemas, sobre todo con los sueños...
Recuerdo entre ensueños aquella frase de Cortázar: “Ven a
dormir conmigo: no haremos el amor. El nos hará”, y creo ver
ahí la fetichización del amor, la –subjetivación como una
fuerza voluntariosa por parte del sujeto amor...
70
yo y producen dos o varias personalidades dentro de sí por un
fenómeno de cariocinesis psíquica, el símbolo del infinito, sin
llegar obviamente a la citocinesis física.
71
– En efecto, recordemos que fue formado también del aliento
divino, pneuma, noscis, logos, etc. en las distintas culturas:
traducido fácilmente como: aliento–vida–palabra...
– Por supuesto...
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respuestas hay una carencia total de voluntad y de poder, no
existe la figura del dios poderoso al estilo griego, el cuál
mediante su arbitrio condena o salva. Aquí por el contrario –
bajo las visiones de karma y darma, acción y deber–, nos
describen una fuerza mecánica que encadena nuestros actos en
los múltiples ciclos de creación, conservación y destrucción,
aunque en realidad jamás hay una destrucción total y absoluta,
entendida más como sólo una reincorporación con el origen: El
Absoluto. La religión cristiana en cambio nos presenta la
alternativa de un Dios humano; el cual puede –desde su
cualidad humana– alcanzar la perfección, enfrentarse a la
muerte individual y vencerla, y todo ello mediante una
transmutación de su ser espiritual inmortal bajo las
prescripciones de una moral humanamente realizable –en el
sentido común–. Es, en este sentido, una religión más humana.
En cuanto nos presentan a todo hombre –a cualquier hombre–,
como posibilidad de la imitación del Cristo.
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El perdón es más que nada una cuestión de inteligencia. Es una
gran estupidez guardar rencor, negarse a perdonar a alguien,
porque la mayor víctima de la falta de perdón es uno mismo. El
rencor pesa y nos impide avanzar.
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11
De nuevo aquí, por primera vez:
75
corriendo... escapando de algún aquelarre,,, de alguna
prohibición social...
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– Cuida muy bien que tu nobleza, tu bondad y tu piedad no
sean la máscara de una gran cobardía.
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no abandono las lágrimas de los látigos
una mueca feliz al aplastar mi alma
un suave susurro en la distancia
amor en la lejanía, pactos eternos
sumisión absoluta, respeto ancestral…
Alimentado de deseos
el resguardo a mi alma
bajo un cielo artificial
en la perenne búsqueda
del sueño de ser humano
cada vez más, mejor humano
fantasía, la tabla de los monos
Sencillamente vacio en la exorbitante variedad externa
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Ningún nombre, ninguna mirada
Arcas perdidos en un desierto insatisfecho de dolor.
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que oculta la palabra… Al estúpido sentido de la
importancia, de la necesidad de creer en la mentira
Te imaginé
sentada en la lejanía
entre la niebla fría del amanecer
con la mirada absorta
caminando por la orilla de mis voces
marcando tus huellas
en la arena de mis signos.
Buscando en el horizonte de palabras
el navío de mis pensamientos…
Segura permaneces a la orilla… siempre en la orilla.
80