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240 HORWIGON Y HORMIGON ARMADO ° 4.-Vigas de seceldn en 7. Bn los pisos de vigas 6 viguetas y forjado se procurard que los enlaces de aquéllas con éstas sean muy seguros. Guando 1a armadura principal del forjado es paralela & las vigas, se establecerén otras transversales comunes al forja~ doy 4 éstas, ‘Cuando el forjado y el alma de las vigas so han enlaza~ do con perfeccisa, el primero se puede considerar como par te integrante de la segunda, pero tinicamente hasta cierta Jatitud on sentido normal 4 ésta, que se determina con su- Jocién 4 las roglas siguientes: a) Serd inferior & la cuarta parte dela luz de 1a viga, d) La distancia de cada uno do sus extremos al paramen- to inmediato de la viga sord menor quo cuatro veces el es- osor del forjado, En las vigas continuas que tengan varios apoyos se ten- ‘rda en cuenta las compresiones eorrespondientes 4 ésias. 5.—-Forjados. Los forjados para pisos so proyectardn y armarén como piezas continuas sobre apoyos; cuando su lougitad es inayor que ver y media su ancho, so colocaré otra armadua trans- versal cou las dimensiones correspondiontes & la carga to- tal, Las losas cuadradas tendedn dos armaduras cruzadas en Angalo recto (2). Cuando los forjados tienen dos armaduras metélicas, las cargas que transmiten 4 las vigas no son uniformes, sino que Yarfan como las ordenadas de un tridngalo; con tal distribu- cin de cargas es con la quo hay quo hacer los edleulos de estabilidad, 8.—Vigas y forjados continuos. Cuando las vigas y forjados som continuos se establece- rin fuertes armaduras motélieas en todos aquellos puntos en log que los momentos son negativos. En esto caso se ton- ‘drda presontes las raglas siguiontes para calcular los mo- ()Voaso ol nimaro antorior. (@) La distribuoiéa exacta do In carga sobre uas osu cusdrade 6 stdngaler apoyeda por wus euntro Iatos y ooa dee nrmadaras me Liens erozadas on angalo recto no: con exsetitad. Bl ‘procedimienta que so dovoribe & con eaaltadon ‘nteriores cada armadura a0 ouleala somo ai #0 sate do uns loa apoynda en dos lados opuestos; ahora bien, Ia can tidal total ds agsro puote wetusirie on wa 25 por 10Dwumentando gen annie In aparaon de anvils dentro el veel conta hata felgje do le Lesa, REVISTA DE OBRAS PUBLICAS mentos positives y negativos si Ia distribuciéa do Tas cargas es uniforme: 4) Bn los torjados, los momentos en los apoyos y en el centro 9 caloulara, tanto para la carga permanente como para Ias sobrecargas, con la fSrmula wo? Tas en Ia quo w representa la carga en kilogramos por metro li- neal y 1 la luzen metros. 0) Ba las vigas continuas se aplicard la misma férmula para los framos intermedios, y la =n Ta para los dos de los extremos, tanto para las cargas perma- nentes como para las sobrecargas. ‘Si cl mimero de tramos de las vigas y de los forjados es dos, 6 si son de gran longitud, 6 si las cargas estén concon- tradas, los céleulos de estabilidad se hardn por procedimian+ tos mas exactos quo el descrito. Cuando las vigas tienen armadura metilica en Ia zona que trabaja por corapresién, los esfueraos so repartirén en~ tre aquélla y el hormigén en la forma que se ha oxplicado anteriormente. Si las vigas son continuas, las armaduras ccorrespondiontes 4 1os apoyos tendréa la longitud necesaria, 4 uno y otro lado de &stos, para desarrollar ol esfuerno de adherencia quo hace falta. "7.—Adherencia y separacién do Ins barras. B1 estuerao de adherencia que ha de existir ontroel hor migén y ol acero es el que se deduce de las firmulas que mas adelante se establecen, wl cual, real y efectivamente, se reduce cuando los extremos de las barras se doblan en Angulo recto. Si los esfuerzos de adhorencia son muy grandes, convon- 4rd doformar las berras para aumentar el valor del que Gsias pueden proporeionar. Usicamente en ciertos casos puede resultar cosvonionte para aumontar Ia adhorencia el empotramiento de las barras, formando cou sus extremos un Angulo de 90° 6 de 180"; este tiltimo es mas eflcas. Los ejes do lax harras pavalolas se situardn 4 distancias rmayores que dos vecas y media su didmetro, dajando entre Jos do los extremos y los paramontos de las vigas dos did- metros, Batre dos atmadaras paralelas habré un espacio libre de 12 milimetros por lo menos. 8.—Befuerz0 cortante y tensién inctinada, Los cdleulos de resistencia corrospondiontes al alma de las vigas tondrén por base los esfaerz0s.cortantes dedueidos con las férmulas que se establecen més adelante. Cuando los valores méximos de dichos esfuerzos son superiores 4 los que el hormigén puede resistir, 2s necesario astablecer una armadara metélica que puede estar constituida con barras dobladas, inclinadas 6 verticales, y unidas 6 colgadas de las armaduras horizontales, en forma tal, que. sea imposible todo doslizamiento de nas sobre otras. Las experiencias que se han hecho hasta ahora sobre las armaduras on ol alma de las vigas no son bastante comple- tas para doducir do ellas reglas précticas do indudable apli- cacién, Sin embargo, esté perfectamente comprobado que el més poquetio refuerzo metélico en el alma de las vigas au- ‘monta notablemente la resistencia de dstas 4 las tensiones inclinadas ast como que si dicho refuereo os do considera REVISTA DE OBRAS POBLICAS ign se puede triplicar Ia resistoncia de las vigas al estuerz0 cortante, con relaciin 4 Ja que tienen euando sinicamente hay armaduras horizontales. Los valores méximos que se admitirén para los osfuerz0s cortantos son los siguientes: ‘a) En vigas quo tienen barras horizontales-exclusiva- mente, 2,80 kilogramos por centimetro cuadrado. 2) Bn vigas on las que las armaduras horizoatales estén dispuestas do tal manera que sus barras resogen parte de Jos. esfuerz0s cortantos, 420 Kilogeamos por ceutimetro euadrado, ¢) Bn vigas con armadaras especiales en ol alma, 8,40 kilogramos por ceatimetro cuadrado. En esto ditimo caso so admitiré que el hormigén puede resistir Ia tereara parte dol esfuerzo cortante total, y que ol resto corresponde al motal, que tendrd la forma de bartas ‘encurvadas 6 de estribos, y mejor atin las dos alteraada mente. La cantidad de acero necesaria para resistir el os- fuerzo cortante que corresponde & la armadura se deducirt suponiendo que aquél se reparte eutre las barrae que hay en uuna longitad de viga igual & su altura. [La roparacién de las barras 6 estribos an el sentido de la ongitud de la viga serd inferior 4 las tres cuartas partes do Ja altura de la viga. Ys de suma importancia que la adherencia tenga el valor suficente para que la armadura metélica pueda desarrollar toda Ia resistencia al esfuerzo cortanto que so ha supuesto. Puesto quo las pequefias deformactones de las armadu~ ras horizontales tionden 4 provenir la formaciéa de grietas inclinadas, se podré aumentar la resistencia de una viga & las tensiones diagonalos, disponiendo dicha armadura en forma tal que el coeficiente de trabajo sea muy pequerio en Jos puntos en que el esfuerzo cortante os may granic. 9.~Columnas. Se recomienda que la relacién entre Ia altura de las co- lumnas y la menor do sus dimensiones transversales sea, lo sumo, igual 4 15. Bn la evaluacién del area de 1a seeeién horizontal se prescindird de In correspondiente & los ealucidos protecto- res. Ea las columnas de hormigén eon cinchos 6 con envol ventes metélicas s6lo so tondré en cuenta la superficie que corresponde al primer material. Las columnas de hormizén se pueden reforzar con ba- rras longitudinales, con cinchos, con ambos elementos si- multdneamente 6 con envolventes metilicas de rigides suf- cionte para por sf soles constituir verdaderas columaas. Los cinchos contribuyen & aumentar la rigidez de las columnas, pero no producen efecto algano cuando éstas trabajan con cargas inforiores 4 su limite de elastictdad; sin embargo, permiten el empleo de coofcientes de trabajo mis elevados. Para aumentar la rigidez de una colamna basta una dispo- sivida moderada do cinchos, pero ésta se ha de exagerar mat cuando se dese anmontar su carga de rotura y las defor- maaciones finales al producirse esta altima. Los cooficientes de trabajo de Ins columnas senda los si- guientes: ‘@) Con armaduras verticales exclusivamonto, 32 kilogra- mos por centimetro cuadrado 4 los veintiocho dias, cuando Ia carga de rotura por compresiéa 4 esta fecha del hormi~ ‘26a empleado es 136 kilogramos por contimetro cuailrado, }) Con cinchos exclusivamente, un 20 por 100 més que en ol caso anterior, os deci, 88,5 kilogramos por eent{mo= tro cuadrado. €) Con cinchos y armaduras verticales on las quo la dosis total de acero esti comprondida entro el 1 y ol 4 por 100, 45 por 100 més quo on el caso a), esto es, 46,4 k= ogramos por eent{inetro enadrado. d) En eolumnas en las que cl hormigén coustitaye el niicloo interior de una envolvente metilica, 46,4 kilogra~ mos por eentiimatro cuadrado. Siempre se admitied que las armaduras longitudtnales resisten la fraccién de la carga que se ha especificado ante- riormente, y que, por el coatrario, los cinchos no reducen absolutamento nada el trabajo del hormigéa. ‘Las barras que constituyen las armaduras longitudinales: sorda reolas y tendrén suficiente resistencia transversal para no deformarse durante el fraguado det hormigén, Si se emplean cinchos, el volumen total de 6stos ser ma- yor que el 1 por 100 del que tieno la columua que refuerzan,, su separacién sera meaor que la cuarta parte del didmetro de aquélla, y se dispondrén on forma tal, que después de retirados los maldes sus suporficies interiores constituyan un cilindro perfectamente vertical. Para contrarrestar los efectos de las flextones produci~ das por las cargas excéntrieas, se caleularda las dimensio~ nes de la seccidn transversal de Ia columna con Ia amplitad necesaria para no oxceder los limites que se han eonsignado, 40.—Armaduras para resistir las foorzas dobldas al endurect- ‘miento y 4las variaciones de temperatura, Cuando grandes superfcies do hormigén estén expues~ tas de una manera directa d 1a aecidn de los agoutes atinos- fGricos, os efectos dal endurecimieato y de tos cambios de fomperatura se manifiestan con 1a apaticién de grandes griolas, si no se toman ciertas precauciones para ovitar su formacién 6 para disminuir su importaucia. Las dimensio- nes de las grietas son direstamente proporcionales al dié~ metro de las barras de la armadura 6 laversamonte propor- cionales & la dosis de acero y 4 la adhorencia por unidad do superficie. Para que la ofcacia de Ia armadara motélica sea mdxima, se situard lo mds cerca que se pueda de la supor‘t- cio del macizo de hormigén, y se dispondré on forma tal {que desarrolle el maximo esfuorzo do adheroncia. (Continuaré.) Revista de las principales publicaciones técnicas. Maquina para arrollar Los alambres en coronas, sistema Brener y Schumacher. Para que trabajon fos bancos de las fabrieas de hilar on lee condiciones do rendimlento maximo, es indispensable untrlos & ‘miquinas para arrollar los alambres en coronas, que funcionen fautomaticamente, sin dotencién y arrotiando el slambro é mo- dida quo sale de Is hilera, Uoa dotonct6n en el funclonamtento dela méquine arrolladora dol slambro arrastra, on efecto, 0 ‘cesarlamenie una parada correspondiente dela hilera, so pena de iezelar los rollos de slambre y do perder on sagulia, ya el pa ‘quote de alambre formado, ya un tlempo cousldarable en desea =

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