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ESCRITOS
SOBRE
EL
LENGUAJE
Wilhelm von LHumboldt
ESCRITOS SOBRE
EL LENGUAJE
Edición y traducción
de Andrés Sánchez Pascual
23. Ibidem, p. 141. 26. Citado en M. BOHLER, epílogo a Wilhehn van Humboldt,
24. Ibidem, p. 10. Schriften zur Sprache, Stuttgart, 1973,pp. 245-246.
25. Ibidem, p. 11. 27. Ibidem, p. 247.
«aroma», que decía Nietzsche- de ciertos términos por uno al otro, presupone en aquél algo común con éste.» 30
su uso dentro de una tradición cultural nacional. Si quie- Pero lo más «romántico», en el sentido peligroso del
ro mencionar la ide~ de Weltanschauung, o la dejo en ale- término, es que Wilhelm van Humboldt, heredando el sen-
mán o la traduzco entre comillas. tir herderiano, piensa que el lenguaje, al darse de hecho
Con esto tocamos algo, en la lingüística humboldtia- en diversas lenguas e idiomas, aparece dividido en «visio-
na, donde aparece, hasta cierto punto, un elemento «ro- nes nacionales del mundo»: con ello, cada lengua supone
mántico»: el lenguaje como visión del mundo (Weltan- y legitima una nacionalidad -y de sobra es sabido cuán-
sicht). Esta visión se puede entender, ante todo y partien- to hubo de lingüístico en los nacionalismos del siglo XIX,
do de Kant, como conjunto de las formas o categorías y cuánto sigue habiendo en los de hoy. Cada lengua -ya
mentales -el aire de la paloma a que aludíamos-, un lo decíamos- expresaría una peculiaridad nacional, in-
sistema formal que por un lado sería común a «toda cluso un humor, un modo de ser, una «raza» no en senti-
mente posible», pero por otro lado se daría configurada do corporal: «Cada lengua, cualquiera que sea, lleva en
según las naciones o idiomas, y aun según los individuos: su seno en cada momento de su existencia la expresión
«El pensar no depende meramente del lenguaje en gene- de todos los conceptos que se puedan desarrollar alguna
ral, sino, hasta cierto grado, también de cada lengua de- vez en la nación. Cada una, incluso, en cada momento
terminada.» 28 (Se comprende que el neokantiano Cassirer de su vida, equivale exactamente al alcance de pensamien-
hiciera tanto por difundir la obra humboldtiana, al pro- tos de la nación en ese momento. Cada cual, finalmente,
pugnar, como decíamos, su idea de las «formas simbóli- en cada una de sus situaciones, forma la totalidad de una
cas».) Con todo, Wilhelm van Humboldt da más poder ac- visión del mundo (WeltansichtJ, al contener expresión
tivo al lenguaje que Kant a sus formas y categorías a prio- para todas las representaciones que la nación se haga del
ri: «Mediante la mutua dependencia del pensamiento y la mundo, y para todos los sentimientos que produzca el
palabra se echa de ver claramente que las lenguas no son mundo en ella.» 31
propiamente medios para presentar la verdad ya cono- Esto, aunque en política siga siendo un factor podero-
cida, sino mucho más para descubrir la antes desconoci- so, no es de recibo en la lingüística. Con tal creencia, se
da.» 29 De modo un poco confuso pero sugestivo -como podía creer, como Goethe, que aprender otra lengua era
de costumbre-, Wilhelm van Humboldt incluye una di- tomar posesión del espíritu de otra nación, idea fomen-
mensión social en esa función de captación de la reali- tada hoy día por los departamentos universitarios y las
dad: «El hombre, en su mutable limitación, puede consi- academias de lenguas extranjeras, pero irreal: si no se
derar la verdad como lo ilimitadamente sólido, que sola· usa la lengua para conocer su cultura, su sociedad y su
mente existe fuera de él, y todo su esfuerzo espiritual es historia, su mero dominio práctico no permitirá poseer
una pugna hacia ella, y el medio más poderoso para acer- otra alma más. Con todo, hay que advertir, Wilhelm van
cársele, para medir su distancia a ella, es la unión social. Humboldt no desarrolla apenas las implicaciones de aque·
Así el lenguaje es un requisito necesario para la primera lla creencia, tan aprovechada por otros incluso hoy día.
creación del pensamiento, y para la progresiva forma- Hay también en Wilhelm van Humboldt un concepto,
ción del espíritu. La comunicación espiritual, pasando del lanzado de pasada, igual que el de ergon-enérgeia, -con-
9. La disociación aquí ensayada da lugar a dos par- El organismo de las lenguas brota de la facultad uni·
tes distintas en el estudio comparado de las lenguas; y de versal y de la necesidad universal de hablar que el ser hu-
que ambas sean tratadas por igual depende que ese estu- mano posee y procede de la totalidad de la nación; la
dio sea completo. La diversidad de las lenguas es el asun- cultura de una nación singular depende, en cambio, de
to que aquí vamos a trabajar; debemos hacerla a partir disposiciones y destinos especiales y en gran parte se basa
de la experiencia y de la mano de la historia, debemos en individuos que van surgiendo en ella uno tras otro. El
estudiar esa diversidad en sus causas y en sus efectos, así organismo de las lenguas pertenece a la fisiología del hom-
como también en su relación con la naturaleza, destinos y bre intelectual; el perfeccionamiento formativo, por el
fines de la humanidad. La diversidad de las lenguas se cOl1trario, a la serie de las evoluciones históricas. El aná-
presenta, empero, en una doble figura: por un lado, como lisis de las diversidades de organismo lleva a medir y exa-
fenómeno de la historia natural, como consecuencia ine- minar el área del lenguaje y la capacidad de lenguaje del
vitable de la diversidad y separación de los pueblos, como ser humano; la investigación en la situación de la cultura
obstáculo a la unión inmediata del género humano; por superior lleva a conocer la consecución de todos los fines
otro, como fenómeno de la teleología del entendimiento, humanos mediante la lengua. Los estudios del organismo
como medio de formación de las naciones, como instru- exigen una comparación continuada, hasta donde sea po-
mento de una multiplicidad más rica y de una peculiari- sible; la indagación de la marcha del perfeccionamiento
formativo requiere concentrarse en la misma lengua y ellas. Pues lo que sigue faltándole a la lingüística general
adentrarse en sus peculiaridades más finas; de ahí que lo es esto: una penetración suficiente en el conocimiento de
primero exija extensión de la investigación, mientras que las lenguas singulares. Sin eso será escasa la ayuda que
lo segundo demanda profundidad. En consecuencia, quien podrá aportar la comparación de las lenguas, por muy
de veras desee enlazar estas dos partes de la ciencia del grande que sea el número de las comparadas. Se ha con-
lenguaje, habrá de ocuparse, desde luego, de lenguas muy siderado suficiente con señalar peculiaridades singulares
dispares, más aún, si ello fuera posible, habrá de ocupar- divergentes en la gramática y con comparar entre sí lis-
se de todas las lenguas, pero tendrá que partir siempre tas de palabras más o menos extensas. Pero también el
del conocimiento preciso de una sola o de unas pocas. Los dialecto de la más tosca de las naciones es una obra de-
fallos en esto último son castigados de manera más sen- masiado noble de la Naturaleza como para que la rompa-
sible que las lagunas en la totalidad, nunca alcanzable por mos en pedazos tan casuales y la presentemos de manera
entero. Trabajado de ese modo, el estudio empírico com- fragmentaria a la consideración. Ese dialecto es un ser
parado de las lenguas podrá mostrar las diversas mane- orgánico y hemos de tratado como tal. De ahí que la pri-
ras en que el ser humano ha hecho realidad el lenguaje, mera regla sea estudiar antes que nada cada lengua co-
la parte del mundo de los pensamientos que ha consegui- nocida en su conexión interna, perseguir y ordenar siste-
do llevar a él, el modo en que la individualidad de las na- máticamente todas las analogías que en ella quepa encon-
ciones actúa sobre la lengua y el modo en que esta últi- trar, con el fin de llegar a conocer así, de manera intuiti-
ma vuelve a operar sobre aquélla. Pues los cuatro objetos va, el enlace gramatical de las ideas que en ella existen,
que la investigación comparada de las lenguas ha de con- la extensión de los conceptos designados, la naturaleza de
siderar en su conexión recíproca son los siguientes: la esa designación y el impulso espiritual más o menos vivo
lengua; los fines del ser humano que mediante ella pue- que la acompaña y que tiende hacia la ampliación y el re-
den alcanzarse; el género humano en su evolución pro- finamiento.
gresiva; y, por último, las naciones singulares. Pero, además de esas monografías de las lenguas en su
conjunto, la lingüística comparada demanda otras mono-
11. Todo lo concerniente al organismo de las lenguas grafías de partes singulares de la estructura lingüística,
me lo reservo para un trabajo detallado que he empren- del verbo por ejemplo, a través de todas las lenguas. Lo
dido sobre las lenguas de América. Las lenguas de un gran que mediante ellas debe buscarse y enlazarse son todos
continente, de un continente que ha estado habitado y re- los hilos de la conexión; algunos de tales hilos se extien-
corrido por múltiples poblaciones y del cual es dudoso den, por así decido, a lo ancho, a través de las partes ho-
incluso que alguna vez haya estado unido con otros, ofre- mogéneas de todas las lenguas, pero también hay otros
ce un objeto muy favorable para esta parte de la lingüís- hilos que se extienden a lo largo, a través de las distintas
tica. Aun contando sólo aquéllas de las que poseemos no- partes de cada lengua. Los primeros reciben su orienta-
ticias bastante detalladas, encontramos allí una treintena ción de la identidad en todas las naciones de la necesidad
de lenguas que todavía son en realidad completamente de lenguaje y de la facultad de lenguaje; los segundos,·
desconocidas y a las que podemos considerar como otras de la individualidad de cada nación. Esa doble conexión
tantas nuevas especies naturales; a esas treinta lenguas permite conocer la extensión de las diversidades con que
habrá que añadir un número mucho mayor de otras de el género humano forma el lenguaje y la coherencia con
las que no tenemos otra cosa que datos incompletos. De que un pueblo singular forma su propia lengua; y ambas
ahí que sea importante analizar con detenimiento todas cosas, el lenguaje y el carácter lingüístico de las naciones,
se presentan a una luz muy clara cuando hemos visto rea- indagar la estructura del lenguaje en general y para efec-
lizada en formas individuales tan múltiples la Idea del tuar investigaciones históricas singulares, pero no sin ra-
lenguaje y, al mismo tiempo, hemos visto contrapuesto zón asustará al espíritu y lo disuadirá de aprender multi-
el carácter lingüístico de las naciones a la universalidad tud de formas y sonidos que a la postre conducen siempre
y a sus géneros próximos. Sólo de ese modo cabrá dar una a la misma meta y significan lo mismo, sólo que con tim-
respuesta radical a la importante cuestión de si es posi- bres diferentes. Prescindiendo del uso inmediato para la
ble, y cómo lo es, clasificar las lenguas por su estructura vida, el único estudio de lenguas que conserva importan-
interna, más o menos como las familias de las plantas. cia és el de aquéllas que poseen una literatura, y tal estu-
Lo dicho hasta aquí, por muy profundos que sean los dio está subordinado a la atención prestada a ésta. Tal es
atisbas qué en ello se encierren, no es, con todo, más que el punto de vista, muy correctamente adoptado, de la fi-
una mera conjetura si no es sometido a un examen empí- lología, en la medida en que cabe contraponerIa al estu-
rico más riguroso. Pues la lingüística de que aquí esta- dio general de las lenguas. Este estudio se llama así por-
mos hablando habrá de apoyarse únicamente en hechos, que trata el lenguaje en general, no porque pretenda abar-
y claro está no en hechos coleccionados de manera unila- car todas las lenguas; a esto último es forzado, antes bien
t~ral e inco~pleta. También para juzgar si las naciones únicamente con vistas a aquel fin. '
proceden unas de otras en lo referente a sus lenguas es
preciso encontrar los principios básicos mediante un aná- 13. Pero si ahora somos empujados de ese modo ha-
lisis preciso, que aún nos falta, de las lenguas y dialectos cia las lenguas cultas, lo primero que hay que preguntar
cuyo parentesco esté ya probado históricamente por otras es lo siguiente: ¿es cada una de las lenguas capaz de idén-
vías. Hasta que no avancemos, también en este campo, de tica cultura significativa o es capaz sólo de alguna?, ¿hay
lo conocido a lo desconocido, nos encontraremos en una formas lingüísticas que hubieron de ser destruidas antes
senda resbaladiza y peligrosa. de que las naciones pudieran alcanzar mediante el dis-
curso los fines superiores de la humanidad?
12. Mas, aunque investiguemos de manera muy exac- Desde luego, yo estoy plenamente convencido de ello,
ta y completa las lenguas en su organismo, es su uso el hemos de ver el lenguaje como algo situado inmediata-
que decide lo que ellas pueden llegar a ser mediante éste. mente en el ser humano; pues en modo alguno cabe ex-
En efecto, lo que el uso adecuado conquista al área de plicarIo como obra producida por su entendimiento a la
los conceptos vuelve a operar a su vez sobre éstos, enri- claridad de la consciencia.
queciéndolos y configurándolos. Son, por tanto, esas in- De nada sirve conceder milenios y más milenios para
vestigaciones, que de modo completo sólo cabe efectuar su invención. Si su tipo no preexistiese en el entendimien-
en las lenguas cultas, las que muestran la idoneidad de to humano, no cabría inventar el lenguaje. Para que el
éstas para alcanzar los fines de la humanidad. La clave hombre comprenda de verdad una sola palabra, para que
de bóveda de la lingüística, su punto de unión con la la comprenda no como un mero estímulo sensible, sino
ciencia y el arte, reside, pues, en esto. Mientras no haya- como un sonido articulado que designa un concepto, para
mos llevado la lingüística hasta ese punto, mientras no es~ es menester que en él preexista el lenguaje en su to-
hayamos considerado la diversidad de organismo con las tah~a~ y en su conexión. No hay en el lenguaje nada que
miras puestas en indagar la capacidad de lenguaje en sus este aIslado, cada Uno de sus elementos se presenta úni-
aplicaciones más excelsas y variadas, el conocimiento de camente como parte de una totalidad. De igual manera
un gran número de lenguas será fecundo a lo sumo para que resulta muy natural la hipótesis de un perfecciona-
miento formativo de las lenguas, así también la invención la cual es, sí, producto de la Naturaleza, pero de la natu-
de éstas no pudo acaecer más que de un solo g?lpe. Sólo raleza de la razón humana. Coherencia, uniformidad, y
por el lenguaje es hombre el hombre, mas para mventarIo ello incluso en una estructura compleja, son en todos los
tenía ya que serio. . sitios la impronta que llevan grabada los productos de
Es cierto que hay quien se figura que esto pudo Ir ocu: la Naturaleza, y la dificultad de hacerla s brotar no es la
rriendo poco a poco, gradualmente, por rondas, por a;)1 principal. La verdadera dificultad de la invención de la
decirIo; hay quien se figura que gracias a una pa~te mas lengua no está tanto en la coordinación y subordinación
de lengua inventada pudo el hombre llegar a ser mas ho~- de una multitud de circunstancias interrelacionadas cuan-
bre y que gracias a tal incremento pudo él, a su ve~, 1I~- to en la insondable profundidad de la sencilla operación
ventar más lengua; también hay quien desconoce la mdI- del entendimiento que en general se requiere para com-
sociabilidad de la consciencia humana y la lengua huma- prender y hacer surgir la lengua aun en uno solo de sus
na, así como la naturaleza de la operación intelectual que elementos. Una vez dado eso, todo lo demás se sigue por sí
se requiere para concebir una única palabra. mismo, y no puede aprenderse, sino que es menester que
No por eso es lícito, sin embargo, imaginar la lengua preexista originariamente en el ser humano.
como algo dado de manera acabada; si así fuera, tampo- Pero el instinto de los hombres se halla menos sujeto
co cabría concebir cómo el ser humano podría compren- que el de los animales y deja espacio a la influencia de la
der la lengua dada y servirse de ella. La lengua emerge individualidad. De ahí que la obra producida por el ins-
necesariamente del hombre mismo y, además, emerge de tinto de la razón pueda florecer en una perfección mayor
él poco a poco, pero lo hace de tal manera. que su o,rga- o menor, mientras que el producto del instinto animal
nismo no yace desde luego como una masa merte alla en conserva una uniformidad más persistente; y no es con-
la oscuridad del alma, sino que condiciona como ley las tradictorio con el concepto de lengua el que algunas, en el
funciones de la fuerza del pensar; en consecuencia, la pri- estado en que se nos aparecen, sean realmente incapaces
mera palabra hace resonar ya, y presupone, la lengua en- de un perfeccionamiento formativo acabado. La experien-
tera. De ahí que, si con algo cabe comparar eso que en cia de traducciones de lenguas muy dispares, así como el
realidad no tiene igual en toda el área de 10 pensable, es uso de lenguas muy toscas e incultas para instruir con
del instinto natural de los animales de lo que podemos ellas en las doctrinas más misteriosas de una religión re-
acordamos, y al lenguaje podemos llamarIo un instinto velada, muestran ciertamente que en cada una de las len-
natural de la razón. guas cabe expresar toda una serie de ideas, bien que con
De igual manera que no cabe explicar el instinto de éxitos muy diversos. Pero esto es mera consecuencia del
los animales por sus disposiciones espirituales, así tam- parentesco universal de las lenguas y de la ductilidad de
poco es posible dar cuenta de la invención de las lenguas los conceptos y de sus signos. Lo único que aporta prue-
recurriendo a los conceptos y a la facultad de pensar de bas en favor de las lenguas mismas y de su influencia so-
las naciones toscas y salvajes que fueron sus artífices. De bre las naciones es lo que surge naturalmente de ellas; no
ahí que yo nunca haya podido hacerme a la idea de que aquello a lo que son forzadas, sino aquello a lo que por
una estructura lingüística que esté dotada de una gran sí mismas invitan y animan.
coherencia y que sea muy artificios a en su pluralidad
deba presuponer una gran ejercitación en el pensar y ser 14. Será el examen histórico el que habrá de investi-
prueba de una cultura anterior perdida. Del más tosco gar en concreto las razones de la imperfección de algunas
estado de naturaleza puede surgir una lengua como ésa, lenguas. Pero yo he de abordar aquí una cuestión diferen-
te, a saber: si hay alguna lengua que esté madura para en aquel~os sitios donde, por así decido, viene exigida por
una formación acabada antes de haber atravesado ya va· la materIa, y no en aquéllos donde viene exigida formal-
rias situaciones intermedias, precisamente aquellas situa· mente por el enlace de las ideas. Sin duda el plural es
ciones que de tal modo rompen el modo originario de re- pensado como una multiplicidad, pero el singular no es
presentar que ya no está del todo claro el significado inicial pensado exactamente como una cosa única, sino sólo como
de los elementos. Ello resulta verosímil tanto por la nota- el concepto en general; el verbo y el nombre coinciden en
ble observación de que la coherencia es una propiedad a.quellos casos en que no es precisamente la persona o el
característica de las lenguas toscas, mientras que en las tlemp? lo '!ue h~y que expresar; la gramática no ejerce
cultas lo es la anomalía en muchas partes de su estructura, t~davIa su ImperIO sobre la lengua, sino que aparece tan
cuanto por razones sacadas de la naturaleza misma del 010 en el caso de que se tenga necesidad de ella.
asunto. Al tercer nivel se ha ascendido tan sólo cuando ningún
El principio que domina en la totalidad de la lengua elemento es .pensado ya como huérfano de forma y cuan-
es la articulación; en cada una de las lenguas, la más im- do la materIa como tal es vencida totalmente en el dis-
portante de sus excelencias es una articulación sólida y curso; mas ese nivel, si es entendido como aquél en el
ágil; pero esto tiene como presupuesto unos elementos cua~ hay en cada uno de sus elementos una indicación
simples y en sí mismos indivisibles. La esencia de la len- audIble de, la forma, es un nivel al que apenas llegan las
gua consiste en verter la materia del mundo fenoménico lenguas ma~ ~~ltas, aun cuando sea él aquello en que se
en el molde de la forma de los pensamientos; todas sus basa la pOSIbIlIdad de una euritmia arquitectónica en la
aspiraciones son formales. Y dado que las palabras están estructura de los períodos. A mí no me es conocida nin-
en lugar de los objetos, es menester también que a las guna lengua, ni siq~iera en su acabamiento supremo, cu-
palabras en cuanto materia se les oponga una forma a la ~as forma.s gramatIcales no sigan llevando en sí rastros
cual estén sujetas. Ahora bien, son precisamente las len- InconfundIbles de la originaria aglutinación silábica.
guas primitivas las que acumulan una multitud de deter- Así, pues, en tanto la palabra, en el nivel inferior, apa-
minaciones en el mismo grupo silábico y las que son vi- rezca compuesta con su modificación y no como modifi-
siblemente deficientes en el dominio de la forma. El sen- cada en su sencillez, faltará la fácil divisibilidad de sus
cillo secreto de tales lenguas, un secreto que indica la vía e!e~entos y el espíritu será oprimido por la torpeza del
que siempre será preciso seguir para descifrar su enigma, s~gmficad~ con que cada partícula básica se presenta, no
olvidándonos completamente de nuestra gramática, es el SIendo estImulado al pensar formal por el sentimiento de
siguiente: que alinean inmediatamente lo que es signifi- lo formal. El ser humano, próximo todavía al estado de
cativo en sí. La forma es añadida mentalmente; o bien naturaleza, fácilmente lleva también demasiado lejos un
viene dada por una palabra que en sí está dotada de sig- modo d~ representar, una vez que lo ha adoptado; piensa
nificado y a la que también se toma como tal, por lo que, c~da obJeto. y cada operación con todas sus circunstan-
en consecuencia, la forma viene dada como materia. CIasconcomItantes, transfiere esas cosas a la lengua y lue-
En el segundo gran nivel del avance, el significado ma- go vuelve a quedar avasallado por ésta, ya que en ella el
terial cede ante el uso formal y ahí es donde se generan concepto viviente queda congelado, reducido a mero
las palabras dotadas de un significado gramatical y, por cuerpo.
tanto, formal. Pero la forma es indicada únicamente en Un me~lio su.mamente eficaz de reducir esto a sus ver-
aquellos sitios donde viene exigida por una circunstancia ~aderas dl~Ile:lS1onesy de disminuir la fuerza de lo que
inherente al sentido del discurso, es indicada únicamente tIene un sIgmficado material es el entrecruzamiento de
las naciones y de las lenguas. Una maner~ ~ueva de reo portancia condicionada y subalterna nada- mas; en el caso
presentar se asocia entonces a la que eXlstIa hasta ese contrario, su importancia seria incondicional y. decisiva.
momento; las poblaciones que se mezc1an no conocen mu-
tuamente la composicion singular de las palabras de sus 16. El modo mas seguro de dilucidar esta cuestion
dialectos, sino que las acogen meramente c~mo formulas est a en comparar la palabra simple con el concepto sim-
en conjunto; puesto que resulta posible eleglr, ~os.elemen- ple. Es cierto que la palabra no constituye la totalidad de
tos mas incomodos y torpes ceden ante los mas hgeros y la Jengua, pero es su parte mas significativa, aquello que
ductiles; y como el espiritu y la lengua ~o estan. ya entr~. en el mundo de 10 vivo es el individuo. En modo alguno
lazados con tanta unilateralidad, el pnmero eJerce mas resulta indiferente el que una lengua exprese con una pe-
libremente su imperio sobre la segunda. Es cierto que el rifrasis aquello que otra expresa con una sola palabra. No
organismo originario queda perturbado, pero, l~ nueva resulta indiferente con respecto alas formas gramaticales,
fuerza que se agrega es tambien una, ~uerza ~~gam<:a,y de ya que en la perifrasis estas no aparecen como ideas mo·
este modo se continua sin interrupclOn el teJldo, solo que dificadas, por contraste con el concepto de la forma pura,
ahora de acuerdo con un plan dotado de una mayor am· sino que aparecen como ideas que indican la modifica-
plitud y variedad. Asi, pues, 10 q~e hizo la ama.lgama ap~- cion; pero tampoco resulta indiferente con respecto a la
rentemente confusa de las poblaclOnes en los tlempos pn- designacion de los conceptos. La ley de la articulacion su-
mitivos fue preparar el florecimiento del discurso y del fre necesariamente quebranto cuando aquello que en el
canto en siglos que llegarian mucho mas tarde. concepto se presenta como unidad no aparece como uni·
dad tambien en la expresion, y un concepto al que Ie falte
15. Pero aqui no vamos a fijarnos en esa imperfeccion tal expresion carece de la entera eficacia viva de la pala-
de algunas lenguas a la que acabamos de referirn~s. E1 bra en cuanto individuo. Al acto del entendimiento que
examen de las lenguas dotadas de identica perfecclon 0 hace brotar la unidad del concepto corresponde como sig-
de aquellas cuya diferencia no puede medirse de manera no sensible la unidad de la palabra, y ambas unidades han
puramente cuantitativa es 10 unico que permite dar re~- de ir juntas, y 10 mas cerca posible, en el pensar mediante
puesta a esta cuestion general: <.como hemos de ver la dl- el discurso. Pues de igual manera que el vigor de la refle-
versidad en cuanto tal de las lenguas en su relacion con xion hace surgir la separacion y la individuacion de los
la formacion del genero humano?, <.hemos de verla como sonidos mediante la articulacion, asi tambien esta a su
una circunstancia fortuita que acompafia la vida de las vez ha de volver a operar sobre la materia de los pensa-
naciones y que puede aprovecharse con hab~lid~d y s~e~· mientos, separando e individualizando, y ha de hacerle
te, 0 hemos de verla como un medio necesano, msustltUl- posible a esa materia el que, partiendo de 10 no-separado
ble, de trabajar el area de las ideas? Pues to~as las Jen. y aspirando a 10 no-separado, aspirando a la unidad ab·
guas se inc1inan cual radios convergentes hacla esa a~ea, soluta, recorra ese camino a traves de la separacion.
10 cual hace que su relacion con ell~, que ~s s~,con~emdo,
constituya el punto final de nuestra mvestlgaCl~m.51 fuera 17. Mas el pensar no depende solo del lengl,laje en ge-
posible independizar de la lengu,a e.se contemdo ~ ha.cer neral, .sino que hasta cierto punto depende tambien de
de la expresion lingiiistica algo mdlferer:te para ~l, SI la cada lengua determinada y singular. Es cierto que ha ha-
lengua y su contenido fueran d~ suy<;>mde~endle~tes e bido quien ha querido sustituir las palabras de las diver-
indiferentes entonces el perfecclOnamlento formatlvo de sas lenguas por unos signos dotados de validez universal,
las lenguas ~ el estudio de su diversidad tendrian una im- por unos signos como los que la matematica posee en las
lineas, los numeros y el algebra. Con e110sno cabe ago- la palabra; el parentesco de esta con otras de significado
tar, empero, mas que una exigua parte de la mas a de 10 parecido; el concepto transitorio, casi siempre contenido
pensable, ya que por su propia naturaleza tales signos no en la palabra y que 11evahacia el objeto design ado de un
convienen mas que a aque110s conceptos que pueden ser modo nuevo y al cual es ella asimilada; las relaciones con-
el producto de una mera construcci6n mental 0 que son comitantes de la palabra con la percepci6n 0 la sensaci6n:
fomados puramente pOI' el entendimiento. Pero en aque- todas esas cosas hacen que surja una impresi6n determi-
110ssitios don de ha de ser troquelada en conceptos la ma- nada, y esa impresi6n, al convertirse en habito, aporta
teria de la percepci6n interna y de la sensaci6n, 10 que una dimensi6n nueva a la individualizaci6n del concepto,
importa es la facultad individual de representaci6n del el cual es de suyo mas indeterminado, pero tambien mas
ser humano, de la cual es indisociable su lengua. Todas libre. Pues con cualquier palabra dotada de significado
las tentativas de colocar en el centro de las diversas len- se enlazan las sensaciones que ella misma va estimulando
guas singulares unos signos universales para los ojos y los poco a poco, las intuiciones y nociones surgidas ocasio-
oidos son simplemente metodos abreviados de traducci6n, nalmente; y palabras distintas, si se ponen juntas, perma-
y seria una necia ilusi6n el figurarse que con ellos sali- necen identicas a si mismas tambien en las proporciones
mos fuera, no digo que de toda lengua, pero ni siquiera graduales en que actuan. De igual manera que una pala-
del circulo restringido y determinado de la nuestra pro- bra transforma un objeto en una representaci6n, asi tam-
pia. Cabe desde luego buscar tal pun to central de todas bien hace resonar, aunque a menudo de manera imper-
las lenguas y encontrarlo realmente, y resulta necesario ceptible, una sensaci6n que corresponde simultaneamente
no perderlo de vista tampoco en el estudio comparado de ala naturaleza de la palabra y ala naturaleza del objeto;
las lenguas, tanto en su parte gramatical cuanto en su y la serie ininterrumpida de los pensamientos en el ser
parte lexica. Pues en ambas partes hay un buen numero humano va acompafiada asimismo de una secuencia inin-
de cosas que pueden ser determinadas enteramente a prio- terrumpida de sensaciones. Tal secuencia viene desde lue-
ri y que pueden ser separadas de todas las condiciones de go determinada pOl' los conceptos representados, pero es
una lengua particular. Pero frente a eso hay una cantidad ante to do la naturaleza misma de las palabras y de la len-
mucho mayor de conceptos y tambien de deta11es grama- gua 10 que determina su grade y su colorido. EI objeto,
ticales que se hallan tan indisolublemente entretejidos con cuya aparici6n en el animo va siempre acompafiada de
la individualidad de su lengua que no es po sible mante- una impresi6n que es individualizada por la lengua y que
nerlos suspendidos del mere hilo de la percepci6n inter- se repite siempre de manera regular, es tambien repre-
na, flotando entre todas las lenguas, ni cabe traspasarlos sentado en si de una manera modificada por tal proceso.
sin alteraci6n a una lengua diferente. Una parte muy sig- Esto resulta poco observable en el caso singular, pero el
nificativa del contenido de cada lengua depende de e11a poder del efecto causado en la totalidad consiste en la
tan indudablemente que la expresi6n lingiiistica no puede regularidad y en la continua reiteraci6n de tal impresi6n.
ya continual' siendo indiferente para el contenido. El caracter de la lengua se adhiere a cada impresi6n y a
cada uni6n de expresiones y, en consecuencia, el acervo de
18. La palabra, que es la que en realidad hace del las representaciones adquiere un colorido que procede
concepto un individuo en el mundo de los pensamientos, de aquel caracter.
Ie agrega muchas cosas suyas significativas; y la idea, al
recibir nitidez de la palabra, queda al mismo tiempo en- 19. Pero la lengua no es un producto libre del hom-
cerrada dentro de ciertos limites. El sonido articulado de bre singular, sino que pertenece siempre a la totalidad de
la naClOn; tambien en 6sta las generaciones posteriores rirse materialmente a los sonidos articulados, aclarando-
reciben la lengua de quienes han vivido antes. El hecho se de ese modo a si mismas, es en el entendimiento don-
de que en la lengua se mezcle, acendre y reconfigure el de tienen su sede.
modo de representar propio de todas las edades, sexos, Esto comporta que entre las generaciones eternamen-
estamentos, variedades de canicter y de espiritu de un te .cambiantes de los seres humanos y el mundo de los
mismo pueblo, y luego de varias naciones -merced al ?bJe~os susceptibles de representaci6n haya un numero
traspaso de palabras y lenguas-, y a la postre del genero mfimto de palabras, las cuales, aun cuando originariamen-
humano entero -al ir aumentando la comunidad de los t~ fueran producidas segun leyes de libertad y en 10 suce-
pueblos-, ese hecho comporta que la lengua sea el gran SIVO. fueran empleadas de ese modo, nosotros no podemos
punta donde se realiza el tnlnsito de la subjetividad a la ver.Igual que vemos a los hombres y los objetos, sino como
objetividad, el tnlnsito de la siempre limitada individuali- entIdades que tienen su sede en si mismas, como entida-
dad a la existencia omnicomprensiva. des 9-ue solo cabe explicar historicamente, y que han ido
La invencion de unos signos foneticos nunca antes oi- surglendo poco a poco merced a la fuerza conjunta de la
dos es algo que solo cabe imaginar en el origen de las nat.uraleza, los seres humanos y los acontecimientos. La
lenguas, origen que queda allende toda experiencia huma- sene de las palabras se extiende de tal modo hasta las
na. En los sitios donde el ser humano ha recibido por o~curida?~s .de los primeros tiempos que ya no es posible
tradicion unos sonidos articulados, los cuales esttm de al- fiJar su mlClO; la ramificacion de las palabras abarca la
guna manera dotados de significado, forma su propia len- ~o.talidad del.~enero h?-mano hasta donde hubo union bajo
gua adhiriendola a tales sonidos y amplia su propio dia- el, la actuaclOn ultenor y la produccion ulterior de las
lecto de acuerdo con la analogia proporcionada por ellos. palabras podrian encontrar un pun to final unicamente si
Esto se basa en la necesidad que el hombre siente de ha- quedaran extirpadas de golpe todas las generaciones que
cerse comprender, en la conexi on universal de todas las a~ora viven y si quedasen cortados de repente todos los
partes y elementos de cada lengua y de todas las lenguas hI10s de la tradicion.
entre si, y en la identidad de la facultad de lenguaje. Dado que las naciones se sirven de los elementos lin-
Tambien para la aclaracion gramatical de las lenguas giiisticos preexistentes, y dado que estos mezclan su na-
tiene importancia el no perder de vista que no es facil t~raleza co~ ,Ia re~res.entacion de los objetos, ocurre que
que las poblaciones que formaron las lenguas llegadas m la expreSlOn es mdlferente ni el objeto es independien-
hasta nosotros hubieran de inventarlas, sino que, mas bien, te de la lengua. Pero el ser humano, que esta condiciona-
en aquellos sitios donde actuaron autonomamente hubie- do por la lengua, a su vez vuelve a operar sobre ella, y
ron de repartir y aplicar aquello con que se toparon. Solo esto hace que cada una de las lenguas particulares sea a su
asi cabe dar cuenta de muchos matices finos de las for- vez el resultado de tres acciones distintas y coincidentes,
mas gramaticales. Es dificil que para tales matices se in- a saber: la naturaleza real de los objetos, pues ella es la
ventaran designaciones distintas; 10 natural seria, por e1 que hace que brote la impresion en el animo· la naturale-
contrario, que no se usasen indiferentemente las distin- za subjetiv~ de la nacion; y la naturaleza p~culiar de la
tas designaciones que preexistian. Lo que preponderante- lengua, deblda a la materia basica que se Ie mezcla y a la
mente pasa de una nacion a otra son los elementos capi- fuerza con que todo 10 que alguna vez ha sido transferido
tales dellenguaje; es decir, las palabras. Alas formas gra- a ella permite un perfeccionamiento formativo solo den-
maticales eso les resulta mucho mas dificil, pues, al tener tro de ciertos Iimites de la analogia, aunque en su origen
una naturaleza intelectual mas fina, mas bien que adhe- fuera creado c::ontot;;11libertad.
20. La dependencia reciproca del pensamiento y .el dad de to do conocimiento de la verdad, va siendo, por
lenguaje hace claro y evidente que las lenguas son propla- tanto, recuperada fragmento a fragmento y de manera
mente un medio no tanto de presentar la verdad ya cono- progresiva por la via de los fen6menos. Pero nunca deja
cida cuanto, mucho mas, de descubrir la verdad antes de ser 10 objetivo aquello que hay que conquistar; y si
desconocida. La diversidad de las lenguas no es una diver- bien el ser humano se acerca a ello poria via subjetiva
sidad de sonidos y signos, sino una diversidad de vistas de una lengua particular, su segundo esfuerzo consiste en
del mundo. La raz6n y la finalidad ultima de toda inves- aislar 10 subjetivo, aunque s6lo sea trocando una subjeti-
tigaci6n lingiiistica residen en eso. ,E.l acervo de 10 .co- vidad pOl' otra, y en disociarlo de 10 objetivo con la ma-
nocible, que es el campo que el esplntu ha de ~rabaJar, yor fuerza posible.
hallase en el centro entre todas las lenguas e mdepen-
diente de ellas; a la zona puramente objetiva no puede 21. Si comparamos en varias lenguas las expresiones
acercarse el ser humano sino de acuerdo con su modo que se emplean para designar los objetos no-sensibles, en-
propio de conocer y de sentir, es decir, s6l~ ~>uedehacer- contraremos que s6lo son sin6nimas aquellas expresiones
10 pOl' una via subjetiva. Cabalmente, los S1tl0Sdonde la que, por ser construibles mentalmente de un modo puro,
investigaci6n toca los puntos mas altos y profund~s ~on 10 unico que pueden contener y que contienen es aquello
aquellos donde el uso mecanico y l6gico del en~e~dlmlen- que se deposita en ellas.
to -el uso mas f,kH de separar de toda pecuhandad es- Todas las demas expresiones recortan y seccionan de
pecial- se encuentra al final de su operatividad y donde manera distinta el area que esta en su centro -si es que
se inicia un metodo de percepci6n y creaci6n internas del podemos denominar as! el objeto designado por ellas-,
cuallo unico que esta claro es que la verdad objetiva bro- todas ellas tienen un contenido mayor 0 menor y encie-
ta de la totalidad de la fuerza de la individualidad subje- rran otras muchas determinaciones. Las expresiones em-
tiva. Tal cosa es posible linicamente con Y mediante plead as para designar los objetos sensibles son sin6nimas,
lengua. desde luego, en la medida en que en todas ellas se piensa
Ahora bien, en cuanto obra de la naci6n y del pasado, el mismo objeto; pero su significado diverge en el modo
la lengua es algo que Ie resulta extraiio al ser humano; de expresar su representaci6n. Pues, mientras permanece
esto hace que pOl' un lado este que de atado pOl' 10 que viva, la influencia ejercida por la visi6n individual del
todas las generaciones anteriores han ido depositando en objeto en la formaci6n de la palabra determina tambien
la lengua, pero pOl' otro lado salga enriquecido, reforzado la manera como esta reevoca a aquel.
y estimulado pOl' ello. La lengua, que se contrapone con:o Un gran numero de palabras brota, empero, de la uni6n
algo subjetivo a 10 conocible, se enfrenta como algo obJe- de expresiones sensibles y expresiones no-sensibles 0 de
tivo al ser humano. Pues cada una de las lenguas es un la elaboraci6n de las primeras por el entendimiento; ello
eco de la naturaleza universal del hombre; y si bien es hace que todas las palabras compart an la impronta indi-
cierto que ni siquiera todas las lenguas juntas pueden vidual, que no vuelve a encontrarse tal como era, de las
lleaar a convertirse nunca en una copia compIeta de la
b •
segundas, mientras que la impronta de las primeras va
subjetividad de la humanidad, no es menos Clerto que es- necesariamente extinguiendose con el discurrir del tiempo.
tan aproximandose continuamente a esa meta. Pero a su Pero dado que la lengua es copia y signa al mismo
vez la subjetividad de la humanidad entera va convirtien- tiempo, y que no es enteramente producto de la impronta
dose en si en algo objetivo. La coincidencia originaria en- causada por los objetos ni es tampoco enteramente pro-
tre el hombre y el mundo, en la cual se basa la posibili- ducto del arbitrio de los hablantes, todas las lenguas par-
ticulares llevan en cad a uno de sus elementos rastroS de ventud y la fuerza, el esplendor y la belleza. En esa zona
la primera de esas propiedades; y el que tales ra~tro~ ~ean es donde esta la autentica sede de la elocuencia, si por
reconocibles estriba, si dejamos aparte su propm mtldez, elocuencia entendemos, en una acepcion muy amplia y
en la disposici6n del animo a querer tomar las palabras no precisamente usual, el tratamiento de la lengua en la
mas como copia 0 mas como signo. El animo puede llegar medida en que esta 0 bien influye esencialmente por si
a 10 segundo merced a la fuerza de la abstracci6n, per? misma en la presentacion de los objetos 0 bien es usada
tambien puede, abriendo todas las puertas de la recep~l- adrede para tal fin. En este ultimo modo, la elocuencia
vidad, acoger la entera influencia ejercida por la matena puede pasar tambien, con raz6n 0 sin ella, al uso cientifi-
peculiar de la lengua. Mediant~ el tratamien~o da.~o a esa co y al comercial.
materia puede el hablante onentarla en dlrecclOn a la A su vez, es preciso disociar el uso cientifico de la len-
copia o. en direccion al signo, y a menud.o el uso de una gua de su uso convencional. Ambos pertenecen a una uni-
expresi6n poetica ajena a la prosa no tlene otro efecto ca clase, en cuanto que, eliminando el peculiar efecto de
que el de disponer el animo a que no contemple como la lengua como materia aut6noma, quieren verla unica-
signo la lengua, sino a que se entregue a ella en su entera mente como signo. Pero el uso cientifico hace eso en el
peculiaridad. campo donde result a pertinente y 10 lleva a cabo inten-
Si ese uso doble de la lertgua queremos contraponerlo tando apartar de la expresi6n toda subjetividad, 0, mas
en generos, los cuales establecen ciertamente en el una bien, intentando disponer el animo de una manera com-
separaci6n mas neta que la que el mismo puede tener en pletamente objetiva; en ello Ie sigue el tranquilo y razo-
la realidad, entonces podemos llamar a uno de el!os el nable uso comercial. El uso convencional traslada ese tra-
uso cientifico de la lengua y al otro su uso oratOrIo. El tamiento a un campo que necesitaria de la libertad de la
primero es al mismo tiempo el uso del comercio; el se- receptividad; es un uso que imp one a la expresi6n una
gundo, el de la vida en sus circunstan~ias naturales. Pues subjetividad determinada en cuanto a su rango y su colo-
el trato libre desata los lazos que pudleran haber encade- rido, y que intenta conducir el animo a tal subjetividad.
nado la subjetividad del animo. Con ello el uso convencional pas a luego al oratorio, pro-
En el sentido en que aqui 10 tomamos, el uso cientifi- duciendo una elocuencia y una poesia degeneradas. Hay
co es aplicable tan s610 alas ciencias d~ la pura const~c- naciones a las que la individualidad de su caracter hace
cion mental y a ciertas partes y tratamlentos de las CIen- tomar uno u otro de esos caminos errados 0 seguir de ma-
cias de la experiencia; en todo conocimiento que exij.a las nera unilateral el correcto; hay naciones que tratan con
fuerzas indivisas del ser humano aparece, en camblO, el mayor 0 peor fortuna su lengua. Pero si el destino quiere
uso oratorio. Y es de esta ultima especie de conocimiento que llegue exactamente al punto decisivo de congelaci6n
de la que fluyen directamente la luz y el calor que se de- del organismo de un dialecto un pueblo al que su animo,
rraman sobre todas las demas especies; solo en aquella su oido y su entonaci6n disponen de manera preferente
se basa el avance en la cultura espiritual general, y una para el discurso y para el canto, surgen entonces lenguas
nacion que no busque y encuentre el punto central de su magnificas, admiradas en todos los tiempos. El nacimien-
cultura en la poesia, la filosofia y la historia -las cuales to del griego no podemos explicarnoslo sino por uno de
pertenecen a la mencionada especie de conocimiento- es esos lances afortunados.
una nacion que pronto se ve privada de la benefica reper-
cusi6n de la lertgua, pues por su propia culpa no alimenta 22. A estas ultimas y esencialisimas aplicaciones de
ya a esta con la unica materia capaz de conservarle la ju- la lengua no puede ser ajeno su organismo originario. En
el reside el primer germen del perfeccionamiento form~- ese ideal universal este presente en su pureza en algun
tivo que viene a continuaci6n, y las dos partes del estudlO genero de excelencias; y si quisieramos exponer hist6ri-
comparado de las lenguas, que en 10 anterior estaban se- camente de ese modo las diversidades del caracter 0 de
paradas, encuentran aqui su uni6n. Una exposici6n lumi- las lenguas violentariamos la realidad.
nosa y coherente del modo y el grado de la producci6n de Lo unico que hay son las disposiciones, asi como unas
ideas a que han llegado las lenguas humanas y una expo- direcciones que no estan recorridas de manera pura. Y ni
sici6n tambien, en la estructura de estas, de la influencia en los seres humanos, ni en las naciones ni en las lenguas
de sus diversas propiedades sobre su culminaci6n ultima, cabe imaginar una formaci6n del caracter (cosa que, por
son cosas que s6lo resultan posibles a partir de la inves- cierto, no equivale al sometimiento de los fen6menos a
tigaci6n de la gramatica y ellexico de todas las lenguas, una ley, sino que es el acercamiento del ente a un ideal)
en la medida en que haya recursos para realizarla, y a par- de otro modo que viendonos a nosotros mismos recorrer
tir del examen de los monumentos literarios de las na- una via cuya direcci6n, dada por la noci6n del ideal, pre-
ciones cultas. sup one otras direcciones determinadas, las cuales son las
que agotan todos los lados del ideal.
23. El unico prop6sito que yo he tenido aqui ha sido: El estado de las naciones en el cual puede encontrar
trazar en su conjunto el perimetro del campo de las in- aplicaci6n este ideal en sus lenguas es el estado ultimo y
vestigaciones comparadas de las lenguas, fijar la meta de supremo a que puede conducir la diver sid ad de sus po-
tales investigaciones y mostrar que para llegar a esa meta blaciones; ese estado presupone una mas a humana rela-
es menester tomar juntos e1 origen y la culminaci6n de tivamente grande, ya que las lenguas las exigen para al-
las lenguas. S610 pOl' esa via pueden llevar tales investi- zarse hasta su culminaci6n. En la base de ese estado se
gaciones aver cada vez menos las lenguas como unos sig- halla e1 estado mas bajo de todos, del cual hemos parti-
nos arbitrarios y a buscar en la peculiaridad de su estruc- do, el estado que surge del inevitable fraccionamiento y
tura, penetrando mas hondamente en la vida espiritual, ramificaci6n del genero humano y al que deben su origen
recursos para investigar y conocer la verdad y para for- las lenguas; ese origen presupone unas masas humanas
mar los sentimientos y el caracter. Pues si en las lenguas multiples y pequefias, porque en ellas resulta mas facilla
que han florecido en un perfeccionamiento formativo su- genesis de las lenguas. Y si han de surgir lenguas ricas y
perior hay unas vistas espedficas del mundo, entonces ha flexibles, es preciso que esas masas confluyan y se mez-
de existir una relaci6n no s6lo de tales vistas entre s1, den. En ambos estados se da una conjunci6n de 10 mis-
sino tambien entre ellas y la totalidad de todas las vistas mo que hallamos en la economia entera del genero hum a-
del mundo imaginables. Iio en esta Tierra, a saber: que e1 origen esta, si, en la
Ocurre con las lenguas, pues, 10 mismo que ocurre con necesidad natural que se siente y tambien en la necesidad
e1 caracter de los seres humanos, 0, para elegir un objeto fisica, pero, en la evoluci6n progresiva, ambas necesida-
mas sencillo de comparaci6n, 10 mismo que sucede con des sirven a los mas altos fines espirituales.
los ideales de los dioses de las artes plasticas; en tales
ideales podemos bus car tambien la totalidad y trazar un
drculo cerrado, ya que cada uno expone desde un deter-
minado lado el ideal universal, ideal que no es individua-
ble como recopilaci6n simultanea de todas las sublimida-
des. Es cierto que 110nos esta permitido figurarnos que
Sobre la influencia del diverse caracter
de las lenguas en la Iiteratura
y en la' formacion delespiritu *
velle Espagne, p. 93. Del mismo, Vues des Cordilléres et Monu- * Texto leído en la Academia de las Ciencias de Berlin el 20
ments des peuples de l'Amérique, p. 126. de mayo de 1824.
los signos de su lengua, a formar un alfabeto propiamente de la escritura alfabética sobre los demás modos de es-
dicho, puro y completo, en vez de liJ1litarse a usar signos cribir. Me limitaré meramente a la influencia de la escri-
fonéticos como una ayuda accesoria, que es lo que hacen tura alfabética sobre la lengua y su tratamiento. Si esa in~
ahora. fluencia es realmente significativa, si la conexión de la
Únicamente a Egipto parece no adaptarse bien este lengua con el uso de un alfabeto es íntima y firme, enton-
modo de pensar. Pues la actual lengua copta prueba inne- ces no pueden seguir siendo dudosas por más tiempo las
gablemente que también la lengua egipcia antigua pose- causas de la afanosa apropiación de la escritura alfabéti-
yó una estructura que no testifica grandes disposiciones ca o de la fría indiferencia frente a ella.
de la nación para el lenguaje; y, sin embargo, no sólo Ahora bien, dado que hasta de las propias lenguas se
poseyó Egipto una escritura alfabética, sino que, según ha aseverado con frecuencia· que su diversidad no es de
testimonios que en modo alguno cabe rechazar, fue su gran importancia, puesto que, suene como suene el soni-
cuna. Con todo, aunque una nación fuese la inventora de do y se enlace como se enlace el discurso, al final lo que
una escritura alfabética, queda su modo de tratada, de siempre destaca es el pensamiento, sin duda podría en-
acuerdo con su disposición, queda su modo de captar tonces tenerse por algo mucho más indiferente la índole
el pensamiento y de apresarlo y conformado mediante la de los signos de la escritura, con tal de que no comporte
lengua; y la verdad de esta aseveración brota con claridad incomodidades demasiado grandes o la nación se haya ha-
precisamente del modo tan maravilloso como los egipcios bituado a vencer las que van unidas a ella. Por otro lado,
hicieron que se compenetrasen las imágenes y la escritu- se dice, la parte de cada pueblo que se sirve de la escritu-
ra alfabética. ra es siempre pequeña y son menos todavía los que se
La escritura alfabética y la disposición para el lengua- sirven de ella con tino. Por tanto, no sólo cada lengua ha
je están, pues, estrechísimamente conectadas y se hallan existido largo tiempo sin escritura, sino que, además, en
en constante relación la una con la otra. Esto es lo que gran parte continúa viviendo de ese mismo modo.
aquí voy a esforzarme en probar, tanto conceptual como Ahora bien, la palabra hablada, la palabra-sonido, es
históricamente, en la medida en que ello pueda hacerse por así decirlo una corporificación del pensamiento, y la
dentro de la brevedad que conviene a estas conferencias. escritura, una corporificación del sonido. El más univer-
Me ha parecido que la elección de esta materia resultaba sal de los efectos de la escritura es que liga firmemente
adecuada por una doble razón, a saber: porque de hecho la lengua y hace así posible una reflexión sobre ésta que
no es posible entender de manera completa la naturaleza es enteramente diferente de la que se da cuando es mera-
del lenguaje si no se investiga al mismo tiempo su cone- mente en la memoria donde tiene un .asiento permanente
xión con la escritura alfabética; y porque precisamente la palabra hablada. Al mismo tiempo, también es inevita-
las recientes dedicaciones a la lengua egipcia redoblan en ble que a la influencia de la lengua sobre el espíritu se
el momento presente el interés por las investigaciones so- mezcle algún efecto producido por esa designación me-
bre la invención de la escritura y sobre su apropiación. diante escritura y por la índole determinada de esa desig-
Aquí no me ocuparé en absoluto de nada de lo concer- nación en general. No es, por ello, indiferente cuál sea la
niente a las finalidades externas de la escritura, a su utili- índole del estímulo que la actividad espiritual recibe de
dad en el uso para la vida y a la difusión de los conoci- la naturaleza especial de la designación escrita. En las le-
mientos. Es tan evidente la importancia de la escritura, yes de esa actividad está el considerar lo pensable e in-
si se la considera desde ese lado, que sin duda serán muy tuible como signo y designado, el provocados recíproca-
pocos los que desconozcan en este aspecto las ventajas mente y el enfrentar lQ uno a lo otro; es propio de esa
actividad el hacer intervenir, a propósito de una idea o
de exponer y justificar esa visión de las cosas y me he es-
una intuición, también las ideas o intuiciones emparen- forzado en mostrar:
tadas con ellas; y así es como la conversión en· un objeto
visual de los pensamientos que están primeramente liga- 1. Que el sistema léxico de cada lengua, también el
dos como sonido puede dar orientaciones muy distintas no enlazado, forma un mundo de pensamientos que se sale
al espíritu, según cuál sea la manera en que se produzca completamente del área de los signos arbitrarios y posee
esa conversión. Pero resulta evidente que, para que el de suyo esencialidad e independencia.
efecto total no quede perturbado, es preciso que estén 2. Que esos sistemas léxicos nunca pertenecen única-
formados de maneras concordantes, y estén fundidos como mente a un pueblo, sino que, por una vía de transmisión
en un único molde, el pensar en lenguaje, el discurso y la que ni la historia ni la investigación de las lenguas están
escritura. en condiciones de seguir del todo, se convierten en la
La influencia ejercida sobre la lengua por la escritura obra de la humanidad entera a lo largo de todos los siglos
no es menos importante porque esta última sea siempre de su existencia, y que, con ello, cada palabra porta en sí
propiedad únicamente de una parte pequeña de la nación, un doble elemento formativo: uno fisiológico, que brota
ni tampoco porque sin duda haya surgido en todas partes de !a naturaleza del espíritu humano, y otro histórico, que
tan sólo cuando la estructura ya fija y determinada de la reSIde en su modo de generarse. y además:
lengua no consentía más modificaciones esenciales. Pues 3. Que el carácter de las lenguas perfectamente forma-
el habla común envuelve a la totalidad del pueblo (aun- das está determinado por el hecho de que la naturaleza de
que, desde luego, menos en una forma de vida que en su estructura prueba que lo que al espíritu le importa no
otra), y aquello que en los individuos actúa sobre el habla es meramente el contenido, sino preferentemente la for-
común pasa inmediatamente a todos. La elaboración más ma del pensamiento.
fina de la lengua, sin embargo, cuyo punto inicial viene
designado propiamente por el uso de la escritura, es pre- , C.reo que. también aquí puedo seguir esa vía, y es por
cisamente la más importante de todas las elaboraciones, SI mIsmo eVIdente que la escritura alfabética favorece de
y en sí misma, y en su acción sobre la cultura de la na- modo negativo la idealidad de la lengua ya por el mero
ción, diferencia la peculiaridad de las lenguas mucho más hech~ de no estimular el espíritu de ninguna manera que
de lo que lo hace la estructura originaria, que es más sea dIvergente de la forma de la lengua, y que el sistema
basta. ~e .los sonidos puede alcanzar firmeza y totalidad merced
La peculiaridad de la lengua consiste en que, median- U?;ICamentea la escritura alfabética, dado que la designa-
do entre el ser humano y los objetos exteriores, liga a so- ClOnde los sonidos articulados constituye su esencia.
nidos un mundo de pensamientos. Todas las propiedades Por sí mismo salta a la vista que toda escritura me-
de cada lengua singular podemos referidas, por tanto, a diante imágenes, toda pictografía, necesariamente ha de
los dos grandes puntos capitales que hay en el lenguaje perturb.ar, en vez de apoyar, la acción de la lengua, dado
como tal, a saber: su idealidad y su sistema fonético. Las que estImula la visión intuitiva del objeto real. La lengua
deficiencias de integridad, claridad, precisión y pureza en demanda también intuición, pero la liga a la forma léxica
la idealidad y las deficiencias de perfección en el sistema unida mediante el sonido. A ella ha de subordinarse la re-
fonético son los defectos de la lengua; lo contrario, sus presentación del objeto para pertenecer como eslabón a
excelencias. la cadena infinita a la que tiende por todas las direcciones
En dos textos ya leídos ante este auditorio he tratado e~pensar m~diante Jengu~. Cuando la imagen se forja me-
dIante un SIgno grafico, mvoluntariamente reprime aque-
110 que la palabra pretende designar. El dominio de la externo e interno; pero la lengua debe contener ese mun-
subjetividad, esencia del lenguaje, queda debilitado; su do mismo -cierto que convertido en signos de pensa-
idealidad sufre a causa del poder real del fenómeno; el mientos- en la entera plenitud de su rica, polícroma y
objeto actúa sobre el espíritu con todas sus propiedades, viviente multiplicidad.
no con aquellas que la palabra, en concord~ncia con ~l Tampoco ha habido nunca, sin embargo, una escritura
espíritu individual de la lengua, elige ~ recopila;.!a eSCrI- conceptual, ni puede haber ninguna escritura que esté
tura, que debe ser tan sólo sig~o del sIgn?, convIe:-tese al formada puramente según conceptos y en la que no ha-
mismo tiempo en signo del objeto, y, al mt.r?dUCIr e~ ,el yan ejercido una importantísima influencia las palabras
pensar la manifestación directa de éste, debIlIta la aCClOn de la lengua, recogidas en sonidos determinados, para las
que la palabra ejerce precisamente por el hecho de que- cuales fue ésta inventada. Pues dado que la lengua existe
rer ser únicamente signo. En vivacidad no puede ganar con anterioridad a la escritura, busca naturalmente un
la lengua merced a la imagen, pues ese género de vivaci- signo para cada palabra, y busca esos signos en el sentido
dad no corresponde a su naturaleza, y las dos distintas que tienen las palabras subyacentes a los signos, aun cuan-
actividades del alma, que aquí se querría estimul.ar al do éstos, por una subordinación sistemática a un siste-
mismo tiempo, no pueden tener como consecuenCIa un ma de conceptos, tuviesen una validez independiente del
reforzamiento de la acción, sino su dispersión. sonido. Por tanto, toda escritura conceptual es siempre
En cambio, una escritura figurativa que designe con- a la vez una escritura fonética; y el que también valga, de
ceptos parece favorecer muy pro?iament~ la i~ealidad del manera marginal, como una verdadera escritura concep-
lenguaje. Pues sus signos, elegIdos arbItranamente, no tual, y en qué grado lo valga, eso es algo que depende del
tienen, como tampoco lo tienen los signos d~ las. letras, grado en que quien la usa conozca y respete la sistemáti-
nada que pueda distraer al espíritu, y la legalIdad mterna ca subordinación de otros signos, clave lógica de su for-
de su formación reconduce el pensar a sí mismo. mación. Quien conoce sólo mecánicamente signos corres-
No obstante también tal escritura se opone directa- pondientes a palabras no posee en la escritura concep-
mente a la nat~raleza ideal -es decir, convertidora del tual otra cosa que una escritura fonética. Cuando seme-
mundo externo en ideas- del lenguaje, aun cuando estu- jante escritura pasa a una lengua diferente, ocurre lo
viere articulada en todas sus partes de acuerdo con la mismo. Pues también en esta otra lengua, si la escritura
más estricta legalidad. Pues para la ,lengua es ~e nat~ra- ha de ser realmente escritura, es preciso que el uso con-
leza material no meramente el fenomeno sensIble, smo signe a cada signo su validez en una sola palabra o en
también el pensar indeterminado, en tanto en c.uanto no varias palabras determinadas. Los signos escritos son, por
está unido de un modo firme y puro por el somdo; pues tanto, sinónimos en las dos lenguas tan sólo en la medida
tal pensar carece de la forma que le es esencialmente pe- en que son sinónimas las palabras que subyacen a ellos,
culiar. La individualidad de las palabras, en cada una de y el leer lo escrito en una de las dos lenguas se convierte
las cuales hay siempre algo más que meramente su defi- siempre, para el que la desconozca, en un acto de traduc-
nición lógica, está ligada al sonido en tanto en. ~uanto ción en el cual queda abandonada en todos los casos la
éste despierta inmediatamente en el alma la aCClOnque individualidad de la lengua original. En el uso de tal es-
les es peculiar a las palabras. Un' signo que busque el con- critura entre naciones distintas lo único que se traspasa
cepto y descuide el sonido puede expresarlas, por tanto, siempre es, en lo fundamental, sólo el contenido; la forma
sólo de manera imperfecta. Un sistema de tales signos re- es modificada esencialmente; y la innegable ventaja de
produce únicamente los conceptos abstractos del mundo una escritura conceptual, el ser comprensible a naciones
de lenguas distintas, no compensa las desventajas que la impresión hecha por el sonido, y la escritura no debe
desde otros lados comporta. retener el pensamiento en sí, sino en esa figura determi-
Como escritura fonética, una escritura conceptual es nada.
imperfecta, y lo es porque da los sonidos como palabras Mediante esa estrecha adherencia a la naturaleza pe-
y sustrae así a la lengua toda la ganancia que, como ve- culiar de la lengua, la escritura alfabética refuerza preci-
remos, brota de la designación fonética de los elementos samente la acción de ésta, al renunciar a las pomposas
de la palabra. Pero tampoco la escritura fonética actúa excelencias de la imagen y de la expresión de los concep-
nunca puramente como tal. Dado que, por la validez y la tos. No perturba la pura naturaleza de pensamiento que
conexión de sus signos, puede perseguir conceptos, dado es propia de la lengua, sino que más bien la refuerza
que puede formar inmediatamente el pensamiento, pasan- con el sobrio uso de rasgos que en sí no tienen significa-
do por encima del sonido, por así decido, ocurre que se do, y depura y eleva su expresión sensible al descomponer
convierte así en una lengua propia y debilita la expresión en sus partes básicas el sonido unido en el hablar, al ha-
natural, completa y pura de la lengua verdadera y nacio- cer evidente el nexo de esas partes entre sí y en el enlace
nal. Por un lado lucha por librarse del lenguaje como tal con la palabra, y al volver a operar también sobre el dis-
o, al menos, de una determinada lengua, y por otro lado curso audible, fijándolo ante los ojos.
introduce en la expresión natural de la lengua, en el so- Por ello nosotros debemos atenernos a esa escisión del
nido, la intuición visual, que es mucho menos adecuada. sonido unido, escisión que es la esencia de la escritura al-
Actúa, por tanto, directamente en contra del sentido li~- fabética, si queremos juzgar la influencia interna que ésta
güístico instintivo del ser humano y destruye, cuanto. mas ejerce sobre la lengua.
se hace valer con éxito, la individualidad de la deSIgna- Hasta que agota un pensamiento, el discurso forma en
ción lingüística; ésta, desde luego, no reside meramente el espíritu del hablante un todo unido en el cual la refle-
en el sonido de cada una de las designaciones, pero se xión ha de buscar las secciones singulares. Esto es algo
halla unida a él en virtud de la impresión que todo enlace que lo experimentamos ante todo al ocuparnos de las
determinado de sonidos articulados produce innegable- lenguas de naciones incultas. Es preciso dividir y dividir,
mente de manera específica. y sospechar siempre que acaso lo que parece simple conti-
El esfuerzo de una lengua determinada por independi- núa siendo algo compuesto. Desde luego en cierta medida
zarse ha de producir en el espíritu efectos desventajosos esto ocurre también con las lenguas muy cultas, sólo que
y devastadores, pues es imposible el pensar sin l~ngua. ocurre de manera distinta; en éstas ocurre sólo etimológi-
Una escritura conceptual no produce esas desventajas, en camente, con miras a ver la génesis de las palabras; en
el grado que aquí hemos descrito, sólo si su sistema no es aquellas ocurre gramatical y sintácticamente, con miras a
desarrollado de manera coherente y ella misma, en el uso, ver el enlace del discurso. El unir lo que hay que separar
es asumida fonéticamente. es siempre una propiedad del pensar y el hablar no ejerci-
La escritura alfabética está libre de esos defectos; es tados: es difícil que del niño y del salvaje recibamos pa-
un signo del signo, un signo sencillo, que no distrae con labras, en vez de ellas recibimos frases. Las lenguas que
ningún concepto concomitante, un signo que acompaña a tienen una estructura más imperfecta sobrepasan también
la lengua en todas partes, sin adelantarse a ella ni despla- con facilidad la medida de aquello que debe estar unido
zarla, un signo que no evoca otra cosa que el sonido y en una forma gramatical. La división lógica, que desata
que, por ello, conserva esa subordinación natural en la el enlace de los pensamientos, llega, empero, únicamente
cual el pensamiento debe ser estimulado de acuerdo con hasta la palabra simple. La escisión de ésta constituye la
tarea de la escritura alfabética. Una lengua que se sirva nunciación, que se corrobora y depura mediante el cono-
de una escritura diferente no culmina, por tanto, la tarea cimiento yla ejercitación de los elementos fonéticos en una
divisora de la lengua, sino que produce una detención allí figura separada. Así como está dado un signo para cada
donde el perfeccionamiento de la lengua manda ir más allá. sonido, así el oído y los órganos del lenguaje se habitúan
Es cierto que también sin el uso de la escritura alfabé- a exigir y reproducir siempre exactamente de la misma
tica cabe imaginar la búsqueda de los elementos fonéticos, manera ese sonido; al mismo tiempo, al ser amputado del
y los chinos en concreto poseen un análisis de los sonidos sonido indeterminado, con el cual un sonido invade a otro
unidos, ya que indican de manera precisa y exacta el nú- en las lenguas incultas, queda delimitado con mayor ri-
mero y la diversidad de sus articulaciones iniciales y fina- gor y exactitud. Esta pronunciación más pura, este desa-
les y de las acentuaciones de sus palabras. Mas como ni rrollo más fino del sonido y de los instrumentos del len-
en la lengua usual ni en la escritura (en la medida es que guaje, es de la máxima importancia; lo es en sí y lo es
ésta es realmente, en efecto, una escritura de signos, dado también en su acción sobre la interioridad de la lengua;
que, como es bien sabido, los chinos mezclan en ella tam- la separación de los elementos fonéticos ejerce, empero,
bién una designación de los sonidos) hay nada que obligue también una influencia más profunda todavía sobre la
a ese análisis, ocurre que, por ese motivo, éste tampoco esencia de la lengua.
puede ser general. Como, además, el sonido singular (con- Tal separación muestra, en efecto, ante el alma la ar-
sonante o vocal) no es representado aisladamente median- ticulación de los sonidos, al individuar y designar los so-
te un signo que sea propio sólo de él, sino que únicamente nidos articulados. La escritura alfabética hace eso con
es escuchado de los comienzos y de las terminaciones de mayor claridad y de manera más vigorosa que como po-
los sonidos unidos, ocurre que esa represención de los dría ocurrir por cualquier otra vía, y no es exagerado afir-
elementos del sonido no es nunca tan pura y manifiesta mar que mediante el alfabeto le nace a un pueblo una
como lo es mediante la escritura alfabética, y el análisis visión completamente nueva de la naturaleza del lenguaje.
de los sonidos, aunque en lo que respecta a su integridad Dado que la articulación constituye la esencia del lengua-
y exactitud no le faltase nada, no hace sobre el espíritu je, el cual ni siquiera sería posible sin ella, y dado que el
la impresión de una división completamente acabada de concepto de la articulación se extiende sobre la totalidad
la lengua. Pero en la acción interna de las lenguas, única del área del lenguaje, incluso allí donde no se habla me-
que determina las verdaderas excelencias de éstas, lo que ramente de sonidos, por ello la sensibilización y la repre-
importa es la acción pura y plena de toda impresión, y la sentación del sonido articulado han de estar por fuerza
deficiencia más mínima de una de esas dos acciones tiene, en conexión sobre todo con la exactitud originaria y con
aunque ello no se note en el resultado exterior, conse- la paulatina evolución del sentido lingüístico. Allí donde
cuencias enormes. El leer y el escribir alfabéticos, por el ese sentido es fuerte y está vivo, allí marchará un pueblo
contrario, obligan en cada instante a reconocer los ele· por su propio impulso hacia la invención del alfabeto; y
mentas fonéticos que pueden ser sentidos al mismo tiem- allí donde a una nación le viene del extranjero un alfabe-
po por el oído y por el ojo y habitúa a la separación y a la to, allí éste favorecerá y acelerará en ella el perfecciona-
reunión sencillas de tales elementos; generalizan, por tan- miento formativo de la lengua.
to, una visión acabada y correcta de la divisibilidad de la Aunque el sonido articulado es producido de manera
lengua en sus elementos en el mismo grado en que eso corporal y como por instinto, propiamente su esencia pro-
está difundido en la nación. cede, sin embargo, tan sólo de la disposición interna del
Esa visión corregida se exterioriza primero en la pro- alma para el lenguaje; los instrumentos lingüísticos po-
seen meramente la capacidad de configurarse de confor- ble únicamente porque sale a su encuentro el impulso in-
midad con tal disposición. Me parece imposible, por tan- terno del alma que tiende a vestir de palabras los pensa-
to una definición del sonido articulado que esté hecha mientos y sustituye el defecto y vence los obstáculos por
m~ramente de acuerdo con su contextura física, sin asu- mediación de una instrucción facilitadora. De donde bro-
mir en ella la intención o el res1,Jltado de su producción. ta el particular sistema fonético de cada lengua es de la
El sonido articulado es un sonido que se separa e indivi- contextura individual de ese impulso que tiende a produ-
dualiza, no un sonido o un ruido unido y mezclado, como cir sonidos comprensibles, de la individualidad del senti-
lo son la mayor parte de los que expresan sentimientos. miento fonético (en general con respecto al sonido como
Su diferencia característica no consiste, musicalmente ha- tal, con respecto a la articulación), y, por fin, de la indi-
blando, en la altura o la gravedad, dado que se puede vidualidad del oído y de los instrumentos lingüísticos; y
entonarlo en la totalidad de la escala. Tampoco consiste ese sistema fonético se convierte, tanto por su originaria
en la dilatación o el acortamiento, en la nitidez o la bo- homogeneidad con la entera disposición lingüística del
rrosidad, en la dureza o la suavidad, dado que estas di- individuo, cuanto en sus numerosísimas influencias -im-
versidades en parte pueden ser propiedades de todos los posibles de seguir una a una- sobre todas las partes de la
sonidos articulados y en parte forman géneros de ellos. estructura lingüística, en el fundamento de la peculiaridad
Pero el intento de reducir las diferencias entre la a y especial de la lengua entera. La disposición lingüística
la e, la p y la k, etc., a un concepto sensible universal, es específica que resuena en el alma se refuerza en su pecu-
algo en lo que yo he fracasado siempre, al menos hasta liaridad al percibir a su vez su propio sonar como un so-
ahora. No queda otra cosa sino decir que, independiente- nar extraño.
mente de aquellas características, esos sonidos son espe- Si bien es cierto que toda actividad verdaderamente
cíficamente distintos y que su diferencia brota de una de- humana necesita de la lengua y que ésta constituye inclu-
terminada acción conjunta de los órganos; o puede inten- so el fundamento de la totalidad de esas actividades, no
tarse dar otra descripción semejante, pero que nunca pro- lo es menos que una nación puede, sin embargo, entrete-
porciona una verdadera definición. De manera completa jer su lengua de manera más o menos estrecha con el
y exclusiva se describe la esencia de esos sonidos única- sistema de sus pensamientos y sus sensaciones. Esto no
mente cuando se les adscribe la propiedad de producir es tampoco algo que se base meramente, como a veces
inmediatamente conceptos con su sonar, por cuanto en suele creerse, en su espiritualidad en general, en su orien-
parte cada sonido está formado para eso, y en parte la tación mayor o menor hacia lo sensible, en su inclinación
formación del sonido singular hace posible y exige un hacia la ciencia y el arte, y menos todavía se basa en su
número, determinable en clases determinables, de sonidos cultura, palabra ésta, por cierto, que es sumamente equí-
homogéneos, pero especrncamente distintos, los cuales son voca y que debe usarse con el más exquisito cuidado. Una
aptos para unirse unos a otros de manera necesaria o nación puede destacar en todos esos aspectos y, sin em-
de manera arbitraria. Pero con ello lo único que se ha di- bargo, apenas conceder a la lengua los derechos que le
cho es que los sonidos articulados son sonidos lingüísti- corresponden.
cos y que los sonidos lingüísticos son sonidos articulados. La razón de esto se halla en lo siguiente. Aunque el
Pero es en el alma donde reside la lengua, y ésta puede área de la ciencia y el arte nos la imaginemos completa-
ser producida aunque a ello se opongan los órganos y mente separada de todo aquello que se refiere a la orde-
aunque falte el sonido externo. Eso lo vemos en la ins- nación de la vida física, hay, sin embargo, para el espíritu
trucción de los sordomudos; tal instrucción resulta posi- muchos caminos de llegar hasta allí y no todos ellos re-
claman la lengua con igual fuerza y viveza. Esos caminos dades espirituales, aquella que con más éxito lleve a la
pueden determinarse en parte según los objetos del co- meta, pues el ser humano lo es sólo mediante lengua, y
nocimiento, y aquí no necesito recordar más que las artes la lengua lo es tan sólo porque busca únicamente en la
plásticas y la matemática, y pueden determinarse en par- palabra el eco del pensamiento. Pero ahora nosotros po-
te según la índole del instinto espiritual; éste puede bus- demos pasar por alto esto y quedamos tan sólo con que,
car más la intuición sensible, o puede aficionarse a la cuando menos, por ningún camino distinto de ése puede
seca reflexión, o puede, en fin, tomar una dirección que alcanzar la lengua una perfección mayor. Lo que la arti-
no necesite de la entera plenitud y finura de la lengua. culación de los sonidos, o, como también podría decirse,
También hayal mismo tiempo en la lengua, como ya lo que su propiedad formadora de pensamientos destaca
señalamos antes, una duplicidad, y en virtud de ella el y expone a la luz, será buscado o captado afanosamente
ánimo no es conmovido siempre con la necesaria unifica- en esa afinación espiritual; y de ese modo la escritura al-
ción; la lengua forma conceptos, introduce en la vid~ el fabética, que presenta continuamente al alma la articula-
dominio del pensamiento, y hace eso mediante el somdo. ción de los sonidos, que se la presenta primero al anotar-
La estimulación espiritual producida por la lengua puede la, y luego al producir de la manera más íntima los pen-
llevar a que, afectados preferentemente por el pensamien- samientos, a medida que va generalizando tal hábito, la
to intentemos al mismo tiempo aprehenderlo por otra escritura alfabética, pues, ha de estar estrechísimamente
Ví~ más inmediata, o aprehenderlo de manera más sensi- conectada con la disposición lingüística individual de cada
ble, o más pura, más independiente de un sonido qu: ~pa- nación. Sea inventada o sea dada, esa escritura ejercerá
rece como fortuito; la palabra es entonces tratada umca- su acción plena y peculiar únicamente allí donde haya
mente como una ayuda accesoria. Pero también puede ido ya precedida de una oscura sensación de su necesidad.
ocurrir que sea precisamente el pensamiento vestido de
Enlazada inmediatamente de esa manera con la natu-
sonidos el que ejerza la acción principal sobre el ánimo,
raleza más íntima de la lengua, la escritura alfabética
que sea precisamente el sonido conformado en palabra
ejerce necesariamente su influencia sobre todas las par-
el que entusiasme; y entonces lo principal es la lengua,
tes de ella y es exigida desde todos los lados. Pero yo
y el pensamiento aparece sólo como algo que brota de
sólo quiero recordar dos puntos con los cuales es parti-
ella y que está entrelazado inseparablemente con ella.
cularmente evidente su conexión: las excelencias rítmicas
Al comparar, pues, las lenguas con la individualidad
de las lenguas y la formación de las formas gramaticales.
de las naciones, lo primero que hay que hacer es, cierta-
Sobre el ritmo apenas es necesario añadir algo en este
mente, prestar atención a su orientación general, pero, en
aspecto. La producción plena y pura de los sonidos, la
segundo lugar, prestar siempre atención sobre todo a esa
separación de los sonidos singulares, la cuidadosa consi-
diferencia que acabamos de mencionar, a la inclinación
deración de su diversidad peculiar, son cosas de las que
por el sonido, al fino sentimiento discemidor de sus infi-
no puede prescindirse allí donde su mutua relación forma
nitos ecos del pensamiento, a la leve efervescencia que
la regla de su alineación conjunta. Es cierto que en todas
permite ser afinados por él y dar al pensamiento mil for-
las naciones ha habido poesía rítmica antes de que se usa-
mas a las que nunca podría llegar el espíritu desde arri-
se la escritura y también es cierto que en algunas nacio-
ba, mediante una clasificación de los pensamientos, pre-
nes ha habido de manera regular excelencia en la medi-
cisamente porque esas formas encuentran su estimulación
ción de las sílabas, y que en unas pocas, dotadas de una
en la plenitud de su materia sensible. Fácil resultaría mos-
organización particularmente feliz, ha habido una elevada
trar que esa orientación ha de ser, para todas las activi-
excelencia en ese tratamiento. Pero es innegable que tal ex-
celencia ha de salir ganando cuando se agrega el alfabe- de la excitabilidad del oído y del ánimo, cosa que los hace
to, y antes de esa época ella misma testifica ya un tal senti- ser. afectados y conmovidos de tal manera por la relación
miento de la naturaleza de los sonidos singulares de la de las articulaciones, que en las articulaciones unidas son
lengua que propiamente 10 único que falta es el signo de distinguidas las articulaciones singulares, y su validez so-
eso, de igual modo que, también en otros empeños, el ser nora es conocida de manera precisa y correcta.
humano ha de aguardar con frecuencia que le llegue de la Esto, de todos modos, es algo que en parte se debe
mano del destino la expresión sensible de aquello que ya también al sentimiento musical, que no pertenece inme-
desde mucho antes lleva él espiritualmente dentro de sí. diatamente a la lengua. Pues el sonido posee la afortuna-
Pues lo que principalmente hay que tener en cuenta al da peculiaridad de poder tocar por dos vías 10 ideal, a sa-
apreciar la influencia que sobre el lenguaje ejerce la escri- ber, mediante la música y mediante el lenguaje, y de po-
tura alfabética es que también en ésta hay propiamente der unir una a otra esas dos vías; con ello el canto acom-
dos cosas: la separación de los sonidos articulados y sus pañado de palabras produce indiscutiblemente en el área
signos externos. Ya antes, a propósito del chino, hemos entera del arte, al combinarse en él dos de sus formas
señalado (y esa observación puede extenderse también, en más significativas, la sensación más plena y más excelsa.
determinadas circunstancias, a la escritura verdaderamen- Pero cuanto mayor es la viveza con que aquellos metros
te alfabética) que no todo uso de una designación fonética silábicos hablan en favor de la disposición musical de
produce sobre la lengua la influencia decisiva que la es- sus inventores, tanto más testifican el vigor del sentido
critura alfabética en su verdadero espíritu asegura en to- lingüístico de éstos, ya que es precisamente en virtud de
dos los casos a la nación y a su lengua. En cambio, allí tales metros como se le conservan sus plenos derechos al
donde, aun sin la posesión de signos alfabéticos, en virtud sonido articulado, es decir, a la lengua, junto a la fuerza
de la destacada disposición lingüística de un pueblo, es arrebatadora de la música. Pues por lo que más general-
preparada y generada esa percepción interna del sonido mente difieren los antiguos metros silábicos de los moder-
articulado (la parte espiritual, por así decido, del alfabe- nos es precisamente porque aquéllos tratan verdadera-
to), allí el pueblo disfruta ya de una parte de las ventajas mente el sonido siempre, también en la expresión musi-
de la escritura alfabética incluso antes de que haya sur- cal, como sonido lingüístico, porque desdeñan la identi-
gido. dad repetida, completa o incompleta, de los sonidos uni-
Por ello los metros silábicos que desde la más remota dos (rima y asonancia), los cuales abocan a la mera sono-
antigüedad se han conservado y han llegado hasta noso- ridad, porque sólo muy raramente se permiten extender
tros, como el hexámetro y el verso de dieciséis sílabas de o reducir las sílabas en contra de su naturaleza, obede-
la sloca, metros cuya mera cadencia silábica mece toda- ciendo meramente a la fuerza del ritmo, y porque se cui-
vía ahora el oído con una magia inimitable, son tal vez dan muy precisamente de que suenen claras e inmodifica-
pruebas más fuertes y seguras del profundo y refinado das y armoniosas en su validez natural.
sentido lingüístico de aquellas naciones, que los restos La flexión, en la cual se basa la esencia de las formas
mismos de sus poemas. Pues, por muy estrechamente her- gramaticales, lleva necesariamente a distinguir y conside-
manada que esté la poesía con la lengua, son varias, claro rar las articulaciones singulares. Si una lengua enlaza en-
está, las disposiciones espirituales que actúan conjunta- tre sí únicamente sonidos dotados de significación, o, por
mente sobre ella; el hallazgo de un entrelazamiento armo- lo menos, no sabe fundir de manera fija las designaciones
nioso de sílabas cortas y largas da testimonio, empero, gramaticales con las palabras, tal lengua se las ve única-
del sentimiento lingüístico en su verdadera peculiaridad, mente con un todo fonético y no es estimulada a distin-
guir una articulación singular, como sí lo es por la apari- su estructura y de su uso. Pero la articulación es precio
ción de la palabra distinta sólo en sus flexiones. Por tan- samente la esencia de la lengua y no hay en ella nada que
to, de igual manera que la finura y la viveza del sentido no pueda ser parte y todo; el efecto de su tarea constante
lingüístico llevan a formas gramaticales fijas, así también se basa en la facilidad, exactitud y concordancia de sus
éstas propician el reconocimiento del alfabeto en cuanto separaciones y agrupaciones. El concepto de articulación
sonido, y de ese reconocimiento se siguen después más es la consecuencia lógica de la lengua, igual que lo es del
fácilmente la invención o el fecundo empleo de los signos pensar mismo. Por tanto, allí donde, en virtud de la agu-
visuales. Pues allí donde a una lengua todavía imperfecta deza del sentido lingüístico, la lengua es sentida en un
gramatical mente se le ofrece un alfabeto, allí la flexión pueblo en su peculiaridad auténtica, espiritual y fonética,
puede ser formada mediante la añadidura y la modifica- allí ese mismo pueblo es estimulado a avanzar hasta los
ción de letras singulares, y la flexión existente puede ser elementos de la lengua, hasta sus sonidos básicos, y a dis-
conservada con más seguridad, y la que todavía se en- tinguidos y designados, o, para decido con otras pala-
cuentre medio afijada puede ser separada con mayor pu- bras, es estimulado a inventar la escritura alfabética o a
reza. tomar afanosamente la que se le ofrece.
Pero mucho más esencialmente todavía actúa la escri- Por tanto, la exactitud de la visión intelectual de la
tura alfabética sobre la lengua, aunque ello no sea reco- lengua, la elaboración de sus sonidos, que testifica viveza
nocible tan visiblemente en las contexturas singulares, por y finura, y la escritura alfabética, son cosas que se recla-
el hecho de que sólo ella lleva a su culminación la inteli- man y propician mutuamente, y, reunidas, consuman la
gencia de la articulación de la lengua y difunde de mane- aprehensión y la formación de la lengua en su auténtica
ra más general su sentimiento. Pues sin la distinción, de- peculiaridad. Todo fallo en uno de esos tres puntos se
terminación y designación de las articulaciones singulares deja sentir en la estructura o en el uso de la lengua; y allí
no son conocidas las partes fundamentales del hablar ni donde la actuación natural de las cosas no experimenta
es hecho efectivo en la totalidad de la lengua el concepto desviaciones debidas a circunstancias particulares, allí es
de articulación. Pero el hacer efectivo en su integridad lícito abrigar la esperanza de encontrar juntos esos tres
todo concepto que esté en un objeto, eso es siempre y en puntos y, además, unidos a la fijeza de las formas grama-
todas partes algo de la máxima importancia, y lo es toda- ticales y al arte del ritmo.
vía más allí donde el objeto es completamente ideal, como La restricción aquí hecha previene el afán de querer
ocurre en el caso de la lengua, y donde, en parte simultá- probar en seguida con la historia de los pueblos (aunque
neamente, en parte sucesivamente, el instinto actúa, el hubiera que imponérsela), o de pretender refutar precipi-
sentimiento vislumbra, el entendimiento entiende, y la tadamente con ella, aquello que resulta de la mera teoría.
intelección del entendimiento vuelve a operar a su vez so- Mas no por ello debería decirse que es inútil el desarrollo
bre el sentimiento, corrigiéndolo, y éste hace lo mismo a partir de meros conceptos, a condición de que sea co-
con el instinto. En el caso de las lenguas que no tienen rrecto y completo. Antes bien, ese desarrollo ha de acom-
escritura alfabética y en las que no hay huellas visibles pañar, donde proceda, el examen de los hechos y ha de
de que se haya sentido su necesidad, las consecuencias ayudarle a determinar los puntos de la investigación. Se-
de la ausencia de eso se extienden mucho más allá de la gún lo dicho antes acerca de la conexión de la estructura
parte que ha quedado imperfecta, se extienden no mera- de las lenguas con la escritura alfabética, las investigacio-
mente a la inteligencia correcta y completa de la articu- nes exhaustivas sobre la difusión de esa escritura no de-
b.dón de los sonidos, sino también a la entera índole de berían separarse de la historia misma de las lenguas, y
lo que habrá que plantearse será siempre esto: si han sede de ésta meramente en la antes citada escritura de-
sido la contextura de la lengua y la disposición lingüística mótica.
de la nación, que en ella se expresa, o si han sido otras El hundimiento en América de un estado de cultura
circunstancias las que han influido esencialmente en el anterior, situado allende los más antiguos inicios de la
modo de inventar y apropiarse un alfabeto, y hasta qué historia que a nosotros nos es conocida, está probado por
punto esa manera de generarse ha determinado o modi- una serie de monumentos, constituidos en parte por edi-
ficado la contextura de éste, y cuáles son las huellas que ficios y en parte por la artificios a elaboración del suelo,
eso ha dejado en la lengua, una vez que se generalizó los cuales se extienden desde los grandes lagos de la zona
su uso. norte hasta el extremo más meridional de Perú; de esos
Tras el desarrollo hasta ahora intentado, a partir de monumentos he compilado yo un catálogo, con una fina-
ideas, no puede ser aquí mi propósito el entrar también lidad distinta, sacado en parte del viaje de mi hermano,
en una investigación histórica de las lenguas con respecto el cual indica exactamente sus fronteras, los centros de
a los medios de escritura de que se sirven. Únicamente esa civilización y la línea que sigue, y que demuestra con
con el fin de aclarar en el conjunto también con un hecho mucha fortuna las causas de esta última, y en parte de
la aseverada conexión entre la escritura alfabética y el otras fuentes, principalmente de las obras de los primeros
lenguaje, permítaseme concluir esta relación con algunas conquistadores.
consideraciones acerca de las lenguas de América, vistas Por tanto, al investigar las lenguas de América mi
en este aspecto. atención ha estado siempre dirigida al mismo tiempo a
Puede darse por hecho que en ninguna parte de Amé- averiguar si su estructura lleva las huellas del uso de al-
rica ha aparecido el menor rastro de una escritura alfa- fabetos perdidos. Pero nunca he encontrado tal cosa; an-
bética, aunque a veces se ha aseverado o sospechado. Es tes bien, el organismo de esas lenguas es precisamente de
cierto que entre los jeroglíficos mexicanos se encuentra tal naturaleza que, partiendo de las anteriores considera-
un género de escritura que en parte es similar a las couas ciones generales sobre la conexión de la lengua con la es-
chinas y que aún no ha sido aclarado exactamente; pro- critura alfabética, puede atinadamente concebirse que esas
bablemente no permitirá una aclaración, dados los pocos lenguas no llevaron a la invención de un alfabeto y que,
restos que quedan. Pero si en ese género de escritura si se les hubiera ofrecido uno, lo único que habría ocurri-
hubiese de alguna manera signos fonéticos, las noticias do hubiera sido una indiferente apropiación de él. La
que poseemos sobre el país y su historia contendrían ras- aceptación de la escritura europea llegada a América no
tros de ello. Podría ciertamente objetarse que tampoco la prueba, empero, ciertamente nada en favor de esto. Pues
antigüedad dice nada de que hubiera signos de letras en aquellas infortunadas naciones fueron oprimidas en se-
los jeroglíficos egipcios. Sólo que aquí el caso es entera- guida y sus más nobles etnias fueron exterminadas en su
mente diferente. De la posesión por Egipto de una escri- mayor -parte, de tal manera que no cabe pensar en una
tura alfabética ha empezado a dudarse únicamente en los actividad nacional libre, al menos en una actividad nacio-
tiempos más recientes, cuando se declaró que también la nal espiritual. Algunos mexicanos, sin embargo, asimila-
escritura demótica eran signos conceptuales; por lo de- ron realmente el nuevo medio de anotación y dejaron
más, había una multitud de testimonios que lo pro- obras en la lengua indígena.
baban o que permitían sospechado. El único objeto de Como ha quedado mostrado en lo dicho antes, todas
discusión era cuál de entre las especies egipcias de escri- las ventajas del uso de la escritura alfabética se refieren
tura había sido la alfabética; o, más bien, se buscaba la principalmente a la forma de la expresión y, por medio
de ella, a la evolución de los conceptos y a la ocupación y como esto va unido a enormes dificultades, seguramen-
con ideas. En eso reside su efecto, de eso brota la necesi- te la prolongada privación de una escritura alfabética in-
dad que de ella se siente. Mas precisamente la forma del fluyó de manera no insignificante sobre la estructura de
pensamiento no es favorecida de modo preferente, y a sus lenguas. Asimismo, tal influencia pudo ser modificada
menudo es descuidada del todo, por la estructura de las especialmente por el hecho de que tampoco el género de
lenguas de América, las cuales, es cierto, tienen una ho- escritura que poseían algunos pueblos americanos fuese
mogeneidad sorprendente, aunque no, desde luego, ni mu- de índole tal como para ejercer una influencia significati-
cho menos, la que hasta ahora ha venido diciéndose; y va sobre la lengua y el sistema de los pensamientos.
los pueblqs americanos no se encontraban, tampoco en Esto lo toco, sin embargo, sólo de pasada, pues para
tiempos de la Conquista, ni en sus reinos más florecien- poder poner pie realmente en ello sería necesario hacer
tes, en aquel nivel en el cual brota en el ser humano el una comparación de las lenguas de América con las len-
pensamiento como algo que ejerce su dominio en todas guas de los pueblos de otros continentes que tampoco se
partes. sirvieron de signos de escritura, y con la lengua china, a
Aquí sólo recordaré de pasada la rareza y, en parte, la la cual le son ajenos cuando menos los signos alfabéticos;
completa falta de esas designaciones gramaticales a las pero no es éste el lugar de hacer tal cosa.
que cabría calificar de auténticas formas gramaticales. En cambio está más próximo a las consideraciones
Pero no creo equivocarme si también cuento en esto la que aquí hay que hacer, y resulta por sí mismo eviden-
analogía rigurosa y uniforme de esas lenguas, interrum- te, que la prolongada privación de la escritura favorece
pida sólo por desviaciones sumamente infrecuentes, la la uniformidad regular de la estructura lingüística, a la
acumulación de todas las determinaciones accesorias da- cual se tiene equivocadamente por una excelencia. A la me-
das por un concepto también allí donde su mención re- moria le resulta más dificultoso retener las desviaciones,
sulta innecesaria, la predominante tendencia a la expre- especialmente cuando aún no se ha despertado una refle-
sión particular en vez de a la más general. No sólo el uso xión sobre la lengua suficiente para descubrir y apreciar
duradero de una escritura alfabética habría modificado y sus razones internas, o no se ha despertado aún espíritu
cambiado, a mi parecer, esas cosas, sino que una espiri- investigador suficiente para buscar sus razones meramen-
tualidad nacional más viva habría sabido desprenderse te históricas. El predominio de la memoria habitúa tam-
también de esas torpes cadenas, habría captado los con- bién al alma a producir los pensamientos con la impron-
ceptos en su universalidad, habría aplicado de manera ta más idéntica posible; y finalmente, a la atención diri-
más enérgica y adecuada la articulación que reside en el gida a la investigación exacta del lenguaje no le son aje-
pensamiento y en la lengua, y habría sentido el impulso nos los casos en que la escritura misma, la alineación de
a asegurar mediante signos visuales la timorata conser- las letras, produce abreviaciones y modificaciones.
vación de la lengua en la memoria, con el fin de que la
reflexión pudiera ejercer más sosegadamente su dominio No debería confundirse con esto el hecho de que la
sobre ella y el pensamiento pudiera moverse dentro de escritura da a las formas también más firmeza y, con ello,
formas más fijas, pero más libres y cambiantes. Pues si la en otro aspecto, más uniformidad. De ese modo actúa en
escritura alfabética no había hecho compañía a la pobla- contra sobre todo de la escisión en dialectos demasiado
ción de América (en la medida, en efecto, en que se acep- numerosos, y es difícil que con un uso duradero de la es-
ta una del e~tranjero), entonces las naciones americanas critura se hubieran conservado las diversidades, presen-
estaban sin duda consignadas a inventarIa por sí mismas; tes en las más de las lenguas americanas, de expresiones
propias para varones y para mujeres, para niños y para América de los demás continentes. Ni siquiera en los si-
adultos, para nobles y para el pueblo llano. Por lo demás, tios donde estaban muy cerca unas de otras lenguas deci-
en la misma población y en la misma clase muestran las didamente distintas, como ocurría en la actual Nueva Es-
lenguas americanas una admirable fijación de las mismas paña, he podido yo notar jamás en su estructura, por nin-
formas mediante la mera tradición. Eso hay ocasión de guna huella segura, la influencia vivificadora o conforma-
observado al comparar los escritos de los misioneros, coin- dora de las unas sobre las otras. Pero las lenguas ganan
cidentes con los primeros tiempos de los asentamiento s fuerza, riqueza y configuración sobre todo por el choque
europeos, con el modo actual de hablar. Esa misma oca- de una diversidad grande e incluso constante, ya que por
sión se ofrece sobre todo en el caso de las tribus de Nor- esa vía pasa a ellas un contenido más rico de existencia
teamérica, pues en los Estados Unidos (y, por desgracia, humana, conformado ya en lengua. Pues su ganancia real
ahora únicamente allí) se preocupan, de una manera es sólo ésa, la ganancia que en ellas, igual que en la Natu-
muy digna de aplauso, por la lengua y el destino de los raleza, se genera de la plenitud de las fuerzas creativas,
indígenas. Sería, pues, muy deseable que la atención se sin que el entendimiento pueda llegar al fondo del modo
orientase más precisamente a esa comparación de los de ese crear, la ganancia que se genera de la intuición, de
mismos dialectos en tiempos distintos. La fijeza produci- la imaginación, del sentimiento. Sólo de ellas ha de aguar-
da por la escritura es, por tanto, más una universalización dar la lengua materia y enriquecimiento. Y es más bien
de la lengua, que va pasando poco a poco a formar un sequedad y pobreza lo que ha de temer de la elaboración
dialecto propio, y es muy distinta de la implantación, a por el entendimiento, cuando esa elaboración va más allá
que antes nos referimos, de una única regla en una multi- de procurar a la materia su plena validez en el pensar
tud de casos que ciertamente son parecidos, pero que no claro y preciso. La escritura puede ahora difundirse, e in-
siempre son enteramente idénticos, si se consideran con cluso originarse, con mayor facilidad allí donde una pe-
exactitud el concepto y el sonido. culiaridad se enfrenta vivamente a otra; una vez surgida
Todo lo aquí dicho puede aplicarse también a la acu- y desarrollada, la escritura puede, sin embargo, ser des-
mulación de demasiadas determinaciones en una única ventajosa también para la vitalidad de la lengua y para
forma; y al investigar más a fondo las razones se ve que su influencia sobre el espíritu, lo mismo que la elabora-
todos los fenómenos aquí mencionados dependen de la ción lógica, en cuya proyección es ella la que más pode-
actividad, orientada más o menos enérgica y peculiarmen- rosamente colabora.
te a la lengua, del espíritu, actividad de la cual la escritu- Pero en las lenguas americanas aquello que las man-
ra es prueba y a la vez causa propiciadora. Allí donde fal- tuvo alejadas de la escritura a1fabética, dado que ni si-
ta esa actividad, su ausencia se muestra en la estructura quiera les llegó una de fuera, estaba sobre todo, desde
imperfecta de la lengua; y allí donde esa actividad ejerce luego, en la ausencia de una cultura espiritual, más aún,
su dominio, esa estructura experimenta una remodelación en la falta de una general orientación intelectual. De ello
saludable, o ya desde el inicio no aparece. Pero la escritu- ofrecen los mexicanos un ejemplo sorprendente. Al igual
ra, la necesidad que se siente de ella y la indiferencia fren- que los egipcios, los mexicanos poseyeron imágenes y es-
te a ella, son cosas que están constantemente unidas a critura jeroglíficas, pero nunca dieron los dos pasos im-
la una o la otra de esas situaciones. portantes con los que aquel pueblo de la Antigüedad pro-
Al enumerar las causas de la peculiaridad de las len- bó en seguida su profunda espiritualidad: el de separar
guas americanas, no debería olvidarse tampoco su antes de la imagen la escritura, y el de tratar la imagen como
mencionada homogeneidad ni tampoco la separación de un símbolo sensible. Esos pasos, que emergen de la indi-
vidualidad espiritual del pueblo, dieron su forma durade- los que esas excelencias precisamente no pueden ser de-
dera a la entera escritura egipcia, y a mi parecer no se rivadas del trato con europeos. Puesto que todo lo que
deberían considerar como una evolución gradualmente mueve a los seres humanos pasa a su lengua, sin duda
progresiva del uso de la escritura por imágenes, de la pic- habrá que hacer una distinción entre la fortaleza y la pe-
tografía, sino que se asemejan a chispas espirituales que culiaridad del modo de sentir y del carácter en la vida en
brillan en una nación o en un individuo, produciendo re- general, por un lado, y la orientación intelectual y la in-
pentinamente una remodelación. La jeroglífica mexicana clinación hacia las ideas, por otro. Ambas cosas vuelven
tampoco llegó a la forma de arte. Y, sin embargo, entre a irradiar en la expresión, pero sin la última no cabe in-
las naciones americanas que nos son conocidas, me pare- fluir poderosa y duraderamente sobre la configuración y
ce a mí que los mexicanos son los que tienen el carácter la estructura de la lengua.
yel espíritu más excelentes, así como también creo poder Es muy probable que, aunque el imperio mexicano 'V
probar las excelencias de su lengua con respecto a la pe- el peruano hubieran continuado existiendo durante siglos
ruana. La atrocidad de sus sacrificios humanos muestra, sin ser conquistados por extranjeros, esas naciones no hu-
de todos modos, a los mexicanos en una figura increíble- bieran llegado por sí mismas a la escritura alfabética. La
mente tosca y horrible. Sólo que no puede decirse que sea pictografía y las cuerdas de nudos, poseídas por ambos
menos cruel la fría política con que los peruanos, guián- pueblos, pero de las cuales, por causas aún no aclaradas
dose por meras ocurrencias de sus soberanos, y con la decididamente, la primera entre los mexicanos y las se-
apariencia de una sabia tutela, arrancaron a naciones en- gundas entre los peruanos permanecieron exclusivamente
teras de los lugares donde residían y emprendieron gue- en el uso estatal y en el uso nacional propiamente dicho,
rras sangrientas con el fin de imprimir en los pueblos, cumplían los fines externos de la anotación de los pensa-
hasta donde pudieron hacerla, la impronta de su unifor- mientos, y difícilmente se habría despertado una necesi-
midad monacal. En la historia mexicana hay un movi- dad interna de medios más perfectos.
miento más vivo y más individual, y ese movimiento se Sobre las cuerdas de nudos, que también eran usadas
alza, cuando se agrega la cultura, a una espiritualidad su- en otras zonas de América además de en Perú y en Méxi-
perior, aunque las pasiones denuncien tosquedad. El ur- co, y que han llevado a sospechar una conexión de la po-
banismo de los mexicanos, la serie de sus luchas con sus blación de América con China, así como los jeroglíficos
vecinos, la victoriosa ampliación de su imperio, esas co- han llevado a sospecharla con Egipto, recopilaré en otro
sas traen al recuerdo la historia romana. No es posible lugar las noticias que acerca de ellas se encuentran. Esas
pronunciar un juicio exacto acerca del uso de su lengua noticias son, desde luego, muy escasas, pero resultan su-
en la poesía y en la elocuencia, pues es difícil que los ficientes, con todo, para dar de ese género de signos un
discursos públicos y familiares que aparecen en los escri- concepto más preciso y exacto que el que se obtiene de
tores estén recogidos con fidelidad suficiente. Sólo que los relatos de Robertson y de otros escritores modernos.
cabe muy bien imaginar que a la expresión no le habrán La significación de esas cuerdas residía en el número de
faltado, sobre todo en los discursos políticos, ni la agu- sus nudos, en la diversidad de sus colores y también, pre-
deza ni el fuego, ni tampoco la arrebatadora fuerza de sumiblemente, en el modo de hacer los nudos. Sin duda
todos los sentimientos. Pues todas esas cosas se encuen- esa significación no era la misma en todas partes, sino
tran todavía en nuestros días en los discursos de los cabe- distinta según los objetos, y cabe sospechar que, para co-
cillas de las salvajes hordas de Norteamérica, discursos nocerla, era preciso saber de quién procedía la comunica-
de cuya autentIcidad no parece que pueda dudarse, y en ción y a qué se refería. Pues de la conservación de esas
cuerdas estaban encargados, según la diversidad de las de una explicación oral y los signos no conservaban por
ramas de la Administración, funcionarios distintos. Final- sí mismos de manera auténtica y completa el pensamien-
mente, su desciframiento era una cosa artificiosa y se re- to (como sí debe hacer la escritura, a condición de que
querían unos intérpretes específicos. Por ello parecen per- esté dada la clave de su significado).
tenecer en general a la misma clase que los bastones con Pero sobre esto no cabe pronunciarse con seguridad.
muescas, sólo que esas cuerdas fueron medios artificiales, y si yo he abordado la contextura presumible de esas
con un grado de perfeccionamiento muy elevado, prime- cuerdas de nudos, de las cuales todavía en el siglo pasado
ro de la memoria, y luego de la comunicación, cuando se encontraba una (pero una mexicana) en la Colección
era conocida la clave de la conexión de los signos con lo Boturini, ha sido únicamente para mostrar de qué mane-
designado. Lo único que continúa siendo dudoso es el gra- ra conocían los pueblos de América el doble género de
do en que, de ser convenciones subjetivas para casos de- signos a que pertenece, sea como fuere, toda escritura: la
terminados y exactamente condicionados, pasaron a ser escritura, comprensible por sí misma, mediante imágenes,
verdaderos signos de pensamientos. Es manifiesto que fue- y la escritura mediante un enlace, formado arbitrariamen-
ron ambas cosas a la vez, pues, por ejemplo, en aquellas te para la memoria, de ideas, allí donde el signo recuerda
cuerdas con las que los jueces comunicaban la índole y la lo designado mediante una tercera cosa (la clave de la
cantidad de los castigos impuestos, los colores de las designación). La distinción de esos dos géneros -que se
cuerdas indicaban los crímenes, y los nudos, los tipos de compenetran allí donde la pictografía alegorizante renun-
pena. Pero no es claro que en esas cosas fuera posible cia también a su comprensibilidad inmediata, y que, por
también una expresión más general de los pensamientos; su masa, y en el avance de signos aparentemente arbitra-
es algo que ha de ponerse muy en duda, pues tampoco el rios, eran en parte originariamente imágenes- es de gran
hacer nudos en cuerdas de colores parece proporcionar importancia precisamente con vistas a la lengua, como
una diversidad suficiente de signos. puede mostrarse en las lenguas mexicana s y peruanas.
En cambio sí había tal vez en ese arte de las cuerdas Los jeroglíficos mexicanos habían alcanzado un grado
de nudos unos métodos especiales de mnemónica o ayuda no pequeño de perfección; es manifiesto que conservaban
a la memoria, que tampoco a la Antigüedad clásica le fue- el pensamiento por sí mismo, pues todavía hoy resultan
ron ajenos. Parece que entre los peruanos tuvieron real- comprensibles, y también se diferenciaban a veces clara-
mente vigencia tales métodos. Pues se cuenta que los ni- mente de las meras imágenes. Pues aunque, por ejemplo,
ños, para retener las fórmulas de plegaria que les comu- el concepto de conquista es representado en ellos casi
nicaban los españoles, alineaban piedras de colores, es de- siempre por la lucha de dos guerreros, también se encuen-
cir, observaban un método similar a las cuerdas de nu- tra al rey sentado con el signo de su nombre, y luego ar-
dos, sólo que con objetos diferentes. Si se presupone esto, mas figuradas como trofeos, y el símbolo de la ciudad
entonces las cuerdas de nudos fueron, desde luego, escri- conquistada; todas esas cosas, tomadas juntas, son esta
tura en el sentido más amplio de la palabra, pero queda- nítida frase: el rey conquistó la ciudad, y son una ins-
ban muy lejos de ese concepto, pues en la comunicación cripción mucho más precisa que la famosa frase saíta,
a distancia la comprensión se basaba en el conocimiento que suele ser citada como la única en la que se han con-
de las circunstancias exteriores; y allí donde servían para servado, en el testimonio de la Antigüedad, el significado
la transmisión histórica y estaba reservado a la memoria y el signo al mismo tiempo. Por lo que acabamos de decir
el trabajo más principal, al cual los signos le servían úni- se ve asimismo que no había falta de medios para escri-
camente de ayuda, allí tenía que añadirse la propagación bir también nombres y que, por tanto, se estaba en cami-
no de poseer signos fonéticos a la manera de los chinos. la situación de estar consignado sin escritura a la mera
Sin embargo, puede ponerse muy en duda que la jeroglí- memoria. Pero el punto más importante de distinción en
fica mexicana llegase a ser alguna vez una verdadera es- la situación con escritura y en la situación sin escritura
critura. es precisamente éste: que en la primera la memoria no
Pues sólo puede calificarse de tal aquella que indica desempeña ya el papel principal en los empeños espi-
palabras determinadas en una secuencia determinada, cosa rituales.
que también sin letras es posible, mediante signos con- Sean cuales sean, empero, las ventajas y las desventa-
ceptuales e incluso mediante imágenes. Si, por el contra- jas de cada uno de esos dos sistemas de escritura, a las
rio se llama escritura, en el sentido más amplio de la naciones que se los habían apropiado les resultaban sufi-
paíabra, a toda comunicación de pensamientos que acon- cientes; se habían habituado a ellos, y cada sistema, y so-
tezca mediante sonidos, es decir, aquélla en la que el es- bre todo el peruano, estaba incluso entretejido con la
cribiente se imagina también palabras y que el lector tra- constitución del Estado y con el modo de administrado.
duce a palabras, bien que no a las mismas (una definición Por ello no cabe ver cómo uno de esos pueblos habría lle-
sin la cual no habría ninguna frontera entre la imagen y gado por sí mismo a la escritura alfabética; no cabe ne-
la escritura), entonces hay entre esos dos puntos extremos gar, con todo, tal posibilidad. El ejemplo de Egipto mues-
un vasto espacio para múltiples grados de perfección de tra el cercano parentesco de los jeroglíficos fonéticos y
la escritura. Tal perfección depende, en efecto, del grado las letras; de la presentación gráfica de las anudaciones
en que el uso ha unido más o menos la contextura de los de las cuerdas de nudos pudieron surgir signos que se
signos a determinadas palabras o aun sólo a pensamien- asemejasen en su figura a los signos chinos. Para ello hu-
tos; con ello el desciframiento se acerca más o menos a biera sido precisa, empero, una disposición espiritual se-
la verdadera lectura; y en ese espacio también la escritu- mejante a la que acusaron ya muy pronto los egipcios y
ra jeroglífica mexicana parece haberse quedado dete?ida que también la más antigua tradición nos presenta de
únicamente en un nivel que ahora ya no cabe determmar, igual manera; y es en todos los casos un signo desfavora-
sin alcanzar el concepto de verdadera escritura. La posi- ble para la evolución futura de una nación el que alcance
bilidad de conservar jeroglíficamente poemas, de los cua- ya un grado tan significativo de cultura y unas fo~~as
les había algunos famosos, citados expresamente, es algo sociales tan múltiples y fijas, como fue el caso en MeXICO
que ahora ya no cabe decidir, dado que la poesía va unida y en Perú, sin que salga a luz al mismo tiempo aquella
irrevocablemente por su forma a palabras determinadas en disposición. Cabe sospechar que en ambos imperi~s hu-
una secuencia determinada. Si eso no era posible, enton- biera habido un rechazo, como lo hay hoy en Chma, a
ces los peruanos se encontraban al respecto en una situa- aceptar el uso de la escritura alfabética, si ese, uso se ~u-
ción más ventajosa. Pues una escritura, o un analogon biera ofrecido voluntariamente, y no por la VIa constnc-
de escritura, que no represente los objetos mismos, sino tiva de la conquista.
que sea más un medio interior de memoria, puede adhe- De igual manera que, a propósito de las formas grama-
rirse muy exactamente a la lengua, aun cuando sea menos ticales, he intentado mostrar que su puesto puede ser ocu-
capaz de pasar a otro pueblo o a un tiempo lejano. No pado vicariamente por meros analoga, así también oc~rre
debería olvidarse, con todo, que un pueblo que se sirve eso con la escritura. Allí donde falta la verdadera escntu-
de tal escritura en tal sentido, no es que posea realmente ra, la única acomodada a la lengua, también otras escr~-
una escritura, sino que, más bien, lo único que ha hecho turas vicarias pueden satisfacer todos los fines y neceSI-
ha sido perfeccionar en alto grado con medios artificiales dades externos y, hasta cierto grado, también los internos.
Lo único que nunca y por nada puede reemplazarse es la
acción peculiar de aquella verdadera y adecuada escritu-
ra, como tampoco la acción peculiar de la auténtica forma
gramatical; y esa acción consiste en la aprehensión inter- Ex quo intelligimus, quantum
na y en el tratamiento de la lengua, en la configuración dualis numerus, una et simplice
del pensamiento, en la individualidad de la facultad de eompage solidatus, ad rerum
pensar y sentir. valeat perfectionem.
Sin embargo, allí donde hayan echado raíces unos me- Lactantius de opiticio dei
dios vicarios (ahora esta expresión resultará comprensi-
ble sin duda), allí donde el sentido, dirigido instintivamen-
te en la nación hacia lo mejor, no haya impedido su en- Entre los múltiples caminos que ha de recorrer el es-
cumbramiento, en esos lugares tales medios embotarán tudio comparado de las lenguas para resolver la tarea de
todavía más ese sentido, mantendrán el sistema de la len- cómo se manifiesta el lenguaje humano universal en las
gua y del pensamiento en la dirección falsa que con ellos lenguas particulares de las diversas naciones, uno de los
se corresponde, o darán a ese sistema la misma dirección, que indiscutiblemente conducen de manera más acertada
y ya no será posible expulsados, o su efectiva expulsión a la meta es aquel que consiste en considerar una sola
ejercerá ahora de una manera mucho más débil y lenta la parte del lenguaje, siguiéndola a través de todas las l~n-
aguardada acción saludable. Por tanto, allí donde la escri- guas conocidas de la Tierra. Puede hacerse esto o bIen
tura alfabética debe ser tomada y apropiada con alegre con palabras singulares o clases singulares de palabras,
ardor por un pueblo, allí es preciso que le sea ofrecida por lo que respecta a la designación de los conceptos, o
tempranamente, en el tiempo de su frescor juvenil, al me- bien con una forma gramatical, por lo que respecta a la
nos en un tiempo en que el pueblo no haya formado ya, construcción del discurso. Ambas cosas han sido ya ensa-
por vías artificiosas y fatigosas, un género diferente de yadas de varios modos, pero lo único que ha solido hac~r-
escritura y se haya habituado a él. Mucho más, todavía, se ha sido alinear al azar un cierto número de lenguas, sm
habrá de ser ése el caso cuando la escritura alfabética prestar atención a la aspiración, que aquí no es indiferen-
deba ser inventada por una necesidad interna y, precisa- te en modo alguno, a la totalidad.
mente, sin pasar por la mediación de otra diferente. Si Si se dirige una mirada de conjunto al modo como, en
eso ha sucedido realmente alguna vez, o si es tan impro- las diversas lenguas, una forma gramatical -puesto que
bable que debería ser visto tan sólo como una lejana po- yo, de conformidad con mi finalidad actual, me limito a
sibilidad, es una cuestión sobre la que me reservo el vol· éstas- es tratada, destacada o descuidada, modelada de
ver en otra ocasión. manera peculiar, puesta en conexión con otras, expresada
de manera directa o con una perífrasis, tal yuxtaposición
arroja con mucha frecuencia una luz enteramente nueva
sobre la naturaleza de esa forma y, a la vez, sobre la con-
textura de las lenguas singulares tomadas en considera-
ción. Cabe establecer entonces una comparación entre el