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Ciencias naturales

Las ciencias naturales son aquellas ciencias que tienen por objeto el estudio de
la naturaleza. Estudian los aspectos físicos y, como grupo, se distinguen de las ciencias
sociales, por un lado, y de las artes y humanidades por otro. Las ciencias naturales
igualmente se apoyan en las ciencias formales. El término «ciencia natural» es también
usado para diferenciar entre «ciencia», como una disciplina que sigue el método
científico, y «ciencia», como un campo de conocimiento en general.
División de las ciencias naturales

 Astronomía, el estudio de los objetos celestes y fenómenos que suceden fuera de la


atmósfera terrestre.
 Biología, el estudio de la vida:
 Botánica, el estudio de las plantas.
 Ecología, el estudio de las relaciones entre los seres vivos y el entorno.
 Zoología, el estudio de los animales.
 Ciencias de la Tierra, el estudio de la Tierra:
 Geología estudia la superficie de la tierra en su aspecto fisico
 Geografía, el estudio de las divisiones de los suelos en el planeta tierra
 [[Edafología[Ciencia del suelo
 Oceanografía, el estudio de los océanos
 Física, el estudio de los constituyentes últimos del universo, las fuerzas e
interacciones y las relaciones entre éstas.
 Química, el estudio de la composición, propiedades y estructura de las sustancias y
de las transformaciones que sufren.

El método científico
Es un conjunto de pasos ordenados que se emplea principalmente para hallar
nuevos conocimientos en las ciencias. Para ser llamado científico, un método de
investigación debe basarse en lo empírico y en la medición, sujeto a los principios de
las pruebas de razonamiento.1 Según el Oxford English Dictionary, el método científico
es «un método o procedimiento que ha caracterizado a la ciencia natural desde el siglo
XVII, que consiste en la observación sistemática, medición, experimentación, la
formulación, análisis y modificación de las hipótesis».2
El método científico está sustentado por dos pilares fundamentales: la reproducibilidad y
la refutabilidad. El primero, la reproducibilidad, implica la capacidad de repetir un
determinado experimento, en cualquier lugar y por cualquier persona. Este pilar se basa,
esencialmente, en la comunicación y publicidad de los resultados obtenidos (por
ejemplo, en forma de artículo científico), y su verificación por la comunidad científica. El
segundo pilar, la refutabilidad, implica que toda proposición científica debe ser
susceptible de ser falsada o refutada (falsacionismo), siendo la falsabilidad el modus
tollendo tollens del método hipotético-deductivo experimental.
Según James B. Conant, no existe un método científico. El científico usa métodos
definitorios, métodos clasificatorios, métodos estadísticos, métodos hipotético-
deductivos, procedimientos de medición, entre otros. Y según esto, referirse a el método
científico es referirse a este conjunto de tácticas empleadas para constituir el
conocimiento, sujetas al devenir histórico, y que eventualmente podrían ser otras en el
futuro.3 Por ello se deben sistematizar las distintas ramas dentro del campo del método
científico.

Es una serie ordenada de procedimientos de que hace uso la investigación científica


para observar la extensión de nuestros conocimientos. Podemos concebir el método
científico como una estructura, un armazón formado por reglas y principios
coherentemente concatenados.

El método científico es quizás uno de los más útil o adecuado, capaz de proporcionarnos
respuesta a nuestras interrogantes. Respuestas que no se obtienen de inmediato de
forma verdadera, pura y completa, sin antes haber pasado por el error. Esto significa que
el método científico llega a nosotros como un proceso, no como un acto donde se pasa
de inmediato de la ignorancia a la verdad. Este es quizás el método más útil o adecuado,
ya que es el único que posee las características y la capacidad para auto corregirse y
superarse, pero no el único. Aunque se puede decir también que es la conquista máxima
obtenida por el intelecto para descifrar y ordenar los conocimientos. Donde se debe
seguir los pasos fundamentales que han sido desarrollados a través de muchas
generaciones y con el concurso de muchos sabios.
La música
(del griego: μουσική [τέχνη] - mousikē [téchnē], «el arte de las musas») es, según la
definición tradicional del término, el arte de organizar sensible y lógicamente una
combinación coherente de sonidos y silencios respetando los principios fundamentales
de la melodía, la armonía y el ritmo, mediante la intervención de complejos procesos
psicoanímicos. El concepto de música ha ido evolucionando desde su origen en
la Antigua Grecia, en que se reunía sin distinción a la poesía, la música y la danza como
arte unitario. Desde hace varias décadas se ha vuelto más compleja la definición de qué
es y qué no es la música, ya que destacados compositores, en el marco de diversas
experiencias artísticas fronterizas, han realizado obras que, si bien podrían considerarse
musicales, expanden los límites de la definición de este arte.
La música, como toda manifestación artística, es un producto cultural. El fin de este arte
es suscitar una experiencia estética en el oyente, y expresar sentimientos, emociones,
circunstancias, pensamientos o ideas. La música es un estímulo que afecta el campo
perceptivo del individuo; así, el flujo sonoro puede cumplir con variadas funciones
(entretenimiento, comunicación, ambientación, diversión, etc.).

Homofonía

es aquella textura musical en la cual todas las voces se mueven más o menos a la vez,
esto es, conservando un mismo ritmo, si bien a menudo el interés melódico suele estar
en la voz superior. La sensación que produce esta música es la de una sucesión de
acordes, o sea, una estructura musical vertical, a diferencia de la polifonía, donde
predomina una estructura musical horizontal formada por el movimiento de las voces,
que son independiente unas de otras.

Puede representarse la textura homofónica mediante una serie de bloques verticales,


que simbolizan los acordes que se suceden en el tiempo, en cuyo interior la composición
de los mismos puede variar como es lógico:

La homofonía ha sido desde siempre muy utilizada en la música coral de todos los
tiempos, pues suponía un contraste grande con la otra gran textura, la polifónica o
contrapuntística. Incluso no faltan ejemplos en los que ambas texturas se alternan en
una misma obra.
En la música instrumental la homofonía era muy empleada también en la música antigua
(medieval y renacentista), siendo después menos utilizada, salvo en determinados
pasajes de obras más extensas. En ciertos géneros musicales, como por ejemplo en los
himnos, ha sido ésta una textura muy característica, incluso en composiciones de
actualidad, si bien aunque en muchas ocasiones se interpreten instrumentalmente, la
mayoría de los himnos no pierden su carácter vocal, por la función simbólica que estos
tienen.

La polifonía

(del griego πολύς [polis] = "muchas" y φονος [phonos] = "sonidos, melodías") en música
es un tipo de textura musical en la que suenan simultáneamente múltiples voces
melódicas que son en gran medida independientes o imitativas entre sí, de importancia
similar y ritmos diversos. Por lo tanto, se diferencia de la música a una sola voz
(monofonía) así como de la música con una voz dominante melódica acompañada por
acordes (homofonía, melodía acompañada).

Las texturas polifónicas pueden contener varias melodías primarias o básicas. Si las
voces se imitan unas a otras (esto es, cantan o tocan melodías similares pero con cierto
retraso unas respecto de otras) se trata de polifonía imitativa. Un caso estricto de
polifonía imitativa es el canon.4
El carácter polifónico de una obra tendrá como pilar no solamente la parte compositiva,
es decir, la idea de independencia melódica que el compositor haya ideado, sino
también la posibilidad de discriminación auditiva por parte del oyente. Distintas personas
podrán escuchar con mayor o menor claridad las melodías independientes dentro de una
obra polifónica.
Desde la perspectiva de la Etnomusicología, la polifonía tradicional (no académica) tiene
una amplia, aunque desigual distribución entre los pueblos del mundo. Las regiones con
alta presencia polifónica del mundo son el África subsahariana, Europa y Oceanía. Se
cree que los orígenes de la polifonía en la música tradicional son muy anteriores a la
aparición de la polifonía en la música académica en Europa. En la actualidad hay dos
enfoques contradictorios al problema de los orígenes de la polifonía vocal: el modelo
cultural y modelo evolutivo.
La música clásica
Es la corriente musical que casa principalmente la música producida o basada en las
tradiciones de la música litúrgica y secular de Occidente, principalmente Europa
Occidental. Abarca un periodo de tiempo que va aproximadamente del siglo XI a la
actualidad, aunque esta definición no es aplicable a la música realizada en nuestro siglo
a pesar de presentar las mismas características,1si bien las principales características
del género fueron codificadas principalmente entre 1550 y 1900, que es habitualmente
considerado como el período característico de producción de la música clásica. En un
sentido historiográfico, la música clásica se divide en varios períodos: música antigua o
medieval, que abarca el período comprendido por la Baja Edad Media en Europa (1000-
1400); la música renacentista (1400-1600); la música barroca, que coincide con
desarrollo del arte barroco (1600-1750); el clasicismo (1750-1800), que en la Historia de
la música y la musicología, es a veces llamado «música clásica»;2
el Romanticismo (1800-1910); y la música contemporánea, que comprende las distintas
corrientes de música clásica del siglo XX, que adopta la composición atonal y
disonante y otras tendencias opuestas a corrientes anteriores.
Debido tanto a sus características técnicas, a la creciente profesionalización de la
profesión de músico y compositor, y al contexto socio-cultural en el que se desarrolla
(bajo el patronazgo de aristocracia, iglesia y burguesía), la música clásica es
habitualmente definida como la música de tradición culta.

Música romántica
En la música, el Romanticismo fue un periodo que transcurrió, aproximadamente, entre
principios de los años 1820 y la primera década del siglo XX, y suele englobar toda la
música escrita de acuerdo a las normas y formas de dicho período.
El Romanticismo musical es un período de la música académica que fue precedido por
el Clasicismo y seguido por el Impresionismo. Está relacionado, por supuesto, con
el Romanticismo en otras disciplinas: la corriente de cambios en Literatura, Bellas
Artes y Filosofía, aunque suele haber ligeras diferencias temporales dado que, el
Romanticismo en aquellas Artes y en la Filosofía, se suele reconocer entre los años
1780 y 1840.
El Romanticismo como movimiento global en las Artes y la Filosofía tiene como precepto
que la verdad no podía ser deducida a partir de axiomas y que, en el mundo, había
realidades inevitables que sólo se podía captar mediante la emoción, el sentimiento y la
intuición. La música del Romanticismo intentaba expresar estas emociones.
La música modernista
se refiere a la música de la tradición europea escrita (o música clásica), elaborada
aproximadamente entre 1910y 1975.Fue precedida por la música del
romanticismo y postromanticismo, y sucedida por la música clásica contemporánea. El
momento exacto en el cual terminó el modernismo e inició la música contemporánea, es
todavía motivo de debate entre los expertos. En ocasiones se equipara la música
modernista con la música del siglo XX aunque esta última abarca un tiempo cronológico
en lugar de un período estético. La música modernista está basada en los valores
filosóficos y estéticos del modernismo al cual tienen como principio principal la ruptura
con la tradición, y la permanente innovación. Debido a esto está estrechamente ligada
al vanguardismo. A diferencia de los períodos anteriores, prácticamente todos los
compositores de este período participaron en varios movimientos musicales diferentes,
ya sea simultáneamente o por etapas.

Música contemporánea

El concepto de música contemporánea se aplica a la música académica o docta creada


después de 1945. Sus inicios se remontan a tres décadas antes cuando autores como
Edgard Varese, Igor Stravinsky, Arnold Schoenberg, Anton Webern y Alban Berg
plantearon cambios radicales sobre la armonía, la melodía y el ritmo. Es la época del
expresionismo musical, la atonalidad, la dodecafonía y el neoclasicismo. A fines de la
década de 1940, una nueva generación continúa con esos quiebres, dando origen a los
cambios más rápidos y progresivos que conozca la historia de la música occidental. Se
cuestionan entonces la naturaleza de la música, la notación, los actos de composición e
interpretación y el lugar de la música en la sociedad. En los países europeos se prefiere
el término “nueva música” y bajo su alero surgen corrientes como el serialismo integral,
la música aleatoria, la música concreta, la música electroacústica y el minimalismo, las
que son asimiladas de distinta manera en Chile por una generación de compositores a
partir de la década de 1950.

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