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BOSQUEJO HOMILÉTICO

Tema: El propósito de la iglesia


Basé Bíblica: Hechos 1:1-11
Enseñanza Central:
Jesús esta activamente involucrado, por medio del Espíritu Santo, en la extensión de su
reino por medio de sus discípulos.

Proposición: Debemos cumplir la gran comisión en el poder del Espíritu Santo de la


promesa
Objetivos
a. Los líderes sean retados a estar tan involucrados con la extensión del reino
de Dios como lo está Jesús.
b. Los líderes entiendan que la misión de extender el reino de Dios es solo
posible en el poder del Espíritu Santo.
Introducción:
Cuando Jesucristo estuvo físicamente en la tierra, estaba seguro para lo que había venido.
Él dijo cosas como: “vamos a los lugares vecinos, para que predique también allí; porque
para esto he venido” – Marcos 1:38; o también dijo: “porque el Hijo del Hombre no vino
para ser servido, sino para servir, y para dar su vida en rescate por muchos” – Marcos
10:45.
Conexión:
El propósito de la iglesia resulta de la continuidad de la obra de Cristo…
Cuerpo:
1. La continuación del ministerio de Jesús por medio de la iglesia – Hechos 1:1-3
Sin duda, cuando Jesucristo se manifestó al mundo y dio inicio a su ministerio, se caracterizó
por dos cosas que el pasaje menciona: hacer y enseñar.

1.1 Lucas escribe para dar a conocer a un tal Teófilo – v.1


Y sin duda, es lo que Lucas hace recordar a Teófilo, al resumir lo que había escrito en su

primer tratado.
Teófilo, al parecer era un funcionario romano de alto rango, que estaba auspiciando la

investigación de Lucas. Esto porque en el primer libro, que es el evangelio de Lucas,

encontramos que se le atribuye el adjetivo de “excelentísimo”. Sin embargo, puede que

Lucas solo lo haya añadido por cortesía. Aunque no podemos estar del todo seguros de

quién es Teófilo, sí podemos estar seguros que tenía un profundo interés por saber más del

cristianismo. Lucas afirma que el propósito por el cual escribió fue:

“para que conozcas bien la verdad de las cosas en las cuales has sido instruido”.

1.2 Continuidad del evangelio de Lucas en el libro de Hechos – v.1-2


Y puesto que Hechos es la continuación de Lucas, podemos estar seguros que el propósito

de Lucas es también para Hechos. Sin embargo, en el primer tratado Lucas redacto todo lo

concerniente al ministerio físico de Jesucristo, todo lo que Jesús comenzó a hacer y a

enseñar. Él hizo muchos milagros, sanando enfermos, echando fuera demonios, pero

también enseño muchas cosas, como que él es el único camino para llegar al Padre.

Pero en el segundo tratado, que es el libro de Hechos, Lucas seguirá narrando lo que Jesús

continúa haciendo y enseñando, pero ya no físicamente, sino desde su reino celestial en el

poder del Espíritu Santo, por medio de su iglesia.

El propósito de la iglesia no es más que una extensión del propósito que Jesucristo tuvo

cuando vino por primera vez. No hay otro propósito que deba mover y motivar a la iglesia.

La obra redentora de Jesucristo en la cruz y la resurrección está completa, no hay nada más

que hacer, pero la obra de ministerio y proclamación aún no ha terminado.


Así que el propósito de la iglesia es la de extender el reino de Dios por medio de la

predicación del evangelio. Si todo lo que hacemos en la iglesia no fluye del propósito de la

iglesia no sirve de nada. No estamos siendo parte de lo que Jesús continúa haciendo y

enseñando, no estamos siendo guiados por su Espíritu, que da testimonio de Él.

Más aún, debido a que la iglesia está compuesta por individuos particulares, cada cosa que

hagamos, cada cosa para lo cual el Señor nos ha llamado a hacer, debe fluir de este

propósito. Esto quiere decir, que nuestros trabajos, son para extender el reino de Dios,

nuestros centros de estudios, son para extender el reino de Dios, nuestro dinero, nuestro

tiempo, nuestra casa, todo apunta a este mayor propósito: continuar el ministerio de Jesús.

“Cómo tú me enviaste al mundo, así yo los he enviado al mundo”


– Juan 17:18

1.3 Jesús resucitado enseña durante 40 días acerca del reino – v.3

Así que, si esa es la misión de la iglesia, los apóstoles, quienes son el fundamento de

la iglesia, debían estar convencidos de que Jesús verdaderamente había resucitado

de entre los muertos.

1.3.1 Pruebas indubitables


Durante el tiempo entre su resurrección y ascensión, hay 40 días, donde Jesucristo

se presentó a sus discípulos muchas veces, con pruebas indubitables, como escribe

Lucas. Es decir, las pruebas que Jesús les presentó, los dejo sin ninguna duda de que

Él estaba vivo.
Podemos observar en el tercer evangelio que Jesús les mostro que él no era una

especie de fantasma, incluso, comió para comprobar que de verdad estaba vivo,

como se lee en Lucas 24:39-43

“Mirad mis manos y mis pies, que yo mismo soy; palpad, y ved; porque un espíritu
no tiene carne ni huesos, como veis que yo tengo. Y diciendo esto, les mostró las
manos y los pies. Y como todavía ellos, de gozo, no lo creían, y estaban maravillados,
les dijo: ¿Tenéis aquí algo de comer? Entonces le dieron parte de un pez asado y un
panal de miel. Y él tomó, y comió delante de ellos.

1.3.2 Enseñanza del reino

También podemos observar, que además de convencer a los discípulos de que había

resucitado, les hablo acerca del reino de Dios. Jesús ya les venía hablando durante

todo su ministerio acerca del reino, pero tenía que decir más acerca de éste. Sobre

este reino espiritual, donde los efectos redentores de la cruz y resurrección de

Jesucristo, han quebrantado los poderes de satanás. Donde aquellos que le reciben

por la fe, son trasladados del reino de las tinieblas, al reino de su Hijo amado

(Colosenses 1:13).

Simon J. Kistemaker dice en su comentario acerca del reino:


“… para los apóstoles la frase el reino de Dios significaba predicar las buenas nuevas
de la muerte y resurrección de Jesús y hacer discípulos de todas las naciones”.

Y esto debe ser cierto pues encontramos a los apóstoles en todo el libro de Hechos

hablando acerca del reino de Dios y el evangelio:

Por ejemplo:
Encontramos a Felipe que anunciaba el evangelio del reino de Dios y el nombre de
Jesucristo – Hechos 8:12
Y al apóstol Pablo, como declaraba y testificaba el reino de Dios desde la mañana
hasta la tarde, persuadiéndoles acerca de Jesús, tanto por la ley de Moisés como por
los profetas. – Hechos 28:23
2 La promesa del Espíritu Santo – Hechos 1:4-5

Pero para los apóstoles, estar convencidos de que Jesús estaba resucitado y tener

en claro la enseñanza del reino, no sería suficiente para continuar con el ministerio

de Jesucristo.

Jesús mismo inicio su ministerio en el poder del Espíritu nos dice Lucas 4:14. Si Jesús

necesitaba del poder del Espíritu ¡Cuánto más los apóstoles!

Necesitaban al Espíritu Santo porqué:


Estaría siempre con ellos – “Y yo rogaré al Padre, y os dará otro consolador, para
que esté con vosotros para siempre”. – Juan 14:16
Les guiaría a toda verdad – “…cuando venga el Espíritu de verdad, él os guiará a toda
la verdad. – Juan 16:13
Y convencería al mundo de pecado – “…cuando él venga, convencerá al mundo de
pecado, de justicia y de juicio. – Juan 16:8

2.1 El bautismo del Espíritu es una promesa que tiene que cumplirse en Jerusalén
Jesús les dijo, como leemos en el texto, que el Espíritu Santo era una promesa por

cumplirse. Y que se cumpliría en Jerusalén. Efectivamente, se cumpliría en Jerusalén,

la misma ciudad que rechazó a Cristo, en donde vivían los mismos hombres que

crucificaron y dieron muerte a Jesús.

2.2 El bautismo del Espíritu no solo es una promesa del Padre sino también de Jesús
Y sucedería así, debido a que el bautismo del Espíritu Santo era una promesa del

Padre, como Jesús mismo lo afirma. Pues en el AT vemos como Dios promete el
derramamiento de su Espíritu (Joel 2:17-21). Pero también, era una promesa de

Jesús, pues vemos que él les recuerda la promesa del Espíritu.

“He aquí, yo enviaré la promesa de mi Padre sobre vosotros; pero quedaos vosotros
en la ciudad de Jerusalén, hasta que seáis investidos de poder desde lo alto” – Lucas
24:49
2.3 El bautismo del Espíritu iba a ocurrir dentro de no muchos días

Este bautismo, afirmaba Jesús, vendría dentro no muchos días. Fueron 10 días para

ser exactos los que esperaron los discípulos de Jesús, el bautismo del Espíritu Santo.

Lo que los capacitaría para cumplir con la continuación del ministerio de Jesús.

2.4 La realidad del bautismo del Espíritu Santo hoy


El bautismo del Espíritu Santo, es ya una realidad cumplida. Todos aquellos que han

depositado su fe en Jesucristo, han sido bautizados con el Espíritu Santo.

Pedro dijo en el capítulo 2:38, dando respuesta a la pregunta que le hicieron luego

de su primer discurso:

“Entonces Pedro dijo: Arrepiéntanse, y sean bautizados cada uno de ustedes en el


nombre de Jesucristo para perdón de pecados, y recibirán el don del Espíritu Santo
(NBLH).
Y Pablo dice:
Pues por un mismo Espíritu todos fuimos bautizados en un solo cuerpo, ya judíos o
griegos, ya esclavos o libres. A todos se nos dio a beber del mismo Espíritu. – 1
Corintios 12:13(NBLH)
Los apóstoles y discípulos necesitan del Espíritu Santo, necesitaban de poder para

poder continuar con la labor de Jesucristo.


La iglesia tiene un gran propósito, que es la de extender el reino de Dios. Pero lejos

de estar desarmados en medio de ese gran propósito, tenemos la presencia y poder

del Espíritu Santo, quién su principal propósito por el cuál vino es la de ser testigo

de Jesucristo.

3 Cómo hacer realidad el reino de Dios: La predicación del evangelio – Hechos 1:6-8
3.1 Los discípulos tienen una mala percepción de la venida del reino
Y en los siguientes versos vemos que los discípulos hacen una pregunta. Lo que

preguntaron los discípulos era una mala percepción de la venida del reino de Dios.

Ellos preguntaron: ¿restaurarás el reino a Israel en este tiempo? – Obviamente su

pregunta de cuando vendría el reino de Dios era comprensible, era perfectamente

normal. Los apóstoles, como judíos, estaban familiarizados con muchas de las

promesas a las que Jesús se refería. La promesa del Espíritu, en Ezequiel 36 y Joel 2,

relacionaban la venida del reino con el derramamiento del Espíritu. Así que la

pregunta que ellos hicieron es normal. Más aun cuando Jesús les dice que el Espíritu

vendría dentro de pocos días.

3.2 Jesús le enseña como vendrá el reino y no cuando vendrá el reino – v.7
Sin embargo, lo que Jesús les responde no es el cuándo sino el cómo. ¿cómo vendría

el reino de Dios? No era mediante el poder político, no era a la fuerza, sino mediante

el cumplimiento de la misión que él les había dado. Él les dice: me seréis testigos.

Una definición sencilla sobre testigo es la siguiente: “son aquellos que ven algo y lo

cuentan a otros”.
Y ciertamente ya les había dicho eso en Lucas:

: “…Así está escrito, y así fue necesario que el Cristo padeciese, y resucitase de los
muertos al tercer día; y que se predicase en su nombre el arrepentimiento y el perdón
de pecados en todas las naciones, comenzando desde Jerusalén. Y vosotros sois
testigos de estas cosas”. Lucas 24:46-48
Así que la manera en la cual traerían el reino de los cielos es mediante la locura de

la predicación del evangelio en el poder del Espíritu Santo.

3.3 La gran comisión


Este es el gran propósito de la iglesia. La gran comisión es la mayor razón por la cual la iglesia

existe. Lo único que no podremos hacer en el cielo, es lo único que se nos ha encomendado

como iglesia de Jesucristo. Ser testigos, predicar el evangelio es lo que traerá el reino de

Dios.

Jesús dice: “Por tanto, id y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre
del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo; enseñándole que guarden todas las cosas que os
he mandado; y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo”

– Mateo 28:19-20

Debemos preguntarnos: ¿Estamos activamente comprometidos con la extensión del

reino de Dios? ¿Predicas el evangelio? Si hacemos cualquier cosa separada de la

predicación activa del evangelio, no estamos extendiendo el reino de Dios. Nuestros

ministerios, estudios bíblicos, todas las actividades y reuniones que tenemos ¿están

apuntando a éste gran propósito?

4 La ascensión y regreso de Jesús garantiza la plenitud del reino – Hechos 1:9-11


Al parecer las últimas palabras que Jesús pronunció en la tierra fueron las que

leemos en los versos 7 y 8. Luego de eso, él es alzado y así fue como termina el
ministerio terrenal de Jesucristo, para empezar uno celestial, en el poder del

Espíritu por medio de la iglesia.

4.1 Jesús asciende al cielo

La ascensión de Jesucristo era necesaria para la venida del Espíritu Santo, Jesús en

Juan 16.7 les dice a sus apóstoles: “…os conviene que yo me vaya; porque si no me

fuera, el Consolador no vendría a vosotros; mas si me fuere, os lo enviaré”. Así

pues, el ministerio terrenal de Jesucristo culmina con la promesa de que recibirán

poder, de la persona divina del Espíritu Santo que dará poder para que cumplan la

misión.

4.2 Jesús regresará para establecer la plenitud del reino

Sin embargo, en la escena aparecen dos ángeles que hacen una promesa que está

en todo el NT: Jesús regresará. Y cuando él regrese, aquellos que han estado

comprometidos con la extensión del reino de Dios, serán vindicados, pues Jesús

traerá la plenitud del reino de los cielos.

Conclusión

El propósito de la iglesia es la de extender el reino de los cielos, por medio de la predicación

del evangelio, en el poder del Espíritu Santo, hasta que Jesucristo regrese a establecer el

reino de Dios de forma completa.

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