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ISBN: 978-607-425-646-8
Michoacán se caracteriza por su riqueza cultural y social, así como por su gran variedad
de recursos naturales, resultado de su contrastante orografía y situación geográfica,
que se manifiesta en una gran diversidad biológica. Los ecosistemas forestales no se
encuentran exentos de perturbaciones que han afectado su superficie, cantidad y
calidad de sus productos y/o servicios. Por otro lado, la actividad artesanal, el consumo
de leña y la industria forestal, requieren alta demanda de materias primas y las
plantaciones en la mayoría de los casos se han establecido con fines de restauración.
En este marco, la Comisión Forestal del Estado de Michoacán (COFOM) y con el apoyo
económico de la SEMARNAT, a través del Programa de Desarrollo Institucional
Ambiental (PDIA), solicitó al Campo Experimental Uruapan del Centro de Investigación
Regional Pacífico Centro del INIFAP, la realización de un proyecto para determinar
áreas potenciales para el establecimiento de plantaciones forestales comerciales, en el
que se incluyó la revisión bibliográfica de las especies Pinus pseudostrobus Lindl., P.
michoacana Martínez, P. michoacana var. cornuta Martínez, P. patula Schl. & Cham., y
P. greggii Engelm.
Los autores
CONTENIDO
Página
1.1.2. Taxonomía 2
1.1.4. Forma 2
1.1.5. Corteza 3
1.1.6. Hojas 3
1.1.8. Conillos 3
1.1.9. Conos 3
1.1.10. Semilla 4
1.2.2. Clima 5
1.2.4. Suelos 6
1.3. SILVICULTURA 6
1.3.5. Enfermedades 13
1.4.2. Germinación 20
1.7.2. Usos 64
2.1.2. Taxonomía 66
2.1.4. Forma 67
2.1.5. Corteza 67
2.1.6. Hojas 68
2.1.7. Conillos 68
2.1.8. Conos 68
2.1.9. Semilla 69
2.2.2. Clima 73
2.2.4. Suelos 75
2.3.5. Plagas 79
2.3.6. Enfermedades 84
2.4.2. Germinación 90
Página
Cuadro 19. Datos promedio del diámetro normal (cm) a cinco años
de establecida la plantación de Pinus pseudostrobus
en Nuevo San Juan Parangaricutiro, Michoacán 56
Cuadro 20. Tabla de volumen fustal con corteza de una entrada para
plantaciones de Pinus pseudostrobus en el municipio
de Morelia, Michoacán 56
Cuadro 38. Valores promedio por sitio de colecta del peso de semilla
de Pinus greggii en Chihuahua, Hidalgo, Nuevo León,
Puebla y Querétaro 117
ÍNDICE DE FIGURAS
Página
Figura 13. Árbol, corteza, hojas y cono de Pinus michoacana var. cornuta 71
1
1.1. DESCRIPCIÓN DE LA ESPECIE
1.1.2. Taxonomía
En Michoacán se tiene registrado a Pinus pseudostrobus Lindl., con sus dos formas:
Pinus pseudostrobus f. protuberans Martínez y P. pseudostrobus f. megacarpa Loock.
Esta especie es de las que presentan mayor variación geográfica en la República
Mexicana y parte de Centroamérica; se cree posible la cruza con las especies del grupo
Montezumae. Tiene un enorme parecido con P. maximinoi y P. douglasiana, sobre todo
en sus fascículos y conos, además, se les ha encontrado asociados con mucha
frecuencia (Martínez, 1948).
Familia: Pinaceae
Género: Pinus
Especie: Pinus pseudostrobus Lindl.
1.1.4. Forma
2
1.1.5. Corteza
1.1.6. Hojas
Las ramas son extendidas y verticiladas, ramillas delgadas y frágiles, con largos
entrenudos, con tinte azuloso en las partes tiernas (Figura 1), las bases de las brácteas
son espaciadas y frecuentemente adheridas a las ramillas y como sumergidas a ellas
(Martínez, 1948).
1.1.8. Conillos
Los conillos son oblongos largamente pedunculados, oscuros, con gruesas escamas
provistas de puntas romas (Martínez, 1948).
1.1.9. Conos
Los conos son ovoides o largamente ovoides de 8 a 10 cm, a veces más, de color café
claro, amarillento o moreno, extendidos, muy levemente encorvados, un poco
asimétricos, generalmente en pares; sobre pedúnculo de 10-15 mm de longitud, no se
desprende con el cono y con frecuencia queda en la ramilla con algunas escamas
basales (Figura1). Las escamas son delgadas pero duras, desiguales, de 3 a 3.5 cm de
largo por 1.5 a 1.8 de ancho, con ápice anguloso; umbo irregularmente cuadrangular;
quilla transversal por lo común baja y poco marcada; costilla perpendicular poco visible;
apófisis aplanada, en ocasiones saliente y redondeada, cúspide pequeña, deprimida,
provista de una punta cónica, frágil y persistente (Martínez, 1948).
3
1.1.10. Semilla
Figura 1. A) Árbol y ramas, B) Corteza, C) Hojas, D) Semillas y alas, E) Conos de Pinus pseudostrobus.
4
Oaxaca, Coahuila, Chihuahua, Guanajuato, Chiapas, Puebla, Querétaro, Nuevo León,
San Luis Potosí, Tamaulipas, Veracruz y Tlaxcala (Martínez, 1948; Eguiluz, 1978; Perry,
1991; CATIE, 1997 y SEMARNAP, 2006).
1.2.2. Clima
La especie habita en localidades cuya precipitación media anual varía de 1,000 a 1,500
mm y otros autores mencionan de 500 a 2,000 mm anuales, con un régimen de lluvia
uniforme durante el verano, la estación seca puede ser de 0 a 3 meses, la temperatura
máxima promedio del mes más cálido es de 20 a 26 ºC; la del mes más frío de 6-12 ºC
y la temperatura medio anual oscila de 12 a 19 ºC.
5
1.2.3. Altitud y topografía
1.2.4. Suelos
Los suelos que prefiere la especie son profundos de 1 a 3 m, ácidos, pardos o café
amarillento, de buen drenaje, con textura arena migajosa a migajón arenoso,
características que corresponden al tipo andosol. Crece en sitios con suelos de buena
calidad, con una capa de humus de 10 a 30 cm y alto contenido de nitrógeno, bajo
contenido de fósforo, medianos contenidos de calcio y potasio; aunque también se le
puede localizar en otros tipos de suelos como regosol, cambisol, acrisol y luvisol y se
desarrolla de manera aceptable en suelos con pH neutro a ligeramente ácidos (4.5 a
7.0), con textura medias o pesadas y que presenten buen drenaje, tal es el caso de la
región Suroccidental en “El Varaloso” y “Dos aguas” donde está especie se desarrolla
bien en suelos de tipo cambisol y luvisol. Crece en suelos profundos derivados de
material volcánico y en el noreste del país se ha encontrado en suelos calizos y
delgados (Eguiluz, 1978 y CATIE, 1997).
1.3. SILVICULTURA
Cuadro 1. Tabla de volumen total para Pinus pseudostrobus en la región oriente del
estado de Michoacán.
Diámetro Categorías de altura (m)
(m) 10 15 20 25 30 35 40 45 50
0.10 0.050 0.072 0.094 0.116
0.15 0.105 0.154 0.200 0.247 0.292
0.20 0.180 0.262 0.342 0.421 0.498
0.25 0.272 0.396 0.517 0.636 0.754 0.870
0.30 0.381 0.556 0.726 0.893 1.057 1.220 1.381 1.540
0.35 0.508 0.740 0.966 1.188 1.407 1.624 1.838 2.050 2.261
0.40 0.948 1.238 1.522 1.803 2.080 2.355 2.626 2.896
0.45 1.540 1.894 2.243 2.588 2.930 3.268 3.604
0.50 1.873 2.303 2.728 3.147 3.563 3.974 4.382
0.55 2.235 2.749 3.256 3.756 4.252 4.742 5.230
0.60 2.627 3.231 3.826 4.415 4.997 5.574 6.147
0.65 3.047 3.748 4.439 5.122 5.797 6.466 7.131
0.70 4.301 5.093 5.877 6.652 7.421 8.182
0.75 4.888 5.789 6.679 7.561 8.433 9.300
0.80 5.510 6.526 7.529 8.522 9.506 10.483
0.85 6.166 7.303 8.426 9.537 10.638 11.731
0.90 6.856 8.120 9.369 10.605 11.829 13.044
0.95 7.580 8.977 10.358 11.724 13.077 14.421
1.00 8.337 9.874 11.392 12.895 14.383 15.861
Fuente: Muñoz et al., 2005 a
7
1.3.2. Floración y fructificación
1.3. 4. Plagas
P. pseudostrobus es afectado por una serie de insectos y plantas parásitas, entre las
que se destacan:
8
Megastigmus albifrons (avispa de las semillas). En Michoacán, este insecto tiene como
hospederos a P. pseudostrobus, P. michoacana y P. montezumae; la larva consume
completamente el interior del embrión y reduce la cantidad de semilla llena. Para su
control se recomienda la aplicación de insecticidas sistémicos o de contacto poco antes
de la emergencia de los adultos. En este caso se sugiere la incorporación al suelo del
producto comercial Carbofurán® (5%), en la dosis de 150 g por cada cm de diámetro
normal. Un producto de contacto que se recomienda es la aspersión del ingrediente
activo Fenvalerato (CE), la dosis varía de acuerdo con el tipo de equipo de aspersión a
utilizar, por ejemplo, con equipo que necesita grandes cantidades de agua se
recomienda una dosis de 70 ml por hectárea, en cambio cuando se utiliza equipo
manual, se aplica una dosis de 400 ml en 100 L de agua (Vázquez et al., 1993;
Vázquez, s/f. a).
Conophtorus conicolens (broca de los conos). Este insecto tiene como hospederos a P.
pseudostrobus, P. leiophylla, P. douglasiana, P. montezumae y P. lawsonii. La pérdida
de semilla causada por esta plaga es grande, ya que los conos que son atacados no
liberan semilla. En áreas y huertos semilleros o en rodales sujetos al tratamiento de
regeneración mediante árboles padres, se recomienda la recolección y quema de los
conos y conillos que fueron atacados por el insecto o la aplicación de quemas
controladas en el piso forestal. Se pueden aplicar insecticidas sistémicos a través de
inyecciones al fuste o aplicados al suelo al inicio de la primavera, como el Carbofurán
5%® en dosis de 150 g por cada cm de diámetro normal. El insecticida de contacto que
puede prevenir ataques es la Permetrina® en dosis de 0.025% a 0.125% de ingrediente
activo. La primera dosis se utiliza cuando se tiene equipo que consume grandes
cantidades de agua, mientras que la segunda es para equipo que gasta poca agua. La
aplicación se hace en la primera semana del mes de Abril (Vázquez et al., 1993;
Vázquez, s/f. b).
9
Pissodes zitacuarense (picudo del pino). Tiene como principales hospederos a P.
pseudostrobus, P. montezumae, P. michoacana, P. patula y P. leiophylla. Esta plaga al
alimentarse del árbol provoca daños en las puntas (no fáciles de detectar). Si el adulto
se alimenta en árboles mayores de 10 años, los daños no revisten importancia, solo en
árboles menores y en viveros. Para su control se utilizan insecticidas de contacto como
el Carbaril® en una dilución que contenga el 2% de ingrediente activo, a dosis de 1 L
por 100 L de agua y se puede agregar aceite ligero. La aplicación se realiza al tiempo
de emergencia de los adultos, que ocurre en primavera (Vázquez et al., 1993; Vázquez,
s/f. a; Vázquez, s/f. b).
Dendroctonus spp., de las plagas más importantes son los insectos del género
Dendroctonus (descortezadores), entre ellos destacan: D. mexicanus Hopkins, D.
adjuntus Blandford, D. approximatus Hopkins y D. valens LeConte (Cibrián et al., 1995).
Neodiprion sp. Circa Gillette (Rohwer) (Mosca sierra menor). Ataca a P. pseudostrobus,
P. lawsonii, P. ayacahuite, P. patula, P. leiophylla y P. montezumae. Para su control se
deben aplicar insecticidas de contacto durante el segundo y tercer estadío larval, es
decir, cuando la mayoría de las larvas han emergido, lo cual sucede en los primeros
días de abril. En este tiempo la defoliación aún no es de importancia y las larvas son
más susceptibles a los insecticidas; los productos que se recomiendan son Malatión 50
CE® a dosis de 100 a 200 cc en 100 L de agua y Carbaril 50 PH® en dosis de 250 g en
100 L de agua, ambas recomendaciones para ser usadas con equipo terrestre
(Vázquez, s/f. b).
1.3.5. Enfermedades
Con el propósito de estudiar el incremento del diámetro, altura, área basal y volumen,
así como la calidad de la trocería por efecto de los aclareos, en un bosque coetáneo de
30 años en promedio y altura de 15-30 m, en “Dos aguas“, Michoacán, con
predominancia de P. pseudostrobus, se establecieron los siguientes tratamientos:
aclareo ligero (15%), aclareo medio (25%) aclareo fuerte (35%) y el testigo sin aclareo.
Los aclareos se aplicaron en parcelas cuyos bosques corresponden a las etapas de
latizal, joven y medio fustal con una combinación de aclareo selectivo y aclareo por lo
bajo. La intensidad de corta (IC) se calculó sobre la base del volumen original de las
existencias reales (ER), el área basal residual correspondió al de los árboles sanos y
bien conformados y el volumen de corta (VC) al de los árboles indeseables. La fórmula
de cálculo fue la siguiente:
IC = (VC / ER ) 100
15
1.3.7. Crecimiento y rendimiento volumétrico
16
Mediante el uso del modelo de Schumacher, se construyeron curvas anamórficas de
índice de sitio de la curva guía para rodales puros coetáneos de P. pseudostrobus de la
región del “Tlacuache”, San Pedro el Alto, Zimatlán Oaxaca (Garnica, 1987).
Extracción. Los conos deben ser transportados al sitio de beneficio lo más pronto
posible para su secado y extracción de la semilla; esto se puede hacer de dos maneras:
secado natural o al aire libre y secado artificial (Patiño et al., 1983).
El proceso de secado natural evita riesgos de dañar las semillas, pero el período de
secado es más largo, además su uso es bastante limitado en localidades con climas
húmedos y lluviosos. Para facilitar el manejo de los conos y semillas y acelerar el
secado de los conos, estos se colocan sobre lonas que permiten amontonarlos por las
17
noches y así protegerlos del rocío y de la lluvia; también se utilizan galerones con libre
circulación de aire (Patiño et al., 1983).
La excesiva humedad del aire en el lugar de secado puede ocasionar que los conos
absorban nuevamente agua deteniéndose su apertura o permaneciendo parcialmente
abierto lo que impide el desprendimiento de la semilla. En los lugares donde no se
presentan lluvias en la temporada de recolección, los conos se depositan en un patio de
secado y posteriormente se voltean a diario hasta que abran completamente y se logre
extraer la totalidad de las semillas. Estas deben protegerse de pájaros o roedores ya
que pueden consumir gran parte de ellas (Patiño et al., 1983).
Al iniciar a abrir los conos, se les voltea con una herramienta adecuada y con la pérdida
de humedad se abren; la semilla se junta una vez al día hasta que el cono haya soltado
la mayoría de ella, posteriormente se procede a introducir los conos a una máquina
hexagonal golpeadora de motor o si no se cuenta con el aparato simplemente se
golpean los conos unos, ´con lo que se recupera del 10 al 15% de semillas que se
quedan en los conos (Patiño et al., 1983).
El secado por calor artificial cuando se maneja correctamente, permite el control exacto
de la humedad del aire y la temperatura. El tiempo del proceso es más breve en
relación al secado natural pudiendo realizarse en 6-15 horas, pero en cambio requiere
equipo e instalaciones costosos. En este caso el secado debe hacerse en el menor
tiempo posible y sin dañar las semillas, el aire debe ser caliente y seco para que el
proceso sea uniforme y rápido (Patiño et al., 1983).
Los conos deben presecarse y tener un control de temperatura eficiente, es decir que la
mínima debe ser suficiente para secar los conos a unos 10 ºC y la máxima permisible
oscila entre los 50 y 52 ºC. Las temperaturas elevadas ocasionan daños físicos y
fisiológicos a la semilla y en este caso el período depende de la especie. Una vez
concluido el secado, es conveniente al igual que en el secado al sol introducir los conos
en un cilindro rotatorio para extraer las semillas remanentes, en caso de que no se
cuente con este implemento se pueden tomar con las manos y golpearlos entre sí,
haciendo caer la semilla en un recipiente que puede ser un cajón, plástico o piso plano
(Patiño et al., 1983).
Limpieza. Para desalar las semillas se colocan en un tambor de alambre tejido que se
hace girar mecánica o manualmente, separando las alas de las semillas. Otra forma es
colocar las semillas con ala sobre un tamiz de alambre y tallándolas manualmente y
quedan separadas de la basura, si aún contiene bastantes partes de alas se emplea un
ventilador. En el caso de contar con equipo especializado la operación se realiza con
mayor facilidad (Patiño et al., 1983).
Existen más formas de desalado como es el mojar ligeramente la semilla, esto trae
como resultado que al hincharse las alas por la humedad que absorben se desprenden
fácilmente, una vez desalada se puede sembrar inmediatamente o si se desea
almacenarla deberá secarse previamente (Patiño et al., 1983).
18
Para separar las semillas de los restos de las alas se utilizan tamices sencillos hechos
de malla de alambre y un marco de madera. Cualquier forma que se decida emplear, es
recomendable eliminar las semillas vanas (Patiño et al., 1983).
En todas las fases del manejo de conos, los frutos y las semillas se debe tener presente
que se trata de organismos vivos y que cualquier daño resultaría en una germinación
reducida y un desarrollo desfavorable de las plántulas (Patiño et al., 1983).
Los tipos de envase más apropiados son latas alcoholeras, frascos de vidrio o de
plástico bien sellados. Las semillas almacenadas deben ser analizadas en cuanto a su
contenido de humedad, germinación y viabilidad por lo menos cada 12 meses (Patiño et
al., 1983).
1.4.2. Germinación
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1.4.3. Prácticas de cultivo
Siembra en almácigo
Esta forma de producir plantas se utiliza en casos donde la semilla es cara, escasa o
cuando presenta una germinación variable; para efectuar el seguimiento de esta
metodología se puede proceder de dos formas: al voleo o en líneas. El método al voleo
se emplea generalmente para coníferas y algunas especies de semilla pequeña y
consiste en esparcir la semilla en forma uniforme en la superficie del almácigo
cubriéndola posteriormente con una capa delgada del mismo sustrato o arena fina, la
capa generalmente se coloca con un grosor de 0.5-1.5 cm, dependiendo del tamaño de
las semillas, la regla puede ser que la capa no cubra más del doble del grosor de la
semilla (García y Muñoz, 1993 a).
Se recomienda que la densidad de siembra no sea demasiado alta para evitar el riesgo
de enfermedades como el mal de los semilleros ni demasiado baja tendiendo a dejar
demasiado espacio entre plántulas, generalmente la distancia debe ser
aproximadamente el doble del diámetro de las semillas, pero si se conoce el porcentaje
de germinación, se siembra una cantidad adecuada para obtener un número adecuado
de plantas por unidad de superficie, para pinos el valor puede establecerse entre 1,000
y 2,000 por m2 (García y Muñoz, 1993 a).
Se pueden considerar dos etapas respecto a los cuidados que se deben proporcionar a
los almácigos: previos y posterior a la germinación.
La mejor época para el trasplante de las plántulas del almácigo al envase, es cuando
los cotiledones todavía están cubiertos por la testa de la semilla, generalmente a este
estado se le denomina "en cerillo". Una buena época para el trasplante es entre el 5º y
10º día después del inicio de la germinación o sea antes que tiren la testa y se
encuentren en estado de "cerillo" o tamaño "clavo" (García y Muñoz, 1993 a).
Cuando por algún motivo la raíz pivotante ya está demasiado grande, se le debe podar
para estimular el crecimiento de raíces secundarias y evitar el daño a la raíz durante el
trasplante o la formación de raíz comúnmente conocida como “cola de cochino”.Como
operación complementaria al trasplante, se debe cuidar que la tierra quede bien
21
apretada alrededor de la raíz para que no quede colgante en una bolsa de aire porque
esto puede provocar que la raíz se seque (García y Muñoz, 1993 a).
22
En general, los envases empleados en la producción de arbolitos en vivero se pueden
clasificar en los que se plantan con todo y envase y los que se deben remover antes de
la plantación.
El tipo de macetas denominado Paperpot® ofrece buenas ventajas, entre otras que las
operaciones se pueden mecanizar en 60-70% y según las especificaciones el material
de que están fabricados, es biodegradable por lo que la plantación se realiza con todo y
envase aun cuando es recomendable romperlos ya que las últimas investigaciones en
zonas de baja precipitación indican que algunos materiales utilizados para fabricarlos
permanecen casi intactos después de cuatro años de plantación, las presentaciones
varían en número de pots o celdas de 84-1,400 por m2. Una desventaja importante es
que no tienen en su diseño de construcción una pared interna que evite el crecimiento
espiral y al azar de la raíz, lo anterior resulta en la formación de un anillo radical que no
permite un buen desarrollo del resto del sistema de soporte y absorción de nutrientes y
humedad (García y Muñoz, 1993 a).
De los que se deben remover la planta, el tipo más empleado en los viveros de México,
es el de polietileno negro, se recomienda para pinos una dimensión de 7 x 20 cm o 10 x
20 cm con fondo. Las mayores desventajas de este tipo de envases son que las
operaciones no se pueden mecanizar y la raíz una vez desarrollada se forma en espiral
dentro del envase produciendo un sistema defectuoso, mismo con el que crecerán los
árboles en el lugar de plantación (García y Muñoz, 1993 a).
Otro tipo de envases individuales son los conocidos como Ray Leach®; para propagar
pinos se recomienda el tamaño de 2.5 x 16 cm (1,076 celdas/m2) ó 3.8 x 20 cm (527
celdas/m2), estos contenedores muestran múltiples ventajas como el de utilizar
eficientemente los espacios de crecimiento, emplean menor cantidad de sustrato, son
reutilizables y dependiendo del uso y exposición al sol pueden durar hasta 8-10 años.
Entre los contenedores múltiples (Figura 3) del tipo Styroblock® o Styrofoam blocks®,
se recomiendan celdas tamaño 3 x 22.9 cm (764 celdas/m2) y 4.1 x 15.2 cm (441
celdas/m2) para coníferas y para hojosas 6.1 x 15.2 cm (215 celdas/m2).
A B
23
Para especies como P. pseudostrobus, P. douglasiana, P. herrerae y en general para
las que no tienen crecimiento inicial cespitoso, se pueden cultivar en mayores
densidades por metro cuadrado no ocurriendo así con especies como P. michoacana y
P. montezumae que necesariamente ocupan mayor espacio por sus características de
crecimiento inicial por lo que en este caso se deben cultivar en densidades menores por
m2, con la finalidad de que logren una calidad y tamaño adecuados (García y Muñoz
1993 a).
En el caso de contenedores (Mexal, 1992), emplea con éxito una mezcla de 50% de
turba de musgo (Peat moss en inglés, género Sphagnum), 25% de vermiculita y 25% de
perlita. En el norte de México se utiliza un medio compuesto por 25% de turba, 25% de
carlita, 25% de vermiculita y 25% de corteza de pino molida (Rodríguez,1992).
Uno de los materiales alternativos a la turba es la corteza del pino, la que simplemente
se puede moler y secar para posteriormente adicionarla a la mezcla o prepararla de la
siguiente manera (Rodríguez, 1992): a cada m3 de corteza molida se le aplican 2 kg de
urea + 1-2 kg de superfosfato de calcio triple y de 1-2 kg de trazas (elementos
menores), diariamente se le riega y se le debe remover una vez a la semana durante 5-
6 semanas y una vez transcurrido este periodo la corteza se encuentra en condiciones
de ser utilizable y con las ventajas de que contiene microorganismos benéficos que
inhiben el desarrollo de patógenos y que descompuesta aumenta su capacidad de
intercambio catiónico total.
24
Llenado de envases. El llenado se puede realizar en forma manual o mecánica, previo
al llenado es conveniente cribar el sustrato para eliminar insectos raiceros y para evitar
terrones, piedras y otros materiales que entorpezcan la operación y el desarrollo de las
plantas, una malla adecuada es la que cuenta con una perforación por cm2, pero si se
desea mayor finura se deberá usar la de 3-4 perforaciones por cm2.
En relación con los costos de producción, la siembra directa es más económica que
cuando se emplean almácigos, por lo que es recomendable usar este método.
Micorrización
Para las coníferas de los géneros Pinus y Abies es de vital importancia formar la
asociación con hongos simbióticos, debido a los beneficios mutuos que ambos se
brindan. En vivero la inoculación puede realizarse de varias formas:
Inoculación con esporas. Este método se puede emplear para la aplicación de esporas
con el agua de riego o preparar directamente en laboratorio donde se les agrega un
material inerte, arcilla o talco estéril. Las dosis de esporas no están bien determinadas,
sin embargo, utilizando de 30-35 g de esporas por kg de materia inerte, se garantiza
que se tenga de 15 mil a 20 mil unidades potenciadas de esporas por mg de producto
preparado (García y Muñoz, 1993 a).
En forma natural, P. pseudostrobus forma simbiosis con los hongos Amanita fulva,
Clitocibe gibba, Laccaria amethistina, Lactarius indigo, Lactarius salmonicolor,
Macrolepiota procera y Suillus granulatus, entre otros (García y Sánchez, 1994).
Fertilización
Durante la estancia de la planta en el vivero hasta el momento del término del cultivo o
salida hacia la plantación (Landis et al., 1989) identifican tres etapas principales o fases
en el desarrollo de las plantas: 1) Fase de establecimiento que abarca desde la
emergencia hasta la fase cotiledonal; 2) La fase de crecimiento rápido en altura cuando
los arbolitos crecen en altura a un ritmo exponencial; 3) La fase de templamiento o
endurecimiento que inicia cuando la plántula presenta la yema terminal formada y el
crecimiento en altura se detiene, no ocurriendo así con el crecimiento del tallo principal
y del sistema radical los cuales se refuerzan. En base a la información anterior se
elaboró una guía general de aplicaciones meta de fertilizantes solubles líquidos que se
mencionan en el Cuadro 4.
26
Cuadro 4. Aplicaciones meta de nutrientes líquidos solubles para una fertilización
constante de plántulas en envase.
Fases y niveles meta de aplicación (ppm)
Nutrimento Establecimiento Rápido crecimiento Endurecimiento
Macronutrimentos
N 50 150 50
P 100 60 60
K 100 150 150
Ca 80 80 80
Mg 60 40 40
S 40 60 60
Micronutrimentos
Fe 4.00 4.00 4.00
Mn 0.80 0.80 0.80
Zn 0.32 0.32 0.32
Cu 0.15 0.15 0.15
Mo 0.02 0.02 0.02
B 0.50 0.50 0.50
Cl 4.00 4.00 4.00
Fuente: Landis et al., 1989 modificado de Tinus y McDonald, 1979
b) La fase de crecimiento inicial tiene como objetivo desarrollar el sistema radical de las
plántulas, en esta fase se aplican preferentemente mayores concentraciones de P y K,
los nutrientes se aplican dos veces por semana mezclados en el agua de riego, de la
semana 2 a la semana 6 se emplea una solución de 7-40-17 a una proporción de 65
ppm de N y 15.5-0-0-10 (nitrato de calcio) a una proporción de 43 ppm de N,
complementados con ácido fosfórico para ajustar el pH del agua a menos de 6.0; al final
de la semana 6 se lava el medio de crecimiento con riegos abundantes con la finalidad
de eliminar cualquier residuo antes de pasar a la siguiente fase.
28
Cuadro 5. Comparación de niveles de aplicación de nitrógeno recomendadas para
tres fases de crecimiento.
Niveles de aplicación (ppm)
Fuente Fase de Fase de Fase de
establecimiento rápido endurecimiento
crecimiento
Ingestad (1979)
Pinus sylvestris 0 20-50 0
Picea abies 0 60-100 0
30
Cuadro 6. Tabla para determinar la cantidad de fertilizante comercial a adicionar para
preparar un litro de solución en diferentes concentraciones de nitrógeno y
proporciones de mezcla.
Rango de Cantidad de fertilizante (g) a adicionar a un litro de agua
inyeccioón o
proporción 100 ppm 150 ppm 200 ppm
Fertilizantes con 30% de Nitrógeno (por ejemplo 30-10-10)
1: 300 101.1 151.6 202.2
1: 200 67.4 101.1 134.8
1: 100 33.7 50.5 67.4
1: 50 16.8 25.2 33.7
1: 15 5.0 7.6 10.1
Fertilizantes con 25% de Nitrógeno (por ejemplo 25-10-10)
1: 300 123.5 185.3 247.1
1: 200 82.3 123.5 164.7
1: 100 41.2 61.8 82.4
1: 50 20.6 30.9 41.2
1: 15 6.2 9.3 12.3
Fertilizantes con 20% de nitrógeno (por ejemplo 20-20-20)
1: 300 151.6 227.5 303.3
1: 200 101.1 151.7 202.2
1: 100 50.5 75.8 101.1
1: 50 25.2 37.9 50.6
1: 15 7.5 11.3 15.2
Fertilizantes con 15% de nitrógeno (15-15-15)
1: 300 202.2 303.3 404.4
1: 200 404.4 202.2 269.6
1: 100 67.4 101.1 134.8
1: 50 33.7 50.5 67.4
1: 15 10.1 15.1 20.2
Fuente: Landis et al., 1989. Modificado de Ball, 1985.
NOTA: Las unidades originales se encuentran calculadas para la disolución en un galón de agua 3.7853
L y solamente se transformaron los valores para un litro de agua que es la unidad de volumen empleada
en México.
31
En un estudio, se evaluó el efecto del tipo y concentración de algunos fertilizantes sobre
el desarrollo de P. pseudostrobus. Como contenedores se emplearon charolas de
poliestireno de 160 cavidades y 65 cc de capacidad; como medio de crecimiento se
empleó turba de musgo en 50% + vermiculita 25% + agrolita 25% (García et al., 2000).
Para las rutinas de fertilización se incluyeron fertilizantes de lenta liberación como el
Osmocote® o solubles como el 24-7-15 que son materiales de importación y por
consiguiente de mayor precio y los denominados duros o sea los empleados en
agricultura que son mucho más económicos donde se emplearon 0-46-0, 17-17-17, 18-
46-0 y 46-0-0:
Rutina 1
Fase de establecimiento (FE): Osmocote® 3 kg/m3 de sustrato (mezclado al medio de
crecimiento).
Fase de rápido crecimiento (FRC): fertilizante soluble 24-7-15 a 100 ppm base
Nitrógeno con una aplicación semanal, del segundo al quinto mes.
Fase de endurecimiento (FD): fertilizante soluble 20-20-20 a 50 ppm base N con una
aplicación semanal desde el quinto mes al final del cultivo.
Rutina 2
FE: Osmocote® 3 kg/m3 de sustrato (mezclado al medio de crecimiento).
FRC: fertilizante soluble 24-7-15 a 150 ppm base N una aplicación semanal del
segundo al quinto mes.
FD: fertilizante 20-20-20 a 50 ppm base N con una aplicación semanal del quinto mes al
final del cultivo.
Rutina 3
FE: Superfosfato de calcio triple 3 kg/m3 de sustrato (mezclado al medio de
crecimiento).
FRC y FD: Aplicaciones de 17-17-17 disuelto en agua a razón de 3 g/L de agua cada
45 días, (segundo mes hasta el final del cultivo).
Rutina 4
FE: Superfosfato de calcio triple 3 kg/m3 de sustrato (mezclado al medio de
crecimiento).
FRC y FD: aplicaciones alternadas de 18-46-0 y 17-17-17 cada 45 días del segundo
mes al final del cultivo.
Rutina 5
FE: Superfosfato de calcio triple 3 kg/m3 de sustrato (mezclado al medio de
crecimiento).
FRC y FD: aplicaciones quincenales de urea a 150 ppm del segundo mes hasta el final
del cultivo.
32
A todas las rutinas se adicionaron aplicaciones quincenales de 32-15-05 a 5 g/L para la
incorporación de elementos menores. Las variables cuantificadas en las plántulas
fueron la altura, diámetro de collar, materia seca aérea y supervivencia. Los resultados
obtenidos son los siguientes: La supervivencia tuvo índices entre 96 y 98%, que
demuestra lo homogéneo de los tratamientos y que no hubo reducciones importantes
por efecto de los tratamientos.
En relación a las alturas, el fertilizante soluble 24-7-15 a 100 y 150 ppm aplicados en la
fase de rápido crecimiento o crecimiento exponencial + Osmocote® 18-6-12 a 3 kg/m3
de medio de crecimiento (rutinas 1 y 2 ) mostraron resultados similares a los logrados
con el tratamiento 4 consistente en 17-17-17 a 3 g/L alternado con 18-46-0 3 g/l en
aplicaciones a cada 45 días + 0-46-0 a 3 kg/m3 de sustrato y los resultados más pobres
se obtuvieron con urea a 150 ppm + 0-46-0 a 3 kg/m3 de medio de crecimiento (rutina
5).
Con las rutinas donde se empleó en la fase de rápido crecimiento el fertilizante soluble
24-7-15 a 150 ppm (rutina 2) y con 17-17-17 a 3 g/L alternado con 18-46-0 en la misma
dosis + 0-46-0 a razón de 3 kg/m3 (rutina 4) se lograron los mayores valores en las
variables quizá más importantes que son el diámetro de collar, materia seca aérea y
materia seca total (Cuadro 7). Sin embargo, el costo por kg del fertilizante soluble
importado es aproximadamente 9-11 veces mayor que el nacional.
Estimulantes de crecimiento
33
Riegos
En viveros a cielo abierto, el horario del riego debe ser lo más temprano posible entre 7
y 10 de la mañana dado que más tarde por efecto del calor se provoca una Mayor
evaporación, menor aprovechamiento de la humedad y descompensaciones en el tejido
de los arbolitos.
Un factor importante es la calidad del agua de riego por otra parte no se debe emplear
para el riego agua contaminada con deshechos de fábricas o con agroquímicos. El pH
del agua deberá ser un poco ácido, preferentemente con valores entre 5.5 a 6.5, el
agua con el índice mayor a estos valores puede ser tratada con ácido fosfórico para
reducir este valor a un nivel ideal, aun cuando esta práctica no reduce la salinidad ni los
problemas que puede causar.
Otra consideración importante sobre la calidad del agua es que debe permanecer libre
de patógenos como pueden ser esporas de hongos que causan la secadera (“damping
off”), semillas de malas hierbas o musgos y algas que pueden llegar a ser un serio
problema en el vivero;
Protección
Protección contra factores físicos. Las cortinas o barreras contra el viento reducen la
pérdida de humedad tanto en almácigos como en los envases, evitan daños a los
arbolitos en lugares donde es severa la velocidad de los vientos, además minimizan la
proliferación de semillas de hierbas o arbustos indeseables dentro del vivero ya que su
control es costoso y perturban el desarrollo de los arbolitos.
34
La orientación de las secciones de crecimiento y de las plantabandas debe ser
preferentemente en dirección este-oeste para reducir en lo posible la exposición
excesiva al sol; la hilera de bolsas que queda orientada hacia el sur normalmente recibe
mayor cantidad de sol por lo que es recomendable protegerla del sobrecalentamiento
con cualquier material que puede ser madera, ladrillos, tierra, etc.
Manchas foliares. Son provocadas por hongos del género Lophodermium que pueden
combatirse con caldo bordelés y si son causadas por Cercospora el tratamiento debe
prolongarse por dos semanas. Si la mancha aparece como color púrpura lo
recomendable es analizar el sustrato porque puede deberse a una deficiencia
nutricional especialmente de fósforo.
Algas. La presencia de algas puede ser un serio problema debido a que cuando se
desarrollan o secan forman una costra que actúa como barrera que interfiere con el
riego, fertilización y aplicación de pesticidas. El desarrollo de las algas se ve favorecido
cuando la mezcla de sustratos contiene demasiada arcilla o cuando se aplica
35
demasiado riego. Una buena medida preventiva puede ser el aplicar una ligera capa de
arena o perlita en la parte superior de los envases o con el fungicida Maneb® (0.8-1
mg/cm2), sulfato de cobre o hidrato de calcio y de paso se eliminan algunos hongos
patógenos del suelo.
Para el control de “damping off” se emplean productos con diferente ingrediente activo y
nombre comercial, a continuación se anexa una tabla para determinar la efectividad de
algunos productos sobre los cuatro géneros de patógenos que causan la secadera
(Cuadro 8).
Con un buen manejo es posible prevenir la presencia de “damping off”, tal es el caso de
evitar en los almácigos las siguientes condiciones: humedad excesiva y mal drenaje por
causa de suelos pesados, pH de 7 o más, porque el óptimo es alrededor de 5 a 6.5,
temperaturas altas, poca luz y circulación inadecuada del aire, alta densidad de
siembra, alta densidad de arbolitos en el almácigo, fertilizantes sobre todo
nitrogenados, siembra de semillas demasiado profunda, intercambio de substratos entre
semilleros, periodos prolongados de humedad y asimismo evitar daños al arbolito
durante el trasplante.
36
Plagas. Los insectos plaga más comunes son:
Nemátodos. Los del género Pratylenchus son más frecuentes y se caracterizan por ser
endoparásitos y vectores de enfermedades y causantes de daños físicos a los arbolitos.
Si se esteriliza el sustrato de los almácigos los nemátodos no son problema, pero en el
sustrato para llenar los envases si lo puede ser dependiendo de su población. Se
pueden combatir con Formol 10% o Vapam® 100-150 cc/400 L de agua.
Moluscos. Los más frecuentes son los caracoles y babosos (géneros Helix y Melix,
atacan yemas y primordios de arbolitos jóvenes; se pueden combatir con cebos a base
de salvado, lechuga, cerveza y papa o cebos envenenados.
Artrópodos. Las arañas y los ácaros producen alteraciones en el envés de las hojas y
yemas con deformaciones, para su control se puede emplear Malation [MR] a dósis
comercial. Los de la familia Oniscidae (puerquitos) atacan las raicillas en almácigos y en
envase, para su control se puede emplear el mismo producto anterior, los de la clase
Miriápoda o ciempiés atacan raicillas principalmente de hojosas y ornamentales para su
control se emplea BHC® a dosis de 28 g en 200 L de agua.
37
Hymenópteros. Como representantes tenemos a las hormigas defoliadoras del género
Atta, se pueden combatir con Diazinón 2%®, 30 g/hormiguero o Paratión 2%® con 30
g/hormiguero.
Ortópteros. Estas plagas cuentan con aparato bucal masticador, se alimentan de hojas
y trozan las plántulas de pino en el almácigo, como representantes tenemos al chapulín,
se combaten con cebos envenenados a base 50 g de salvado y arseniato de sodio 2 kg
o con Malatión®.
La época de crecimiento requiere de 180 a 240 días para producir arbolitos con tamaño
deseable, por lo que es necesario considerar que la alta temperatura puede provocar
mayor evaporación, reducción del crecimiento y en ocasiones "quemaduras" en el
follaje; asimismo, las bajas temperaturas no son adecuadas para el crecimiento de los
arbolitos por lo que el sitio del vivero debe estar en lugares moderados.
39
Cuadro 9. Densidad de población en camas de crecimiento para nueve especies de
pino.
Especie Densidad (plantas/m2)
Pinus montezumae Lamb. 80 – 120
Pinus michoacana Mtz. 80 – 120
Pinus michoacana var cornuta Mtz. 130 – 150
Pinus douglasiana Mtz. 160 – 200
Pinus pseudostrobus Lindl. 160 – 200
Pinus herrerae Mtz. 160 – 200
Pinus patula Schl. et Cham. 160 – 200
Pinus oocarpa Schiede 140 – 180
Pinus greggii Engelm. 160 – 200
Fuente: García, 2002
40
Es importante monitorear el agua para detectar el contenido de sales o contaminantes;
la fuente ideal es la de ríos o arroyos con flujo permanente que puede ser bombeada a
un depósito en el vivero y distribuida con un sistema de aspersión, para viveros
pequeños es suficiente el riego con manguera y/o aspersión.
Con cualquier sistema de riego, al inicio del cultivo, el agua debe ser aplicada en gotas
pequeñas porque con gotas grandes y abundantes se pueden formar pequeñas
corrientes que pueden descubrir y extraer las semillas o los árboles pequeños; cuando
las plantas son grandes este daño es mínimo.
La oportunidad de los riegos puede variar según sean las propiedades físico-químicas
del suelo de la cama de crecimiento; sin embargo en la época de mayor evaporación
será conveniente considerar un riego diario y en las otras épocas deberá realizarse un
monitoreo diario para prevenir el estrés por humedad, la falta o exceso de agua
(hipoxia), la deficiencia de nutrimentos y un reducido crecimiento y vigor. En la fase de
rápido crecimiento, el régimen de riegos puede ser cambiado por riegos más pesados
que sirven para proveer suficiente humedad al sistema radical; en la fase de
templamiento o endurecimiento, la cantidad y frecuencia de los riegos se debe reducir
para promover la lignificación de los tejidos y hacerlos más resistentes al manejo,
obteniendo mayor supervivencia debido a que se encuentran con mayor grado de
aclimatación.
a). Fase de establecimiento: ocurre desde que se siembra y germina la semilla hasta
que la plántula está bien establecida lo que puede durar hasta dos meses dependiendo
de la especie y el régimen de cultivo.
La poda de raíces es la manipulación física del sistema radical cuando las plantas aun
están en la cama de crecimiento buscando modificar la morfología de las raíces para
obtener un sistema fibroso en la parte de la planta que se llevará al campo, incrementar
la uniformidad del cultivo, mejorar la relación entre la parte aérea y la radical, estimular
el desarrollo de las raíces laterales y obtener un incremento de la simbiosis con hongos
micorrícicos.
La poda de raíces controla la penetración del sistema radical en las capas profundas
del terreno y ayuda a lograr su óptima formación en los primeros 12-15 cm bajo el nivel
del suelo. Se puede realizar mecánicamente con un tractor acondicionado con cuchillas
que penetran bajo el nivel del suelo o manualmente con el método INIFAP, que consiste
en podar las raíces al nivel del suelo (15 cm por debajo de la cama de crecimiento),
utilizando para ello una estructura metálica que permite el corrimiento de un alambre a
ese nivel a lo largo de la cama para podar la raíces como se muestra en la Figura 4.
42
Figura 4. Estructura metálica para podar raíces en las camas de crecimiento.
Se deben construir dos estructuras como la ilustrada, para utilizarlas a cada lado de la
cama de crecimiento o “melonera” y para hacer eficiente la poda, se tira a ambos lados
un alambre acerado a lo largo de las dos estructuras.
Calidad de planta
43
Cuadro 10. Características morfológicas deseables para plántulas de Pinus
pseudostrobus.
Altura Relación Diámetro de Longitud Relación No. Raíces
(cm) a/d* collar (mm) radical (cm) raíz/tallo** laterales***
20 – 25 32 - 42 4–6 12 – 15 0.15 – 0.5 >10
Fuente: García, 2002
Donde:
* Relación altura/diámetro de collar, ambos en mm.
** Relacionada en peso seco.
*** Raíces originadas desde la raíz pivotante y de más de 1 mm de diámetro.
Adicionalmente se debe buscar que las plántulas cuenten con hojas secundarias
(maduras y fasciculadas); el color debe ser preferentemente el mostrado por árboles
adultos y abundante presencia de micorrizas.
La plantación debe ser realizada cuando las condiciones ambientales sean apropiadas
para el establecimiento y desarrollo subsecuente de las plántulas; en Michoacán la
época de lluvias inicia en el mes de Junio, por lo que la plantación debe ser establecida
preferentemente a partir de la segunda mitad de este mes hasta fines de julio y
conforme se eleve la calidad de la planta, la temporada de plantación puede extenderse
un poco más.
44
Durante el proceso de plantación es crítica la exposición de la raíz al medio ambiente,
para esto se puede establecer una regla: la raíz solo debe quedar expuesta al aire el
tiempo que necesita transcurrir desde que se extrae del contenedor de transporte hasta
que se le deposita en el hoyo de plantación, lo cual puede ser de unos cuantos
segundos y de esta forma evitar daños a la raíz y obtener buena supervivencia.
45
Figura 6. Técnica para la correcta plantación con barra recta.
46
Propagación asexual
48
Cuadro 11. Espaciamiento su correspondiente número de árboles por hectárea.
Espaciamiento (m) Árboles por hectárea
2.00 x 2.00 2, 500
2.25 x 2.25 1, 936
2.50 x 2.50 1, 600
2.75 x 2.75 1, 296
3.00 x 3.00 1, 089
2.00 x 3.00 1, 650
2.00 x 4.00 1, 250
Fuente: García, 2002
Para productos aserrados, el espaciamiento puede ser más amplio donde la densidad
de plantación puede variar de 2.25 x 2.25 a 2.50 x 2.50 m, debiendo aplicar aclareos
para mantener constante el ritmo de crecimiento.
49
La mejor época para realizar las podas es al final del invierno porque la herida cierra
rápidamente, de tal manera que la poda verde debe evitarse durante la estación de
crecimiento, si únicamente se requiere podar las ramas secas, no existe razón para no
realizarla durante cualquier época del año (Hawley y Smith, 1972).
Los árboles a podar para mejorar la calidad de la madera deberán ser componentes de
la corta final, dominantes, vigorosos, no torcidos, ni bifurcados, sin tumores, sin plagas y
con los mejores incrementos (Hawley y Smith, 1972).
Otra recomendación es que cuando los árboles han alcanzado 6 m de altura y un DAP
de 10 cm, se debe practicar la primera poda de 2.10 a 2.40 m de altura; la segunda
cuando el árbol mida 9 m de altura, limpiando el fuste hasta 4.50 m; la tercera cuando la
altura es de 16 m, dejando de 4.50 a 6.50 m libres de ramas y solo en algunas especies
practicar una cuarta poda.
50
En la evaluación de plantaciones forestales establecidas en la región oriente del estado
de Michoacán, los resultados mostraron que a la edad de 27 años P. pseudostrobus
presentó una supervivencia del 77%, diámetro medio de 27 cm y una altura de 24 m
(Muñoz y Naranjo, 1989).
51
La evaluación del crecimiento en altura y supervivencia promedio de una plantación de
P. pseudostrobus en arena volcánica, a seis años de su establecimiento mostró que
para el espaciamiento de 2 x 2 m se registró 2.97 m y 76%; en 2.25 x 2.25 m fue de
2.31 m y 59%; en 2.5 x 2.5 de 2.38 m y 70%, para 2.75 x 2.75 m fue de 2.98 m y 69%
en altura y supervivencia, respectivamente (García y Toledo, 1994).
52
Cuadro 12. Índices de crecimiento de Pinus pseudostrobus en el Campo Experimental
Forestal "Barranca de Cupatitzio" Uruapan, Michoacán.
Espaciamiento Espaciamiento No. No. Supervivencia
Inicial Actual Arboles/ha Arboles/ha (%)
(m) (m) Inicial Actual
2x2 4.2 2,500 575 24
1x1 2.1 10,000 2,305 23
53
Cuadro 15. Índices de crecimiento de Pinus pseudostrobus en Capacuaro, Michoacán.
Espaciamiento Espaciamiento No. No. Supervivencia
Inicial Actual Arboles/ha Arboles/ha (%)
(m) (m) Inicial Actual
2.0 x 2.0 2.45 2,500 1,708 66
2.50 x 2.50 3.68 1,600 737 65
4.0 x 4.0 5.34 625 350 56
54
Cuadro 17. Datos promedio de la supervivencia (%) a cinco años de establecida la
plantación de Pinus pseudostrobus con dos sistemas de preparación del
terreno en Nuevo San Juan Parangaricutiro, Michoacán.
Sistemas de preparacion del terreno
Terreno con chaponeo Terreno con barbecho
No. parcela
Planta en Planta a raíz Planta en Planta a raíz
envase desnuda envase desnuda
1 100 83 96 91
2 90 89 96 88
3 96 85 98 65
4 94 83 93 87
Promedio (%) 95 85 96 83
Árboles Remanentes /ha 2375 2125 2400 2075
Fuente: Muñoz, 1997.
Cuadro 18. Datos promedio de altura (m) a cinco años de establecida la plantación de
Pinus pseudostrobus con dos sistemas de preparación del terreno en
Nuevo San Juan Parangaricutiro, Michoacán.
Sistemas de preparacion del terreno
Terreno con chaponeo Terreno con barbecho
No. parcela
Planta en Planta a raíz Planta en Planta a raíz
envase desnuda envase desnuda
1 3.34 2.95 4.77 4.50
2 4.44 3.72 3.91 4.91
3 4.28 4.37 5.21 5.01
4 3.28 4.37 4.95 4.70
Promedio 3.84 m 3.85 m 4.71 m 4.78 m
Fuente: Muñoz, 1997.
55
Cuadro 19. Datos promedio del diámetro normal (cm) a cinco años de establecida la
plantación de Pinus pseudostrobus con dos sistemas de preparación del
terreno en Nuevo San Juan Parangaricutiro, Michoacán.
Sistemas de preparacion del terreno
Terreno con chaponeo Terreno con barbecho
No. parcela
Planta en Planta a raíz Planta en Planta a raíz
envase desnuda envase desnuda
1 4.3 3.3 6.8 6.7
2 6.2 4.8 6.4 7.5
3 5.8 5.8 7.5 7.2
4 4.2 6.1 6.7 6.2
Promedio 5.1 5.0 6.8 6.9
Fuente: Muñoz, 1997
Cuadro 20. Tarifa de volumen fustal con corteza de una entrada para plantaciones de
Pinus pseudostrobus en el municipio de Morelia, Michoacán.
Diámetro (cm) Volumen (m3)
6 0.0050
8 0.0107
10 0.0192
12 0.0310
14 0.0463
16 0.0656
18 0.0892
20 0.1173
22 0.1502
24 0.1883
26 0.2317
28 0.2807
30 0.3356
32 0.3966
34 0.4639
36 0.5371
38 0.6183
40 0.7058
* Está tarifa se refiere al volumen fustal, sin considerar el ramaje.
Fuente: Mas et al., 1990
56
Cuadro 21. Tabla de volúmenes de fuste total para plantaciones de Pinus
pseudostrobus en la Cuenca de Cointzio, Michoacán.
Categoría (Volumen en cm3)
diamétrica Categorías de altura (m)
(cm) 3 4 5 6 7 8
2 126 4395 934 1496 543 3366
4 5642 3407 5054 4880 9159
6 7556 10384 11893 17333
8 13381 17485 21580 27889
10 20881 26358 33942 40827
12 30058 37002 48980 56147
14 40910 49418 66692 73848
16 53439 63605 87079 93931
18 67643 79563 110141 116396
20 83523 97293 135878 141242
22 101080 116795 164290 168470
24 120312 138067 195377 198080
26 141220 161112 229138 230072
28 163804 185927 265575 264445
30 188064 212515 304687 301200
32 214000 24873 346473 340337
34 241611 271003 390935 381855
36 270899 302905 438071 425756
38 301863 336577 487882 472038
40 334502 372022 540369 520701
Fuente: González, 1979
Se menciona que los componentes de los sistemas agroforestales pueden ser especies
con propósitos de producción de árboles de navidad, follaje ornamental, madera, leña,
postes, cultivos básicos, frutales y forrajes. La selección de los componentes de los
módulos agroforestales estará en función de la productividad, análisis financiero,
sustentabilidad, propósitos y necesidades de producción de los productores (Sáenz et
al., 2001 a).
57
Para la Sierra Purhépecha en Michoacán, se generó una guía tecnológica para la
determinación de las densidades óptimas de plantación de pinos, en la modalidad de
callejones para sistemas agroforestales de clima templado-frío. Se recomienda P.
greggii y P. pseudostrobus para la producción de semilla y de madera; el espaciamiento
a emplear será de 4 x 2 m (4 m entre callejón y 2 m entre plantas) que corresponde a
una densidad de plantación de 1,250 árboles/ha (Muñoz et al., 2000).
58
en una porción de la Cordillera Neovolcánica en los estados de México y Michoacán,
incluyendo 14 sitios de P. pseudostrobus y 11 sitios de P. montezumae. Entre las
características estudiadas están: longitud y ancho de la semilla, relación ancho/longitud
de semilla, número de días de germinación, energía y capacidad de germinación y
altura de plántula. En todas las características estudiadas, se encontraron diferencias
significativas entre árboles dentro del sitio y se observó la presencia de una gran
variabilidad entre sitios dentro de la misma especie (Caballero, 1967).
Se especula que P. pseudostrobus puede cruzarse en forma natural con las especies
del Grupo Montezumae, especialmente con sus variedades, con las cuales tiene
afinidad (Santillán, 1991).
Los ensayos de procedencias y progenies con especies nativas que se han establecido
en las últimas dos décadas se han concentrado casi exclusivamente en especies del
género Pinus, por ejemplo, P. patula, P. greggii, P. pseudostrobus, P. montezumae, P.
leiophylla y P. maximinoi, etc. (Azamar et al., 2000).
59
El INIF (1981) a través del C. E. F. “Barranca de Cupatitzio” en Uruapan, Mich. dentro
del programa de mejoramiento genético forestal venía desarrollando desde 1976
ensayos de procedencias con las especies: P. patula, P. pseudostrobus y P.
montezumae, además, de P. oocarpa, P. greggii, P. teocote, P. lawsonnii y P. herrerae.
De acuerdo a los resultados de las procedencias del género Pinus, en el arboretum del
mismo Campo Experimental, a la edad de 6 años, P. pseudostrobus con procedencia
de “Llano Flores, carretera Oaxaca-Tuxtepec km 81, presentó una supervivencia del
61%, altura de 2.11 y un IMMA de 0.39 m (Mas et al., 1995).
La Comisión Forestal del Estado de Michoacán (COFOM), a través del Plan de Desarrollo
Forestal Sustentable de Michoacán 2002-2008, tenía entre sus metas implementar un
Programa de Mejoramiento Genético, que incluye el establecimiento de siete áreas
semilleras y dos huertos semilleros. Debido a lo anterior, se evaluaron 30 rodales
naturales, seleccionándose cinco para el establecimiento de áreas semilleras en los
municipios de Salvador Escalante, Nuevo Parangaricutiro, Coalcomán, Zinapécuaro y
Zacapu, Michoacán, ubicadas en altitudes de 2,340 a 2,900 m y exposiciones NE, SE,
SW, NE y N, respectivamente, con pendiente del 1 al 30%. En total se seleccionaron
3,016 árboles semilleros (Figura 11), de los cuales 696 en la zona de certificación y 2,320
60
en la de protección; 1,360 corresponden a P. pseudostrobus (45.09%), 510 a P.
montezumae (19.90%) y 1,146 a Abies religiosa (37.99%). En las cinco áreas se
seleccionaron 53 árboles superiores (Figura 12), donde P. pseudostrobus presentó el
mayor número con 37 árboles (69.81%) (Muñoz et al., 2005 b).
Figura 10. Árbol semillero de P. pseudostrobus. Figura 11. Árbol superior de P. pseudostrobus
en áreas semilleras de Michoacán. en áreas semilleras de Michoacán.
En otro estudio se probaron dos tipos de injerto: fisura terminal y enchapado lateral con
dos tipos de protección. Los resultados obtenidos muestran que el injerto enchapado
lateral es el más recomendable para P. pseudostrobus y que es conveniente proteger
los injertos con bolsas de polietileno y papel de estraza por algunas semanas (Barbosa
1984, citado por Santillán 1991).
61
supervivencia en noviembre y diciembre, respectivamente, con injerto lateral y protegido
con frasco (Talavera, 1988).
Donde:
62
Los anillos de crecimiento están delineados por una banda oscura de madera tardía y
una banda de madera temprana, su anchura es homogénea, la madera temprana
ocupa más de la mitad del total del anillo, la transición de temprana a tardía es gradual.
Los rayos son visibles a simple vista en la cara transversal (De la Paz y Olvera, 1981).
Donde:
63
Ensayo Característica Símbolo Unidades
2
Flexión Estática Modulo de elasticidad MOE Flex (kg/cm )
2
Resistencia al Límite Elástico RLE Flex (kg/cm )
2
Resistencia a la Ruptura RR Flex (kg/cm )
Dureza Janka Dureza Cara Lateral JK Late (kg)
Dureza Janka Dureza Cara Transversal JK Trans (kg)
2
Compresión paralela Módulo de Elasticidad MOE Com Para (kg/cm )
2
Resistencia al Límite Elástico RLE Com Para (kg/cm )
2
Resistencia a la Ruptura RR Com Para (kg/cm )
2
Compresión Resistencia al Límite Elástico RLE Com Perp (kg/cm )
perpendicular
2
Cortante Paralela Resistencia a la Ruptura RR Corte Para (kg/cm )
2
Densidad Peso-Seco/Volumen-Verde P (kg/cm )
Fuente: Sotomayor, 2005
1.7.2. Usos
Está especie es buena productora de resina, la cual es explotada en los estados del
centro y sur de México. La madera es de buena calidad y sus largos fustes limpios
permiten el uso en aserrío, madera terciada, chapa, triplay, pulpa para papel,
caballetes, molduras, jaulas y envases, como barrera de calor y sonido, postes, pilotes,
madera para minas, durmientes para ferrocarril, tejamaniles y largueros, combustibles,
palillos y fósforos. Asimismo, es muy apreciada en artesanías, ebanistería y muebles
finos o de producción seriada, como mesas, butacas, bancos, etc., en las zonas rurales
tiene varios usos domésticos.
64
CAPÍTULO 2
P in u s m ich o a ca n a Martínez
Y
P in u s m ich o a ca n a var. co rn u ta Martínez
65
2.1. DESCRIPCIÓN DE LAS ESPECIES
Los nombres comunes de Pinus michoacana Martínez son: pino lacio negro, pino, pino
lacio, pino prieto ocote gretado (Oaxaca), pino escobetón (Jalisco), ocote escobetón
(Jalisco), pino blanco (Zacatecas), ocote escobetón, pucurí, tzihuiren (Michoacán), pino
cantaj, ocote, picure, pino real, tuusha (mixteco), tzihuiren y nucochtaj (Martínez, 1948;
Eguiluz, 1978; Madrigal, 1982; Olvera, 1981 y SEMARNAP, 2005).
A Pinus michoacana var. cornuta Mtz se le conoce con el nombre común de pino lacio
(Madrigal, 1982; Guridi, 1980).
2.1.2. Taxonomía
Familia: Pinaceae
Género: Pinus
Especie: Pinus michoacana Martínez
Pinus michoacana var. cornuta Martínez
Pinus michoacana Martínez tiene como sinonimia a Pinus devoniana Lindl. y está
relacionado con Pinus michoacana f. procera Martínez y Pinus michoacana var. cornuta
Martínez (SEMARNAP, 2005).
El P. michoacana var. cornuta fue establecida por Martínez (1944) aunque parece ser
que Shaw (1909), cuando habla de P. wincesteriana se refiere a este tipo; se diferencia
de la especie típica por su cono, que es menos grueso, más largamente atenuado, casi
siempre encorvado y a veces torcido como cuerno, con escamas menos anchas y
apófisis más bajas, con espina fina y aguda, a veces encorvada (Martínez, 1948).
2.1.4. Forma
El P. michoacana var. cornuta es un árbol de 20-30 m de altura (Figura 13), con una
copa densa y redondeada. Las ramas son fuertes, extendidas, dispuestas
irregularmente, ascendentes cuando jóvenes y casi horizontales cuando viejas; ramillas
ásperas, moreno oscuras o algo rojizas, a veces con tinte glauco en sus partes más
tierna, ásperas, revestidas de brácteas obscuras, grandes, salientes, duras y muy
próximas, con las bases de las brácteas anchas, salientes y muy juntas (Martínez,
1948; Eguiluz, 1978).
2.1.5. Corteza
P. michoacana presenta corteza áspera y agrietada (Figura 12), de color café oscuro
(Martínez, 1948; Eguiluz, 1978).
P. michoacana var. cornuta tiene la corteza oscura, grisácea, áspera y agrietada, con
largas placas (Figura 13); en la Sierra de Coalcomán, Mich. muestra corteza gruesa
(Martínez, 1948; Madrigal et al., 1978).
67
2.1.6. Hojas
En P. michoacana var. cornuta las hojas están dispuestas en grupos de cinco, a veces
cuatro o seis en varios fascículos, comúnmente de 30 cm, pero el rango es entre 20 y
47 cm, son moderadamente ásperas y fuertes, densamente colocadas, triangulares o
anchamente triangulares, fuertes, flexibles pero a veces algo delgadas, moderadamente
ásperas, de color verde oscuro (Figura 13); bordes finamente aserrados y claras líneas
de estomas en las tres caras, los canales resiníferos son tres, pocas veces cuatro y aun
cinco, medios y ocasionalmente uno interno. Las vainas son persistentes, fuertes,
brillantes y algo resinosas, de 25-35 mm, algo pegajosas, de color castaño oscuro
cuando jóvenes y casi negras en las hojas adultas, escamosas abajo y anilladas arriba
(Martínez, 1948; Eguiluz, 1978; Madrigal, 1982).
2.1.7. Conillos
2.1.8. Conos
2.1.9. Semilla
P. michoacana var. cornuta tiene semillas café oscuro, con manchas negras,
vagamente triangulares de 6 a 7 mm de largo; provistas con un ala café, con líneas
oscuras longitudinales de 25 a 30 mm de largo por 8 a 10 de ancho (Eguiluz, 1978).
69
Figura 12. A) Árbol y ramas, B) Corteza, C) Hojas, D) Cono de Pinus michoacana.
70
Figura 13. A) Árbol, B) Corteza, C) Ramas y hojas, D) Cono de Pinus michoacana var. cornuta.
72
La distribución de P. michoacana var. cornuta se reporta desde Guatemala central
hasta México, en los estados de Chiapas, Michoacán, Nayarit, Oaxaca, Jalisco,
Zacatecas, Edo. de México, Durango, Guerrero, Hidalgo, Puebla, Morelos, Nuevo León,
Veracruz y Guanajuato (Martínez, 1948; Perry, 1992).
2.2.2. Clima
El P. michoacana se le encuentra en México entre los 16º 10´ y 23º 20´ Latitud Norte y
los 91º 300´ y 105º 30´ de Longitud Oeste, en localidades donde la precipitación media
anual fluctúa entre 1,000 y 1,700 mm; la temperatura máxima promedio del mes cálido
es de 22-26 ºC, la mínima del mes más frío es de 6-14 ºC y la promedio de 14-21 ºC.
Se le puede encontrar en clima subtropical, con verano bien definido. La precipitación
oscila entre 600 y 1,600 mm anuales y la temperatura media anual, oscila alrededor de
18 ºC, con extremas mínimas de 7.1 ºC y máximas hasta de 34 ºC (Eguiluz, 1978).
En la Sierra Purhépecha se encuentra en áreas con climas tipo A (c)(w) y C (w) donde
la precipitación varía de 1,000 a 1,500 mm (o mayor en las partes más altas), la
temperatura media anual es de 16.9 a 21 °C, la del mes más caliente es de 27.4 °C, el
mes más frío alrededor de 5.4 °C, el número de días con lluvia es de 60-100
distribuidas de mayo a octubre y con lluvia invernal que no llega a ser mayor del 5% de
la total anual (Alcántar, 1996).
Para P. michoacana var. cornuta se indica que frecuenta un rango altitudinal que varía
de 1,350 a 2,600 msnm, pero su mayor presencia ocurre entre 1,800 a 2,200 msnm
coincidiendo con las mejores calidades de estación. En Chiapas se encuentra entre 750
a 1,800 msnm; por lo general no forma masas puras, sino que se encuentran los
árboles aislados. Se le ha observado en lomeríos y cañadas, pocas veces en las partes
planas (Eguiluz, 1978).
74
2.2.4. Suelos
Crece en valles y laderas, los suelos que frecuenta son franco-arenosos o arcillosos
(andosol o luvisol), de reacción ácida de buen drenaje y preferentemente profundos;
son en estos últimos donde su crecimiento es mayor (García, 1996 a).
En Michoacán, P. michoacana rara vez forma masas puras, por lo que se encuentra en
asociación con uno o más de los taxa Pinus oocarpa, P. lawsonii, P. pringlei, P.
leiophylla, P. pseudostrobus, P. herrerae, P. michoacana var. cornuta, P. montezumae,
P. montezumae var. lindleyi, además, de Quercus candicans, Q. laurina, Q. rugosa, Q.
crassipes y Q. obtusata (Madrigal et al., 1978; Madrigal, 1982).
P. michoacana var. cornuta forma masas puras, a veces muy extensas, pero con
frecuencia se asocia con P. chiapensis, P. tenuifolia, P. montezumae, P. oocarpa, P.
pseudostrobus, P. leiophylla y P. cooperi (Eguiluz, 1978). En las regiones Oriental,
Suroccidental y Centro de Michoacán se asocia con P. montezumae, P. leiophylla, P.
pseudostrobus, P. oocarpa, P. douglasiana, P. herrerae, P. michoacana, P. lawsonii,
Quercus rugosa, Q. castanea y Q. obtusata (Madrigal, 1982); en la región oriente en el
bosque de pino-encino, se asocia con P. pringlei, P. oocarpa, P. pseudostrobus, P.
lawsonii, P. martinezii, P. teocote, P. ayacahuite var. veitchii, P. leiophylla, P. martinezii,
P. pringlei, Q. castanea, Q. laurina, Q. rugosa, Q. obtusata, Q. crassifolia, Q. conspersa,
Arbutus xalapensis, Eysenharditia polystachya y Ternstroemia pringlei (Madrigal, 1994).
76
2.3. SILVICULTURA
A través de regresión lineal se estimó el peso de semilla limpia en función del peso de
los conos, mediante la ecuación de predicción (Carrillo y Ávila, 1979):
Y = 0.03034 X
Donde:
78
X = Peso de semilla limpia sin impurezas y sin vacías, expresado en kilogramos.
Y = Rendimiento estimado de semilla beneficiada.
P. michoacana var. cornuta produce semillas de tamaño regular (de 6-7 mm largo) y
para la dispersión emplea su ala que también es de tamaño importante (25-30 mm largo
por 8-10 ancho); el principal factor de diseminación es el viento aunque también puede
deberse al arrastre del agua, transporte por aves o roedores. Un kilogramo de semilla
limpia y pura de esta especie rinde alrededor desde 20,905 hasta 40,360 semillas
(Patiño, 1973 citado por Musálem y Sánchez, 2003; Perry, 1991).
Para P. michoacana en las exposiciones Sur y Este se debe tener más cuidado con los
trabajos de regeneración natural y de plantaciones, ya que hay evidencias de que se
aumenta el riesgo para lograr el establecimiento satisfactorio de la regeneración, así
como la reducción en el crecimiento de los árboles (PRODEFO, 2001).
2.3.5. Plagas
79
Entre los insectos que afectan la producción de semilla de P. michoacana en la Sierra
Purhépecha en Michoacán se cita a Conophtorus michoacanae, Chionaspis pinifolia,
Megastigmus albifrons, Cydia sp. y Dioryctria erythropasa (Del Río, 1980 a; Del Río y
Mayo, 1987).
80
Cydia montezumae (gusano barrenador de la semilla) tiene como hospederos a P.
michoacana y P. montezumae. La colecta de conos caídos en el suelo y la incineración
de los mismos es una práctica que puede reducir fuertemente las poblaciones de las
larvas que se encuentran en ellos, además es factible realizar el control químico con
insecticidas sistémicos mediante inyecciones al suelo. Para ellos se recomienda el uso
de Carbofuran® a dosis de 150 g del producto que viene en la formulación al 5% por
cada cm de diámetro normal. La aplicación se hace en el suelo sobre la línea de goteo
de la copa, antes de las lluvias (Vázquez, s/f b).
Zadiprion falsus (mosca sierra del pino) es un defoliador que afecta a P. michoacana, P.
montezumae, P. pseudostrobus y P. leiophylla; para este insecto que toda su vida
larvaria la pasa al aire libre, se pueden aplicar varios tipos de control como son: el
químico, a través de insecticidas de contacto, los más usados son Malatión 50 CE en
dosis de 100 a 200 cc en 100 L de agua o Carbaril 80® PH a razón de 250 g en 100 L
de agua, aplicados durante los meses de septiembre y octubre, que es cuando han
eclosionado la mayoría de los huevecillos y las larvas son jóvenes, por lo que el daño al
follaje es de poca consideración. El control biológico es una opción que se puede
utilizar aunque es a largo plazo; en forma natural las avispas Lamachus y Stylocriptus
(Hymenoptera: Ichneumonidae) y la mosca Spathimeigenia mexicana Aldrich (Díptera:
Tachinidae) parasitan hasta un 30.5% de larvas en capullo. Se ha probado también que
Endasys subclavatlus (Say) (Hymenoptera: Ichneumonidae) parásita hasta un 20.5% en
la fase de capullo (Vázquez, s/f a; Vázquez, s/f b).
81
Retinia edemoidana (barrenador de brotes), afecta a P. michoacana y P. montezumae.
Se ha experimentado el control mecánico (extracción manual de larvas) con buenos
resultados, aunque es lento. En árboles de alto valor y que se encuentren severamente
infestados se pueden aplicar insecticidas de contacto al fuste, cuando se presente la
emergencia de los adultos. El producto que se sugiere usar es Carbaril 50® CE a dosis
de 250 g en 100 L de agua (Vázquez, s/f b).
La mejor protección contra el ataque de plagas es sin duda alguna, una masa sana,
compuesta por individuos fuertes, resistentes. La aplicación oportuna de aclareos y de
cortas de saneamiento contribuye a evitar la presencia y propagación de plagas. Debe
tomarse en cuenta, si se desea hacer plantaciones, elegir pinos de hojas largas (como
P. devoniana) que por lo general son menos susceptibles al ataque del Dendroctonus
mexicanus que los de hoja corta. En el sistema silvícola SIMANIN (Manzanilla et al.,
1997) se desarrolló el siguiente modelo para clasificar el riesgo de plaga
(principalmente de descortezador):
Y = 0.242691-0.00624801(X1)-0.2489(X2)+0.599399(X3)+0.095385(X4)
Donde:
Y = Valores de proporción de plagas predichos.
X1 = Total de área basal (m2/ha).
X2 = Proporción de área basal de pino.
82
X3 = Proporción de pinos de hoja chica.
X4 = Disturbio.
2.3.6. Enfermedades
84
Las semillas de P. michoacana provenientes de un rodal del C.E.F. “Barranca de
Cupatitzio”, Uruapan, Mich., presentaban los siguientes contaminantes epibióticos:
hongos y bacterias de los géneros Botrytis, Pestalotia, Thyzopus, Penicillium y
Xanthomonas. Se encontró también los siguientes contaminantes ectobióticos: Hongos
de los géneros Penicillium, Botrytis, Aspergillus, Pestalotia. En diferentes pruebas se
concluyó que los géneros Botrytis y Pestalotia son agentes causantes del “damping off”
en P. michoacana. La inmersión de las semillas en una solución de hipoclorito de sodio
al 1% durante 4 a 6 minutos, permitió un 100% del control de los microorganismos
epibióticos (García, 1996 a).
En Jalisco, como en la mayor parte de los estados de México, donde se desarrollan los
bosques de pino y en los cuales cohabita P. devoniana, el manejo que se le otorga, en
general es similar al de otras especies de pino. Con base en programas de manejo
forestal, se establecen y adoptan medidas para lograr una producción sostenible, tanto
de los recursos forestales maderables como no maderables. Se aplican principalmente
el SICODESI que busca formar masas regulares coetáneas en manchones aplicando
cortas de árboles padres o cortas sucesivas y el MMOBI que aplica esencialmente
cortas de selección individuales o en grupos, según se quieran masas irregulares o
regulares en pequeños manchones. No obstante que se han tenido fallas como ocurre
con cualquier otro método o sistema, éstos se siguen aplicando, desde luego con
algunas modificaciones que los mismos técnicos ajustan, ello con base a las
condiciones del medio y según los requerimientos que la especie o el tipo de vegetación
requiere. Por lo general, los tratamientos aplicados en el SICODESI y en el Sistema de
Manejo Integrado de los Recursos Forestales (SIMANIN), tienden a formar masas
regulares y coetáneas en pequeños o grandes manchones, dependiendo de la
extensión de la aplicación.
85
El SIMANIN se desarrolló en la región de Tapalpa en Jalisco, donde se distribuye P.
devoniana y permite evaluar los cambios que están teniendo las masas como
consecuencia de las intervenciones silvícolas para hacer ajustes de los trabajos para
garantizar la sustentabilidad de los aprovechamientos. El método de tratamiento se
aplica de dos formas: por selección individual, este es el más indicado para especies
que se dan de forma aislada y rala dentro de la vegetación. El otro es el de selección
por grupos, es el más recomendable para P. devoniana en aquellos lugares en donde
no se recomiende o no se quiera aplicar tratamientos intensivos (Manzanilla et al.,
1997).
Otros tratamientos pueden ser cortas de árboles padres o sucesivas, los cuales se
aplican más a masas compuestas por especies demandantes de luz, principalmente en
los primeros estadíos de su crecimiento, generalmente esto se caracteriza para la gran
Mayoría de las especies de género Pinus, como el P. devoniana, entre otras. Si se
quiere garantizar llegar a la cosecha final en el menor tiempo posible, con los mejores
árboles con la menor inversión, se recomienda que en cada rodal antes de aplicar los
aclareos, se haga una selección de los árboles que se quieren llevar hasta la cosecha
final (200-300 por ejemplo) y entonces los aclareos se practiquen de tal manera que se
esté favoreciendo todo el tiempo, el crecimiento de los mismos de una manera
uniforme, la exposición de la copa a los rayos de luz y la formación de una copa bien
distribuida por todos lados para que se disminuyan las deformaciones del crecimiento.
La gran ventaja es que se pueden reducir los costos de estas actividades y
concentrarse en aquellos individuos que van efectivamente a alcanzar mejores precios
(Manzanilla et al., 1997).
Donde:
Para P. michoacana var. cornuta en Tapalpa, Jal., se reporta que es una especie
considerada como intolerante con regeneración natural; se ha manejado con los
sistemas silvícolas: selección, cortas sucesivas, árboles padres y matarrasa; notándose
baja regeneración cuando se aplican cortas de selección individuales (Manzanilla et al.,
1997).
Cabe mencionar que con base a experiencias recientes, se ha observado que los
crecimientos que se obtienen en plantaciones en Michoacán puede acortarse el turno
de la especie hasta una edad de 20-25 años.
87
2.3.10. Regeneración natural
Secado de conos. Para secar los conos al sol se recomienda utilizar mantas pequeñas,
hechas de un saco de yute abierto, en cada una de las cuales se colocarán conos en
una cantidad no mayor que el contenido de una lata de 18,91 litros. El secado se
producirá en horas de la mañana y se llevará de nuevo al interior de la nave al terminar
la jornada laboral o cada vez que se produzcan las lluvias. El proceso puede tardar
hasta 4 semanas y después de este período se habrá liberado la mayor parte de la
semilla.
Las semillas, en mezcla con las alas ya partidas, deben ser trasladadas a la brevedad
posible hasta la nave de limpieza, con ayuda de cernidores de diferentes medidas o
máquina limpiadora se puede separar la semilla de las impurezas como son bolitas de
resina, partículas de hojas, escamas o corteza; se deben preparar cerca de la máquina
suficientes sacos totalmente limpios y exentos de semillas para envasar las que se
vayan obteniendo del proceso. En los lugares donde se limpien semillas y no posean
máquinas limpiadoras, la limpieza se realizará con ventiladores o mediante las
corrientes de aire natural. A medida que las semillas vayan quedando limpias, se irán
envasando en los sacos previamente preparados. Identificándolos de nuevo con las
tarjetas que acompañaban a las semillas y colgándolos hasta que se concluya con toda
la procedencia (García, 1996; PRODEFO, 2001).
Terminado el trabajo de limpieza del total de una procedencia, se procederá a secar las
semillas con la acción directa del sol, hasta comprobar que las semillas se encuentren
completamente secas para su almacenamiento, previa desinfección con algún producto
químico, uno muy económico es el empleo de cloro casero preparando una solución de
dos partes de cloro por tres de agua para sumergir la semilla por diez minutos y
después proceder al secado. Las charolas son muy apropiadas para secar la semilla
que debe ser colocada en capas no mayores del grosor de dos semillas y una vez seca
se procede a almacenarla para lo que se recomienda hacerlo a temperaturas de 0-4 °C
hasta el momento de su empleo (García, 1996; PRODEFO, 2001).
89
En P. michoacana se analizaron lotes de semilla almacenadas en una cámara fría (0-3
ºC) durante 8 meses, resultando una variación de contenido de humedad que fluctuó de
8.2 a 10.9% y el porcentaje de germinación entre 80 y 70% en promedio; la relación
contenido de humedad-porcentaje de germinación no siguió ningún comportamiento
específico.
Hongos del género Fusarium afectan a la semilla durante los análisis de germinación en
P. michoacana var. cornuta.
Es muy importante conservar los datos del origen de la semilla y emplearla solamente
para producir plántulas que van a ser plantadas en condiciones semejantes a las de los
árboles padres, para disminuir los riesgos de adaptabilidad al medio (PRODEFO, 2001).
2.4.2. Germinación
90
La planta se puede producir en almácigo o directamente en bolsas de polietileno
perforadas o en envases de plástico cónicos (tubetes) con un agujero en el vértice del
cono para drenar el agua. Cuando es mediante almácigo, la planta se puede producir
en semilleros utilizando sustrato compuesto de suelo de monte y arena de río, en
proporción de 1:1. Se acostumbra sembrar el P. michoacana en almácigo durante los
meses más cálidos del año; durante el periodo de Mayo a Julio se obtienen los mayores
porcentajes de germinación, a las dos y cuatro semanas. Se recomienda sembrarla a
una profundidad de 1 a 3 cm y que la instalación del almácigo o semillero sea lo más
próximo posible al área de plantación definitiva.
Es importante hacer notar que los envases cortos de 13-15 cm de longitud son los
mejores para producir planta en localidades que presentan una estación húmeda larga;
en contraste, los envases de 20 a 25 cm de largo, son mejores para aquellas áreas que
presentan lluvias irregulares y/o una estación seca larga. Estos últimos permiten que el
sistema radical de las plantas crezca más y que puedan colocarse a mayor profundidad
cuando se efectúe la plantación para evitar, hasta donde sea posible una desecación
rápida (Liegel y Venator, 1987 citados por PRODEFO, 2001).
En Michoacán se reporta que el trasplante se realiza entre los 18-20 días después de la
siembra a bolsas de polietileno negro de 10 x 23 cm (García, 1996 a).
91
Cuadro 24. Características morfológicas deseables para plántulas de P. michoacana y
P. michoacana var. cornuta.
Especie Altura Relación Diámetro Longitud Relación No.
(cm) a/d* de collar radical raíz/tallo Raíces
(mm) (cm) laterales
P. michoacana 4-10 8-10 5-8 12-15 0.15-0.5 >10
P. michoacana 10-15 20-30 5-6 12-15 0.15-0.5 >10
var. cornuta
Fuente: García, 2002
Para P. devoniana se recomienda que la fecha en que debe estar disponible para
plantación es a partir del 1 de julio, producida en contenedor, con indicaciones
generales de origen de la especie, vivero y procedencia de la semilla, una sola planta
por contenedor (el contenedor no puede incluir ninguna otra planta de la misma u otra
especie), planta recta con una sola flecha de acuerdo con su hábito de crecimiento
juvenil como planta cespitosa. Deben descartarse plantas bifurcadas o con flechas
múltiples, planta sana, con su color verde sui-generis, sin síntomas de marchites o
clorosis ni acículas secas en la base, sin daños mecánicos, lignificada, follaje con hojas
verdaderas, la raíz debe sujetar completamente el sustrato al sacarla del contenedor,
largo de la raíz 10 centímetros, que corresponde a la dimensión (profundidad) del
contenedor (charola y/o tubete), fibrosa con abundantes puntos de crecimiento de color
blanco, presencia de micorrizas en el sustrato, altura media de la planta 10 cm en un
rango de 7 a 17 cm, diámetro promedio del cuello de 5.5 mm en un rango de 4.5 a 10
mm (PRODEFO, 2000).
92
sanitario de la planta, para que oportunamente se pueda detectar y controlar problemas
de plagas y enfermedades, adquirir semilla certificada, desinfectarla con Captán® en
polvo y en los semilleros aplicar también para prevenir “damping off” y establecer un
banco de micorrizas inicialmente usando suelo forestal (Villa, 2000).
Los métodos más utilizados en la limpieza del sitio son los manuales, mecanizados o
químicos; el más usado es el manual a través de “chaponeos” (corte de la maleza con
machete) en fajas y cajetes, aunque recientemente en algunas regiones donde se están
estableciendo plantaciones comerciales, se emplean indistintamente los tres anteriores,
dependiendo de las condiciones originales del terreno y del objetivo final.
Se recomienda realizar el desmonte del terreno se realice para dar espacio a los
nuevos individuos a plantar y posteriormente aplicar una quema controlada después del
desmonte, con el objeto de integrar elementos minerales al suelo; cuando este sea
profundo y con pendientes menores al 15%, es aconsejable dar un paso superficial de
rastra con el tractor en la época de lluvias.
En cuanto al barbecho, se practica con el fin de remover el suelo, de tal forma que las
raíces de las plantas prosperen mejor. En los lugares donde la estación seca es un
obstáculo, se recomienda realizar prácticas para conservar la humedad. En suelos
pobres se aconseja que antes de la plantación se aplique un fertilizante con los tres
macronutrimentos (N-P-K), a razón de 110 g por cepa. Aunque las recomendaciones
previas no son específicas para P. devoniana, son aplicables y se recomiendan también
para otras especies de pino. En Michoacán en algunas plantaciones se ha aplicado un
paso de arado y cruza del terreno con el mismo implemento, obteniendo buenos
resultados (Fierros et al., 1999 citados por PRODEFO 2001).
También se ha empleado el sistema español que es una variante del método de cepa
común; una vez que ésta se ha construido se procede a realizar un cajete circular de
una superficie aproximada de 1 m2, la finalidad de esta práctica es captar y conservar la
humedad. Una vez que el brinzal se ha plantado, se colocan tres piedras a su alrededor
94
para disminuir la evaporación del suelo y proteger a la planta de factores adversos. En
Chapingo, Méx., se hicieron plantaciones de P. michoacana en condiciones de suelos
muy tepetatosos con resultados bastante aceptables, tomando en cuenta la condición
tan crítica del lugar de la plantación (PRODEFO, 2001).
Se recomienda mantener limpia la plantación durante los primeros años, esto para
evitar la competencia de especies arbenses no deseables, ya que éstas compiten por
agua, luz y nutrientes. Se pueden realizar cuando menos hasta los primeros tres años
de establecida la plantación, en cajetes de por lo menos un metro de diámetro
alrededor de la planta (Fierros et al., 1999 citados por PRODEFO, 2001).
Una evaluación del efecto de las podas a intensidades del 50, 33 y 25% con respecto a
la altura total del árbol sobre el crecimiento en altura y diámetro en plantaciones de 9
años de edad de P. pseudostrobus y P. michoacana, establecidas en Uruapan con
espaciamiento de 2 x 2 m, reporta los siguientes resultados después de 10 años:
El crecimiento del P. devoniana es muy variable, ello depende de las diversas calidades
de sitio, edad, densidad de plantación y manejo. No es aventurado esperar en
plantaciones comerciales, sobre buenos suelos y aplicando las técnicas apropiadas,
producciones anuales de 10 m3/ha/año o sea en un turno de 20-25 años podría
esperarse por lo menos 350 m3 (PRODEFO, 2001).
96
Cuadro 25. Tarifa de volúmenes para plantaciones de Pinus michoacana del Campo
Experimental Forestal “Barranca de Cupatitzio”, Uruapan, Mich.
DAP (cm) Volumen de fuste total (m3)
6 0.012152
8 0.025022
10 0.043592
12 0.068187
14 0.099219
16 0.136991
18 0.181755
20 0.233736
22 0.293121
24 0.360081
26 0.454763
28 0.517303
30 0.607821
32 0.706428
34 0.813221
36 0.928292
38 1.051720
40 1.183580
42 1.325950
44 1.472900
46 1.630460
Fuente: Mas et al., 1985
97
En el C.E.F. "Barranca de Cupatitzio", se realizaron ensayos de plantaciones
experimentales con P. michoacana; los resultados de la evaluación a 18.8 años de su
establecimiento, indican que los espaciamientos 2 x 2 y 1 x 1 m son inadecuados
porque causaron alta mortandad de árboles que desaparecieron al ser suprimidos por la
fuerte competencia y haciéndose patente la falta de manejo silvícola, el resto son
árboles demasiado esbeltos ya que crecieron demasiado en competencia lo que motivó
que el diámetro y el incremento en diámetro fueran bajos. En el espaciamiento de de 2
x 2 m se tuvo una supervivencia 15%, altura media 17.02 m y diámetro medio 20.6 cm
en espaciamiento de plantación (Mas et al., 1993).
A los 19 años presentó una buena supervivencia (45%), altura media de 12.6 m, DAP
medio de 23.5 cm, área basal de 20.70 m2/ha, volumen de 130.4 m3/ha y un incremento
medio anual de 6.8 m3/ha. A los 20 años registró la mayor productividad con una
supervivencia de 62%, altura media de 12.8 m, DAP de 20.7 cm, área basal de 21.57
m2/ha, volumen de 138.0 m3/ha y un incremento medio de 6.9 m3/ha/año (Mas et al.,
1990).
Son pocas las plantaciones donde se pueden observar resultados consistentes, sobre
todo porque al llegar al diámetro mínimo aprovechable, los habitantes de la región
inician inmediatamente a derribarlos; en los Cuadros 27 a 31 se mencionan algunos
índices del crecimiento de P. michoacana var. cornuta determinados en el C.E.F.
"Barranca de Cupatitzio" (García, 1996 a).
98
Cuadro 27. Índices de plantación de P. michoacana var. cornuta asociado con P.
pseudostrobus en el Campo Experimental Forestal "Barranca de
Cupatitzio" en Uruapan, Mich.
Espaciamiento (m) No. Árb/ha Supervivencia Altura
Inicial Actual Inicial Actual (%) (m)
2x2 4.36 2,500 P. michoacana 299 21 26.4
P. pseudostrobus 226
Donde:
99
Características: Suelo andosol, 1,760 msnm y plantación de 24.3 años con P.
michoacana var. cornuta (50%), P. pseudostrobus (20%), P. ayacahuite (10%) y P.
lawsonii (20%).
100
Características: Suelo andosol, 1,760 msnm y plantación de 24.3 años con P.
michoacana var. cornuta (43%), P. pseudostrobus (38%) y P. ayacahuite (19%).
En ésta plantación se observa que la supervivencia relativa fue baja (26%), pero por el
espaciamiento inicial el número de árboles/ha actual es todavía un poco alto para llegar
a la corta final, porque se debió llegar a esta edad con 350-400 árboles/ha. A pesar de
lo anterior, se mostró más la productividad maderable con valores de hasta 14.6
m3/ha/año de IMAV; sin embargo, se evidencia la falta de manejo silvícola.
101
2.5.5. Plantaciones agroforestales
En México son escasas las experiencias al respecto, pero se advierte que la asociación
con cultivos agrícolas es posible en aquellos lugares en donde las condiciones del
terreno lo permitan y con ello se tendrían libre de malezas y se disminuirían los costos
de producción. Por ende, es preferible intercalar cultivos agrícolas durante los primeros
años para amortizar los costos de la plantación, esto es mientras los árboles no cubran
el espacio que podría ser aprovechado por los cultivos agrícolas, además, la asociación
reduce la erosión y permite un mejor aprovechamiento del suelo. Podría ser interesante
combinarlo con producción de hongos comestibles o con pastos (PRODEFO, 2001).
Figura 15. Sistema agroforestal con maíz y P. Figura 16. Sistema agroforestal con triticale y P.
michoacana en la Cuenca del Lago de Pátzcuaro, michoacana en la Cuenca del Lago de Pátzcuaro,
Mich. Mich.
Los resultados indican una relación entre la densidad del componente forestal y la
producción del componente agropecuario, es decir, el rendimiento de forraje seco (M.
S.) y grano se incrementa al disminuir la densidad del componente forestal (Cuadro 33).
La producción promedio con mayor rendimiento de forraje se registró con avena (11.6
ton/ha con 625 árboles/ha). En cuanto a grano, el mayor rendimiento se obtuvo con
maíz (4.2 ton/ha con 625 árboles/ha) (Sáenz et al., 2001 a).
102
Cuadro 33. Productividad de sistemas agroforestales en la Cuenca del Lago de
Pátzcuaro, Mich.
Sistema agroforestal Densidad Componente Producción componente
componente agropecuario agropecuario
forestal (ton/ha M. S. o grano*)
(árboles/ha)
Plantación Forestal 1250 Pasto Rodhes 4.8
+ Avena 9.0
Forrajes 625 Pasto Rodhes 6.2
Avena 11.6
Maíz 3.2
Plantación Forestal 1250 Trigo 2.4
+ Triticale 2.6
Cultivos Agrícolas Maíz 4.2
625 Trigo 3.0
Triticale 3.3
Frutales
+
Plantación Forestal 625 Pasto Festuca 2.7
+
Pastos
Cultivos
Agropecuarios 200 Avena 15.0
+
Cerca viva
* M. S. para el caso de componentes pecuarios y grano para los componentes agrícolas.
Fuente: Sáenz et al., 2001 a
103
Cuadro 34. Producción de sistemas agroforestales en la Microcuenca Laguna de
Zinciro, Mich.
Densidad componentes forestales
Componente agropecuario (árboles/ha)
1250 625
Rendimiento (ton M. S./ha)
Avena var. Chihuahua 6.6 7.9
Avena var. Cuauhtémoc 10.9 13.0
Avena var. Chihuahua + Ebo 6.8 8.1
Avena var. Cuauhtémoc + Ebo 13.3 16.0
Avena + Veza de Invierno (Procedencia local) 4.0 4.8
Avena + Veza de Invierno (Proc. Australia) 5.1 6.7
Fuente: Sáenz et al., 2001 a
Características microscópicas (Cuadro 36). Las traqueidas son largas, con diámetro
tangencial del lumen mediano y grosor de la pared muy delgado en la madera
temprana, y de diámetro tangencial del lumen fino y grosor de la pared muy grueso en
la madera tardía; sus caras radiales presentan una hilera de puntuaciones areoladas;
los rayos son uniseriados, poco numerosos y bajos, presentando algunos poliseriados
con tres series cercanas al canal; en los campos de cruzamiento se ven de una a tres
puntuaciones de tipo pinoide no areoladas. Las traqueidas de rayo presentan bordes
dentados; los canales resiníferos longitudinales son poco numerosos por mm2 (Olvera,
1981).
La madera del P. michoacana var. cornuta es de color amarillo pálido, olor y sabor
resinoso, no tiene brillo, veteado pronunciado y textura fina e hilo recto (Guridi, 1980).
105
Cuadro 35. Características macroscópicas de la madera de Pinus michoacana.
COLOR Albura: madera temprana amarilla pálida y tardía castaño
rojiza. Duramen: madera temprana y rosa y tardía castaño
rojiza.
OLOR Y SABOR Resinoso amargo
BRILLO Mediano a alto
VETEADO Pronunciado
TEXTURA Mediana
HILO Recto
ANILLOS DE CRECIMIENTO Distinguibles
CANALES RESINÍFEROS Presentes
Fuente: Olvera, 1981
106
Ensayo Característica Símbolo Unidades
Modulo de elasticidad MOE Flex (Kg/cm2)
Resistencia al límite RLE Flex (Kg/cm2)
Flexión Estática
elástico
Resistencia a la ruptura RR Flex (Kg/cm2)
Dureza Janka Dureza cara lateral JK Late (kg)
Dureza Janka Dureza cara transversal JK Trans (kg)
Módulo de elasticidad MOE Com Para (Kg/cm2)
Resistencia al límite RLE Com Para (Kg/cm2)
Compresión paralela
elástico
Resistencia a la ruptura RR Com Para (Kg/cm2)
Compresión Resistencia al límite RLE Com Perp (Kg/cm2)
perpendicular elástico
Cortante Paralela Resistencia a la ruptura RR Corte Para (Kg/cm2)
Densidad Peso seco/Volumen verde P (Kg/cm2)
Fuente: Sotomayor, 2005
2.7.2. Usos
Es muy común el uso de esta especie para elaborar figuras talladas, cucharas,
molinillos, bateas, servilleteros, botaneros, guitarras, maracas, máscaras y figuras
religiosas. En Michoacán se usa como combustible, para fabricar fondos de guitarras y
violines, además, para construir baúles, cajas, máscaras, charolas, cucharas, molinillos,
servilleteros y saleros, entre otros productos.
En Quiroga hacen un tipo muy característico de mueble colonial tapizado con terciopelo
de colores muy llamativos. En Casas Blancas y en Opopeo hacen mueble empalmado.
En Paracho los guitarreros la utilizan para el fondo y tapa de guitarra popular y violines
corrientes (Guridi, 1980).
En Aranza y Cherán hacen los mangos de las maracas y los güiros, ya que el resto de
estos instrumentos es de tepamo. En Sevina elaboran máscaras y figuras generalmente
religiosas talladas a mano. En Pamatácuaro es la única madera que utilizan para sus
artesanías incluyendo bateas, cucharas, molinillos, saleros y muebles de juguete. Es
muy característico de este lugar el dibujo realizado con pirógrafo sobre bateas y
cucharas, principalmente (Guridi, 1980).
108
los de Pátzcuaro, pero al natural. Por último en Tócuaro la usan para máscaras talladas
a mano, las cuales están generalmente en madera de copalillo (Guridi, 1980).
Los usos propuestos por las características de la madera son: construcción (estructuras
primarias), estructuras para puentes, juguetes de fricción, gabinetes, aparadores,
cancelería, duelas para cielos rasos, cubiertas de techos, empaque y caballetes
(Cevallos y Carmona, 1981).
109
CAPÍTULO 3
P in u s g reg g ii Engelm.
110
3.1. DESCRIPCIÓN DE LA ESPECIE
El Pinus greggii Engelm., es conocido con los nombres comunes siguientes: pino prieto
en Coahuila, pino ocote en Hidalgo. También en los estados del norte se le conoce con
el nombre de pino garabatillo y en las poblaciones del centro del país se le conoce
como ocote u ocote chino (Eguiluz, 1978; López, 1996; Farjon et al., 1997 y Perry,
1991; Anónimo, 1998 y Martínez, 1994).
3.1.2. Taxonomía
P. greggii fue descrito por el Dr. George Engelmann en 1868, denominándolo en honor
de Josiah Gregg. Es una especie parecida a P. patula, pero se diferencia de éste por
sus hojas cortas, derechas y gruesas, aunque pertenecen al mismo grupo botánico
(Musálem y Martínez, 2003).
Familia: Pinaceae
Género: Pinus
Especie: Pinus greggii Engelm.
Se reconoce dos sinónimos que se han usado, uno antes y otro después, de que fue
descrito por su autor (Shaw, 1909).
A P. greggii, Martínez (1948) lo ubica en la sección serotinos, dentro del grupo Patula;
posteriormente Perry (1991) lo ubica dentro del subgénero Diploxilon o pinos duros,
sección serotinae y subsección Patula. Más recientemente según Farjon y Styles (1997)
por poseer características perecidas a los pinos serotinos de California lo ubica dentro
de la subsección Attennuatae (Musálem y Martínez, 2003).
P. greggii está aparentemente relacionada con los pinos de cono serotino de California:
P. attenuata, P. muricata y P. radiata (Farjon et al., 1997).
111
& López es endémica del centro-este de México y abarca la distribución austral de la
especie. La variedad greggii Engelm., se localiza en poblaciones localizadas en el norte
(Coahuila y Nuevo Léon) de su distribución natural (Donahue y López, 1999).
3.1.4. Forma
Árbol pequeño de tronco recto y copa amplia e irregularmente redonda (Figura 17), de
10 a 25 m de altura y 40 cm de diámetro normal, aunque también se reporta una altura
de 20-25 m y de 70-80 cm de diámetro normal (Martínez, 1948; Eguiluz, 1978; Perry,
1991; Farjon et al., 1997 y Anónimo, 1998).
3.1.5. Corteza
Cuando el árbol es maduro, la corteza de la parte inferior del tronco es gruesa, áspera,
de color café grisáceo, dividida por profundas fisuras verticales en largas placas
escamosas (Figura 17). En la parte superior del tronco la corteza es de color café
grisácea (Martínez, 1948; Eguiluz, 1978; Farjon et al., 1997 y Perry, 1991).
3.1.6. Hojas
Las hojas están dispuestas en grupos de tres, aunque se presentan raramente dos y
cuatro, alrededor de 7 a 15 cm de largo, de 1-1.2 mm de ancho, delgadas a
medianamente gruesas, anchamente trianguladas, derechas, rectas y rígidas de color
verde claro brillante (Figura 17), bordes aserrados con dientecillos muy cortos, sus
canales resiníferos medios, en número de 2 a 6; presenta estomas en la superficie
dorsal y ventral (Martínez, 1948; Eguiluz, 1978; Farjon et al., 1997 y Perry, 1991). Las
vainas tienen una longitud de 5 a 14 mm, de color café pálido grisáceo, son
persistentes, pero cuando son viejas ocasionalmente son deciduas (Martínez, 1948;
Perry, 1991).
112
3.1.8. Conillos
Los conillos son laterales y sostenidos sobre un pedúnculo delgado, morenos con
anchas escamas provistas de puntas triangulares y extendidas, en grupos de 3 a 6
(Martínez, 1948; Perry, 1991 y Farjon et al., 1997).
3.1.9. Conos
Los conos son fuertes tenazmente persistentes, duros, casi sésiles, oblongos cónicos,
oblicuos, algo encorvados, de color ocre, lustrosos, agrupados por pares de 2 a 8
(Figura 17), rara vez más. Miden de 6 a12 cm de largo, pudiendo llegar hasta 15 cm; de
3 a 5 cm de ancho cuando están cerrados y su aspecto es muy parecido al P. patula.
Las escamas son duras y fuertes, de 4 a 4.5 cm de largo por 1.5 de ancho; el umbo es
ensanchado, deprimido con una pequeña espina débil y quilla transversal bien
marcada, apófisis pequeña y aplastada (Martínez 1948; Eguiluz, 1978; López, 1990;
Farjon et al., 1997 y Perry, 1991 citados por Musálem y Martínez, 2003).
3.1.10. Semilla
113
Figura 17. A) Árbol, B) Ramas, ramillas y hojas, C) Corteza, D) Semilla y alas E) Conos de Pinus greggii.
P. greggii tiene una distribución restringida a la Sierra Madre Oriental del Centro y Norte
de México; se ha reportado por diferentes autores desde la parte norte del estado de
Puebla, Hidalgo, Querétaro, San Luis Potosí, Coahuila y Nuevo León, entre los
paralelos 20º 00´ a 25º 40´ de latitud Norte y meridianos 97º 40´ a 101º 20´ de longitud
Oeste; además se reporta en pequeños grupos en Veracruz y Puebla (Martínez, 1948;
Eguiluz, 1978; Dvorak y Donahue, 1993; Santillán, 1990; Perry, 1991 y Farjon et al.,
1997).
114
3.2.2. Clima
El P. greggii en forma natural crece en altitudes de 1,300 hasta 3,000 m, sin embargo,
el rango de distribución altitudinal varía de acuerdo a los autores, que lo ubican desde
1,200 a 2,700 msnm, con una óptima de 1,850 mnsn (Eguiluz, 1978; Dvorak y
Donahue, 1993).
3.2.4. Suelos
Los suelos donde se desarrolla esta especie son de origen volcánico, ubicados en las
mesetas altas y pendientes bajas de las montañas, sitios donde se encuentran los
mejores ejemplares.
También se pueden desarrollar en sitios secos o áridos, aunque bajo estas condiciones
el crecimiento es lento y los árboles son de baja estatura y muy ramificados. Habita en
suelo Cambisol, Regosol y Leptosol, delgados, con buen drenaje, de textura migajón
areno-arcilloso y migajón arcillosa, pedregosos, color café rojizos y calizos,
normalmente pobres en materia orgánica; con pH ligeramente ácido a casi neutro. Los
suelos de las procedencias del Norte de México son ligeramente alcalinos de pH 7-8; en
tanto que las del Centro de México con mayor frecuencia son ácidos con pH de 4.0 a
5.0 (Equiluz 1978; Dvorak y Donahue, 1993 citado por Musálem y Martínez, 2003;
Anónimo, 1998 citado por SIRE, 2006).
115
3.2.5. Vegetación asociada
3.3. SILVICULTURA
Normalmente, P. greggii florece de febrero a abril, los conos abren de enero a febrero,
pero también se menciona que maduran de octubre a marzo; debido a que los conos
son serótinos y pueden permanecen cerrados más de dos años, es posible encontrar
conos en cualquier época del año. Se registra en un m3 un total de 8,398 conos y un
promedio de 77,738 semillas/kg (Eguiluz, 1978; Patiño et al., 1983; Anónimo, 1998 y
Anónimo, 2000 citados por SIRE, 2006; PRODEFO, 2000.).
La producción de conos inicia entre los 6 y 8 años de edad (Patiño et al., 1983); en su
ambiente nativo florece precozmente y puede producir estróbilos femeninos en el primer
año y conos en el tallo principal de los 3 a 5 años de edad. En México, los conos
maduran aproximadamente 21 meses después de la polinización (Dvorak y Donahue,
1993; López y Donahue, 1996 citados por Musálem y Martínez, 2003; Anónimo, 1998
citado por SIRE, 2006).
En otro estudio se cuantificaron 65 semillas por cono con una eficiencia de semilla
(relación de semillas llenas por óvulos fértiles) de 63% en promedio. Los árboles del sur
(Hidalgo y Querétaro) tuvieron mayor potencial de semillas (117 vs. 91 semillas/cono) y
produjeron más semillas llenas por cono (74 vs. 56) que los árboles de los rodales del
norte (Coahuila y Nuevo León). El número de semillas llenas y la eficiencia es mayor en
los rodales del sur (var. australis) que en los rodales del norte (var. greggii). Los rodales
que crecen en áreas con menor disturbio por actividades humanas y que crecen bajo
condiciones óptimas, tuvieron mayores cantidades de semilla llenas. Los rodales que se
ubican en los extremos de elevación y de valores de precipitación media anual
produjeron las menores cantidades de semillas (López y Donahue, 1995).
Cuadro 38. Valores promedio por sitio de colecta del peso de semilla de Pinus greggii
en Chihuahua, Hidalgo, Nuevo León, Puebla y Querétaro.
Peso de 10 Peso total de Peso promedio
semillas por semilla por por semilla
Sitio
cono cono
(mg) (mg) (mg)
Patoltecoya, Puebla 128 392.4 20.8
Xochicoatlán, Hidalgo 128 950.8 12.8
Molango, Hidalgo 124 580.5 13.7
El Piñón, Hidalgo 150 1139.1 14.2
El Madroño, Querétaro 141 1028.7 14.3
Las Placetas, Nuevo León 169 742.5 19.4
Los Lirios, Coahuila 158 616.3 15.7
Jame, Coahuila 152 830.4 14.1
Puerto San Juan, Coahuila 160 731.2 17.1
Santa Anita, Coahuila 180 1078.5 17.5
Puerto Los Conejos, Coahuila-Nuevo León 139 819.4 15.1
Fuente: Cornejo, 1992
117
3.3.3. Plagas
Entre las plagas que afectan a P. greggii, se reporta a los insectos de conos y semillas
como Leptoglossus occidentales Heidemann, el defoliador Hylesia frigida Schaus y los
que se alimentan de floema y cambium como Dendroctonus mexicanus Hopkins, D.
frontales Zimmermann y D. valens LeConte. A continuación se reportan y describen los
insectos que atacan a P. greggii en México (Cibrián et al., 1995).
118
Hylesia frigida Shaus. Es un insecto defoliador que presenta dos generaciones por año,
uno transcurre de marzo a agosto y la otra de septiembre a febrero. Las larvas
consumen follaje de árboles jóvenes y adultos. En los árboles medianos y grandes la
defoliación se concentra en las partes bajas y medias de la copa, aunque
eventualmente defolian la parte superior de la misma. Este insecto se controla de
manera efectiva por medio de Bacillus thuringiensis (Cibrián et al., 1995).
Oligonychus cunliffei Pritchard y Baker. Es un insecto chupador de savia que ataca con
su aparato bucal, lesiona y succiona jugos vegetales por lo que causan moteaduras,
amarillamientos y caída prematura del follaje. En árboles de alto valor y frecuentemente
infestados se sugiere la aplicación de un acaricida de contacto o sistémico en la
primavera (Cibrián et al. 1995).
Al género Dendroctonus se le conoce como las plagas forestales más dañinas del país,
donde se encuentran 11 especies y varias de ellas tienen gran importancia económica.
El P. greggii es atacado principalmente por D. mexicanus Hopkins, D. frontalis
Zimmermann y D. valens Le Conte.
El D. frontalis pasa por cuatro instares larvarios y el ciclo es más largo en el invierno
que en el verano, presentándose de 6 a 7 generaciones al año. El daño directo que
ocasiona es la muerte de los árboles; los insectos introducen hongos manchadores de
la madera que contribuyen de manera importante en la muerte del árbol, la cual ocurre
en pocos días. Los árboles más susceptibles son los dañados por incendios y
resinación excesiva, así como los que se encuentran en sobre densidad, en sitios de
baja productividad o aquellos de edad sobre madura.
Cuando el follaje toma una coloración amarilla o café rojizo intenso, la población consta
de larvas maduras, pupas, preadultos y adultos emergentes. Cuando el follaje tiene una
coloración café rojizo opaco, café o café grisáceo, se considera que los insectos ya
abandonaron el árbol. La prevención mediante prácticas silviculturales, se fundamenta
en la regulación de la densidad, de la composición de especies y reducción del turno.
119
Los métodos de control que con mayor frecuencia se utilizan son derribo y abandono;
este método de supresión se recomienda para manchones que incluyen a menos de
100 árboles infectados. Otro método es el derribo y descortezado pero es más costoso
porque involucra el trabajo de descortezar toda el área del fuste que fue infestada,
además, con la quema de la corteza, este procedimiento es completamente eficiente
para reducir la población de D. frontalis, pero tiene el riesgo de ser peligroso durante la
temporada de sequía, ya que el fuego se puede salir de control. Finalmente, el
descortezado y aplicación de insecticida, se puede usar en combinación, de acuerdo al
tamaño de la infestación y a la accesibilidad. La prevención de ataques en árboles de
alto valor se obtiene mediante la aplicación de insecticidas como Decís® o Dursban®,
los cuales deberán de aplicarse disueltos en agua y mezclados con un adherente.
3.3.4. Enfermedades
La enfermedad más común de los viveros es el “damping off”, que se presenta por el
ataque de un complejo de hongos del suelo que produce un daño conocido como “mal
de los semilleros”, “mal de talluelo”, “pudrición de raíces”, “chupadera”, “secadera”, “mal
de almácigos”, etc. y que induce síntomas de clorosis, volcamiento de plántulas,
estrangulamiento del tallo y pudrición de las raíces. En la mayoría de los casos, es
provocado por hongos como Rhizoctonia solani, Alternaria sp., Fusarium sp., Pythium
sp., Phytophthora sp., Cylindrocladium sp. y Botrytis cinerea. Es una enfermedad que
se presenta en la semilla hasta los primeros 5 a 6 meses de vida de la plántula y
consiste básicamente en la invasión de micelio de manera intra e intercelular con la
consecuente muerte de células y el colapsamiento de la planta. Los agentes causales
que la producen se encuentran en dos divisiones de hongos: Mastigomycota y
Deuteromycotina; en la primera división se encuentran los géneros Pythium spp., y
Phytophthora spp., y los hongos del tipo de Deuteromycotina: Rhizoctonia sp.,
Alternaria sp., Botrytis cinerae, Fusarium subglutinans, F. oxisporum, F. solani, F.
120
roseum y Cilyndrocladium sp. De estos agentes causales Pythium spp., Phytophthora
spp., junto con Rhizoctonia sp., y algunas veces producen el “damping off” pre-
emergente. El “damping off” post-mergente es causado principalmente por Pythium
spp., Phytophthora spp. y Rhizoctonia sp. (Villa, 2000).
Una de las enfermedades del follaje es producida por Dothistroma spp. (tizón de las
acículas de pino). En el vivero la enfermedad aparece al final del periodo de desarrollo.
Como síntomas las lesiones aparecen en cualquier parte de la acícula; primero son de
color amarillo, luego forman anillos pardo rojizos o amarillentos, de pocos milímetros de
grosor. Cronartium spp. causa la roya del follaje; el hongo provoca la aparición de
agallas globosas en las ramas. A pesar de que ataca desde la etapa de vivero y puede
causar la muerte de los arbolitos, pero este patógeno es más frecuente y evidente en
árboles adultos que en viveros (Villa, 2000).
3.3.5. Densidad
Los conos pueden ser colectados cuando tienen una coloración café claro y los conos
viejos que son de color gris, no deben ser colectados. Los conos se encuentran
adheridos fuertemente sobre las ramas y cuando son removidos del árbol se debe tener
cuidado para evitar daños a los conos de la cosecha futura.
En el caso de la apertura de los conos por exposición al sol, el tiempo necesario para
obtener la semilla varía en función a la especie, en el caso de P. greggii se requieren
como mínimo 6 semanas (Patiño et al., 1983).
3.4.2. Germinación
Los hongos que afectan a la semilla durante los análisis de germinación son del género
Penicillium (Patiño et al., 1983).
Tratamientos pregerminativos
Se encontró que el remojo de las semillas de P. greggii en presiembra con remojo (24
horas en agua a 20 ºC) y remojo-secado (remojo en agua 24 horas a 20 ºC, seguido por
24 horas de secado a 30 ºC) no afecta la germinación en siembras realizadas sobre
papel filtro (Covarrubias, 1991).
123
El trasplante a las bolsas se realiza aproximadamente 3 semanas después de la
germinación, cuando la longitud de la raíz es mayor de 5 cm, se poda y se trasplanta.
Inmediatamente después del trasplante se aplica un riego para asegurar el
establecimiento de las plantas (Cano, 1998). Otros autores recomiendan que el
trasplante se realice cuando las plántulas alcanzan la forma de “cerillo” (García, 1990).
Con el fin de dar los mejores cuidados a las plántulas, se realizan riegos con Captán®
previniendo el ataque de “damping off”, se da un riego con este fungicida a saturación
antes del trasplante y posteriormente cada tres.
124
El sustrato debe ser de una textura liviana para facilitar el drenaje y la aireación, por lo
que se recomienda utilizar la mezcla de tierra de monte (con presencia de hongos
micorrícicos) con arena de río, en proporciones de 2:1 o de 1:1, la cual puede variar
dependiendo del contenido de arena presente en la tierra de monte. El sustrato se debe
cernir para evitar la presencia de larvas de gallina ciega y piedras (Ruiz et al., 1995).
Por su parte, Cano, (1998) utilizó una mezcla de sustrato compuesto en 90% de tierra
de monte (de buena textura) y 10% de corteza de pino molida.
En un estudio del efecto de dos sustratos (tierra de monte + tierra de hoja y 100% tierra
de monte), se concluyó que los sustratos tienen un efecto muy significativo, dado que
en el sustrato de la tierra de monte + la tierra de hoja se registraron los siguientes
valores promedio: en la relación parte aérea/radical de 2.4386, en diámetro 0.35 cm, en
altura 18.53 cm, 5.20 en raíces primarias, 0.22 en raíces secundarias, un volumen
radical de 3.3981 cm3 y volumen aéreo de 12.0624 cm3 que son superiores al sustrato
de 100% de tierra de monte (1.979, 0.20 cm, 10.14 cm, 3.52, 0.13, 1.4429 cm3 y 5.1871
cm3, respectivamente). En la variable biomasa total, los sustratos no presentan un
efecto significativo, aunque el sustrato de la tierra de monte + tierra de hoja, fue el mejor
con 0.7982 cm3 de volumen en promedio en comparación al tratamiento testigo que fue
de 0.7693 cm3 (Quiñones, 1995).
125
Cuadro 40. Efecto de la fertilización con varios productos sobre las características de
las plantas de Pinus greggii, a los 6 meses de edad en vivero.
Características de las plantas
Tratamiento ID IH NRP NRS BT VR VA RPSA/R
(cm) (cm) (No.) (No.) (cm³) (cm³) (cm³)
Testigo 0.2751 14.2024 4.964 0.1429 0.8504 2.153 7.5082 2.1340
Donde:
ID= Crecimiento del diámetro; IH= Crecimiento en altura= NRP: Número de ramas
primarias; NRS= Número de ramas secundarias; BT= Biomasa total; VR= Volumen
radical; VA= volumen aéreo y RPSA/R= Relación peso seco aéreo/radical.
En cuanto a riegos, se recomienda dar inicialmente los riegos en forma frecuente pero
ligeros, posteriormente los riegos deben ser más esporádicos (usualmente cada tercer
día) y más pesados (Ruiz et al., 1995).
126
En el caso de las platabandas, bajo los envases es recomendable colocar un acolchado
plástico, con el fin de reducir la presencia de maleza en el terreno. Posteriormente, se
coloca una malla media sombra a 30 cm de altura sobre las plántulas y se mantiene por
cuatro semanas (Cano, 1998).
Para la determinación de los efectos del estrés hídrico sobre algunas características de
crecimiento de plantas de P. greggii, se emplearon 15 poblaciones de las dos regiones
geográficas del área de distribución natural. Los resultados muestran que la sequía tuvo
un efecto significativo en todas las características de crecimiento evaluadas, aunque el
número de raíces y el peso seco de la raíz fueron las variables más afectadas.
Asimismo, se encontraron diferencias claras entre las poblaciones de la región norte y
las de la región sur en la respuesta a la sequía, especialmente en el crecimiento en
altura, el número de raíces y la materia seca de la raíz. Las poblaciones con mayor
potencial de crecimiento en altura fueron las más afectadas por el estrés hídrico. Por lo
tanto, las poblaciones de la región norte, que tienen menor porte, fueron más tolerantes
a la sequía. En términos generales, las poblaciones de lugares más secos, mayor
latitud y mayor altitud sobre el nivel del mar presentaron plantas más tolerantes a la
sequía (Hernández y Vargas, 2001).
Con el fin de analizar bajo condiciones de invernadero los efectos de tres nutrimentos
principales, nitrógeno (N), fósforo (P) y potasio (K) sobre el desarrollo de P. greggii, se
realizó un trabajo donde los resultados indicaron que los nutrimentos por sí solos, son
menos importantes que las interacciones entre ellos y que esta relación nutrimental
dinámica afecta de manera significativa la morfología de las plantas, especialmente, en
lo que se refiere a la acumulación y distribución de biomasa. El valor obtenido para los
índices de calidad (índice de calidad de Dickson y el índice de esbeltez) fue bajo,
128
debido a la presencia de un gran crecimiento aéreo con respecto al radical, originado
por concentraciones excesivas de uno u otro nutrimento (Román et al., 2001).
La longitud de estacas fue de 12 cm, con corte recto y el sustrato utilizado fue agrolita
pura. El tiempo de aplicación de los enraizadores en talco fue de contacto después del
corte de las estacas; en la solución concentrada se sumergieron durante cinco
segundos y en la solución diluida se sumergieron durante dos horas. Las condiciones
en que se mantuvieron tanto los injertos como las estacas, fueron las de un invernadero
con riego mediante microaspersión, activada con un termostato cuando la temperatura
alcanza los 25 ºC. Para la propagación de estacas se observaron problemas de
plagiotropía en el material desarrollado, aunque las deformaciones no fueron muy
pronunciadas. Los mejores resultados para el tratamiento con el producto Raizone Plus
se obtuvieron durante el mes de marzo (Becerra y Plancarte, 1993 citados por Musálem
y Martínez, 2003).
129
El injerto es otra técnica empleada en la propagación de especies forestales,
principalmente en mejoramiento genético; en un trabajo se utilizaron patrones de dos
años de edad de P. greggii provenientes de cuatro poblaciones naturales y las púas de
la misma especie, se obtuvieron de la parte superior de los árboles de una plantación
de aproximadamente 15 años de edad. Se emplearon los injertos en fisura terminal y
enchapado lateral.
El injertado se realizó al finalizar el mes de agosto y las púas colectadas, con uno y dos
días de anticipación, se mantuvieron en refrigeración. Los patrones se reprodujeron
bajo condiciones de invernadero en pequeños tubos de plástico (160 cm3) y fueron
reembolsados al año de edad a envase de aproximadamente 18 cm de diámetro x 20
cm de altura.
Como resultados se menciona que los tipos de injerto presentaron una supervivencia
del 100% para las cuatro procedencias de los patrones, excepto de un patrón que no se
logró por razones desconocidas, por lo que parece responder de manera bastante
favorable a la propagación vegetativa, además, no se presentaron problemas de
plagiotropía en el desarrollo de las púas. De la evaluación de la longitud de púas
realizada a los siete meses del injertado, el análisis de varianza no detectó diferencias
entre tipos de injerto y para procedencias las diferencias fueron significativas sólo al 0.1
de probabilidad. La longitud media de las púas injertadas fue de 30.9 cm a esta edad,
aun cuando su longitud inicial fue de aproximadamente 12 cm (Becerra y Plancarte
1993 citados por Musálem y Martínez, 2003).
130
Micorrización
Se llevó a cabo un estudio para conocer el grado de asociación micorrícica formada por
Pisolithus tinctorius en tres especies de pino, en las que se incluyó a P. greggii; se
realizó estudios histológicos y determinó la cantidad mínima apropiada del inoculante
Pisolithus tinctorius para obtener un porcentaje requerido de ectomicorriza (mayor de
60%) en las plántulas. Para la variable de altura se obtuvo un 22.1 cm cuando se le
aplicó 100 cm3 de inóculo, con 10 cm3 se logró una altura de 15.01 cm y con el testigo
14.53 cm y para el peso seco de la parte aérea fueron 2.04, 0.85 y 0.62 g,
respectivamente; los tratamientos de 20 y 30 cm3 de inóculo tuvieron 0.70 y 0.54 g,
respectivamente, en peso seco de la parte aérea.
En peso seco de la raíz se obtuvo con el tratamiento de 100 cm3 de inóculo se registró
0.861 g; para el tratamiento de 10 cm3 fue de 0.42 g, con el de 20 cm3 se logró 0.39 g,
el de 30 cm3 fue de 0.26 g y el testigo registró 0.26 g.
Para la variable longitud radical, el tratamiento que mejor resulto fue el de 20 cm3 de
inóculo con 27.17 cm, seguido de 100 cm3 con 25.78 cm, el de 30 cm3 siguió con 25.78
cm, el testigo obtuvo 23.92 cm y finalmente con el tratamiento de 10 cm3 se obtuvo la
menor longitud de raíz con 22.65 cm.
Para el volumen de la raíz, el mejor tratamiento fue el de 100 cm3 de inóculo con 3.20
mm3, seguido por de 20 cm3 que obtuvo 2.38 mm3, posteriormente el de 10 cm3 con
1.81 mm3, el tratamiento de 30 cm3 tuvo 1.3714 mm3 y por último el testigo fue el que
registró menor volumen de raíz con 1.08 mm3.
131
3.5. ESTABLECIMIENTO Y MANEJO DE PLANTACIONES
La preparación adecuada del terreno es uno de los aspectos más importantes para el
establecimiento, la supervivencia y el desarrollo de la plantación sobre todo en suelos
pobres, degradados y delgados en ladera. La preparación es una de las operaciones
más costosas, por lo que debe contemplar solo lo necesario (Ruiz et al., 1995).
132
Para obtener porcentajes de supervivencia mayores del 80%, se recomienda que los
árboles de P. greggii se planten a la edad de 12 a 14 meses, es decir, cuando las
plantas alcancen una altura de 30 a 40 cm.
Se sugiere realizar un deshierbe del cajete con machete o azadón a principios del año
tres del ciclo de producción, el cual consiste en la eliminación de todas las plantas
indeseables que compiten principalmente por agua y nutrimentos con la especie de
interés (Ruiz et al., 1995).
En el primer año se sugiere aplicar de uno a dos micromódulos verdes por árbol,
colocándolos a 10 cm de profundidad a ambos lados del cepellón. A principios del
segundo año, se aplica un hemimódulo verde por árbol, colocándose a dos centímetros
de profundidad cercano a la pared de la cepa y a principios del año tres, es
recomendable la aplicación de un módulo verde por cada dos cm de diámetro del tronco
del árbol, depositándose en el círculo de goteo a 10 cm de profundidad (Ruiz et al.,
1985).
En una plantación con fines de restauración y protección del suelo, con cinco especies
forestales en las cuales se incluyó a P. greggii, se probó el efecto de diferentes tipos y
dosis de fertilizantes (Cuadro 42) en el crecimiento y la supervivencia (Saldívar, 1982).
Cuadro 43. Altura inicial promedio e incrementos y supervivencia al final del periodo
(Julio 1975-Abril 1979) de Pinus greggii, en respuesta a diferentes
fertilizantes en una plantación en Coatlinchán, México.
Altura
inicial Incremento medio anual en altura (cm)
Tratamiento Supervivencia
(cm)
No. (%)
Julio Nov. Marz. Sep. Feb. Abr.
1975 1975 1976 1976 1977 1979
1 63 2 6 26 28 93 65
2 61 4 7 37 42 111 80
3 61 6 12 41 37 96 30
4 58 4 3 16 16 91 10
5 60 4 8 35 50 118 65
6 63 3 9 27 37 110 45
7 58 5 - - - - 5
8 63 5 12 42 55 - 5
9 62 4 6 38 49 113 10
10 58 2 10 33 48 124 15
11 60 4 10 47 60 160 80
12 61 3 6 27 37 114 75
Fuente: Saldívar, 1982
135
En una investigación se evaluó el efecto de la poda química de raíz aplicada en vivero
sobre la distribución espacial del sistema radical de P. greggii, a tres años de haberse
establecido en campo. Los árboles podados químicamente presentaron una mayor
biomasa radical con diferencias significativas, respecto a las plantas no podadas. La
biomasa de raíces decreció con el aumento de distancia desde el tronco, con la mayor
cantidad en los primeros 25 cm de distancia del tallo. Sin embargo, con excepción del
peso de raíces gruesas (> 2 mm) en la profundidad de 0 –20 cm, los tratamientos de
poda no modificaron la distribución radical con relación a la orientación a partir del tallo,
implicando que la distribución espacial de la raíz fue relativamente uniforme entre los
tratamientos de poda (Barajas et al., 2004).
Donde:
136
Cuadro 45. Índices de crecimiento de una plantación de Pinus greggii establecida en el
Campo Experimental “Barranca de Cupatitzio” (edad 14.6 años,
procedencia: Jacala, Edo. Hgo.).
Espaciamiento (m) No. Árboles/ha Supervivencia Altura media
Inicial actual Inicial actual (%) (m)
3x3 4.20 1089 566 52 13.7
Sin embargo, los resultados del arboretum en la misma localidad, son menos
significativos por la gran competencia con las especies aledañas y el bosque natural,
alcanzando un incremento media anual en altura de 0.68 m/año y en diámetro de 0.9
cm/año e incremento en volumen de 6.4 m3/ha/año (Cuadro 46) (Muñoz y García,
2002).
137
Cuadro 47. Resultados de crecimiento de una plantación de Pinus greggii establecida
en Paracho, Michoacán (suelo andosol con tepetate aflorante, 2,200
msnm, edad 5.5 años).
Espaciamiento (m) No. Árboles/ha Supervivencia Altura media
Inicial Actual Inicial Actual (%) (m)
2x2 3.16 2500 1000 40 3.04
2.25 x 2.25 2.77 1936 1300 67 2.85
3x3 4.36 1600 525 33 2.64
IMAA (m) IMAD (m) DAP (cm)
0.55 0.8 4.4
0.52 0.7 4.1
0.48 0.6 3.5
Fuente: García, 1996 a
138
Cuadro 48. Resultados de crecimiento del huerto semillero de P. greggii establecido en
el Centro de Desarrollo Tecnológico de Morelia de FIRA.
Año Diámetro normal (cm) Altura total (m)
Máxima Mínima Media Máxima Mínima Media
1992 0.80 0.60 0.70
1993 1.57 1.08 1.28
1994 2.28 1.20 1.85
1995 3.24 2.02 3.03
1996 11.7 1.96 5.59 7.80 2.30 4.58
1997 14.1 2.30 7.70 9.94 2.59 5.75
Fuente: FIRA, 1998
Se indica que las especies que se pueden utilizar como componentes de sistemas
agroforestales en clima templado para producción de árboles de navidad son: Abies
religiosa, P. ayacahuite, P. cembroides, P. maximartinezzii y P. greggii, asociados a
componentes agropecuarios como pastos y frutales (Sáenz et al., 2001 b).
139
Para producción de semilla y madera empleando las especies P. greggii y P.
pseudostrobus en sistemas agroforestales, se recomienda realizar un barbecho previo
al establecimiento de la plantación, mismo que servirá para la siembra del cultivo
agrícola. El espaciamiento a emplear será de 4 x 2 m (4 m entre callejón y 2 m entre
plantas) que corresponde a una densidad de plantación de 1,250 árboles/ha, en
pendientes no mayores del 10%, con la finalidad que las prácticas agrícolas como
barbecho se realicen sin ningún problema, entre 2,200-2,400 msnm, en suelo andosol,
con precipitación anual de 1,200 a 1,600 mm y temperatura media de 12 a 16 °C
(Muñoz et al., 1998).
140
3.6.2. Evaluación de procedencias y progenies
Los objetivos principales de estos ensayos han sido obtener información sobre el grado
de variación genética dentro y entre poblaciones de las especies en alguna porción de
su área de distribución natural y servir de base para la selección de individuos con
mejores características genéticas para apoyar a los programas de reforestación y de
plantaciones comerciales. Al mismo tiempo, estos ensayos funcionan como
plantaciones de conservación de recursos genéticos. En algunos casos, los ensayos de
progenie (o de procedencias) ya han sido aclareados genéticamente y convertidos a
huertos semilleros sexuales, especialmente con P. greggii (Azamar et al., 2000) y P.
leiophylla (Jasso et al., 1999 citados por Musálem y Martínez, 2003).
141
Cuadro 50. Comportamiento de familias de Pinus greggii en la Mixteca Alta Oaxaqueña
de la procedencia Laguna Azteca, Hidalgo.
Supervivencia Altura Altura DAP
Familia (%) (m) (m) (cm)
Julio 1993 Julio 1989 Julio 1993 Julio 1993
1 91 ab 0.17 1.89 4.5
2 87 ab 0.20 2.19 5.0
3 75 ab 0.19 2.16 5.1
4 66 ab 0.18 2.09 4.6
5 70 ab 0.14 1.81 4.1
7 62 ab 0.14 1.35 4.0
8 83 ab 0.23 1.63 4.4
9 45 b 0.15 1.16 3.0
10 95 a 0.20 2.06 4.9
11 62 ab 0.17 1.52 3.6
12 83 ab 0.14 1.51 3.8
15 70 ab 0.15 1.37 3.2
18 62 ab 0.20 1.84 4.4
19 66 ab 0.15 1.57 3.5
20 58 ab 0.11 1.61 3.9
Promedio 71 0.17 1.72 4.1
Fuente: Castellanos y Ruiz, 1993
142
Los resultados de un ensayo de dos procedencias (Jacala y Carretera Atezcan-Molango
en el Estado de Hidalgo) de P. greggii Engelm., en el Campo Experimental Forestal
Uruapan, Michoacán, mostraron que los resultados a 14.6 años de la plantación, la
procedencia que mostró mejores crecimiento fue la de Jacala, presentó una altura
media de 12.4 m, diámetro normal de 24.4 cm, una supervivencia del 52% y un
volumen de 181.1 m3/ha, así como un IMAA de 0.94 m e IMAD de 1.7 cm (Mas et al.,
1995).
Al comparar las medias de las tres cosechas: 7 años, 6 años y 5 años, se observa que
hay diferencias en el crecimiento de las progenies, ya que conforme los árboles
maduran se incrementan a los 7 años de edad (cosecha 1982), resultaron los mejores
con una altura de 1 m, 20 mm de diámetro y con 2.7 verticilos anuales; la cosecha de
1981 (semilla producida a los 6 años) resultó intermedia y los brinzales producidos a los
5 años (cosecha 1980) resultaron los menos sobresalientes, con sólo 0.75 m de altura,
13 mm de diámetro y 1.9 verticilos. De esta manera, se puede concluir que la progenie
producida por los árboles a los 7 años de edad resultó la mejor y que conforme los
árboles padres maduran, la calidad de su progenie aumentan (López, 1986).
En una segunda etapa la misma plantación fue evaluada por López (1986), solo que
únicamente en tres progenies. La semilla con la que se estableció el experimento fue
cosechada en 1982, de donde se obtuvieron tres producciones, para dar lugar a lo que
se ha llamado, tres grupos de progenie: la producida a los cinco, seis y siete años de
edad del arbolado progenitor. Durante el período 1985-1987, se tomaron las
características más sobresalientes, que denotan cambios en la forma de la copa.
También, se determinaron las fechas de inicio y terminación del crecimiento, épocas de
floración, número de floraciones por árbol y la supervivencia (Vázquez, 1988).
A los 5.5 años se llevó a cabo una tercera evaluación dasométrica de las progenies de
7, 6 y 5 años. Los resultados más sobresalientes fueron los siguientes: las mayores
alturas medias las obtuvo la progenie de siete años con 4.16 cm, seguido de la
progenie de seis años con 3.64 m y por último la progenie de cinco años de edad con
3.40 m. Las diferencias encontradas para esta variable, se deben a que los mayores
143
incrementos en altura, son el resultado del vigor de sus progenitores. El
comportamiento del diámetro es similar al de la altura, el mejor valor lo presenta la
progenie de siete años y es de 9.25 cm; seguida por la de seis años con 7.37 cm y
finalmente la de cinco años cuyo valor es de 6.72 cm. Se observó que la supervivencia
fue a la baja, comportándose las tres progenies de manera similar (Rodríguez, 1990).
Se reporta de que una muestra procedente de Los Lirios, Arteaga, Coahuila, colectada
a 2,300 msnm y extraída del tronco de 30 cm de diámetro, es madera de color blanco
amarillento, sin diferencia entre albura y duramen, sin olor aparente, textura fina, suave
y ligera; con zona de transición entre la madera de primavera y verano abrupta, las
bandas de madera tardía son angostas y de color café pálido; los canales resiníferos
son numerosos y están distribuidos en la parte exterior del anillo de crecimiento
(Eguiluz, 1978).
Los anillos de crecimiento están perfectamente delineados por una banda oscura de
madera tardía y una banda clara de madera temprana, anchura heterogénea; la madera
temprana ocupa más de la mitad del total del anillo, la transición de madera temprana a
tardía es abrupta (Pérez y Olvera, 1981).
Los canales presentan un epitelio de pared delgada, en número promedio de 0.7 por
mm2 y diámetro variable de 126 a 192 micras, teniendo 148 como promedio (Eguiluz,
1978).
Los canales longitudinales son poco numerosos por mm2. El número promedio es de 2,
con un máximo de 3 y un mínimo de 1 (Pérez y Olvera 1981).
145
Las traqueidas son largas, presentan un diámetro variable de 20 a 52 micras, con 32
como promedio, con diámetro tangencial del lumen y grosor de la pared muy delgado
en la madera temprana y de diámetro tangencial del lumen fino y grosor de la pared
delgado en la madera tardía; sus caras radiales presentan una hilera de puntuaciones
areoladas; en los campos de cruzamiento se ven de 1 a 4 puntuaciones de tipo pinoide
fenestradas en el entrecruzamiento de los rayos (Cuadro 52) (Eguiluz, 1978; Pérez y
Olvera, 1981).
Los rayos leñosos son de tipo homogéneo, uniseriados que son los más abundantes y
fusiformes y de 2 a 3 series, con un canal resinífero transversal. La altura total varía de
45 a 335 micras, en promedio 170 y formados por 1 a 22 células, con predominación de
7. En la sección radial se observan traqueidas marginales y de pared dentada; el
número de puntuaciones promedio en el entrecruzamiento de los rayos es de 2 en la
madera temprana y de 4 en mayor número por fila horizontal (Equiluz, 1978; Pérez y
Olvera, 1981).
146
Aserrío. Los árboles de la fuente del sur tienen una excelente calidad estructural para
madera aserrada. Sin embargo, debido a la forma pobre del tronco y la alta
concentración de nudos en las tablas, se refleja en menos calidad que P. patula
(Melean, 1994 citado por Dvorak, 1996).
Características físicas.
3.7.2. Usos
147
CAPÍTULO 4
148
4.1. DESCRIPCIÓN DE LA ESPECIE
4.1.2. Taxonomía
En 1914, Shaw dió a conocer un arreglo taxonómico de los pinos colocando a P. patula
en el grupo de insignes que esta constituido por las especies del género que presentan
conos serotinos (Vela, 1980). Esta especie se encuentra ahora colocada por Little y
Chritchfield, (1969) en la sección de Pinus subsección oocarpae y sustituye a la
clasificación de Shaw. La subsección oocarpae se caracteriza por incluir especies con 3
hojas pero pudiendo presentar 2 y 5 hojas por fascículo, aunque en menor proporción,
presentan canales resiníferos medios y más raramente internos o septales, conos
oblicuos persistentes en el árbol, la apertura de las escamas es irregular y
consecuentemente la dispersión de la semilla también sigue ese patrón (Monroy, 1995).
Familia: Pinaceae.
Género: Pinus (Shaw 1914, Mirov 1967, Little y Chritchfield 1969).
Especie: Pinus patula Schl. & Cham.
En este caso se han suscitado controversias en relación a las poblaciones del sur de su
distribución natural, denominadas como Pinus patula var. longepedunculata Loock ex
Martínez, que se diferencia por sus conos pedunculados, mantiene una continuidad
morfológica con las poblaciones típicas, lo que sugiere que esta variedad no constituye
una entidad taxonómica discontinua y diferente (Barret, 1972 citado por Nepomuceno,
1994).
Por lo anterior, se mencionan las sinonimias de acuerdo a los autores: Pinus subpatula
Roezi Ex Gord. Pinetum, Suppl. 84 (1862). Pinus oocarpa var. ochoteranai Martínez
Anales Inst. Biol. Loock ex Martínez, Los pinos mexicanos 333 (1948). Pinus patula var.
zebrina Milano en Lilloa 17:146 (1949) ahora conocido como P. patula cv. zebrina.
149
Otros autores mencionan a Pinus tecunumanii/ (Schw.) Eguiluz et Perry y como
sinónimos a Pinus patula Shiede & Deppe, Pinus oocarpa var. tecunumanii bajamensis
(Schwerdtfger).
4.1.4. Forma
4.1.5. Corteza
4.1.6. Hojas
Las hojas están dispuestas en grupos de tres, a veces cuatro, rara vez cinco en algunos
fascículos; miden alrededor de 14 a 21 cm, pero la cifra varía entre 15 y 30; son
delgadas de 0,5 a 0,8 mm de grueso, flexibles colgantes o algo extendidas, se notan
verticalmente caídas, de color verde claro brillante, a veces amarillo verdosas (Figura
38); los bordes son finamente aserrados y los dientecillos muy finos; los canales
resiníferos de 1-4 predominantemente 3. Las vainas son persistentes, fuertes, algo
cenicientas de 12 a 23 mm (Figura 18); con estomas en las tres caras y canales
resiníferos de 2 a 3, usualmente medios (Martínez, 1948).
150
4.1.7. Conillos
Los estróbilos masculinos estaminados, al final de las ramillas, inician sus actividades
reproductoras en enero, lo cual se aprecia fácilmente por su color verde amarillento,
desde la parte baja de la copa de los árboles y a medida que maduran se vuelven
amarillentos. Este color cambia a café oscuro, a fines de marzo e inicio de abril por
acción del viento, humedad, niebla e insectos.
Los estróbilos femeninos pequeños color café claro verdoso, de forma conoidal, ápice
puntiagudo, base redondeada, con pedúnculos largos y delgados, escasos y dispersos
en el árbol, se encuentra en la parte terminal de las ramas jóvenes, ubicadas en la parte
media y alta de la copa del árbol, presenta una coloración amarillenta a café; en cada
yema terminal se observan de seis a ocho flores.
Los conillos son pedunculados, laterales, algo atenuados en ambas extremidades, con
las escamas extendidas y provistas de una punta fina y caediza (Martínez, 1948;
Nepomuceno, 1994; Monroy, 1999 b).
4.1.8. Conos
Los conos son serotinos, largamente cónicos de 7-9 cm, a veces 12; duros, sésiles,
reflejados algo encorvados, oblicuos y puntiagudos, generalmente agrupados en
número de 3-8; frecuentemente se ven en el tronco y en las ramas gruesas y en este
caso suelen ser solitarios, embutidos en la corteza. El color es amarillo ocre, rojizo y
café o café-amarillento en estado de madurez, lustroso; son tenazmente persistentes y
se abren parcialmente en diferentes épocas (Figura 18). Las escamas son duras, casi
uniformes, con el ápice redondeado; umbo deprimido o algo engrosado en las escamas
basales, con una punta oscura, muy pequeña, extendida; miden cerca de 30 mm de
largo por 12-14 de ancho (Martínez, 1948; Nepomuceno, 1994; Monroy, 1999 b).
4.1.9. Semilla
151
Figura 18. A) Árbol y ramas, B) Ramillas y hojas, C) Corteza y D) Conos de Pinus patula.
El P. patula tiene su distribución natural en el Sur y Centro de México de los 17º a 24º
de latitud Norte; aunque también se menciona que se ubica de 13º a 24º de latitud
Norte y de los 85º a 100º de longitud Oeste. Se indica que toda la distribución se
encuentra comprendida en un rectángulo formado por las siguientes coordenadas
geográficas: desde un poco al norte de los 18º hasta aproximadamente 23º 20' de
latitud norte y entre los 97º y 99º 45' de longitud oeste (Vela, 1980; Webb, 1980; Vela,
1981; Perry, 1992 y Gillespie, 1992).
152
Se distribuye naturalmente sobre las formaciones montañosas de la Sierra Madre
Oriental, Eje Neovolcánico y la Sierra Madre de Oaxaca. Los estados de la República
en que se le reporta son Querétaro, Estado de México, Distrito Federal, Hidalgo,
Puebla, Tlaxcala, Veracruz y Oaxaca, se le cita además en Tamaulipas y San Luis
Potosí, Nuevo León. En los estados de Hidalgo, Puebla y Veracruz, se encuentran las
poblaciones más grandes y con los mejores desarrollos (Martínez, 1948; Patiño y
Kageyama, 1991; Anónimo, 1999). En el Pico de Orizaba y en el Cofre de Perote, el
bosque en esta área geográfica solo se conserva en manchones o en sitios poco
accesibles, pero en la región de Huayacocotla, en el Estado de Veracruz, se encuentran
bosques puros y densos (Trinidad y Monroy, 1992 citados por Nepomuceno, 1994).
4.2.2. Clima
En cuanto a precipitación anual se mencionan varios rangos que son: 500 a 2,000 mm,
de 600 a 2,500 con una media de 1,200; de 1,000 a 1,500 y 1,200 a 2,500 con una
media de 1,600 mm (Eguiluz, 1978; Eguiluz, 1982; Arteaga, 1985; Anónimo, 1999;
Webb, 1980 y Gillespie, 1992).
153
La humedad es un factor es muy importante, ya que el pino requiere de sitios con
humedad relativa aproximada de un 80%, donde usualmente se forma una neblina
densa. Las precipitaciones deben alcanzar un mínimo de 1,000 mm anuales, con un
régimen de verano, aunque puede crecer bien con precipitaciones en todo el año, sin
una estación seca bien marcada. La humedad proporcionada por la niebla es un factor
que ocurre en varios sitios tanto de su área de distribución natural, como en la de
introducción (Nepomuceno, 1994).
Los límites altitudinales del P. patula pueden marcarse entre 1,500 y 3,000 m, pero en
forma natural, los bosques en que domina la especie se encuentran entre 1,800 y 3,000
msnm. La altitud media óptima está entre 1,800 y 2,400 m, específicamente a 2,150 m
se desarrollan los mejores rodales (Vela, 1981; Eguiluz, 1978; Eguiluz, 1982; Anónimo,
1999).
4.2.4. Suelos
El P. patula habita en gran variedad de suelos, desde rojos arcillosos hasta suelos
profundos de origen volcánico, ligeramente ácidos (pH de 4,5 a 5,5). Los mejores
rodales han sido encontrados en suelos fértiles y bien drenados; aunque algunos
fenotipos de calidad crecen en suelos arcillosos o pobres en materia orgánica. También
se menciona que crece bien en suelos con profundidad moderada a muy profunda y
con buen drenaje, textura de arenosa a arcillosa, de textura franca a migajosa en el
horizonte A, arcillosas a mayor profundidad, no pedregosos a escasa pedregosidad,
con buen drenaje, color café con variantes hasta amarillo y rojo, sobre todo en los
horizontes profundos, pH: de 3.8 a 6.6, los valores más ácidos se encuentran en los
horizontes superficiales, materia orgánica en el horizonte A hasta 78%, en el horizonte
B y C alrededor del 1%. Es muy tolerante y puede crecer en una amplia variedad de
suelos, siempre y cuando tengan un buen drenaje. Esos pueden ser de
moderadamente profundos, de textura franca, migajón e inclusive hasta arcillosos. En
suelos fértiles los árboles se desarrollan muy rápidamente, con un crecimiento en altura
de un metro o más por año. Se le ha plantado en amplia gama de suelos y crece en
forma adecuada en suelos infértiles (Vela, 1980; Vela, 1981; Patiño y Kageyama, 1991;
Nepamuceno, 1994; Anónimo, 1999).
154
4.2.5. Vegetación asociada
En el Cofre de Perote, Veracruz, los bosques de pino presentan un estrato arbóreo muy
característico, encontrándosele varias especies cohabitando en una misma área o bien
en manchones monoespecíficos de P. patula, P. montezumae, P. pseudostrobus var.
apulcensis, P. pseudostrobus var. coatepecensis, P. teocote y P. hartwegii. En las
partes húmedas hacia el noreste se presenta P. patula, P. teocote y P. ayacahuite
(Ortega, 1981; Monroy, 1995).
4.3. SILVICULTURA
155
Para obtener curvas de Indice de Sitio (IS) para P. patula, en la región de Huayacocotla,
Ver., se realizaron 72 análisis troncales, distribuidos en rodales coetáneos ubicados en
diferentes condiciones de crecimiento. Los datos de edad-altura se ajustaron al modelo
de Schumacher para la derivación de curvas anamórficas de índice de sitio. La
tendencia de las curvas representa los valores promedio de 18, 22, 26, 30, 34 y 38 m, a
una edad base de 40 años en rodales coetáneos dentro del área de estudio.
En otro trabajo se tuvo como objetivo principal comparar cuatro modelos de regresión
para la relación diámetro tocón-diámetro normal en una plantación de P. patula. El
estudio se realizó en una plantación uniespecífica a una edad de 36.5 años y la altura
promedio es de 30 m. El modelo matemático que mejor representa la relación diámetro
del tocón a 30 cm de altura-diámetro normal es el Y = - 0.1293 + 1.036 log X
(Rodríguez et al., 1984).
Con la finalidad de analizar qué tanto se pueden mover, en altitud y latitud, cinco
familias de P. patula con base en la variación de la densidad relativa y la longitud de
traqueidas de su madera, se realizó un estudio con árboles que provenían de dos
ensayos de progenie de segunda generación de selección con seis años de edad
establecidos en el Estado de Veracruz. Los resultados indican que la densidad relativa
de la madera no difiere significativamente en los factores estudiados: sitios, familias y
familias en sitios, no así en la longitud de traqueidas, que mostró mucha variación en
todos. En cuanto al efecto del sitio sobre la longitud de traqueidas, sólo en cuatro de las
cinco familias estudiadas se observó una modificación en la diferencia de medias (de
147 a 316 micras), por lo tanto, el efecto del sitio se puede presentar en un 80% de los
casos. De éstos, los que presentan más marcadamente el efecto del sitio, se pueden
proponer como progenitores en los áreas donde su producción sea más alta (Ortega,
1999).
P. patula inicia la producción de flores entre los 10 y 15 años de edad (Patiño et al.,
1983) y según la edad del árbol, la producción de semilla se clasifica en producción
temprana (5 a 10 años), media (10 a 25 años) y tardía (25 a 40 años). El periodo de
desarrollo entre el inicio de la floración y la madurez de la semilla, varía de dos a cuatro
años (Monroy, 1999 b).
La dispersión de las semillas de esta especie se realiza parcialmente en los meses más
secos del año, principalmente de marzo a abril. Como otras especies serotinas, el cono
se puede recolectar prácticamente todo el año. No se tienen diferencias marcadas en
las cantidades de semillas que se producen cada año (Monroy y Trinidad, 1992 citados
por Camacho y González, 1994; Camacho y González, 1994).
Los conos del P. patula se abren gradualmente, lo que en términos botánicos se conoce
como conos serotinos ésta característica está relacionada con la longevidad de las
semillas en los árboles que no disminuyen más de 40% su germinación cuando
permanecen hasta por siete años sin abrir. Las semillas que se retienen en el árbol
madre por periodos largos, pueden conservar su viabilidad por 20 años o más. Un
metro cúbico de conos rinde aproximadamente 13,224 conos y un kilogramo de
semillas contiene en promedio de 132,868 semillas de las que en promedio germinan
alrededor del 85% (Patiño et al., 1983; Patiño y Kageyama, 1991; PRODEFO, 2000).
En México se obtienen cosechas de conos muy variables que van de 3-100 kg/árbol y
130,000 semillas/kg. También se reporta que el número de semillas por kilogramo está
entre 85,251 y 180,868, con un promedio de 133,059. En cosechas procedentes de la
Sierra de Hidalgo se obtienen 112,000 semillas/kg (Vela, 1980; Patiño et al., 1983;
Patiño y Kageyama, 1991; Camacho y González, 1994; PRODEFO, 2000; Anónimo,
1999).
Otro estudio indica que no se tienen diferencias marcadas en las cantidades de semilla
que se producen anualmente. Se estima que para obtener aproximadamente 1 kg de
semilla limpia es necesario colectar 100 kg de conos (Camacho y González, 1994).
158
4.3.4. Tolerancia a factores ambientales
Dentro del área de distribución natural del P. patula son frecuentes los incendios
forestales que afectan directamente la sucesión ecológica del bosque. El fuego débil
elimina la capa de hojas y ramas muertas que cubren el suelo forestal y la temperatura
desprende la semilla sobre el suelo desnudo, generando una germinación óptima al
caer en condiciones propicias pero los incendios fuertes destruyen todo el arbolado y
generalmente aparecen masas puras de P. patula por la falta de competencia con otras
especies herbáceas desaparecidas con el fuego (Vela, 1976).
Los árboles tienen una corteza delgada y por lo tanto son muy susceptibles al daño por
el fuego. Es susceptible al daño por el viento, lo que resulta en la quiebra de la parte
superior del árbol o de ramas en vez del desarraigo. Es también susceptible al daño por
sequías cuando se planta en sitios sujetos a temporadas secas prolongadas (> 3
meses) en suelos poco profundos o suelos que no retienen la humedad. Siendo un pino
tropical, el pino pátula tiene una resistencia a las heladas hasta cierto punto, siendo
capaz de resistir heladas y nevadas breves, siempre que el árbol se encuentre en un
estado inactivo (Wormald, 1975).
4.3.5. Plagas
Los conos y semillas también son atacados por Conophtorus conicolens y Apolychosis
synchysis (Anónimo, 1999). El escarabajo Conophthorus mexicanus, en la fase adulta,
ataca el pedúnculo o por la base del cono (Cibrián et al., 1986). En las masas naturales,
los insectos del género Megastigmus infestan los conos (Vela, 1976).
159
D. mexicanus es una especie descrita por Hopkins en 1909. Debido a dificultades
taxonómicas derivadas de diferencias morfológicas apenas perceptibles, D. mexicanus
fue considerado por Wood en 1963 como sinónimo de D. frontalis Zimm. Posteriormente
estudios biosistemáticos realizados por Rose (1966) condujeron a una nueva revisión
por Wood (1974), determinándose nuevas especies y corroborándose la existencia de
la especie D. mexicanus Hopk. Por esta razón las identificaciones realizadas
anteriormente a 1974 se denominaron como D. frontalis (=mexicanus).
El género Ips ataca a troncos caídos y/o aserrados en el Estado de Veracruz, Ips
mexicanus ataca a P. patula excavando entre la corteza y la madera. En Xalapa,
Veracruz se detectó Pityophthorus ciliatus atacando a P. patula. También se reporta
que cuando el árbol sufre heridas, puede ser atacado por Diplodia pini que llega a
causar cánceres y necrosis (Webb, 1980; Monroy, 1995).
Pissodes zitacuarense (picudo del pino). Se reporta como sus hospederos a P. patula,
P. pseudostrobus, P. montezumae, P. michoacana y P. leiophylla. Para el control
químico se utilizan insecticidas de contacto del tipo de carbaril en una dilución que
contenga el 2% de ingrediente activo, a la dilución se le puede agregar aceite ligero, se
utiliza un L/100 L de agua. La aplicación se realiza al tiempo de emergencia de los
adultos, lo cual ocurre en la primavera (Vázquez, s/f b).
160
100 L de agua, ambas recomendaciones son para ser usadas con equipo terrestre
(Vázquez, s/f b).
4.3.6. Enfermedades
Entre las enfermedades más serias se encuentran Diplodea pinea, que se comporta
como un patógeno de las heridas y causa la muerte regresiva y el marchitamiento de
los terminales, y las enfermedades de las raíces Armillariella mellea y Heterobasidion
annosum. Sin embargo, por lo general, el pino pátula ha probado ser notablemente libre
del daño por insectos y enfermedades a través de las áreas alrededor del mundo en
donde ha sido plantado (Wormald, 1975).
161
En un catálogo del Instituto Nacional de Investigaciones Forestales se menciona a los
hongos que tienen como hospedero a Pinus patula, los cuales son: Alternaria alternata,
Alternaria tenuis, Asperguillus umbrosus, Cladosporium spp., Cylindrocarpon spp.,
Fusarium oxysporum, Fusarium roseaum, Pestalotia spp., Peyronellae spp., Phoma
spp., Rhyzoctonia dichotoma (Gómez y Contreras, 1981).
El pino patula es probablemente uno de los pinos tropicales de mayor tamaño y más
rápido crecimiento. La opción para los aclareos es dejar un área basal residual de 15 a
40 m2/ha que afectará grandemente la distribución temporal y diamétrica de los
rendimientos (Wormald, 1975 y Dvorak, 1986).
En las parcelas aclareadas presentó una mayor anchura de los anillos de crecimiento
formados en el periodo posterior a los tratamientos, de un 18% a un 26% y de un 23% a
un 25% para los predios Xopanac y Atlamajac, respectivamente, mayor con respecto a
los árboles en las parcelas sin tratamiento. La anchura total y la anchura de la madera
temprana también fueron mayores en la base de la copa con respecto a la parte baja
del fuste, aunque las diferencias se redujeron a solo un 21% y 22%, respectivamente.
Por el contrario, la anchura de la madera tardía después de los aclareos fue muy similar
en las tres alturas, por lo que la proporción de madera tardía fue mayor en la base del
árbol.
162
Al comparar la densidad de la madera en las parcelas testigo (0.475 y 0.458) con el
valor promedio de los tres niveles de aclareo (0.453 y 0.449) en los rodales de Xopanac
y Atlamajac, respectivamente, la reducción en la densidad de la madera por efecto de
los aclareos es menor del 5% en Xopanac y del 2% en Atlamajac. En los dos rodales, la
densidad de la madera aumentó sustancialmente en los seis anillos formados después
de los aclareos, con respecto a los anillos formados antes de éstos (Hernández et al.,
1996).
Sin embargo, en otro estudio del efecto de los aclareos sobre la densidad básica y
ancho de anillos de la madera de P. patula, en Zacualtipan, Hidalgo, se aprecia que los
valores absolutos de la densidad básica encontrados son mayores antes que después
del aclareo (0.45 y 0.44 g/cm) y concluye que el aclareo no presentó una influencia
significativa sobre el ancho de los anillos, por lo tanto, el tratamiento de aclareo no
presenta una influencia sobre el ancho de anillos, pero se tiene una tendencia estable
en el ancho de anillos antes del aclareo y un incremento acelerado después del aclareo
atribuyéndolo principalmente a cambios climáticos y a la humedad edáfica (Goche,
2005).
En cuanto al efecto de los aclareos, se observa que las diferencias entre los ICA’s varió
desde 0.03 hasta 0.15 cm. Se puede afirmar que los aclareos sí tuvieron una respuesta
clara y favorable en el crecimiento en diámetro del arbolado residual, ya que tuvieron
163
crecimientos estadísticamente mayores después de la aplicación del tratamiento. Es
importante resaltar que una característica común de estos rodales es su muy baja
densidad de latifoliadas. En las condiciones del área de estudio, es recomendable
aplicar medidas de control para las latifoliadas aun después de varios años de
aplicación del tratamiento con el fin de promover una máxima respuesta de las
coníferas. Estas medidas ayudarían a mejorar la eficiencia de estos tratamientos en los
bosques de coníferas de la región (Lozano et al., 2005).
Las temperaturas bajas y la escasa cantidad de luz a través del dosel arbóreo y en
ocasiones de menor humedad ambiental limitan el desarrollo del sotobosque. La
diferencia de humedad en las estaciones del año provoca en el período seco y cálido
una mayor dispersión de la semilla, facilitando así la regeneración natural que aunada
al carácter serotino del cono permite que se desprenda mayor cantidad de semilla
(Vela, 1976).
Lo más común es recolectar los conos verdes, pero haciendo pruebas de corte para
constatar la madurez fisiológica de las semillas. La mejor época para la recolección de
conos es entre los meses de diciembre a marzo, antes de que inicie la primavera y que
los conos se abran por efecto de los cambios de temperatura. Aunque como todas las
especies de cono serótino la recolección de semilla no se encuentra restringida a un
período breve, además se cree que la maduración de la semilla no es uniforme en un
mismo árbol. La obtención de conos puede realizarse escalando el árbol y haciendo el
corte manualmente, o con garrochas especiales de corte; esta actividad debe realizarse
de tal forma que las ramas y meristemos de crecimiento no se dañen, de lo contrario la
producción de frutos de la próxima temporada se verá afectada. Una vez colectados los
conos se colocan en sacos de yute para su transporte. Se etiquetan con los datos de
campo necesarios para su posterior identificación (Vela, 1980; Arriaga et al., 1994 y
Anónimo, 1999).
165
El método de colecta más empleado es el de arbolado en pie, porque se conoce la
ubicación del árbol, se aprecia su fenotipo, así como la composición y estructura del
rodal. Este método facilita la selección de conos buenos y sanos, sin maltratar o dañar
el arbolado en el momento de la colecta (Patiño et al., 1983; Monroy y Trinidad, 1992
citados por Camacho y González, 1994).
Una vez recolectados los conos, son transportados al lugar donde se extraerá la
semilla; si se almacenan antes de llevarlos al patio de secado o estufa de desecación,
se deberán guardar en instalaciones que tengan una adecuada ventilación para que
pierdan la mayor cantidad posible de humedad y evitar fungosis. En el vivero los frutos
se ponen a secar con el fin de disminuir su contenido de agua y concluir con la
maduración, lo que propiciará la apertura de los conos.
Para extraer las semillas de P. patula, se requiere dejar secar los conos al sol en un
patio, dependiendo de las condiciones ambientales, la apertura de conos puede durar
mínimo 6-8 semanas. Se ha encontrado que el secado dentro de invernadero acelera
notablemente el proceso, éste dura de una a dos semanas dependiendo de las
condiciones ambientales. También el secado de conos se puede realizar aprovechando
la radiación solar o estufas calentadas artificialmente. Un pretratamiento a los conos da
buenos resultados consiste en sumergir los conos en agua hirviendo por 30-50
segundos y posteriormente exponerlos al sol, esta práctica reduce el tiempo hasta en
30%; sumergirlos en agua caliente entre 40 y 60 °C previo al secado, con la finalidad de
favorecer su apertura o simplemente remojarlos durante un día antes del secado,
facilita su apertura, algunas veces se requiere golpearlos para una extracción completa
de las semillas.
Una vez que las escamas de los conos se abren, la extracción de las semillas puede
hacerse manualmente golpeando los conos o de manera mecanizada con una
golpeadora de conos en forma de cilindro o paralelepípedo de paredes cubiertas con
malla de alambre que al girar provoca que los conos choquen entre sí y contra las
paredes liberando las semillas.
Una vez que las semillas se han liberado el siguiente paso es el desalado; éste se
realiza manualmente en húmedo o por métodos mecánicos en seco, como el empleo de
una revolvedora de cemento con un poco de agua, desaladoras en forma de cilindro
con paredes cubiertas por cerdas suaves y alimentadas por un motor o manualmente
tallándolas entre sí con guantes de piel.
Para la separación de impurezas y semillas vanas se puede emplear con cribas o con
ayuda del viento producido naturalmente o por algún ventilador; también se pueden
emplear limpiadoras comerciales consistentes en una tolva que regula la alimentación
de las semillas, tamices vibratorios o juegos de cribas con diferentes tamaños de malla
que con movimientos oscilatorios y trepidatorios va moviendo y separando las semillas;
en este proceso salen semillas llenas y vacías o vanas.
166
La separación de semillas llenas y vacías puede realizarse colocando las semillas en un
recipiente con agua separándolas por flotación. Después de la limpieza, la semilla debe
desinfectarse sumergiéndolas por 10 minutos en una solución compuesta de dos partes
de cloro casero por tres de agua y proceder al secado colocando las charolas al sol en
capas de dos semillas de espesor moviéndolas a intervalos de tiempo cortos.
La selección de la semilla por tamaños se puede realizar por diferentes métodos como
flotación, por aire o cajas especiales con diferentes tamaños de apertura. Una vez seca
la semilla está en condiciones de ser almacenada y cuando sea posible evitar las
substancias químicas porque se puede reducir la viabilidad. Las semillas se pueden
almacenar satisfactoriamente por largos períodos y la longevidad en almacenamiento,
se incrementa conforme se disminuye la temperatura y el contenido de humedad, cuyos
valores pueden fluctuar entre 0-4 ºC y alrededor del 6 al 10%, respectivamente. Se
recomienda utilizar recipientes herméticamente cerrados como envases de plástico,
vidrio o cartón, con bolsa de plástico interior.
Las pruebas realizadas indican que semilla almacenada en latas con un porcentaje de
germinación inicial de 89%, posteriormente a los 50 meses de almacenamiento se tuvo
un 80% de germinación (Patiño et al., 1983).
Otras pruebas con la finalidad conocer los rangos de contenido de humedad para 7
especies de Pinus y 1 de Abies, almacenadas en una cámara fría (entre 0 ºC y 3 ºC)
durante 8 meses, y analizar su relación con su germinación en el laboratorio a fin de
determinar las condiciones óptimas para su almacenamiento. En P. patula el contenido
de humedad osciló entre 8.7 y 10.8%, y la germinación entre 80 y 90%; el patrón de
comportamiento para germinación de esta especie no tuvo relación en el contenido de
humedad ya que algunos valores intermedios de contenido de humedad obtuvieron el
mayor porcentaje de germinación (9.6% de contenido de humedad y 90% de
germinación) y el menor porcentaje de germinación (80%) lo obtuvo un lote de semilla
con un contenido de humedad del 9.9%.
167
4.4.2. Germinación
Existen hongos que afectan a la semilla durante los análisis de germinación como los
géneros: Mucor (Patiño et al, 1983) y en vivero P. patula es atacado por Alternaria,
Verticillium, Cylindrocarpon, Pestalotia, Fusarium, Phoma, Trichoderma, Asperigillus,
Penicillium, Sclerotium, Peyronellae y algunas bacterias (Morales, 1991).
El sustrato de los envases debe presentar una consistencia adecuada para mantener la
semilla en su sitio, el volumen no debe variar drásticamente con los cambios de
humedad, textura media para asegurar un drenaje adecuado y buena capacidad de
retención de humedad, fertilidad adecuada, libre de sales y materia orgánica no
mineralizada. El sustrato recomendable es una mezcla de tierra de monte, arena y
hojarasca en relación 2:1:2, con el fin de utilizar menos suelo de bosque. Requiere de la
presencia de micorrizas, ya sea que estén en el suelo o por inoculación de esporas o de
micelio; la micorrización se estimula utilizando agua de riego con un pH de 4, lo que
además reduce la incidencia del mal de semillero “damping-off”. Cuando el sustrato es
inerte una mezcla 55:35:10 de turba, vermiculita y perlita o agrolita, es adecuada
(Cuevas y De la Garza, 1994; Arriaga et al., 1994).
En un estudio para evaluar el efecto de seis sustratos: 100% arena de mina, 100%
suelo de monte, 50% arena de mina con 50% agrolita, 50% suelo de monte con 50%
arena de mina, 50% suelo de monte con 50% agrolita y suelo de monte, cubierta la
semilla con arena de mina en la producción P. patula, P. montezumae y P.
pseudostrobus procedentes de tres poblaciones del Estado de Veracruz. Los resultados
mostraron la existencia de diferencias estadísticas altamente significativas en los
sustratos y en las especies. Se recomienda el empleo de cualquiera de los siguientes
sustratos: suelo de monte, cubierta la semilla con arena de mina, 100% suelo de monte
y 50% suelo de monte con 50% arena de mina, para obtener resultados óptimos en la
producción y desarrollo inicial de las plántulas en almácigos (Aparicio, 1999).
En la comparación de sustratos los resultados indican que para las variables altura y
diámetro basal existen diferencias altamente significativas entre los tratamientos. A
partir de los quince días del transplante se observaron diferencias entre los tratamientos
mismas que se mantuvieron a todo lo largo del estudio.
169
El ensayo de comparación de tipos de envase, se observó que las diferencias en
crecimiento en altura en los dos tipos de envase son altamente significativas. Lo
anterior sugiere que la diferenciación en las medias de altura entre los dos tratamiento
es atribuible al tipo de envase utilizado, ya que las plántulas tenían la misma edad y se
desarrollaron bajo las mismas condiciones. Este resultado puede deberse al hecho de
que las bolsas proporcionan un mayor espacio para la raíz lo cual es una ventaja para
la plántula al acelerar el crecimiento en altura durante el periodo de estudio en vivero.
En relación al Índice calidad de planta de Dickson para los dos tratamientos, se observa
un mayor valor del índice en el tratamiento 2 (bolsa) indicando claramente una mejor
calidad de plántula en las bolsas respecto al tratamiento 1 (contenedor). Este resultado
también difiere del reportado por Cano (1998) quien encontró un mayor índice de
calidad de Dickson en contenedores que en bolsa, sin embargo, el mismo autor también
atribuye esa respuesta al manejo más intensivo de las plantas en el sistema de
contenedores.
Por lo anterior, se concluye que la combinación de sustratos que contienen peat moss,
corteza y tierra de monte fue donde se presentaron valores mas altos de crecimiento en
altura y diámetro, por lo que se pueden utilizar favorablemente como medios de
crecimiento en la producción del P. patula en contenedores, aunque el tratamiento de
bolsa favoreció una mejor respuesta en el crecimiento en altura de la especie,
presentándose una tendencia similar en el índice de calidad de Dickson que fue
claramente mayor en la bolsa con respeto al contenedor (Bautista, 2005).
Pruebas de aserrín crudo como sustrato sugieren que puede ser utilizado en
porcentajes de 60 a 80% en mezclas de sustrato para la producción de planta forestal
de P. patula en contenedor (Mateo et al., 2005).
170
Las pruebas para observar el efecto del tipo de envase en la calidad de planta de P.
patula var. patula, indican que la mayor altura la alcanzaron las plantas del envase de
165 ml en todos los meses evaluados y la menor talla fue para las plantas del envase
de 125 ml. El mayor valor para el índice de Dickson fue para la planta que se produjo en
el envase de 165, por lo que es la de mejor calidad con base en este criterio. La mejor
calidad de planta es la que presenta el menor índice de relación tallo-raíz, por lo que las
plantas de mayor calidad se producen en los envases de 165 y 125 ml (Peralta et al.,
2005).
Si las plantas han permanecido sin podar más de cuatro meses en las platabandas, se
recomienda realizar la poda 15 días antes de efectuar la plantación definitiva.
Se puede cubrir la cama semillera o el envase para evitar pérdidas por pájaros,
roedores, viento y riego. Esta cubierta puede ser de hojarasca, acículas de pino, pasto,
paja y hasta plástico para el caso de los sitios donde se presentan heladas. Es
recomendable cubrir la semilla con tezontle molido, tanto porque posee propiedades
físicas favorables (buena retención de humedad y porosidad), como porque no es un
material pesado lo que permite fácil emergencia de la semilla y no es tan ligero para
que pueda ser dispersado por el agua durante el riego; además este material no
requiere ser removido posteriormente, y se puede adquirir fácilmente. Para esta práctica
se recomienda colocar la semilla hacia el centro del envase, a no más de 6 mm de
profundidad (Wormald, 1975; Mexal, 1992 y Cuevas y De la Garza, 1994).
El empleo del sistema denominado "a raíz desnuda" ofrece mejores resultados que al
producirlos en envase, sin embargo, la decisión final del sistema a emplear para la
propagación de P. patula depende de las características del terreno en el que se
establecerá la plantación, terrenos pobres sugieren el uso de plántulas en envase y
terrenos con una capa de suelo de al menos 20 cm son mejores para las de "raíz
desnuda" y aprovechar el menor costo de producción. En este caso se pueden emplear
densidades de población de 160-200 plantas/m2 (Sánchez et al., 1987 citados por
García, 2002).
Cuando es producida en suelo de bosque con textura migajón arenosa, presentó buena
respuesta al aplicarse fertilizante sólido en forma de pastillas (picomódulo de liberación
prolongada de fórmula 30-15-10) en cantidades de uno por envase. Para el caso de los
fertilizantes sólidos, se ha reportado un nivel óptimo de 0.24 g de nitrógeno (en forma
de sulfato de amonio), 0.48 g de fósforo (superfosfato doble) y 0.28 g de potasio (sulfato
de potasio) por envase, obteniéndose mejores resultados en las siembras tempranas
que en las tardías (Donald, 1972 citado por Cuevas y De la Garza, 1994).
172
Las especies de hongos micorrícicos que se han asociado en plantaciones de P. patula
son Clytocibe gibba, Suillus granulatus y Telephora terrestris, sin embargo, no se deben
descartar a otras especies que se desarrollan en la Sierra Purhépecha (García, 2002).
Los principales problemas se tienen con los hongos de los géneros Fusarium,
Phytophthora, Pythium, Rhizoctonia, que causan el mal del semillero “damping off”
(Anónimo, 1999).
Si las plantas han permanecido sin podar más de cuatro meses en las plantabandas o
camas de crecimiento, se recomienda realizar la poda 15 días antes de efectuar la
plantación (Landis, 1990).
El deshierbe continuo de los pasillos y al interior de los envases que contienen las
plantas evitará problemas de competencia por luz, agua y nutrientes; además
favorecerá condiciones de sanidad. Es importante tener cuidado con el número de
plántulas o estacas que se encuentran en los envases, lo más recomendable es
mantener solamente una planta o estaca por envase, la más vigorosa, eliminando las
restantes. Habrá que evaluar el uso de herbicidas en virtud de que no siempre son
efectivos y pueden ser tóxicos para las plantas, por ora parte, se debe considerar que
los resultados esperados por el uso de cualquier herbicida, varía de una especie a otra,
además los que existen en el mercado son fundamentalmente para uso agrícola
(Cuevas y De la Garza, 1994; Arriaga et al., 1994).
173
Las plántulas pueden ser conservadas con todo y su envase en bolsas de plástico
individual, colocadas en cajas enceradas para evitar pérdidas de humedad en un cuarto
frío de 1 a 4 ºC durante 2 a 3 semanas, con supervivencia de 96% en la plantación
(Cuevas, 1989 citado por Cuevas y De la Garza, 1994).
Para la propagación vegetativa se recomienda que las ramillas que sirven como púas,
se colecten del tercio superior del tronco y de ramas laterales donde se desarrollan
flores femeninas. Esta colecta se realiza durante la época de latencia. Se ha obtenido la
regeneración de plántulas completas a partir del cultivo de embriones, utilizando los
cotiledones y el meristemo apical de plántulas recién germinadas (Carrera, 1977 y 1980
citados por Cuevas y De la Garza, 1994).
El transporte de la planta, del vivero al lugar de la plantación, debe ser muy cuidadoso
para evitar que sufra deshidratación o que el manipuleo le ocasione daños físicos. El
medio de transporte que se debe utilizar son vehículos cerrados y trasladar las plantas
debidamente cubiertas, para protegerlas del viento e insolación, y con ello evitar su
deshidratación. Para optimizar la capacidad de los vehículos y disminuir los costos de
transporte, es conveniente construir estructuras sobre la plataforma de carga con la
finalidad de acomodar dos o más pisos. Para transportar plantas a raíz desnuda, los
atados se estiban en cajas. Se debe cuidar que el número de plantas transportadas sea
el mismo que se sembrará en la jornada del día (SIRE, 2005 b).
Con la finalidad de evitar que la planta sufra el menor estrés posible, idealmente el
tiempo de transporte no debe exceder a 3 horas. (Arriaga et al., 1994 citado por SIRE,
2005 b). Se recomienda que la planta no sea trasladada a más de 50 o 60 km para
evitar altos costos por flete.
174
La eliminación de malezas en franjas alternas puede realizarse con implementos
conocidos como desbrozadoras o con herramienta manual cuidando de no afectar a la
plantación o con herbicidas como el Esterón®, la operación puede ejecutarse en
franjas, círculos individuales por arbolito o en toda la superficie; con esta labor la
supervivencia se aumenta hasta en 95% o más.
Para establecer la plantación se debe considerar tanto la época más propicia, como el
tamaño más adecuado de los arbolitos. La plantación se debe realizar cuando las
condiciones de humedad sean las más altas durante la época de lluvias, por lo que se
recomienda para la región central del país, los meses de junio a agosto, aunque en
algunas regiones como en Huayacocotla, Ver., es posible plantar en el mes de febrero
para aprovechar la humedad existente en el suelo. La edad de la planta más apropiada
es cuando tiene alrededor de 12 meses en el envase. Se espera que a esa edad tenga
alrededor de 15 cm de altura.
El tamaño de las cepas dependerá de las dimensiones del envase que se haya utilizado
para la producción de las plantas. Esto implica que las cepas deberán realizarse con 3
a 5 unidades de volumen adicional al tamaño del cepellón de la planta; no obstante,
dependiendo de las condiciones del terreno las dimensiones y tipo de cepas podrán
variar, esto en función de las estrategias de conservación de suelo que se deseen
emplear, de las características del suelo y de las condiciones climáticas.
175
prima, producto de los aclareos que se hagan (Villarreal, 1994; Monroy, 1998; Arriaga et
al., 1994; García, 2002 y SIRE, 2005 b).
Para proteger la plantación contra factores de disturbio como el pisoteo y ramoneo del
ganado, se recomienda colocar una cerca en el perímetro de la superficie. Las plántulas
y árboles jóvenes de esta especie presentan una corteza delgada lo que les hace
susceptibles al daño por incendios forestales, por lo que se deben establecer brechas
permanentes corta fuego de 3 a 5 m de ancho en el perímetro de la plantación.
En una plantación donde el producto final será la madera aserrada, la poda de ramas
laterales debe ser una operación importante. Las podas deben efectuarse durante los
primeros años, cortando aproximadamente el 40% del follaje para obtener plantas de
buena conformación y calidad. Se recomienda podar de los 5 a 7 años a una altura de
2.5 m, de preferencia en todos los árboles de la plantación lo que reduce la probabilidad
de pudrición, facilita el acceso a la misma y disminuye posibles daños a los árboles por
la ocurrencia de incendios superficiales.
176
Debido al rápido crecimiento del pino patula, las plántulas plantadas con un
espaciamiento de 2.4 m pueden a menudo ocupar un sitio en su totalidad después de 2
años y necesita de un entresacado precomercial a la edad de alrededor de 6 años, lo
cual elimina la necesidad de limpiezas periódicas subsiguientes (Wormald, 1975).
En una plantación con una edad aproximada de siete años, localizada en el municipio
de Huayacocotla, Ver., se aplicaron cuatro intensidades de poda para evaluar los
efectos sobre el crecimiento en altura y diámetro. Los resultados indicaron que las
diferentes intensidades de poda influyeron en la altura, provocando una disminución en
177
el ritmo del crecimiento, siendo directamente proporcional a la intensidad de aplicación
durante el primer año. Para el diámetro no se encontró respuesta alguna, ya que
conservó su ritmo de incremento en comparación con el testigo, ésto se debe a que el
árbol tiende a crecer primero en altura y posteriormente en diámetro. En otra evaluación
se encontró que los tratamientos de poda que promovieron un mayor incremento en
altura fueron los de 4 m y de 3.30 m. Sin embargo, se registra un decremento en
diámetro, por efecto de la poda posiblemente influenciado por la alta densidad (2,500
árboles/ha). Por lo tanto, es recomendable podar plantaciones de P. patula de 7 a 8
años de edad, con 8.5 m de altura y 12 cm de diámetro, a una altura mínima de 2.5 m y
a una máxima de 4.00 m, en combinación con un aclareo (Domínguez et al., 1997).
El P. patula ha sido introducido en las regiones Centro y Sur Occidente del Estado de
Michoacán, en suelos de tipo andosol generalmente y dentro del rango de 1,780 a los
2,200 msnm; por ejemplo, en la localidad de Angahuan, en una plantación de 23.2
años, establecida a un espaciamiento de 1.5 x 1.5 m, presentó una supervivencia del
45%, altura media de 19 m, diámetro medio de 17.2 cm y volumen promedio de 349.23
m3/ha. El incremento medio anual en volumen (IMAV) fue de 15 m3/ha logrado por
1,966 árboles por hectárea (García, 1996 a).
178
Cuadro 54. Crecimiento e incremento en altura de Pinus patula plantado a diferentes
espaciamientos en varias localidades de Michoacán.
Localidad Altitud Espaciamiento Espaciamiento Edad Altura IMAA
(msnm) inicial final (años) media (m)
(m) (m) (m)
CEFBC 1,780 1.5 X 1.5 4.13 18.8 19.6 1.04
Uruapan, 1.5 x 1.5 4.02 21.3 1.13
Mich. 1.5 x 1.5 4.81 18.3 0.97
3x3 7.18 19.4 1.03
6x6 10.84 16.1 0.85
CEFBC 1,800 1.5 x 1.5 3.35 9.6 7.50 0.75
Uruapan, 1.5 x 1.5 3.35 7.20 0.74
Mich. 1.5 x 1.5 3.75 5.80 0.60
Angahuan, 2,200 1.5 x 1.5 2.09 17.6 19.6 1.11
Mich.
Paracho, 2,200 2x2 2.3 5.5 3.30 0.60
Mich. 2.25x2.25 2.9 3.08 0.55
2.5 x 2.5 2.6 3.11 0.56
Fuente: García, 1996 a
Donde:
CEFBC= Campo Experimental Forestal “Barranca de Cupatitzio”, Uruapan, Mich.
En las mismas localidades el incremento medio anual en diámetro (IMAD), fueron: 1.3 a
2.2, 0.8 a 1.5, 0.8 y de 0.7 a 0.8 cm/año, respectivamente (Cuadro 55).
179
En la variable incremento medio anual en volumen (IMAV), se registraron los siguientes
valores: en la localidad C.E.F. “Barranca de Cupatitzio” en Uruapan, Mich., a 1780
msnm presentó un IMAV de 4.6 a 15.6 m3/ha/año y a los 1,800 msnm de 2.5 a 12.6
m3/ha/año; en Angahuan, Mich., presentó un volumen de 17 m3/ha/año (Cuadro 56).
Cuadro 56. Crecimiento e incremento medio anual en volumen del Pinus patula
plantado a diferentes espaciamientos en varias localidades de Michoacán.
Altitud Espaciamiento Espaciamiento Edad Volumen IMAV
Localidad (msnm) inicial final (años) (m3 /ha) (m3)
(m) (m)
CEFBC 1,780 1.5 X 1.5 4.13 18.8 226.4 12.0
Uruapan, 1.5 x 1.5 4.02 293.9 15.6
Mich. 1.5 x 1.5 4.81 235.5 12.5
3x3 7.18 154.7 8.20
6x6 10.84 86.30 4.60
CEFBC 1,800 1.5 x 1.5 3.35 9.6 121.6 12.6
Uruapan, 1.5 x 1.5 3.35 60.50 6.30
Mich. 1.5 x 1.5 3.75 24.40 2.50
Angahuan, 2,200 1.5 x 1.5 2.09 17.6 299.9 17.0
Mich.
Paracho, 2,200 2x2 2.30 5.5 _ _
Mich. 2.25x2.25 2.90 _ _
2.5 x 2.5 2.60 _ _
Fuente: García, 1996 a
180
Aun cuando en este espaciamiento se lograron los mayores valores del incremento
medio anual en volumen de 17 m3/ha/año en Angahuan, Mich.; 15 m3/ha/año en el
C.E.F. “Barranca de Cupatitzio.” con aclareo selectivo y alrededor de 12 m3 con aclareo
mecánico y sin aclareo y en la región Suroccidental de Michoacán, los espaciamientos
óptimos pueden ser de 2 x 2, 2.25 x 2.25, 2.5 x 2.5 o 2.75 x 2.75 m.
En un ensayo, P. patula creció en altura en forma similar a los tratamientos con planta
inicial de 15 a 30 cm, pero el crecimiento en diámetro fue en 13% mayor en el
tratamiento con planta inicial de 15 cm, comparado con el de 30 cm, y un 20% mayor
comparado con el de 5 cm (Cuadro 57).
Cuadro 57. Resultados de un ensayo con plantación de Pinus patula con tres tamaños
iniciales de planta (edad 13.7 años).
Tratamiento Altura media DAP medio
(m) (cm)
Planta de 5 cm. 10.36 17.16
Planta de 15 cm. 12.45 20.8
Planta de 30 cm. 12.3 18.16
Fuente: Mas et al., 1993
La Sierra Purhépecha cuenta con áreas que presentan suelos profundos, con pendiente
menor al 15% y con precipitación mayor a los 1,000 mm, que son apropiadas para el
establecimiento de reforestaciones y plantaciones de protección y comerciales con P.
patula, manifestando con esto buenos resultados en los índices de crecimiento
analizados, que igualan o superan a los mostrados por las especies nativas (Cortés,
2002).
181
4.5.5. Plantaciones agroforestales
182
La evaluación en viveros de 8 progenies de medios hermanos de segunda generación
de selección, 27 progenies de primera generación de selección, 47 progenies
procedentes de plantaciones comerciales en Sudáfrica y un lote procedente de Perote,
Veracruz que fungió como testigo, registró que las progenies de los huertos fueron
superiores a los testigos en peso de semillas, porcentaje y valor de germinación. La
progenie del huerto de primera generación presentó los mejores incrementos en
diámetro y altura, seguida por el huerto de segunda generación, cuya comparación de
medias no arrojó diferencias significativas. Por lo tanto, se considera que esta
reintroducción de P. patula demuestra ventajas con respecto al pool genético existente
en los bosques naturales de México (Mendizábal, 1995).
183
4.7. PROPIEDADES Y USOS
La madera de P. patula es de textura fina a mediana, grano recto, brillo bajo, olor
característico resinoso fragante, sabor no característico. Su peso específico varía de
0,51 a 0,56. La densidad de la madera es de 0.38-0.50, no muy resinosa, de durabilidad
natural calificada como no durable, de fácil impregnación para su conservación, de fácil
trabajabilidad, sin problemas de secado y moderadamente resistente al ataque de
hongos. No presenta diferencia de color entre la albura y el duramen, la madera
temprana es castaño claro amarillento, la tardía muy pálida; veteado pronunciado dado
por los anillos de crecimiento; el hilo es recto. Los anillos de crecimiento se presentan
muy delineados por una banda clara de madera temprana, su anchura es homogénea,
la madera temprana ocupa más de la mitad del total del anillo, la transición de temprana
a tardía es gradual. Los rayos son visibles a simple vista en la cara transversal; no
presenta canales resiníferos.
Presenta traqueidas largas en su madera con diámetro tangencial del lumen mediano y
grosor de la pared muy delgada en la madera temprana, de diámetro tangencial del
lumen fino y grosor de la pared delgada en la madera tardía; sus caras radiales
presentan una hilera de puntuaciones aeroladas; los rayos son de tipo homogéneo poco
numerosos y muy bajos, los que no presentan canal son uniseriados y los que
presentan son fusiformes de dos a tres series en la parte cercana al canal, en los
campos de cruzamiento se ven de una a tres puntuaciones de tipo pinoide; las
traqueidas de rayo presentan bordes dentados; los canales longitudinales no son
numerosos por mm2 y no presentan parénquima axial (Webb, 1980; Nepomuceno,
1994; Pérez y Olvera, 1981 citados por Cortés, 2002).
184
Cuadro 58. Características mecánicas de la madera de Pinus patula.
Densidad MOE FLE RR MOE RLE RR RLE RR JK JK
Flex Flex Flex Com Com Com Com Corte Late Trans
P Para Para Para Perp Para
Donde:
Ensayo Característica Símbolo Unidades
4.7.2. Usos
185
5. LITERATURA CITADA
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AGRADECIMIENTOS
Nuestro agradecimiento a las secretarias: Ma. Estela Coria Arreola, Silvia Medina
Argueta y Marcela Oseguera Figueroa, por su invaluable labor en la captura de
información.
211
COORDINADORES DE LA INFORMACIÓN
REVISIÓN TÉCNICA
EDICIÓN
CÓDIGO INIFAP
MX-O-310605-52-05-27-06-10
212
Impreso en los talleres de Impresos Gutiérrez
Prol. Pradera No. 25-A
Col. Barrio de San Juan C.P. 60040
Tel/Fax: (452) 52 4-14-67
Uruapan, Michoacán, México.
Correo electrónico: guti387@hotmail.com
Septiembre de 2011
213
ESTA PUBLICACIÓN ES PRODUCTO DEL PROYECTO:
DETERMINACIÓN DE ÁREAS POTENCIALES PARA
ESTABLECIMIENTO DE PLANTACIONES FORESTALES COMERCIALES
EN EL ESTADO DE MICHOACÁN, FINANCIADO POR LA COMISIÓN
FORESTAL DEL ESTADO DE MICHOACÁN.
CAMPO EXPERIMENTAL URUAPAN
PERSONAL INVESTIGADOR
Campo Experimental
www. gobiernofederal.gob.mx
www. sagarpa.gob.mx
www. inifap.gob.mx